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  • ESTUDIO CRTICO FHL

    Del texto: el autor.

    De la edicin: Fundacin Ignacio Larramendi.

    Madrid, 2013.

    Es una edicin electrnica de DIGIBS.

  • Fundacin Ignacio Larramendi

    JOS MARA DE COSSO MARTNEZ-FORTN (1892-1977).APROXIMACIN A SU VIDA Y OBRAMARIO CRESPO LPEZ

    Jos Mara de Cosso Martnez-Fortn resulta especialmente valioso en la historia de lasletras espaolas por varios aspectos. Muy antiguo y muy moderno, audaz, cosmopoli-ta (este era el verso de su admirado Rubn Daro, Cantos de vida y esperanza, estam-pado sobre su mesa de trabajo), aparece citado en cientos de libros. Pertenece Cosso aesa generacin de espaoles liberales que necesitaban un cambio con respecto a la ca-duca Restauracin y, como Espaa, se parti en dos con la Guerra Civil.

    Hombre de tertulia, magnfico recitador, acadmico y taurfilo, experto en el Siglo deOro, escptico ante las vanguardias o el cine, aficionado al ftbol y a los bolos, editor ypoltico a desgana, puede afirmarse que su nombre es casi constante en la vida intelec-tual espaola desde la Restauracin hasta el final del franquismo, a travs de actividadesconcretas que, adems de sus monografas e incontables artculos sobre los ms varia-dos temas en peridicos y en revistas, se cien a instituciones como la Biblioteca deMenndez Pelayo, la editorial Espasa-Calpe, la Real Academia Espaola, el Ateneo deMadrid o la Universidad Internacional Menndez Pelayo.

    Tal vez lo que puede recordarse en el acervo ms popular tenga que ver con su erudi-cin taurina, plasmada en la enciclopedia de Los toros. Para los taurfilos, prctica-mente no tiene rival entre los crticos y estudiosos del ltimo siglo, hasta el punto deque la enciclopedia que comenz a redactar antes de la Guerra, Los toros, es conocidapopularmente por su apellido, el Cosso, como autoridad que soporta difcil contra-diccin, y que ya fue vaticinada por su amigo, el crtico Antonio Daz-Caabate1.

    Junto a ello, no es poco importante su contribucin a la Generacin del 27 en la calidadde un autntico aglutinante de amistades y el ms febril coleccionista de sus manus-critos (por ejemplo, el Llanto por Ignacio Snchez Mejas, de Lorca), amigo y benefac-tor de todos los poetas (los verdaderos poetas siempre esperan ser favorecidos porhombres potentados y aristcratas como t, le escribi Alberti2), reivindicador de Fer

    1 DAZ-CAABATE, Antonio, El Cosso o una montaa libresca, ABC, 26 de octubre de 1961, p. 45:Recuerdo que hasta muy ltima hora Jos Mara estuvo dudoso acerca del ttulo. Se decidi al fin porLos toros, con la aadidura de Tratado tcnico e histrico. Me atrev a decirle que as como en otra clasede libros un ttulo adecuado era muy importante, en aquel era indiferente. Le pronostiqu: Tu libro serconocido por el Cosso. Y as ha sucedido. Se dice: Has consultado el Cosso? Eso estar en el Cosso.S. Todo est en el Cosso.2 Archivo de la Casona de Tudanca [en adelante, ACT], Epistolario, Madrid, XI-1930. El lector apreciaren las citas relativas a este archivo la existencia de diversas secciones, que corresponden a la organiza-

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    nando Villaln y uno de los animadores del homenaje a Gngora que dio fecha al gru-po. Y es que acaso fuese la amistad uno de los valores principales de Cosso, comorecordaba en una carta Jos Camn Aznar a Flix Fernndez, el 22 de marzo de 1972:Si cada hombre tiene una vocacin exigente, la de Cosso es la de la amistad. Laamistad fue una de las constantes que vertebraron su vida y un mbito social que se haconsiderado caracterstico de diferentes escritores en la llamada edad de Plata3. Y esaamistad se fortaleci a travs de la palabra. He aqu, sin lugar a dudas, el principalaliento existencial de Cosso: la palabra literaria, por supuesto, su disfrute y estudio;pero tambin la palabra cotidiana que queda escrita en las cartas o permanece en el re-cuerdo de la conversacin y la tertulia. De aqu nacen las dos fuentes de conocimientopara el estudio de su vida y su obra: el epistolario que guard en su Casona de Tudancay la huella que su trato y su palabra produjeron en los ms prximos, en los cafs deMadrid, en el hotel Metropol, en peas, academias y tertulias, en hogares a los que eraconstantemente invitado.

    Jos Mara de Cosso era un hombre que gustaba de los placeres de una vida inspiradaen un humanismo que vena a nutrir numerosos intereses, desde la erudicin hasta elftbol4 y los toros. Entenda la cultura como un estilo vital del pensamiento y de laconducta, una orientacin intelectual y moral que le llevaba no a saber sin ms, sino arespetar y amar las ideas prjimas5. Esta concepcin de la cultura, que aparentementeno es una impostura sino una asuncin personal y autntica, es propia de quien est im-buido de una suerte de liberalismo intelectual basado en el intercambio de ideas einquietudes. Una actitud que es independiente, con todo, de su contexto poltico. Suntimo Gregorio Maran, en una carta fechada el 15 de junio de 1952, le deca: Teconsideramos como uno de los miembros de dicha tribu que es lo nico que queda ver-daderamente democrtico en Espaa; aunque como en todas las democracias hay untirano escondido. La tirana deba referirse a la actitud tirnica de Cosso tal vez consi-go mismo. Pero no hay duda de la sintomtica referencia a la democracia que planteaMaran, en plena dictadura franquista. El propio Cosso, en su discurso de ingreso enla Real Academia Espaola, el 6 de junio de 1948, ley: El tiempo condiciona nuestravida como la tierra en que nacemos. Nacemos en el regazo del tiempo, como nacemos

    cin del material tal y como la he podido consultar, en la digitalizacin que ofrecen a los investigadores insitu.3 Sobre el concepto de edad de Plata, MAINER, J.-C., 1981.4 Existe un libro de Rafael Gmez de Tudanca sobre la fructfera relacin de Cosso y los deportes y supretensin de acercar la prctica deportiva a la literatura, en la bsqueda de una especie de tica ldica.Esta obra, aunque su autor la entreg al Gobierno de Cantabria hacia el ao 2000, no ha sido publicada,incomprensiblemente. Pero quiero dejar aqu constancia del dato, facilitado por Rafael Gmez en unaentrevista personal.5 ACT, Artculos de Jos Mara de Cosso: Cultura elemental, Arriba, s.f.

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    en el regazo de la patria; y as como no es lcito renegar de sta ni por ingrata, ni porpobre, ni por dura, ni aun por injusta, no debemos renegar de nuestro tiempo, sino esti-marle como una especie de patria, a veces trabajosa, que nos ha sido dada por Dios, yque hemos de procurar hacer ms digna, justa y humana con afn encarnizado y cons-tante. El tiempo nos da personalidad, lo mismo que la patria, y la fidelidad a una y otroes la raz ms segura para adherirnos a lo universal y a lo eterno6.

    Asimismo, el concepto de cultura de Cosso estaba paradjicamente rebozado en unescepticismo clsico y muy espaol, que le permita distanciarse de otras preocupacio-nes. Cuando en 1954 Maran le hizo saber de su estancia en Roma, Cosso le respon-di: Yo me ahorro las saudades de nuestra Espaa no saliendo de ella. Comprendo quees un lujo que no todos os podis permitir. Hace falta todo mi despreciable desinterspor la cultura y toda mi censurable falta de curiosidad, riquezas que atesoro cada vezcon mayor avaricia7. Naturalmente, aqu la falta de curiosidad s era una impostura.Para Guillermo Daz-Plaja, Cosso era en efecto, un espaol total, para quien todaEspaa, todas las Espaas incluida felizmente Portugal eran pasto de su hambre desaber y de sentir; la Espaa de Castilla, y la de Andaluca, y la de Galicia, y la de Cata-lua. Todo era uno: presa entraable y frmula de riqueza ilimitada, ya que la lenguamisma no era obstculo de goce, como cuando (en sus estudios sobre la poesa del XIX)declaraba que la expresin verncula de Maragall o de Rosala de Castro extremaban losquilates de su hermosura8.

    Cada proyecto literario de Cosso, cada parcela de amistad con otro escritor o con un tore-ro, podra extenderse en un voluminoso trabajo de investigacin. En estas pginas el lec-tor hallar una sntesis, si cabe, del devenir vital de Cosso desde los temas principalesque fueron de su inters primordial, tejiendo en lo posible las redes amistosas y relacio-nales que pueden verificarse en la documentacin conservada, principalmente el epistola-rio y otros fondos manuscritos e impresos de la an no bien conocida Casona de Tudanca.

    6 Citado en DIEGO, G., 1977, pp. 301-302.7 Archivo Fundacin Gregorio Maran [AFGM], carta de Jos Mara de Cosso, Tudanca, 6-X-1954.Agradezco a D. Gregorio Maran y Beltrn de Lis que me haya proporcionado copia de las seis cartasdirigidas por Cosso a su abuelo. Sobre la amistad con los Maran (Gregorio Maran Moya, que fueradirector del Instituto de Cultura Hispnica, tuvo tambin entraable relacin con Cosso), basten estaspalabras escritas por Cosso en julio de 1959: Todos los das enciendo mi puro con las cerillas de Lon-dres. No necesito este recordatorio diario para recordar a la familia que, despus de la ma, es a la quems quiero, en AFGM, carta de Jos Mara de Cosso, Tudanca, VII-1959.8 DAZ-PLAJA, G., Cosso en Tudanca, ABC, 8-X-1983.

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    1. Infancia y juventud

    Jos Mara de Cosso naci en Valladolid el 25 de marzo de 18929. Eran sus padres Ma-riano y Carmen, naturales de la capital castellana: Mariano tena ascendientes en Sepl-veda (Segovia) y Tudanca (Cantabria); Carmen, en Logroo y Cuba. Fallecieron ambosal poco tiempo de nacer Jos Mara, a consecuencia del llamado mal de Pott que asolla villa de Seplveda, donde resida la familia. Jos Mara era el quinto y ltimo de sushermanos, Pepita (fallecida a los seis aos), Francisco, Mariano y Carlota. Fue la abuelaDolores quien se hizo cargo de los cuatro hurfanos, acogindolos en su casa de Valla-dolid, en una casa hidalga propiedad de la familia en el barrio viejo, en la calle de laTorrecilla, en el mismo edificio, por cierto, donde Jos Zorrilla haba nacido en 1817.Pedro G. Somoza, amigo de la infancia, recuerda la casa de los Cosso como una caso-

    na donde hay muchos muebles antiguos y muchos libros antiguos y modernos10

    . Mu-chos aos ms tarde escribi Cosso: Yo quiero recordar aquellos das, y encuentro lacaja exacta de mis recuerdos en las evocaciones de la vieja ciudad, de sus rincones inol-vidables: el paseo del Canal, el Prado de la Magdalena, la Fuente Dorada; o en las altastorres de la Antigua, o la muy entraable de San Martn. Ante mi casa familiar, en laque cada ao mis ojos de nio vean anidar las cigeas y seguan su sesgado vuelo

    blanco y negro11

    . La niez de Jos Mara disfrut de alguna temporada veraniega enSantander (destino ocioso de muchos castellanos) y en Tudanca: en verano de 1895,apenas con tres aos, Jos Mara visit por primera vez la Casona que acabara here-dando. En ella, en aquel entonces y hasta su fallecimiento en 1899, ejerca de patriarcael to Antn, hermano de Manuel y Francisco (el don Celso de Peas arriba, de Pere-da).

