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Fannie FLAGG Tomates verdes fritos

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  • Fannie

    FLAGG

    Tomates verdes fritos

  • Ttulo original: Fried Green Tomatoes at the Whistle Stop Cafe Traduccin: Vctor Pozanco 1.a edicin: junio 1995 Fannie Flagg 1992 Ediciones B, S.A., 1995 Bailen, 84 - 08009 Barcelona (Espaa) Printed in Spain ISBN: 84-406-5702-1 Depsito legal: NA. 939-1995 Impreso por GraphyCems Ctra. Estella-Lodosa, km 6 31264 Morentin (Navarra) Realizacin de cubierta: Dami Mathews Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en las leyes, queda rigurosamente prohibida, sin autorizacin escrita de los titulares del copyright, la reproduccin total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografa y el tratamiento informtico, as como la distribucin de ejemplares mediante alquiler o prstamo pblicos.

  • Fannie

    FLAGG

    Tomates verdes fritos

  • Para Tommy Thompson

  • AGRADECIMIENTOS

    Quiero expresar mi reconocimiento a las siguientes personas, cuyo aliento y apoyo tan valioso me ha sido para escribir este libro. En primer lugar y muy especialmente a mi agente, Wendy Weil, que siempre confi en m; a mi editor Sam Vaughan, por tanta dedicacin como ha puesto en mi obra y por lo mucho que me ha hecho rer incluso corrigindome; a Martha Levin, mi primera amiga en la editorial Random House. Y deseo tambin dar las gracias a Gloria Safier, Liz Hock, Margaret Cafarelli, Anne Howard Baily, Julie Florence, James Daddy Hatcher, al doctor John Nixon, a Gerry Hannah, a Jay Sawyer y a Frank Self. Gracias a De Thomas/Bobo and Associates por apoyarme en las horas bajas. Tambin a Barnaby, a Mary Conrad y a la Writer's Conference de Santa Barbara, a Jo Roy y a la Biblioteca Pblica de Birmingham, a Jeff Norell y al Birmingham Southern College, a Ann Harvey y John Loque, y a la editorial Oxmoor House Publishing. Mi mayor reconocimiento asimismo a mi mecangrafa y mano derecha Lisa McDonald y a su hija Jessaiah por no enredar y estarse quietecita viendo la tele mientras su madre y yo trabajbamos. Y mi agradecimiento muy especial a la encantadora gente de Alabama, del pasado y del presente. Mi corazn. Mi hogar.

  • Aunque est sentada aqu en la Residencia Rose Terrace, mentalmente estoy

    dando cuenta de un plato de tomates verdes fritos en el caf de Whistle Stop.

    MRS. VIRGINIA THREADGOODE Junio de 1986

  • EL SEMANARIO DE DOT WEEMS

    SEMANARIO DE WHISTLE STOP (ALABAMA)

    12 DE JUNIO DE 1929

    UN NUEVO CAF El caf Whistle Stop abri la semana pasada, justo al lado de casa, junto a Correos, y las propietarias Idgie Threadgoode y Ruth Jamison dicen que les va muy bien. Idgie dice que como la gente sabe que a ella no le importa envenenarse, no cocina.

    Todo se lo guisan dos morenitas, Sipsey y Onzell; slo la barbacoa est a cargo de Big George, que es el marido de Onzell.

    Por si acaso hay alguien que an no haya ido, dice Idgie que el desayuno se sirve desde las 5.30 a las 7.30 y que tiene huevos, tortas, bizcocho, beicon, salchichas, jamn, salsa picante y caf por 25 centavos.

    Para almorzar y para cenar tiene pollo frito, chuletas de cerdo con salsa picante, pescado, empanadillas, parrillada de carne, guarnicin de verduras a elegir, pan, bizcocho, bebida y postre por 35 centavos.

    Dice Idgie que las verduras que entran como guarnicin son: maz a la crema, tomates verdes fritos, bolondrn frito, grelos, guisantes, ame glaseado, limas o habitas tiernas.

    Y de postre pastel. Mi media naranja y yo cenamos all la otra noche, tan bien que dice l que se est planteando no

    volver a cenar en casa. Ja, ja. Ojal. Me paso el da cocinando para ese grandulln y nunca tiene bastante.

    Por cierto: dice Idgie que una de sus gallinas ha puesto un huevo con un billete de diez dlares dentro.

    DOT WEEMS

  • RESIDENCIA

    ROSE TERRACE

    ANTIGUA AUTOPISTA MONTGOMERY, BIRMINGHAM (ALABAMA)

    15 DE DICIEMBRE DE 1985

    Evelyn Couch haba llegado a la Residencia Rose Terrace con su marido Ed, que iba a visitar a su madre Big Momma, a la que haban ingresado haca poco y a regaadientes. Evelyn acababa de darles esquinazo a ambos y haba ido al saln de las visitas de la parte trasera para poder chupar su piruleta en paz. Pero, nada ms sentarse, la anciana que estaba sentada a su lado empez a hablar...

    Si me preguntan el da que se cas Fulano... con quin se cas... o qu llevaba la madre de la novia, el noventa por ciento de las veces lo s; pero, por ms que lo intente, no sabra decir cundo me hice tan vieja. Fue algo que se me ech encima. La primera vez que me di cuenta de ello fue el pasado junio, cuando estuve en el hospital por lo de mi vescula, que se me la han quedado, o puede que ya la hayan tirado... cualquiera sabe. Aquel perchern de enfermera acababa de darme otra de esas lavativas de insecticida, a la que tan aficionados son all, cuando me percat de lo que me haban puesto en el brazo. Era una banda blanca que deca: "Mrs. Virginia Threadgoode... anciana de ochenta y seis aos". Madre ma!

    A1 volver a casa le dije a mi amiga Otis que me tema que lo nico que nos quedaba era esperar sentadas y prepararnos para palmar... Pero ella me replic que prefera la expresin: pasar a mejor vida. Pobrecita, no tuve valor para decirle que, lo llamemos como lo llamemos, palmaremos...

    Lo curioso es que, en la infancia, parece como si el tiempo no transcurriese, pero, en cuanto se cumplen los veinte, el tiempo empieza a correr como si una fuese montada en una locomotora. Me temo que la vida se nos escurre a todos entre las manos. O por lo menos a m. Pas de nia a mujer sin darme cuenta, con pechos y vello pbico (no pblico) de un da para otro. Ni me enter. Adems, nunca fui muy espabilada en el colegio, ni en nada...

    Mrs. Otis y yo somos de Whistle Stop, una pequea ciudad que est a unos quince kilmetros de aqu, por donde quedan las cocheras del ferrocarril... Ha sido mi vecina de enfrente durante los ltimos treinta aos poco ms o menos y, tras la muerte de su esposo, a su hijo y a su nuera les dio por mandarla a la residencia, y me pidieron que fuese con ella. Yo les dije que me quedara con ella una temporada, y aunque ella an no lo sabe, el caso es que me vuelvo a casa en cuanto se adapte a esto.

    La verdad es que aqu no se est tan mal. El otro da nos dieron a todos unos chalequitos navideos. El mo llevaba unas brillantes bolas rojas y el de Mrs. Otis llevaba estampada la cara de Santa Claus. Lo que me fastidi es tener que dejar a mi gatita.

    Aqu no te dejan tenerla, y la echo de menos. Siempre he tenido uno o dos gatitos. Se la di a la jovencita que vive al lado, que ltimamente se ocupaba de regar mis geranios. Porque es que tengo cuatro jardineras en el porche, todas con geranios.

    Mi amiga Mrs. Otis tiene slo setenta y ocho y es un encanto, aunque es bastante nerviosa. Tena las piedras de mi vescula en un tarro transparente junto a mi cama, pero me las hizo esconder porque dice que la deprimen. Mrs. Otis es poquita cosa, en cambio yo, ya puede ver que soy una mujerona: fuerte complexin y grandes huesos.

    Pero nunca he conducido... He andado casi toda mi vida colgada. Siempre cerca de casa. Siempre teniendo que aguardar a que alguien viniese para llevarme a comprar o al mdico o a la iglesia. Aos atrs se poda coger un trolebs hasta Birmingham, pero dej de funcionar hace tiempo. La nica modificacin que introducira en mi vida si pudiese volver atrs es sacarme el carn de conducir.

    Es curioso las cosas que una echa de menos cuando est lejos de casa. Yo, por ejemplo, echo de menos el olor a caf... y al beicon mientras se fre por las maanas. Aqu no hay quien huela nada de

  • lo que cocinan, ni te dan nada frito. Todo te lo dan hervido, y sin una pizca de sal! Lo que es yo, los hervidos ni verlos; y t?

    La anciana no aguard la respuesta. ... Me encantaban las saladitas con mantequilla, y el maz con nata por las tardes. Me gusta revolverlo todo en la copa y comerlo a cucharadas, pero en pblico no se puede comer como en casa...; no te parece?... Y echo de menos la madera.

    Mi casa es poco ms que una de esas garitas del ferrocarril; una salita, un dormitorio y una cocina. Pero es de madera, con paredes de madera de pino. Justo lo que me gusta. No me gustan las paredes de cemento. Resultan..., no s, fras y poco acogedoras.

    Me traje de casa un portarretratos con la fotografa de una nia en un columpio con un castillo y unas nubecillas azules al fondo, para tenerla en mi dormitorio, pero esa enfermera me dijo que no resultaba apropiado porque la chica iba desnuda de cintura para arriba. Pero es que yo he tenido esa fotografa durante cincuenta aos y nunca me fij en que fuese desnuda. Y, a decir verdad, no creo que los viejos de aqu estn tan bien de la vista como para reparar en que lleva los pechos al aire. Pero es que sta es una residencia metodista y, claro, he tenido que guardar la fotografa en el armario junto a las piedras de la vescula.

    Tengo muchas ganas de volver a casa... Aunque la verdad es que est hecha una leonera. Hace no s cunto que no barro. Porque es que un da sal y les tir la escoba a unos ruidosos arrendajos, que deban de estar pelendose, y se qued la escoba enganchada en la copa del rbol. Tendr que pedirle a alguien que me la alcance cuando vuelva.

    Qu se le va a hacer. Bueno, y la otra noche, cuando el hijo de Mrs. Otis nos llev a casa despus de la merienda de Navidad que dieron en la iglesia, nos condujo con el coche al otro lado de la va del ferrocarril, por donde estuvo el caf y hasta First Street, justo al otro lado del antiguo local de los Threadgoode. Claro que casi toda la casa est en ruinas y con las puertas y las ventanas tapiadas. Pero, al pasar por delante, los faros del coche iluminaron las ventanas de una manera que, por un instante, la casa me pareci igual que tantas otras noches de hace ahora setenta aos, dejando ver la luz y el bullicio del interior. Poda or cmo rea la gente, y a Essie Rue aporreando el piano en el saln, y casi poda ver a Idgie Threadgoode sentada en un remedo de rbol, de cermica, aullando como un perro cada vez que Essie Rue intentaba cantar. Idgie siempre deca que Essie Rue, cantando, era como una vaca bailando. Supongo que el hecho de pasar frente a aquella casa en el coche hizo que aorase muchas cosas y que volviese mentalmente al pasado...

    Lo recuerdo como si fuese ayer, pero es que creo que no hay nada de la familia Threadgoode que no recuerde. Por Dios santo, es que no podra ser de otra manera, porque fuimos vecinos puerta con puerta desde el da que nac y me cas con uno de ellos.

    Tenan nueve hijos, y tres de las chicas, Essie Rue y las gemelas, eran poco ms o menos de mi misma edad, as que siempre estaba all, jugando en las fiestas que daban, e incluso me quedaba a veces a dormir. Mi madre muri tsica cuando yo tena cuatro aos y, al morir mi padre en Nashville, me qued a vivir con ellas...

