Dependencia y Globalización

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Dependencia y Globalización MOVIMIENTO SOCIALISTA DE TRABAJADORES Ruy Mauro Marini Editorial Laura Lecturas Proletarias

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En el siguiente folleto de "Dependencia y globalización", reproducimos lecturas del marxista latinoamericano Ruy Mauro Marini. Con esta edición continuamos con la publicación de clasicos del marxismo internacional y latinoamericano para aportar a la formación de los militantes socialistas.

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  • Dependencia y Globalizacin

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    Ruy Mauro Marini

    Editorial LauraLecturas Proletarias

  • Textos tomados de:

    Ruy Mauro Marini, El ciclo del capital en la economa dependiente. Mercado y dependencia, rsula Oswald (Coord.), Nueva Imagen, Mxico, 1979, pp. 37-55. [http://www.marini-escritos.unam.mx/058_ciclo_capital_de-pendiente.html].

    _______________, La acumulacin capitalista dependiente y la superexplotacin del trabajo, Intervencin en el Encuentro de Economistas Latinoamericanos e Italianos, Roma, septiembre 1972. Publicado en 1973 por el Centro de Estudios Socioeconmicos (CESO) de la Universidad de Chile. Reimpresin del Comit de Publi-caciones de los Alumnos de la ENAH, Mxico, 1974; cotejado con la versin publicada por el Centro de Estu-dios Latinoamericanos (CELA) Justo Arosemena, Cuaderno Universitario n. 2, Panam, septiembre de 1981. [http://www.marini-escritos.unam.mx/043_acumulacion_superexplotacion.html].

    _______________, Irracionalidad de la dependencia, Punto Final Internacional, Ao IX, No. 197, Mxico, sep-tiembre-octubre de 1981. [http://www.marini-escritos.unam.mx/352_irracionalidad_dependencia.html].

    _______________, Proceso y tendencias de la globalizacin capitalista, Amrica Latina, dependencia y glo-balizacin, Carlos Eduardo Martins (Comp.); Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales; Siglo del Hombre Editores, Bogot. 2008. Publicado originalmente en Ruy Mauro Marini y Mrgara Milln (coords.), La teora so-cial latinoamericana, t. IV: Cuestiones contemporneas, Mxico, UNAM, FCPyS, CELA, 1996. [Tomado de: http://www.marini-escritos.unam.mx/089_globalizacion_capitalista.html].

    Crditos de la presente edicin:

    Preparacin y adaptacin por:Ral M. Bez SnchezDiseo:Hugo J. Delgado-Mart

    Editorial Laura/Lecturas Proletarias 2015.Comisin de Educacin PolticaMovimiento Socialista de Trabajadores

    Apartado 22699Estacin UPRSan Juan, PR 00931

    www.bandera.org [email protected] Twitter:@mst_pr

    Editorial LauraLecturas Proletarias

  • iiiDialctica de la Dependencia

    ndice

    Pgina

    El pensamiento de Ruy Mauro Marini y su actualidad para las ciencias sociales

    1

    El ciclo del capital en la economa dependiente 12

    La acumulacin capitalista dependiente y la superexplotacin del trabajo

    20

    Irracionalidad de la dependencia 28

    Proceso y tendencias de la globalizacin capitalista 29

  • Ruy Mauro Marini (Brasil, 1932 - Mxico, 1997) Autor principal de la Teora de la Dependencia. Particip de los procesos de lucha revolucionaria latinoamericana de las dcadas del 60 y 70 en Chile, Cuba, Mxico y Brasil. Milit en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile durante el ascenso de Pinochet, siendo uno de los principales tericos marxistas de la izquierda revolucionaria.

    Se pueden acceder sus escritos en la siguiente pgina:

    http://www.marini-escritos.unam.mx

  • 1Dialctica de la Dependencia

    El pensamiento de Ruy Mauro Marini y su actualidad para las ciencias sociales1

    Por: Carlos Eduardo Martins

    IntroduccinLa obra de Ruy Mauro Marini es una de las ms importantes y originales del pensamiento social y del mar-

    xismo en el siglo XX. Muy difundido en Amrica Latina, paradjicamente el pensamiento de Marini an es poco conocido en Brasil. Diversas razones contribuyen para eso.

    La primera razn se debe al golpe militar de 1964, que lo apart del pas antes de que el autor desarrollara gran parte de su produccin. Los ecos de la dictadura siguieron presentes tras la amnista poltica de 1979, ya que, en el caso de Marini, la amnista se extendi al campo profesional solamente en 1987, cuando fue reinte-grado a la Universidad de Brasilia (UNB), de la cual haba sido expulsado por los militares. La segunda razn tiene que ver con la derrota de los movimientos revolucionarios en Amrica Latina en la dcada de 1970, lo que ha permitido la rearticulacin de la ofensiva conservadora, limitando as el aislamiento ideolgico de las dicta-duras. La tercera est relacionada al hecho de que la estrategia burguesa de redemocratizacin logr articular un nuevo consenso ideolgico, encontrando un campo de actuacin especfico en las ciencias sociales. Con especial fuerza en Brasil, la Fundacin Ford ha cumplido un papel muy importante, tratando de constituir una comunidad acadmica emergente capaz de dirigir la base econmica que se haba generado en el contexto democrtico. Se sustituy as el enfoque transdisciplinario que haba caracterizado el pensamiento latinoa-mericano de las dcadas de 1950, 1960 y 1970 por el enfoque analtico, que fragment las ciencias sociales en disciplinas autnomas y desautoriz intervenciones globales en las sociedades, limitndose a gestionar y acomodar dimensiones sistmicas especficas. Economa, poltica, historia, sociologa, antropologa y relacio-nes internacionales se convirtieron en propietarias de determinadas dimensiones de la realidad, rechazando la socializacin de sus objetos de conocimiento.

    Fernando Henrique Cardoso fue pionero en la articulacin del papel que la Fundacin Ford ha ejercido en Brasil y Amrica Latina. El resultado ha sido la formacin de una comunidad acadmica liberal, comprometida con la dominacin burguesa y subordinada a la hegemona estadounidense, pero que rechazaba la dictadura y, en menor grado, el imperialismo como formas de ejercicio del poder. Esta comunidad ha consolidado posi-ciones en la universidad brasilea y en los medios de comunicacin de masa, oponindose a la reintegracin del enfoque latinoamericanista a la cultura poltica brasilea. La publicacin por parte del Centro Brasileiro de Anlise e Planejamento (Cebrap) institucin financiada por la Fundacin Ford de una crtica de Fernando Henrique Cardoso y Jos Serra a la obra de Marini sin la respuesta del autor, durante la vigencia de la dicta-dura, censurando el debate que s ha ocurrido en Mxico ha contribuido para desvirtuar la obra de Marini en Brasil. Por fin, el desmantelamiento de las universidades pblicas por la ofensiva neoliberal dificult la recons-truccin de la ciencia social articulada al inters de las grandes mayoras. Pero son precisamente las crisis econmica, social, poltica e ideolgica del neoliberalismo las que impulsan la relectura de la obra de Marini para reflexionar acerca de los dilemas de la actualidad.

    La obra de Marini desarrolla cuatro temas de gran relevancia. En primer lugar, la economa poltica de la de-pendencia, que a partir de la dcada de 1990 se convierte en economa poltica de la globalizacin. El segundo gran tema es el anlisis del mo- delo poltico latinoamericano. El tercero es el socialismo como movimiento poltico y experiencia estatal y civilizatoria, que tiene presencia destacada en su obra. El cuarto es el pensa-miento latinoamericano, cuyas principales corrientes l sistematiza y analiza durante la dcada de 1990, con-siderando la tarea de su revisin crtica para atender los desafos del siglo XXI.

    La economa poltica MarinianaSe puede situar entre 1969 y 1979 la primera fase de la economa poltica formulada por Marini. sta se

    desarrolla por un conjunto de textos del autor: Dialctica de la dependencia (1973); Las razones del neode-sarrollismo: respuesta a F.H. Cardoso y J. Serra (1978b); Plusvala extraordinaria y acumulacin de capital

  • 2 Dialctica de la Dependencia

    (1979b) y El ciclo del capital en la economa dependiente (1979a). A estos textos es posible agregar el libro Subdesarrollo y revolucin, sobre todo el prefacio a la 5a. edicin (1974). Dialctica de la dependencia es el texto ms famoso, pero no el nico, ni tampoco necesariamente el ms importante; sienta la base de una eco-noma poltica de la dependencia que fue profundizada despus y se volvi objeto de grandes polmicas, entre las cuales se destacan las que sostuvieron Cardoso y Serra, de un lado, y Agustn Cueva, de otro. En la dcada de 1990 el autor inicia una segunda fase de su economa poltica, centrada, en especial, en su texto Procesos y tendencias de la globalizacin capitalista (1996).

    Cules son las principales tesis de la economa poltica de la dependencia formulada por Marini?

    El autor parte de la comprensin del capitalismo como un sistema mundial jerarquizado, monoplico y des-igual, que produce y reproduce patrones nacionales/locales distintos de acumulacin. Este sistema crea cen-tros mundiales de acumulacin de capital y regiones dependientes insertadas en un proceso global de trans-ferencia de valor que tiende a retroalimentar esta polarizacin. Mientras en los centros la acumulacin tiende a gravitar hacia la plusvala relativa a la medida en que el modo de produccin capitalista y su base industrial se desarrollan, en los pases dependientes los patrones de acumulacin estn basados en la superexplotacin del trabajo.

    La superexplotacin se caracteriza por la reduccin de los precios de la fuerza de trabajo por debajo de su valor y se desarrolla mediante cuatro mecanismos: el aumento de la jornada o de la intensidad de trabajo sin la remuneracin equivalente al mayor desgaste del trabajador; la reduccin salarial; o, finalmente, el aumento de la cualificacin del trabajador sin la remuneracin equivalente al aumento del valor de la fuerza de trabajo.2 Estos mecanismos pueden desarrollarse aisladamente o de modo combinado, segn la fase en curso de la acumulacin de capital, pero representan mayor desgaste del trabajador y, por consecuencia, el agotamiento prematuro y la limitacin de su fuerza de trabajo, en condiciones tecnolgicas determinadas.

