Economia Espacial

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Transcript of Economia Espacial

Disefio cubierta: Nacho Soriano

Titulo original: The Spnrinl Economy

O 1999: Massachusetts Institute of Technology

Traduccidn de AURORA ALCARAZ GUIJARRO

1 ."dici6n: septiembre 2000

Derechos exclusives de edici6n en espafiol reservados para todo el mundo y propiedad de la traduccion: O 2000: Editorial Ariel, S. A. Provenqa, 260 - 08008 Barcelona

ISBN: 84-344-2160-7

Deposit0 legal: B.36.024 - 2000

Impreso en Espafia

Ninguna pane de esta publication, incluido el diseiio de la cubierta, puede ser reproducida, alrnacenada o transmitida en manera alguna ni por ningdn medio, ya sea eltctrico, quimico, mecanico, 6ptic0, de grabaci6n o de fotocopia. sin pemiso previo del editor.

'A la vuelta de la esquina de la opera Nacional de Inglaterra se encuentra St. Martin's Court, una calle pequefia ocupada principalmente por vendedores de libros y grabados antiguos. La localizacion de estas tiendas parece adecua- da, aunque, indudablemente, cualquier otra localizacion tambiCn cumpliria 10s mismos fines. Entonces, lpor qut han elegido 10s duefios de estas tiendas esta ubicacion? Simplemente para estar proximos unos a otros. Sin duda al- guna, debe haber alguna historia interesante que explique c6mo naci6 ese

3 grupo de librerias y de tiendas de grabados, per0 el hecho de que a6n sigue

r \p \J. alli se debe a una especie de bgica circular: a saber, 10s clientes potenciales

-a * v van a St. Martin's Court porque alli esperan encontrar una variedad de esta- blecimientos en donde ver y hojear libros y grabados; y las tiendas estAn en

1 u ese lugar porque saben que es el sitio idoneo de clientes potenciales.

C I

El fenomeno que ilustra St. Martin's Court a pequefia escala se encuentra

Q~ < en todas las economias. La aglomeracion -la concentracion de la actividad economica. originada y sostenida por una especie de loglca circular- tiene

\ p' lugar a muchos niveles, desde 10s distritos comerciales que proveen a las zo- nas residenciales de las ciudades hasta las regiones economicas especializa:

-t A c o m o el Silicon Valley (o la City de Londres) que abastecen a1 mercado .mundial en su totalidad. La distribucion de la pob%ci6n y de las actividades porTodo el paisaje es rzdicalmente desigual, ya que en 10s paises desarrolla- dos la mayor parte de la poblacion vive en grandes areas metropolitanas, cu- yas metropolis se encuentran, a su vez, concentradas en regiones, como por ejemplo, el corredor Boston-Washington. No obstante, aunque la aglomera- cion es a todas luces una fuerza poderosa, no llega a serlo del todo. Asi, por ejemplo, Londres es una gran urbe, per0 la mayoria de 10s britanicos vive en otros lugares, en un sistema de ciudades de hnciones y tamaiios muy dis- tintos.

Dicho de otra forma: no deberia resultar dificil convencer a 10s econo- mistas de que la geografia economics, a saber, el estudio del lugar en donde se celebra la acticidad economica y de las razones de por quC esta tiene lugar :n un determinado punto geo~raf'ico, _es una cuestion de interts e importan- -

cia- Con todo, hasta hace pocos afios la corriente dominante de la economia apenas habia prestado atencion a la geografia economica, e incluso en nues- tros dias 10s manuales introductorios de economia describen, a1 parecer, una economia inexplicablemente incorporea, sin ciudades ni regiones. (De hecho, la mayoria de estos textos no hace ninguna nlencion expresa a cuestiones ta- les como las causas de la urbanization, o a1 papel que desempefia la localiza- cion en las decisiones economicas.)

Sin embargo, en 10s ultimos afios ha aumentado de forma espectaculai- la investigacion en geografia economica, la cual estudia, como hemos dicho an; tes, el lugar en d&de se produce la actividad econornica asi como sus causas. Las preocupaciones del mundo real han sido, hasta cierto punto, el motor que ha impulsado el mencionado interes. Este campo de investigacion ha experi- mentado un gran avance, debido sobre todo a 10s planes de unification del mercado europeo y a 10s intentos de comprension del hncionamiento de esta prohnda integration, comparando la economia internacional dentro de ELI- ropa con la economia interregional dentro de Estados Unidos. A pesar de lo dicho, la geografia econ6mica siempre ha tenido su importancia, y si 10s eco- nornistas no le han prestado la atenci6n debida no ha sido por falta de inte- )J res, sin0 a1 hecho de que la han considerado inabordable. Tal cambio de acti- tud a la hora de estudiar la geografia economica se debe a la sensacion de que las nuevas herramientas --en concreto, 10s artificios o tmcos utilizados en la

'

modelizaci6n que se han generado para analizar la organizacion industrial, el comercio internacional y el crecimiento econ6mico- han eliminado muchas barreras tecnicas serias y han transformado lo que anteriormente era un te- rreno inhospito en un campo fertil para 10s teoricos.