    En Valladolid curs Jos Mara sus estudios de Bachillerato como alumno externo vi-gilado. Realiz sus exmenes en el Instituto General y Tcnico de la capital castellana,entre 1902 y 1907, con aprobados en Ciencias y sobresalientes en Letras. Entre los aos1907 y 1912 curs la carrera de Derecho y Ciencias Sociales en la Universidad Literariade Valladolid. En junio de 1912 hizo los ejercicios para el grado de licenciado, con p-tima calificacin. Algunos de los jvenes alumnos que coincidieron en Valladolid fre-cuentaban el principal centro local de la cultura, el Ateneo, con Narciso Alonso Corts,Federico Santander, Eduardo Garca de Enterra (padre), Ricardo Alle, Fernando deLapi, etc. De estos aos tambin procede la relacin de Cosso con el poeta Jorge Gui 9 El dato errneo del ao de nacimiento (1893 por 1892), consta en la nota escrita para la RAE, comodestaca DIEGO, G., 1977, p. 300.10

    ACT, Artculos sobre Jos Mara de Cosso: P. G. Somoza, Jos Mara de Cosso. Semblanza amical,s.f.11

    ACT, Artculos de Jos Mara de Cosso: Versos del tiempo pasado, Arriba, s.f.

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    lln12, el poltico Jos Mara Semprn Gurrea (padre del novelista Jorge Semprn y pa-

    riente del ministro Miguel Maura13

    ) y Manuel Azaa. En 1912 conoci a Miguel deUnamuno, cuando fue a Valladolid para dar una conferencia en el Crculo Liberal. Juntoa sus devaneos literarios (parece claro que de 1912 son los primeros escritos de Cosso

    que se conservan, la mayora inditos, en la Casona14

    ), Somoza y Jos Mara se apasio-naron por los toros: De todos aquellos de Valladolid indiferentes ante los toros aJos Mara y a m nos una el aglutinante de la aficin. Nos pelebamos: yo defendiendola digna historia ya en su ocaso de Ricardo Bomba y l atacndome con el desper-tar de un torerito nuevo: Joselito el Gallo15.

    2. Estudios en Madrid y Salamanca

    La estancia juvenil de Cosso en Madrid, aunque fue breve, result decisiva. Fue enton-ces cuando conoci al torero Joselito, con quien vivi un tiempo en la madrilea callede Arrieta, y al ganadero Alipio Prez-Tabernero. Se matricul para realizar el doctora-do en Derecho en el curso 1912-1913; aunque no lo termin nunca16, la experienciauniversitaria tuvo el inters de que all fue alumno de Gumersindo Azcrate y FranciscoGiner de los Ros, muy amigos, por cierto, de su to abuelo, Manuel Bartolom Cosso,que resulta otro de los protagonistas del institucionalismo.

    Prez-Tabernero le anim a continuar sus estudios en Salamanca, donde, sin embargo,habra de frecuentar mucho ms las ganaderas que las aulas: imbuido por la pasin tau-rina y la relacin con Joselito, trab amistad con casi todos los ganaderos salmantinos yde ellos aprendi la atencin al toro, sus condiciones y las observaciones para la lidia.De su poca salmantina Cosso dej escrito un hermoso elogio de Unamuno en Re

    12 Segn una carta de Guilln, fechada el 5 de febrero de 1940, en GUILLN-COSSO, 2002, p. 187:Adems, nos conocemos Sabes ya cuntos aos hace, querido Jos Mara? Pues unos treinta. Ya!.13

    Semprn Gurrea fue, sin duda, el mejor amigo de Cosso cuando aquel fue nombrado Gobernador deSantander, hacia 1931. Cosso se afili al Partido Republicano Conservador de Miguel Maura, con Josdel Ro Sainz y Fernando Quintanal. En noviembre de 1933 Quintanal y Cosso se presentaron a las elec-ciones. Vase la cronologa que tambin ofrecemos. 14

    De julio de 1917 es un breve texto, Sobre libros de comida, que es una resea del libro Marichu, deLuis de Ocharan, y en el que Cosso hace esta confesin: No por falsa modestia mas por sincero conoci-miento de mi falta de cultura e imaginaciones he resistido a solicitaciones de mis amigos y aun de mideseo confabulados a veces para vencer mi aversin a la letra de molde. A partir de 1920, sin embargo,Cosso ser, con algunas etapas de menor actividad, un prolfico colaborador de la prensa y las revistasespecializadas en filologa.15 ACT, Artculos sobre Jos Mara de Cosso: P. G. Somoza, Jos Mara de Cosso. Semblanza amical,s.f.16 Segn DIEGO, G., 1977, pp. 300-301, no quiso inscribirse en el censo de catedrticos por no sacrifi-car su legtima vocacin de ciudadano libre en la repblica de las Letras por la que se pase a lo largo desu vida como por su propia casa.

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    cuerdos de Don Miguel (Boletn de la Real Academia Espaola, 1965)17: aoraba lospaseos acompaando a Unamuno y al poeta ciego Cndido Rodrguez Pinilla por la ca-rretera de Zamora, que Unamuno llamaba soadero feliz de mi costumbre, y el prado

    de Panaderos18

    ; o sus estancias en el colegio de San Ambrosio o el convento de SanEsteban, cuando haca mal tiempo, juntndoseles a veces los profesores Pascual Meneu

    y Luis Maldonado19

    . En esos paseos vespertinos Cosso escuchaba de la propia voz delautor novelas por entonces inditas, como Abel Snchez, La ta Tula o Nada menos quetodo un hombre. No fueron los nicos tesoros literarios que disfrut Cosso en Salaman-ca. Particip en varios recitales poticos; por ejemplo el del poeta Demfilo de Buen,cuyo ritmo sosegado del verso inspir a Cosso un soneto encomistico.

    Cosso, empedernido soltero, se escapaba con bastante frecuencia de Salamanca a Ma-drid, donde asista a las tertulias del caf Nuevo Levante o el caf Varela. Era esta unaoportunidad para el encuentro con Valle-Incln, Ricardo Baroja, Bagara, Penagos, loshermanos Machado, etc. Una charla muy posterior de Antonio Daz-Caabate refera elambiente de los cafs de la poca, entre ellos el Suizo, el Fornos, el de Pombo o el SanMilln20.

    3. Conocimiento y amistad de Joselito

    Uno de los libros de Cosso que se quedara en proyecto fue la biografa de Joselito(Sevilla, 1895-Talavera de la Reina, 1920). Se habra titulado Gallito y su tiempo, y sehabra enriquecido no slo de sus recuerdos personales, sino de las catorce carpetas conprogramas y recortes de prensa de todas y cada una de las actuaciones del diestro sevi-llano. Este material se lo entreg en 1962 Lola, hermana de Joselito y viuda de IgnacioSnchez Mejas, recopilado, por orden del mismo Joselito, por el administrador de sucuadrilla, Antonio Parra, Parrita, quien, por cierto, public en 1921 Joselito. Su vida ysu muerte. Tambin habra ocupado Joselito un precioso espacio en la autobiografa deCosso, si es que ste las hubiera escrito, tal y como tambin lleg a proyectar. Apartede otras intervenciones que no han dejado constancia documental, Cosso dio, en todocaso, testimonio de su amistad en el artculo que public en El Golletazo de Valladolid 17 Recuerdos de Don Miguel, Boletn de la Real Academia Espaola, tomo XLV, cuad. CLXXIV-CLXXV (enero-agosto 1965), pp. 19-28. Tambin el Prlogo a VILLARRAZO, R., 1959, pp. 9-11.18

    Sobre la obra de Cndido Rodrguez Pinilla escribe Cosso en Cincuenta aos de poesa espaola(1850-1900), Madrid, Espasa-Calpe, 1960, pp. 1270-1275 y en Recuerdos de Don Miguel, art. cit., p.21.19

    Recuerdos de Don Miguel, art. cit., pp. 22-23. 20 Fue la conferencia Los cafs que dio en el Club Urbis, el 22 de enero de 1963, a la que asisti Cosso,buen amigo de Antonio Daz-Caabate. La conferencia acompaaba la exposicin antolgica de ilustra-dores del Blanco y Negro, suplemento de ABC (1891-1918).

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    en julio de 191421

    ; en un captulo de Los toros en la poesa castellana (1931); en la bre-

    ve pero intensa biografa incluida en el tomo III de Los toros (1943)22

    ; y en el Panegri-

    co de Joselito (1953)23

    .

    Cosso probablemente asistiera a alguna de las novilladas de Joselito en Madrid, en elverano de 1912. Juan Pablo Prez Caballero, admirador de Rafael Gmez, El Gallo,hermano mayor de Joselito24, fue quien les present: Congeniamos enseguida, pues mitemperamento se apartaba, como el suyo, de la frivolidad y de la jarana a que tan dados

    han sido los toreros de toda poca25

    . Durante sus estancias madrileas, Cosso viva encasa de Joselito, en la calle de Arrieta. Acompa Cosso cuanto pudo al torero, desdeque en octubre de 1912 tomara la alternativa en Sevilla de manos de su hermano RafaelEl Gallo. Vivi Cosso casi en primera persona la rivalidad de su amigo con Juan Bel-monte (del que tambin sera entraable amigo), sus graves cogidas en Bilbao, Zaragozao Madrid, los encierros del torero con seis astados en Madrid, Mlaga, Andjar, SanSebastin, Almagro, Sevilla y Valencia, as como sus triunfos rotundos en Madrid oBarcelona. Es pieza conocida del museo de Tudanca el kilomtrico de tren que per-mita a Cosso acompaar a la cuadrilla de Joselito como si de un banderillero ms setratara. Pero el 16 de mayo de 1920 resultara una fecha fatdica: Joselito mora en laplaza de toros de Talavera de la Reina, ante el toro Bailador. Cosso acompa el fre-tro a Sevilla con Ignacio Snchez Mejas, quien precisamente en marzo del ao anteriorhaba tomado la alternativa de manos de su cuado. Su recuerdo habra de acompaarsiempre a Cosso, que recibi con la muerte de su amigo un dursimo varapalo personal.De hecho, pas un tiempo encerrado en Tudanca y escribi las Epstolas para amigos,prcticamente su nica obra de pura creacin, que inclua un emocionado poema sobreel amigo fallecido. De alguna manera, su recuerdo se prolongaba en Belmonte, a quienle unira gran amistad: Nunca sabrn los aficionados lo que la fiesta de toros debe aJuan Belmonte por haberla orientado con su patetismo hacia la tragedia, y por su plsti

    21

    Creo que este artculo, firmado con una J., es de Cosso, a quien se llamaba a veces Jos. La infor-macin que aporta es perfectamente plausible dentro de la ntima relacin que mantena con el torero. Y,adems, la cabecera de la publicacin es de Valladolid, donde a Cosso le deba de ser bien fcil publicar.22

    En concreto, Los toros. Tratado tcnico e histrico, 1943, tomo III, pp. 364-379.23

    Gregorio Maran Posadillo y su hijo, Gregorio Maran Moya, consideraban este texto una de laspiezas maestras de Cosso: ACT, Epistolario, cartas de Gregorio Maran Posadillo, Madrid, 26-XII-1953, y Gregorio Maran Moya, Madrid, 10-I-1954. El Panegrico de Joselito est incluido al final deltomo IV de Los toros. En ACT, Epistolario: carta de Rubens Ferreira de Mello, Madrid, 20-I-1954, lee-mos, sobre el Panegrico: Qu estampa tan bella, y tan llena de nostalgia y melancola, ha conseguidotrazar su pluma maestra! La figura del famoso Joselito revive ante aquellos que le conocieron y se agran-da en la imaginacin de los que tan slo supimos de su arte por recuerdos llenos de admiracin y cario.24 Cosso publicara muchos aos ms tarde El gran torero bueno, Rafael, ABC, 16-X-1957, p. 54.25

    Palabras de Los toros, citadas en GMEZ DE TUDANCA, R., 2000, p. 78.

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    ca hacia un tipo de arte, hiertico y tremendo, del que empezaron a gustar los ms inde-pendientes de nuestros artistas. Entonces empez a gustarse de la fiesta como de un es-pectculo que no ceda en valores estticos a ninguno, con ms la aadidura trgica que

    tan soberanamente aport a la fiesta el gran torero26

    .