    Y por qu la superexplotacin sera la caracterstica especfica de la acumulacin de los pases depen-dientes? La respuesta de Marini lo lleva a la teora general de la acumulacin de capital para buscar en el ca-pitalismo dependiente sus condiciones especficas de actuacin, siguiendo estrictamente el mtodo marxista de moverse de lo abstracto a lo concreto. Para el autor, la innovacin tecnolgica y la plusvala extraordinaria estn ligadas prioritariamente al segmento de bienes de consumo de lujo. Este tema es abordado con deta-lle en Plusvala extraordinaria y acumulacin de capital (1979b), desarrollando una problemtica abordada inicialmente en Dialctica de la dependencia (1973). En este artculo, el autor se preocupa por la plusvala extraordinaria, ultrapasando el plan de anlisis del capitalista individual en el interior de su ramo para situarse en el plan intersectorial, al preguntarse acerca de cul sector sera capaz de sostener su establecimiento de forma sistemtica.

    La plusvala extraordinaria desvaloriza individualmente las mercancas, pero mantiene su valor social, una vez que est fundada en el monopolio tecnolgico, ampliando la masa fsica de mercancas. Su realizacin, cuando se convierte en ganancia extraordinaria, exige una demanda ampliada. Esta demanda no puede ser impulsada por bienes de consumo necesario, pues esto supondra la transferencia de plusvala retirada de la fuerza de trabajo, bajo la forma de aumento de los costos de trabajo y cada de los precios, destruyendo total o parcialmente la ganancia extraordinaria. sta es proporcionada, preferencialmente, por los bienes de consumo de lujo y sus insumos productivos: su base material es la economa relativa de trabajo establecida por la inno-vacin tecnolgica que desplaza la demanda de los trabajadores hacia el capital.

    La plusvala extraordinaria, que promueve la innovacin tecnolgica, presenta una importante contradiccin con la plusvala relativa. A diferencia de sta, no ampla la produccin de plusvala. Representa solamente una nueva reparticin de la masa de plusvala disponible, pues no desvaloriza socialmente la mercanca. Se con-centra en el sector de bienes de consumo suntuarios, desvinculando el progreso tcnico de la desvalorizacin de la fuerza de trabajo y de los bienes de consumo necesarios que el trabajador utiliza para reproducirla.

    Fue exactamente esa tendencia de desvincular el dinamismo del progreso tcnico de los bienes de con-sumo necesarios que ha llevado el capital a desarrollar el mercado mundial como importante fundamento de su modo de produccin y de la revolucin industrial. Se ha concentrado en aproximadamente 20% a 25% de la humanidad (Europa occidental, Estados Unidos, Canad, Japn, Australia, Nueva Zelanda y las lites de la periferia y semiperiferia), ampliando el tipo de demanda que le permite mantener el valor social de mercanca independiente de la reduccin de su valor individual. Esta configuracin de la demanda mundial, impulsada por la innovacin tecnolgica y por sus efectos distributivos, fue uno de los factores que estuvo en la base del secular deterioro de los precios de los productos primarios y bsicos vis--vis a los manufacturados y de lujo.

  • 3Dialctica de la Dependencia

    Frente a la apropiacin de plusvala fundada en el dinamismo tecnolgico del segmento de bienes de con-sumo suntuario, el segmento de bienes de consumo necesario intenta reaccionar. Hay dos formas de hacerlo: la primera, propia de los pases centrales, es neutralizar parcialmente el monopolio del sector de bienes de consumo de lujo mediante la competencia tecnolgica. Para esto, es necesario cierto grado de homogeneida-des tecnolgicas intersectorial y social. Este proceso permitir inicialmente al empresario individual que acta en el segmento de bienes necesarios alcanzar la plusvala extraordinaria en su interior. Sin embargo, en el mo-mento en que la competencia tecnolgica se generaliza en este segmento, los monopolios intrasectoriales se reducen y las mercancas que componen el valor de fuerza de trabajo se desvalorizan socialmente, generando plusvala relativa. La otra forma es mediante la superexplotacin del trabajo. Incapaz de neutralizar incluso relativamente los efectos txicos del monopolio tecnolgico sobre su tasa de ganancia, el sector de bienes de consumo necesario recurre a la superexplotacin del trabajo para restablecerla, aumentando la tasa de plus-vala y la tasa media de ganancia, movimiento ste que no se puede hacer sin la destruccin y concentracin de capitales en el mismo ramo. Esta situacin ocurre cuando la parte constituida por la masa de valor referente a la produccin de plusvala del sector de bienes de consumo necesario llega a ser inferior a la representada por la apropiacin que sufre. Para que esto se establezca, son necesarias dos condiciones: la productividad y/o el dinamismo en este segmento debe ser inferior a la mitad de aquella en el segmento de bienes de con-sumo suntuario; y ste, a su vez, debe determinar las condiciones medias de produccin en proporcin por lo menos equivalente al segmento de bienes necesarios.3

    Esa segunda situacin configura la condicin tpica de dependencia. En sta, la tecnologa extranjera ingre-sa en intervalos, concentrndose en el segmento de bienes de consumo suntuarios, y limita drsticamente la capacidad de respuesta local. Esto ocurre en funcin de la conjuncin de dos factores: las asimetras tecnol-gicas presentes en la economa mundial y el control del Estado en los pases dependientes por segmentos de los capitales locales que buscan la ganancia extraordinaria y utilizan, para esto, la tecnologa extranjera, inter-nalizando una especializacin productiva complementaria a la establecida por el gran capital internacional en sus Estados nacionales de origen. La tecnologa extranjera se dirige, inicial y prioritariamente, a la produccin de bienes que pueden desvalorizar el capital constante, circulante y variable en los pases centrales y, poste-riormente durante la industrializacin de los pases dependientes, sin eliminar esta primera orientacin, preferencialmente al consumo suntuario interno. La superexplotacin no alcanza, claro est, solamente el segmento de bienes necesarios. Se generaliza en la formacin social. Recompone la tasa de ganancia de las empresas del sector de bienes de consumo suntuario que sufren asimetras tecnolgicas y las tasas de ga-nancias de las filiales de las empresas extranjeras que transfieren excedentes para propietarios no residentes y lideran el dinamismo tecnolgico. Se cristaliza un segmento monoplico de la burguesa nacional, asociado a la tecnologa extranjera, que genera altas tasas de plusvala y de ganancia, beneficindose del mercado de trabajo regido por la superexplotacin para proyectarse nacional e internacionalmente.

    El sector monoplico de la burguesa dependiente, representado por el gran capital internacional y nacional, tiene como base de su plusvala extraordinaria el monopolio sectorial que ejerce en la economa dependiente, transfiriendo para los capitales de composicin social mediana4 o inferior las prdidas que sufre por su inser-cin mundial dependiente. stas se manifiestan en el deterioro de los trminos de intercambio, en las remesas de ganancias y en los pagos de intereses/amortizaciones de deudas o de servicios tecnolgicos, comerciales y financieros internacionales.

    Las inversiones del segmento de bienes de consumo necesarios pasan a estar vinculada:

    1) A la expansin demogrfica del nmero de trabajadores incorporados al proceso de trabajo y al asalaria-miento, mantenido el nivel medio de los salarios.

    2) Al aumento de la jornada de trabajo, de su intensidad o de la calificacin de la fuerza de trabajo, y del coeficiente representado por su mltiplo, aunque la superexplotacin limite, en parte o en la totalidad, la expre-sin de mayor desgaste o del aumento del valor de fuerza de trabajo en sus precios.

    3) Al aumento del valor moral e histrico de la fuerza de trabajo, variable sta limitada por la propia superex-plotacin, que le restringe las condiciones especficas de formacin al poner fuertes restricciones al desarrollo social y poltico de los procesos democrticos.

    4) A la devaluacin de los bienes de consumo suntuarios en funcin de la competencia permanente para la fijacin de la plusvala extraordinaria.5 Esa devaluacin puede incluir poco a poco parte de estos bienes de consumo a la esfera de consumo popular principalmente durante los ciclos largos de expansin del capita-lismo, cuando las innovaciones tecnolgicas se difunden, desde que el valor de la fuerza de trabajo aumente,

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    aunque menos proporcionalmente, los salarios para incorporar mercancas ms caras que las que por tradi-cin pertenecen a la esfera de consumo popular. Tales bienes podrn, empero, ser nuevamente retirados de la esfera de consumo popular, si los mecanismos de cada de los precios de la fuerza de trabajo por debajo de su valor se acentan. Se trata de un proceso diferente de la forma de ampliacin del consumo tpica de la plus-vala relativa, en la cual la expansin del consumo de los trabajadores se da por la disminucin del valor de los bienes de consumo necesarios.

    En la dcada de 1990, Marini (1992 y 1996) se vuelca hacia la globalizacin capitalista, buscando analizar sus fundamentos.6 l afirma que la superexplotacin, entonces caracterstica de la periferia, se generaliza en direccin a los centros del sistema mundial. Para explicar este movimiento, el autor apunta hacia dos nuevas formas de obtencin de plusvala extraordinaria en el capitalismo globalizado: el monopolio de la ciencia y del trabajo intensivo en conocimiento y la descentralizacin de las tecnologas fsicas, que pierden su lugar estratgico en la divisin internacional del trabajo y son transferidas para la periferia y semiperiferia en la bs-queda del trabajo superexplotado. ste pasa a producir mercancas para el mercado mundial que compiten parcialmente con la especializacin productiva de los centros, utilizando tecnologas con alta productividad. El resultado es la tendencia a nivelar la composicin tcnica del capital en el mundo, mediante la reorganiza-cin de la divisin internacional del trabajo que crea un nuevo monopolio, de dimensiones globales, capaz de imponer significativas asimetras a la burguesa de base estrictamente nacional de los pases centrales. Esta burguesa, en consecuencia, recurre a la superexplotacin frente a su incapacidad de restablecer sus tasas de ganancia a partir del dinamismo de la corrida tecnolgica.