El problema principal de la teorizacion en geografia economica ha sido que cualquier relato aceptable sobre el desarrollo regional y urbano ha gira- do siempre en torno a1 papel desempeiiado por 10s rendimientos crecientes. IVY Si vivikramos realmente en un mundo de rendimientos crecientes, como aun sostiene una buena parte de la teoria economica, seria dificil comprender por quC a la economia no se la caracteriza como un ((capitalismo de la huerta de casa)), en el que cada hogar o pequefio grupo produce la mayoria de 10s pro- ductos que consume. No obstante, habria que admitir la existencia de algunas desigualdades en la densidad de poblacion, asi como algrin tip0 de comercio entre las localizaciones como consecuencia de 10s diferentes entornos natura- les, ya que no toda la tierra es igual de fkrtil y las diferencias en el suelo, el clima y 10s recursos impiden que cada localidad produzca todos 10s bienes posib'fes incluso con beneficios constantes. Con todo, la espectacular desi- gualdad espacial de la economia real (a saber, las diferencias entre cinturones

-&iados y clnturones agrarios escasamente habita- dos, asi como las existentes entre ciudades superpobladas y zonas rurales de-

cs~rticas, y la concentraci6n espectacular de industrias especializadas, como l a s de 10s Silicon Valley y 10s Hollywood) no se debe con toda seguridad a di-

Ferencias inherentes entre localizaciones, sin0 a un coniunto de procesos acu- mulativos que Forzosamente producen alglin tipo de rendimientos crecientes mediante 10s cuales la concentration geogrAfica puede servir de autorreforza-

* miento. 7

Desgraciadamente, 10s rendimientos crecientes siempre han planteado di- ficultades a 10s tedricos de la economia, ya que, salvo en circunstancias muy especiales, llevan a una ruptura de la competencia perfecta y, a pesar de que este problema se pueda resolver con elegancia, pueden plantear problemas en cuanto a la existencia y singularidad de 10s equilibrios. Sin embargo, para el teorico empefiado en avanzar en la comprension de la localizaci6n de la acti- vidad economica, las dificultades de este tip0 no han sido insalvables; por ejemplo, a1 igual que hace gran parte de la economia urbana, se puede acep- tar, sin mas, la existencia de las ciudades (o de sus centricos distritos comer- ciales) como algo dado, y analizar, a la vez, las consecuencias para 10s alqui- leres del suelo y el uso del suelo, como ha hecho el modelo de von Thiinen, el cual ha dado lugar a una bibliografia rica y abundante. 0, por el contrario, se pueden representar 10s rendimientos crecientes por medio de una especie de caja negra, a mod0 de externalidades de produccion localizadas, como han hecho algunos teoricos de 10s sistemas urbanos, sobre todo Henderson (1974, 1980, 1988), antes citado. Dicho enfoque elude algunas cuestiones importan- tes, aunque abre las puei-tas a un analisis eficaz y profundo de muchas otras. Sin embargo, hasta hace pocos aiios estos esfuerzos quedaron en un segundo plano respecto de la mayor parte de la teoria economica.

A pesar de todo, en 10s ultimos aiios ha surgido una ccnueva geografia eco- nomican, la cuarta ola de la revolucidn de 10s rendimientos crecientes en economia. La revoluci6n comenz6 en 10s afios setenta en el campo de la or- ganizaci6n industrial, cuando 10s te6ricos empezaron por primera vez a cons- truir modelos de competencia manejables en presencia de rendimientos cre- cientes; en concreto, Dixit y Stiglitz (1977) perfeccionaron el concept0 de competencia monopolistica de Chamberlin que, aunque admitamos que es un proyecto muy concreto, se ha convertido en el punto de arranque de la mode- lizaci6n tedrica de muchos campos. A comienzos de 10s aiios setenta, un gru- po de te6ricos aplic6 las herramientas analiticas de la nueva teoria de la or- ganizacion industrial al comercio intemacional, herramientas que heron aplicadas afios mas tarde a1 cambio tecnol6gico y a1 crecimiento economico. Evidentemente, en todos 10s casos no fue suficiente la simple aplicacion me- canica del modelo de Dixit-Stiglitz al tema que era objeto de estudio. Para ello, hub0 que desarrollar conceptos nuevos, y en un primer momento proli- Feraron modelos y enfoques aparentemente inconsistentes, en 10s que cada autor daba la impresidn de estar inventando su propio lenguaje y sistema de notaci6n. No obstante, con el tiempo qued6 patente que en todos 10s casos se habia generado un conjunto de intuiciones basicas muy utiles. De hecho, si volvemos la vista atras, nos complacera comprobar el alto grado de integra- ci6n y de refinamiento clasico que han alcanzado tanto la teoria del ccnuevo comercio)) como la del ccnuevo crecimiento,).

