Cristo Su Persona y Su Obra - J. Oliver Buswell

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C RISTO ,SU PERSONA Y SU OBRAPor J. Oliver Buswell, Jr.

CRISTO,SU PERSONA Y SU OBRAPor J. Oliver Buswell, Jr.

CONTIENE UN ESTUDIO PROGRAMADO POR LA

FACULTAD LATINOAMERICANA DE ESTUDIOS TEOLGICOS

Publicado por LOGOI, Inc. y Editorial Unilit 2003 LOGOI, Inc., 4ta. edicin revisada 2002 LOGOI, Inc., 3ra. edicin revisada 2000 LOGOI, Inc., 2da. edicin revisada 1983 LOGOI, Inc. 14540 S.W. 136 Street, suite 200 Miami, FL 33186 1962 Zondervan Publishing House, Grand Rapids, Michigan, EE.UU. Ttulo del original en ingls: A Systematic Theology of the Cristian Religion Gua de estudio preparada por Richard Ramsay Portada: Meredith Bozek Todos los derechos reservados. Prohibida la reproduccin parcial o total de esta obra, por cualquier medio visual, oral o electrnico, sin la debida autorizacin de los editores. Producto 491072 ISBN 0-7899-0849-2 Impreso en Colombia Printed in Colombia

ContenidoPREFACIO ............................................................................. 7 1. LA PERSONA DE CRISTO: SU DIVINIDAD Y SU HUMANIDAD ............................................................ 9 2. LA PERSONA DE CRISTO: SU DIVINIDAD Y SU HUMANIDAD .......................................................... 39 3. LA PERSONA DE CRISTO: SU DIVINIDAD Y SU HUMANIDAD .......................................................... 59 4. LA DOCTRINA DE LA EXPIACIN ..................................... 91 5. LA DOCTRINA DE LA EXPIACIN ................................... 133 6. LA APLICACIN DE LA EXPIACIN ................................. 171 7. LA APLICACIN DE LA EXPIACIN ................................. 203 8. LA APLICACIN DE LA EXPIACIN ................................. 235 GUA DE ESTUDIO ............................................................... 271

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PREFACIOEl intento de presentar el vasto tema del plan de salvacin que Dios ofrece gratuitamente al mundo a travs de Cristo me llena de un gran sentimiento de insuficiencia. Se trata de las cosas ms profundas que conocemos. Lo ms alto, lo ms santo y lo ms esencial tocante a nuestra salvacin. Es mi ms ferviente oracin que esta obra pueda ser de ayuda a pastores, misioneros y laicos en posiciones de liderazgo, en su dedicacin a la proclamacin del evangelio por todo el mundo y en obediencia a la Gran Comisin de nuestro Seor. En esta obra se emplean preferentemente las citas bblicas de la versin Reina Valera 1960. Se insta al lector, sin embargo, a verificar las que crea conveniente buscndolas en el texto original. En este libro se destacan los asuntos siguientes: (1) Detalles del estudio de la persona y la naturaleza de Cristo en su encarnacin, esto es, en su trnsito terrenal. (2) Presentacin de la expiacin sustitutiva, con nfasis en el hecho de que Cristo no es una tercera parte sino que, como Mediador, Dios y Hombre a la vez, es aquel contra el cual se ha dirigido todo pecado humano.

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Captulo 1La persona de Cristo: su divinidad y su humanidadEl nico Redentor de los elegidos de Dios es el Seor Jesucristo, quien siendo el Hijo Eterno de Dios se hizo hombre; y as era, y permanece para siempre, Dios y hombre en dos naturalezas distintas y una sola persona.1 Esta es la respuesta a la pregunta nmero 21 del Catecismo Menor: Quin es el Redentor de los elegidos de Dios? Esto es esencial al sistema doctrinal cristiano: Que Jesucristo, la persona histrica que vivi en Palestina a principios de nuestra era, no es otro que el Eterno Hijo de Dios, igual y consubstancial con Dios el Padre y Dios el Espritu Santo. Su personalidad inmaterial, ego o esencia personal, es eterna, sin principio ni fin. Es tan verdaderamente Dios como el Padre es Dios y el Espritu Santo es Dios. Y en la encarnacin lleg a ser tan verdaderamente hombre como lo somos nosotros los hombres. I. RESUMEN DE LA DOCTRINA DE LA DEIDAD DE CRISTO

Jess es Dios2Cuando Toms, el discpulo incrdulo, vio al Seor resucitado, exclam: Seor mo y Dios mo! (Juan 20.28). La expresin griega para Dios, en este texto, es literalmente jo Theos que significa El Dios. No se puede dudar de que los primeros discpulos consideraban a Jess como Dios en el sentido absoluto de la palabra, sin limitacin ni subordinacin alguna.1

Ezequiel Lango Umalla, ed., Catecismo Menor, Publicaciones El Faro, Mxico, 1984, p. 53. 2 Esta seccin acerca de la divinidad de Jess apareci originalmente en el primer tomo de la Teologa Sistemtica del Dr. Buswell, Dios y Su Revelacin, Logoi, 1969, pp. 85-94.

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Pablo describe a los santos como aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestacin gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo (Tito 2.13). En este texto, el nombre Dios se aplica a Jess por varias razones. Primero, en la versin griega hay un artculo que indica que los dos sustantivos que lo acompaan son designaciones de una sola persona. El pasaje de Tito 2.13, transliterado al castellano, dice as: aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestacin gloriosa de el gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo. Adems, en todo el Nuevo Testamento est claro que es de Cristo la manifestacin gloriosa que se espera. Cristo Jess es nuestro gran Dios y Salvador. Pedro, en una forma de expresin similar, se refiere a los que han obtenido la fe por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo. Y contina: Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Seor Jesucristo (2 Pedro 1.1,2). Pablo, por otra parte, se refiri a Cristo con las palabras el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos (Romanos 9.5). Algunos estudiosos se han esforzado por modificar el sentido de este pasaje con un simple cambio de puntuacin, pero un trato ms honrado y sencillo de la sintaxis de la oracin debiera dejar bien claro que aqu Pablo designa a Jess como Dios en el sentido supremo. En otro lugar Pablo se refiere a la gracia de nuestro Dios y del Seor Jesucristo (2 Tesalonicenses 1.12), aunque hay que observar que la versin griega dice literalmente as: la gracia del Dios nuestro y Seor Jess Cristo. En 2 Corintios 5.10, el mismo apstol nos ensea que es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo. Idntico pensamiento expresa en Romanos 14.10, en las palabras del texto crtico: porque todos compareceremos ante el tribunal de Dios. Parece evidente que Pablo estaba pensando en las palabras que Cristo pronunciara, segn Juan 5.22, en cuanto a que el Padre le haba dado todo el juicio; de manera que los

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nombres Cristo y Dios son intercambiables en la mente del apstol.

A. JESS ES JEHOVNo solamente se le llama Dios a Jess en el Nuevo Testamento, sino que tambin se le dice Seor en citas del Antiguo Testamento en las cuales la palabra que se emplea es Jehov. En la profeca de Zacaras, por ejemplo, se afirma de Juan el Bautista: Y t, nio, profeta del Altsimo sers llamado; porque irs delante de la presencia del Seor, para preparar sus caminos (Lucas 1.76). Es obvio que Lucas entendi esta profeca como una referencia a Juan cual precursor de Jess. Zacaras, sin embargo, estaba refirindose a la profeca de Malaquas 3.1, donde la palabra es Jehov y no Seor. He aqu, yo envo mi mensajero, el cual preparar el camino delante de m ... ha dicho Jehov de los ejrcitos. De modo que el Seor, cuyos caminos Juan iba a preparar, es nada menos que Jehov mismo. Pablo da mucho nfasis a la profeca de Joel: Todo aquel que invocare el nombre del Seor, ser salvo (Romanos 10.13). Es claro que el apstol llama a Cristo el Seor debido a su contexto en ese momento, pero en Joel 2.32 dice: Y todo aquel que invocare el nombre de Jehov ser salvo. Adems, en la referencia al juicio de los santos en Romanos 14.11, Pablo antepone la frase Vivo yo, dice el Seor a la cita de Isaas 45.23, que indica: A m se doblar toda rodilla, y toda lengua confesar a Dios. Que Jehov es el que habla en las palabras de Isaas es claro, como lo muestran los versculos 24 y 25. Estos pasajes indican que Cristo, Dios y Jehov son uno mismo.

B. CRISTO EL HIJO DE DIOSA Cristo se le llama Hijo de Dios muchas veces en el Nuevo Testamento. Creo que el pasaje clave aqu es Juan 5.18: Por esto los judos aun ms procuraban matarle, porque ...

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deca que Dios era su propio Padre, hacindose igual a Dios. En la cultura juda la frase hijo de no implicaba subordinacin alguna, sino ms bien igualdad e identidad de naturaleza. As, Bar Kokba, el que dirigiera la rebelin juda de 132-135 d.C. en el reinado de Adriano, se llamaba por un nombre que significaba hijo de la estrella. Se supone que tom este nombre para identificarse con la misma estrella predicha en Nmeros 24.17. El nombre Hijo de Consolacin (Hechos 4.36) sin duda significa el Consolador. Hijos del Trueno (Marcos 3.17) probablemente quera decir Hombres tronadores. Hijo del Hombre, especialmente como se aplica a Cristo en Daniel 7.13 y constantemente en el Nuevo Testamento, significa en esencia el hombre que representa. As, cuando Cristo dijo Hijo de Dios soy (Juan 10.36), sus contemporneos entendieron que se identificaba a s mismo como Dios, e igual con el Padre, sin reserva alguna.

C. LAS PROCLAMACIONES DEL CIELOLas ocasiones en que la divina filiacin de Cristo fue declarada desde el cielo, segn las crnicas evanglicas, son de gran significacin. (1) En su bautismo. Y luego, cuando suba del agua, vio abrirse los cielos, y al Espritu como paloma que descenda sobre l. Y vino una voz de los cielos que deca: T eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia (Marcos 1.10 cf. Mateo 3.16,17; Lucas 3.21,22; Juan 1.32-34). (2) En su transfiguracin. He aqu una voz desde la nube, que deca: Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia; a l od (Mateo 17.5 cf. Marcos 9.7; Lucas 9.35; 2 Pedro 1.17). (3) En su ministerio pblico, poco antes de su crucifixin, Jess dijo: Ahora est turbada mi alma; y qu dir? Padre, slvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora. Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificar otra vez (Juan

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12.27,28). En este texto no se emplea el trmino Hijo, pero la relacin filial se implica claramente en las palabras que Jess le dirigi al Padre.