    El otro tema de importancia central en la economa poltica mariniana es el sub- imperialismo, que presenta dos dimensiones: la econmica y la poltica. En el nivel econmico, se convierte en la alternativa ms dinmica para la realizacin de las mercancas, una vez que la composicin orgnica del capital en los pases depen-dientes alcanza el nivel intermediario con la introduccin de la industria de bienes de consumo durables en la regin. El aumento de las escalas productivas encuentra lmites de realizacin en la formacin social basada en la superexplotacin. Estos lmites pueden ser sobrepasa- dos slo parcialmente con la transferencia de ingreso hacia los segmentos de consumo suntuario, pues la disponibilidad de ingreso para el consumo no es garanta de que el consumo realmente ocurra, una vez que la mercanca debe representar determinado valor de uso para quienes la compran. La demanda estatal, otra forma de realizacin de mercancas, encuentra lmites en la oposicin de los monopolios privados a la construccin de un poderoso capitalismo de Estado, centrado en las empresas estatales y buscando ampliar la autonoma tecnolgica. El riesgo de esta alternativa, que ha movilizado segmentos del sector militar y de la burocracia estatal, fue una de las razones para que el gran capital desplazara su apoyo a las dictaduras para la transicin hacia democracias controladas por las lites burguesas.

    El subimperialismo, teorizado por Marini en la dcada de 1970, se caracteriza, desde el punto de vista eco-nmico, por el alto dinamismo de las exportaciones de mercancas en particular, las manufacturas, por la exportacin de capital y por el control regional de materias-primas y abastecimiento energtico. El movimiento de despliegue internacional se dara sobre todo en direccin a otros pases dependientes, para los cuales los pases subimperialistas se presentaran como subcentros integradores. Para Marini (1977), en Amrica Latina, entre los tres pases en condiciones de desarrollar una trayectoria subimperialista (Brasil, Argentina y Mxico), solamente Brasil tendra posibilidades de ejercer tal poltica.

    La autonoma de los centros subimperialistas sera limitada por el imperialismo, del cual dependera tec-nolgica e ideolgicamente. Sin embargo, este lmite no impedira el establecimiento de importantes con-tradicciones en el proceso de jerarquizacin entre pases subimperialistas e imperialistas. La afirmacin del subimperialismo dependera de la poltica estatal que lograra utilizar las posibilidades internacionales del pa-saje de la unipolaridad hacia la integracin jerarquizada cuando el gran capital internacional restablece su autonoma relativa en relacin con el Estado norteamericano y desarrolla la transicin hacia la hegemona compartida para impulsar un proyecto regional asimtrico.7 Su mayor expresin fue el aparato tecnomilitar construido por las dictaduras latinoamericanas y su concepto de fronteras ideolgicas. Sin embargo, varios factores restringieron las posibilidades del subimperialismo, sin necesariamente eliminarlo: el apoyo del capi-tal internacional a los procesos de redemocratizacin frente a las pretensiones de potencia de las dictaduras militares; la centralizacin financiera mundial impulsada por Estados Unidos en la dcada de 1980, que ha co-lapsado la base financiera de los proyectos de modernizacin latinoamericanos y su pretensin de internalizar la industria pesada apoyada en el crdito internacional; y la internacionalizacin de procesos productivos y mercados internos a partir del neoliberalismo (Marini, 1992 y 1996).

  • 5Dialctica de la Dependencia

    El modelo poltico latinoamericano y la cuestin del socialismoMarini se dedica a la teorizacin del modelo poltico latinoamericano. Uno de sus principales aportes en este

    campo es el concepto de Estado de contrainsurgencia, cuya emergencia, desarrollo y crisis Marini analiza en diferentes textos (1978a, 1992 y 1995). Esta forma de Estado encuentra condiciones objetivas para su desa-rrollo a partir de la integracin de los sistemas productivos latinoamericanos mediante la inversin extranjera directa (IED). Esta integracin multiplica la monopolizacin del capital y la superexplotacin del trabajo, ge-nera dialcticamente un movimiento de masas que presiona los lmites conservadores del pacto populista y es enfrentado internamente por el conjunto de la burguesa y del sector militar, bajo el liderazgo y auxilio de la estrategia estadounidense de contrainsurgencia. Estos segmentos aprovechan las debilidades del movimiento popular, marcado por la influencia populista y reformista, para derrotarlo. Esta doctrina presenta identidades y diferencias en relacin con el fascismo, una vez que ambas son formas especficas de contrarrevolucin; si, por un lado, como el fascismo, se propone aniquilar al enemigo, impidindole seguir su oposicin, por otro lado sugiere restablecer la democracia burguesa, para superar as el periodo de crisis y excepcin. La incapacidad de formar una base de masas pequeo- burguesas, sea en funcin de la proletarizacin de estas camadas, sea debido a la amplitud de la superexplotacin o de la desnacionalizacin realizada por la economa poltica de la contrainsurgencia, confiere privilegios a las fuerzas armadas como pilar del golpe de Estado y de la dictadura a ser implantada, lo que acenta las diferencias en relacin con el fascismo.

    El Estado de contrainsurgencia no se restringe necesariamente a la forma dictatorial. Se habilita al construir democracias tuteladas, configurando aparatos militares y econmicos ms all del control del poder legisla-tivo, que lo constituyen como Estado corporativo de la burguesa monoplica y de las fuerzas armadas. Esta evolucin se dio durante la transicin democrtica, lo que el autor llama de Estados de cuarto poder, cuando el gran capital y el aparato represivo buscaron institucionalizar democracias vigiladas y bajo control. Dos facto-res limitan la frmula del Estado de cuarto poder: la recomposicin de los movimientos sociales que opusieran fuerte ofensiva por la ampliacin de la democratizacin en la dcada de 1980, y las fracturas provocadas por el neoliberalismo en el bloque burgus-militar que ha sostenido el Estado de contrainsurgencia. El neolibera-lismo impuls la reconversin del sector productivo latinoamericano, destruyendo parcialmente segmentos de mayor valor agregado, imponiendo fuertes desnacionalizaciones productiva, comercial y financiera, y aumen-tando el endeudamiento estatal. Este proceso ha confrontado las pretensiones de afirmacin nacional de los militares; de modo muy claro, la media y baja oficialidades, menos articuladas con el gran capital.

    Para el autor, las democracias liberales en Amrica Latina se asientan sobre la gran fragilidad institucional. La superexplotacin del trabajo implica altos niveles de desigualdad de ingreso y propiedad, adems de una significativa pobreza estructural, entrando en contradiccin con la ideologa liberal que promete progreso ma-terial y libertad a los individuos. La superexplotacin no puede ser combatida eficazmente mediante los meca-nismos de la democracia representativa, que suponen la pasividad de las grandes mayoras de la poblacin y abren margen para importantes retrocesos en conquistas acumuladas en la economa poltica del trabajo. Un proyecto poltico comprometido con cambios estructurales sustantivos, como la erradicacin de la pobreza y la reduccin de las desigualdades, implica la organizacin de la clase trabajadora y de los movimientos so-ciales como sujetos polticos. En sus formas ms avanzadas y orgnicas, implica sobrepasar la democracia parlamentaria en direccin a la democracia participativa, lo que incluye la socializacin de la gestin de empre-sas, del Estado y de la sociedad en general, configurando un amplio proceso de emergencia de la subjetividad popular. Este tema ha sido tratado por Marini en El reformismo y la contrarrevolucin: estudios sobre Chile (1976), al abordar la cuestin de la dualidad de poderes, en que menciona el choque entre las dinmicas social y poltica de la clase trabajadora y la institucionalidad burguesa-liberal, centrada en la representacin poltica. El gran capital y sus lderes recurren al Estado de contrainsurgencia para destruirlas, pero, para eso, necesi-tan recuperar la iniciativa poltica, apoyndose en las debilidades organizativas de la clase trabajadora. La introduccin de reformas sociales de contenido popular coliciona con la resistencia del gran capital, apoyado por parcelas significativas de los sectores medianos y de la pequea burguesa, y tiende a desplegarse en ca-pitalismo de Estado o en formas de transicin al socialismo. Para el autor, las posibilidades de autonoma del capitalismo de Estado son limitadas y lo ms probable es su evolucin al socialismo o su desmantelamiento por la imposicin del Estado de contrainsurgencia.

    En su artculo Dos notas sobre el socialismo (1993), Marini seala el carcter histrico, provisorio y limitado de las formas iniciales del Estado socialista. Tal como el capitalismo ha surgido en el siglo XVI, a partir del con-trol del Estado por el capital comercial y bancario, sin tener sus fuerzas productivas plenamente desarrolladas, el socialismo es una forma de transicin para una sociedad superior, que surge en situacin de escasez, en el siglo XX, sin los elementos para establecer plenamente sus formas polticas, econmicas, sociales y cultura-

  • 6 Dialctica de la Dependencia

    les. El capitalismo ha tardado casi 300 aos para transformar el control econmico sobre el Estado absolutista en las condiciones materiales para el desarrollo de sus fuerzas productivas o de su revolucin poltica y cul-tural, afirmando el Estado liberal y el primado del individuo sobre las corporaciones. As, el control poltico de los trabajadores sobre el Estado no implica simultneamente el desarrollo de formas societarias vinculadas al modo de produccin comunista. Pero la aceleracin tecnolgica, provocada por el propio capitalismo, permite reducir en mucho este periodo de transicin. El desarrollo del socialismo implica el establecimiento de fuerzas productivas centradas en el hombre. stas estn basadas en el trabajo intelectual, en la mundializacin de los procesos productivos, en la nivelacin tecnolgica internacional y en la democracia radical, en que el gobierno de la mayora se desplaza de la coercin hacia la persuasin como principio central de ejercicio del poder.

