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DERRI DA CONTRA H USSERL: LA CR TI CA DE LA VOZ Y ELFENMENO A LA TEOR A DEL SI GNO DE LA PRI MERA
I NVESTI GACI N LGI CA DE HUSSERL
Francisco Conde SotoUniversidad de Barcelona
Abstract
In this article the author tries to deconstruct the critic against Husserlsanalysis of the signs in the first logical investigation as it is exposed in Derri-dass work Speech and Phenomena(1967). Derridas main critic is that thehusserlian distinction between two kinds of signs expressions (signs withsignification) and indications- is unjustified and artificial. He also rejects thehusserlian topic that sustains the ideality of significations and misinterpretsthe concept of meaning by understanding it as the intention to say some-thing. The author of the article tries to show how Derrida manipulates thevery strict husserlian notions by means of small but severe conceptual per-versions that allow him to criticize without reason Husserls understanding of
the meaning as built upon some conscious forgetting of the empiric side andof the indicative function of the expressions. The article begins with an expo-sition of some important points of the first logical investigation and then triesto show how Derrida manipulates them in his approach to the husserliantext.
El pensamiento de Derrida se califica a s mismo como decons-
truccin de la tradicin metafsica occidental, tradicin que es ataca-
da desde diferentes perspectivas. La primera de ellas es ser conside-
rada una metafsica de la presencia, puesto que en ella habra unaclara tendencia a definir cognoscitivamente lo que es un objeto en
virtud de aquellas dimensiones del objeto que se aparecen y que son
presentes despreciando aquellas que aunque ocultas, ausentes, pa-
sadas y futuras tambin le pertenecen. Una segunda perspectiva cr-
tica a la tradicin se centrara en torno a la acusacin de ser logo-
centrista, en la medida en que su discurso se movera sobre el pre-
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supuesto tcito de la creencia en la posibilidad de que el sentido se
d bajo la forma de una presencia originaria en una intuicin eviden-
te, en la posibilidad de que la significacin signifique sin abandonar elreino del logos absoluto, privilegiando injustificadamente lo inteligi-
ble sobre lo sensible. En tercer lugar, entre otras muchas, la tradicin
metafsica sera criticada por su fonocentrismo, al privilegiar el
habla sobre la escritura. La denuncia de estas diferentes situaciones
constara en primer lugar en ejercer una relectura de ciertos textos
de la historia de la metafsica con el nimo de deconstruirlos y poner
de manifiesto los presupuestos ocultos anteriores. En este artculo noentraremos a evaluar en profundidad qu pueda significar el trmino
deconstruccin en gene-ral, sino que se analizar el intento decons-
tructivo concreto que Derrida realiza en La voz y el fenmeno sobre
la primera Investigacin Lgica. Para ello se har una presentacin de
aquellos puntos del anlisis husserliano a los que Derrida se remite
para pasar posteriormente a un anlisis de la validez de sus crticas.
A. LA TEORA DE LOS SIGNOS EN LA 1 INVESTIGACIN
LGICA.
1. Signos y expresiones
Que Derrida escoja las Investigaciones Lgicas se debe a su ca-
rcter fundacional en relacin a la primera fenomenologa de Husserla nuestro entender hasta Ideas I. Las Investigaciones Lgicas se
proponen como primera tarea un anlisis de la naturaleza de las ex-
presiones y de los significados como paso previo obligado a la poste-
rior elaboracin de cualquier disciplina filosfica, en la medida en que
esta formula sus resultados mediante expresiones signifi-cativas de
un lenguaje. La primera investigacin lgica, titulada precisamente
Expresin y significacin, se inicia con una definicin y clasificacin
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de los signos. Segn Husserl todo signo es signo de algo [Zeichen
fr etwas] (Hua XIX/1, 30). Esta relacin puede darse de varias
formas diferentes:
- existen signos que no designan [bezeichnen] aquello en lugar
de lo que estn;
- existen signos que designan, pero no significan aquello por lo
que estn;
- y finalmente existen signos que designan y que significan
aquello por lo que estn.
De entrada existen dos funciones sgnicas distinguibles: la funcin
indicativa-designativa y la funcin significativa-expresiva. Los dos
primeros tipos de signos entran dentro de la categora de los ndices1:
signos no expresivos, tanto designadores como no designadores. Slo
la tercera clase de signos estara acompaada de una funcin
significativa y constituira el grupo de las expresiones2.
Con respecto a los ndices Husserl afirmar que hay un fenmeno
unitario que es la indicacin en general:
[...] cualquier objeto o estado de cosas, de cuya consistencia [Bes-tand] alguien tenga conocimiento actual, le indican a este alguien laconsistencia de otros determinados objetos o estados de cosas, deforma que la conviccin [berzeugung] acerca del ser de unos sea vi-vida como motivo para su conviccin o suposicin acerca del ser de losotros (Hua, XIX/1, 32).
Para Husserl la esencia de la indicacin se encuentra en una
relacin de "motivacin" entre los elementos interrelacionados. A esta
motivacin le corresponde un correlato objetivo que aparece
[erscheinende], un estado de cosas unitario que es mentado por ella.
1 Gaos emplea en la traduccin castellana seal para traducir2 Es importante atender a la palabra funcin, porque nos permite aclarar desde unprincipio que en realidad estamos hablando de dos funciones de los signos, unafuncin indicativa y una funcin expresiva, y no de una separacin substancial entre
dos clases de signo.
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El porque que permite que se forme esta unidad es el correlato
objetivo de la motivacin: pienso que la playa est habitada porque
he visto una pisada. La indicacin no es slo mi ver una pisada ni elhecho de que la playa est habitada sino el conjunto unitario playa
habitada porque pisada.
En su anlisis de las expresiones Husserl comienza negando que,
tal y como se considera tradicionalmente, el carcter expresivo de-
penda de la funcin comunicativa de esa expresin. Una expresin es
expresin tanto si pertenece a un discurso comunicativo como si no lo
hace. Los rasgos que caracterizan esencialmente a una expresin se-
ran dos: a) las expresiones se dan siempre formando una unidad fe-
nomnica con las vivencias que ellas mismas exteriorizan; b) las ex-
presiones en el sentido del discurso estn animadas por la intencin
de presentar algn tipo de pensamiento (la palabra aparece entre-
comillada en el texto husserliano), es decir, Husserl reconoce que
habitualmente las expresiones aparecen acompaadas de una inten-
cin comunicativa. En el discurso comunicativo las expresiones
funcionan para el receptor como ndices del pensamiento del emisor:
son ndices que notifican o designan las vivencias psquicas del
emisor. De cara a anlisis posteriores hay que dejar claro que la
comprensin que se produce en un intercambio comunicativo no es
un saber conceptual o un juzgar del tipo del enunciar donde se
constate la verdad de lo notificado, sino que la captacin de lanotificacin, la toma-de-nota [Kundnahme] es una mera percepcin
de la notificacin [Kundgabe].
2. Las expresiones en la vida solitaria del alma [das e insame
Seelen leben]
El 8 de la primera investigacin lgica est dedicado a
demostrar que la funcin indicativa no es esencial a las expresiones.
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Se trata aqu de localizar un empleo de las expresiones donde estas
no pierdan su funcin significativa aun cuando no comuniquen nada,
en otras palabras, cuando no indiquen nada. La vida solitaria del alma
es aquella situacin donde nos representamos una palabra en
silencio, como cuando cerramos los ojos y pensamos negro o
como cuando hablamos con nosotros mismos. Husserl insiste en el
hecho de que las significaciones de una expresin en el mbito de la
vida solitaria del alma son las mismas que en el mbito comunicativo.
En la vida solitaria del alma las expresiones no comunican pero
siguen siendo expresiones, siguen teniendo significacin, pueden ser
comprendidas. En la vida solitaria del alma "Nos imaginamos en
nuestra fantasa un signo verbal hablado o impreso pero en realidad
no existe tal signo" (Hua, XIX/1, 42). Para que nos podamos
representar una palabra no es necesario que esta palabra exista
como sonido o como grafa reales, fsicos. No nos interesa la
existencia emprica de una palabra para saber si hay o no hay
significacin. La expresin seguir siendo expresin aunque no tenga-mos una palabra fsica, un sonido.
Fuera del mbito de la vida solitaria la palabra tiene, por el con-
trario, una funcin notificadora, de forma que los pensamientos, los
estados psquicos de los que hablbamos antes, no son expresados
meramente en la forma de una significacin (Hua, XIX/1, 43) sino
que son comunicados mediante un proceso de notificacin. La conclu-
sin sera que las funciones expresiva y notificadora no coinciden ni
tienen que darse siempre juntas.
Husserl considera a continuacin la objecin de si no podramos
pensar que en la vida solitaria del alma nos notificamos algo a noso-
tros mismos, de forma tal que las expresiones podran funcionar en
este contexto como ndices de nuestros propios estados psquicos.
Sera entonces legtimo hablar de la posibilidad de una comunicacin
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consigo mismo. Husserl afirma que en realidad las expresiones de la
vida solitaria del alma en este contexto efectan un apuntar [Hinzei-
gen]3
a las propias vivencias que es diferente del indicar de los ndi-ces: La existencia del signo [expresivo] no motiva la existencia, o
ms exactamente, nuestra conviccin acerca de la existencia de la
significacin. Por el contrario: Lo que nos sirve como ndice (mar-
ca), debe ser percibido por nosotros como existente (IL, XIX/1, 42).
En la vida solitaria del alma ni las palabras ni las significaciones son
percibidas como existentes, por lo que no pueden ejercer propiamen-
te hablando ningn tipo de funcin indicativa. No podemos decir queson ndices de nuestros propios estados psquicos.