D. IGUALDAD ESENCIAL, SUBORDINACIN ECONMICAEn las palabras que tenemos de Jess, la divina filiacin indica una relacin de absoluta igualdad esencial. Cuando tratemos de la persona y obra de Cristo, mostraremos que todas las referencias a la subordinacin del Hijo al Padre son de tipo funcional en la economa del programa redentor divino. Es muy importante que distingamos entre subordinacin econmica o funcional e igualdad esencial. Cuando Jess afirm: El Padre mayor es que yo (Juan 14.28) y No puedo yo hacer nada por m mismo (Juan 5.30), tenemos que entender estas declaraciones como referidas a su subordinacin econmica en los das de su carne. Pero, cuando dijo: Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envi (Juan 5.22,23); y Yo y el Padre uno somos (Juan 10.30); debe quedar claro que en estos pasajes se observa una relacin de igualdad esencial. Este principio se recalca adems en 1 Juan 2.22,23: Quin es el mentiroso, sino el que niega que Jess es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene tambin al Padre.

E. EL SIGNIFICADO DE ENGENDRADOEn cuanto a la concepcin de Cristo, tema debatido por siglos, nos preguntamos: En qu sentido fue engendrado Cristo? (1) Su nacimiento virginal. Es claro por el historial del nacimiento virginal que Cristo, el eterno Hijo de Dios, se hizo hombre debido al milagro de que fue engendrado por el Esp-

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ritu Santo. Creo que una traduccin correcta de Lucas 1.35 sera: El Espritu Santo vendr a ti, y el poder del Altsimo te cubrir con su sombra; por tanto, lo que es nacido ser llamado [l es] Hijo de Dios. En Mateo 1.18 se afirma que Cristo fue engendrado por el Espritu Santo. La enseanza de la Escritura se resume en el Credo Apostlico mediante la frase: concebido del Espritu Santo, naci de la virgen Mara. El nacimiento virginal de Cristo fue un milagro obrado por la Tercera Persona de la Trinidad, por el cual la Segunda Persona, el eterno Hijo de Dios, tom para s mismo una naturaleza humana, de tal manera que se hizo hombre. En este sentido Cristo fue engendrado en el curso de la historia humana en un tiempo y lugar determinados, aunque este hecho no fue el origen de su Ser. La preexistencia de Cristo se presume constantemente en toda la Biblia. (2) A Cristo se le llama el primognito (o el primero) de los muertos en Colosenses 1.18 y Apocalipsis 1.5. Esta figura deja ver que Cristo es el primero que resucit de entre los muertos en forma o cuerpo inmortal. Otras personas resucitadas de la muerte, como Lzaro, fueron resucitados a una vida fsica normal, es decir, tuvieron que morir otra vez. Cristo es el primero en levantarse al otro lado de la muerte, para no morir ms. (3) En el Salmo 2.7 tenemos Yo publicar el decreto; Jehov me ha dicho: Mi Hijo eres t; Yo te engendr hoy. Que estas palabras estn en forma de revelacin y declaracin, y que no se refieren a engendrar literalmente en el sentido de iniciar la existencia de la persona, es evidente por varias razones. (a) El elemento mesinico en el segundo salmo aparece en el cuadro de la coronacin de un rey. (b) El rey es una persona que existe antes de que se haga la revelacin declaratoria Mi hijo eres t. (c) Es una persona a quien Dios pondr sobre el santo monte de Sin (v. 6). Por estas y otras razones, tenemos que entender las palabras Yo te engendr hoy, no en un sentido literal: Yo he causado que existas

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hoy; sino en el metafrico: Hoy, en este da, he declarado y revelado que t eres mi hijo. Con esta interpretacin concuerdan las diversas citas que del Salmo 2.7 se hacen en el Nuevo Testamento (Hechos 13.32,33; Hebreos 1.5; 5.4-6). Al predicar en la sinagoga de Antioqua de Pisidia, Pablo seal: Y nosotros tambin os anunciamos el evangelio de aquella promesa hecha a nuestros padres, la cual Dios ha cumplido a los hijos de ellos, a nosotros, resucitando a Jess; como est escrito tambin en el salmo segundo: Mi hijo eres t, yo te he engendrado hoy (Hechos 13.32,33). Aun Thayer, un unitario, en su Lxico del Nuevo Testamento, bajo el vocablo gennao indica: ... para mostrarlo [a Cristo] formalmente como el Mesas, a saber, por la resurreccin (Hechos 13.33). Es evidente, entonces, que Pablo consider la resurreccin de Jess como una parte definida del sentido de la declaracin en el Salmo 2.7. Pablo expresa igual idea en forma diferente en Romanos 1.3,4: Acerca de su Hijo, que era descendiente de David segn la carne, y que fue designado como el Hijo de Dios con poder, segn el Espritu Santo, por la resurreccin de las personas muertas, Jesucristo nuestro Seor. Aqu es muy evidente el pensamiento de que la resurreccin es declaratoria de la eterna filiacin de Cristo. En cuanto a la forma plural de la palabra nekron, personas muertas, no se sabe si Pablo quiere que relacionemos la resurreccin de Cristo con la de otros a la vez, como se narra en el pasaje algo oscuro de Mateo 27.52,54, o si debemos entender el plural en el sentido genrico y no literal. La ltima interpretacin parecera indicada por el uso de la palabra (nekron) en Hechos 17.31,32: por cuanto ha establecido un da en el cual juzgar al mundo con justicia, por aquel varn a quien design, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos. Pero cuando oyeron lo de la resurreccin de los muertos, unos se burlaban, y otros decan: Ya te oiremos acerca de esto otra vez.

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En este punto, Alford afirma: Tal vez aqu, cuando oyeron de la resurreccin de los muertos,3 a saber la de Cristo, nekron era un trmino genrico. Pero las mismas palabras aparecen en ... [1 Corintios 15.12: Cmo dicen algunos entre vosotros que no hay resurreccin de muertos?]. As que preferira tomarlas aqu como inferencia de la posibilidad general de la resurreccin de los muertos como una doctrina de Pablo, en el caso especfico que menciono. Me inclino a pensar, sin embargo, que las palabras de los muertos, en Hechos 17.32, no son genricas; y que no quieren decir que los oyentes meramente infirieron la resurreccin de los muertos de la mencin de un caso por Pablo, sino ms bien que tomaron la referencia del apstol al juicio futuro, aparte de su mencin de la resurreccin de Cristo, como implicando la resurreccin para juicio. Si este es el caso en Hechos 17.31,32, tenemos que recurrir al plural de Romanos 1.4 como un caso especfico. Alford piensa que el significado es: la resurreccin de los muertos, considerada como un hecho realizado en la de Cristo.4 Por supuesto que esto es posible, pero me inclino a creer que en Romanos 1.3,4 Pablo, usando el plural, pensaba en la resurreccin de los santos mencionada en Mateo 27.52. Cualquiera que sea el significado del plural en Romanos 1.3,4, sin embargo, es indiscutible que Pablo consider la resurreccin de Cristo como demostrativa y declarativa de su filiacin eterna y divina, en el sentido del Salmo 2.7 interpretado por el apstol en Hechos 13.31,32. El autor de la Epstola a los Hebreos, por otro lado, cita dos veces el Salmo 2.7 como declaracin de la exaltada filiacin eterna de Cristo, sin vincular dicha exaltacin a un evento particular. En el captulo 1 leemos: A cul de los ngeles dijo Dios jams: Mi hijo eres t, yo te he engendrado hoy?

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Alford, The Greek New Testament, Tomo II, p. 199. Op. Cit., p. 313

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(v. 5). Ms tarde, al hablar del sumo sacerdocio, dice: Y nadie toma para s esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarn. As tampoco Cristo se glorific a s mismo hacindose sumo sacerdote, sino el que le dijo: T eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy. Como tambin dice en otro lugar: T eres sacerdote para siempre, segn el orden de Melquisedec (Hebreos 5.4-6). As justificamos que el engendramiento del Hijo, al que se refiere el Salmo 2.7, como lo interpreta el Nuevo Testamento, no es una generacin literal de su Ser en ningn sentido de la palabra, sino una referencia a la revelacin declaratoria de Dios de la eterna filiacin divina, en particular de la resurreccin de Cristo de entre los muertos. (4) La palabra primognito, prototokos, se aplica varias veces a Cristo en el Nuevo Testamento. En Lucas 2.7 se refiere a su nacimiento virginal, y en Colosenses 1.18 y Apocalipsis 1.5 se le llama primognito de los muertos. Estos casos son perfectamente claros. En Romanos 8.29 leemos: Porque a los que antes conoci, tambin los predestin para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que l sea el primognito entre muchos hermanos. Tambin en Hebreos 1.6 observamos: Y otra vez, cuando introduce al Primognito en el mundo, dice: Adrenle todos los ngeles de Dios. En estos dos casos el sentido de la palabra primognito es claramente el que tiene la preeminencia, el que tiene todos los derechos y privilegios del primognito. De acuerdo a la costumbre juda, el primognito ocupaba el lugar sobresaliente de prominencia. Tal interpretacin satisface completamente el sentido de la palabra en Romanos 9.29 y Hebreos 1.6. No hay en estos dos pasajes ningn pensamiento ni sugerencia de que Cristo jams haya sido engendrado o nacido en sentido literal. No hay ni la ms mnima sugerencia de que su Ser personal haya tenido un principio. Sencillamente l es el que tiene el lugar de preeminencia, los derechos del primognito, en el eterno programa de Dios.

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Otro caso en que este mismo sentido se considera probable ocurre en Colosenses 1.15, donde se dice de Cristo que es prototokos de toda creacin. La mayora de los estudiosos de la Biblia considerara que la palabra significa que l es el primognito en el mismo sentido de Romanos 8.29 y Hebreos 1.6. Sin embargo, como se observa en la nota marginal de Nestle, Erasmo marc la palabra con un acento en la penltima slaba ms bien que en la antepenltima. El estudiante de griego sabe, por supuesto, que el asunto del lugar del acento es una cosa de opinin editorial, no del texto original. Cuando esta palabra se acenta en la antepenltima slaba cobra un sentido pasivo, primognito, pero cuando se acenta en la penltima, adquiere sentido activo, el que engendra o produce. En este caso debemos traducirlo as: l es el original que engendra o produce cada cosa creada. Este sera el mismo pensamiento que se encuentra en Juan 1.3 y Hebreos 1.2, donde se declara que Cristo es el Creador. Se hace objecin a esta interpretacin de Colosenses 1.15 sobre la base de que la palabra tiene un uso colateral en el aspecto de una madre que da a luz un nio, es decir, de su propio cuerpo. Se dice que no se puede pensar en la creacin bajo tal idea, porque esto sugiere pantesmo. Noto la fuerza de la objecin, no obstante, me parece que esta tiene contestacin. Creacin se describe en Hebreos 11.3 mediante la expresin haber sido constituidas las edades [griego] por la palabra de Dios. No creo que sea una metfora demasiado extraa pensar en Cristo como el original que produjo (o engendr) la creacin, o que esa figura gramatical necesariamente suscita la idea de pantesmo. Estas palabras en Colosenses 1.15 se siguen por la clusula explicativa del versculo 16. Porque en l fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de l y para l.