En este sentido, tenemos la impresi6n de que la situaci6n actual de la ((nueva geografia econ6mica)) es similar a la de la nueva teoria comercial de- sarrollada en tomo a 1984, o a la nueva teoria del crecimiento de 1990. En otras palabras, el crecimiento de teorizacion ha sido tan espectacular y esti- mulante desde el principio que 10s mismos arboles nos impiden ver el bosque Y, sin embargo, si lo buscamos, encontraremos un punto com6n en muchos

de 10s andisis, si no en todos. En nuestra opinion, la integracion de la teona del nuevo comercio con la del nuevo crecirniento se vio muy beneficiada por la oportuna aparici6n de monografias destinadas a sintetizar cada uno de 10s campos en un todo coherente. Entre Cstas, no se pueden obviar Market Struc- ture and Foreign Trade (1985) de Helpman y Krugman, ni Innovation and Growth i n the World Econonzy (1991) de Grossman y Helpman. Ni que decir tiene que este libro intenta hacer algo similar con la nueva economia geogra- fica.

En 10s apartados siguientes describiremos lo que consideramos 10s temas, 10s mCtodos y 10s puntos unificadores de este nuevo campo, y abordaremos la estructura del libro.

1 2. Vinculaciones y causalidad circular

_En nuestra opinion, la cuestion que define a la geografia econ6mica es la e a activldad

?r neces* y ci i eCoRomica, a saber, la distincion entre 10s cinturones industriales y 10s cintu- ' -apricolas, la existencia de las ciudades, y el papel de 10s niicleos indus- -

- ~ n un sentido amplio, todas estas concentraciones nacen y sobreviveri debido 2 alguna forma de econornia de aglomeracion, en la que la misma con- centracidn espacial crea a i e n t e econ6mico favorable para el sosteni-

c- - -to de concentraciones adicionales o continuadas. Para algunos de nues- . - . . . .

tros lines, como 10s de las publicaciones sobre sisternas urbanos que aborda- remos en el capitulo 1, quiza baste plantear la existencia de tales economias de aglomeracion. Sin embargo, la idea central de las publicaciones que estu- dian la nueva geografia ha sido introducirse en esa caja negra en concreto y obtener el caracter de autorreforzamiento de la concentraci6n espacial, par- tiendo de consideraciones mas fundamentales. El hecho de presuponer la existencia de econornias de aglorneraci6n no irnplica que Cstas Sean validas, como puso de rnanifiesto cierto fisico con gran sarcasmo: aDe - modo que lo U,

i que nos estan diciendo es que l~anlomeraciones se forman debido a las eco- ,* F 1 1 nomias de aglomeraci6n.,, La cuestion principal es que si aplicamos la mode- *' 7 - -- ". I 'I;>ecientes a la concentraci6n es-

3 y el rnornento en que estos- -

/I pat-os aprender aigo sobre la form;

li )rendimientos pueaen cambiar y, consecuentem~ . . :nte, explorar c6mo se rnoditi-

I Zca el cornportamiento de la economia de acuerdo con ellos. , I! iC6m0 habria que modelizar 10s rendimientos de acuerdo con la concen-

tracion espacial? Hace mas de un siglo, Alfred Marshall propuso una triple 1 &/uV 1, clasificaci6n (1920, p. 271). Expresado con terrninolo~ir

- - - - 3 actual, defendi6 que

las zonas industriales surge; debido a la difusion espontanea de ios conocr- 9 mientos (((10s misterios del comercio dejan de ser misteriosos aunque, por de- I1 0 I

Ili cirlo de a l ~ i i n modo, estan en el sire,), a las ventajas que p r e s s a n 10s me< . -

cados de gran consumo para las tCcnicas especializadas, y a las vinculaciones LJLV - I Gerticales (backward and forward linkages) inherentes a 10s grandes mercados . \ ')p"

.< \& c o ,-- Jocales. Aunque las tres fuerzas descritas por Marshall operan de forma ine- quivoca en el mundo real, 10s modelos de la nueva geografia, por lo general, _\J. $i*r

han restado importancia a las dos primeras, fundamentalmente porque si- guen siendo dificiles de modelizar de una forma explicita. En su lugar, se han centrado en el papel que desempefian las vinculaciones.