Husserl dos caras en la expresin. La palabra caras es aqu em-
pleada con todo rigor, puesto que Husserl se refiere a las caras de al-
go bifaz, caras que no son separables fcticamente sino tan slo a
efectos del anlisis. Distinguimos en la expresin entre: 1. El fen-
meno fsico, palabra verbal, signo sensible. 2. Un curso4 de vivencias
psquicas que enlazado asociativamente a la expresin hace que esta
sea expresin de algo (Hua, XIX/1, 38). Ms adelante clasifica estas
vivencias en dos tipos: intenciones significativas esenciales a la ex-
presin e intenciones cumplidoras, impletivas, implementadores [er-
fllende] del sentido que la pueden acompaar eventualmente y que
3 La traduccin de esta palabra ofrece alguna dificultad. Gaos traduce mostrar, pero
as se pierde la nocin de la partcula Hin-, que indica movimiento, concretamenteel desplazamiento desde un punto prximo a otro ms lejano. Si bien la palabracastellana apuntar slo traduce la ltima parte de la palabra alemana (zeigen:mostrar, ensear, exhibir), recoge el sentido de movimiento que tiene el trminoalemn de mentar, apuntar en el sentido de traer algo, llevar algo, colocar algoah delante.4 Belauf de Belaufen. Los significaciones habituales son ascender a, elevarse a,importar, ser de. Pero la partcula be- se utiliza en este caso para darle al verbouna direccin objetiva, para insistir en el resultado de su accin. En este caso laaccin del verbo laufen: correr, recorrer. En la traduccin castellana aparece
simplemente conjunto (GAOS 1982, 1, 239).
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dan plenitud intuitiva a las intenciones significativas a travs del es-
tablecimiento de una relacin a un objeto expresado. La palabra en
cuanto fenmeno fsico se hace una con la intencin significativa,
constituyendo una unidad esencial. La unin entre ambos elementos
no es "ningn mero agregado" sino que "forman, por el contrario, una
unidad profundamente fundida de un tipo peculiar" (Hua, XIX/1, 45).
Lo que sucede es que en el acto expresivo la aparicin verbal fsica
experimenta una modificacin fenomenal esencial cuando adquiere el
valor de expresin: la realizacin de la intencin significativa desplaza
nuestro inters desde la representacin o percepcin de la palabra al
objeto mentado.
3. La significacin
La significacin ser tan slo aquella parte siempre idntica de la
intencin significativa, en la que se constituye la relacin al objeto.
Utilizar una expresin con sentido es lo mismo que referirse, repre-
sentarse un objeto, sin importar si el objeto es ficticio, real o incluso
imposible. No se trata por tanto de que una expresin tenga signifi-
cacin cuando se refiere a un objeto que existe. Por otra parte, la
comprensin de las expresiones persiste despus de la desapa-ricin
de las representaciones o imgenes que la acompaan, lo que implica
que las imgenes son auxilios de la comprensin, no elementos don-
de residira por completo la significacin.
El carcter de significabilidad no se aade a un acto como si fueseun nuevo contenido psquico, como si estuvisemos ante una suma
de contenidos del mismo valor. Se trata de que un nico y mismo
contenido psquico ha cambiado su carcter de manera tal que ya no
se nos aparece como una mera marca en el papel, una mera
aparicin fsica, sino que ahora funciona como un signo que nosotros
entendemos. Que la significacin reside en el carcter del acto que da
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sentido, no en el que lo implementa, lo demuestra tambin la exis-
tencia de un pensamiento puramente simblico, que no est acompa-
ado por ninguna representacin o cumplimiento intuitivo, o la posi-bilidad de hablar sin la presencia de intuicin, como en el caso de una
conversacin donde no nos detenemos a formar representaciones o
imgenes acerca de los hechos comentados. La intencin significativa
es la que anima la expresin concedindole una significacin y, en
cuanto apuntado o intencionado a travs de sta, un objeto. Husserl
no dice que una expresin tenga significacin en la medida en que se
refiere a una objetividad, sino que una expresin puede apuntar a unobjeto a travs de su significacin.
La significacin de una expresin se caracteriza ante todo por su
carcter ideal frente a la multiplicidad de las emisiones expresivas
que se pueden referir a ella. El estado de cosas expresado por una
expresin conforma una unidad frente a la multiplicidad de enuncia-
dos en que puede ser expresada esa significacin. Mientras que el
contenido psicolgico de la vivencia significativa es una parte de la
vivencia, la significacin, por el contrario, no es una parte real del
acto de la conciencia. En este ltimo caso la significacin varia en
cada uno de los actos, porque los actos son irrepetibles y siempre
diferentes por el mero hecho de estar asociados a un momento
temporal concreto. Lo que mentamos permanece uno, no se multi-
plica: el juicio en sentido ideal lgico es uno. Es necesario entoncesexplicitar a qu tipo de identidad se refiere Husserl al hablar de la
idealidad de la significacin. Las significaciones se comportan con
respecto a los actos significativos "como el Rojo en especie con
relacin a las tiras de papel aqu yacientes, que 'tienen' todas este
mismo Rojo (IL, XIX/1, 106). La multiplicidad de las diferentes
instancias significativas se rene bajo una nica significacin ideal.
Mientras que cada uno de los actos psicolgicos de significacin es
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real-temporal, la significacin mentada por ellos tiene ser ideal-
atemporal: es decir, las significaciones en cuanto especies no se dan
ni se encuentran en un determinado tiempo, sino que son atem-
porales. Su ser no es real, sino ideal. Ahora bien, esta idealidad no es
idealidad en sentido normativo: no se trata de una idealidad norma-
tiva que debiera ser perseguida como valor lmite ideal cumplido en
mayor o menor medida en los casos particulares5. La significacin
normativa es un objeto real perseguible, una norma prctica, e
incluso aunque se trate de un ideal no realizable existe como
individuo, como norma concreta. La idealidad de la significa-cin, en
tanto que idealidad en el sentido de la especie, excluye cualquier re-
lacin con la realidad. Es por este motivo por el que las normas
ideales no pueden sustituir a las significaciones en el sentido de
especie: cada norma es algo individual perseguido por los actos de
juicio reales, pero la especie excluye toda referencia a lo real o a lo
individual (Hua, XIX/1,107). Por otra parte, que la significacin sea
ideal en el sentido de la especie no quiere decir que especie ysignificacin coincidan. Por ejemplo, la especie 4 es mentada a travs
de las significaciones 2+2, el nmero entero situado despus del 3,
3+1, la significacin 4....
5 El captulo 8 de los Prolegmenos a una lgica pura (IL, XVIII, 159), textointroductorio a las Investigaciones Lgicas, est dedicado a la crtica de losprejuicios psicologistas. El primero de ellos sera no haber distinguido el carcter
teortico de la lgica del carcter prctico o normativo que la lgica puede asumiren cuanto conjunto de procedimientos o reglas para el pensamiento. Los conceptoslgicos de la lgica normativa son tambin ideales pero en un sentido que debe serdistinguido de la idealidad propia de la especie. Un ejemplo en el que los conceptoslgicos actan como ideales normativos lo ofrece la conversin de una verdadlgica en norma del pensamiento: cuando 2+2=4 es empleado como la regla quenos dice que la operacin de sumar dos y dos es correcta cuando el resultado escuatro. Husserl afirma que los conceptos lgicos en s no son ideales normativos.En el momento en que actan como ideales que hay que perseguir, su idealidad yano excluye la realidad, puesto que se ofrecen como casos lmite a los que se deben
aproximar los ejemplares reales.
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4. El problema de las expresiones esencialmente ocasionales.
Una de las cuestiones a las que Derrida dedica mayor atencin es
la crtica de la teora husserliana de las expresiones ocasionales. Enrelacin al significado segn Husserl podemos distinguir fundamen-
talmente dos tipos de expresiones:
a) objetivas: cuya significacin no depende en ningn caso del
contexto. Los ejemplos por excelencia son los enunciados de las cien-
cias abstractas. Esto no impide que una expresin objetiva puede
ser equvoca, es decir, que tenga diferentes significaciones, siempre
que sea posible determinar y precisar la significacin vlida entre las
varias posibles a travs del contexto actual, de la interpretacin del
oyente, etc. Ej.: si digo el gato es feo, suponemos que no me refiero
a la herramienta, sino al animal. Pero no se trata de que la expresin
dependa esencialmente del contexto para poder ser comprendida. La
expresin gato es comprendida aunque no aparezca el contexto que
precise si se trata de una herramienta o de un animal. Si no hay con-texto, no se puede saber de qu significacin se trata pero la expre-
sin no deja de ser entendida.
b) expresiones esencialmente subjetivas u ocasionales: estas
expresiones carecen de significacin fuera de su contexto, necesitan
necesariamente de l para determinarse de entre un grupo posible de
significaciones. Parecera que estas expresiones seran
contraejemplos a la afirmacin de Husserl de que las significaciones
constituyen unidades ideales idnticas: estaramos ante expresiones
cuyas significaciones dependen esencialmente de la existencia de un
contexto, expresiones que careceran de significaciones si no fuera
gracias al contexto. La idealidad de la significacin se vera amena-
zada por este vacilar en la significacin de las expresiones ocasio-
nales.