  • EL SEMANARIO DE DOT WEEMS

    SEMANARIO DE WHISTLE STOP (ALABAMA)

    8 DE OCTUBRE DE 1929

    CAE UN METEORITO EN UNA CASA DE WHISTLE STOP

    Mrs. Biddie Louise Otis, que vive en el 401 de First Street, nos ha informado de que el jueves por la noche un meteorito de un quilo atraves el tejado de su casa y, aunque no le dio, fue a caer sobre la radio, que estaba escuchando en aquel momento. Dice que estaba sentada en el sof, porque el perro estaba en la silla, y que haba acabado de sintonizar en aquel momento La hora del carnicero. Dice que tiene un agujero de ms de un metro en el tejado y que el aparato de radio se parti por la mitad.

    Bertha y Harold Vick celebraron su aniversario de boda en el jardn para que lo viesen todos. Y nuestras felicitaciones a Earl Adcock padre, alto cargo de los ferrocarriles L & N, que acaba de ser nombrado Grande y Aclamado Dirigente de la Benevolente y Protectora Orden de los Alces, orden n. 37, de la que es miembro mi otra mitad.

    Por cierto: dice Idgie que si quieren que se les haga algo a la barbacoa pueden traerlo al caf y Big George lo har. Los pollos, a 10 centavos, y los tostones segn el tamao.

    DOT WEEMS

  • RESIDENCIA ROSE TERRACE

    ANTIGUA AUTOPISTA MONTGOMERY,

    BIRMINGHAM (ALABAMA) 15 DE DICIEMBRE DE 1985 Una hora despus Mrs. Threadgoode segua hablando. Evelyn Couch ya haba dado cuenta de tres tabletas de chocolate con leche y estaba desenvolviendo su segundo emparedado, preguntndose cundo se callara de una vez la anciana.

    Es que es una lstima que la casa de los Threadgoode est en un estado tan ruinoso. Sucedieron tantas cosas all, nacieron tantos nios, y lo pasamos tan bien... Era un casern grande, de dos plantas, pintado de blanco, con un gran porche que se prolongaba por los lados... y todos los dormitorios estaban decorados con un papel de rosas estampadas que hacan muy bonito cuando se encendan las luces por la noche.

    La va del tren pasaba justo frente al patio trasero y, en las noches de verano, ola a madreselvas que crecan a su aire y se llenaba todo de lucirnagas junto a los rales. Pap haba plantado higueras en la parte de atrs y tambin manzanos, y le haba hecho a mam un precioso emparrado de rejilla blanca que rebosaba de hojas de wistaria... y las rosas de pitimin crecan por todas partes en el patio. Cmo me gustara que lo hubieses visto.

    Mam y pap Threadgoode me criaron como si fuese una hija, y yo quera mucho a todos los Threadgoode. Sobre todo a Buddy. Pero me cas con Cleo, su hermano mayor, el masajista, y fjate t que a la larga empez a darme la lata la espalda, as que me fue estupendamente.

    As que ya puedes ver que he estado en contacto con Idgie y con los Threadgoode durante toda mi vida. Y puedes estar segura de que ha sido mejor que una pelcula..., ya lo creo. Lo nico malo es que yo siempre he ido un poco a remolque. Lo creas o no, nunca fui muy habladora hasta que cumpl los cincuenta, pero desde entonces no paro. Una vez Cleo me dijo: "Ninny", me llamo Virginia pero me llaman Ninny; me dijo, "Ninny, todo lo que te oigo es Idgie dijo esto, Idgie hizo lo otro. Es que no tienes otra cosa que hacer que estar todo el da metida en el caf?".

    Yo me qued pensativa un largo rato y le repuse: "Pues no...", y lo dije sin el menor nimo de desairar a Cleo, pero era la verdad.

    El pasado febrero hizo treinta y un aos que enterr a Cleo, y a menudo me pregunto si herira sus sentimientos por decirle aquello, pero no lo creo, porque, cuando nosotros ya nos lo tenamos todo ms que dicho, l quera a Idgie tanto como al resto de nosotros y todo lo que ella haca le pareca gracioso. Era su hermana pequea y un verdadero trasto. Ella y Ruth eran las propietarias del caf de Whistle Stop.

    Idgie haca siempre las cosas ms disparatadas slo para hacerte rer. Una vez ech patatas fritas en el cestito de la colecta de la Iglesia Baptista. De que tena un carcter fuerte no cabe duda, pero no me entra en la cabeza que alguien pudiera pensar que ella mat a aquel hombre.

    Por primera vez en todo aquel rato Evelyn dej de comer y mir por el rabillo del ojo a aquella anciana de dulce aspecto y descolorido vestido azul con estampado de flores, que no paraba de tamborilear con sus plateadas uas.

    Hay quienes creen que todo empez el da que conoci a Ruth, pero yo creo que fue en la cena de aquel domingo, el primero de abril de 1919, el mismo ao en que Leona se cas con John Justice. Recuerdo que fue el primero de abril porque, aquel da, Idgie se sent a la mesa a la hora de cenar y nos mostr a todos aquella cajita blanca que tena, con un dedo humano dentro sobre un trocito de algodn. Dijo que lo haba encontrado en el patio de atrs. Pero luego result que era su propio dedo, que lo haba metido por un agujero por el fondo de la caja. INOCENTE!

  • A todos nos pareci gracioso salvo a Leona, que era la mayor y la ms bonita de las hermanas y a quien pap Threadgoode tena muy consentida... como todos, dira yo.

    Idgie tena por entonces diez u once aos y llevaba un vestido blanco de organd, recin estrenado, y todas le habamos dicho que estaba preciosa. Lo estbamos pasando en grande y ya a punto de dar cuenta de una tarta de arndanos cuando, de pronto, all, bajo un claro cielo azul, Idgie se levant y anunci as de fuerte: "No volver a llevar un vestido en mi vida!".

    Y, chica, que se fue derecha para arriba y se puso unos pantalones viejos de Buddy y una camisa. An no me explico por qu le dio aquel arranque. Ni los dems tampoco.

    Pero Leona, que saba que Idgie nunca deca las cosas por decir, empez a lamentarse: "Ay, pap, esta Idgie me va a fastidiar la boda; como si lo viera!".

    Pero pap le dijo: "Qu va, pequea; ya vers como no. Vas a ser la novia ms bonita de todo el estado de Alabama".

    Pap, que llev siempre un enorme mostacho, nos mir y nos dijo: "Verdad que s?", y todos pusimos nuestro granito de arena para contentarla y hacer que se callase.

    Todos excepto Buddy, a decir verdad, que no paraba de rer, Idgie era la niita de sus ojos y todo lo que ella haca le pareca bien.

    Bueno, el caso es que Leona estaba terminando de comer su trozo de tarta y, cuando creamos que ya se haba calmado, empez a gritar tan fuerte que a Sipsey, la morenita, se le cay no s qu en la cocina. "Oh, pap", dijo Leona, "qu pasar si uno de nosotros muere?".

    Era para dar que pensar, no? Todos miramos a mam, que dej caer el tenedor en la mesa. "Bueno, nios, estoy segura de que

    vuestra hermana har una pequea concesin y se pondr un vestido adecuado para cuando llegue la ocasin. Porque es testaruda pero razonable."

    Entonces, un par de semanas despus, o que mam le deca a Ida Simms, la costurera a quien haban encargado el ajuar, que iba a necesitar un traje de terciopelo verde y una corbata de lazo para Idgie.

    Ida mir a mam divertida y le dijo: "Un traje?". Y mam dijo: "S, ya s, Ida, ya s. He intentado convencerla de todas las maneras para que se ponga algo ms propio de una boda, pero esa nia tiene ideas propias".

    Y las tena; incluso a aquella edad. Creo que quera ser como Buddy, pienso yo, porque... "vaya par de trastos!", exclam la anciana riendo.

    Tenan aquel mapache llamado Cookie y yo me pasaba horas mirndolo, viendo cmo mojaba las galletas. Le ponan una cacerola con agua en el patio y le daban galletas, y l mojaba una galleta tras otra sin entender por qu le desaparecan en la cacerola. Cada vez se miraba sus manitas vacas con cara de asombro. Y nunca acert a averiguar adonde iban a parar las galletas. Pas gran parte de su vida mojando galletas. Y tambin caramelos, pero no era tan divertido... Una vez hizo lo mismo con un helado...

    Me parece que ser mejor que deje de pensar en el mapache, o van a creer que estoy tan loca como esa Mrs. Philbeam del fondo del pasillo; una bendita que cree que est en el Barco del Amor rumbo a Alaska.

    Muchas de las pobres criaturitas que hay aqu ni siquiera saben quines son. El marido de Evelyn, Ed, asom en aquel momento por la puerta del saln gesticulando. Evelyn

    hizo una pelotita con los papelillos de los caramelos, la meti en el monedero y se levant. Perdone, pero es mi marido. Me parece que ya quiere que nos vayamos. Oh, tienes que irte ya? dijo Mrs. Threadgoode, alzando los ojos sorprendida. S, creo que no hay ms remedio. Se est impacientando dijo Evelyn. Bueno, pues encantada de haber hablado contigo... Cmo te llamas, encanto? Evelyn. A ver si vuelves otro da a verme, de acuerdo? Me ha encantado hablar contigo... Adis dijo

    despidindose de Evelyn y disponindose a esperar otra visita.

  • EL SEMANARIO DE DOT WEEMS

    SEMANARIO DE WHISTLE STOP (ALABAMA)

    15 DE OCTUBRE DE 1929

    RECLAMAN LA PROPIEDAD DEL METEORITO

    Mrs. Vesta Adcock y su hijo Earl aseguran ser los legtimos propietarios del meteorito porque, segn aduce Mrs. Vesta, los Otis le alquilaron la casa en la que cay, pero siendo la casa de su propiedad, tambin lo es el meteorito.

    Preguntada Mrs. Biddie Louise Otis, replica que el meteorito es suyo, porque fue en su aparato de radio donde cay. Su esposo, Roy, que es guardabarreras de la compaa de ferrocarriles Southern Railroad, trabajaba aquel da en el ltimo turno y lleg tarde a casa, pero dice que el fenmeno no es infrecuente, porque en 1833 cayeron diez mil meteoritos en una sola noche y que ahora se trata slo de uno, por lo que no merece la pena armar tanto alboroto.

    Biddie dice que se lo quiere quedar como recuerdo. Por cierto, son imaginaciones mas o es que las cosas se estn poniendo feas? Porque mi otra mitad

    dice que la semana pasada se presentaron otros cinco temporeros sin trabajo en el caf pidiendo algo que comer.

    DOT WEEMS

  • DAVENPORT, IOWA

    CAMPAMENTO DE TEMPOREROS

    15 DE OCTUBRE DE 1929 Haba cinco hombres sentados alrededor de un fuego de llama dbil. Sombras negras y anaranjadas bailaban en sus rostros mientras tomaban un caf aguado en botes de lata. Eran Jim Smokey Phillips, Elmo Inky Williams, Boweevil Jake, Crackshot Sackett y Chattanooga Red Barker, cinco de los doscientos mil que vagaban por los campos aquel ao.

    Smokey Phillips mir hacia arriba pero no dijo nada, y otro tanto hicieron los dems. Estaban cansados y contrariados aquella noche, porque saban que el viento glido que soplaba anunciaba el principio de otro crudo e inmisericorde invierno, y Smokey saba que pronto tendra que ir hacia el sur, como las grandes bandadas de gansos, igual que haba hecho otros muchos aos.

    Haba nacido una escarchada maana, all en Smoky Mountains, en Tennessee. Su padre, un tipo que haba vivido a salto de mata, que se convirti en destilador de licores de la segunda generacin y que se enamor de su propio producto, cometi el fatal error de casarse con una buena mujer, una sencilla provinciana cuya vida giraba alrededor de la Iglesia Baptista del Libre Albedro de Pine Grove. Smokey pas casi toda su infancia sentado durante horas en duros bancos de madera, junto a su hermanita Bernice, asistiendo a los oficios, cntico tras cntico y lavatorio de pies tras lavatorio de pies. Durante los oficios, su madre era una de las que sola levantarse a hablar disparatando en una extraa lengua.

