Embaucados Por La Bestia de La Guerra
-
Upload
gladysmolina -
Category
Documents
-
view
215 -
download
0
Transcript of Embaucados Por La Bestia de La Guerra
-
7/27/2019 Embaucados Por La Bestia de La Guerra
1/8
EMBAUCADOS POR LA BESTIA DE LA GUERRA
Art c ul o or iginal de Pau l Le vy Dup ed by the Be ast of Warwww.awakeninthedream.comTraducido por Gladys Molina
EmpoweredByKnowledge
10/10/2013
http://www.awakeninthedream.com/http://www.awakeninthedream.com/http://www.awakeninthedream.com/ -
7/27/2019 Embaucados Por La Bestia de La Guerra
2/8
2
EMBAUCADOS
POR LA BESTIA DE LA GUERRA
Artculo original de Paul Levy: Duped by the Beast of War
http://www.awakeninthedream.com/wordpress/duped-by-the-beast-of-war/
Traducido por Gladys Molina EmpoweredByKnowledge
Como si viviendo en un sin fin de "tiempos de guerra," los tambores de guerra nuevamente seaproximan cada vez ms rpidos por el horizonte. El pas en el que vivo, los Estados Unidos de
Amrica, que ya participan en mltiples guerras - algunas evidentes, otras encubiertas - est
amenazando con atacar a otra nacin soberana, esta vez Siria. Todo esto es una locura total,
la dependencia de nuestro gobierno en las soluciones militares es patolgica, una forma de
enfermedad mental. Ciertamente parece como si nuestro pas no supiera imaginar solucionesfuera del paradigma de la guerra. El hecho de que nosotros, como especie, estemos invirtiendo
nuestro genio creativo para conjurar una guerra interminable sin cesar nos drena de nuestros
recursos ms preciados, es una locura total y absoluta. Estamos verdaderamente en medio de
una psicosis colectiva mundial de proporciones picas, lo que los nativos americanos llaman
"psicosis wetiko."
La guerra es realmente una epidemia de locura. A lo largo de la historia humana, la guerra es la
actividad ms violenta y destructiva en la que nosotros los seres humanos hemos participado.
Es un fenmeno irracional que no puede ser detenido o controlado con argumentos
racionales, porque su origen es el inconsciente compartido de la humanidad. La autora
Barbara Ehrenreich, en su libroBlood Rites: Origins and History of the Passions of War Ritos deSangre: Orgenes e Historia de las Pasiones de la Guerra, escribi: "Cmo y cuando se inicie la
guerra, persiste, se extiende, y se propaga a travs del tiempo y el espacio con la tenacidad
aterradora de una bestia sujeta el cuello de presas vivas. No se trata de una vanamente
elegida expresin de figura retorica. La guerra se extiende y se perpeta a travs de una
dinmica que a menudo parece independiente de la voluntad humana. Tiene, y nos gusta
decirlo de las cosas que no entendemos completamente, "vida propia." En la guerra nuestra
especie ha creado un monstruo de Frankenstein fuera de nuestro control que ha desarrollado
una aparentemente autnoma e independiente "vida propia." Cuando le por primera vez las
palabras de Ehrenreich, inmediatamente pens en "wetiko" (que, en pocas palabras, se refiere
al espritu del mal), del que haba escrito extensamente en mi libroDispelling Wetiko: Breaking
the Curse of EvilDisipando a Wetiko: Rompiendo la Maldicin del Mal. Originario de la psique,
wetiko -- una enfermedad psico-espiritual del alma - desarrolla similarmente una vida
aparentemente autnoma, independiente y voluntad propia. Cuanto ms estudiaba la obra de
Ehrenreich, ms me di cuenta de que la bestia de la guerra es una encarnacin virulenta del
patgeno wetiko a escala mayor en el escenario mundial.