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Husserl estudia el caso del pronombre yo como paradigma de
expresin ocasional. La palabra yo nombra en cada caso a una
persona distinta que es reconocible en virtud del contexto. Si care-
cemos de este contexto, como cuando leemos la palabra yo sin sa-
ber quien la ha escrito, tenemos una palabra extraa a su signifi-
cacin normal, porque no podemos identificar el objeto concreto al
cual se refiere en una determinada situacin; y sin embargo la pala-
bra sigue siendo algo ms que un mero arabesco o un grafema. A
primera vista parece que la significacin normal de yo es aquella
que adquiere la palabra en cada caso cuando es usada por un sujeto
que se refiere a s mismo. Sin embargo, pese a que cada hablante se
refiere a una representacin especfica de su yo, hay algo comn a la
expresin yo en todas sus emisiones. La representacin inmediata
de la persona hablante sobre s no aprehende en s la significacin
total de la palabra yo. La palabra yo no es igual a un equvoco
que se pudiese identificar con todos los posibles nombres propios de
personas. A la significacin de yo le pertenece la representacin delmentarse-a-s-mismo y del apuntar a la representacin individual
directa de la persona que emplea la expresin, que a su vez se
asienta sobre este mentarse-a-s-mismo:
Curiosamente tenemos aqu, as lo deberemos reconocer, dos
significaciones construidas una encima de la otra. Una, relacionada
con la funcin general, est unida a la palabra de forma tal que pue-
de realizar una funcin indicadora en el representar actual; la otra,
por su parte, favorece la otra representacin, la representacin sin-
gular, y hace cognoscible su objeto, al mismo tiempo en el modo de
la subsuncin, como lo mentado hic et nunc. La primera significacin
podramos por ello denominarla indicadora, la segunda, indicada (IL,
XIX/1, 89).
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En el caso de las expresiones ocasionales el ncleo de la
significacin est constituido por la funcin indicadora. Incluso en el
caso de una expresin esencialmente ocasional existe una significa-cin idntica que se mantiene en todas las emisiones de la expresin.
Para Husserl la significacin normal de las expresiones ocasionales
consiste en la determinacin de una direccin objetiva, de un objeto,
aunque este no tenga que estar presente. Afirmar que la significacin
normal de la palabra yo slo se alcanza cuando se consigue cumplir
su referencia ira en contra de su propia separacin entre intencin
significativa y cumplimiento.
B. LA CRTICA DE DERRIDA A HUSSERL EN LA VOZ Y EL
FENMENO.
Una vez culminada esta primera presentacin aclaratoria se pro-
seguir con el anlisis de las crticas que Derrida hace a Husserl, in-
tentando justificar nuestra consideracin de que no son acertadas. La
Voz y el Fenmeno est estructurada en siete captulos que formandos bloques temticos principales. El primero de estos bloques tiene
como tema central la crtica a la teora del signo formulada en la pri-
mera investigacin lgica. El segundo, que no ser estudiado en este
artculo, lleva a cabo una presentacin crtica de la fenomenologa del
tiempo tal y como es expuesta en las Lecciones sobre la conciencia
interna del tiempo (Hua X) de Husserl.
1. La cuestin del signo en general.
El objetivo principal de Derrida es demostrar la imposibilidad de la
separacin entre las funciones expresiva e indicadora de los signos.
La crtica ms consistente del primer captulo de la obra de Derrida es
la que se refiere a la ausencia de un anlisis de la estructura del
signo en general en el planteamiento de Husserl. Antes de comenzar
analizando las dos funciones del signo, expresiva e indicativa, Husserl
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manece como un concepto primitivo y no recibe un anlisis lo sufi-
cientemente extenso por parte de Husserl. Seguramente porque su
anlisis se dirige a las expresiones y le es suficiente con una nocin
bsica en torno a lo que sea el signo.
En lo que se refiere a la distincin entre expresin e ndice Derrida
apunta, a nuestro entender acertadamente, que se trata de una dis-
tincin funcional y no sustancial: son dos funciones que pueden ejer-
cer los signos de forma conjunta o por separado. No se trata de dos
clases de signos totalmente heterogneas. Su intencin es demostrar
que para Husserl la indicacin constituye algn tipo de carga o exce-so, una funcin de segunda categora frente al valor esencial de la
funcin de expresin. La indicacin es para Husserl algn tipo de con-
taminacin o suciedad:
Sabemos ya, pues, que de hecho el signo discursivo, y por consi-guiente el querer-decir, est siempre encabestrado, preso en un sis-tema indicativo. Preso, es decir, contaminado: es la pureza expresiva ylgica de la Bedeutung lo que Husserl quiere recuperar como posibili-
dad del Logos (VP, 20-21).Las connotaciones negativas que Derrida le atribuye al trmino
Verflechtung no pueden ser justificadas a partir de la semntica de
la lengua alemana. Verflectung aparece en el diccionario con la
significacin de entrelazamiento, interdependencia y no comporta
ningn tipo de connotacin o valoracin negativa. La palabra que
Derrida escoge como traduccin es enchevtr (encabestramiento).
Se trata de un trmino dotado de una connotacin que puede serdepositaria de un valor peyorativo. En los sucesivos pasajes del texto
Derrida cambia los trminos pasando de entrelazado a
encabestrado, de encabestrado a siempre encabestrado, de
siempre encabestrado a prisionero y finalmente de prisionero a
contaminado.
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La marginacin por parte de Husserl del tema de la indicacin se
hara patente tambin a travs del hecho de que slo le dedica tres
pargrafos, mientras que la expresin es estudiada en once (VP, 28).Esto indicara que la funcin indicativa es una funcin menor de la
expresin. La respuesta ms rpida y eficaz a esta objecin es que el
inters de Husserl es precisamente analizar las expresiones, tanto
porque el objetivo final es aclarar que sean las expresiones para po-
der emplearlas correctamente en la investigacin filosfica, como
porque slo en ellas es posible estudiar qu es la significacin9.
En un orden de cosas menor hay que apuntar que para Husserl la
grafa en general no es principalmente indicativa, tal y como el pen-
sador francs afirma en la nota de la pgina 29. Es necesario atender
a qu tipo de grafa nos referimos. Es cierto que Husserl parece reco-
nocer la posibilidad de signos meramente indicativos, como dibujos,
marcas, etc. Pero si se trata de una expresin es evidente que la gra-
fa no es en este caso principalmente indicativa, sino que est ani-
mada por una intencin significativa, trasciende su mero ser algo
emprico para apuntar a un significado.
2. La expresin
Derrida inicia el anlisis de aquello que sea la expresin para Hus-
serl concibiendo el significar como un traer algo afuera que se en-
cuentra adentro. Esto exteriorizado es el sentido en s. El sentido, el
objeto ideal son proferidos y al ser proferidos entran en la concien-
cia, abandonan su estar en s mismos. Se trata de un acto a travs
del que algo situado en una cierta interioridad es sacado al exterior.
9 Otra cosa muy diferente es que se considere injustificada la necesidad de saberqu es el significado para poder operar correctamente con significados, tal y comohace Husserl en los prolegmenos para justificar el inicio de su filosofa medianteunas investigaciones sobre el lenguaje. Dicho sumariamente: las expresiones no
dejan de significar an cuando no se conozca como funcionan los significados.
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I. La ex-presin es exteriorizacin. Ella imprime en un cierto afueraun sentido que se encuentra en primer lugar en un cierto adentro. [...]el discurso expresivo, lo vamos a ver, no necesita, en tanto que tal yen su esencia, ser proferido efectivamente en el mundo (VP, 34).
El sentido entra dentro de la conciencia gracias a la expresin,dentro del consigo o del cerca-de-s que Husserl comienza por deter-
minar como vida solitaria del alma. Derrida da un salto moment-
neo a Ideas I, concretamente al 124, donde se habla de la impro-
ductividad de la expresin, del hecho de que la expresin recoge el
sentido y lo introduce en el mbito conceptual sin producir ninguna
modificacin en ste10. Segn Derrida hay que justificar de manera
ms extensa la improductividad de la capa expresiva: parece que al-
guna productividad debe tener si se caracteriza por transformar lo no
conceptual (el sentido) en conceptual. La pregunta qu se le debe
hacer es entonces cul es esta productividad?, puesto que es l
mismo quien propone la existencia de esta productividad. Antes que
Husserl debe ser Derrida quien explicite en qu consiste aquello cuya
supuesta existencia debe ser aceptada.
5. La indicacin
El pensador francs afirma que la indicacin tiene dos lmites. En
primer lugar, el cuerpo del signo, que no es un mero soplo [souffle]
voltil, tal y como habra pretendido Husserl. Esta anotacin cobra
sentido si adelantamos que Derrida va a caracterizar la expresin
husserliana como voz carente de todo resto emprico, como soplo:
el cuerpo de la expresin sera para Husserl un mero soplo. El segun-
do lmite de la indicacin es aquello que es indicado, que es una exis-
tencia en el mundo. En el esquema husserliano la funcin indicativa le
sobreviene a la expresin como una vestidura emprica, como un
10 Derrida se ocupa de este tema de manera ms extensa en su artculo La forma y
el querer-decir de Mrgenes de la filosofa.
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dor de sentido son distinguibles dos caras, una de las cuales le dara ala expresin la significacin y la otra la determinabilidad de la direccinobjetiva (IL, XIX/I, 55).
La necesidad de que esta intencin significativa se efecte siem-
pre sobre un algo que es animado y con el que pasa a constituir
una unidad apunta a que no estamos ante dos caras separables.
Tampoco es legtimo identificar o reducir la indicacin a la mera
necesidad de una palabra emprica. Cierto que para que la indicacin
se cumpla es necesaria una palabra emprica y que la expresin no
deja de ser expresin aun cuando no exista esta palabra, pero no te-
nemos informacin suficiente como para atribuirle exclusivamente ala palabra emprica la funcin indicativa. Si la determinacin de la di-
reccin objetiva y la intencin significativa, que no es emprica, con-
forman una unidad, es evidente que la funcin de indicacin requiere
algo ms que la mera palabra emprica.
