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BENEFICIOS Y LIMITACIONES DE PREDECIR UNA REPETICIÓN MÁXIMA USANDO LA RELACIÓN CARGA VELOCIDAD ESTRATEGIA PARA EVALUAR EL DOLOR AGUDO (TRANSITORIO) USO DE LA PRÁCTICA IMAGINADA PARA MEJORAR EL RENDIMIENTO EN “POWERLIFTING” nscaspain.com Nº15 MARZO Número 15 - marzo - 2020 Bridging the gap between science and application ENTRENAMIENTO DE FUERZA Y ACONDICIONAMIENTO

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BENEFICIOS Y LIMITACIONES DE PREDECIR UNA

REPETICIÓN MÁXIMA USANDO

LA RELACIÓN CARGA VELOCIDAD

ESTRATEGIA PARA EVALUAR EL DOLOR AGUDO (TRANSITORIO)

USO DE LA PRÁCTICA IMAGINADA PARA MEJORAR

EL RENDIMIENTO

EN “POWERLIFTING”

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Bridging the gap betweenscience and application

ENTRENAMIENTO DE FUERZA Y

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N°15 Journal NSCA Spain 3

BENEFICIOS Y LIMITACIONES DE PREDECIR UNA REPETICIÓN MÁXIMA USANDO LA RELACIÓN CARGA VELOCIDAD

08.

USO DE LA PRÁCTICA IMAGINADA PARA MEJORAR EL RENDIMIENTO EN “POWERLIFTING”: UNA REVISIÓN TEÓRICA, PRÁCTICA Y DE INVESTIGACIÓN

36.

UNA ESTRATEGIA PARA EVALUAR EL DOLOR AGUDO (TRANSITORIO) O LA MOLESTIA EN EL TRABAJO DE FUERZA Y ACONDICIONAMIENTO

24.

Editor jefe: Dr. Azael J. Herrero, CSCS,*D, NSCA-CPT,*D

Adjunta al Editor: Lara Pablos

Dpto. de Marketing: Isabel Guerra

Maquetación: Pedro Moreno www.iamperi.com

ISSN: 2445-2890

Secretaría: NSCA Spain. C/ Alcalá, 226 - 5ª Planta, 28027 Madrid

ÍNDICE

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N°15 Journal NSCA Spain8

BENEFICIOS Y LIMITACIONES DE PREDECIR UNA REPETICIÓN MÁXIMA USANDO LA RELACIÓN CARGA VELOCIDAD

Alistair J. McBurnie, BSc (Hons), Kieran P. Allen, BSc (Hons), Maybanks Garry, MSc*D, McDwyer Martin, BSc (Hons), Dos’Santos Thomas, BSc (Hons), Paul A. Jones, PhD, Paul Comfort, PhD, and John J. McMahon, PhDHuman Performance Laboratory, Sport, Exercise, and Physiotherapy, University of Salford, Greater Manchester, United Kingdom

Esta revisión tiene como objetivo proporcionar una visión general de los enfoques actuales de la relación carga-velocidad (C-V) y su capacidad para estimar una repetición máxima (1RM). Cuando utilizamos este enfoque, el ejercicio de press de banca (PB) parece ser el más válido y fiable. La capacidad de la relación C-V para predecir 1RM en los ejercicios del tren inferior sigue siendo cuestionable. Las ecuaciones de regresión individualizadas deben usarse junto con la velocidad media cuando se utiliza este método durante el PB. El método de 2 puntos (2 cargas distinguibles, en oposición a las múltiples cargas) y los datos de velocidad ya publicados (umbrales mínimos de velocidad a 1RM) pueden proporcionar una forma novedosa y práctica de evaluar el 1RM de los atletas.

Palabras clave: Fuerza; método de dos puntos; entrenamiento basado en la velocidad; sentadillas; press de banca.

Artículo original: “The benefits and limitations of predicting one repetition maximum using the load-velocity relationship”. Strength and Conditioning Journal. 41(6): 28-40. 2019

RESUMEN

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INTRODUCCIÓN

El entrenamiento de fuerza es considerado uno de los estímulos clave para promover mejoras en la fuerza muscular, potencia y aumentos del área de sección trasversal (16,18,46,64), así como la tasa de desarrollo de la fuerza (1,2,20). Quizás, más notable, desde la perspectiva de un entrenador de fuerza y acondicionamiento físico, es el espectro de habilidades específicas del deporte y características de rendimiento que se mejoran como un subproducto del entrenamiento de fuerza y el aumento de la fuerza muscular; es decir, saltar (16,61), correr (11,12,57,60,61) y cambiar de dirección (58,59,61), así como la reducción del riesgo de lesiones al realizar estas acciones (35,40,41,61). Por lo tanto, incorporar el entrenamiento de fuerza en el programa de entrenamiento de un atleta parece indispensable para que los atletas alcancen el máximo rendimiento en sus respectivas competencias.

La repetición máxima (1RM), se define como la carga máxima que se puede levantar una sola vez en un ejercicio determinado (37), se considera el indicador más válido de la fuerza dinámica de un individuo (16,28) y se puede utilizar como un punto de referencia en el entrenamiento de fuerza a partir del cual, pueden basarse las intensidades de entrenamiento posteriores. La 1RM de un individuo generalmente se logra a través de medios directos. Determinar la 1RM del atleta puede ser de gran importancia para los profesionales al utilizar los resultados para prescribir intensidades de los diferentes ciclos de entrenamiento (por ejemplo, 85% 1RM para el entrenamiento de la fuerza). Sin embargo, en un entorno práctico, este enfoque presenta múltiples deficiencias.

Por ejemplo, existe un riesgo inherente de lesiones asociado con la evaluación 1RM (36). Además de ser un proceso que requiere mucho tiempo para los profesionales con grandes grupos (7,27), la aplicación de un valor predeterminado de 1RM a un programa de entrenamiento a largo plazo, a menudo, no tiene en cuenta una serie de factores, que pueden en última instancia, afecta la 1RM de un individuo a lo largo del tiempo.

La capacidad de un atleta para entrenar a las intensidades deseadas puede verse afectada por las fluctuaciones en su "preparación" diaria, que puede depender de factores del estilo de vida, como el sueño, la dieta y la fatiga inducida por el entrenamiento (3,9,34). Además, los atletas con poca experiencia a menudo pueden encontrar una mejora rápida en su 1RM después un breve período de entrenamiento y, por lo tanto, tienen que reevaluar sus 1RM poco después de las pruebas de iniciales para garantizar que las intensidades de entrenamiento sean acordes con sus verdaderos niveles de fuerza (27). Se han utilizado métodos que tienen como objetivo evitar algunos de estos problemas, ya sea mediante la realización de repeticiones múltiples hasta el fallo con cargas submáximas, que utilizan ecuaciones matemáticas para proporcionar una estimación de 1RM (30,44,45), o mediante el cálculo de intensidades de cargas relativas basadas en configuraciones específicas de series y repeticiones (22). Sin embargo, estos métodos no están exentos de limitaciones; por ejemplo, ya sea a través de repeticiones simples o múltiples, el entrenamiento hasta el fallo muscular puede ser muy fatigante, especialmente para ejercicios de que involucren una gran masa muscular (p. ej., sentadillas, peso

muerto), lo que puede llevar a que las estimaciones indirectas estén aún más lejos del valor real al acentuar su error de estimación (23). Por lo tanto, en el manejo a largo plazo de los atletas, es de vital importancia que el profesional del ejercicio, posea una comprensión bien definida de las características físicas de un individuo para evaluar y monitorear los volúmenes e intensidades de entrenamiento, como un medio para optimizar el rendimiento, así como minimizar el potencial de sobreentrenamiento y lesiones (21).

Parece claro a partir de las limitaciones antes mencionadas que los profesionales requieren mejores medios para monitorear objetivamente la carga y la intensidad del entrenamiento durante los ejercicios de fuerza, particularmente para los atletas novatos (27). El entrenamiento de fuerza basado en la velocidad de ejecución ha recibido mucha atención recientemente, siendo un enfoque alternativo que se puede utilizar para evaluar el 1RM de un individuo (5,7,24,27,33,39). Esto puede atribuirse a la relación entre la fuerza y la velocidad en términos de capacidad muscular para producir potencia (15,65). La base de esta relación permite la cuantificación de la respuesta del sistema neuromuscular a una carga dada (15) y, por lo tanto, puede usarse como un indicador mecánico para evaluar la prescripción de entrenamiento de fuerza (31,54,55). En consecuencia, existe un cuerpo de investigación emergente que ha buscado investigar el uso de la relación carga-velocidad (L-V) en la estimación de la fuerza dinámica máxima. Esta revisión tiene como objetivo analizar los beneficios y las limitaciones de predecir 1RM utilizando la relación C-V mediante la evaluación de los métodos utilizados para predecir 1RM, evaluar la validez de su uso en diferentes ejercicios y por

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úlitmo, sugerir direcciones futuras para su utilidad. En la "Tabla 1" se pueden ver las definiciones de los términos clave (es decir, velocidad media, velocidad media impulsiva [MPV], velocidad pico [PV] y umbral de velocidad mínima) que serán mencionados en este artículo. Aunque se proporcionan definiciones generales, algunos investigadores pueden usar umbrales alternativos para determinar estas variables y esto debe tenerse en cuenta al revisar la literatura.

ECUACIONES GENERALES

Solo con el avance de las tecnologías cinéticas y cinemáticas, ha mejorado la accesibilidad a herramientas o dispositivos para medir la velocidad de ejecución en el entrenamiento de fuerza (27,55). Antes de esto, la investigación basada en la velocidad de ejecución de un movimiento se realizaba en gran medida utilizando dinamometría isocinética (8,10,17). Este tipo de procedimiento no era ideal, en parte debido a los costos de dicho equipo, su limitada disponibilidad y también la falta de especificidad, ya que es un ejercicio de una sola articulación. Uno de los primeros en examinar la velocidad real alanzada en cada repetición de un ejercicio de fuerza multiarticular fue González-Badillo y Sánchez-Medina (27), quienes, usando un dinamómetro isoinercial (es decir, un transductor de posición lineal [TPL]) , estimaron la 1RM en el ejercicio de press de banca (PB) en una máquina smith, analizando la relación entre la velocidad de movimiento y la carga relativa (es decir, porcentaje de 1RM,% 1RM). Las 2 ecuaciones de predicción generales presentadas en sus hallazgos expresaron relaciones casi perfectas entre la carga y las 2 variables de velocidad utilizadas (Tabla 1) (MPV: R= 0.981; velocidad concéntrica media: R=0.979).

Sus resultados resaltaron el valor de usar la velocidad como una métrica para monitorear el entrenamiento de fuerza con precisión. También sugirieron que, además de poder cuantificar la intensidad del esfuerzo de un atleta (basado en esfuerzos entre el 30 y 95% 1RM), sería posible determinar el porcentaje de 1RM (% 1RM) exacto, que el atleta estaba levantando basándose en la velocidad de ejecución de su primera repetición, siempre y cuando esta se realizara con la máxima intención. Además, el monitoreo habitual de la velocidad ejecución de cada repetición permitiría evaluar si la carga propuesta realmente reflejaría la carga verdadera % 1RM del atleta. Sin embargo, se ha sugerido que las ecuaciones de predicción generalizadas no se ajustan a la variación interindividual de los perfiles C-V (24), y que dependen notablemente del tipo de ejercicio realizado (Figura 1).

Por ejemplo, Garcia-Ramos et al. (24) evaluaron recientemente

la validez de una ecuación de predicción general propuesta previamente (27) frente a un nuevo grupo de participantes. Se encontró que la ecuación de predicción subestima significativamente (p, 0.001; tamaño del efecto [ES]: 0.15–0.94) o sobre-estima (p, 0.001; ES: 0.36–0.98) el valor de 1RM dependiendo del protocolo de PB utilizado (solo concéntrico o excéntrico-concéntrico). La evidencia de estos hallazgos puede llevar a los investigadores a cuestionar la validez de las ecuaciones de predicción generalizadas porque parecen no predecir con precisión la 1RM entre los diferentes grupos. Por lo tanto, se ha sugerido que las ecuaciones de regresión lineal individualizadas permitirían una estimación más precisa de 1RM (34). Aunque los resultados a este respecto han presentado altos niveles de precisiones en ejercicios relacionados con el PB (25, 42, 52), se han encontrado resultados mixtos en otros ejercicios, como las sentadillas (5) y el peso muerto (39, 53).

Tabla 1. Variables de velocidad comúnmente utilizadas al determinar 1RM a través de la relación C-V

Variable de velocidad Definición

Velocidad media concéntrica (VM)

La velocidad concéntrica media se define como la velocidad promedio tomada de todas las velocidades registradas durante toda la porción concéntrica de un

ejercicio (Figura 2).

Velocidad media propulsiva (VMP)

Se define como la velocidad promedio tomada de la sección de acción concéntrica en la cual la aceleración

medida es mayor que la aceleración debida a la gravedad (≥9.81m/s2) hasta el punto en que la aceleración medida se

vuelve menor que la gravedad(≤9.81m/s2).

Al aislar la fase de propulsión, esto elimina la desaceleración hacia el rango de movimiento final; por lo tanto, los valores

de velocidad serán mayores que MV (Figura 2).

Velocidad pico (VP) El valor de velocidad más alto registrado tomado de la fase concéntrica del movimiento.

Umbral mínimo de velocidad (UMV)

La velocidad concéntrica media realizada en la última repetición de una serie realizada al fallo con el máximo

esfuerzo de concéntrico.