Un golem robtico fuera de control, la mquina de guerra desarrolla una autonoma aparente
que (al igual que el virus wetiko) genera su propio impulso autosustentable, la guerra es a la
vez su propia causa y efecto. Visto como un rasgo cultural, la guerra ha evolucionado en la
forma que lo ha hecho, simplemente porque es ventajosa y beneficiosa por y para s misma. En
un crculo vicioso y violento perpetundose a s misma en una regresin infinita de circuito de
retroalimentacin auto-cumplida, la nica defensa contra la guerra es la guerra misma. As, la
guerra hace metstasis y se propaga, arrollando todas las soluciones pacficas bajo su lgica
circular implacable y auto-justificacin. Una vez que arranque el ciclo de violencia y los perros
http://www.awakeninthedream.com/wordpress/duped-by-the-beast-of-war/http://www.awakeninthedream.com/wordpress/duped-by-the-beast-of-war/http://www.amazon.com/Blood-Rites-Origins-History-Passions/dp/0805057870/ref=sr_1_4?ie=UTF8&qid=1379396390&sr=8-4&keywords=blood+riteshttp://www.amazon.com/Blood-Rites-Origins-History-Passions/dp/0805057870/ref=sr_1_4?ie=UTF8&qid=1379396390&sr=8-4&keywords=blood+riteshttp://www.amazon.com/Blood-Rites-Origins-History-Passions/dp/0805057870/ref=sr_1_4?ie=UTF8&qid=1379396390&sr=8-4&keywords=blood+riteshttp://www.awakeninthedream.com/wordpress/dispelling-wetiko/http://www.awakeninthedream.com/wordpress/dispelling-wetiko/http://www.awakeninthedream.com/wordpress/dispelling-wetiko/http://www.awakeninthedream.com/wordpress/dispelling-wetiko/http://www.awakeninthedream.com/wordpress/dispelling-wetiko/http://www.awakeninthedream.com/wordpress/dispelling-wetiko/http://www.amazon.com/Blood-Rites-Origins-History-Passions/dp/0805057870/ref=sr_1_4?ie=UTF8&qid=1379396390&sr=8-4&keywords=blood+riteshttp://www.awakeninthedream.com/wordpress/duped-by-the-beast-of-war/ -
7/27/2019 Embaucados Por La Bestia de La Guerra
3/8
3
de la guerra se desaten, simplemente no se puede detener ni predecir. Una fuerza de la
naturaleza desbloqueada, una vez abierta la caja de guerra de Pandora, no hay persuasin que
valga para meter al genio de vuelta en la botella. Los cientficos sociales, en sus estudios
matemticos mirando los brotes de guerras y decisiones nacionales de participar en las
guerras, han mostrado fuertes indicios de epidemicidad, es decir, que la guerra se propaga en
patrones idnticos a los de los brotes de las enfermedades. La guerra es un vivo ejemplo decarne y hueso de cmo las sociedades humanas pueden ser presas de los sistemas de
comportamiento que son totalmente de su propia creacin, que pueden barrer y devorar a
todos aquellos que estn involucrados. Esto es una reminiscencia del legendario tigre
resucitado que devora el mago que lo restaur a la vida de sus huesos esquelticos. En la
guerra hemos cado presa de la fuerza de nuestra propia magia equivocada.
El primer principio del mtodo psicolgico es que cualquier fenmeno a entender debe ser
imaginado con simpata. Ningn sndrome puede ser verdaderamente desalojado de su
condicin maldita hasta que primero movamos la imaginacin hacia su ncleo. Debido a su
carcter traumatizante, muchos de nosotros ni siquiera sabemos cmo pensar acerca de la
guerra. Curiosamente, Robert McNamara, Secretario de Defensa durante gran parte de laguerra de Vietnam, reflexionando sobre sus horrores, escribe; "Ahora podemos entender estas
catstrofes por lo que eran: fundamentalmente el producto de una fracaso de la imaginacin."
