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    Mtodoyproyecto de modernidad:DescartesyE . Bacon

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    La Modernidad: un proyecto inacabado fue el titulo de un discursoque pronunci en 1980 al recibir el premio Adorno. Este tema controver-tido y rico en facetas no me ha dejado desde entonces. Con estas pala-bras presenta Habermas su Discurso filosofico de la Modernidad, y con ellasno se refiere slo, es claro, a una personal preocupacin intelectual, sinoms bien a mltiples cuestiones que, en los ltimos aos, han llegado aser casi un tpico ms del debate filosfico, sin dejar por ello de consti-

    tuir un incentivo general a intervenir en l.Habermas inicia su trabajo con el anlisis de la discutible, y discuti-da. relacin interna entre modernidad y racionalismo occidental talcomo fue propuesta, fundamentalmente, por M. Weber, y desarrolladapor Durkheim y Mead2. Esta relacin, indica, se consider evidente hastael surgimiento de las teoras de la postmodernidad que se distanciandel horizonte categorial en que se desarroll la autocomprensin de lamodernidad europea t Y propone, como primer centro de atencin, elconcepto hegeliano de modernidad, puesto que es ste el primer desa-rrollo claro, ya que en el discurso filosfico la modernidad no quedaelevada a tema filosfico sino a finales del siglo XVIII

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    de accin y generalizacin de valores. etc.5. Tal vez. por tanto. resulte su-gerente la aproximacin a los momentos en los que el carcter de pro-yecto es ms explicito, porque su rigurosa contemporaneidad con los

    primeros logros de la nueva racionalidad suscita slo la elaboracindel programa. sin permitir an su categorizacin terica y reflexiva.Ello supondra dirigir la mirada, una vez ms, a aquel mundo fuerte-

    mente cualificado. de formas excesivamente pronunciadas, en el que ra-cionalizar, algo solamente por hacer, era homogeneizar: imponer unacierta normatividad armonizadora, capaz de crear sistemas simblicosdisolventes y sustitutivos de aqullos en los que el pensamiento se des-bordaba en imgenes. En aquel mundo, de fronteras muy diluidas, suce-dieron, desde luego. demasiadas cosas. Entre ellas, sin embargo, parecendestacar e imponerse algunas lineas cuyo trazo perIlla lo que habra de

    llamarse modernidad.Si nos preguntamos qu signific racionalizacin para la reflexinfilosfica de los comienzos del s . XVII. en ausencia de una tematizacindirecta de la respuesta, nos encontramos en presencia del tema del m-todo. Un tema que como problema terico, como objetivo intelectual ycomo programa para un trabajo colectivo es. ciertamente, una innova-cin, sobre cuya originalidad ya insistieron aqullos que, de una formams clara y decidida, lo incorporaron, y . por supuesto, no slo ellos.

    La conexin entre los planteamientos de Descartes y E . Bacon respec-to del mtodo y e l origen de la filosofla moderna probablemente sea delas cuestiones ms tratadas, analizadas y discutidas de la historia delpensamientoz pero, probablemente tambin, sea inevitable volver sobreella para pensar el origen, la dinmica interna y las posibilidades d e > pro-yecto a cuyo desmoronamiento, parece ser, asistimos.

    En estas pginas intentaremos, simplemente, llamar la atencin sobreun aspecto bastante puntual: el momento en que las dos intervenciones.la de Descartes y la de Bacon. se encontraron y mostraron una cierta sen-sibilidad comn o, mejor, una peculiar y significativa sintona de intere-ses. Para ello atenderemos preferentemente a los textos cartesianos en losque la referencia a Bacon es explcita, considerndolos como un datoms, pero indicativo de lo que fueron las pretensiones y limites de unproyecto.

    II

    Adoptar una perspectiva general respecto a la produccin terica car-tesiana para abordar, desde ella, el problema del mtodo, generara unparticular efecto multiplicador: desde una panormica amplia es ste un

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    tema que no presenta un carcter unitario, que no permite, por tanto, tra-tarlo en singular. Cabe hablar, y es as como continuamos hacindolo, delos problemas del mtodo en Descartes. Problemas historiogrficos.relativos a su gnesis cronolgica, problemas en torno a su significacininterna en el sistema, problemas desde los que se pone en cuestin suunidad, su alcance en relacin a unos objetivos ms o menos determina-dos, su operatividad electiva, etc. Y ello obliga a introducir una hiptesisinicial, arriesgndose a los peligros de simplificacin empobrecedora queimplique.

    Si bien es cierto que Descartes mostr una universalidad de interesesintelectuales, que trabaj habitualmente esbozos en proceso prcticamen-te continuo de elaboracin, que su amplia correspondencia es inestima-ble para precisar el sentido y el ritmo de sus investigaciones..., tambin

    debe serlo que aquellos escritos que consider dispuestos para su publi-cacin puedan ser tomados como la ms exacta expresin de su pensa-miento, en principio, y referencia, por ello, adecuada.