    Segn el autor, el bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas en que se establecieron las experiencias socialistas del siglo XX gener un conjunto de importantes distorsiones concernientes a la potencialidad de esta formacin social. Los ms importantes son la sustitucin del proletariado y de segmentos populares por el partido como sujeto histrico y el intento de suprimir el mercado en un momento en que los niveles de desa-rrollo de las relaciones sociales no permitan hacerlo sin afectar sustanciosamente el dinamismo econmico y la eficiencia. Para Marini (1993), la revisin del socialismo, en el siglo XXI, debera implicar simultneamente la democratizacin y descentralizacin de la gestin a los trabajadores y el restablecimiento de los mecanismos de mercado, que se revelasen necesarios a la eliminacin de la escasez. Debera, adems, multiplicar su in-ternacionalizacin, saliendo del plano nacional de un solo pas hacia el regional y mundial. En Amrica Latina, la dimensin regional del socialismo afirmara las nacionalidades y correspondera al nivel ms amplio de de-sarrollo de las fuerzas productivas introducidas por la globalizacin, permitiendo la integracin a la economa mundial y la preservacin de soberanas y principios internos de globalizacin.

    Marini (1993) plantea que la relacin entre democracia y socialismo es contradictoria. En su sentido pleno, el socialismo significa la mxima realizacin de la democracia, entendida como el gobierno ejercido por las ma-yoras, centrado en la persuasin. Sin embargo, esta alternativa depende del desarrollo de las bases materia-les, sociales, polticas y morales del socialismo, como Estado y movimientos sociales. El fortalecimiento de la alternativa socialista podra significar la aproximacin del proceso revolucionario a la va pacfica, implicando poltica de alianzas en el seno de la clase trabajadora (diversos segmentos del proletariado y del campesina-do) y de tolerancia a la burguesa, que resultara en el pluralismo, bajo el liderazgo poltico e ideolgico de los trabajadores. En contraste, a la mayor debilidad del socialismo correspondera el fortalecimiento de la coercin y del alejamiento de la alternativa democrtica. En este contexto, la democracia podra representar su diso-lucin. Sin embargo, el desplazamiento excesivo a la coercin implicara otra forma de amenaza al proyecto socialista, con el riesgo de ruptura interna del partido en relacin con la meta de transicin al comunismo. El restablecimiento de la burocracia, bajo la forma socialista, si combinado con la supresin del mercado, puede conllevar problemas para el desarrollo econmico. La capacidad del poder central de asignar recursos con efi-ciencia, eficacia y efectividad encuentra restricciones en las limitaciones de los instrumentos de medicin de la utilidad social de productos y servicios. Para Marx, el mercado slo es parcialmente superado por el desa-rrollo de la burocracia como forma de asignacin de recursos. En realidad, tiende a combinarse con sta para desarrollarse. Solamente la democratizacin y la socializacin del poder tendrn la capacidad de articularse con las instancias centrales de decisin y sustituir el mercado como instrumento de medicin de la utilidad social de productos y servicios.

    En su anlisis sobre el Estado, Marini (1978a, 1992 y 1995) distingue dos niveles de poder: el de las institu-ciones sociales a partir de las cuales una clase construye sus relaciones de dominacin, y el de su sntesis en el aparato jurdico-poltico institucional, por medio del Estado, que ejerce su dictadura basada en la coercin, representada en la ley. Para el autor, hay una relacin dialctica entre estas dos dimensiones. El aparato jurdi-co- poltico estatal expresa y fundamenta relaciones de dominacin entre las clases sociales que slo pueden ser transformadas de hecho a partir de cambios en la estructura de este aparato coercitivo. Estos cambios, a su vez, no pueden ser impuestos unilateralmente, de arriba hacia abajo, y dependen de transformaciones que se desarrollarn hasta cierto punto en el seno de la propia sociedad, que, al hacerlo, es capaz de sostenerlos y desarrollarlos en el mbito del aparato jurdico-poltico estatal.

    La democracia parlamentaria se articula a la burocracia como modelo de gestin, al despotismo de la subsuncin formal y real del trabajo al capital y a la pasividad poltico-social de las masas, cuya actividad se circunscribe al ejercicio peridico del voto, lo que no constituye, pues, una forma adecuada para la construc-cin del socialismo. La transicin democrtica al socialismo requiere la construccin de una institucionalidad que rompa con el despotismo del capital, transfiera a los trabajadores los mecanismos de direccin social y poltica, y los represente pblicamente en el aparato estatal. La forma pacfica de esta transicin depende de

  • 7Dialctica de la Dependencia

    la penetracin de la ideologa socialista, democrtica y popular en segmentos del aparato represivo del Esta-do, capaces de neutralizar, en el propio Estado y el en conjunto de la sociedad, la rebelin burguesa frente al desarrollo de los mecanismos de participacin social. Sin embargo, el autor resalta que la violencia est pre-sente incluso en la transicin pacfica: se impone la socializacin de los medios de produccin y del excedente econmico, aunque este proceso pueda combinarse con la preservacin de las burguesas pequea y mediana (Marini, 1976).

    La contribucin al pensamiento social y el debate en el interior de la Teora de la dependencia

    En la dcada de 1990, Marini realiza un balance del pensamiento social latinoamericano y de su obra. Al analizarla, la inscribe en el mbito de la segunda floracin marxista de la teora de la dependencia, de las d-cadas de 1960 y 1970, que sigui la de 1920. En esta dcada, autores como Jos Carlos Maritegui y Ramiro Guerra haban sealado que la debilidad de las burguesas latinoamericanas y su incapacidad de enfrentar el imperialismo las conducan a la subordinacin y asociacin con el imperialismo. No seran propulsoras de una revolucin democrtico-burguesa, basada en la reforma agraria y la revolucin industrial que pudiera integrar la poblacin latinoamericana en el consumo de masas y propiciar una soberana cientfica o tecnolgica. Los pases latinoamericanos se tornaran en Estados dirigidos por oligarquas primario- exportadoras, en asocia-cin con los capitales comercial y bancario, fundamentalmente extranjeros, que controlaran el sector expor-tador y de servicios. La industrializacin se convierte en una tarea a ser cumplida por el socialismo, impulsado por el proletariado urbano y apoyado por las masas rurales inscritas en distintas formas de relaciones de trabajo y propiedad.

    La teora de la dependencia, que se desarrolla en la dcada de 1960, pone en cuestin muchos de los su-puestos establecidos en la dcada de 1920. Si, por un lado, mantiene la tesis acerca de la burguesa latinoa-mericana y de su asociacin con el imperialismo, por otro plantea que esta asociacin conduce al dinamismo y al desarrollo de las fuerzas productivas y a la hegemona de la fraccin industrial del capital sobre la fraccin agraria en el conjunto de la regin, sobre todo en los Estados con mayor mercado interno y base demogrfi-ca. A partir de esta convergencia bsica, se crean profundas diferencias entre los tericos de la dependencia acerca de las tendencias que caracterizaran el capitalismo dependiente y de los modelos de desarrollo poltico y econmico que deberan buscarse. Las divergencias acerca de las tendencias del capitalismo dependiente se refieren principalmente al papel ejercido por el capital extranjero, por el mercado interno y por las formas polticas de su promocin.

    Fernando Henrique Cardoso y Enzo Falleto construyen la versin weberiana de la dependencia. Para ellos, la dependencia es el paradigma de desarrollo de los Estados perifricos. Por esto, hacen restricciones a los modelos polticos que intentan condicionar las relaciones con el mercado mundial y sus principales actores al ejercicio de la soberana nacional, lo que exigira la fuerte presencia reguladora del Estado. Nacionalismo, populismo y socialismo son descartados como propiciadores de alternativas de desarrollo para los pases latinoamericanos, una vez que promoveran el autoritarismo, el corporativismo y las dificultades de diferencia-cin del sistema productivo esto es, la estancacin, combinacin articulada por la presencia excesiva de la burocracia estatal. El autoritarismo que se despliega en Amrica Latina en las dcadas de 1960 y 1970 es entendido por Cardoso (1975, 1979 y 1995) como una frmula poltica sostenida mucho ms por una burocra-cia corporativa civil-militar, afirmada en el Estado por medio de anillos burocrticos y a quienes el autor llama de burguesa estatal, que por las burguesas empresariales extranjera y nacional enraizadas en las sociedades civiles. Para los autores, el grado de autonoma de los Estados frente al gran capital internacional debe ser limi-tado, garantizando as el dinamismo econmico, la ampliacin del mercado interno y una democracia estable.