    4. La Casona de Tudanca, la Tablanca de Peas arriba

    La vida de Jos Mara de Cosso empez y acab en Valladolid y tuvo por escenariosfundamentales ciudades como Salamanca, Madrid y Sevilla27. Pero encontr su msgenuino desarrollo, tanto en lo ms intrincado de su personalidad como en lo ms cono-

    cido de su obra literaria28

    , en un pueblo del valle cntabro del Nansa. Recibi en heren-cia la Casona de Tudanca, el escenario que haba servido a Jos Mara de Pereda paraambientar la Tablanca de Peas arriba. Aunque fue su hermano mayor, Francisco,quien se encarg durante aos de gestiones referidas a la Casona, y as lo cuenta en suvalioso libro Confesiones, desde muy joven se interes el joven seor Jos Mara porlas costumbres patriarcales de su pueblo, sus ascendientes ilustres, la biblioteca y losrecuerdos que se mezclaban con los objetos ms cotidianos en su retiro montas, que leservira de refugio durante los meses estivales.

    La historicidad de Peas arriba aparecera desarrollada como artculo en el Boletn dela Biblioteca de Menndez Pelayo correspondiente al primer trimestre de 1933 y tam-bin, sin apenas variaciones, en el conjunto de estudios sobre Pereda que el Ateneo deSantander le premi en 1934. Peas arriba era la crnica familiar de su casa; yCosso dedicara todo su esfuerzo a hacer verdadera la historia y a que salga airosa la

    tesis de Pereda. El pueblo era un lugar inespacial, como lo fue en la novela29

    , al que

    26

    ACT, Artculos de Jos Mara de Cosso: Los poetas y los toros, s.l., s.f. (1942?).27 DEZ-CRESPO, M., La Casona de Tudanca, ABC, 7-IX-1980, p. 28: Sevilla sabe mucho de Cosso:la Maestranza, el palacio de Las Dueas, el de Santacoloma, la casa de Miura y hasta el mismsimo Rin-concillo. De esta suerte, puede decirse que recorri su paladar y su vista toda la escala social, comodice el Tenorio.28

    ACT, Artculos sobre Jos Mara de Cosso, Madrid, 5-III-1963. Leemos en GMEZ DE TUDANCA,R., 2000, p. 95: La mayor parte de sus escritos, si se exceptan Los toros, estn elaborados en Tudanca.En Madrid toma apuntes en bibliotecas y hemerotecas, fomenta indefectiblemente sus tertulias, va al ciney a los conciertos musicales; no se pierde los buenos partidos de ftbol y los toros, y es el invitado mscodiciado en incontables mesas y en interminables sobremesas.29

    COSSO, J. M., Estudio preliminar a Jos Mara de Pereda, Obras completas, Madrid, M. AguilarEditor, 1948 (5 ed., 1 ed. de 1934), tomo I, pp. 35-36: En Peas arriba [Pereda] llega a dar la sensacinde inespacialidad. Aquellos sucesos desarrollados en el limitadsimo mbito de una aldea perdida en laMontaa [Tablanca=Tudanca] parecen acaecidos, pese a las continuas referencias locales, en un lugarindeterminado del planeta y entre hombres de cualquier tiempo y cultura, sin que de sta destaque comoelemento indispensable sino lo que un civilizado occidental no puede eludir, porque es su atmsfera nece-saria: el sentido cristiano de aquel vivir.

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    haba que mantener en la tradicin de los mayores. En sus poemas, la mayor parte in-ditos, se repeta un tema: la bucola de la vida retirada, un beatus ille atemporal y ana-crnico para los tiempos del cine y la supervivencia en las ciudades. En sus primerastemporadas en Tudanca, ya como estudiante graduado, Cosso comenz un libro titula-do Historias de la casona de Tudanca, que nunca publicara, pero cuyos apuntes se con-servan. Consideraba Cosso que estaba cumpliendo un deber familiar y no slo por res-catar las heroicidades de personajes pretritos: su bisabuelo, el discreto poeta Manuel dela Cuesta, empez a redactar una biografa de Gregorio de la Cuesta, el militar, aprove-chando el epistolario y la memoria familiar, y Cosso se senta obligado a continuar conesta labor de recuperacin de nombres y de hazaas. As public Noticia de D. Manuelde la Cuesta y sus versos en el Boletn de la Biblioteca de Menndez Pelayo (1932),que incluy ms tarde en el volumen El Romanticismo a la vista (1942). Tambin leinteresaba Pascual Fernndez de Linares, el fundador de la fbrica de la casona (no dellinaje: muri sin descendencia), labrador soltero, que vivi con una sobrina; dice Cossoque sali de Tudanca con un pan y una borona. Y volvi con caudales para comprar a

    Tudanca toda30

    . Y adquiri, al menos, una parte del pueblo: se hizo don Pascual la ca-sona, salvando los desniveles del terreno, con capilla aneja. En tiempos de Ensenadavivi en el prximo pueblo de La Lastra Francisco Toms de la Cuesta Velarde, labra-dor hidalgo que tuvo seis hijos, entre ellos, dos colegiales en Murcia y otro, Gregorio,que estudi gramtica en el pueblo montas de Bielva... Gregorio lleg a ser CapitnGeneral y Gobernador del Supremo Consejo de Castilla. Con pequeas notitas en letraminscula y no siempre bien legible, por cierto, Cosso, hurfano de padre y madre,pretenda hilar los hechos de sus patriarcas con nimo erudito y paciencia de genealo-gista: En este ambiente rural y primitivo ocupaba la familia de los Cuestas una situa-cin de preeminencia, sin disputa ni recelo, que la obligaba a ejercer un benfico pa-triarcado, una misin de protectorado moral, que, prolongndose durante el siglo XIX,haba de dar a Pereda ocasin de tomar pueblo y Casona por modelos para su magnfica

    novela poemtica Peas Arriba31

    .

    5. Cosso, editor: Libros para amigos

    Libros para amigos fue el proyecto editorial ms importante de Cosso por cuentapropia (en los cuarenta volcara sus inquietudes editoriales en la direccin de la colec-cin Austral para Espasa-Calpe). El conjunto de la coleccin est compuesta por lassiguientes obras no venales, editadas a sus expensas: Epstolas para amigos, del propio

    30

    ACT, Notas, Apuntes, Otros: Historias de la casona de Tudanca, ms., s.f.31

    COSSO, J. M. de, Noticia de D. Manuel de la Cuesta y sus versos, en El Romanticismo a la vista.Tres estudios, Madrid, Espasa-Calpe, 1942, p. 177.

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    Fundacin Ignacio Larramendi 10

    Cosso (Valladolid, 1920); La belleza y el dolor de la guerra. Versos de un neutral, deJos del Ro Sainz (Valladolid, 1922); Soria. Galera de estampas y efusiones, de Ge-rardo Diego (Valladolid, 1923); Rimas de dentro, de Unamuno (Valladolid, 1923); Es-tampas extremeas con su marco, de Francisco Valds (Valladolid, 1924); Sobre latumba de Enrique Menndez y Pelayo. Corona potica de sus amigos (Valladolid,1924); gloga en la muerte de doa Isabel de Urbina, de Pedro de Medina Medinilla(Santander, 1924); El amor y el dolor en la tragicomedia de Calisto y Melibea (Notas almargen de la Celestina), de Tefilo Ortega (Valladolid, 1927); Cuaderno de un confi-nado espaol, de Francisco de Cosso (Santander, 1927); Sobre todas las cosas, deFrancisco Antn (Valladolid, 1927); y El alba del alhel, de Rafael Alberti (Santander,1928). Aunque la nmina de autores es magnfica, Cosso no consigui publicar un libro

    de Alejandro Nieto32

    y de Azorn, al que lleg a pedir un ensayo sobre Francisco deQuevedo, en concreto la Defensa de Epicuro33. Otro autor que se qued en el tinterofue Federico Garca Lorca, que conoca el proyecto editorial, y al propio Cosso, desde

    192434

    .

    Epstolas para amigos (1920)

    En verano de 1920 Cosso ya tena escritos buena parte de los poemas de este libro, queley a los poetas santanderinos Jos del Ro Sainz, Pick, y Gerardo Diego, cuando levisitaron en Tudanca en aquellas semanas de pena por la muerte de Joselito35. Sobreaquella lectura escribi Pick: Recuerdo an la impresin que nos causaron aquellosversos, de impecable forma, de clsica y sabia urdimbre, en los que el poeta aparece

    32

    Se infiere este dato del prlogo de Jos del Ro Sainz a NIETO, A., 1933, pp. 13-14: Era tanto sudesdn por la exhibicin, que, poco antes de su muerte, trat de publicar Jos Mara Cosso las composi-ciones sueltas de Alejandro en un tomo que se propona editar a su costa, y no le fue posible por la resis-tencia que Nieto opuso.33 ACT, Epistolario: carta de Azorn, Madrid, 28-XI-1925. La aceptacin de la propuesta la haba escritoAzorn el 1 de enero de ese ao.34

    FGL, D-64, carta de Federico Garca Lorca a sus padres, 1924: Anteayer estuve en casa de EugeniodOrs leyendo poemas y all estaba un seor editor que edita libros y se los regala al editado para que a suvez los regale si quiere. Ya ha editado varios y me pidi uno. Aunque esto no me dar absolutamentedinero al menos estar el libro editado sin que nada me cueste (el subrayado es de Lorca). Vid. TambinFGL, COA-213, carta desde Valladolid, 21-IV-1925.35 ACT, Epistolario: carta de Jos del Ro Sainz, Santander, 13-VII-1920: Recogiendo su cariosa invi-tacin le anuncio que el prximo domingo caer por all. / Pensamos, porque conmigo irn Gerardo Die-go, un catedrtico muy joven y poeta excelente a quien Vd. debe conocer del Ateneo, y Jos Ciria Esca-lante, ir el sbado a Reinosa, dormir all, y al amanecer del domingo, hacer a pie el itinerario de Pereda,en Peas arriba. Artigas tambin creo que tiene intencin de ir aunque no a pie. Al final slo van l yGerardo Diego. Una carta de Diego a principios de agosto de 1920 confirma tambin la visita, en DIEGO-COSSO, 1996, p. 25, carta 1. La suposicin de que Cosso debe de conocer a Diego del Ateneo se basaen la repercusin de las polmicas conferencias que a partir de noviembre de 1919 protagoniz el jovenpoeta, sobre Renovacin artstica y potica.

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    hermanado con el pensador y con el humanista, con el hombre de copiosa lectura y dealtas ideas [...] Esas epstolas, de noble y clsico abolengo, fueron escritas sin pensar enla publicidad. Recluido Cosso en la Casona de Tablanca, como en un magnfico santua-rio, y privado de la comunicacin directa con sus amigos y hermanos de letras, llenabala necesidad espiritual del dilogo, sobre temas que le preocupaban, confiando a la plu-

    ma y al verso lo que la distancia no permita a la voz36

    .

    La belleza y el dolor de la guerra, de Jos del Ro Sainz (1922)

    Varios hechos de notable fortaleza biogrfica unieron al periodista Jos del Ro Sainz,Pick, con Cosso37. En los aos 20 se vean en la redaccin de La Atalaya, en la santan-derina calle San Francisco nmero 23, con intercambio de tertulianos itinerantes y por latarde en el Ateneo o el Caf Bulevard, con el directivo racinguista Ramn Santiuste,Cachano, entre otros. Tenan adems un importante amigo comn: el poltico Juan JosRuano de la Sota. Y Pick, periodista y poeta, fue quien present a Cosso a GerardoDiego, a Luys Santamarina y a Len Felipe; de ste, precisamente, hizo entrega a la

    Casona del manuscrito Versos y oraciones del caminante38

    . Cosso public a del RoSainz en su coleccin de Libros para amigos y facilit que un libro aparentementepolmico, Hampa, evocacin del mundo prostibulario, saliera a la luz. Tambin enton-ces escribi Cosso sobre el ilustrador de Hampa, el pintor santanderino Francisco Gu-tirrez Cosso (Pancho Cosso), que haba expuesto con gran xito en el Ateneo de

    Santander en mayo de 1921 y al que su hermano Francisco conocera en Pars39

    . Es biennutrida la correspondencia durante el proceso para el fallo del Premio Fastenrath que,finalmente, la Real Academia Espaola entreg a Pick, en su edicin de 1925, por losVersos del mar y otros poemas40.