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Sugiero, entonces, que prototokos, en Colosenses 1.15, significa: el que originalmente produjo (o engendr). Si esta sugerencia no es correcta, la alternativa es el que tiene los derechos del primognito, y nuestra tesis de que primognito no tiene referencia al origen o fuente de su existencia se mantiene.

F. EL SIGNIFICADO DE UNIGNITOAhora debemos considerar una palabra muy especial, unignito, monogenes, aplicada a nuestro Seor Jesucristo. Se refiere a l como aquel cuya gloria es como del unignito del Padre, lleno de gracia y de verdad (Juan 1.14). En la versin comn de Juan 1.18 se le llama monogenes Hijo, pero en el texto crtico de este pasaje se le llama monogenes Dios. El versculo ms famoso de todos, Juan 3.16, contiene las muy conocidas palabras: su hijo unignito (monogenes), y la frase se repite en el versculo 18 del mismo captulo en un contexto igual. Juan usa esta expresin otra vez: En esto se mostr el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envi a su Hijo unignito [monogenes] al mundo, para que vivamos por l (1 Juan 4.9). Parece que los padres de la iglesia del siglo IV, en el ardor de la controversia arriana, entendieron esta palabra como conectada de alguna manera con la raz del verbo gennao, que significa producir o engendrar, de all nuestra palabra unignito, proviene del uso del siglo IV. Cuando los padres ortodoxos de la iglesia fueron desafiados por los arrianos que afirmaban que Cristo era un ser creado e indicaban la palabra monogenes como evidencia, los ortodoxos no tenan argumentos para probar que la palabra no tiene nada que ver con engendrar, pero saban que, a la luz de otras Escrituras, Cristo no fue creado: Nunca hubo un tiempo en que l no era. Por eso aceptaron la palabra engendrado, pero agregaron los vocablos no creado.

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La idea de que el Hijo fue engendrado por el Padre en la eternidad pasada, no como un acontecimiento sino como una relacin inexplicable, ha sido aceptada y enseada en la teologa cristiana desde el siglo IV. Carlos Hodge, el ms grande de los telogos sistemticos, en su discusin de la doctrina histrica de la generacin eterna del Hijo la da por sentada. l dice: El Hijo es engendrado del Padre; se declara que es el unignito Hijo de Dios. La relacin entonces de la Segunda Persona con la Primera es de filiacin. Pero qu significa el trmino, ni la Biblia ni los credos antiguos lo explican.5 Cuidadosos estudios lexicogrficos prueban sin lugar a dudas que la palabra monogenes no se deriva de la raz gennao, engendrar, sino de genos, gnero o clase. El trmino, entonces, significa en una clase aparte o nica, el nico de su gnero. Examinados los casos en que se aplican a Cristo las palabras engendrado o nacido, o los trminos relacionados con estas, podemos decir con confianza que la Biblia no dice nada acerca de engendrar como relacin eterna entre el Padre y el Hijo.

G. IGUALES EN SUSTANCIANuestra declaracin confesional de que las tres Personas son la misma sustancia, iguales en poder y gloria se basa en frases bblicas tales como aquella de Hebreos 1.3, character tes jupostaseos, la imagen misma de su sustancia. Se dice que el Seor Jesucristo es la expresin exacta de la sustancia de Dios. Pero qu es sustancia? Para contestar esta pregunta no es necesario entrar en ideas filosficas; por ejemplo, las palabras que expresan la idea de sustancia se encuentran en la metafsica de Aristteles. De una manera sencilla podemos decir con exactitud que sustancia es cualquier cosa que sea necesaria para que constituya o identifique eso de lo que estamos hablando.5

Systematic Theology, Tomo I, p. 468.

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La sustancia de Dios es lo que lo identifica como Dios. As se declara que nuestro Seor Jesucristo es la expresin exacta de la Deidad. En l habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad [theotes] (Colosenses 2.9). II. EL MODO DE LA ENCARNACIN A algunos les parece una barrera insuperable a la fe razonable que el eterno Hijo de Dios llegara a ser hombre, literal e histricamente, sin dejar de ser Dios. Los unitarios y arrianos, junto con los sabelianos y otros, han declarado que la encarnacin de la Deidad perfecta es imposible y han tratado de justificar los datos autnticos del evangelio en cuanto al Jess histrico en otros trminos diferentes a los de la Trinidad bblica. Los msticos, irracionalistas, existencialistas (seguidores de Soren Kierkegaard), por otro lado, al declarar que la doctrina de la encarnacin se contradice, ensean que es necesario que uno niegue la razn, en el sentido de rechazar la ley de los contrarios y dar lo que llaman el salto de la fe. Sostienen que aun cuando la encarnacin es una contradiccin, sin embargo, es la verdad. El cristianismo histrico contrariamente, aunque reconoce la encarnacin como un misterio, no la considera de ninguna manera una doctrina que implique contradiccin. En verdad, los relatos bblicos nunca presentan la encarnacin como siquiera aparentemente contradictoria ni paradjica.

A. JUAN 10.30-39El problema de la encarnacin se presenta grficamente en la discusin de Cristo con sus adversarios judos en el captulo 10 de Juan. Jess acababa de referirse a sus ovejas y a su seguridad en los decretos redentores de Dios (vv. 27-29), concluyendo con estas palabras: Yo y el Padre uno somos (v. 30). Esto precipit una reaccin violenta de parte de sus

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adversarios. Entonces los judos volvieron a tomar piedras para apedrearle (v. 31). Ante esta amenaza Jess contest: Muchas buenas obras os he mostrado por parte de mi Padre; por cul de estas obras queris apedrearme? (v. 32). Ellos respondieron: Por obra buena no te apedreamos, sino por blasfemia; y porque t, siendo hombre, te haces Dios (v. 33). Esta situacin expone en forma dramtica el problema de la encarnacin. Aqu est Jess, obviamente un hombre. Habla, respira, camina, exhibe todas las caractersticas comunes de la humanidad. Sin embargo afirma: Yo y el Padre uno somos. Y antes declar: que Dios era su propio Padre, hacindose igual a Dios (Juan 5.18). Aun antes haba dicho que todos honren al Hijo como honran al Padre. Y hasta aadi: El que no honra al Hijo no honra al Padre que le envi (Juan 5.23). En la mente de sus adversarios, el que alguien que era evidentemente un hombre pretendiese ser igual a Dios, igual con Dios el Padre, no poda ser verdadero; y por tanto, tal declaracin era una blasfemia consumada. La respuesta de Jess en esta ocasin es del ms grande significado: No est escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? [Salmos 82.6]. Si llam dioses a aquellos a quienes vino la Palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada), al que el Padre santific y envi al mundo, vosotros decs: T blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy? (Juan 10.34-36). La esencia de la respuesta de Jess, dada hasta este punto, es sencillamente que el hecho de que Dios llegase a ser hombre no es una paradoja ni una contradiccin. Que el hombre es hecho a la imagen de Dios se indica en este pasaje en la referencia de Cristo a que la Palabra de Dios vino (egeneto), a los hombres a quienes l se refiri. La implicacin es que la simple habilidad del hombre de comprender la Palabra de Dios es evidencia de que hay una correspondencia natural entre el hombre y Dios. El hecho de que hay en todos los hombres este elemento relacional con

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Dios, aun en los perversos que menciona el Salmo 82, debe ser evidencia suficiente para mostrar que la encarnacin no es contradictoria. No estamos diciendo que un cuadrado llegara a ser un crculo, ni que ningn ser adopt una naturaleza contradictoria a la suya propia, sino que el Hijo de Dios asumi un complejo de atributos de su propia imagen compatibles con su propio complejo de atributos divinos. De modo que la declaracin: Yo y el Padre uno somos, no es necesariamente blasfemia. Poda ser cierto! La afirmacin de Jess no indica que tuviera una relacin con Dios como la que todos los hombres tienen, es decir, en cuanto a ser creados a la imagen de Dios; por eso es creble que sea verdad cuando declara que l, estando delante de ellos, es Aquel que el Padre santific y envi al mundo. El argumento contina con una apelacin a la evidencia: Si no hago las obras de mi Padre no me creis. Mas si las hago, aunque no me creis a m, creed a las obras, para que conozcis y creis que el Padre est en m, y yo en el Padre (vv. 37,38). El hecho de que los enemigos de Jess no reconocieran la lgica de su respuesta sino que procuraron otra vez prenderle, pero l se escap de sus manos (v. 39) no es desde luego evidencia contra la racionalidad de la doctrina. El pecado contra Dios, y no la racionalidad genuina, es lo que constituye el rechazo a las afirmaciones de Jess.

B. FILIPENSES 2.1-11La racionalidad de la encarnacin se presenta hermosa y sinceramente en el curso de la carta de Pablo a su querida iglesia de Filipos. El apstol alega: (1) que la encarnacin es una muestra de la gracia y el amor de Cristo; (2) que fue emprendida desde el punto de partida superlativo de la deidad eterna; (3) que involucraba la ms tremenda humillacin; y (4) que la encarnacin era el fundamento del nombre exaltado del Seor Jesucristo.