    Entre estos escritos, y por lo que respecta particularmente al tema quenos ocupa, el Discurso del mtodo adquiere un valor indiscutible. No suce-de lo mismo, sin embargo, con las Reglas, texto cuya publicacin no fuerefrendada, como es sabido, por el autor; a pesar de ello. podra conce-drsele un valor, en este sentido, paralelo, en funcin de algunos criterios:en primer lugar, por la relevancia de estas pginas para la especificacindel mtodo cartesiano, a pesar de su inconclusin, motivo ms probable

    por el que no fueron publicadas: por otra parte. en virtud de la vincula-cin que mantienen con el Discurso, siendo perceptible la pervivencia dealgunas preocupactones, supuestos y convicciones constantes, expresinde la uniformidad de tono que subyace a las manifiestas diferencias deestilo, justificadas en esta obra: un tercer criterio, meramente operativo,responderia al hecho de que las escasas referencias a Bacon aparecen enla correspondencia con Mersenne, precisamente en los aos que transcu-rren entre la elaboracin de los dos textos7.

    6 . Le Discours e ! so nihode. dir. por 1 4 . Grimaldi y J. L . Marion, Paris. PUF, 1 98 7

    recoge una serie de comunicaciones presentadas en La Sorbona con motivo del 350.aniversario de la publicacin del Discurso de l mtodo. E n e l Avant-Propos Grimaldidice: Indfinimen exanims. repris. analyss. tels sont quelques-uns des problmesque le Disconrs V a cess de poser ses lecteurs, et auxquels ses commentateurs nontcess de tenter de rpondre. Autours de ses principaux thmes, lhistoire continue desinterprtations en a airisi cr corume une suite vivante dindfinies variations.... p.12-13.

    Las cuestioncs tratadas desbordan, pues. lo que sera una anlisis del Discours. pc-ro. entre elias, adquiere prioridad el tema del mtodo que. en la La parte se abordaprecisamente bajo el titulo: Lunit et les mtbodes du Discours.

    7. Dada la importancia indiscutible del texto de las Reglas, con esta precisin se

    pretende slo subrayar la diferencia, y en cierto modo justificar, respecto al Discurso,

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    Son estos unos aos que pueden ser tomados como decisivos en el de-sarrollo del pensamiento cartesiano: dando por finalizado su trabajo enel mbito estrictamente de la matemtica, con la redaccin de las Reglasse cierra lo que habitualmente se considera una etapa dc formacin;elaborada, pues, una formulacin, para algunos definitivas. del mtodo.el autor parece contar ya con el proyecto que ie permitir iniciar laconstruccin del sistema, dirigiendo sus investigaciones al campo de lametafsica y de la fsica. Estas investigaciones alcanzarn su expresin enel Discurso y los Ensayos; por tanto, lo que en e l trabajo de esta poca esten juego es la articulacin interna, la coherencta misma del edificio pre-viamente delineado.

    Al anlisis de la relacin existente entre los dos textos se han dedica-do gran parte de los estudios en torno al mtodo cartesiano, originando

    una amplia diversidad de opcionesL En lneas, quizs excesivamente, ge-nerales podra decirse que aquellos anlisis dedicados de forma especfi-ca a desentraar el significado del mtodo en su dimensin metafsica.como fundamento del sistema, tienden a destacar la importancia de lasReg las , incidiendo, por tanto, en la pervivencia de elementos bsicos ; losestudios orientados en una perspectiva lgico-epistemolgica parecen.por el contrario, poner de relieve ciertas fisuras que cuestionaran no sloel carcter unitario de ambas elaboraciones, sino el de las diversas partes

    donde explcitamente ruega a la posteridad que nunca le atribuya lo que no haya di-vulgado por si mismo: Je suis bien aise de prier ici nos neveux. de nc croire jamaisque les choses quon leur dira viennen dc moi. lorsque je nc les aurai point moi-mmc divulgues. A.T., VI. 70.

    8. Por ejemplo: Rodis-Lewis. Loeuvre de Descartes. Paris. J. \rin. l97i: NavarroCordn en la introduccin a su traduccion de las Reglas para la direccin del espritu.Madrid. Alianza, 1984. afirma tambin que se manliene una unidad metdica.

    9. Fn relacin con este aspecto, excesivamente general, pueden encontrarse refe-rencias actualizadas, por ejemplo, en el texto citado en (6). o en ci Apndice biblio-grfico, bastante completo y en el que las Orientaciones de los estudios actualesaparecen comentadas. (le Garin. Vila e opere di (aresio, Roma, 1984. Ir . de J. Martnez

    (iazque. Barcelona. Crtica. 1989.lO . Adems de (8): Alqui. La dcauverte maphysque de lhotnme chez D es< a r te s ,Paris. PUF. 1 95 < ) (sugiere explicar las posibles incoberencias del Discurso por la condi-cin d~ relato autobiogrfico, que narrara, como tal, un desarrollo). J. L. Beck. Themethod ofDescartes. A sudy ofIhe Regu loe, Oxford, Clarendon Press. 1964.

    Gouhier, Les premkrespensbs de Desear/rs. Paris. J. Vrin. 1958 y Essuig sar le Dis-cours de la Mhode. la Maphysique ella Morale. Pars, i. Vrin, 1973,

    (;uroult, Descartesselon lordre des raisons Paris. Auber. 1953. Marion, Surlonlolo-gte gris de Descartes. Paris. J. Vrin. 1975. En Le Discours et Sa inthode. cd. cit.. Marion.La stuation mtaphysiquc du Discours, Beyssade. Certitude ci fondement. Livi-dence de la raison et la vract divne dans la mtaphysique dii Discours de la M-ihode>, y . en gran medida. (?ostabel, Les Essais de la Mthode et la rforme math-In al ique.