    Para Cardoso, el capital extranjero capitaliza la regin aunque provoque salidas superiores a las entradas mediante pagos de remesas de ganancias, intereses, regalas, etctera. Esto se dara en funcin de la crisis de realizacin de plusvala que en retorno de la exportacin de capitales provoca en los pases centrales, solu-cionada parcialmente mediante gastos militares y de bienestar social. El crdito extranjero y el endeudamien-to externo promoveran la continuidad del desarrollo en la periferia y el control relativo de los desequilibrios macroeconmicos. La penetracin del capital extranjero en la promocin de la industrializacin de los pases dependientes generalizara la plusvala relativa e impulsara la reduccin de los costos de la fuerza de trabajo (Cardoso y Faletto, 1977 y 1984) (Cardoso, 1979 y 1995). Para el autor, la presencia de reas de pobreza co-rresponde ms a la persistencia del capitalismo competitivo y del precapitalismo que a la presencia expansiva del capitalismo monoplico.8

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    En el ensayo que escribe en homenaje a los 40 aos de Dependencia y desarrollo en Amrica Latina, Cardo-so (2010) retoma estos temas, reforzando sus tesis centrales de las dcadas de1970 y 1980. l defiende para Amrica Latina una nueva socialdemocracia de mercado, que acepte las polticas promovidas por las poten-cias occidentales, consideradas como referencia central de oportunidad para el desarrollo. Esta socialdemo-cracia debe alejar el riesgo de lo que llama de populismo regresivo, manifiesto en Venezuela por el presidente Hugo Chvez, en Ecuador por el presidente Rafael Correa, en Bolivia por el presidente Evo Morales, o en Argen-tina del entonces presidente Nstor Kirchner y, posteriormente, de la actual presidenta Cristina Fernndez de Kirchner, y debe tambin sostenerse no slo en sindicatos o liderazgos laboristas, pero s en las clases medias y en una opinin pblica difusa meditica y digital que presione al gobierno a cumplir ciertos consensos establecidos por la globalizacin: la adopcin de la economa de mercado globalizada, con la supresin de lo que denomina nacionalismo de medios en referencia explcita al trmino creado por Helio Jaguaribe para designar el uso del proteccionismo nacionalista como condicionante del desarrollo; el combate a la pobreza por medio de polticas compensatorias y de mnimo ingreso, sin violar las reglas del mercado y los lmites fis-cales determinados por el sector financiero al Estado mediante la deuda pblica; la institucionalizacin de la democracia representativa; y el abandono de una poltica tercermundista de resultados en favor de un esfuerzo activo en las iniciativas de las potencias tradicionales del siglo XX, como mejor forma de aumentar los mrge-nes de maniobra de Amrica Latina.9

    Marini (1992), a su vez, destaca su propia contribucin para la construccin de una teora marxista de la dependencia en el grupo que originalmente ha reunido Theotonio dos Santos y Vania Bambirra, enfatizando sus aportes al mtodo a partir de la economa poltica de la dependencia, en la cual formula los conceptos de superexplotacin y subimperialismo. El capitalismo dependiente es fuertemente excluyente, superexplotador y limitador de la potencialidad de los pueblos y pases de la regin. Estas limitaciones son ms intolerables cuanto ms los pases centrales transfieren nuevas olas tecnolgicas a los pases de la periferia, impulsando sus fuerzas productivas y, por tanto, las condiciones objetivas para romper los vnculos internos y externos de la dependencia. Estos autores proponen procesos de transicin al socialismo para erradicar la superexplota-cin, expandir el mercado interno y buscar propsitos regionales para impulsar el dinamismo econmico. Tal socialismo no tendra como objetivo apartarse de la economa mundial, sino integrarse a sta con soberana a partir de la redefinicin de las relaciones de poder internas para revertir su condicin perifrica.

    Se ha visto que, para Marini, la superexplotacin del trabajo est basada en las transferencias de valor y plusvala impulsadas por la competencia monoplica. sta se establece no slo en el plano internacional, sino tambin en el interior de los pases dependientes mediante la configuracin de la burguesa monoplica y asociada, constituida por la bsqueda de plusvala extraordinaria. Son estas dos dimensiones que articula-damente producen la superexplotacin. Como menciona Marini (1978b), la superexplotacin es acicateada por el intercambio desigual, pero no deriva de l, sino de la fiebre de ganancia que crea el mercado mundial.

    Al analizar el tema del deterioro de los trminos de intercambio, Marini menciona su articulacin con la plusvala extraordinaria y las transferencias de valor. sta est basada en el monopolio tecnolgico y esta-blece precios por encima del valor, siempre que la competencia no le impida hacerlo, implicando intercambio desigual de valores y transferencia de plusvala generada en otros sectores, que se extrema en detrimento de los segmentos de menor intensidad tecnolgica relativa, lo que resulta en la superexplotacin del trabajo para el restablecimiento de sus tasas de plusvala y de ganancia. El autor critica el pensamiento cepalino por la au-sencia de una teora del valor que le permita comprender la naturaleza global del fenmeno, inscrito en el plano de la competencia y del mercado mundial, y le atribuye las causas a su expresin aparente y emprica, como el bajo costo de la fuerza de trabajo y las limitaciones de la demanda internacional. Al basarse en la teora de los factores de produccin, que asocia el precio del producto a la suma de costos de los factores de produccin (capital, trabajo y tierra), la teora cepalina no es capaz de comprender cmo la innovacin tecnolgica intro-ducida por la acumulacin capitalista transfiere valores y demanda del trabajo al capital, contribuyendo para formar un mercado mundial concentrado en las mercancas de bienes de consumo suntuarios. En esta crtica Marini (1978b) extiende a Cardoso y Serra en la polmica que trabaron en la Revista Mexicana de Sociologa: la ausencia de la teora valor-trabajo marxista y de la percepcin de la unidad dialctica entre valor y precio hace que conciban el intercambio desigual sin transferencia de valores y de plusvala. Para Cardoso y Serra, la plusvala extraordinaria, que reduce la cantidad de trabajo por unidad de producto o su valor individual sin alterar el valor social o precio, no implicara transferencias de valor mediante el intercambio por parte de la nacin desfavorecida, una vez que los valores individual/social y el precio de sus mercancas permaneceran inalterados. Plantean que la nacin desfavorecida empobrecera relativamente, pero no absolutamente. Sin embargo, no consideran que:

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    1) La bsqueda por plusvala extraordinaria por parte de la burguesa dependiente incide sobre el intercam-bio desigual y aumenta la cantidad de trabajo transferida por la nacin desfavorecida para obtener la misma cuota de valor, una vez que, no obstante se mantienen los valores sociales, los valores individuales de las mercancas de los pases centrales bajaron.

    2) El aumento de la plusvala extraordinaria en los pases dependientes redistribuye internamente las tasas de plusvala intersectorial e intrasectorialmente.

    3) El sustento en el largo plazo de la plusvala extraordinaria en la economa mundial o sea, en situacin de equilibrio de oferta y demanda exige la reduccin de la tasa de plusvala de los empresarios individuales desfavorecidos por la plusvala extraordinaria, as como la reduccin del valor social de las mercancas de los sectores de composicin tcnica inferior o media, sometidos a la situacin de competencia monoplica.

    Mientras Cardoso y Serra ubican en el monopolio tecnolgico el progreso tcnico y la plusvala relativa, y apoyan su expansin, atribuyendo al sector con mayor competencia o sea, a las pequeas y medianas em-presas y a los sectores precapitalistas los altos niveles de pobreza y la plusvala absoluta, Marini percibe en las relaciones de competencia en los mercados mundial e internos de los pases dependientes transferencias de plusvala que crean un mercado de trabajo regulado por la superexplotacin del trabajo, la cual incide prio-ritariamente sobre los sectores de composicin tcnica inferior o media y de la cual se beneficiar el propio sector monoplico de los pases dependientes.

    La superexplotacin no impide necesariamente el crecimiento del mercado interno para los segmentos po-pulares, pero establece fuertes restricciones a este crecimiento.10

    ste, como se ha visto, puede ser impulsado, independientemente de la expansin demogrfica, cuando haya un aumento del valor de la fuerza de trabajo que supere la cada de los precios de la fuerza de trabajo con relacin a su valor. Esto puede darse por la combinacin del aumento de calificacin de fuerza de trabajo y de la intensidad del trabajo y, en los lmites institucionales de la democracia burguesa, por el aumento del valor moral de fuerza de trabajo mediante procesos polticos que impugnan parcialmente la economa poltica del capital y distribuyan una fraccin de la plusvala concentrada en el segmento monoplico.

    Para Marini, el capital extranjero, no obstante presente cclicos de predominio de ingresos o de salidas, tiende, en el conjunto, a descapitalizar los procesos de acumulacin en Amrica Latina, restringindoles el mercado interno. Este capital es controlado por propietarios no residentes, a quien debe proporcionar una tasa de ganancia positiva, y slo el desplazamiento del dinamismo de la acumulacin para nuevas regiones, relacionadas a cambios que impliquen alteraciones sustantivas en el proceso global de acumulacin, podra hacerlos poner de lado las ventajas acumuladas en el mbito de la divisin internacional del trabajo, as como las obtenidas por la utilizacin del monopolio de la violencia en su espacio nacional de soberana.

    La burguesa dependiente y asociada presenta as fuerte tendencia antidemocrtica. El desarrollo de los procesos democrticos en movimientos sociales y polticos que cuestionan la superexplotacin del trabajo amenazan la institucionalidad poltica en la regin, desestabilizndola. El descenso de la teora marxista de la dependencia estuvo asociado a la represin desplegada contra el nacionalismo popular que se gest en la dcada de 1960 y 1970 y, en particular, contra el gobierno de Salvador Allende en Chile, una represin que se expres principlmente a partir de la imposicin de golpes militares en Amrica Latina. Esta situacin ha provo-cado un importante retroceso terico-metodolgico en la regin, que result en el establecimiento del endoge-nismo y del neodesarrollismo. El endogenismo prioriz los factores internos en la explicacin de los procesos de acumulacin de capital y subdesarrollo en Amrica Latina, fijando la nocin de articulacin de modos de produccin para explicar, a partir de los vnculos entre segmentos modernos y atrasados en el mbito de la sociedad perifrica, la especificidad del capitalismo latinoamericano. Marini (1992 y 1994b) seala que este enfoque sobrevalora el concepto de modo de produccin y los procesos de acumulacin primitiva para su con-figuracin, descuidando la importancia de la circulacin en los procesos de acumulacin de capital. Al hacerlo, el autor no restringe la especificidad del proceso de produccin del capital, pero seala que tal proceso es pre-cedido y sucedido por la circulacin de capital. Esta ltima se desarrolla a partir de la economa mundial e im-pulsa la divisin internacional del trabajo, que estructura los sistemas productivos en los espacios nacionales. La realizacin del valor, a su vez, es regulada por la competencia originada, en ltima instancia, en el mercado mundial. El restablecimiento de la totalidad de los procesos de acumulacin de capital permite ubicar las de-terminaciones histricas del proceso de produccin de capital, recuperando los nexos entre las dimensiones

  • 10 Dialctica de la Dependencia

    internas y externas. Se vuelve crucial para la comprensin del capitalismo latinoamericano ubicar su lugar en la jerarqua espacial organizada por el capital en la economa mundial. Entre los endogenistas, Marini seala, por ejemplo, a Agustn Cueva el ms internacionalista y quien, en la dcada de 1960, har autocrticas, acer-cndose a la teora de la dependencia, y otros como Enrique Semo, Roger Bartra y Ciro Flamarion Cardoso.

