GP/00

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GP/00 Un año de fotoperiodismo en colectivo. www.groundpress.org @Groundpress

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GROUNDPRESS está formado por

JUANFRA ÁLVAREZ

RAMON FORNELL

CÉSAR GÓRRIZ

ARIANNA GIMÉNEZ

ÀNGEL MONLLEÓ

CARLA MORAL

XOSE QUIROGA

Valla del Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE) de la Zona Franca. Barcelona, 2012. ( Portada y contraportada )

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GROUNDPRESSUN AÑO DE HISTORIAS EN COLECTIVO

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06 · UN AÑO FOTOGRAFIANDO EN COLECTIVO

10 · TIEMPO DE CARAS Y COLECTIVOS

12 · LA CALLE

48 · LA VOLUNTAD DE UN PUEBLO

58 · TELEFÓNICA. LOS ARTISTAS DEL HAMBRE

70 · CIE. FOTO DE FAMILIA

86 · LA NAVE

112 · CUENCA MINERA

130 · DESHAUCIOS

154 · SI GALICIA HABLARA

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2011. Una calle de Barcelona tomada por la policía antidisturbios. Un grupo de fotógrafos y fotógrafas que no se conocen se miran de reojo y se sonríen, se saludan y entablan conversación. La complicidad surge cuando se vuelven a encontrar y se repite el ritual. Con el tiempo, ya no se sienten solos cuando salen a disparar; se encuentran y se buscan con la mirada para hacer su trabajo con un sentimiento de pertenencia a un grupo que comparte una visión común del fotoperiodismo: la necesidad de desligarlo de las redes del poder. La calle está en ebullición y todo funciona bajo el control de la lógica del sistema.

Mientras tanto, el cuarto poder contribuye a forjar una imagen distorsionada de las protestas y manifestaciones ciudadanas. Es entonces cuando, para nosotros, un grupo de fotógrafos convertidos ya en manada, las imágenes se convierten en un resquicio de libertad y compromiso. En él, podemos vertebrar nuestro discurso, que sirva de contrapunto a la dirección única de la información institucional.

Así surge GroundPress, como necesidad de reinterpretar el fotoperiodismo mas allá de los cauces establecidos, libre de las exigencias del mercado y con la voluntad de aportar puntos de vista alternativos, que a veces no están en la agenda de los “mass media”. Para ello fotografiamos a ras de suelo, en una suerte de contrapicado que desvela a través de la cercanía, las distintas realidades que nos encontramos. Apostamos por un periodismo comprometido con las desigualdades y opuesto al empoderamiento del fuerte frente al débil. Rechazamos la neutralidad entendida como legitimación de lo establecido desde las estructuras de poder.

Nuest ro propós i to es proporc ionar imágenes veraces y contextualizadas que promuevan la reflexión crítica y la toma de conciencia de la necesidad de la acción colectiva. Un imperativo para que los ciudadanos podamos avanzar hacia nuestra soberanía.

UN AÑO FOTOGRAFIANDO EN COLECTIVOEste libro pretende ser nuestro discurso fundacional, una ventana abierta a nuestra experiencia trabajando en equipo frente a la realidad económica y social convulsa de nuestro tiempo. Situaciones injustas que atentan contra la dignidad humana, historias que hemos seguido y visto crecer. La visión de nuestro colectivo se sitúa delante de estos escenarios de un modo abiertamente subjetivo y reivindicativo, sin apenas distancia pero de manera honesta, alejada de la doctrina de valores promovidos desde arriba.

GP/00 se abre con un estado de ánimo expresado y documentado con imágenes tomadas en las calles. Un lugar donde el hartazgo, la desesperación, la rabia, la solidaridad y el miedo se han sucedido durante los últimos tiempos. Un lugar donde se crean nuevas dinámicas, alternativas a un sistema que languidece y que intenta por todos los medios absorber los envites de una ciudadanía indignada.

Prueba de ello, y por eso lo hemos querido destacar, ha sido el uso del conflicto identitario. Un conflicto que, aunque real, en nuestra opinión ha servido como válvula de escape -ilusionante, quizás- pero que deja sin respuesta las contradicciones del sistema.

De las injusticias económicas y sociales padecidas por individuos y colectivos nace la parte del libro más documental. Una serie de historias personales que nos llevan de la expresión de los estados de ánimo colectivos a la visibilización de los rostros de un panorama general que cada vez se vuelve más insoportable.

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Un habitante de la Nave observa desde un balcón después de saber que se va a proceder al desahucio del recinto. Barcelona, 2012. ( Página anterior )

Unos manifestantes se protegen de la policía en un bar durante las cargas policiales después de la concentración del 25S en las inmediaciones del Congreso de los Diputados. Madrid, 2012. ( Al lado )

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Tiempo y espacio son dos conceptos muy asociados a la fotografía. En Groundpress trabajan en un tiempo de colectivos, donde hay que resaltar la significación de las caras protagonistas de sus proyectos, y en un espacio que, como el nombre del colectivo indica, está a pie de calle.

Cuando, desde los espacios de poder, las cifras sirven para argumentar decisiones de estado y los “mass media” las utilizan como recurso de grandes titulares, hay que pasar del terreno de la abstracción de los números a la visualización de las caras. Conviene bajar a ras de suelo para encontrar las consecuencias de sus decretos y distinguir las expresiones de los afectados. No es el tiempo de marcar distancias con grandes teleobjetivos, es tiempo de “gran angular” y de distancias cortas. Hay que vivirlo de cerca, documentar y comunicar.

La información, y en este caso, las imágenes de sus reportajes, recuperan el sentido de servicio. Mantienen la capac idad pa ra p rovocar l a re f l ex ión y desper ta r conciencias. Los miembros del colectivo Groundpress viven con el compromiso, y de acuerdo con lo que decía Eugene Smith, no se plantean la objetividad, pero creen en la honestidad de su trabajo y de su discurso.Es tiempo de colectivos y de redes sociales, como consecuen-cia de la indefensión del individuo ante los poderes y de sus medios. En este contexto los colectivos de fotógrafos surgen como una reacción casi natural, aprovechando las sinergias de grupo, el espacio de debate y generando plataformas de difusión ante la dificultad de salida en los medios tradicionales.

