Francois Dosse - La historia intelectual después del giro linguistico

download Francois Dosse - La historia intelectual después del giro linguistico

of 20

Transcript of Francois Dosse - La historia intelectual después del giro linguistico

  • 5/10/2018 Francois Dosse - La historia intelectual despu s del giro linguistico

    1/20

    "

    asume el enfoque "cientificista' de la "evolucion historica' quedata ya de los textos de Riva Palacio. Y sesujeta a ese canon paradistinguir entre pasado y presente, entre unas epocas historicas yotras. Diego seinspira en las obras de Chavero y Justo Sierra. Y lalectura de Forjando patr ia de Gamio 1 0 acerca a esainterpretacioncultural del mundo indigena que marca al "paradigms antropo-logico": fijar la persistencia cultural del pasado en los ordenes delpresente.

    "La soledad de Cuesta", el texto que concluye el expediente,quiere ser una exploracion de las visiones sobre el mundo politicoque elautor elabora durante los afi.ostreinta. Su tema esesapecu-liar y excentrica postura que ve, al igual que Carl Schmitt, uninevitable ingrediente metaHsico en la politica moderna. El fascis-mo y elstalinismo hacen de estesesgo elfactor dominante de susformas de legitimacion. Cuesta entreve, ya en los alios previos alaSegunda Guerra Mundial, la nocion de totalitarismo, que acabaraimponiendose en los alios setenta como horizonte de analisis deesos regimenes. ~

    Ild n Se mo

    16 I llan Semo

    La h is to ria i nte lec tu a l despuesdel linguistic turnFI'.AN~OIS DOSSE*Insti tut Universitaire de Formation des Maitres de Creteil

    RESUMENEn .este ensayo se refieren las actuales discusiones merodologicas yepistemologicas sobre la histori a inrelectual. EI debate se articula a par-tir de tres ejes: al primero, de orden historico, 1 0 constituye el surgi-miento, en la decada de los sesenta , del linguistic turn anglosajon. EI

    , * Historiador y acadernico universitario. Profesor en el Ins ti tut Univers itaire deFormation des Maitres de Cretei l, en el Institut d'Etudes Politiques de Pads . In-vestigador adscrito al Ins ti tut d'His toire du Temps Present y al Centre d'HistoireCulturelle des Societes Contemporaines de la universidad de Saim-Quemin-en-Yvelines. Miembro del comire editorial de la revista EspacesTemps. Autor deL'His toire en miettes , La Decouverte, 1987 (La h istor ia en migajas, Valencia,Edicions Alfons el Magnanim, 1989); His to ire du s truc tura li sme, Le champ dusigne, tomo 1,LaDecouverte, 1991 y Le chant du cygne, torno 2, La Decouverte,1992; L1nstant Mate, Aubier, 1994, L'Empire du sens, La Decouverte, 1995;Paul Ricaur; l es s ens d'une vie, La Decouverte, 1997; L'Histoire, Hatier, 1999;Les courant s h istor iques en France aux 19' et 20' s iecles , en colaboraci6n conChristian Delacroix y Patrick Garcia, Armand Colin, col. "U", 1999; L'Histoire,Armand Colin, col. "Cursus", 2000; Michel de Certeau, chemins d'his toire, encolaboracion con Christian Delacroix, Patrick Garcia, Michel Trebitsch, Com-plexe, 2002; Michel de Certeau, lemarcheur blesse, La Decouverte, 2002 (Michelde Certeau, e l caminante herido , Universidad Iberoamericana/Ecole de HamesEtudes en Sciences Sociales, 2003); La marcbe des idees, histoire des intellectuels,histoire intellectuelle, La Decouverte, 2003.

    Historia y Graffa, UIA, nurn. 23, 2004

  • 5/10/2018 Francois Dosse - La historia intelectual despu s del giro linguistico

    2/20

    segundo seexpresa como una interrogante que guia elpropio ensayo deDosse: ~c6mosuperar, en lahistoria intelectual, la dicotomia internalismo(formalismo)-externalismo (sociologismo)?El ultimo esrepresentado poruna tradici6n de hacer la historia inrelecrual: la francesa. Por medio delentrecruzamiento de estos tres registros de analisis se exponen las escue-las mas imporranres de la historia intelectual: la anglosajona, en sus ver-tientes estadounidense e inglesa -ambas enmarcadas en las exigenciasdel linguistic turn-; la alemana, representada por la historia de los con-cepros, y la francesa, surgida gracias a la renovaci6n de la historia de 1 0politico.INTELECTUAL HISTORY AFTER THE LINGUISTIC TURNThis essaypresentes the recent methodological and epistemological discus-sions perteining intelectual history. This discussion isbased on three axes: thefirst one ofa historical nature; this is, the emergence during the sixties of theanglosaxon linguistic turn; the second is expressed as a question that guidesDosses the essay:How to overcome, in the Intelectual History, the dichotomyinternalism (formalism) - externalism (sociologism)? And at last, thefrenchhistoriographie tradition of making Inte lec tual History . Through theinterwining of these three analytical registers the most important schools ofIntelectual His tory are presented: the anglosaxon trought i ts two forms theamerican and the english -both marked by the demands of the linguisticturn-; the german, represented by the his tory of concepts and, the f rench,wich arose due to the renewal polit ical history.

    Sabido es que la historia de las ideas no goza de muy buena fa-fma en Francia; en cambio, es practicada a cara descubiertaallende sus fronteras, donde ser historiador de las ideas no imp li -

    ca la indignidad nacional . Resulta impactante el contraste entre elestado de la invest igaci6n en ese ambito en Alemania y el mundoanglo-norteamericano, por un lado y,por el otro, lasituacion fran-cesa, donde apenas se viven los proleg6menos de reconocimientode un area de investigaci6n vista como algo novedoso. Varias razo-nes permiten explicar el caracter excepcional del caso frances. Por18 / Francois Dosse

    una parte, es preciso mencionar el importante sitio que ocupa lainstrucci6n propiamente f ilosofica en la formaci6n de todo el pu-blico escolarizado, que ha estabilizado un territorio del fi l6sofobien plantado en un corpus y su correspondiente historia. Pororra parte, el desarrollo espedfico que han tenido en Francia lasciencias sociales, as! como el exito arrollador de la historia de lasmentalidades durante los afios setenta, impidieron el surgimientodel area espedfica de investigaci6n que consti tui ria una historiade las ideas 0 una historia intelectual propia. Desde luego, unahistoria de los intelectuales ha podido erigirse como area autono-rna de investigaci6n, gracias al cambio brusco e irreversible deparadigma ocurr ido durante los afios ochenta; dicho cambio per-miti61evantar la prohibici6n que pesaba sobre las espaldas de unaelite del pensamiento, en el marco de una historia tendiente apr ivi legiar las l6gicas masificantes y repeti tivas, Esta historia delos intelectuales tiene ya en su haber divers os trabajos. Ha logradoimponerse gracias a la fecundidad de muchos de sus conectores,tales como los "medics de sociabilidad" y la "generaci6n", as! comoal hecho de tomar en cuenta todos los soportes culturales. Mi in-tenci6n aqui, limitada, no consiste en poner en tela de juicio lalegitimidad de esa historia de los intelectuales ni en cuestionar suslogros, sino en mover de sit io elcursor para hacer valer la fecundi-dad aiin embrionaria y ampliamente comprobada en el extranjerode una historia propiamente inrelectual de los intelectuales, Retornoas! una preocupaci6n expresada recientemente por Vincent Du-clert, cuando escribe: "Aunque los requerimientos externos hansido estudiados por historiadores interesados en conocer la im-plicaci6n de los intelectuales en la polft ica, la sociedad 0 la moral,ni la labor del pensamiento propia de los intelectuales ni las for-mas de su relaci6n con los saberes intelectuales const ituyen aunun objeto central de su historia ."!

    I"Si les sollici tations exter ieures ont ete etudir!es par de les his toriens soucieux deconnaitre l'implication des intel lectuels dans la politique, la societe ou fa morale,

    Lahistoria intelectual despues del l in gu is ti c t ur n / 19

  • 5/10/2018 Francois Dosse - La historia intelectual despu s del giro linguistico

    3/20

    c

    I.UNA RENOVACION LLEGADA DEL OTRO LADO DEL ATLANTICO

    . La verdadera mutacion de la historia intelectual en los EstadosUnidos data delllamado linguistic turn, que conrnociono profun-damente ese ambito de estudio, al desplazar las inter rogantes, almodificar los enfoques, al proporcionar un mayor rigor. Aquelgiro lingufstico cristaliza bastante pronto y se expresa de diversasmaneras desde 1967, por ejernplo, mediante la publicacion deuna antologfa de 28 textos-manifiestos bajo la direccion del filo-sofo Richard Rorty, intitulada The Linguistic Tuni.: Ello dio comoresultado una his tori a intelectual renovada y fortalecida por nue-vas ambiciones. Los anglosajones llaman linguistic turn a la im-portacion hacia tierras norteamericanas de la boga del paradigmaestructuralis ta que domino la escena francesa durante los afios se-senta y que se expandio con relativa rapidez hacia las universida-des norteamericanas, des de los afios setenta, bajo la denorninacionde "posestructuralismo". A esta influencia netamente exterior deBarthes, de Foucault, de Derrida, seafiade una influencia endogena,la de la filosofla analft ica anglosajona, del narrativismo de ArthurDanto, de Louis O. Mink, y del pragmatismo atento a los actosde habla segtin las teorfas de Aust in y de Searle. La historia inte-lectual, cuyo objeto es esencialmente discursivo, se vio profunda-mente modificada; mas aun, la historia social sufrio tambien lainfluencia del linguistic turn. 3

    La doble cri sis de la historia intelectual clasica y de la histor iasocial, aSIcomo su cormin apertura hacia cuestiones relacionadasi e t rava il de lapensee propre aux intel le ctue ls et l es formes de leur re la tion avec lessavoirs intellectuels ne constituent pas encore un objet central de leur histoire." VincentDuden, "Les intellectuels. Un problems pour l'histoire culrurelle", Cahiers duCentre de Recherches Historiques, mim. 31, abr il de 2003, p. 26.2 Richard Rorty (dir.), The Linguistic Turn. Recent Essays in Philosophical Method,Chicago, The University of Chicago Press, 1967.3 Geoff Eley, "De l'histoire sociale au rourriant linguisrique dansl'hisrorio-graphie anglo-americaine des annees 1980", Geneses, rui rn . 7, marzo de 1992,pp. 163-93.