No resulta dificil-contar la historia de las vinculaciones si estamos dis- puestos a pasar por alto muchos detalles. Los productores. s e~ i in la historia, prefieren aquellas localizaciones que tengan un buen act=

L g r a > i e S m ~ O S y a y -60 sus trabajadores. No obstante, un lugar que por cualquier raz6n ya

cuente con una conceAraci6n de productores, tiende a ofrecer un mercado mayor (debido a la demanda que generan 10s productores y sus trabajadores) y un buen suministro de factores de pi-oduccion y bienes de consumo (fabri- cados por 10s productores alli existentes). Estas dos ventajas se corresponden precisamente con las vinculaciones regresivas (backward linkages) y progresi- vas (forward linkages) de la teoi-ia del desarrollo. Estas vinculaciones son la causa de que las concentraciones espaciales de produccion tiendan a persistir una vez que se hayan establecido, y tambien de que se amplien, con el paso del tiempo, las pequefias diferencias de tamafio economico inicial que pudie- ran haber habido entre dos localizaciones ecluivalentes en todo lo demas.

Durante muchos afios la concentracion espacial basada en las vinculacio- nes plasmadas, en mayor o menor medida, en esta historia ha sido uno de 10s temas familiares de 10s cientificos regionales. En el capitulo 2 nos referiremos en concreto a dos de estas historias: por una parte, la ampliacion dinamica del enfoque del_multiplicador base idektificado-en gran medida con 10s traba- jos de Pred (1966) y, por otr:, a1 concept0 muy utilizado de potencial de mer- cado, vinculado a autores tales como Harris (1954). Y asu8miendo que, para - nuestra propia estrategia, estamos dispuestos a ser un tanto imprecisos en lo que a detalles se refiere, vamos a saltar directamente desde estas historias a modelos heuristicos que sean utiles tanto para analisis rapidos, aunque sean algo dihsos, de las cuestiones del mundo real, como para guias orientadoras de 10s resultados de una modelizaci6n mas detallada. En nuestra o~in ion , esta modelizacion poco trabada no ha sido apreciada en toda su extension, por lo que intentaremos que se le haga la debida justicia.

Con todo, el viejo tema de debate sobre las vinculaciones y la economia geografica no aborda ciertas cuestiones que son cruciales cuando deseamos ir - - mas all& de las simples historias, entre las que destaca la naturaleza de la com~etencia. Las historias sobre vinculaciones iinicamente funcionan si hav rendimientos7recientes respecto de la producci6n a nivel de empresa; de lo-

-contrario, cada empresa individual no podria concentrar la producci6n e q donde el mercado fuera mas amplio, sino que crearia mas bien unas instala-

'ciones separadas a fin de abastecer a cada uno de 10s mercados. No obstante, si se producen rendimientos crecientes, la competencia ha de ser irnperfecta, per0 entonces jc6m0 competirian y fijarian sus precios las empresas? Los mo- delos sirnilares a la historia del multiplicador base tambiCn son imprecisos en lo que a las restricciones presupuestarias se refiere, ya que no esta claro de - - d&de viene el dinero y a-dbnde va. Y en las historias en las que 10s ostes + detraPSporte juegan un papel fundamental, como pasa en las historias de las vinculaciones (razbn por la cual la localization tiene una gran importancia),

lo que nos debe preocupar es el mod0 en que 10s recursos invertidos en el transporte encajan en el marco general.

La clave que ha facilitado el uso de la tecnologia en la nueva geografia economica ha sido la formulaci6n de un enfoque basico que aborde estos pro- blemas de un mod0 coherente, aunque pueda ser' algo artificial en ocasiones, y tambiCn la adopcion de una perspectiva que permita a 10s te6ricos buscar atajos para 10s problemas de analisis que a primera vista pudieran parecer complejos e inabordables.

i 3. Trucos de modelizacion: Dixit-Stiglitz, 10s icebergs, la evoluci6n y el ordenador

Creemos que el que 10s economistas se hayan mostrado tradicionalmente reacios a plantear cuestiones relacionadas con la geografia economica se ha

f debido principalmente a la sensacion de que estas cuestiones eran tecnica- t mente inabordables. Por consiguiente, nos disculparemos, aunque so10 sea un 1 poco, de que nuestro analisis dependa totalmente de lo podriamos denominar 1 trucos de modelizacion, esto es, presunciones que reflejan no tanto una pers-

I pectiva realista del funcionamiento del mundo, como una estimation de como hacer que 10s problemas geograficos Sean manejables sin causar un gran dafio a la pertinencia de dicho analisis.