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1. La manifestacin del amor (vv. 1-5) Parece particularmente apropiado que esta profunda exposicin de la encarnacin surgiera de una sencilla exhortacin pastoral. Sin embargo, como se ha dicho muchas veces: la verdad conduce a la santidad. La doctrina de la encarnacin no es una consecuencia de fra especulacin filosfica, sino que se revela como una inferencia necesaria del amor misericordioso de Dios en Cristo. Pablo ruega: Si hay alguna consolacin en Cristo, si algn consuelo de amor, si alguna comunin del Espritu, si algn afecto entraable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unnimes sintiendo una misma cosa. Nada hagis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los dems como superiores a l mismo, no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual tambin por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo tambin en Cristo Jess (Filipenses 2.1-5). Lo principal que se ha de contemplar y vigilar en esta serie de mandamientos y admoniciones es el amor misericordioso de Cristo manifestado en su encarnacin. En el versculo 2 del pasaje de Filipenses ledo, el mandamiento: teniendo el mismo amor, se refiere al amor manifestado en Cristo. La palabra traducida unnimes no es una exhortacin a estar de acuerdo el uno con el otro, sino a ser de una sola mente con Cristo, y a meditar sobre este gran hecho de su amor. Los versculos 3 y 4 en verdad mandan que nos amemos unos a otros, pero esto se ordena como aplicacin y resultado de contemplar el gran tema, el amor de Cristo manifestado en su encarnacin. 2. Divinidad preexistente (v. 6) El cual, siendo en forma de Dios, no estim el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse. Como el Dr. Wallis apunta, el participio huparchon, en griego: existir, ser; no indica meramente existir siendo en forma de Dios, sino ms bien seguir subsistiendo en forma de Dios. Jess no renunci ni

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en ninguna manera abandon su divinidad en la encarnacin. En todo el transcurso de su vida terrenal, conserv total y completamente la naturaleza divina, el complejo de atributos esenciales a l como Segunda Persona de la Eterna Trinidad. a. La naturaleza divina La siguiente definicin de Dios, tomada del Catecismo Menor de Westminster respuesta a la pregunta nmero 4 revela los atributos divinos: Dios es un Espritu infinito, eterno e inmutable en su ser, sabidura, poder, santidad, bondad, justicia y verdad.6 El significado del participio huparchon aqu, indica que Jesucristo en su encarnacin conserv todos esos atributos. b. Su preexistencia, otros pasajes La preexistencia de Cristo como Segunda Persona de la Trinidad se ensea explcitamente en numerosos pasajes de la Escritura. Cristo se presenta en varias teofanas en el Antiguo Testamento. Su preexistencia se destaca en los primeros versculos del Evangelio de Juan. En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por l fueron hechas, y sin l nada de lo que ha sido hecho, fue hecho (Juan 1.1-3). Pablo aclara igualmente la preexistencia del Hijo de Dios en su Epstola a los Colosenses: l es la imagen del Dios invisible, el primognito de toda la creacin. Porque en l fueron creadas todas las cosas ... todo fue creado por medio de l y para l. Y l es antes de todas las cosas, y todas las cosas en l subsisten (Colosenses 1.15-17). La presentacin de Cristo como el Alfa y la Omega, principio y fin en Apocalipsis (1.8,11; 21.6; 22.13) se basa en el hecho de su preexistencia. Entre otros pasajes bblicos que ensean la preexistencia de Cristo, ya sea explcita o implcitamente, debemos dar atencin especial a sus propias palabras, como las expresa en el Evangelio de Juan: Padre, glorifcame t al lado tuyo, con6

Ibid., p. 21.

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aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese (Juan 17.5). Adems, constantemente se refera a s mismo como salido del Padre y hablaba a la multitud de su ascensin adonde estaba primero (Juan 6.62). Su preexistencia se declara ms fuertemente en el argumento de Juan 8.56-58, cuando Jess dijo: Abraham vuestro padre se goz de que haba de ver mi da: y lo vio, y se goz. Entonces le dijeron los judos: An no tienes cincuenta aos, y has visto a Abraham? Jess les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. c. Warfield y Filipenses 2.6 En su comentario sobre este pasaje, el reconocido profesor de la Universidad de Princeton, Benjamin Warfield, afirma: Que la representacin [en griego] de Cristo Jess como en morphe [en forma] theou [de Dios] huparchon [siendo] que es exactamente lo mismo que llamarlo Dios, se evidencia no solo por la insinuacin que se da de inmediato que el que est en forma de Dios es igual a Dios, sino adems por la connotacin de la misma fraseologa. Es innegable que en el modo de hablar filosfico-popular aqu usado, forma significa aquel cuerpo de cualidades o caractersticas que hace que cualquiera cosa sea esa y no otra, en una palabra, su carcter especfico. Warfield aade la nota siguiente: Con referencia a J.B. Lightfoot, morphe no implica los accidentes externos sino los atributos esenciales; y debe aplicarse a los atributos de la Deidad. En otras palabras, se usa en un sentido sustancialmente igual al que lo caracteriza en la filosofa griega ... este sentido de morphe es el carcter especfico.7 De modo que cuando el apstol Pablo habla del Cristo eterno como permaneciendo en forma de Dios, las palabras significan especficamente que Cristo conserv7

Christology and Criticism, Oxford Press, p. 271, tambin reimpreso bajo el nombre The Person and Work of Christ, Presbyterian and Reformed Publishing Co., p. 223.

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todos los atributos esenciales de la divinidad cuando tom para s todos los de la humanidad. 3. La autohumillacin (vv. 6b-8) El acto de Cristo al someterse a la humillacin de su encarnacin queda indicado en las palabras siguientes: No estim el ser igual a Dios como botn que deba retener, sino que se despoj a s mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condicin de hombre se humill a s mismo, hacindose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz (traduccin del autor). a. Botn La enseanza clara de que Jess exista y segua existiendo en forma de Dios, o en otras palabras, que tena y segua teniendo todos los atributos esenciales de Dios, muestra que la declaracin de que no consider su igualdad con Dios como botn que deba retener constituye el sentido correcto del versculo 6b. l ya tena esa igualdad. Ser igual a Dios es una frase que designa la consecuencia de su existencia en forma de Dios. Esa frase habla de la expresin exterior, schema, en griego: apariencia externa, forma de sus atributos esenciales. La schema, condicin, de su subsistencia anterior a la encarnacin, era de igualdad con el Padre y el Espritu. Fue esta schema la que Jess no consider como botn al cual aferrarse. Poseyendo tanto la condicin y la forma de Dios, y reteniendo esta ltima, tom para s mismo, adems, la forma de siervo y todos los atributos esenciales correspondientes al siervo, hecho semejante a los hombres. Fue entonces encontrado en condicin, schema, de hombre, por lo que adems se humill a s mismo hasta la muerte de cruz. b. El despojo En qu sentido quiere decir Pablo que Cristo se despoj a s mismo? Ciertamente no es que abandonara alguno de los atributos divinos esenciales. La morphe de Dios no poda ser abandonada sin que l dejara de ser quien era. El verbo ekenosen, en griego: vaciar, destruir, anular, dejar sin efecto;

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se explica por los gerundios que modifican su sujeto: Tomando la forma de un siervo siendo hecho semejante a los hombres, estando en la condicin de hombre. Adems, se explica ekenosen por la frase paralela se humill a s mismo. Jess tom para s no solo la morphe, los atributos esenciales del hombre, sino tambin la schema de la humanidad para poder morir en la cruz (Hebreos 2.14). Si Pablo hubiera pensado que Jess en su despojo haba dejado algunos de los atributos divinos esenciales, nunca podra haber hablado de l en los trminos enaltecedores que usaba constantemente. Vase por ejemplo su declaracin en la Epstola a los Colosenses (2.9): Porque en l habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad. En verdad, el apstol no pensaba que la Segunda Persona de la Trinidad se haba despojado de ciertas caractersticas, al menos no que se desprendiera de algo suyo, sino que lo hizo a costa de s mismo o a sus propias expensas. La idea de Pablo al decir que Cristo se despoj a s mismo es idntica en pensamiento lgico al sentido de la palabra spendomai, en griego: ofrecer, derramar como libacin. Al final de su ministerio, en su ltimo encarcelamiento en Roma, el apstol dijo literalmente: Yo ya estoy para ser sacrificado [derramado como una libacin], y el tiempo de mi partida est cercano (2 Timoteo 4.6). Aqu la palabra en cuanto a s mismo, spendomai estoy derramado, expresa un pensamiento idntico al que tenemos cuando Pablo dice de Cristo, ekenosen: se despoj a s mismo. 4. La exaltacin correspondiente Pablo concluy esta discusin de la encarnacin con una referencia al nombre exaltado de Cristo, el Eterno Hijo de Dios. Por lo cual Dios tambin le exalt hasta lo sumo y le dio un nombre que es sobre todo nombre [Isaas 42.8], para que en el nombre de Jess se doble toda rodilla de los que estn en los cielos y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Seor, para gloria de Dios Padre (vv. 9-l1).

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Debido a nuestra idea humana de recibir recompensa al concluir una tarea, muchos entienden estos versculos como una referencia a la exaltacin de Cristo despus de su encarnacin. Sin embargo, no hay nada en las palabras mismas que indique que esto era lo que Pablo pensaba. Al contrario, creo que Pablo se refiere a la exaltacin del Mesas y al nombramiento que se le da a este como Jehov en la profeca del Antiguo Testamento. l es el Eterno Hijo de Dios, la Segunda Persona de la Trinidad, a quien se presenta visiblemente delante de los hijos de los hombres como su nico Salvador, la Persona Divina con quien tienen que tratar. Un caso claro a lo que Pablo alude, creo yo, se encuentra en Isaas 42.1-8. Estos versculos describen la obra del Mesas en trminos tan claros como el cristal. El versculo 8 se puede traducir: Yo soy Jehov; este es mi nombre y a otro no dar mi gloria, ni mi alabanza a imgenes de escultura. En otras palabras, el Mesas es Jehov. En los versculos anteriores se declara explcitamente que l es el que lleva la gloria de Dios, en quien el Espritu de Dios mora. El que ser una luz para los gentiles. El nombre del Mesas se da explcitamente como Jehov, justicia nuestra (Jeremas 23.6). Es, pues, en la profeca del Antiguo Testamento donde Jess es exaltado y se le da un nombre que es sobre todo nombre. Cuando Pablo dice que toda lengua confiese que Jesucristo es el Seor, la palabra Seor es la que se sola emplear para Jehov en la Septuaginta. As Pablo declara que toda lengua confesar que Jess en verdad lleva el nombre que le fue dado en la profeca del Antiguo Testamento, un nombre que es sobre todo nombre. Es cierto, por supuesto, que nuestro Seor Jesucristo fue exaltado a la diestra del Padre despus de sus sufrimientos aqu en la tierra, pero esta segunda exaltacin no fue en nin-

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gn sentido una promocin. Tal pensamiento contradira radicalmente su eterna deidad. Su exaltacin despus de su sufrimiento fue solamente la reasuncin de su igualdad eterna con Dios, el esquema de las cosas (schema) que subsista antes de la encarnacin. C. HEBREOS 2.9-18 Otro pasaje en que el modo de la encarnacin se declara explcitamente se halla en el captulo 2 de Hebreos. En este caso la exaltacin eterna de Cristo y la promulgacin de esta exaltacin en la profeca mesinica se menciona al principio (vv. 9,10). 1. La exaltacin La sugerencia de que la exaltacin de Cristo, aludida en Filipenses 2.9-11, fue dada en la profeca mesinica anterior a la encarnacin depende de nuestro entendimiento acerca de la profeca veterotestamentaria. En una idea similar, en Hebreos 2.9,10, la frase que explica el propsito introducida por la palabra hopos, para que hace casi obligatorio que entendamos la exaltacin all aludida como anterior a la encarnacin. Sugiero que leamos estos versculos parafraseados as: Vemos a aquel que, por un poco de tiempo, fue hecho menor que los ngeles [cf. Salmos 8.5], coronado de gloria y de honra para el padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. Porque convena a aquel por cuya causa son todas las cosas y por quien todas las cosas subsisten, que al llevar muchos hijos a la gloria, se perfeccionase a s mismo, como el Capitn de la salvacin de ellos, por medio de la afliccin (Hebreos 2.9,10). Si Cristo no fuera eterno Hijo de Dios no podra haberse ofrecido como sacrificio suficiente para todo hombre. [Nota: La declaracin de que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos no debe ser tergiversada. Estas son palabras claras. No hay nada en estas contrario a la doctrina calvinista de la expiacin particular. Es tan esencial al sistema bblico de