    20 / Francois Dosse

    con la discursividad y la lingufstica en general, favorecen un acer-camiento y un autentico dialogo entre la historia social y la histo-ria intelectual . La intervencion que tuvo mayor resonancia fue lainiciativa precoz de Hayden White, con la publicacion de su fa-rnosa obra Metahistory (1973),4 misma que sigue siendo arnplia-mente ignorada en Francia y que no ha sido traducida aiin alfrances. Hayden White enuncia una inflexion decisiva respecto delas orientaciones propuestas por Lovejoy, al asimilar el paradigmaestructuralista post-saussuriano. White define un nuevo programade investigacion en 1 0 que atafie a la historia intelectual, dandosepor objet ivo partir de "la estructura profunda de la imaginacionhistories", a la que sinia dentro de las prefiguraciones lingufsticasy poeticas del ambi to historico. Tales prefiguraciones se hal lanorganizadas en torno a cuatro tropos clasicos de la poetica, a sa-ber, la metafora, la metonimia, la sinecdoque y la ironia: "En re-sumen, mi punto de vista es que el modo tropologico dorninanteaSIcomo su protocolo lingufstico consti tuyen el irreductible fun-clamento merahistorico. de cada obra historica."? La retorica y elanalisis del discurso se convierten gracias a Hayden Whi te en laspuertas de entrada privilegiadas del historiador, borrando la Iron-tera entre 1 0 que rige la ficcion y 1 0 que rige la historia.

    Esta indeterrninacion de las fronteras entre ambos campos pro-voca de hecho un acalorado debate. En Temps et recit (1983),6Paul Ricceur ha sefialado ya el interes de las tesis de Hayden White.Saluda en ellas los logros de los narrativistas anglosajones: WilliamDray, Georg Henrik Von Wright, Arthur Danto, Louis O. Minky Hayden White, cuyo merito cormin consistio en mostrar comonarrar esya explicar . Todos ellos hicieron hincapie en la riqueza delos recursos explicativos internos a la narracion, Sus trabajos su-

    4 Hayden White, Metahis tory. The His toricallmagination in XIX,h Century Europe,Baltimore, The John Hopkins University Press, 1973.5 Vease ibid., p. XI.6 Paul Ricoeur, Temps et recit, torno 1, Paris, Seuil, 1983.

    La historia intelectual despues del linguis t ic turn / 21

  • 5/10/2018 Francois Dosse - La historia intelectual despu s del giro linguistico

    4/20

    c

    brayan con justa raz6n el hecho de que la historia es antes quenada escritura , historio-grafia. No obstante, Ricceur no compartelas tesis mas radicales de Hayden Whi te, cuando este postula, op-tando por una ficcionalizaci6n de la historia, la indistincion entrehistoria y ficci6n. El afan veritativo del discurso historiador con-vierte a este ultimo en algo distinto del arti ficio l iterario. Desdeesta perspectiva, Ricoeur propone el neologismo de "representancia'para destacar el doble estatus de realidad y de f icci6n del discursohistor iador, que tiene la intencion de apegarse 1 0 mas posible alreferente para convertirse en su "funci6n vicaria de lugartenencia".7A la reserva expresada por Ricceur se han afiadido desde 1983hasta la fecha las cr iticas mas despiadadas de historiadores comoArnaldo Mornigliano.f Carlo Ginzburg? 0 Rusell jacoby.l '' asfcomo las inter rogantes crfricas de Roger Chartier. I I Todos elloshan advertido las derivas posibles de un formali smo tendiente alrelativismo que, al equiparar todos los discursos, torna imposibletoda discriminaci6n entre 1 0 verdadero y 1 0 falso y, por ende, im-pide denunciar a los falsificadores, como en el caso del discursonegacionista.

    Para responder tales cri ticas, Hayden White admi te que es po-sible establecer entre las "narraciones en competencia" criteriosde evaluaci6n relativos a "su fidelidad a los datos facticos, sucompletud y la coherencia de su argumentaci6n, sea cual fue-

    7 Vease Paul Ricceur, "Histoire et rherorique", Dioyene, ocr-die. de 1994, p. 25.8Arnaldo Momigliano, "The Rhetoric of History and the History of Rethoric:O n H ay de n Wh it e's T ro pe s" , Settimo contribute a l ia s to r ia d egf i studi c la ss ic i d e l \ _mondo antico, Roma, Edigioni di Storia e Litteratura, 1984, pp. 49-59.9 Carlo Ginzburg, "Just One Witness", en Saul Friedlander (dir. ), Probing theLimits ofRepresentation. Nazism and the "Final Solution", Cambridge, HarvardUniversiry Press, 1992, pp. 82-96.10 Russell Jacoby, ''A New Intellectual History", American Historical Review,nurn. 97, abril de 1992, pp. 405-24.I I Roger Charrier, "Figures rheroriques et representations historiques", Storiadella Storiografia, rnirn. 24, 1993, pp. 133-142; publicado nuevamente en Aubord de lafalaise, Paris, Albin Michel, 1998, pp. 108-25.

    22 / Francois Dosse

    re".12 En respuesta al historiador Arthur Marwick, uno de susmas polemicos det ractores, Hayden White replica que de ningu-na manera pretende eliminar del discurso historiador el vinculocon los acontecimientos concretos; simplemente, busca subrayarla ambiguedad de la noci6n de "hecho" respecto a la noci6n de"acontecimiento" :

    La nocion de hecho ( foct] es obviamente ambigua, en la medida enque significa tanto el senti do del acontecimiento [event] (por 1 0 queun examen pertinente de la cuestion remiriria al estatus de una"realidad" 0 de 1 0 imaginario de un acontecimiento) como elsen-tido de la formulaci6n del atontecimiento (por 1 0 que un examenpertinente remi ti ri a a la "verdad" 0 al "error" de un enunciadol.l '

    Hayden White no invita a eliminar los acontecimientos de lahistoria en nombre de un relat ivismo absolute absurdo; sencilla-mente preconiza la distincion entre las nociones de eventy de fact,considerando que, contrarios a los acontecimienros, los hechosson construcciones historiadoras sujetas a revisi6n, abiertas haciaun futuro que habra de reconfigurarlas cada vez de manera distin-taoAla afirmaci6n de Bar thes segrin la cual "el hecho hist6rico notiene mas existencia que la existencia linguist ica (como terrninode un discurso), y no obstante pareciera que dicha existencia no essino mera copia de ot ra existencia, ubicada dentro de un campoextraestructural, 1 0 real-", 14 Hayden White afiade que los he-

    12 Hayden White, "Histor ical Emplotrnerit and the Problems of Truth", enFriedlander (dir.), Probing the Limits of .., op. cit., p. 38.13 VeaseHayden White, "Response toArthur Marwick",]ournal of ContemporaryHistory, vol . 30, mirn. 2 , abr il de 1995, P: 238.14 "lefait historique n'ajamais qu'une existence linguistlque (comme tame d'undiscours), y cependant tout sepasse comme si cette existence n'etait que la copiepure etsimple d'une autre existence,situee dans un champ extra-structural, Iereeb",Roland Barrhes, "Lc Discours de l'hisroire", Le bruissement de fa langue, Paris,Seuil , 1984 (1967), p. 164.

    La historia intelectual despues del linguis t ic turn / 23

  • 5/10/2018 Francois Dosse - La historia intelectual despu s del giro linguistico

    5/20

    chos, contrariamente a los acontecimientos, son entidades lingiiis--ticas, "y por ello quisiera dar a entender que, tal como el filosofoArthur Danto 1 0 ha establecido, los hechos son acontecimien-tos bajo una descripcion.i"> Por su parte, la relacion entre he-chos y acontecimientos debe ser retomada sin cesar; es la materiamisma de la comunidad historiadora y permanece abierta a nue-vas conceptualizaciones, no porque los acontecimientos del pa-sado cambien, sino porque nuestra manera de conceptualizarlosdifiere . Tales modificaciones son perceptibles ante todo en 1 0 rela-tivo a acontecimientos t raumaticos como el genocidio de los ju-dfos, cuya realidad como acontecimiento historico Hayden Whitenunca niega ni relativiza ni banaliza, por supuesto.

    El afan por articular lahistoria social con los aportes dellinguis-t ic t ur n estuvo marcado por un gran acontecimiento, que puedeser atribuido ados historiadores norteamericanos de la universi-dad de Cornell, Steven Kaplan y Dominick LaCapra, cuando es-tos tomaron la iniciat iva de organizar un coloquio sobre el tema.El encuentro se llevo a cabo en abril de 1980, en la universidad deCornell (Nueva York), y dio lugar a la publ icacion de las ponen-cias centradas en torno ala manera de concebir la historia intelec-tual.16 Dominick LaCapra ha asumido la defensa del l inguist icturn, al que considera como algo sumamente positivo para el his-toriador de la historia intelectual.V Se inscribe en un intento porsuperar lad icotomia clasica ent re el punto de vista internalista y elenfoque externalista, gracias a una rearticulacion de ambas dimen-siones. Siguiendo el modelo de la distincion postulada por Austinentre el registro constatativo y el registro performativo, LaCapraestablece dos niveles de estudio de una obra. Por un lado, es posi -

    15 White, "Response to Arthur Marwick", op. cit., P: 239.16 Steven Kaplan y Dominick LaCapra (eds.), Modern European IntellectualHistory, Ithaca, .Cornell University Press, 1982.17 Dominick LaCapra, "Rethinking Intellectual History and Reading Texts", . .en Kaplan y LaCapra (eds.), Modern European Intellectual History, op. cit., pp.47-85.

    24 I Francols Dosse

    c

    ble interesarse por el plano documental, que remite ala literalidad,a 1 0 factico, aquello de 1 0 que da cuenta el observador cuandohabla de una realidad empirica pasada y reconstruida. Mas tarde,es posible abordar otro plano, al que LaCapra califica de "work-like", 18 y que remite a la parte interpretat iva, de imaginacion y decompromiso de una historia intelectual que establece un dialogocon el pasado a partir de las interrogantes del presente. Obvia-mente, ambos niveles se hallan en interaccion constante y debenser estudiados desde una perspectiva de historiografia crft ica. Lalectura documental de los textos habia predominado arnpliamen-te hasta entonces, y LaCapra insiste en los aportes que brinda a lahistoria intelectual el nuevo interes hacia los diversos usos e in-terpretaciones de las formaciones discursivas estudiadas segun sudinamica temporal. Ese predominio total de la concepcion do-cumental condujo a excluir la ficcion del ambito de estudio delhistoriador y LaCapra reconoce el merito de Hayden White alhaber vuelto a introducir la dimension literaria como Fuente designificado.

    Para renovar la historia intelectual, LaCapra prop one redefinirseis marcos problematicos, El primero de ellos atafie a la relacionentre las intenciones del autor y su texto. Sin negar la importanciade la parte intencional, LaCapra pone en guardia contra la tenta-cion de considerar el texto como si derivara tan solo de las inten-ciones de su autor, como ocurre en el caso de Quentin Skinner.Adernas de que las intenciones son inciertas las mas de las veces,cuando no ambivalentes, tambien puede tratarse de reconst ruc-ciones a pos t e r io r i .El segundo nivel que debe ser reconsiderado es elde la relacionque debe ser establecida entre la vida del autor y su obra. SegunLaCapra, la idea segiin la cualla vida influye directamente en laobra presenta dificultades semejantesa las que plantea la inten-cionalidad. Una vez mas, sin negar ciertas interacciones, conviene18 Ibid., p. 52 .

    La historia intelectual despues del linguistic turn I 25

  • 5/10/2018 Francois Dosse - La historia intelectual despu s del giro linguistico

    6/20

    1 11 '1 ' "

    evitar ver en la obra el mero sintorna de i tinerarios biograficos;por el contrario, es preciso tomar en cuenta cuan complejo es elvinculo entre ambas dimensiones.

