Como Te Guste

63
William Shakespeare Como te guste (As you like it) Versión libre y en silvas de José Ramón Enríquez Ciudad de México, 2001

description

Versión en silvas de la obra de William Shakespeare.

Transcript of Como Te Guste

Page 1: Como Te Guste

William Shakespeare

Como te guste

(As you like it)

Versión libre y en silvas de

José Ramón Enríquez

Ciudad de México, 2001

Page 2: Como Te Guste

2

DRAMATIS PERSONAE CELIA, HIJA DEL DUQUE USURPADOR ROSALINDA, HIJA DEL DUQUE DESTERRADO PIEDRA FILOSOFAL, BUFÓN ORLANDO, HIJO DE SIR ROLDÁN DE BOYS DUQUE, CONFINADO EN EL DESTIERRO JAQUES EL MELANCÓLICO, NOBLE DEL DUQUE DESTERRADO CORIN, PASTOR SELVÁTICO, PASTOR AUDREY, LABRADORA FEBE, PASTORA CANTORES HABITANTES DE LOS BOSQUES

Page 3: Como Te Guste

3

ESCENA I

Los patios grises del palacio ducal. Entran Rosalinda y Celia. Celia, infantil y alegre, juguetea en torno a Rosalinda, grave.

CELIA Pero alegra esa cara, Rosalinda. ROSALINDA Si quieres que parezca más contenta, enséñame a olvidar a un padre desterrado. Cualquier otro placer, Celia querida, no podrá contentarme... CELIA (juega a enojarse) No me quieres tú, entonces, como te quiero yo... De haber sido al revés, y haber tu padre desterrado al mío, yo, por amor a ti, al tuyo tomaría como a mi padre. ROSALINDA (tras indignarse, acepta el juego) Bien, bien, querida prima, que sea como te guste: para jugar contigo, olvido todo... ¿Qué diversión prefieres..? ¿Y si hablamos de estar enamoradas..? CELIA (en divertido tono doctoral) Diviértete con todo, menos eso: no te enamores nunca de hombre alguno. ROSALINDA Pues, entonces, ¿qué diversión te gusta?

Page 4: Como Te Guste

4

CELIA Sentarnos a reír de la Fortuna y distraerla un poco de su rueda de modo que sus dones se repartan mejor... ROSALINDA En verdad la Fortuna, dama ciega, reparte mal sus dones sobre todo en nosotras las mujeres. CELIA Sí. Rara vez la bellas son decentes y las decentes siempre son muy feas. ROSALINDA No. No confundas, Celia, a la Fortuna, con oficios de la Naturaleza. Una reparte dones, la Fortuna, y otra, Naturaleza, traza todas las líneas de la vida.

Entra el bufón, Piedra Filosofal, con notables cabriolas. PIEDRA FILOSOFAL ¡Piedra Filosofal anuncia su llegada a las dos damas! CELIA Vaya nombre el que tienes. PIEDRA FILOSOFAL ¡Piedra Filosofal por algo me han llamado..! CELIA Si la Naturaleza nos dio ingenio para poder reír de la Fortuna, aquí manda un bufón a interrumpirnos. ROSALINDA La Fortuna es más fuerte y ella nos manda idiotas naturales para estorbar las vueltas del natural ingenio que nos llena.

Page 5: Como Te Guste

5

CELIA ¿Y si Naturaleza es la más fuerte y, al ver que están sin filo nuestros pobres ingenios naturales que quieren discurrir por cosas altas, nos manda de esmeril a este bufón pues la piedra del tonto afila los ingenios? (Al bufón:) ¿Qué deseas? PIEDRA FILOSOFAL Traigo la boca llena de noticias. CELIA. Que pondrás en las nuestras igual que las palomas le dan a sus pichones en el pico. ROSALINDA. ¡Nos llenarás los buches de noticias! CELIA. ¡Y costaremos más en el mercado! PIEDRA FILOSOFAL Escuchen la noticia que hoy agita la Corte: había una vez un viejo con tres hijos, y eran los cuatro odiados por el padre de usted, señora Celia. CELIA (realmente molesta) Los odios de mi padre me lastiman y quitan diversión a tu relato... ROSALINDA Había una vez un viejo.., ¡continúa! PIEDRA FILOSOFAL Y había una vez, también, un luchador gigante, campeón en cualesquiera cuadriláteros, que, a los hijos mayores de aquel viejo hizo morder el polvo...

Page 6: Como Te Guste

6

ROSALINDA ¿Y al menor..? PIEDRA FILOSOFAL Orlando era su nombre... Pues Orlando, el joven casi un niño, gritó a los cuatro vientos estas agrias palabras antes de comenzar con la pelea: “Moriré de vergüenza si me abaten, y sólo seré ya el pobre cadáver que el dolor de vivir me ha vuelto apetecible. No hay nadie que me llore, nada tengo, desperdicio un lugar en este mundo que alguien puede ocupar con más provecho...” CELIA ¿Y lo mató el gigante? ROSALINDA Pobre Orlando... PIEDRA FILOSOFAL El menor de los hijos de aquel viejo.., (tras jugar con el suspenso) ¡triunfó, señoras mías! El luchador gigante mordió el polvo... Pero, entonces, el Duque Federico expulsó de sus tierras a aquel héroe por ser hijo de un viejo que, aunque honrado por todos, él sólo podía ver como enemigo. ROSALINDA ¡Desterrado también el pobre Orlando! CELIA Si yo fuera mi padre lo hubiera coronado de laureles... PIEDRA FILOSOFAL Pero el padre de usted, princesa Celia, maniático se ha vuelto del destierro... CELIA

Page 7: Como Te Guste

7

¡No hables tú de mi padre, aunque así fuera! PIEDRA FILOSOFAL Pues.., hablaré de Orlando que, camino al exilio, aquí nos aparece...

Entra Orlando. Todos quedan mudos por un momento, mirándose. Luego, en un arranque, Rosalinda se adelanta y cuelga una cadena del cuello de Orlando.

ROSALINDA Caballero, pues soy hija también de un padre en la desgracia, sin Fortuna, nada tengo que dar al joven héroe fuera de esta cadena...

Todos permanecen un momento en espera de alguna respuesta. Al no reaccionar Orlando, las princesas se despiden.

CELIA Adiós, señor. ROSALINDA Adiós...

Salen Rosalinda y Celia. ORLANDO (desolado) No pude, ni siquiera, dar las gracias. ¿Qué pasión tan profunda hace pender su peso de mi lengua? ¡Oh, pobre Orlando mudo, estás vencido! Si el luchador gigante no pudo someterte, algo más dulce y débil te domina... (A Piedra Filosofal:) ¿Cuál de las dos, bufón, es la hija del duque usurpador? PIEDRA FILOSOFAL. La más chica, señor... La que encadena se llama Rosalinda y es la hija del duque desterrado que vive como hermana de su prima, mas no por mucho tiempo... Como la gente alaba sus virtudes

Page 8: Como Te Guste

8

y reza por la vuelta de su padre muy pronto, de seguro, el duque usurpador la mandará, maniático, al destierro... ORLANDO. ¡Divina Rosalinda..!

Salen ambos. * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * ESCENA II

Los patios grises del Palacio, unos días después. Entran Rosalinda y Celia. ROSALINDA Han pasado ya días que me parecen años. CELIA ¡Tenga Cupido piedad de nosotras! ¿Ni una sola palabra del hermoso Orlando? ROSALINDA Ni un solo hueso, Celia, para este triste perro. CELIA No hay sonrisa en tus labios y estás triste como cuando llorabas el injusto destierro de tu padre. ROSALINDA Pues hoy, has de saberlo, mucho más el silencio me entristece de quien habrá de ser el padre de mis hijos. Si él no llega a mi vientre sólo trivialidad me ofrece el mundo.., espinas.., basurillas... CELIA

Page 9: Como Te Guste

9

Espinas, basurillas en las faldas que, al sólo sacudirlas, ¿lo ves?, desaparecen... ROSALINDA Pero es mi corazón y no mis faldas quien hoy recoge espinas y basuras. CELIA Pues sacúdelo, entonces; expectora: haz, muy fuerte, un ¡ejem! y, luego, escupe... ROSALINDA ¡Ay si el amor de Orlando con sólo carraspear se pudiera arrancar de mis entrañas, Celia, carraspearía te lo aseguro!

Entra un heraldo que pregona, entre fanfarrias, varias veces y desde distintos sitios: HERALDO ¡Por órdenes del duque Federico saldrá de este ducado la joven Rosalinda y si de hoy en diez días se encuentra en los linderos de la corte, morirá sin remedio!

