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    DOGMACERO1

    DOGMACEROHORIZONTE ALTERNATIVO

    Nmero 8 | Abr-May-Jun 2014

    David lvarez / Xavier Bartlett

    Entrevista a Salvador Freixedo:Ellosson los autnticos seoresde nuestro planeta

    Concha Palacios / Xavier Bartlett / David lvarez

    Homenaje a Andreas Faber-KaiserEntrevista indita a los 20 aos de su muerte

    Michael Cremo

    La involucin humana

    Scott Creighton

    El fraude de la Gran Pirmide

    Tambin en este nmero:John Bindernagel: ElSasquatchUn descubrimiento zoolgico precoz e

    indeseado? Nacho Ares: El nacimiento de la piramidologa BeatrizGato-Rivera: Universos branas, el principio subantrpico y la conjetura de

    indetectabilidad Joan Navarro: Fotograa en infrarrojo de un VED en Portde la Selva (Girona)

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    DOGMACERO2

    DOGMACEROPubliccin Trimestrl

    NMERO 8

    aBRILMaYOjUNIO 2014EDITORDvd vz P

    EDITOR ADJUNTO

    Xv B

    REDACCIN

    D CoEdd Pa S

    COLABORADORESNho a, Hy B,

    Ro Bv,adw Co, Php Copp,So Co, So Cgho,Sv G, Gh Hok,

    j P d jog, jo M. K,R Nv Ooo-V,Coh Po Nk Pop,

    Mxo Sd,Ld So, Rp Shdk,

    Dvd P, Ro Tp

    CORRESPONSALES

    So Co (U.S.a.)R Nz II.EE. (Ch)

    CEFORa (ag)

    Contacto

    [email protected]

    DOGMaCERO pdpd, dd od o y q dy o Cv Coo 3.0 qoz op, pod yd d xo o : o p oo d xo, h d o y f og y o pd h o dvd dxo.

    Rogo q o oq pooo o podd q d o odo d p.

    hp://www.dogmacero.org

    ContenidoEditorial 34

    Michael Cremo

    La involucin humana

    John A. Bindernagel

    El Sasquatch: Un

    descubrimiento zoolgico

    precoz e indeseado?12

    Sco Creighton

    El fraude de la Gran

    Pirmide24Nacho AresEl nacimiento de la

    piramidologa

    42

    David lvarez y Xavier Bartle

    Entrevista a Salvador

    Freixedo:

    Ellos son los autnticosseores de nuestro planeta

    36

    Redaccin DogmaCero

    Homenaje a

    Andreas Faber-Kaiser 52Andreas Faber-Kaiser

    Sombras extraterrestres56Concha Palacios

    Entrevista a AFK (1992) 68Beatriz Gato-Rivera

    Universos branas, el principio

    subantrpico y la conjetura de

    indetectabilidad78Joan Navarro

    Fotograa en infrarrojo de unVED en Port de la Selva 92

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    Editorial

    Tal vez una de las mejores maneras de desprestigiar un acontecimiento o cual-quier hecho relevante sea darle un trato frvolo y jocoso, convirtindolo en te-rreno abonado al chiste fcil y al desprestigio, no slo del mensaje, sino tambin

    del mensajero. Introducir de forma premeditada una dosis de desinformacinque rpidamente es difundida por medios de comunicacin, con frecuencia poco

    profesionalizados y aceptada sin crtica ni criterio alguno tanto por el medio como, confrecuencia, por el lector, incrementa todava ms ese desprestigio del que hablamos. Yesto es lo que quieren que ocurra con todas aquellas informaciones que se salen de loscauces marcados por el actual paradigma y esa especie de pensamiento nico, que pre-tenden imponernos en el mbito del conocimiento. Todo aquello que altere un conceptotranquilo, estable y controlado del mundo en el que vivimos o se intenta silenciar o, si ellono es posible, se ridiculiza y se ataca con argumentos con frecuencia dogmticos, pro-cedentes de un sector del mundo acadmico, ms propios de intransigentes posicionesreligiosas que de la aceptacin de la diversidad del pensamiento humano.

    Pero esto ni es nuevo ni nos sorprende. La universidad tiene su origen en los gremios

    medievales y surge como una corporacin de apoyo para el aprendizaje. Era un gremio demaestros y aprendices, bajo el manto protector de la Iglesia catlica y sus dogmas de fe,que se reservaba el derecho a admitir a sus miembros, que decida que conocimiento de-ba darse a conocer y cual deba permanecer oculto, que expeda licencias (de ah el nom-bre licenciatura) para difundir ese conocimiento. As pues, la universidad surge comoun intento de controlar la diversidad y uniformar el conocimiento permitido y proscribiraquel otro considerado peligroso y que pas a ser conocimiento prohibido.

    Quienes hayan ledo la Biblia vern que el Nuevo Testamento no es ni siquiera un hijobastardo del Antiguo Testamento, del que pretende ser continuacin, sino que simple-mente son dos relatos de un dios completamente diferente, por mucho que nos lo vendancomo un nico corpus de conocimiento. Quien haya intentado ir un poco ms a all de lostextos histricos sabr que la tan denostada Astrologa fue exactamente lo mismo que laprestigiosa Astronoma. Que aquella fue proscrita en 1586 por el Papa Urbano VIII, porhertica y que Galileo, Kepler o Tycho Brahe fueron importantes y reconocidos astrlogos.Haran bien quienes hoy se burlan de esa disciplina en estudiar un poco de Historia de laotra Historia, de la prohibida y silenciada por la universidad.

    Y llegados a este punto, posiblemente se pregunten a qu viene todo esto. Permtanme quepara responder les invite simplemente a leer el presente nmero de DogmaCero. Lean,por favor a Michael Cremo (del que, por cierto, ahora tenemos acceso en espaol a su obraLa historia oculta de la especie humana). Lean a nuestro colaborador Scott Creightonque en un artculo en exclusiva conirma de forma incontestable que la atribucin de laGran Pirmide al faran Keops (o Khufu) se basa en una mentira histrica de dimensionescolosales. Al Dr. Bindernagel y sus esfuerzos por digniicar el descubrimiento de lo que tal

    vez pueda representar una nueva y desconocida especie de simio, el bigfoot, en medio deldesprecio de muchos de sus colegas. A Salvador Freixedo, en una entrevista cuyas airma-ciones resultarn simplemente increbles para muchos pero que, puedo asegurarles, sebasan en documentos y testimonios absolutamente ciertos. A la Dra. Beatriz Gato-Riveraque en un valiente artculo que personalmente he reledo varias veces, pone los cimientosde una nueva teora para entender el fenmeno OVNI, su comportamiento y sus conse-cuencias para la Humanidad. Lean, en in, la magnica entrevista que la periodista ConchaPalacios, amiga y colaboradora de Andreas Faber-Kaiser, le hizo en 1992 al desaparecidoescritor y periodista (un interesantsimo documento histrico) y el artculo que con mo-tivo del 20 aniversario de su muerte recuperamos en homenaje a su memoria. Lanlos atodos, porque ah encontraran la respuesta a muchas preguntas y, lo que tal vez sea msimportante, la inquietud de continuar plantendose otras. Porque el conocimiento, posi-blemente no les haga ms felices pero les har ms libres.

    D [email protected]

    mailto:editor%40dogmacero.org%0D?subject=mailto:editor%40dogmacero.org%0D?subject=mailto:editor%40dogmacero.org%0D?subject=
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    La involucin humana

    Michael Cremo

    Michael A. Cremo (1948) es uninvestigador independiente

    estadounidense y autor de numerosostrabajos en los que sostiene que los

    seres humanos habitan la Tierradesde hace 30 40 millones de aos,

    en abierta confrontacin con la teora

    de Darwin. Para ello ha recopilado yestudiado centenares de anomalashistricas y arqueolgicas que recoge

    en el libro, escrito conjuntamentecon Richard L.Thompson Forbidden

    Archeology. En este interesanteartculo Cremo ahonda en los

    orgenes del hombre desde el puntode vista de la literatura vdica.

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    L

    a cuestin de los orgenes delhombre siempre ha sido un temacandente entre los ilsofos y loscienticos. Hoy en da, la mayo-ra de ellos aceptan la versin de

    Darwin, segn la cual los seres humanossemejantes a nosotros existen desde haceunos 100.000 aos, despus de haber evo-lucionado a partir de unos antepasados

    ms simiescos. Pero la literatura vdica nosofrece otra versin de los orgenes huma-nos. Yo llamo a esta historia la involucinhumana. Para explicarlo en sus trminosms simples: no evolucionamos a partirde la materia, sino que involucionamos, odescendimos, del espritu. En este artculo

    quiero mostrar cmo puede presentarseeste concepto vdico de involucin humanaa los que no estn muy familiarizados con laliteratura vdica.

    El proceso de involucin humana, el proce-so por el cual los yoes conscientes entran enlos cuerpos humanos en la tierra, ha estadoocurriendo durante mucho tiempo. Segnlos Puranas, o historias, los seres humanos

    como nosotros han existido en la tierra du-rante grandes perodos de tiempo cclico.La unidad bsica de este tiempo cclico esel da de Brahma, que tiene una duracin de4.320 millones de aos. El da de Brahma

    es seguido por una noche de Brahma, quetambin tiene una duracin de 4.320 mi-llones de aos. Los das siguen a las nochesen una sucesin sin in. Durante los das deBrahma, la vida incluyendo la vida huma-na se maniiesta y durante las noches, no

    se maniiesta. De acuerdo con el calendariocosmolgico Purnico, el da actual de Bra-hma comenz hace unos dos millones deaos. Uno de los antepasados de la humani-

    dad, Svayambhuva Manu, gobern duranteese tiempo, y el Bhagavata Purana (SrimadBhagavatam 6.4.1) nos dice: Los... sereshumanos... fueron creados durante el reina-do de Svayambhuva Manu.

    Por lo tanto, un arquelogo vdico podraesperar encontrar pruebas de una presenciahumana al retroceder hasta un tiempo tan

    lejano. En nuestro libro Forbidden Archaeo-logy (Arqueologa Prohibida), mi coautorRichard L. Thompson (Sadaputa Dasa) y yodocumentamos numerosas pruebas, en for-ma de esqueletos humanos, huellas huma-

    nas y artefactos humanos, lo que demuestraque seres humanos como nosotros han ha-

    bitado la Tierra durante cientos de millonesde aos, tal como nos dicen los Puranas. Es-tas pruebas no son muy conocidas debidoa un proceso de iltrado del conocimientoque opera en el mundo cientico. Las prue-bas que contradicen la teora darviniana dela evolucin humana se han apartado, igno-rado, y inalmente olvidado.

    Si bien estas pruebas sobre la extrema anti-gedad humana estn en contradiccin con

    la actual teora darviniana de la evolucinhumana, no nos dicen nada sobre el autn-tico origen de los seres humanos. Estos des-cubrimientos, simplemente nos dicen quenecesitamos una nueva explicacin paralos orgenes humanos. Pero eso tambin

    Pod d o d Mh CoHumandevoluton

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    es importante. Para qu ofrecer una nue-va explicacin, si no es porque realmentese precisa tal explicacin? En mi libro Hu-man devolution (La involucin humana)expuse una nueva explicacin, basada en la

    informacin que podemos encontrar en losPuranas.