    A la larga, conforme ella fue impregnndose cada vez ms del Espritu, su padre fue vacindose de l y dej radicalmente de acudir a la iglesia. Y les dijo a sus hijos: Creo en Dios, pero no me parece que haya que hacer el imbcil para demostrarlo.

    Entonces, una primavera, cuando Smokey tena ocho aos, las cosas empeoraron. Su madre dijo que el Seor le haba dicho que su esposo era malo y estaba posedo por el demonio y lo denunci a la brigada del Fisco, que velaba por el cumplimiento de la Ley Seca.

    Smokey recordaba el da que sacaron a su padre de la destilera y lo llevaron camino adelante con un revlver en las costillas. Al pasar frente a su esposa la mir estupefacto y le dijo: Sabes lo que has hecho, mujer? Te has quitado tu propio pan de la boca.

    Fue la ltima vez que Smokey lo vio. Al faltar su padre, su madre acab de perder del todo la chaveta y empez a juntarse con los

    miembros de la secta del Santo Conjuro, que trataban con serpientes vivas. Una noche, despus de una hora de exprimir la Biblia vociferando versculos, el predicador, un tipo que tena la cara roja como un tomate y el pelo alborotado, dej de una pieza a sus descalzos feligreses. Estaban todos cantando y pateando el suelo cuando, de pronto, meti la mano en un saco y extrajo dos enormes serpientes de cascabel que empez a agitar en el aire. El hombre estaba en trance con el Espritu.

    Smokey se qued atnito, sentado all con su hermanita y apretndole la mano. El predicador iba danzando en crculos, incitando a los creyentes a que cogiesen las serpientes y limpiasen sus almas en la fe de Abraham cuando, de pronto, su madre fue hacia el predicador, le arrebat una de las serpientes y se la qued mirando fijamente. Empez entonces a farfullar en la extraa lengua, sin dejar de mirar a los amarillos ojos de la serpiente. Todos los presentes empezaron a balancearse y a gemir. Y ella empez a dar vueltas con la serpiente en la mano mientras los feligreses caan redondos al suelo, gritaban y se retorcan bajo los bancos y en los pasillos. Se desencaden un autntico frenes mientras ella farfullaba: HOSSA... HELAM... HESSAMIA....

    Antes de que Smokey se percatase de lo que suceda, su hermanita Bernice se solt de su mano, corri hacia su madre y le tir de la falda.

    No, mam!

  • Con la mirada todava extraviada y en trance, ella mir a su hija un momento, y en ese mismo instante la serpiente de cascabel se arque y la mordi en la mejilla. Ella volvi a mirar a la serpiente, estupefacta, que la volvi a morder, esta vez ms fuerte, clavndole los colmillos en la yugular. Dej entonces caer a la enfurecida serpiente con un ruido sordo, y el animal empez a reptar displicentemente pasillo adelante.

    Su madre mir en derredor. Se haba hecho un silencio de muerte y, con incrdula expresin, con los ojos cada vez ms vidriosos, se desplom. En menos de un minuto haba muerto.

    En aquel mismo instante, el to de Smokey les cogi de la mano y enfil la puerta. Bernice fue a vivir con una vecina y Smokey se qued en casa de su to.

    Al cumplir los trece aos, Smokey se fue un da siguiendo la va del tren y jams volvi. Slo llev con l una fotografa de su hermana. Y, cada dos por tres, la sacaba para mirarla. All estaban los dos en la borrosa fotografa, con los labios y los mofletes coloreados de rosa: ella, mofletudita, con flequillo y una cinta rosa sujetndoselo, y con un collarcito de perlas; y l, sentado a su lado, con su pelo castao alisado en media melena y la mejilla pegada a la de su hermana.

    Se preguntaba a menudo qu sera de ella y pensaba ir a verla cualquier da, si es que alguna vez regresaba.

    Rondara los veinte cuando perdi la fotografa, al echarlo un inspector a patadas de un mercancas e ir a parar a un amarillento y glido ro, all por Georgia; ya apenas se acordaba de su hermana, salvo cuando iba montado en algn tren, cruzando las Smoky Mountains de noche, en direccin a cualquier parte...

    Aquella maana, Smokey Phillips iba en un tren que transportaba mercancas y pasajeros desde Georgia a Florida. Llevaba dos das sin comer y recordaba que su amigo Elmo Williams le haba dicho que, en las afueras de Birmingham, haba un local regentado por dos mujeres con quienes se poda contar para una o dos comidas. Durante el trayecto, cuando ya estaba cerca, haba visto el nombre del caf escrito en varios furgones, de manera que cuando vio el rtulo que pona WHISTLE STOP, ALABAMA, salt del tren.

    Encontr el caf justo al cruzar las vas, tal como Elmo le haba dicho. Era una pequea construccin pintada de verde y con un toldo a franjas blancas y verdes bajo un anuncio de Coca-Cola que deca: THE WHISTLE STOP CAF. Fue por la parte trasera y llam con los nudillos en el marco de la puerta de tela metlica. Una negra bajita estaba trajinando en la cocina, friendo pollo y cortando a rodajas unos tomates verdes. Miss Idgie!, llam la negrita al verlo.

    Casi al instante, una guapa, alta y pecosa rubia de pelo rizado fue hacia la puerta, con una inmaculada camisa blanca y pantalones de hombre. Aparentaba poco ms de veinte aos.

    Smokey se quit el sombrero. Perdone, seora dijo, pero he pensado que a lo mejor tena usted algn trabajito, algo que

    pudiera yo hacer. Estoy pasando una mala racha. Idgie mir a aquel hombre de rada chaqueta, con la misa hecha jirones, los zapatos reventados y

    sin cordones, y comprendi que no menta. Entre usted dijo abrindole la puerta. Algo habr aqu para darle. Cmo se llama usted? Smokey, seora. Ella se dirigi entonces a la mujer que estaba detrs de la barra. Smokey llevaba meses sin ver a una

    mujer limpia y aseada, y aqulla era la mujer ms bonita que haba visto en toda su vida. Llevaba un vestido de organd con estampado de lunares y el pelo, de color castao, recogido por detrs con una cinta roja.

    Mira, Ruth, este seor se llama Smokey; va a hacernos unos trabajitos. Ah, pues estupendo dijo Ruth mirndolo sonriente. Encantada de conocerle. Idgie seal entonces hacia los lavabos. Por qu no va un momento a refrescarse y viene luego a comer algo? S, seora.

  • El lavabo de caballeros era en realidad un cuarto de bao grande, con una perilla que colgaba del techo; al tirar de la perilla y encenderse la luz, vio que haba una de esas baeras en las que hay que lavarse de pie con un gran tapn negro de goma colgando de una cadena. En el lavabo, todo all bien dispuesto, haba una navaja barbera, un cuenco con jabn de afeitar y una brocha.

    Al mirarse en el espejo, se avergonz de que le hubiesen visto tan sucio, porque haca siglos que el jabn y l no tenan el ms mnimo contacto. Cogi la enorme pastilla de jabn y trat de limpiarse toda la mugre y la carbonilla que tena en la cara y en las manos. Llevaba veinticuatro horas sin beber nada, y le temblaban tanto las manos que no acertaba a afeitarse como es debido, pero hizo lo que pudo. Despus de darse unas fricciones con locin para despus del afeitado, y de peinarse con el peine que encontr en la estantera de encima del lavabo, sali ya con mejor aspecto.

    Idgie y Ruth le haban puesto el cubierto en una mesa. Y l se sent entonces frente a un plato de pollo frito con guarnicin de guisantes, nabos, tomates verdes fritos, pan y t fro.

    Cogi el tenedor e intent comer. Pero le seguan temblando las manos y no poda llevarse la comida a la boca. Incluso se le derram el t por toda la camisa.

    Pens que acaso no estuviesen mirndole, pero, al instante, la rubia se le acerc. Venga usted, Smokey. Salgamos un momento fuera. l se puso el sombrero y se limpi con la servilleta creyendo que lo echaban. S, seora dijo. Ella lo condujo hacia la parte de atrs del caf, que daba a pleno campo. Est usted un poco nervioso, verdad? Siento haber derramado el t, seora, pero le aseguro a usted... bueno... que ya desaparezco... Y

    gracias de todas formas... Idgie meti la mano en el bolsillo de su delantal y sac una botella de cuartillo de Old Joe Whiskey

    y se la dio. Que Dios la bendiga dijo l como hombre agradecido que era. Es usted una santa, seora. Y se sentaron los dos en un tronco bajo el cobertizo. Mientras Smokey calmaba sus nervios, ella se lo qued mirando y seal a lo lejos. Ve usted aquel erial? S, seora dijo l mirando hacia donde sealaba ella. Hace muchos aos haba all el lago ms bonito de Whistle Stop... y en el verano bamos a nadar

    y a pescar, e incluso se poda remar si se quera dijo moviendo la cabeza, entristecida. No sabe cmo lo echo de menos.

    Smokey mir hacia el erial. Y qu pas? Se sec? Ella le encendi un cigarrillo. Qu va; fue peor. Un noviembre, una bandada de patos (habra unos cuarenta por lo menos) se

    pos justo en el centro del lago y, mientras estaban all posados por la tarde, ocurri algo pasmoso. La temperatura descendi tan sbitamente que todo el lago se hel y se qued duro como una piedra en cuestin de dos o tres segundos. As como lo oye.

    No lo dir en serio? dijo Smokey asombrado. Pues s. Y, claro, los patos debieron de morir todos, no? Qu va! exclam Idgie. Salieron volando y se llevaron el lago con ellos. Y el lago est

    ahora en Georgia, desde entonces... l lade la cabeza y se la qued mirando y, al percatarse de que le estaba tomando el pelo, sus

    azules ojos se iluminaron y se ech a rer con tantas ganas que le dio la tos y ella tuvo que darle unas palmaditas en la espalda.

    An segua l limpindose los lagrimones de la risa cuando volvieron a entrar en el caf, donde aguardaba su cena. Al volver a sentarse a la mesa not que la comida estaba caliente, que se la haban mantenido caliente en el horno.

  • Y flot entonces en el aire el estribillo de una vieja cancin:

    Dnde rondar mi muchacho esta noche? Dnde habr ido a rondar mi muchacho? Con todos sus los y el colchn a cuestas Cabalgando a la grupa del macho Dnde habr ido a rondar mi muchacho?

  • EL SEMANARIO DE DOT WEEMS

    SEMANARIO DE WHISTLE STOP (ALABAMA)

    22 DE OCTUBRE DE 1929

    EL METEORITO EXPUESTO EN EL CAF Mrs. Biddie Louise Otis ha anunciado hoy que se propone llevar al caf el meteorito que la semana pasada le entr por el tejado, para que la gente deje de ir a preguntarle por l, porque est muy ocupada. Dice que no es ms que una piedra grande de color gris, pero que as podr verla todo el que quiera. Dice Idgie que se puede ir al caf cuando se quiera y que tendr el meteorito en la barra. Lamento no tener ms noticias que dar esta semana, pero mi otra mitad, Wilbur, tiene gripe y he tenido que estar pendiente de l. Hay algo peor que un hombre enfermo?

    Sentimos tener que informar, no obstante, que nuestra querida Bessie Vick, la suegra de Bertha, muri ayer a los 98 aos, de vieja, claro.

    DOT WEEMS

  • RESIDENCIA ROSE TERRACE

    ANTIGUA AUTOPISTA MONTGOMERY,

    BIRMINGHAM (ALABAMA) 22 DE DICIEMBRE DE 1985 El domingo siguiente, al entrar Evelyn en el saln de las visitas, Mrs. Threadgoode estaba sentada en la misma silla, con el mismo vestido, aguardndola.

    Con expresin risuea retom el hilo de su monlogo sobre la casa de los Threadgoode, como si no hubiese mediado aquella semana, y nada pudo hacer Evelyn, salvo desenvolver su tableta de chocolate almendrado y aguardar all sentada.