Sale. Las dos jóvenes dan muestras de asombro y desorientación. CELIA Te juro Rosalinda que este edicto. me duele más que a ti. ROSALINDA Yo soy la desterrada, soy la víctima como lo fue mi padre, como Orlando. CELIA Somos una y las dos, ¡somos la misma!, aunque mi padre cruel no lo comprenda. Pues huiremos al bosque donde todos se llama como quieras y entenderá el Gran Duque que deberá buscarse otra heredera. ROSALINDA

Page 10: Como Te Guste

10

No sabes lo que dices. El peligro es enorme: dos doncellas que viajan hacia el bosque son vítimas seguras pues la belleza atrae a los ladrones mucho más que el dinero. CELIA Cubiertas con vestidos miserables y embadurnado el rostro con cenizas, podremos circular e internarnos al bosque. ROSALINDA ¿No sería preferible que yo, pues soy más ancha de la espalda y es mi voz de contralto, me disfrazara de hombre y te cuidara? Con flamante cuchillo atado al muslo, jabalina en la mano y brillo masculino en la mirada, arrancaré temores femeninos del joven corazón, y andaré fanfarrón, como los machos que ocultan cobardías con apariencias. CELIA ¿Cómo te llamaré cuando seas hombre? ROSALINDA ¡Ganimedes..! ¡Como el paje de Júpiter, del que se enamoró perdidamente y bajó en forma de águila a raptarlo! CELIA Pues yo no soy más Celia, sino Ajena. ROSALINDA ¿Pero si, con Ajena y Ganimedes, viniera ese bufón? Nos serviría de alivio para el viaje. CELIA ¿Piedra Filosofal..? Me sigue al fin del mundo. ¡Partamos, pues, felices, no al destierro sino a la libertad!

Page 11: Como Te Guste

11

Salen.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * ESCENA III

El mágico y hermoso Bosque de Arden. Entran el Duque desterrado y Jaques el Melancólico.

DUQUE Para tu melancolía, ¿no son bálsamos suaves el sonido del bosque y su fragancia? Responde, Jaques, hermano en el destierro. ¿No es muchísimo menos peligroso nuestro bosque encantado que la envidiosa corte y sus venenos? Cuando el viento invernal muerde mi cuerpo y tirito de frío, comienzo a sonreír y a repetirme: éstos no son engaños ni lisonjas, son consejos leales que, de un modo tangible, me dicen lo que soy y cuanto valgo. Pues de la adversidad dulce es el fruto y esta vida en el bosque, sin gritos falsos de la muchedumbre, convierte en oradores a los árboles, en libros a los ríos. Con sermones de piedra nos demuestra el bien y la belleza en cada cosa. JAQUES Dichoso, vuestra alteza, que puede traducir el dolor y el rigor de la Fortuna en lenguaje tan dulce y apacible. DUQUE ¡Vayamos a cazar algún venado! JAQUES

Page 12: Como Te Guste

12

¿A cazar, mi señor..? DUQUE Es verdad. Da tristeza que a un venado inocente, de piel suave, de esta ciudad salvaje ciudadano, lo hieran nuestras flechas y empape con su sangre una tierra que es suya desde siempre. JAQUES Es la verdad, señor, porque, al herirlo, os volveríais sin duda peor usurpador que vuestro hermano que os mandó al destierro en este bosque. He visto agonizar esta mañana un venado asaeteado. Lanzaba, monseñor, tales gemidos que su piel tan hermosa se hinchaba hasta estallar y de sus grandes ojos le corrían gruesas lágrimas que aumentaban las aguas del arroyo. Pasó, entonces, muy cerca de aquel sitio, un rebaño dichoso que nunca se detuvo a consolarlo. Yo pensé que esos gordos ciudadanos ¿por qué habrían de mirar al pobre agonizante si es costumbre del campo y de la corte, tal vez de toda vida pensar sólo en sí mismo? Pero el cruel cazador que vino a asesinarlo, vulgar usurpador y cruel tirano, trajo al bosque la muerte y su dolor. Hasta el bosque que la Naturaleza asignó por morada al venado inocente que gemía... DUQUE Me gusta tu arrebato taciturno, buen Jaques el Melancólico, porque rebosa siempre buen sentido. Sigamos, por el bosque, conversando...

Salen.

Page 13: Como Te Guste

13

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * ESCENA IV

Otro lugar del Bosque de Arden. Entran Rosalinda, bajo el nombre de Ganimedes, Celia bajo el de Ajena y Piedra de Toque. Todos muestran una gran fatiga.

ROSALINDA ¡Dioses, me pesa el alma! PIEDRA FILOSOFAL Pero a mí, dioses, ¡me pesan las piernas! ROSALINDA Profanaría mi traje de hombre con llantos de mujer, cuando es preciso que los pantalones enseñen a las faldas a cargar el valor. CELIA ¡Cárguenme, por piedad, que ya no puedo! PIEDRA FILOSOFAL Yo no podría cargarte aunque cargaras monedas en las bolsas. ROSALINDA Se acaban las fatigas, ya llegamos. ¡Este es el bosque de Arden! PIEDRA FILOSOFAL ¡Y ardemos! ROSALINDA Dos viajeros se acercan.

Se apartan cuando entran Corin y Selvático. SELVATICO ¡Ay, si supieras, Corin, de qué forma la amo!

Page 14: Como Te Guste

14

CORIN Si yo en mi juventud supe de amores... SELVATICO Nunca jamás un hombre ha amado como yo. CORIN Alguno habría... SELVATICO Si tu amor de otros tiempos pudiera, por lo menos, compararse al amor que yo siento habrás hecho el ridículo mil veces debido a tu pasión. CORIN Mil veces que he olvidado... SELVATICO Ah, entonces tú no amaste tan tierna y dulcemente como yo. Quien olvida locuras del amor no lo ha tenido nunca. No lo tuviste nunca si no fastidias a quien pueda oírte con máximos elogios a tu dama, si no dejas de pronto a tus amigos para irte a llorar, ¡oh Febe, Febe!

Sale. Corin permanece aparte. Rosalinda habla en referencia a lo que acaba de oír decir a Selvático.

ROSALINDA Hablabas de tu herida, pobre joven, mientras sangraba yo por la mía propia. PIEDRA FILOSOFAL Y yo también sangraba, pues recuerdo a Juana la Risitas, mi adorada. ¡Ay, Juana la Risitas! Se iba a ordeñar y yo que la seguía para besar, después, las ubres de la vaca, pensando en sus manitas agrietadas. ¡Ay, Juana la Risitas!

Page 15: Como Te Guste

15

Recuerdo haber cantado a unos frijoles como si fueran ella, y escoger dos muy negros para hincarme a sus plantas y ofrecerlos como si aretes fueran: “¡Y póntelos, Risitas, si me amas!” Ay qué insensatos somos los amantes, y, pues todo es mortal, cuando hay amor mortalmente insensata nos resulta toda Naturaleza. ROSALINDA Tú piensas con más seso del que tienes. PIEDRA FILOSOFAL Yo nunca me doy cuenta de mi ingenio hasta que no me estrello contra él. CELIA Por Dios, que alguien pregunte a aquel señor por algo de comida, ¡desfallezco del hambre!

Se acercan a Corin.

PIEDRA FILOSOFAL ¡Hola, patán! ROSALINDA ¡Calla, loco, que no es pariente tuyo! CORIN ¿Y quiénes son ustedes? PIEDRA FILOSOFAL Somos tus superiores. CORIN Menos mal: si fueran inferiores serían muy infelices. ROSALINDA No hagas caso al bufón. Muy buenas tardes. CORIN Buenas tardes a ustedes.

Page 16: Como Te Guste

16

ROSALINDA Tal vez a cambio de oro podamos obtener algún albergue y un poco de comida, pues la joven doncella que traemos, rendida por el viaje, se desvanece de necesidad. CORIN El amo de estas tierras es muy rudo y poco hospitalario. Además, su cabaña, su rebaño y sus pastos se encuentran a la venta en estos días. Pero vengan conmigo a mi modesta casa que algo compartiremos de lo poco. ROSALINDA Gracias, amigo mío...

Hablan mientras caminan. ROSALINDA Esas tierras, pastor, esa cabaña, el rebaño y los pastos, a mi hermana y a mí nos interesan. Quiséramos pedirte que a nuestro nombre compres y, también, que te quedes con nosotros.

Le da una bolsa de oro. CELIA Serías el capataz pues podemos doblarte cualquier sueldo. CORIN Acepto, desde luego, agradecido y también emocionado... CELIA ¡Me encanta este lugar para quedarnos!

Salen.

Page 17: Como Te Guste

17

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * ESCENA V

Entra un grupo de cantores que habitan el Bosque. Desde otro sitio también entra Jaques el Melancólico.

CANTORES Si alguno quiere estar conmigo bajo algún árbol verde testigo, como aquel pájaro podrá entonar de tono alegre dulce cantar. ¡Venga a mi lado, venga a mi lado!, pues no hay aquí otro pecado que el crudo invierno de viento helado.