La misma frase - "fracaso de la imaginacin"- fue utilizada durante el gobierno de Bush como
una excusa de por qu no estaban preparados para los ataques del 9/11. Si la guerra se escapa
al alcance de nuestra imaginacin, dictar, har cumplir y establecer el dominio sobre todos
nosotros. En primer lugar y ante todo un acto de imaginacin, la guerra alista nuestra propia
imaginacin para convertirse en un agente de la negacin y la destruccin. En los tiempos
modernos, la mayora de personas aparentemente encuentran las manifestaciones ms
decididas y cautivantes de poder, de estar en lo que destruye, en lugar de lo que crea; esto es
una expresin del inconsciente colectivo y el trauma no integrados. La imaginacin de un
pueblo en su conjunto debe ser reclutada y reformada con el fin de preparar una ciudadana
reacia a la guerra. La guerra y las armas de muerte colectiva que son sus accesorios, son los
productos del mayor poder creativo que opera dentro del espritu humano - la imaginacin
humana,- y la imaginacin humana, hay que aadir, es capaz de deshacerse de ellos. Dado que
nuestra especie ha inventado la guerra, tambin podemos inventar y manifestar la paz. Si no
podemos imaginar esto, entonces que estamos pensando? Una imaginacin perjudicada,
incapaz de ni siquiera imaginar la paz, es simultneamente la causa y efecto de la proliferacin
de la guerra. Mientras que a un nivel, la guerra en la que estamos involucrados usa cosas tales
como las bombas, la verdadera guerra es una guerra en la consciencia (ver mi artculo The
War on Consciousness" La Guerra en la Consciencia"), que no es otra cosa que una guerra
sobre la propia imaginacin. Una imaginacin debilitada fundamentalmente flaquea a la
humanidad, convirtindola en presa fcil de ser manipulada por una elite depredadora.
Siendo que el fenmeno de la guerra parece autnomo, me encuentro a m mismo
imaginando: y si viramos la guerra como sise tratara de una entidad viva que s que tiene
vida y voluntad propia? En la guerra, es como si una trans-humana / antihumana
monstruosidad se hubiera insinuado en la escena humana a lo largo de mltiples
generaciones. Esta entidad del belicismo es una energa diablica impersonal que por toda la
evidencia parece haber posedo a nuestra especie para hacer su voluntad, convirtindonos a
todos nosotros en sus "representantes." Nuestra precipitacin hacia la guerra es una marcha
del disparate, mientras inconscientemente damos pasos-de-oca en la rueda del interminable
sufrimiento del samsara que nosotros mismos estamos creando. Como si en la agona de una
adiccin, estuviramos aparentemente atrapados en el agarre de la mano de hierro de la
bestia de la guerra, a ciegas obligados a convertirnos en instrumentos de proliferacin de la
guerra. La criatura de la guerra se alimenta en y de la parte animal retrocedida de nosotros
http://www.awakeninthedream.com/wordpress/the-war-on-consciousness/http://www.awakeninthedream.com/wordpress/the-war-on-consciousness/http://www.awakeninthedream.com/wordpress/the-war-on-consciousness/http://www.awakeninthedream.com/wordpress/the-war-on-consciousness/http://www.awakeninthedream.com/wordpress/the-war-on-consciousness/http://www.awakeninthedream.com/wordpress/the-war-on-consciousness/ -
7/27/2019 Embaucados Por La Bestia de La Guerra
4/8
4
mismos, como si nos devolviera al estado de consciencia del dinosaurio de cerebro de
guisante. Las epidemias psquicas como la guerra slo pueden tener lugar cuando hay una
reduccin colectiva del estado de consciencia, un descenso del nivel mental. Precipitados en la
niebla de la guerra, nos volvemos como zombis, sonmbulos en un sueo, turones dirigindose
hacia el mar.