Groundpress es un colectivo en tiempo de colectivos. Es n e c e s a r i o m a rc a r u n a p e r s o n a l i d a d , u n o s r a s g o s característicos. Lo encontraremos tanto en las formas como en los contenidos. Si analizamos las temáticas escogidas a lo largo de su año de vida obtendremos un perfil claro de implicación.

GROUNDPRESS. TIEMPO DE CARAS Y COLECTIVOSSus objetivos se acercan a los movimientos sociales, a los “anónimos” afectados tanto por los recortes como por las políticas de inmigración, a los desahuciados ante los intereses económicos, a los agredidos por los cuerpos policiales, a la diáspora de la población gallega ante la tradición de las políticas caciquiles, a la lucha tanto por la defensa del puesto de trabajo de los mineros como también por los despi-dos improcedentes.... Son las caras de Verónica y Eliseo, de Marcos y sus compañeros de Telefónica, de Kebará y de Ibrahima de la Nave de Poblenou, ... y así iremos descubriendo caras y caras de aquellos ciudadanos invisibles para los “mass media” y conceptualizados únicamente como cifras para los poderes. Esta es la radiografía de un año de fotoperiodismo cerca de los sectores más frágiles de la población.

La inmediatez de la red y su capacidad de difusión se ajusta a sus propósitos, pero hay que mantener unos rasgos característicos ante la masificación de imágenes. El estilo de Groundpress es la toma directa como documento, pero con la coherencia ideológica que conlleva el rastreo de las expresiones, es el equilibrio entre el impacto visual del punto de vista y la reivindicación de los pequeño detalles. Predomina la singularización ante la pluralización, el primer plano ante el plano general. Combinan la fotografía directa con la aparición de los aspectos simbólicos y la utilización de los recursos poéticos. Todo ello sin reducir ni sacrificar los valores estéticos de cada una de sus imágenes.

Los retos continúan; las decisiones editoriales, los sistemas de financiación, la visibilidad en el laberinto de la red o la búsqueda de canales de salida pero Groundpress nos demuestra que el fotoperiodismo está vivo. En tiempos de caras y de colectivos, necesitamos de Groundpress. ¡Larga vida!

Carles Costa, profesor de reportaje del Institut d’ Estudis Fotogràfics de Catalunya

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Un indignado grita durante la manifestación del 15M. Barcelona, 2011. ( Página anterior )

Policía Antidisturbios durante la concentración del 25S en las inmediaciones del Congresos de los Diputados. Madrid, 2012. ( Al lado )

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Ciudadanos esperan en la boca de metro de Plaça Catalunya durante la huelga general del 14 de Noviembre. Barcelona, 2012. ( Al lado )

Unos vecinos observan desde el balcón la manifestación en contra de los Centro de Internamiento para Extranjeros (CIE) en el barrio barcelonés del Raval. Barcelona, 2012. ( Página posterior izquierda )

Un cerrajero cambia la cerradura, por órden judicial, durante un deshaucio. Barcelona, 2012. ( Página posterior derecha )

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Integrante de la PAH en un encierro en la sede de CatalunyaCaixa. Barcelona 2012. ( Al lado )

Un médico durante el encierro del personal sanitario y usuarios del Hospital Clínic de Barcelona debido a los recortes en sanidad impuestos por la Generalitat de Catalunya. Barcelona, 2012. ( Página posterior izquierda )

Una vecina pasa por delante de una pancarta durante encierro del personal sanitario y usuarios del Hospital Sant Pau de Barcelona debido a los recortes en sanidad impuestos por la Generalitat de Catalunya. Barcelona, 2012. ( Página posterior derecha )

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Un manifestante sostiene una piedra durante la huelga general del 14 de noviembre. Barcelona, 2012. ( Al lado )

Una manifestante llora durante una concentración de la PAH en favor de la Iniciativa legislativa Popular por la dación en pago. Barcelona, 2013. ( Página anterior derecha )

Un trabajador de CatalunyaCaixa se esconde detrás de una carpeta corporativa durante una acción de la PAH delante de la sede de CatalunyaCaixa. Barcelona, 2012. ( Página anterior izquierda )

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Estudiantes ocupan el Rectorado de la Universidad de Barcelona en respuesta a los recortes en educación impuestos por el Gobierno de Convergència i Unió. Barcelona, 2012. ( Al lado )

Miembros de la PAH concentrados delante de un domicilio que iba a ser deshauciado para parar el desalojo. Barcelona, 2012.( Página anterior izquierda )

Manifestantes durante una concentración en contra de un asesinato racista. Sant Adrià del Besós, 2011. ( Página anterior derecha )

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Vista aérea de una manifestación en favor de la dación en pago y contra los desahucios. Barcelona, 2013. ( Página anterior izquierda )

Un manifestante delante de la sede del Partido Popular en una concentración en contra de la corrupción política. Barcelona, 2013. ( Página anterior derecha )

Un manifestante haciendo una pintada durante la huelga general del 29 marzo. Barcelona, 2012. ( Al lado )

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Un grupo de policías secretas durante el 1 de mayo, Día del Trabajador. Barcelona, 2012. ( Al lado )

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Un manifestante durante la huelga general del 14 de Noviembre. Barcelona, 2012. ( Al lado )

Un Mosso d’ Esquadra dispara contra los manifestantes durante la huelga general del 29 de Marzo. Barcelona, 2012. ( Página posterior izquierda )

Un manifestante resulta herido durante la huelga general del 29 de Marzo. Barcelona, 2012. ( Página posterior derecha )

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Un Mosso d’ Esquadra carga contra los manifestantes durante la huelga general del 29 de Marzo. Barcelona, 2012. ( Página anterior izquierda )

Una manifestante se encara con los Mossos d’Esquadra durante la huelga general del 29 de Marzo. Barcelona, 2012. ( Página anterior derecha )

Un manifestante durante la huelga general del 29 de Marzo. Barcelona, 2012. ( Al lado )

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Un manifestante se protege del gas lacrimógeno durante la huelga general del 29 de Marzo. Barcelona, 2012. ( Página anterior izquierda )

Un estudiante se manifiesta en respuesta a los recortes en educación impuestos por el gobierno de Convergència i Unió. Barcelona, 2012 ( Página anterior derecha )

Manifestantes durante la huelga general del 14 de Noviembre delante de un cartel electoral. Barcelona, 2012. ( Al lado )

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LA VOLUNTAD DE UN PUEBLOCuando sale un millón de personas a la calle reunidas por una reivindicación uno puede pensar que es un triunfo, fruto de algo que se mueve en una misma dirección como parte de un sentimiento mucho más abundante que las piernas que pisan el asfalto. Sin embargo, una reflexión viene a la cabeza cuando esta expresión es bendecida por la élite política que reprime a ese mismo pueblo en otras ocasiones. Ya que es el mismo interlocutor el que hace caso omiso cuando miles de voces gritan al unísono que detengan la sangría política social y económica, escudándose en legitimaciones forzadas y en el mantra de la inevitabilidad.