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Esto se discutirá más adelante en este artículo.

EL MÉTODO DE DOS PUNTOS

Como se mencionó anteriormente, para mejorar la precisión de la predicción de 1RM, se pueden usar métodos C-V individualizados. Sin embargo, los protocolos C-V individualizados establecidos en la literatura a menudo pueden llevar mucho tiempo y ser muy fatigantes porque los atletas deben realizar repeticiones a la máxima velocidad concéntrica durante varias series hasta alcanzar la 1RM (51), lo cual no es ideal para los entrenadores que necesitan controlar la fatiga diaria y evaluar grandes grupos de atletas de forma regular. Por este motivo, el método de dos puntos ha sido propuesto (32) como una alternativa individualizada. Este enfoque supone que la relación C-V en los ejercicios de fuerza es generalmente estable y lineal (7,13,27,32), y por lo tanto solo analiza 2 cargas para determinar la relación C-V, en lugar de múltiples cargas a diferentes intensidades. Hallazgos recientes han sugerido que las cargas óptimas para el método de dos puntos son 20 y 70% de 1RM porque estas cargas proporcionaron la mayor validez

en relación con la evaluación directa de 1RM (r=0.98; coeficiente de variación [CV]=5.5%) (51 ) Pérez-Castilla et al. (51) sugirieron que el uso de una carga baja y alta representaba mejor los extremos opuestos del eje de fuerza y velocidad, y en consecuencia, estas cargas proporcionaban una visión global de todo el perfil C-V en oposición a 2 cargas similares. El método de dos puntos también se ha validado recientemente contra los métodos tradicionales de determinación de 1RM, como las ecuaciones de predicción, el método de múltiples cargas y la medición directa de 1RM (24). Se reveló que el método de dos puntos tenía una alta validez y fiabilidad concurrentes (rango r: 0.956-0.977; rango de sesgo: 22.3 a 0.5 kg), que era comparable con la medición directa de 1RM y más fuerte que el método tradicional de múltiples cargas (rango r: 0.847–0.968; rango de sesgo: 211.3 a 7.4 kg), de los cuales los autores recomendaron el uso de 2 cargas externas que equivalían a aproximadamente 50–80% del 1RM autoinformado (24).

Aunque el método de 2 puntos es una forma rápida y fiable de predecir 1RM, todavía hay varias lagunas en la literatura. Fundamentalmente, queda una pregunta acerca de cuáles son

las 2 cargas recomendadas más adecuadas para predecir 1RM (24,51). El hecho de que ambas investigaciones (24,51) aconsejan elegir 2 cargas que estén muy separadas entre sí podría hacer que los profesionales consideren usar cargas que estén aún más cerca de los extremos de los ejes de velocidad y fuerza para reforzar aún más la utilidad del método de dos puntos. Aún no está claro si las cargas recomendadas para el extremo del eje de fuerza (es decir, 70–80% 1RM) (24,51) son lo suficientemente sensibles como para examinar cambios en la fuerza a mayores intensidades. Esto es particularmente pertinente para situaciones en las que el desarrollo de los niveles de fuerza de un atleta es una prioridad y requeriría entrenamiento con esquemas de carga relativa más altos (es decir, 85% 1RM). Si esto fuera cierto, se podría conducir a una compensación entre atletas más fuertes, que pueden levantar cargas relativas más altas, logrando estimaciones más precisas y válidas de 1RM; sin embargo, los atletas más débiles o inexpertos, que no pueden alcanzar intensidades tan elevadas, pueden que tengan que aplicar el método de dos puntos sabiendo que su validez y precisión pueda estar comprometida. Este problema merece de un mayor estudio, con la cual, la investigación futura debería profundizar en el método de dos puntos con cargas relativas más altas (es decir, 85% 1RM). Hasta ahora, el método de 2 puntos ha sido validado en diferentes variantes del PB (24,51), pero aún no se ha determinado si esto es incluso un indicador válido de 1RM en otros ejercicios de fuerza. En consecuencia, las cargas óptimas para el método de 2 puntos pueden diferir para otros ejercicios de fuerza dependiendo de los parámetros de fuerza y velocidad observados en estos movimientos (7,14,47), así como

Figura 1. Perfil C-V de un individuo para los ejercicios de press de banca y sentadillas. Las ecuaciones de predicción de 1RM se basan en el supuesto de que la relación C-V es bastante estable y lineal, y por lo tanto, los valores de velocidad para un% 1RM dado pueden usarse para predecir 1RM a través del análisis de regresión lineal. RM= repetición máxima.

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las diferencias individuales en las capacidades de producción de fuerza (13, 24,39). Finalmente, la literatura actual sobre el método de dos puntos, solo ha derivado de perfiles individuales de C-V de 2 cargas después de completar el método de múltiples cargas. Por lo tanto, aunque el método de dos puntos ha sido validado, los parámetros del método de múltiples cargas todavía se usaron como referencia (24,51). Los investigadores deberían considerar examinar el método de 2 puntos por separado a este respecto, porque no se puede pasar por alto que la fatiga acumulada después del método de cargas múltiples puede afectar los valores de velocidad observados posteriormente (24,51).

TRANSDUCTORES DE POSICION LINEAL

Hay varias formas de medir o calcular variables cinemáticas durante los ejercicios de fuerza, como los acelerómetros (es decir, la banda PUSH, PUSH Inc., Toronto, Canadá), TPL (encoder, Tenodyne, Tendo Sports Machines, Trencin, Eslovaquia Republic; Plyometric Power System, Plyopower Technologies, Lismore, Australia; y Gymaware, Kinetic Performance Technologies, Canberra, Australia) y plataformas de fuerza (PF) (4,19,48,49). En general, se reconoce que el uso de PF se considera la mejor práctica al recopilar datos cinéticos y cinemáticos; sin embargo, este equipo puede ser costoso y no siempre factible en un entorno práctico. Por lo tanto, una alternativa popular para medir la velocidad de la barra es el TPL porque es una herramienta práctica, con validez y fiabilidad comprobadas (19,26,29). Cabe señalar, sin embargo, que se ha demostrado que los TPL sobreestiman la velocidad. Esto puede explicarse

por el desplazamiento horizontal o asimétrico adicional de la barra, la cual, el TPL, no la tiene en cuenta (14,39,49). Para que el TPL calcule las variables cinemáticas, un cable metálico está conectado a la unidad central de procesamiento y se coloca en un atleta o al equipo que está utilizando (barras, mancuernas). La distancia a la que se desplaza el cable en un período de tiempo determinado determina la velocidad (desplazamiento / tiempo) y, posteriormente, la aceleración (cambio de velocidad) (29). Al realizar una prueba con el TPL, se recomienda instruir a los atletas para aplicar el máximo esfuerzo en cada repetición, independientemente de la carga que se levanta. Esto asegurará que la variabilidad en la técnica tenga un efecto mínimo sobre los valores de velocidad registrados (34).

El TPL es el sistema cinemático más utilizado al predecir 1RM utilizando la relación C-V (5,7,13,24,27,33,39,43), y puede ser una medida más apropiada de la velocidad de la barra, que es fundamental para la evaluación 1RM. Sin embargo, aunque es muy útil, tiene limitaciones. Primero, como se mencionó anteriormente, el TPL supone que, durante el ejercicio con peso libre, como el peso muerto, el desplazamiento horizontal logrado es mínimo y consistente entre cargas, lo cual no es el caso. Como resultado, si la barra muestra un mayor desplazamiento horizontal, como se ha observado en cargas más altas, el TPL sobreestimará los valores de velocidad y desplazamiento (64). Lake et al. Informaron de la inconsistencia de medir la velocidad con un TPL (39), quienes sugirieron que puede haber algún sesgo en las variables de velocidad registradas durante su estudio de peso muerto debido a la naturaleza del ejercicio. En estudios anteriores, los investigadores controlaron el desplazamiento horizontal

mediante el uso de máquinas Smith (7,24), cuyo objetivo es aislar el desplazamiento vertical de la trayectoria de la barra. Sin embargo, las máquinas Smith no siempre son apropiadas para las pruebas porque los entrenadores quieren evaluar a sus atletas usando variaciones de ejercicios de peso libre específicas del deporte (21). Por lo tanto, la determinación de la relación carga-velocidad a través del ejercicio de peso libre, que tiene más aplicación en la actividad deportiva dinámica, debe investigarse de manera más exhaustiva si se quieren hacer implicaciones más prácticas.

MEDIDAS DE VELOCIDAD

La medición de la velocidad durante los ejercicios de fuerza isoinercial se ha convertido recientemente en una opción para los entrenadores debido a la mayor disponibilidad de acelerómetros y TPL en entornos deportivos profesionales (6,14,32). La velocidad se puede medir de varias maneras diferentes dependiendo de los métodos y parámetros utilizados, con las mediciones de velocidad más comúnmente utilizadas al determinar la relación C-V siendo la velocidad concéntrica media (VM) y VMP, con VP usado con menos frecuencia (Tabla 1). Estos se han utilizado en todos los estudios en los ejercicios press de banca (25), sentadillas (6), peso muerto (39) y pull-up (47).

Gonzalez-Badillo y Sánchez-Medina (27) usaron MPV como medida de velocidad para predecir 1RM en una máquina Smith BP. Descubrieron que el VMP mostraba una relación muy fuerte con la carga relativa (R2=0,98), lo que sugiere que era un buen predictor de 1RM. Los autores propusieron que la selección de VMP, que excluía la fase de frenado del levantamiento (Figura 2), significaba que la

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aceleración negativa de la barra no comprometería el valor de la velocidad media en cargas más ligeras y, en consecuencia, el verdadero potencial neuromuscular del atleta se pudo determinar ( 14,25,47). Otros estudios que han explorado la relación C-V en los ejercicios de press de banca, sentadillas y pull-up también han reportado una fuerte relación entre el VMP y la carga (6,14,33). Por el contrario, Jidovtseff (33) prefirió MV durante el PB porque indicaron que esta, era una mejor representación del movimiento concéntrico de una carga y era más aplicable al rendimiento deportivo. Por lo tanto, se prefirió VM porque disminuyó linealmente con el aumento de la carga y, en consecuencia, hizo que los análisis matemáticos fueran más fáciles de realizar. Otra consideración es que a medida que aumenta la carga, la fase de frenado disminuye y, en consecuencia, desde aproximadamente el 76% de 1RM en adelante, VM y VMP pueden ser comparables porque la fase concéntrica del levantamiento se considera completamente propulsora (56).

Aunque varios estudios anteriores han seleccionado su método preferido para analizar la velocidad para predecir la carga, solo un estudio ha comparado directamente los diferentes métodos de velocidad entre sí. García-Ramos y col. (25) probaron si VM, VMP y o VP era el mejor método para predecir la carga durante el ejercicio PB lanzado en una máquina Smith. Descubrieron que VM tenía la linealidad más alta (solo concéntrica: R2=0.99; excéntrica-concéntrica: R2=0.99) entre la carga y la velocidad y también era la más precisa para predecir la carga (VER=3.80–4.76% 1RM). Además, aunque VP generalmente mostró una variación menor (CV=3.87 6 2.36%) entre cargas, VM (CV=4.93 6 3.06%)

fue menor que VMP (CV=6.03 6 3.65%), y por lo tanto mostró una mayor fiabilidad entre sesiones. De las 3 medidas de velocidad evaluadas, la VM fue la medida de velocidad más consistente y fiable para predecir la carga en el PB. Aunque este estudio en particular reveló que la VM es la medida de velocidad más efectiva, este puede no ser el caso en diferentes ejercicios, como el peso muerto o la sentadilla, que tienen diferentes características de C-V (6,32). Además, es importante tener en cuenta que todos los estudios mencionados anteriormente han evaluado estas medidas de velocidad utilizando exclusivamente poblaciones masculinas. No debe descartarse que el sexo biológico puede afectar la validez resultante y la fiabilidad de las medidas de velocidad utilizadas, porque se ha resaltado que existen grandes disparidades en los perfiles C-V entre hombres y mujeres en el ejercicio de PB (63). Para reducir el error de medición asociado con la relación C-V en los ejercicios de fuerza, un método que se ha sugerido, es incluir una pausa entre las fases excéntrica y concéntrica del movimiento para eliminar la participación del ciclo de estiramiento-acortamiento

(CEA) (50). Pallare's et al. (50) encontraron que incluir una pausa de 2 segundos resultó en valores CV más bajos en los ejercicios de PB (2.9 versus 4.1%) y de sentadillas (2.9 versus 3.9%). Además, el análisis de BlandAltman reveló que la técnica estándar (es decir, la inclusión de CEA) causó un aumento de 37.9 y 57.5% en el error en comparación con la técnica de pausa en el PB y la sentadilla, respectivamente. Estos hallazgos sugieren que la capacidad de un individuo para usar el CEA puede tener una gran influencia en la velocidad alcanzada y, por lo tanto, una pausa puede reducir este efecto y aumentar la fiabilidad de las evaluaciones.

En resumen, para los entrenadores y profesionales, que a menudo están limitados en tiempo para analizar datos para grandes grupos de atletas, VM parece la medida preferida, ya que es una medida válida, fiable y práctica para registrar cuando se usa equipamiento como TPL y acelerómetros (6). Como una forma de mejorar la fiabilidad de estas medidas de velocidad, se puede considerar la inclusión de una pausa de dos segundos entre la fase de movimiento excéntrica

Figura 2. Ejemplo de una curva de velocidad-tiempo que representa VM y VMP en el ejercicio de sentadillas. VM ocurre a través de toda la fase de movimiento; VMP considera la aceleración neta positiva de forma aislada. Las líneas discontinuas indican dónde termina la fase de propulsión del movimiento y dónde comienza la fase de frenado. VMP velocidad media de propulsión; VM velocidad concéntrica media.