    El tercer nivel es el de la relaci6n que mant ienen las obras conla sociedad de la que emanan. Tradicionalmente, esta cuest i6n esconcebida a partir de la busqueda de la genesis de una obra y de suimpacto ulterior. LaCapra sugiere retomar la noci6n foucaultianade pract ica discursiva, que expresa la interaccion en juego entrelas instituciones y las formas del discurso. La busqueda de los efectosdebe ceder el lugar a la restitucion de los diversos usos y lecturasque las obras han suscitado y suscitan aun ent re nosot ros.

    El cuarto plano por reconfigurar es el de las relaciones entre lasobras y los diversos niveles culturales. LaCapra invita a tomar encuenta la diferencia entre un enfoque historico documental y unenfoque mas dialogico, A este respecto, resulta legltimo l imitar laindagacion historica a una est ricta ambicion historici sta y docu-mental, con el fin de restituir el contexto de los acto r es en unmomenta pasado preciso, excluyendo las interpretaciones mas tat-dias, con la condicion de no postular un seudo-objetivisrno delhistoriador que da cuenta de ello. Por 1 0 demas, no basta designarla existencia de una influencia 0 de un paradigma cornun, sinoque se requiere elucidar 1 0 mas detalladamente posible la maneraen que las obras en cuestion procedieron a tales prestamos. Paraello, la manera en que Mijail Bajdn 19 estudio la relacion que man-tienen las culturas eruditas y populares en la obra de Rabelais conel concepto de dialogismo puede servir de ejemplo.

    LLaCapra define una quinta interrogante, relativa a los nexosde la obra con el corpus de textos utilizados por el escritor. Esta-mos aquf en el meol lo del contexte textual, que plantea el proble-ma de la unidad 0 de la identidad de dicho corpus. En general, la

    II I

    ~ II

    19 Mikhail Bakhrine, L '( Eu u re d e R a be la is , Paris, Gallimard, 1970 (1965). Vea-se en espafiol Mijafl Bajrfn, La obra de Francois R a be la i s e n el c o nt ex to d e culturap o pu la r m ed i ev a l, Madrid, Alianza, 1994.

    26 I Francois Dosse

    c

    relacion con el corpus existente suele ser definida, bien en term i-nos de continuidad, siguiendo un desarrollo lineal, bien comouna discontinuidad fundamental, como un cambio episternologicoque separa dos etapas, 0 bien en terrninos de una dialectica sinte-r ica. Sin embargo, LaCapra hace notar que "el corpus de un escri-tor puede ser desmembrado, al menos en parte".20

    El sexto y ultimo plano que debe ser reconsiderado en aras deconst rui r una historia intelectual, segun LaCapra, es la relacioninsti tuida entre las obras y las modalidades del discurso en su cali-dad de estructuras formales, estructuras interpretativas, conven-ciones y reglas especfficas, Hayden White hizo a este respecto unaapor tacion esencial, al poner en evidencia un rnimero limi tado detropos consti tutivos del campo lingi.i ls tico de toda transforma-cion en intriga, tropos que son comunes ala ficcion y a la historia.

    En definitiva, las relaciones que mantienen los textos con sucontexto son relaciones complejas de practicas significantes, mis-mas que deben ser vistas como formas singulares de intertextua-lidad. El historiador debe pues evitar la tentaci6n de pro ceder auna reduccion del texto como mera representacion de un contex-to exter ior. A di ferencia de la corriente objetivista, segun la cualbasta redefinir elcontexto y resti tuir elpasado tal cual fue, LaCaprasugiere una nocion mas performativa de lectura y de interpre-tacion, que escapa a la al ternativa ent re una lectura meramentedocumental del pasado, por un lado y, por el otro, una lectura"presenti sta' cuya perspectiva consistida en quitarse de encima elpeso del pasado, tal como 1 0 proponfa Nietzsche: "Resulta necesa-rio insist ir en que el estatus de interpretaci6n es una actividad queno puede ser reducida a una simple subjetividad.Y! Desde luego,debemos aceptar una fractura que nos separa de un pasado que haquedado arras y que nos habla con una voz que no es la nuestra,una voz desvanecida para siempre; de allf que LaCapra nos invite

    20 LaCapra, "Rethinking Intellectual History and ...", o p . c i t. , P: 73.21 Ibid., p. 80.

    La historia intelectual despues del linguis t ic turn I 27

  • 5/10/2018 Francois Dosse - La historia intelectual despu s del giro linguistico

    7/20

    a respetar la al teridad de las voces del pasado, "sobre todo cuandooponen resistencia 0 califican las interpretaciones que quisiera-mos darles", 22

    El historiador, que debeser un buen lector, requiere permane-cer a la escucha de esas voces para recobrar la pluralidad de losposibles del pasado, evitando tanto el monologismo propio a unenfoque exclusivamente documental como aquel que caracterizaal otro extremo, el del "presentismo", Asi pues, la tarea de la histo-ria intelectual definida por LaCapra dista mucho de verse simp li -ficada, pero presenta la ventaja de preyer desde un punto de vistametodologico todas las trampas posibles dentro de un area nodeterminada y especialmente compleja . El ambito problernaticocircunscrito por LaCapra "define la historia intelectual mas enterminos de procesos de indagacion que en terrninos de reglasmetodologicas 0 de Fuentes de informacion acerca del pasado".23

    Esta boga propicia a la historia intelectual dio asimismo ori-gen a toda una corriente de renovacion de la historia literaria,surgida a principios de los afios ochenta en los Estados Unidos. Sepondera asi el linguistic turn, definiendo un programa abierto,calificado de New Historicism -segun la formula acufiada por unode los representantes de dicha corriente, Stephen Greenblatt- .El proyecto intelectual consiste en restablecer un intercambio vivoentre literatura e historia, basandose en una practica pluridisci-plinaria: "El Nuevo Historicismo brindo a los investigadores nue-vas oportunidades para salvar las fronteras que separan historia,antropologia, arte, polftica, literatura, econornfa.Y'' Se trata desentar las bases de una "poetica cul tural" que ya ha modificado demanera sensible los estudios de historia literaria . Por regia general,sus iniciadores vivieron el periodo de efervescencia teo rica de los

    22 Idem.23 Ibid., p. 81.24 Vease H. Aram Veeser (ed.), The New Historicism, Nueva York, Rourledge,1989, p. IX.

    28 I Francois Dosse

    c

    afios sesenta y setenta, dejandose cautivar por el clima estructu-ralista -principalmente parisino, mas no de manera exclusiva-,o:mpefiandose por adaptar los modelos althusserianos olacanianosa los estudios literarios. Empero, se sintieron rapidamente insatis-fechos por los resultados de tales injertos y,conscientes de las aporiaspropias de los enfoques en exceso sisternaticos y formales, decidie-ron organizar encuentros con regularidad, adernas de publicar unarevista a la que dieron por titulo Representations. Esta corriente,qu~ privi legia un campo de estudio situado a medio camino entreciencia y ficcion, entre historia y creacion literaria , considera que"no puede alcanzarse ningun avance en el plano metodologico sinuna inrnersion total en la practica", 25Semejante orientacion coin-cide con la postura de Michel de Certeau, cuando elige por hori-zonte de investigacion una art iculacion ent re el deci r y el hacer.Resulta de hecho significativo que la obra de Certeau se haya con-vertido en una referencia de importancia creciente para la corrien-te del New Historicism, que incluso le dedi co un mimero especialde su revista .26 La dificultad principal a la que se enfrenta estacorriente consiste en tratar de rebasar la separacion tradicionalentre el texto literario y su contexto historico, reflexionando entorno a la tension propia a ambas dimensiones: "El NuevoHistoricismo renegocia las relaciones entre los textos y las dernaspracticas significantes, yendo 1 0 mas lejos posible para disolver laliteratura en su complejo historico de surgimienro.V" Los parti-dar ios del New Historicism, como Stephen Greenblatt, LouisMontrose, Joel Fineman, Richard Terdiman, entre otros, insistenen las capacidades configurantes de la retorica asi como en sumodalidad de recepcion y de apropiacion, AI mismo tiempo, den-

    25 ~atherine Gallagher y Stephen Greenblatt (eds.), PracticingNew Historicism,ChIcago, The University of Chicago Press, 2000, P: 18. .26 "S . Ipecia Issue: The New World Essays in Memory of Michel de Cerreau" ,Representations, Berkeley, University of California, mim. 33, invierno de 1991.27 Veeser, The New Historicism, op. cit., p. XII. .

    Lahistoria intelectual despues del l in g u i st ic t u r n I 29

  • 5/10/2018 Francois Dosse - La historia intelectual despu s del giro linguistico

    8/20

    tro de la filiacion certaliana, el pasado sigue siendo el ausente, elotro al que no hay que confundir con las categodas del presente.Ello exige ubi carse en un espacio intermedio, incierto, a partir delcual conviene, segun dice Greenblat t, "hablar con los muertos",respetando su alteridad.e'' El significado brota pues de una dobleconstruccion: por un lado, de los juegos temporales puestos enaccion una y otra vez entre pasado y presente, entre presente ypasado; por el otro, de los efectos que produce la historia sobre laslogicas textuales y de aquellos que producen estas ultirnas sobre lahistoria:

    Segun una expresion en quiasmo, muy al gusto de los "NuevosHistor icis tas", Louis Mont rose puntualizaba la postura paradig-matica de los criticos adeptos de la nueva formula, diciendo quesu tarea, tal como el la concebia, consistfa en examinar "la his-toricidad de los textos y la textualidad de la His tor ia 'v"

    II. EL CONTEXTUALISMO DE LAESCUELA DE CAMBRIDGE

    La escuela conocida como escuela de Cambridge, ubicada en lainterseccion de la filosofia , de lahistoria , de la ciencia polit ica y dela lingiiist ica, trastoco las falsas evidencias y abrio un campo dereflexion a una historia intelectual hondamente contextualizada,

    28 Stephen Greenblan, Shakespearean Negotiations: The Circulation of SocialEnergy in Renaissance England, Berkeley/Los Angeles, The University of CCalifornia Press , 1988.29 "Dans une fonnule chiasmatique chere aux Nouveaux Historicistes, LouisMontrose precisait la position paradigmatique des critiques nouuelle- formule endisant que sa tliche, telle qu'il la conceuait, etait d'examiner l'historicite des texteset la textualite de l'Histoire-": Pascal Brioist, "Litterat ure er Hisroire: deuxapproches comple rnen ta ire s des prat iques cul ru re ll es et pol iriques du premier, "xvn" siecle", en Frcderique Lachaud, Isabelle Lescenr-Ciles y Francois-josephRuggiu (eds.), Histoires d'Outre-Manche. Tendances recentes de l'historiograpbiebritannique, Pari s, Pre ss es de l 'Univers it c de la Sorbonne , 2001, P: 86.