En nuestra persistencia interminable y monomanaca por errar, sufriendo de una incapacidad
inacabable de aprender de nuestros errores, ciertamente parece como si una entidad
demonaca estuviera tirando de las cuerdas de nuestra psique para influenciarnos a actuar en
formas que estn empeadas en nuestra autodestruccin. Para citar al eminente telogo y
activista de la Verdad por el 9/11 David Ray Griffin; "Parece que estamos posedos por una
fuerza demonaca que nos est llevando, a modo de trance, hacia la autodestruccin.".
Nuestra batalla parece menos contra la "carne y hueso" que contra algunas demoniacas
potestades y principados, "contra huestes espirituales de maldad en lugares altos" (Efesios
6:12) de las que la civilizacin humana est cautiva.
Me imagino a esta entidad dimensional malvola, superior (e inferior) trabajando febrilmentedetrs entre bastidores, que operan manipuladoramente a travs de nuestros puntos ciegos
inconscientes, fomentando nuestras proyecciones de sombras, inspirando nuestros avances
tecnolgicos para crear mquinas de matar cada vez ms eficientes e impersonales mientras
abanica las llamas de nuestro miedo, la codicia y la sed de sangre con el fin de incitar nuestra
fiebre de la guerra. Y mientras nosotros libramos la guerra sobre el otro, esta entidad belicosa
se engulle en el smorgasborddel sufrimiento y destruccin de nuestra creacin propia, o al
menos eso imagino.
Esta entidad oscura, a lo que Jung se refiere como "el Dios oscuro," ha colocado implementos
de destruccin masiva, antes inimaginables, en nuestras manos, programados para dispararse
al empuje de un interruptor, para que nosotros, destruyamos a la propia biosfera en ltima
instancia, el soporte del sistema vital del planeta. Como si se realizara una misa "negra"
sagrada, el incremento de un cach cada vez mayor de armas de alta tecnologa es el ritual
preparatorio para convocar a su uso inevitable en una catstrofe que nosotros, como en un
auto-trance, de maestros magos engaados, estamos conjuntamente conjurando. Para citar a
Jung: "Dejar al hombre acumular suficientes maquinas de destruccin y el demonio dentro de
l pronto ser incapaz de resistirse a ponerlas a su uso condenado. Es bien sabido que las
armas de fuego se disparan por s solas si se juntan las suficientes." Sin embargo, no es
demasiado tarde para arrojar luz sobre este "diablo interior" y cambiar el rumbo alejado del
desastre inminente que nosotros mismos estamos invocando.
Slo algo realmente vivo tiene la capacidad de destruirse a s mismo. Est claro que estamos
en el proceso de nuestra propia destruccin como especie (vase Fukushima y la posterior
urgencia en construir ms reactores nucleares, como otro ejemplo ms). Como realizando un
tipo de ritual de eco-suicido en masa de una especie, estuviramos participando, lo sepamos o
no, en un acto anti-sagrado csmico que no dejar a nadie alrededor para experimentar el
resultado final. Nuestra cientfica, magia tecnolgica ha superado nuestros sueos ms
salvajes. La cuestin es: si nuestras cualidades emocionales, espirituales y morales seguirn
rezagndose, y as condenarnos a un futuro mrbido de nuestra propia cosecha?
Una forma til de enmarcar nuestra situacin es la siguiente: estamos destruyndonos a
nosotros mismos como la manera de aprender a no destruirnos a nosotros mismos, que
claramente an no hemos aprendido, o no estaramos destruyndonos a nosotros mismos.
Implcita en esta lgica es que hay una leccin codificada en la representacin de nuestra
locura que no podramos aprender de otra manera. Si no reconocemos lo que nos est siendo
-
7/27/2019 Embaucados Por La Bestia de La Guerra
5/8
5
revelado, como si tuviramos un sueo recurrente - una pesadilla - simplemente vamos a
continuar por el camino de la auto-destruccin, hasta llegar al punto de no retorno y,
finalmente, cruzar ese Rubicn. Por otro lado, si reconocemos lo que se nos revela a travs de
la actuacin de nuestra locura, podemos chasquearnos fuera de nuestro hechizo hipntico
auto-inducido y optar por dejar de matarnos a nosotros mismos - Que idea tan radical!