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a la concéntrica; sin embargo, esto puede llegar a costa de los efectos de entrenamiento desarrollados cuando se emplean ejercicios que usan el CEA (24).

HALLAZGOS GENERALES

PRESS DE BANCA

En los últimos años, más estudios han buscado validar el uso de la relación C-V en la predicción de 1RM para una variedad de ejercicios. En la "Tabla 2" se presenta una descripción general de los resultados actuales de la PB. Parece que los informes coinciden en gran medida con las capacidades predictivas de la relación C-V para establecer PB 1RM. Jidovtseff y col. (33) realizaron un análisis cruzado de 3 estudios previos para examinar la relación C-V para establecer, posteriormente, una ecuación de predicción de 1RM para el PB. En este estudio, los autores extrapolaron la carga teórica a velocidad cero (LD0) de su ecuación de regresión, que se calculó usando VM y sus correspondientes cargas incrementales de % 1RM; La relación entre LD0 y 1RM real fue evaluada y utilizada para predecir 1RM. Los autores encontraron una correlación prácticamente perfecta (r=0,98) entre LD0 y 1RM real, proporcionando evidencia que sugiere que la relación C-V podría usarse para predecir 1RM PM usando su ecuación de predicción, con un error estándar de estimación de 4 kg (7%). También se destacó que la precisión de esta predicción era la misma, si no mayor, que el método de "repeticiones al fallo". Como se mencionó anteriormente, una crítica frecuentemente citada en relación con la metodología es el uso de una máquina Smith para predecir un 1RM de manera indirecta. La premisa de estas críticas se basa en la posibilidad de que produzca una transferencia

neuromuscular específica para el rendimiento deportivo reducida, lo cual es evidente cuando se entrena con la máquina Smith en contraposición a una alternativa de peso libre. Hasta la fecha, solo un estudio (42) buscó investigar los 2 modos de ejercicio, y en realidad encontró altos niveles de precisión de predicción tanto para la máquina Smith como para los ejercicios de PB de peso libre (Tabla 2). Aunque proporciona más apoyo para la efectividad de la relación C-V en la predicción de PB 1RM, la investigación adicional debe apuntar a reforzar esta noción, especialmente en alternativas de peso libre.

EJERCICIOS DE MIEBROS INFERIORES

Los autores también han explorado el uso de la relación C-V para estimar 1RM en otros ejercicios tradicionales, aunque proporcionan resultados menos convincentes (Tabla 3). Bazuelo-Ruiz y col. (7) reclutaron 105 sujetos para evaluar la eficacia del uso de la relación C-V en la predicción de 1RM en el ejercicio de media sentadilla de la máquina Smith. Los autores derivaron 1RM predicho de VM y cargas submáximas equivalentes al peso corporal de los participantes durante la fase concéntrica de la media sentadilla (PC equiv) (aproximadamente 51.52 6 8.7% del sujeto respectivo 1RM). Encontraron una precisión predictiva moderada de 1RM (58%) en su análisis de regresión, concluyendo que la VM, a la cual las cargas son equivalentes al peso corporal del participante durante las medias sentadillas en la fase concéntrica, pudo estimar la 1RM de un individuo usando su ecuación de predicción. Por el contrario, el trabajo de Banyard et al. (5) encontró que la relación C-V es un mal predictor de 1RM en sentadillas con peso libre, cuestionando tanto su validez

como su fiabilidad (Tabla 3). Aunque se informó una mayor precisión de la predicción a medida que aumentaba la carga, estas estimaciones aún eran significativamente diferentes de la 1RM real informada (p # 0.05; ES=0.71–1.04). Este hallazgo puede explicarse en parte por la alta variabilidad entre sesiones de la velocidad utilizada para predecir 1RM (CV=22.5%), lo que puede haber comprometido la fiabilidad de la precisión de la ecuación de predicción. Como se mencionó anteriormente, el uso de una máquina Smith tiene como objetivo aislar el componente vertical del desplazamiento de la barra con la intención de proporcionar una lectura TPL más precisa. No debe descartarse que el uso de una sentadilla con peso libre tradicional en este caso habrá influido en los resultados, debido al movimiento asimétrico adicional anterior-posterior y medial-lateral de la barra, que podría conducir a una sobreestimación de la velocidad de la barra. Sin embargo, Banyard et al. (5) trató de dar cuenta de cualquier movimiento adicional a este respecto, utilizando 4 LPT posicionados arriba y anterior y arriba y posterior, con los datos luego promediados para crear una posición de la barra más centralizada. Aunque este método pretendía limitar las diferencias asimétricas en la velocidad de la barra, no elimina el desplazamiento no vertical adicional medido por los TPL y, como tal, puede no mejorar cualquier sobreestimación de la velocidad de la barra.

Lake et al. (39) sugirieron más recientemente que la relación C-V no debe usarse para estimar 1RM en el ejercicio de peso muerto convencional (PMC). Se encontró que todos los valores predichos de 1RM usando perfiles C-V subestimaron significativamente 1RM hasta

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en un 15% en comparación con 1RM real. Una vez más, estos autores informaron en general resultados de fiabilidad relativa y absoluta pobres para cada una de las variables de velocidad que registraron (MV: ICC=0.528–0.935, CV=5–14%; MPV: ICC=0.450–0.880, CV=7–14% ), lo que puede haber afectado la precisión del PE utilizado. Este hallazgo podría explicarse por la velocidad que se mide usando un TPL durante un PMC libre. Como tal, la investigación futura, debería comparar el uso de la relación C-V entre el PMC y el peso muerto con barra hexagonal (PMH) porque se ha demostrado que este último reduce el desplazamiento horizontal de la barra (62); lo que es más, desde el punto de vista del rendimiento, el PMH puede incluso ser un ejercicio favorable, ya que muestra una mayor velocidad (15%, p=0.012), fuerza (6%, p, 0.001) y potencia (28%, p< 0,001) en comparación con el PMC (38).

DATOS DE VELOCIDAD NORMATIVA

La mayoría de las investigaciones experimentales que han examinado la relación C-V como un medio para predecir 1RM han requerido un método de comparación para validar su uso. Esta comparación generalmente se establece a través de establecer previamente la 1RM de un individuo en una prueba directa, en la que las cargas de % 1RM forman la base de la ecuación de predicción posterior utilizada. Aunque es un medio necesario de comparación, este proceso pierde el objeto de utilización de la velocidad como una evaluación indirecta de 1RM porque aún traería consigo los problemas aparentes con el uso de evaluaciones convencionales. Por lo tanto, un método alternativo que use datos de velocidad normativa para un ejercicio dado podría ser

una dirección para uso futuro. Esto se puede considerar porque parece haber una VM específica, o un "umbral de velocidad mínima (UVM)" (Tabla 1), asociado con un intento de 1RM para un ejercicio determinado (Tabla 3). Por ejemplo, los hallazgos previos han proporcionado la VM de 1RM específicos del ejercicio PB (0,15 m / s) y sentadilla (0,2 m / s) (5,27). Los profesionales pueden usar datos de velocidad normativa para estimar el perfil C-V de un individuo con un análisis de regresión lineal similar para un ejercicio dado. Además, con el conocimiento de estos datos, puede ser posible emplear el método de dos puntos usando cargas arbitrarias (p. Ej., 40 kg, 70 kg) para establecer dónde se equipararían generalmente esas cargas en el perfil del C-V del individuo y, posteriormente, predecir 1RM (Figura 1).

Una posible limitación del uso de la velocidad normativa como método, es que ciertas poblaciones pueden no ajustarse a los parámetros de los datos normativos. Por ejemplo, los powerlifters pueden tener VM más bajos a 1RM porque están más preparados para las repeticiones con cargas máximas. Por el contrario, los atletas inexpertos pueden tener la VM de 1RM más altas porque pueden no tener la experiencia suficiente para completar cargas casi máximas que se desplazarían a velocidades más bajas. Para aumentar la aplicabilidad de este método, parece apropiado que los profesionales recopilen sus propios datos específicos de la población que entrenan, para estimar cada perfil individual de C-V en lugar de aplicar los datos de velocidad normativa general reportados en la literatura (Tabla 4).

INVESTIGACIÓN FUTURA

Esta revisión, ha proporcionado una evaluación de la utilidad de la relación C-V en la predicción

de 1RM en los ejercicios de fuerza principales (es decir, PB, sentadillas y peso muerto). Sin embargo, se debe considerar una mayor investigación en relación con otros ejercicios, como los levantamientos olímpicos, porque los ejercicios de este tipo serían particularmente útiles para monitorear debido a la capacidad de generar velocidades de movimiento muy altas cuando se realizan de manera explosiva. Esto sería informativo para los entrenadores que buscan cuantificar las adaptaciones dirigidas a la velocidad, así como evaluar con mayor precisión la fatiga a lo largo de una serie. Para que la velocidad de movimiento tenga una mejor aplicación en un entorno práctico, se necesita más investigación para desarrollar un método válido de ejercicios con peso libre para determinar 1RM, que no esté restringido por los protocolos de medición que carecen de especificidad deportiva y, en última instancia, una transferencia atlética óptima (por ejemplo, máquina Smith o eliminación del CEA). Esto se puede lograr a través de un método de validación cruzada que integra un TPL con análisis de movimiento 3D para mitigar el error de medición multiplanar aparente con el uso de un solo TPL. Esto puede permitir el desarrollo de ecuaciones de predicción más robustas que se pueden utilizar en una variedad de ejercicios, independientemente de la complejidad del movimiento.

APLICACIONES PRÁCTICAS

La variedad de resultados con diferentes ejercicios hacen que sea difícil determinar si la relación C-V es una opción válida para predecir 1RM. Para los profesionales, comprar un TPL y aplicar específicamente cualquiera de los métodos actuales a su práctica, parece desaconsejable, dado el costo

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financiero de dicho equipo y la falta de validez en los ejercicios que implican principalmente el tren inferior del cuerpo. Dicho esto, en la "Tabla 5" se ofrece una breve descripción general de los beneficios y las limitaciones para la consideración del lector. El ejercicio de PB parece producir los hallazgos más convincentes para su uso, tal vez explicado por el rango de movimiento necesario para completar el movimiento, lo que puede disminuir el margen de error de medición de velocidad que parece inherente a los TPL. La aplicabilidad de la estimación de 1RM para los ejercicios de tren inferior parece menos convincente. Aunque la obtención de datos de velocidad utilizando TPL puede ser propensa a errores, los factores que son independientes de las medidas predictivas de velocidad pueden ser evidentes (Tabla 3). En consecuencia, se debe tener precaución al intentar predecir 1RM en estos ejercicios porque las predicciones erróneas de la capacidad de fuerza de un atleta no solo pueden desalinear las prescripciones de intensidad de entrenamiento, sino que incluso pueden provocar lesiones. Aunque la utilización de la máquina Smith, puede ser una opción viable para eliminar el error asociado con la medición de velocidad, los autores aprecian que estas opciones pueden no considerarse las más útiles para el profesional cuyos objetivos son maximizar el desarrollo atlético "funcional". De las variables de velocidad de interés, se recomienda que se use VM, ya que es una medida válida y un método más eficiente para los profesionales. El método de dos puntos se ha propuesto recientemente como un enfoque individualizado para estimar 1RM, y puede resultar una medida práctica, manteniendo la validez y la fiabilidad. Sin embargo, se recomienda utilizar cargas en los

extremos opuestos de la curva F-V para garantizar una precisión y validez óptimas. Los profesionales también pueden usar el método de dos puntos con datos de velocidad normativa para estimar 1RM sin la necesidad de evaluaciones iniciales tradicionales de 1RM.

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Tabla 5VBeneficios y limitaciones del uso de la relación C-V para predecir 1RM

Beneficios Limitaciones

Puede ser posible determinar 1RM utilizando cargas más ligeras (es decir, menor riesgo de

lesiones).

Número potencialmente menor de repeticiones necesarias para alcanzar el valor de 1RM (es decir,

fatiga reducida).

La velocidad concéntrica media se define como la velocidad promedio tomada de todas las velocidades registradas durante toda la porción

concéntrica de un ejercicio (Figura 2).

Permite la cuantificación de la capacidad del sistema neuromuscular en una carga dada.

El monitoreo puede indicar si la carga elevada propuesta corresponde con la carga real % 1RM.

TPL:

Asume que el desplazamiento de la barra durante un ejercicio con peso libre es puramente vertical cuando no es así.

A menudo puede sobreestimar los valores de velocidad.

Contrarrestar este problema mediante el uso de la máquina Smith puede ser desventajoso para fines de entrenamiento.

VM puede ser un método más simple y eficiente de usar sin perder la validez y la fiabilidad.

Variables que son independientes de las medidas de velocidad:

Condición física del sujeto

Técnica de ejercicio

Historial de entrenamiento

Género

El método de 2 puntos puede proporcionar un enfoque individualizado y eficiente en el tiempo

sin dejar de ser válido y fiable.

Es necesario desarrollar más ecuaciones individuales que tengan en cuenta la especificidad del ejercicio, los niveles de fuerza del atleta y el género para que se apliquen generalmente en los programas de

ejercicio.