3. La significacin de la expresin como querer-decir.
El voluntarismo metafs ico
Segn Derrida la interpretacin husserliana propone que la
significacin proviene de la intencin de un sujeto o de un discurso de
querer-decir algo. De ah que insista en la correccin de traducir
Bedeutung al francs como querer-decir. La expresin husserliana
es una exteriorizacin voluntaria, decidida, consciente, intencional,
porque se forma sobre una intencin de un sujeto que anima el signo
al transmitirle una cierta espiritualidad. Una expresin no existems que gracias a la intencin voluntaria de un sujeto que se quiere
expresar.
Se podra entonces quizs, sin forzar la intencin de Husserl, defi-nir, sino traducir, bedeuten como querer-decir [voulouir-dire] al mismotiempo en el sentido de que un sujeto hablante se expresa, como di-ce Husserl, sobre cualquier cosa, quiere decir, y en el sentido de queuna expresin quiere decir; y sera seguro que la Bedeutung es siem-pre eso que alguien o un discurso quieren decir: siempre un sentido de
un discurso, un contenido discursivo (VP,18).
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En la pgina 36 de VP se inicia un anlisis de un prrafo de
Husserl situado en el pargrafo 5 de la primera investigacin lgica
donde se ofreca la primera definicin de expresin. Lo primero quese nos dice es que Husserl mismo habra reconocido que su uso del
trmino expresin forzara la lengua, sera artificial, violento:
Husserl reconoce que su uso del trmino expresin constrie un
poco la lengua (VP, 36). Si la expresin est animada por una
significacin la comprensin no puede tener lugar fuera del discurso
oral [Rede], porque slo en el discurso oral es posible una
interpretacin, una escucha de aquel que habla y que dice unasignificacin expresa, explcita y conscientemente (VP, 36). Lo
importante en la expresin sera para Husserl nicamente la intencin
pura que la anima, considerando como secundaria toda la capa
emprica que la acompaa: su pronunciacin, su encarnacin fsica,
etc. Esta capa forma un estrato que al igual que los gestos
involuntarios que acompaan al discurso es accesorio, involuntario,
no necesario, suprimible.
As, todo eso que constituye la efectividad del pronunciar, la en-carnacin fsica de la Bedeutung, el cuerpo de la palabra, eso que ensu idealidad pertenece a una lengua empricamente determinada, si noest fuera del discurso, es al menos algo extrao a la expresividadcomo tal, a esta intencin pura sin la cual no habra discurso [...] Laefectividad, la totalidad de los sucesos del discurso es indicativa no so-lamente porque est en el mundo, abandonada al mundo, sino tam-bin, correlativamente, porque en tanto que tal guarda en ella algunacosa de la asociacin involuntaria (VP, 36-37).
El siguiente paso es la identificacin entre la capa emprica de la
expresin y la involuntariedad. Otra identificacin paralela a sta es
aquella que convierte a la capa no-emprica, ideal de la expresin, la
significacin, en el elemento voluntario de la expresin. Husserl se
habra mantenido entonces en una tradicin voluntarista, a pesar de
su insistencia en la importancia de la intencionalidad receptiva y la
gnesis pasiva en la constitucin de la significacin, porque habra
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El modo en el que se expresa Derrida parece sugerir que segn
Husserl cuando digo gato la palabra significa debido a mi voluntad
de significar. Pero la involuntariedad con la que las expresiones signi-
fican parece evidente: no depende de mi voluntad el paso desde la
expresin gato a la vivencia de la significacin de esa palabra. So-
bre la efectividad de la relacin entre una expresin y su significacin
no tiene ninguna influencia mi voluntad. Adems, en la vida solitaria
del alma no tenemos la intencin de presentar unos pensamientos
en modo expresivo, y pese a ello Husserl insiste en que debemos
considerar que estas expresiones estn dotadas de significacin. Es-
taramos ante un caso de expresin donde no existe ninguna voluntad
de querer-decir algo.
El trasvase conceptual entre intencin significativa e intencin en-
tendida como tener intencin de puede resultar retricamente
atractivo, pero filosficamente no justificable. Las verdaderas inten-
ciones en cuanto querer tienen su lugar en el proceso comunicati-
vo. Es decir, es necesario querer-comunicar para iniciar un procesocomunicativo, algo que no es lo mismo que decir que es necesario
querer-comunicar para que mis palabras sean comprendidas por el
receptor. Aqu tambin hay que distinguir dos conceptos de inten-
cin. Por un lado tenemos la intencin o voluntad de comunicar algo
por parte del emisor. Por otro la intencin significativa que no es
ninguna voluntad que anima una palabra y hace que pase de ser
un mero elemento emprico a convertirse en una expresin.
4. La eliminacin de lo emprico de la expresin
Derrida nos habla de dos tipos de contaminacin en la teora del
signo de Husserl. La funcin comunicativa estara contaminando la
funcin significativa, tal y como se ha comentado en el apartado an-
terior. Pero adems sera posible considerar que todo lo emprico, to-
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do lo fsico de la expresin, resulta extrao a la significacin y se vie-
ne a aadir como un mero suplemento no esencial. La pronunciacin,
la encarnacin fsica, son elementos extraos en su totalidad a la sig-nificacin. Del hecho de que las palabras conservan su significacin
en la vida solitaria del alma, donde no existe una palabra real sino
tan slo una representacin de la palabra, Derrida deduce que segn
Husserl la significacin slo se puede encontrar en su pureza una vez
reducida toda la parte emprica de la expresin. El anlisis de la vida
solitaria del alma demostrara que las expresiones siguen siendo ex-
presiones a pesar de que el acontecimiento fsico del lenguaje estausente. Mientras que en el caso de las indicaciones aquello que sirve
como ndice debe ser percibido como algo que existe, en el caso de
las expresiones la palabra no debe nada a su existencia fsica: la pa-
labra es algo ideal, algo que puede ser repetido idealmente como lo
mismo. Para Husserl la palabra no necesitara de nada emprico para
ser palabra: Su expresividad, que no necesita un cuerpo emprico,
sino solamente la forma ideal e idntica de este cuerpo en tanto que
ella es animada por un querer-decir, no debe nada a ninguna existen-
cia mundana, emprica, etc. (VP,45).
Ahora bien, si las consideraciones de Derrida son acertadas no se
puede entender el esfuerzo de Husserl por insistir en la profunda uni-
dad entre la palabra que aparece y la intencin significativa que la
anima. Quizs el problema de Derrida est en no advertir el carcteremprico que tiene la representacin de la palabra en la vida solitaria
del alma, que viene a ejecutar la funcin que normalmente realiza la
aparicin fenomnica [Erscheinung] de la palabra real. En la vida soli-
taria del alma tambin hay una unidad entre una cara emprica y
una cara significativa, slo que esta cara emprica no es mundana.
Husserl no afirma nunca que en el caso de las expresiones comunica-
tivas su realizacin emprica venga a ser un ingrediente aadido de
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segunda categora. No equipara la realizacin emprica de la palabra
con la serie de gestos involuntarios que acompaan al discurso. En el
caso de la vida solitaria del alma se afirma que no tenemos una pala-
bra en sentido propio porque basta con suponer la existencia de una
fantasa en la que se nos da una palabra representada. Sobre esta
palabra es sobre la que se efectuara la animacin intencional signifi-
cativa.
El acto significativo puro no es una mera complexin de cualidad y
materia, sino que necesita realizarse sobre una intuicin fundante
[fundierende]: se engancha en esta intuicin, necesita de estaintuicin como un fundamento, como base emprica. Como dice
Husserl: la significacin no puede colgar en el aire. Que aquello que
sirve como base a la intencin significativa no tiene que ser siempre
una palabra emprica es una idea compartida por otros crticos: Con
esta explicacin se muestra de la forma ms clara, que para Husserl
no slo las palabras, sino cualquier contenido intuitivo, por ejemplo
los objetos pensados o las significaciones mismas, pueden servircomo apoyo11 para las meras significaciones o intenciones signitivas
puras (CASTILLA 1967,161).
Pese a reconocer la doble cara de la expresin es cierto que Hus-
serl afirma en ocasiones que la distincin de dos caras puede ser ne-
gada, ya que la esencia de la expresin est en la significacin. Son
pasajes como estos los que dan pi a interpretaciones reduccionistas
como la de Derrida. Si bien su lectura puede parecer plausible en vis-
ta de estos textos creemos que no est de acuerdo con las intencio-
nes generales de Husserl. La ausencia de un anlisis de la palabra
verbal obedece a un problema de mtodo, a un problema didctico,
puesto que Husserl quiere centrarse en el estudio de la significacin.
Que la palabra verbal no debe ser denigrada y que es necesario estu-
11 Traduzco como apoyo el trmino alemn Sttze: sostn, apoyo, soporte.
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diar ms a fondo su relacin con la intencin significativa es indiscuti-
ble. Husserl realizar todava algn apunte acerca del tema afirmando
que esta relacin consiste en una especie de apuntar distinto delapuntar intencional, a travs del cual las palabras remiten hacia la in-
tencin significativa; pero es cierto que no encontramos ningn estu-
dio detallado de la cuestin: Fuera de consideracin quedan las ten-
dencias de remisin [Hinweistendenzen] pertenecientes a las pala-
bras, as como a todos los signos, los fenmenos del apuntar fuera de
s y hacia la mencin (Lgica Formal y Trascendental, 27).