Van a salir, pero Jaques los detiene. JAQUES Una más... Una más... Se lo suplico, una más todavía... Me he pasado el día entero discutiendo materias tan sesudas con el Duque en persona, que ya no puedo más. Sé tanto como él, y no presumo. Canten otra, por Dios, que me apacigüe. CANTORES Si de ambiciones ya quiere huir, de frente al sol para vivir. Satisfacerse con lo que encuentre

Page 18: Como Te Guste

18

y cosechar para su vientre, ¡venga a mi lado, venga a mi lado! Pues no hay aquí otro pecado que el crudo invierno de viento helado. JAQUES Ahora escuchen esto que he compuesto ¡y bien me ha rechinado la inventiva!: Y si algún loco, hermano mío, en este bosque se hace animal, abandonada toda riqueza con una extraña testarudez, ¡ducdalamí, ducdalamí!, igual de loco me encontrará, si llega al bosque, ¡si viene a mí! ALGUN CANTOR ¿Y ese “ducdalamí” de qué lengua extranjera lo has sacado? JAQUES Invocación de griegos para atraer orates a un círculo de magia ya olvidado. Y me voy a dormir, que de otra suerte habré de maldecir a todo primogénito de Egipto...

Salen todos por lados distintos. * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Page 19: Como Te Guste

19

ESCENA VI

Otra parte del bosque, en la cual el Duque se encuentra comiendo. Entra Jaques. JAQUES Nunca adivinarás, señor, lo que he encontrado en este bosque, luego de juguetear con los cantores. DUQUE Siendo el Bosque de Arden.., lo que quieras. JAQUES ¡Un bufón, un bufón! He encontrado un bufón... DUQUE Y te ha alegrado... JAQUES ¡Oh mundo miserable! DUQUE Pues no tanto... JAQUES Un bufón de verdad, tendido sobre el pasto, tomando sol, odiando a la Fortuna con inteligentísimas maneras... “Buen día, loco”, le dije y respondió: “No se me llame loco hasta que el Cielo me entregue esa fortuna.” “Son las diez”, exclamó, “y eso demuestra cómo marcha este mundo. Hace una hora, apenas, eran sólo las nueve y, dentro de otra hora, nos sonarán las once. Y a madurar, señores, de hora en hora.., madurar, madurar y pudrirnos, pudrirnos...” De sólo pensar que pudiera un loco alcanzar esas cimas de la contemplación,

Page 20: Como Te Guste

20

me reí sin parar una hora entera. DUQUE Bendito sea el bufón que pudo hacer reír a Jaques el Melancólico. JAQUES En su cerebro seco cual galleta tiene extraños recintos atestados de observación sutil que arroja al viento en frases sin sentido... Entendí que su oficio es de filósofo y he venido a pedirte, oh duque amable, me nombres tu bufón... ¡Quiero ser tu bufón! DUQUE Pues tal te nombro... JAQUES Olvídate, por tanto, de esa idea, muy arraigada en ti, de que soy sabio. Nada de conversar sobre altos temas. Mi libertad, completa, ha de soplar como los vientos soplan..: donde me plazca ¡a mí!, que es ese el privilegio de locos y bufones... Permíteme decirte lo que pienso al preciso momento de pensarlo, sin cortesía o doblez.., sin todo ese envoltorio que suele disfrazar a las verdades.. Pero has de prometerme que oirás sin enfadarte cuanto diga y siempre, sin cubrirte las narices, acaptarás que destape los olores de tantas infecciones como enferman un mundo corrompido... DUQUE Quien habla ahora es Jaques el sinvergüenza, libertino y sensual que, so pretexto de corregir pecados, contagiarías al mundo de todos los tumores que tú tienes.

Page 21: Como Te Guste

21

Tú quieres ultrajar a quien te escuche. JAQUES ¿Cómo podría ultrajar tan sólo con la lengua? Si es verdad lo que digo la víctima a sí misma se ha ultrajado, mas si fuera mentira, entonces mi censura volaría sin molestar a nadie.

Entra Orlando con la espada desenvainada. ORLANDO ¡Deténganse y no coman ni un bocado! JAQUES ¿Y este gallo a qué raza pertenece? DUQUE ¿Es tu miseria, amigo, la razón de tu audacia o sólo eres grosero sin modales por tener mala crianza? ORLANDO Mi proceder se debe a lo primero. La espina puntiaguda del hambre más extrema me ha llevado a olvidar la cortesía, mas soy de buena crianza. DUQUE Será tu porte amable quien nos obligue más que tus mandobles. ORLANDO Pues denme de comer, que desfallezco. DUQUE Pues bienvenido seas a nuestra mesa. ORLANDO Perdónenme, señores, mas yo creí que todo en este bosque era vil y salvaje.

Page 22: Como Te Guste

22

Y quien quiera que sean bajo estas ramas de sombra melancólica, si alguna vez supieron lo que es ser consolado y consolar sea mi triste dulzura la única violencia que ejerza sobre ustedes. Ya, rojo de vergüenza y de esperanza, aquí guardo mi espada. DUQUE Sí, también conocimos días mejores... Y tú, Jaques, ahora entiendes que este vasto universo nos presenta mas escenas de llanto que la nuestra. JAQUES Todo el mundo es un teatro, todos los hombres, todas las mujeres los comediantes somos, simplemente. Tenemos las entradas y los mutis, y son de siete edades nuestros roles. El primero es de niño que chilla y que babea en brazos de su madre. Luego es el de ir llorando hasta la escuela con el rostro de aurora y la mochila. Muy pronto es el papel de enamorado que, como un tren, suspira, y al pie de la ventana de su amada lanza su voz doliente. Después el del soldado, velludo y valeroso, que a frágiles burbujas del honor persigue con el filo de su espada. Más tarde es el de juez, de sabrosa barriga bien comida, sabio de frases hechas y sentencias. Viene la sexta edad que nos transforma en figura de avaros, con sóla la memoria de aquella voz viril, hoy convertida en sonido tipludo de silbato. Y, en fin, la última escena es la segunda infancia con el total olvido y ya sin dientes, ya sin ojos, sin gusto, ya sin nada.

Page 23: Como Te Guste

23

Entran, cantando, los cantores.

CANTORES Viento invernal. Sí, sopla y ven, como el ingrato, no eres tan cruel ni agudo el diente que no se ve, aunque tu aliento sí es de temer.. Jeijó, tú cantas, jeijó, y caminas, bajo este árbol lleno de espinas. Mucha amistad: simulación. Simple locura el mucho amor: Así, jeijó, siempre, caminas, bajo este árbol lleno de espinas. De quien no paga los beneficios el cielo es agrio, lleno de vicios. Duro aguijón el que se siente con los traiciones de algún pariente. Jeijó, aquí cantas, jeijó, y caminas, bajo este árbol lleno de espinas. DUQUE Reconozco, en tu rostro, la vivísima efigie del buen señor Roldán. ¿Eres su hijo..? ORLANDO El menor, mi señor, yo soy Orlando. DUQUE Yo soy el Duque a quien sirvió tu padre.

Page 24: Como Te Guste

24

Ven a mi gruta a narrar tus hazañas.

Salen todos. * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * ESCENA VII

Otro lugar del Bosque de Arden, tiempo después. Los Cantores vuelven a entrar a escena desde diversos puntos. En medio de ellos está Piedra Filosofa, quien les habla.

PIEDRA FILOSOFAL Para poder juzgar acerca de las artes en los bosques es preciso que escuche las sentidas canciones con que ustedes, bosquímanos, se expresan...

Los Cantores se ven unos a otros, se sonríen y, con grandes aspavientos, lanzan su canto para burlarse de Piedra Filosofal.

CANTORES Uno, dos cortiofos que, revistianis, se conciferan tiempo y cartianis, curranse y mines acuafileros responden presto a los tameros. Ruste el alféizar, jorram, jo, jo, tiras cual séizar, jorram, jo, jo...

Piedra Filosofal, que se ha dado cuenta de la burla les dice: PIEDRA FILOSOFAL Aunque la letra no tuvo sentido, de acuerdo con sus dotes las notas estuvieron... ¡todas desentonadas!

Page 25: Como Te Guste

25

ALGUN CANTOR Eso es falso... Cuidamos cada tono... Bien cuadrados, no hemos perdido el tiempo... PIEDRA FILOSOFAL He sido yo quien ha perido el tiempo al escuchar una canción tan necia, con la que, necios, pretenden burlarme. Ya sigan su camino y que los cielos lse afinen las voces.

Los Cantores salen entre risas. Por otro lado entra Orlando. Piedra Filosofal se esconde para espiarlo. Orlando cuelga papelillos con versos para Rosalinda de las ramas de los árboles.