Los datos de velocidad normativa pueden proporcionar una forma novedosa de determinar el nivel de esfuerzo (es decir,% 1RM de carga) y la

predicción posterior de 1RM.

Los datos de velocidad para un esfuerzo determinado pueden variar según la técnica, la experiencia de entrenamiento y la disciplina atlética.

1RM = una repetición máxima; TPL= transductor de posición lineal; VM = velocidad media; VMP = velocidad media de propulsión; VP = velocidad pico; % 1RM = porcentaje de una repetición máxima.

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UNA ESTRATEGIA PARA EVALUAR EL DOLOR AGUDO (TRANSITORIO) O LA MOLESTIA EN EL TRABAJO DE FUERZA Y ACONDICIONAMIENTO

Rudi Meir, PhD, CSCS, Neil Chapman, BHlthHSc (Hons), John W. Whitting, PhD, and Zachary J. Crowley-McHattan, PhDSchool of Health and Human Sciences, Southern Cross University, Lismore, Australia

Experimentar dolor agudo (transitorio) y molestia puede ser una peculiaridad del ejercicio físico y la práctica deportiva. En este contexto, tanto el dolor agudo como la molestia pueden ser experimentados por deportistas lesionados y sin lesiones por igual. El dolor agudo o la molestia en el trabajo de fuerza y acondicionamiento (S&C) se pueden experimentar durante movimientos o ejercicios particulares. Esto se puede deber al resultado de una mala técnica del ejercicio y/o disfunción de los tejidos blandos. Este artículo propone una posible estrategia, que pueda ser utilizada por el entrenador de S&C, para modificar el entrenamiento en función del dolor agudo (transitorio) o la molestia experimentada por los deportistas durante el entrenamiento.

Palabras clave: Dolor agudo; escalas de dolor; diseño de programas.

Artículo original: “A strategy for assessing acute (transient) pain or discomfort in the strength and conditioning environment”. Strength and Conditioning Journal. 41(6): 12-19. 2019

RESUMEN

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INTRODUCCIÓN

La medición de una amplia gama de características del entrenamiento (p. Ej., Volumen de entrenamiento) y variables del rendimiento (p. Ej., Fuerza, potencia y velocidad) es una práctica común en los programas de fuerza y acondicionamiento (S&C) dirigidos a poblaciones atléticas (33). Por ejemplo, usar la valoración de una prueba de esfuerzo percibido de un individuo o de un grupo, es una medida subjetiva de la carga interna, un método ampliamente utilizado en entornos de entrenamiento en todo el mundo. A pesar del hecho de que la lesión de los tejidos blandos es un riesgo inherente asociado con la práctica deportiva (4,15), el dolor agudo (transitorio) o la molestia asociados con la lesión o el ejercicio, no parecen ser algo que se evalúe regularmente en el entorno de S&C. Claramente, las diferentes formas de dolor y sus causas son una posible consecuencia del entrenamiento deportivo y su práctica. Estos dolores incluyen el relacionado con el ejercicio, las lesiones y la competición. Por ejemplo, en el entorno del entrenamiento, el deportista libre de lesiones puede experimentar diversos grados de dolor específico en un lugar (por ejemplo, en la cadera) cuando realiza un ejercicio en particular (por ejemplo, la sentadilla). Esto a menudo se tolera sin ser sistemáticamente reportado o evaluado (29,46).

Tal dolor, aunque posiblemente solo sea de bajo nivel, debe verse como una advertencia. El dolor en este contexto podría ser producto de una técnica deficiente o de una destrucción tisular, lo que puede generar estrés en las estructuras articulares asociadas y en los tejidos blandos. Si se ignora, esto puede conducir en última instancia a un mayor riesgo de lesión musculo esquelética (39). Para el deportista lesionado

que regresa al trabajo de S&C, el dolor puede ser evidente en presencia de una buena técnica de ejercicio, lo que refleja que el tejido lesionado aún no está listo para trabajarse al nivel prescrito (es decir, en intensidad o complejidad del ejercicio). Tal escenario requeriría que el entrenador de S&C modifique el programa de entrenamiento del deportista para que coincida con su nivel actual de readaptación de lesiones, identificando actividades apropiadas que limitarán más daños (28). Cada vez más, hay una variedad de factores que pueden situar a los deportistas de todas las edades en un mayor riesgo de lesiones. Estos incluyen (a) las demandas de entrenar con mayor frecuencia y con volúmenes de entrenamiento totales más altos, (b) ignorar el riesgo potencial de lesiones de alto impacto (en algunos deportes) y (c) ser capaz de mostrar una alta tolerancia al dolor (46). Esto también puede conducir al agotamiento (tanto físico como psicológico), al sobreentrenmiento y a un posible trastorno alimenticio.

Las lesiones deportivas pueden ser ampliamente clasificadas entre aquellas lesiones resultantes por el tiempo perdido entre el entrenamiento y la competición, o aquellas que son transitorias y no resultan de ese tiempo perdido desde el entrenamiento y la competición (21). Este último es potencialmente producido por la cultura de algunos deportes que presionan a los deportistas para continuar entrenando y compitiendo, incluso cuando está lesionados (46). Los procesos psicosociales que pueden existir en algunos entornos deportivos (p. ej., socialización aprendida) puede alentar activamente una cultura que ignora el dolor y las lesiones. Esto también suele estar asociado con la voluntad de perseverar y tolerar el dolor y la molestia, que a menudo se

ve como una parte necesaria de conseguir el éxito deportivo (46).

La intensidad del dolor varía según el tipo de lesión y complejidad (7), y según la percepción del dolor que también afecta a la curación (46). Esto puede resultar en que el deportista tenga que modificar o incluso detener su entrenamiento por diferentes períodos de tiempo.

Independientemente de esto, el entrenamiento puede ocasionar daño muscular y es a menudo esperado como una consecuencia de la actividad física. Por ejemplo, el dolor muscular de aparición tardía (DOMS, de sus siglas en inglés: Delayed onset muscle soreness), conocido coloquialmente como agujetas, se considera una lesión subclínica que generalmente es tolerada por aquellos que practican ejercicio (9). Una causa primaria de DOMS es la práctica de ejercicios desconocidos en los que se pone énfasis en la carga excéntrica de la musculatura involucrada (10). El DOMS también pueden ser provocado por una carga inapropiada que desafía al deportista a trabajar a un nivel, y duración, que están más allá de su actual nivel de adaptación (9). Sus síntomas pueden verse manifestados por sensibilidad muscular de bajo nivel al dolor debilitante (9). Más intensidad (alta intensidad y alto volumen) y ejercicios desconocidos, pueden resultar una rabdomiólisis. A diferencia de DOMS, la rabdomiólisis se considera un síndrome clínico asociado con el dolor muscular severo (mialgia) dolor o sensibilidad muscular (36,38).

EL MODELO BIOPSICOSOCIAL DE DOLOR

La percepción del dolor es subjetiva y está influenciada por una variedad de factores, combinando la integración de numerosas respuestas fisiológicas y psicológicas. Esto se refleja en el

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modelo biopsicosocial del dolor, que es una de las alternativas al modelo biomédico dominante aplicado en entornos clínicos (13,45). A pesar de que no es el foco del artículo actual, el modelo biopsicosocial es ampliamente aceptado como la gestión del enfoque del dolor interdisciplinaria más aplicada para aquellos que experimentan trastornos de dolor crónico (16). Esto ha sido también aplicado en entornos de salud mental (1). Duncan (12) afirma que tradicionalmente los modelos de gestión del dolor, ven el mismo como una sensación, ignorando lo factores psicosociales (p. ej., emociones y comportamientos). Los pacientes con dolor crónico a menudo muestran una amplia gama de enfermedades que pueden incluir: ansiedad, depresión, ira, catastrofismo, pérdida de habilidades, déficits funcionales y menor acondicionamiento físico (16). Debido a que estas manifestaciones son típicamente interdependientes, no es posible tratar unas excluyendo a otras. De ahí que exista una racionalización en la gestión del dolor crónico con un enfoque interdisciplinario (16).La calidad del dolor es, a menudo, difícil de definir objetivamente (23,32). Es más típicamente descrito por adjetivos como agudo, punzante o severo (31). El dolor, que sirve como una importante función protectora, es descrito como la sensación (desagradable) y experiencia emocional asociada con un daño tisular potencial real o percibido (24). Los receptores del dolor (nociceptores) existen en la piel, articulaciones y músculos para alertarnos del daño actual real o potencial (5). El dolor es percibido y experimentado de manera diferente entre individuos, y es generalmente aceptado que la capacidad de tolerar el dolor (tolerancia) también diferirá entre individuos (16). Esto refleja la compleja interacción entre la fisiológica (bio), psicológica y los

factores sociales que caracterizan el modelo biopsicosocial del dolor (16). La manera en que un individuo experimenta dolor puede también estar vinculada a la resiliencia y a la capacidad del individuo de superar y de hacer frente a la adversidad (47). Esto podría significar que aquellos individuos con una mayor tolerancia al dolor, este puede causar involuntariamente más daño en el área lesionada: un escenario que debe ser evitado a toda costa por el deportista y el entrenador de S&C. Algunos autores creen que el modelo biopsicosocial desarrollado por Engel no estaba destinado para su uso como modelo clínico para la toma de decisiones (1). Independientemente, Puentedura y Louw (35) afirman que "Los clínicos que tienen el objetivo de practicar un verdadero enfoque biopsicosocial necesitarían estar familiarizados con cada componente de este enfoque y poder incorporar esto a la su práctica clínica " (p.124). Claramente, esto va más allá del área del entrenador de S&C y del alcance de su práctica. Además, lo que todavía no está claro en la bibliografía, es si la forma en la que se obtiene información del dolor y la molestia por los deportistas durante el entrenamiento, es la mejor interpretada usando algo tan complejo como el modelo biopsicosocial. Sobre esta base, parece haber justificación para desarrollar una forma más ecológica y adecuada de evaluar el dolor agudo (transitorio) y la molestia en el entorno de S&C. Tal enfoque podría ayudar a guiar las decisiones sobre modificaciones al programa de S&C, específicamente para aquellos deportistas que reportan dolor agudo y molestia en algunos movimientos particulares.

ENFOQUES COMUNES PARA LA MEDICIÓN DEL DOLOR

Desde el punto de vista clínico, la evaluación del dolor puede

suponer un reto, a diferencia de otras afecciones clínicas como la hipertensión, que se pueden medir y evaluar con parámetros específicos y clínicamente aceptados (31). Aunque no está claro, hay indicaciones de que el dolor está influenciado por la edad, el género y la cultura (8). Uno de los problemas con la medición del dolor, es la capacidad de aplicar una medida objetiva a algo que es esencialmente subjetivo (3). Como resultado, no es generalmente evaluado o medido formalmente (32). De acuerdo con Michaleff et al. (32), las preguntas más informales típicamente usadas que aluden al dolor son tales como "¿Estás bien?" O "¿Te sientes mejor?". Además, la presencia de dolor podría ser confirmada por una respuesta no verbal del paciente / cliente como puede ser: hacer gestos, llanto y movimientos de protección (27). Sin embargo, un auto informe del dolor se considera la forma más directa y fiable de medir el dolor en aquellos que pueden comunicar su experiencia (32). El auto informe es considerado por algunos el estándar de oro de la evaluación del (18).

Las investigaciones han establecido que el dolor agudo puede evaluarse de manera fiable, tanto en reposo como durante el movimiento, usando una gama de herramientas. Estas incluyen bastantes cuestionarios detallados, como el McGill Pain Questionnaire y el cuestionario del Instituto Victoriano de Evaluación Deportiva (VISA) (7,27,32,44), o de forma más simple y más frecuente con el uso visual unidimensional de escalas de calificación analógicas o numéricas. Dichas escalas incluyen la La Escala de Calificación Numérica-11 (NRS-11- (Numeric Rating Scale en inglés)), la Escala de Calificación Verbal (VRS-(Verbal Rating Scale en inglés)) y la Escala de Calificación Analógica (VAS-

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(Analogic Rating Scale en inglés)) (43). Estas pueden ser utilizadas para proporcionar medidas de intensidad del dolor, con VAS y NRS-11 ambas capaces de medir cambios en el dolor (7). Además, el VAS-24 ha demostrado ser capaz de medir el dolor experimentado dentro del precedente de 24 horas por personas con bajo dolor de espalda (7). El NRS-11 y VAS normalmente usan una línea de 10 cm, pidiendo a los encuestados

indicar, con una línea vertical o "marca", en qué escala ubican la intensidad del dolor percibido. Además, el NRS-11 se ha utilizado en investigación para examinar molestias reportadas durante el ejercicio (34,42).

La ventaja de tales escalas es que pueden ser rápidas y fáciles de administrar, proporcionando información inmediata sobre la intensidad actual del dolor

de un individuo: Las Figuras 1 y 2 proporcionan ejemplos de estas escalas. El dolor también se puede registrar y monitorear con el tiempo mediante el uso de un diario de dolor, que registra información como la intensidad del dolor, la ubicación, y su frecuencia (32). Cada vez más, la tecnología móvil (p. ej., aplicaciones utilizadas en varios dispositivos) se están utilizando para registrar y reportar el dolor, aunque la calidad y usabilidad de estas aplicaciones parecen ser variables (37).