    En el jardn de la parte delantera haba un viejo y enorme cinamomo. Recuerdo que recogamos las bolitas rojas durante todo el ao y, por Navidad, las ensartbamos y rodebamos con ellas todo el rbol de arriba abajo. Mam siempre nos deca que no nos metisemos las bolitas en la nariz y, como es natural, lo primero que hizo Idgie en cuanto aprendi a andar fue salir al jardn y meterse las bolitas de cinamomo en la nariz y en las orejas. Hasta tuvieron que llamar al Dr. Hadley! Y el mdico le dijo a mam: "Mrs. Threadgoode, me parece que le ha cado a usted en suerte un verdadero trasto".

    Y, claro, a Buddy le encant or aquello. Siempre estaba de parte de Idgie. Pero eso es algo que ocurre en todas las familias. Siempre hay un preferido. En realidad se llamaba Imogene, pero Buddy empez a llamarla Idgie. Buddy tena ocho aos cuando ella naci, y la llevaba con l por la ciudad como si fuese un mueco. Cuando ya andaba, iba pegada a sus talones como un patito, tirando de un gallo de madera que llevaba atado con un cordel.

    Y es que Buddy tena personalidad para parar un tren, con aquellos ojos negros y la dentadura tan blanca... Te camelaba sin que te dieses cuenta. No s de ninguna chica de Whistle Stop que no haya estado enamorada de l alguna vez.

    Se dice que una nunca olvida su fiesta del aniversario de los diecisis aos, y es verdad. Todava recuerdo aquel pastel blanco y rosado rematado con un tiovivo, y aquel plido ponche de lima que mam prepar en la ponchera de cristal. Y todos aquellos farolillos de papel colgando en el jardn. Pero el recuerdo ms indeleble es el del beso que me rob Buddy Threadgoode bajo el emparrado. Vaya que s! Pero para l yo era una ms...

    Idgie era la que se pasaba la vida recibiendo billetitos amorosos de Buddy y escribindoselos. Incluso empezamos a llamarla Cupido. Idgie era rubia y llevaba el pelo corto, con rizos; tena los ojos azules y era pecosilla. Haba salido a la familia de mam. Los apellidos de soltera de mam, que se llamaba Alice, eran Lee Cloud, y siempre deca: "Como buena Cloud, cloudiqu y me cas". Era encantadora. En la familia casi todos tenan los ojos azules, salvo Buddy y la pobre Essie Rue que tena uno marrn y el otro azul. Mam le deca que sa era la razn de que tuviese tanto talento para la msica. Siempre vea el lado bueno en todo. Un da, cuando Idgie y Buddy le robaron cuatro enormes sandas al viejo Sockwell, las fueron a esconder a su morral predilecto. Y, fjate t, encanto, que por la maana del da siguiente, antes de que ellos se levantasen y fuesen por ellas, mam las encontr y crey que haban brotado de la noche a la maana. Cleo deca que no pasaba ao sin que se desilusionase al ver que aquello no volva a pasar. Y nadie tuvo nunca valor para contarle que aquellas sandas haban sido robadas.

    Mam era baptista y pap metodista. Y l deca que tena aversin a que lo metiesen bajo el agua. As que, todos los domingos, pap tomaba el caminito de la izquierda hacia la capilla de la Primera Iglesia Metodista, y nosotros el caminito de la derecha que llevaba hasta la Iglesia Baptista. A veces, Buddy iba con pap, pero dej de ir, no me acuerdo a partir de cundo, porque deca que las chicas baptistas eran ms monas.

  • En casa de los Threadgoode siempre haba alguien de visita. Un verano, mam aloj en casa a aquel gordo predicador baptista que haba llegado a la ciudad para unas jornadas de campamentos y, aprovechando un momento en que no estaba, entraron en su dormitorio y se pusieron a jugar con sus pantalones. Patsy Ruth se meti en una pernera y Mildred en la otra. Se lo pasaron en grande hasta que lo oyeron subir por las escaleras... Se asustaron tanto que Mildred ech para un lado y Patsy Ruth para el otro, y le partieron los pantalones por la mitad. Mam deca que si pap no les dio una buena somanta fue porque el predicador era baptista. Pero las diferencias religiosas nunca causaron problemas serios, porque, despus de ir a la iglesia, todos nos reunamos en casa para la cena del domingo.

    Pap Threadgoode no era rico, pero a nosotros por entonces nos pareca que s. Era el dueo de la nica tienda de la ciudad. Tena de todo. Igual podas comprar una tabla para lavar la ropa, que cordones para los zapatos, un cors, o unas sardinas en salmuera que podas coger t misma del barril.

    Buddy ayudaba a veces en la seccin de farmacia. Y yo habra dado cualquier cosa por ganarme de esa manera el helado de fresa que se ganaba l. En Whistle Stop todos compraban all. Por eso nos sorprendi tanto que cerrase la tienda el ao veintids.

    Cleo deca que la razn de que la tienda fuese mal era que pap no tena un no para nadie, fuese blanco o negro. Si alguien quera o necesitaba algo, a l le faltaba tiempo para drselo fiado. Cleo deca que la fortuna de pap haba ido saliendo por la puerta en aquellas bolsas de color beige. Pero es que nunca ningn Threadgoode tuvo un no para nadie. Hasta la camisa te habran dado encantados, de habrsela pedido. Y Cleo era igual. Cleo y yo nunca tuvimos mucho, pero Dios nos ayudaba y nunca nos falt lo necesario. Yo creo que los pobres son buena gente, excepto los mezquinos, que seran igualmente mezquinos aunque fuesen ricos. Casi todos los residentes en Rose Terrace son pobres. No tienen ms que lo que les cubre la Seguridad Social, y la mayora tienen cartilla.

    La anciana se interrumpi un momento y lade la cabeza mirando a Evelyn antes de proseguir. Ya sabes, encanto, que tienes que tener cartilla para que todo vaya bien. Si no, mal asunto. Hay algunas que tienen dinero. Hace un par de semanas, Mrs. Vesta Adcock, esa menudita

    pechugona que s que es de Whistle Stop, se present toda enjoyada y con pieles de zorro. Es de las que tienen pasta. Pero las que tienen dinero no me parece a m que sean felices. Y te dir ms: sus hijos no las visitan ms que a las dems.

    Norris y Francis, el hijo de Otis y su nuera, vienen a verla todas las semanas, aunque caigan chuzos de punta. Por eso me vengo aqu al saln los domingos, para dejarlos a solas... porque es que te partira el corazn ver con qu ansia esperan a que lleguen a verlos. Los sbados se peinan como de peluquera y el domingo se presentan de lo ms endomingadas para que, al final, no venga nadie. Me entra un no s qu, pero qu hacer? Tener hijos no es ninguna garanta de que vayan a venir a verte... en absoluto.

  • EL SEMANARIO DE DOT WEEMS

    SEMANARIO DE WHISTLE STOP (ALABAMA)

    2 DE JULIO DE 1930

    CMO CRECE WHISTLE STOP! Opal Threadgoode, la esposa de Julin, ha alquilado la casa que est dos puertas ms all de la ma, junto a Correos, y va a inaugurar su propia peluquera. Hasta ahora tena la peluquera en la cocina, pero Julin le dijo que eso tena que acabarse porque, con tantas mujeres entrando y saliendo todo el da por la puerta del patio de atrs, que da a la cocina, las gallinas se distraen y no ponen.

    Opal dice que los precios seguirn siendo los mismos: lavar y marcar, cincuenta centavos; y la permanente, dlar y medio. Personalmente estoy encantada de que haya un nuevo local en nuestra concurrida calle. Porque ahora ya puede una echar una carta al correo, comer e ir a la peluquera en la misma manzana. Slo nos falta un cinematgrafo, para no tener que ir a Birmingham.

    Mr. y Mrs. Roy Glass celebran la anual reunin familiar de los Glass en el patio de atrs, y llegan Glass de todo el Estado. Segn Wilma, el pastel tena mejor sabor que aspecto.

    Por cierto, mi otra mitad se ha clavado el anzuelo en el dedo mientras pescaba, as que lo tengo de nuevo en casa todo el da, quejndose y gruendo.

    DOT WEEMS

  • CAF DE WHISTLE STOP

    WHISTLE STOP (ALABAMA)

    18 DE NOVIEMBRE DE 1931 Por entonces, el nombre del caf estaba escrito en centenares de furgonetas desde Seattle a Florida. Splinter Belly Jones dice que ha llegado a verlo incluso en Canad.

    Las cosas fueron bastante mal aquel ao y, por la noche, todos los bosques que rodean Whistle Stop titilaban con las llamas de los fuegos de los campamentos de temporeros sin trabajo a quienes, en una u otra ocasin, Idgie y Ruth tuvieron que dar de comer.

    Cleo, el hermano de Idgie, estaba preocupado. Haba llegado al caf a recoger a su esposa Ninny y a su hijo, el pequeo Albert. Estaba tomando caf y comiendo cacahuetes.

    Mira, Idgie, no tienes por qu darle de comer a todo el que asome por la puerta. Esto es un negocio. Me ha dicho Julin que, al llegar el otro da, se encontr con siete comiendo de gorra. Y me dijo que seras capaz de quitrselo a Ruth y a la criatura para drselo a esos vagabundos.

    Bah, Cleo dijo Idgie con un desdeoso ademn, qu sabr Julin? Se morira de hambre de no ser porque Opal ha puesto la peluquera. Qu caso has de hacerle a l? No ves que tiene menos seso que un mosquito?

    Cleo no poda decir que estuviese en desacuerdo en esto. No se trata slo de Julin, cario. Es que me preocupas. Ya s. Lo que quiero es que tengas un poco de cabeza y no seas tan tonta como para regalar todas las

    ganancias. Mira, Cleo dijo Idgie mirndolo sonriente, s de buena tinta que la mitad de la gente de la

    ciudad lleva cinco aos sin pagarte. Y no veo que por eso les des con la puerta en las narices. Ninny, que por lo general tena la boca cerrada, meti baza. Tiene razn, Cleo. Cleo se comi un cacahuete. Idgie se levant y le rode el cuello con el brazo con talante juguetn. Pero no ves, cascarrabias, ms que cascarrabias, que t eres el primero que no tienes un no para

    quien necesita comer. No s cmo voy a decirles que no si se lo toman dijo l aclarndose la garganta. Pero mira,

    en serio, Idgie, no pretendo darte lecciones sobre cmo debes llevar tu negocio, pero lo nico que quiero saber es si, por lo menos, ahorras algo.

    Ahorrar? Para qu? dijo Idgie. Sabes lo que te digo? Que el dinero acaba con uno. Hoy, sin ir ms lejos: llega uno y me cuenta que un to suyo tena un empleo muy bien pagado en Kentucky, en la Casa de la Moneda, haciendo dinero para el Gobierno; y que todo le iba muy bien hasta que un da le dio a la palanca equivocada y muri aplastado bajo trescientos quilos de perras gordas.

    Oh, qu espanto! exclam Ninny horrorizada. Cleo mir a su esposa como si estuviese loca. Por Dios santo, mujer, te crees todo lo que esta chifladilla de mi hermana te dice! Pues podra ser verdad, no? De verdad lo mataron las perras gordas, Idgie? Y tan de verdad. No s si fueron perras gordas o chicas, pero el caso es que palm. Cleo mene la cabeza y su hermana Idgie no pudo contener la risa.

  • RESIDENCIA ROSE TERRACE

    ANTIGUA AUTOPISTA MONTGOMERY,

    BIRMINGHAM (ALABAMA) 29 DE ENERO DE 1986 Todos los domingos que tocaba visita, Ed Couch y su madre se pasaban la tarde en su atestada habitacin viendo la televisin. Pero aquel da Evelyn se dijo que, si no sala de all en seguida, acabara echndose a gritar. Se excus y sali hacia los lavabos, pasillo adelante. En realidad slo quera ir a sentarse en el coche, pero haba olvidado que Ed tena las llaves; as que... de nuevo fue a parar al saln, donde estaba Mrs. Threadgoode; y empez a desenvolver una tableta de chocolate de coco mientras Mrs. Threadgoode empezaba a contarle lo de la ltima cena en la Residencia.