Entonces podremos invertir nuestra creatividad y recursos en la construccin del mundo en elque queremos vivir, o as me lo imagino. Es importante tener en cuenta que esto est dentro
del reino de lo posible, y como tal, requiere la participacin de nuestra imaginacin para subir
a bordo.
Visto como clulas de un organismo mayor, es como si nuestra especie estuviera sufriendo de
una enfermedad auto-inmune de la psique, al haber resultado infectados con un tipo de
cncer de la mente que nos ha vuelto en contra de s para que literalmente estemos atacando
y destruyndonos a nosotros mismos. Ehrenreich contina: "Si la guerra es anloga a una
enfermedad, entonces, es anloga a una enfermedad contagiosa...Por lo tanto, continuando
con la metfora epidemiolgica, si la guerra es considerada como una enfermedad infecciosa,
est causada por una especie de microbio particularmente resistenteuno capaz deenquistamiento en s durante generaciones, si fuera necesario, dentro del alma humana."
Curiosamente, wetiko es una enfermedad del alma - "una especie de microbio particularmente
resistente"-- que es contagioso, viajando a travs del vector de nuestro inconsciente comn.
Ehrenreich se aproxima al fenmeno de la guerra de manera imaginativa - previndola como
una enfermedad infecciosa contagiosa, un microbio invisible que se replica a s mismo a travs
de mltiples generaciones. Su enfoque es contagioso por derecho propio, ya que sus
meditaciones imaginativas pueden activar, inspirar y movilizar a nuestra propia imaginacin
creativa de inspiracin divina para volver a imaginar nuestra situacin de forma novedosa y
creativamente con empoderamiento. Para elaborar sus imaginaciones, es como si un
incorpreo e inmaterial micro-parsito - un virus de la mente llamado wetiko se hubiera
metido dentro de nuestro cerebro de tal manera que nos compele a actuar a cabo su agenda
infame en el mundo exterior. Al igual que un sueo donde el interior es el exterior, lo que se
est escenificando en el mundo se refleja sincrnicamente, algo que tiene lugar dentro de
nosotros. Algo se nos muestra en el proceso que es muy importante para nosotros el saber y
entender.
La guerra es un ritual de despoblacin y reduccin de prosperidad, un parsito de la vida y la
cultura humana, nos drena de tantas cosas como se puedan imaginar - incluyendo la vida
misma. Al igual que un parsito, la guerra mata a una proporcin significativa de la multitud de
la poblacin, y luego, en los huecos resultantes entre guerras, la inmunidad al parsito parece
ser conferida, por desgracia, los espacios entre guerras han desaparecido. Ahora nos
encontramos en una guerra sin fin, una lucha a vida o muerte con una entidad aparentemente
malvola - wetiko siendo uno de sus muchos nombres -- que nosotros mismos hemos
conjurado. En ltima instancia hablando, estamos luchando con una parte oscura de nosotros
mismos con el que al parecer hemos perdido nuestra capacidad de estar en una relacin
consciente.
Visto como una entidad autnoma, la guerra es un patrn auto-replicante de la conducta,
posedo de un dinamismo no muy diferente al que se encuentra tanto en los seres vivos, as
como dentro de la propia mente humana. "Los patrones auto-replicantes de
comportamiento" es la forma en que Jung describe los arquetipos del inconsciente colectivo.
