Goin' to Chicago - Facing History and Ourselves Transcript... · la segregación racial, la...

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Goin' to Chicago Aparte de él, tus primeras-- tus primeras cinco filas de allá son personas de Greenville, Mississippi. [RISAS] Hola, compañeros. Soy Viethel Wills de Greenville, Mississippi. Vamos camino a la autopista, hacia Greensboro. Oh, disfruto volver. Compañeros, quien haya pensado que el camino desde Mississippi y de regreso, y volver a casa y todo esto nos hubiera llevado a estar sentados en el bus, siendo entrevistados, mirando por las ventanas, y viendo qué tan maravilloso e increíble es todo, lo grande que es Dios. Aquí tenemos una oportunidad que tal vez muchas personas nunca van a tener, pero el gozo es que todos lo compartimos como Mississipianos, e intentamos decir, en forma resumida, lo felices que estamos desde que vinimos. Nunca nos arrepentimos. Eso es correcto. Y recuerdo la época en la que ni siquiera podíamos pagar un pasaje en bus. Ahora podemos rentar nuestros propios buses. Desde los campos de algodón a la Torre Sears, el edificio más alto del mundo, eso es progreso, corazón, ¡progreso! Hay algo increíble sobre volver a tus inicios, porque sea lo que te hayan inculcado-- en ti-- cuando saliste de ahí, lo llevarás por siempre. [CANTANDO] Estaré sentada allí. Estaré sentada allí. Ven a la parte de adelante del bus, Estaré sentada allí. [VÍTORES] [MÚSICA - MUDDY WATERS, "MY HOME IS IN THE DELTA"] [CANTANDO] Bien, mi corazón está en el delta, lejos del camino del granjero. Ahora sabes que me voy de Chicago y, la gente, odia irse. Ahora sabes que me voy de aquí por la mañana. Y no voy a regresar. Mira. facinghistory.org

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Goin' to Chicago

Aparte de él, tus primeras-- tus primeras cinco filas de allá son personas de Greenville, Mississippi.

[RISAS]

Hola, compañeros. Soy Viethel Wills de Greenville, Mississippi. Vamos camino a la autopista, hacia Greensboro.

Oh, disfruto volver.

Compañeros, quien haya pensado que el camino desde Mississippi y de regreso, y volver a casa y todo esto nos hubiera llevado a estar sentados en el bus, siendo entrevistados, mirando por las ventanas, y viendo qué tan maravilloso e increíble es todo, lo grande que es Dios. Aquí tenemos una oportunidad que tal vez muchas personas nunca van a tener, pero el gozo es que todos lo compartimos como Mississipianos, e intentamos decir, en forma resumida, lo felices que estamos desde que vinimos. Nunca nos arrepentimos.

Eso es correcto. Y recuerdo la época en la que ni siquiera podíamos pagar un pasaje en bus. Ahora podemos rentar nuestros propios buses.

Desde los campos de algodón a la Torre Sears, el edificio más alto del mundo, eso es progreso, corazón, ¡progreso!

Hay algo increíble sobre volver a tus inicios, porque sea lo que te hayan inculcado-- en ti-- cuando saliste de ahí, lo llevarás por siempre.

[CANTANDO] Estaré sentada allí. Estaré sentada allí. Ven a la parte de adelante del bus, Estaré sentada allí.

[VÍTORES]

[MÚSICA - MUDDY WATERS, "MY HOME IS IN

THE DELTA"]

[CANTANDO] Bien, mi corazón está en el delta, lejos del camino del granjero. Ahora sabes que me voy de Chicago y, la gente, odia irse. Ahora sabes que me voy de aquí por la mañana. Y no voy a regresar. Mira.

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Estos viajeros, residentes de Chicago por largo tiempo, están volviendo a Greenville, Mississippi, para una reunión con sus familias y amigos de la infancia. Cincuenta años atrás, junto con millones de otros negros, dejaron los campos de algodón y el mundo de Jim Crow del sur en busca de la libertad y oportunidades en las ciudades industriales del norte y del oeste. Fue la inmigración interna más grande en la historia de la nación. Su búsqueda del sueño americano cambió drásticamente a este país y para siempre. Esta es su historia.

Mi nombre es Mae Bertha Carter. Nací en el condado Sunflower, tengo 69 años. Tengo 13 hijos.

Éramos granjeros y ganaderos y teníamos gallinas, vacas, caballos, cerdos, algodón. Eso hacían mis padres. Eran aparceros. De hecho, casi todas las personas que conocía en esa época, eran aparceros.

Un aparcero es una persona que trabaja para-- el dueño de la tierra por la mitad-- por la mitad. Mi esposo lo describe mejor. Él dice, que ser un aparcero significa que tú trabajas 20 años para ti y 20 años para alguien más.

El aparcero tiene que pagar por las semillas. El aparcero tiene que pagar el fertilizante. El aparcero tiene que pagar el mantenimiento de los tractores. Tiene que pagar el gas. Tiene que pagar por el combustible. Tiene que pagar el alimento de los caballos y mulas. Y sin embargo, cuando se cosecha, el aparcero hace todo el trabajo. Y luego el dueño se lleva la mitad de todo eso.

Era una forma de esclavitud. Ya saben, no solo era controlado, era una forma de esclavitud. Trabajabas solo para subsistir.

Mis padres y yo trabajábamos todo el año, y mi papá solo ganaba $300. Algunas personas ganan eso en un día hoy.

Algunas veces, te digo, me da tristeza. Simplemente triste. Y luego, me enojo.

[RISAS]

Así que hay diferentes tipos de sentimientos.

[RISAS]

Pero no teníamos otra opción, y teníamos que hacerlo. No teníamos otra opción.

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Nací justo al final del camino. Y miro el camino, y mi mente vuelve, ya saben, a cuando-- no teníamos nada, tú sabes, cuando vas a la escuela, todo el día sin nada para comer. Y tenían un huerto de nabos, ya sabes, para los cocineros de la cafetería de la escuela. Y así comíamos. A veces íbamos al huerto de nabos y, ya saben, sacábamos unos nabos y cosas y los comíamos para la cena.

Y la mayoría de las veces, en el invierno, solo teníamos tres centavos para comprar una caja de leche. Y cuando volvíamos a la casa, teníamos tanta hambre, que fuera lo que hubiese para comer, lo comíamos, pero en general solo era un plato de frijoles. Pero el último año de escuela, mi mamá se enfermó, así que yo tenía que volver a casa y ponerme a cocinar para poder comer. Y tu estómago se parte en dos mientras intentas cocinar y no puedes comer. Tú sabes que no puedes comer mientras estás cocinando porque tiene que alcanzar para todos.

[CANTANDO] Oh, no estaré aquí mucho tiempo, Oh, oscuridad atrápame aquí.

No recibí ninguna educación. No tuve la oportunidad de ir a la escuela. Cuando nací, hace 69 años atrás, no había escuelas para que los niños fueran.

El sistema escolar operaba durante siete a ocho meses, y teníamos lo que se llamaba la sesión dividida. El año escolar giraba en torno de las necesidades de los granjeros porque los jóvenes, los estudiantes, trabajaban en las granjas.