    Y all estaba ella, encanto, presidiendo la mesa y dndose importancia... Quin? Mrs. Adcock. Mrs. Adcock? S, mujer, Mrs. Adcock. No recuerdas a Mrs. Adcock? La de las pieles de zorro... Evelyn se qued unos instantes pensativa. La de la pasta? Eso es. Mrs. Adcock, la que va siempre tan enjoyada. Aja dijo Evelyn ofrecindole chocolate. Oh, gracias, me encanta dijo cogiendo un trocito. No te parece, Evelyn, que con una

    Cocacola pasara mejor? Tengo suelto en mi dormitorio; te traer una si quieres. Hay una mquina al fondo del pasillo.

    No, Mrs. Threadgoode, por m no, pero quiere usted una? dijo Evelyn. No, encanto. Te la aceptara de buena gana, pero es que hoy voy sobrada de gases, y ser mejor

    que beba slo agua, si no te importa. Evelyn sali al pasillo y volvi con dos vasitos de plstico blanco llenos de agua. Muchsimas gracias. Y qu pas con Mrs. Adcock? Mrs. Adcock? dijo Mrs. Threadgoode mirndola. La conoces? No, no la conozco, pero iba usted diciendo que se daba mucha importancia no s por qu. Ah, s, claro. Es que Mrs. Adcock nos dijo anoche, durante la cena, que todo lo que tiene en casa

    son autnticas antigedades... de ms de cincuenta aos... y que todo vale mucho dinero. Y yo le dije a Mrs. Otis: Pues mira, yo empec no valiendo un pito y me he convertido en una inapreciable antigedad que probablemente valdra una fortuna para los coleccionistas dijo divertida ante su ocurrencia. Me pregunto prosigui adonde habrn ido a parar aquellos platitos de porcelana de la casa de muecas, y el carrito tirado por una cabrita con el que jugbamos. Los sbados montbamos en aquel carrito que pap nos hizo a las pequeas y nos diverta ms que un viaje a Pars. No me sorprendera que aquella vieja cabra an viviese. Bueno, a decir verdad, era un... un macho. Se llamaba Harry... Perdona... Pero es que me da la risa... El cabrito de Harry! Se lo tragaba todo! Una vez Idgie le dio un gel desodorante que mam se pona en las axilas y lo lami todo como si fuese un helado... Jugbamos a muchas cosas, pero en lo que las Threadgoode nos llevbamos la palma era en disfrazarnos. Un ao mam nos disfraz a cuatro nias de reinas de la baraja espaola para un concurso que organizaba la Parroquia. Yo iba de bastos, las gemelas de oros y copas, y Essie de espadas, y en stas que asoma Idgie por detrs disfrazada de comodn del pquer. Nos llevamos el premio!

  • Recuerdo que, un cuatro de julio, bamos todas vestidas de bandera con nuestras coronas de papel. Estbamos en el patio de atrs, comindonos un helado que mam haba hecho y aguardando a que empezasen los fuegos artificiales, cuando de pronto apareci Buddy Threadgoode por las escaleras de atrs con uno de los vestiditos de marinero de Leona y con una corbata ceida a la cabeza, haciendo la pizpireta. Imitaba a Leona, sabes? Entonces, para acabarlo de arreglar, no s si Edward o Julin u otro de los chicos, sac la radiogramola al patio y pusieron Scheherazade mientras Buddy se meneaba como una mora por todo el patio. Nos tronchamos. Luego Buddy fue a darle un beso a Leona. A Buddy se le poda perdonar todo.

    Pap contrataba a los de los fuegos artificiales y, en cuanto se haca de noche, encendan el castillo para que lo viera toda la ciudad... y venan a verlo todos los negros de Troutville. Qu bonito! Las carcasas explotaban e iluminaban todo el cielo. Y, claro, todos los chicos andaban por all prendiendo sus triquitraques. Luego, cuando se terminaban los fuegos, entrbamos a casa y nos sentbamos en el saln a or cmo Essie Rue aporreaba el piano. Siempre tocaba la cancin que estuviese de moda aquel ao... mientras Idgie se sentaba en el cinamomo de cermica y le... ladraba! Rara era la vez que Idgie no iba con mono y descalza. Y era lo mejor que poda hacer, porque habra hecho trizas cualquier vestido; siempre subindose a los rboles, y yendo siempre de caza y de pesca con Buddy y sus hermanos. Deca Buddy que tiraba tan bien como cualquiera de ellos. Era una monada, aunque cuando Buddy le cort el pelo pareca un chico.

    Pero todas las Threadgoode eran guapas. Aunque la verdad es que se lo trabajaban. Sobre todo Leona, que era de lo ms presumida, aunque no quera reconocerlo y no encajaba bien que se bromease sobre ello.

    Yo... bueno, era del montn, porque es que era demasiado alta y andaba siempre un poco encorvada... pero mam Threadgoode deca: "Ninny, Dios te ha hecho alta para que ests ms cerca del cielo...". Claro que ahora no soy tan alta. Al envejecer se encoge una.

    Y no me digas que lo del pelo...! La cantidad de gente que hay preocupadsima por el pelo. Supongo que es lgico. Porque es que se habla del pelo en toda la Biblia: Sansn y aquella mujer de Saba, y aquella chica que le lav los pies a Jess con el pelo... Y no me digas que no es curioso: los negros empeados en tener el cabello liso y nosotros venga a rizrnoslo. Yo antes lo tena castao, pero ahora uso Argentn con acondicionador n. 15... Antes usaba el n. 16, pero me lo oscureca demasiado, y pareca teido.

    Antes me lo lavaba, me lo recoga en un moo, y listo. Pero Leona no. Su pelo era siempre causa de piques entre ella y la tremenda Idgie. Recuerdo que Idgie deba de tener nueve o diez aos; haba estado en Troutville jugando con los chicos de all, y lleg a casa con piojos. As que todos tuvimos que lavarnos la cabeza con aquella plasta de azufre, queroseno y manteca. Nunca he odo chillar tan alto. Cualquiera hubiese dicho que estaban quemando a Leona en la hoguera. No s cunto tiempo estuvo Leona sin hablarse con Idgie despus de aquello.

    Buddy acababa de llegar por entonces del colegio. Not que Idgie estaba baja de moral y, como por la noche tena un partido de rugby, cuando ya iba a salir le dijo: "Anda, vente, corrusco", y se la llev al campo y dej que se sentara en el banquillo con los jugadores. As te trataba siempre Buddy...

    Creo que Leona no le perdon aquello a Idgie hasta despus de casada. Leona era presumida hasta la saciedad, y lo fue hasta el da que muri. Una vez ley un artculo en una revista de la peluquera que deca que la ira y el odio producan arrugas. Y aunque siempre le deca a Idgie que un da la iba a matar, se lo deca sonriendo.

    Desde luego, Leona pesc al marido ms rico, y tuvo una boda por todo lo alto. Temblaba pensando que Idgie pudiese estropersela, y sin razn ninguna, porque Idgie se pas todo el da con la familia del novio y estuvo tan simptica con ellos que luego dijeron que era maravillosa. Tan pequea y ya tena todo el encanto de los Threadgoode... Aunque nunca ha habido en la familia nadie ms simptico que Buddy Threadgoode.

    Mrs. Threadgoode hizo una breve pausa para tomar un sorbo de agua y reflexionar. Sabes? prosigui, este chocolate de coco me recuerda un espantoso da de campo.

  • Yo ya estaba prometida con Cleo, as que deba tener diecisiete aos. Era en junio, un sbado por la tarde, y acabbamos de pasarlo en grande con el almuerzo que dio la Parroquia al aire libre. Los jvenes del grupo de la Iglesia Baptista de Andalusia se haban pasado todo el da en tren, y mam y Sipsey hicieron ms de diez tartas de coco para la ocasin. Los chicos llevaban sus trajes de verano blancos y Cleo se haba agenciado un sombrero de paja nuevecito de la tienda de pap, aunque Buddy, no s cmo, le convenci para que se lo dejase llevar aquel da.

    Cuando termin la fiesta, Essie Rue y yo recogimos los platos y todos los Threadgoode, los chicos, fueron a la estacin a despedir al grupo de Andalusia, como hacan siempre.

    Mam estaba en el jardn con una cacerola, cogiendo higos, y yo estaba all fuera con ella en aquel momento...

    Omos cmo arrancaba el tren y, al instante, son el silbato. Entonces omos un chirrido de ruedas y que el tren se detena, a la vez que los gritos de las nias. Yo mir a mam, que de pronto se llev la mano al corazn y cay de rodillas gritando: "Oh, no,

    mis nios no! Por Dios santo, mis nios no!". Pap Threadgoode haba odo el estrpito desde la tienda y corri a la estacin. Yo estaba en el

    porche con mam cuando llegaron todos aquellos hombres. En cuanto vi que Edward llevaba el sombrero de paja en la mano comprend que se trataba de

    Buddy. Haba estado coqueteando todo el da con aquella monada de Marie Miller y, al arrancar el tren, se

    plant en medio de la va, lade el sombrero y le dirigi a Marie aquella mirada de conquistador... cuando ya haba sonado el silbato. Luego dijeron que ni se haba enterado de que el tren se le echaba encima. Ojal Cleo nunca le hubiese prestado aquel sombrero.

    La anciana mene la cabeza, entristecida. No puedes hacerte una idea del golpe que represent para todos. Pero a quien ms le afect fue a

    Idgie. Deba de tener doce o trece aos por aquel entonces, y estaba en Troutville jugando a la pelota en aquel momento. Cleo fue a recogerla.

    No puedes imaginarte cmo se qued Idgie. Cre que se iba a morir ella tambin. Te parta el corazn verla.

    Se fue corriendo a mitad del funeral. No lo pudo soportar. Al volver a casa, subi al cuarto de Buddy y se qued all sentada durante horas, sentada all, sin ms, a oscuras. Y cuando no poda soportar ms estar en casa sin Buddy, se iba con Sipsey a Troutville... Pero nunca llor. Estaba demasiado afectada para llorar... Aunque se te parta, el corazn sigue latiendo.

    Mam Threadgoode estuvo a punto de enfermar de preocupacin por Idgie, pero pap dijo que era mejor dejarla y que lo superase a su modo. La verdad es que nunca volvi a ser la misma, por lo menos hasta que conoci a Ruth, y entonces s, entonces volvi a ser como antes. Aunque estoy segura de que nunca lleg a superar del todo lo de Buddy..., ni ninguno de nosotros.

    Pero, bah, no quiero pensar ms en cosas tristes. No sera justo. Adems, como se demostr al conocer Idgie a Ruth, Dios nunca cierra una puerta sin abrir otra, y creo que El envi a Ruth a pasar aquel verano con nosotros sabiendo lo que haca... "Yo s que l vela por m, porque est hasta en el ojo de la ms humilde de las criaturas!"

  • EL SEMANARIO DE DOT WEEMS

    SEMANARIO DE WHISTLE STOP (ALABAMA)

    1 DE DICIEMBRE DE 1931

    ESTRELLA DE LA RADIODIFUSIN EN WHISTLE STOP A nosotros, Hollywood no nos impresiona. Tenemos a nuestra Essie Rue Limeway, que es la organista de la Iglesia Baptista y que acompaa al Jolly Beles Ladies' Barber Shop Quartet, que podemos or todas las maanas a las 6.30 este mes en La hora de las galletas maras, de la emisora regional, tocando el piano en un anuncio que hizo para la tienda de pianos y rganos de Stanley Charles. Cuando Mr. Charles dice: Recuerden ustedes que les reservo su piano o su rgano hasta Navidad, es Essie Rue quien toca Jingle Bells como msica de fondo. As que no dejen de orlo.