    30 / Francois Dosse

    atenta a la singularidad de las situaciones historicas y a lavez preo-cupada por renovar el cuestionarniento a partir del legado dell in g u i st ic t u rn , inscribiendose en el linaje de los aportes del Witt-aenstein de las Inves t igac iones f i los6 f icas . Los miembros de dichaI:Jescuela , asi como sus trabajos, empiezan a ser mejor conocidos delot rO lado de laMancha: se trata de John Dunn, John Pocock (pro-fesor de historia en la universidad Johns Hopkins de Baltimore),Quent in Skinner (profesor de la universidad de Cambridge). Susobras han sido traducidas al frances y sus tesi s son objeto de viru-lentas discusiones. La Fuente principal de inspi racion de esta co-rr iente se arraiga en la reflexion l ingufstica llevada a cabo por losfi losofos de Cambridge en los afios cincuenta, as f como en la re-flexion ace rca de los actos de habla ( s p ee ch ac t s) desarrollada enaquella misma epoca en Oxford, entre otros lugares, que privile-giaba una lingiiist ica de la enunciacion Intimarnente tributaria delas variaciones contextuales. Ambos mundos, el de los historiado-res y el de los filosofos del lenguaje, suelen permanecer ajenosentre si; de alli que la excepcion que representa esta escuela deCambridge sea aun mas notable.v"

    El principal desplazamiento efectuado consiste en privilegiarun enfoque contextual, gracias a los aportes de la sernantica histo-rica, rompiendo asi con la btisqueda genealogica realizada exclusi-vamente a partir del presente por parte de los iniciadores delpensamiento poli tico moderno. Esta escuela de Cambridge tienepor ambicion dar cuenta del surgimiemo de la concepcion rno-derna del Estado, rastreando "la matriz social e intelectual generalde la que provienen" los trabajos de los principales teoricos de

    30 Exis re un balance r ec ieme de los t rabajos r ea li zados por e sta e scuela. VeanseStefan Collini, Richard Whatmore y Brian Young (eds.), Economy, Polity, andSociety.British Intellectual History 1750-1950, Cambridge, Cambr idge Univers iryPress, 2000, y Stefan Cel lini , R icha rd Wha tmore y Br ian Young (eds. ), History,Religion, and Culture. British Intellectual History 1750-1950, Cambridge,Cambr idge Unive rs ity Pre ss , 2000.

    La historia intelectual despues del l inguis tic turn / 31

  • 5/10/2018 Francois Dosse - La historia intelectual despu s del giro linguistico

    9/20

    dicha concepcion.I! Su intencion es restituir con la mayor escru-pulosidad posible el contexto intelectual en cuyo seno algunosreoricos de 1 0 politico elaboraron sus tesis. Partidarios de un enfo-que historiador, los autores de la escuela de Cambridge se empe-nan en partir de lascategorias depensamiento dela epoca estudiaday del lenguaje que estaba en uso en aquel momento, tomandodistancia de toda forma de proyeccion a partir de su propio pre-sente. Su aporte esencial obedece a su capacidad para someter alos textos a la prueba de los contextos, sorteando las trampas deun enfoque meramente internalista de lahistoria de las ideas, perotomando en serio al mismo tiernpo 1 0 que dicen los textos, sinreferirlos por lafuerza a datos externos. AIpartir de la exterioridadde los textos, estos estudios contribuyen a arrojar sobre ellos nue-vas luces, sin invalidar el enfoque inverso, que va de la interiori-dad de los textos hacia su exterioridad. Simple y llanamente, a lamanera de las escalasde analisis, ponen en evidencia dimensionesno perceptibles desde una lectura diferente.

    Herederos del linguistic turn en su version pragrnatica, buscanrestituir 1 0 que significa escribir, ubicando "el acto que cometiansus autores al escribir".32 Semejante perspectiva implica poner es-pecial atencion a los datos filologicos de la epoca estudiada, asicomo a las categorias mentales y culturales del momento, sin porello limitarse a tales elementos, pues los partidarios de la escuelade Cambridge estan plenamente conscientes de que llevan a cabouna labor de interpretacion: ' 'AI intentar situar de esa manera untexto dentro del contexto que le corresponde, no solo seprop oneun escenario para la interpretacion: se inicia elacto mismo de in-vterpretacion. "33 Asi, la escuela de Cambridge logra someter la fi-losofia polit ica a la prueba de la historia, sin dejar de respetar la

    31 Quenrin Skinner, Les [ondement s de la pensee politique moderne, Paris, AlbinMichel, 2001 (1978), p. 9. .32 Ibid., P: 12.33 Ibid., p. 13.

    32 I Francois Dosse

    singularidad de un pensamiento politico no reductible a su con-texto de enunciacion. Paralelamente a este aporte metodologicomediante el cual escapan al falso dilema entre internalisrno yexternalismo, dichos historiadores se muestran receptivos a pro-puestas heuristicas que modifican profundamente nuestra percep-cion de la ruptura moderna, almostrar que la auronornizacion delpensamiento de 1 0 politico en Occidente se encuentra arraigadoen 1 0 que John Pocock ha llamado elmomento maquiauelico. Estaexpresion vamucho mas allade lapersona y laobra deMaquiavelo,ya que designa todo el periodo de surgimiento del humanismocivico en la republica de Florencia, a principios del siglo XVI. Se-gun esta escuela, el surgimiento del sujeto politico data de aquellaruptura, caracterizada por una oposicion creciente entre la accionde los hombres y la de la providencia (la Fortuna); sujeto politicocuyas figuras innovadoras son el retorico y el legislador profeta,que pugnan por alcanzar una "ciencia de la accion deliberada". Dealli resulta un nuevo regimen de historicidad; este basa su mododeseren una experimentacion politica que permite romper con elritmo ciclico e implacable de laFortuna.

    AI evidenciar la fuerza de ilocucion de los conceptos y al de-mostrar elvalor performativo de las argumentaciones teoricas ins-critas en las convenciones y en los desafios propios de un contextopreciso, la escuela de Cambridge marca su diferencia respecto dela historia clasica de las ideas. Jean-Fabien Spitz define la ambi-cion que seha fijado Pocock en El momento maquiauelico como ladoble resultante de una insatisfaccion epistemologica y politica.34En efecto, Pocock esta inconforme con un enfoque centrado entorno a la nocion del contrato, que concede excesivo valor a ladimension juridica en el nacimiento de las formas modernas de 1 0politico. Hasta entonces, sesolia remontar hasta los padres funda-

    34 J. G. A. Pocock, Le moment machiauelien, Paris, PUF , 1997 (1975) , con unprefacio dejean-Fabien Spitz.Veaseen espariolEI momenta maquiauelico, Tecnos,Madrid, 2002.

    Lahistoria intelectual despues del linguis t ic turn I 33

  • 5/10/2018 Francois Dosse - La historia intelectual despu s del giro linguistico

    10/20

    dores delliberalismo, por ejernplo John Locke, para ver en su obray en la de los dernas promotores del contrato moderno el adveni-miento de un poder juridico-pol itico que se asigna el objetivo dedar rienda suelta al juego exclusivo de las logicas individuales.P"Escribir la historia del advenimiento de la libertad de los moder-nos consiste pues necesariamente en buscar aquello que anuncialafilosofia de Locke en la epoca que 1 0 antecede. "36En opinion dePocock, esta intencion es deformante, pues parte de nuest ra con-cepcion conternporanea de los derechos individuales y no de lastensiones propias a la ruptura de la modemidad del siglo XVIII ,cuyas cuestiones fundamentales son de un orden totalmente dis-tinto, y se hallan marcadas mas por la etica que por la dimensionjuridica. Cabe entonces preguntarse si el hombre puede confor-marse con una ampliacion de la esfera de intercambio de las mer-candas; si es posible prescindir de una irnplicacion politica sinpor ello perder su identidad; 0 bien si es posible delegar la respon-sabilidad de hacerse cargo de su propia defensa. Tales interrogantes,que giran en torno a la virtud y su articulacion con la divisionsocial del trabajo, asf como con el desarrollo de los intercambios,hallan Fuentes de inspiracion en el Maquiavelo de los Discursos,cuando este reflexiona en torno ala corrupcion de las institucio-nes yal efecto de las costumbres sobre el adecuado funcionamien-to de la republica. Pocock sigue los lineamientos de un pensamientopoli tico ampliamente marcado por su dimension moral y metafi -sica, aun hondamente impregnada por la filosofia politica clasica,

    Esta nueva lectura del momenta maqu iauel ico halla tam bien unafuente, como 1 0 explica el mismo Pocock, en la situacion de crisis'-por la que atravesaron los Estados Unidos durante los afios sesen-ta y setenta. En plena guerra de Vietnam, Norteamerica se inte-rraga en torno a los fundamentos de su estar-juntos, en un mundo

    35 J.G. A. Pocock, "The Myth ofjohn Locke and rhe Obsession with Liberalism", .en J. G. A. Pocock yR. Ashcrafr,john Locke, Los Angeles, 1980.36 Jean-Fabien Spitz, prefacio Pocock, Le moment machiauelien, op. cit., P: IX.

    34 / Francois Dosse

    c

    social que se reduce cada vez mas a la yuxtaposicion de~deseosindividuales. Este estado de duda propicio un retorno a los orige-nes de las bases const itutivas de la nacion norteamericana y de susprincipios fundadores: "Indiscutiblemente, El momento maquia-velico se suma al deseo de encont rar nuevamente, en los origenesde una republica nortearnericana, algo con que alimentar la idea deque el compromiso de la virtud formaba parte del pacto fundadorde la nacion."37 La dernostracion de Pocock busca poner en eviden-cia el vinculo siempre existente en el pensamiento liberal moder-no entre las aspiraciones de los individuos ala libertad y al derechoprivado y una tradicion republicana civica y humanista, cuyo pun-to de origen data de la epoca del Renacimiento italiano, momentoen el cual se interpreto desde una opt ica diferente el pensamien-to polit ico de laAntiguedad romana.

    Por consiguiente, el pensamiento polit ico moderno de los si-glos XVII y XVIII sehalla en tension constante entre dos vertientesque pueden parecer contradictorias; empero, intenta conciliarlasal proponer un sistema de poder hibrido, para tomar en cuentatanto los nuevos imperat ivos del desarrollo econornico y socialcomo la preservacion de la humanidad del hombre a la que aspi ra-ba el Renacimiento. Este pensamiento politico moderno ya no esvisto pues como un pensamiento seguro de sf mismo, que avanzadecididamente hacia el progreso sino, muy por el contrario, comoun pensamiento portador de inquietudes crecientes ante sus pro-pias tensiones, generadas por su afan de preservar la virtud en elcorazon mismo de un mundo cada vez mas sus tent ado en el inter-cambio, y que intenta evitar las formas de inst rumentalizacion de1 0 humano para que este conserve el control de su destino.