5. La reduccin de la expresin en la vida solitaria del alma
La funcin de la expresin es originariamente la comunicacin; sin em-
bargo slo cuando se suspende la comunicacin aparece la pura ex-
presividad. nicamente cuando desaparecen todos los valores de
existencia mundana, de naturalidad, de sensibilidad, de empiricidad,
etc. que estn vinculados a la indicacin aparece la significacin en su
pureza.El apartado anterior remite constantemente al anlisis que Derrida
hace de la vida solitaria del alma. La teora de Husserl se vendra
abajo si se demostrase que incluso en la vida solitaria del alma las
expresiones desempean una funcin de indicacin. La palabra en la
vida solitaria del alma no necesitaba ser percibida como algo existen-
te, sino que bastaba tan slo con el hecho de que fuese representa-
da. Derrida dice que esta representacin puede ser imaginada (como
una mera representacin ms de la fantasa), de forma que no se ne-
cesita de la existencia de la palabra en cuanto suceso o evento emp-
rico. Husserl habra introducido el campo de la vida solitaria del alma
porque coincidira con el campo de la imaginacin y en ste la palabra
no existira como palabra real sino tan slo como expresin imagina-
da. El terreno de la imaginacin le asegurara un campo donde la pre-
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sencia es absoluta: la palabra imaginada, pese a no ser palabra real,
sigue siendo expresin. La esencia de la expresin podra entonces
considerarse como dentro del campo de la pura presencia a s, sin
nada emprico que la contamine. Las significaciones de las expresio-
nes de la vida solitaria del alma se ofreceran a la intuicin de forma
totalmente pura y cierta: [...] en el monlogo, cuando la expresin
es plena, unos signos no existentes muestran unas significaciones
(Bedeutungen) ideales, es decir, no existentes, y ciertas, porque son
presentes a la intuicin (VP, 47-8).
Si la interpretacin de Derrida fuese correcta, Husserl debera de-cir no tan slo que en la vida solitaria del alma las expresiones siguen
siendo expresiones, sino que en la vida solitaria del alma las expre-
siones son expresiones de forma mxima, por excelencia, y que slo
en este mbito muestran su significacin plena. Evidentemente Hus-
serl no hace esto. La nocin de plenitud hace referencia al grado de
cumplimiento de una intencin significativa, es decir, al grado de pre-
sencia de aquello mentado por la intuicin, no al hecho de que unaexpresin sea ms y mejor expresin que otra. En la vida solitaria
del alma puede haber expresiones cuya significacin no sea inmedia-
tamente cierta y presente o que incluso carezcan en absoluto de
cumplimiento, que carezcan de toda cercana de una intuicin, de to-
da presencia de una presencia.
En otro orden de consideraciones cabe matizar que no es lo mis-
mo hablar de representacin de una palabra y de imaginacin o
fantasa de una palabra. El hecho de que el ejemplo de expresin de
la vida solitaria del alma propuesto por Husserl sea la representacin
de un centauro permite a Derrida trasladar ilegtimamente la cuestin
al campo de la fantasa. Quizs la eleccin del ejemplo por parte de
Husserl no resulte muy acertada porque introduce un ser fantstico,
imaginario, relacionado con otra posible nocin de fantasa, en la que
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esta es entendida como ficcin. Pero sta ltima debe ser distinguida
de la representacin de la palabra a la que Husserl se est refirien-
do en este contexto. Que una representacin de la palabra sea nece-saria incluso en la vida solitaria del alma es un hecho que no puede
ser negado. Que la palabra no sea real no quiere decir que la repre-
sentacin que nos hacemos de ella no sea emprica. La representa-
cin de la vida solitaria del alma es aquella que apunta [hinzeigt] al
sentido, aquella que viene a sustituir a la palabra hablada o escrita
como cuerpo fsico. Los actos de percepcin de la palabra son esen-
ciales para los actos dadores de significacin porque slo a travs dela unin con los primeros es posible apuntar a aquello que se da en
y a travs de la intencin significativa.
Derrida contina su anlisis del discurso en la vida solitaria del
alma en el captulo IV, El querer-decir y la representacin. Husserl
afirmaba que aunque en ocasiones es posible imaginarse que uno
habla consigo mismo no hay aqu verdadera comunicacin. Es una
ficcin considerar que exista en estos casos una verdadera comunica-
cin. De la afirmacin anterior Derrida termina por conseguir entresa-
car la conclusin de que la ficcin es el elemento necesario para lle-
gar al discurso de la vida solitaria del alma, donde se descubrira la
verdadera significacin de las expresiones en su total pureza. Husserl
no dice en ningn lugar que haya que realizar alguna ficcin para
descubrir el lenguaje interior: a la vida solitaria del alma llega el su-jeto en cada uno de los momentos en que se hace una representacin
de una palabra fuera del mbito comunicativo. Tampoco afirma que
las expresiones tengan su significacin pura en la vida solitaria del
alma, sino que las significaciones son las mismas tanto en uno como
en otro mbito: Es evidente, que la funcin transformada no afecta a
lo que hace que las expresiones sean expresiones. Ellas tienen como
antes sus significaciones y las mismos significaciones que en el dis-
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curso comunicativo (IL, XIX/1, 41). Aunque el sujeto pensase que
cuando habla consigo mismo se comunica algo, aunque pudiese ima-
ginarse a s mismo como emisor y receptor de una posible comunica-
cin Husserl negaba la existencia de una verdadera comunicacin.
El ms que dudoso mtodo expositivo del pensador francs queda
reflejado de forma impecable en el juego que efecta a partir de la
palabra representacin. Derrida se olvida de las comillas que l
mismo haba introducido cuidadosamente para este trmino en el ca-
so de la representacin de la expresin de la vida solitaria del alma y
extiende la significacin de esta palabra injustificadamente.Es necesario suponer en un principio que en la comunicacin, en la
prctica efectiva del lenguaje, la representacin (en todos los senti-dos de la palabra) no es esencial ni constituyente, que ella slo es unaccidente que se aade eventualmente a la prctica del discurso. Perohay razones para creer que en el lenguaje la representacin y la reali-dad no se aaden aqu o all, por la simple razn de que es imposibleen principio distinguirlos rigurosamente (VP,55).
El texto de Derrida se muestra en primera instancia como dotado
de una severa complejidad, que es desmentida cuando se intentaaveriguar cul es el hilo argumentativo. No se trata de que la argu-
mentacin sea compleja, sino de que no existe. Sus saltos argumen-
tativos, no cabe otra expresin, podran organizarse en los siguien-
tes pasos: 1. La comunicacin en la vida solitaria del alma es una fic-
cin, porque la comunicacin con uno mismo slo es posible en forma
de una representacin. 2. Las palabras en la vida solitaria del alma
significan y no es necesario representrnoslas para que signifiquen.3. La representacin es para Husserl siempre algo extrnseco, acci-
dental al lenguaje -entendido ste aqu como comunicacin-.
Las Investigaciones lgicas decan que a partir del hecho de que
un sujeto se represente a s mismo como comunicndose algo no se
puede deducir que haya verdadera comunicacin. Es decir, la repre-
sentacin de un sujeto que se considera comunicando algo no llega
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para decir que estemos ante un verdadero proceso de comunicacin.
Husserl despreciara este tipo concreto de representacin a la hora
de evaluar si estamos ante un proceso comunicativo o no. Pero Derri-da pretende poder inferir de esto que Husserl elimina toda relacin de
cualquier tipo de representacin con el lenguaje y que la representa-
cin es para la fenomenologa un mero accidente. Para contradecir
esto bastara con recordar que la representacin del sentido noemti-
co del discurso del otro es lo que permite la comunicacin: el inter-
cambio comunicativo no es posible si no realizamos una representa-
cin acerca del sentido que el emisor quiere comunicar.
A nuestro entender lo nico que se podra haber concluido con le-
gitimidad desde el texto de las investigaciones es que la representa-
cin de que nos encontramos ante un proceso comunicativo no llega
para afirmar que se trate de un verdadero proceso comunicativo,
porque existe un caso, el de la vida solitaria del alma, donde esa re-
presentacin de comunicacin es posible y nos engaa, puesto que
no hay verdadera comunicacin. Husserl no niega ni dice aqu nada
acerca de la relacin entre representacin y realidad en el lenguaje.
Por otra parte, Derrida afirma que el sujeto no puede hablar sin darse
la representacin de ello. La cuestin es preguntarse si es tan extra-
o pensar que un acto de comunicacin no se puede dar sin que exis-
ta una representacin simultnea de que soy hablante o receptor en
l. No parece cierto que no sea posible participar en un proceso co-municativo sin que haya que representarse como emisor o receptor.
El problema de la ficcin de la comunicacin es retomado bajo la
distincin entre discurso efectivo (comunicativo) y representacin
de discurso. Derrida afirma que el discurso efectivo puede ser tan
imaginario como el discurso imaginario, porque la diferencia entre
realidad y representacin, presencia simple y repeticin ha comen-
zado ya siempre a borrarse. La estructura esencialmente repetitiva
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del signo amenazara la distincin general entre uso ficticio y uso
efectivo, porque las repeticiones seran ficciones de efectividad,
presencias que se ofrecen como originarias aun cuando tan slo son
recuperaciones. Debido a la estructura de repeticin originaria del
signo en general, se dan todos los motivos para que el lenguaje
efectivo sea tan imaginario como el discurso imaginario; y para
que el lenguaje imaginario sea tan efectivo como el lenguaje efectivo
(VP, 56).
Implica esto qu ya no se puede distinguir entre un lenguaje
imaginario y efectivo? Ciertamente no sabemos a dnde nos quiereconducir Derrida. Es qu acaso la donacin de algo imaginario es
igual a la donacin de algo real? Acaso no podemos distinguir entre
un discurso real y un discurso imaginado? A nuestro entender la nica
fuerza argumentativa de las anteriores afirmaciones es la de una pe-
culiar retrica que trabaja a base de la insistencia. Derrida recupera
afirmaciones que anteriormente slo eran hipotticas y les otorga a
base de su repeticin el carcter de demostradas, aunque su verdadsea tan discutible como en la primera ocasin en que fueron formula-
das.