    Antes de hacer la pregunta De dnde pro-ceden los seres humanos?, debemos ha-

    cernos en primer lugar la pregunta Ques un ser humano? Hoy en da la mayorade los cienticos creen que un ser humanono es ms que una combinacin de materia,de elementos qumicoscomunes. Este supuesto

    limita los tipos de expli-caciones que se puedenofrecer a los orgeneshumanos. Yo propon-

    go que, basndonos enlas pruebas cienticasdisponibles, es ms ra-zonable arrancar con lasuposicin de que un serhumano est compuesto

    de tres sustancias queexisten separadamente:la materia, la mente y laconciencia (o espritu).Este supuesto ampla el

    abanico de posibles ex-plicaciones.

    Cualquier cadena cien-tica de razonamientocomienza con algunas

    suposiciones iniciales que no son riguro-samente demostrables. De lo contrario,podramos quedarnos atrapados en unaregresin ininita de las pruebas de los su-puestos y las pruebas de las pruebas de los

    supuestos. Los supuestos iniciales simple-mente deben ser razonables sobre la basede las pruebas disponibles. Y es razonable,sobre la base de las pruebas disponibles,postular la existencia de la mente y la con-ciencia, adems de la materia conocida,como elementos separados que componenel ser humano.

    A los efectos de la discusin cientica, de-ino la mente como una sutil sustancia ma-terial asociada con el organismo humano yque es capaz de actuar sobre la materia co-nocida en formas que no podemos explicar

    segn nuestras actuales leyes de la Fsica.La evidencia de este elemento de la menteproviene de la investigacin cientica so-bre el fenmeno llamado por algunos pa-ranormal o psquico. Esto nos conduce ala historia oculta de la Fsica (el proceso deiltrado del conocimiento tambin opera eneste campo del conocimiento).

    Por ejemplo, todo estu-diante de Fsica conoce

    la obra de Pierre y MarieCurie, el matrimonio que

    recibi el Premio Nobelpor su labor en el descu-brimiento del radio. Estahistoria se encuentra enprcticamente todos loslibros de texto de sicaintroductoria. Lo que nose lee en los libros de

    texto es que los Curie es-taban muy implicados en

    la investigacin psquica.Formaban parte de ungran grupo de prominen-tes cienticos europeos,incluyendo otros gana-dores del Premio Nobel,que estaban llevandoa cabo investigacionesconjuntas sobre lo para-

    normal en el Pars de principios del sigloXX. Durante dos aos, el grupo estudi a lamdium italiana Eusapia Palladino.

    La historiadora Anna Hurwic seala en subiograa de Pierre Curie (1995, p. 247): lvea las sesiones de espiritismo como expe-rimentos cienticos, trataba de controlarlos diferentes parmetros, tomaba notasdetalladas de cada observacin... estabarealmente intrigado por Eusapia Palladino.Acerca de algunas sesiones de espiritismocon Eusapia, Pierre Curie escribi al sico

    Antes de hacerla preguntaDe dnde

    proceden losseres humanos?,

    debemos

    hacernos enprimer lugarla pregunta

    Qu es un serhumano?

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    Georges Gouy en una carta fechada el 24 dejulio de 1905: Tuvimos unas pocas sesio-nes de espiritismo en la Sociedad de Psi-cologa con la mdium Eusapia Palladino.

    Fue muy interesante, y verdaderamente losfenmenos que hemos visto no nos parecie-

    ron trucos de magia: una mesa se elev msde un metro por encima del suelo... Todoesto en una habitacin preparada por no-sotros, con un pequeo nmero de especta-dores bien conocidos y sin la presencia deun posible cmplice. Pierre Curie informque en tales ocasiones, la mdium fue cui-dadosamente controlada por los cienticospresentes. El 14 de abril de 1906, Pierre es-

    cribi a Gouy sobre algunas nuevas inves-tigaciones que Marie y l haban llevado acabo: Hemos tenido unas pocas sesionesms de espiritismo con Eusapia Paladina(ya habamos tenido sesiones de espiritis-mo con ella el pasado verano). El resultadoes que existen los fenmenos de verdad, yya no puedo dudarlo por ms tiempo. Es in-creble, pero es as, y es imposible negarlostras las sesiones de espiritismo que practi-

    camos en condiciones de perfecto control.Y concluy: Segn lo veo, existe un dominiocompletamente nuevo de hechos y estados

    sicos del espacio de los cuales no tenemosla menor idea.

    Estos resultados, y muchos ms como estos

    de la historia oculta de la Fsica, sugieren

    que el organismo humano est asociado aun elemento mental que puede actuar so-

    bre la materia conocida de una forma que

    no podemos explicar fcilmente por nues-tras leyes sicas actuales. Esta investiga-cin contina en la actualidad, aunque lamayora de los cienticos que la llevan cabose estn concentrando en los microefectos,

    en vez de los macroefectos reportados por

    Pierre Curie. Por ejemplo, Robert Jahn, di-rector del departamento de ingeniera de

    la Universidad de Princeton, comenz a in-vestigar los efectos de la atencin mental

    en los generadores de nmeros aleatorios.

    Un generador de nmeros aleatorios nor-

    malmente genera una secuencia de unos yceros, con igual nmero de cada uno. Pero

    Jahn, y los colaboradores que han prosegui-

    do con la investigacin, observaron que lossujetos pueden inluir mentalmente en losgeneradores de nmeros aleatorios para

    producir un nmero mayor estadstica-mente signiicativo de unos que de ceros(o viceversa).

    Las pruebas sobre un yo consciente quepuede existir independientemente de lamente (la materia sutil) y de la materia co-

    mn provienen de los informes mdicosde las experiencias extracorpreas (EEC).Durante ciertos eventos traumticos, comolos ataques al corazn, se detiene el lujosanguneo hacia el cerebro, y los sujetospierden la consciencia. Sin embargo, algu-nos individuos coniesan que en tales oca-siones se separaron de sus cuerpos. Es ms,hablan de que observaron conscientementesus propios cuerpos. La realidad de estasexperiencias ha sido conirmada por losinvestigadores mdicos. Por ejemplo, en fe-brero de 2001, un equipo de la Universidadde Southampton, en el Reino Unido, public

    un estudio favorable sobre experiencias ex-tracorpreas en pacientes de paro cardiacoen la revista Resuscitation(v. 48 , pp. 149-

    Lo poo C ooo

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    156). El equipo fue dirigido por el Dr. SamParnia, un investigador senior de la univer-sidad. El 16 de febrero de 2001, un informepublicado en el sitio web de la universidadairmaba que el trabajo del Dr. Parnia su-

    giere que la conciencia y la mente puedenseguir existiendo despus de que el cerebrohaya dejado de funcionar y el cuerpo estclnicamente muerto.

    Esto es exactamente la concepcin vdi-ca. Al morir, el yo consciente abandona elcuerpo, acompaado de la cobertura mate-rial sutil de la mente, y luego entra en otrocuerpo de materia bruta. Los recuerdos devidas pasadas se graban en la mente, y son

    accesibles por el yo consciente en su nuevocuerpo hecho de materia densa, tal como lodemuestran los extensos estudios del psi-quiatra Ian Stevenson que veriican los re-cuerdos de vidas pasadas de los nios.

    Si el organismo humano est compuesto demateria bruta, mente y conciencia (o espri-tu), es natural suponer que estos elementosprovienen de depsitos de tales elementos.

    Esto sugiere que el cosmos se divide en re-giones o niveles, de materia bruta, mentey conciencia, cada uno habitado por seresadaptados a la vida all. En primer lugar,hay una regin de la conciencia pura. Laconciencia, tal como la experimentamos, es

    individual y personal. Esto sugiere que lafuente original del yo consciente tambines individual y personal. As que adems delas unidades individuales de conciencia queexisten en el reino de la conciencia pura,

    tambin existe un ser consciente original,que es su fuente. Cuando el yo conscientefraccionario renuncia a la relacin con suorigen, se ubica en las regiones ms bajasdel cosmos predominado por sustancia ma-

    terial sutil (la mente) o por sustancia mate-rial bruta.

    Existe, pues, una jerarqua csmica de seresconscientes. Los relatos acerca de esta je-rarqua csmica de los seres se encuentranno slo en los Puranas, sino tambin en lascosmologas de muchas otras culturas. Las

    cosmologas comparten muchas caracters-ticas. Por lo general, incluyen un Dios origi-nal que habita en el reino de la conciencia

    pura, un dios creador subordinado que ha-bita una regin de materia sutil del cosmosjunto con muchas clases de semidioses ysemidiosas, y un reino terrenal, dominadopor la materia bruta, habitado por seres hu-manos como nosotros.

    Esto sugiere que el universo de nuestra ex-

    periencia debera mostrar signos de que hasido diseado por una inteligencia superiorpara acomodar la vida humana y otras for-

    mas de vida. La cosmologa moderna pro-porciona pruebas de ello. Los cienticos handescubierto que los nmeros que represen-tan las constantes y las proporciones de lasfuerzas naturales fundamentales de la sicaparecen estar inamente sintonizados paraque exista la vida en nuestro universo. El

    astrnomo Sir Martin Rees considera queseis de estos nmeros son especialmentesigniicativos. En su libro Just Six Numbers(Slo seis nmeros) (2000, pp. 3-4) dice:Estos seis nmeros constituyen una recetapara un universo. Por otra parte, el resul-

    I Svo (1918-2007) Mdo pqy oqo o d o V o q

    h p

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    tado es sensible a sus valores: si alguno deellos no estuviera sintonizado, no habra es-trellas ni vida.

    Hay tres explicaciones principales para el

    aparente ajuste ino de las constantes sicasy las leyes de la naturaleza: el simple azar,muchos mundos, y un creador providencialinteligente. Muchos cosmlogos admitenque las posibilidades en contra del ajusteino son demasiado extremas para que pue-da ofrecerse el simple azar como explica-cin cientica creble. Para evitar la conclu-sin de que hay un diseador providencial,han postulado la existencia de un nmeroprcticamente ilimitado de

    universos, cada uno consus valores de las constan-tes y leyes fundamentalesde la naturaleza regulados

    de manera diferente. Y re-sulta que nosotros vivimosen el universo en que todoest ajustado correctamen-te para la existencia de lavida humana. No obstante,

    para la ciencia moderna es-tos otros universos tienenslo una existencia terica,pero incluso si se pudierademostrar sicamente suexistencia, uno tendra quedemostrar ms a fondo queen estos otros universos losvalores de las constantesy las leyes fundamentales de la naturalezason de hecho diferentes de los existentes en

    nuestro universo.