    Rimas de dentro, de Unamuno (1923)

    36

    ACT, Artculos sobre Jos Mara de Cosso: Jos del Ro Sainz, Pick, Un libro del castellano de Ta-blanca, La Atalaya, 7-I-1921.37 Sobre Pick, PREZ GUTIRREZ, F., 2003; PASTOR, J. M., 2007; y CRESPO LPEZ, M., 2009b,pp. 240-245.38

    GMEZ DE TUDANCA, R., Len Felipe en la Casona de Tudanca, El Diario Montas, 21-VII-1984. Sobre el ambiente cultural santanderino de los aos veinte, CRESPO LPEZ, M., 2009a, pp. 19 yss.39

    ACT, Artculos de Jos Mara de Cosso: Francisco G. Cosso, s.l., s.f.40 La correspondencia sobre el Premio, en ACT, Epistolario, se extiende entre el 26 de noviembre de 1924y mayo de 1925.

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    En junio de 1923 Cosso editaba en su coleccin las Rimas de dentro de Unamuno, que sepresentaron en el Ateneo de Valladolid; admiraba Cosso en el profesor bilbano su varie-dad de intereses y esa nica preocupacin que ansiaba, la anhelosa necesidad de no mo-

    rir41

    . En agosto de aquel ao, antes de su destierro, Unamuno pas en Tudanca veintedas, de los que dejara constancia en varios artculos que se incluiran en la recopilacin

    Paisajes del alma42

    . Fueron aquellos das de restaurador sosiego en el ajetreo de su vidapolmica. Al despedirse pudo decir con entera propiedad, referidas a esta aldea, las pala-bras que poco antes dejara escritas en el lbum del Monasterio de Silos. Desde Silos, quees la paz, vuelvo a la vida, que es la lucha. Su estancia en esta casa la conmemor con

    cinco correspondencias en La Nacin de Buenos Aires43

    . Cosso escriba estas palabrasen un artculo para Verso y Prosa que sali publicado en marzo de 1927, y que era en smismo toda una declaracin de intenciones: por un lado, porque Unamuno estaba enton-ces desterrado por Primo de Rivera; por otro, porque con el veterano profesor de Sala-manca iban a contar los jvenes poetas para su Homenaje a Gngora, ante cuya efemri-

    de, como es bien conocido, Unamuno prefiri mantenerse al margen44

    . Unamuno dej en

    Tudanca once pajaritas de papel45

    y tres dedicatorias en libros de la biblioteca de Cosso46,en concreto en Del sentimiento trgico de la vida, el primer tomo de los Ensayos editadospor la Residencia de Estudiantes y un ejemplar de las Rimas de dentro.

    41

    ACT, Conferencias, Notas, Otros: Prlogo de Cosso a la Antologa potica de Unamuno en Austral,copia mecanografiada.42

    Paisajes del alma, Madrid, Revista de Occidente, 1944, Recordando a Pereda, pp. 35-42. Los artcu-los se publicaron en La Nacin de Buenos Aires (21-X y 4-XI-1923) y Nuevo Mundo de Madrid (7-IX-1923); a ellos hay que unir Una civilizacin rstica y El Prado Concejo y el ciliebro de la tierra fe-chados en Tudanca el 27-VIII-1923.43

    Tres dedicatorias, Verso y Prosa, 3 (marzo 1927), p. [3]. En ACT, Epistolario: carta de CndidoRodrguez Pinilla, Ledesma (Salamanca), 14-IX-1923: Supongo que ya no estar all el maestro Perocunto habr gozado con su estancia entre esos riscos y montaas que son como la forma plstica de supropio carcter! Y qu de cosas trair que contar! Pronto D.m. ir yo a la ciudad para que me las cuente.Y all, y con tal motivo, ambos le recordaremos a V..44

    ACT, Correspondencia a otros, carta de Miguel de Unamuno a Jorge Guilln, Jos Bergamn, PedroSalinas, Gerardo Diego, Dmaso Alonso, Federico Garca Lorca y Rafael Alberti, Hendaya (Francia), 15-II-1927: No he tenido ocasin de com-prender ni menos de con-sentir a Gngora. Lo le, algo deprisa yflojamente y como por cumplir un deber de poeta espaol, en Tudanca, en casa de nuestro bonsimo JosM. de Cosso, pero se me escap y no logr con-geniar con l, con Gngora.45

    GMEZ DE TUDANCA, R., Las pajaritas de Unamuno en Tudanca, El Diario Montas, 14-XII-1980.46 Cosso publicar las dedicatorias, no sin intencin, en Verso y Prosa, 3 (marzo 1927), p. 3. Sobre lavisita de Unamuno, tambin ACT, Artculos de prensa. Otros artculos: Francisco de Cosso, Ensayos.Un viaje V, El Norte de Castilla [?-1923].

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    gloga en la muerte de doa Isabel de Urbina (1924)

    Otro de los hitos de la coleccin Libros para amigos, aparecido en agosto de 1924, essin duda la gloga en la muerte de doa Isabel de Urbina de Pedro de Medina Medini-lla, descubierta por Cosso y Gerardo Diego en la propia biblioteca de la Casona de Tu-danca. En el prlogo, Diego contaba el hallazgo, un domingo de mayo, al hojear el tomoVII del Parnaso Espaol. Coleccin de poesas recogidas de los ms clebres poetas

    castellanos por Juan Jos Lpez de Sedano (1778)47

    .

    Sobre la tumba de Enrique Menndez y Pelayo (1924)

    Libro destacado de la serie es Sobre la tumba de Enrique Menndez y Pelayo. Coronapotica de sus amigos. Parece que la idea de dedicarle un libro al hermano de don Mar-celino haba nacido del admirado Gerardo Diego48. Cosso tambin guard gran aprecioal menor de los Menndez: Sol filtrado entre nieblas ser siempre el smbolo de estepoeta montas, sol templado y acariciador, que ni ciega ni abrasa, pero que consuela yalivia49. Se imprimi la obra en Valladolid en junio de 1924 y se hicieron doscientosejemplares. Cosso logr que participara en l una generosa representacin de poetas:Narciso Alonso Corts, Miguel Artigas, Jess Cancio, Arturo Casanueva, LeopoldoCortejoso, Francisco y Jos Mara de Cosso, Gerardo Diego, Luis de Escalante, ConchaEspina, ngel Espinosa, Flix Garca Olmedo, Jorge Guilln, Fernando de Lapi, Al-berto Lpez Argello, Alejandro Nieto, Elas Ortiz de la Torre, Vicente de Pereda, Josdel Ro Sainz, Cndido Rodrguez Pinilla, Ramn de Solano, Andrs Torre Ruiz y JosMara Vela de la Huerta.

    El alba del alhel, de Rafael Alberti (1928)

    La relacin epistolar entre Alberti y Cosso se inici a mediados de 1926. Pocos mesesms tarde, a comienzos de 1927, le envi el manuscrito de El alba del alhel para sucoleccin50. Las gestiones para publicar la obra se demoraron durante casi dos aos,hasta octubre de 1928, en buena parte por culpa de los problemas de La Atalaya, empre-sa editora. Meses antes, en abril de 1928, haban llegado Cosso y Alberti a Tudanca,hecho que en La arboleda perdida evoc el poeta gaditano con estas palabras: Yo me 47

    DIEGO, G., 1924, pp. 11-12.48 As lo reconoce el propio Cosso en Artigas entre nosotros, Boletn de la Biblioteca de MenndezPelayo, XXIII, n 4 (1947), p. 38.49 Cincuenta aos de poesa, op. cit., p. 1007; dedica a Enrique Menndez Pelayo las pp. 1002-1007.Escribi tambin Recuerdo de Enrique Menndez y Pelayo, ABC, 30-III-1951.50 ACT, Epistolario: Rafael Alberti, Madrid, enero 1927, tambin en ALBERTI, R.-COSSO, J. M. de,1998, p. 27-28.

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    arrancaba de otro amor torturante, que an me tironeaba y me haca vacilar antes derefugiarme en aquel puerto. Aquella estancia en el pueblecito montas resultara inol-vidable para Alberti51. Por lo dems, los amigos saban del retiro del gaditano; porejemplo El Nio de la Palma, que escribi el 22 de mayo52, o Manuel Altolaguirre, queles recordaba desde Mlaga: Esta carta para dos amigos me entusiasma. Aunque la leauno primero y despus el otro, yo me creo que la leeris a un tiempo, con la mano de

    Rafael sobre el hombro de Jos Mara, que sois dos carios sobre un mismo espejo53

    .Esos dos carios tambin se peleaban en la convivencia de aquella cotidianidadamistosa, como habra de recordar Alberti algn tiempo ms tarde: He pensado muchasveces en Tudanca. Me acordaba de nuestras peleas y de las tortillas con champin54.El da 1 de mayo dieron un recital en el Ateneo de Santander; all conoci a Alberti,entre otros, el poeta de Comillas Jess Cancio. Tambin hicieron parada en Torrelavega.En mayo visitaron a Gerardo Diego en Gijn, donde conocieron a Luis lvarez Pier yBasilio Fernndez.

    El da 20 de mayo, domingo, Cosso y Alberti fueron a Santander para ver la final deCopa del Rey entre el Barcelona y la Real Sociedad que se disputaba en los Campos deSport del Sardinero. All quedaron con Jos Samitier, esplndido delantero del F.C.Barcelona. Durante la primera parte del encuentro, Choln, delantero de la Real Socie-dad, lesion al portero del Barcelona, Platko. La lesin pareca grave pero, entre el deli-rio de los aficionados, Platko se reincorpor al partido en la segunda parte. El gesto lepareci tan heroico a Alberti, que compuso su Oda a Platko, que incluira en el libroCal y canto de 1929. Aquella noche ni Platko ni Samitier pudieron asistir a la cena quebrind a los jugadores la Federacin Espaola de Ftbol, encabezada por su presidente,Pedro Dez de Rivera, marqus de Someruelos. As lo cuenta en La arboleda perdida:Por la noche, en el hotel, nos reunimos con los catalanes. Se enton Els segadors y se

    51 En ACT, Epistolario: Rafael Alberti, Pars, 29-IX-1931: He pensado muchas veces en Tudanca. Meacordaba de nuestras peleas y de las tortillas con champin. Asimismo, en carta desde Pars, 10-II-1932: Ahora me acuerdo de Tudanca y de los meses que pas contigo y de mi libro de los ngeles. Haspuesto ya la lpida en el cuarto en donde yo escrib mis poemas?. Tambin, ms extenso, en la carta aRafael Gmez de Tudanca, Madrid, 24-XI-1992: Cunto me agradara volver por Tudanca. Pero eninvierno. Guardo conmigo todava ngeles, lluvia, viento y nubes. Y el recuerdo tierno de Carlota y lalarga imagen de D. Escolstico, el maestro. Qu feliz fui, dentro de la gran melancola y tristeza de aquelao! Qu maravilloso recitar poemas con Jos Mara: Quevedo, Lope, Garcilaso! Ahora ya nadie sesabe versos de memoria y los repite con entusiasmo, ALBERTI, R.-COSSO, J. M. de, 1998, pp. 52-53.52 ALBERTI, R.-COSSO, J. M. de, 1998, p. 72.53

    ALTOLAGUIRRE, M., 2005, n 118, p. 129, Mlaga, mayo-junio 1928. En esas semanas Altolaguirreasegura a sus dos amigos que est estudiando como un loco las oposiciones de Secretario de Ayunta-miento, cosa que no es cierta; vid. VALENDER, J., 2005. Otra postal a Alberti y Cosso, conservada enTudanca, la mandan desde Mlaga Salinas, Altolaguirre, Prados y Villaln.54 ACT, Epistolario, Pars, 29-IX-1931. Alberti escribi en diferentes ocasiones a Cosso con la nostalgiade su breve temporada en Tudanca.

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    ondearon banderines separatistas. Y una persona que nos haba acompaado a Cosso ya m durante el partido, cant, con verdadero encanto y maestra, tangos argentinos. EraCarlos Gardel, que haba iniciado a finales de 1927 una gira por Espaa.