La cortina de humo ha sido siempre uno de los recursos más empleados por su eficacia por parte de la clase dirigente. Dirigir la atención fuera del foco de interés, marear al ciudadano es ya una suerte de arte del trilero gubernamental; y como mayor es aquello que se quiere ocultar, mas grande es el velo que se debe poner.

Pocos son los partidos políticos que han podido resistir en el poder una vez han iniciado el camino neoliberal del estrangulamiento social. Es ahí donde aparece la búsqueda de estrategias que les permitan seguir con su labor, y una de las maneras es abonarse al reino de la pasión; apelando al sentimiento se puede doblegar mas fácilmente la razón. Para ello no hay mejor aliado que un enemigo en la misma tesitura con quien crear bandos necesarios para establecer los ríos de exaltación suficiente para despistar el auténtico motivo de preocupación.

Todo esto no significa que no exista un sentimiento fuerte hacia una identidad nacional, sea ésta la que sea. Aún así, cuando el poder usa este sentimiento para minimizar todos los demás conflictos y para generar ilusión de empoderamiento ciudadano limitado solamente a la agenda marcada desde arriba, este proceso puede llegar a ser tramposo.

Artur Mas, líder de Convergència i Unió (CiU), durante el mitin final de la campaña electoral durante las elecciones autonómicas anticipadas. Barcelona, 2012. ( Al lado )

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Un hombre muestra un retrato de los reyes de España durante la concentración por el Día de la Hispanidad en Plaça Catalunya. Barcelona, 2012.

Un hombre muestra su camiseta en la que se puede leer “No soy español” durante la manifestación de la Diada de Catalunya celebrada el 11 de Septiembre. Barcelona, 2012.

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Un manifestante ondea una bandera española en la concentración convocada en Plaça Catalunya con motivo del Día de la Hispanidad. Barcelona, 2012.

Un hombre posa para un retrato durante la manifestación de la Diada de Catalunya. Barcelona, 2012.

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Simpatizantes de Convergència i Unió (CiU) aplauden durante el mitin final de la campaña electoral para la presidencia de Artur Mas, celebrado bajo el marco de las elecciones anticipadas. Barcelona, 2012

Un hombre espera a saber los resultados de las elecciones autonómicas anticipadas para la presidencia de Catalunya. Barcelona, 2012.

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Un simpatizante de CiU durante el mitin final de la campaña electoral para la presidencia de Artur Mas. Barcelona, 2012.

Alicia Sánchez-Camacho saluda a cámara después de la concentración por el Día de la Hispanidad. Barcelona, 2012.

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Un hombre sostiene una gralla durante la manifestación de la Diada de Catalunya. Barcelona, 2012.

Un ex legionario sostiene una bandera franquista durante la concentración por el Día de la Hispanidad en las inmediaciones de Plaça Catalunya. Barcelona, 2012.

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Un hombre escoge una papeleta durante el día de las elecciones anticipadas para la presidencia de Catalunya en el colegio electoral del barrio barcelonés de Pedralbes. Barcelona, 2012.

Los integrantes y simpatizantes de Convergència i Unió (CiU) celebran su victoria tras conocer los resultados electorales. Barcelona, 2012.

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TELEFÓNICALOS ARTISTAS DEL HAMBRE

Os escribo desde mi cama, aquí en la central de Paralelo, en la improvisada habitación en la que hoy hace 11 días, cinco compañeros y yo, comenzamos la Huelga de hambre. Mientras buscaba, con la mirada perdida, cómo comenzar esta carta he visto colgada en el techo  la manzana. No, no penséis, la cabeza va más lenta pero se mantiene lúcida; la manzana es real. La colgamos nosotros mismos el día quecomenzamos. Supongo que era una manera de reírnos del hambre que íbamos a pasar, una manera de expiar ese demon io . Lo c ie r to es que , ocho d ías después , me doy cuenta de que hemos olvidado la manzana y el hambre.

Tenéis que saber que a todas horas hemos visto entrar a compañeras y compañeros que vienen a alimentarnos con la verdad que, durante muchos años, había permanecido oculta bajo el temor y la resignación. La verdad de una plantilla que sabe de vuestra obsesión por acabar con ella para poder así externalizar el trabajo y hacerlo más barato; gente que sabe que no os importa en qué condiciones trabajan autónomos, contratas y subcontratas mientras vuestros sueldos millonarios crezcan, y los a c c i o n i s t a s s o n r í a n f e l i c e s a l c o n o c e r l a c u e n -ta de resul tados. Miro la manzana y no s iento nada distinto al mirar la silla, la puerta, o el albornoz de Laurentino.