    La cosmologa vdica habla tambin demuchos universos, pero todos ellos estndiseados para la vida, y ms all de todos

    estos universos materiales, con sus nivelesde materia densa y sutil, est el nivel de laconciencia pura, o espritu. Originalmente,existimos all como unidades de concienciapura en relacin armoniosa con el ser cons-ciente supremo, conocido con el nombresnscrito Krishna (y por otros nombres enotras tradiciones religiosas). Cuando renun-

    ciamos a nuestra conexin voluntaria conese ser consciente supremo, descendemosa las regiones del cosmos dominado por loselementos materiales densos y sutiles, lamente y la materia. Al olvidar nuestra po-

    sicin original, intentamos dominar y dis-frutar de los elementos materiales sutiles y

    densos. Para este propsito, nos son dadoscuerpos hechos de elementos materialessutiles y densos. El cuerpo material sutil secompone no slo de la mente, sino de ele-mentos an ms reinados de la materia, lainteligencia y el falso ego (en este discurso,en aras de la simplicidad, los he reducido ala mente).

    El cuerpo material densoest hecho de tierra, agua,

    fuego, aire y ter. Los cuer-pos compuestos de estoselementos densos y sutilesmateriales son vehculospara el yo consciente. Estndiseados para la existen-cia dentro de los reinos delos elementos materiales

    sutiles y densos. Segn sugrado de olvido de su na-

    turaleza original, los yoesconscientes reciben los re-vestimientos corporalesapropiados. Los que sonms olvidadizos recibencuerpos que cubren su con-ciencia original en un grado

    mayor de recepcin. El ser consciente origi-nal en el universo vdico (aparte de Dios) es

    Brahma, el primer semidis. Su cuerpo, quese maniiesta directamente de Vishnu (laexpansin de Krishna que controla el uni-verso material), se compone sobre todo deelementos materiales sutiles. l tiene asig-nada la tarea de manifestar los organismospara los otros yoes conscientes existentesen los distintos niveles de la jerarqua cs-mica.

    Del cuerpo de Brahma devienen los gran-des sabios, a veces conocidos como sus hijosmentales, y tambin la primera pareja que

    Ms all detodos estosuniversos

    materiales,con sus niveles

    de materiadensa y sutil,

    est el nivel dela conciencia

    pura, o espritu

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    se reprodujo sexualmente, SvayambhuvaManu y su consorte Shatarupa. Las hijas deManu se convierten en las esposas de algu-nos de los sabios, y producen generacionesde semidioses y semidiosas, con cuerpos

    compuestos principalmente por energamaterial sutil. Estos semidioses y semidio-sas, por sus procesos reproductivos, produ-cen las formas de los seres vivos, incluidos

    los humanos, que residen en nuestro plane-ta Tierra.

    En este proceso de involucin, nuestraconciencia original, pura y espiritual, estcubierta por capas de elementos materia-les sutiles y densos. Pero el proceso puede

    invertirse. Hay una especie de reevolucinpor la cual podemos liberar la concienciade sus envoltorios, y restaurarla a su estadooriginal puro. Cada gran tradicin espiri-

    tual tiene algn medio para lograr esto, al-gn tipo de oracin o meditacin o yoga. Enel transcurso del canto de mantras, el rezoo la meditacin, los elementos del envolto-rio son espiritualizados y eliminados, porlo que uno llega gradualmente de nuevo a

    contactar con la fuente original de todos losseres conscientes.

    M C 2004

    Fuente original: http://www.grahamhancock.

    com/forum/MACremo1.php

    Sobre el autor

    Michael Cremo es un editor y arquelogoalternativo norteamericano que ha tratadode aunar las enseanzas de las antiguasescrituras hindes con la arqueologa

    moderna; de hecho, es miembro delBhaktivedanta Institute (institucin deestudios vdicos). Cremo salt a la fama hace20 aos por su polmico libro ForbbidenArchaeology(1993), coescrito con RichardThompson, en el que trataba de demostrarmediante una exhaustiva recopilacin dedatos anmalos que la teora evolucionistaera una completa manipulacin y que los

    seres humanos han existido desde hacemuchos millones de aos. Despus haseguido escribiendo libros en esta mismalnea, como Human Devolution (2004), ypronunciando numerosas conferencias,

    siempre denunciando la conspiracinevolucionista que a su juicio oculta ydistorsiona los hechos. El sitio web deMichael Cremo es: www.mcremo.com

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    B006VFWGQ4/f=_1_1?=ook&=UTF8&q

    d=1406977994&=1-1&kywod=+ho+o+d++z+h

    http://www.grahamhancock.com/forum/MACremo1.phphttp://www.grahamhancock.com/forum/MACremo1.phphttp://www.mcremo.com/http://www.amazon.com/Historia-Oculta-Especie-History-Spanish-ebook/dp/B006VFWGQ4/ref%3Dsr_1_1%3Fs%3Dbooks%26ie%3DUTF8%26qid%3D1406977994%26sr%3D1-1%26keywords%3Dla%2Bhistoria%2Boculta%2Bde%2Bla%2Braza%2Bhumanahttp://www.amazon.com/Historia-Oculta-Especie-History-Spanish-ebook/dp/B006VFWGQ4/ref%3Dsr_1_1%3Fs%3Dbooks%26ie%3DUTF8%26qid%3D1406977994%26sr%3D1-1%26keywords%3Dla%2Bhistoria%2Boculta%2Bde%2Bla%2Braza%2Bhumanahttp://www.amazon.com/Historia-Oculta-Especie-History-Spanish-ebook/dp/B006VFWGQ4/ref%3Dsr_1_1%3Fs%3Dbooks%26ie%3DUTF8%26qid%3D1406977994%26sr%3D1-1%26keywords%3Dla%2Bhistoria%2Boculta%2Bde%2Bla%2Braza%2Bhumanahttp://www.amazon.com/Historia-Oculta-Especie-History-Spanish-ebook/dp/B006VFWGQ4/ref%3Dsr_1_1%3Fs%3Dbooks%26ie%3DUTF8%26qid%3D1406977994%26sr%3D1-1%26keywords%3Dla%2Bhistoria%2Boculta%2Bde%2Bla%2Braza%2Bhumanahttp://www.amazon.com/Historia-Oculta-Especie-History-Spanish-ebook/dp/B006VFWGQ4/ref%3Dsr_1_1%3Fs%3Dbooks%26ie%3DUTF8%26qid%3D1406977994%26sr%3D1-1%26keywords%3Dla%2Bhistoria%2Boculta%2Bde%2Bla%2Braza%2Bhumanahttp://www.amazon.com/Historia-Oculta-Especie-History-Spanish-ebook/dp/B006VFWGQ4/ref%3Dsr_1_1%3Fs%3Dbooks%26ie%3DUTF8%26qid%3D1406977994%26sr%3D1-1%26keywords%3Dla%2Bhistoria%2Boculta%2Bde%2Bla%2Braza%2Bhumanahttp://www.amazon.com/Historia-Oculta-Especie-History-Spanish-ebook/dp/B006VFWGQ4/ref%3Dsr_1_1%3Fs%3Dbooks%26ie%3DUTF8%26qid%3D1406977994%26sr%3D1-1%26keywords%3Dla%2Bhistoria%2Boculta%2Bde%2Bla%2Braza%2Bhumanahttp://www.amazon.com/Historia-Oculta-Especie-History-Spanish-ebook/dp/B006VFWGQ4/ref%3Dsr_1_1%3Fs%3Dbooks%26ie%3DUTF8%26qid%3D1406977994%26sr%3D1-1%26keywords%3Dla%2Bhistoria%2Boculta%2Bde%2Bla%2Braza%2Bhumanahttp://www.amazon.com/Historia-Oculta-Especie-History-Spanish-ebook/dp/B006VFWGQ4/ref%3Dsr_1_1%3Fs%3Dbooks%26ie%3DUTF8%26qid%3D1406977994%26sr%3D1-1%26keywords%3Dla%2Bhistoria%2Boculta%2Bde%2Bla%2Braza%2Bhumanahttp://www.amazon.com/Historia-Oculta-Especie-History-Spanish-ebook/dp/B006VFWGQ4/ref%3Dsr_1_1%3Fs%3Dbooks%26ie%3DUTF8%26qid%3D1406977994%26sr%3D1-1%26keywords%3Dla%2Bhistoria%2Boculta%2Bde%2Bla%2Braza%2Bhumanahttp://www.mcremo.com/http://www.grahamhancock.com/forum/MACremo1.phphttp://www.grahamhancock.com/forum/MACremo1.php
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    DOGMACERO11

    OFERTA A NUEVOS

    SUSCRIPTORESSuscrbase a DogmaCero. Es totalmente gratis y recibir comoregalo de bienvenida el libro de Guillermo Caba Serra

    La arqueologa de la conciencia

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    DOGMACERO12

    ElSasquatch: Un

    descubrimiento zoolgicoprecoz e indeseado?

    John A. Bindernagel

    John A. Bindernagel (1941) es doc-tor en biologa. Lleva estudiando las

    evidencias acerca de la existenciadel bigfootdesde 1963. Considera

    que este fenmeno no ha recibidola atencin debida por parte de la

    comunidad acadmica, que nunca loha tomado en serio. Este artculo, delectura totalmente recomendable, esuna aproximacin seria y rigurosa a

    este incmodo fenmeno que, pese ala negacin de la ciencia oicial, exis-te, as como un anlisis de las causas

    que han llevado a los cienticos a

    negarse a emprender un estudioserio y sistemtico de las evidenciasexistentes. Y todo ello en el contexto

    de, tal vez, de la posible existenciade un ser que algunos identiican

    con el eslabn perdido.

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    DOGMACERO13

    E

    n 1958 un equipo de construccinde carreteras del norte de Califor-nia inform de la aparicin de lanoche a la maana de un gran n-mero de huellas parecidas a las

    de un humano gigante. La cobertura perio-dstica posterior incluy la fotograa de uncapataz de las obras que sostena un moldede yeso de una de las huellas, de unos 40

    cm. de largo. Fue la primera vez que se uti-liz por escrito el trmino bigfoot, a manerade apodo para la criatura cuyas huellas, sibien tenan forma humana, eran de un ta-mao sobrehumano. Para la mayora de losnorteamericanos, esto marc el comienzode una creciente controversia sobre la posi-

    ble existencia de un gran primate similar alos humanos en este continente.1

    Relatos histricos: informes desasquatch o simplemente mitos?

    Aunque no son ampliamente conocidos, losrelatos acerca de una criatura con forma hu-mana gigante, y de las huellas relacionadascon sta, ya existan en la literatura hist-

    rica y antropolgica. Los relatos histricosson de inters debido a que proporcionanejemplos antiguos de lo que ahora se con-sidera que son informes sobre sasquatch.Igualmente interesantes son las expresio-nes de duda, que siguen estando asocia-das a dichos informes en la actualidad. Porejemplo, ya en 1790 un comerciante de laHudson Bays Companyhabl de la creenciade los indios del norte del ro Saskatchewan

    en una criatura humanoide gigante conoci-

    da por ellos como el windigo. Seal queestn convencidos de que ven con frecuen-cia su rastro en el musgo o la nieve... (Um-freville, 1790).