ORLANDO Para siempre del manto de la noche cuelguen y testifiquen, como nuevas estrellas, versos míos, mi amor por Rosalinda. Y, tú, Luna, tres veces coronada, ¡oh reina de la noche!, ve con tus ojos castos desde la palidez de tu alta esfera la figura de aquella cazadora, hija tuya y también sacerdotisa, que hirió mi corazón y gobierna mi vida por entero. ¡Oh, Diana-Rosalinda! En los árboles que han de ser mis libros, imprimiré mis versos para que tu mirada, Rosalinda, cruzando todo el bosque encuentre en cualquier sitio testimonios de amor a tu virtud. ¡Ya corre, Orlando, corre: graba en cada corteza cuán casta e inefable es Rosalinda!

Sale Orlando. Piedra Filosofa toma uno de aquellos papelillos y lo lee. PIEDRA FILOSOFAL Mal medidos los versos y el corazón de almíbar. ¡Ay, Orlando, ay, Orlando! Cuán mejor luchador

Page 26: Como Te Guste

26

que poeta de bosques encantados. Quizás has confundido el bosque con un púlpito y nos quieres clavar en los oídos de inermes feligreses aburridas palabras amorosas sin darnos tregua alguna ni pedirnos paciencia para oírte...

Entra Corin. CORIN Reflexivo te encuentro como siempre. Piedra Filosofal, confiesa de una vez, buen señor mío, ¿te gusta o te molesta la vida pastoril? PIEDRA FILOSOFAL De una vez te confieso y claramente, para evitar las dudas en tu mente selvática que, en sí considerada.., es vida buena.., mas vista como vida de pastores.., nada vale en verdad. Me atrae su soledad pero, como retiro, es detestable. Me encanta lo campestre, me aburre estar tan lejos de la Corte. Lo frugal compagina con mi humor. Su falta de abundancia enfurece a mis tripas grandemente... CORIN Pues mi selvatiquez o tus retruécanos me dejan sin saber nada de nada... PIEDRA FILOSOFAL Esto es filosofía, pastor. ¿No lo comprendes? CORIN Pues no. Yo sí comprendo que cuanto más enfermo está algún hombre mucho peor se siente; y el que va sin dinero, pues, carece de su mejor amigo;

Page 27: Como Te Guste

27

y que la lluvia moja; y que el buen pasto engorda a los carneros; que causa principal de ser la noche es la ausencia de sol. PIEDRA FILOSOFAL Un hombre como tú, ¡juro ante el mundo!, es natural filósofo. Pero dime, pastor, si alguna vez has estado en la Corte. CORIN ¿Yo? Jamás. PIEDRA FILOSOFAL Pues estás condenado. Condenado de veras como un huevo mal frito. CORIN ¿Sí? ¿Por qué? PIEDRA FILOSOFAL Quien no ha estado en la Corte, nunca ha visto qué son los buenos modos. Tendrá entonces, concluyo, malos modos y lo malo es pecado y el pecador, seguro, va al infierno. Tu estado es peligroso, pastor Corin. CORIN Para nada, señor, porque los buenos modos de la Corte en medio de los campos son ridículos, así como es risible el modo pastoril en una Corte. PIEDRA FILOSOFAL ¡Que perdone el Señor tanta simpleza! ¡Tú vas a condenarte por tan bruto... CORIN Piedra Filosofal, yo soy honrado: yo gano lo que como y tengo lo que sudo, no odio a nadie, tampoco a nadie envidio,

Page 28: Como Te Guste

28

me contento con poco y es mi mayor orgullo ver mamar dulcemente a mis corderos. PIEDRA FILOSOFAL Otro pecado horrendo de un pastor es acoplar ovejas y carneros, y ganarse la vida de alcahuete entre pobres ovejas, mansas, buenas, y carneros cornudos, viejos, torvos. Si al infierno no has ido es porque el mismo Diablo rechaza a los pastores. CORIN Pues yo veo más del Diablo en las formas extrañas que tú empleas para no decir nada mientras hablas y hablas, incurable. Calla ahora un momento, porque el joven y bello Ganimedes, que es hermano de mi nueva señora, viene hacia acá. PIEDRA FILOSOFAL Hay que espiarlo.

Piedra Filosofal y Corin se esconden para espiar. Entra Rosalinda, como Ganimedes, con un papel, leyendo.

ROSALINDA Otro poema más que me roba el aliento sin que exista motivo para herirme. Como si en este bosque.., oh Dios.., él estuviera... No quiero ni pensar en tanta dicha.

Entra Celia con un escrito. ROSALINDA Mi hermana entra leyendo. Dime Celia, estos versos colgados de las ramas.., ¿podrían ser..?, ¿tú creerías..? CELIA

Page 29: Como Te Guste

29

Antes de responder, permíteme expulsar a estos espías.

Va hacia donde se esconden Corin y Piedra Filosofal. CELIA Tú, pastor, y tú, pícaro: ¡ya, fuera! PIEDRA FILOSOFAL Si no hay fanfarrias para nuestro mutis, vayámonos, pastor, con música de viento.

Salen silbando alguna marcha. CELIA ¿Has leído estos versos? ROSALINDA Cada uno. CELIA ¿Quieres adivinar quién los ha escrito? ROSALINDA Tiemblo sólo al pensar..: ¿un hombre acaso? CELIA Y lleva una cadena que fue tuya... ¿Por qué te pones roja..? ROSALINDA ¿Acaso dos montañas pueden llegar volando hasta el bosque encantado en el que estamos y encontrarse entre ramas y entre versos mientras la tierra tiembla? ¿Quizás este poeta..? CELIA ¿Ya vas adivinando..? ROSALINDA ¡Ay, pobre cutis mío, vuelves a enrojecer!

Page 30: Como Te Guste

30

¿Acaso por vestir ropas de macho deberé disfrazar inclinaciones? Ya grita de una vez el nombre del poeta... Mejor, tartamudea y, así, su nombre saldrá como burbujas de tu boca... ¿Es hechura de un dios..? CELIA Es el joven Orlando quien venció, como atleta, a su enemigo y, como amor, a ti llegó a vencerte. ROSALINDA ¿No te burlas..? ¡Orlando! ¡Amado Orlando! CELIA Aparece tu amor en este bosque ROSALINDA ¿Qué haré con mi disfraz? ¿Qué hacía cuando lo viste? ¿Qué decía? ¿Qué ha venido a buscar y desde cuándo? ¿Te preguntó por mí? ¿Y dónde duerme? ¿Qué dijo al despedirse? ¿Y quedaron de verse nuevamente? ¡Responde de una vez, oh Celia mía, con sólo una palabra! CELIA Pues debería tener la boca de un gigante porque enorme ha de ser esa palabra que, una sola, responda más preguntas que todo el catecismo. ROSALINDA Sólo dime si sabe que estoy en este bosque... De mi disfraz de hombre, ?¿sabe algo? Y sus ojos, ¿se clavan fascinantes como el día en que me vieron? ¡Ya, responde! CELIA Resultaría más fácil contar átomos que responder a alguna enamorada. Saborea mi relato

Page 31: Como Te Guste

31

con fervor religioso: a una legua de aquí me lo encontré debajo de un gran árbol como fruta caída. ROSALINDA Pues gran árbol de Dios debe llamarse si tal fruto produce. CELIA Tan bello y musculoso, ahí, tendido... ROSALINDA ¡Qué modo de adornar esta campiña! CELIA Vestía ropa de arquero... ROSALINDA Es un presagio porque viene a flecharme el corazón... CELIA Es posible que áun esté tendido en espera de ti. ROSALINDA ¿De mí.., de Ganimedes..? CELIA (divertida) ¿Tal vez de Rosalinda..? Que sea como te guste.., mas ve a verlo. ROSALINDA Iré a verlo y a hablarle... Debo reconocer el brillo extraordinario de sus ojos... Usaré mi disfraz para acercarme... Le daré tratamiento de lacayo...

Salen. * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Page 32: Como Te Guste

32

ESCENA VIII

En otro sitio del Bosque, Orlando descansa bajo un árbol. Rosalinda, como Ganimedes, se acerca a él, sigilosa. Tras de admirarlo un rato, se acerca y le habla.

ROSALINDA Acércate, bosquímano. ¿Oyes, selvícola? ORLANDO Oigo perfectamente. ROSALINDA Pues.., entonces.., responde... ¿Qué hora marca el reloj..? ORLANDO Deberías preguntarme por qué hora marca el sol. No hay reloj en el bosque ROSALINDA Pues.., entonces.., el bosque.., ¡nunca jamás ha estado enamorado..! De otro modo, a suspiro por minuto y a gemido por hora, registraría lentísimo el devenir del tiempo tan bien como el mejor de los relojes. ORLANDO ¿Por qué no su carrera? ROSALINDA De cada cual depende que su tiempo sea veloz o sea lento. Sabe el tiempo elegir velocidades. Puede ir pasito a paso, puede marchar al trote o lanzarse al galope como un rayo. ORLANDO ¿De acuerdo a quién va el tiempo paso a paso?