Hoy comprendo más que nunca que hay nutrientes que no te da la comida ni el dinero; ese alimento inmaterial te permite levantar la cabeza y mirar a los lados, comenzar lentamente a salir del miedo y la obediencia, y tengo la certeza de que ese alimento le hace bien a la gente y a nosotros.Durante estos días hemos sentido a la gente como un rumor que crece. Por aquí pasan  también colectivos de todo tipo, políticos y medios para interesarse y darnos su apoyo. En lo personal estoy lleno del calor y la solidaridad de los compañeros, especialmente de los que han decidido iniciar esta huelga a mi lado. Y no me refiero sólo a los que no comen. Me refiero al medio centenar de perso-nas que de una manera u otra también son parte de esta huelga.  Me pregunto si podéis imaginar la puñalada que me disteis aquel 4 de febrero, y no hablo en sentido figurado, hablo de quedarte sin aire, hablo de 24 años de vida en Telefónica desplomándose en un instante sin previo aviso, hablo de los ocho meses que vinieron después, y de esta nueva puñalada de julio. No sé si tenéis la capacidad de poneros en la piel de una persona que sólo tiene su trabajo para subsistir, quizá os quede demasiado lejos, lo que sí sé es lo que esperabais. Esperabais que me fuera a casa a llorar y a limpiarme las lagrimas con la indignación; esperabais que asumiera la agresión, pero como veis os equivocabais de persona, no quiero el dinero de la indemnización, sólo quiero trabajar y reivindicar una cosa: dignidad.    

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Pero no penséis que esto es mérito de la huelga que estamos haciendo, la huelga es la reacción que vosotros habéis provocado. ¿Qué queréis demostrar? ¿No os dais cuenta de que esta es una plantilla que lleva sintiendo la presión de saber que, sea lo antigua que sea, tenga el valor profesional que tenga, es una plantilla a extermi-nar? Los humanos somos complejos, el miedo y el sometimiento tienen un límite, y quizá os vendría bien hacer converger vuestro sentido del poder con el sentido humano que parecéis no contemplar.

Vosotros no lo sabéis, porque lleváis aquí la mitad de tiempo que nosotros, pero hubo otro tiempo en el que las direcciones de esta empresa tenían cierta sensibilidad hacia la plantilla, hay casos concretos que podría citar. Todos hemos de aprender algo de nues-tros antecesores, la historia es algo de la que todos hemos de aprender, vosotros también. Tenéis una oportunidad idónea para hacer un gesto, para cambiar el rumbo de la confrontación que habéis provocado.

La manzana se pudre, nuestros cuerpos se deterioran, pero tenemos el ánimo satisfecho y listo para comenzar otro tiempo dentro y fuera de Telefónica.

Marcos. Extracto de “Carta escrita a los directivos de Movistar-Telefónica”.

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1-Flashmob reivindicativa para la readmisión de Marcos; los asistentes se quedaron en silencio en medio de la calle vestidos con el Flasmob-kit. Barcelona, 2012

3-Marcos en las oficinas del sindicato Co-Bas, lugar habilitado para la huelga de hambre. Barcelona, 2012

5-La habitación se improvisó en una parte de la oficina del sindicato donde los huelguistas pudieran estar tranquilos. Barcelona, 2012

7-Marcos en la azotea del edificio donde está el sindicato. Barcelona, 2012

2-La manzana fue colgada el primer día de la huelga de hambre, como símbolo del hambre que iban a pasar. Barcelona, 2012

4-Laurentino con su albornoz, leyendo la prensa del día en su habitación. Barcelona, 2012

6-Josep, recién salido de la ducha de empleados, se prepara para la jornada. Barcelona, 2012

8- La azotea se convirtió en uno de los lugares de reposo y distracción de los huelguistas. Barcelona, 2012

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9-César, Carlos y Alberto alimentándose de la luz del sol, en uno de los momentos que se reservaban para ellos. Barcelona, 2012

11-Laurentino y Alberto en la sede de Telefónica intentando forzar una reunión con Kim Faura, el director de la sede catalana. Barcelona, 2012

13-Flashmob delante de la sede de Telefónica en Barcelona. Barcelona, 2012

15-Controles médicos, los huelguistas eran concientes que el límite de la huelga estaba en sus cuerpos. Barcelona, 2012

10-Preparando pancartas para las acciones que se hacían en el exterior. Barcelona, 2012

12-Marcos pesándose para uno de los controles médicos. Barcelona, 2012

14-Poco a poco los medios se fueron haciendo eco de la huelga. Barcelona, 2012

16-Publicaciones para repartir sobre la huelga de hambre, el apoyo fue mayoritario y mucha gente se volcó en su lucha. Barcelona, 2012

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CIEFOTO DE FAMILIA

El Centro de Internamiento de Extranjeros de la Zona Franca, ubicado en un lugar invisible de Barcelona aunque bien cercano al aeropuerto, se ha convertido en el espacio físico y simbólico que aglutina las luchas contra el racismo y la discriminación de las personas migrantes de la ciudad de Barcelona.

En los últ imos años algunas personas y colectivos, ahora aglutinados en la campaña “Tanquem els Cies”, hemos estado enfocando hacia el CIE, con el objetivo de poner luz sobre un espacio creado bajo una lógica excepcional que supone privar de ibertad a personas por no tener la situación administrativa regularizada, y el cual estaba cubierto por un manto de impunidad absoluta.

Nos hemos venido encontrando con un cuerpo de custodia autoritario y profundamente racista, dirigido por un Director que gobierna de manera arbitraria la vida de las personas internas, y que no ha tenido problemas en amedrentar y expulsar a abogados del CIE en situaciones conflictivas como lo fueron los días posteriores a la muerte de Idrissa Diallo. Nos hemos topado con muchas personas presas que nos han mostrado su indignación y desesperación al ver su proyecto de vida a punto de quebrarse sin que en muchos casos supieran cuál era su situación jurídica debido a la falta de información que ofrece el

CIE y a la falta de profesionalidad de un gran número de abogadas.También nos hemos encontrado con muchas amigas y familiares de los presos, que nos expresaron a través de sus palabras y de sus miradas lo injusto que es el hecho de que una institución decida romper núcleos familiares, parejas o amistades. Hemos analizado un espacio en el que no se garantizan los derechos más elementales, como es el de comunicar con intimidad con las personas que quieres. No hay espacios de visita familiar donde las personas se puedan tocar y abrazar con sus parejas, hijas o amigos. Puedo afirmar que son los peores locutorios que he visitado de toda Catalunya, con la mayor falta de intimidad que uno se pueda imaginar. Y nos hemos encontrado también con situaciones de malos tratos, y con la consecuente aplicación de mecanismos de impunidad propios de un Estado autoritario como lo son deportar urgentemente a una personas dos días después de sufrir una paliza en el CIE.