    La otra gran figura de la escuela de Cambridge, Quentin Skin-ner -nombrado profesor de ciencias poli ticas en la universidadde Cambridge a los 37 afios de edad, en 1978-, dirige una colec-cion llamada Ideas in Context, que incluye mas de cuarenta titu-

    37 Ibid., P: XVI.

    Lahistoria intelectual despues del linguis t ic turn / 35

  • 5/10/2018 Francois Dosse - La historia intelectual despu s del giro linguistico

    11/20

    los; asimismo, esta a cargo de un ampl io programa de investiga-cion colectiva ace rca del pensamiento politico moderno, que seernpefia en traducir al plano historico las tesis propuestas por lafilosofla del lenguaje del Wittgenstein de la ultima epoca y deAustin. En una entrevista concedida en fechas recientes, QuentinSkinner echa un vistazo retrospective hacia sus afios de formacionuniversitaria y hacia el momenta de surgimiento de su programade investigacion.t" Sefiala como, en los afios cincuenta, se vio es-pecialmente marcado por el libro de Coll ingwood, The Idea o fHis tory, as f como por el de Bertrand Russell, H is to ry o f W es te rnPhilosophy: "Russell siempre ha seguido siendo un modelo parami."39 Quentin Skinner concluye su forrnacion en 1962 enCambridge; en aquel entonces, dominan tanto la corriente estric-tamente posi tiva y empirica como una corr iente de amp lia inspi -racion marxista; pr iva asimismo la influencia del paradigm a de laescuela hisrorica francesa, representada en aquel entonces porFemand Braudel y, pot ende, marcada por un determinismo cau-sal de orden geografico. Esta ul tima influencia dejaba poco espa-cio para la historia de las ideas, relegada al ran go de epifenornenoinsignificance, y tuvo "un efecto catastrofico tanto sobre el estatuscomo sobre elmetodo utilizado en lahistoria intelectual". 40Skinnerel ige como objeto de estudio a Hobbes y se disocia de las modal i-dades de lectura dominantes, espiritualistas 0 marxistas, para ha-cer valer la necesidad absoluta de resituar la obra de Hobbes en lascategorias mentales de su epoca. Asf, a principios de los afios se-senta, discute en torno a tales problemas de interpretacion con sucol ega y amigo John Dunn, que ve en el trabajo de Skinner sobre LHobbes un complernento al realizado anteriormente sobre Locke

    38 Quent in Skinner , "Quent in Skinner on Encountering rhe Pas t" , FinnishYearbookofPo!itica! Thought, vol. 6 , 2002, pp. 34-63. Ent revis ra realizada por .'Perri Koikkalainen y Sami Syrjamaki el4 de ocrubre de 200l.39 Ibid., p. 36.40 Ibid., p. 38.

    36 I Francois Dosse

    c

    por Dunn mismo y Peter Lasslett . En 1965, Quentin Skinner tomaa su cargo un curso en Cambridge acerca de los albores d~ pensa-rniento polit ico moderno: a partir de esa experiencia, descubre lairnportancia del pensamiento de Maquiavelo. A finales de los afiossesenta, sus orientaciones se yen confi rmadas por la lectura de laobra de Michel Foucault. Sin embargo, como en el caso de todasu generacion en Cambridge desde sus afios de forrnacion, su prin-cipal influencia es el Wittgenstein de las Inve st igac iones f i lo so f ica s .Este interes 1 0 conduce a otorgar una importancia primordial allenguaje desde una perspectiva pragrnatica influenciada por 1 0 quese conoce como la f ilosofia analit ica anglosajona. Se inspira en-ronces en los trabajos de Austin, en los que ve una prolongacionde las tesis de Wittgenstein.

    Skinner af irma asimismo el papel en verdad determinante dePocock en sus primeros trabajos: "Ejercio una influencia capi talsobre rni propia teo r ia y sobre mi practica cuando inicie mis in-vestigaciones".41 Si bien opina que la orientacion de Pocock es enexceso estructuralista, demasiado dada a insistir en el caracter apre-miante de las estructuras dellenguaje, a las que el pref iere consi-derar como otros tantos recursos para el pensamiento, reconoceque sus enfoques convergen en 1 0 esencial . Skinner defiende por1 0 dernas una postura anti -fundacional ista, nut rida tanto por lostrabajos de Thomas Kuhn a los que tuvo acceso desde 1962 comopor los de Richard Rorty. E~~eanti-fundacionalismo se vio refor-zado cuando Skinner ingreso al Institute de investigacion dePrinceton, en elque trabajo de 1974 a 1979 en contacto con Rorty,catedratico por aquel entonces del departamento de filosofla: "Meayudo mucho, leyendo y discutiendo conmigo los trabajos teori-

    . b li 1 "42 Sk ios que intenta a rea tzar en aque momento. inner compar-ria adernas cubfculo con Kuhn y Clifford Geertz, con qUlenestnantiene intercambios sumamente frucriferos.

    41 Ibid., p. 48.42 Ibid., p. 52 .

    La historia intelectual despues del linguis t ic turn I 37

  • 5/10/2018 Francois Dosse - La historia intelectual despu s del giro linguistico

    12/20

    Rechazando el determinismo sociologizante para dar cuenrade las teorias polit icas, Skinner desea privilegiar 1 0 que el textosignifica en el momenta en que se enuncia; el historiador debepues trasladarse al interior del universo de construcci6n del sig-nificado del autor estudiado para redescubrir aquello que teniasenti do para el: "La interrogante esencial a la que uno se hallaconfrontado, cuando se estudia un texto, es la siguiente: ~queera 1 0 que podia tener la intenci6n de comunicar el autor; enun-ciando 1 0 que enunciaba, al escribir en la epoca en la que escribiay dado elpublico al que deseaba dirigirse?"43 Para cap tar la fuerzade ilocuci6n del texto, Skinner decide recurrir a la resti tuci6n his-t6rica del contexto, que ha de permitir comprender los conflictosque el enunciado pone en juego, a partir de las convenciones enuso, definiendo asi la intencionalidad y la est rategia de escri turadel autor.

    He alli la tare a emprendida por Quentin Skinner en su gransuma acerca de los fundamentos del pensamiento polit ico moder-no.44 En ella, especifica su proyecto, distanciandose de 1 0 que elllama "textual isrno", en nombre de la necesaria resti tuci6n de lascategorias mentales de la epoca estudiada. Mas alla de los auto resy sus obras, intenta despejar, segun 1 0 mencionamos ya, la matrizsocial e intelectual general de la que provienen tales obras,45 acer-candose asi en su pro ceder al de Lucien Febvre con su noci6n deut illaje mental. Sin embargo, dicho universo matricial no cons-tituye en opini6n de Skinner el resultado exclusivo del trabajode erudici6n, que intentaria acumular lamayor cantidad posible dedatos para restituir su etiologia; 1 0 que importa es "intentar pene- Ltrar en el pensamiento del autor".46 Esta ambici6n, un tanto des- I

    43 Quentin Skinner, "Meaning and Understanding in the History of Ideas", enJames Tully (ed.), Meaning and Context : Quent in Skinner and his Cr it ics,Cambridge, Poliry Press, 1988, p. 63.44 Skinner, LesJondements de la..., op. cit.45 Ibid., p. 9.46 Ibid., p. 12.

    38 / Franc,:oisDosse

    c

    rnesurada, expresa el deseo de Skinner de superar la alternativaentre el internalismo textual y el externalismo contextual, graciasal sitio medular otorgado a la dimensi6n interpretativa en S 1. Tallectura conduce a Skinner a valorar la importancia de las catego-rias rnentales del pasado en la enunciaci6n de la novedad. Asi pues,al estudiar el pensamiento polit ico del Renacimiento, distingueen elIas huellas del estoicismo romano; de la misma manera, alestudiar el pensamiento polit ico que acompafia la labor de la Re-forma, percibe en ella impronta del derecho romano y de la filo-sofia moral escolastica, Su demostraci6n 1 0 lleva entonces a atenuarlas rupturas corminmente postuladas entre periodos y ent re ad-versarios polit icos, al demostrar que sus divisiones, por realesquesean, remiten a un mismo universo mental y argumentativo aunampliamente compartido: "Los revolucionarios de los albores delaEuropa moderna eran sin duda alguna mayoritariarnente calvi-nistas declarados, pero: aun no se ha subrayado 1 0 suficiente quesus teorias estaban impregnadas del lenguaje juridico y moral desus adversarios cat6Iicos."47

    Estas tesis de la escuela de Cambridge han suscitado frecuentescontroversias, durante las cuales se han manifestado objecionesmas 0menos radicales. En Francia, el fil6sofo Yves Charles Zarka,director del Cent ro de historia de la filosofia moderna, que tienetambien por objeto el pensamiento politico, se ha erigido en sucrit ico. mas severo, maxim- cuando preconiza un enfoque total-mente distinto del mismo corpus textual. Director del Cent roThomas Hobbes del Ce nt re N a ti on a L d e L a R e ch er ch e S ci en ti fi qu e,Zarka es un especialis ta reconocido del pensamiento de Hobbes.48Ahora bien, este investigador desestima el proceder de Skinner, alconsiderar que peca de estrechamente historicista y que ejerce efec-tos reduccionistas sobre la historia de la filosofia polit ica. Su prin-

    47 Ibid., p. 14. .48 YvesCharles Zarka, La decision metaphysique, Paris, Vrin, 1987; Hobbes et lapensee politique moderne, Paris, PUF, 1995.

    La historia intelectual despues del linguistic turn / 39

  • 5/10/2018 Francois Dosse - La historia intelectual despu s del giro linguistico

    13/20

    cipal critica atafie ala utilizacion por parte de Skinner de elemen-tos exogenos a los textos estudiados, que acaban por diluir la partepropiamente filosofica de dichos textos. Zarka reconoce que elcaracter historico de tales obras del pasado requiere ajustarse es-crupulosamente a los datos que constituyen el contexto de unaepoca singular, pero considera que ello no debe hacer olvidar elhecho de que setrata de textos cuyo caracter esante todo filosofi-co: "Todo intento por reducir a una dimension meramente histo-rica el estudio de la filosofia polfrica equivale, de manera mas 0menos directa, de manera mas 0menos habil, a negar la especifi-cidad (filosofica) del objeto estudiado.t"? En efecto, Zarka brindauna lectura de Hobbes que pone un enfasis mayor en lamoderni-dad de su pensamiento, definida a partir de un vuelco que trans-forma una filosofia del cuerpo en una filosofia del espiritu.

    Mas allade estas diferencias entre un enfoque que da lapriori-dad alsubstrato contextual y otro que valora los puntos de ruptu-ra, la oposicion entre elproceder de Skinner y elde Zarka radicaprincipalmente en la relacion que ambos instituyen entre pasadoy presente . A este respecto, el filosofo pone en guardia al his-toriador contra las tentaciones del historicismo, que niegan ladensidad de significado que vincula nuestra actualidad -y su sinterrogantes especificas- con elpasado. A este nivel, cabe recor-dar el aporte del enfoque hermeneutico, que postula una amplia-cion del significado proporcional ala distancia temporal. Zarka seopone a un historicismo cuyo programa selimite a una mera res-titucion del tenor exacto de los textos mediante la restitucion delcontexto de su contenido. Denuncia el efecto relativista de seme-jante enfoque, al termino del cual ya no seria posible distinguir I"una obra de filosofia polfrica tan considerable como el Leviatdn

    49 " To u te t en ta ti ve d e r ed u ir e a u ne d im en sio n p urem en t h isto riqu e tetu de d e lap h ilo so p hi e p o li ti qu e r eu ie nt , p lu s o u m o in s d ir ec te me nt , p lu s o u m o in s b ab il em e nt ,a n ie r la s pe ci fi ci te (p h il os op h iq ue ) d e l'o bj et q ue t on e tu d ie :" Yves Charles Zarka,"Comment lire Hobbes ?" , Le Debat , ruirn. 96, sept. -oct. de 1997, p. 93.

