Don Jose Ives Limantour
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• 'a '.1 l.' 'V' l. l. t. l.' '.1 e. l.' .. .... ... -S. 'V_ 'VI '.' ..... .. 'V' .,., '.1
1
E Xiste una escuela moderna que sostiene no hay que conceder importancia ni valer á la historia
ad 'l.ltsum puerorum que se enseña en los colegios, y que más sirve y prueba más el conocimiento de la tasa del
interés y del precio del trigo en una época determinada, que la relación de una gran batalla ó la de un ma
trimonio de príncipes. Si tal cosa es cierta, ¡qué interés encierra el estudio de la historia de la hacienda rnexi
cana y las vicisitudes de ese ramo importantísimo en
que se ha reflejado, como en espejo fidelísimo, el bienestar ó el malestar del país!
La leyenda de la riqueza mexicana, de esa riqueza
inagotable que podía haber bastado "á cubrir los presu
puestos de la pobre y hambrienta Europa y á .. .. hacer la dicha del Asia agotada y venida á menos de su primitivo esplendor," esa leyenda fué para México una tú
nica de Neso que le corroyó las carnes sin darle un día de vida. En las Memorias de Hacienda, inextricables sel
vas de papeles en que no hay orden, ni concierto, ni verdad, ni si tema preconcebido, ni orientación ni nada,
se puede ver lo que era el país en los tiempos que si--7-
guieron á la emancipación. })on Lorenzo de Zavaln ~e
espantaba de la confusión innlensa de expedient s del
desorden en las rentas, deudas, préstamos, adelantos y
atrasos de los sueldos. Comisarías, aduanas y tesorería
eran la inlagen del caos; no había dinero; el erario es
taba cOlllprometido por los anticipos hechos; se debía
sueldos al ejército y á los empleados y era imposible dar
un paso en tan tortuoso sendero sin exponerse á n ue\ a
y más tremendas caídas ..... .
En esas l\Iemorias se adivinan los convites de Santa
Anna; el vino de á veinte pesos botella; la nlinuta del
banquete discutida como si fuera el plan de una batalla;
los primores de una cocina sabia; la musa ronca de al
gún poetastro cantando la gloria y las grandezas d 1 r / -
gilnen; los agiotistas ofreciendo dinero con el noventa
por ciento de interés; el pronuncianliento espiando la
pobreza y ofreciendo la abundancia; la agricultura p re
ciendo por sobra de impuestos y por falta de brazos; el
maíz á catorce pesos la carga; el premio d 1 numerario
á un tipo desconocido antes; la riqueza territorial en ma
nos de las órdenes religiosas; los empleados pereci ndo de hambre; la escasez .) el despilfarro; el peculado .Y
el ansia de no pagar; los nifios ignorantes; las costa ' in¡;;;alu bres; el ejército desleal; todo, todo nuestro pa .. ado
tornlentoso, aflictivo, lleno de miserias, de caida , de desaeiertos y de hunlillaciones está allí, en ese monUm de
papeles viejos, ratonados, trunco y in cohesión. "Hoy, dice un curioso de la época , e-, tanlO,' de buenas: con mo
t ivo del baile que el cOfHercio ofrecif> á S. E. no .. han da
do una quincena de la diez y .. ei.' que no,' deben . Señalar/ el día con piedra blanca, conlO he .. eñal ado tanto on
pi edras negra.3." " ~i allnenos tuyi era , exclalDa un mi
ni tro, un producto senwnari o de cien n1i 1 peso , de cien
mil pe o . eguros, podría pensar en la lnanera de suplir
y mejorar las otras re nta~; pero este combate eterno pa
ra pro\'eer n, las necesidades diarias me in1pide pensar
en nada que no sea la enlergencia del Illomento ......... "
" ~o había fondos, escribe Iturbide; los funcionarios pú-
1>1 ico no estaban pagados; no podían negociarse présta
mo l'n el paí:3." " Las rentas públicas han desaparecido,
exclamaba el mi ni stro de Hacienda en mayo de 1829;
no ha pod ido nacer el crédito en los momentos en que
los temore hacen tesaurizar las exi stencias numerarias,
y debili tándose este resorte de la fuerza social , se relajan
los hon1bres, las co as, la resolución, el valor y hasta las virtud es. Las renta.' del Estado se hallan destruidas, el
erario vacío, la fu erza pública. sin recursos ..... "
Pero se ignoraba que la hacienda mexicana estaba
contaminada de pecado original: la guerra de la in
dependencia había destruido todas las fuentes legítin1as
de riqueza y todo el plan hacendario que la colonia ha
bía experimentado con gran fruto. Restando brazos á la agricultura y á la luin ería para obligar á agricultores
y Inineros á engrosar las fil as de insurrectos y realistas,
arruinando fábricas y plantíos, causando un déficit ca
da día nlayor en las rentas públicas, la nación reci én ve
nida á la luz tUYO que aceptar sin beneficio de inventa
rio una herencia de eterna ruina y de perpetuo é inaca
bable apuro.
El prin1er enenligo de la hacienda mexicana fue el
doctrinarislllo. Había que abolir todas las rentas que pro
porcionaban vida á los gobiernos: é ta por antieconó-- 9- 2
nlica ; aquella porque afectal,a ~() l u á un ~rup d et rnn
nado' la de nlá allá porq ue entorp C'Ín t'l cO lnerci ex
terior-y la que hacía daño al g iro del hllligo la ue l W )'
judicaba al con1padre Ó al elect r ó al partidario. por
que no debían cobrarse. Los peri odi ~ t(L d e uno y otro
bando desperdiciaban ti nta y papel pidiendo 10 u no:,
ilin1itada y absoluta libertad en n onl1 re d e 1 ;:: S(~tiS I/IIIS
y de las .L:Í J'i i"t ún1aS de Bastiat: solicitando l o ~ o tro~ pro
tección con tante y luaniatauora en n onl bre de la . industria del paí . Según que el productor fu ra ami go
ó enemigo el arancel se alzaba ó se re tringía , -. e em pt'
queñecía ó se agrandaba: era á n10do d aq u 1la pi el de
zapa con que Balzac , in1 boliz6 la ,-ida humana' p ro ,
ta piel no e taba curtida ni adobada , j no 11 na de snn
gre, palpitante y con. er,-ando todayía la inlpre~i ó n d 1
hermoso cuerpo que la había lleyad o.
Como el n1inisterio de hacienda yenía á ,el' no Ull
pu .. to que r quiriera preparación y ~tudi o . , in o una
granj ería que r compensaba lo sen-i cio del com} il1 (' 11 (:'
que había ayudado á la hora oe la reyu elta. pa~aron por
ese d e pa ho la nlá insign e;:: nl edianía y ha ;:: tn] a m (¡ :-
d esa tro a nulidade". )1inistro hu bo qu e d cono '¡ ran
la cuatro realas; nlini tros q ue n ce. itaran con\'encer:-:é
exp rinlentaln1 ente n1idi endo tela y ('¡nta. de que la
"ara y el m etro se correspondían en tal proporci(m ; 111i
ni~tro que "e lin1itaran á firnlar lo que le presentaba n
lo ~ ofi ciales 111ayores y que pasa ran en un a admirah] "
incon ci(-'ncia por la ... antesalas del departa m nto. 'All á
con P alacios" " Yean á P alacios" eran l a~ mu l till a~ de
un ex c 1 nte '- nj eto qu e tUYO en SlL nla no:-: la 'a rt era po r
un per íodo hastante largo ...... S n ec ~ it (, liC¡l1icl a r la -10-
dptICla in g lt':-;a (-'n lH-J-2 y no 'e encont)'c', <¡ui l' n pudi >fa
ha~ r operaci(m tan sen cilla: fu e n1en e te )' l' currir á don Lu ca ' .Alamán , que por entonce ' era el brujo d la
tribu , para que defini(~ra cuá.nto d ebíamo, .) n qu é t ('1'-
1l1ino lo d ebíamos .. , ...