En este caminar cerca del CIE hemos sentido rabia, frustración, tristeza, e indignación al sentir cuanto pasaba. Pero también nos hemos empoderado, hemos intentado visibilizar mucho de lo que pasa-ba dentro, y hemos generado redes de apoyo con presos y con sus familias. También hemos llorado deportaciones y hemos celebrado resistencias y victorias.

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Nombrar el CIE es nombrar las injusticias, vulneraciones y quiebres personales que alberga. Pero no hemos de olvidar que también e s n o m b r a r l a r e s i s t e n c i a y l a d e s o b e d i e n c i a c i v i l q u e n o p o c a s p e r s o n a s e j e rc e n c o n t r a s u deportación y contra una ley de extranjería racista y excepcional.

El camino hacia el cierre es irreversible. Tarde o temprano conseguiremos erradicar de nuestras sociedades una institución que nunca debió haber existido. Pero mientras exista, seguiremos vigilando, observando y denunciando cada una de las situaciones de malos tratos, tortura o vulneración de derechos que conozcamos, siempre que las personas que las sufren estén de acuerdo. Seguiremos luchando ante la administración y en los Juzgados para evitar que las personas sean deportadas. Seguiremos apoyando a la gente que está dentro y a sus familiares, así como los procesos de resistencia y desobediencia que decidan emprender.

Cada vez somos más y estamos más fuertes. Asimismo tenemos el convencimiento de que cada vez son más las personas que exigen que se cierren de una vez todos los CIES. Lo conseguiremos.

Andrés García Berrio, abogado y miembro del Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos de la UB.

El reporta je presente en este l ibro combina imágenes toma-dasdurante una visita guiada por la Policia Nacional a la prensa y fotos que reflejan la historia de la familia Brakadze, una familia de origen georgiano que se vio quebrada con la detención y encarcelamien-to en el CIE de David, marido y padre de dos hijos, nacidos en Girona, y su deportación forzada a Georgia después de una lucha intensa usando su propio cuerpo como herramienta de resistencia; huelga de hambre y autolesión para aferrarse a sus seres queridos.

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1-Un policía nacional custodia la puerta principal del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Zona Franca. Barcelona, 2012.

3-Comedor del CIE de Zona Franca. Barcelona, 2012.

5-Un policía nacional en las instalaciones del CIE de Zona Franca. Barcelona, 2012.

7-El sacerdote de la parroquia ortodoxa habla con la familia de David Brakadze mientras espera noticias de su situación. Girona, 2012.

2-Mujer e hijo de David Brakadze, preso en el CIE de Zona Franca, esperando recibir noticias sobre la deportación a Georgia de David, 2012.

4-Un policía nacional en una de las salas de control del CIE de Zona Franca. Barcelona, 2012.

6-La hija de David Brakadze reza. Girona, 2012.

8-Un amigo de la familia de David Brakadze busca información sobre la situación de David. Girona, 2012.

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9-Un policía nacional custodia las cabinas de teléfono con las que pueden llamar los presos. Barcelona, 2012.

11-Puerta de uno de los despachos del CIE de Zona Franca. Barcelona, 2012.

13-La mujer de David Brakadze delante de la puerta del bufete de uno de los abogados de David. Girona, 2012.

15-Un policía vigilando a los presos del CIE de Zona Franca. Barcelona, 2012.

10-Uno de los abogados de la familia de David Brakadze gestiona documentación legal para David con la ayuda de la hija de éste. Girona, 2012.

12-Un policía nacional dentro de una oficina del CIE de Zona Franca. Barcelona, 2012.

14-Instalaciones del CIE de Zona Franca. Barcelona, 2012

16-La mujer de David Brakadze espera noticias de su marido. Girona, 2012.

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LA NAVE

Desde hace años, Barcelona implementa un modelo de ciudad que arrincona a aquellos que no entran en el paradigma triunfalista de la modernidad, la europeidad y la prosperidad. El máximo exponente de este discurso es el barrio del 22@. Una zona de la ciudad construida sobre el antiguo barrio industrial del Poblenou, situado en el margen norte de la ciudad. Es en este espacio en el que se encuentra la Nave.

Este es el domicilio de unas 300 personas aproximadamen-te, de diferentes edades y nacionalidades. En la Nave viven extranjeros subsaharianos, rumanos, suramericanos o magrebíes, con o sin papeles. Y también españoles. Muchos de ellos con una historia común: hasta hace unos pocos años o meses tenían casa y trabajo. El trabajo se terminó y tuvieron que marcharse de sus pisos.

Se quedan en la Nave, aunque a muchos no les guste el lugar, porque allí se está mejor que en la calle. Hay más seguridad, posibilidades de sobrevivir, de recoger la chatarra que luego venden a mayoristas del reciclaje del metal. También cierto sentimiento de comunidad. En la Nave se han creado tres bares que abastecen, a precios razona-bles, de comida a la comunidad. Hay también algunos almacenes que acumulan la chatarra para vender, que representan prácticamente el único sustento para la mayoría de los habitantes del lugar y que vertebran en gran medida la vida de la Nave.

A toda esta lucha por seguir respirando, sin permiso, se le añadió en Julio de 2012 la lucha por poder permanecer en lo que desde hace dos años viene siendo su casa. A causa de la denuncia de la familia Iglesias Baciana, propietaria de los terrenos y de una empresa inmobiliaria, se decretó un desalojo policial previsto para el 16 de Julio del mismo año. Se dió además la paradoja, que lafamilia de propietarios que se negó a negociar posee también la Funda-ción Maite Iglesias Baciana destinada a ayudar a mujeres jóvenes que viven en la pobreza en distintas partes del mundo, entre ellas África.

La suspensión temporal del desalojo de la Nave en Julio de 2012 no ha sido sinó la antesala de la reciente sentencia del Juzgado Primera Instancia 21 de Barcelona en la que se dicta orden de desalojo de la Nave para los días 25 a 31 de Julio. Si bien la sentencia reconoce la actual situación de especial vulnerabilidad de alrededor de 800 personas de escasos recursos, que varían de unos momentos a otros y la presencia entre ellas de niños y ancianos, la Magistrada Juez del Juzgado de Primera Instancia nº 21 de Barcelona, Carla Martínez Castro, considera prevalente el derecho de la propiedad a recuperar la posesión de la finca, sobre los derechos de los habitantes de la Nave.