    40 / Francois Dosse

    c r, un simple Iibelo a de un tITtO circunstancial, "so Zarka abogasin embargo en pro de un estudio de la filosofia a traves de suhistoria, y postula la permanencia de un significado filosofico delasfilosofiasdel pasado. En su opinion, dicho significado debe serbuscado en elpresente del acto de filosofar,y no solo en la inda-gacion erudita destinada a contextualizar el pensamiento, "pues~cuales el significado filosofico de una filosofia fuera del acto mis-rno de filosofar, cuando este se ejerce en el presente como busque-da de una verdad de las cosas?"51

    Zarka admite la ausencia de privilegios del pensamiento filo-s6fico pues este, al igual que otras producciones intelectuales, noescapaa su tiempo. Sin embargo, impone una condicion: obser-var los dos principios que subyacen en todo enfoque historico dela filosofia, tal como los definio Leo Strauss. Por una parte, elhistoriador debe demostrar una comprension del autor estudiadosimilar a la atencion que brinda a la elucidacion de su s propiospensamientos; ello implica una valorizacion del contexto. Por laotra, y este segundo principio inclina nuevamente la balanza enfavor de la especificidad del contenido filosofico del texto, dichotexto debe ser considerado como algo mas que el mero reflejo deun momento particular: "Importa pues, en un segundo momen-to, decir que existe una especificidad del texto filosofico que 1 0convierte en tal, es decir, en algo filosofico."52El argumento deZarka en torno ala necesidad de adoptar una doble exigencia-lade la exactitud historica y aquella propia a la especulacion filoso-fica- resulta obviamente valido, sobre todo cuando cierta histo-

    50 "u ne c eu ur e d e p hi lo so ph ie p olit iq ue a us si c on sid er ab le q ue le Leviathan d ' uns im p le li be ll e o u d 'u n t ex te c ir co n st an ci el ." I bi d., p. Ill. .51 "car qu'est-ce q ue le s e n s ph ilo so p hi qu e d 'u n e p h il os op h ie e n d eh o rs d e l'a ct e m em ed e p h ilo s op be rl or sq ue c elu i- ci s 'e xe rc e d a n s l e pr es en t c om m e r ec he rc he d 'u n e v er it ed e s c ha s es " , Yves Charles Zarka, C o mm en t e cr ir e l 'h is to ir e d e la ph i lo s o ph i e ] , Pa-ris, PUF, 2001, p. 23.52 "Il i mp or te d on e, e n u n d eu xi em e te mp s, d e d ir e qu'il y a u n e s pe ci fi ci te d u t ex tep h ilo so p hi qu e q ui le r en d t el, c 'e st -a -d ir e p h il os op h iq ue ." I bi d. , p. 27.

    Lahistoria intelectual despues del li ng ui st ic t ur n / 41

  • 5/10/2018 Francois Dosse - La historia intelectual despu s del giro linguistico

    14/20

    ria de los conceptos consideraba tener por proyecto substi tui r a lahistoria de la filosoHa. Sin embargo, tambien resulta Iegitirno pensarque los terrninos de esta controversia deben ser replanteados, orien-randolos hacia la necesaria distincion entre dos tipos de enfoque,desde luego conexos y para nada incompatibles, cada uno de loscuales tiene su propia legitimidad y su propio aporte espedfico: lamodal idad de lectura propiamente fi los6fica de una historia de lafilosofia, por un lado y, por el otro, una historia intelectual quevalora las formaciones discursivas en sus relaciones con un marcosociopolft ico y mental , en un afan por ubicar con la mayor preci -sion posible todo pensamiento como acto de enunciaci6n solida-rio de un contexto.

    I II. UNA HISTORIA CONCEPTUAL DE LO POLITICO EN FRANCIA

    EI desarrollo de la reflexi6n sobre el pensamiento polit ico se nutreen Francia de la critica del fen6meno totalitario, acerca del cualMarcel Gauchet subraya que "no es en cierto sentido mas que unretorno de la parte reprimida de 1 0 politico". 53Una historia inte-lectual del pensamiento politico se esboza al rededor de los afiosochenta con la revista Libre, creada en 1977; con la colecci6n Cri-t iq u e d u p o li ti qu e fundada por Miguel Abensour en 1975 en laeditorial Payot; y, posteriormente, con la creaci6n de un seminariomensual que habra de lIevarse a cabo durante ocho afios, de 1977a 1985, en elque partic ipan Claude Lefort, Pierre Manent, MarcelGauchet, Francois Furet, Bernard Manin, Pierre Nora, JacquesJul liard, KrzysztofPomian, Pierre Rosanvallon, y luego otros mas. ,Esta reflexi6n colectiva perrnite aunar distintos enfoques discipli-narios y devolver una perspectiva globalizante a un enfoque histo-rico desde cuya 6ptica 1 0 politico esvisto como un tema transversal

    53 "[i l] n'est en un sens qu'un retour du refou!e politique", Marcel Gaucher, Esprit,jul.-ago. de 1976.

    42 / Francois Dosse

    c

    global de las investigaciones. 54La historia intelectual de 1 0 poll-~co pretende colocarse en la interseccion de 1 0 hist6rico y de 1 0filos6fico; dicha posicion intermedia de observaci6n Ie brinda laposibilidad de superar las tradicionales escisiones entre historia po-Htica, ciencia polit ica e historia de las ideas pollt icas.

    Pierre Rosanvallon define ese proyecto como un proyecto deelaJ)~~r~ci6nde una historia conceptual de 1 0 politico, Su objetivocd~ls\:'een "cornprender la formaci6n y la evoluci6n de las racio-IJ-~J.dadespolft icas, es decir, los sistemas de representaci6n queriig~n- la manera en que una epoca, un pals 0 ciertos grupos socia-les dados conducen su accion y consideran su porvenir."55 Se-mejante manera de proceder presupone cuestionar la separaci6nefectuada hasta entonces entre un velo exterior de representaci6n,tras el cual habrfa que identificar las motivaciones reales de los acto-res, y las conductas verif icables de estos ultimos. De hecho.i .estahistoria intelectual intenta restituir la labor permanente de refle-xividad que realiza la sociedad sobre sf misma, su construcci6n co-rrio experimentaci6n. Se halla pues efectivamente inscrita en unaperspectiva herrneneutica, que da prioridad a lacomprension, y rom-pe con la ilusi6n de una vision "desde arriba", sustituyendola poralgo que Rosanvallon llama la "ernpatia conrrolada'T" Aunque estahistoria intelectual de 1 0 politico privilegia los conceptos, viendoen ellos especies de nudos por desenredar para cap tar 1 0 que po-nen en juego y yendo as f a contrapelo de la historia tradicional delas ideas polfticas, no por ello se limita al corpus de las grandesobras canonicas, Desde mediados de los afios ochenta, PierreRosanvallon define en apuntes de t rabajo 1 0 que el entiende porese campo de investigaci6n recien abierto, que presenta de mane-

    54 Vease Pierre Rosanvallon, "Le Politique", en Jacques Revel y Nathan Wachrel(dirs.), Une ecole pour les sciences sociales, Paris, CERF-EHESS, 1996, P: 305.55 "comprendre laformation et revolution des rationali tes polit iques, c 'est-a-dire lessy st emes de repres entat ion qui commandent fa faron don t une epoque , un pays oudesgroupes sociaux conduisent leur action et envisagent leur auenir." Ibid. , P: 307.56 V' 'bid:ease I I"P: 309.

    La historia intelectual despues del li ng ui st ic t ur n / 43

  • 5/10/2018 Francois Dosse - La historia intelectual despu s del giro linguistico

    15/20

    ra programatica.V Segtin Rosanvallon, la unidad de las muy diver-sas publicaciones -que dan fe de la renovaci6n de lah istoria de lasideas, de la del enfoque filos6fico de la historia pol itica y de la de lafilosofia del acontecimiento, asi como del desarrollo de una antro-pologia pol itica 0 de la reactivaci6n de la filosof ia del derecho-obedece al hecho de que "10 poli tico no consituye para ellos unainstancia 0 un ambito entre otros de la realidad: es elsitio don-.de se articulan 10social y su representaci6n, la matriz simb6lica enla cualla experiencia colectiva halla arraigo y reflexi6n a la vez" .58

    Rosanvallon pasa revista a las aporias de la historia tradicionalde las ideas para hacer valer mas cabalmente, mediante un efectode contraste, las ambiciones posibles de la historia conceptual de10 polit ico. Distingue cinco tentaciones que conllevan flaquezasmetodo16gicas: la del diccionario, que es desde luego un valiosoinstrumento, pero que no tiene nada de hist6rico;59 la de la his to-ria de las doctr inas, que presupone err6neamente un universo re-plegado sobre si mismo, coherente y estable, del que habria queredescubrir los precursores desde una perspectiva teleo16gica; ladel comparatismo textual, que solo hace existir los textos en suexterioridad y disimula a menudo una ausencia total de capacidadpara interrogar los textos en cuestion.P? la del reconstructivismo,que mira des de la distancia la obra con el fin de brindarle unacoherencia supuestamente mejor que la que le asign6 su autor; y,finalmente, la del tipologismo, que se limi ta a yuxtaponer, a cata-logar las escuelas de pensamiento. A diferencia de estas diversasformas que ha asumido la historia de las ideas, la historia concep-tual de 10polit ico, segun Rosanvallon, t iene como objetivo "1) ha- c

    57 Pierre Rosanvallon, "Pour une histoire concepruelle du polit ique (note detravail)", Revue de synthese, ene.-jun. de 1986, num, 1-2, pp. 93-105.58 " le pol it ique nes t pas pour eux une instance ou un domaine panni d 'aut re s dela reali te : i l est le l ieu o tt s'articulent lesocial et sa representation, la matrice symboli-que dans laquelle l 'experience collective s 'enracine et se rif!echit it la [ois", Ibid., P : 9 6.59 Vease ibid., p. 97.60 Ibid., p. 98.