6. La distincin entre ndices y expresiones a partir de la pre-
sencia.
El objetivo de Derrida es ahora demostrar que Husserl slo habra
considerado verdaderas expresiones las expresiones de la vida solita-ria del alma y que lo habra hecho as porque en ella las vivencias del
hablante se aparecen como presentes. La distincin entre ndices y
expresiones vendra a asentarse sobre la actualidad o no-actualidad
de la significacin, trasladando el problema al terreno de la discusin
acerca de la presencia. La diferencia entre ndice y expresin podra
formularse en trminos de presencia y ausencia: la expresin es el
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signo que est-por-algo-presente, que sera la presencia de un sig-
nificacin, de un querer-decir; el ndice es el signo que est-por-
algo-ausente, que sera algo indicado que est ausente, que no seda en su presencia. Nos acercamos aqu a la raz de la indicacin:
hay indicacin cada vez que el acto dador de sentido, la intencin
animadora, la espiritualidad viviente del querer-decir, no est plena-
mente presente (VP, 41). La comunicacin tendra naturaleza indica-
tiva porque las vivencias a comunicar no se ofrecen a la intuicin del
receptor de forma originaria, no se dan a su conciencia en presencia
absoluta, sino que se necesita siempre de la mediacin de las pala-bras para acceder a ellas. En todo proceso donde aquello a comunicar
est ausente o no se d con la evidencia de la presencia existir una
funcin indicativa. Por ejemplo, cuando entre en juego la conciencia
de un segundo sujeto, a cuya presencia no tengo acceso de manera
inmediata.
La nocin de presencia es el nervio de esta demostracin. Si la
comunicacin o la manifestacin (Kundgabe) es de esencia indicativa,esto es porque la presencia de lo vivido por otro se niega a nuestra in-tuicin originaria. Cada vez que la presencia inmediata y plena de lasignificacin sea sustraida [drobe] la significacin ser de naturalezaindicativa [...] Todo discurso, o mucho ms, todo aquello que en eldiscurso no restituya la presencia inmediata del contenido significa-cin, es in-expresivo. La expresividad pura ser la pura intencin acti-va (espritu, psych, vida, voluntad) de un bedeuten animando un dis-curso en el que el contenido (Bedeutung) ser presente. Presente noen la naturaleza, porque slo la indicacin tiene lugar en la naturalezay en el espacio, sino en la conciencia (VP, 43-4).
Pero hay que recordar que si Husserl afirma que las expresiones
comunicativas tienen la funcin de ndices de las vivencias del emisor
para un receptor, ello es as porque el receptor no puede acceder a
estas vivencias de forma evidente. No se trata de que las vivencias
del emisor le sean totalmente ausentes, porque entonces no se en-
tenderan. El estado de cosas mentado tiene que ser presente a am-
bos de alguna manera o al menos tiene que haber algo comn. No es
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con que se dan uno y otro es distinto. De lo que se trata no es de que
haya un momento real primero y posteriores momentos
presentificadores, sino de que existe una diferencia esencial entre lanaturaleza ideal el significado y los diferentes actos significativos que
apuntan a este significado.
7. Las expres iones ocasionales como esencialmente
indicativas.
Derrida estudia el anlisis de Husserl de las expresiones ocasiona-
les buscando demostrar como habra siempre una funcin indicativa
esencial a esas expresiones que impedira la separacin entre expre-
sin e indicacin. El inicio de su comentario es bastante desafortuna-
do, pero es til de cara a la comprobacin de que la interpretacin de
la indicacin que ofrece Derrida no coincide con la de Husserl.
El primero afirma que los ejemplos de expresiones objetivas ofre-
cidos por Husserl (los enunciados de las ciencias abstractas) seran
absolutamente puros y libres de toda indicacin. Nada mejor que estopara demostrar que lo que entienden ambos pensadores bajo el tr-
mino indicacin no puede ser lo mismo. Parece como si Derrida
hubiese olvidado aqu que los enunciados de las ciencias abstractas
pueden aparecer en funcin comunicativa, con lo que se encuentran
unidos a una funcin de indicacin.
El ncleo de la crtica de Derrida se dirige a demostrar que las ex-
presiones decticas son esencialmente indicativas, que su significacin
depende esencialmente del contexto, no tan slo en lo que se refiere
a la identificacin del objeto concreto mentado, sino en cuanto a la
intencin significativa: las expresiones decticas no tendran ni siquie-
ra intencin significativa si no fuese gracias a la existencia de un con-
texto. Por ejemplo, la expresin yo sera segn el anlisis de Hus-
serl una expresin esencialmente ocasional, porque no puede ser sus-
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tituida por ninguna representacin conceptual objetiva y su funcio-
namiento es siempre indicativo. Segn Derrida:
La indicacin penetra as en todo lugar del discurso donde una refe-rencia a la situacin del sujeto no se deje reducir, en todo lugar dondeaquello se deja sealar por un pronombre personal, un pronombredemostrativo, un adverbio subjetivo del tipo aqu, all, arriba, abajo,ahora, ayer, maana, delante, despus, etc (VP, 105).
En el apartado 5.1 ya se haba comentado que Husserl termina su
estudio de la expresin ocasional yo distinguiendo entre dos signifi-
caciones: una significacin indicadora, el carcter indicador del de-
ctico en cuanto que sirve como indicador universal, y una significa-
cin indicada, que es la representacin de su propia personalidad
que tiene el sujeto y que es la que en cada uno de los casos es indi-
cada. Husserl estara contradiciendo la separacin tajante que haba
hecho entre expresiones e ndices. Los decticos seran un tipo de ex-
presiones a los que pertenece esencialmente una funcin indicativa,
es ms, en los que la significacin no es posible si no media una fun-
cin indicadora. Adems, si Husserl afirmase que la significacin de
las expresiones ocasionales depende del contexto estara contradi-
ciendo su defensa de la idealidad de la significacin: existiran unas
expresiones que necesitan por principio de un contexto para significar
algo.
Las tres contradicciones que Derrida encuentra en la teora de las
expresiones ocasionales de Husserl se formulan y creemos que
pueden ser contestadas de la siguiente forma:
1. Una expresin debe expresar una significacin ideal
independientemente de su cumplimiento. Sin embargo, la
significacin de yo se cumplira esencialmente en la representacin de
uno mismo.
Cuando Husserl afirma que la palabra yo realiza [vollzieht] su
significacin en la representacin inmediata de la propia personalidad
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no est diciendo que la palabra sea cumplida a travs de esa
representacin, tal y como interpreta Derrida. No se trata aqu del
problema del cumplimiento de la expresin. Se trata simplemente deafirmar que la idea de yo se asienta sobre la idea inmediata de la
personalidad del hablante. Prueba de ello es que este hecho se
cumple tanto para el hablante, con respecto a su personalidad, como
para el receptor, tambin con respecto a su personalidad y no con
respecto a la del hablante. Y sin embargo, decimos que la expresin
tiene su significacin normal solo en el caso del hablante.
2. Una expresin no puede implicar una funcin indicativa. Sin
embargo, siempre que aparece la expresin yo se encuentra
implicada una funcin indicadora universal.
Hay que preguntarse en qu medida se puede identificar esta
funcin indicadora con la indicacin en general12. En absoluto parece
que pueda afirmarse que la funcin indicadora de los decticos sea
equiparable a la funcin indicativa de los ndices. Aqu no hay ningunarelacin de indicacin, no hay ningn estado de cosas que nos motive
a considerar la existencia de algo otro. Cuando digo esto no se
produce ninguna reflexin acerca de la consistencia o existencia de lo
indicado que nos ofrezca la conviccin acerca del ser de algo otro. No
es posible denominar como indicacin el hecho de que las
expresiones ocasionales tengan siempre esta funcin indicadora. Por
otro lado, y en todo caso, la funcin indicativa no es ejercida por elsigno sino por su significacin. La expresin en s sigue siendo un
signo libre de toda indicacin, aunque su significacin cumpla una
funcin indicadora.
12 HEFFERNAN (1983, 78) lo da por supuesto sin realizar ningn planteamiento cr-tico: Sin duda l [Husserl] utiliza aqu indicar en el sentido anterior de 1-4: lasignificacin indicadora es un signo en el sentido de ser ndice para el significacin
indicado.
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za diferente. Derrida le est reprochando a Husserl la defensa de la
unidad de intencin y cumplimiento y el mantenimiento simultneo
de su diferencia. As en el caso del yo:Es que cuando digo Yo en el discurso solitario puedo darle sentido
a mi enunciado de otra forma que implicando, como siempre, la au-sencia posible del objeto del discurso, en este caso, de m mismo?Cuando yo me digo a m mismo yo soy, esta expresin, como todaexpresin segn Husserl, no tiene el estatus de discurso ms que si esinteligible en la ausencia del objeto, de la presencia intuitiva, en estecaso, de m mismo (VP, 106).
El lugar donde se encontrara la funcin normal de la palabra yo
sera en la escritura, pues all la expresin no indica ningn objeto. Elobjeto designado en la escritura permanece annimo, no se hace vi-
sible, notable, identificable. En otras partes del texto habla de la ne-
cesidad de mi muerte para que yo me pueda aparecer a m mismo.
Es necesario que yo desaparezca empricamente para que pueda ins-
tituirse una relacin con mi presencia. Cuando digo yo soy estoy di-
ciendo yo soy presente. Esta presencia pura aparecera gracias a su
oposicin a lo emprico, de tal forma que lo que en realidad estaradiciendo es yo soy en mi propia muerte, en mi desaparicin como
algo emprico, en mi presencia pura.