(,Iaro está que la ignorancia no era iempre ind epen
di ente d e la pi cardía: desd e el fanlO o Ion ~Iariano ~Ii
ch el na , que, según Zayal a, fu e el prinl r oncu ionario
m xicano, hasta don Fran ci, co d e P, César, e l 11l clito
arreglador d 1 n egocio .J eck pl' , que en di n ero y e peci "
con sig uió a -ar del 111ini 't erio un llledio millón d e du
ros, abundaron !:j i 111pre e n l\Iéx ico lo ' mini stro qu
aprovecharon la hacienda Pl¡ !JIi ca COJno hacienda pri va
da. ¿Y qué arreglo , ni qu é nH lida, ni qu é prccisi6n po-
dían existir cuando no había presu pue to , ni cuell ta, ni
e sabía el rendimi en to de las contribuciones, ni en qu é
pudieran invertirse é tas?
Los j efes de la r evol ución tri u nfan te con ideraban el
erario como su peculio particular; unos lo di tribuían
entre sus comilitones, alnigo ' y valedor s que habían
contribuido á la realización del glorioso movimiento;
otros lo gastaban en sus propias atenciones, COlno el Em
perador ~Iaximiliano, que recibía cinco n1il pesos dia
rio de la Aduana de 1\!Iéxico é in vertía el producto d e
la lnarítilnas en lnejorar los palacios que . 1\1. po-
eía en las ribera. del Adriático ..... . Como siguen "el eco al ruido y el dolor al golpe" se-
guían el deficiente y la ruina á la organización recién
planteada: un ociólogo mexicano pudo sentar una ley
que nunca llegó á fallar: si el deficiente era inferior al -11-
yei n tici nco por ciento del i 111 por e d 1 pre"';ll pll ,too 1.,1
gobierno podía. o ten er ~e ; cuando el d ehci el1t ra 'u
perior á. la cuarta parte de lo q ue ~e ga ~ ta La. Y 1.' 11 ía la
re\ olución de tru) endo la riqueza pú Lli c:a y la p ri\"C1da.
in1pidiendo la recaudación de inlpu e .;;t o~, ~e ( r rep:al1cl o
provincias enteras á la obedienc:ia del gol ie1'no y derri
bando lo eXl tente por un fenónleno n1á que políti co,
mecánico: por la fuerza de la inercia.
Entonces e necesitaba recurrir á lo.;; r rll edio~ heroi
cos, á. los remedio dese .. perados á lo ~ grandes rel11 édi o .. ;
pero estos re:5ultaban ieDlpre DluchísÍlllO peore~ que
la más terrible enfermedad: lo lJ egocio,,- (como :.;
llamaba por alltífra~is á las n1á tenebrosa combina
ciones usuraria , del rni .. n10 nlodo que se apellidaba hellr
volas álas Furias y ben~ficCl s á la hl.·chi ceras) los neo·ocio.
- el din e1'o de los otros, corno dijo qui en lo sabla- 11 ~ 1 ~
tían en la entrega de una cantidad corta. lo rllá ' corta
posible, en dinero ó en género ,y de otra en pa p le á
cambio de órdene que las aduanas marítima. habían
de recibir en yez de numerario. El negocio era ll1 ej or
mientras má.s insignificante fuera la cantidad de din ero
entregada, y peor i había que tefaccio ll((/' , :-; de 'ir , <¡lI
dar alguna suma chica ó grande .. obre la contrata
da primitivamente; si el gobiern o \'enía abaj o hahía Cj U
poner el cr"dito en nOl11bre de un extranjero ó qu lla
turalizarse inglé"" e pañol ó francés para obtener el pa
go: así fue con10 se extranjerizaron m uchí inlO qu e hoy
alardean de mexicanismo rabioso, y com o obtu \' i ron
grande fortunas á cambio de metamorfo ear e n1ú ' q 11
protagoni ta de cornedia de enredo,
En cuanto á los extranj eros auténti 'o , la <lifi 'ultad -12-
('ra mnyor. ( 'it'rta (, fal~a la l li~t() l'i a de lo pa::::tele del
año tn·illta y oc}¡o. la Yt'rdad t·S iu e los alit'nígenas eran
l1ut' .~ tr() azut\."; 10.' mini .... tros dip} U1l15t ico repartían tiro
entre quienes mi raban de mala n1anera á su caballos;
gol peaban á los func i onari o ~ del paí ::::; in trud ucían géne
ro. de con trabando; fa\OoreéÍan pica rcHav ca1ifi cada~, co
mo la del bellaco padre "JI01'Ú n; protegían reclan1aciones
como la de aquel .Jarneson, que pidió ~50,()OO por haber
dado un consejo al n1inistro; r0111praban créditos para
hacerlos ingresar á la con \OelJc: iones y hacían el papel
de Tenori O ' y d e "JI at;.lL10ros de 111en ti l'ij i Ilas, para reti
rarse á sus paíse declnrando entre n1eneos d e cabeza y
g tos de e~cánda l o, que 10 nlex icanos n o t enían reme
dio; que eran in capaces de sacramento; que los que no
eran ignorante eran lnal \·a<.1 os y q ue esto era sólo de
sorden , confusión , trahns y mala fe ......
l\Ia todo el mundo nliraba que aquel estado d e cosas
no podía prolongar e n1ás tien1 po: n o había para el go
bierno garan tía. de duración, ni probabilidades d e éxito,
ni seguridad de recaudar in1puestos, ni posibilidad de
tener vida cuerda y pacífica: se reformaban y se refun
dían la leye , se celebraban fi estas de la paz y se canta
ba en églogas yirgilianas el n1ayor de los bienes de que
pueden di frutar los humanos; pero eso no obstaba para
que, al día sigui ente, un motín , una asonada, un pronun
cian1 iento que enarbolaran un nuevo pendón y alzaran
'obre el payés á un nueyo capitanejo, aparecieran d e
jando feos arbitrios , reformas, intenciones y ditiram
bo ......
Los discretos , que eran muchos, cCHllprendían que pa
ra tener paz , se necesitaba tener dinero; que para tener -13-
dinero, era n1enester ten r trabajo organizado; que para
ten l' trabajo organizado, e re tuería capital: que para
tener capital , era preci o tener créd 1 to y q u panl ten r
crédito, urgía conquistar la paz ¡l írculo \'icio o del cual
no era po ible salir ni alejarse un punto~ Paz y crédit :
en eso estribaban las esperanza3 de nuestra redención ,
y no era posible obtenerlas 111ientra no se nlodificaran
sustancialnlente las condicione del 111edio,
Vino entonces la guerra de Refornla , q ue ~ e diferen
cia de cuantas hemos tenido en que fueron su razón le
ser no, COl110 se creía erroneamente, el pred0111illlO de
una confesi0n determinada, el deseo de en1anci par la ~
conciencias ó el de in1plantar un i:;tenla lJolítico e ... pe
cial, sino el afán de una distribución lnejor de la pro
piedad estancada y paral izada, el de eo de biene tar, en
una palabra, la mantenencia de cuerpo, que hn bía dado
el viejo Juan Ruiz conlO uno de los ll1ó\'il es de todas la
acciones humanas , .. ,
¿Por qué no aprovechó la Refonnft los 111illones de la
desamortizaci ón, para sacar al paí <le u '- ahogos finan
cieros? No es de e te lugar el decidirlo; quizá no tuvo
tiempo; quizás no pensó ino en con eguir pro (,lito que
le ayudaran contra la reacci ón; quizás no pudo abarcar
en su progran1a tanta cosas al parecer tan <li .. ímil " Bú,'
teles á aquello yiejos jacobinos, rectos como una colum
na griega y seyeros C01110 una entencia de 'hamfort, la
gloria de no haberse apoderado d un ... 010 centa \'0 de
los millone que produjo la naci onalización: de e o re
formi ' tas í que podía decirse que no tenían mancha de
oro ni de sangre en sus lnano._, ni tacha de tornadizo. en
su hi torias, ni roedor de "illan ía en u,' conCl ncJa · .. , .. , -H-
El ro1 ¡re ~IaxillJilian o, que ~p con. ag ró r. ga ·tar en
c:oc: lH's, libreas, \. i 11 O~, c:uad ros y ren~i 011 e las n1i llona
da~ qu e la labia de )I. FouId sac(¡ de las h((s de luine de
las porterRs franc e. as, 1\Iaxillliliano no hizo n1á que
ah on lar el abismo, aumentar el desorden y contribuir
á la desn10ralir,ación. 1\I. Langlais, que no tardó en con
vencerse de que no era posible obtener aquí nada que
no fuera peor de lo que había, pereció al engolfarse
en el piélago de papeles que formaban la lamentable
historia de nuestra hacienda, .y dejó la tarea á un
meXJcano del lllás subido luél'ito, que después de
luchar al lado de J uál'ez durante la guerra, volvía á ha
cerl e po ible la existencia en los tielupos de paz. Pocas,
pero importantes en SUlno grado, fueron las reformas que
logró hacer efectivas el sellor don José l\laría Iglesias,
ti ue al fi n se ret iró tarn bién enfernlo y si n fuerzas ...... .