    Essie me ha dicho que Stanley Charles tiene demasiados pianos y rganos almacenados este ao y que necesita venderlos pronto. Dice Essie que si van y dan su nombre, les har descuento. La tienda est en el centro de Birmingham, justo al lado de la parada del autobs, enfrente del frankfurter de Gus.

    Por cierto, se le ha cado la O al letrero de la Peluquera Opal, y por poco le da en la cabeza a Biddie Louise Otis. Opal dice que se alegra de que no le diese, pero, verdad que no deja de ser una coincidencia que el nombre de Mrs. Otis tambin empiece por O? Julin dice que lo arreglar esta semana, pero Biddie dice que a partir de ahora entrar por la puerta trasera.

    DOT WEEMS P. D. Me cuenta Opal que acaba de recibir un surtido de mechones de pelo humano... As que si les falta un poco de pelo en alguna parte... dice que vayan...

  • EN EL 212 DE RHODES CIRCLE

    BIRMINGHAM (ALABAMA)

    5 DE ENERO DE 1986 Evelyn Couch se haba encerrado en el cuarto de costura y estaba dando cuenta de una segunda tableta de chocolate con leche con la vista fija en la mesa, atestada de patrones de la revista de modas, que tena all, sin tocar, desde el da que los compr en un arranque de buenas intenciones. Ed estaba en su refugio, absorto en su partido de rugby. Tanto mejor porque, ltimamente, l no le quitaba ojo en cuanto vea que se llevaba a la boca algo que engordase, y se lo deca con talante burln: Conque dieta, eh?.

    Evelyn le haba mentido al mozo de la tienda. Le haba dicho que el chocolate era para una fiesta de sus nietos. Y no tena nietos. Lo que s tena era cuarenta y ocho aos y andaba como perdida desde haca cierto tiempo.

    Las cosas haban cambiado muy deprisa. Mientras criaba a los dos hijos de rigor un chico para l y una nia para m, el mundo se haba convertido en un lugar distinto, en un lugar que ya no reconoca.

    Ya no entenda los chistes. Le parecan muy soeces, aparte de que muchas palabras ni siquiera las entenda. Y all estaba, a su edad, y sin haber dicho un taco. Casi toda su diversin se reduca a ver viejas pelculas y reposiciones del legendario programa de variedades de la televisin The Lucy Show. Durante la guerra del Vietnam crey lo que Ed le deca, que era una guerra justa y necesaria, y que todo el que se opona a ella era comunista. Pero luego, mucho despus, cuando lleg a la conclusin de que quiz no hubiese sido una guerra tan justa, Jane Fonda se haba pasado ya al aerobic y a nadie le importaba lo que Evelyn pensase. Segua estando de uas con Jane Fonda y deseaba que la echasen de la televisin para que dejase de exhibir sus raquticas piernas de una vez.

    Y no sera porque Evelyn no lo hubiese intentado todo. Lo haba intentado todo. Haba intentado, por ejemplo, educar a su hijo para que fuese una persona con sensibilidad, pero Ed le haba metido el miedo en el cuerpo dicindole que lo iba a convertir en un marica, y haba terminado por retraerse y por perder el contacto con l. Incluso entonces su hijo le pareca un extrao.

    Tanto su hijo como su hija la haban desbordado. Su hija, Janice, haba aprendido ya ms del sexo a los quince aos que Evelyn en toda su vida. Algo andaba mal.

    Cuando ella iba al Instituto, las cosas eran muy sencillas. Haba buenas chicas y malas chicas, y todo el mundo saba quin era quin. Y estaba una entre el grupo de los que contaban, o fuera de l. Evelyn formaba parte del grupo de los privilegiados; y era una de las cabecillas. No conoca a ninguno de los integrantes del grupo musical del Instituto, ni a ninguno de los chicos de pantalones ajustados ni a sus novias de transparentes blusas de nailon y pulseras en los tobillos. Su grupo era el de los de pelo corto, camisas de madras abrochadas hasta arriba, pantalones bien planchados, blusas decentes y pelo recogido. Ella y sus amigas se fumaban, a lo sumo, un kent en sus reuniones, y si daban una fiesta en casa sin los padres se tomaban, todo lo ms, una cerveza. Y de magreo ni hablar.

    Luego se sentira como una idiota al ir con su hija a que le colocasen un diafragma. Evelyn haba tenido que esperar hasta su noche de bodas.

    Y vaya trago! Nadie le haba advertido de que dola mucho. Y an no haba logrado disfrutar del sexo. En cuanto empezaba a relajarse, se le representaba la imagen de la chica mala.

    Haba sido siempre una buena chica, comportndose siempre como una seora, sin jams alzar la voz, mostrndose delicada con todo el mundo y en todo. Daba por sentado que tras esa lnea de conducta habra una recompensa, un premio. Pero cuando su hija le pregunt si haba hecho el amor con alguien ms, aparte de su padre, y ella le haba contestado: No, por supuesto que no, la

  • respuesta de su hija haba sido: Pero, mam, qu latazo. Cmo sabes entonces que lo hace bien? Qu horror!.

    Y tena razn. Estaba in albis. As que, a la postre, habra dado lo mismo ser buena chica o no. Las chicas del Instituto que se

    haban descarriado no haban terminado en ningn barrio bajo, fulminadas por la vergenza y la desgracia, como crea ella por entonces. Simplemente, habran tenido un matrimonio feliz o desgraciado, igual que las dems. As que toda aquella lucha para mantenerse pura, el temor a que la tocasen, el temor a volver loco de pasin a un muchacho por cualquier gesto, y el mayor de los temores, el de quedar embarazada, todo haba sido un intil gasto de energas. Ahora las estrellas tenan hijos fuera del matrimonio a montones, y encima lo aireaban.

    Y cul era la recompensa por ser abstemia? Siempre haba odo que no haba nada peor que una mujer borracha, y nunca haba pasado de un whiskey rebajado. Ahora, la gente bien iba a los centros de desintoxicacin como si fuesen al balneario, se dejaban retratar e incluso les daban fiestas en su honor al salir. A veces se preguntaba si no valdra la pena colarse en alguno de esos centros o, por lo menos, ir a los de curas de adelgazamiento que tampoco se privaban de nada.

    Una vez, su hija le dio a probar un porro, pero empez en seguida a darle vueltas la cabeza y se asust tanto que no lo volvi a probar. As que drogas tampoco.

    Se preguntaba Evelyn en qu haba quedado su grupo, dnde encajaba... Diez aos atrs, cuando Ed empez a salir con una mujer con la que trabajaba en la compaa de

    seguros, estuvo asistiendo a unas reuniones de un grupo llamado La Mujer Total, tratando de salvar su matrimonio. No estaba segura de querer tanto a Ed como para intentarlo, pero lo quera lo bastante como para no querer perderlo. Adems, qu hara sin l? Haba vivido con l tanto tiempo como con sus padres. El grupo en cuestin aseguraba que las mujeres podan ser completamente felices si consagraban totalmente sus vidas a hacer felices a sus maridos.

    La mujer que diriga el grupo les deca que todas las mujeres ricas y que triunfaban profesionalmente, que aparentaban ser tan felices, estaban en realidad terriblemente solas, se sentan muy desgraciadas y envidiaban, para sus adentros, a las familias tradicionales.

    Costaba imaginar que Barbara Walters fuese a renunciar a Ed Couch, pero Evelyn decidi intentarlo al mximo. Y, aunque no era mujer religiosa, no dejaba de ser un consuelo que la Biblia la avalase en su papel de cordera. No haba dicho el apstol San Pablo que la esposa no deba nunca usurpar el papel del esposo sino guardar silencio?

    As que, creyendo estar en el buen camino, empez a subir poquito a poco Los Diez Peldaos que Conducen a la Completa Felicidad. El primer paso fue recibir a Ed abrindole la puerta completamente desnuda y envuelta en un velo. Pero Ed se horroriz; salt literalmente al interior y cerr de un portazo: Cristo, Evelyn! Y si llego a ser el butanero! Es que te has vuelto loca!.

    Puestos as, el segundo peldao lo dej correr: presentarse en su despacho vestida de puta. Pero, al poco, la directora del grupo, Nadine Fingerhutt, se divorci y tuvo que ponerse a trabajar, y

    el grupo digamos que se desperdig. Luego, al cabo de una temporada, Ed dej de verse con aquella mujer y las cosas se normalizaron.

    Posteriormente, persistiendo en su bsqueda de la realizacin, Evelyn trat de relacionarse con la Comunidad de Mujeres. Le gustaba lo que defendan aunque, en el fondo, habra preferido que se pintasen un poco los labios y se depilasen las piernas. La primera vez que acudi, fue la nica en ir maquillada, con panties y pendientes. Habra querido integrarse, pero cuando la lder del grupo dijo que a la semana siguiente fuesen con un espejito de mano para estudiar sus vaginas, no volvi.

    Ed deca que aquellas mujeres no eran ms que un hatajo de frustradas solteronas demasiado feas para conquistar a ningn hombre. As que all estaba, acoquinada por su destape y sin valor para mirarse la vagina.

    La noche que ella y Ed fueron a su trigsima reunin con los ex alumnos del Instituto, fue confiando en encontrar a alguien con quien charlar sobre lo que pasaba. Pero todas las dems mujeres

  • que haba all estaban tan confusas como ella, pegadas a sus maridos y bebiendo para no desaparecer. Su generacin pareca estar como frente a una cerca, sin saber por dnde saltar.

    Despus de la reunin, se sent durante horas a mirar todas sus fotografas de colegiala y luego condujo el coche por el barrio donde haba vivido.

    Ed no era para ella ningn consuelo. ltimamente se comportaba cada vez ms como si fuera su padre, tratando de hacer las cosas como crea que era la obligacin del hombre de la casa. Se haba vuelto ms retrado con los aos, y los sbados iba solo al Palacio del bricolage y se pasaba all las horas muertas, buscando quin sabe qu. Iba de caza y de pesca y vea los partidos de rugby igual que la mayora de los hombres, pero Evelyn empez a sospechar que tambin l estaba representando un papel.

    Evelyn mir al vaco envoltorio de la tableta de chocolate, preguntndose en qu se haba convertido aquella sonriente colegiala de las fotografas.

  • EL SEMANARIO DE DOT WEEMS

    SEMANARIO DE WHISTLE STOP (ALABAMA)

    2 DE NOVIEMBRE DE 1932

    SE CONSTITUYE EL CLUB DE LOS CERDOS Secundando la campaa del Servicio de Extensin Agropecuaria de Alabama, se ha constituido en Whistle Stop el Club de los Cerdos. Para ms informacin dirigirse a Mrs. Bertha Vick (en su casa). Dice Bertha que Zula Hight de Kitrel, Carolina del Norte, ha conseguido amaestrar un cerdo de pura raza china con pedigree en slo siete das, y dice Bertha que cualquiera puede hacer lo mismo si se aplica. Afirma que tener cerdos de pura raza es un signo de distincin personal y social, y que adems puede ponerte en el camino de la prosperidad. Puede constituir la base de unos saneados ingresos de cara al futuro y de unos ahorros para la vejez.

    A Idgie le acaban de traer una radio nueva al caf, y dice que todo el que quiera escuchar la novela, o cualquier otro programa, puede ir aunque no tome nada. Dice que, sobre todo por la noche, se oye muy bien.

    Por cierto, sabe alguien cmo borrar huellas de pezua de perro en cemento fresco? Si alguien lo sabe, que me llame o que venga a casa, aqu, junto a Correos.

    DOT WEEMS

  • RESIDENCIA ROSE TERRACE

    ANTIGUA AUTOPISTA MONTGOMERY,

    BIRMINGHAM (ALABAMA) 12 DE ENERO DE 1986 Evelyn abri el bolso y le dio a Mrs. Threadgoode uno de los emparedados de queso y pimiento que llevaba envueltos en papel parafinado, preparados en casa.