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    del Discurso, sacando a la luz toda una serie de problemas que mostraranlos lmites y capacidades del programa ; la reconstruccin, propiamentehistoriogrfica. de la actividad desarrollada por Descartes en este perodo

    tampoco permite considerar el tema como cenado, en funcin de la cre-ciente complejidad de referencias que este tipo de trabajos proporciona 1 2 ,

    Tal vez, si la coherencia en el tratamiento de este tema slo resultaclaramente perceptible a un determinado tipo de reflexin, se deba al he-cho de que. en efecto, las preocupaciones metodolgicas o epistemolgi-cas cartesianas no llegaron a adquirir un rango comparable al de la pre-tensin metafisica que define y preside su filosofa, pretensin cuyo al-cance puede constituirse no slo en mareo que permita categorizar otrosaspectos del cartesianismo. sino, sobre todo, en el que pensar el sentidode un proyecto que, por su misma naturaleza, acabar desbordando las

    posibilidades individuales de investigacin.Desde este punto de vista, podran destacarse. en el texto de las Reglas,algunos rasgos que delinean con cierta precisin ese espacio de preocu-paciones. constantes en su reflexin; rasgos. por tanto, que pueden tam-bin ser reconocidos en el Discurso:

    a) Descartes sustenta sus planteamientos. desde el comienzo, en laconsideracin de que las ctencas. como conocimiento del espritu (quaetotae in animi cognitione consistunt) se identifican con la sabidura hu-mana universal y con el btien sentido o razn: Todas las ciencias no

    son otra cosa que la sabidura humana, que permanece una y la mts-ma... dice, mostrando su asombro porque nadie se haya preocupadodel buen sentido o de esta sabidura universal 14 ,

    Esta precisin inicial de cul ha de ser el objeto de sus investigaciones

    II. Le Discours el Sa nihode. c d . cit.. W . Rod , Lexplication rationelle entre m-thodc et rntaphysique: propone la distincin entre deduccin lgica y confirmacinde hiptesis comoprueba de laexistencia de dos mtodos en el Discurso, por lo que cide la ti parte no sera el de las ciencias, en las que las causas son probadas (no de-mostradas) por los efectos,

    Cli. Larmone. Lexplication scientifique: estudio comparativo de las Reglas y elDiscurso, desde la defensa de la existencia de hiptesis permanentes y provisionales, ascomo dei anlisis de su operatividad.

    Pariente, Probimes logiques du Cogito.1 2 . Fn att. puede ser iiustrativo ci trabajo presentado por Rodis-Lewis, Descartes

    et les mathmatiques au collge, as como el de Gadoflre, La cbronologie des sixparties, discutida por Curley en Cohrence ou incohrence du Discours5>. El textocitado de Clarn es suficientemente representativo tambin de esta orientacin.

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    encierra, prescindiendo de las obvias referencias extratextuales. diversasimplicaciones cuyo inters quedar confirmado, por l mismo, en el desa-rrollo de su posterior autobiografa: unidad de la razn, importancia delmtodo, resolucin de estudiar en mi mismo, dimensin prctica de lanocin de ciencia, etc.

    b) Entre estas implicaciones, o consecuencias del supuesto anterior.se impone una, derivada de manera inmediata: la propuesta de un idealde sabidura que se ajuste absolutamente a las exigencias de la razn,esto es. al criterio de certeza.

    Toda ciencia es un conocimiento cierto y evidente >. porque la acti-vdad de la razn proporciona certeza. El orden de la argumentacin noparece coincidir, en este sentido, con el orden expositivo de esta Regla II,

    segn el cual la definicin de ciencia parace operar como presupuesto.cuando es. ciertamente, el dinamismo de la razn el que da lugar, en cier-to modo impone, esta nocin de ciencia. Poco despus quedar esto demanifiesto con la explicitacin de los dos caminos de conocimiento, ex-periencia y deduccin, y la afirmacin de que el error jams proviene deuna mala inferencia, sino slo de que se admiten ciertas experiencias po-co comprendidas o de que se emiten juicios precipitadamente y sinfundamento . Al., X. 365.

    17 . Si quis igitur serio rerum vcritatem investigare vult. non singularem aliquamdebet optare scicntiam... sed cogitel iantum de naturali rationi.s lumine augendo....Al.. X. 361. Este aspecto, fundamental en el mtodo cartesiano, ser desarrollado endistintos momentos, especialmente en las Reglas IX. X . Xl y XII.

    1 8 . ANac autem mentis operalions, quas harum priorum auxilio dinigere conten-dit Dialectica. lic sunt mutiles. vel potius inter impedimenta numerandae. quia nihilpuro rationis lumini superaddi potest. quod illud aliquo modo non obscure. Al.. X .

    372-373. Dc modo semejante. Al., X . 405-406. etc.