Entonces vino un luchador que estaba cubierto con
la triple coraza del primer navegante: era austero como
un puritano y trabajador como un benedictino; se con
taba que escribía un tonlO por semana, que velaba h3s
ta la media noche, que llevaba publicados no sé cuán
tos libros de letra luenuda, una verdadera biblioteca en
que habia rnás ciencia y mús habilidad que en todo cuan
to se conocía de los dernás autores ...... ¿Por qué, pues,
don lHatías Romero, resultaba tan lnaltratado, tan ve
jado, tan insu ltado? La prensa le satirizaba; el Congre-
o de atendia sus propuestas; los pensionistas le aborre
cian y los contribuyentes llegaron á quemarle en efigie:
era el hombre más impopular que hubiera habido en l\lé
xico de de la independencia al año setenta del siglo pasa
do. -15-
Como para ju tificar la fama de 1116n tru que le ha
bía precedido, su primera oura fue un trabajo 111( ll'~
truoso: el título, conlO aq uel del doctor N" are. , contien
tanta lectura COlTIO un prólogo, la introducción como un
libro, el libro corno una biblioteca; produce el efecto que
le produjeron al capitán Gulliver, en Brobdignac, la."
espigas de trigo C01110 encinas, los deda1e como cubos
y los jilgueros conlO pavos. Yo no sé de nadie que se ha
ya echado á cuestas ese trabajo colosal, y creo C]ue si se
les propusiera la lectura como connlutación de p na , lo
n1ás en1pedernidos criminales yacilarían y concluirian
por pedir que se les yolviera á sus celdas. Y el trabajo
de la lectura no consiste sólo en la exten ión: el estilo
es tan crespo y enmarañado, tan lleno de rocallosidades,
tan apretado de superfetaciones de idea, que parece le
brotan escarnas á cada período. Puede deci r e de "e e. -
tilo lo que el más ilustre de los crítico francese dice
del de algún filósofo de la época dA la Re tau raci6n: el
autor debe de haber tenido muy firn1e la cabeza, cuan
do no la perdió leyéndose á sí lui n10.
Pero don l\Iatla Ronlero, adeluá. de er inteligente,
laborioso, fuerte y ano de cuerpo y aln1a, po.~eía algo
que le hacía un hom bre necesario: tenía juicio, era hon
radísin10 y no se de anin1aba por ob táculo .. Trabaj 6
sin descanso y sin reCOlTIpenSa, pero tu vo la amargura de
que ninguna de sus n1edidas fuera aceptada, ninguna de
sus iniciativas comprendida, ninguna de us oplnlOne '
considerada por quien podía serlo. Queriéndolo ó no ,
don l\Iatías vin o á el' el justo kantiano, seguro y ti rme
sólo en el cunlplimiento del deber metafí ico ......
La re\·ol ución de Tuxtepec había tri u n fado; II vaba -1 0-
ocho año. en él podér y había traído la paz, pero aún no había conquü;taclo el crédito; para éSO era menestér probarle. á lo extranjeros que la naci6n calavera y derrochadora de lo ' antiguos tielnpos se había transforma-
d en la nación seria y honrada que deseaba le hicieran
i tio los pueblos bien aceptadns y correct03; que el don
Juan de Jlañara, que había gastado su hacienda en va
nidade y fe tiné~, era él oon Juan de ~Iañara que levan
taba a .. i] o al arrepentimiento y al bien obrar. Entollce e reconoció la deuda, se contrataron en1prés-
titos \ . emprendió el c~l1nino que se pensaba había de
cond ucir á la nleta deseada; pero el día meno pensado,
m uerto el 111i 11 istro que guiaba aq uella situación, se vi6
qUé , e vivía de prestado, que no había tal prospéridad
financiera y que estábulnos al borde de un abisrno .... . El general Díaz debe de haberse irritado contra aquel
sistema de mentiras, de cont81uporizaciones, de distin
gos y de medias medidas; llamó al viejo don l\Iatías,
que corno los profetas hebreos rUlniaba desde Washing
ton anatemas cálidos con10 las lágrinlas y amargos co-
1110 el acíbar; y don 1Iatías VÜ10 armado de sus nÚlne
ro , de . us datos, de sus cúlculos y de sus d81nostracio
nes, y con , u furia de puritano y con su impetuosidad de
hom bre honrado y con su fuerza de sqruatter de.shizo el cas
tillo de naipes y de nuevo se marchó á sus soledades n1e
nos huraño, menos hosco, n1enos agrio que otras veces ...
Había comprendido que l\Iéxico estaba ya en sazón pa
ra probar el manjar acre pero substancioso de la verdad
(que ólo alimenta á los fuertes) y que no había para que tenerle sumido en el sopor que producen los narcótico , ni consolarle con las vanas alucinaciones que acarrean las solanaceas.
-17- 3
11. 'Bien , Se lij o el país' ya con zCo torla la ex ten5i l')J) dl'
D1i de~ racia; ya ~é q Ut de na la n1e han \-a l id m 1~ ~a-
'ri ficios : ya sé que no tienen fin ni t f rInill O lni ~ pena:--:
pero t ú (d irigié ndose al Caudillo que le ha guiado al tra
Yé~ del desierto y q ue le ha de lle\-ar á la t ¡PITa prIJIlW
tida ) t ú puedes hallar el f enledio. t lÍ pu de.;; curar con
hierro y con fuego e ~tas horribl es llagas que no ~e ch-jan
manejar con aceite ni con bálsan1o:3: Cl! ra me. clÍ ra me
...... -:\Iira que mi mal e de muerte ..... . ,. y Porfiri o Díaz, que había pennan cid .;;el'en( y fir-
me dirigió la mirada á su derre lor y pre en t() un llOl11 -
b r e o o o o o .Era un hon1bre de treinta y o ·h añ~. culto ~
como un in g lé educado en Etoll. lll'ban y com did . como un parL iense, ri co conlO un nababo. aust r y rígi
d o como una operación aritn1éti ca. _ . _ P ero el paí frunci ó el ceño : ;.cón10 i:í a lu ella hora en
que se n ecesitaba deu o ~-\.lberto Jlagl10 lu e tra:,mutara 11
metale preciosos los guijarr05 de} camin o. ó el un Jl i
das que con yi rtiera en oro cuan to tocara. ú aq u Ila ho
ra de crisi tremenda se } e pre ... en ta ba C0 111 0 sah -ador á
un rico que debía de t ener l a ~ lacn1s le t d s lo ~ ri co . .) ) } m eXIcano ...... \.. ue sp marc 1ara. q II ~e mar'hara á
Europa á ejercer de ~01'¡f "U (di (' ( . á ga~tar } pi n lie r n
dimiento de sus capitales co~teando funcion e::: religi ..:a:-:
en la -:\Iagdalena atisfaciendo capricho de bailarina.
y haciendo el papel de í'a~· t( r¡0/1ti'f' ; que no.;; dejara con
nuevtro ahogo con nuestro apuros con nu ~ tro __ do
lores con nue .... tras mi. erias, con nuestra.' pena~: q lIe no le pidiera nada á su patria como nada le piden los otros ricos su ... colega~ ' que se contenta ra con un título P Oll
tificio yano y rÍ111 bombante y que . e limitara á ex ·la-- 1&-
mar, como lo. deln ás qu e este país e~taba dejado de la mallO de Dio ' é incapacitado de remedio, sin u~ar si-
qui era de la dulce filosofía de aquel cura que encontra
ba bueno i Dios cuando se comía las gachas tiernas y
'abrosas ... . . .