Ni siquiera los intrpretes ms indulgentes pueden justificar la in-
troduccin de la necesidad de que el sujeto desaparezca para que la
expresin yo sea considerada como una expresin significativa.
Bernet afirma: De aqu extrae Derrida quizs algo precipitadamen-
te la conclusin de que el querer-decir no slo no implica esencial-
mente la intuicin del objeto, sino que esencialmente la excluye
(BERNET 1986, 75). Nuestra intencin es demostrar que el paso de-
ductivo no se efecta tan slo algo precipitadamente sino demasia-
do precipitadamente. Aunque Husserl afirme que la significacin es
posible en la ausencia de su objeto no dice que esta ausencia sea ne-
cesaria, que la palabra yo signifique en la ausencia de su objeto no
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quiere decir que se exija la ausencia del yo para que pueda seguir
significando. Tugendhat afirma que el peso de la significacin se
asienta de alguna manera sobre la parte no intuitiva de la significa-
cin, de forma que lo intuitivo vendra a ser lo secundario
(TUGENDHAT 1967, 51; citado ms adelante). Pero se trata de una
parte no intuitiva anterior a la desaparicin del sujeto que parece
proponer Derrida para que la significacin tenga sentido. Para Husserl
la intencin significativa no tiene que excluir por principio la presencia
de la intencin cumplidora. No es necesaria la ausencia de la intui-
cin, como si se tratase de una especie requisito para la posibilidad
de la significacin.
Tanto la presencia como la ausencia son consideradas por la
fenomenologa de Husserl como valores de igual legitimidad. Al
menos con respecto al problema de las relaciones entre intencin
significativa y cumplimiento no se le otorga predominio a ninguna de
las dos caras que estn aqu en juego. Incluso todava ms: el intento
de Husserl por demostrar que las imgenes asociadas a lassignificaciones no constituyen parte esencial de ellas es un ataque a
una posible metafsica de la presencia encubierta en esta teora del
significado. Segn ella, el significado de una expresin consiste en la
capacidad de despertar una imagen en nuestra conciencia, es decir,
de traer a presencia una imagen. Husserl, por el contrario, intenta
demostrar que la presencia de imgenes no es esencial al significado
de la expresin.
8. La significacin.
8.1. La irrealidad de las significaciones
El anlisis de los comentarios de Derrida acerca de qu sea una
significacin parte de los resultados supuestamente ganados en la cr-
tica del discurso de la vida solitaria del alma. Derrida comienza aten-
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diendo a las significaciones de las expresiones de la vida solitaria del
alma porque sera en estas donde es ms fcil comprobar qu es una
significacin. Husserl habra establecido una distincin entre lo que esy no es reell para la conciencia. Derrida nos ofrece algunos ejem-
plos: reell seran la materia, la forma, la nosis (acto); no-reell
sera el sentido noemtico de la vivencia. En la vida solitaria del alma
las expresiones ofreceran su sentido noemtico con toda pureza,
porque la vivencia a la que este refiere se dara con total plenitud.
Las expresiones seran un puro noma libre de todo elemento reell.
La conclusin de Derrida no poda ser ms desesperanzadora: no setrata tan slo de que en la vida solitaria del alma no exista el nombre
sino de que ni siquiera existe el contenido (noma) de esta represen-
tacin. Lo nico que quedara sera el acto de la imaginacin o repre-
sentacin de la palabra (nosis). El discurso interior debe ser consi-
derado en su totalidad como una ficcin, porque los significados son
irreales.
Resulta sospechosa la entrada en juego de la palabra imagina-
cin para referirse a la representacin de las palabras en la vida
solitaria del alma. El uso de esta palabra no es inocente sino que vie-
ne a cooperar con el intento de Derrida por demostrar que el discurso
interior es una irrealidad. Al hablar de imaginacin de la palabra es
mucho ms fcil el desplazamiento hacia el terreno de lo ideal que si
seguimos hablando de la representacin. Derrida traduce reellcomo rel, que es el trmino francs habitual para la nocin caste-
llana real, efectivo. Esta traduccin olvida que el trmino alemn
reell empleado por Husserl no se puede identificar con real, sino
que debe ser traducido por algo as como ingrediente, tal y como
hace Gaos en su traduccin al castellano de las Investigaciones Lgi-
cas o Mario Presas en las Meditaciones Cartesianas. En la primera de
las obras citadas Husserl ofrece la distincin entre dos formas de pre-
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sencia de algo en la conciencia: la inmanencia ingrediente y la inma-
nencia no-ingrediente. Que Derrida ha equiparado en ocasiones lo
no-ingrediente con lo irreal y que no ha reconocido su carcter de
ser algo real pero sin inmanencia ingrediente lo demuestra otro pasa-
je, en este caso referente a la imagen:
En tanto que sentido intencional o noma, y aunque pertenece ala esfera de existencia y de certeza absoluta de la conciencia, la ima-gen no es una realidad doblando otra realidad. No solamente porqueella no es algo real (Realitt) de la naturaleza, sino porque el nomaes un componente no real (reell) de la conciencia (VP, 49-50).
Husserl, por el contrario, no afirma que los actos de conciencia
sean lo real y el sentido noemtico lo irreal. La contraposicin real /
irreal no juega ningn papel. La verdadera cuestin que se plantea es
qu son el acto y el sentido noemtico y cmo la conciencia se rela-
ciona con el acto y con el sentido noemtico. No slo con respecto al
campo de la imaginacin sino en referencia al campo de todos los ac-
tos intencionales en general Husserl afirma que el acto es un elemen-
to ingrediente de la conciencia, mientras que el objeto intencional o
noma est en la conciencia de una forma no-ingrediente. Existe un
tipo de inmanencia no-ingrediente que es la propia de los objetos in-
tencionales. Derrida confunde dos distinciones que no tienen nada
que ver. No sera posible concluir que el noma es irreal o real a par-
tir de los textos que se han citado. En el marco de la fenomenologa
el problema de la realidad/irrealidad es abandonado para dejar paso
al problema de la realidad/idealidad. La fenomenologa no se propone
realizar ninguna afirmacin acerca de las cosas reales en cuanto co-
sas reales trascendentes, sino nicamente reparar en la estructura de
los actos de conciencia a travs de los que se constituyen los sentidos
noemticos, tanto el sentido de un objeto que es considerado como
real como el sentido de un objeto que es considerado como ideal. El
criterio ontolgico de la fenomenologa es expuesto con toda claridad
en el 8 de la segunda investigacin lgica: lo real es lo temporal; lo
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significado de las expresiones objetivas como el significado de las las
expresiones esencialmente ocasionales.
En cuanto a la estructura repetitiva del signo cabe preguntarsecmo puede ser posible una repeticin antes de que entre juego
algn tipo de idealidad. Aquello que se repite tiene que estar de
alguna manera presente antes de poder ser repetido. No se podra
regresar a algo que es lo mismo sin saber antes algo de esto que es
lo mismo, de aquello que sustenta la identidad. Adems, es posible
que un determinado significacin se ofrezca una sola vez y no por ello
pierde su idealidad. Aunque no pueda ser repetida no deja de serconsiderada como algo ideal.
Segn Derrida, la determinacin del ser ideal de la fenomenologa
se basara en la determinacin del ser como presencia: por un lado,
la idealidad pura es la idealidad de un objeto ideal que est presente
en un acto de repeticin; por otro, la posibilidad de la repeticin futu-
ra de lo ideal slo se comprende partiendo de un presente. Ya en la
introduccin haba afirmado que: La forma ltima de la idealidad,
aquella en la cual se puede anticipar o hacer retornar toda repeticin,
la idealidad de la idealidad es el presente viviente, la presencia a s
de la vida trascendental (VP, 4-5). El problema est en que Husserl
no sustenta la idealidad sobre ninguna presencia originaria que luego
ser repetida. La identidad de una idealidad no se configura a travs
de nuestras repeticiones sino que a ella en s misma le es totalmente
indiferente la posibilidad de poder ser repetida, incluso la posibilidad
de poder manifestarse una sola vez. Que la idealidad se tenga que
manifestar en ocasiones particulares y que estas ocasiones se nos
ofrezcan en un instante que denominamos presente viviente no le
afecta para nada. La relacin con el presente viviente es nula, porque
lo ideal se define como atemporal: no como eterno, presente en todo
momento, sino como atemporal, fuera del tiempo.
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En el prrafo 31 interrogndose acerca de si la significacin es
una parte real del acto del entendimiento Husserl afirmaba que la
significacin no era un ingrediente de estos actos. Si la significacinformase parte de ellos variara en cada uno de los actos. Como los
actos son irrepetibles, ya que son siempre diferentes por el mero
hecho de estar asociados a un momento temporal concreto
irrepetible, la significacin tendra que ser diferente en cada uno de
ellos. La significacin no es una parte del contenido psicolgico que
se repite de forma idntica en todos los actos, porque este contenido
ser en cada una de sus realizaciones algo individual, diferente,mientras que el sentido del enunciado debe ser idntico (IL, XIX/1,
104-5). Otra cosa es que aunque la teora de la idealidad husserliana
no sea definida a partir de la posibilidad de la repeticin permita una
explicacin de cmo es posible que hablemos de diferentes actos que
tienen una misma significacin.
8.3. La significacin como presencia
Siempre segn Derrida la significacin sera para Husserl una pre-
sencia a s, una pura expresividad que no necesita salir de s, como
demostrara el hecho de que las expresiones sigan siendo expresiones
en la vida solitaria del alma. El hecho de que sea necesario apartar
todo resto indicativo para que la significacin se ofrezca en su mxi-
ma pureza se debe a que slo as se ofrece en su presencia plena, li-
bre de todo lo emprico.