Cuando se mide por VAS o NRS-11, la intensidad del dolor es una medida simple y unidimensional del nivel de dolor percibido de la persona (18,40). Aunque una revisión sistemática de las escalas del dolor en adultos mostró que todas las escalas del dolor son válidas, se tiene información de que el uso del VAS es el más difícil de utilizar en algunas configuraciones (24). Esto podría ser porque a menudo se considera que el dolor es multidimensional, con una gama de herramientas de auto informes de categorización del dolor, por tener sensibilidad sensorial, afectivo-motivacional y aspectos cognitivo evaluativos (24,31). La herramienta de dolor pediátrico adolescente (APPT por sus siglas en inglés) es una herramienta multidimensional que integra 3 dimensiones diferentes validadas con niños y adolescentes que experimentan una gama de condiciones del dolor (22). Las 3 dimensiones del APPT son: (a) una imagen del cuerpo para identificar la ubicación del dolor, (b) un VAS para indicar la intensidad del dolor, y (c) una lista de descriptores (palabras y frases) describiendo la naturaleza del dolor del individuo. No obstante, el VAS, NRS-11 y la APPT son todas herramientas validadas utilizadas en entornos clínicos de cuidados agudos tales como hospitales y clínicas de fisioterapia (22,24,32,43).

Figura 1. The Wong-Baker FACES Pain Rating Scale and instructions for its use. Reprinted with permission: Wong-Baker FACES Foundation (2018). Wong-Baker FACES Pain Rating Scale. Retrieved November 28, 2018 with permission from http://www.WongBakerFACES.org. Originally published in Whaley & Wong’s Nursing Care of Infants and Children. Elsevier Inc.

Figura 2. Examples of commonly used one-dimensional pain intensity scales. Top 5 the 11-point Numeric Rating Scale (NRS-11); middle 5 the 4-point categorical Verbal Rating Scale (VRS); bottom 5 Visual Analogue Scale (VAS) from no pain (50) to worst pain imaginable (510 [or 100]). Reprinted with permission: “Assessment of Pain” by Breivik et al. (2008) British Journal of Anaesthesia, 101(1):17–24. Granted November 28, 2018, Elsevier Inc.

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En el contexto deportivo, el inventario del deporte para el dolor fue desarrollado como una medida deportiva específica de la capacidad de un deportista para rendir mientras experimenta dolor (31). Aunque esta herramienta ha sido validada en una gama de deportes, es relativamente compleja de usar, exige al deportista que responda a 25 artículos en 5 subescalas de dolor utilizando un formato de escala de Likert de 5 puntos (17). Como resultado, sería inadecuado usarlo en un entrenamiento de S&C en tiempo real.

Instrumentos específicos como la tendinopatía rotuliana VISA (VISA-P), se han desarrollado para proporcionar información específica sobre una lesión particular (es decir, tendinopatía rotuliana [PT]). Las herramientas específicas para lesiones son útiles en algunos casos durante la rehabilitación temprana. Pero hay un atractivo lógico en el uso de una herramienta más genérica que puede proporcionar al entrenador de S&C información sobre el dolor agudo (transitorio) y la molestia experimentada por un deportista durante el ejercicio o algunos movimientos específicos. Tal herramienta resultaría útil en el entorno del entrenamiento diario de S&C, no solo cuando trabajas con deportistas que han resultado heridos, sino también con aquellos que no están lesionados.

MEDICIÓN DEL DOLOR EN EL ENTORNO DEL ENTRENAMIENTO

Se consideran dolor o molestia algunos de los principales síntomas asociados con la práctica deportiva (41). Para el deportista y el entrenador, el dolor y la molestia deben ser vistos como un importante mecanismo de retroalimentación que indica si

un movimiento o actividad debe detenerse o modificarse. Sin esta información, el cuerpo podría soportar una carga excesiva que podría dar lugar a más lesiones. Sin embargo, el dolor no siempre debe considerarse el único determinante de si un deportista se ha recuperado completamente de una lesión y, por lo tanto, está listo para regreso al juego (RTP-Return to play en inglés) (28).

Incluso en ausencia de dolor, el tejido lesionado aún puede requerir un período más extenso de carga deportiva específica (acondicionamiento) antes de que el deportista esté autorizado a RTP (28). Claramente, el objetivo debe ser volver a ver el rendimiento del deportista a un nivel igual o superior al estado previo a su lesión (28).

Cuando está presente, el dolor puede causar que el deportista cambie sus patrones de movimiento de forma que pueden afectar su capacidad para ejecutar, por ejemplo, una reducción del impulso de la pierna durante la aceleración (11,40). Algunos deportistas pueden, simplemente, "soportarlo" o "resistirlo" sin decir nada al entrenador de S&C o al médico del equipo. Este es un escenario ético típico al que se enfrentan muchos entrenadores de S&C (29,46). Además, puede no haber criterios claros para determinar si el deportista se recuperó completamente de un daño. De hecho, es poco probable que el equipo médico haya evaluado el estado clínico del deportista antes de cada entrenamiento o competición (14). Como resultado, el entrenador de S&C tiene la responsabilidad de tener una estrategia que ayude a proporcionar en tiempo real la retroalimentación sobre el dolor que experimenta el deportista en el entrenamiento diario. Tal estrategia también podría

proporcionar alguna orientación sobre la mejor forma de progresar en el programa de entrenamiento del deportista. Por lo tanto, el entrenador de S&C será más capaz de manejar el ejercicio y los movimientos prescritos. Tal estrategia ayudará a asegurar que el deportista no tenga dolor o que este se encuentre dentro de un umbral que es tolerable, y no ejercer demasiada carga o tensión sobre los tejidos afectados. El objetivo final será siempre asegurarse de que el deportista sea funcionalmente capaz de volver al entrenamiento completo y a la competición (28).

La RTP o el regreso al ejercicio mientras se experimenta cierto nivel de dolor o molestia no es infrecuente. En el caso del dolor PT, que es una lesión que se observa con frecuencia en deportistas más jóvenes y en aquellos deportes que requieren saltar (30), el deportista, a menudo, puede tolerar algo de dolor durante y después del entrenamiento (26). Sin embargo, dado el riesgo de desarrollar una lesión por sobreuso, a menudo es necesario realizar modificaciones significativas al plan de entrenamiento o, en algunos casos, dejar de entrenar por un período completo (26). Una estrategia típica, adoptada cuando un deportista experimenta una lesión por sobreuso, es limitar el uso de la parte del cuerpo afectada y / o hacer ajustes al entrenamiento o en la competición. Tales cambios ayudarán a reducir la exposición del área lesionada a un estrés o tensión alta o repetitiva (41). A pesar de esto, el uso de vendajes, flejes, arriostramiento y analgésicos, son estrategias comunes que se utilizan para permitir que un deportista entrene o compita mientras experimenta dolor (11).

Una revisión sistemática de Hickey et al. (20) examinó las estrategias de

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RTP utilizadas en deportistas que habían experimentado una lesión por esfuerzo en los isquiotibiales (HSI). Este análisis informó que hubo un alto grado de evaluación subjetiva utilizada en el proceso de toma de decisiones RTP. Tener criterios objetivos mal definidos, combinados con una evaluación subjetiva, se ha identificado como una posible causa de nueva lesión en el personal de servicio (6) y en los deportistas (20). En parte, esto podría deberse a que el deportista (y el personal de servicio) vuelve a jugar mientras aún experimentan algunos de los efectos adversos de su lesión (6,20,41). Timpka y col. (41) recomendaron que el RTP sea precedido por un período de entrenamiento sin restricciones, donde la funcionalidad completa (específica del deporte) y las cargas de entrenamiento prescritas no presenten síntomas de dolor. También recomendaron que parte de los criterios de RTP debieran incluir la evaluación del rendimiento registrado durante la competición, idealmente con el permiso final determinado por la evaluación médica experta (14,41). Se utiliza un enfoque similar para determinar la preparación para el regreso al trabajo que el del

personal de las Fuerzas Especiales de Seguridad (6).

Una consideración principal al implementar una estrategia de rehabilitación progresiva de RTP, es el manejo o el alivio del dolor con el enfoque clínico del ejercicio sin dolor (20). Estar "sin dolor" durante los métodos de evaluación clínica aceptados (p. Ej., La respuesta a la evaluación de la prueba H de Askling de HSI) o los criterios funcionales específicos (p. Ej., Preparación subjetiva sin dolor después del sprint), a menudo es clave para determinar si el deportista está listo para RTP (2,25). Sin embargo, antes de esto, se debe trabajar progresivamente a través de un programa sistemático de ejercicio y una actividad deportiva específica que facilite el objetivo de este punto final, es decir, la RTP (28). Recientemente, Hickey et al. (20) sugirieron que usar un umbral de dolor, en lugar de exigir que los deportistas que estén libres de dolor, está justificado para permitir que los deportistas entrenen o hagan ejercicio en las primeras etapas de la rehabilitación muscular de los isquiotibiales. En las primeras etapas de la rehabilitación de

lesiones, es axiomático que el deportista reporte más dolor en comparación con las últimas etapas de la rehabilitación. Dado esto, trabajar dentro de un rango de tolerancia al dolor podría considerarse un enfoque aceptable (19), como, por ejemplo, trabajar dentro del rango numérico 0-3 en un NRS-11. Sin embargo, no se debe alentar al deportista a que se acomode al dolor o a la molestia de bajo nivel mientras produce movimientos compensatorios. La compensación podría ser una de las formas en la que un deportista enmascara su dolor o molestia en un ejercicio o actividad en particular (11).

UN POSIBLE ENFOQUE PARA MEDIR EL DOLOR EN EL TRABAJO DE FUERZA Y ACONDICIONAMIENTO

Los deportistas experimentarán, a menudo, molestia y dolores tales como DOMS cuando entrenan. Esto debe distinguirse del dolor asociado con la lesión (40). Por ejemplo, la conocida frase "No pain, no gain" podría ser aceptada cuando se relaciona específicamente con el deportista sano y su esfuerzo (físico y mental) está asociado con un duro entrenamiento. En referencia al deportista lesionado, Hickey et al. (20) sugieren que no hay evidencia empírica para apoyar la idea de que la progresión del ejercicio debe ser indolora cuando se prescribe ejercicio para el deportista lesionado. De hecho, se reconoce que algunos deportistas pueden RTP antes de que una lesión se haya recuperado por completo (14). Sin embargo, cuando se relaciona con la evaluación RTP del deportista lesionado que está "completamente recuperado", por definición, indica que el deportista no siente dolor en RTP. Idealmente, y en particular en los niveles de elite y profesional del deporte, esto debería determinarse por

Figura 3. Un enfoque hipotético para evaluar el dolor agudo (transitorio) o la molestia en el entorno de S&C. S&C = fuerza y acondicionamiento.

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opinión médica y en combinación con una evaluación funcional del estado general de rendimiento del deportista (28).

Para el entrenador de S&C, parece justificado tener una estrategia para evaluar el dolor agudo o la molestia durante el entrenamiento, basada en la bibliografía existente. Esto es apoyado por Fuller et al. (14), quienes sostienen que existe una falta de información que influya en el proceso de toma de decisiones en torno a la preparación del RTP de un deportista. Dado esto, parecería útil para el entrenador de S&C buscar retroalimentación de sus deportistas, independientemente de su estado de lesión, sobre cómo un movimiento o actividad en particular impacta en el nivel de dolor o molestia sufrida. La retroalimentación se puede obtener con la respuesta del deportista a un NRS o VRS que describe la intensidad del dolor. Parece lógico que también se recopile información adicional, en lugar de la intensidad del dolor, para informar mejor la toma de decisiones. En conjunto, esta información ayudaría al entrenador de S&C a tomar decisiones sobre cómo retroceder, mantener o progresar en una actividad particular para que coincida con el nivel de integridad funcional del movimiento del deportista. De hecho, esto puede requerir que el entrenador de S&C tenga que consultar con el equipo médico.

Según lo mencionado anteriormente, es una afirmación razonable que los entrenadores de S&C pudiera desarrollar una estrategia específica en el entorno del entrenamiento. Es importante destacar que dicha estrategia debería funcionar para proporcionar retroalimentación rápida y en tiempo real sobre actividades o ejercicios específicos que resulten en dolor agudo (transitorio) o molestia durante la rutina del entrenamiento diario

del deportista. Una buena práctica implicaría obtener información de cada aplicación con un registro, almacenamiento y recuperación, fáciles de usar para referencias futuras. Por lo tanto, en la Figura 3 se presenta un enfoque hipotético para evaluar el dolor agudo (transitorio) o molestia diseñado específicamente para su uso en el entorno de S&C. Este enfoque integra elementos de un VAS, NRS-11 y el APPT (7,22, 32, 34, 42,43). Está diseñado para ser rápido y fácil de usar en el entorno de entrenamiento, proporcionando información importante sobre la ubicación del dolor, la intensidad y los movimientos específicos que causan dolor. Por lo tanto, y utilizando la bibliografía existente, se propone que los entrenadores de S&C incorporen en su estrategia para evaluar el dolor agudo (transitorio) y la molestia de sus deportistas en el entorno de entrenamiento:

• Identifica detalles básicos sobre la lesión del deportista y su ubicación (22,32,43).

• Proporciona detalles de la sesión de entrenamiento actual, su enfoque y en qué actividad participaba el deportista cuando se registraba la información.

• Utiliza una combinación apropiada de NRS-11 y VRS (7,43) para proporcionar retroalimentación sobre la intensidad del dolor durante un ejercicio o movimiento específico.