El truco primer0 y mas importante de nuestro analisis es una caracteris- tica que tambien comparten las publicaciones del nuevo comercio y del nue-

I I vo crecimiento, a saber, una fuerte dependencia del modelo de competencia monopolistica de Dixit-Stiglitz. Quien no este familiarizado con las exigencias de la modelizacion econdmica probablemente le parecera desproporcionada

/ / la fama que ha alcanzado este modelo, el cual asume que muchos articulos entran en demanda de forma perfectamente simetrica, aunque para 10s con-

I L sumidores se trate de productos distintos; igualmente este modelo asume que la funcion de utilidad individual adopta una forma concreta bastante impre-

I decible. Con todo, el modelo de Dixit-Stiglitz ha sido el nucleo de una serie L muy amplia de teorizaciones econ6micas del comercio intemacional, del cre-

cimiento economico y, en la actualidad, de la geografia economica. Aunque en ocasiones nos alejemos de este modelo, especialmente en nuestros analisis mas heuristicos, las ideas e intuiciones de Dixit-Stiglitz impregnan todo este libro.

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Somos conscientes de que todo lo anterior confiere un cierto toque de irrealidad a1 andisis, de forma tal que en ocasiones tenemos la impresion de que el libro podria titularse Juegos a 10s que se puede jugar con Ias funcio-

i nes ESC (elasticidad de sustrtucidn constante [en ingles: CES, constant-elasti- city of substitution]). A pesar de ello, creemos que las ventajas del modelo de Dixit-Stiglitz son muy convincentes para nuestros propositos. En lineas gene-

,I rales, este modelo nos ofrece el camino para que respetemos 10s efectos de 10s I rendimientos crecientes a nivel de empresa sin que nos quedemos empanta-

nados en ellos. Si asumimos que estos sectores economicos, sujetos a 10s ren- 1

dimientos crecientes, tambien cumplen las caracteristicas propias del modelo

de Dixit-Stiglitz, podemos garantizar que hemos representado la estructura del mercado con coherencia interna sin recurrir constantemente a una taso- nomia de modelos de oligopolio. Este modelo tambiCn se presta, de forma natural, a1 analisis de equilibrio general, en donde no existen cabos sueltos sobre la procedencia y el destino del dinero. Por encima de todo, dado que 10s mercados que se han basado en el modelo de Dixit-Stiglitz cuentan con un gran numero de empresas, normalmente representadas como un cold- nuum, podemos reconciliar dos objetivos aparentemente incompatibles entre si: el respeto por la naturaleza entera de las elecciones individuales que con- llevan rendimientos crecientes (cada product0 se produce habitualmente en una sola localizaci6n) y la representacion del agregado de dichas elecciones mediante variables continuas (como la tasa de produccion de una localiza- ci6n determinada). En definitiva, el modelo de Dixit-Stiglitz permite okecer la informacion sin que nos ((atragantemos,,, y sin por ello perder el rigor cientifico.

Incluso con Dixit-Stiglitz, la modelizacion de una economia de multiloca- lizaci6n requiere de unos supuestos complementarios caracteristicos de la nueva economia (en oposicion a las publicaciones del ccnuevo comercio)) o del ccnuevo crecimientoz), que aunque puedan parecer extraiios seran utiles. Una sirnplificacion fundamental es el supuesto de que 10s costes de transporte adoptan la forma de ((iceberg)) propuesta por Samuelson. De esta forma, en vez de modelizar por separado el sector del transporte, lo que hacemos es su- poner que una parte de una mercancia simplemente se funde o se evapora du- rante el transporte. Parece que se genera una sinergia extraordinaria entre el supuesto de 10s costes de transporte iceberg y el modelo de Dixit-Stiglitz, en tanto en cuanto su combinaci6n hace desaparecer -0 si me permiten la bro- ma, hace que se ccdemtann- muchas complicaciones tkcnicas potencialmen- te desastrosas.