Campos informativos de influencia, los arquetipos del inconsciente colectivo son las mismas
agencias que modelan la percepcin humana y dan forma y figura, tanto al comportamiento
individual como colectivo de la humanidad. La guerra es una fuerza arquetpica viva que existe
dentro de la psique de la humanidad; la psicosis colectiva como la guerra siempre est
-
7/27/2019 Embaucados Por La Bestia de La Guerra
6/8
6
animada por un arquetipo constelado, a menudo informado por energas religiosas ms
profundas. Una fuerza csmica impulsada, una vez que el arquetipo de la guerra se activa en
la psique colectiva, como todos los arquetipos, potencialmente nos alista en su campo de
fuerza gravitacional. Si permanecemos inconscientes a los elementos arquetpicos que nos
conducen, sin embargo, no vamos a ser capaces de escapar de la succin destructiva hacia su
sumidero, en cuyo momento estaramos totalmente en las garras del arquetipo, obligadoscomo un autmata a representar su guin. Todos los arquetipos son bipolares, es decir, que
tienen un aspecto potencialmente negativo o positivo. Si tomamos conciencia de la dimensin
arquetpica que se est reproduciendo, sin embargo, podemos mediar, humanizar y canalizar
su enorme energa de manera constructiva en vez de destructiva.
Esta dinmica arquetpica que se perpeta a s misma es similar a un virus auto-replicante de
una computadora o malware que infecta a la computadora y programas para la
autodestruccin. Al igual que el arquetipo de la guerra, estos virus no tienen sustancia
material subyacente en absoluto, sino ms bien, son "programas" diseados para
reproducirse.
Nuestros lderes son en s mismos slo instrumentos involuntarios - chivos expiatorios -
simplemente interpretando guiones a travs del cual sta programacin infernal puede
encarnarse. Mirando por lo que ellos conciben como sus propios intereses, muchos de ellos
tienen poco o ningn conocimiento del poder de la ms oscura, energa demonaca que los ha
agarrado y les compele a encarnarla en nuestro mundo a travs de su agencia. Estados Unidos
y sus fuerzas armadas, por ejemplo, estn siendo utilizados como un instrumento de guerra
para remodelar el paisaje geopoltico con el fin de servir a los intereses de una pequea pero
poderosa cbala oscura mundial que ha tomado el control de una parte significativa del
gobierno de EE.UU. Al estar en el bolsillo de la cbala, nuestros lderes son sus portavoces.
Como iteraciones entre anidadas de un fractal, la cbala es en s misma slo un intermediario,
un pen haciendo la licitacin del arquetipo subyacente sin forma. Una vez que reconozcamos
conscientemente el patrn arquetpico ms profundo que est in-formando los
acontecimientos del mundo, en lugar de vernos compelidos a volver a crear
inconscientemente versiones cada vez mas amplificadas del arquetipo en su forma destructiva,
nuestra expansin de la consciencia nos empodera para canalizar el arquetipo en su forma
ms afirmante de vida. Imagnese eso!
Al igual que una fuerza trans-personal puede, literalmente, tomar el control y poseer a una
persona y convertirles en su instrumento de encarnacin - y revelacin - este mismo proceso
puede ocurrir a escala colectiva tambin; un grupo de personas, naciones o una especie entera
puede llegar a ser capturada por una energa arquetpica ms potente que los compele a
inconscientemente, y por lo tanto destructivamente, escenificarlo en el mundo. En eventos
colectivos, tales como las guerras, estamos viendo a travs de un espejo el alma del mundo de
la humanidad, mientras se escenifica el escenario global. Al igual que un proceso sucediendo
dentro del inconsciente de una persona va a obligarlos a actuarlo en su vida, en la actividad de
la guerra, un proceso que est ocurriendo dentro de la psique colectiva de la humanidad - que
es decir en cada uno de nosotros en su propia manera nica est siendo soado en masa
para su materializacin en el mundo.
La guerra es una inflamacin, un brote en el cuerpo poltico del mundo que refleja una
enfermedad ms sistmica subyacente en la psique de la humanidad. Jung simplemente dice:
"Es la psique del hombre la que hace las guerras." Oculto dentro de la psique hay un poder
increble que, como demuestra la historia, puede transformar civilizaciones enteras de manera
imprevista. El futuro ser decidido por los cambios que tienen lugar en la psique de la
humanidad, que es verdaderamente el pivote del mundo.