Eso significa que los niños negros no comenzaban la escuela hasta más o menos el 15 de noviembre, para que pudieran recoger el algodón y los niños blancos pudieran ir a la escuela todo el tiempo. Comenzaban la escuela en septiembre hasta junio.

Solo en los días de lluvia podíamos ir a la escuela, especialmente cuando los cultivos estaban en el campo. Y la mayoría de los niños, en ese momento comenzaban cuando podían recoger algodón o simplemente estar bien parados. Mientras pudieran recoger una bola de algodón de la planta, lo hacían. Y cuando tenía como ocho o nueve años, ya trabajaba regularmente en el campo.

Si eras alto, podías comenzar a cortar como a los nueve años, pero si eras bajo, tenías que esperar hasta como los 11 o algo así.

Y la forma en que recogíamos el algodón era usando un saco de algodón en la espalda, alrededor del cuello, y arrastrábamos el saco a lo largo de la fila del algodón. Y cuando se llenaba, lo vaciábamos y volvíamos a empezar una y otra vez. Y algunas personas eran muy buenas, podían recolectar 200 o 300 libras por día. Pero ese no era mi caso. Nunca fui buena en el campo, nunca me gustó el campo. Estaba en el campo porque era lo que tenía que hacer.

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Amaba el sur de cierta forma pero no amaba recolectar algodón, es duro con tu espalda, duro con tus manos. No amaba ese tipo de trabajo. Mm-mm.

Mi hermano y yo solíamos llorar todo el tiempo. Por favor ayúdanos, Dios, sácanos de aquí. Y él nos abrió un camino. Nos abrió un camino. Fue difícil, pero nos abrió un camino.

[CANTANDO] Yo-- yo conozco al Señor, él abrirá un camino. Oh, sí, él lo hará. Oh, sí, él lo hará. [CANTANDO]

¡Sí! Él lo hará.

[CANTANDO] Oh, sí, él lo hará.

[CANTANDO] ¡Sí!

Volver a casa significa mucho. De verdad que sí. Y estás tan ansiosa por volver. Parece que te toma demasiado tiempo volver.

Han viajado todo el día.

Sí.

Apenas estamos llegando a Greensboro para nuestra bienvenida nacional. Ahí está el presidente del Club de viajes de Greensboro recibiéndonos. Y nos bajamos del bus. Todos se encuentran, se besan, se saludan. Nos llaman los primos besucones, de cualquier forma. Ahí estoy.

[RISAS]

Bienvenidos.

¿Cómo están?

Ese es mi hermano, Lev. Está tan feliz. Él siempre está feliz cuando llego. Ama a su familia.

Lena está hablando, como siempre. Cuando comenzamos realmente éramos los primeros y muchos de estos clubes comenzaron después que nosotros, Y si no me equivoco, somos los únicos que de verdad son dueños del clubhouse.

¿Dónde se fue George?

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Creo que a los Mississippianos les gusta seguir a Mississippi donde sea que vayan.

Hola, señorita.

Oye, hermana. ¿Cómo

estás?

Estoy muy bien.

Qué bueno.

El festejo comenzará esta noche. Hoy es el registro, la presentación y el banquete. Luego mañana, será la iglesia o reunirse mañana a la noche, y el sábado será el picnic, y el sábado a la noche habrá un gran baile. Todo estará sucediendo.

¡Estamos tan felices de tenerlos aquí!

[RISAS]

Entre 1915 y 1965, los migrantes negros dejaron el sur en dos grandes olas. Para 1929, la segregación racial, la pobreza, y la devastación del copo de algodón de las cosechas impulsaron a más de un millón y medio de negros desde sus hogares rurales. En 1940. comenzó la segunda ola.

[GALLO CANTANDO]

Movietime News en el Delta del Mississippi.

La máquina del tiempo finalmente llegó al sur. Desde Texas a Tennessee, los robots rápidamente están reemplazando mano de obra como la del Sr. y la Sra. Jackson y sus 10 hijos.

La familia Jackson recoge una tonelada de algodón cada día. Uno de estos recogedores mecánicos de algodón cosecha la misma cantidad en una sola hora. ¿Qué va a suceder con los Jacksons y millones como ellos? Tal vez algunas de estas personas terminarán en Chicago en la línea de producción de International Harvester construyendo estas elegantes máquinas que están transformando su forma de vida de larga data en obsoleta.

Las máquinas tomaron el control. Un hombre hace lo que 8 o 10 hombres podían hacer. Mi hijo puede estar manejando una máquina plantadora de ocho filas ahora.

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Él puede plantar 200 acres de algodón por día. ¿Para qué querrían 4 o 5 hombres allá afuera? No los necesitan. Ese es el motivo de que la fila luzca así ahora. Las máquinas han tomado todo el control.

No me quedé mucho tiempo en esa granja después de que comenzaron a usar los recogedores de algodón. Fue por esa época que nos dijeron que teníamos que dejar la granja.

Parecía que todos los trabajos que surgían, los blancos ya los tenían, y no había nada que los negros pudieran hacer más que volver a los campos. No fueron a la escuela para cocinar para choferes de tractor, así que no se quedaron aquí para hacerlo.

Yo tenía 13 hijos y mi sueño para todos ellos era que fueran a la escuela y tuvieran la mejor educación que pudieran tener, y luego irnos de la granja.

Mi abuela me crio y ella siempre amó el país. Y yo comencé en una granja, y nunca pude sacar un centavo de ello. Cada vez que cosechas, quedas en desventaja, o ganas apenas $100. Así que no podía vivir de eso.

Entonces mi abuela me dijo, hijo, si te mudas a la ciudad, vas a tener que comer de los basureros. Y yo le dije, bueno, el próximo año voy a tratar de irme a la ciudad, y tal vez tenga que alimentarme de los basureros pero me voy a ir de aquí.

[SUENA GUITARRA]

[CANTANDO] Vieja ruta 61, la ruta más larga que conozco. Digo, ruta 61, la ruta más larga que conozco. Va desde Chicago hasta el Golfo de México.

Cuando tenía 18 años, dejé Memphis, mi esposo y yo. Y tomamos ese bus Greyhound por la ruta 51 con dirección norte hacia Chicago. Él no tenía dinero y yo tampoco. Teníamos una caja de galletas Ritz y la dividimos entre los dos. Es todo lo que teníamos para comer, sin dinero y sin lugar para vivir, nada. Solo nos lanzamos a la oportunidad. Y supuse que si él tenía el coraje para hacerlo teniendo nada, yo también lo tenía. Y eso fue lo que hicimos.

[SUENA GUITARRA]

[CANTANDO] Me conseguí una pequeña cabaña por la ruta 61.

Llegando a Chicago en el tren. Pero creo que lo que más recuerdo de ello, el conductor, cuando llegamos a Cairo, Illinois, él dijo, OK, ya pueden dejar ese "sí

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señor" y "no señor". Solo digan "sí" y "no" a partir de ahora. Eso es lo que más recuerdo del viaje en tren.

[SUENA GUITARRA]

[CANTANDO] Blues de la ruta 61.