Un alejamiento aun mayor respecto de la bibliografia y las publicaciones en torno a1 nuevo comercio y a1 nuevo crecimiento proviene de nuestra cons- tante utilizaci6n de una especie de dinamica evolutiva que dk sentido a lo que son basicamente modelos estaticos. Resulta muy dificil hablar de geografia econ6mica sin recurrir a un lenguaje que nos haga pensar en historias dina- micas. Cuando hablamos de un proceso acumulativo mediante el cual la con- c e n t r a c m d k e r z a a si misma, nos viene a la mente la ima~en cla-

'3ra- de una concentraci6n urbana o regional que va?umentani con el tiempo -&orma de bola de nieve. Sin embargo, esta cuestion que ya es bastante

compleja de p o r m o seria4ahn mas si insistiCramos en que 10s modelos de geografia econornica modelizan las empresas y 10s hogares de forma explicita como si tomaran decisiones intertemporales basadas en expectativas racio- nales. En este sentido, resulta muy tentador tomar un atajo, consistente en fonnulzr modelos estaticos en primer lugar, imponer a continuacidn una di- namica ad Izoc sobre estos modelos, asumiendo, por ejemplo, que 10s trabaja- dores unicamente emigran de forma gradual a aquellas localizaciones que ofrecen tasas de salarios reales mas elevados, y finalmente utilizar este su- puesto ad hoc para clasificar algunos equilibrios como estables y otros como inestables. Hemos cedido sistematicamente ante esta tentacion.

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4. Dos preguntas utiles I Podriarnos hacernos muchas preguntas en torno a la geografia economi-

ca; a lo largo de este libro tratamos un buen nurnero de cuestiones. A pesar de lo anterior, podernos hacer hincapie en 10s elernentos comunes de varios rno- delos si sorneternos a cada uno de ellos a una o dos preguntas relacionadas entre si, aunque no del todo identicas, corno las siguientes:

- ~Cucindo se puede decir que es sostenible la concentracidn espacial de una actividad econdmica? Y si hubiera un concentracion, jcuales serian las condiciones necesarias para que las ventajas por ella creadas sirvieran para su

/ rnantenirniento?

- iCuando se ptrede decir que es inestable u n equilibrio sirne'trico sin con- centracidn espacial? iCuales son las condiciones para que aurnenten las pe- queiias diferencias entre localizaciones, de tal forrna que, pasado cierto tiem- po, se rornpiera de forrna espontanea la simetria existente entre las que eran

/' identicas?

0, dicho con otras palabras, la prirnera pregunta trata sobre si la econo- rnia puede fornentar algo distinto a1 capitalisrno de la huerta de casa, si Cste es una consecuencia necesaria; la segunda pregunta trata sobre si este tip0 de capitalisrno se desenrnarafia automaticarnente, si b t e es una consecuencia posible.

Las respuestas a arnbas preguntas giran en torno a1 equilibrio entre las fuerzcentrit7etas, esto es , las que t i enan a Drovocar una concentracidn es- gacial de la actividad econornica, y las iierzas centrifugas, que se oponen a di- chas concentraciones. Sin embargo, las preguntas no son exactarnente igua-

I les, hndarnentalrnentk porque la primera se pregunta si una situation es de . - - - equilibrio, y la segunda si una situacion de equilibrio es estable. Tomernos, a

! rnodo de ejernplo, el caso del modelo de dos regiones que analizamos en el ca- I

pitulo 4. Aceptando que toda la produccion se concentra en una region, la pri- I rnera pregunta quiere saber si el trabajador que se traslade a otra region vera I

mejorado su salario real, en cuyo caso la concentraci6n de la produccion no sera una situacion de equilibrio. La segunda pregunta se plantea si, partiendo de un situacion de equilibrio en la que la industria se divide en partes iguales entre arnbas regiones, el traslado de un numero pequeiio de trabajadores de una region a otra incrernenta o disrninuye el salario relativo en la regi6n de destino; si lo aumentara, la situaci6n de simetria inicial se rnantendria inestable fi-ente a las pequeiias perturbaciones.

Durante la redaccion de este libro hernos descubiei-to dos cosas irnpor- tantes y sorprendentes, por lo rnenos para nosotros, acerca de estas dos pre- guntas. La primera es que, aunque el cornportamiento global de 10s modelos de la nueva geografia econornica es habitualmente inabordable desde un pun- to de vista analitico y ha de ser estudiado rnediante ordenador, las respuestas a estas dos preguntas norrnalrnente pueden reducirse a expresiones de forrna

I cerrada. Es decir, podemos obtener f6rrnulas explicitas para el <<punto de sos- tcnirnicnto)) en el cual una economia con azlorneraci6n es posible y el upunto

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de ruptui-a,) en el que una economia sin aglomeracion se vuelve inestable. (Para lograr lo que hemos dicho es necesario un calculo aproximado del equi- librio, para posteriormente tener que confirmar este calculo en torno a1 pun- to de sostenimiento; supone tener que linealizar el modelo en tomo a1 equili- brio simktrico y resolverlo en el caso del punto de ruptura.) Estas expresiones revelan con toda claridad el papel que desempefian las vinculaciones vertica- les en la creacidn y el sostenimiento de una concentracidn espacial.