    El endogenismo present el imperialismo como ltima variable de interpretacin de los procesos de acumu-lacin de capital en Amrica Latina y abri espacio para la afirmacin del neodesarrollismo. De acuerdo con Marini, esta corriente expres el periodo de afirmacin de la burguesa industrial latinoamericana; especial-mente, en Brasil, Mxico y Argentina, en la dcada de 1970, cuando se inici en los pases centrales la crisis de largo plazo que se extendi hasta 1994. Esto ha permitido a la burguesa industrial latinoamericana apro-vecharse de las rivalidades interimperialistas para promover el crecimiento acelerado de la industrializacin hasta el inicio de la dcada de 1980, cuando la elevacin de las tasas de inters en Estados Unidos puso en entredicho las bases financieras de esta expansin apoyada en la deuda externa. Este enfoque es diferente del nacional-desarrollismo en funcin de:

    1) Aceptar ampliamente la presencia del capital extranjero como actor central, y no slo residual y comple-mentar, de la industrializacin de la regin, articulado a los otros dos pilares: el Estado y el capital nacional.

    2) Poner nfasis en los procesos distribucin de ingreso y en la democracia para el establecimiento de estilo de desarrollo que incorpore las grandes masas, alejndose de los textos cepalinos de la dcada de 1950, que entendan automticamente el papel progresista de la industrializacin y vean el Estado como neutro.

    3) Afirmar el protagonismo del ciclo endgeno de la acumulacin de capital sobre los condicionantes de la economa mundial, en funcin del dinamismo del mercado interno, asociado al desarrollo de los sectores de bienes de capital y de bienes de consumo. Para el neodesarrollismo, la presencia destacada de la propiedad extranjera era de menor importancia, pues la industrializacin haba internalizado los centros de decisin, de modo que la democracia garantizara la distribucin del ingreso y los estilos de desarrollo volcados para el segmento de bienes de consumo de masa. Entre los principales autores que defendieron este enfoque se encuentran Maria da Conceio Tavares, Ado Ferrer, Francisco de Oliveira, Joo Manuel Cardoso de Mello, adems de dependentistas como Fernando Henrique Cardoso o cepalinos como Ral Prebisch y Celso Furtado, estos ltimos ms cuidadosos en relacin con la internacionalizacin de los centros de decisin.

    En este contexto, se desarrollaron los estudios neogramscianos en Amrica Latina, que, motivados por la perspectiva de redemocratizacin, son influenciados por la lectura particular que el Partido Comunista Italiano realiz de la obra de Gramsci. As, el neogramscianismo ha enfatizado la autonoma de la sociedad civil frente al Estado, minimizando su conquista, para insertar las luchas populares en el mbito de la legalidad democr-tico-burguesa realizada principalmente en los aparatos privados de hegemona, de los cuales el Estado ser cada vez ms una expresin. Amrica Latina, especialmente sus pases ms industrializados, tendra cruzada la frontera del Oriente para el Occidente, modernizando sus clases dominantes, que aceptaran el predominio de la hegemona/consentimiento sobre la dominacin/despotismo. El neogramscianismo no pone atencin al hecho de que, para Gramsci, hegemona significa el equilibrio entre coercin y consentimiento, olvidando as la dialctica entre guerras de posicin y movimiento, entre insurreccin y procesos institucionales, entre poder estatal y hegemona en la sociedad civil presente en la obra del autor. Entre los neogramscianos, Marini (1992) seala a Jos Aric, Jos Carlos Portantiero, Carlos Pereira y Carlos Nelson Coutinho.

    El protagonismo del neoliberalismo a partir de la dcada de 1980 ha puesto en crisis estos enfoques: la rup-tura de los procesos de crecimiento econmico a partir de la crisis de deuda externa, la desindustrializacin y su control del Estado redefinieron las relaciones de poder internas e internacionales de Amrica Latina. Para enfrentar esta realidad, Marini (1991 y 1992) propuso retomar de forma creativa el hilo de la teora de la depen-dencia. Esta recuperacin no debe ser una vuelta al pasado, sino el punto de partida de una revisin radical, que la libere de los vnculos con el desarrollismo hacia la teorizacin de una realidad ms compleja establecida por los procesos de globalizacin, orientada a la creacin de un socialismo original, democrtico y libertario.

    Notas[1] Nota de los editores: El siguiente ensayo se publica a modo de introduccin a los textos de Ruy Mauro Marini. Sirva de un breve acercamiento historiogrfico a la obra del autor. El ensayo fue tomado del dossier Ruy Mauro Marini: 40 anos de Dialctica de la Dependencia de la revista Argumento de la UAM-Xochimilco.; Carlos Eduardo Martins, El pensamiento de Ruy Mauro Marini y su actualidad para las ciencias sociales, Argumentos ao 26, nm. 72 (mayo-agosto) [Xochimilco, Mxico: 2013], p. 31-54.[2] Este ltimo mecanismo no es citado explcitamente por Marini (1973) cuando especifica las variables que constituyen

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    la superexplotacin, pero est claramente presente en sus escritos, como lo confirma este pasaje de Las razones del neodesarrollismo:[...] las necesidades sociales son tan fundamentales como las estrictamente fsicas para la reprodu-cin de la fuerza de trabajo, acorde a las exigencias que plantea el mercado de trabajo y el mismo desarrollo de las fuer-zas productivas. El obrero debe presentar, por ejemplo, el nivel mnimo de calificacin (o educacin) exi- gido, para poder vender su fuerza de trabajo, del mismo modo como no puede prescindir del radio, e incluso de la televisin, cuando estos medios de comunicacin se generalizan so pena de convertirse en un bruto, por debajo de nivel cultural de la sociedad en que debe vivir y producir. Resumiendo: es posible afirmar que, pese al deterioro del salario real, el obrero ha visto aumentar el valor de su fuerza de trabajo, haciendo an ms dramtica la brecha creciente entre dicho valor y el ingreso real que percibe. (Marini, 1978b).[3] En Superexplorao do trabalho e economia poltica da dependncia (Martins, 2009), presentamos un modelo matem-tico que ubica en la teora marxista del valor las condiciones en que la superexplotacin acta tanto intrasectorialmente, en el sector de bienes de consumo suntuario, o intersectorialmente, sobre el segmento de bienes de consumo necesario. Hemos visto que la situacin de total neutralizacin de la apropiacin de plusvala es aquella en que la tendencia mo-noplica es anulada y el dinamismo tecnolgico del segmento de bienes de consumo necesario corresponde al total del sector de bienes de consumo suntuario. De modo contrario, la situacin de mayor apropiacin de plusvala se da cuando el segmento de bienes de consumo necesario no presenta dinamismo tecnolgico, sujetndose a la apropiacin de plus-vala oriunda de la expansin del sector de bienes de consumo de lujo. Finalmente, la situacin de equilibrio es aquella en que la productividad y/o dinamismo del sector de bienes de consumo popular equivale a la mitad de aquellos del sector de bienes de consumo suntuario. La superexplotacin actuara cuando el dinamismo/productividad del sector de bienes de consumo necesario se extiende hasta la mitad del sector dinamismo/productividad de los bienes de consumo suntuario, cuando este determinar es proporcional o por lo menos equivalente a aqul, entonces se dan las condiciones medianas de produccin, en funcin de los efectos de esta proporcionalidad sobre la apropiacin de la masa de plusvala. Se estn des- preciando aqu los efectos de la elevacin de la composicin orgnica del capital que tienden a ampliar este lmite.[4] En una economa con presencia monoplica estructurante, los capitales de composicin me- diana se nivelan por de-bajo de las condiciones sociales medianas de produccin.[5] El tema de la devaluacin de los bienes de consumo suntuarios en funcin de la competencia por la plusvala extraor-dinaria aparece claramente en Plusvala extraordinaria y acumulacin de capital (1979b) y en El ciclo del capital en la economa dependiente (1979a): En consecuencia, la posibilidad de que la plusvala extraordinaria de IIb se traduzca en ganancia extraordinaria no se ve limitada en principio por el mercado, sino tan slo por la competencia entre los capitales y su emigracin de rama a rama (Marini, 1979b:29). Con esto en caso de que (supongamos que por un descenso del precio internacional del equipo que A utiliza) B iguale su nivel tecnolgico la superioridad en trminos de magnitud del capital que detenta le da condiciones para responder de inmediato introduciendo otro adelanto tecnolgico que bajando nuevamente su costo de produccin, restablezca su ganancia extraordinaria (Marini, 1979a). El mismo tema todava no est presente en Dialctica de la dependencia (1973), trabajo brillante y seminal que lanza muchos de los supuestos del pensamiento de Marini, lo que hizo envejecer parcialmente ciertos pasajes: Para ello concurri decisivamente la vin-culacin de las nuevas tcnicas de produccin a ramas industriales orientadas hacia tipos de consumo que, si tienden a convertirse en consumo popular en los pases avanzados, no pueden hacerlo bajo ningn supuesto en las sociedades dependientes. El abismo existente all entre el nivel de vida de los trabajadores y el de los sectores que alimentan la es-fera alta de la circulacin hace inevitable que productos como automviles, aparatos electrodomsticos, etc., se destinen necesariamente a esta ltima (Marini, 1973:72).[6] Para Marini (1992), la globalizacin capitalista significa un movimiento en direccin a la mundializacin de la ley del valor y a la nivelacin de las tasas de ganancia que es impulsado por la apropiacin de la revolucin cientfico-tcnica por el capital.[7] Vase Marini (1977). La literatura acerca de la transicin de la hegemona unipolar para la hegemona compartida como parte de la crisis de hegemona ms amplia es muy abundante actual- mente. Se inicia en la dcada 1970, en re-lacin con el fin del patrn oro-dlar, ganando proyeccin en la teora de la dependencia, con las obras de Theotonio dos Santos y Ruy Mauro Marini, y en la teora del sistema mundial, con las obras de Giovanni Arrighi, Immanuel Wallerstein, Andre Gunder Frank y Beverly Silver. Abordamos esta temtica en nuestro libro Globalizao, dependncia e neoliberalis-mo na Amrica Latina (2011) y en diversas obras colectivas.[8] No quiero negar la existencia de bolsones de miseria (a veces, en algunos pases, la verdad es al revs: islas de pros-peridad en mares de miseria), ni la existencia de poblaciones marginales. Pero stas se explican antes por la formacin histrica del capitalismo en Amrica Latina, en la cual se superpusieron diferentes modos de produccin (subordinados, por cierto, al capitalista) tal como lo ha descrito Anbal Quijano que por cualquier ley del capitalismo perifrico o de-pendiente (Cardoso, 1995:114).[9] Para asegurar el nacionalismo de fines y, por ende, el inters nacional, caben variaciones instrumentales. Por ejem-plo, es mejor hacer una poltica al estilo tercer-mundismo de resultados y jugar todas las fichas en los pases sub-desarrollados para obtener un puesto en el Consejo de Seguridad, o creer que todava no ha llegado el momento de una reforma de la ONU y, por eso serviramos mejor al propsito nacional si luchramos por una ampliacin del G-7, mientras nos llega el momento de dar un paso ms grande? (Cardoso, 2010:86).[10] En este sentido, Marini (1978b) deja claro: al hablar de estancamiento y regresin, no tengo en mente el monto ab-soluto de la produccin, sino tasas de crecimiento (cf. DD, pp. 73-74) no descarto, pues lo que sera ridculo, que las ramas que producen para el consumo popular sigan creciendo [...].