Pero aquí, dond e lus ricos de abolengo, por rudeza,
por necedad, por estrechez de espíritu no han hecho nada , no han sido nada, no sirven para nada, un rico, don .J osé Ives Limantour iba á ayudar grandement~ á la sa1-
yación del país. ¿Quién era Linlantour?
Era di putado, era profesor de economía política, se
había dado á conocer por algunos trabajos econ6micos
que indicaban discreción y buen i uicio; no se sabía rnás
de 61. Llegó sonriente y sereno al puesto que habían
ilustrado Lerdo con su atnplitud de 1niras; Igle~ius con
su instrucción colosal; Prieto con su honradez; y que ha
bían deslustrado tantos otros con su avaricia, su igno
rancia, su picardía y su desorden .....
El puesto no era envidiable en verdad: acababan de perderse las cosechas; el metal blanco, que por los feli
ces días que nos visitó el barón de Humboldt era el rey,
ó por lo nlenos el virrey del universo, empezaba á bajar de un modo alarmante: cada peso valía como sesen-
ta y cinco centavos, y el dinero, por lo menos en una de
sus forulas, dejaba de ser el poderoso caballero que había ensalzado el satírico ........ Si á esto se añadían la de
presión industrial, la ausencia de numerario y el rnalestar que se experimentaba en todas las esferas, se com-
prenderá por qué fue recibido el nuevo Secretario de Ha
cienda con sonrisas de escepticismo, de conmiseración y hasta de burla.
-19-
No acéfalos in ipientes, como d t'c ía el pedantt>, S IIHl
hOlnbres il u tres encaneci clo~ en los nego i ~ , re onWll
daban á Limantour una n ueva ~ u pen iún de pngo~.
"A proveche usted, le d cíán la bu na acog'idn q lI e tell
drí~ esa providencia por parte de la opinión plÍ bl ica y libre al país de esa carga de Si sifo que acabará por l1W
tarle." "Convierta usted, le decían otros nue tnr obli
gaciones oro en obligaciones plata; de plata e la nlon e
da del país y nosotr03 no tenenlO la cul pa d que e
deprecie en el extranjero. "
La cuestión de la plata se \ 01 vió de actualidad y ~a
bias é ignorantes tenían á. gala di scurrir obre la alza ú
la caída del metal blanco, como la marqu' a ' d 1 ti lll
po de Lui XVI hablaban del cornpte-rcudu y de la ~
medidas de Necker. Quién quería que se acuñara Ull pe
so monstruo, an1algamado de cobre, pl ata y oro, para
que si un componente bajaba subiera el otro y si é~te
descendía subiera el contrario; qui én que e fabri cara
un peso internacional para el uso excl u 'i vo dl' los paí
ses hi pano-americanas-algo conlO la u ni ón latina ca
sera;-quién trataba de que ... e dejara de 'omprar g(\IH'
ros de fuera, retrotrayéndono. á lo feli e . tiempo ' U('
Xólot1') quién, por fin, que le impu.'iéramos á los x
tranjeros, manl~ rnili turi, la adopción de nu e tro ' inm '
¡orable peso de plata, despreciado::; por artería. ' de '11('
migos que nos querían mal.
Todo el mundo hablaba , todo el Inundo e .. cril>ía, to
do el Inundo c0111entaba, y ante aquella ola d di .. para
te~, de negra tinta y de odio aún mú negro, .:610 P ' )'
n1anecía inconn10\'ible un hornbr : aquel contra qui '11
iban lo ti ros a 1 uel que era objeto de la .. ú ti ra.. aq lIvl -20-
ú quiell iban (' nd e rezado~ lo C'on .. e jo : oía, tral ajaba, aulll entalm lo in greso:-i.Y hacía se \" era conomía. " . ....
P ero ni creía nadie en las eCOn0111Ía (B ulne lleg6 á (;Olll pararlas ú la po ada .. , que en1 piezan co tando cincuenta entavo y acaban \'ali endo :¡uinientos pesos por
noche) ni la econonlías pueden hacerse más a ll á de
cierto Jí111ite: en la ociedades modernas, la privación
de cierto ga 'to que significan cultura, nl0ralidad, au
mento de la vida humana, seguridad de la persona y de
ll:-; intere. e~, no se pueden suprimer ni disminuir sin
q U 1::' el pueblo que tul haga se ex ponga á un boycot re -
pecto de la delná elltidades que gozan de la vida civi
lizada ...... Al año iguiellte 'oh, sorpresa! los gasto se haelan
CO IJ ab 01 uta regularidad, resultaba posible añadir cier
tos extras á la desnledrada n1in uta de la cOluida nacio
nal , se equi li braban los presupuesto, se cerraba el ejer
cicio fiscal con un excedente considerable, y nuestro pa
pel, que había fluctuado en las bolsas extranjeras por
1110do alarmante. ganaba un lugar que nunca había te
nido y q 11e no han llegado á con eguir después para su
\'alore la otras repúblicas hispano-americanas.
Error cornún á-todos nues tros ministros de hacienda
había , ido el 'reer que cuanto se gastara en el país tenla q lIe alir del pre~upuesto ord i l1ario de egresos: su byenciones á ferrocarriles, saneamiento d e ciudade , canalización .Y 11leiora de puerto ,construcción de hospitales y manicomio, erección de n10numento públicos, todo, todo se qu ría Racar del debilitado presu pue ~to de egresos. ¿Qué re ultaba de allí? Una cosa: que ni e levantaran lo rnonumentos ni se pagara á los acreedores del Estado, ni se llegaran á. concl ui r las obra de recreo y orna-
-21-
to, ni se pagara neldo á los en1 pl eado , ni hubiera ti 11'
ta para lo oficina, ni e hi ciera nada cabal ni en forma. Limantonr destruyó esa anon1alía di ponipnoo la
contratación de empréstitos d estinado" á pagar Os (jas
tos extraordinarios: así, ni se d esmelllbra el pre upll e~
to, ni se hace pagar á las generaciones en cuya épOCH .' e
ejecutan esa~ obras, el importe de lo que gozarán los qu
vengan después. Los jacobinos, que hace mucho ti n1-
po d esempeñaban en nuestro organislllo social el papel
que des(~mpeñan en el organi smo hl.lln ano los órgano
desaparecidos ó sin función , como el apéndi ce intes ti
nal, e espantaron al saber que se contrataban nueyo.
empréstitos; pero esos r ezagado d e Ay utla q u de ~e
guro habrían hecho pagar á Dafne el inlporte d e la pe
ras que produciría el peral qu e pl antaba y cuyo~ fruto~
saborearían sus nietos, no fu eron oídos 1 or nad ie en el ,-
pals.
E x istían aquí papeles de todos lo' colores, de todos
los orígenes, de todas las denomin aciones, y cranando
todo los r éditos imaginables; el em pré tito d :\ 8H, el em
préRtito de 90, el en1préstito de 93, el en1p rú tito de Te
huantepec, la deuda in terior consolidada ele ;) P6, la
deuda flotante, los certifi cado d e alcance y má. d di ez
clases de bonos por subyenciones á ferrocarril es forma
ban un laberinto en que no bastaban toda la ci 'ncia ni
toda la habilidad d el mundo para orientar e.
Limantour tu'. o un rasgo genial: e propu. o trazar l
límite entre nuestra nueva orientación económ ica, en
tre la estrecha y caduca ley de i\loi sés y la am plia y .. al
yadora de Cristo , entre el ~léxico in sol \'ente y el ~I éx i
co con crédito, é introducir el orden y la unidad entf(J -22-
tan ta~ co .. ~. · inconexa. Por las leye de 6 de septienlure de ] 804 tod o. ' aquellos créditos, todos aquellos bonos, todos nqu eJ]o ' papele , todo aquel embrollo con ex-
cepci6n de los bono oro de 1888, 90 .Y 93 Y de los de
Tehuantepec quedaron unificados con ventaja para la naci61l , que p~ga réditos lnucho menores y sabe cuánto,
cómo y á quién debe. El 30 de junio de 1896 quedó cp
rrado el ciclo vergonzoso, triste, degradante é innoble
de nu e~ tra hi toria y relegadas al olvido las humilla
ciont's de 11 ue tro pasado. La prescri pción acabó con to
das la rec lamaciones que antes no habían sido presen
tadas, ó que presentadas no habínn podido ser compro})ada . .