-
7/27/2019 Embaucados Por La Bestia de La Guerra
7/8
7
Curiosamente, el libro del Apocalipsis habla de una "guerra en el cielo." La Biblia en s misma
puede ser vista como una auto-revelacin de la propia psique. Desde este punto de vista, los
acontecimientos descritos en la Biblia son expresiones del alma, que apuntan a las realidades
trascendentales. La "guerra en el cielo" representa simblicamente un dinamismo vivo que
est teniendo lugar en el inconsciente colectivo de la humanidad. Si, en efecto, "el reino de los
cielos est dentro de nosotros," por lo tanto, tambin, est la "guerra en el cielo." Cuando nosomos capaces de contener el "guerrear" dentro de nuestro propio ser, el conflicto de los
opuestos se derrama en el mundo exterior, donde se escenifica en el teatro del mundo por
medio de la proyeccin. Cuando a Jung se le pregunt si se podra evitar la tercera guerra
mundial, respondi que dependa de cuntas personas podran conciliar los opuestos dentro
de s mismos.
El espectro del estallido de la guerra en el cuerpo poltico mayor persigue al inconsciente
colectivo de toda la humanidad. En los tiempos modernos, la psicoptica guerra global contra
el terror est en todas partes y afecta a todo el mundo; es universalmente traumatizante y
daina para el alma de la humanidad. La guerra no es un fenmeno que slo ocurre al otro
lado del mundo (en Irak o Afganistn, por ejemplo), sino que la guerra es algo que tiene lugardentro de nuestra alma. Como un demonio, la plaga de la guerra puede invadir el mundo
interior de la humanidad e inspirar a transgredir los lmites humanos, llevndonos a excesos de
brutalidad inconcebibles. Incluso si nuestra actual guerra est teniendo lugar a miles de
kilmetros de distancia, slo por su mera ocurrencia, el acto de la guerra crea un "campo
disociativo" de trauma que nos afecta a todos y nos obliga a todos a (mal)adaptarse. La
disociacin fcilmente puede atrincherarse en una poblacin entera, desconectndonos el uno
del otro, as como amortiguar nuestros corazones, mientras fragmenta el paisaje interior de
nuestras mentes. La guerra deshumaniza a todos, ya que nos obliga no slo a deshumanizar al
enemigo, sino a anestesiar y deshumanizarnos a nosotros mismos tambin. Una parte
intrnseca del campo disociativo es una fuerza que se opone y resiste activamente a nuestra
visin de ver las implicaciones ms profundas de lo que estamos hacindonos a nosotros
mismos. La disociacin compartida colectivamente, entumecimiento, la negacin y el
autoengao se perpetan, ya que el campo disociativo debe, por necesidad, mantenerse
continuamente para que no nos despertamos a la iniciativa genocida en la que todos estamos
participando. En la medida en que estamos alimentando este campo disociativo a travs de
nuestra propia disociacin desde y dentro de nosotros mismos, todos nos hemos convertido
en ambos vctimas y victimarios de la guerra, cmplices de su proliferacin. Aunque parezca lo
contrario, en ltima instancia, en la guerra no hay ganadores.
Las atrocidades en las que nuestro gobierno est involucrado y nosotros, por delegacin,
somos cmplices de - son tan horribles que tienen que ser internamente negadas. Esto crea
una disonancia cognitiva en nuestras mentes de modo que nuestra capacidad para responder
de forma creativa y responsable est desactivada. Muchos de nosotros simplemente
resistimos la verdad de lo que est sucediendo en nuestro mundo, nuestro apartar la mirada
refuerza nuestra "necesidad de no saber," que a su vez alimenta an ms nuestra disociacin
en un circuito de retroalimentacin diablica de nuestra propia creacin. Cmplices de nuestra
propia auto-hipnosis, nuestros ojos se vuelven ciegos morales en el proceso. Curiosamente, la
entidad de creacin propia de wetiko es una forma de ceguera que no slo cree ser avistado,
sino que arrogantemente se imagina a s mismo con ms visin de futuro que nadie. Somos
una especie que se ha dormido, pero imagina que estamos despiertos.