    Tanto la creencia aborigen en tales criatu-ras como la incredulidad de los no nativosaparecen en otro relato, el de un misionerometodista de los indios Cree y Salteaux dellago Winnipeg en la provincia de Manitoba.

    En esta historia, Young (1893) escribi que:Entre los muchos errores y supersticionesen los que han cado est la creencia en la

    existencia de (...) criaturas gigantescas mi-tad satnicas y mitad humanas, a las que re-

    presentan como seres de gran tamao. (...)Vimos que los indios Saulteux en particularviven con el temor a estos monstruos ima-

    ginarios.

    Expresiones de ambivalencia yrechazo con respecto al Sasquatchcomo un animal real

    La folklorista Carole Henderson interpretatales monstruos como de naturaleza meta-

    frica. Y pese a que parece estar de acuerdocon los autores que consideran que no sonreales, Henderson (1976), sin embargo, ex-

    presa cierta ambivalencia:

    Las bestias representan el misterio,la fuerza y la naturaleza salvaje degrandes partes del oeste de Canad,en especial la Columbia Britnica. (...)Al tiempo que esta rea se adentra deltodo en el siglo XX, se va poblando y

    civilizando plenamente, y los mons-truos desaparecen. Por otra parte, es

    posible que persistan porque real-mente pueden estar all...

    Despus de referirse a las narraciones acer-ca de las especies salvajes comunes regis-tradas por los indios, ella seala que:

    Otros animales, desconocidos paralos europeos, por lo general han sidoclasiicados, aunque quizs injustii-cadamente, como seres sobrenatura-

    les mticos. No se puede demostrarque los propios indios vieran estascriaturas como mticas, pero los an-troplogos y otros estudiosos los hanconsiderado generalmente como ta-les...

    Marjorie Halpin, ex directora del Museo deAntropologa de la Universidad de Colum-bia britnica, es un ejemplo. Halpin seala

    que ... las experiencias alucinatorias sonexperiencias aceptadas como reales por elexperimentador, pero no compartidas con

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    DOGMACERO14

    los dems. Ella concluye que mientras elsasquatch sea una experiencia ms perso-nal que colectiva se seguir considerandocomo alucinatoria, como se deine oicial-mente en la cultura occidental. (Halpin,1980: 211)

    En referencia a la apariencia simiesca delsasquatch, escribe que: dado que (...) nohay una categora en la cultura occidental

    para las criaturas que se estn en medio delos reinos animales y humanos, los cienti-cos no tienen categora en la que quepa elsasquatch (Halpin, 1980: 226). Esta ideade que los sasquatches son criaturas queestn en medio de los reinos animales yhumanos es un punto de vista sostenidocomnmente por los antroplogos cultu-rales. Por ejemplo, Robert A. Brightman,profesor de antropologa de la Universidad

    de Wisconsin, habiendo estudiado los in-formes de bigfoot y considerando que estashistorias se pueden explicar desde un pun-to de vista sociolgico, airm (Rath, 1985):

    Las imgenes como el bigfoot, imge-nes entre seres humanos y animales,parecen ser comunes a las personasde todas las capas de la sociedad. Sino es universal, es casi universal (...)La sociedad puede sentir la necesidad

    de separarse de los animales, para sa-ber que somos diferentes. Las criatu-

    ras que mezclan las caractersticas del

    hombre y de los animales permitendeinirnos con ms claridad. Cuantoms se acerca la criatura [al hombre],ms especicas pueden ser las reglaspara el ser humano.

    No es de extraar que los antroplogosculturales apoyen una visin sobrenaturaldel sasquatch. Tal perspectiva es coheren-

    te con sus antecedentes y experiencia conlos mitos y leyendas, en las que algunas

    criaturas mticas (como el Thunderbird)parecen ser en efecto sobrenaturales. JohnGreen (1968) explica que cuando el trmi-no sasquatch fue presentado al pblico enla dcada de 1920 en la redaccin de J.W.Burns, Burns mencion historias indiasque incluan elementos sobrenaturales,estigmatizando as el sasquatch como una

    leyenda de los indios. Green considera queesto fue desafortunado porque los cienti-cos en particular, tienden a despachar lostemas de las leyendas indgenas como pura-mente imaginarios. (Suttles, 1972). Si bienesto podra explicar por qu los cienticoshan aceptado acrticamente lo sobrenaturalcomo explicacin de algunos informes deavistamiento, ello no exime a los zologosy a otros cienticos de hacer valer su co-nocimiento y experiencia relacionados con

    pruebas sobre el terreno bien documenta-das.

    S d p q h do od d qh B Ck, Cfo 1967. F: Lo xpdo

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    DOGMACERO15

    El profesor Ian McTaggart Cowan, ex de-

    cano de Ciencias de la Universidad de la

    Columbia Britnica, ha sido tambin des-

    crito como el padre de la gestin de la

    vida salvaje en la Columbia Britnica. En

    lo referente al sasquatch, una vez le dijo aun periodista: La gente cree en esas cosas

    porque les gusta creer en ellas, y la cosa se

    mantiene porque a la gente le gusta. Y por

    qu no? Es una historia encantadora. Mi ac-

    titud es mustremelo, eso es todo. (Watts,

    1994) (2)

    El Profesor Cowan y otros

    zologos que descartan

    que el sasquatch sea una

    anomala zoolgica, y por

    lo tanto indigna de estu-

    dio, encontraran algo de

    apoyo para su postura en

    los comentarios de Thomas

    Kuhn, autor de una obra

    clsica sobre ilosoa de laciencia. Kuhn, que entenda

    los problemas asociados

    con una aparente anomala,

    escribi que: ... se formaa los profesionales para la

    prctica de la ciencia nor-

    mal, no para la extraordina-

    ria (...) El cientico que sedetiene para examinar cada

    anomala que observa rara

    vez consigue completar un

    trabajo signiicativo. Sinembargo, es sorprendente

    que slo unos pocos cien-

    ticos hayan aceptado el reto incorporadoen su posterior comentario: Tenemos que

    preguntarnos qu es lo que hace que una

    anomala parezca merecer una investiga-

    cin coordinada. (Kuhn, 1996).

    Naturaleza de las pruebas sobre laexistencia del Sasquatch

    Hay cinco componentes del importante

    cuerpo de pruebas que hacen que la ano-mala sasquatchsea digna de investigacin:

    1.La base de datos de informes de testi-gos que han visto mamferos enormes,cubiertos de pelo, erguidos y de formahumana, o de sus pistas, que ahora sumanms de 3.000 informes, distribuidos en un

    perodo de ms de 150 aos.

    2. La notable consistencia de las descrip-ciones sicas de la criatura,incluyendo detalles anatmicos (como semuestra en la Figura 1).

    3.La sinceridad, credibilidad y iabilidadde los testigos oculares, algunos de los

    cuales son agentes de la leyy trabajadores al aire libre

    con experiencia, tales comoagentes de pesca, combina-dos con la renuencia a reco-nocer o acreditar los infor-mes de estos testigos.

    4.La similitud de estas des-cripciones con una versinerguida y bpeda de un ani-mal bien conocido (posi-

    blemente relacionado): elgorila. Los sasquatches sondescritos consistentemen-te como enormes animalesde forma humana, cubier-tos de pelo y con un cuellocorto y grueso. Se diferen-

    cian de los osos erguidosprincipalmente en tener lacara plana y los hombrostpicamente prominentes o

    cuadrada en vez de cnicos o inclinados.

    5.La creciente coleccin de ms de 100moldes de huellas diferentes catalogadasy archivadas en la Universidad Estatal deIdaho por el profesor de anatoma JeffreyMeldrum, que estn disponibles para exa-

    men (Figura 2).

    La hiptesis del Gran Simio

    La antroploga Halpin est en lo ciertocuando seala que los cienticos no tienen

    El cienticoque se

    detiene paraexaminar

    cada anomalaque observa

    rara vezconsigue

    completarun trabajo

    signiicativo

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    una categora en la que quepa el sasquatchpero slo si nos restringimos a las guasde campo de mamferos de Amrica delNorte. Si nos limitamos a las guas de cam-po actuales, un oso erguido es de hecho la

    imagen ms cercana al sasquatch, ya quela oportunidad de comparar la aparienciade un oso en posicin vertical con la deun sasquatch, como se ilustra en la Figura

    2, no est al alcance generalmente. Comoresultado, la mayora de los bilogos de lafauna salvaje siguen insistiendo en los ososmal identiicados como la ms explicacinprobable para los informes de sasquatch apesar de su aspecto no semejante al oso.La continuada ausencia del sasquatch en

    las actuales guas de campo de mamferos

    constituye una declaracin oicial en contrade la existencia de esta especie en Amricadel Norte.

    Los zologos haban reconocido la pobre

    coincidencia entre las descripciones deosos y las de sasquatches, y de haber que-rido consultar una gua global de campode mamferos, probablemente se habransorprendido por la semejanza de las des-cripciones de los testigos y los dibujos delsasquatch a los de un gorila en posicinerguida. Esta similitud ha sido menciona-da por muchos testigos que describieronla criatura que observaron como un hom-bre-mono, hombre-bestia, mono gigan-

    te, o simplemente un mono. Tal cone-

    Fg 1. Do d go p d qh . 1. Ogo, 1971 ; 1. Bh Co,1965; 1 . Oo, 1993; 1d. Edo d Whgo, 1991; 1. Oho, 1980, y 1f. Nvo Mxo, 2002.

    [Cdo p o do d o go o: 1. C o, 1988, axd, V-

    g: T-Lf Book, vo. 114; 1. Ivgdo o, o d joh G; 1. DodW, o d T Ygo; 1d. D Rhdo, o d Ry Cow; 1. Ch Fo,o d jody Cook; 1f. Bgfoo Rh Ogzo (BFRO), o d Rd No.]

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    xin ya se haba hecho en 1978 por partedel periodista John Green, en el texto y elttulo de un libro titulado Sasquatch: theapes among us (Sasquatch: los simios en-

    tre nosotros). El antroplogo Grover Krantz

    desarroll el concepto ms lejos en su librode 1992 titulado Big Footprints (Grandespisadas).

    De hecho, los brazos largos, el cuerpo cu-

    bierto de pelo negro y el cuello corto y grue-so atribuidos al sasquatch son todas ellascaractersticas sicas propias de los gransimios de frica y Asia: el gorila, el chim-panc, el bonobo y el orangutn. De estosrasgos sicos reportados constantemente,los brazos largos son especialmente dignosde mencin. Una gua de campo de mam-feros de gua seala los brazos ms largosque las piernas como una marca de cam-

    po del chimpanc, y de manera similar laspatas delanteras excepcionalmente largascomo una marca de campo del gorila (Clu-tton-Brock, 2002). De hecho, se consideraque los brazos ms largos que las piernasson una caracterstica sica nica de los

    grandes simios, mientras que los brazosms cortos que las piernas se consideranun rasgo humano (Dixon, 1981). Los brazoslargos (aproximadamente el 115 por cientode la longitud de la pierna) que se atribuyen

    sistemticamente al sasquatch sugierenuna ainidad simiesca en vez de humana.