Page 33: Como Te Guste

33

ROSALINDA De acuerdo a una doncella enamorada que espera la llegada de su amado. El tiempo se hace lento para ella y el deseo de unos labios y unos ojos...

La contiene la desazón de Orlando al sentirla acercarse. Orlando busca, con su pregunta, suavizar la situación.

ORLANDO ¿Y con quién va al galope? ROSALINDA Con quien ha sido condenado a muerte y va rumbo al patíbulo. ORLANDO ¿Y para ti, mancebo sonrojado, el tiempo cómo marcha? ROSALINDA Depende de la hora y del momento...

Tras otro momento difícil, Orlando cambia la conversación. ORLANDO ¿Habitas este bosque..? ROSALINDA Con mi hermana, en la misma frontera, como encaje que ribetea una falda. ORLANDO Hablas con tal finura y suaves gestos que no pareces ser originario de un lugar tan agreste. ROSALINDA Yo fui educado aquí por un mi anciano tío que viviera en la Corte muchos años y a la que abandonara por cuestiones de amor.

Page 34: Como Te Guste

34

ORLANDO Siempre el amor. ROSALINDA Mi tío lo maldecía. Y yo he aprendido a agradecer al cielo que no nací mujer. He podido librarme de tan escandalosas aventuras en que siempre se enredan las mujeres por cuestiones de amor. Terrible enfermedad que aquel mi tío me enseñara a curar. ORLANDO ¿Tú curas el amor? ROSALINDA Perfectamente. Hay un hombre que vaga por el bosque hiriendo la corteza de los árboles con estas nueve letras: Ro-sa-lin-da... Y suspende elegías en cada zarza y odas en las espinas, deificando a su amada Rosalinda... Si pudiera encontrarle lo sanaría de todas sus visiones, porque, sin duda alguna, sufre fiebres de amor... ORLANDO ¿Y cuáles son los síntomas de tan temibles fiebres porque, quizás, yo mismo las padezca? ROSALINDA Las mejillas enjutas que tú tienes lozanas.., y lo ojos hundidos.., los tuyos son hermosos como brasas.., el cabello y la barba descuidados, aunque, en verdad, tu barba es más la de un efebo que de un hombre... Tú no eres ese loco, más pareces prendado de ti mismo que amante de ninguna Rosalinda...

Page 35: Como Te Guste

35

ORLANDO Ese loco soy yo. Mi amor por Rosalinda es más grande que todos los poemas que he venido colgando de las ramas como si un día pudiera cruzar por este bosque Rosalinda. ROSALINDA Pues en verdad, entonces, las fiebres del amor te han victimado. Es el amor locura tan grave como aquella que llena manicomios malolientes. Si no suele tratarse en esas celdas es sólo porque el médico y también el verdugo y hasta la monja que maneja el látigo acostumbran también vivir muy locamente enamorados. Así, seco del seso, es tu locura tal que requieres del látigo, la celda, la camisa de fuerza, o, tal vez, de mi ciencia... ORLANDO ¿Acaso tú has curado a alguno como yo? ROSALINDA Sí, así de grave. ORLANDO Pues si no he de encontrar a Rosalinda, cúrame como aquel. ¿Qué recetaste..? ROSALINDA Lo obligué a imaginar que era yo su adorada... ORLANDO ¿Eres tú Rosalinda..? ROSALINDA Y lo obligué a venir todos los días

Page 36: Como Te Guste

36

para hacerme la corte... ORLANDO ¿Eso es posible..? ROSALINDA Y a veces fui ligero, antojadizo, y otras veces altivo, caprichoso y mudable, me mostré afeminado e inconstante, amable y lacrimoso, taciturno. Un buen día lo adoraba, para después odiarlo y escupirlo. Tanto y tan bien actué que cambié los accesos amorosos de mi pobre paciente en un ataque real de auténtica locura. Y se fue de este mundo a un monasterio donde ha olvidado amores y otras cuitas. Yo dejaré tu hígado tan limpio como el de un carnerillo, con sólo que me llames Rosalinda y vengas a mi casa cada día a fin de cortejarme. ORLANDO Yo obedezco, doctor... No..: Rosalinda...

Salen. * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * ESCENA IX

Otro lugar del Bosque de Arden. Entran Celia y Rosalinda.

ROSALINDA Hasta su cabellera es de hermoso color.

Celia, como siempre acostumbra, ironiza palabras y actitudes de Rosalinda.

Page 37: Como Te Guste

37

CELIA ¡Excelente color es el castaño! ROSALINDA Sus besos son tan puros como el mismo contacto con la hostia al sacro instante de la comunión. CELIA Santa imagen. Pues ese par de labios ¿serán regalo de la casta Diana? ROSALINDA Ni siquiera una monja de clausura más religiosamente besaría. CELIA Hay en ellos el hielo que da la castidad...

Entra Jaques y Rosalinda cambia su actitud femenina por la masculina. En cuanto lo ve, Celia da muestras de interés por Jaques y por ello es quien lleva la conversación.

JAQUES Les ruego me permitan conocerlos mejor. Jaques es mi nombre. CELIA Se refieren a usted como a un caballero melancólico. JAQUES Y es verdad. Lo prefiero a correr por ahí de humor alegre. CELIA Pues los que caen en uno u otro exceso son gente abominable que se expone a la censura pública. JAQUES ¿No es hermoso estar triste y en silencio? CELIA ¿Acaso como un poste?

Page 38: Como Te Guste

38

JAQUES No es mi melancolía la de ningún poeta que busca parecerse a las estrellas; tampoco la del músico que sólo es fantasía; ni la del cortesano que es orgullo; ni aquella de la dama que es apenas un gesto; no es tampoco la del enamorado que todas las reúne. Simple melancolía la que yo sufro, al tiempo que es compuesta, extraída de múltiples objetos. Resultante en verdad de la contemplación de tantas cosas que he visto en cada viaje, de rumiar sin cesar mis pensamientos. CELIA Pues razones tendrás para estar triste. JAQUES Y con sombría tristeza, mi señora. CELIA Tal vez habrás perdido las que fueron tus tierras. Los tuyos son, tal vez, ojos muy ricos y tus manos muy pobres. JAQUES Pero he ganado mucho en experiencia. CELIA ¿Una experiencia que te vuelve triste? Preferería un bufón que me alegrara a una experiencia que me entristeciera... JAQUES Pues yo soy un viajero que viste ropa extraña y olvida beneficios de la patria y llega a sublevarse contra Dios... CELIA Pero has viajado y has bogado en góndola...

Page 39: Como Te Guste

39

¿Conoces el amor..? JAQUES Siempre suelo esconderme entre los árboles para verlo pasar... Ahora, por ejemplo, se acerca una pareja: ¿la escuchamos?

Los tres se apartan y entran Piedra Filosofal y Audrey. PIEDRA FILOSOFAL ¿Te ordeño alguna cabra..? ¿Me deseas..? ¿Te enloquece mi faz..? AUDREY ¡No toques a mis cabras..! ¿Cuál deseo? ¡Qué cosa es una faz..? ¿Por qué tienes que usar palabras raras..? PIEDRA FILOSOFAL Es el vocabulario de un científico, caprino entre tus cabras, caprichoso, medio cabrón también, poeta como Ovidio, metamórfico. ROSALINDA (aparte) ¡Qué erudición tan mal utilizada! JAQUES (id.) ¡Pero qué picardía! PIEDRA FILOSOFAL Tu inteligencia rústica, ¡ay!, incapaz resulta de entenderme. Ojalá que los dioses te hubieran inventado más poética. AUDREY ¿Y yo qué sé qué es eso de poética? ¿Es de mujer decente, honesta y verdadera? PIEDRA FILOSOFAL ¿Verdadera..? ¿En verdad..? No, nada de eso pues no hay mayor ficción que en la poesía. AUDREY

Page 40: Como Te Guste

40

¿Y, así, habrías deseado que yo fuera inventada más poética? PIEDRA FILOSOFAL Sí, verdadermanete, porque al jurarme tú que eres honesta yo tendría la esperanza de que fueran mentiras. AUDREY ¿No me quieres virtuosa? PIEDRA FILOSOFAL Para nada. Eso es cosa de feas, porque la honestidad y la belleza resultan en verdad empalagosas. JAQUES (aparte) ¡Este ignorante es sabio! CELIA (aparte) Pero, ¿acaso es sensato el melancólico? AUDREY Como soy más bien fea, bendigo yo a los dioses que me han hecho tan honesta y virtuosa. PIEDRA FILOSOFAL ¿Virtud y honestidad en una criada? Otra ecuación terrible.., ¡un desperdicio! AUDREY ¡Yo no soy una criada: soy cabrera! PIEDRA FILOSOFAL Pues, entonces, ¡benditos sean los dioses de que huelas a cabra y seas virtuosa! A lo mejor, después, serás mi criada, pero hoy, sea como sea, me casaré contigo puse tu virtud me cierra otros caminos. AUDREY ¡Casada y bien casada con científico! ¡Que los dioses nos llenen de alegría!