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doctrina, como los calvinistas lo entienden, que enseamos que la expiacin de Cristo es suficiente para todos, ofrecida a todos, aplicable a todos, como lo es tambin que enseemos que el objeto de la expiacin es efectuar la salvacin de los elegidos, y que no efecta la salvacin de los que son eternamente perdidos.] Adems, si Dios no hubiese revelado explcitamente que el Mesas que iba a ofrecerse no era otro que Jehov, nuestra justicia, la suficiencia de la expiacin nunca podra haber sido trasmitida inteligentemente al entendimiento de los hombres convencidos de pecado. 2. La autoperfeccin Debera ser bastante claro que en este texto es Cristo y no el Padre que es el sujeto del verbo teleiosai, en griego: completar, perfeccionar, el sujeto del verbo, lo cual se caracteriza exactamente por lo que se declara del Hijo en Hebreos 1.1-4. En qu sentido puede decirse que Cristo se perfeccion a s mismo? Acaso implican estas palabras que hubo un tiempo en que era imperfecto? Indudablemente el autor de la Epstola a los Hebreos consideraba a Cristo como eterno e inmutablemente divino en todos los atributos esenciales de la divinidad. Nada poda ser ms enrgico que los trminos en que se presenta a Cristo en Hebreos 1.1-4. Es el autor de Hebreos quien dice: Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos (Hebreos 13.8). Es sin embargo en la misma Epstola a los Hebreos que encontramos descritas ms grficamente las experiencias humanas de Jess. No solo se perfeccion a s mismo como el capitn de nuestra salvacin (Hebreos 2.10) sino que aunque era Hijo, por lo que padeci aprendi la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvacin para todos los que le obedecen (Hebreos 5.8,9). Debe quedar manifiesto que no hay ninguna contradiccin en atribuir inmutabilidad a la Segunda Persona de la Trinidad y al mismo tiempo reconocer la verdadera progresin

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cronolgica de los eventos en su vida terrenal. Nuestro Seor Jesucristo con sus experiencias, aqu en la tierra, realiz sus planes y complet sus intenciones en perfecta armona con los decretos eternos de Dios. Se perfeccion a s mismo en cuanto a que efectu en la historia, el tiempo y el espacio precisamente lo que siempre quiso hacer. 3. Hijos La expresin de que Cristo llevara muchos hijos a la gloria se puede explicar en dos maneras: (1) En el versculo que sigue a los redimidos se les llama sus hermanos (cf. Romanos 8.29). Podemos entender que l lleva muchos hijos [de Dios] a la gloria. (2) Tambin es cierto que en Hebreos 2.13 se ponen en boca de Jess las palabras de Isaas: He aqu, yo y los hijos que Dios me dio (Isaas 8.18). Podemos imaginar que sus discpulos muchas veces le haban odo citar esas palabras en sus discursos espirituales y aplicarlas por analoga a su propia vida y ministerio. En cualquier caso, no hay nada en la referencia a hijos para constituir un argumento contra el hecho de que es Cristo, y no el Padre, el sujeto del verbo perfeccionar en el versculo 10. 4. De uno son todos Las palabras del versculo 11: El que santifica y los que son santificados de uno son todos, han sido ocasin de especulacin errnea. Algunos traductores han aadido la palabra Padre, la cual no est en el texto. La relacin filial de Cristo y la de los redimidos, por otra parte, nunca se colocan al mismo nivel en las Escrituras. Al dar un modelo de oracin Jess dijo: Vosotros, pues, oraris as: Padre nuestro (Mateo 6.9). A la mujer que se encontr con Jess en la tumba despus de su resurreccin, le dijo: An no he subido al Padre; mas ve a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios (Juan 20.17). Jess nunca se refiri a Dios como nuestro Padre comn, ni us palabra que no mostrara claramente su relacin nica con el Padre. Por tanto, la palabra Padre no debe aadirse en Hebreos 2.11.

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La unidad de Cristo como el Santificador con los redimidos como santificados, se indica explcitamente en el versculo 14: As que, por cuanto los hijos son participantes de carne y sangre, tambin l particip igualmente de lo mismo. Se dice que nuestro Seor Jesucristo es de uno con los que santific, porque en la encarnacin se hizo carne y sangre. 5. l propsito y el modo Ahora se indica explcitamente el propsito de la encarnacin: ... para destruir por medio de la muerte al que tena el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre (vv. 14,15). Se hace aun ms explcito el modo de la encarnacin en lo siguiente: Porque ciertamente no ech mano [de la naturaleza] de los ngeles, sino que ech mano [de la naturaleza] de la simiente de Abraham (v. 16). Algunos traduciran el verbo epilambanomai por socorrer (como lo hacen Reina y Valera, en castellano). En ciertos contextos esta palabra puede tener tal significado, aunque ese no es su sentido principal, y en este caso sera totalmente errneo. Habra sido absurdo que el autor de Hebreos dijera que Cristo no les presta ayuda a los ngeles. El nico punto de la declaracin es que l ech mano, no de la naturaleza de los ngeles, sino de la naturaleza de la simiente de Abraham. El significado primario del verbo es agarrar, echar mano de, y en la voz media, como lo tenemos aqu, la traduccin como se ha dado arriba es la nica sustentable en mi opinin. Adems, esta traduccin introduce mejor las palabras que siguen: Por lo cual deba ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto l mismo padeci siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados (vv. 17,18).

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Por supuesto que la palabra deba no indica obligacin impuesta a l desde afuera, pero aqu deba ser equivale a esperaramos que sera. El tema de la compasin de Cristo como el gran Sumo Sacerdote se reanuda al final del captulo 4: Teniendo un gran sumo sacerdote que traspas los cielos, Jess el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesin. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo segn nuestra semejanza pero sin pecado. Acerqumonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro (Hebreos 4.14-16). Estas palabras que recalcan la compasin de Cristo mostrada en la encarnacin quedan salvaguardadas rgidamente por los trminos choris hamartias, pero sin pecado, en Hebreos 4.15. Hay que recordar que en el Nuevo Testamento la palabra tentacin no significa necesariamente inducir al mal. El significado bsico de este trmino es prueba. La declaracin no es que l haya sido probado sin calificacin en todo respecto como nosotros. La declaracin es que l soport una vida humana tpica con pruebas y aflicciones aunque sin pecado, lo que no fue hallado en l.

D. PROBLEMAS SICOLGICOSLos tres pasajes principales que hasta aqu hemos presentado en la discusin del modo de la encarnacin, Juan 10.3039; Filipenses 2.1-11 y Hebreos 2.9-18, evidencian que los escritores del Nuevo Testamento creyeron que el eterno Hijo de Dios tom para s mismo una naturaleza humana genuina y vivi una vida autntica aqu en esta tierra, sin dejar de ser l mismo (el Hijo de Dios) en ningn sentido y sin abandonar ninguno de sus atributos divinos esenciales. Sin embargo, hay ciertos problemas sicolgicos en los relatos de su vida que tenemos que considerar.

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1. Desarrollo de la niez Las crnicas bblicas muestran la infancia, la niez y la juventud de Jess siguiendo el curso normal del desarrollo humano en todo aspecto. Despus de la presentacin en el templo, Lucas aade: El nio creca y se fortaleca, y se llenaba de sabidura; y la gracia de Dios era sobre l (Lucas 2.40). El incidente que ocurri cuando tena 12 aos de edad (Lucas 2.41-50) no debe interpretarse como milagroso en el sentido tcnico de la palabra milagro. Ms bien debe considerarse como dentro del alcance de su desarrollo normal. Leemos: Todos los que le oan, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas (v. 47). Lo que le respondi a su madre revela que Jess entendi completamente quin era l y cul su misin. Mara le dijo con mucha naturalidad: Tu padre y yo (v. 48), a lo que Jess contest: Por qu me buscabais? No sabais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? (v. 49). Lucas aade que sus padres no entendieron las palabras que les habl (v. 50). A la luz de toda la narracin, sin embargo, es claro que Jess entendi completa y conscientemente que en un sentido singular Dios era su Padre y que l tena una misin divina y nica. El escritor del evangelio prosigue su crnica: Y descendi con ellos y volvi a Nazaret, y estaba sujeto a ellos ... y Jess creca en sabidura y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres (Lucas 2.51,52; cf. 1 Samuel 2.26). Estas porciones de la narracin, tomadas todas del Evangelio de Lucas, muestran un desarrollo precoz, aunque sano y normal. Se presenta como normal no solo su crecimiento y fuerza fsica, sino tambin su desarrollo intelectual. Se dice de manera explcita que Jess creca en sabidura. La cuestin que surge de estos registros es esta: Dado que uno de los atributos esenciales de la divinidad es la omnisciencia, cmo podra Jess pasar a travs de las distin-

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tas etapas normales de su desarrollo sicolgico? Cmo pudo decirse que l creca en sabidura? Creo que la respuesta no es muy difcil. En nuestra experiencia con la sicologa humana ordinaria aprendemos que hay diferentes niveles de conciencia. No es una contradiccin decir que una persona sabe en un sentido lo que desconoce en otro. Por supuesto que esta es una ilustracin humana; sin embargo, todos estamos acostumbrados al poder humano y ordinario de la memoria. Con frecuencia decimos: No s, aunque luego de reflexionar podamos traer el asunto a la mente. En la sicologa anormal hay casos de amnesia en que los diversos niveles de conciencia son disociados patolgicamente. No sugiero ni por un momento, por supuesto, que la sicologa de Jess fuera en alguna manera patolgica. Simplemente estoy ilustrando el hecho de que hay diferentes niveles de conciencia, y es posible que uno posea conocimiento en un sentido a la vez que carece de l en otro. Es posible tener conocimientos disponibles que no guardamos en la conciencia activa. Hemos visto que Jess, a la edad de doce aos, saba quin era y por qu haba venido al mundo. Creo que antes de la encarnacin, cuando Dios estableci sus decretos eternos, el Hijo se propuso mantener en su conciencia activa y durante el tiempo de su vida terrenal toda la informacin y los sentimientos y reacciones comunes a los hombres guiados por el Espritu. De manera que Cristo pas, conscientemente y por propia decisin previa, a travs de todas las etapas normales del desarrollo intelectual. Esto es perfectamente congruente con la doctrina de que no se despoj de su poder de omnisciencia. Jess, en cualquier momento de su vida terrenal, pudo traer a su memoria algn aspecto de su conocimiento infinito; sin embargo, eligi voluntaria y continuamente mantener en su conciencia solo los asuntos que haran de su existencia terrenal una experiencia puramente humana.