    Adems de estas similitudes morfolgicasentre el sasquatch y un gorila en posicinerguida, hay una serie de detalles anatmi-

    cos atribuidos al sasquatch en las descrip-ciones de testigos oculares y en los dibujosque tambin se dan en los grandes simios.Uno de ellos es el apuntamiento de la ca-beza, que al menos dos observadores han

    incluido en dibujos de testigos oculares (Fi-gura 1d y f).

    En los gorilas y en los orangutanes esteapuntamiento es la manifestacin externade la cresta sagital, una cresta sea situadaen la parte media superior del crneo en di-reccin anterior-posterior. El zologo Geor-

    ge Schaller, que llev a cabo los primerosestudios de campo sobre el gorila de mon-taa, describi la cresta sagital del gorilacomo variable en tamao. Seal que endos machos de espalda plateada las crestas

    sagitales eran tan grandes que parecanmitras peludas. Schaller tambin sealque pueden darse crestas sagitales bajas

    en grandes hembras. (Schaller, 1963)

    Otra caracterstica anatmica observada yregistrada por los testigos oculares son losprofundos ojos hundidos. En abril de 1973,una criatura de nueve pies de altura (unos2,70 metros) que caminaba sobre dospiernas se plant delante del auto de Alan

    Skrumeda cerca de Easterville, en Manitobacentro-oeste. Al mirarnos tena la aparien-cia de humano, aunque era tres veces ms

    grande que un hombre medio (...) Se volvihacia nosotros, se qued mirando a los fa-ros (...) Estaba cubierto de pelo y tena unacara de peril plano (...) La caractersticams llamativa eran los ojos de la criatura.Estaban realmente hundidos. (McAnulty,1974)

    Ms recientemente (1993), DesmondWarren observ una criatura de ocho piesde altura (unos 2,40 metros) en el valle Ot-

    tawa de Ontario, que caminaba sobre dospiernas. Lo describi como un ser de porlo menos tres pies de ancho (0,90 m.), quetena un pecho como un culturista y msbien poco cuello... tena los ojos profunda-mente hundidos y donde nosotros ten-dramos cejas, tena una cresta que sobre-

    sala un buen trozo. (Yearington, 1998) Eldibujo realizado por el testigo DesmondWarren se muestra en la Figura 1c.

    La referencia a casi cualquier libro con ilus-traciones de grandes simios conirmar quelos ojos muy hundidos son una evidente ca-racterstica facial de los grandes simios, es-pecialmente de los gorilas. De manera signi-icativa, los ojos hundidos son tambin unarelevante caracterstica sica en muchosrelatos sobre gigantes peludos en los mitosy leyendas aborgenes. El antroplogo Clau-

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    del pie del gorila es divergente (est sepa-rado), mientras que los dedos gordos del

    pie humano y del sasquatch se encuentranjunto con los otros dedos (Figura 2a y b).

    Es de destacar que el pie del sasquatch aveces exhibe cierto grado de divergencia oseparacin del dedo gordo, hacindolo me-nos parecido a los humanos y ms de formasimiesca (Figura 2c).

    Esta aparente mezcla de caractersticas -sicas humanas y simiescas es la que puedehaber contribuido a la incomodidad del sas-

    quatch como tema de consideracin y estu-dio imparcial. El temor a que el sasquatch

    pueda constituir una eslabn perdido en-tre los humanos y los antepasados ainestiene implicaciones para la evolucin hu-mana , las cuales no son todas agradables.La posibilidad de que tal animal pueda exis-tir todava hoy en da ignorado pero vir-tualmente presente entre nosotros puedeser tomada como una afrenta profesionalpor los cienticos.

    Los paleoantroplogos Alan Walker y PatShipman abordan el problema del disgustode los descubrimientos cienticos al escri-

    bir sobre los descubrimientos paleoantro-polgicos en frica. Escribieron que ... lassorpresas sobre la identidad o atributos denuestros (...) antepasados pueden ser pro-

    fundamente inquietantes y desagradables.Incluso los profesionales, si no estn aten-

    tos, estn expuestos a caer en la trampa denegarse a evaluar las pruebas objetivas...(Walker & Shipman, 1996)

    El rechazo cientico a examinarlas pruebas sobre el sasquatch

    Si bien la forma de las pisadas del sasquatchplantea cuestiones evolutivas no deseadas a

    sobre su origen y relacin [con el hombre],son, sin embargo, los moldes de las huellaslos que proporcionan la mejor respuesta ala admonicin de Thomas Kuhn acerca deevaluar aquello que hace que una anoma-la se muestre digna de una investigacincoordinada. Son los moldes de las huellaslos que constituyen la prueba tangible quetanto se necesita. Como se ha sealado msarriba, los zologos han catalogado, archi-

    vado y puesto a disposicin de la investi-gacin ms de cien de estos moldes. Estaspruebas deberan ser de inters especial

    Fg 2. Mod d h d qh. 2. I d Vov, BC, 1988 (38,1 . d go, 15,2. d ho); 2. Edo d Whgo, 1982 (39,3 . d go, 15,2 . d ho); 2. Edo dWhgo, od d h d qh ov (17,7 . d go, 12,7 . d ho;

    ddo godo d p g pdo).

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    para los bilogos que habitualmente depen-den de las huellas como base para sus es-tudios sobre mamferos. Los bilogos de lafauna salvaje, ms de cualquier otro colecti-vo profesional (exceptuando quiz algunoscazadores y tramperos experimentados),

    tienen los conocimientos y la experienciapara investigar y evaluar competentemente

    la validez de los moldes de huellas atribui-das al sasquatch.

    Si la notable falta de inters en examinar es-tas pruebas ya es desconcertante, elcontinuo rechazo a las ponencias que ilus-tran esas pruebas y que estn destinadas aestimular el debate es an ms problem-tico. Ante la falta de evaluacin profesional

    de las huellas, se ha despachado de formacasi universal el tema de las supuestas hue-llas de sasquatch como la obra de falsiica-dores. El tratamiento acrtico en los mediosde comunicacin populares, que a menudoincluyen un elemento de burla, ha hechoque los bilogos se mantengan an ms almargen de abordar las pruebas de moldesde huellas. Ante la falta de atencin profe-sional, la poca investigacin que se est lle-vando a cabo es realizada en gran parte por

    aicionados entregados, pero carentes deformacin.

    Un resultado inevitable de que el sasquatchsea ignorado por los cienticos y en cam-bio sea explicado por los no cienticos esel auge de las explicaciones tremendamen-te especulativas tomadas como propuestas

    serias. Tales explicaciones a veces se hanasociado a ovnis, visitantes de otras dimen-siones y metamricos. Los tabloides y losprincipales medios de comunicacin se hanaprovechado de estas explicaciones ms es-trafalarias para fomentar una atmsfera de

    frivolidad y ridculo en torno al tema. Comoconsecuencia, los cienticos (comprensi-blemente) se han distanciado todava ms.Esto puede explicar el razonamiento aduci-do por el moderador de un congreso de una

    sociedad internacional de bilogos de fau-na salvaje a la hora de rechazar una ponen-cia sobre el sasquatch. Hasta que no hayaevidencia slida de la existencia de esteasunto [el sasquatch] sigue siendo materialsensacionalista y no parte de la comuni-dad cientica.(3) Un profesor de zoologarechaz recientemente una propuesta depresentacin que revisaba las pruebas exis-tentes sobre el sasquatch, alegando que si

    existe esta criatura, sera el descubrimientozoolgico del siglo, una posibilidad aparen-temente demasiado impensable como paraser presentada a consideracin de sus cole-gas y estudiantes.

    Resultados del rechazo de los cien-ticos

    Como se mencion anteriormente, el hechode relegar la investigacin del sasquatch de

    los cienticos a los aicionados bien inten-cionados pero sin formacin est plagadode problemas. Como ha sealado Michael

    Cremo: Se tiende a menoscabar las prue-bas halladas por los no cienticos, y portanto no se cuidan bien, se pierden o sedesechan. Por otra parte, las pruebas quese ajustan al pensamiento contemporneoson cuidadosamente catalogadas y conser-vadas. (M. Cremo, comunicacin personal)Aunque los investigadores aicionados notienen la culpa, ya que se limitan a llenarel vaco dejado por cienticos, el resultado

    Dp d ov d B Ck, ho od d h od

    zo

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    DOGMACERO21

    es una inadecuada documentacin y trata-miento de las pruebas. Debe quedar claroque esto no es una crtica a este tipo de in-vestigadores, pero es el inevitable resulta-do de la falta de voluntad de los cienticos

    de someter a consideracin las pruebas enun contexto o foro profesional.

    Conclusiones

    Para terminar, puede ser instructivo exa-minar brevemente las actitudes actuales

    hacia el sasquatch en el contexto de la cien-cia, segn los recientes comentarios de IanTattersall, conservador de antropologa delMuseo Americano de Historia Natural. Tat-

    tersall, escribiendo bajo los encabezados denaturaleza de la ciencia y

    falsabilidad, nos recuer-da que ... los cienticosgeneralmente comienzandesde [...] nociones esta-blecidas que se muestran

    un poco inseguras. Estasnociones son contrasta-das con nuevos datos [...]

    y observacin. (Tattersa-ll, 2002: 10, 11)

    En el caso del sasquatch,ninguna de las nocionesestablecidas comporta unverdadero animal. En vezde esto, incluyen lo so-

    brenatural, una metfora, un ser inventado,osos mal identiicados y bromistas huma-nos. Estas nociones se han hecho cada vez

    ms inseguras al documentar y archivarhuellas de sasquatch, y al recoger y analizarinformes detallados de testigos iables. Lasnociones ms extremas que se han invoca-do (por ejemplo: visitantes de otro plane-ta, tripulantes de ovnis y metamricos)no son consideradas como establecidas,

    dado que son propuestas ms recientes yque slo unas pocas personas las toman enserio.

    Tattersall seal que Las nuevas ideas[...] se proponen, y una vez que estas nue-

    vas ideas y observaciones se difunden en laarena pblica, pueden someterse a prueba(Tattersall, 2002: 8-9). Las nuevas ideas re-ferentes a la similitud de la anatoma, com-portamiento y ecologa del sasquatch, as

    como los informes y moldes de huellas so-bre los que se basan, han sido expuestos enlibros y entrevistas con los medios durantems de 30 aos. Pero en lugar de ser con-trastados o evaluados por cienticos per-tinentes, hasta ahora han sido ignorados odespachados sin escrutinio.

