Domingo 17 de Oct

2
      D     o     m      i     n     g     o unos sufren, otros se divierten Soldados estadounidenses bailan durante el evento Salsa la Noche, un aconteci- miento inusual de la tarde, en Kandahar, Afganistán, en el campo de aviación de Estados Unidos, a 10 años del comienzo de la guerra en Afganistan. Instantes de la historia (El espacio del diseñador)     f     o     t     o    :     A     P E t nt que n chingó L iu Xiaobo es el ganador del Premio Nobel de la Paz, un proesor de Filoso- ía en la Universidad de Pekín que han luchado por la libertad en China y como activista por los derechos humanos; participó en varias protestas en la plaza de Tiananmen, en 1989, deendiendo sus ideales y tratando de llegar a las mentes y corazones alrededor del mundo. Las protestas en la plaza de Tiananmen ocurrieron entre el 15 de abril y el 4 de junio de 1989 en la República Popular China, con el objetivo de lograr que se respetaran los derechos recogidos en la Constitución china, la libertad de prensa, de expresión, el multipartidismo, entre otros, para lo cual se unieron trabajadores y estudiantes. El 4 de junio de 1989, junto con otros activistas, Liu Xiaobo logró una ne- gociación para una salida pacífca de la plaza ante los carros blindados que se acercaban y obtuvo una condena de dos años en respuesta a su participación en la revuelta. En 1996 también u e condenado a un campo de reeducación laboral, donde conoció a su mujer, Liu Xia. En diciembre de 2008 frmó un manifesto por la Carta 08 para reclamar la aplicación de los derechos undamentales y el multipartidismo en China, lo que le valió una nueva detención por críticas e incitación contra el Estado, una condena de 11 años que aún hoy cumple.  Xiaobo, la paz  en la guerra RETÍCULA A íbal Pa ja http://anibalpanto-  ja.blogspot.com/  Es u ar s a que ha u l za la lus rac ó c el s pr e ay - r ar para su ex- pres ó ar ís ca, pues es e ñ a ó bujar; au - que s ejar e la el señ y Rsr Públ c 4g domingo 17 dE oCtUBRE dE 2010     f     o     t     o    :     A     P     f     o     t     o    :     L     A     m     B     o     f     g     o     d DOMINGO samiento reiterado: “Ya chingué”. Convencer a la pareja ue más sencillo de lo esperado. “Te invi- debió resignarse ante su realidad: no acudiría al concierto porque no compró los boletos a tiempo. Tris- posible saberlo, en la entrada ningún guardia de seguridad quería hablar. Las puertas se El autor narra las difcultades y divaga

Transcript of Domingo 17 de Oct

Page 1: Domingo 17 de Oct

8/8/2019 Domingo 17 de Oct

http://slidepdf.com/reader/full/domingo-17-de-oct 1/1

D o m i n g o

unos sufren, otros se divierten

Soldados estadounidenses bailan durante el evento Salsa la Noche, un aconteci-miento inusual de la tarde, en Kandahar, Afganistán, en el campo de aviación deEstados Unidos, a 10 años del comienzo de la guerra en Afganistan.

Instantes de la historia

(El espacio deldiseñador)

f o t o :

A P

E t nt quen chingó

Liu Xiaobo es el ganador del Premio Nobel de la Paz, un pro esor de Filoso-ía en la Universidad de Pekín que han luchado por la libertad en China y

como activista por los derechos humanos; participó en varias protestas enla plaza de Tiananmen, en 1989, de endiendo sus ideales y tratando de llegar alas mentes y corazones alrededor del mundo.

Las protestas en la plaza de Tiananmen ocurrieron entre el 15 de abril y el4 de junio de 1989 en la República Popular China, con el objetivo de lograr quese respetaran los derechos recogidos en la Constitución china, la libertad deprensa, de expresión, el multipartidismo, entre otros, para lo cual se unierontrabajadores y estudiantes.

El 4 de junio de 1989, junto con otros activistas, Liu Xiaobo logró una ne-gociación para una salida pacífca de la plaza ante los carros blindados que seacercaban y obtuvo una condena de dos años en respuesta a su participación enla revuelta. En 1996 también ue condenado a un campo de reeducación laboral,donde conoció a su mujer, Liu Xia.

En diciembre de 2008 frmó un manifesto por la Carta 08 para reclamarla aplicación de los derechos undamentales y el multipartidismo en China, loque le valió una nueva detención por críticas e incitación contra el Estado, unacondena de 11 años que aún hoy cumple.

Xiaobo, la paz en la guerraRETÍCULA

A íbal Pa ja

http://anibalpanto- ja.blogspot.com/

Es u ar s a queha u l za la

lus rac ó cel s p r e ay -r ar para su ex-pres ó ar ís ca,pues es e ña ó bujar; au -que s ejar ela el señ yel erés p r lasar es plás cas,se ha a e rae la lus rac ó .