• Debe proporcionar una indicación rápida de las acciones a seguir: (a) continuar con la actividad prescrita o avanzar al siguiente nivel de complejidad o carga, según corresponda, y dentro del contexto del plan de entrenamiento prescrito; (b) busque el consejo del equipo médico sobre si el nivel de dolor o molestia reportado por el deportista durante un

ejercicio o actividad requiere que el programa se detenga o se modifique para adaptarlo a la lesión; y (c) suspender toda actividad y remitir al deportista inmediatamente para que lo revise el equipo médico.

• Debe usar un color para resaltar cuando la respuesta de un deportista requiere una revisión adicional por parte del equipo médico (por ejemplo, un sistema de semáforo en verde, naranja y rojo).

• Utiliza una lista sucinta de descriptores simples diseñados para proporcionar una mayor comprensión del tipo de dolor que se experimenta (22).

• Permite que se registren notas sobre el ejercicio realizado que causó una respuesta al dolor. Esto puede incluir:

o La etapa del ejercicio en la que se experimentó el dolor. Algunos ejemplos prácticos son: "carga inicial de la columna vertebral en una sentadilla con barra"; "Durante la desaceleración en el sprint"; "Con carga excéntrica al pisar para cambiar de dirección"; y "durante la fase concéntrica en la presión superior de una barra durante la cargada".

o Si el dolor se experimentó antes o después en una repetición, antes o después en un conjunto, antes o después en un segmento del entrenamiento (por ejemplo, durante un segmento de los intervalos del sprint), antes o después de la sesión, y qué actividades lo precedieron.

CONCLUSIÓN

El entrenador de S&C tiene un papel importante que desempeñar al dirigir a los deportistas en los planes de entrenamiento cuando experimentan dolor agudo (transitorio) y molestia. Además

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del dolor inducido esperado por el entrenamiento, como DOMS, es probable que los entrenadores de S&C trabajen a diario con deportistas lesionados, así como con aquellos que no tienen lesiones. Es probable que ambos experimenten niveles variables de dolor o molestia en algún momento como consecuencia del entrenamiento. En el caso del deportista lesionado que regresa al trabajo de S&C, el objetivo final es un RTP sin dolor. Sin embargo, esto puede ser difícil, particularmente en ausencia de un método objetivo para evaluar el dolor. Saber que algunos deportistas lesionados pueden regresar al trabajo de S&C mientras aún experimentan cierto nivel de dolor, tiene implicaciones significativas sobre cómo debe gestionarse el programa de entrenamiento. Como resultado, el entrenador de S&C, junto con los comentarios del deportista, debe monitorear la respuesta del dolor del este al ejercicio prescrito. Esto asegurará que la actividad o el ejercicio prescrito no retrasen el proceso de recuperación. Con este fin, existe una lógica intuitiva al adoptar una estrategia que puede ayudar a cuantificar y clasificar la percepción del dolor experimentado por un deportista durante la actividad física. Esta información se puede usar para ayudar al entrenador de S&C a determinar si es apropiado detener, mantener o progresar en ejercicios específicos dada la etapa de recuperación o acondicionamiento físico del deportista. Al desarrollar dicha estrategia, se debe considerar la evidencia en la investigación existente que respalda el uso de escalas apropiadas que se han identificado como válidas y fiables. También debe contener información suficiente para una buena toma de decisiones que sea específica del trabajo de S&C. Esto requerirá la inclusión de información adicional que

ayudará a informar aún más sobre las decisiones en el diseño del plan de entrenamiento. La estrategia propuesta presentada en este artículo representa uno de esos posibles enfoques.

Conflicts of Interest and Source of Funding: The authors report no conflicts of interest and no source of funding.

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N°15 Journal NSCA Spain 33

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N°15 Journal NSCA Spain36

USO DE LA PRÁCTICA IMAGINADA PARA MEJORAR EL RENDIMIENTO EN “POWERLIFTING”: UNA REVISIÓN TEÓRICA, PRÁCTICA Y DE INVESTIGACIÓN

Danielle M. Alexander, MA, Eric A. Hutt, MA, Jordan S. Lefebvre, MA, y Gordon A. BloomUniversidad McGill, Montreal, Quebec, Canadá.

La práctica imaginada es una habilidad mental usada frecuentemente que ha sido una herramienta de valor incalculable para entrenadores, deportistas y profesionales de la psicología deportiva. Como tal, deportistas que compiten en Powerlifting pueden beneficiarse de la práctica imaginada para la mejora de las habilidades individuales tanto mentales como físicas. Para poder nutrir a los deportistas y entrenadores con un entendimiento teórico y práctico sobre la relación práctica imaginada-rendimiento; este artículo: (a) proporciona una descripción general del modelo PETTLEP (physical, environment, task, timing, learning, emotion, and perspective), (b) revisando los beneficios de la práctica imaginada para fines físicos y psicosociales para los powerlifters, y (c) proporcionando recomendaciones para el uso práctico en contexto de entrenamiento de fuerza y acondicionamiento.

Palabras clave: Powerlifting; práctica imaginada; dureza mental.

Artículo original: “Using imagery to enhance performance in powerlifting: a review of theory, research, and practice”. Strength and Conditioning Journal. 41(6): 102-109. 2019

RESUMEN

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INTRODUCCIÓN

El deporte del Powerlifting ha ganado significativa popularidad desde que recibió la designación oficial de deporte por la “Unión Atlética” en 1964. Dentro de este deporte, los powerlifters se esfuerzan por realizar 3 tipos diferentes de levantamientos de pesas: (a) sentadilla o back squat, (b) press de banca y (c) peso muerto o deadlift, cada uno de ellos con un patrón único de movimiento y una ejecución muscular. Dada la alta intensidad, concentración, enfoque, y el esfuerzo máximo requerido para cada levantamiento, el uso de técnicas para entrenamiento mental tiene el potencial de mejorar el rendimiento deportivo en este deporte (3). La práctica imaginada, definida como la creación o recreación mental de una experiencia en la mente usando todos los sentidos, es una habilidad mental que se usa asiduamente en el mundo del deporte (33). La práctica imaginada ha sido defendida como una herramienta de valor incalculable para los deportistas, entrenadores y los profesionales de la psicología deportiva (18). Con esto es razonable concluir que los powerlifters compitiendo en un deporte con esta alta intensidad, pueden beneficiarse del uso del entrenamiento con práctica imaginada, a través de la mejora de habilidades mentales y físicas individuales.

Las investigaciones sobre psicología deportiva han resaltado la asociación positiva entre la práctica imaginada y el rendimiento en numerosos deportes, como natación (20), baloncesto (22), voleibol (1), y levantamiento de peso (35). Mas específicamente en un contexto de entrenamiento de fuerza y acondicionamiento, la práctica imaginada ha sido enseñada para beneficiar el rendimiento en

situaciones motoras, de potencia y de fuerza, acompañado por una técnica y ejecución del levantamiento casi perfectas (7, 17, 35). Además, se ha demostrado que el uso de la práctica imaginada tiene un efecto positivo en las variables psicológicas importantes relacionadas con el rendimiento, el éxito, la autoconfianza y la motivación (5, 17), mientras que también ayuda a controlar los niveles de ansiedad y activación (6, 34).

Aparte de los beneficios físicos y fisiológicos de la práctica imaginada en el deporte, esta técnica sigue sin usarse demasiado por entrenadores y deportistas en contextos de entrenamiento de fuerza ya condicionamiento (3, 23). Para poder nutrir a los deportistas y entrenadores con un entendimiento teórico y práctico sobre la relación práctica imaginada-rendimiento; este artículo proporciona una descripción general del modelo PETTLEP (“physical, environment, task, timing, learnoing, emotion and perspective”), (b) también da una revisión de los beneficios de la práctica imaginada en los ámbitos físicos y psicosociales para los powerlifters, y (c) da recomendaciones para su uso práctico en contextos de entrenamiento de fuerza y acondicionamiento.

EL MODELO PETTLEP

Desde su creación, el modelo de práctica imaginada PETTLEP (10) ha ganado una atracción considerable en el mundo de la investigación de la psicología del deporte (14,24,29,35). Holmes y Collins propusieron que el hecho de utilizar la práctica imaginada imita muy de cerca a los procesos neurofisiológicos que ocurren durante competiciones o entrenamientos a los deportistas. Con la intención de mejorar la efectividad de las técnicas de

práctica imaginada, Holmes y Collins sugirieron que los practicantes deberían considerar (a) la naturaleza física de la tarea, (b) entorno, (c) tipo de tarea, (d) timing de la habilidad o el movimiento, (e) emociones asociadas a la tarea, y (f) perspectiva de la imagen que se va a crear (interna o externa). Primero, el estado físico de la persona que está realizando la práctica imaginada debería imitar el nivel de activación y la posición del cuerpo y el comportamiento durante la realización del movimiento. Por ejemplo, un powerlifter que se coloca en la posición técnica del levantamiento para incrementar el éxito del proceso de práctica imaginada.

Segundo, las personas que van a realizar la visualización deben estar en un entorno beneficioso para realizar dicha práctica (por ejemplo, el gimnasio). Cuando esto no sea posible, los practicantes de esta técnica podrían usar otras herramientas como contenido audiovisual, para asegurar que las imágenes creadas sean lo más acertadas y cercanas a la realidad.

Tercero, es importante considerar la naturaleza de la tarea que está siendo imaginada y su interacción con las habilidades del sujeto, puesto que, si se varían las tareas y el nivel de habilidad de los deportistas, a lo mejor puede desembocar en una necesidad de otro tipo de práctica imaginada. Por ejemplo, un powerlifter novato a lo mejor se imagina una sentadilla o “back squat” de manera diferente de lo que lo hace un powerlifter experimentado, con respecto a la técnica, rango de movimiento y peso ejecutado.

Cuarto, los practicantes de la práctica imaginada deben asegurar que el “timing” o ejecución en el tiempo de la práctica imaginada, imita el timing de comportamiento, al igual que el “tempo” de movimiento (por ejemplo: 2 segundos de

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trabajo excéntrico, 1 segundo de pausa, y 1 segundo de movimiento concéntrico). Quinto, los practicantes de la práctica imaginada deben estar motivados por el desarrollo de su aprendizaje. Como un deportista continúa refinando y desarrollando sus habilidades motoras, su ejecución técnica podría cambiar; por lo tanto, un deportista debe, con posterioridad, refinar y desarrollar su práctica imaginada en consecuencia.

Sexto, los deportistas deben usar la emoción cuando están creando y simulando lo que sienten durante una competición o entrenamiento, como por ejemplo concentrarse

psicológicamente uno mismo antes de un levantamiento.

Finalmente, se recomienda que los deportistas consideren la perspectiva de imaginar, la cual puede ser interna (primera persona) o externa (tercera persona). El modelo PETTLEP propone que los practicantes deben adoptar una perspectiva interna, porque es más consistente con la actuación real que debe hacer el deportista y puede conllevar a una mejor respuesta psicológica durante la práctica imaginada (10). Podemos encontrar un sumario o resumen del modelo PETTLEP en la Tabla 1.

El modelo PETTLEP se originó en los campos de investigación de la

neurociencia (por ejemplo, en la teoría de equivalencia funcional (12)) y la psicología cognitiva (teoría de la bioinformación (15,16)). Específicamente, la teoría de equivalencia funcional enuncia que imaginar una tarea que activa las conexiones neurológicas principales, y similares a cuando se realiza la misma tarea físicamente (12, 32). Por lo tanto, a través de la practica mental y la repetición de la práctica imaginada, los deportistas tienen el potencial de fortalecer las mismas conexiones neuronales que se utilizan en una competición de powerlifting sin tener que sufrir el peso que un entrenamiento real tendría en su cuerpo. A modo de comparación, la teoría de la bioinformación (15), enuncia que

TABLA 1. SUMARIO DEL MODELO DE PRÁCTICA IMAGINADA PETTLEP

Componente Definición Ejemplo Recomendación práctica

Físico

El estado físico del practicante debe imitar el nivel de activación

y la posición corporal del comportamiento durante la ejecución del movimiento.

Un powerlifter tumbándose en un banco en su gimnasio deportivo mientras se imagina que realiza

un press de banca.

Implementar la práctica imaginada durante ambas situaciones, tanto

entrenamiento como competición, para maximizar el rendimiento del

deportista.

Entorno

Usar el entorno en el que los atletas suelen entrenar o

competir para ayudar y atraer la práctica imaginada.

Imaginar dentro del gimnasio o del centro deportivo.

Incorporar videos para dar feedback en los entrenamientos y competiciones, y para tener una imagen más precisa del

entorno.

Tarea

Considerar la naturaleza de la tarea siendo imaginada y

su interacción con el nivel de habilidad (por ejemplo: técnica, rango de movimiento y peso).

Un powerlifter novato imaginando una sentadilla o “back squat” en comparación con un powerlifter

experimentado o de elite.

Hacer a medida el contenido de los escritos o textos para practicar la

práctica imaginada. Un deportista que está fallando con la ejecución de un

movimiento a lo mejor se beneficia de una práctica imaginada muy enfocada

a la práctica técnica.

TimingImaginar el evento o tarea en tiempo real para asegurar que

imita el movimiento real. El “tempo” del press de banca.

Imaginar un movimiento excéntrico de 2 segundos, con un segundo de

pausa, y con un patrón de movimiento concéntrico durante 1 segundo.

Aprendizaje

Considerar la trayectoria del aprendizaje y el desarrollo de habilidades para pulir acordemente el uso de la

práctica imaginada.

Un deportista que ha aprendido la sentadilla y añade peso

progresivamente.