    44 / Francois Dosse

    cer la historia de la manera en que una epoca, un pais 0 ciertosgrupOS sociales dados intentan construir respuestas a 10que perci-ben de modo mas 0 menos confuso como un problema y 2) hacerla historia del trabajo efectuado mediante la interacci6n perma-nente entre la realidad y su representaci6n, definiendo c am p os h is -torico-problemdticos."61 Recur riendo a los aportes de la historia delas mentalidades, la historia conceptual de 10politico hal la tam-bien Fuentes reflexivas en una atenci6n vigorosa puesta en el dis-curso, la lengua, el campo l exico, Esta atenci6n hacia el contextodiscursivo podria hacer pensar que dicha historia conceptual, talcornola define Rosanvallon, se asemeja a la orientaci6n esbozadapor la escuela de Cambridge, asi como a los trabajos de Skinner yPocock. Desde luego, Rosanvallon reconoce estar en deuda condicha corriente, cuyo aporte es ineludible; empero, se disocia delas tesi s de la corriente de historia contextualista de las ideas: "Enefecto, los terrninos en los que el debate metodo16gico ha sidoplante ado en Estados Unidos y en Inglaterra en torno ala manerade hacer historia de las ideas han conducido de manera demasia-do sistematica a Skinner a poner bajo sospecha de philosophiaperennis a todo aquello que tiende intelectualmente a ar ticular lalectura de las cuestiones del presente con la lectura del pasado. "62

    Por su parte , Lucien Jaume, otro especialis ta del pensamientopolitico moderno.s'' mantiene cierta distancia critica respecto del

    61 "1)" de foire l'histoire de la maniere dont une epoque, ; 1 1 2 pays ou des groupessociaux cherchent it construire des reponses it ce qu'i ls per co iuen t p lus ou mainscon fusemen t comme un problerne et 2) de fo ir e l 'h istoi re du travail opere parl'interaction permanente entre la realite etsa representation en difinissant des champshistorico-problematiques." Ibid., p. 100.62 "Les termes dans lesquels ledeba: meihodologique sur lafo[on defoire de l 'his toiredes idees a e te mene aux Etat s- Unis e t enAng le te rr e ont , en ef fi t, condu it Skinner itsoup[onner trop sys tematiquement de philosophia perennis t ou t cequi t enda itmtellectuellement it articuler la lecture des questions du present avec celle du passe."Ibid., p. 105.63 " .une fausse pts te : la mecomprebension his toriciste de Laphilosophie." Lucien.laurne, Hobbes et I'Etat representatif modcrne, Paris, PUF, 1986.

    La historia intelectual despues del li ng ui st ic t ur n / 45

  • 5/10/2018 Francois Dosse - La historia intelectual despu s del giro linguistico

    16/20

    contextualisrno de la escuela de Cambridge. Dicha orientacionconst ituye, a su manera de ver, "una pista falsa: la deficiente com-

    o prension historicista de la filosofia."64 Si bien Lucien Jaume per-manece muy atento al orden del discurso de los actores, as! comoal hecho de que el discurso que manejan no carece de efectos so-bre 1 0 que hacen, tarnbien puntualiza que no se trata de dejarhablar interminablemente ese corpu s de textos, sino de reordenarlo,sornetiendolo a diversas inrerrogantes.'v asimismo, preconiza elrecurso a problematicas 0modelos. As! pues, refiriendose a Hobbes,interpreta su obra interrogandola des de el punto de vista de larepresentacion: "El gran interes de Hobbes, por afiadidura, con-siste en haber sido el primer teo r ico que definio un concepto de larepresentacion.Y'" La representacion no es concebida por Hobbescomo un mero resultado de fuerzas exteriores ni como una resul-tante capaz de subsumir una tension. De ningun modo estatica, larepresentacion preserva su dinamica endogena: es "creacion con-tinuada"67 y por end e la conversion que realiza siempre es pro-visional, permanece inacabada, en incesante const ruccion: "Larepresentacion no refleja, opera."68 De allf la ruptura que la nocionde Hobbes establece respecto de las concepciones medievales. Pues-to que la interrogante pOI resolver en el plano polit ico se enunciacomo la mejor manera de conciliar 1 0 uno y 1 0 multiple, la res-puesta que propene Hobbes para su siglo sigue interpelandonos-a distancia, claro esta- en nuestra contemporaneidad: "Pare-ceria dific il sostener que el Lev ia tdn solo nos habla del siglo XVlI."6964 Lucien Jaume, "Philosophic en Science politique", L e D e ba t , num. 72, nov.-d ic . de 1992, p . 140.65 Vease ibid., p. 138.66 "Le g ra nd i nte re t d e H ob be s d e surcroit, c'est d'hre le p re mi er t he or ic ie n q ui a jtdijini un c o n c ep t d e l a r e p re s en t a ti o n ." Lucien Jaume, Hobbes et:IEtat representatifmodeme.iiir],67 Vease ibid.; p. 185.68 " L a r ep r es en t at io n n e r ef le te p a s, e ll e o p er e. " I de m .69 "II p ar ait ra it d iffi cile d e s ou te ni r q ue le L ev ia th an n e n ou s p ar le q ue d u xvirsiecle," Ibid., p. 227.

    46 I Francois Dosse

    A este respecto, coincidimos con Lucien Jaume cuando hace pre-valecer el tipo de cuestionamiento propio de nuestra contem-;,pbraneidad, en la medida en que esta interroga la tradicion,presuponiendo una fractura pero tarnbien una inclusion del pasa-do en el presente; la densidad temporal de este futuro del pasadorequiere una lectura herrneneurica, cuyo cuestionamiento siem-pre renovado permite relecturas siempre creadoras.

    La historia de los conceptos pol iticos, segiin Lucien Jaume,exige dist inguir dos pianos de cuestionamiento: es preciso, pOIuna parte, interrogarse en torno ala produccion de los conceptosya las diversas modulaciones de sent ido que sufren en el t rans cur-so del tiempo; por la otra, es necesario hacer visible elpro ceder delanali sta mismo. Jaume privilegia los contextos de surgimiento ensu singularidad Y o ' al rnismo tiempo, su rnetodo de analisis recurrea los textos misrnos para hacer patentes los efectos propiamentepoliticos de estos tiltimos. A esta dimension pragrnatica que apuntaa articular pensamiento y accion, Lucien Jaume sugiere definirlamediante un neologismo: la "ideopraxia" ( ideopraxie) que signifi-ca "la puesta en practica un pensamiento politico que no debe serseparado de sus condiciones concretas de formulacion". 70Hacerprevalecer el plano de la pract ica y de los usos impl ica ya no limi-tarse, como en el caso de la historia clasica de las ideas, a unagenealogia de los gran des auto res canonizados, sino ampliar elcorpu s de los textos de referencia. Los text os seleccionados pOI sucapacidad de vehicular una accion son percibidos entonces comoenvites dirigidos a un publico particular , porradores de una cultu-ra poli tica que per rnite la cornunicacion entre el autor y su dest i-natario. Semejante enfoque remite a la vez a la pragmatica y a-lahermeneut ica: "El meollo de esta manera de proceder consiste en70 "la m is e e n ceuure d'une pensee politique qu'i l n e fo ut p as separer d e s e s c o n d it i on sconcre tes de f o rmula t ion" . Lucien Jaume, "La pensee en action =, pour une autreHistoire des idees poliriques", ponencia presemada durante el coloquio inter-nacional P er u ne s to ri a d ei c on et ti g iu ri di ci e p o li ti ci e ur op ei , Napoles, InstitutSuor Orsola Benincasa, 20-22 de febrero de 2003.

    Lahistoria intelectual despues del l in gu is ti c t ur n I 4 7

    c

  • 5/10/2018 Francois Dosse - La historia intelectual despu s del giro linguistico

    17/20

    efecto en determinar mediante la interpretacion el efecto de sig-nificado del texto de intervencion pollt ica."71 El historiador noparte pues de un invariante del significado del concepto, de unaunivocidad de su significacion; por. el contrario, reintegra el con-cepto dentro del movimiento mismo del actuar politico, toman-do en serio a los actores, ya que la interrogante planteada buscasaber como dicen los acto res aquello que hacen.

    Semejante orientacion coincide con la preocupacion expresa-da por Paul Ricoeur cuando afirrna la necesidad de una "reins-cripcion progresiva de lateorfa del texto en la teoria de la accion" J2El criterio de los usos lleva a poner entre parentesis la cuestion dela verdad, que estara en cambio en el meollo de la interpretacionpropiamente filosofica. La perspectiva de la historia intelectualhalla aqui su caracter operat ive, invirtiendo el enfoque clasico dela historia de las ideas. Esta ultima indaga en generalla influenciaejercida por tal 0 cual pensador sobre los acto res; pero tarnbienconduce al investigador a incursionar por sendas donde toda deci-sion resulta imposible, a fal ta de poder obtener pruebas a parti r denociones teoricas sacadas de contexto, por ejemplo: "2AcasoRousseau ejerce influencia sobre los jacobinos?" Muy por el con-trario, lahistoria intelectual va a partir del contexto mismo, de aque-11 0 que el contexto pone en juego, para preguntarse: "2Por queciertos jacobinos citan a Rousseau?" Esta interrogante acerca delsignificado propio de la referencia textual, tomada en el fuegodel actuar, contribuye a proporcionar especificidad al tipo decuestionamiento de la historia intelectual respecto del cuest io-namiento filosofico, Lucien J aume sinia ese nivel a distancias iguales 'de la her rneneutica tal como ladefine Gadamer y del con textual is- ,mo de Skinner.

    71 "Le caur de fa demarche consiste en effet a determiner par voie d'interpretation l' _effe t de sens du texte d'intervention polit ique." Idem.72 "reinscription progressive de fa theorie du texte dans fa theorie de l'action", PaulRicceur, Du texte a l'action, Paris, Seuil , 1986, p. 8.

    48 / Franc;:oisDosse

    Esta tercera via resulta en mi opinion especialmente fecunda,pues rorna en cuenta el caracter hibrido de esta senda de investiga-cion, que se interna tanto en el mundo ideal como en el mundo fac-rico. En elhorizonte de esta opcion sedivisa claramente laperspectivaabierta por Ricoeur con su nocion de "refiguracion", que remitetanto al significado que otorga el actor a su decir como al signifi-cado que adviene para nosot ros en nuest ra contemporaneidad alleerlo a posteriori . Ello no da por resultado una comprension su-perior, desde arriba, enunciada en nombre de la ciencia sino, masmodestamente, una manera de comprender a los acto res "de otromodo",73 distinta de su manera de comprenderse ellos mismos.

    IV. LA sEMANTICA HIST6RICA ALEMANA

    En Alemania, la historia intelectual consti tuye tarnbien un ambi-to sugestivo, hasta el punto de servir cada vez mas a menudo demodelo allen de las fronteras germanas, sobre todo gracias al pro-grama de sernantica historica definido por Reinhart Koselleck (laBegriffigeschichte). Durante los alios cincuenta, la historia culturalsehallaba especialmente desacreditada en Alemania y era inclusoutil izada a manera de mala palabra; fue pues justamente para to-mar distancia de ella que seafirrno un programa diferente , que con-sistfa en real izar una historia intelectual. Dicha corriente, que en1 0 esencial emana de la BegriffiocioLogy, inspi ra en un principio lostrabajos de sociologia del derecho, primeros en contemplar el pro-recto de una sociologia de los conceptos. A traves de una reflexionacerca de las discontinuidades propias al contenido juridico, elhistoriador Koselleck va a emprender su ternat izacion de una am-biciosa historia de los conceptos. En efecto, rompe con el cont i-nuismo de las ideas para anclar socialmente el concepto en suespacio-tiempo, partiendo del principio segun el cual el concepto

    73 Vease Jaume, "La pensee en action ...", op. cit.

    La historia intelectual despues del li ng ui st ic t ur n / 49

    c

  • 5/10/2018 Francois Dosse - La historia intelectual despu s del giro linguistico

    18/20

    registra elhecho social que esta produciendose. Al mismo tiempo,empero, el concepto es en s f un factor del hecho social y no solo sureflejo, por 1 0 que el primero ejerce una retroaccion sobre el se-gundo. Koselleck seniega a separar la atencion puesta en las trans-formaciones de aquella puesta en las formaciones discursivas de lahistoria social, y define un programa de historia intelectual conmiras a conservar la historicidad propia de cualquier no c ion 0con troversia.