La segunda cosa que l~emos descubierto es que, entre una variedad de modelos extemamente distintos, una buena redefinicion de las variables nos lleva a las mismas expresiones para el punto de ruptura y el punto de sosteni- miento (lo cual resulta especialmente gratificante en el caso del punto de rup- tura, ya que las ecuaciones son posibles, ailnque Sean extremadamente difici- les de resolver; por ello, resulta reconfol-tantc sabei- que esta operaci6n so10 hay que realizarla una vez). De esta forma, podemos afirmar que hemos cons- tiuido una teoria de la concenti-acion espacial mas amplia que la de cualquier otro modelo concreto, teoria que nos ayudara a visualizar un numero de mo- delos diferentes como casos concretos de un enfoque mas general.

No siempre resulta util plantear ambas preguntas, dado que algunos mo- delos carecen de punto de sostenimiento. En estos casos, a pesar de que se rompa la simetria, el resultado no es una concentracion total de la actividad en una localizaci6n. Por otro lado, en 10s modelos urbanos expuestos en la tercera parte, la ldgica economica hace que la pregunta referente a la ruptura de la simetria carezca de interks. Consecuentemente, como veremos, tiene mas sentido plantear la existencia de una o mas ciudades y despuCs hacer que las ciudades evolucionen alterando la economia hasta que el modelo espacial inicial se vuelva sostenible. Con todo, puesto que siempre es 6til plantear a1 menos una de las cuestiones, aunque a menudo valga la pena plantear las dos, consideramos que ambas constituyen uno de 10s temas unificadores del libro.

5. Estructura del libro

El libro esta dividido en cuatro partes. La primera parte es una revision selectiva y analitica de las publicaciones relacionadas con este tema. Nuestro inter& principal se centra en la larga tradicidn de analisis de la geografia eco- ndmica, tradicion que la corriente predominante de la teoria econ6mica tal vez haya olvidado, si bien se ha embarcado en un proceso de desarrollo acu- mulativo. En este sentido, hemos llevado a cab0 una distincidn un tanto arti- ficial entre dos partes de esa tradici6n. Por un lado, esta lo que llamamos c<economia urbana,,, tratada en el capitulo I , la cual consiste principalmente en el modelo de von Thiinen, que intenta dar una explicacidn de las ciudades invocando las economias de aglomeraci6n de caja negra, combinando estos conceptos dentro de una teoria de 10s sistemas urbanos, la cual es distinta aunque complementaria de muchos de 10s fines marcados en este libro. Por otro, lo que denominamos ciencia regional. (una especie de caj6n de sastre en el que tienen cabida toda una variedad eclkctica de enfoques modelizados de forma poco precisa), mucho mas prdxima a1 espiritu del enfoque general

de esta obra, intenta obtener una concentracion espacial a partir de la inte- raccion entre las economias de escala, 10s costes de transporte y el factor mo- vilidad. En el capitulo 2 nos centramos en la teoria del lugar-central, en el mo- d e l ~ dinamico del multiplicador base y en el concept0 de potencial de mer- cado.

La segunda parte presenta nuestro enfoque basic0 en el context0 de mo- delos ((regionales)), es decir, modelos en 10s que un sector primario, la ((agri- cu l tu ra~ , permanece inmovil en todas las localizaciones, mientras que la <in- dustria),, sector sometido a 10s rendimientos crecientes, se puede desplazar entre las regiones. El capitulo 3 presenta las herramientas tkcnicas necesarias en la forma del modelo de Dixit-Stiglitz. A continuacion, el capitulo 4 aplica estas he~amien tas a un modelo minim0 que muestra como en una economia bi-regional pueden llegar a diferenciarse dos partes: un nucleo industrializado y una periferia agricola. Asimismo, en este capitulo se ohece una primera ilustracion, relativamente simple, del mod0 en que 10s metodos numCricos pueden combinarse con el analisis de 10s puntos de ruptura y de sostenimien- to, a fin de comprender la dinamica de la economia. El capitulo 5 aplica el mismo enfoque basico a las economias multirregionales, en concreto a lo que denominamos aeconomia de pista de cameras)), esto es, una economia estili- zada con un gran numero de localizaciones dispuestas en la circunferencia de un circulo. Podemos obtener resultados sorprendentemente claros de esta economia multirregional si recurrimos a1 enfoque que, con tanta originalidad, propuso Alan Turing (1952) para el analisis de la morfogCnesis en el campo de la biologia, enfoque que, sorprendentemente tambiCn, gira en torno a1 mismo anklisis de la ruptura de la simetria que aplicamos en el caso de las dos re- giones. Para finalizar, tanto el capitulo 4 como el 5 se basan en unos supues- tos simplificadores nada realistas, a saber, que 10s productos agricolas se pue- den transportar sin coste alguno, lo cual contrasta con el capitulo 6, que pro- hndiza en las consecuencias del transporte agricola costoso.