Yo hice dedo todo el recorrido para llegar hasta aquí. Un señor blanco me llevó en su coche. Él lo estaba intentando. Me trajo todo el camino hasta Chicago. Yo tenía dos dólares-- Llegué aquí y mi hermana supuestamente me iba a dejar quedarme en su casa, pero no me dejó. Así que dormí en un auto.

Llegamos en el auto de mi hermano. Era un Dodge Nuevo. Y él manejó todo el camino. No había hoteles o moteles para negros, así que tenías que parar al lado del camino y dormir una siesta.

Y él había trabajado todo el día hasta el viernes a la noche, en Chicago, en su trabajo. Salió al medio día, manejó hasta Arkansas, y nos recogió. Vendimos nuestros muebles y regalamos muchas cosas. Y rentamos un tráiler y lo pusimos en la parte de atrás de su coche y vinimos.

Él intentaba estar de regreso el lunes para trabajar, y trataba de manejar sin parar, y todo el tiempo se estaba quedando dormido en el volante. Pero no me asustaba, porque pensaba que podías cabecear y manejar. Él manejó hasta allá, así que yo pensaba que podía llevarme de regreso. Y yo siempre me sentí tan seguro con él y con mi padre. [MÚSICA - JIMMY REED, "BRIGHT

LIGHTS, BIG CITY"]

[CANTANDO] Luces brillantes, gran ciudad. Se le subieron a la cabeza a mi bebe.

Finalmente, llegamos a Chicago. Sentí que había llegado a la tierra prometida.

Llegamos a Chicago y nunca olvidaré ese momento cuando el bus Greyhound llegó a la 63 y Cottage Grove. Y vi las luces brillantes. Nunca había visto tantas luces brillantes en mi vida. Me dije, por Dios, esto debe ser el cielo o ese lugar del que hablan, Paris, uno u otro.

Creo que esperaba la Vía Láctea. Realmente esperaba encontrar a Las Vegas aquí, que nunca habíamos escuchado antes.

[MÚSICA]

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Chicago, el gran carnicero del mundo, hacedor de herramientas, almacenador de trigo, jugador con ferrocarriles, y el mayor manipulador de la nación. El poeta Carl Sandburg conoce muy bien su metrópoli al pie del lago. Por casi un siglo, millones de inmigrantes europeos empobrecidos se forjaron vidas nuevas y mejores en esta ciudad de grandes hombros.

Los recién llegados siguen llegando cada día, pero ahora vienen desde Dixie. Cientos de miles de negros del sur llegan a la ciudad de Chicago, con sus maletas cargadas con sueños de democracia-- libertad y prosperidad para todos.

La mayoría de nuestra gente de por aquí se fueron a Chicago. Era como si fueran a algún lugar en donde lo lograban. Como si al irse, uno de estos días tal vez tú también te ibas a ir.

A medida que crecían, se iban. Toda mi familia ahora está en California. Y la forma en que lo hicieron, el primero se fue. Y cuando el segundo terminó la escuela, lo mandaron con el primero. Así es como todos nos fuimos de casa.

Mi tía estaba aquí y mis tíos estaban aquí, y ellos me recibieron hasta que pude conseguir un trabajo. Así que siempre tuve familia a mi alrededor porque al haber nacido en el sur, éramos muy protectores entre nosotros mismos.

Mis parientes se fueron a Chicago. Los vecinos se fueron a Chicago. Y lo llamamos Mississippi, Chicago.

[MÚSICA - JIMMY ROGERS, "CHICAGO BOUND"] [CANTANDO]

Les voy a decir algo que todos deben saber. Chicago es el mejor lugar que he conocido. Me voy a quedar en esta ciudad. Voy a vivir en esta ciudad. Voy a vivir en Chicago. Es el mejor lugar por aquí.

Tengo parientes y amigos que nos visitan. Vienen a casa para los funerales o por alguna razón desde Chicago. Intercambiamos cartas y usamos el correo. Yo quiero ir a Chicago.

Hola, doctor, mi querido viejo amigo. En estos momentos es cuando pienso en escribirte sobre hechos verdaderos de la condición actual del norte. La gente llega cada día y encuentra trabajo. No hay nada más que dinero y no es difícil de conseguir. Los niños van a la escuela todos los días y junto a los niños blancos. ¿Cómo está todo por allá?

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La gente llega de vacaciones, ya sabes, o a los funerales, y tienen ropas hermosas y dinero en sus bolsillos, manejan coches, y llaman a sus casas y hablan por teléfono. Y yo pensé, oh, deben ser ricos.

Cada sureño de la parte central del sur sabía sobre Chicago. Chicago es el paraíso con el que fantaseas.

[MÚSICA]

La radio tenía un tremendo impacto en términos de hacer que la gente soñara con ir al norte algún día. Escuchabas música que venía del Grand Terrace Café, Earl Hines, Earl 'Fatha' Hines. Cab Calloway tocó aquí. Duke Ellington tocó aquí. Young Count Basie tocó aquí. Aquí es donde escuchabas sobre el Regal Theater.

Chicago, este era un lugar donde los negros podían responder a los blancos y podían votar. Y, además, este era el hogar del periódico Chicago Defender. Las personas en Tennessee, Alabama, Mississippi, Georgia, hasta el Delta, y la línea central de Illinois, leíamos el Chicago Defender y, además teníamos sueños y fantasías sobre este lugar, esta meca para los derechos humanos y civilidad, llamada Chicago.

Y por supuesto, mucho de eso era una exageración. Pero era el tipo de exageración que las personas necesitaban para mantener la esperanza en el país y en sus propias vidas.

Los recién llegados del sur por lo general se quedaban con sus familiares ya establecidos en las grandes ciudades. En algunos casos, comunidades enteras se reubicaban a miles de millas para tener una nueva vida. Los fundadores de la iglesia New Mount Pilgrim Mission Baptist de Chicago viajaron juntos desde Mississippi hacia el norte. Medio siglo después, la congregación todavía mantiene y valora sus lazos sureños.

Hemos pasado algunos días de sufrimiento, algunas pruebas, tribulaciones. No solo se trataba de poder usar zapatos, sino de la falta de pan.

Sí, amén.

Ha habido escasez de carne en nuestra tierra y país. Era una vida sufrida. Si nos acercábamos a un mostrador, teníamos que esperar hasta que atendieran a todos los demás, y luego podíamos comprar lo que quisiéramos y luego pagar más que el resto. Siempre era un problema en nuestra forma de vida.

Sí.

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Sufrimos para llegar hasta aquí.

[CANTANDO] Hay un tiempo como este, oh, sí, un tiempo--

Estimado Señor, Deseo en verdad ir al norte. Cualquier lugar en Illinois funcionaría siempre y cuando esté lejos del lazo de los linchadores y del fuego de las antorchas. Las condiciones aquí son horribles para nosotros. Quiero sacar a mi familia lejos de esta tierra sureña maldita. Aquí, un hombre negro no es ni siquiera mejor que el perro de un hombre blanco.