    Tattersall puede que presente un retratoidealizado de la ciencia cuando airmaque Lo que importa es que la ciencia en

    su conjunto es un mecanismo autocorrec-tivo en que los conceptosnuevos y antiguos estnconstantemente bajo es-crutinio [...] el ediicio dela ciencia consiste simple-mente en un conjunto deobservaciones e ideas que(hasta ahora) han demos-trado ser resistentes a los

    ataques, y que por lo tantoson aceptadas como hip-tesis de trabajo acerca dela naturaleza. (Tattersall,2002: 9)

    En el caso del sasquatchel cuerpo de ideas que

    son aceptadas como hiptesis de trabajosiguen siendo las nociones enumeradasanteriormente: algo sobrenatural, una me-

    tfora, un ser inventado, osos mal identii-cados y bromistas humanos. Y en lugar deatacar o incluso cuestionar estas nocioneso hiptesis, los cienticos parecen haberemitido un juicio, llegando a la conclusin

    de que el tema no es digno de su atencin.Si se deciden a examinar las pruebas exis-tentes, o permiten que unas muestras deestas pruebas sean expuestas y discutidasen foros cienticos, se darn cuenta que lasnociones existentes no son tan evasivas enabsoluto. Mientras tanto, tal vez la repeti-cin de la advertencia de Alan Walker y Pat

    En el caso delsasquatch,ninguna de

    las nocionesestablecidascomporta un

    verdaderoanimal

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    DOGMACERO22

    Shipman est justiicada: Incluso los profe-sionales, si no estn atentos, estn expues-tos a caer en la trampa de negarse a evaluarlas pruebas objetivas...

    J B 2004

    Fuente original: Journal of Scientiic Exploration ,

    vol. 18 , N 1 , pp 53-64 , 2004

    Agradecimientos

    Entre muchos otros, deseo reconocer aJohn Green por su apoyo y por compartir subase de datos de informes sasquatch elabo-

    radas en un perodo de 40 aos. El profe-sor Jeff Meldrum, de la Universidad Estatalde Idaho y el Dr. Henner Fahrenbach, delCentro Regional de Primates de Oregon,han compartido generosamente informa-cin y ideas. Gordon Strasenburgh facilitel contacto inicial con la Sociedad para laExploracin Cientica que culmin en esteartculo. Henry Bauer me proporcion unanueva perspectiva en las consideracionesilosicas implicadas en el descubrimiento

    cientico.

    Sobre el autor

    John A. Bindernagel, nacido en1941 en On-tario (Canad), es bilogo por la Universi-dad de Wisconsin-Madison, y est especia-lizado en fauna salvaje. Lleva investigandola existencia del sasquatch desde 1963, yse le puede considerar como un referentemundial en estos estudios. En 1998 public

    el libro North Americas Great Ape: the Sas-quatch (El gran simio de Norteamrica: elsasquatch).

    Notas

    (1) New Sasquatch foundits called Big-foot. Artculo de la agencia de noticias AP,en el Humbolt Timesof Eureka (California).Reproducido en el Vancouver Province(lunes6 de octubre de 1958). La huella era de 40,6

    cm. de largo y 17,7 cm. de ancho y se hundien el suelo a una profundidad de 5 cm.

    (2) La invitacin del profesor Cowan al

    mustremelo extendido al periodista y

    a los lectores del peridico no se extendi

    de manera similar a los pocos zologos que

    llevan a cabo investigaciones sobre el sas-

    quatch. La propuesta de presentar un semi-nario sobre el tema a su sucesor en el de-

    partamento de zoologa de la Universidad

    de Columbia Britnica fue rechazada.

    (3) Esta airmacin fue parte de un mensajede correo electrnico del moderador de un

    reciente congreso nacional de The Wildlife

    Society (TWS). El mensaje inclua un se-

    gundo comentario destinado a explicar el

    rechazo del artculo: Lamentablemente, la

    TWS es un grupo de opinin muy conserva-

    dor, y como sociedad no le gusta aparecer

    asociado con puntos de vista extremos.

    ReferenciasBINDERNAGEL, J. (1998). North Americas Great Ape:

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    hp://www.zo.o/Noh-a-G-ap-Mdood/dp/0968288707/f=_1

    _1?=ook&=UTF8&qd=1406976371&=1-1&kywod=joh+a.+Bdg

    http://www.amazon.com/North-Americas-Great-Ape-Misunderstood/dp/0968288707/ref%3Dsr_1_1%3Fs%3Dbooks%26ie%3DUTF8%26qid%3D1406976371%26sr%3D1-1%26keywords%3DJohn%2BA.%2BBindernagelhttp://www.amazon.com/North-Americas-Great-Ape-Misunderstood/dp/0968288707/ref%3Dsr_1_1%3Fs%3Dbooks%26ie%3DUTF8%26qid%3D1406976371%26sr%3D1-1%26keywords%3DJohn%2BA.%2BBindernagelhttp://www.amazon.com/North-Americas-Great-Ape-Misunderstood/dp/0968288707/ref%3Dsr_1_1%3Fs%3Dbooks%26ie%3DUTF8%26qid%3D1406976371%26sr%3D1-1%26keywords%3DJohn%2BA.%2BBindernagelhttp://www.amazon.com/North-Americas-Great-Ape-Misunderstood/dp/0968288707/ref%3Dsr_1_1%3Fs%3Dbooks%26ie%3DUTF8%26qid%3D1406976371%26sr%3D1-1%26keywords%3DJohn%2BA.%2BBindernagelhttp://www.amazon.com/North-Americas-Great-Ape-Misunderstood/dp/0968288707/ref%3Dsr_1_1%3Fs%3Dbooks%26ie%3DUTF8%26qid%3D1406976371%26sr%3D1-1%26keywords%3DJohn%2BA.%2BBindernagelhttp://www.amazon.com/North-Americas-Great-Ape-Misunderstood/dp/0968288707/ref%3Dsr_1_1%3Fs%3Dbooks%26ie%3DUTF8%26qid%3D1406976371%26sr%3D1-1%26keywords%3DJohn%2BA.%2BBindernagelhttp://www.amazon.com/North-Americas-Great-Ape-Misunderstood/dp/0968288707/ref%3Dsr_1_1%3Fs%3Dbooks%26ie%3DUTF8%26qid%3D1406976371%26sr%3D1-1%26keywords%3DJohn%2BA.%2BBindernagelhttp://www.amazon.com/North-Americas-Great-Ape-Misunderstood/dp/0968288707/ref%3Dsr_1_1%3Fs%3Dbooks%26ie%3DUTF8%26qid%3D1406976371%26sr%3D1-1%26keywords%3DJohn%2BA.%2BBindernagel
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    DOGMACERO24

    El fraude de la Gran

    PirmideScott Creighton

    Scott Creighton es un escritor e inves-tigador britnico que ha especializado

    sus trabajos en temas relacionadoscon el antiguo Egipto. Ha escrito di-

    versos artculos y es autor (junto conGary Osborn) del libro The Giza Pro-

    phecy. En este artculo, en exclusivapara DogmaCero, Creighton aporta

    las pruebas deinitivas de que la atri-bucin de la construccin de la Gran

    Pirmide al faran Khufu est basadaen una monumental estafa: la falsii-

    cacin de las marcas de pintura con elnombre del faran que su descubri-

    dor, el arquelogo britnico HowardVyse, dijo haber hallado en las cma-ras de descarga de la Gran Pirmide.

    Un descubrimiento que socava las

    races de la egiptologa.

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    DOGMACERO25

    En el pasado n. 5 de Dogmacero, elinvestigador britnico Scott Creigh-ton nos presentaba sus argumentosacerca de la supuesta falsiicacin

    de los grafiti (algunos con el nombre del

    faran Khufu) de las cmaras de descargade la Gran Pirmide por parte del arque-logo Richard Howard-Vyse. En su escrito,Creighton pona el acento en el relato de la

    familia de Humphries Brewer, que asegu-raba que su antepasado fue despedido delos trabajos en Guiza por motivos oscuros,aunque al parecer era la cuestin de lasmarcas de pintura la que haba provocadoel conlicto. Esta historia, as como otras ra-zones expuestas en su da por autores como

    Zecharia Sitchin, han sido sistemticamen-te rechazadas por la egiptologa acadmicapor considerarlas errores, manipulacioneso meras especulaciones sin fundamento.

    Sin embargo, Creighton no se ha rendidoy ha seguido investigando en el tema paratratar de desentraar la verdad de los acon-tecimientos acaecidos en el interior de laGran Pirmide en la primavera de 1837. As,

    sus ms recientes pesquisas le han conduci-do a la fuente original de la obra publicadade Vyse: su diario manuscrito, que se con-serva en el Centro de Estudios de Buckin-ghamshire (Reino Unido). Tras examinar el

    documento, y a la vista de ciertas anoma-las y coincidencias en los apuntes de Vyse,Creighton cree haber hallado nuevas prue-bas, prcticamente concluyentes, de queVyse falsiic las marcas de pintura con elnombre del faran. De todos modos, en una

    comunicacin reciente por correo electr-nico, el autor nos comentaba que la pruebadeinitiva la tendremos cuando se anali-cen muestras de pintura por mtodos si-co-qumicos (aunque l sospecha que dichoanlisis ya se ha realizado y se mantiene ensecreto).

    Del resultado de estas pruebas se podranderivar consecuencias de gran calado, puesno hay poco en juego. En efecto, si se llega-ra a demostrar que Vyse cometi fraude, seperdera para siempre la nica prueba si-

    ca en el mismo monumento de que Khufufue el constructor de la Gran Pirmide, sibien algunos autores alternativos admitenque este monarca pudo ejercer el papel derestaurador de una estructura que ya en su

    poca era muy antigua, segn la famosa Es-tela del Inventario.

    As pues, tenemos el honor de presentarahora este trabajo de Scott Creighton enexclusiva para Dogmacero para que los

    lectores saquen sus propias conclusionesal respecto. Como dice el autor al inal desu artculo: ...es responsabilidad de la Egip-

    tologa tomar en serio estas cuestiones ydemostrar cienticamente que estas ins-cripciones son autnticas, en lugar de acep-tar sumisamente la palabra de un hombrecuyas acciones han llevado a muchos otrosa cuestionar seriamente su carcter moral.Negarse a aplicar la ciencia propiamente

    dicha en estas inscripciones simplementeya no es una posicin sostenible. El mundomerece saber la verdad de estas inscripcio-nes.

    Redaccin Dogmacero

    E oo Rhd W Howd Vy(1784-1853)

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    DOGMACERO26

    Este es un tema que ha sido debatido acalo-radamente durante dcadas, si no ms. En1837, el coronel Richard William Howard-Vyse, con la ayuda de un poco de arqueo-loga dinamitera, se abri camino en algu-

    nas cmaras hasta entonces desconocidasde la Gran Pirmide y encontr all nume-rosas marcas de cantera pintadas. Entreestas marcas Vyse y su equipo hallaron unaserie de cartuchos que llevaban el nombrede Khnum - Khuf y Khufu(en versin abre-viada), el rey que segn la Egiptologa do-minante construy la Gran Pirmide haciael 2550 a. C. Tambin descubri el llamado"nombre de Horus de Khufu, Mjedu, delcual en 1837 nadie cono-

    ca la existencia. Este des-cubrimiento proporciona los egiptlogos la pri-mera prueba tangible queconectaba directamentea Khufu con la Gran Pir-mide.