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Cristo dijo que obraba sus milagros por el poder del Espritu Santo, tal como los propios profetas y apstoles: Si yo por el Espritu de Dios echo fuera los demonios, entonces ha llegado a vosotros el reino de Dios (Mateo 12.28). Y explica: No puede el Hijo hacer nada por s mismo... no puedo yo hacer nada por m mismo; segn oigo, as juzgo; y mi juicio es justo... (Juan 5.19,30). Estas explicaciones de Jess no son contrarias a la doctrina de su divinidad. Es ms, aclaran el modo en que obraba durante el tiempo de su humillacin. Es congruente, por lo tanto, que el eterno Hijo de Dios mantuviera en su conciencia tal nivel de actividad sicolgica, por lo cual era lgico que creciera y se desarrollara tanto intelectual como fsicamente durante su vida temprana. 2. Sicologa adulta Con la explicacin anterior pueden aclararse otras declaraciones difciles acerca de la sicologa de Jess. No solo leemos que estaba asombrado de la incredulidad de ellos (Marcos 6.6), y que le asombr la fe del centurin (Mateo 8.10; Lucas 7.9), sino que Mateo y Marcos igualmente recuerdan que en el discurso en el monte de los Olivos, y respecto al tiempo de su venida, Jess indic: Pero de aquel da y de la hora nadie sabe, ni aun los ngeles que estn en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre (Marcos 13.32; cf. Mateo 24.36). El que Jess experimentara capacidad de asombro genuino y que excluyera de su conciencia el conocimiento del tiempo preciso de su segunda venida, son hechos que armonizan con la retencin de sus atributos divinos, basados en que sabemos que hay diferentes niveles de conciencia, y en que antes de su encarnacin determin el lugar que ello ocupara en su conciencia activa, a pesar de sus poderes infinitos. Es significativo observar que despus de su resurreccin, interrogado en cuanto al tiempo de su segunda venida, Jess no dijera que no saba; al contrario, dijo: No os toca a voso-

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tros saber los tiempos o las sazones que el Padre puso en su sola potestad (Hechos 1.7). 3. Ilustraciones Hay muchas ilustraciones histricas que dan una analoga parcial de la encarnacin, por ejemplo, numerosos casos de reyes y otras personas de la realeza que han servido en las posiciones ms bajas en las fuerzas armadas y otros puestos. Pedro el Grande lleg a ser carpintero de un astillero alemn sin dejar de ser Emperador de Rusia. El heredero de un gran consorcio industrial, aun siendo dueo de todo, se emple en una de sus fbricas en una ciudad en que yo viva. En la Primera Guerra Mundial, el Prncipe de Gales sirvi en el ejrcito britnico como un oficial de bajo rango. Es interesante observar que ninguna de las ilustraciones anteriores implica contradiccin alguna, ya que en cada caso la naturaleza de la persona es la misma en cualquier rango, sea inferior o superior.

Captulo 2La persona de Cristo: su divinidad y su humanidadI. EVIDENCIA DE LA RESURRECCIN La evidencia de que la afirmacin de Jess era cierta que l era el que deca ser, la constituye el hecho de que resucit de los muertos tal como dijo que lo hara. Trato las evidencias de la resurreccin de Jess, con ms detalle de lo que es posible ahora, en mi libro Behold Him [Contemplndolo]. El estudiante, adems, encontrar un excelente resumen de las evidencias de la resurreccin en el tomo I de la Historia eclesistica de Schaff y en la Teologa sistemtica de Charles Hodge, tomo II, as como en muchas otras obras teolgicas clsicas. La resurreccin de Cristo es preeminente entre las evidencias cristianas de toda la historia de la iglesia. El lema Cristus ver resurrexit, Cristo en verdad ha resucitado, ha sido un punto fuerte para la fe y el testimonio cristianos a travs de todos los siglos. Hay muchas maneras de presentar evidencias. Sugiero el siguiente bosquejo como prctico para los propsitos homilticos y misioneros.

A. DATOS OBSERVABLES HOY1. El libro cristiano Antes de todo, presentemos la existencia del Nuevo Testamento como un dato inexplicable aparte de la resurreccin histrica de Jess. De dnde vino el Nuevo Testamento? Cada texto literario, bueno o malo, digno de confianza o no, tiene su origen en algn ambiente histrico, y esto es cierto. Nuestro argumento ahora no es en cuanto a la autoridad de la Biblia, sino acerca del hecho de la existencia del Nuevo Testamento. 39

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El Corn de los mahometanos es inexplicable si no se consideran los eventos principales en la vida de Mahoma, y no tenemos deseo alguno de negar que acontecieran en realidad. Las obras de Charles Dickens son inexplicables aparte de las condiciones econmicas y sociales de lo que se llama la revolucin industrial. El principio observado en los exmenes literarios en la Universidad de Pars, llamado explication de texte, consiste en determinar la matriz en la que se originaron los cuerpos literarios. Sabemos, segn datos indisputables, que el Nuevo Testamento tuvo su origen al principio de nuestra era entre el movimiento cristiano que tena sociedades organizadas llamadas iglesias en las grandes ciudades del mundo romano. Es evidente, segn la naturaleza del Nuevo Testamento mismo, que los escritores de los veintisiete libros crean cabalmente que Jesucristo haba resucitado de los muertos. Crean que su tumba estaba vaca y que haba aparecido en forma reconocible con el mismo cuerpo con que haba sufrido en la cruz. El Nuevo Testamento no emplea argumentos para probar la resurreccin de Jess; las alusiones a ese hecho son en forma de apelaciones a sucesos conocidos pblicamente. Se presume que se necesita contar la historia, pero que nadie con conocimiento de los hechos poda disputarlos inteligentemente. El nico argumento contrario a la resurreccin de Jess que menciona el Nuevo Testamento se encuentra en el Evangelio segn Mateo (28.11-15). Mateo relata lo que los hombres dijeron que ocurri, segn ellos, mientras dorman! Naturalmente el escritor no pierde tiempo en tratar de refutar tal alegacin. Los escritores del Nuevo Testamento no parecen tener conocimiento de ningn argumento opuesto. Al contrario, el hecho de la resurreccin fue proclamado por todas partes y los escritores del Nuevo Testamento obviamente no contemplaron la posibilidad siquiera de que su testimonio sera negado inteligentemente. Hombres tramposos, culpables de fraude o movidos por alucinaciones, son incapaces de producir una literatura como

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esta. El Nuevo Testamento mismo es evidencia tangible de que Cristo resucit de entre los muertos. 2. El movimiento cristiano Es un hecho real que el movimiento cristiano ha existido en el mundo, y an perdura, fundamentado solamente en la creencia de que Jesucristo resucit de entre los muertos. Sabemos que este movimiento tuvo su origen dentro de la cuarta dcada del primer siglo. En el ao 30 no haba tal cosa como la iglesia cristiana en el sentido de un movimiento visible en la sociedad humana. En los aos 40 empiezan a aparecer documentos cristianos as como tambin se observan nombres cristianos en los cementerios. Sociedades cristianas llamadas iglesias empiezan a aparecer en las ciudades del mundo romano. La iglesia como un fenmeno sociolgico indudable tuvo su origen seguramente entre el ao 30 y el 40 A.D. En los primeros 300 aos de su existencia, pues, el movimiento cristiano cubri todo el Imperio Romano de una manera milagrosa. Cmo se origin ese movimiento cristiano? La nica explicacin que el cristianismo da de su origen se basa en el hecho de que Jesucristo resucit de entre los muertos. Cuando l muri, el pequeo grupo de sus seguidores se dispers y huy. Sus esperanzas quedaron completamente destrozadas. Ellos mismos testifican de su propia y completa desesperacin, no se describen en tales trminos en una manera ficticia, diciendo: Esperbamos que l era el que haba de redimir a Israel (Lucas 24.21), pero ahora est muerto y toda esperanza est perdida. Entonces, de repente, dan un giro de ciento ochenta grados y encaran al mundo con un testimonio de confianza y valor que nunca despus se ha extinguido. Jesucristo ha resucitado de entre los muertos y lo hemos visto por muchas pruebas indubitables (Hechos 1.3). La misma existencia del movimiento cristiano, que tuvo su origen al principio de lo que llamamos la era cristiana, es evidencia no solo de que

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todo el grupo crea que Jesucristo haba resucitado de entre los muertos sino de que efectivamente resucit. 3. El da del culto cristiano Un detalle de cierta importancia es el hecho de que, antes de la era cristiana, el da del culto judo era el sptimo de la semana, pero inmediatamente despus de la crucifixin de Jess la iglesia cristiana empez a adorar a Dios el primer da de la semana. La nica razn sostenida para ello es que ese fue el da de la resurreccin. El estudiante puede verificar que efectivamente as era, buscando las referencias del Nuevo Testamento al primer da de la semana y al da del Seor. 4. La experiencia cristiana Otro hecho evidente de la resurreccin de Jess, que tambin puede observarse en el mundo moderno, es la experiencia cristiana. Cuando un alma pecaminosa y quebrantada pone su confianza en el Seor Jesucristo, experimenta un cambio que llamamos la vida resucitada. Si Jess solamente muri, entonces la muerte lo conquist; pero, si muri y as mismo resucit, entonces su fallecimiento fue una victoria. Cuando uno cree en Jesucristo como Salvador personal, en efecto, se designa a s mismo como identificado simblicamente con Cristo en su muerte y resurreccin, y como viviendo una nueva vida por el poder impartido por el Cristo resucitado. En las palabras de Pablo: Somos sepultados juntamente con l para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucit de los muertos por la gloria del Padre, as tambin nosotros andemos en vida nueva (Romanos 6.4). [Nota: La palabra traducida sepultado no designa ninguna forma particular de disponer del cuerpo muerto, sino el hecho de que se dispone del cuerpo por medio de un funeral. Uno de los modos primitivos de sepultar era quemar el cuerpo y esparcir las cenizas.] El milagro de la gracia, impartir una nueva vida espiritual por fe en el Cristo sepultado, es un dato observable en el mundo moderno que no puede explicarse si Jess solamente muri y no resucit otra vez.