Page 41: Como Te Guste

41

PIEDRA FILOSOFAL Como el buey tiene yugo y el caballo su freno, el hombre y la mujer tienen deseos. Amén. AUDREY Amén. ¡Casados! PIEDRA FILOSOFAL (sin ser oído por Audrey) Si pudiera encontrarme un cura borrachón y que nos case sin saber que lo hace.., no casándonos bien habría una excusa para el ritual feliz del abandono. (A Audrey) Pues yo no veo, amor mío, otra cosa que cabras con sus cuernos... Y, si bien son odiosos, son dote necesaria. Como el ciervo los tiene desmedidos y es un noble animal, así siempre resulta más hermoso mostrar la cornamenta que carecer de ella y estar solo.

Salen Piedra Filosofal y Audrey, al tiempo que se acercan Selvático y Febe. En lo que llegan, los otros hablan desde su escondite.

JAQUES (aparte) Son Selvático y Febe quienes llegan. El es sincero amor de pálido semblante. Ella, desdén y orgullo enrojecidos. ROSALINDA (aparte) No sé si la presencia de un amor despreciado ante mis ojos no me obligue a salir del escondite. SELVATICO Si me vas a decir que no me amas, hazlo con suavidad. Febe no goces el dolor que el desprecio me clava en las entrañas, ni vuelvas a tus ojos mis verdugos.

Page 42: Como Te Guste

42

FEBE No quiero ser verdugo y si de ti me escapo es, justamente, para no victimarte. Me dices que mis ojos te asesinan y la frase es hermosa, aunque mentira. Llamar crueles, tiranos, asesinos, verdugos a los ojos que, entre todos los órganos, destacan por más frágiles y cierran sus pupilas ante el menor peligro. ¡Todo es falso! Con cólera te miro, hasta con odio, y si mis ojos tienen poder de lastimarte, ¿por qué no mueres ya? ¿Eh? ¡Ya, desángrate! Mas si no te derrumbas no me mientas. No afirmes, por pudor, que mis ojs te matan. Un alfiler te araña por mínima que sea su punta aguda y una vara delgada deja huella. Pero mis ojos, no. Vueltos flechas amargas se lanzan contra ti. No causan daño alguno ni lastiman. No hay en los ojos fuerza que sea capaz de herir. Tú sólo mientes. SELVATICO Eres dura, mi Febe idolatrada. FEBE Digo verdad, Selvático. ROSALINDA (aparte) Si sus ojos no marcan, su lengua sí es capaz de arar en las entrañas del amante. JAQUES (id.) Fuerte pastora. CELIA (id.) Cruel. JAQUES (id.)

Page 43: Como Te Guste

43

Así es la vida. SELVATICO Espérate a que llegue ese momento, que quizás ya está cerca, de que alguna mirada te seduzca y te haga conocer las heridas profundas del amor. FEBE Pues, hasta ese momento, no te acerques. Aceptaré tus burlas si el mirar de un amor me saca sangre. Pero, hasta ese momento, no he de tener, Selvático, la mínima piedad si tú me miras.

Furiosa, Rosalinda como Ganimedes, sale de su escondite para increpar a Febe. Poco a poco Celia y Jaques salen también.

ROSALINDA ¿Y por qué? ¿Quién te sientes? ¿Qué leche de cuál madre fue la tuya para que, de este modo, insultes y lastimes a un amor desgraciado. Porque eres algo hermosa, mas no tanto, ¿has de mostrate impía? FEBE ¡Qué mirada la tuya! ¡Qué brillo el de tus ojos, caballero! ROSALINDA Mis ojos no te miran ni acepto que los tuyos intenten hechizame, pastorcilla. Ni tus cejas tan negras, ni el cabello sedoso, ni la luz de las niñas de tus ojos me podrían atrapar... Y dime tú, insensato, ¿Selvático te llamas?, ¿que le admiras? ¿Por qué has de ir bufando como el viento detrás de esta pastora cuando eres tú muchísimo más bello? Por otros como tú, así de imbéciles,

Page 44: Como Te Guste

44

se halla poblado el mundo de niñitas mimadas como ésta. FEBE Cuanto quieras insúltame pero nunca me niegues tu mirada. Enojados conmigo, tus ojos brillan más y, como ascuas, me inflaman desde dentro. Prefiero tus insultos al amor de Selvático. ROSALINDA ¿Cómo es esto posible? FEBE Como quieras.., como te guste a ti.., como decidas... ROSALINDA Si tienes a un pastor enamorado de tu triste fealdad, ¿cómo puedes prendarte de mi furia? ¡No me mires así! FEBE ¿Cómo he de hacerlo..? ROSALINDA De ninguna manera. De mí no te enamores, te lo ruego, pues te juro que soy terriblemente falso y, además, no me gustas para nada. ¡Conquístala, Selvático, y que me deje en paz! SELVATICO ¡Ay, si pudiera! JAQUES Ha llegado a este bosque aquel poema que escribiera en su día Christopher Marlowe: “¿Quién que ha amado, no ha amado a la primera vista?”

Rosalinda sale, con Celia y jaques.

Page 45: Como Te Guste

45

SELVATICO ¿Para mi no hay piedad, oh dulce Febe? FEBE Piedad y nada más, gentil Selvático. Pero.., ¿viste sus piernas y sus labios, y su tez y su orgullo y sus palabras duras que a mí me resultaron ambrosía... ¿Sabes dónde encontrarlo? SELVATICO Es, con su hermana, dueño de la choza que fue del viejo avaro. FEBE Pues yo debo pedirle que me explique su mal comportamiento. ¿Te parece? SELVATICO Pues sí habló con rudeza. FEBE Y más: me dijo fea... SELVATICO Sí. Debe disculparse. FEBE Le escribiré una carta muy airada que tú podrás llevarle. ¿No, Selvático? SELVATICO Yo haré como te guste y habrá de responder por su osadía.

Salen. * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * ESCENA X

Page 46: Como Te Guste

46

Otro día, en otro lugar del Bosque. Entran Orlando y Rosalinda. ROSALINDA Una cosa te pido: que nunca llegues tarde. ORLANDO Te lo juro... ROSALINDA Preferiría, en tal caso, que cualquier caracol me cortejara. ORLANDO ¿Y por qué un caracol? ROSALINDA Porque, aunque sea muy lento, lleva su casa a cuestas y además su destino también lleva. ORLANDO ¿Y cuál es su destino? ROSALINDA Pues, los cuernos. ORLANDO (molesto) No me suenan virtuosos tus conceptos mientras que Rosalinda, la que es mía, es la pura virtud. ROSALINDA (cambia el tono) ¡Yo soy tu Rosalinda! ¡Hazme la corte! (Melosa:) ¿Qué sería lo primero que, si fuera tu amada, pedirías..? ORLANDO Antes que nada, un beso... ROSALINDA No, porque un beso debes de ganarlo. ORLANDO ¿Tú me lo negarías? ROSALINDA

Page 47: Como Te Guste

47

Yo soy tu Rosalinda y... no te beso. ORLANDO Pues, entonces, yo muero. ROSALINDA En un mundo que tiene seis mil años, jamás ha habido un hombre, ninguno, ¡óyelo bien!, que haya muerto de amor o por habérsele negado un beso. ORLANDO Si tú eres Rosalinda, yo moriré de amor si no me besas. ROSALINDA Cuido mi honestidad y me busco otro tema no tan cálido... ¿Te casarás conmigo? ORLANDO Una y mil veces. ROSALINDA Con una frente a Dios es suficiente. Imagina un buen cura enfrente nuestro. ¿Aceptas por esposa a quien tienes tomada de la mano? ORLANDO Sí la acepto. Y, tú, ¿aceptas a quien pone los dedos en tus labios? ROSALINDA Yo lo acepto por siempre. LOS DOS ¡Que así sea! ORLANDO Y ahora, esposa mía, deberé de ausentarme por dos horas. ROSALINDA ¡Vete lejos de mí! ¡Déjame sola!

Page 48: Como Te Guste

48

¡Ay, seducida fui y abandonada como tantas lo son por tantos hombres! ORLANDO Mas debo ver al duque, te lo juro. Regresaré a tu lado en, máximo, dos horas. ROSALINDA Y ¡ni un minuto más! ORLANDO No. Ni un minuto. ROSALINDA Pues que el tiempo sea juez de tus amores.