    Curiosamente, sin embar-go, casi 100 aos antesde que Vyse descubrie-

    ra estas cmaras ocul-tas, la inferior de ellashaba sido descubiertapor Nathaniel Davison.Extraamente, nunca seha encontrado una solamarca de pintura en estacmara. Esta curiosa si-tuacin llev a algunos aespecular que tal vez eldescubrimiento hecho por Vyse no era un

    descubrimiento en absoluto, sino ms bienun fraude perpetrado por el propio Vyse. En1837 no haba medios cienticos para ana-lizar la pintura utilizada para crear estasmarcas y as la Egiptologa tuvo que aceptarel descubrimiento de Vyse como un acto defe, bajo palabra de Vyse.

    Pero era Vyse un hombre en el que se pu-diera coniar? En 1807, Vyse se presentcomo candidato en la circunscripcin deBeverley para el Parlamento del Reino Uni-do. Despus de que Vyse ganara el esca-

    o (por un margen no visto antes o desdeentonces), el Sr. Philip Staple (que quedtercero muy descolgado) present una pe-ticin ante el Parlamento, acusando a Vysede fraude electoral:

    A peticin del Seor Philip Staple, seley: estableciendo que en las ltimaselecciones a diputado para servir enel Parlamento por el distrito de Be-

    verley, en el condado de York, el Se-or John Wharton, el Seor RichardWilliam Howard Vyse, [...] eran candi-datos para representar a dicho Muni-cipio, [...] y que cada uno de ellos era

    culpable de soborno

    y corrupcin y prc-ticas corruptas paraconseguir ser elegidosdiputados por dichodistrito en el presente

    Parlamento... (Staple,Diarios de la Cmara de

    Comunes, vol. 62 , 680.)

    Desgraciadamente parael Sr. Staple, su peticin

    no le fue concedida, aun-que con el beneicio dela historia debera ha-

    berlo sido, porque ahorase sabe que de los 1.010votos obtenidos por Vyseen esa eleccin, 932 deellos fueron obtenidoscon sobornos. Debe de-cirse, no obstante, que en

    1837 esta era una prctica comn en distri-

    tos corruptos como Beverley. Pero hay quedecir tambin que no todos los que optaban

    al parlamento estaban dispuestos a come-ter fraude con el in de asegurar la victoria.Eso es propio de cierto tipo de persona. Yas, en esta accin se observa la primerapista acerca de la personalidad de Vyse: quel era un hombre que hara lo que fuera ne-cesario, incluyendo la comisin de un frau-de, para conseguir lo que quera.

    Otra acusacin de fraude en contra de Vyseaparece en su libro publicado, a saber:

    Tal vez eldescubrimiento

    hecho porVyse no era un

    descubrimientoen absoluto,

    sino ms bienun fraude

    perpetrado porel propio Vyse

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    DOGMACERO27

    Hoy mismo me mostraron un prrafo

    difamatorio, destinado a ser inserta-

    do en los peridicos ingleses, que acu-

    saba al coronel Campbell de haberse

    puesto l mismo indebidamente al

    servicio del Pach mediante la obten-cin del irmn [concesin o permisooicial expedido por la autoridad oto-mana], y que implicaba que el coronel

    y yo mismo tenamos la intencin de

    hacer nuestras fortunas bajo el pre-

    texto de [realizar] investigaciones

    cienticas... " (Col. RW Howard-Vyse,Operations, p.225.)

    Vyse no hace mencin aqu en cuanto a lanaturaleza precisa de las acusaciones que

    se hacen contra l. De qu manera el coro-

    nel Campbell obtuvo indebidamente el ir-

    mny cul fue el grado de participacin de

    Vyse? De qu modo exactamente estaban

    planeando hacer fortuna "bajo el pretexto

    de la investigacin cientica"? Y quin es-taba detrs de estos cargos y de qu prue-

    bas disponan? Mientras que el trabajo

    publicado por Vyse permanece en silencio

    sobre estas cuestiones clave, lo que este

    episodio demuestra es que alguien crea

    que las actividades de Vyse en Egipto fue-

    ron inadecuadas y amenazaba, a travs de

    la prensa del Reino Unido, con exponer lo

    que estaba haciendo, poniendo una vez ms

    el carcter moral de Vyse en tela de juicio.

    Los descubrimientos cuestionables de Vyse

    no estaran completos sin hacer mencin

    del descubrimiento reclamado por l y suequipo de los restos de Menkaure en la ms

    pequea de las principales pirmides de

    Guiza (G3), un descubrimiento que ms tar-

    de result ser completamente falso. En este

    sentido, el famoso egiptlogo britnico, Sir

    I.E.S. Edwards escribe:

    En la cmara funeraria original, el

    coronel Vyse haba descubierto algu-

    nos huesos humanos y la tapa de unsarcfago antropoide de madera con

    el nombre inscrito de Micerino. Esta

    tapa, que est ahora en el Museo Bri-

    tnico, no pudo haberse realizado en

    poca de Micerino, pues se trata de un

    tipo no usado antes del perodo Sa-

    ta. Las pruebas de radiocarbono handemostrado que los huesos datan de

    los primeros tiempos cristianos. (Sir

    I.E.S. Edwards: Las Pirmides de Egip-

    to.)

    As pues, lo que tenemos aqu son unos ar-

    tefactos arqueolgicos de dos perodos di-

    ferentes que mgicamente se encontraron

    juntos en la pirmide de Menkaure (G3),

    habiendo sido hallados por el equipo deHoward-Vyse slo despus de que otros

    exploradores anteriores de algn modo

    los hubieran pasado por alto. Por qu los

    huesos y el sarcfago no eran de la misma

    poca? Hemos de creer que haba dos en-

    terramientos intrusivos de dos perodos di-

    ferentes? Por qu entonces no hemos en-

    contrado fragmentos del sarcfago o de los

    huesos de la otra sepultura intrusiva (supo-

    niendo que haba dos tumbas de este tipo)?

    Acaso este hecho por s solo no apesta a un

    intento de engao por parte de Howard-Vy-

    se y de su equipo, tratando de hacer pa-

    sar una cosa como algo que ms adelante

    se descubri que no era tal? Y si tenemos

    motivos para sospechar de un intento de

    Coo d pd d Gzh Egpo

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    DOGMACERO28

    fraude, tenemos que preguntarnos, de qu

    modo repercute esto en la credibilidad de

    Howard-Vyse y sus descubrimientos en

    cualquier otro lugar de Guiza, incluyendo

    las inscripciones supuestamente descu-biertas en la Gran Pirmide de Khufu?

    Si todo esto no fuera suiciente para Vyse,la historia de la familia de un tal Walter M.

    Allen, de Pittsburg (Pennsylvania), vino a

    empeorar mucho las cosas. El bisabuelo de

    Walter Allen, Humphries Brewer, al pare-

    cer trabaj con Vyse y su equipo en Guiza

    en 1837 y fue testigo de que los ayudantes

    de Vyse, los seores Hill y el Raven, repa-saron antiguas pintadas e hicieron nuevas

    marcas.

    Humfrey recibi un premio por el

    puente que dise en Viena sobre el

    Danubio. H. fue a Egipto 1837 con el

    Servicio Mdico Britnico... Nell dijo

    que iban a construir un hospital en El

    Cairo para los rabes con afecciones

    oculares graves. El Dr. Naylor llev

    consigo a Humfrey. El tratamiento no

    tiene xito, el hospital no se constru-

    ye. Se uni a un tal coronel Visse para

    explorar las pirmides de Gizeh. Com-

    probaron las dimensiones de 2 [sic]

    pirmides. Tuvo una disputa con Ra-

    ven y Hill acerca de las marcas pinta-das en la pirmide. Las marcas tenues

    fueron repintadas, algunas eran nue-

    vas. No encontraron ninguna tumba...

    Tuvo unas palabras con un seor Hill

    y Visse antes de irse. Estuvo de acuer-

    do con el coronel Colin Campbell y un

    tal Geno Cabilia. Humfrey regres a

    Inglaterra a inales de 1837. (Sitchin,Journeys to the Mythical Past, p.30,

    Bear & Co, 2007)

    Curiosamente, mientras que Vyse no men-

    ciona a Humphries Brewer en su libro pu-

    blicado, s menciona a todas las dems per-

    sonas que aparecen en el relato de Walter

    Allen, entre ellos al Dr. Naylor y su intencin

    de ayudar a los pueblos rabes locales con

    problemas graves en los ojos. Y como pode-

    mos ver en el relato de Allen, parece que su

    bisabuelo tuvo una disputa con Vyse antes

    de irse. Si Brewer se opuso a que se pinta-

    ran las marcas, acusando a Vyse de perpe-

    E ho d Kop (Khf) do po Vy d d dg dd o C d Ry G Pd

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    DOGMACERO29

    trar el fraude, entonces es poco probable

    que un joven de apenas veinte aos de edad

    y de poca importancia para Vyse hubiera

    sido mencionado en la obra terminada de

    Vyse. Dicho esto, sin embargo, existe la po-

    sibilidad de que Howard-Vyse pudiera nohaber borrado del todo a Brewer de su dia-

    rio escrito, a saber:

    Dos canteros fueron enviados a la

    explosin sobre la Cmara de Wellin-

    gton. (RW Howard-Vyse, Operations,

    Vol. 1, p. 216)

    Este es precisamente el tipo de trabajo en

    el que Brewer podra haber estado involu-crado. Uno de estos hombres, segn sabe-

    mos por el libro de Vyse, era un rabe local

    llamado Daoud, pero no se hace mencin

    del nombre del otro cantero, alguien que

    hubiera sido crucial para las ambiciones de

    Vyse.

    Si bien todo lo anterior puede dejar un mal

    olor, un aire de sospecha, no es una prueba

    real que Vyse perpetrara un fraude dentro

    de la Gran Pirmide. Sin embargo, la prue-

    ba ms incriminatoria de todas viene de la

    propia mano de Vyse, y muestra ms all

    de toda duda razonable que l perpetr un

    engao dentro de la Gran Pirmide.

    Me pareca que, en ausencia de pruebas

    cienticas oiciales sobre estas marcas pin-tadas, la nica va que quedaba por explo-

    rar sera el diario manuscritode Vyse. Me di

    cuenta de que si poda localizar este docu-

    mento, entonces por lo menos sera posibledeterminar si Humphries Brewer haba es-

    tado en Egipto con Vyse en 1837, segn nos

    dice la historia de la familia de Walter Allen.

    Quizs Vyse haba escrito sobre l en su

    diario escrito a mano (cuando estaban en

    buenos trminos al inicio) y simplemente

    elimin su presencia en su obra publicada.

    Ese era mi pensamiento, y si resultaba ser

    correcto, entonces por lo menos corrobora-

    ra un poco ese relato en particular. Y as,en marzo de 2014, me puse a buscar diario

    manuscrito de Vyse.

    Gracias a Internet, no tard mucho tiempo.