    6. La Generacin del 27

    Entre las aportaciones concretas de Cosso a la denominada Generacin del 27 puedemencionarse el conocimiento de alguno de sus miembros a travs de firmes amistades(por ejemplo las de Guilln o Diego), la participacin directa en el homenaje a Gngoraque dio nombre al grupo, la aficin taurina que abri el abanico de temas y de relacio-nes de los poetas (por ejemplo, fue Cosso quien present a Snchez Mejas y Alberti),la trascendencia de su libro Los toros en la poesa castellana (Estudio y antologa)(1931, premiado con el Fastenrath y que se adelant en cierto sentido a la crucial Anto-loga de Gerardo Diego) o la animacin de mltiples iniciativas (como las revistas Cruzy Raya y Meseta). La importancia de Cosso en las celebraciones gongorinas del 27 en-contr oportuno eco en otro de sus protagonistas, Gerardo Diego, segn puede leerse enla necrolgica de su amigo, en 1977: Me parece oportuno recordar que la celebracinsevillana de otros actos del centenario, si se pudo realizar con el esplendor y las muysonoras campanadas que repercutiran en pocos aos por todo el universo mundo de lalengua y la poesa espaola, se hizo gracias a Cosso. l, con su arte y aquel para au-nar aficiones, estamentos y voluntades, fue el que present mutuamente a toreros ypoetas y singularmente a Ignacio Snchez Mejas. Este insigne diestro fue el que ide ysufrag la invitacin del Ateneo de Sevilla, a la que sucederan por sus pasos contadoslas otras conmemoraciones del centenario y lo dems que sigui hasta su propia muerte,motivo de la ms excelsa poesa55. En el homenaje se proyect la publicacin en Re-vista de Occidente de varios volmenes sobre Gngora: fueron Gerardo Diego, PedroSalinas, Rafael Alberti y Melchor Fernndez Almagro, quienes haban dado forma a la

    idea en abril de 192656

    . Finalmente slo aparecieron las ediciones de Soledades porDmaso Alonso, Romances por Cosso y la Antologa en honor de Gngora realizada

    por Gerardo Diego57

    .

    7. Reivindicacin de Villaln

    55 DIEGO, Gerardo, 1977, p. 307.56

    Vid. SALINAS-GUILLN, 1992, p. 65.57

    Vid. GARCA-POSADA, M., 1999, pp. 92-93.

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    En Sevilla Cosso comparti su amistad con poetas como Alejandro Collantes, EduardoLlosent, Rafael Porln y sus compaeros de Medioda58. Pero sus dos grandes amigossevillanos fueron escritores muy ntimamente relacionados con el mundo de los toros:Fernando Villaln e Ignacio Snchez Mejas. Entre los proyectos de animacin poticade Cosso figuraba un libro muy relacionado con el mundo taurino, La torada de Vi-llaln, el sorprendente poeta y ganadero sevillano, tan prximo a Garca Lorca en suraigambre potica, y que, para Cosso, era macizo y maduro, con la ancdota ruda eincreble en los labios y el entusiasmo primerizo y arrollador por la poesa movindole a

    escribir sin tregua, como con el afn de rescatar el tiempo perdido para la poesa59

    .Cosso y Villaln se haban conocido, al parecer, en la Feria de Abril del ao 1914. Enmayo de 1927 Snchez Mejas invit a Cosso a Sevilla, a la velada necrolgica en re-cuerdo de Joselito. Fue entonces cuando Cosso se enter de que Villaln escriba poe-mas: Tal fue mi sorpresa que pens al principio en algn pariente del mismo nombre yalcuia del Fernando que yo conociera, y a quien no vea iba ya para siete aos; perocomprobado que se trataba del mismo Fernando mi amigo, esper su visita y a poco

    tena en mis manos su primer libro de versos, Andaluca la baja60

    . De Villaln se con-servan en la Casona de Tudanca numerosos textos, sonetos inditos, la obra teatral DonJuan Fermn de Plateros y el material del libro De re taurina (publicado en 1956 como

    Taurofilia racial)61

    . En 1981, con motivo del centenario del poeta y ganadero sevillano,an se consideraba el prlogo de Cosso a la Antologa potica publicada por Juan Gue-rrero Ruiz como el gran trabajo analtico sobre su obra62.

    8. Recuperacin del Siglo de Oro

    Adems de la amistad entre ellos, hubo un aspecto de gran inters en esa Generacin yen el que encaja perfectamente Cosso, y fue que, segn l mismo expres, ningunageneracin de poetas ha estado tan prxima al saber erudito de la poesa por un extremoy al canto popular ms autntico por el otro, fundindoles con sabidura y con inspira

    58 Pedro Salinas es quien por vez primera le habla a Cosso de esta revista, en ACT, Epistolario: Sevilla,12-II-1927: Conoces Medioda? Es una revista que hacen unos muchachos jvenes muy entusiastas. Teagradecern que mandes algo; envamelo a m si quieres. Caso de no conocer la revista yo har que teenven un nmero.59

    ACT, Artculos de Jos Mara de Cosso: Poesa sevillana, Arriba, s.f. Facsmil del libro en el triplevolumen homenaje de la revista Litoral, n 97, 98 y 99 (1980).60

    Prlogo a Fernando Villaln, Poesas, 1944, p. 13.61

    Sobre ello, GMEZ DE TUDANCA, R., La obra de Fernando Villaln, Pea Labra, 34 (invierno1979-1980), pp. 9-16; y El hallazgo de la obra dramtica de Fernando Villaln en la casona de Tudan-ca, El Diario Montas, 6-VIII-1987.62 Vid. ABC, 30-XII-1980, p. 29; 14-I-1981, pp. 22-23, recogiendo el parecer de Manuel Halcn.

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    cin en el ms puro sentido romntico de esta desusada palabra63

    . Hay que tener encuenta, adems, la trascendencia de Los toros en la poesa castellana, libro que Azorn

    compar con el Horacio en Espaa de Marcelino Menndez Pelayo64

    . Dmaso Alonso,en su resea al libro, publicada a mediados de 1932, resaltaba un aspecto clave, habidacuenta de la crucial Antologa que publicara Gerardo Diego al poco tiempo: Es nove-dad, tambin, de la Antologa el admitir a los ms nuevos representantes de la poesa del

    siglo XX (Lorca, Alberti, Diego, etc.)65

    . Es decir, ya no es que Cosso animara yacompaase la aficin taurina de algunos poetas, convirtiendo los toros en tema de lapoesa, sino que incluy a alguno de los ms modernos (y la mayora con textos dehaca apenas tres o cuatro aos) en su repaso histrico sobre la lrica taurina: Lorca (conCorrida en Ronda de Mariana Pineda), Gerardo Diego (Torerillo en Triana y Ele-ga a Joselito), Rafael Alberti (El Nio de la Palma de El alba del alhel y Corridade toros y Eh, los toros! de Cal y canto), Fernando Villaln (Pelea de toros de Latorada y 801, 894 y Garrochistas de Romances del 800) y Adriano del Valle(Toros en Sevilla, en Papel de Aleluyas).

    Caracterstica del grupo del 27 (del 28, como a veces lo llama Cosso, parodiandocon supersticin decimal la denominacin de generaciones66), es la importancia de suscatedrticos y eruditos (Jorge Guilln, Pedro Salinas, Dmaso Alonso, Gerardo Diego,el propio Cosso) que unan lo popular y lo culto por medio de la investigacin filolgi-ca y la lectura y el redescubrimiento de poetas. El punto culminante de esa devocinclsica vertida en indagaciones e inquietudes comunes seguramente fuese el descubri-miento de la ya mencionada gloga de Pedro de Medina Medinilla. En 1931 Cossoprolog las Obras escogidas de Salvador Jacinto Polo de Medina, que mereci el elogiode Alonso: Cosso ha escrito un prlogo admirable, documentado y que revela sutilsensibilidad. Hay que recomendarlo muy de veras a todos los que hoy vuelven los ojos a

    nuestra literatura barroca67

    . Antes de la Guerra Civil, Cosso pensaba ya en un nuevoproyecto literario, las Fbulas mitolgicas de Espaa, que habran de publicarse en1952 con prlogo del mismo Dmaso. 63

    Prlogo a Fernando Villaln, Poesas, 1944, p. 18.64

    ACT, Artculos sobre Jos Mara de Cosso: Azorn, ndice de libros nuevos espaoles, Madrid, 1931:El libro de Menndez Pelayo es en realidad una historia de la poesa en Espaa y algo de Amrica yel libro de Cosso es tambin una historia, documentada, erudita, de la poesa en Espaa.65

    ALONSO, D., resea de Los toros en la poesa castellana, Revista de Filologa Espaola, tomo XIX,cuad. 2 (abril-junio 1932), pp. 199-200.66 Esta vinculacin a 1928 en vez de 1927 aparece en la resea a Aldeamediana de Eugenio dOrs, enEscorial, XIII (octubre 1943), p. 109. 67

    ALONSO, D., resea de Obras escogidas de Salvador Jacinto Polo de Medina, en Revista de FilologaEspaola, tomo XIX, cuad. 2 (abril-junio 1932), p. 199.

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    No es que las aportaciones filolgicas de Cosso fuesen excesivamente numerosas peros constantes a lo largo del tiempo y, en general, orientadas a dar a conocer parte de suslecturas sobre el Siglo de Oro espaol y singularmente, en lo que ms novedad aporta,la recuperacin de algunos autores culteranos. Un artculo como Imgenes creadas, enVerso y Prosa, era una intencionada lectura de aquellos poetas que de manera casi inau-dita haban buscado una imagen pura y creada, es decir, sin valor conceptual, ni conte-

    nido realista o traslativo68

    , en alusin evidente a las tendencias de la poesa de van-guardia que haca, entre otros amigos, Gerardo Diego. En el verano de 1925 comenza-ron las colaboraciones de Cosso en Revista de Occidente, la publicacin de Ortega quecontaba con un plantel de articulistas de primera fila; en ella abordaba Cosso, en tra-

    bajos de reducida extensin, temas diversos69

    , entre ellos el Siglo de Oro70

    , junto con la

    preocupacin por la literaturas portuguesa71

    y catalana72

    .

    En las jvenes revistas nacionales public aspectos relativos a Fray Luis de Len en

    Verso y Prosa73

    , Lope de Vega en Litoral74 y Papel de Aleluyas75

    , Garcilaso en Mese-

    ta76

    y Gutierre de Cetina en Verso y Prosa77

    , revista en la que tambin contribuy con

    un tema gongorino en el monogrfico en homenaje a Gngora, en junio78

    ; meses antes,

    68

    Imgenes creadas, Verso y Prosa, n 2 (febrero 1927), pp. 3-4.69

    Francisco Costa: Verbo austero, XXXIV, tomo XII (abril-junio 1926), pp. 121-123; Candores, es-plendores, XL, tomo XIV (octubre-noviembre-diciembre 1926), pp. 110-114; Metfora e imagen,XLIV, tomo XV (enero-marzo 1927), pp. 267-268; El escritorio de Silos, XLVI, tomo XVI (abril-junio1927), pp. 107-108; Caracteriologa, sntoma del momento, LIII, tomo XVIII (octubre-diciembre 1927),pp. 272-274; Clsicos olvidados, LXIV, tomo XXII (octubre-diciembre 1928), pp. 123-125. 70

    Leccin de rigor de Lope de Vega, XXXI, tomo XI (enero-marzo 1926), pp. 130-134.71

    El Amadis (1923) y la Diana (1925) en portugus, de Affonso Lopes Vieira, XXVI, tomo IX (julio-agosto-septiembre 1925), pp. 252-254.72

    Apuntes de recuerdos. El poeta Verdaguer, por el Conde de Gell, Marqus de Comillas, L, tomoXVII (julio-septiembre 1927). 73

    Intelectualismo potico, Verso y Prosa, 1 (enero 1927), p. [3].74 ACT, Epistolario: carta de Emilio Prados, Mlaga, 4-II-1927: Tengo aqu su tarjeta y hoy mismo leenvo el ltimo ejemplar que tenemos aqu en Mlaga del primer nmero de nuestra revista cuyo primerenvo seguramente se ha extraviado por el camino. Muchas gracias de Litoral a su saludo y felicitacin. lme encarga el ruego de su colaboracin que tanto desean sus pginas. Ser tan amable que acepte nues-tra invitacin?.75

    Notas en un club de natacin, Litoral, n 4 (abril 1927), pp. 17-22, con ilustracin de ngeles Ortiz;Atletismo, ascetismo, Papel de Aleluyas. Hojillas del calendario de la nueva esttica, ao I, n 3 (sep-tiembre 1927).76

    Un experimento de potica, Meseta. Papel de literatura, n 2 (febrero 1928), p. 5.77

    Trnsito itlico, Verso y Prosa, 11 (0ctubre 1928), p. [4].78

    Cultismo, Verso y Prosa, 6 (junio 1927), nmero homenaje a Gngora, p. [2].