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7-Vista de los vehículos que se utilizan para llevar la chatarra recogida y venderla a empresas de fuera de la Nave. Barcelona, 2012

9-Kebara muestra los almacenes de la nave a diplomáticos africanos que se mostraron interesados por el conflicto. Barcelona, 2012

11-Algunos habitantes de La Nave atienden a los medios después de que el caso saliera en la prensa nacional. Barcelona, 2012

13-Habitantes de la Nave y miembros de la AAVV de Poblenou y más vecinos saliendo en manifestación hasta la Sede del Distrito para pedir la implicación de las instituciones en el conflicto. Barcelona, 2012

8-Uno de los almacenas de chatarra más grande de toda la nave. Barcelona, 2012

10-Ibrahima llama a sus compañeros para empezar a preparar una manifestacion para dar visibilidad a la lucha de La Nave. Barcelona, 2012

12-Andrés Garcia, abogado de la nave, Kebara, habitante, y Montse Milá, de la Associació de Veïns del Poblenou, hablan sobre posibles soluciones al conflicto. Barcelona, 2012

14-Enrique, miembro de la Asociació de Veïns del Poblenou, llama a los habitantes de la nave para salir a manifestarse. Barcelona, 2012

3-Uno de los habitantes de la nave en su habitación. Barcelona, 2012

5-Habitación de uno de los habitantes de la nave. Barcelona, 2012

4-Uno de los habitantes poco después de enterarse de la noticia del futuro desalojo. Barcelona, 2012

6-Álex muestra donde almacena la chatarra. Cada mañana cruza casi toda Barcelona en busca de restos útiles que la gente tira a la basura. Barcelona, 2012

1-Un hombre mira a través de la puerta principal de la nave. Barcelona, 2012

2-Kebara, uno de los habitantes, escribe carteles reivindicativos en el patio de la Nave antes de la manifestación contra el desalojo de la nave. Barcelona, 2012

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21-La AVV de Poblenou junto con los habitantes de la nave or-ganizan una chocolatada días antes de que supuestamente los desalojaran para invitar a vecinos y poder visibilizar su caso. Barcelona, 2012

23-Una habitante de la nave escribe carteles para convocar una asamblea urgente antes del día del desalojo en diferentes idiomas para que todos los habitantes asistan. Barcelona, 2012

25-Un habitante de la nave celebra la noticia de la suspensión del desalojo y el archivo de la causa. Barcelona, 2012

27- Ibrahima espera en frente de la Nave un posible desalojo que finalmente nunca se produjo.  Barcelona, 2012

22-Andrés Garcia, en una de las asambleas, comunicando aspectos legales sobre el desalojo. Barcelona, 2012

24-Los habitantes de la Nave celebran la suspensión del desalojo y el archivo de la causa. Barcelona, 2012

26-Los habitantes de la nave celebran con una gran fiesta la suspensión del desalojo. Barcelona, 2012

17-Un habitante de La Nave prepara las maletas tras enterarse de la noticia del posible desalojo. Barcelona, 2012

19-Momento en que Andrés Garcia, uno de los abogados de los habitantes de La Nave, comunica que el desalojo ha sido suspendido definitivamente y que la causa se archivará en breve gracias a un recurso de última hora. Barcelona, 2012

18-Una habitante de La Nave habla por teléfono con una miembro de la asociación de vecinos de Poblenou para coordi-narse y convocar una asamblea. Barcelona, 2012

20-Los habitantes de la nave atendieron a distintas instituciones que se sensibilizaron con su caso. En la imagen Ibrahima, Kebara y otros habitantes atienden a políticos catalanes. Barcelona, 2012

15-Walter, un habitante de la nave, habla en una de las numerosas asambleas que se celebraron en el patio para organizar su lucha. Barcelona, 2012

16-Muchos de los habitantes de la Nave no quieren mostrar sus rostros ya que carecen de la documentación para permanecer en el país. Temen ser deportados o encerrados en un CIE. La Policía Nacional amenazó con hacer una redada de extranjería durante el posible desalojo. Barcelona, 2012

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CUENCA MINERA

En 2012, los trabajadores del sector minero del carbón volvieron a la huelga durante meses. Un hecho que hizo a los mayores sumirse en una suerte de “dejavú”, como si hubiesen retrocecido diez, veinte o cuarenta años, cuando ellos mismos, los que no murieron por silicosis o les traicionó la propia mina, lucharon también por sus derechos, por sus familias y por sus tierras.

Lo que diferencia estos tiempos de los de entonces, es que ahora no está en juego solamente sus salarios, por aquella época precarios, o sus jornadas de ocho horas. Ahora, lo que está en juego es su propio futuro. La causa fue la decisión del gobierno de retirar las ayudas al carbón. Unas ayudas que se renuevan cada pocos años, pero que ya tienen fecha de caducidad: 2018.

Durante los próximos 5 años, tanto mineros, como quienes dependen directa o indirectamente del carbón, tienen la difícil tarea de reinventar sus propias vidas y las opciones brillan por su ausencia. Ya sea por una mala gestión de los patrones, por una torpe gestión de los diferentes gobiernos o por pura corrupción y avaricia, el caso es que las opciones de re-industralización de las comarcas mineras han sido un fracaso y numerosos son los casos de empresas de diferentes sectores que tras unos años de actividad en las zonas han salido de las mismas.

Pero seamos sinceros, ¿quién se iría a jugar el pellejo a una mina, si existiesen otras formas de garantizar el sustento?

Y es que durante este último año desde el inicio de la huelga, las cosas no han mejorado, en absoluto. Cientos de trabajadores, siguiendo la linea general del país, han sido despedidos o jubilados forzosamente, en muchos casos para, a través de subcontratas, contratar personal “nuevo” con unas condiciones más deplorables. Además, los escándalos en el sector se han agravado. Ya conocíamos el desperdicio de los fondos mineros en carreteras fantasma o en becas en EEUU para los hijos de los trabajadores y fiestas mayores.

Pero a esto hay que sumarle los casos de “volatilización” misteriosa de cientos de toneladas de carbón de las arcas de Don “Vito” Alonso, el mayor empresario minero del país y su presunta imputación en casos de malversación y corrupción.