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    de los antiguos que, con su forma de exposicin. nos imponen lo dudo-so como cierto, supone tambin la renuncia a un modo de filosofar, in-

    maduro, pero til en las discusiones2o. y . sobre todo, a ciertas tendenciasque. siendo naturales al hombre, no se atienen al nivel de la razn: latendencia a cubrir la ignorancia desestimando el reflexionar sobre lo quees ms fci l21 , a interesarse por objetos cuya oscuridad permite mayor li-bertad en su tratamiento 2 2 a responder a la oscuridad ciega que debi-lita la penetracin de la mirada~, o a dirigirse a lo nuevo y elevado24.etctera.

    d) El modo preciso de llevar esto a cabo ser, para Descartes. unacuestin de mtodo. Mtodo que dificilmente puede ser entendido, priori-tariamente y sin matizaciones, como conjunto de reglas: estas reglas

    indican cmo usar la intuicin y cmo ha de ser hecha la deduccin.pero no cmo intuir y deducir puesto que stas son operactones simplesy primeras exigidas para la comprensin del mtodo mismo 2 5 ,

    Podra pensarse, pues, que el mtodo persigue explicitar un modo deeducar y preparar el espritu: la Mathesis que. sospecha, conocieTonlos antiguos, aunque, por astucia, la ocultaron; pero respetando lasoperaciones originarias o naturales de la razn, es decir, establecindosede acuerdo con su actividad, de la que, espontneamente, ya han surgidoalgunos frutos en el campo de la Aritmtica y de la Geometra>6.

    9. Al.. X. 366-368. Por supuesto. Al.. VI. S~s.20 . A.T.. X. 363-3M.21. Al.. X, 362-363, 401.22 . Aif.. X. 365-366: ... Neque tamen ideo mirum esse debet. si multorum ingenia

    se sponte potius ad alias artes vel Philosophiam applicent: hoc enim aceidit, quiaconfidentius sihi quisque dat divnand Iicentiam in re obscura, quam u evident, &longe lacilius asde qualibet quaestione aliquid suspicari. quam in una quantumvsIacili ad ipfammet veritatem pervenre.

    23 . Al., X. 371: .

    24 . Al.. X. 378: ... Semper humana ingenia... protinus ad nova & grandiora festi-nare)>: 401: Es autemeomune vitium Mortalibus, ut quae diflicila puicliriora vi-deantur..fi.

    25. Al.. X. 372: At si methodus recte explicet quomodo mens intuitu si t uten-duni... & quomodo deductiones inveniendae sint... nihil aluid requir mih videtur, utSit completa. cum nullani scientiam haber posse. nisi per ments intuitum vel deduc-rionem. mm ante dictuni sir. Neque enim eiam illa extend potest and docendumquomodo hae ipsae operationes faciendae sint. quia sunt omnium simplcissimae &prmae... si bien, pueden pereccionarse las operaciones del cutendimento, desarro-ilando las facultades principales del espritu: perspicacia y sagacidad (Reglas IX y X).

    26 . Al.. X, 373 y 376. Las precisiones que aqu se introducen en torno a la rela-

    cin enirc Filosofa y Mathesis son decisivas tanto para la determinacin del sentido

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    III

    Las posibilidades de la empresa que, as proyectada. se mantiene en elDiscurso, son ilimitadas. Descartes ha trazado ya el plan a seguir en subsqueda de la ciencia universal. Un plan que apunta, en principio peroen rigor tambin, a una absoluta afirmacin de la razn, de cuya auto-consciencia emerge su propia crtica y el cuestionamiento de su uso. con-diciones necesarias para proceder a la puesta en prctica de la tarea quehabr de conducir a la ambiciosa mcta prevista 2?, A partir de ahora suspreocupaciones se centrarn en alcanzar el conocimiento de todo aque-lo de lo que es capaz 2 8 Este parece ser el sentido de la Mathesis y el dcuna de las propuestas ms elaboradas, y con mayor fortuna histrica, enlas que encontr su expresin e l proceso racionalizador que define lamodernidad.

    La investigacin cartesiana de estos aos, correspondiendo a su estan-ca en Holanda, se diversifica en la atencin a las distintas ciencias delorden y la medida: aritmtica, geometra, astronoma. musca. ptica,mecanca... Y es ahora, quizs. cuando e l proyecto inicial experimentauna inflexin, cuando el mtodo empieza a mostrar limites y . tal vez, laincapacidad de garantizar el programa definitivo. Es ahora cuando aDescartes parece hacrsele patente que la sintaxis del inundo es deduci-ble... pero el libro del mundo no puede ser descifrado si las experienciasno permiten establecer su texto 2 9

    del mtodo, como para la especfica discusin del supuesto matemacismo de ste:explicitan lo que en la Regla II (A1.. X. 366) aparece. en este sentido, solamente indi-cado respecto al carcter modlico de la Aritmtica y Geometra:

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    La VI parte del Discurso, dedicada a determinar qu se requiere paraavanzar en la investigacin de la naturaleza, es suficientemente ilustrati-va respecto a las dificultades con las que su autor se encontr, compara-bles, por otra parte, a las que proporciona la singular narracin de estaspginas:

    Tras justificar su posicin ante la condena de Galileo planteando laposibilidad de haberse engaado, afirma que publica la obra para nopecar contra le ley que nos obliga a buscar e l bien general de todos loshombres. Tras circunscribir la autoridad de su propia razn exclusi-vamente al mbito de sus pensamientos, expone que escribe obligado porlos frutos obtenidos en el terreno de la Fsica, expresin de hasta dn-de puede conducir una filosofia eminentemente prctica que nos hagadueos y poseedores de la naturaleza 30,,, Las ambivalencias de esta n-dole. y de otras tambin, se conservan hasta e l final del texto, tiendo deindecisin lo que debera ser la ms precisa formulacin de sus preten-siones.