Todavía má : ilnportaba descargar al pais de una par
te de lo que anualmente pagaba por réditos de su deuda
en oro, haci endo tangibles al mismo ti8mpo las ventajas
del crédito de que disfrutábamos. Aprovechando una
coyuntura por extremo favorable, el señor Limantour
se trasladó al extranjero y logró, tras habilísimas ges
tione , que los cuatro empréstitos de 1888, 1890, 1893 Y
el de Teh uan tepec se unificasen y convirtiesen en un
5 pg amortizable que nos eolocó de derecho entre los
pueblos que por su crédito y solidez pagan corto rédito
por sus deud~s, libertó de hi poteca al ferrocarril de Te
huantepec y dejó sin gravámenes muchas y muy sanea
das rentas Flfectadas por los arreglos anteriores. La operación tu vo el siguiente resultado: "Al cerrarse el plazo para la con versión de los cuatro
empréstitos oro al precio de 99, señalado á los nuevos títulos 5 pg , resultó que, á pesar de que los banqueros solo tomaron en fiflne, de conformidad con el contrato, f: 13.000.000 del nuevo empréstito, se presentaron á con-
- -23-
yersión f:15.000 ,000 de títul o an ti guos , de los eua les
f:2.300,O( ° fueron de bonos hipotecari os del ferrocarril
de Tehuantepec de ;) pg y adelnels '3 ub~c ribi é ron se ......
f:2.000 ,OOO en efecti \'0 Resultado tan brillante pu-:n Ú
los banqueros en la di syuntiva de ue\"o1\'er al púLli co
el excedente de títulos sobre f 13.000,00 tOll1ados en fi l'
me ó de levantar la opción por los f0.700 ,000 re tantes
para realizar la conversión total de los cuatro enlpr6 ~
titos." "Los banqueros optaron por e~te líltiIno extremo
que puso de resalto el gran crécli'l:o que disfrutaba la na
ción. Hay que advertir que los títulos de la opci6n COt'
taron más caros á los banqueros, y que leyantando la
opción renunciaron á las grandes per~ pec ti \'as de Ye11-
del' más tarde al pú blico los títu los cOl'respond ientes á mejor precio del fijado par1- la con Yer~i(Hl ...... ,
y los hombre~ que e~to lograron , Díaz y Lilnantollr,
el uno con su inmenso gen io político, el otro con su i 11-
menso genio hacendario, eran lus que habían ~a
bido resistir á todas las sugestiones, deshacer todo~ l o~
espejismo, conser\'arse serenos y fu ertes en u ' ~endos
papeles, cOlnprendiendo y haciendo comprender á todo
el mundo que lo que cuadra lnejor á hombre, ' y á pue
blos es la honrooez,-la honradez á la cual ~ dan por
añadidura la prosperidad y el crédito ......
¡Qué lejano vemos ahora la convellcion ,lo permi
sos del al godón , las licencias para la extracción de me
tales preciosos y todo nuestro pa aclo finan ciero! Y ~in elllbargo, ¡cuán presente debemos tenerl e no para detu r
parle dest empladalnente, sino para consagrar todo el
agradecimiento que le debemo el lo h ombres qu e no.'
han traído al estado d ahora. - :24-
Desde el doctor )Iora hasta don Guillermo PrietD, to
dos los hon1 brcs de la escuela liberal mexicana habían
troll ado contra la existt->ncia de las aduanas interiores.
No se neces ita ser \·jejo para recordar aquellas garitas,
aq uellos guardas y aquel1a~ recaudaciones que habían venido á. substituir al castillo feudal de la edad Inedia. Cuando t->l pobre call1 inallte llegaba mojado por la lIu\'ia, apaleado por los ladrones, despeado por las piedras de los fe-mentidos calninos, llevando consigo toda su ha
cienda como el cÍnicl), aparecía (personificación necesa
ria del espíritu colonüd, todavía no extinto) el guarda
ga rita altivo, grosero, regañón, montado en un vil ro
cín , armado de una legislación que mal año para la le
gislación védica, y cargaba con el pobre arriero hasta la
moderna torre del homenaje. A11í se le exigían los pa
ses, g'U.Ja8, tornaguías, excepciones y eontra-excepcione.s que
pudieran amparar el tránsito del pobre cargamento; se
registraba éste al derecho y al revés pinchándole, tan ·
teándole, abriéndole y deshaciéndole y cuando, adre
de ó sin saberlo, resultaba violada alguna de las leyes,
circulares, dec}'(:\tos, bandos, reglamentos, aclaraciones,
interpretaciones y distingos de los cien mil aplicables
al caso, el arriero mojado, ' despeado y apaleado se veía en la obligación de satisfacer dobles, tri pIes ó cuádruples
derechos, cuando no- de ir á la cárcel á responder del es
pantoso d(~lito de traficar usando de la libertad jacobina,
tan parecida á la libertad del monólogo ele Fígaro ..... .
El artículo 124 de la Constitución quedaba como una
bella mentira para el país y como un horrible remordi
miento para todos los gobiernos. Congresos iban y con
gresos venían y la prometida abolición de las alcabalas -25- 4
quedaba tan pronletida como Silem pI'. ~las III l)'l'nern 1
Díaz, qu alcanzaba in esfu erzo ninguno que todos lo~
ideales por él perseguidos y todo~ los sa<..'riticios heeho:-;
por la nación para constru ir ferrocarri lts y procura r~ll
conlunicaciones cónlodas y baratas, quedarían nugato
rios si continuaba aquel estado de cosas, orden e') 1 .. \ CO Il ·
vocación de dos congre os des tinados ú procurar la ma
nera de abolir las alcabalas. El prin1ero confirnlú el de
gradante estado económico que se trataba de de trui r ;
. el que le sucedió trató de sujetar la federación y lo~ t'~
tados á un modr¿¿s 'l¡ü'encl!: que resultaba inlpnH'ticnbh·,
por teórico y por insignificante.
Lilnantour, que había consultado en lH9G, á la ~ \ sa Jll
blea convocada por elluinistro Dublán, un proyecto muy
discreto y bien concebido, apenas llegó al lnini terio y pronl0vió nuevamente el tra "'cendentalísimo neo'ocio de
la abolición de las alcabalas. Su plan era encillo.Y prác
tico, y el Congreso no tardó en aceptarle con Len }pláci
to de toda la nación. ~1 edia docena de gobernadores q uc
encontraron propicia aquella oportunidad pura politi
q uear en grande, ocurrieron con el Presiden te á proba r
le que su E tados se arruinaban si e ll egaba á i m plan
tar ese sistema. El general Díaz, que ti n e fe ('iega 111
su nlinistro .Y que 'abe apo,) al' con la fuerza d ,'u 111-
men o carúcter toda reforma amplia y de resul tado, pro
babl , ren1itió á lo de contento con Limantour u j I ', ' seiial()]a fuente de riqueza qne podían gravar .. in m e n
gua de la ley recién pronlulgada. Si no tuviera el pa
triota n1ini tro nlá~ título que este ú la considerac i(J11
d el país, él le bastaría para granjear,'e el agrade 'imi f'l1-
to nacjonal. -26-
ella (le la s tarea~ de] s(:'ñor Linlantour, tan pronto
corno pudo deshaeer~e de los lazos con que le suj etaba
la ley de la necesidad , fu e procurar el rescate de las ca
sas de rnoneda. Como rel iquül del gobierno colonial y
como resultado de nuestra vieja y antes no re111ediada pobreza, 10._ gobiern os todo se habían visto obligados á,
arH'ndar (¡qué euf(:' n¡ismo tan bien traído!) la casas de
mon =>da , que con tituían uno de nue tros principales re
eur 'os. P ero, sucedía que apenas e t.aba á punto de expi
rar (:'1 término del arri(:'ndo los negociantes se prebeJ~
taban ante nuestros lnalldatarios, no haciendo desfilar á
:-i U vera todos los imperios y todos los tesorus del mun
do, como Satanás ante Jesús, sino unos cuantos miles
de peso , que caían en las arcas del tesoro como las pri
meras gotas de agua en la tierra sedienta; y la a't¿n~ sa
cru, fa.nu~s era tanta, que nunca se llegó á saber que se
rechazaran aquellas proposiciones que significaban uno.
cuantos días de holgura á carnbio de muchos afios de
humillación , de descrédito y de ruina.