Una cultura entera puede preferir la ceguera; Amrica, basada en la evidencia abrumadora,
parece ser una nacin que se ha vuelto invidente. El poeta Teodoro Roethke escribi
famosamente: "En un tiempo oscuro, el ojo comienza a ver." Con suerte, como lo demuestra
el abrumador clamor popular en contra de atacar Siria, ms y ms de nosotros estamos viendo
-
7/27/2019 Embaucados Por La Bestia de La Guerra
8/8
8
a travs de nuestros polticos y el endeble hasta-el-punto-de-ser-mentiras-absurdas y
propaganda de guerra por parte de los principales medios de comunicacin -que pretenden
que debamos atacar a Siria sobre la base de pretextos humanitarios. Sera un verdadero caso
de "excepcionalsimo estadounidense" y exigiendo verdadero coraje para despertar
bruscamente fuera de nuestra disociacin y tratar con el impacto de mltiples realizaciones: la
mentira que hemos estado viviendo, el mal del que hemos sido cmplices, y la realidad quehemos estado evitando.
Jung escribe: "Estamos amenazados con genocidio universal, si no podemos resolver la manera
de salvacin por muerte simblica."Sacudindonos de nuestra disociacin y ver a travs de
nuestras ilusiones es ser "des-ilusionado," que es una verdaderamente demoledora
experiencia, y es una muerte simblica del ser que se cas con la ilusin. Esto es el darse
cuenta de cmo hemos estado en colusin a nuestra propia muerte, que nos chasquea del
trance del hechizo de ser una vctima indefensa y nos conecta con nuestro verdadero poder y
responsabilidad. Adems, en lugar de crear el genocidio universal que implica la muerte de
nuestros cuerpos, una muerte simblica implica la muerte de la imaginacin que somos slo
un cuerpo. En otras palabras, la "muerte simblica," a la que Jung se refera implica ver atravs de la ilusin primordial - nuestro sentido del ego - de ser una entidad aislada separada
de otras entidades aisladas. Esto implica reconocer - como si pasando por un renacimiento -
que somos partes interdependientes de un organismo mayor que todos compartimos llamado
vida. Cuando nos damos cuenta de esto se hace inconcebible - imposible imaginar - que
iramos a hacer la guerra unos contra otros.
El hecho de que durante toda nuestra vida no ha habido un momento libre de un grupo
hacindole la guerra a otro hace que la guerra parezca normalizada, como si fuera un -as son
las cosas-, parte de ser humano. Esta forma de pensamiento es una mentira, inspirada y
alimentada por la misma energa que anima la propia guerra. Si aceptamos nuestros
sentimientos de impotencia y creemos que no podemos hacer nada acerca de la guerra, somos
entonces sus cmplices involuntarios. En realidad somos magos, poderosos sin medida,
habiendo abusado inconscientemente de nuestro propio poder de hechizarnos a nosotros
mismos, despus de haber cado bajo una maldicin de nuestra propia creacin. Nuestra tarea
es romper y salir de nuestro auto-inducido hechizo. Sosteniendo esta posibilidad en mente,
Jung se pregunta si "la humanidad...puede aun evolucionar otro ideal. Con el tiempo, incluso la
conquista dejar de ser el sueo." Lo que va a pasar, me encuentro a m mismo imaginando, a
medida que ms y ms de nosotros, no slo los ciudadanos de a pie - sino efectivamente los
soldados en nuestras guerras ilegales de agresin, as como los jefes militares, generales,
senadores, presidentes y primeros ministros, jefes de corporaciones despierten a cmo
hemos sido engatusados, embaucados- timados - por el genio creativo de nuestra mente para
ver la guerra como un medio legtimo de operar en el mundo. Ah, y entonces qu?