    -lay, sin embargo, algn aspecto respecto al cual la actitud de Descar-tes. aunque ambivalente, es verdaderamente decidida:

    En primer lugar, mantiene la confianza plena en ese programa, demarcado carcter individual, que ha proyectado. S i ya haba sealadoque la mayor perfeccin deriva del trabajo de uno slo~, uno de los pri-meros pensamientos a que se entreg en Alemania. ahora lo confirmainsistiendo en el sentido del mtodo como perfeccionamiento del espri-

    tu al proporcionar hbito y facilidad 3 2 , as como al sealar la superio-ridad que concede la creacin del mismo sobre su aprendizaje, que siem-pre supondr un deterioro33.

    Por otra parte, parece convencido de que la realizacin efectiva delprograma es una tarea colectiva: esta parte de la obra es, de hecho, unainvitacin a colaborar; por ello escribe y pide ayuda, para ello explicael orden que ha seguido y sugiere que se le hagan objeciones. En estoconstste proyectar las preocupaciones por encima del tiempo. o llevarla luz a la caverna (~ < je ferai quasi le mme... que si jouvrais quelquesfentres, et faisais entrer du jour dans cette cave...) marcando as la dis-

    3 0 . A.T.. V I. 60-62.31 . AL. V I. II: ... Je m avisai de considrer que souvent il ny a pas tant de per-

    lection dans les ouvrages composs de plusieurs pices. et laits de la main de diversmaitres. quen ceu x au xquel5 un seul a travali.

    32. Al.. VI. 72.33. Al.. VI. 69: ... E t je pense puvoir dre. sans vanit, que. sil y a quelquun qui

    en soit capable, ce doit tre plutt moi quaucun autre: non pas quil ne puisse y avoirau monde plusieurs esprits incomparablement meilleurs que le men: mais pourcequon nc saurait si bien concevoir une chose. et la rendre sienne. Iorsquon lapprend

    de quelque autre. que lorsquon linvente soi-mme.

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    tancia en relacin a los que mantienen secretos y dificultan el descri-far la verdad.

    Conciliar estos aspectos entraa problemas. en cierto modo, implci-tos aunque bastante patentes, sin embargo, para Descartes. De su solu-cin quizs surja la fisonoma de la cultura moderna, al menos en susrasgos ms pronunciados: La comunicacin de experiencias, su exposi-cin al pblico, precisaba, sobre todo. de una cierta institucionalizacin yde un lenguaje; de ahel recelo respecto a ciertas crticas, el planteamien-to de qu publicar y cundo para no perder el tiempo, o bien la elec-cin del francs para evitar. de algn modo, a los que slo creen en loslibros antiguos. o. por supuesto. la alusin a la importancia de financiarinvestigaciones como modo decisivo de favorecerlas34 , etc.

    Estos nuevos problemas son tambin problemas de mtodo; asi lo

    han visto quienes se han ocupado del anlisis comparativo entre las pro-puestas metodolgicas de la 1 1 y VI parte del Discurso: as lo vio Descartescuando, al finalizar esta obra, insiste en que si hay en el inundo algunaobra que nadie pueda terminar mejor que quien la comenzo. es sta en laque trabajo35, pero despus de haber indicado que, cuando se adelantaen el conocimiento, la experiencia es necesaria y , por tanto, en relacina las experiencias no podra bastar un hombre slo para realizarlas ~. S ise entiende, pues. el mtodo como el modo concreto en el que se expresel esfuerzo de racionalizacin que define la modernidad, podra pensarseque es aqu donde sta se origina como proyecto inacabado. tal veztambin inacabable.

    Iv

    En cualquier caso, no deja de ser significativo e l que Descartes se re-fiera a F. Bacon slo y precisamente durante este periodo que culminacon el, en cierto sentido, ambiguo pero, ahora si . definitivo planteamientodel mtodo. Lo hace, en tres ocastones. en la correspondencia con Mer-senne de 1630 y 1632.

    La carta fechada en Enero de l630~~. en e l marco de su preocupacinpor cuestiones cientficas, pone. bsicamente, de relieve el conocimiento yla utilizacin del mtodo, y los resultados. de Bacon.

    34 . Al.. V I. 60-78. en general.35 . Al. V I. 72: Lt en un mot. sil y a au monde quelque ouvrage qui nc puisse

    tre si bien achev para aucun autre que par le mme qui Ia commenc. cest celuiauquc .i c travaille.

    36 . A.T. . V I. 63 : Mme je remarquais. touchant les expriences. quelles son dau-tant plus ncessares quon est plus avance en connalssance.