    Koselleck recuerda la sentencia de Epicteto segun la cual "noson las acciones las que estremecen a los hombres, sino 1 0 que sedice acerca de tales acciones"74; esta nos ensefia que la fuerza inhe-rente de las palabras no solo flota en la superficie de las cosas. Deello resulta una obligaci6n metodol6gica en historia, que consisteen resti tuir los conflic tos sociales y polit icos del pasado utilizandoaquello que Lucien Febvre llamaba ya el utillaje mental y queKoselleck llama "las fronteras conceptuales de la epoca",75 eligien-do as! una postura muy cercana a la de la escuela de Cambridge.Semejante atenci6n hacia las variaciones diacr6nicas y sincr6nicasde significado de las nociones, en funci6n del sitio que ocupandentro del sistema, apunta a comprender mas cabalmente la his-toria social en su caracter concreto, escapando al falso drculo vi-cioso que conduce de la palabra a la cosa y viceversa.

    Koselleck ve en el ambito del derecho un conector privilegiadopara pensar simultaneamenre las transformaciones de los concep-tos y las del universo social, pues el derecho Ie sirve de indicadorde la modernidad creciente. Tras el aspecto innovador del progra-rna de Koselleck, es posible derectar su insatisfaccion ante unahistoriografia como la que representan aquellos historiadores que, Isin haberse comprometido con elnazismo, permanecieron en Ale-mania, fieles a las tesis clasicas del historicismo, entre ellos Gerhard

    74 Vease Reinhart Koselleck, Lefutur passe. Contribution lz fa semantique des Ltemps liistoriques, Paris, EHESS, 1990 (1979), p. 99.75 Ibid., p. 104.

    50 / Francois Dosse

    Ritter, Hanz Herzfeld, G~r~ Tellenbac~, Alfred Gr~ndm~nn yFrliedrkh Meinecke. Este ultimo es el mas represent~t1vo. e influ-

    de su generaci6n (1862-1954) y explora la historia de lasrente . . . .ideas segun una modalidad de continuidades, de fil iaciones capa-de atar nuevamente los cabos de la tradici6n y de la moderni-co:sdad, privilegiando la singularidad del Sonderweg aleman.Para toda una generaci6n de historiadores alemanes de la pos-

    uerra, semejante visi6n dej6 de ser aceptable. Antes que buscar:implemente la compasi6n hacia s f misma, esta generaci6n inquiereeausas posit ivas cap aces de elucidar el porque del desastre aleman,aquello que pudo suscitar ese abandono ante la barbarie, y e~igeresponsables, culpables. Basandose en ese rechazo y en esa actitudcritica hacia la generaci6n anterior, varios historiadores alemanestrabajaron en pro de una cri tica de la practica historiadora domi-nante, buscando otras sendas de exploraci6n mas fecundas. Talfue el caso, entre muchos orros, de Reinhart Koselleck, cuyo pro-yecto naci6 en el Insti tuto de historia social creado en Heidelbergpor Alfred Weber, hermano de Max Weber. Koselleck, al igualque la mayoda de los historiadores de su generaci6n, se vio hon-darnente marcado por esa experiencia de la guerra, por esa dis-tancia maxima en Alemania entre la barbarie en la obra de 1 0cotidiano y el mundo del discurso.

    La posici6n defendida por Koselleck corresponde a unahistoricizaci6n sin histori smo. Se convierte as! en uno de los arti-fices de una gigantesca empresa edi torial , al realizar una gran en-ciclopedia en ocho vohimenes de los conceptos basicos de lahistoria, en colaboraci6n con el historiador Werner Conze y elmedievalista Otto Brunner. Este ultimo habfa ya suscitado am-plios debates en torno a su tesis segtm la cual el Estado no existeen la Edad media. Dicho diccionario se ha convertido en el mo-numento mas representativo de los aportes de la historia de losconceptos, la Begriffigeschichte;76 reune no menos de 7,000 pagi-76 Otto Brunner, Werner Conze y Reinhart Koselleck (eds.), Gescbicbtl iche

    Lahistoria intelectual despues del li ng ui st ic t ur n / 5 I

  • 5/10/2018 Francois Dosse - La historia intelectual despu s del giro linguistico

    19/20

    nasi su real izaci6n dur6 veinte afios y 10% del conjunto fue re-dactado por Koselleck.

    La labor de conceptualizaci6n efectuada por Koselleck permi-rio ponderar hasta que punto el pasado tiene un futuro.?7 CuandoRicceur pone punto final en 1985 a su trilogia dedicada a sus re-flexiones ace rca de la relaci6n entre tiempo y narraci6n, ve en laherrneneutica de la conciencia hist6rica definida por Koselleck unmedio para escapar a la doble aporetica del tiempo: la del tiempoIntimo, estrictamente psico16gico, tal como aparece en la t radi-ci6n de San Agustin 0 en la de la fenomenologia de Husserl; y ladel tiempo cosmo16gico de Arist6teles, seguida del t iempo tras-cendental de Kant. Para definir esta manera de pensar el tiempoque conjuga las modalidades de subjet ivaci6n con su dimensionimpersonal, Ricceur se basa en las dos categorias metahist6ricasutil izadas por Koselleck: espacio de experiencia y horizonte deexpectat ivas. Ambas nociones se arraigan en el presente. El espa-cio de experiencia remite a una tram a donde se ent retejen pasadoy presente en funci6n de multiples trayectorias, mientras que elhorizonte de expectativas remi te a un futuro vuelto tambien pre-sente , "vuelto hacia el aun-no",78 sin dejarse derivar simple mentede la experiencia presente.

    Asi, desde la perspectiva de Koselleck, el acontecimiento sesinia en una tensi6n interna entre dos categorias metahist6ricas,la de espacio de experiencia y lade horizonte de expectativas. Ambascategorias ternat izan un tiempo hist6rico que puede ser leido en laexperiencia concreta, con ciertos desplazamientos significativos,por ejemplo la disociaci6n paulatina entre experiencia y expecta-tivas en el mundo moderno occidental . Su enfoque tiene el meri-to de most rar el caracter operat ivo de los conceptos hist6ricos, su

    G ru n db eg ri ff e. H is to ri ch es L ex ik on z ur p ol it is cb -s oc ia le n S pr ac he i n D eu ts ch la n d, ,Stuttgart, Ernst Kleu/I. G. Cotta, 1972-1997.77 Kose l leck , L e f ot ur p as se , o p. c it.78 " t ou r n e v e rs l e p a s -e n c o re " . Ricoeur, T emp s e t r ec it , torno 3, o p . c it ., p. 376.

    52 / Francois Dosse

    idad estructurante y a lavez estructurada por situaciones sin-capac . .aulares. Dichos conceptos, portadores de expenenCla y de expec-tJ '''as no son meros epifen6menos de lenguaje que habria quetat t

  • 5/10/2018 Francois Dosse - La historia intelectual despu s del giro linguistico

    20/20

    I I

    expresa de esa manera que la paseidad de una observaci6n no esobservable en s f misma, sino solamente memorable. La narracionconsti tuye la mediacion indispensable para hacer labor historica yvincular el espacio de experiencia y el horizonte de expectativasmencionados por Koselleck: "Nuestra hiporesis de t rabajo equi-vale asf a ver en la narraci6n el guardian del tiempo, en la medidaen que el unico tiempo pensado serfa el tiernpo narrado."82 Laconfiguraci6n del t iempo pasa por la nar raci6n del historiador .La configuracion historiadora considerada semueve entre un espa-cio de experiencia que evoca la multiplicidad de los recorridosposibles y un horizonte de expectativas que define un futuro-vuel-to-presente , no reductible a una mera derivacion de la experienciapresente: "Asl, espacio de experiencia y horizonte de expectativasno seoponen polarmente, aiin mejor, se condicionan mutuamen-te."83 La construcci6n de esta hermeneutica del tiempo historicobrinda un horizonte cuya tram a ya no esta basada en la mera fina-lidad cientifica, sino que tiende hacia un hacer humano, un dialo-go por insti tuir entre las generaciones, un actuar sobre elpresente.Desde esta perspectiva, la historia intelectual puede fijarse la metade volver a abrir el pasado, interpretar desde una opt ica diferentesus potencialidades y sus devenires no verificados. El presente vuelvea tomar posesion del pas ado a partir de un horizonte historicodesprendido de el , Transforma la distancia temporal muerta en"transrnision generadora de significado". 84 El sitio central de lanarracion relativiza la capacidad que tiene la historia de encasil larsu discurso en una explicacion entrampada en mecanismos decausalidad. ~

    j

    82 "Notre hypothesede travail revient ainsia tenir lerecitpour legardien du temps,dans la mesure OZI il neseraitde temps pense que r acon te , " Ibid., p. 435.83 "Ainsi espaced'experience et horizon d'attente font mieux que de s'opposerpolairement, ilsse conditionnent mutuellement:" Ibid., p. 377.84 "transmission generatrice de sens",Ibid., p. 399.

    54 / Francois Dosse

    Ambic ion s in lim ite .L a in te le ctu a lidad mexi cana del s ig lo XXFERNANDO CURIEL DEFOSSECEl-IIFl-UNAM

    RESUMENEste ensayo exam ina las intrincadas relaciones entr e el intelectual y e lpolitico a partir del Ateneo de la Juventud, grupo que, a diferencia delque 1 0 precedi6, el del modernismo, habitante de la Torre de Marfil,mostro de inmediato una vocaci6n social en terrninos de propagaci6nde los saberes y civ il idad (independienremente de procl iv idades indiv i-duales hacia elpoder polit ico, como en los casos de Alberto Pani , MartinLuis Guzman, Isidro Fabe la, Alfonso Cravioto, etcetera). A traves dedive rsas fuenres, se reconstruye la paula tina aunque rotunda r ransfor-maci6n del discurso enrico (y a veces el creative ) en alega to politico decoyuntura , a tal extr emo que, a pa rtir de los sesenta s, se abandonan losgrandes proyectos educativos y culturales en aras del sistema dernocrati-co electoral, sin que a la fecha se advierta un cambio en fa d irecci6n,politizacion, dominante.

    AMBITION l'( ffTHOUT LIMITS. MEXICAN INTELLECTUALITY IN THE 20 TH. CENTURY.T his e ss ay p ro po se s t o e xa mi ne t he in tr ic ate r ela tio ns b et we en t he i nt elle c-t ua l a nd th e p o li ti ci an t hr ou gh a c as e s tu dy o f th e Ateneo de laJuven tud, ag ro up th at, u nlike th e p r ec ed in g m od er nis t g ro up , in ha bita nt o f th e Iv or yT ow er , i mm ed ia te ly s ho we d i ts s oc ia l v oc ati on i n t er ms o f t he p ro pa ga ti on o fkn ow led ge a nd c ivility (in dep en den tly o f in div id ua l in clin atio ns to wa rdp oli ti ca l p ow er , a s w a s t he c as e o f A lb er to P a ni, M a rt in L ui s G uz ma n, Is id ro

    Historia y Grsti, UIA, nurn. 23. 2004