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B. EVIDENCIAS DEL MUNDO ANTIGUO1. El Diatessaron de Taciano Los cuatro evangelios cuentan la resurreccin de Cristo y fueron escritos en la generacin de los contemporneos de Jess. Mientras algunos tenan conocimiento personal de los hechos relacionados con la vida y muerte del Seor, otros tenan que haber estado vivos todava. Hacia el ao 170 despus de Cristo, los cuatro evangelios ya haban circulado extensamente en el mundo romano y haban sido combinados en una armona. Un estudiante llamado Taciano de Edesa, en Asia Menor, haba visto las escrituras del Antiguo Testamento en su idioma nativo, el siriaco. Taciano dej su hogar y emprendi un viaje, como acostumbraban los estudiosos de la filosofa del mundo antiguo. Despus de visitar Egipto lleg a Roma y se encontr con Justino Mrtir, cerca del ao 150 A.D. Justino tena los cuatro evangelios en su poder y los llamaba las memorias de los apstoles. Taciano, por ese entonces, se convirti en cristiano y regres a Edesa. Se cree que antes del ao 170, Taciano combin los cuatro evangelios en una narracin continua, una armona de una sola columna. Evidentemente Taciano consider los evangelios como autoridad cannica, pues no cambi ni una palabra y omiti solo el material duplicado. No puede negarse que para el ao 170, es decir, 140 despus de la muerte de Jess, los cuatro evangelios ya estaban escritos, haban circulado extensamente, aceptados por casi todos los creyentes y combinados en una armona completa. El mismo nombre que Taciano le dio a su armona, El Diatessaron, presume que todos la entenderan. Es como si alguien llamara, a una obra dirigida a los msicos, El diapasn. Cualquier msico conoce ese trmino, que significa literalmente a travs de todo; un vocablo musical antiqusimo empleado y muy conocido por los griegos.

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Taciano, entonces, cre la palabra Diatessaron, que combina diapasn con otro trmino griego, tessares, que significa cuatro. Taciano nunca habra usado el nombre Diatessaron, literalmente a travs de todos los cuatro, si no hubiera asumido que todos sabran de los cuatro evangelios que l haba armonizado. 2. Los evangelios Al hablar de la fecha temprana de los evangelios como evidencia para la resurreccin de Jess, no es mi propsito duplicar la obra hecha en los textos sobre introduccin al Nuevo Testamento, sino ms bien referirme a eventos por lo general admitidos. Ahora que tenemos un fragmento del Evangelio de Juan que data de la primera mitad del siglo II, la idea crtica de hace una generacin, que sostena que ese Evangelio no era historia biogrfica sino teolgica de fines del segundo siglo, ya no puede considerarse seria. Se sabe que los evangelios sinpticos fueron escritos antes que el de Juan, y que este apstol trat conscientemente de suplementarlos. Se dice que Adolf von Harnack, telogo alemn, en sus ltimos aos, sostuvo que Mateo, Marcos y Lucas tienen que haber sido escritos antes de la destruccin de Jerusaln en el ao 70. En esto no fue seguido por los eruditos crticos como Goodspeed, pero al menos podemos decir con confianza que ningn estudioso competente del Nuevo Testamento negara que Mateo, Marcos y Lucas fueron escritos en la generacin de los contemporneos de Jess, es decir, cuando tenan que haber muchos hombres vivos relacionados con los hechos personalmente. 3. Fuentes escritas Podemos dar un paso ms en el examen de la evidencia de los evangelios mismos. Lucas alude a las fuentes escritas que emple en la composicin de su evangelio (Lucas 1.1-14). Los estudiantes del problema sinptico creen que es posible descubrir algo de la fuente o las fuentes escritas, fuera del

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evangelio de Marcos, que Mateo y Lucas podran haber tenido en comn. A.T. Robertson, en su libro The Christ of the Logia [El Cristo de la logia], adopt las conclusiones aducidas por el estudio crtico del problema sinptico y mostr que la figura de Cristo presentada en las fuentes sealadas y contenidas en Mateo y Lucas no es otra que la de Dios manifestado en la carne, el Deus-homo. En verdad, el supuesto pasaje sinptico de Juan (Mateo 11.25-30; Lucas 19.21,22) se halla en aquella fuente aducida por Mateo y Lucas que los estudiantes crticos de la materia llaman Q y que Robertson llama la logia. Es aparente, pues, que los cuatro evangelios dan evidencia de la generacin contempornea de Jess indicando su resurreccin corporal de entre los muertos, y que el nico conocimiento objetivo que tenemos de las fuentes de los evangelios seala la propia figura del Dios-Hombre en la historia. 4. Evidencias del ministerio de Pablo Es imposible que alguien familiarizado con los hechos niegue que un judo talentoso, instruido a fondo en las enseanzas rabnicas, que haba odiado y perseguido a la iglesia cristiana y que haba tratado hasta de eliminarla, se convirtiera en el exponente ms grande del cristianismo, el mejor propagandista del sistema de doctrinas basado en la creencia de la resurreccin de Jess, que lleg a ser fundador de sociedades cristianas llamadas iglesias, en varias ciudades del mundo romano, y autor de al menos cuatro de los libros del Nuevo Testamento, como son Romanos, 1 y 2 de Corintios y Glatas. No se puede negar que el relato que Pablo da del cambio radical en su posicin se debe a que vio a Jesucristo vivo en una repentina visin sobrenatural y sobrecogedora, por la que qued convencido de que Jess haba resucitado, y que sus afirmaciones, consideradas antes espurias, eran indiscutiblemente verdicas. Ni siquiera los antisobrenaturalistas, que niegan la realidad de la visin de Pablo en el camino a Damasco, pueden

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dudar que su transformacin se debi a que qued convencido, y que crea constantemente despus de su conviccin que Jesucristo resucit de entre los muertos. Algunos afirman que la conversin de Saulo de Tarso es por s misma un evento inexplicable por completo, si la resurreccin de Jesucristo no fuese histricamente verdica. El mtodo de Pablo, mientras viajaba predicando el evangelio y estableciendo iglesias, consista ante todo en: (1) Predicar en la sinagoga juda explicando la profeca mesinica. (2) Exponer la relacin de las Escrituras profticas con la vida de Jess, mostrando que su muerte y resurreccin fueron predichas y apelando al hecho de que eso ya haba ocurrido. El punto cntrico de su mensaje era que Cristo haba resucitado de los muertos. En el caso de cada iglesia establecida, el relato sera incomprensible a no ser que las personas que se unan a la comunin cristiana creyeran en la resurreccin corporal de Jess. Debe recordarse que en todas estas comunidades judas en las que Pablo predic haba quienes viajaban a Jerusaln ao tras ao, al tiempo de la Pascua, para asistir a esa fiesta juda. Se supone que habra algunos individuos, en cada grupo de los que naci una iglesia, que iran a Jerusaln y habran tenido oportunidad de investigar la veracidad de la historia de Pablo. Tambin es posible que hubiera aquellos cuyos amigos y vecinos fueron a Jerusaln despus de la fundacin de la iglesia local y quienes, si eran contrarios al evangelio, habran hecho todo lo posible por refutar el testimonio de Pablo. La misma naturaleza del ministerio de Pablo es tal que las iglesias que fund y que prosperaron por aos despus de su muerte no podran haber existido si hubiese sido posible que alguien negara el testimonio del apstol presentando evidencia sustancial en contrario. El mensaje de Pablo tena como centro a Jess y la resurreccin (Hechos 17.18). En Atenas tuvo la oportunidad in-

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slita de hablarles a los filsofos griegos, no en la sinagoga juda, sino en el Arepago. Puesto que la palabra resurreccin, anastasis, es un sustantivo femenino, estos filsofos paganos entendieron que Pablo predicaba acerca de una nueva pareja de dioses, es decir, Jess y Anastasis. Pablo estableci tanto contacto como le fue posible con su auditorio y proclam la resurreccin del Seor Jesucristo. Naturalmente, al hacerlo, algunos de los filsofos paganos se rieron; otros dijeron: Ya te oiremos acerca de esto otra vez; sin embargo, algunos creyeron. Ninguna iglesia fue establecida debido a esta reunin en Atenas. Tampoco ninguno de esos filsofos habra visitado Jerusaln; pero la naturaleza del testimonio de Pablo se revela con claridad (Hechos 17.16-34). No solamente fue la resurreccin corporal de Jess el fundamento doctrinal de todas las iglesias establecidas por Pablo; no solo habra sido imposible que continuaran existiendo si alguien pudiera haberles mostrado evidencia contraria a la resurreccin, sino que lo mismo es cierto en el caso de todas las iglesias fundadas por otros. La iglesia de Roma no fue establecida por Pablo. l escribe su Epstola a los Romanos esperando visitarlos, pero es claro que la iglesia haba empezado y prosperado antes de que el apstol llegara all. Al principio de su epstola, Pablo alude a la resurreccin de los muertos (Romanos 1.4) como evidencia de que Jesucristo es el Hijo de Dios. El libro entero es de tal naturaleza que nunca podra haber existido si el escritor no hubiera dado por sentado que la resurreccin era un hecho indisputable, la base del cristianismo, la nica razn de la existencia de la comunidad cristiana en Roma. 5. El juicio romano de Pablo Avancemos un paso ms cerca del acontecimiento mismo y examinemos la naturaleza de la evidencia en el juicio de Pablo delante del tribunal romano. Una vez tras otra, durante todo el procedimiento, Pablo procur presentar el hecho de que Jesucristo haba resucitado, y que habr una resurreccin

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de todos los muertos as de justos como de injustos (Hechos 24.15; cf. Daniel 12.2; Juan 5.28,29). Delante del sanedrn judo el apstol declar enfticamente: Acerca de la resurreccin de los muertos soy juzgado hoy por vosotros (Hechos 24.21; cf. 23.6). Los opositores de Pablo lo acusaban de fomentar desrdenes y, en general, trataron de traer contra l toda acusacin posible, pero una cosa evitaron cuidadosamente, y era acusarlo de haber perpetrado un fraude religioso al pretender que Jesucristo haba resucitado de entre los muertos. Al contrario, Pablo aludi a la resurreccin de Jess constantemente y pareca estar aguijoneando a sus opositores a que discutieran ese asunto. Delante de Agripa, Pablo aludi a la esperanza comn de los fariseos judos de que habr una resurreccin, diciendo: Se juzga entre vosotros cosa increble que Dios resucite a los muertos? (Hechos 26.8). Refirindose entonces a la resurreccin de Cristo, el apstol proclam en aquel tribunal romano que estaba dando testimonio a pequeos y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moiss dijeron que haban de suceder: Que el Cristo haba de padecer, y ser el primero de la resurreccin de los muertos para anunciar luz al pueblo y a los gentiles (Hechos 26.22,23). Tras una breve interrupcin continu: El rey sabe estas cosas, delante de quien, tambin hablo con toda confianza. Porque no pienso que ignora nada de esto, pues no se ha hecho esto en algn rincn (Hechos 26.26). En otras palabras, el apstol Pablo, luchando por su vida en un tribunal romano, pidi que la corte reconociera un muy conocido evento atestiguado pblicamente, tanto que nadie siquiera tratara de negar, a saber, la resurreccin corporal de Jess. El relato muestra que al retirarse la corte se declar que Pablo podra haber sido puesto en libertad porque su argumento era vlido, pero que ya haba apelado a Csar. La evidencia adicional de parte de las epstolas pastorales muestra