El señor Li mantour con voe6 á los arrendatario y leS
propuso la rescisión de los contratos vigentes, q lle esta
ban hechos con todos los requisitos y seguridades que
habría exigido el más concienzudo de los tinterillos.
Cerdearon los usureros, insistió el ministro amenazánda
les con poner el asunto en manos de los tribunales, y al
fin , no sin protestas, se allanaron á dejar la víctinla que
habían explotado por décadas enteras. A í pudo Liman
tour sacar aquella riquísima fuente de productos de las
manos de los judíos, que deben de haberla d~jado salir
con el dolor con que el 111 al o uele abandonar la presa que -2i-
consideraba segura. llerced rl e~ te paso logró nlllll'
tro reducir el núnlero d las casa::": el 11l0neda . di:'l11i
Huir los derechos de arnonedaci(m. dar un a ran impul
so á la nlinería y hacer t'ntrar al te oro públi coalgunl~':-;
millone ' que solían queJar e en los bol i3 ill o~ de los C011-
tratistas.
El país pidió al moyilnien to que 11e\ ó al poder a 1 gl~
neral Díaz, la expansión de sus intere es nlateriale-- y
el amplio uso del derecho que le a istía para entnri3t' al
lado de los otros pueblos cultos el participar de la \'e11 -
tajas de la ciyilización. La fuente se hallaba seca, la ca
ñería estaba tomada de orín la yegetación cercana ca
recía de brío y de yigor; pero se abrió la e, pita yel agua
entro regurgitando por los tubos, subió por las gárgola~
de yiejo tallado, ascendió por el aire en chorros agudo~
como puilale::, cual si tratara de dardear al cielo, y \Ja-
jó esparciendo el yigor y la yida á II derr lor ......... ,
Ya no había quien quisiese poner el desi rto en trt' la
debilidad y la fuerza; ya no había quien tt'miera el la
cultura; ya había quien creye e que la política l1W
jor consistía no en el ai lamiento, in o en la difu ¡{¡n,
Entonces yinipron las peticiones para el e"tabl e i III ien-
to de líneas de ferrocarril, se construyeron la prim ra:-;,
pero el país pedía más, más sin cesar. porque su ed no
se extinguía con una poca del agua que había elllpeza
do á fertilizar el suelo cercano al manan tia!. ... . La pri
nlera administración del general Díaz, la del general
González .Y to'das la del actual Pre iden te que \'i n ieron
de pués, fueron esencialnlente constructora:' de ferroca
rriles' se daban concesiones á quien la pedía, rara cllal--2 -
ljui r lín l'a, ('on anchura yarial)lc, . in ."ubyenclól1, con
sul)\'encif>n cn)} , i tente en dinero, en yales d ti erras na
cionales, en bonos al seis por ciento, con derecho de reyer i(m de la \'ía al país en plazo d e cincuenta, de ochen
ta , de nOYellta y nueye año~. l\lás d e ciento cincuenta 111i
ll ones de pesos lle\'all recibido las enl presas de ferrocarri
leF3 y por lo luellOS la mitad de lo cuat rocientos lllill one '
(\ \.1 e debe el país se han aplicado á la con. trucción de \'ías
férreas: ¿ha ido conven iente tal cosa? Sí, y nlil \'ece ' sí.
Por los ferrocarriles enlpezanlos á formar parte de la
h\.1111anidad que yi\'e y trabaja; por los ferrocarriles hi
ci mo fructíferos desiertos en que ólo Ee escuchaba el
alarido del illdio leyantisco y por los ferrocarriles aca
hanlos con el caudillaje inlpidiendo que se levantaran
contra el gobierno nacional á la hora que les viniera en
Jlli ente , el general descontento, el gobernador intrigan
te, el cacique suspicaz y el alubicioso de cualquier lina
je () denomiuación. Los ferrocarriles nos han redimido,
nos han enriquecido, nos han civilizado y han hecho la
unidad nlexicana.
Pero pasados los prilneros años había que poner coto
á aquel afán de subvenciones. El señor Limantour, des
pués de reflexionarlo larga y maduramente, presentó en
consejo de ministro una sesuda exposición sobre el caso,
en que se contentan estos puntos principales: subven
cionar sólo líneas que unan el centro del país con Guay
lnas Ó Topolobam po, con l\Ianzanillo, Acapulco ó Zi
h uatanejo, á fin de tener COlTI unicaciones directas con el oceáno Pacífico; la que acerque ~Iéxico á Guatemala y la que ponga en contacto l"Iéxico y Tampico; se
fíalar reglas para la cad ucidad, para la concesión de -2'1-
nueva"' líneas, y para lndíca rrlllllbo y 10<:<1 í() 1l dt) t \ ~ t a~ _
De lo pnnclplo que :::;entó el lllini ,-. tro en ~ll 1111-
<..: iativa sali ó la nueva ley gJneral de ft'lTocarriles, <¡tI
sirvió r como dice uno d~ los 111ás entendido 111 ex ¡ca
nos Que han tratado este asnnto y para ca lcular la inI11 E11-
~a di.stan cia recorrida, lo que nos faltaba por haee l' y
cómo debían10s llevarlo á cabo dentro de los linea mi en
tos bi en definidos de un plan racional.
Pero algo más que esto le debe el país al seil or 1.i
mantour en materia de ferrocarriles: haber cOlnprelldi
do que debían servirnos no sólo para nuestro desarrollo
económico y so(:ial , si no proporciona 1'no,' la -'egll ridad
de que no serían nunca obstáculos para e~e lni -' mo de:-=a
rrollo y que resarcirían un poco de 10 que han costado.
Por una impreyisiún (perfectalnente expli cable en la.
época en que se expidi ere n las con ce ion s ferrocarril e
ras, en que apenas eran conocidos los trusb) ' ..\ dejú in
vívito á las conlpañías el derecho de coludirse para al
zar los fletes y pon er al comercio en un terribl e pl'(\<li
cam ento. Dos poderosas organizacione ferro arri l ra ~,
la Standard Oil COlnpany y peyer y Co mpañía , toma
ron los ferrocarril e mexicanos como cam po ue lu cha
financiera. La Standard emp zó por adqu irir gran Illí
nlero de accione en el Ferroearril e ntral Illientra ' la
otra se adueñaba del Ferrocarril ~acio ll a l .Y trataba de
asegurar el donlÍnio del Interocéalli co. ~li entras la lu
cha existiera todo marcharía bien: la con) peten<'ia .. el'
yiría grandeluente á todas las actiyidade , ana; pero (1
la hora que lo competidores llegaran (y ll egarían pron
to) á una inteligencia nlás Ó rn eno ' perfecta, 1 .. habría
sido dable imponer la ley á ~léxico, que t ndría qu -30-
<l(~jar en su.' n1unos presente y pon"enir, elementos aé
tllal e. y futuro ', cuanto e .Y cuanto puede llegar á ~er. El gobierno mexicano comprendi() que la única 1nane
ra de impedir que las cOlupañías rivales llegaran á un
.arreglo consistía en captar la nlayoría de ~as acciones
<I(-Il1,'erl'oéarril Interocéanico Ú d 1 l\Iexic:.lno de Vera
crU7, lln eas de que tenía absoluta uecesidad la casa
8peyer si quería seguir ]a contienda iniciada con el Cen
tral , que cuenta con los puertos de Tanlpico y lVlanzani)Jo.