    37. AM..?. 109-115.

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    Se trata de un escrito, relativamente amplio, en el que expresa. en pri-mer lugar. una seguridad en las posibilidades de su propio procedimien-to: del intento, en este caso. de encontrar una Medicina fundada en de-mostractones infalibles, que es lo que busco ahora. Expone, en segundolugar. la marcha de su trabajo, las investigaciones que est realizando enel campo de las ciencias de la Mathesis: las referencias son a experien-cias pticas, relacionadas con el fenmeno de la luz, acsticas, como elexperimento de las campanas, relativas a cuestiones de msica...

    En este contexto de intereses es manifiesta la importancia concedida ala experiencia. De hecho, en esta lnea y entre alusiones a cartas anterio-res, le pregunta por las observaciones realizadas por Gassendi, le hablade la relevancia de instrumentos precisos, le pide una clasificacin de losmetales por el peso, y le agradece la lista de cualidades, tomada de Aris-tteles. que le ha enviado, aadiendo que l ha hecho otra, en parte sa-cada de Verulamio y en parte de mi cabeza3>, que es una de las primerascosas que intentar explicar y no ser difcil, una vez puestos los funda-mentos.

    El 23 de Diciembre de este mismo ao3, Descartes adopta un tonoclaramente diferente: encontramos una carta de carcter mucho ms per-sonal. en la que, despus de algunas consideraciones en torno a su amis-tad. le informa del valor que concede a la tarea que tiene entre manos, ascomo de su preocupacin por encontrar una perspectiva desde la quepoder decir la verdad, sin extraar la imaginacin de nadie, ni chocarcon las opiniones comnmente recibidas.

    En el ltimo prrafo y como respuesta al inters mostrado por el mis-mo Mersenne por conocer un medio de hacer experiencias tiles indi-ca: Respecto a esto no tengo nada que decir despus de lo que Verula-mo ha escrito, excepto que, sin ser demasiado curioso buscando todaslas pequeas regularidades relativas a una materia, habra principalmen-te que hacer Recopilaciones generales de las cosas ms comunes, que sonmuy ciertas y se pueden saber sin gastos... (porque) para las ms particu-lares es imposible no incurrir en superficialidades, e incluso en falseda-des. si no se conoce la verdad de las cosas antes de hacerlas40.

    El reconocimiento, pues. a la tarea de Bacon no le impide mantener el

    imperativo del orden. por el que la curiosidad se subordina a la certezay por el que la admisin del procedimiento baconiano queda subordina-do tambin a la primaca del elemento puramente terico.

    La valoracin del sentido de esta aportacin aparece ms explcitaaun en la breve y . relativamente, optimista carta del 1 0 de Mayo del632~. En ella ruega a Mersenne que le tenga informado respecto a las

    38 . AM.. 1 . 1 1 2 .3 9 . AM., 1 . 182-184.40. AM.. 1 . 184.

    4? . AM.. 1 . 225-227.

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    posibles observaciones sobre los cometas que se hayan recogido, porquelleva 2 o 3 meses empeado en (el estudio) del Cielo>. S e muestra muysatisfecho con los resultados obtenidos sobre su naturaleza y la de los as-

    tros, de modo que ahora intenta buscar la situacin de cada Estrella fi-ja. La conviccin en la que se apoya, segn dice, es la de la existencia deun orden natural, regular y determinado, cuyo conocimiento es clave yfundamento de la ms alta y perfecta ciencia alcanzable respecto a lascosas materiales; por medio de ella se podran conocer a priori todas lasdiversas formas y esencias de los cuerpos terrestres, mientras que. sin ella.hemos de contentarnos con adivinaras a posteriori y a travs de susefectos.

    Sin embargo. esta incuestionable preferencia y confianza en e l proce-dimiento deductivo presenta, muy pronto, su contrapunto: inmediata-

    mente despus de las palabras citadas, Descartes aade que para llegar alconocimiento de ese orden slo puede ayudarle la observacin. Y por esorecuerda a su amigo que. en otra ocasin, le ha hablado de personas de-seosas de trabajar por el progreso de las ciencias, hasta el punto de de-sear realizar todo tipo de experiencias a sus expensas. y le pregunta sialguna no querra empezar a escrtbir una Historia de las Apariencias Ce-lestes, segn el mtodo de Verulamio: una descripcin exacta del Cielo talcomo aparece, sin contar con ninguna razn ni hiptesis previa ~

    El final de la carta sintoniza claramente con la VI parte del Discurso, yquizs tambin con la 1 . en la que. desde el comienzo, la cuestin del m-

    todo se plantea en dos direcciones: el modo en que conducimos nuestospensamientos y aquellas cosas que consideramos3. Podra pensarse. portanto, en un cierto paralelismo entre la forma en la que las alusiones a F.Bacon encajan en la correspondencia cartesiana y la relacin entre losdos grandes proyectos tericos que inauguran la filosofa moderna. Claroque, desde esta perspectiva, ambas propuestas no aparecen tanto comoalternativas, sino ms bien coincidentes en su testimonio respecto a loque, en la primera mitad del XVII. se entendi por racionalizacin y porel modo de llevarla a cabo.

    ~1

    Excedera, por supuesto. la pretensin de estas pginas proceder a unanalisis comparativo de las posiciones de estos dos autores. de cuya rela-cin efectiva hay constancia, si bien sobre datos bastante precarios. Porotra parte. slo la lectura de las palabras dedicadas a presentar la Instau-ratio Magna permite sealar ya algunas obvias conexiones y significativasdiferencias.