[CANTANDO]

Trabajaba en el depósito del ejército en Memphis. Y un día cuando nos íbamos en el bus a nuestras casas, un blanco se me acercó en la parte de atrás del bus y quería que le diera mi asiento. Y le dije que no iba a dárselo. Y le dije, mejor que te vayas a la parte de adelante a donde perteneces. Las personas-- estábamos segregadas en esa época.

Y todos en el bus dijeron, sí, que intente sacarte del bus. Así que el conductor le dijo, mejor ven aquí adelante y siéntate aquí en el frente porque te vas a meter en muchos problemas. Y yo dije, sí, seguro que va a meterse en problemas.

Y llegué a casa-- estaba tan enojado. Y tenía una navaja en mi bolsillo, también. Y llegué a casa y le dije a mi esposa, Le dije, me voy a ir antes de meterme en problemas. Y volví al otro día y renuncié y vine a Chicago, y he estado aquí desde ese momento. Tengo

dos hermanos. [INAUDIBLE] Lo vas a poner en el Río Mississippi, donde los ratones están por todos lados. Porque ellos realmente le tienen miedo.

Esa es la casa mi madre. Esa es nuestra casa. Aquí es donde muchos de nosotros nacimos y crecimos. En mi familia somos nueve. Pasé mucho tiempo de niño sentado en el porche.

¿Qué sabes? Hay un lugar en el norte que es peor que los lugares aquí en el sur.

Eso lo sé.

Antes de Martin Luther King, era en todas partes, incluso en Nueva York. Y yo estaba usando un uniforme de la Marina de Estados Unidos y si entraba a un restaurante, ellos romperían los platos si cenaba.

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Lev paró ahí mismo en Cairo, Illinois.

Dije Chicago.

Y fue allá y ordenó-- bueno, todavía no lo sé a pesar de eso. Fue y pidió unas hamburguesas.

Es correcto.

Y le dijeron que tenía que ir a la vuelta y pedir atrás. Correcto.

Y me di la vuelta y pedí 10 hamburguesas. Y cuando las preparó, le dije, ahora las comes todas tú. Luego me subí al coche y me fui. Es

cierto.

Y mientras iba por la autopista, miraba hacia atrás. Iba mirando hacia atrás.

Ya sabes,

eso fue-- No sabía lo que podían hacerme después.

[MÚSICA]

La corriente de migrantes normalmente se dirige al norte o el oeste con los buses más directos, los trenes o las rutas de autopistas. Los negros de Georgia y de las Carolinas por lo general terminaban en Washington DC, Baltimore, Filadelfia o Nueva York. Los de Alabama se fueron a Detroit. Los migrantes de Texas o Luisiana se dirigían a California. Pero la gente de Mississippi prefería Chicago. Sin embargo, a pesar de las promesas de la América urbana, no todos los blancos elegían dejar el sur.

Yo sentía que podíamos estar mejor en Mississippi sin una educación que en una gran ciudad sin educación. Siempre quise ir a una ciudad, pero cuando llegaba a la ciudad, me decía, quisiera estar viviendo realmente bien en la ciudad. No solo quiero estar ahí y ya. Apenas puedo sobrevivir.

Me quedé durante seis años. OK, la ciudad no es para todos y yo era una de esas personas que no se adaptaban. Entonces regresé y me casé aquí. Esa fue la razón para volver.

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Decidí quedarme. Y estaba con un grupo de personas en 1964, y hablábamos sobre los derechos civiles. Y encontré lo que quería hacer en la vida, y eso era luchar por la libertad. Y aquí estoy. Y aquí he estado desde siempre.

Bueno, la razón por la que no me fui a Chicago, porque podría haber estado en Chicago grabando discos, a cuenta de mi familia. Quise quedarme con mi familia y velar por ellos.

[MÚSICA - WILLIE DIXON, "BACK DOOR MAN"]

Una vez más, todos. Qué tal Billy Branch en la armónica. Lo que me gustaría hacer es un tributo a dos de los mejores hombres del mundo. Y como yo, resulta que son hermanos Mississipianos. Uno de ellos nació como McKinley Morganfield en Rolling Fork. Y el otro nació como Chester Arthur Burnett en West Point, Mississippi. Pero el mundo los conoce como Muddy Waters y Howlin' Wolf, todos.

Y esos compañeros, crecieron en el campo en Mississippi. Eso significa que tenían que trabajar muy duro. Y no ganaban casi nada. ¿Saben a lo que me refiero? Así que miraron hacia el norte, a través de Memphis, Tennessee, llegaron a través de St. Louis, Missouri, y terminaron en Chicago, Illinois, como muchos de ustedes. Había mucho trabajo, pero no mucha paga. ¿Saben a qué me refiero? De la única forma que puedo hacerles un tributo es cantando sobre ellos. ¿Saben a qué me refiero?

[CANTANDO] Soy-- Soy un hombre de la puerta de atrás. Soy una vieja piedra rodante. Soy-- Soy un hombre de la puerta de atrás. Sí.

Cuando llegué, se podía conseguir un trabajo en cualquier parte de la calle que eligieras.

Si dejabas un trabajo en la esquina, podías obtener un trabajo a mitad de la cuadra.

Tenía parientes aquí. Ellos me ayudaron a conseguir donde vivir. Pero cuando llegué a Chicago, me di cuenta que era una central para trabajar.

En esa época, Chicago era el mejor lugar para conseguir un trabajo. Podías ir a Ohio o cualquier otro lugar. Pero no estaban contratando como-- Les digo. Como cuando venías a Chicago, estabas listo para conseguir un trabajo.

Tenía opciones. Podía ir a Búfalo, Nueva York o Detroit. Pero elegí Chicago. Era una ciudad de hampones. Quería ver cómo lucía esta ciudad de hampones. Y vine aquí.

[MÚSICA]

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Más allá del molino de acero y el matadero, era un gran centro de fabricación. Era el corazón de la industria ferrocarrilera. Había trabajos disponibles en la industria de servicios en diferentes hoteles. Y había oportunidades para aquellos que eran emprendedores para iniciar negocios, para los que tenían esas aspiraciones.

Yo nací en Jackson, Mississippi, y vine aquí en los años 40 para ir a la escuela y ser un técnica médica y sepulturera. Sin embargo, la guerra comenzó cuando estaba aquí y obtuve un trabajo en Western Electric. Y nunca miré hacia atrás porque hice más dinero del que nunca había visto en Jackson, Mississippi.

Tuve suerte de conseguir un trabajo en seguida limpiando una casa-- ya saben, como empleada de limpieza. Y esto era en Chicago, en el lado de la orilla norte. Comencé limpiando la casa por cinco dólares al día. Y eso era un gran recorrido de tres dólares por semana.

Salía a las 7 de la mañana de aquí en punto. Y llegaba al centro a las 7:30. Y era el primero en el elevador de Sears. Roebuck y yo abríamos el piso ocho. Y trabajaba en la sala de correo hasta que llegaba el correo, y luego repartía el correo por las diferentes secciones. Y trabajaba hasta las tres de la tarde. A las 3 de la tarde caminaba hasta el correo y trabajaba ocho horas.

Y cuando salía de la oficina de correos, un compañero me traía a casa cada noche y mi esposa me estaba esperando en la puerta al llegar. Comía algo y me iba a dormir. Lo hice por 25 años, trabajando en dos lugares.