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    2010.

  • 13Dialctica de la Dependencia

    El ciclo del capital en la economa dependientePor: Ruy Mauro Marini

    Ciclo de capital y sus formasAntes de entrar a analizar el ciclo del capital de la economa dependiente, conviene dejar sentados algunos

    elementos. Inicialmente debo precisar que, al referirme a la economa dependiente, tengo en vista la forma actual que sta ha asumido, despus que en su seno se conform un sector de produccin para el mercado in-terno que asumi progresivamente el rol hegemnico en la dinmica de esa economa. Situacin a todas luces diferente de la que privaba todava a principios de este siglo, cuando, bajo la forma de economa exportadora, la economa dependiente latinoamericana representaba un sistema de produccin complementario al sistema de las economas centrales, teniendo su ciclo determinado por ste.

    Por otra parte, nos interesa analizar aqu las tres fases del ciclo: circulacin, produccin y circulacin, para lo que nos conviene echar mano de la frmula D M . . . P . . . M D. Esta describe el movimiento por el cual el dinero asume la forma de mercancas (medios de produccin y fuerza de trabajo), en lo que es la primera fase de circulacin, para dar curso a un proceso de produccin, de lo cual resultan mercancas que deben transitar por la segunda fase de circulacin, para que el capital recupere nuevamente la forma dinero.

    La fase de produccin tiene la caracterstica de ser un proceso de valorizacin, es decir, de creacin de valor nuevo. La fuerza de trabajo, actuando sobre los medios de produccin, no slo transfiere a las mercancas que elabora el valor contenido en stos, en el capital constante, sino que crea un valor nuevo que, por un lado repo-ne el valor equivalente que se le ha pagado bajo la forma de capital variable, y por otro arroja un valor exceden-te, un remanente sobre el capital inicial, que corresponde a la plusvala. Estos distintos valores se encuentran englobados en el valor total de las mercancas que, terminado el proceso de produccin entran a la segunda fase de circulacin para, mediante su venta, realizarse en dinero.

    Respecto a esto, creo necesario subrayar algunos aspectos que deben retenerse. El primero de ellos es la importancia del dinero en el proceso de valorizacin, ya que es bajo esa forma como el capital aparece para iniciarlo y es sa la forma que recupera el capital, o que debe recuperar, para que pueda tener lugar otro ciclo. En segundo lugar, no hay que perder de vista la importancia de la fase de produccin donde tiene efectiva-mente lugar la valorizacin del capital mediante la produccin de plusvala; todas las formas de remuneracin del capital: ganancia industrial, ganancia comercial, inters y renta de la tierra tienen su fuente en la plusvala resultante de la valorizacin, y nacen pues de la accin del capital productivo o, en su sentido amplio, capital industrial.

    La ilusin que crean esas formas de remuneracin del capital, en cuanto a que pudieran darse procesos de valorizacin que no pasaran por la produccin, se esfuma tan pronto consideremos un caso concreto cual-quiera. Tomemos uno que nos es conocido, el de una casa editorial. Esta establece, sobre la base de la expe-riencia y el clculo de los costos vigentes, el precio final (expresin transfigurada del valor que va a tener el producto: el libro). Distingue all lo que corresponde a la reposicin del capital invertido en la produccin del libro (capital constante y variable ms lo que se paga al autor); le suma lo que quedar en manos del vendedor, del comerciante, que representa un porcentaje prximo al 40% del valor total y acrecienta el porcentaje co-rrespondiente a los intereses y amortizaciones de deudas (partida que va incluida en el costo de produccin), quedando un remanente que es la ganancia propiamente dicha de la editorial. En consecuencia, el valor de la mercanca libro debe ser capaz de reponer el capital constante (materias primas y depreciacin del capital fijo) y variable, remunerar al capital industrial responsable de su produccin, al capital comercial y al financiero, que hayan intervenido de algn modo en la circulacin. El elemento renta de la tierra, en el estado financiero de la empresa, aparece incluido en los costos de produccin.

    El proceso de produccin, en la medida en que nos permite entender el de creacin de plusvala, da cuenta del proceso de explotacin del trabajo por el capital. Lo que es valorizacin para el capitalista es explotacin para el trabajador.

    Finalmente, nos interesa considerar que tendremos tres partes a analizar en el ciclo de capital o, para ser ms precisos, en el ciclo de reproduccin y circulacin del capital. La primera corresponde a la fase de cir-

  • 14 Dialctica de la Dependencia

    culacin, que podemos llamar C1, en la que se estudia el capital que, bajo forma dinero, comparece en la cir-culacin para adquirir, en el acto de compra, medios de produccin y contratar fuerza de trabajo. La segunda corresponde a la de acumulacin y produccin, mediante la cual el capital reviste la forma material de medios de produccin y fuerza de trabajo para, mediante un proceso de explotacin, promover su propia valorizacin, es decir, la creacin de plusvala. La tercera es la segunda fase de circulacin, C2, en la que el capital, bajo la forma de mercancas que contienen el valor inicial ms la plusvala generada, entra al mercado para buscar su transformacin en dinero a travs del intercambio, de la venta; el dinero resultante, si el ciclo se realiza normal-mente, debe representar una magnitud superior respecto al capital dinero que se acumul.

    Primera fase de circulacinConsideremos ahora la manera cmo se presenta el ciclo del capital en la economa dependiente latinoa-

    mericana. Lo primero que nos debe preocupar es determinar el origen del capital dinero que comparece para iniciar el ciclo. Podemos distinguir, bsicamente, tres fuentes.

    En primer lugar, el capital privado interno o la inversin privada interna, es decir, la parte de la plusvala gene-rada al interior de la economa que (deducidos los gastos improductivos del capital) se presenta para acumu-larse bajo la forma de medios de produccin y fuerza de trabajo. El hecho de que ese capital sea jurdicamente propiedad de nacionales y extranjeros no afecta en absoluto la situacin, puesto que estamos considerando slo la parte de la plusvala que se acumula; ello quiere decir que se ha hecho ya deduccin de la parte de la plusvala que sale de la esfera de la economa nacional bajo formas diversas: remesa de utilidades, pagos por concepto de intereses, amortizaciones, regalas, etctera. La plusvala generada en la economa nacional e invertida en ella es inversin nacional, independientemente de la nacionalidad de los que detentan ttulos de propiedad sobre ella; es obvio que esto no se presenta as desde el punto de vista de las cuentas nacionales, donde la parte de la plusvala que se encuentra en manos de extranjeros es, una vez invertida, contabilizada como capital extranjero (reinversin); pero es obvio tambin que, desde el punto de vista del anlisis del fun-cionamiento de la economa, es el juicio que adoptamos el que debe primar.

    En segundo lugar, podemos distinguir la inversin pblica, que tiene origen en el estado. All, las fuentes de la inversin son diversas. Por un lado, ella corresponde simplemente a una parte de la plusvala generada, me-diante su transferencia al estado a travs de los impuestos directos al capital y a los sueldos, as como la parte de los impuestos indirectos que recaen sobre tipos de ingresos (ganancias, sueldos, etctera) que correspon-den a la distribucin de la plusvala; junto a esa parte de la plusvala en manos del estado, encontramos que parte del capital variable tambin puede aparecer all mediante los impuestos al trabajo o los impuestos indi-rectos pagados por los trabajadores. Una segunda fuente de la inversin pblica es la que resulta del proceso directo de explotacin que el estado, en tanto que capitalista, lleva a cabo; las empresas estatales funcionan en un sistema capitalista como capitales privados, y dan origen directamente a la produccin de plusvala que, por su mediacin, es apropiada por el estado.