  • Jos Mara de Cosso Martnez-Fortn (1892-1977). Aproximacin a su vida y obra

    Fundacin Ignacio Larramendi 19

    haba reproducido en esta publicacin las tres dedicatorias personales que guardaba de

    Unamuno79

    . En Verso y Prosa public un artculo sobre el tpico romntico de la lu-

    na80

    ; en Medioda escribi sobre el paso del tiempo en Gngora y Quevedo81

    y sobre

    Bcquer82

    . Para la revista coruesa Alfar, que diriga Julio J. Casal, public reseas de

    libros de Jos Osorio de Oliveira y de Fidelino de Figueiredo83

    , as como traducciones

    del portugus84

    . Rese en Meseta un libro de crtica y seleccin de poesa actual, Con-temporneos. Notas de crtica (Mxico, 1928), de Jaime Torres Bodet. Adems, Cossofigur entre los fundadores de Cruz y Raya. Revista de Afirmacin y Negacin, que diri-

    ga su amigo Jos Bergamn85

    . Public en ella artculos sobre sus temas predilectos,

    Pedro de Espinosa86

    , Caldern87

    , Gngora88

    , Francisco de Aldana89

    , los poetas milita-

    res90

    , Camoens91

    , Pereda92

    ... Por supuesto, frecuent la concurrida tertulia de Cruz y

    Raya y la casa de Bergamn y Rosario Arniches en la madrilea calle Velzquez93

    .

    79

    Tres dedicatorias, Verso y Prosa, 3 (marzo 1927), p. [3]80

    Un tpico romntico (1827-1927), Verso y Prosa, 10 (octubre 1927), p. [3].81

    El tiempo prisionero, Medioda. Revista de Sevilla, ao II, n VII (junio-julio 1927), pp. 2-3.82

    Tres notas al margen de Bcquer. Dificultades de lo complejo. Moradora de las nieblas. Poesa didc-tica, Medioda. Revista de Sevilla, XVII. La recepcin de esta colaboracin es uno de los temas delepistolario entre Cosso y Alejandro Collantes de Tern, que el 10 de septiembre de 1928 le escribe desdeSevilla: Su original de Bcquer nos ha gustado e interesado muchsimo. Y tenemos por seguro quenuestro homenaje brillar con luz propia. Muchsimas gracias en nombre de mis amigos y mo.83

    Alfar, ao V, n 51 (julio 1925). Los libros reseados son Oliveira Martins e Ea de Queiroz, de JosOsorio de Oliveira (Lisboa), y Torre de Babel, de Fidelino de Figueiredo (Lisboa, 1925).84

    Poetas portugueses. Aurique Pao DArcos, Alfar, ao VI, n 59 (julio 1926), con ilustracin deFrancisco Bores.85

    Tambin figuran Manuel Abril, Manuel de Falla, Alfonso Garca Valdecasas, Emilio Garca Gmez,Antonio Garrigues, Carlos Jimnez Daz, Antonio de Luna, Juan Llad, Alfredo Mendizbal, EusebioOliver, Jos Mara Pardo, Jos R. Manent,. F. Romero Otazo, Eduardo Rodrigez, Jos Mara SemprnGurrea y Manuel Torres. Secretario es Eugenio Imaz.86

    Pedro de Jess, Cruz y Raya, 7 (octubre 1933), pp. 104-129; Un ejemplo de vitalidad potica, laFbula de Genil de Pedro de Espinosa, 33 (diciembre 1935), pp. 43-66.87

    Racionalismo del arte dramtico de Caldern, Cruz y Raya, 21 (diciembre 1934), pp. 38-75.88

    Anecdotario incompleto de Don Luis de Gngora, Cruz y Raya, 5 (agosto 1933), pp. 53-73.89

    Francisco de Aldana, el Divino, Cruz y Raya, 13 (abril 1934), pp. 113-138.90

    Imperio y milicia, Cruz y Raya, 22 (enero 1935), pp. 69-97.91

    Los sonetos amorosos de Camoens, Cruz y Raya, 19 (octubre 1934), pp. 43-76.92

    De tal palo tal astilla. Origen y polmica de la novela de Pereda, Cruz y Raya, 12 (marzo 1934), pp. 8-31.93

    GMEZ DE TUDANCA, R., En el cincuentenario de Cruz y Raya, El Diario Montas, 27-III-1983.

  • Jos Mara de Cosso Martnez-Fortn (1892-1977). Aproximacin a su vida y obra

    Fundacin Ignacio Larramendi 20

    En una misma lnea de erudicin y gran finura de pensamiento, a la par que un ciertoafn por descubrir nuevas lecturas, cabe situar sus numerosas colaboraciones en el Bo-letn de la Real Academia Espaola entre 1930 y 1934 y la Revista de Filologa Espa-ola entre 1925 y 1935. En el Boletn public Cosso artculos sobre los poetas Alberto

    Lista94

    , Gumersindo Laverde95

    y Ams de Escalante96

    . Ramn Menndez Pidal dirigala Revista de Filologa Espaola, que contaba entre sus redactores con Amado y Dma-so Alonso, Amrico Castro, Vctor Garca de Diego, A. Garca Solalinde, Toms Nava-rro Toms y Federico de Ons. Tres eran los grandes temas en que podemos encuadrarlas notas de lector y breves reseas que escriba Cosso: el Siglo de Oro en un amplio

    abanico de temas97

    , la literatura portuguesa98

    y la poesa de Rubn Daro99

    . Adems delo publicado en revistas, en su Casona de Tudanca se conservan numerosas anotacionessobre los poetas de los Cancioneros bajomedievales, de novelas pastoriles, de las tradi-ciones italianista o castellanista, semipopulares del XVI, en pliegos sueltos, prerromn-ticos, romnticos...

    9. Los toros en la poesa castellana (1931)

    94

    Don Alberto Lista, crtico teatral de El Censor, Boletn de la Real Academia Espaola, ao XVII,tomo XVII, cuad. LXXXIII (junio 1930), pp. 396-422; ao XVIII, tomo XVIII, cuad. LXXXVII (abril1931), pp. 202-215.95

    Don Gumersindo Laverde y Ruiz, poeta montas, Boletn de la Real Academia Espaola, aoXVIII, tomo XVIII, cuad. XC (diciembre 1931), pp. 731-771.96

    Don Ams de Escalante, Boletn de la Real Academia Espaola, ao XX, tomo XX, cuad. XCIX(octubre 1933), pp. 548-568; ao XXI, tomo XXI, cuad. CI (enero 1934), pp. 63-81.97

    La fecha de Amar, servir y esperar, de Lope de Vega, tomo XII, cuad. 1 (enero-marzo 1925), pp. 70-72; La patria de Micaela Lujn, tomo XV, cuad. 4 (octubre-diciembre 1928), pp. 379-381; Sobre latransmisin del tema de Hero y Leandro, tomo XVI, cuad. 2 (abril-junio 1929), pp. 174-175; SobreFray Ambrosio Montesino, tomo XVIII, cuad. 1 (enero-marzo 1931), pp. 38-39; Una carta de Lope deVega, tomo XVIII, cuad. 2 (abril-junio 1931), p. 164; Sobre las fuentes de la leyenda de Zorrilla Abuen juez, mejor testigo, tomo XVIII, cuad. 3 (julio-septiembre 1931), pp. 260-261; De bibliografagongorina, tomo XIX, cuad. 1 (enero-marzo 1932), pp. 64-65; De Ausias March y Bartolom Argen-sola, tomo XIX, cuad. 2 (abril-junio 1932), pp. 187-188; El mote sin m, sin vos y sin Dios glosadopor Lope de Vega, tomo XX, cuad. 4 (octubre-diciembre 1933), pp. 397-400; resea de la Silva palenti-na de Alonso Fernndez de Madrid, tomo XX, cuad 3 (julio-septiembre 1933), pp. 301-303.98

    Resea de Estudios sobre as leituras filosficas de Cames, de Joaquim de Carvalho, tomo XII, cuad.4 (octubre-diciembre 1925), pp. 411-413; resea de Miscelanea de estudos em honra de D CarolinaMichalis de Vasconcellos, tomo XXI, cuad. 2 (abril-junio 1934), pp. 188-191.99

    El modelo estrfico de los Layes, decires y canciones de Rubn Daro, tomo XIX, cuad. 3 (julio-septiembre 1932), pp. 283-287; resea de Rubn Daro y su creacin potica de Arturo Marasso, tomoXXII, cuad. 1 (enero-marzo 1935), pp. 82-85. Para Cosso la obra de Rubn Daro es la obra genial queaun los que no somos viejos conocimos entregada inerme a las ms ineptas disputas y a las ms apasiona-das controversias de los contemporneos del poeta.

  • Jos Mara de Cosso Martnez-Fortn (1892-1977). Aproximacin a su vida y obra

    Fundacin Ignacio Larramendi 21

    Al menos desde finales de 1926 Cosso preparaba su antologa y estudio de los toros en

    la poesa espaola100

    ; se sabe por dos cartas consecutivas que enva a Garca Lorca, aquien conoce en persona en 1924, durante un encuentro en casa de Eugenio dOrs, pi-

    dindole fragmentos poticos para su seleccin, el 6 de noviembre101

    y el 8 de diciem-

    bre102

    . Los toros en la poesa castellana, que la Academia premi con el Fastenrath yCosso dedic a la memoria cada da ms prxima y entraable de Joselito, aparecial comienzo del otoo de 1931. La repercusin de la obra, primera del gnero, fuenotable. Collantes de Tern le escribi: Muchas gracias por su libro, que ya tena, yque le con la alegra que siempre me dan sus cosas a m de corazn, me parece lamejor obra escrita en castellano en estos ltimos aos. Como poeta: un tesoro entre mismejores libros103. Gregorio Corrochano salud con entusiasmo el nuevo ttulo: BebiCosso la poesa pura en su manantial y luego sigui su cauce hasta la desembocadurasin pereza para visitar los afluentes. Y paralelamente asisti a los toros con devocin ysigui el curso de la fiesta acompaado de Joselito, hasta que ste desemboc tambinen el ruedo azul. Y as, la fiesta por una orilla, por la otra la poesa, sabe Cosso todoslos encuentros que la poesa y los toros tuvieron104. Dmaso Alonso public en la Re-vista de Filologa Espaola: Difcilmente se encontrar hoy quien posea un conoci-miento tan minucioso de la poesa espaola como Jos Mara de Cosso. Si no tuvira-mos ya muchas pruebas de ello, lo podra demostrar este libro: casi no se le escapa alautor pormenor alguno cuando trata de pocas en que el tema resulta escaso, y cuandoabunda (que es lo ms frecuente), la forzosa seleccin de los textos es forzosamente

    acertada105

    .