Había un dicho, según recuerdo, del que mi padre solía reírse. Él decía, tengo un trabajo para alguien. Y la persona decía, ¿lo tienes? Tráiganme el trabajo y déjenme verlo y decidir si lo quiero o no. Había otra expresión, que decía, si no lo puedes lograr en Chicago, no lo puedes lograr en ningún lugar.

[MÚSICA]

Miles de manifestantes se pavoneaban por South Parkway, la arteria principal del lado sur de Chicago-- Bronzeville, el Harlem de Heartland. Es el desfile anual de Bud Billiken Parade, la idea original del editor del Chicago Defender, Robert Abbot. Un día cuando los 400,000 ciudadanos de Bronzeville le ofrecen un tributo a sus comunidades y sus logros con estilo y orgullo.

Aquí está el campeón, Joe Lewis, el héroe de la clase trabajadora del lado sur. Y aquí están algunas de las nuevas estrellas-- los cuatrillizos Fultz, con grandes sonrisas y saludos para todos los felices participantes. En este día tan especial, los ciudadanos

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de Bronzeville celebran los logros de una de las comunidades más dinámicas de Estados Unidos.

Bronzeville fue como un nombre simbólico. No solo porque era un nombre, sino una forma de vida que describía todo el lado sur.

[MÚSICA]

Cualquiera y todos estaban en la calle 47. Nuestro último alcalde vivía aquí. Nuestro último congresista vivía aquí. Había un edificio de oficinas en donde los doctores, dentistas, abogados, jefes indios estaban.

Teníamos negocios, compañías de seguros. Teníamos iglesias donde se predicaba sobre el orgullo negro.

A quien sea que quisieras emular, tenías pares jóvenes aquí.

Los Chicago Bee, Chicago Defender, esas instituciones crecieron alrededor de la calle 35 y 33.

La gente leía el Chicago Defender para estar al tanto de lo que otras personas negras estaban haciendo en otras partes del país. Aquí es donde te presentaban a los grandes estudiantes y sus historias de éxito que los medios blancos no publicaban.

Las personas han vivido en Chicago toda su vida y nunca han estado en el Loop porque todo lo que necesitabas para tu vida estaba aquí en la calle 47.

Había todo tipo de tiendas de zapatos y de ropa y tiendas para caballeros y películas y bares y discotecas y-- oh, por Dios. Nunca había visto nada como esto. Y era fascinante.

No había sentimiento de soledad o depresión en nuestra comunidad, a pesar de que teníamos mucha gente pobre entre nosotros. Teníamos mucha esperanza de que cualesquiera que fueran los males, se podrían superar.

El proceso de migración que provocó Bronzeville también creo nuevas comunidades de negros en todas las grandes ciudades-- Al este de St. Louis, al norte de Filadelfia, Watts en LA, Detroit Paradise Valley y en el Harlem en Nueva York. El Greenville Travel Club tiene filiales en 14 ciudades en todo el país. Sus miembros se juntan cada año para esta reunión.

Hola.

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[MÚSICA]

[CANTANDO] Vamos, ven aquí al piso.

Estamos entrando al centro de convenciones en donde todos están vestidos a la perfección. Esta es la noche que todos estaban esperando.

[CANTANDO] Ahora, cuando llegues aquí, no tendrás miedo. Pon tus manos en tu cadera--

Ahí está Lev con su capa. Lo llamamos Batman. Ahí está Odell, muy bien. Alguien tiene un hermoso collar. ¿Ven lo elegantes y bien vestidos que están todos? Se pusieron sus trajes más finos para esta noche.

[CANTANDO] Ahora está a la vista, me hiciste daño-- Oh,

están bailando. Moviéndose de un lado a otro. Yo también estoy bailando un poco. Estoy bailando con mi hermano. Esa es Christine. Ya sabes, tiene que hacer su show. Ese es John Wiley. Se está preparando para bailar con Clara. Mira los felices que están todos de verse. Viethel, estás moviéndote. No creo haber bailado desde ese día.

[MÚSICA]

Mi querido pastor y esposa, estoy en esta gran ciudad. Las personas llegan en buses cada día. Ruegan por un lugar donde quedarse. Difícilmente consigues una casa donde vivir. Estoy muy al tanto de mis planes financieros. Estoy rentando un lugar para pensionados. Tengo 15 pensionados.

Si estuvieran en el negocio de bienes raíces, podrías volverte rico de la noche a la mañana si tuvieras propiedades para modificar. Por ejemplo, podrías tomar un edificio de seis departamentos y transformarlo en 12, sino en 18 departamentos. Aquí vimos el auge de las kitchenettes.

Ya saben, no eran nada glamoroso, solo un cuarto. Y dormías en ese cuarto y comías en ese cuarto. Hacías todo en ese cuarto, excepto ir al baño. Así que los llamaban kitchenettes de un dormitorio. Sí, me quedé ahí un buen tiempo.

Todos vivían en kitchenettes cuando llegué. Había personas negras que todavía no tenían casas, todos ellos. Vivían en kitchenettes. Cuando estabas en una de esas kitchenettes, no podías moverte en la cocina. Y yo pensaba que eso era horrible cuando había vivido en casas durante toda mi vida y con mucho espacio.

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A pesar de que esas escuálidas kitchenettes era temibles trampas de incendios, los propietarios exigían y recibían altas rentas por pie cuadrado más que lo que se cobraba por espaciosos departamentos en la zona exclusiva de Gold Coast. Pero las cosas pronto cambiarían. [MÚSICA

- THE FIVE BLIND BOYS OF MISSISSIPPI, "I'M A SOLDIER"]

[CANTANDO] Soy un soldado en el ejército del Señor. Soldado en el ejército. Soy un soldado en el ejército del Señor. Soldado en el ejército.

Después de la Segunda Guerra Mundial, muchos volvimos con una nueva visión de lo que el mundo iba a ser. Yo era uno de esos. Y cuando me fui al ejército a principios de 1943, el lado sur de Chicago tenía algo así como 225,000 o 250,000 personas. Cuando volví, ese número se había duplicado. Muchos de los jóvenes que volvieron y se casaron tuvieron que vivir con sus padres por un tiempo. Así que comenzamos a buscar nuevos lugares para vivir, para romper el viejo cinturón negro, el viejo gueto.

Soy veterano de la Guerra Mundial. He intentado comprar una casa dentro del área en la que trabajo. Y no he tenido éxito.

En una ocasión, un vendedor de una gran firma de bienes raíces me dijo, Mr. Canson, usted parece ser una persona razonable. Seamos francos uno con el otro. Si yo le vendiera una casa en alguna de esas áreas, perdería mi empresa en 30 días.

Y por supuesto, en ese mismo período de tiempo, tenías el mismo tipo de explotación que duró por años. Tal vez todavía se vean resabios de ello, en donde las compañías de hipotecas se juntaban con aseguradoras y la industria de construcción, y una persona de color negro, sin importar sus medios, educación o reputación, simplemente no podía obtener una hipoteca. En la escritura, veías una cláusula restrictiva que prohibía vender la misma propiedad a cualquiera que no fuera de raza caucásica. Y comenzaron durante la era de la Primera Guerra Mundial a mantener vecindarios exclusivamente blancos y exclusivamente negros.