    Hay que tener presente, desde luego, que no todo el gasto estatal es productivo, es decir, no todo ese gasto lleva a la acumulacin de capital. Esto depende de la proporcin, dentro del gasto pblico, de las partidas que se destinan propiamente al capital: sea la que corresponde a las inversiones estatales, o a las transferencias de plusvala al capital privado para alimentar la inversin privada; en este ltimo caso, estn aquellos gastos que el estado realiza para hacer ms rentable la inversin privada (infraestructura, etctera), las subvenciones directas o indirectas al capital privado. Las subvenciones indirectas pueden tomar varias formas, como, por ejemplo, las exenciones de impuestos o la manipulacin de precios. As, si el estado produce petrleo, materia prima fundamental en la industria, y vende a los capitalistas privados ese petrleo a precios bajos, de hecho est transfiriendo a stos parte de la plusvala que aqu se contena. En sntesis, la inversin pblica depende de la proporcin, en el gasto pblico, de las partidas destinadas a la inversin productiva y de las que se des-tinan a inversiones llamadas improductivas. Hay que tener presente que las ltimas pueden ocultar transfe-rencias con objetivo productivo (el ejemplo del petrleo lo ilustra, siempre que ese petrleo sea utilizado como insumo industrial) o gastos que se llaman improductivos, y que lo son desde el punto de vista estricto de la valorizacin de capital, pero que en rigor corresponde a gastos productivos; all se incluyen los gastos sociales, tales como los de educacin y salud, que contribuyen a la reproduccin y calificacin de la fuerza de trabajo, imprescindibles para la valorizacin. Los gastos realmente improductivos (aunque cumplan una funcin im-portante en la mantencin del sistema en que se opera la valorizacin) son aquellos que el estado realiza con su propia burocracia, tanto civil, como policial y militar.

    Como se puede ver, la importancia del papel del estado en el ciclo del capital propiamente dicho (y no en

  • 15Dialctica de la Dependencia

    trminos ms generales en la creacin de condiciones para la valorizacin, donde ese papel es an ms am-plio) es considerable, dada la capacidad que tiene de transferir hacia s parte de la plusvala generada por el capital privado, la de producir l mismo plusvala y, finalmente, la de captar parte del capital variable de los salarios pagados a la fuerza de trabajo. Esto explica, en cierto modo, el peso que tiene la inversin pblica en la economa dependiente. En el caso de Brasil, por ejemplo, el estado participa en la formacin de capital fijo, es decir instalaciones y maquinarias, con un 60% del total anual, quedando slo un 40% para el capital privado.

    El tercer aspecto a considerar, cuando analizamos el origen del capital dinero que desencadena el ciclo del capital en un pas dependiente, es el capital extranjero. Este puede presentarse bsicamente bajo dos formas. Como inversin directa cuando de manera exclusiva o compartida, es decir asociada, el capitalista extranjero invierte directamente en la economa dependiente, detentando la propiedad total o parcial del capital producti-vo a que la inversin dio lugar y apropindose directamente de la plusvala total o parcial all generada. Se pre-senta como inversin indirecta cuando el capital extranjero se pone a disposicin de los capitalistas internos (nacionales y extranjeros), bajo la forma de prstamos o financiamientos, contratados directamente con los capitalistas receptores o con el estado, que los redistribuye a stos o los integra a su propia inversin.

    En Amrica Latina, durante el largo perodo de la postguerra, hasta la dcada de 1960, la forma predominante de la inversin extranjera fue la inversin directa. Sin embargo, desde fines de esa dcada y en el curso de la presente, aunque la inversin directa haya seguido creciendo, su proporcin en la inversin extranjera total ha tendido a disminuir (en trminos relativos). Actualmente, en particular en los pases de mayor desarrollo rela-tivo como Mxico o Brasil, la forma predominante del capital financiero tiende a ser la de la inversin indirecta. El tipo de remuneracin que obtiene cambia en este caso: a diferencia de la ganancia o beneficio industrial, el capital extranjero, adems de las cuotas de amortizacin, cobra tasas de inters que se deducen de la plusvala generada por la inversin productiva que l contribuy a generar, sin haber asumido, sin embargo, los riesgos de la produccin y realizacin de esa plusvala.

    Tal como planteamos el problema, es evidente que consideramos al capital extranjero como un elemento ms que interviene en la formacin de la masa de capital dinero que da lugar al proceso de acumulacin. Esto puede llevar a la conclusin equivocada de que es cierta la tesis que sostiene que el capital extranjero juega un papel complementario a la inversin interna y contribuye, por tanto, al desarrollo de la economa dependiente. Siendo evidente que el capital extranjero se integra y determina el ciclo de capital de la economa dependiente, y por ende su proceso de desarrollo capitalista, no hay que perder de vista quel representa una mera res-titucin de capital, en relacin al que ha drenado desde la economa dependiente; restitucin que es, por lo dems, parcial. As, se puede observar que en el perodo de 1960-1967, la mayor parte de la inversin directa norteamericana no se dirigi a los pases dependientes, sino que, en un 70%, se destin a los pases desarrolla-dos, particularmente los de Europa occidental y Canad. Sin embargo, en ese periodo en el que slo recibieron el 30% de la inversin directa norteamericana, los pases dependientes aportaron a Estados Unidos el 60% del total de ingresos que stos recibieron del exterior por concepto dc ganancias, intereses y regalas.

    Hay que considerar adems, como ya sealamos, que el capital extranjero no slo se mueve en un sentido, el de ingreso a la economa dependiente, sino tambin en el sentido inverso, de salida de aqulla. Desde el momento en que, cumplido el ciclo de produccin, el capital extranjero contribuy a la produccin de plusvala l tiene derecho a una parte de ella bajo la forma de ganancia o de inters, segn se trate de inversin directa o indirecta. Ello da lugar a transferencias de plusvala al exterior. An ms, en los casos en que esa transfe-rencia no opera y en que la plusvala o parte de ella se reinvierte en el propio pas donde se gener, el capital productivo de all resultante es contabilizado como capital extranjero, aunque haya sido generado a partir de la plusvala creada en el propio pas. Es por esto que, en el Brasil de Goulart, la discusin sobre las nacionaliza-ciones trajeron al primer plano el problema de qu debera considerarse como capital extranjero: si solamente la inversin inicial, procedente del exterior, o si tambin las reinversiones a que ella dio lugar. Es obvio que, en rigor, slo la primera se justifica y, siendo el capital adicional generado por la inversin inicial, de por s capital nacional, no puede dar lugar a ningn tipo de indemnizacin.

    En conclusin, respecto al anlisis de la formacin del capital dinero y su incidencia en la fase de circula-cin C1 del ciclo del capital en la economa dependiente, lo que cabe sealar es la importancia que tienen all el estado y el capital extranjero. En consecuencia, ya desde ahora, e independientemente de los problemas de realizacin que consideraremos despus, podemos afirmar que el ciclo econmico de la economa dependien-te, las distintas fases de expansin y recesin por las que sta atraviesa, se encuentra directamente articulado con el exterior, y es susceptible en una amplia medida de ser influido por el estado. Insistimos: en esta primera aproximacin de lo que es la economa dependiente, desde el punto del ciclo del capital, observamos que en

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    su primera fase de circulacin de la que depende el proceso de acumulacin acta un factor externo a la economa dependiente, un factor que se encuentra totalmente fuera de su control: el capital extranjero, y que sin embargo, el hecho de que se incorpore a esa fase de circulacin, lo internaliza, por as decirlo, lo constituye en factor directo del ciclo de capital de esa economa.

    Prosigamos con nuestro anlisis de la fase de circulacin C1, considerando ahora lo que pasa con el acto de compra, mediante el cual se pasa al proceso de acumulacin. Habamos visto que el capital dinero asume, mediante el intercambio, la forma de medios de produccin y fuerza de trabajo, para dar lugar al proceso de produccin. Respecto a la fuerza de trabajo, de manera general y haciendo a un lado los casos especficos de mano de obra altamente calificada, sabemos que est constituida por los trabajadores nacionales, por la clase obrera nacional. No pasa lo mismo con los medios de produccin que incluyen materias primas, equipo y ma-quinaria, adems de instalaciones y la tierra. Parte de esos medios de produccin tienen un origen interno: la tierra, los materiales de construccin, la mayor parte de las materias primas, parte de los equipos. La otra parte viene del exterior.

    Detengmonos un momento en un aspecto del problema: una magnitud dada de capital extranjero entra al proceso de circulacin de la economa dependiente, para promover un proceso de produccin. Para ello, contrata fuerza de trabajo y compra maquinaria, terreno, materias primas. Sin embargo, parte de ese capital que entr para invertirse, sale inmediatamente al intercambiarse por medios de produccin adquiridos en el exterior, particularmente equipo y maquinaria; esto puede incluso dar lugar a que la operacin de ingreso y salida se obvie y que lo que sucedi particularmente en la dcada de 1950, pero sigue teniendo vigencia se considere inversin extranjera a los equipos y maquinarias puestos en el pas dependiente directamente, sin la intermediacin de la fase que corresponde a la circulacin de capital dinero.

    La adquisicin de medios de produccin en el mercado mundial no es, de por s, una caracterstica de la eco-noma dependiente. Ningn pas capitalista, ninguna economa en general vive hoy aislada. Lo que caracteriza a la economa dependiente es la forma aguda que adquiere esa caracterstica y el hecho de que ella responde a la estructura misma de su proceso histrico de acumulacin de capital. En efecto, en los pases capitalistas avanzados, la tendencia general del proceso de industrializacin fue la de producir primero bienes de consumo para desarrollar despus la produccin de bienes de capital. En Inglaterra, donde esto es particularmente no-torio, no son los bienes de capital sino los bienes de consumo como los productos textiles los que impul-san el desarrollo de su industria. Sin embargo, la expansin de la industria productora de bienes de consumo obliga a desarrollar la produccin de bienes de capital para esa industria, dando lugar a una industrializacin que podemos llamar orgnica.

    La situacin en los pases dependientes es distinta. Tratndose de una industrializacin tarda, que se rea-liza ya en este siglo sobre la base de un amplio desarrollo de la industria en los pases centrales o avanzados, los pases dependientes van a prolongar la fase que corresponde a la produccin de bienes de consumo ms all de lo que fue normal en la industrializacin orgnica de los pases centrales. Lo han podido hacer por el hecho de contar con una oferta externa de medios de produccin, en particular equipo y maquinaria, que les permite no slo avanzar sin base propia en la produccin de bienes de consumo habitual, ordinario, sino des-doblarla en produccin de bienes de consumo suntuario (donde los pr