Salen. * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * ESCENA XI

Frente a la casa de Celia y Rosalinda. Está Celia y entra Selvático. SELVATICO ¿Y el joven Ganimedes? CELIA Está contando el tiempo. SELVATICO Yo le traigo una carta de mi amada. CELIA Más digno es ser pastor que ser cartero de cartas como ésta. SELVATICO Es una muy airada...

Entra Rosalinda. Ganimedes...

Page 49: Como Te Guste

49

ROSALINDA (sin hacerle caso) Ya son casi dos horas... SELVATICO Es Febe, mi adorada quien me envía... ROSALINDA (id.) Y Orlando sin venir... SELVATICO ... a entregarte esta carta... ROSALINDA (id.) Ya dos horas. SELVATICO Me ha dicho que se queja por la forma en que tú la trataste...

Obliga a Rosalinda a tomar la carta. Y yo vengo dispuesto a lo que sea...

Rosalinda lee la carta.

ROSALINDA ¿La leíste, Selvático..? SELVATICO ¡Defiendo con mis puños lo que diga..! ROSALINDA (lee) “Eres un dios, hermoso Ganimedes, que abrasa el corazón de esta pastora...” CELIA (irónica) No la veo muy airada... ROSALINDA “Mientras tú me insultabas, te adoraba...” ¿Supones que me injuria..? SELVATICO Ya, no sigas... ROSALINDA “Y si, amor, me rehuyes

Page 50: Como Te Guste

50

entonces buscaré el modo de morir. Yo te lo juro.” CELIA (a Selvático) Ay, mi pobre pastor. ROSALINDA No te apiades de él. (A Selvático:) ¿Es que puedes amar a quien te engaña y te hace el instrumento de músca que insulta..? Ve a buscarla y dile que le ordeno que te ame, pues jamás le hablaré sino eres tú quien suplica por ella. CELIA ¡Ve, Selvático!

Sale Selvático. ROSALINDA Quiero llorar de rabia porque Orlando no llega. CELIA Pues llora de una vez, no te contengas. Aunque piensa un momento que las lágrimas no podrán hacer juego con tus ojos de hombre, Ganimedes... ROSALINDA ¿Por qué juró que volvería en dos horas? ¿Estaba enamorado..? CELIA “Estaba” no es “estar”... ROSALINDA Yo de amor muero...

Se aleja Rosalinda lo suficiente para no ver cuando entra Corin arrastrando como puede el cuerpo de Orlando desmayado. Celia lo reconoce y va ayudar.

CELIA ¡Es Orlando! ¿Está muerto?

Page 51: Como Te Guste

51

CORIN Desmayado. CELIA ¿Qué le ocurrió, pastor?

Corin cuenta la historia mientras acomodan a Orlando, le lavan la herida en el brazo y le aplican un torniquete.

CORIN Una leona, con las garras enjutas, pegada contra el suelo la cabeza, me espiaba como gata tras un árbol en lo más intrincado de este bosque mientras que yo dormía. Aguardaba la fiera que yo me despertara pues en su natural llevan inscito estas bestias feroces el no atacar a nadie que parezca estar muerto. Pero el maese Orlando se acercó y yo me desperté. Sólo sentirlo se lanzó la leona en contra mía. Cual ráfaga, también, este joven heroico interceptó a la fiera. Así, lucharon hasta que la leona salió huyendo tras dejar malherido a este valiente....

Entra Rosalinda. ROSALINDA ¿Y esta sangre? ¡Es Orlando!

Rosalinda se desmaya al tiempo que Orlando comienza a recuperar la conciencia. Queda Rosalinda desmayada en brazos de Corin y Orlando en los de Celia.

CORIN Vamos, vamos, ya, joven Ganimedes nadie vaya a decir que tú careces de grande corazón y varonil. CELIA (justificándolo) Muchos se desvanecen

Page 52: Como Te Guste

52

con sólo ver la sangre y son muy hombres. ORLANDO (torpe) El que yace a mi lado ¿es Rosalinda, Ganimedes o quién..? CELIA Es Ganimedes fingiendo en el papel de Rosalinda. CORIN ¿Fingiendo en qué papel..? ¿Serán estos los modos de la Corte..? ROSALINDA (que ha vuelto en sí) Fue fingimiento, sí. Y tú debes llamarme Rosalinda. ORLANDO Pues muy pálido estás para ser fingimiento. ROSALINDA El pálido eres tú, y es por haber perdido tanta sangre, pues tan sólo por ello te perdono haber llegado tarde. ORLANDO Rosalinda...

Todos salen. * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * ESCENA XII

Entran el Duque y Jaques el Melancólico. DUQUE Me han llegado noticias de la patria.

Page 53: Como Te Guste

53

JAQUES ¿Son malas, como siempre o, por variar, quizás serán mejores que las buenas noticias que yo traigo? Oigo, señor, las tuyas. DUQUE Mi hermano usurpador ha decidido abandonar el trono. JAQUES ¿Sí? ¡Aleluya! ¿Y qué lo empujaría a decidir tal cosa..? DUQUE Al parecer lo hizo convertirse la fuga de su hija, hermosa Celia, quien siguiera al exilio a Rosalinda, la hija que he perdido y que espero encontrar a nuestra vuelta. Como quiera que sea, el duque usurpador ha pedido su ingreso a un monasterio JAQUES ¡Extrañas y magníficas noticias! DUQUE ¿Y cuáles son las tuyas..? JAQUES Hablamos, mi señor, ¿no lo recuerdas?, de dulces cervatillos que gemían con la saeta cruel en las gargantas. DUQUE Sí, lo recuerdo bien. JAQUES Pues tal vez sea el momento de que yo me convierta en cervatillo por un amor herido. DUQUE ¿Qué me dices?

Page 54: Como Te Guste

54

¿El Jaques que se juraba bufonesco y del orbe y su gente sólo ansiaba burlarse viene hasta aquí gimiendo enamorado? JAQUES Ya hablamos, mi señor, de las edades por las que cruza el hombre siempre sobre el tablado de este teatro. Pues bien, este es el tiempo para que Jaques el cínico haga mutis y se cambie de máscara... Quien vuelve a entrar es Jaques el melancólico enamorado ya de una estrella brillante, cintilante, cuyo nombre es Ajena. DUQUE Es un extraño nombre este de Ajena. JAQUES Así es, mi señor, se antoja para siempre inalcanzable. Pero veo que se acerca Ganimedes, el hermano de Ajena. DUQUE Ve a su encuentro y pídele la mano de su hermana con noble cortesía, mientras voy a escribir algunas cartas.

El Duque sale y entran, por lugar opuesto, Orlando y Rosalinda como Ganimedes. JAQUES Buen señor Ganimedes, ¿me permites hablar en tu presencia de mi amor por Ajena? ROSALINDA Pero, ¿cómo es posible, caballero, que, apenas conociéndola, quieras hablar de amor? JAQUES Ni por la rapidez de mi demanda ni porque mis palabras sean tan pobres

Page 55: Como Te Guste

55

deberás de juzgarme y sí saber, en cambio, que al sólo oír su voz, al sólo verla, le declaré mi amor. ROSALINDA (a Orlando pero de forma que oiga Jaques) Y ella ha correspondido a estos afectos... JAQUES (jubiloso) ¡Tú lo ha dicho! ¡Bien sabes que me ama! ¡Bendícenos, entonces! Entrégame, señor, la mano de tu hermana, pues el duque en persona ha consentido en ser nuestro padrino.. ROSALINDA ¿El gran duque vendrá? ¡El querido padre de Rosalinda! ORLANDO ¡De Rosalinda, amor, ay, Rosalinda..! ROSALINDA Tan sólo más veloz que estos amores ha sido aquella historia que legó Julio César, el “Vini, vidi, vincit” tan famoso. Pues sólo con mirarse comenzaron a amarse y sólo con amarse suspiraron y, así, de grado en grado, van subiendo la escala que lleva al matrimonio, porque de no casarse por la Iglesia serán incontinentes, fuera de toda ley. ¡Que así es la furia con que funde el amor a los amantes..! JAQUES ¿Y tú accedes, entonces, Ganimedes a que Ajena sea mía..? ROSALINDA Se casarán mañana.

Page 56: Como Te Guste

56

JAQUES ¡Y frente al duque!