A esto cabe añadir, que el trato que la prensa ha dado desde siempre a esta situación; ha sido desde la distancia, sin adentrarse en la condición más humana del conflicto.

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Una situación que conlleva una cultura de sacrificio, solidaridad y tradiciones. Un legado que va más allá del mero beneficio económico.

Quizá el conflicto real, no sea tanto la rentabilidad de un sector concreto, ni en que se cierren o no las mi-nas, sino el futuro de las personas y comunidades.

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1-Un hombre cruza un puente del que cuelga un lazo negro en solidaridad con los mineros en Cangas de Narcea. Asturias, 2012.

3-Un grupo de mineros se manifiesta en favor de la minería durante la huelga minera en las calles de Mieres. Asturias, 2012.

5-Vista aérea del puerto de Musel donde el carbón llega para ser comercializado. En el puerto de Musel llega el carbón internacional para ser llevado a las centrales térmicas españolas y es el punto de partida del carbón español que es exportado. Asturias, 2012

7-Ficha de autorescatadores en Cerredo. Estas llaves las utilizan para encender las luces del casco y así además tienen controlado quien está dentro o fuera de la mina. Asturias, 2012

2-Un hombre pasa por delante de una pintada en la que se lee “Indignación”. Asturias, 2012.

4-Dos mineros se abrazan en una manifestación en favor de la continuidad de la minería en Mieres. Asturias, 2012.

6-Trabajador en la mina de Cerredo. Asturias, 2012

8-Mineros descansan y comen unos bocadillos en su hora de la cena. La activdad de la mina de Cerredo no cesa en ningún momento y por eso existen tres turnos rotativos. Asturias, 2012

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9–Un minero lleva comida a sus compañeros encerrados en Pozo Candín en la zona de Langreo. Asturias, 2012.

11-Guantes y restos de carbón en la mina de Cerredo. Asturias, 2012

13–Mineros resguardándose en los montes de Figadero durante un enfrentamiento con la Guardia Civil. Asturias, 2012.

15-Minero, durante una de las huelgas, descansa en la entrada de una mina. Asturias, 2012

10-Casa en la Cuenca de Cerredo durante el atardecer. Asturias, 2012

12–Mineros en los montes de la zona de Figadero durante la huelga minera. Asturias, 2012.

14–Un minero durante un corte en la carretera cerca de las inmediaciones de Pozo Santiago. Asturias, 2012.

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DESAHUCIOS

La asamblea de afectados por la hipoteca exige soluciones. Soluciones que son justas, posibles y que ya que se están aplicando en otros lugares:

Parar los desahucios, tanto de las familias hipotecadas como de los avalistas, hasta que se haya encontrado una solución a su situación. Y garantizar a los afectados el acceso a justicia gratuita para poder defenderse en los procesos de ejecución. En cualquier caso garantizar que ninguna persona se quede en situación de desamparo habita-cional: un Estado democrático respetuoso de los Derechos Humanos no puede permitir que miles de familias se queden en la calle a la vez que millones de pisos permanecen vacíos a la espera de ser un negocio rentable.

Regular la dación en pago, de manera que si el banco ejecuta la hipoteca y se queda la vivienda, la deuda queda iquidada, como sucede en otros países de la UE o en EEUU. Es un abuso bancario que estén expulsando a la gente de sus casas y encima les exijan el pago de 20, 50 o incluso 100 mil euros.

Conversión del parque de viviendas hipotecadas de primera residencia en parque público de alquiler social. Que la administración fuerce a las entidades financieras a asumir los precios reales de las viviendas haciendo que los bancos renuncien a un porcentaje significativode la deuda hipotecaria para que, a continuación, la administración

compre la vivienda a precio de vivienda protegida de régimen general y el antiguo propietario pueda permanecer en ella como inquilino de vivienda protegida, siempre y cuando cumpla los requisitos establecidos para ser beneficiario de la misma. Así no sólo se ayudaría a las familias hipotecadas, sino que ganaría toda la sociedad al aumentar el parque de vivienda pública en alquiler. Una versión de esta medida se está aplicando ya en el País Vasco, por lo que se trataría de extenderlo al resto de comunidades autónomas.

Realización de una Auditoría social sobre el funcionamiento del mercado hipotecario. Existen indicios fundados que nos indican que la ciudadanía ha sido objeto de un gran fraude que debe ser investigado para poder establecer las responsabilidades de entidades empresariales, bancarias, así como de las instituciones públicas. La misma auditoría debería aclarar dónde han ido a parar los beneficios millonarios que se generaron durante el boom inmobiliario.

Establecer los mecanismos, las reformas y las políticas necesarias para que el acceso a una vivienda adecuada no vuelva a ser jamás un negocio para unos pocos y una esclavitud para las familias trabajadoras. En el caso del mercado hipotecario, establecer por ley que el pago de la cuota mensual hipotecaria en ningún caso sea superior al 30% de los ingresos de la persona o unidad familiar, a un plazo máximo de 20 años.

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Invitamos a las personas afectadas a sumarse a esta Plataforma: la unión es la mejor manera que tenemos ahora para vencer el miedo, las amenazas y los abusos de los bancos.

También invitamos a entidades y colectivos sociales a apoyar este manifiesto, porque es una tarea de toda la sociedad el forzar un cambio de modelo: de la burbuja inmobiliaria al derecho a la vivienda.

Asímismo, invitamos a las administraciones a establecer un diálogo para avanzar en la aplicación de estas medidas. Mientras éstas no se apliquen, anunciamos que iniciaremos movilizaciones y las acciones necesarias para hacer respetar nuestros derechos.

Manifiesto de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (fragmento)

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3-Un Mosso d’ Esquadra se dirige a casa de Verónica y Eliseo con un mazo antes de ejecutar el desahucio. Barcelona, 2012.

5-Eliseo grita desde la parte trasera de su casa mientras los Mossos d’ Esquadra proceden a desahuciarlo a él y su familia. Barcelona, 2011.

7-Mossos d’ Esquadra proceden a desahuciar a Eliseo y Verónica entrando por el balcón de su casa. Barcelona, 2011.