    42 . AM.. 1 . 226.

    43 . Al., V I, 2 .

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    Mtodo y proyecto de modernidad: Descartesy E Bacon 495

    1 . Es manifiesta. en primer lugar, la similitud en cuanto al alcance yal carcter de la empresa que los dos han concebido: se trata, para Bacontambin, de una ocupacin a la que nada es comparable. puesto quemejorar la suerte del hombre proporcionndole dominio sobre lanaturaleza ~.

    2 . Lo primero, sin embargo, que. para ello, se requiere es una refor-ma de la mente; su objetivo ha sido estudiar la posibilidad de mejorarla relacin de la mente con las cosas t pero. curiosamente, en el proyec-to baconiano, racionalizar querr decir, ante todo. construir el edificiode la razn humana 4 < . . Y esto va a suponer tambin, de manera bastantesignificativa, una cierta violencia a lo que sera, ajuicio del autor, tenden-cta natural a la pasividad. confusin. temeridad. admiracin porlo imaginario y descuido por lo real, etc., violencia sin la cual no hayesperanza para un entendimiento que carece de fuerza porque sus pri-meras nociones estn viciadas47.

    44 . Sobre la relacin conocimiento-poder en E . Bacon puede verse, por ejemplo.en el Prlogo a la Instauratio Magna: Postrenio omnes in unversum montos volo-mus. ut scientiae veros fines cogitent: nec eam aut animi causa petanr. aut ad conten-iionem... sed ad meritum et usus vitae. lic works ofF Bacon, Spedding. Ellis andHeath. 1 vol.. reimpr. Frommann Verlag. Stuttgart-Bad Cannstatt. 1963. vol. t, p. 132.

    NO.. 1 . 1 : Horno. Naturae ruinister et interpres, tantum facit et intelligit quantum deNaturae ordine re vel mente observaverit, nec amplius sct aut potest, cd. cit., p. 157 .NO.. 1.3: Scientia et potentia humana in idem coincidunt. quia ignoratio causae des-tituit eifectum...> cd, cit.. p. 157 . NO., t, 1 2 4 : ...Itaque ipsissimae res sunt (in boc gene-re) ventas et utiliias.,.>, ed. cit.. p. 218. Y los 5 primeros aforismos de NO.. II.

    45 . ...Omni ope connitendum existimavil, si quo modo commercium istud Mentsel Reru In (cu vix aliquid in terris, aut saltem in terrenis, se ostendit simile) restituiposset iii integrum. aul saltem in melius deduci. ed. cit., p. 121.

    46. ... ex quo fil. ut universa ista ratio humana, que utimur quoad inquisitionemnaturae. non bene congesta et acdiicata sit. sed tanquam moles aliqua magnfica sinefu tida mento. Ibid.

    47. Quedan apuntados aqu dos grandes temas en los que. sin embargo. las dife-rendas entre ambos planteamientos son muy mareadas:

    a) Respecto al concepto de Naturaleza: Descartes ha propuesto, como forma deacceso a ella, el orden de la razn, en la medida en que cuenta con una ontologaque reconoce a sta una funcin, en cierto modo, constituyente. al menos en lo quea limites se reliere.

    I3acon concibe la Naturaleza como laberinto, cuyo dominio requiere prepara-cin de la menie. pero tambin seguir el hilo conductor que la naturaleza mismaproporciona, cuando se interviene en ella: Aedificum autem huus unvers structurasua. ,ntellecti humano contemplanti. instar Iabyrinthi est... Vestigia filo regenda sunt:omnisque va, usque a primis ipsis sensuum perceptionibus. certa ratione munienda.cd , cit. p. 129. As c

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    3. Se encuentra abocado, por tanto, a un nico remedio: comen-zar enteramente de nuevo>08. Esta radical consciencia de originariedad4se plasma. como en Descartes, en un doble plano: la distancia respecto a

    sus contemporneos. puesto que alberga serias dudas de que estas consi-deraciones se le puedan ocurrir a algn otro ~. y . por otra parte. pero so-bre todo, el pleno rechazo, y en ningn caso revisin. de las tentativas an-tenores; de hecho, en el Prlogo, la confianza en las adquisiciones delpasado ser considerada, a pesar de las matizaciones, como primer moti-yo del deterioro del estado actual.

    4. La consciencia de innovacin es, pues. simultneamente conscien-cia de la enorme soledad I que acompaa a su empresa; esto pareceser lo que le anima a publicar los resultados alcanzados, asi como a pro-

    porcionar alguna indicacin sobre su proyecto; ser, sin embargo, laembergadura de ste lo que le impulse a dirigirse al rey, solicitando suapoyo para llevarlo a cabo, ya que. como indicar cii la Dedicatoria a Ja-cobo 1 , (

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    accin. El Prlogo, dirigido al pblico en general, es una singular peti-cin de colaboracin, recogida, como se sabe, por la tradicin filosfica

    5 3

    posterior--.Prescindiendo de otros muchos puntos en comn tanto como de lasdiversas y . desde luego relevantes, diferencias, tal vez estas notas puedanser suficientes para permitir el volver sobre la pregunta: qu signific ra-cionalizar en el inicio de la modernidad?, o bien: cmo pensaron losprimeros modernos su proyecto?, con el fin de intentar, mediante esteretorno, una reflexin sobre el carcter inacabado del mismo, as comosobre su aparente estado terminal.