    10. Llanto por Ignacio Snchez Mejas

    Se ha dicho siempre que fue Ignacio Snchez Mejas quien hizo volver a los toros aCosso. Casi a la vez que los acontecimientos literarios de la generacin de poetas ami-gos, el 3 de julio de 1927, la tarde en que se retir en la plaza de Pontevedra, IgnacioSnchez Mejas brind su ltimo toro a Jos Mara de Cosso, que haba viajado muchojunto al torero, sobre todo a partir de 1923. Y despus de su retirada de los toros, le fre 100

    ACT, Artculos sobre Jos Mara de Cosso: Rafael Snchez Mazas, Recuerdo de Tudanca, ABC,12-II-1927. Cosso le comenta a Snchez Mazas, en su visita a Tudanca, la evolucin de este libro.101

    FGL, COA-214, 6-XI-1926.102

    FGL, COA-215, 8-XII-1926. 103 ACT, Epistolario: Alejandro Collantes de Tern, Sevilla, 15-I-1932.104 CORROCHANO, G., Tauromaquia, Blanco y Negro, 13-XII-1931, p. 86.105

    ALONSO, D., resea de Los toros en la poesa castellana, Revista de Filologa Espaola, tomo XIX,cuad. 2 (abril-junio 1932), pp. 199-200.

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    Fundacin Ignacio Larramendi 22

    cuent en Madrid, en Sevilla y en Santander. 1934 fue el ao del regreso a los toros deIgnacio. Tore la Corrida de la Prensa en Cdiz, el 15 de julio, con un xito esperanza-

    dor106

    ... Ms tarde, San Sebastin (22 de julio), Santander (5 de agosto) y La Corua (6de agosto). Aqu a Juan Belmonte, al entrar a matar, se le escap el estoque al tendido ymat a un joven espectador de veinte aos; y ese mismo da muri el hermano de Do-mingo Ortega, el tercer diestro del cartel. En Santander tore luego Ignacio con Victo-riano de la Serna y Flix Colomo; ganadera de Coquilla. Aparecieron en el tendidoJorge Guilln, Jos Antonio Rubio Sacristn, Regino Sainz de la Maza... y la amante del

    torero, Marcelle Auclair, dcadas ms tarde bigrafa de Lorca107

    . Se escuchaba a Cosso

    entusiasmado en el tendido: As toreaba Joselito!108

    . Toreaba Mejas el da 11 enManzanares, sin su cuadrilla y en sustitucin de Domingo Ortega. Le acompaaban Al-fredo Corrochano y Armillita. En el tendido, dos de sus amigos, Jos Bergamn y Anto-nio Garrigues. El toro Granadino (qu cruel irona llamarse as!), negro, bragado, cor-niapretado, bizco del derecho y marcado con el nmero 16, de la ganadera de Deme-trio y Ricardo Ayala; al darle ste un pase sentado en el estribo de la barrera, le engan-

    ch, causndole una herida penetrante en la regin anterointerna del muslo derecho109

    .Muri a los dos das, despus de haber sido trasladado desde Manzanares hasta un hos-pital de Madrid. La impresin en todos sus amigos fue tremenda. En la UniversidadInternacional de Santander estaban muchos de ellos110. Lorca viaj al da siguiente de lamuerte de Ignacio con La Barraca a Santander. Y escribi el conocido Llanto, una desus obras ms redondas: Voy a publicar el Llanto por Ignacio y quiero que lleve unlema tuyo. Los lleva de Villaln, de Rafael [Alberti], de Bergamn, y de Aleixandre.Mndame una lnea siquiera y no seas fantasmn ni comedor del exquisito ajonjol de

    Eumenia. Hazlo a vuelta de correo. El poema no puede salir sin este requisito111

    . Enmarzo de 1935 sali publicado, con ilustracin de Jos Caballero, en Ediciones del r-

    bol. En mayo se lo entreg a Cosso en Madrid112

    . En Santander, en el mes de agosto, lo

    106

    ACT, Artculos de prensa. Otros artculos: La temporada taurina de 1934, en la provincia, Diario deCdiz [?-1934] A pesar de los aos, de la emocin que experimentaba al escuchar los aplausos y olsdelirantes, Snchez Meja (sic) triunf por completo, como en sus mejores tiempos.107

    AUCLAIR, M., 1972, pp. 22-24: En agosto de 1934 muchos de sus amigos, escritores, poetas, profe-sores, estn en Santander: la Repblica ha convertido el Palacio Real de la Magdalena en una UniversidadInternacional de Verano. Se espera a Garca Lorca, quien debe presentarse con su teatro de estudiantes,La Barraca.108

    AUCLAIR, M., 1972, pp. 22.109

    Los toros, I, 1943, p. 364.110 CRESPO LPEZ, M., 2009a, pp. 48-52.111

    GARCA LORCA, F., 1983, p. 164.112

    GARCA LORCA, F., 1993, p. 51.

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    Fundacin Ignacio Larramendi 23

    ley con toda probabilidad en compaa de Gregorio Maran, pocos das antes de queLorca se lo dedicara en la Magdalena113.

    11. El romancero tradicional

    El folklore, que no quiero llamar cientfico, pero s abordado con un espritu curioso decultura y al servicio de altas disciplinas, ocup un tiempo mis horas de trabajo. Localicmi atencin en el gnero espaolsimo de los romances transmitidos por tradicin oral, yllegu a publicar una copiosa coleccin de ellos espigados en tierra montaesa, que creo

    prestaron alguna utilidad a los estudiosos114

    . Son palabras de Cosso, resumiendo unade sus principales inquietudes investigadoras. En julio de 1920 Aurelio M. Espinosa,profesor de la Universidad de Stanford (California) y director de la revista Hispania,visit Tudanca, recomendado por Ramn Menndez Pidal, y pensionado por la Socie-dad de Folklore Americana, con el fin de recopilar cantos populares espaoles. En San-tander conoci a Miguel Artigas y a Enrique Menndez Pelayo, en pleno fragor organi-zativo de la biblioteca de don Marcelino. Siendo profesor de Stanford, Espinosa publi-cara tres volmenes de Cuentos populares espaoles y una seleccin de stos en la co-leccin Austral que dirigiera Cosso (1946). Muy interesado en la cultura popular,Cosso public, por su parte, una notable coleccin de romances de diversos valles deCantabria. Por ejemplo, el Boletn de la Biblioteca Menndez Pelayo recibi sus pginassobre Cantares de boda. Pensaban unir esfuerzos con Toms Maza Solano para sacara la luz una completa edicin de poemas tradicionales: sera el Romancero popular de laMontaa, publicado por la Sociedad Menndez Pelayo en dos volmenes (1933 y1934). Manuel Llano hizo un elogioso artculo para La Voz de Cantabria: Vuestro Ro-mancero popular de la Montaa es un monumento de nuestra literatura secular. Es elmejor que se ha publicado en Espaa. Yo os felicito de todo corazn y a la Sociedad de

    Menndez y Pelayo, que le ha editado, y a la tipografa que le imprimi115

    . En febrero

    de 1935 Cosso anunciaba a Cernuda que le iba a mandar la obra116

    y en agosto Cosso

    113 ACT, Epistolario: carta de Gregorio Maran, Madrid, 9-VIII-1935. Le manda una fotografa, que nohe localizado: Te envo ese recuerdo de mi ltima estancia en Santander. T ests magnfico: contem-plando un puro y acariciando los poemas de Federico.114

    ACT, Artculos de Jos Mara de Cosso: Mensaje de continuidad, Arriba, s.f.115

    ACT, Artculos sobre Jos Mara de Cosso: carta reproducida en el artculo de Manuel Llano Ro-mancero montas, La Voz de Cantabria, 28-I-1934.116

    CERNUDA, L., 2003, pp. 181-182, carta 232, postal desde la Biblioteca de Menndez Pelayo (San-tander), febrero 1935:

    Querido Luis: Recibo el manuscrito y te agradezco en el alma tu diligencia.Recibirs los dos tomos del Romancero montas que acabo de publicar.Da las gracias asimismo a Emilio Prados y recibe un abrazo de tu [ilegible].

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    Fundacin Ignacio Larramendi 24

    debi de regalar un ejemplar a Garca Lorca, en la tercera visita de La Barraca a la Uni-versidad Internacional de Verano en Santander.

    12. Director interino de la Biblioteca de Menndez Pelayo (1930-1931)

    Personalidad de indudable importancia en la investigacin filolgica fue Miguel Jer-nimo Artigas Ferrando (Bielsa, Teruel, 1887-Madrid, 1947), primer director de la Bi-blioteca Menndez Pelayo (1916-1930) y Premio Nacional de Literatura por su Sem-blanza de Gngora (1927). Se doctor en la Universidad de Madrid y por oposiciningres, en julio de 1911, en el Cuerpo de Archiveros. Sirve en las bibliotecas universi-tarias de Sevilla y Barcelona. El 16 de mayo de 1916 se le design primer director de la

    Menndez Pelayo117

    . Se encarg de acondicionar el edificio que construa el arquitectoLeonardo de Rucabado y catalogar los fondos de la Biblioteca. Por entonces aquel San-tander liberal, moderadamente enriquecido por el comercio ultramarino y los astillerosinstalados por su baha era todava aquel Santander de la juventud de un Cosso que loevocaba as en su madurez: An conservaba calientes las huellas de Pereda, de Esca-lante, de Galds, de Menndez y Pelayo, y an devolva el eco de sus voces mudas oausentes. Vivan y conservaban fresca la ancdota a flor de labio, Jos Mara Quintani-lla, fidelsimo escudero de Pereda; Enrique Menndez, velador ejemplar de la gloria desu hermano, el gran don Marcelino; Federico Vial, que consagrara toda la delicadeza deuna vida al culto desinteresado del arte literario; ngel Castanedo, portador de las lti-mas novedades de las Universidades alemanas y de las ltimas preocupaciones de lospoetas de la Corte. He citado tan slo a algunos de los desaparecidos para siempre. Anviven, y quiera Dios que por mucho tiempo, Ramn Solano, opositor a la gloria del tea-tro en aquellos das, tras emplearse con aplauso en la novela y en el verso; Jos del RoSainz, a quien daba yo por entonces el primer abrazo de una amistad indestructible; ibaa llegar Miguel Artigas para ordenar la Biblioteca de Menndez y Pelayo e iba a empe-

    zar a preludiar la lira de Gerardo Diego118

    .

    Las cartas entre Cosso y Artigas se prolongaron entre el 8 de mayo de 1919 y el ao1931, pero su amistad se haba iniciado aos antes de 1919, en la Residencia de Estu-diantes de Madrid119. Cosso participaba en las reuniones del conventculo en el des

    117

    Curiosamente, en carta escrita por Francisco Rodrguez Marn a Cosso, Madrid, 17-IX-1930, el es-critor andaluz recordar que l presidi el tribunal en las oposiciones de la direccin de la Biblioteca quegan Artigas. En esa misma carta le enva una aportacin para el Boletn en homenaje al bibliotecarioturolense.118

    ACT, Artculos de Jos Mara de Cosso: Un recuerdo, Arriba, s.f. [debe de ser a principios de los40] sobre Alejandro Nieto, Amads, poeta santanderino.119 Artigas entre nosotros, Boletn de la Biblioteca de Menndez Pelayo, XXIII, n 4 (1947), p. 33.