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que cuando se oy su caso en Roma fue puesto en libertad. Todo esto habra sido completamente imposible si se pudiera haber mostrado que su argumento contena un reclamo fraudulento. Pero el reclamo no era falso. La resurreccin de Jess evidentemente fue reconocida por la corte. No poda ser negada. 6. El da de Pentecosts Nadie negar que el movimiento cristiano, como uno de los asuntos humanos de los cuales los historiadores seculares toman nota, empez el da de Pentecosts en Jerusaln en el ao en que Jess muri. El difunto Dr. W.H. Griffith Thomas formul la pregunta: Dnde estaba el cuerpo de Jess el da de Pentecosts? Estaba en aquella ciudad frente a una multitud entre los cuales muchos estuvieron presentes en la pascua, algunos de los que tambin estuvieron entre la turba que gritaba: Fuera! Crucifcale! Estaba en la ciudad en la que se conoca el lugar de la sepultura de Jess; entre los que podran haber refutado el testimonio cristiano y probado que era falso si hubiesen podido mostrar el cuerpo de Jess; fue all donde el movimiento cristiano se inici. El Espritu Santo, por otra parte, manifest su poder milagroso con el don de lenguas. Pedro se levant para explicar a la multitud que se haba congregado: Jess Nazareno, varn aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y seales que Dios hizo entre vosotros por medio de l, como vosotros mismos sabis, a este, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificndole; al cual Dios levant, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella (Hechos 2.2224). Pedro procede a aludir a la profeca de David, as como tambin a la vida y muerte de este. David... muri y fue sepultado, y su sepulcro est con nosotros hasta el da de hoy (v. 29). Esto es claramente un reto, pues no se puede dudar de

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que muchos entre la multitud vieron la tumba vaca donde sepultaron a Jess, as como tambin deben haber visto los lienzos all, y que el cuerpo no estaba. Pedro est en efecto diciendo: Si abrieran el sepulcro de David encontraran los restos de su cuerpo muerto, pero, qu del sepulcro vaco de Jess? Si la resurreccin no hubiera sido un hecho o si el cadver de Jess lo hubieran encontrado, el testimonio cristiano habra sido completamente silenciado por los acontecimientos. Dnde estaba el cuerpo de Jess aquel da? O en los das siguientes? Los enemigos del cristianismo habran buscado por todo el mundo para conseguirlo, presentarlo y detener el movimiento cristiano. Los que han dicho con mofa y escarnio que los cristianos escondieron el cuerpo de Jess pretenden un milagro sicolgico ms grande aun que la resurreccin misma; porque los hombres que mienten y perpetran un fraude religioso no pueden hablar como lo hicieron estos. Los hombres que cometen fraude casi nunca estn listos para morir por su testimonio. Pero cmo reaccion la multitud el da de Pentecosts, el pueblo que tena la oportunidad de conocer los hechos? Muchas de esas personas presenciaron la crucifixin! La crnica indica: Se compungieron de corazn, y dijeron a Pedro y los otros apstoles: Varones hermanos qu haremos? (v. 37). Pedro les dijo: Arrepentos y bautcese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdn de los pecados; y recibiris el don del Espritu Santo. Porque para nosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que estn lejos; para cuantos el Seor nuestro Dios llamare (vv. 38,39). El hecho es que si se arrepintieron y fueron bautizados, por cientos, y aun por miles, en aquel da y los posteriores, se unieron a la compaa de los que creyeron en la resurreccin de Jess, y lo aceptaron como su Salvador personal. No es asombroso que a travs de los siglos la iglesia haya afirmado que la resurreccin de Cristo es un hecho cierto,

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abierto a la investigacin histrica, un hecho contra el cual nadie ha producido evidencia o testimonio. II. EL NACIMIENTO VIRGINAL DE CRISTO El nacimiento virginal de Cristo fue considerado en el captulo anterior de esta obra como parte de la discusin de su divinidad. Veamos a continuacin otros aspectos importantes.

A. LUGAR DEL NACIMIENTO VIRGINAL EN EL SISTEMA DEDOCTRINA

El caso el nacimiento virginal de Cristo, por su naturaleza, no es tanto probatorio como explicativo. No es el gran acontecimiento visible y abierto a la investigacin pblica como lo fue su resurreccin. Tampoco era el punto prominente de la predicacin cristiana primitiva. Ms bien es necesario para una mejor comprensin de lo que est claramente implcito en su resurreccin. En verdad, es el nico medio por el cual podemos concebir que el Eterno Hijo de Dios llegara a ser entera y completamente hombre sin dejar de ser Dios en ningn sentido. Jesucristo no es mitad Dios y mitad hombre, como ocurre con los dioses de las mitolgicas mundanas. El asunto est bien resumido en las palabras: Cristo, el Hijo de Dios, se hizo hombre, tomndose un cuerpo verdadero y un alma racional; siendo concebido por obra del Espritu Santo en el vientre de la Virgen Mara, de la cual naci, mas sin pecado. Estas constituyen la respuesta a la pregunta nmero 22 del Catecismo Menor, que reza as: Cmo se hizo Cristo hombre siendo como era Hijo de Dios? Es usualmente despus que uno acepta el hecho de que el Jess de la historia no es otro que el Eterno Hijo de Dios, que el nacimiento virginal llega a ser una parte esencial y lgica del sistema bblico de verdades. En el proceso de la generacin normal, una nueva persona o ego empieza a existir. Jess

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no empez a existir cuando fue concebido. El nacimiento virginal fue el medio por el cual tom para s mismo una naturaleza puramente humana.

B. TESTIMONIO DE LA ESCRITURALa historia del nacimiento virginal se encuentra en el primer evangelio y en el tercero. La narracin de Mateo (1.1825) parte desde el punto de vista de Jos, el esposo de Mara. James Orr indica que Mateo no solo menciona la aparicin del ngel a Jos, y los pensamientos de este en cuanto al asunto, sino tambin los acontecimientos de la infancia de Jess, la visita de los magos con sus regalos, la huida a Egipto, y otros detalles que conciernen especialmente a Jos. Orr sugiere que el relato de Mateo acerca del nacimiento y de la infancia de Cristo bien pudo haber sido deducido por el escritor directamente del testimonio personal de Jos. La narracin de Lucas (1.26-38; 2.1-7), por otro lado, se pronuncia desde el punto de vista de Mara. Se relata all la anunciacin del ngel, adems nos cuenta las circunstancias del nacimiento de Juan el Bautista en el hogar de Elisabet, la prima de Mara, la visita de los humildes pastores y la reflexin de Mara sobre estas cosas (Lucas 2.19). Orr sugiere que Lucas poda haber odo directamente de labios de Mara toda la historia del nacimiento de Jess y su infancia. Ella pudo haber sido uno de los testigos oculares (1.2) que el escritor menciona como sus fuentes de informacin. 1. Mitos paganos Con frecuencia se alega que la historia del nacimiento virginal es igual a muchos relatos de los nacimientos sobrenaturales narrados en la mitologa pagana. Al contrario, las narraciones paganas aducidas como paralelas al nacimiento virginal son, sin excepcin, historias de cohabitacin de un Dios con un ser humano, lo que produce un semidis y/o un semihombre. La idea del nacimiento virginal no halla cabida en el paganismo.

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Ntese que aun cuando fue el Espritu Santo quien obr el milagro, ningn grupo de personas que afirman creer la Biblia, ninguna secta ni hereja en la historia eclesistica, jams ha considerado el Espritu Santo como el Padre de Jess. Hay una alusin gnstica a el Espritu Santo, mi madre en el libro apcrifo El evangelio segn los hebreos, pero ningn grupo considerado cristiano jams ha visto al Espritu Santo como el Padre de Jess. Tenemos en los registros neotestamentarios del nacimiento virginal la encarnacin de la Divinidad preexistente, algo completamente ausente de toda otra obra literaria religiosa. 2. Discrepancias aducidas Aunque los crticos han tratado de levantar discrepancias entre las historias de los dos evangelios, un anlisis microscpico no revela contradicciones. Ms bien las diferencias tienen el valor de revelar fuentes independientes para la misma serie de eventos. Algunos han intentado alegar una discrepancia interna en el relato de Lucas, en el que tratan de confundir el uso de un pronombre plural que ocurre en el captulo 2, versculo 22, el cual dice: Y cuando se cumplieron los das de la purificacin de ellos. Si no se estudia cuidadosamente el significado de esta referencia, podemos caer en lo que se ha pretendido en cuanto al pronombre plural ellos como referido a Jos y Mara, lo cual dejara ver que Jess naci por un acto natural entre un hombre y una mujer. Consideremos esto a continuacin. Un examen serio de la ley del Antiguo Testamento, a la que se alude, contesta claramente esta acusacin. Levtico 12 nos habla explcitamente de la ofrenda para la purificacin de la madre, pero Lucas no se refiere solamente a esta Escritura; l cita directamente de xodo 13.2,12 y 15, los versculos relacionados con la santificacin del varn primognito. De modo que cuando Lucas 2.22 menciona el pronombre ellos se refiere a la madre y al nio, y no al padre. As como se observ la ley judaica en los dems puntos de toda su vida

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terrenal, tambin en su nacimiento, circuncisin y presentacin en el templo se cumpli y sigui la misma ley. 3. Isaas 7.14 La historia en Mateo del nacimiento virginal declara especficamente que de esta manera se cumpli la profeca de Isaas 7.14: Todo esto aconteci para que se cumpliese lo dicho por el Seor por medio del profeta, cuando dijo: He aqu una virgen concebir y dar a luz un hijo, y llamars su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros (Mateo 1.22,23). Los crticos se han esforzado intentando desacreditar la cita de Mateo de esta profeca de Isaas. Debe notarse que el evangelista no la da como comentario propio, sino como las palabras del ngel que apareci a Jos en el sueo. De manera que si la referencia que emplea Mateo se ha de desacreditar, no solo est errado en la aplicacin que hace de la Escritura del Antiguo Testamento sino tambin en lo que l alega como una revelacin sobrenatural. Se afirma que la palabra hebrea usada por Isaas, almah, no indica una virgen en el sentido estricto de la palabra. No se trata aqu de presentar datos para un estudio lexicogrfico de este trmino. El estudiante puede consultar las obras de James Orr y J. Gresham Machen (ambas tituladas The Virgin Birth of Christ [El nacimiento virginal de Cristo]). Es posible que la palabra no sea tcnicamente precisa en todos los casos, sin embargo, es difcil encontrar uno en que se refiera a una joven con esta palabra hebrea de un modo que no implique virginidad. El vocablo griego parthenos lo usaban los judos para traducir virginidad en la Septuaginta. Es cierto que parthenos no es una palabra tcnica para ese significado. Sin embargo, es la idea propiamente entendida por la palabra. Mateo, al emplear parthenos, sencillamente sigue el uso de los judos que tradujeron Isaas al griego mucho antes del tiempo de Cristo. Mateo mismo era hebreo y ciertamente saba bien el uso literario del hebreo.

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Aparte del estudio lexicogrfi