La tercera parte se centra en un tema aparentemente muy distinto: la lo- calizacion de las ciudades en un mundo en el que todo, sin olvidar la agricul- tura, es movil. El capitulo 7 presenta el tema desde un enfoque heuristic0 muy en la linea del analisis relativo a la ciencia regional del capitulo 2, que sirve de guia para unos resultados mas formales. En el capitulo 8 construimos un modelo que, combinando un enfoque a1 estilo de von Thiinen sobre el al- quiler del suelo con una explicacion de la vinculacion aplicada a las concen- traciones industriales, nos muestre hasta quC punto puede ser autosostenible un patr6n espacial en el que las tierras agricolas del interior rodean a una sola ciudad, siempre que la poblacidn no sea excesiva. En el caso de que Csta se hi- ciera muy grande, lo que interesara a un pequeiio grupo de trabajadores sera desplazarse a cualquier otra localization. De este modo, a partir del criterio del sostenimiento, podremos construir un modelo del nacimiento de ciudades nuevas y, por ende, de una estructura de multiciudades, tarea Csta que lleva- remos a cab0 en el capitulo 9. Asi pues, si suponemos que hay en realidad va- rias industrias manufactureras, con diferentes costes de transporte y/o de eco- nomias de escala, el proceso de forrnacion de la ciudad puede dar lugar a una jerarquia de ciudades de tipos y tamaiios distintos, como mostramos en el ca-

22 E C O N O M ~ ESPACIAL

pitulo 10. El capitulo 11 se aparta momentaneamente de la linea argumental principal para abordar las asombrosas y desconcertantes regularidades empi- ricas que caracterizan a las actuales jerarquias urbanas. El capitulo 12 retoma la linea argumental principal, a fin de mostrar el mod0 en que las variaciones en el entorno natural, tales como 10s rios y 10s puertos, pueden influir en la localizaci6n urbana.

Por ultimo, la cuarta parte vuelve a analizar el comercio internacional, definido en este caso como modelos en 10s que la mano de obra permanece inmovil en todas las localizaciones. No obstante, en el caso que nos ocupa, asumimos que las empresas manufactureras se valen de la produccion de otras empresas como factores de produccion intermedios. El capitulo 13 muestra que este planteamiento genera vinculaciones verticales que pueden ocasionar una ruptura de la simetria, a1 igual que ocurre en el desplazamien- to de la mano de obra en el modelo de nucleo-periferia, aunque en este caso la ruptura y el restablecimiento de la simetria acarrean desigualdades inter- nacionales en 10s salarios. Este modelo sugiere que la caida secular en 10s cos- tes de transporte puede explicar tanto la division inicial del mundo en regio- nes industrializadas y no industrializadas como la mas reciente propagaci6n de la industria a economias reciCn industrializadas. El capitulo 14 nos da una explicacion alternativa a dicha propagacion, aunque, esta vez, se centra en 10s efectos del crecimiento del mercado. El capitulo 15 vuelve a las hentes de la especializaci6n internacional dentro del sector industrial y muestra como se forman y se disuelven las concentraciones industriales. El capitulo 16, en pa- ralelo con el capitulo 5, analiza el comercio internacional sin tener en cuenta 10s paises, es decir, el nacimiento de regiones especializadas en un mundo sin fronteras, en un espacio continuo. En ultimo lugar, el capitulo 17 estudia una posible interaccibn entre el comercio internacional y el proceso de urbaniza- ci6n dentro de las naciones. El capitulo 18 marca el camino a seguir.

En todo esto, consideramos digno de mencion, a1 tiempo que gratifican- te, el grado en que hemos utilizado la misma arquitectura basica de modeli- zaci6n para abordar tantas cuestiones en campos aparentemente dispares. Sin embargo, nuestro argument0 central es que precisamente estos campos no son tan dispares a1 fin y a1 cabo; por ello, llamese economia urbana, teoria de la localization o comercio internacional, todo gira en torno a1 lugar en que se produce la actividad economics y a sus causas.