]~mpezó en efecto sus arreglos por ese can1ino, tenien
do ell cuenta lo propicio de la situación, pues la conl
pañía del InterocAánico acabttba de ernitir los títulos
~ 1econcl Debent¿~re Stock, J ya daba por segura 12 realiza
ción de sus planes, cuando el sefior Lünantour hizo pro
puestas para adq ui rir la totalidad de las nuevas accio
nes. Respondió la compañía que acababa de recibir
igual Insinuación de la casa Speyer, y que parecién
dol e innoble establecer una puja entre dos compradores
igual men te respetables cedería los Deben,(tu.;re á quien hi
ciera mejores propuestas en determinado día y hora, me
diante la consignación de las condiciones en pliego ce
rrado. En caso de igualdad, el gobierno llevaba la pri-
111acÍa. Aceptaron tanto Speyer C01no el gobierno, y el
señor Limantour, como término de lo acordado, telegra
fió á nuestro Agente Financiero en Londres que hiciera
la operación á 98; mas por una maravillosa intuición,
que nunca se alabará bastante, el ministro, momentos
después de haber firmado el despacho, reformó lo escri
to y ordenó que se ofreciera 98 . Al abrirse los pliegos se
yió que Speyer ofrecía también 98 y que sin el feliz -31-
pre entílníento del 8ei"ior Línwntoll r, la 0r raci{)\) ha
bría quedado concl uida en fa \'or de <lU ien ten b fO),IllIl
] aela las prÍlneras propue8tas,
~Iediante el arreglo, el gobierno rnex ieal:@ di ~ pon Ía
de 500,000 sobre los R5-!,OOO yotos que pueden ngurnr
en las Asambleas generales. Spe) el' tenia uno d dO:5 en
minos: ó entenderse con la Standard Oí] realizando t'l trnst antes de tiempo, ó tratar con el Gobierno méxica
no ofreciéndole sus elen1entos. Se decidió por el .. egll\l
do extremo con gran satisfacción del paí~, que yió á po
co seguir la primera y peligro~a operación, d ]a con1pra.
de una buena cantidad de acciones ele lo ~ ferrocarril e::;
Nacional é Internacional, con1pra que ha asegurado á :Nléxico de una catástrofe que habría equi \'alido á]a pér
dida de los enorrnes sacrificios hecho~ para tener ferro
C'arriles.
Al concluirse la segunda operación, el n1illi stro ~il1-
tetizaba as! las ventajas que obtenía el paí. con la com
pra ejecutarla: "El Gobierno dispondrá d doce millo
nes de pesos aproxiroadarnente, para la pros cucifm de
obras públicas, y á la vez ha obtenido en nHly poco tiem
po y de una manpra radical , la situación lnoral -' P Cll
niaria que ambicionaba alcanzar en ]a ' tI' 1)) pI' SH.'
del ferrocarril Naciona], de] ferrocarril Internacional y
del ferrocarril Interoceánico: ha robustecido la acción
del poder público re pecto á las demá::; línea. férrea.,'y
ha alejado para siempre el peligro de una formidabl
consolidación de intereses particular . que no amena
zaba. E stos resultados se han asegurado mediante la em i
sión de obligaciones del Tesoro por valor de ] 2.5UO,0
dollal's, que por el rédi to bajo qu tienen n 1 111 r 'a<1o, -3~-
han afirmado todavía lnú el (' rédito de la nación , y cuyo servicio de réd ito:::;, lo mi smo que el de anlortizaci(m ,
es de esperarse fund adan1ente que se haga, en gran par
te, con las utilidades pecuniarias que proporcione al Go
bierno el capital in vertido en la compra de títulos de ferrocarri l. "
Si los ministros de nuestra epoca anárquica hubie
ran oído hablar de las hazañas de Linlantour, quizás pen
saran que ó se trataba de un cuento lisonjero pero absolutamente de. tituido de verdad, ó que el autor de ta
le prodigios era un soplador á lo Nicolás Flan1el, hábil
para transmutar en oro los metales más viles.
Tras el rescate de las líneas férreas vinieron la contra
tación de obligaciones del Tesoro con 4~ pg de interés,
y por 18.500,000 dólares, y la de un empréstito por ......
40.000,000 de dólares en condiciones excepcionalmente
favorables; pero tales cosas eran sólo á manera de pre
liminares de la obra más importante y fundamental que
pudiera acometer ministro alguno.
A principios de 1903 se averiguó que el gobierno co
misionaba á don Enrique C. Creel para que tratara el
asunto monetario ante el gobierno de los Estados Uni
dos. Engañados muchos con el fantasü1a de los benefi
cios que nos traía la baja de la plata, y seguros de que ni leyes ni gobiernos conseguirían nada cont-ra hechos
económicos incontrastables, creyeron que 110 alcanza
ría eco ni trascendencia la comisión de que se encargaba al señor Creel.
¿Qué iba á hacerse, decían todos, cuando estaba
comprobado que la producción anual de plata excedía -33-
[)
con 111ucho ú u co nSU lno; cuando lo~ golJit'rn ... el 1-15
naciones lnás fuerte y ri ca:-: habían d monetizado el ~
n1etal hlanco y no irían seguralnente Ú de~hac l' oTandt':-:
y profunda combinaciones por c0111placer á un pní:-: qUl'
no les inlportaba cosa?
Pero, Limantour pl'il11erO y despué" su. :-:ahio" cola
boradores, no querían tanto: contentaron con dl'
n10strar que e taba en el interés dI-' lo ~:ran le ... pUt'
blos r gularizar sus compras de plata para l) pro
d ucir bruscas yariacione en el p~'ecio de e~te metal; COIl
darle á la moneda un valor fijo en oro para lo efu·to:,
del cambio exterior; y con proba r científi ca lnente qllt
la producción de plata había aumentado nHl} poc de~
de 189;) mientra que el con un10 ~ hahía el yado al
niyel de la producción- lo cual había de traer una alza
en el valor del m etal hlanco, y lo que es n1ú aún, una
reacción en el criterio d e los gobierno y de lo ~ CO Il()
mistas acerca del por\'enir de e e 111 ed io d cambio, qUl'
pronto ha de reconqui :·:tar su \'al or en 1 111e1" ado .Y ~1I
poder adqui . iti\'o con10 moneda,
¿,CÓ1110 ~ e lnanejaron Linlantour y ~u anl1go.' para (:0 11-
1110 ver y conyencer prin1el'O al Presid nt le lo E .. tado,'
Unidos y ú la en1peratriz de China, \' luego á to lo lo.
hOlnbres de e tado, ecollOl11 ista:-:, gobernant ' te:-:ta: co ro
nada ... , lit rato:-: y e peculadore eu ropeo~, ha. ta ha 'erlt ·:-:
c n \'en ir n aq u 1 plan tan encillo y un t e:-:: tan i notú'! 1 )i
fíc:il ... ería relatarlo en poca:-:: lín ea:-::: pero 110 e:-: qu e ('n' 1, que fué á Europa encabezando ]a conlÍsit.m debe de ha
ber entido, cuando .... e acogía con tan1afio,' honore: Ú lú:-,
l' presentan te' del Jl f xi co antai1 0 befado {. in 'ultadq, lo -3-1-
ql1 sin ti(, el cisné de .\Il dersen al eleyarse por los aire "
bt'llo , galano y D1ajestuo 'o despups de haber sido visto
nada IUÚ c¡ ue como u n pato feo, a:3troso y desarrapado.
LUt'go vino la ('Olnisi(m -:\Ionetaria, que trabaj<'> con
grandbim o fruto y ll egó ú conclusiones netanlente cien
tífi cas, alejándo e cien leguas y ascend iendo mil codos
sobre la antiguas convenciones de puro politiqueo, y por fin se prt'sentó la iniciativa para reform ar nuestro
si. tema monetario, que viene á ponernos prácticanlente
f:obre la base del patrón de oro.
Como por arte nlágica hizo irrupción un río de oro, un
Pactolo auténtico que in undó al país; y el metal 110ble,
que hacía tantos años no asornaba por estas tierras, vino á ser conocido de los jóvenes, añorad o por los viejos, con
fesado por los escépticos, guardado por los rof'íosos, dI
sipado por los pródigos y por todo el mundo buscado,
so] iei tado y admirado.
Creen algunos, que no saben córno explicarse esta
tl'an sfonnación maravillosa de nuestro medio, que todo
lo que pasa se debe á que el General Díaz tien e mny hll ena snerte. Si suerte es calcular lo que ha de venir
con rnatemátiea exactitud, facilitar el Inedio de que ocu
rra y valerse de quien nlejor que nadi e puede llevarlo á
cabo, uno de los rasgos de la bnena suerte de nuestro
grande hombre ha sido conocer , aceptar y recibir con
regocijo las salvadoras ideas del "nlás ri co de nuestros
sabios y del más sabio de nuestro. ricos."