    Mrs. Threadgoode lo acept de mil amores. Oh, gracias. Me encantan los emparedados de queso y pimiento. La verdad es que me gusta

    comer todo lo que tenga buen color. A que los de queso con pimiento tienen buen color? Tan vivo. Tambin me gustan los morrones; y antes me gustaban mucho las manzanas cubiertas de caramelo, pero ya no puedo comerlas; por las muelas. Bien pensado, me gusta todo lo que sea rojo.

    La anciana se interrumpi un instante con expresin reflexiva. Una vez tuvimos una gallina roja que se llamaba Sister prosigui y, cada vez que yo sala al

    patio, le deca: Si me das picotazos en los dedos de los pies, te freir con manteca, y ella levantaba la cabeza y se alejaba. Le daba picotazos a todos, menos a m y al pequeo Albert. Nunca tuvimos valor para comrnosla, ni siquiera durante la Gran Depresin del 29. Muri de vieja. Cuando yo vaya al cielo con todos los mos, espero que la gallina Sister y el mapache Cooke estn all... La vieja Sipsey seguro que estar.

    No tengo ni idea de dnde era Sipsey... Nunca se sabe de dnde son los negros. Deba de tener diez u once aos cuando empez a trabajar para mam Threadgoode. Se fue de Troutville, que era como una colonia de gente de color que estaba al otro lado de la va del tren, y dijo que se llamaba Sipsey Peavey y que buscaba trabajo, y mam se la qued. La ayud a criar a todos los Threadgoode.

    Sipsey era un alfeique, y de lo ms divertida. Crea en todas esas supersticiones de los negros de los viejos tiempos. Su madre haba sido una esclava, y le tena pnico al mal de ojo y a todo tipo de hechizos. A mam le dijo que una vecina de Troutville le pona a su marido unos polvos amarillos todas las noches en los zapatos, y lo dej impotente. Pero lo que le causaba verdadero terror era la cabeza de los animales. Si le dabas una cabeza de pollo o de pescado, o si Big George mataba un cerdo, no lo tocaba ni lo guisaba hasta no haberla enterrado en el jardn. Deca que, si no se enterraba la cabeza, el espritu del animal se te meta en el cuerpo y te volva loca. Una vez, pap, sin pensar en ello, trajo a casa embutido de cabeza de jabal, y Sipsey sali corriendo a Troutville gritando como una posesa, y no quiso regresar hasta que un amigo suyo hizo un conjuro para deshacer el maleficio. Debi de enterrar en el jardn centenares de cabezas. Pero, bueno, gracias a eso nos crecan las calabazas y los tomates ms hermosos de la ciudad!

    La anciana ri con ganas al pensar en ello. Buddy lo llamaba el jardn de las cabezas prosigui. Pero, a pesar de todas sus

    supersticiones, no haba mejor cocinera en todo el estado de Alabama. Ya con once aos, decan que sus empanadillas de pollo y verduras eran las mejores. Y sus buuelos eran tan ligeros que flotaban en el aire y tenas que atraparlos al vuelo para poder comrtelos. Todas las recetas de cocina que utilizaban en el caf eran suyas. Todo lo que Idgie y Ruth saban de cocina se lo haba enseado ella. No s por qu Sipsey nunca tuvo hijos. Dudo que haya existido nadie a quien le gustasen ms los nios. Todas las morenitas de Troutville le pedan que se quedase con sus hijos por la noche cuando salan a divertirse. Saban que los cuidara bien. Y deca Sipsey que nada la haca ms feliz que acunar a un beb. Los acunaba y les cantaba toda la noche, en ocasiones hasta a dos a la vez. Y mira t que no tener ninguno propio, con lo que lo deseaba!

    Y entonces, una tarde de noviembre, justo despus del Da de Accin de Gracias (contaba mam que haca un fro que pelaba y que todos los rboles estaban sin hojas), Sipsey estaba arriba haciendo

  • las camas cuando lleg una muchacha negra de su iglesia y se puso a llamarla a gritos desde el patio. Su amiga estaba muy nerviosa y le dijo que haba una chica de Birmingham que estaba dando a luz en la estacin. Y le dijo que se diese prisa "porque el tren no tardara en partir!".

    A Sipsey le falt tiempo para correr escaleras abajo sin ms que un vestidito y el delantal. Al pasar corriendo por la puerta de atrs, mam Threadgoode le grit que se pusiese una chaqueta, pero ella contest: "No puedo entretenerme, Mrs. Threadgoode, tengo que ir por lo de ese nio", y sali disparada. Mam se qued all en el porche de atrs a esperarla y, al poco, vio que arrancaba el tren y que llegaba Sipsey con una sonrisa de oreja a oreja, con todas las piernas araadas y sangrando por haber corrido entre las zarzas, llevando en brazos al ms rollizo negrito que se haya visto nunca, envuelto en una toalla que deca: HOTEL DIXIE, MEMPHIS, TENNESSEE. Sipsey dijo que la madre, una mujer joven, haba vuelto a su casa y que no se haba atrevido a ir con el nio porque su marido llevaba tres aos en la crcel.

    As que nunca supimos el apellido del nio. Sipsey dijo que, puesto que haba llegado en tren, lo llamara George Pullman Peavey en honor al inventor del coche-cama. Pero, quienquiera que fuese su verdadero padre, debi de ser un hombretn, porque George se hizo un mocetn de casi dos metros y ms de ciento veinte quilos. Cuando era pequeo, pap se lo llevaba a la tienda y le enseaba a trocear la carne. Y a los diez aos ya saba matar cerdos, y Sipsey estaba muy orgullosa de l; no creo que hubiese podido querer ms a un hijo propio. Lo abrazaba y le deca: "Que no seamos parientes, cario, no quiere decir que no seas mi pequeo". Y luego, cuando Big George, as es como le llambamos, se hizo mayor y lo llevaron a juicio, ella se visti de punta en blanco para ir al Juzgado, aunque cayesen chuzos de punta, todos los das que dur la vista, y eso que por entonces ya deba de tener casi noventa aos. Aunque, claro, nunca se sabe qu edad tienen los negros.

    Siempre cantaba espirituales como En el furgn de equipajes y Voy a casa en el tren de la maana... siempre cosas relacionadas con los trenes. La noche anterior a su muerte, le dijo a George que haba visto a Jess en sueos, todo vestido de blanco. Que era el conductor de un tren de espritus y que iba a venir por ella para llevrsela al cielo.

    Que yo recuerde, tena ochenta y tantos aos y todava cocinaba en el caf. Era por eso por lo que iba la gente, por lo bien que cocinaba. Porque, desde luego, por el aspecto del local no era. Cuando Idgie y Ruth lo compraron no era ms que un casern destartalado, justo frente a la va del tren, al lado de Correos, donde Dot Weems trabajaba.

    Recuerdo el da que pusieron los pies en lo que sera el caf. Fuimos todos a ayudar, y Sipsey estaba barriendo y se fij en que Ruth colgaba en la pared su cuadro de la Santa Cena. Sipsey dej de barrer, se qued mirando el cuadro y luego pregunt: "Miss Ruth, quines son esos que estn ah sentados con Mr. Jess?".

    Ruth, tratando de ser amable, le dijo: "Pues, mira Sipsey, son Mr. Jess y sus hermanos". Y Sipsey se la qued mirando y le dijo: "Anda! Y yo que crea que su madre slo haba tenido un hijo!", y sigui barriendo. Casi nos da un ataque de risa. Sipsey saba muy bien lo que representaba el cuadro. Pero le gustaba bromear con la gente.

    Julian y Cleo hicieron cuatro rinconeras de madera, levantaron un tabique y les hicieron una habitacin a Idgie y a Ruth para que pudiesen vivir all. Las paredes de la parte del caf eran de ese pino nudoso de Georgia, y el suelo de tablas viejas.

    Ruth trat de decorarlo un poco. Colg un cuadro de un barco navegando a la luz de la luna, pero Idgie lleg por detrs, lo descolg y puso en su lugar otro que representaba a unos perros sentados alrededor de una mesa, fumando puros y jugando al pquer; y escribi debajo: "El Club del Manojo de Hinojo", que era el nombre de esa bobada de club que ella y su amigo Grady Kilgore haban empezado. Aparte de la decoracin navidea que pusieron el primer ao, y que Idgie nunca quit, y de un calendario del ferrocarril, eso era todo.

    No haba ms que las cuatro mesas de las rinconeras y unas destartaladas sillas, que una nunca saba si te iban a sostener o no. Y nunca tuvieron caja registradora. Metan el dinero en una caja de

  • puros, y sacaban de all para darte el cambio. En la barra tenan patatas fritas o cortezas de cerdo en una bandeja, peines y tabaco de mascar, anzuelos y mazorcas.

    Idgie abra al amanecer y no cerraba, como deca ella, "hasta que se iba el ltimo mono". Como la cochera de la L & N estaba slo a dos manzanas, todos los del ferrocarril coman all,

    blancos y negros. A los negros les serva por la puerta de atrs. Claro que a muchos no les gustaba que se sirviese a los negros, y tuvo algunos problemas, pero ella replicaba que nadie iba a decirle lo que deba o no deba hacer. Cleo deca que ella sola le plantaba cara al Ku Klux Klan. Porque, aunque tena buen carcter, Idgie saba sacar el genio si la pinchaban...

  • CAF DE WHISTLE STOP

    WHISTLE STOP (ALABAMA)

    22 DE MARZO DE 1933 Idgie estaba tomando caf y hablando de cosas intrascendentes con su amigo Smokey, el temporero sin trabajo. Dentro en la cocina, Sipsey y Onzell estaban friendo tomates para la gente que iba a almorzar, sobre las once y media, y escuchando espirituales por la radio, cuando Ocie Smith llam con los nudillos a la puerta de la cocina. Sipsey se asom al caf limpindose las manos con el delantal.

    Miss Idgie, hay un joven negro que quiere hablar con usted. Idgie fue hacia la puerta de tela metlica que daba a la parte de atrs de la cocina e inmediatamente

    reconoci a Ocie Smith, un amigo de Troutville que trabajaba en la cochera del ferrocarril. Anda, pero si es Ocie! Cmo ests? Estupendamente, Miss Idgie. Quieres algo? Pues, ver, Miss Idgie, es que somos un grupo de chicos de las cocheras que llevamos oliendo su

    carne a la brasa desde hace dos meses, y es que ya no podemos ms, y hemos pensado que a lo mejor nos querra vender unos bocadillos con carne de sa. Tenemos dinero.

    Idgie suspir y mene la cabeza. Mira, Ocie: ya sabes que, si por m fuera, os dejara entrar por la puerta principal y sentaros a la

    mesa, pero sabis que no lo puedo hacer. S, seora. Hay en la ciudad una pandilla que me incendiara el local, y tengo que vivir. S, seora, lo sabemos. Pero quiero que vuelvas a la cochera y les digas a tus amigos que siempre que quieran algo no

    tienen ms que venir por la puerta de la cocina. S, seora dijo l sonriente. Dile a Sipsey lo que quieres y ella te lo preparar. S, seora. Gracias, seora. Sipsey, dale los bocadillos de carne y lo que quiera. Dale tambin empanada. Sipsey empez a refunfuar por lo bajo... Ya vers t la que te van a montar los kukluxklanes dijo. Lo que es yo... me largo. No me

    vuelve usted a ver el pelo por aqu, seora. Pero, a pesar de ello, prepar los bocadillos, botellines de zumo de uva y la empanada, y lo meti

    en bolsas de papel con servilletas. Unos tres das despus, Grady Kilgore, que era el sheriff y que trabajaba ocasionalmente como

    polica secreta en la lnea del ferrocarril, se present all muy acalorado. Era un gigantn que haba sido amigo de su hermano Buddy.

    Colg su sombrero en el perchero, como haca siempre, y le dijo a Idgie que tena que hablar muy seriamente con ella. Ella le llev el caf a una de las rinconeras y se sent con l. Grady se inclin sobre la mesa y empez con su desagradable cometido.