    VI

    Tomando como referencia el momento en el que empieza a formarsela autocomprensin de la modernidad tal como fue entendida por susprimeros protagonistas. tal vez no sea forzado afirmar que. tanto Des-cartes como Hacon. pensaron su proyecto. en primer lugar, desde unaesencial consciencia de novedad. Es decir, no slo la culminacin deuna serie de tendencias innovadoras, expresadas en sus preocupaciones,intereses, investigaciones, en definitiva, en su obra, no fue, de ningn mo-do. inconsciente; sino que es este aspecto el que propiamente parece se-alarlos como modernos. Y no tanto porque, previamente, no se hubie-sen dado importantes esfuerzos de renovacin. tan radicales, incluso, co-mo los suyos, sino porque al incorporar a ese esfuerzo la propia cons-ciencia. la afirmacin de la propia identidad, como exclusiva referenciade una orientacin, exclusiva tambin, al futuro, crearon, en efecto, unnuevo horizonte categorial ~ esta incorporacin oper como elementocatalizador de todo lo que la construccin del futuro pudiese extgr.

    Entre las exigencias de esta tarea sc daba la imposibilidad, que ambosautores vieron, de concebirla como individual, tanto por sus implica-ciones como por los requisitos para llevarla a cabo. Esta imposibilidadseria, pues, un momento de la autoconsciencia de la racionalidad moder-

    na. en cuanto proyecto de futuro; pero un momento que introduce en ellauna sustantiva modificacin, cuya problematicidad se hizo cada vez msperceptible: la modernidad, plena superacin del pasado. quedaba deter-

    53. I)e nohis psis silemus: De re autcm. quae agitur petimus: ut homines eamnon opinionem. sed opus esse cogitent: ac pro corto habeant, non sectae nos alicuius.aut placit. sed utilitatis el amplitudinis humanae fundamenta moliri .... e d . c i t . . p .132. Texto recogido. significativamente, por Kant como presentacin a KrV. B II.

    5 4 . Habermas, oc: este aspecto ser el primer punto a tratar si bien desde la con-sideracin de su explcita tematizacin. que remite a una determinada ijiosola de la

    historia, a una experiencia del progreso, etc.. p. 16 .

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    minada as como mera actualidad1 y de este modo opona un casi insu-perable obstculo, a su misma pretensin de construir el futuro. Enotras palabras, el proyecto de racionalizacin se levantaba en un territo-rio cuya parcelacin haba creado grietas que pondran en peligro surealizacin.

    Algunas de las ausencias que no permitieron elaborar una propuestaque articulase las aportaciones originarias. parecen encontrar resonan-cias en los esfuerzos, ms prximos. por formular nuevamente el pro-yecto moderno56. Aquella identidad afirmada, difcilmente suscepti-ble dc ser asumida en un proceso unversalizador. conserva an eco enlas consideraciones habermasanas que le conducen a la reformulacindel concepto de praxis en el sentido de la accin comunicativa... (median-te) un concepto de lenguaje que incorpore la dimensin pragmtica57.

    Quizs estas ausencias, que entonces ya cuestionaron la posibilidadmisma del proyecto. hayan ocasionado tambin, en cierta medida, la di-solucin del horizonte categorial en el que surgieron como una exigen-cia. Las palabras de Vattimo admitiran aquuna lectura: Me parece queel nfasis en la proyectualidad, en una poca en que lo nuevo es cadavez ms claramente requerido por los automatismos del sistema, se enea-mina a convertirse en un falso problema, mientras que se hace cada vezms urgente mantener la relacin con el pasado. construir una continui-dad de la experiencia que es la nica capaz de darle sentido ~ El des-moronamiento de la modernidad podra ser, de este modo, no tanto unasupuesta renuncia al sujeto cuanto una recuperacin de aquello quequed al margen de su identidad excluyente: la liquidacin de un pro-grama en el que. utilizando la expresin platnica, la memoria pasadano serva como promesa de futuro.

    Carmen REVILLA GUZMN(tiniv. de Barcelona)

    5 5 . Oc p. 1 7 . Sol~re la incorporacin del concepto (le lo clsico como medio desobrepasar la pura actualidad: p. 2t ) y ss.

    5 6 . 0*-.. p . 387: a n l S ~ 5 de la Fi losofa dc la praxis desarrollado en el Exctrso so-bre Castoriadis.

    57. Previamente ha ati rinado: En la imagen del mulidio socialmente instituida.comO si c e la conciencia transcendental se ratara. queda n todos a rmonizados a prio-ri : contra esta armona prccstahlecida, los individuos socializados tratan c e a t 5 rmarcomo monadas sus propios mundos privados. Castoradis no ptiecle ofrecer figura al-guna para la nediacion entre individuo y sociedad.... c.c. p. 394-395.

    58. Vattimo, 6.. M s- olla de l su/ero. tr . Gentile Vitale. Barcelona, Paids. 1989. Pp. 8-9.