Quien lea estas cosas se figurará que Lünantour es al
gún financiero á todo trapo, para quien no hay más li
bro que el Statesnl(~n r ear B ook, ni luás poenla que las -35-
tablas de logarittnos de Callet. No hay tal. Poca g n
te existen en ~léxico nlá culta, 111;1S di~cretas) mÍls
anlplianlente dotadas en todo género de di ciplinas que
este hombre sereno y equilibrado que par ce un árbol
lozano y sien1pre verde por cuyo ranlaje corriera la sa
via con igual vigor, con el n1isnlo ritnlo, con idéntica
intensidad. No hay manifestación científica artí tica
literaria ó política que no siga con surno inleré::; e te
gran curioso, que lo mismo busca y ama las noticia~ so
bre descubrimientos recientes, que la música 6 la litera
tura 6 las teorías nuevas acerca de 'eso que llalnun ra
zón de estado y modos de gobierno." Alto, pálido, delgado, elegante, parece (continuando
la comparación con el árbol) tallado en el tronco de un
cedro airoso y fino. El rostro lo tiene severo, p ro los
ojos expresan bondad y sencillez. La cabeza es fu erte,
la frente ancha, la barba bien dibujada, la voz grata y serena-serena sobre todo, COlTIO si tu viera fornlada ya,
acerca de hombres y cosas, una opinión difícil de calll
biarse. Cuando habla en la tribuna se mueve sobria y
reposadamente, y lo que escribe, aparte de .tar \'iviii
cado por la médula de león de las ciencia exactas, fí~i
cas y naturales, está expresado con prinl0r y ] gancia.
Cuantos le tratan le reconocen un def cto: u frial
dad, su dominio absoluto sobre los refl ejos, al grado que
su rostro nunca llegar á trai cionar la elnoción que le
domina. Tanto mejor; para administrar no e necesita d · nerviosos ni de imaginati ,TOS; bao ta con gente~ -·eria.
que busquen el bien y la yerdad por las endas honra
das, y Linlantour es e 0, la honradez, el método, la re
flexión y el e tudio. -J6-
E. te hombre que, dueilo de una fortuna privada gu
)e haría pa.'ar por acaudalado en cualquier lugar del mundo, se ded ica á labrar la prosperidad de su paí ; que
duplicaría y cuadruplicaría sus caudales si aplicara á hacerl es aurnentar sólo un poco del em pello que aplica
para engrandecer la hacienda pública; que por la dicha
y el crédito de ~Iéxico ha expuesto el bienestar y la salud , ¿no es un gran patriota? ¿no es un gran altruista? ¿no encierra en su aparente frialdad un espíritu vivo, ar
di ente y entusiasta, como las tunlbas etruscas suelen en
cerrar un a lámpara perenne que no se consume con el
transcurso del tiempo, ni se apaga con el soplo de las
rachas de aire, porque lleva en el interior un alünento
lnaravillo~o, que no puede extinguirse nunca? Quizás repudiará mis elogios el señor Limantour; pa-
ra su significación vendrían mejor las frases autorizadas
de uno de sus pares-un Creel, un Macedo, un Casasús,
un Pineda,-y no las expresiones de un simple es
critor sin atisbos científicos; pero yo, que por costumbre
busco en las obras humanas algo que las señale é indi
vidualice, en la de este creador de riqueza veo algo que me la hace interesantísima: veo obra de arte, veo obra
una, veo obra sintética y transformadora, de tal modo,
que sus trabajos se me figuran un poema en que sube el
interés desde el principio al fin, un ejército en correc
ta formación que obra conforme á un plan alto, delibe
rado y sabio.
Por eso he buscado la oportunidad de estudiar á un
hombre en quien considero no un simple removedor de
caudales, sino algo de eso que constituye la inspiración
en el poeta, el fuego en el orador, la intuición en el ge--37-
neral y n 1 ahio la fa cu ltad dt' il1\'\. 'ntar. El t!1.'1l1O.
(H~al o n nI);l. palabra ,
1 1 I.
El paí.::, que no s() lo atepta. :,in que:.1 lmira y lwndi
ce la obra del general Díaz. e tá "pguro de qu e la ha
rornpl 111entao granel. h rrn su y <lignam nt II p\':.1Il
do á ::: U lado á Li n1(\n ton r que ha yenid( cuan lo dpLía
yenir cuando la paz y el progre~o l1"l<1 terial hacía 11 po-
ibl e el progre. o económico.
y el paí e ha sentido rec 11 fortado al \' er que Hl
gran gobernante po ee no .;;;ólo la habilidad n e('e~aria pa
ra elegir al hOlubre que la ~ ituaci()n r qu ría, ~ino la
magnani rnidad bastante para estar .,eguro d que su m('
rito no resultará opacado ni di ~ minuid(), ino al cOlltra
rio, aquilatado y sublin1ad o, manteni end o e "' rea d · ~í Ú,
quien h a co ntri hu i do ú esc l'i 1>ir u na de las J>;ígi na lll:'~
bella de la obra colo:-;al que Díaz yi ene huriland() hacl'
lnuch o año. ,
El parti<lo liberal n1e:\:l Ca no e un heroi co \' nolJle St '
ln111 e1' de donde ha ~a lid() cuanto d mús merit orio \'
lnús grande ha honrad al país, ( '0 111 0 }-:s parta enviaha
un e partano por todo auxilie) ú la ~ nacion s débil es ()
afligida, a í el partido li1> raL en las allgl1:-;tia , ~ de la
patria, ha diputado iempre un mienlbro . uyo que :,e ha
llalnad ()n1eZ FarÍa.::. n la lu ·h a contra lo pri\'il -
gio~ ; Degollado en la 1 ucha co n tra el clero reb Id ; .J U(l
rez en la lucha contra el ext ranj ro ' Díaz n la 1\1 ·11a
por la O'randeza de la patri a, Y ahora al lado del nohl e
atl eta !lIe to la \'Ía e"tú li sto y 'un el arn1a al brazo dé~
taca á Lin1untour . ... eñ alánclole '01110 d cía el apf, .. tol , -38-
la laLor que cO J'respond áSll hora y la tarea que aguar
da de ,'u per.'ona de. puC>. ' del innH~ll.-' O trabajo que lleva
t>j 'tU tado.
( 'ierto periódico dijo en mese pasados, qu un relJorle,. in terrogó al señor Linlantollr ol)re cómo había
podido hac r tantas cosa .Y atender á tantos asuntos .Y tan di ver o ; y que el interrogado conte, t6: " iendo mi
n j"tro catorce años."
Ti ene razón 111il vece el seilor Limantour; i]e hu
biera tocado el' ministro en una de esas organizaciones
parlanlentaria en que los ministerios se mudan cada
tre mese.' y en que nada se puede ya no plantear, pero
ni iqu iera en ayar con fruto, nada habría hecho, ni
empezado, ni siquiera acometido. La obra genial, una
y maravillosa pertenece, pues, al señor Limantour; pe
ro el amplio concurso, la ayuda generosa, el apoyo fran
co, leal y si n aln baj es ha sido del Gra1. Díaz, que siente
en su nlano la. pulsación de la mano del pueblo, y que
hace lo que el pueblo quiere ó necesita.
y lVléxico tiene tal confianza en su j efe, que no pue
do menos de traer á cuento un rasgo de la historia del
primer Napoleón. En 1814, después de las terribles de
rrotas que la coali ción infligió al César , éste reunió en
Fontaill ebleau á toda su vieja guardia. Le hizo presen
te lo apretado de la situación , la necesidad de correr á Parí y la confianza que tenía en sus colaboradores.
Cuando el "corso de rala cabellera" esperaba un vítor,
los vieu:c tlp la Ivieille, aq uellos "gruñones que solían re
zongar, pero que iban sien1pre tras de su j efe" que--39-
daron silencio os y sin movinliento. El Emperad r,
inquieto y sorprendido preguntó entonce: ·¿'l" ng razón?" Todos gritaron á una voz: 'Yiya el En1p rad r ........ A París. A Paris! " "Habían p rrnanecido calla os dice el historiador del gran ej~rcito, porque juzgaban inútil responderle á su capitán lo que él sabía bien: qu
siempre estarían á su lado ...... " Y ~léxico, aunqu á
veces no responda~ está siempre al lado de su caudillo.
-40-
1 · , •
• ' ci n i i
i .L or 1, lu ar .~
1 f 1 • ~40
je 1 r n • 55/100 .
edica ori del ut r .
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1 •
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