Por una extraa paradoja, el querer-decir no aislara la purezaconcentrada de su ex-presividad ms que en el momento en quefuera suspendida la relacin con un cierto afuera. Con un ciertoafuera solamente, pues esta reduccin no borrar, revelar porel contrario en la pura expresividad una relacin con el objeto, elenfoque de una idealidad objetiva que hace frente a la intencindel querer-decir, a la Bedeutungsintention [intencin significati-va] (VP, 22-23).
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La manera de llegar a esta interioridad de la vida interior del al-
ma estara prefigurada en la reduccin trascendental de Ideas I,
que es una reduccin de la totalidad del mundo existente. Derrida nos
est diciendo que lo que se elimina sera un cierto afuera en cuanto
responsable de la comunicacin, pero dentro de la misma expresin
se mantendra una relacin de dentro-afuera, que es aquella que sos-
tiene la expresin con el sentido expresado, el significante con la sig-
nificacin. El expresarse hara salir fuera de s a un objeto ideal que
entrara en la conciencia.
En una nota a pi afirma que cuando habla de la presencia ciertade la vivencia en la conciencia lo hace en referencia a las vivencias
cumplidas [erfllt] porque el propio Husserl autorizara a ello. Para
Husserl la verdadera intencin significativa sera la intencin significa-
tiva cumplida, ya que toda intencin significativa busca cumplirse,
busca tener una presencia plena del objeto. La intencin significativa
se define exclusivamente bajo el telos de hacerse intuitiva, de cum-
plirse, y este ideal de las intenciones significativas es el ideal del co-nocimiento: la obtencin de la presencia plena del sentido. Bajo la
forma de un ideal en sentido kantiano, como idea regulativa, la fe-
nomenologa estara trabajada en su interior por la bsqueda o afn
de la presencia, por una cierta inclinacin o preferencia a considerar
como intuiciones propiamente dichas tan slo las intenciones cumpli-
das.
Para no mezclar y multiplicar las dificultades, consideraremos eneste punto concreto que la expresin perfecta es aquella donde laBedeutungsintention es cumplida. Estamos autorizados a ello enla medida en que esta plenitud, lo veremos, es el telos y el cumpli-miento de aquello que Husserl quiere aislar bajo el nombre de querer-decir y de expresin (VP, 47, nota a pi 1).
Al desplazar el anlisis hacia las intenciones cumplidas Derrida
pretende que nos olvidemos de las vivencias no cumplidas o meras
intenciones significativas sin cumplimiento. Los motivos son relevan-
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tes. En las vivencias cumplidas la intencin significativa se ve cumpli-
da a travs de una intuicin. Si pienso tengo fro y posteriormente
tengo una intuicin sensible en la que se me da con evidencia que es-toy tiritando, que tengo la piel de gallina, la primera expresin se
cumple. Aqu parece razonable la afirmacin de que la significacin
del enunciado tengo fro es la vivencia inmediatamente cierta,
presente a s que cumple la intencin significativa. Pero si nos pre-
guntamos acerca de lo qu sucede en aquellas expresiones para las
que no hay cumplimiento la cosa cambia. Entonces no es tan eviden-
te que haya una vivencia presente que les corresponda. Tenemos unaintencin significativa que parece aspirar a cumplirse, pero en caso
de que no se cumpliese no diramos que no tiene significacin. Ya no
sera posible seguir diciendo que la significacin exige una presencia
a s plena.
Tugendhat ofrece una interpretacin totalmente opuesta de la in-
tencin significativa de Husserl. Pese a que reconoce que la intencin
significativa sera algo que menta algo otro que no le est dado, algo
que no le es presente, afirma que el ncleo esencial de la teora de
Husserl se situara en torno a la intencin. La intencin estara domi-
nada por una bsqueda constante de completud, por la bsqueda del
cumplimiento intuitivo de aquellas menciones implicadas por el hori-
zonte de la cosa que actualmente carecen de l. No habra en Husserl
una predisposicin a ensalzar lo intuitivo y olvidar lo no-intuitivo:Las anotaciones dadas hasta ahora muestran que el peso real de
la nueva concepcin de lo intuitivo de Husserl descansa en su con-
cepcin de lo no-intuitivo [...] Esto significa al mismo tiempo que la
Intencin constituye el fundamento real de la oposicin. Porque
donde dos elementos se relacionan recprocamente como intencin y
cumplimiento, es la intencin la que determina cul es el posible
cumplimiento, y no al revs (TUGENDHAT 1967, 51).
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aquello que no sea expresin ser un gesto y todo aquello que no
caiga dentro del plano de las esencias pertenecer al plano de la
asociacin, de la indicacin. Esto es lo que le permite abrir un abismo
entre lo mundano, que incluye lo psquico, y lo trascendental.
Los comentarios de la crtica especializada respecto a las interpre-
taciones de Derrida acerca de la fenomenologa se caracterizan en
general por un cierto talante extremista. O apoyan sus razonamien-
tos con furibundo y acrtico dogmatismo o califican su interpretacin
como mero juego retrico, mera creacin literaria completamente afi-
losfica. En general se considera que Derrida habra acertado al criti-car la imposibilidad de una distincin estricta entre indicaciones y ex-
presiones13. Pero su afirmacin de que Husserl cae bajo el esquema
de una metafsica de la presencia es objeto de mayor polmica. ni-
camente los lectores derridanianos, casi siempre malos conocedores
del texto de Husserl, coinciden en este ltimo punto [Fuchs (1976),
Lawlor (2002), Vlkner (1993), Hfliger (1995)]. De entre los lectores
husserlianos nos parece que quizs Bernet sea demasiado indulgente.Muy probablemente esto se debe a que Bernet sabe que Derrida
apunt a la teora de la conciencia del tiempo de Husserl y aqu las cr-
ticas de Derrida resultan mucho ms agudas (vase la segunda parte
de La voz y el Fenmeno). Sin embargo, en lo que se refiere a la pri-
mera investigacin lgica nos parece que no es necesaria ninguna re-
conciliacin de ambos autores. Nuestra postura se sita totalmente
con la de aquellos que desde dentro de la fenomenologa efectan
13 BERNET 1996, 70-71: La primera tarea, la parte negativa o crtica de la argu-mentacin de Derrida es ejecutada de forma virtuosa. Una lectura atenta de lasInvestigaciones Lgicas obliga al texto a ofrecer un resultado que el autor [Husserl]quera evitar a toda costa: la confirmacin de que una expresin puramentelingstica no es ninguna expresin [...]. HEFFERNAN 1983, 39, nota a pi:
Derrida puede tener razn en que el intento de Husserl por separar entre el signocomo expresin y el signo como ndice de forma pura y limpia fracasa, y a pesar deello equivocarse cuando ofrece esto como motivo para considerar que Husserl
participa de la metafsica de la presencia.
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una defensa de Husserl. Pudiese ser que la letra de la fenomenologa
husserliana incite a pensar que se trata de una filosofa logocntrica,
voluntarista y excesivamente intuicionista. Pero no creemos que suespritu coincida con el de la interpretacin del pensador francs -
permita Derrida esta distincin meramente alegrica entre cuerpo y
alma de un texto, humilde producto ella de la metafsica de la pre-
sencia-. Creemos haber demostrado que en el caso de Husserl sus
crticas no son razonables. Es posible distinguir entre expresin e in-
dicacin, es necesario defender la idealidad de la significacin y, so-
bre todo, no hay una premisa metafsica que otorgue a la presenciaun rango superior al de la ausencia. En definitiva: 1) no se puede
confundir la intencin volitiva de comunicacin con la intencin signi-
ficativa y con la animacin que ejecuta esta sobre la palabra fsica; 2)
no se pueden realizar las asociaciones indicacin-emprico-
representacin-intuitivo y significacin-ideal-presencia a s-espiritual.
Derrida ataca la concepcin del ser como presencia, la defensa de
una subjetividad absoluta que constituye con su voluntad los signos y
la existencia y pureza del sentido antes del signo. Su propuesta sera
atender a la diferencia como movimiento anterior al sentido y al sig-
no, a la huella [trace] que deja en un signo otro signo y a la subor-
dinacin del sujeto creador a un sistema de diferencias anterior a l.
No podemos entrar a valorar aqu con profundidad su propia alterna-
tiva pero nos gustara apuntar tres preguntas que consideramos dedificultosa resolucin para su teora de los signos:
- Cmo significan los signos si hay un desplazamiento eterno de
una significacin a otro? Deben existir algunos signos que apunten a
algo real o ideal que se dara en presencia y que constituira un final
de etapa. El signo presupone algo de lo que se tiene experiencia y
que est ah antes de poder ser apuntado. En caso contrario nunca
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habra posibilidad de detenerse en el proceso de remisin de unos a
otros.
- Cmo es posible afirmar que dos expresiones tienen la mismasignificacin? En otras palabras, cul es la identidad de cada signo
consigo mismo si su estructura es repetitiva y no hay ninguna ideali-
dad que les pueda servir de referencia, de punto de identidad com-
partido por ambos? Si no hay algn tipo identidad del signo consigo
mismo, cmo es posible afirmar que unos remiten a otros?
- Para quin significan las significaciones si el sujeto es una mera
estructura determinada siempre por algo anterior a l?
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VII . BIBLIOGRAFA.
Obra de Jacques Derrida:
Derrida, J., La voix et le phnomne. Introduction au problme du singe
dans la phnomnologie de Husserl, Quadrige/PUF, Paris, 19982. (VP)
Obras de Husserl:
Husserl, E.,
Cartesianische Mediationen und priser Vortrge, Martinus Nijhoff, La
Haya, 1950. Husserliana, volumen I. CM Husserliana III. Ideen zu einer reinen Phnomenologie und phnome-
nologischen Philosophie. Erstes Buch. Allgemeine Ei