    Estaba seguro de que haba hecho bsque-

    das en el pasado sobre este documento y

    haba resultado en vano, pero esta vez con-

    segu dar con la ubicacin de estos docu-

    mentos de cerca de 200 aos de antigedad.

    El Centro de Estudios de Buckinghamshire

    en Aylesbury est a unos 600 kilmetros de

    mi casa, por lo que sera un viaje de alrede-

    dor de 1.200 kilmetros para mi esposa y

    para m para poder echar un vistazo al dia-

    rio manuscrito de Vyse. No sabamos qu

    Figura 1. Rpod d o ogo o ho d C d Cp d G P-d. (Do d So Cgho).

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    podamos esperar, o si bamos a encontrar

    algo de gran relevancia para nuestra bs-

    queda. Cuando llegamos al Centro a princi-

    pios de abril de 2014, no nos decepcion.

    El diario manuscrito de Vyse se compone

    de alrededor de 600 pginas de color ama-rillento de tamao folio dobladas, unidas

    con una cinta blanca y delgada y todo ello

    contenido en una carpeta bastante corrien-

    te. Aunque algunas de las pginas son muy

    claras, la tinta en muchas de las pginas es

    extremadamente dbil y se ha vuelto ma-

    rrn con el tiempo. Lo que nos plante ms

    problemas, sin embargo, fue la caligraade Vyse, que era muy dicil, si no comple-

    tamente imposible, de leer. Considerandoesto, pregunt si podamos fotograiar digi-talmente las pginas para que pudiramos

    llevarlas a casa para analizarlas en nuestro

    tiempo libre. Esto no result ser problema

    (siempre y cuando no empleramos la foto-

    graa con lash). Y as, durante los dos dassiguientes, mi esposa y yo nos dedicamos

    a la tarea nada despreciable de fotograiarcada pgina del diario manuscrito de Vyse,

    ms algn otro material de su archivo. ra-mos bien conscientes que la tarea de encon-

    trar algo signiicativo en estas pginas po-dra suponer meses, si no aos, de profunda

    investigacin.

    Pero siempre suele ser el caso al menos

    en mi experiencia que justo cuando tu in-

    vestigacin parece haber llegado a una va

    muerta, el "ngel de la biblioteca aparece

    y te conduce exactamente hacia lo que ne-

    cesitas, precisamente cuando lo necesitas.Y as result ser aqu. Los dioses de la ca-

    sualidad estaban de nuestro lado. Cuando

    mi esposa pas una de las pginas para que

    yo la fotograiara, ya estaba a punto de pa-sar a la pgina siguiente cuando vi algo bas-

    tante peculiar en la pgina que estaba ante

    m. Entonces puse la cmara sobre la mesa

    y le ech un vistazo ms de cerca a la pgi-

    na escrita a mano y seal algo a mi esposa.

    Nos miramos el uno al otro en un silencioimpresionante, pues la comprensin y la

    enormidad de lo que estbamos viendo nos

    abstrajo, ya que estbamos observando una

    prueba convincente de que el cartucho de

    Khufu que Vyse airm haber descubiertodentro de la Gran Pirmide de hecho de-

    bi haber sido falsiicado por l, tal comohaban sospechado bastantes personas du-

    rante aos.

    Decir que estbamos estupefactos por lo

    que habamos descubierto sera decir poco.

    Cuando regresamos a nuestro hotel esa no-

    che, algo cansados de nuestro da de traba-

    Figura 2. Rpod d o ogo o ho d pg d do o d Vy.(Do d So Cgho).

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    jo, nos sentamos y miramos pasmados la

    prueba en la pantalla de nuestro ordenador.La irona de lo que habamos encontrado no

    nos pas desapercibida. Aqu estbamos,

    apenas capaces de leer unas palabras de

    la escritura garabateada de Vyse y sin em-

    bargo la antigua escritura egipcia que haba

    copiado con tanto cuidado en su diario nos

    revelaba la verdad de las inscripciones en

    disputa en la Gran Pirmide, que muchos

    haban estado buscando durante dcadas,

    si no ms.

    A simple vista, estos dos cartuchos (dentro

    de las formas ovaladas a la derecha de las

    imgenes de arriba) parecen comunes y co-

    rrientes. Sin embargo, cuando miramos ms

    de cerca, la simple verdad que atesoran ha-

    bla por s misma. El cartucho de la Fig. 1 es

    una copia del cartucho que Vyse airm quehaba encontrado en la Gran Pirmide. El

    segundo cartucho (Fig. 2), tambin hallado

    por Vyse, se presenta solamenteen su diarioescrito a mano (ste no lo public) y clara-

    mente fue encontrado en otro lugar, ya que

    es un poco diferente al cartucho de la Gran

    Pirmide; es decir, no tiene lneas horizon-

    tales en el pequeo crculo de la derecha.

    De haber sido copiado el cartucho de la Fig.

    2 del cartucho en la Cmara de Campbell,

    entonces Vyse seguramente habra copiado

    las pequeas lneas en el crculo simple que

    observamos en el crculo de la Figura 1. Elhecho de que no copiara estas lneas nos re-

    vela que l no observ esas lneas en el cr-

    culo de este cartucho en la Figura 2, lo cualimplica, por supuesto, que este cartucho de

    la Figura 2 es de una fuente diferente a la de

    la Cmara de Campbell (Figura 1).

    Hasta el momento, todo bien. Ahora, si mi-

    ramos debajo del jeroglico de la pequeaserpiente (entre los dos glifos de polluelo

    de ambos cartuchos) podemos observar

    dos pequeos puntos, uno al lado del otro.

    Y aqu est el meollo del tema: estos dos

    puntos son un error; no forman parte del

    nombre del rey, y son probablemente el re-

    sultado de salpicaduras de pintura al azar

    que cayeron accidentalmente de la brocha

    del escriba. De hecho, incluso en su ltimo

    libro (publicado unos cinco aos despus

    de que dejara Egipto), Vyse, presumible-

    mente despus de haber observado ahora

    este hecho por s mismo, elimina este error

    del cartucho de Khufu supuestamente en-

    contrado en la Gran Pirmide (Figura 3):

    La pregunta que ahora debemos hacernos

    es, por supuesto, cmo es posible que un

    error aleatorio idntico se encuentre en dos

    cartuchos de Khufu de dos fuentes aparen-

    temente diferentes? Seguramente se est

    estirando la credibilidad hasta un punto de

    ruptura al considerar que estos dos cartu-

    chos bastante separados de Khufu tendran

    las mismas marcas aleatorias que cayeronal azar en el mismo lugar exacto de cartu-

    Figura 3. E ho d Khf pdo o d Vy y o o po o og-o d p.

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    cho del rey, presentando de este modo la

    prueba convincente de que uno fue copiado

    del otro. Dado que ya hemos eliminado la

    posibilidad de que la Figura 2 (con el crcu-

    lo en blanco) se pudiera haber copiado de

    la cmara de Campbell (Figura 1), entoncesslo nos queda suponer que la Figura 2 era

    eloriginaly que ste fue utilizado para co-

    piar el cartucho (con algunas mejoras de

    menor importancia), junto con los dems

    jeroglicos de la Cmara de Campbell.

    Pero qu hay de los otros jeroglicos a laizquierda de los cartuchos? Es que nos di-

    cen algo? Claramente podemos ver que los

    dos textos son muy similares entre s, conalgunas pequeas variaciones. Si considera-

    mos los dos jeroglicos de aspecto de bas-tn (Figura 2), parece que simplemente han

    sido duplicados en el otro texto (Figura 1),

    con la parte superior del segundo bastn (a

    la derecha) truncada y ms retorcida (as, la

    Egiptologa acadmica interpreta este glifo

    como un cincel, aunque sobre tal interpre-

    tacin planea una serie de interrogantes).

    Esta ligera diferencia entre estos dos glifos

    pudo deberse simplemente a una mala co-

    pia de este glifo por parte de la persona a

    quien Vyse encarg realizar esta tarea en la

    Cmara de Campbell, posiblemente el seor

    Hill. De hecho, incluso existe la polmica de

    si esta pequea diferencia pudo haberse

    efectuado para introducir deliberadamenteun elemento de vaguedad. Dado que Vyse

    no poda entender lo que decan estos gli-

    fos en realidad, si se presentaban de forma

    lo suicientemente ambigua, entonces sur-ga la posibilidad de ser interpretados de

    muchas maneras, siendo una de ellas pro-

    bablemente signiicativa en el contexto deKhufu y la Gran Pirmide.

    Sin embargo, que se trate del mismo glifode bastn mal copiado (o deliberadamen-

    te falseado) de un lugar a otro es sugerido

    por el hecho de que en las dos imgenes

    podemos observar un pequeo trazo ho-

    rizontal ms o menos en la mitad de la l-

    nea vertical. Nuevamente, estamos ante un

    error y no ante un elemento de la escritura

    jeroglica. Si este pequeo trazo horizontalfuera realmente parte del jeroglico de cin-cel como sostiene la Egiptologa acadmi-

    ca entonces este pequeo guin est en el

    Figura 4. Rpod d pg d do o d Vy q o oo dVy y o do po o ogo d p d o ho. (No: Hy ho

    xo o pg og d o q q p)

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    lugar equivocado; debera estar en el cuello

    de lo que es el mango del cincel (el bucle)

    en el lado opuesto y no abajo, a media ba-

    rra del cincel. Este trazo aparece replicado

    slo porque Vyse no habra sabido que se

    trataba de un error y, al igual que hizo conlos dos puntos en el cartucho, simplemente

    lo copi todo. Y as tenemos que preguntar-

    nos de nuevo: en este fragmento de antigua

    escritura egipcia, cules son las posibi-

    lidades de encontrar el mismo error en el

    mismo lugar en lo que son

    (ostensiblemente) dos

    fuentes diferentes?

    La explicacin ms senci-lla de todo esto, por el mo-

    mento, es reconocer sin

    ms que Vyse descubri

    un fragmento de texto je-

    roglico con el cartucho deKhufu (Figura 2) durante

    sus excavaciones en algn

    lugar fuera de la pirmide,

    y reconoci el nombre de

    Khufu (Rossellini lo haba

    establecido correctamen-

    te y publicado cinco aos

    antes de que Vyse fuera a

    Egipto). Luego copi di-

    rectamente de esa fuente

    el texto jeroglico enterocon sus errores en la C-

    mara de Campbell, inclu-

    yendo los caracteres muy

    similares a la izquierda

    del cartucho que no habrasido capaz de leer, excepto

    una ligera modiicacin del pequeo crcu-lo para incluir tres lneas horizontales. Del

    mismo modo, copi mal o false delibera-

    damente el segundo glifo de aspecto de bas-

    tn.

    Vyse habra aadido estas lneas horizon-

    tales en el crculo en blanco (de la Figura

    2), ya que en 1837 no estaba claro que unsimple crculo representase el sonido Kh

    (j). La creencia de que un crculo en blanco

    (a menudo con un punto central) slo po-

    da ser pronunciado Ra (