[MÚSICA - THE GOLDEN GATE QUARTET, "NO RESTRICTED SIGNS IN HEAVEN"]

[CANTANDO] No hay carteles de prohibición en el cielo. No hay clientes selectos. No hay carteles de prohibición en el cielo, hermano, eso se repite. Oh, aleluya. Oh, toc, toc, toc, toc.

Chicago estaba aún más segregado que en el sur. No encontraba choferes de taxi negros. No encontraba choferes de bus negros. No encontraba choferes de camiones

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negros, y eso sí lo había visto en el sur. Así que pensé que había llegado a un lugar más segregado del que dejé.

No le rentamos a negros. No le rentamos a personas de color. Eso es lo que dicen todo el tiempo. No eran negros. No le rentamos a personas de color. Y un día fui a un lugar y alguien me preguntó dónde vivía y le dije que vivía en la 71 y Harbor. No podían creer que yo vivía en ese vecindario. Pero eso cambió rápidamente porque, ya saben, cuando los negros comenzaron a mudarse, los blancos se fueron.

Se mudaron a otro lado. Se mudaron de ahí. Cada vez que una persona de color se mudaba al vecindario, todos los demás vendían. Y se iban a los suburbios. Todos se iban a los suburbios.

Mi padre siempre fue un pionero. Fue el primer negro que tuvo su negocio de recoger basura. Fue el primer negro que tuvo su propio negocio productor. Y luego de dominarlo, se cambiaba a otra cosa. Ganó mucho dinero y se volvió a casar. Y se casó con una señora que aspiraba a vivir en una linda casa en un buen vecindario. Y fuimos los primeros negros que nos mudamos al vecindario llamado Park Manor.

Se consideraba un rompe manzanas a la primera persona negra que se mudaba a una cuadra donde antes todos eran blancos. Y la idea era que la sola presencia de ese primer rostro negro iba a crear una reacción histérica de los residentes que intentarían escapar porque los agentes de bienes raíces les estaban diciendo si no te apuras y te vas, tu propiedad va a perder su valor mientras más tiempo te quedes.

Bueno, los agentes mudaban a una persona negra con muchos niños. Y los blancos del vecindario, que ya vivían ahí, veían a todos estos pequeños niños-- niños negros corriendo por ahí y no les gustaba. Las personas se asustaban si habían trabajado toda su juventud para comprar una casa-- yo también me hubiera asustado. Y no les pagaran mucho por sus casas. Pero ellos le subían el precio, a veces lo duplicaban cuando estaban listos para vender a los negros.

El lago formaba un límite natural en un lado. Cicero, Bridgeport y bastiones similares de resistencia blanca formaban límites humanos en el otro lado. El Chicago negro, en busca de una salida del gueto, solo tenía una opción-- se iban cada vez más al sur, primero pasando la calle 63, luego la 75 y eventualmente más allá de la 90. Durante los años 50 y 60, la comunidad del lado oeste se expandió de forma similar.

Nos fuimos hacia el sur y casi fue un avance de cuadra por cuadra, como la lucha en Alemania. Tomaron calle por calle. Casi fue tan violento como cuando estaba en el ejército.

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Un conductor de bus negro, Harvey Clark, rentó un departamento aquí el 11 de julio de 1951. La noche siguiente, vándalos se metieron a su departamento y destruyeron sus muebles. Casi al mismo tiempo, una turba de 5,000 personas se reunió afuera. Lanzaron bombas de fuego, rocas y botellas al edificio. Antes de que los disturbios terminaran, se declaró la ley marcial en esa área. En total, 23 personas resultaron heridas, otra docena fueron arrestadas.

Nunca lo olvidaré. Eso fue en 1950. Yo era una adolescente. Creo que estaba como en octavo grado. El segundo o tercer día que nos mudamos, estaba en la cocina lavando los platos, y yo había anticipado algún problema, pero hasta ese momento no habíamos tenido ninguno.

Y de repente, lanzaron una roca a través de la ventana de la cocina. Pasó zumbado a mi lado. Me cayeron los cristales rotos. Al mismo tiempo, escuché otra roca entrando por la ventana de la sala. Me tiré al piso. Mi madrasta corrió y comenzó a apagar las luces y yo me arrastré hasta mi habitación. Mientras me arrastraba, escuchaba los disparos de la escopeta. Y supuse que ahora nos estaban disparando a nosotros y que íbamos a morir solo por habernos mudado a este vecindario de blancos.

Cuando nos mudamos, comenzaron los problemas-- De verdad comenzaron. Había un mercado de carnes como a media cuadra de la casa, y yo estaba yendo a comprar carne. Y me vieron venir. Eran como ocho o diez y se separaron por la vereda.

Yo sabía que alguien iba a ser asesinado esa noche. Y de hecho, no me había dado cuenta de que mi padre había anticipado que esto iba a ocurrir.

Así que caminé hacia la gente como si no los viera, y a los codazos caminé abriéndome paso, así como así. Y ellos retrocedieron cuando se dieron cuenta que yo no iba a correr. Pero ciertamente quería correr.

Pero mi padre estaba preparado. Evidentemente, él estaba en la ventana disparando. Por supuesto, no hirió a nadie. Estaba disparando para hacerles saber que este era nuestro hogar y que no podían hacernos ir y que no teníamos miedo. Y yo tenía miedo. Estaba aterrada.

Pero sabía que tenía que superar ese día sola o nunca podría superarlo. Y sabía que tenía que vivir ahí. Así que me lancé. Eso me hizo valiente.

[MÚSICA - "AMAZING GRACE MEDLEY"]

[CANTANDO] Sorprendente gracia, que dulce el sonido.

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Lo logré.

Estaba perdido, pero ahora me encontré.

Lo logré.

Logré.

Logré.

Estoy [INAUDIBLE]

Logré. [INAUDIBLE] Logré.

Finalmente lo logré.

Lo logré.

Sorprendente gracia, qué dulce el sonido.

Lo logré.

Estaba perdido pero ahora me encontré.

Lo logré. Logré.

Logré. [INAUDIBLE] Lo logré. Los

límites de los vecindarios negros continuaron expandiéndose hasta fines del 1960 cuando la migración negra a las ciudades finalmente disminuyó. Luego de muchos años de conflictos por las viviendas, los blancos y negros de Chicago entraron en una tregua incómoda.

Esta es la zona rural, aquí nos estamos preparando para ir a pescar. No pude ir a este viaje. Estaba cansada. No podía hacer nada más. Ese viaje me había dejado agotada. Estaba el ir constantemente, todo el tiempo.

Esto significaba estar en contacto con la gente que realmente quieres. Y te preguntas cómo están y dónde están y que han estado haciendo. Y eso te mantiene-- es como mantener a la familia junta, aunque todos vayamos a diferentes lugares. Seguimos en contacto unos con otros.