Monitorizar el progreso técnico del deportista y asegurar que el mismo

actualiza la imagen cada vez que entrena añadiendo los cambios o

progresiones.

Emoción

Se usa la emoción cuando se quiere crear una imagen y

conectar mediante simulación las sensaciones que se tendrían

cuando se realiza el movimiento.

Un deportista concentrándose en sí mismo antes de realizar un

levantamiento.

Considerar la significancia detrás de la tarea o del evento que está

siendo imaginado (por ejemplo: una competición nacional o internacional).

Perspectiva

De acuerdo con el modelo PETTLEP, usando una

perspectiva interna (primera persona) imaginamos el evento

o situación desde nuestros propios ojos.

Un powerlifter que está en el escenario de una competición

para realizar un peso muerto y ve a la multitud y al público, la barra, los jueces, etc. En vez de verse a

sí mismo. Ve la situación desde su propio punto de vista.

Se anima a los deportistas a utilizar una perspectiva interna para una realización de la simulación más

precisa, mejorando las respuestas fisiológicas, y ganando conciencia

kinestésica.

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para que la práctica imaginada sea efectiva debe contener varios estímulos, respuestas y propuestas de significado. Los estímulos se refieren al medio que les rodea, como por ejemplo un rack o una barra de pesas. Las respuestas se refieren a las sensaciones psicológicas que se experimentan cuando se está realizando una tarea, como por ejemplo la sensación de la barra en una de las manos o aumentar la frecuencia cardiaca antes de realizar un levantamiento. Finalmente, las propuestas de valor incluyen la significancia del evento o de los aspectos matizados de la competición, tales como estar a un punto de la primera plaza con un levantamiento final por realizar.

Por lo tanto, poder acceder al estímulo, a la respuesta y la propuesta de significado dentro del entrenamiento de práctica imaginada, ha sido designado como particularmente importante para los atletas que participan en competiciones deportivas (28). Por ejemplo, los powerlifters normalmente requieren tener un nivel muy alto de activación o excitación antes de la ejecución de un levantamiento en un campeonato nacional (por ejemplo: significado) pueden imaginar su entorno competitivo (por ejemplo: estímulo) y elegir el nivel apropiado de activación física (respuesta), con su entrenamiento de práctica imaginada.

Esencialmente, la teoría de la equivalencia funcional (12) y la bioinformacional (15) nos dan una visión comprensiva de cómo se debe desarrollar una sesión de práctica imaginada a través del uso de las experiencias sensoriales y trabajando para destacar la intervención de la conducta imaginativa en el deporte.

Numerosas investigaciones han explorado la efectividad del modelo PETTLEP en una variedad muy amplia de contestos

deportivos (4, 21, 26, 29, 30, 32). Por ejemplo, Smith y colaboradores exploraron el uso del modelo PETTLEP evaluando la ejecución de las habilidades gimnásticas con un grupo de 40 gimnastas jóvenes femeninas (29). Las participantes fueron asignadas aleatoriamente en 4 grupos de entrenamiento físico, práctica imaginada basada en el modelo PETTLEP, práctica imaginada leída de un escrito, o grupo control. Las deportistas a las que se les dio un texto para guiar la sesión de práctica imaginada ejecutaron significativamente mejor que las deportistas a las que se les dio el mismo texto fuera de un entorno deportivo. Además, Pos y colaboradores, implementaron una intervención de 4 semanas de entrenamiento de práctica imaginada para determinar si el entrenamiento físico, la realización de práctica imaginada o una combinación de ambas podría ser más efectiva en la categoría de salto de longitud (21). Los hallazgos demostraron que ambos grupos, el de entrenamiento físico y práctica combinada mejoraron su rendimiento comparado con el grupo de control o con el grupo de práctica imaginada sola, sin practica física. El grupo combinado imaginó 40 saltos de longitud cada una (total de 80), mientras que el grupo de entrenamiento físico realizó 80 saltos de longitud en total.

Curiosamente, ambos grupos obtuvieron resultados y rendimientos similares a pesar del hecho que los participantes del grupo combinado ejecutaron únicamente la mitad de la actividad física, en comparación con el grupo de práctica física. Estos descubrimientos resaltan que la práctica imaginada puede ser particularmente útil para powerlifters, ya que este deporte requiere un rendimiento máximo en el entrenamiento de fuerza y también altos niveles de tiempo de recuperación.

Incorporar el entrenamiento de práctica imaginada puede ser una estrategia beneficiosa para mantener el rendimiento y minimizar el efecto negativo del entrenamiento sobre el cuerpo.

Finalmente, Buck y colaboradores (4), exploraron la utilización del modelo PETTLEP en combinación con entrenamiento en video (por ejemplo: ver videos sobre ejecuciones previas que se realizaron con éxito). En cuanto al rendimiento en la prueba de 3 repeticiones en el ejercicio de “front-squat” o sentadilla con la carga por delante de los hombros. Los resultados revelaron un incremento significativo en fuerza, evaluado por la cantidad de peso que fueron capaces de levantar con éxito, para deportistas en el grupo experimental (por ejemplo: práctica imaginada según el modelo PETTLEP y entrenamiento con vídeos). Los deportistas que se encontraban con estas condiciones incrementaron el peso levantado en 3’6 kg, en comparación con los aproximadamente 1’3 kg en el grupo de control (únicamente entrenamiento con videos). Estos estudios dotan de apoyo para el uso y efectividad del modelo PETTLEP para mejorar el rendimiento en un deporte en categoría de competición donde se requiere fuerza y técnica.

Por encima de todo, el modelo PETTLEP ha liderado un incremento de la atención sobre la relación entre la practica imaginada y el mundo del deporte, y ha proporcionado un entendimiento mayor sobre como potenciar la efectividad del entrenamiento de práctica imaginada para deportistas en diferentes deportes. La siguiente sección resaltará los resultados relevantes sobre la práctica imaginada y la mejora del rendimiento dentro del contexto de fuerza y acondicionamiento.

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APLICACIONES DE LA PRÁCTICA IMAGINADA EN POWERLIFTING

A través del desarrollo y de la implementación del modelo PETTLEP de práctica imaginada, se establece de forma clara que hay un punto de unión entre el entrenamiento de práctica imaginada y el rendimiento deportivo. A pesar de los varios y diferentes beneficios del entrenamiento de práctica imaginada en el contexto de fuerza y acondicionamiento (4, 7), todavía existe mucha literatura interesante por ser revisada que hace referencia a la práctica imaginada y al powerlifting. Como tal, hay recursos disponibles limitados para los entrenadores de fuerza y acondicionamiento o para los powerlifters para acceder a información empíricamente derivada con respecto a este tema. Para intentar llenar este vacío, hemos resaltado 4 temas principales de dicha literatura para intentar sintetizar la información para deportistas y entrenadores del ámbito de fuerza y acondicionamiento. Esto temas cubren (a) fuerza, (b) motivación y autoconfianza, (c) ansiedad y control del nivel de activación, y (d) rehabilitación de lesiones.

FUERZA

Se ha demostrado que las intervenciones de entrenamiento de práctica imaginada ayudan en el desarrollo de la fuerza física en una variedad de ejercicios incluyendo el press de banca, curl de bíceps, press de piernas y extensión de piernas (7, 17, 19, 25, 31). Por ejemplo, Scholefield y colaboradores (25) lideraron una revisión sistemática de 28 artículos relacionados con la práctica imaginada y la fuerza isométrica máxima. Los hallazgos revelaron mejoras en los movimientos de fuerza desde el 12 al 35% al final de cada sesión de entrenamiento

de práctica imaginada, y uno de los estudios alcanzó un 40% de mejora en la fuerza 4 semanas después de la intervención de práctica imaginada. En un estudio similar, Paravlic y colaboradores (19) dirigieron un metaanálisis de 13 estudios que usaron técnicas de práctica imaginada para mejorar el rendimiento de la fuerza en hombres entrenados y no entrenados y mujeres de la edad entre 18-82 años. Todos los estudios midieron la fuerza a través del test de 1RM (una repetición máxima), contracciones dinámicas o máximas contracciones isométricas voluntarias. Los resultados revelaron que la práctica imaginada produjo un efecto moderado en la mejora de la fuerza comparado con el grupo de control cuando las sesiones de entrenamiento duraban 15 minutos y se implementaron las sesiones de práctica imaginada 3 veces a la semana durante 1 mes.

Estudios de intervención individual también nos han conducido a ver la relación entre la fuerza y el acondicionamiento y la práctica imaginada. Por ejemplo, en una intervención de entrenamiento de práctica imaginada de 6 semanas, Lebon y colaboradores (17) estudiaron la fuerza máxima en el press de una sola pierna y en el press de banca, con 22 estudiantes universitarios compitiendo en diferentes deportes y rangos, incluyendo fútbol, atletismo y baloncesto. La fuerza fue medida antes y después de la intervención usando el test de 1RM para ambos ejercicios, press de piernas y de banca para medir la contracción máxima voluntaria. Los participantes también realizaron las máximas repeticiones posibles con un 80% del peso de su máxima contracción voluntaria. Finalmente, la circunferencia de los brazos, el pecho, y caderas fueron medidas antes y después de la intervención de práctica imaginada para poder contabilizar

la posible hipertrofia. Los descubrimientos demostraron que los participantes que conectaron realmente con las sesiones de práctica imaginada demostraron mejoras significantes en el press de pierna (incremento de la fuerza en un 5%), aunque no encontraron diferencias significativas en cuanto al press de banca comparado con el grupo de control. Basados en los resultados relevantes y significantes de este estudio, los autores sugirieron que la práctica imaginada tiene el potencial de mejorar el rendimiento en la fuerza y tareas que incluyen al tren inferior, a través de la mejora de la ejecución técnica y la motivación para su realización. Para ayudar a explicar esta falta de resultados significantes en el press de banca, los participantes sugirieron que la realización del press de piernas fue más doloroso o difícil físicamente hablando, y más incómodo que la realización del press de banca. Sin embargo, Lebon y colaboradores (17), se dieron cuenta de que la práctica imaginada a lo mejor había jugado un papel fundamental en la reducción de la aprensión a través de un ejercicio más exigente, llevando a que se realizara una mejor ejecución y rendimiento como resultado. Otro ejemplo viene de la mano de Di Rienzo y colaboradores (7), quienes usaron la práctica imaginada en una intervención con 18 hombres, todos estudiantes universitarios para determinar si el entrenamiento de práctica imaginada generaba resultados inmediatos en cuanto a rendimiento (por ejemplo, durante el periodo de descanso de los entrenamientos). Se les pidió a los participantes que realizaran 10 contracciones isométricas de su codo dominante para demostrar la fuerza en la tarea de flexión del bíceps. Los resultados revelaron mejoras significativas en la fuerza del bíceps con el grupo que realizó el entrenamiento de práctica imaginada, produciendo un 3,5% más de fuerza que el grupo de

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control con una recuperación pasiva. Aunque esta mejora quizás no parezca muy grande, este descubrimiento sugiere que la práctica imaginada puede tener un efecto inmediato en el rendimiento de la fuerza, lo que es altamente valioso para ambos entrenamientos (por ejemplo, periodos de descanso) y en contextos de competición (por ejemplo, antes de la ejecución de un levantamiento). Como tal, hay beneficios que se obtienen al incluir la práctica imaginada dentro de un programa de entrenamiento para mejorar la fuerza y el acondicionamiento en levantamiento de pesas.

MOTIVACIÓN Y AUTOCONFIANZA

La motivación y la autoconfianza han servido como mecanismos explicativos de la relación entre el rendimiento y la técnica de práctica imaginada (3, 5, 17). El uso de la práctica imaginada ha sido asociado con un incremento en la motivación por testimonio propio de los participantes y también de confianza, lo que seguramente lidera una mejora del rendimiento. Por ejemplo, Barnicle y Lepage usaron un caso con un único participante para explorar el impacto psicológico, emocional y competitivo que tiene la práctica imaginada en el powerlifting. Entre otros hallazgos, los autores recomendaron una intervención psicológica aplicada de 4 meses (por ejemplo, centrarse en la práctica imaginada, control del nivel de activación y hablar con uno mismo). Esto mejoro los récords de levantamiento de peso en un 6% de los participantes en sentadilla, press de banca y peso muerto. En particular, los datos cualitativos sugirieron que el uso de la práctica imaginada promovía un aumento de la autoconfianza y la motivación para rendir durante los entrenamientos, lo que, como consecuencia, se transformó en

un mejor rendimiento durante las competiciones. Sin embargo, entre otras herramientas de la psicología deportiva, parece que la práctica imaginada juega un rol fundamental en mejorar el estado psicológico de los deportistas cuando entrenan y compiten en la modalidad de powerlifting.

Además, Christensen y Weibull, entrevistaron a 15 powerlifters suecos de elite para explorar la relación entre la práctica imaginada y la práctica deliberada. Los resultados revelaron que todos los participantes conectaron con la práctica imaginada, 3 de los participantes enunciaron a la práctica imaginada como una práctica deliberada y en general, los participantes usaron el entrenamiento de práctica imaginada como un método para mejorar la motivación, técnica y/o autoconfianza. Como consecuencia, los autores recomendaron la inclusión de la práctica imaginada dentro de los programas de entrenamiento de Powerlifting y resaltaron la importancia de desarrollar imágenes voluntariamente, que son relevantes e importante para el practicante (5). Como resumen, estos estudios sugieren que la mejora en el rendimiento es atribuible en parte a la mejora de los factores psicológicos, como autoconfianza y motivación.