    Mira, Idgie le dijo, no debes venderles comida a los negros; que no eres tan tonta. En esta ciudad hay tipos a los que eso no les gusta nada. Nadie quiere comer donde comen los negros. No est bien, y no deberas hacerlo.

    Idgie reflexion un momento y asinti con la cabeza. Tienes razn, Grady le contest, no soy tan tonta; y la verdad es que no debera hacerlo.

  • Grady se recost en el respaldo, complacido. S, Grady prosigui ella, es curioso que la gente haga muchas veces cosas que no debera

    hacer. T, por ejemplo. Supongo que mucha gente podra pensar que, despus de ir a la iglesia el domingo, no deberas ir al ro a ver a Eva Bates. Me temo que Gladys sera de la opinin de que no deberas hacerlo.

    Grady, quien por entonces era dicono de la Iglesia Baptista y que se haba casado con Gladys Moats, conocida por su fuerte carcter, la mir azorado.

    Anda, Idgie, que eso no tiene gracia. Pues yo creo que s la tiene. Lo que ya no me parece que tenga tanta gracia es que una pandilla se

    emborrache y vaya por ah con sbanas en la cabeza. Grady apel entonces a Ruth, que estaba detrs de la barra. Por qu no vienes un momento, Ruth, y tratas de hacerla entrar en razn? No me escucha. Slo

    estoy tratando de ahorrarle problemas, nada ms. Yo no voy a decir quin, pero en la ciudad hay gente que no quiere que les venda comida a los negros.

    Idgie encendi un Camel y sonri. Mira, Grady, te voy a decir una cosa: la prxima vez que venga por aqu esa gente como Jack

    Butts, Wilbur Weems y Pete Tidwell, les preguntar si tienen algn inters en ocultar que van por ah a esas estpidas marchas paramilitares que os montis. Por lo menos se podran limpiar el barro de las botas.

    Eh, un momento, Idgie... Qu diantre, Grady, te crees que a m me la das? S el nmero que calzan esos patanes en

    cuanto los veo. Grady se mir los pies. Idgie le estaba ganando por la mano. Pero bueno, Idgie, el caso es que algo tengo que decirles, y aydame a convencer a sta, que es

    ms terca que una mula. Ruth se acerc a la mesa. Pero, Grady, qu mal hay en vender unos pocos bocadillos por la puerta de atrs? No es lo

    mismo que si entrasen y se sentasen a la mesa. Pues, no s qu quieres que te diga, Ruth... Tendr que hablar con ellos. No hacen dao a nadie, Grady. Grady reflexion unos instantes. Bueno... Dejmoslo de momento dijo sealando a Idgie con el dedo. Pero que sea verdad

    eso de que no pasan de la puerta de atrs, entendido? Se levant, disponindose a marcharse, y se puso el sombrero. Luego mir a Idgie. Supongo que seguiremos jugando al pquer los viernes ? Pues claro. A las ocho. Y trae mucho dinero, que me huelo que voy a tener un buen da. As se lo dir a Jack y a los dems... Hasta la vista, Ruth. Hasta la vista, Grady. Idgie mene la cabeza y lo sigui con la vista mientras l se alejaba calle adelante. No sabes, Ruth, cmo me gustara que hubieses visto a ese grandulln borracho perdido junto al

    ro y llorando como un nio durante tres das porque Joe, el negro que le cri, haba muerto. Te juro que a veces creo que la gente ha perdido el juicio. Y esos tipos: les aterra comer sentados al lado de un negro, pero se comen los huevos que las gallinas echan por el culo.

    Idgie! Perdona dijo Idgie riendo, pero es que a veces todo esto me saca de quicio. Lo s, cario, pero no debera afectarte tanto. La gente es as y no vas a cambiarla por ms que lo

    intentes. No hay que darle vueltas. Idgie le sonri preguntndose qu sera de ella de no poder desahogarse con Ruth, que le sonri a su

    vez.

  • Ambas saban que tenan que tomar una decisin sobre aquel asunto. Y la tomaron. A partir de aquel da, lo nico que cambi fue la lista de precios que colgaba de la puerta trasera: todo cinco, e incluso diez centavos ms barato. Pensaron que lo justo era lo justo...

  • EL SEMANARIO DE DOT WEEMS

    SEMANARIO DE WHISTLE STOP (ALABAMA)

    6 DE ABRIL DE 1933

    CAMBIOS EN EL MEN DEL CAF Los clientes del caf se llevaron una sorpresa al leer el men la pasada semana, que entre otras cosas inclua: filete de zarigeya, costillas de zorro, hgado de cabra crudo con cebolla, pudding de sapo y empanada de buitre a la mode.

    Una sorprendida pareja, que se haba desplazado expresamente desde Gate City para cenar all, ley el men y dio media vuelta. Iban ya a doblar la esquina cuando Idgie abri la puerta y les grit que era una inocentada (que en estas tierras se acostumbran por abril).

    La pareja de Gate City eligi entonces platos del men normal y de postre les dieron helado de coco gratis.

    Por cierto, mi otra mitad dej el otro da entrar en casa a uno de sus perros de caza que traa un hueso, y yo fui y lo pis, resbal y me romp el dedo gordo. El doctor Hadley me lo vend, pero tengo que llevar zapatillas para trabajar y no puedo andar por ah recogiendo noticias, como sera mi deseo. As que, si tienen alguna, triganmela a Correos.

    DOT WEEMS

  • EN EL 212 DE RHODES CIRCLE

    BIRMINGHAM (ALABAMA)

    19 DE ENERO DE 1986 De nuevo era domingo. Evelyn y Ed Couch se disponan a salir hacia la Residencia. Ella desenchuf la cafetera dicindose para sus adentros que no tena ganas de ir, pero Ed era tan sensible respecto a todo lo que afectase a su madre que no se atrevi a negarse a ir y saludar, por lo menos, a aquella quejica y exigente de su suegra. Para ella ir all era una tortura. Detestaba el olor a potingues, a enfermedad y a muerte. Le recordaba a su madre, a los mdicos y a los hospitales.

    Evelyn tena cuarenta aos al morir su madre y, a partir de entonces, se volvi aprensiva. Ahora, al leer el peridico por la maana, lo primero que lea eran las esquelas, incluso antes que su horscopo. Se alegraba cuando vea que mora gente pasados ya los setenta o los ochenta, y an ms si el finado haba rebasado los noventa. Le infunda confianza. Pero si lea que alguien haba muerto con cuarenta o cincuenta, le amargaba el da, sobre todo si al final de la esquela la familia peda que se hiciesen ms donaciones a la Asociacin de Lucha contra el Cncer.

    Pero, lo que ms le afectaba era que no dijesen la causa de la muerte. ... tras una breve enfermedad, de qu clase? ... muerta de repente, de qu? Qu clase de accidente? Quera ver escrito bien clarito en letra impresa todos los detalles. Nada de conjeturas. Y detestaba

    que las familias pidiesen donaciones para las distintas organizaciones sociales. Qu significaba eso? Rabia? Mordida por un perro o por un gato?

    Pero, ltimamente, lo que ms se peda eran donativos para la Asociacin de Lucha contra el Cncer. Se preguntaba por qu tena que vivir en un cuerpo que envejecera, que se deteriorara y le causara dolor.

    Por qu no tener una mesa por cuerpo? Una mesa de esas macizas? O una estufa? O una lavadora? Puestos a que le metiesen mano, prefera al fontanero antes que al mdico. En cuanto le empezaron los dolores del parto, el doctor Clyde, su toclogo, se le plant all delante mintindole en toda su cara. Puede estar segura, Mrs. Couch, de que no sentir el menor dolor en cuanto vea asomar a su hijita. As que empuje con ms mpetu. Ni se acordar del dolor siquiera.

    VAYA QUE NO! Recordaba sus dolores uno por uno, y no habra picado una segunda vez de no haber insistido Ed en ir a buscar el nio... Otra mentira descarada: porque la segunda vez duele tanto como la primera, y hasta puede que ms, porque entonces se lo ve una venir. Estuvo maldicindole los huesos a Ed durante los nueve meses, y gracias a Dios que tuvo a Tommy por fin el chico, con lo que, por su parte, haba ms que cumplido.

    Siempre le haban dado miedo los mdicos; dejmoslo slo en recelo, al principio, pero lo que era entonces...: los odiaba, los detestaba, los despreciaba. Eso era lo que le inspiraban desde que aquel mdico entr contonendose en la habitacin del hospital donde estaba su madre con su bloc de visitas...

    Aquel reyezuelo de traje de polister y zapatos de saldo, aquel tipo tan pagado de s mismo, tan arrogante, con las enfermeras revoloteando a su alrededor como geishas, ni siquiera era el mdico de su madre. Simplemente era un sustituto que le haca las visitas de la maana a otro mdico. Evelyn estaba all de pie, cogiendo la mano de su madre. El mequetrefe en cuestin ni siquiera se dign presentarse.

    Qu tal, doctor dijo ella. Soy su hija, Evelyn Couch. Y l, sin levantar los ojos del bloc, se lo dijo en voz alta.

  • Su madre tiene un cncer de pulmn en fase avanzada con metstasis que interesa al hgado, pncreas y bazo, y sntomas de afectar tambin a la mdula espinal.

    Hasta aquel momento, su madre ni siquiera saba que tena cncer. Evelyn no haba querido que se enterase porque le habra entrado pnico. Recordara el aterrado rostro de su madre mientras viviese, y a aquel mdico, que sigui pasillo adelante, como si tal cosa, con su cortejo de enfermeras.

    Dos das despus su madre entr en coma. Tampoco olvidara nunca aquella gris y asptica sala de espera de la UCI, con sus fras paredes de

    cemento, en la que haba pasado todas aquellas semanas, asustada y confusa, igual que todos los dems que all aguardaban, sabiendo que su ser querido yaca al fondo del pasillo en un fro cuarto interior esperando la muerte.

    Y all estaban, unos perfectos desconocidos, en la pequea sala de espera, compartiendo el que probablemente sera el ms ntimo y doloroso momento de sus vidas, sin saber cmo comportarse ni qu decir. Para aquel ceremonial no existan reglas de etiqueta. Nadie estaba preparado para aquel calvario. Pobres gentes, tan aterradas como ella, tratando de armarse de valor, hablando de cosas cotidianas, sin poder ocultar lo afectados que estaban, pero fingiendo que todo iba bien.

    Una familia estaba tan aterrada que incluso se negaba interiormente a aceptar el hecho de que la mujer del fondo del pasillo, agonizante, fuese la madre. Siempre se referan a ella como a su paciente, y le preguntaban a Evelyn cmo estaba su paciente para alejar la verdad lo ms posible, y tratar as de aliviar el dolor.

    Aguardaron juntos da tras da sabiendo que el desenlace era inevitable, que de un momento a otro los llamaran para tomar la decisin de desconectar o no los tubos...

    Es por su bien. Es mejor para ellos. Es lo que ellos habran querido. El mdico ha dicho que, prcticamente, estn muertos. Lo dems es pura tcnica. Pura tcnica? Todas aquellas sosegadas y sesudas conversaciones... cuando lo que en realidad tena ganas de

    hacer era gritar, gritar el nombre de su madre, de su dulce madre, la persona que ms la quera en el mundo, ms de lo que nadie pudiese llegar a quererla nunca.

    Aquel sbado el mdico entr en la sala de espera y mir en derredor. Todos los ojos se clavaron en l y la conversacin ceso.

    Podramos hablar un momento en mi despacho, Mrs. Couch, por favor? Al recoger ella el bolso, con manos temblorosas y el corazn latindole aceleradamente, los dems

    la miraron compasivos, y una mujer le toc el brazo. Pero, en su fuero interno, todos se sintieron aliviados por no haberles tocado a ellos.

    Ella se sinti como si lo estuviese soando, y escuch atentamente lo que el mdico le deca, de la manera ms sencilla y natural.

    No tiene objeto prolongarlo... Hizo que sonase como la cosa ms lgica del mundo. Ella se levant como en trance y se fue a casa.

    Crey estar anmicamente en condiciones de ace