9-Eliseo Júnior, de 12 años de edad, esperando la ejecución del desahucio de él y de su familia. Barcelona, 2011.

4-Eliseo Júnior, de 12 años, espera en el sofá de su casa a que él y su familia sean desahuciados. Barcelona, 2011.

6-Eliseo sujeta las llaves de su casa minutos antes de ser desahuciado. Barcelona, 2011.

8-Los Mossos d’ Esquadra desahucian a Eliseo y a su familia. Barcelona, 2011.

10-Eliseo observa como los Mossos d’ Esquadra rodean su casa. Barcelona, 2011.

1-Detalle de la casa de Matías, el día de la ejecución de su orden de desahucio a cargo de Bankia. Barcelona, 2011.

2-Detalle de la casa de Verónica y Eliseo el día de la ejecución de su orden de desahucio. Barcelona, 2011.

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13-Matías espera la ejecución de su desahucio. Barcelona, 2012.

15-Matías saluda a miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y vecinos, tras conseguir la dación en pago de su deuda con Bankia. Barcelona, 2012.

17-Verónica es desahuciada por los Mossos d’ Esquadra. Barcelona, 2011.

14-Detalle del sofá de la casa de Verónica y Eliseo. Barcelona, 2012.

16-Eliseo observa desde el balcón de su casa el día en que él y su familia van a ser desahuciados. Barcelona, 2011.

18-Pertenencias de Eliseo y Verónica el día de su desahucio. Barcelona, 2011.

11-Matías el día de la ejecución de su desahucio. Barcelona, 2012.

12-Matías recoge sus pertenencias el día en que va a ser desahuciado. Barcelona, 2012.

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SI GALICIA HABLARA

Gracias en parte a la crisis y al creciente interés ciudadano por sacar a la luz el destino de cada euro del dinero público, hemos podido saber los escandalosos tejemanejes de la red Gürtel, del Duque de Palma o de una Ministra de Sanidad que no sabe responder a la pregunta de quién le paga los viajes. Hemos sabido que se ha sacado partido de EREs fraudulentos, de los negocios de uno de los hijos del expresidente Jordi Pujol y así, hasta un largo etcétera que tendría que actualizar cada dos segundos. El problema de levantarte (o acostarte) cada día con un nuevo escándalo es que te vuelves resistente a la sorpresa y la indignación toca techo.

Esta es la realidad que se vive en Galicia desde que la memoria les alcanza a los más ancianos. Ellos son precisamente quienes pueblan, en un porcentaje muy alto, las aldeas con menos de mil habitantes, la mayoría en territorio gallego, aisladas de la actualidad de la urbe por su dispersión. Todo el mundo sabe los chanchullos del alcalde, las irregularidades del presidente de la diputación, los contratos a dedo en la comarca. Pero, ¿Quién denuncia? ¿Quién habla? ¿Quién no lo ve ya como algo normal? Quieran, o no, los habitantes de una pequeña población están en la cadena de la corrupción.

El caciquismo lo envuelve todo y más cuando el regidor de turno

lleva más años con el bastón de mando que la propia democracia.Y le viene de familia. Esa es la principal característica del cacique. No representa un programa electoral ni siquiera a un partido. Representa un apellido. Cuarenta años son muchos en el poder y en Galicia muchos cargos electos pasan de manos de padres a hijos. ¿Y las elecciones? Las sigue ganando el mismo apellido.

Uno de los factores que hacen que muchos vecinos no rompan la cadena es el factor miedo. ‘Si te presentas por el partido de la oposición te quito la farola de la entrada de tu parcela’, ‘Si no me apoyas en un acto electoral igual no renovamos el contrato de trabajo a tu hermana en el ayuntamiento’. Estas son algunas de las advertencias que en época de elecciones circulan por las aldeas de toda Galicia, sustituyendo banderolas y propaganda electoral. Porqué en las pequeñas poblaciones del mundo rural poca campaña se hace, funciona más el licor café y el apretón de manos.

Rara vez aparecen por allí los medios de comunicación. No sólo porque cuando aparecen los focos todos cierran su casa, sino porque no hay medios masivos que se libren del caciquismo. Subvenciones, publicidad institucional, acceso privilegiado a fuentes. Todo vale para satisfacer los deseos del poder y no buscarse líos en un circuito periodístico donde todos se conocen. ‘Nunca sabes quién

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te dará trabajo’, señalan los profesionales de la información en Galicia.Una afirmación más que comprensible cuando detrás de uno de los principales diarios de la comunidad está la presidencia de la diputación.

Sólo se rompe esta relación de comida y obediencia cuando un escándalo de proporciones estatales salpica a los caciques más ilustres. Como el caso de José Luis Baltar, quien tras 25 años en el poder, dejó la Presidencia de Ourense en manos de su retoño. Cuando tuvo que declarar como imputado por haber enchufado con contratos irregulares a 104 personas (entre familiares, alcaldes y afiliados del Partido Popular), interpretó como nadie su poder siendo aclamado por decenas de alcaldes populares en la puerta del Tribunal. Una escena que, aunque en menor grado, se puede ver cualquier día a cualquier hora cuando el alcalde ‘de toda la vida’ hace acto de presencia en el bar de la aldea. Y que se cuide el que le discuta o no le ría los chistes, porque entonces ya estará condenado en el pueblo.

Laura L. Ruiz, periodista especializada en política y comunicación para el desarrollo.

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1-Vista desde la carretera de Costa da Morte. Galicia, 2012.

3-Una vecina de Moscán, en Lugo, dirigiéndose a sus habituales tareas en el campo. Galicia, 2012.

2 –Campesina de Camarinhas, en A Coruña, en su casa. Galicia, 2012.

4-Vecinos de Paiosaco, en A Coruña, en uno de los bares del municipio. Galicia, 2012.

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5-Simpatizantes de Alfonso Guerra, del Partido Socialista de Galicia (PsdG), en un mitin del candidato. Galicia, 2012.

7-Vistas desde la carretera de Moscán. Galicia, 2012.

6-José Blanco, de 81 años, actual Alcalde de Negreira. Galicia, 2012.

8-Campesinos de Camariñas, en A Coruña, en su casa. Galicia, 2012.

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