  • Jos Mara de Cosso Martnez-Fortn (1892-1977). Aproximacin a su vida y obra

    Fundacin Ignacio Larramendi 25

    pacho del director de la Biblioteca, presididas por Enrique Menndez Pelayo, y en lasque coincida, entre otros, con Jos del Ro Sainz y Gerardo Diego. En ese ambiente,Artigas fund la Sociedad de Menndez Pelayo (en una reunin celebrada en la Cmarade Comercio de Santander, el 16 de octubre de 1918) que a su vez cre el Boletn de la

    Biblioteca de Menndez Pelayo, cuyo primer nmero saldra en 1919120

    . Cosso colabo-r en el Boletn desde muy pronto. En varios nmeros public la importante serie de

    Correspondencias literarias del siglo XIX121

    y sus valiosas Observaciones sobre el

    Quijote de Avellaneda122

    . Hizo reseas de obras de Fray Justo Prez de Urbel123

    , de

    Lope de Vega124

    , escribi numerosas notas de lector... Azorn aluda, en un artculopara ABC, al trabajo de Cosso sobre el poeta buclico Francisco Gregorio Salas, que

    apareci en el Boletn a mediados de 1924125

    . Buena parte de su obra monogrfica deesos aos est unida a la Sociedad Menndez Pelayo: de la Sociedad naci el impulsopara que Cosso hiciera el estudio preliminar de las poesas de Alberto Lista que seguardaban manuscritas en la Biblioteca (Poesas inditas de Don Alberto Lista, Madrid,Voluntad, 1927); en la Sociedad public su premiado estudio La obra literaria de Pere-

    da. Su historia y su crtica126

    ; y con el primer nmero de 1935 regalaron a los suscripto

    120

    ACT, Artculos de Jos Mara de Cosso: El Boletn de la Biblioteca..., Arriba, s.f. [c.1948] En elartculo titulado Miguel Artigas escribe Cosso: A Artigas le preocup desde el primer momento elque la Biblioteca, convertida en un monumento nacional a Menndez y Pelayo, fuera un foco vivo deactividad y trabajo, un centro con alma, caliente como un hogar y ardoroso como un taller, donde, hasta elpunto que las fuerzas lo consintieran, se continuara la labor del maestro; es decir, aquel buceo incesanteen lo ms entraable del alma espaola, aquellas calicatas interminables en nuestra filosofa y en nuestraliteratura que Menndez y Pelayo estim lo ms expresivo y revelador de nuestro carcter.121

    Las referencias de las Correspondencias literarias del siglo XIX en el Boletn de la Biblioteca Me-nndez Pelayo fueron: ao XI, n 3-4 (julio-diciembre 1929), pp. 348-377; ao XII, n 1 (enero-marzo1930), pp. 54-96; ao XII, n 2 (abril-junio 1930), pp. 143-172; ao XII, n 3 (julio-septiembre 1930), pp.248-273; ao XII, n 4 (octubre-diciembre 1930), pp. 373-380; ao XIII, n 1 (enero-marzo 1931), pp. 70-92; ao XIII, n 2 (abril-junio 1931), pp. 176-192; ao XIII, n 3 (julio-septiembre 1931), pp. 261-286;ao XIII, n 4 (octubre-diciembre 1931), pp. 360-381; ao XIV, n 1 (enero-marzo 1932), pp. 81-96; aoXIV, n 2 (abril-junio 1932), pp. 170-190; ao XIV, n 3 (julio-septiembre 1932), pp. 234-256; ao XIV,n 4 (octubre-diciembre 1932), pp. 331-354; ao XVI, n 1 (enero-marzo 1934), pp. 70-94; n 2 (abril-junio 1934), pp. 178-192; n 3 (julio-septiembre 1934), pp. 273-488 (mal numerado: 273-288); n 4 (octu-bre-diciembre 1934), pp. 547-571 (mal numerado: 347-371); ao XVII, n 1 (enero-marzo 1935), pp. 63-85; n 3 (julio-septiembre 1935), pp. 258-273.122

    Boletn de la Biblioteca Menndez Pelayo, ao XVII, n 1 (enero-marzo 1935), pp. 53-62. Este texto esanalizado en CRESPO LPEZ, M., 2005, pp. 129-131 y se reproduce ntegro en sus pp. 155-163; en estaobra se estudia el cervantismo de Cosso en las pp. 123-137.123

    Los monjes espaoles en la Edad Media, Boletn de la Biblioteca de Menndez Pelayo, ao XVII, n 1(enero-marzo 1935), pp. 88-90.124

    Los melindres de Belisa, en edicin de Henriette Catharina Barrau, Boletn de la Biblioteca de Menn-dez Pelayo, ao XVII, n 1 (enero-marzo 1935), pp. 91-92.125

    ACT, Artculos sobre Jos Mara de Cosso: Azorn, Hijos de Gerardo Lobo, ABC, 19-XII-1924.126

    El libro mereci el siguiente comentario en la memoria titulada Veinte aos de vida de la Sociedad deMenndez Pelayo, Boletn de la Biblioteca de Menndez Pelayo, N Extraordinario (tercer trimestre de

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    res el segundo tomo del Romancero que Cosso firm con Maza Solano. El Boletn seconvirti en un magnfico foro para las investigaciones histricas y artsticas de los eru-ditos locales, la mayora lectores de los fondos de don Marcelino; por sus pginas pasa-ban los estudios de Ignacio Aguilera, Miguel Artigas, Fernando Barreda, Pablo Beltrnde Heredia, Sixto Crdova y Oa, Jos Mara de Cosso, Gerardo Diego, Carmelo deEchegaray, Mateo Escagedo Salmn, Luis de Escalante, Concha Espina, Jos FernndezRegatillo, Aurelio Gonzlez de Riancho, Alberto Lpez Argello, Toms Maza Solano,Enrique Menndez Pelayo, Alfonso y Elas Ortiz de la Torre, Jos del Ro Sainz, JosSimn Cabarga, Marcial Solana, Ramn de Solano, etc.

    La personalidad y la cultura de Artigas deban de ser decisivas para hacer de la Biblio-teca uno de los principales focos de actividad cultural en la capital montaesa. Ademsde ello, Artigas fue el gran animador intelectual inicial de lo que en 1927 ser el Cente-nario de Gngora. Cosso le consideraba, de hecho, el jefe de los estudios gongori-nos127. En 1923, al referirse a Gngora, le sala inmediatamente una emocionada men-

    cin a Artigas: Oh, carsimo Miguel Artigas!128

    .

    Consecuencia directa de las reuniones en la Biblioteca fue la creacin de La Revista deSantander, de cuya direccin se encarg Cosso a partir de enero de 1930. Cada nmerode la publicacin, impreso en Aldus, tena 48 pginas, muy estimables grabados y una

    cuidada presentacin en papel semicuch129

    . Pretenda salir cada mes y lo consiguihasta mayo de su primer ao. Aparecieron seis tomos hasta 1933. El incansable TomsMaza Solano la intent resucitar sin xito en enero de 1937.

    Por otro lado, en 1930 Artigas sucedi al prestigioso cervantista andaluz Francisco Ro-drguez Marn en la direccin de la Biblioteca Nacional. En agosto de ese ao, elAyuntamiento de Santander (titular de la Menndez Pelayo) present como director 1936 al cuarto trimestre de 1938) p. 214: Se dio el Premio Valdecilla, del tema primero, al conocidoescritor don Jos Mara de Cosso, por el trabajo que lleva por ttulo La obra literaria de Pereda. Su his-toria y su crtica. Comentario ilustrativo de la produccin literaria del novelista montas, a base, princi-palmente, de copiosa documentacin, en parte indita y en parte entresacada de la prensa contempornea,sin que falte a las veces, tratndose de lugares o de figuras de importancia y relieve, la inspeccin perso-nal o la aportacin informativa oportuna. Adems del orden y la buena proporcin de las partes, dentrodel sencillo plan cronolgico, recomiendan este trabajo la lucidez del sentido crtico y la claridad y elbuen corte de la expresin literaria. El volumen, impreso en J. Martnez en julio de 1934, se regal a lossuscriptores del Boletn.127 BMP, Cartas de Cosso a Miguel Artigas, Valladolid, 18-XII-1924.128

    ACT, Artculos de Jos Mara de Cosso: El reloj de la torre de Toro, La Atalaya, fechado en Tudan-ca en junio de 1923.129

    Indica GMEZ DE TUDANCA, R., 2000, pp. 61 y 64: Fue Cosso quien funda y dirige una de lasrevistas ms cultas, mejor ilustradas y ms ntidas que ha tenido Cantabria en toda su historia editorial: LaRevista de Santander. Muy apreciada sera su reedicin facsimilar, por su gran dignidad y belleza grficaen los 35 nmeros de esta publicacin santanderina.

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    interino, a sugerencia de la Sociedad, a Cosso, a sabiendas de que se incumpla la clu-sula del testamento de Don Marcelino que dispone que la plaza se provea entre los fa-

    cultativos del cuerpo de Archiveros y Bibliotecarios del Estado130

    . Entre otras actuacio-nes, Cosso promovi la fundicin y colocacin de un busto en homenaje a Miguel Ar-tigas131. Y enriqueci el Boletn con las aportaciones de alguno de sus amigos, como

    Jos Bergamn132

    . A partir de 1931, Cosso se encarg del Boletn en homenaje a suantecesor en el puesto, por encargo de la Sociedad Menndez Pelayo. Adems, Cossodebi continuar con la organizacin de los Cursos de Verano para Extranjeros que, ini-ciados de manera oficial en 1925, acabaran dando lugar, con otras iniciativas, a la Uni-versidad Internacional de Verano en Santander.

    13. Presencia en Madrid

    Entre el 10 de mayo de 1933 y el 5 de septiembre de 1936 Cosso fue alcalde de Tudan-ca. Siempre se sentira orgulloso del nombramiento, y as lo hizo constar como nicomrito de su currculum, cuando accedi a la Real Academia Espaola en 1947. Susdiarios, no obstante, indican una presencia cada vez mayor de Cosso en Madrid en po-ca de la II Repblica133. En la capital acuda a la tertulia de Cruz y Raya, por ejemplo, yse reuna con toreros, futbolistas, actores, como Manuel Altolaguirre, Pepn Bello, JosBergamn, Ricardo Calvo, Luis Cernuda, Corpus Barga, Gerardo Diego, Rafael GmezEl Gallo, Benjamn Jarns, Antonio y Manuel Machado, Miguel Maura, Jos MorenoVilla, Pablo Neruda, Jos Ortega y Gasset, Pedro Salinas, Jos Samitier, Rafael SnchezMazas, Miguel de Unamuno, Karl Vossler, Xavier Zubiri Los viernes sola comer encasa del doctor Gregorio Maran.

    Los veranos santanderinos daban ocasin del encuentro amistoso e intelectual. No falta-ban en las cartas de Guilln a Cosso algunas referencias al contexto poltico. En unadesde Oxford, el 18 de diciembre de 1930, tras Primo de Rivera y la Dictablanda, escri-bi Guilln: Los mos y yo, muy bien. Y Espaa! Salud y repblica entera. El 26de enero de 1931 le anot, aludiendo a un poeta culterano apreciado por Cosso: Con

    130

    Vid. Crnica, Boletn de la Biblioteca Menndez Pelayo, LXVIII (1992), p. 378.131 ACT, Epistolario: carta de Jos Cabrero Mons, Santander, 9-XII-1931, sobre la colocacin del bustode Artigas: Lo hicieron Vds. con tanto sigilo que cuando al da siguiente me enter ya haba V. levanta-do el vuelo.132

    Publica cuatro lecciones dadas en la Residencia de Seoritas de Madrid, Las races poticas elemen-tales del Teatro independiente y revolucionario del XVII, Boletn de la Biblioteca Menndez Pelayo, aoXIII, n 3 (julio-septiembre 1931), pp. 223-260.133 Me refiero, en este caso, al Cuaderno 1, bastante fragmentado, que abarca desde el 18 de junio al 7de agosto de 1931; del 16 de septiembre de 1935 al 30 de enero de 1936; y del 16 de julio al 20 de agostode 1939.

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    ms Medinillas y un poquito de buena Repblica qu bien lo pasaramos, Jos Mara,qu bien!. En carta del 7 de junio de 1931, tambin desde Oxford: Y tu AntologaTaurina? Y tu Repblica? cul es? En la ma todava tan vaga tengo todava es-peranzas a pesar de todo. Alguien hablaba el otro da de una Espaa profunda.Confiemos en ella. Parece interesante la pregunta de Guilln sobre la Repblica deCosso, como si, en efecto, todo estuviera por construir y confluyeran diferentes con-cepciones del sistema poltico que los espaoles haban de darse. De hecho, Cosso, quehaba sido diputado provincial en 1923, presidi el comit provincial de Santander delpartido conservador maurista y, como ya se ha indicado, tuvo amistad con Manuel Aza-a y Jos Mara Semprn Gurrea. Cosso siempre haba participado en el republicanis-mo conservador, ms por compromiso y por amistad que por otra cosa134. En 1952, enuna carta a Gregorio Maran, reconocera sin mayor problema: Qu poca vocacinpoltica la ma!135. Guilln le mand una significativa nota sobre los sucesos de la Re-volucin de Octubre, desde Sevilla, el 16 de octubre de 1934: Los das son muy crti-cos, muy dolorosos. Y la vida a pesar de todo contina. En agosto de 1934 Unamunovolvi a verse con Cosso en Santander, durante la segunda edicin de los curs