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Están pescando lo que puedan atrapar. A Layla le gusta atrapar a los grandes. A Odell le gusta atrapar los de tamaño medio. A Dorothy le gusta a atrapar los pequeños porque se los puede llevar a casa y dárselos a los gatos de los vecinos como alimento. La aman. Se quedan alrededor de su casa.

Oigan, tuve pique. Sí.

Sí, creo que ambos tuvimos pique. No, ¿tienes un pez? ¿Tienes un pez? Sí.

Seguro que sí.

¿Es un róbalo?

[MÚSICA]

Hay una pequeña habitación en el inn estos días en el lado sur de Chicago. El tema de la sobrepoblación en el vecindario de negros más grande en Estados Unidos está forzando al gobierno federal y a los jefes de la ciudad a tomar medidas drásticas.

Este proyecto representa el futuro de la gran ciudad. Representa su visión.

Proyectos públicos de vivienda masivos surgen de los sitios donde había barrios marginales y palomares infames. Los planes llaman a dispersar desarrollos más pequeños alrededor de la ciudad. Muchos vecindarios de blancos no los aceptaban, así que el alcalde Daley decidió construir hacia arriba más que hacia las afueras. El resultado-- viviendas limpias y modernas en edificios de 20 pisos, como el hogar de Robert Taylor en el lado sur o los proyectos de viviendas Cabrini-Green en el vecindario Near North.

Con más de 1,000 negros del sur llegando a la ciudad del viento cada semana, los muchachos de Bronzeville necesitaban toda la ayuda que pudieran obtener.

Había escasez de-- de verdad, era un cuello de botella-- de viviendas en la ciudad de Chicago porque tantas personas habían emigrado desde el sur para venir aquí durante la Guerra. Y por supuesto, no volvieron y las viviendas tenían gran demanda. Yo pude tener un departamento en Cabrini-Green. Era una pequeña ciudad, un pequeño pueblo. Solíamos irnos a dormir dejando la puerta abierta. Esa era la actitud y la forma en que las personas vivían en Cabrini en ese momento.

Las primeras personas que se mudaron a Robert Taylor era relativamente jóvenes. Era una mezcla de razas, pero muy móvil.

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Teníamos maestros de escuela. Teníamos secretarias, policías. Ese tipo de personas vivía allí en Cabrini los primeros días. Y estas personas se agrupaban para lograr que fuera un lugar para vivir.

Me mudé al Hogar Robert Taylor. Era el lugar más bello que te imaginabas cuando recién me mudé ahí. Pero luego de estar un tiempo ahí, realmente cambió. Demasiada gente junta.

[MÚSICA]

Para los primeros residentes, los programas de viviendas ofrecían un alivio sobre las viviendas sobrepobladas y pobremente mantenidas. La promesa no duró mucho. Para 1960, las regulaciones del gobierno y el aumento en los números conspiraron para reinventar el gueto. Esta vez, como un almacén de gran altura para los que no tenían ingresos, educación, trabajos y esperanza.

El alcalde, Richard J. Daley, a través del Consejo de la ciudad, instituyeron una política a través de CHA, que una vez que alcanzabas cierto nivel de ingresos con cierta cantidad de miembros en la familia, tenías que mudarte.

Veo muchas razones por la cual me fui de Cabrini. Pero si las junto todas, simplemente puedo decir que ya había cumplido su propósito. Debía ser un puente para llevarte al otro lado. Ningún proyecto de viviendas debe ser un lugar para que las personas vivan hasta el día que mueran.

[MÚSICA - FAVID LINDSEY, GEORGE JACKSON, "DOWN HOME BLUES"]

[CANTANDO] Los blues del viejo hogar. Todo lo que quieres escuchar son los blues del viejo hogar. Cada dos o tres discos. Toma esos discos rápidos y ponme algo de los blues del viejo hogar.

Durante los años 60 y 70, los sueños de los migrantes del sur y de sus hijos fueron más opacados por una cruel ironía. Los trabajos de manufactura protegidos por los sindicatos y con altos sueldos que los habían traído al norte en primer lugar comenzaron a desaparecer, muchas veces reubicados a los estados del sur, no pertenecientes a sindicatos y con bajos sueldos.

Los corrales están muy tranquilos en el Chicago Union Stockyards. Al menos no se escuchan los sonidos del ganado y de los cerdos, pero sí se escuchan los sonidos del personal que ya está en el trabajo tirando abajo este monumento de 106 años. El viernes fue el último día de comercio del Chicago Union Stockyards y muchas de las personas de la industria de los alimentadores y del ganado de la zona del medio

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oeste vinieron a honrar a una industria que llevó a Chicago a la fama mundial y fue una de las industrias fundadoras de esta gran área metropolitana.

Tienen grandes corrales en Chicago. Esa era la columna vertebral de-- si salen, verán todo el negocio que gira alrededor. Lo mudaron a-- lo mudaron al oeste. Donde fueron los molinos de acero.

Éramos 2700 de nosotros trabajando cuando lo cerraron. Y todos perdimos nuestro empleo. Tuve como, no sé, estuve como 30 años. Y tenía 52 años. Cuando llegas a los 52 años, y sales a buscar otro trabajo no lo vas a obtener. Te dicen, eres muy viejo. Yo lloré. Tenía todo el tiempo libre y a mi edad, no creía que iba a poder buscar otro trabajo para mi vida. Pensé que iba a estar en mi casa. Sí, lloré porque estaba preocupado. Sabía que no iba a poder obtener otra cosa como esa, no con mi educación.

Uno a uno, los molinos de acero, los corrales, y las fábricas que hicieron a la Ciudad de los Grandes Hombros un gigante de la industria fueron cerrando sus puertas para siempre. Entre 1975 y 1990, más de la mitad de los trabajos de manufactura de Chicago desaparecieron.

La industria dejó esta área-- los corrales, Swift, Army, Cudahy. Eran la columna de Chicago.

Nadie tenía trabajo, y las personas que sí tenían trabajo, tenían miedo de caminar por la calle con los que no tenían. El miedo es lo que creó lo que es hoy la calle 47 hoy en día. [CANTANDO]

Están creando pandillas. Para qué son. Solo se matan entre sí para emparejarse se disparan, se acuchillan a muerte. Y seguirán hasta que nos tengan para ellos. Este rap está dedicado a aquellos que matan, violan, acuchillan, disparan, roban, y hurtan. Mis palabras son ciertas, así que escuchen antes de que su sangre esté en las calles como cátsup derramado. Camina al otro lado de la carretera y probablemente te disparen o maten y los policías no pararán porque tu eres solo otra víctima de negros matando negros. Y otro negro muerto y eso les gusta. Y el funeral es en casa, donde yaces en un traje nuevo, bien peinado, y con una mirada neutra en tu cara porque moriste joven. No terminaste tu adolescencia. Encontraste la muerte en este lugar llamado Cabrini-Green. Nos vamos.

No quieres estar aquí mucho tiempo porque esta es la parte más salvaje del lado sur. No es bueno para ustedes.