R s r Públ c

En palabras...“Si mañana le repar-

timos acciones deTelmex o de Pemex a lapoblación no va a vivirde eso. Lo que necesitaes tener un ingreso, loque necesita es sus-

tentar su bienestar a través de un ingreso; si yo, regalando300, 400 o 500 dólares a cada mexi-cano acabara con la pobreza, meencantaría, lo haría con todo gusto;estoy convencido de quela pobreza no bene cia anadie más que, quizá, aalgunos políticos

Carlos slimEmprEsario mExicano

4 g domingo 17 dE oCtUBRE dE 2010

f o t o :

A P

f o t o :

L A m B o f g o d

DOMINGO

Adid Jiménez [email protected]

¿Desde cuándo supoél del concierto de su grupo

avorito? Desde el mes de ene-ro, cuando lo vio en Internet.Navegó y visitó varias páginas,averiguó todos los detalles per-tinentes respecto al ansiado re-cital: echa, lugar, entradas. Elcosto de los boletos ascendía alos 535 pesos y se podían con-seguir con acilidad. La sonrisamaligna delató el pensamientoinmediato de tan singular per-sonaje: “Ya chingué”.

El siguiente paso consistía enrealizar un plan per ecto. El pulsodel cirujano se conjuntó con la pa-ciencia del cazador y los cálculosdel ajedrecista. Ni el más hábilingeniero pudo imaginar proce-dimiento tan sencillo: comprar los boletos primero, asistir al concier-to después. Sonrisa maligna y pen-

samiento reiterado: “Ya chingué”.Convencer a la pareja ue mássencillo de lo esperado. “Te invi-to a un concierto”, dijo él. “¿Dequién?”, preguntó ella. “Lamb o God”, le respondió con cierto mie-do. “¿Quiénes son?”, cuestionó la

damita. “Es el grupo éste de rockpesado con el vocalista que nocanta, más bien ladra”, remató elcaballero. Dos segundos despuésla mujer le dijo a su novio: “Ok”.Por supuesto que lo sorprendió,sobre todo si se considera que losgustos de la joven no incluyen estegénero musical, mismo que algu-na vez dijo odiar… pero aceptó.Su galán exclamó: “¡Yes!”, pero enrealidad pensó: “¡Ya chingué!”.

No podemos culpar a la na-cionalidad del hombre por todoel tiempo que perdió entre el ins-tante en el cual supo del conciertoy el momento en el que trató deadquirir los boletos. Cierto es quelos mexicanos acostumbran dejartodo para el último, pero el sistemade venta de las entradas no perdo-na. Si el recital estaba programadopara el día 5 de octubre, lo más ló-gico es que tres días antes las loca-lidades estuvieran agotadas. Y así

ue. Con un nudo en la garganta elcirujano allido, el ajedrecista rus-trado, el cazador descubierto y elingeniero malogrado, todos en uno,

debió resignarse ante su realidad:no acudiría al concierto porque nocompró los boletos a tiempo. Tris-teza pro unda y un nuevo pensa-miento: “Me chingué”. Pero, cualminero chileno, vio una luz al fnaldel túnel. Si bien el mexicano deja

todo al último, también acostum- bra resolver las cosas por debajodel agua. “¡Claro, la reventa!”. Conesta idea en la mente, el genio rus-trado emprendió la travesía hastael Distrito Federal en compañía desu pareja. Si todo salía bien, la co-rrupción estaría de su lado.

19:00 horas. A la salida de la es-tación La Viga, de la línea 8 del Me-tro, varios hombres preguntaban alos darketos si les sobraba un boleto.Todos respondían que no. El prota-gonista de esta historia sudó río. Nilos revendedores tenían entradas.El plan se desmoronaba.

De pronto ocurrió el milagro.El recinto no estaba lleno. El gru-po estelar comenzaría a tocar alas 21:00 horas y minutos anteslos organizadores decidieron de- jar entrar a 100 personas más.Eso sí, con sus 400 pesotes en lamano. A correr y hacer fla. Estono estaba contemplado en ningúnplan, pero podía uncionar.

La fla avanzó con lentitud,pero de pronto se detuvo. “¿100ya?”, preguntaban algunos. Im-

posible saberlo, en la entradaningún guardia de seguridadquería hablar. Las puertas secerraron y cientos de anáticosse quedaron a uera, en el río deuna noche de octubre.

Lamb o God comenzó a tocar,

los de a uera lo supieron porquelos muros en los que se recarga- ban y el piso debajo de sus piesse cimbraban por tanto guitarra-zo. Y ni así se ueron. Siguieronahí, con la esperanza de entrar, deconmover a los guardias a puntade mentadas, ilusionados con laposibilidad de que Randy Blythese negara a seguir cantando has-ta que dejaran entrar a esos 150…100… 40… 15…

Al cumplirse una hora con 15minutos de concierto, el protago-nista de esta historia hizo caso alconsejo de su novia: “Vámonos”.Luego de acabarse la sopa instan-tánea y comprar una playera derecuerdo, ambos tomaron el Me-tro para alejarse tanto como ueraposible de la uente de su rustra-ción. “Pero un día van a volver”,pensó él en ese momento. “En-tonces voy a comprar los boletosa tiempo y voy a chingar”.

Ese es el plan que tiene eltonto y se a erra a él. Es eso oalcanzarlos en el concierto dehoy… en Australia.

El autor narra lasdifcultades y divagaentre las decisiones paraasistir a un concierto sinque sepa que el destino

le jugará una mala broma