ANSIEDAD Y CONTROL DEL NIVEL DE ACTIVACIÓN

La investigación en psicología deportiva ha sugerido que las técnicas de entrenamiento de práctica imaginada pueden ayudar en niveles fluctuantes de ansiedad y excitación en deportistas para lograr niveles óptimos de rendimiento (6,13,34). Debido a su naturaleza explosiva, los powerlifters a diferencia de muchos deportes, a menudo se benefician de mayores niveles de activación y excitación fisiológica para mejorar

el rendimiento. Por ejemplo, alcanzar niveles altos de activación fisiológica, fue relacionado positivamente con el rendimiento en fuerza en deportistas de elite que participaban en deportes explosivos (por ejemplo, levantamiento de peso y atletismo (20)). Por esto, el entrenamiento de práctica imaginada tiene el potencial de tener influencia en los niveles de ansiedad y activación en el deporte.

Un estudio realizado por Cumming y colaboradores (6), estableció que estados fisiológicos (por ejemplo, ritmo cardiaco) y psicológicos (por ejemplo, confianza y ansiedad) de deportistas de categoría universitaria de deportes individuales quienes leyeron textos descriptivos de práctica imaginada, centrándose en su activación, ansiedad, relajación, construcción de la autoconfianza o afrontamiento de la situación. Los resultados revelaron que los participantes interpretaron el ritmo cardiaco de manera diferente dependiendo del extracto que leyeron sobre la práctica imaginada, tal que el aumento de la frecuencia cardíaca fue percibido como dañino o debilitante durante el guion de ansiedad comparado con guiones alternativos. Por lo tanto, la valoración de los síntomas fisiológicos es un factor importante a tener en cuenta en la mejora del rendimiento. Esta noción fue discutida posteriormente en un estudio de Williams y colaboradores (34), quienes evaluaron el uso de guiones de imágenes para influir en la evaluación o interpretación de las situaciones de estrés. Veinte hombres y mujeres deportistas de competición se les pidió escuchar diferentes guiones de práctica imaginada y que crearan imágenes, claras y vividas de lo que estaba siendo descrito. Las evaluaciones fisiológicas de la frecuencia cardiaca, volumen sistólico, y gasto cardiaco se registraron, así como, los datos percibidos

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sobre el nivel de ansiedad, autoconfianza y la evaluación del guion de práctica imaginada (por ejemplo, si la persona interpretó el guion como una amenaza o un desafío). Los hallazgos demostraron que las sensaciones de activación y ansiedad fueron interpretadas positivamente si eran acompañadas de un texto descriptivo de práctica imaginada, que enmarcaba el próximo evento como un reto y no como una amenaza. Para finalizar, la habilidad para interpretar una situación de alta presión, como una competición o un aumento de la frecuencia cardiaca, como un factor facilitador y no debilitador, será beneficioso para los powerlifters en el contexto competitivo.

REHABILITACIÓN DE LESIONES

Específicamente en el powerlifting, podemos encontrar las lesiones más comunes en el hombro, espalda baja y rodilla, ocurriendo en una estadística de aproximadamente una lesión por 1.000 horas de entrenamiento (29). Algunas lesiones pueden ser más severas y necesitar rehabilitación, pero en diferentes deportes solo un 27% de los deportistas usaron técnicas de práctica imaginada (2). Lo cual es desafortunado, si tenemos en cuenta que la práctica imaginada tiene el potencial de mejorar la gestión del dolor, la recuperación motora y la adherencia a los programas de rehabilitación (8, 9, 11). Aunque los estudios que han investigado acerca de la práctica imaginada y la rehabilitación de las lesiones son escasos, hay un pequeño número de estudios que sugieren que la práctica imaginada puede mejorar resultados en cuanto a movimientos motores funcionales y ayudar al proceso de rehabilitación (8, 11). Por ejemplo, Driediger y colaboradores (8) entrevistaron a 10 deportistas lesionados, que estaban recibiendo sesiones de fisioterapia

y encontraron que los deportistas creían que la práctica imaginada servía como un propósito cognitivo y motivacional para ayudar a la recuperación. Debajo del dominio cognitivo, los atletas expresaron que los ejercicios de rehabilitación y las estrategias y habilidades específicas de cada deporte, como por ejemplo patrones de carrera o jugadas de estrategia de cada deporte. La motivación fue el propósito más grande para utilizar la práctica imaginada en el proceso de rehabilitación, pues todos los atletas reflejaron que la utilizaron para controlar el estrés proveniente de estar lesionado, aumentar la confianza, mantenerse centrados en el proceso y mantener una actitud positiva durante la recuperación. Finalmente, la práctica imaginada fue también usada por algunos deportistas para visualizar el proceso de curación, como, por ejemplo, imaginar que un ligamento dañado vuelve a unirse, o imaginarse a uno mismo fuerte y capaz de recuperarse. Está claro que la práctica imaginada sirve un gran número de funciones de valor para los deportistas que están lidiando con la rehabilitación de una lesión. Debido a esto, entrenadores y partes importantes del staff (por ejemplo, los doctores dele equipo, fisioterapeutas y entrenadores) deberían saber acerca de los beneficios asociados con la práctica y el uso de la práctica imaginada para facilitar el éxito en una recuperación (8).

Quizás el estudio más relevante para powerlifters fue la investigación acerca de la efectividad de la práctica imaginada para gestionar el dolor y aumentar el rango de movimiento para personas en estado II del síndrome pinzamiento de hombro (11). Este síndrome es de particular relevancia para los powerlifters puesto que puede ser causado por un exceso de entrenamiento de press de banca y porque el área del hombro se encuentra frecuentemente lesionada en el

campo del powerlifting (27). Los participantes que formaron parte del experimento se les dio pastillas antiinflamatorias, tratamiento de fisioterapia, y entrenamiento de práctica imaginada durante 10 sesiones, comparado con el grupo de control que no recibió entrenamiento de práctica imaginada. Los descubrimientos revelaron que el grupo de práctica imaginada, notaron una reducción casi completa en cuanto a dolor, mientras que el grupo de control reportaba menos dolor que al principio (27). Teniendo en cuenta los riesgos extremadamente bajos inherentes a la práctica de práctica imaginada, este hallazgo hace ver a los powerlifters que la práctica imaginada puede ser fácilmente implementada dentro de un programa de rehabilitación para acelerar la recuperación de lesiones. Investigaciones futuras sobre rehabilitación de lesiones en powerlifting deben ser conducidas a investigar la efectividad de la práctica imaginada en este contexto. El cuerpo existente de investigación sobre práctica imaginada y rehabilitación une ambas en contexto deportivos y no deportivos.

Sobre todo, el entrenamiento de práctica imaginada tiene el potencial de influenciar un numero de variables físicas y psicosociales que tienen correlación con la mejora del rendimiento en powerlifting. Más específicamente, la literatura sugiere que el entrenamiento de práctica imaginada puede llevar a mejoras significativas en la fuerza, particularmente en intervenciones de 4 semanas de largo (25) y de 3 sesiones por semana (19). Estas mejoras son gracias al impacto de la práctica imaginada en las variables psicológicas, como motivación, confianza, ansiedad y nivel de activación, las cuales han ayudado a explicar la relación entre el uso de la práctica imaginada y el rendimiento (3, 5, 6). Por ejemplo, el entrenamiento de práctica

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imaginada puede aumentar los niveles de autoconfianza o reducir la ansiedad antes de una competición, lo que resulta en una mejora del rendimiento. Finalmente, la literatura sobre el tema nos muestra el rol beneficial que tiene la práctica imaginada en un proceso de rehabilitación y en la gestión del dolor. Para terminar, la práctica imaginada es una habilidad muy útil para los powerlifters debido a su potencial para mejorar el entrenamiento y el rendimiento competitivo en una variedad de contextos.

IMPLICACIONES PRÁCTICAS

Basándonos en la literatura existente sobre psicología deportiva, el marco del modelo PETTLEP y nuestra experiencia como consultores de psicología deportiva y preparadores físicos, esta sección presenta las guías prácticas para explicar cómo el uso efectivo de la práctica imaginada puede incrementar el rendimiento en powerlifting. Estas recomendaciones pueden ser útiles para deportistas y powerlifters, entrenadores de fuerza y acondicionamiento, así como profesionales de la psicología deportiva que están involucrados en este deporte:

• Los deportistas se encuentran motivados para desarrollar imágenes que son equivalentes funcionalmente y conllevan estímulos, respuesta y propuestas de valor. Por ejemplo, hay que asegurar que la práctica imaginada incluye el entorno que les rodea (por ejemplo: público, plataforma, el rack de sentadilla, estímulos), las reacciones fisiológicas al evento (frecuencia cardiaca, respiración, sudoración, respuesta), y la significación detrás de la práctica imaginada (competición nacional/internacional, significado, emoción del modelo PETTLEP). Finalmente, los deportistas deberían incorporar la práctica imaginada en sus

entrenamientos para mejorar las conexiones neurológicas entre el rendimiento mental y físico.

• Implementar la práctica imaginada durante los entrenamientos y competiciones apunta a maximizar el rendimiento en la categoría donde el deportista compite habitualmente (físico en el PETTLEP). Aparte del entrenamiento, el uso de la práctica imaginada en los tiempos de descanso, especialmente para los movimientos del tren inferior (por ejemplo, press de piernas, sentadilla, etc). En competición, usar la práctica imaginada antes de la realización de un levantamiento para mejorar la técnica del movimiento y la motivación para competir. A medida que el desarrollo de habilidades incrementa, nos tenemos que asegurar de cambiar también las habilidades de práctica imaginada para que ambas estén en el mismo nivel de rendimiento (aprender el modelo PETTLEP). Por ejemplo, a medida que el deportista progresa en el rango de movimiento de una sentadilla, debemos asegurarnos de que la imagen producida refleja este cambio en la movilidad del deportista.

• Desarrollar imágenes que son significativas y relevantes para el deportista, conlleva a un estado positivo, facilitador y generado voluntariamente. Realizar práctica imaginada con sesiones de 15 minutos, 3 veces a la semana durante 4 semanas, para maximizar la efectividad e imaginar el evento/tarea en tiempo real, para asegurar que la práctica imaginada imita la ejecución real (timing en el modelo PETTLEP). De acuerdo con el modelo PETTLEP, anima al deportista a imaginar en primera persona para incrementar la respuesta fisiológica que se crean durante la práctica imaginada, y a su vez, aumenta la efectividad de la práctica imaginada en si misma (perspectiva en el modelo PETTLEP).

• Adaptar el contenido de los guiones de practica de práctica imaginada para cumplir los objetivos del deportista. Por ejemplo, un deportista que está sufriendo agotamiento o fatiga se puede beneficiar de una intervención de práctica imaginada para incrementar la motivación y la confianza durante los entrenamientos y competiciones. Además, un deportista que está experimentando ansiedad pre-competitiva puede empezar a incluir entrenamiento de práctica imaginada antes de una competición para optimizar los niveles de activación y mejorar el rendimiento. Finalmente, un deportista que está fallando con la ejecución de un levantamiento se puede beneficiar de un entrenamiento de práctica imaginada con el objetivo en la práctica de la técnica (tareas en el modelo PETTLEP).

• Proveer a los deportistas con un vídeo de un levantamiento anterior en el que realizó un movimiento potente con éxito. Dada la facilidad con la que los videos se pueden crear y revisar, incorporar este feedback tan accesible y crear este modelo medio para los contextos de entrenamiento y competición para mejorar el rendimiento. Esto puede darle al deportista un mejor entendimiento de su entorno y tener una facilidad mayor para crear una imagen más clara y vivida (entorno en el modelo PETTLEP).

• Ejecutar entrenamiento de práctica imaginada cuando un deportista está lesionado o no es capaz de completar el movimiento físico o ejercicio determinado. Realizar práctica imaginada demás del plan de rehabilitación del deportista (por ejemplo, fisioterapia o pastillas bajo prescripción) para acelerar el proceso de recuperación, especialmente para lesiones del miembro superior. Es importante recordar que la práctica imaginada, a menudo aporta 3 funciones

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principales a los deportistas que padecen una lesión: función cognitiva, motivacional y de curación. Entrenadores y deportistas deberían estar al tanto de estas propuestas y de los consecuentes beneficios que cada uno puede traer al proceso de rehabilitación (por ejemplo, aumentar la confianza, la concentración y el deseo de tener éxito).

CONCLUSIÓN

La práctica imaginada tiene el potencial de influir positivamente en el rendimiento de powerlifting y levantamiento de peso, y puede ser fácilmente implementada en una variedad de entrenamientos y fases competitivas. Dados los beneficios y los bajos riesgos asociados a su práctica, la práctica imaginada es una herramienta particularmente útil para los deportistas enfocados al área de fuerza ya acondicionamiento. Particularmente, los deportistas que compiten en levantamiento de peso o powerlifting pueden beneficiarse del uso de la práctica imaginada a través de la mejora de las habilidades mentales y físicas individuales. Por desgracias, es una de las técnicas menos usadas por los entrenadores de fuerza y acondicionamiento (23). A la luz de los del impacto critico que tiene la ansiedad y el nivel de excitación/activación en el rendimiento, los powerlifters y entrenadores están concienciados de tomar ventaja gracias a esta habilidad mental tan importante, para optimizar los aspectos psicológicos del rendimiento y maximizar su fuerza en los entrenamientos y competiciones.

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