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Este es el gueto. Le diré a cualquiera que no crie a sus hijos en Robert Taylor. Esta es una de los zonas con más crímenes, lo es. ¿Sabes que mucha gente no podía venir de donde yo vine de niña y venir aquí? No podían enfrentarlo porque no podían luchar contra ello. Tenías que ser una persona muy dura para poder vivir en Robert Taylor. Si llegabas aquí siendo débil, te iban a tratar como un tonto.

Así que si venías aquí y no podías-- no lleves tu masculinidad como un estandarte, te harán un niño pequeño. Siento que tuve esta parte de mi vida. Y me encanta. Ahora tengo que irme un poco más lejos. Tengo que volver a donde comencé. Y no es Mississippi.

¿Alguna vez estuviste en el sur? ¿Cómo es allá?

Bueno, no tienes que preocuparte sobre-- puedes caminar en las calles, sentarte en el porche toda la noche. No te preocupas de que nadie te dispare. O de tener que ir a la tienda y que te roben. Y no hay tanta gente. No te preocupas sobre todos los autos. Es como sentarse y estar de vacaciones. Lo

primero que quiero hacer es solo salir de aquí y vivir mi vida.

¿No puedes vivir tu vida aquí?

Mm-mm. ¿Por

qué? ¿Cuál es el problema?

Demasiada violencia, como él dijo. Las personas salen lastimadas demasiado por aquí.

Dije-- Le prometí a mi mama que cuando crezca, voy a vivir en una casa grande. voy a tener un hijo.

Y que no va a faltarme nada.

Y que no voy a vivir rodeado de drogas, alcohol, o tampoco--

Sí, claro.

--secuestradores, o asesinos de bebes o violadores.

Eso no lo puedes detener.

[INAUDIBLE]

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Sí, sí puedo. Porque cuando crezca, voy a ser el presidente allá.

Oh, por Dios.

Soñé que podía ser cualquier cosa que deseara si me capacitaba y me preparaba. Y tuve suerte. Tuve apoyo. Ahora tenemos tantas barreras, estamos comenzando a preguntarnos en algunos barrios sobre el sueño. [MÚSICA]

La saga de las grandes migraciones continúa hasta ahora. Para los millones de negros que se fueron del sur durante el medio siglo de éxodo, el sueño americano de libertad y oportunidad tenía su faro en el norte. Para muchos, el sueño se cumplió cuando se volvieron la piedra angular de la nueva clase media negra. Para otros, el sueño sigue demorado.

Chicago ha sido bueno para mí porque tuve una vida bastante decente aquí. Tuve un negocio, Flowers by Vi. Mi negocio era muy exitoso. Así que para mí esta ciertamente ha sido mi Tierra Prometida.

Después de que mis hijos crecieron, volví a estudiar y me gradué de la universidad. Esa era una de mis ambiciones. Trabajé en forma profesional durante 20, 25 años. Ese es un largo camino desde los campos de algodón.

Ya saben, creo que parte de mis sueños se cumplieron. Pero creyendo en Dios, pidiéndole su ayuda. Puedo decir que parte de mi sueño se hizo realidad. La verdad no podría haber sido peor de lo que era en el sur.

Aquellos que fueron a la universidad de Chicago conmigo-- y yo era la única persona negra en el programa-- no solo llegaron más alto, si no también más rápido a la cima de la escalera académica. Así que si quieres compararme con otros negros, sí, lo logré. Pero si me quieres comparar con el Sueño Americano y la igualdad de oportunidades, no, no lo logré. Estoy a la mitad. Y al final de mi vida, sigo a la mitad.

Las personas de color, debes tenerlo en mente, nunca tuvieron las circunstancias óptimas en ningún lugar de este país. Así que todo es relativo. Chicago tiene que ser el lugar, para apreciarlo, en el contexto del racismo total en Estados Unidos, y luego cuando se compara con otros lugares de aquí. Es la ciudad más segregada del mundo y he visto mucha animosidad racial aquí como creo haber visto en otro lado. Pero al mismo tiempo, la confluencia de nuestros números con nuestra historia hace posible lograr la victoria. [MÚSICA]

[CANTANDO] Chicago, Chicago. Chicago, mi ciudad natal. Es el lugar donde todos llegamos.

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Y ahora nos vamos. Estamos encaminados hacia Chicago. Todos están cansados. Van a dormir casi todo el camino de regreso.

[INAUDIBLE]

Estoy abrazando y besando a todos de despedida, gran hermano--

[INAUDIBLE]

--cuñada--

No estaba lista para irme. Me hubiera gustado quedarme unos días más. Pero todos tienen que volver a trabajar excepto yo.

Vamos, sino tal vez te dejemos.

Sé que será el último allí, él y su gran sombrero. No sé de dónde salió ese sombrero.

Adiós.

Todos se están despidiendo. Quieren irse a descansar, también. Todos están cansados ahora.

Adiós.

[SUENA BOCINA]

Nos vamos. Estamos partiendo de regreso. [MÚSICA - LOUSIANA RED, "RIDE

ON, RED, RIDE ON"]

[CANTANDO] Dejé mi hogar en Vicksburg, comencé viajando al norte. Llegué a Nueva Orleans y cuando el bus estaba partiendo. El comité de ciudadanos entregando la tarifa. No te gusta el sur, muchacho, solo vete de aquí. Si

tuviera la oportunidad de volver al sur, volvería a vivir. Es como les dije, muchos de mis amigos y parientes están allá. Y tienen sus propias casas de ladrillos allá. Ya no son casuchas desgastadas. Tienen sus propios lugares, autos bonitos.

[MÚSICA]

La gente me pregunta, ¿Cuándo vas a regresar a Greenwood a vivir? Muchos de mis amigos tienen cosas para volver. Y van a volver a Greenwood. Y yo siempre les digo--

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y me miran y se ríen-- les digo que prefiero ser un poste de luz en Chicago que ser un lecho de rosas en Mississippi. [CANTANDO]

Luego llegamos a Shreveport donde debíamos comer. Y cuando me dieron mi sándwich, tuve que comerlo en la calle. Vamos, Louisiana Red, vamos. Vamos hacia la libertad.

Si quiero irme, si quiero salirme porque sé que puedo hacer algo por mí mismo. Y al ver a mis tíos, primos, incluso a personas que fueron a la universidad conmigo, y terminan aquí de regreso, con nada.

[MÚSICA]

Creo que en los pocos años que me quedan, con suerte, disfrutaré de la pesca y de viajar un poco. Y bueno, el sur, de donde originalmente somos, y es verdaderamente pacífico allá. [CANTANDO]

Vamos, Louisiana Red, vamos. Vamos hacia la libertad. Haz de los estados del norte tu hogar.

Tengo algunos buenos amigos que se mudaron de aquí y volvieron allá que ahora la vida es buena. Pero yo ya no quiero vivir allá. Me refiero a que no hay nada que hacer. Les dije, toman las veredas aquí a las 6 en punto de la tarde. No tienen nada que hacer ni a dónde ir.

Estoy pensando en Las Vegas, Nevada.

O tal vez Michigan o Indiana. Y

yo, Hawaii.

[CANTANDO] -- la línea Mason-Dixon. Vamos. Louisiana Red, vamos. Vamos hacia la libertad. Haz de los estados del norte tu hogar.

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