Sale Jaques y Rosalinda dice, en aparte, de modo que no la oiga Orlando:

ROSALINDA ¡Ay, padre, padre mío! ORLANDO (refiriéndose a la alegría de Jaques) ¿Es dolor o es envidia lo que causa la voz que entona tanta dicha ajena.., cuando la dicha propia está tan lejos..? FEBE (suspirando por Rosalinda) ¡O cuando, amado, te muestras tan esquivo..! SELVATICO (suspirando por Febe) ¡O te desprecia aquella por quien darías la vida..! ROSALINDA Mas ¡si todo es posible en este bosque! (A Orlando) Si a Rosalinda amas como dices, te casaras con ella al mismo tiempo en el que Jaques se case con Ajena... ORLANDO No te burles de mí... ROSALINDA ¡Si yo soy mago! Apenas de tres años vine a vivir al bosque, que es un bosque encantado, con mi tío, versadísimo en el arte de la alquimia y la magia y las estrellas... (A Selvático) Y tú, mi buen pastor, explícale a esta joven lo que amar significa. SELVATICO Es el estar construido de suspiros, de suspiros y lágrimas,

Page 57: Como Te Guste

57

como yo estoy por Febe. FEBE Y yo por Ganimedes. ORLANDO Y yo por Rosalinda. ROSALINDA Como yo no lo estoy por ninguna mujer en este mundo. SELVATICO Es que la fantasía esté en cada molécula.., la pasión y el deseo.., ser todo adoración, todo paciencia, como yo soy por Febe a cada instante... FEBE Y yo por Ganimedes. ORLANDO Y yo por Rosalinda. ROSALINDA Como yo no lo soy por ninguna mujer en este mundo... Mas, si todo es posible en este bosque, vengan todos mañana: (a Selvático) te ayudaré si puedo.., (a Febe) te amaría si pudiese, te juro frente a todos: si me caso mañana con alguna mujer lo haría contigo... ¡Vengan todos aquí..: que tú te casaras con Rosalinda y tú a Febe tendrás entre tus brazos..! FEBE Y tú ya me has jurado que mañana... ORLANDO, FEBE Y SELVATICO ¡No faltaré si vivo..!

Page 58: Como Te Guste

58

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * ESCENA XIII

Otra parte del bosque. Entran Orlando, Jaques el Melancólico y el Antiguo Duque. DUQUE (a Orlando) ¿Y tú crees, en verdad, que el joven Ganimedes sea capaz de cumplir con todo aquello que a ti te prometiera? ORLANDO Unas veces, lo creo.., otras veces, señor.., lo veo imposible... Así: temiendo, espero cuanto, esperando, temo.

Entra Rosalinda, vestida de Ganimedes, seguida por una Febe que no oculta sus muestras de arrobado amor, y por Selvático.

ROSALINDA Paciencia una vez más y resumamos. (Al Duque) ¿Tú, tan noble señor, estás dispuesto a jurar aquí mismo que si traigo a tu hija Rosalinda la darás por esposa al noble Orlando? DUQUE Lo juro, desde luego. ROSALINDA (a Orlando) ¿Y tú juras aquí que, cuando yo la traiga te casaras con ella? ORLANDO ¡Por mi vida! ROSALINDA (a Febe) Si tú me rechazaras...

Page 59: Como Te Guste

59

FEBE ¡Eso jamás, lo juro por mi vida! ROSALINDA Aguarda a que termine que yo soy el que pide juramentos..: si tú me rechazaras por acaso, ¿juras volverte esposa de este fidelísimo Selvático al que tú no mereces..? FEBE ¿Por un acaso..? Sí. Pues sí, lo juro. ROSALINDA (a Selvático) ¿Y si Febe consiente, tú, Selvático, juras, aquí, ante todos, el casarte con ella? SELVATICO Lo juro, sí, lo juro, aunque casarme con tan terrible Febe fuera la misma cosa que acabar por casarme con la muerte. ROSALINDA Ahora salgo de aquí a preparar mis filtros y conjuros, los que a todos obliguen a cumplir juramentos...

Rosalinda sale. DUQUE Ay, cómo me recuerda este joven pastor algunos de los rasgos de mi hija. ORLANDO Y yo, señor, la vez primera al verlo creí que era su hermano. Pero este hermoso joven ha nacido en el bosque y lo ha educado un tío que es al parecer un grande mago que vive oscuramente entre las cuevas...

Entran de improviso Piedra Filosofal y Audrey.

Page 60: Como Te Guste

60

PIEDRA FILOSOFAL ¿Las bodas de este sitio han acabado? DUQUE No han empezado aún... AUDREY ¡Ay, qué descanso! JAQUES Y estos dos, ¿qué desean? AUDREY (muy orgullosa) ¡Pos queremos casarnos..! PIEDRA FILOSOFAL (a Audrey) Que no se dice así... (A todos) Yo soy “un poco” añejo cortesano que hoy pretende casarse con bosquímana. JAQUES ¿Tú, bufón..: cortesano? PIEDRA FILOSOFAL “Un poco”.., sí... Lo he dicho pues casi a punto he estado de batirme con otro cortesano alguna tarde.., aunque después pensé que aquello de morir por un agravio era peor, señores, que el vivir agraviado con vinos y tocinos y mi esposa... JAQUES Pues por algo han llamado Piedra Filosofal a este... DUQUE ¡Silencio!

Ha sido la entrada de Celia y Rosalinda, ya vestida como tal, la que ha obligado al Duque a pedir silencio. Tras ellas vienen todos los pastores y cantores en medio de la música más dulce.

CORO Hay música en el cielo si en la tierra hay concierto de amores y de sueños.

Page 61: Como Te Guste

61

Por eso, desde el cielo, aquí, buen duque, traemos a tu hija Rosalinda para entregarla al hombre que la espera, vueltos dos corazones hechos uno. DUQUE Si mis ancianos ojos no me engañan, entonces, Ganimedes, ¡tú eres Rosalinda..! ORLANDO Mis ojos no son viejos y te veo: ¡eres tú Rosalinda..! FEBE Si tu pecho y tus formas son los tuyos, pues, entonces, amor.., ¡adiós, adiós..! ROSALINDA (Al Duque:) Sólo tú, mi señor, eres mi padre y he llorado tu ausencia desde aquel día maldito del destierro... DUQUE Pero todo ha cambiado: ¡hoy todo, ay, hija mía, será como te guste..! ROSALINDA (a Orlando) Eres tú y sólo tú lo que me gusta. No aceptaría otro esposo fuera de ti, mi amado... ORLANDO ¡Mi amada.., Rosalinda..! ROSALINDA (a Febe) Y tú, ¡debes cumplir con tu promesa! FEBE Sí la cumplo.., la cumplo... DUQUE Y así serán las bodas de Orlando y Rosalinda.., las de Jaques con Ajena.., Piedra Filosofal casa con Audrey

Page 62: Como Te Guste

62

y Febe con Selvático.., porque esta noche todo será como nos guste... CORO FINAL Toda la magia, toda, en este bosque. Todo el candor del sueño. Todo brilla. Qué hermoso puede ser enamorarse cuando el bosque, su magia y cada sueño transforman en verdad lo que es mentira y, ahora sí, lo que es real no es lo que vemos. Toda la magia, toda, en este bosque. Todo el candor del sueño. Todo brilla. Cuántas hadas y duques y doncellas y damas y galanes y bufones..: el sueño de quien gusta lo que busca y gusta lo que quiere sin fronteras. * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * EPÍLOGO

La música se detiene y la escena se congela para que Rosalinda camine hacia el patio de butacas y, tras una profunda reverencia, hable al público:

ROSALINDA Damas y caballeros o señoras y señores, como les guste: yo sé que en el teatro súpermoderno y hasta posmoderno que ustedes acostumbran ver, ya no se usan cosas como los “epílogos”.., pero permítanme que les diga que allá, hace cinco siglos, cuando se usaban, tampoco debían las damas cerrar la obra con ningún epílogo.., era trabajo único de los galanes.., pero como esta comedia está escrita para que ustedes vean lo que les guste.., pues entonces, no me queda otro recurso que, como las brujas y las hadas de siempre, ¡conjurarlos..! Conjurar tanto a las mujeres cuanto a los hombres para que nos aplaudan... Quisiera, inclusive, bajar a dar un beso a todas las damas, pero mal me vería con estas enaguas besando damas... O dar un beso a todos los hombres pero, como todos saben que, bajo estas enaguas, cuelgan las herramientas reproductivas de los donceles renacentistas, no vaya a encontrarme algún malhumorado que me quiera deshacer el

Page 63: Como Te Guste

63

maquillaje... Así, pues, lanzaré aparentemente castos besos en todas las direcciones, para que tome el que le guste a quien le guste, y puedan todos, sin rubor alguno, aplaudirnos a mis compañeras, a mis compañeros y a mí, según les guste, en cuanto terminemos de bailar la tarantela... Mientras lanza besos al público, la escena se descongela y vuelva la música, justo lo necesario para concluir:

CORO Toda la magia, toda, en este bosque. Todo el candor del sueño. Todo brilla.

Mientras, muy lentamente, va cayendo el

TELÓN FINAL.