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Número 1 – Año 2016 – Versión digital. Edición Cuatrimestral https://boletingeoecon.wordpress.com/ Comité Editorial Omar Horacio Gejo Director Ana Laura Berardi Secretaria de Redacción Comité Académico Jorge Osvaldo Morina (UNLu – Centro Humboldt) Ana María Liberali (UBA – UNMDP – Centro Humboldt) Zeno Soares Crocetti (UFILA – Brasil)

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Número 1 – Año 2016 – Versión digital. Edición Cuatrimestral

https://boletingeoecon.wordpress.com/

Comité Editorial

Omar Horacio GejoDirector

Ana Laura BerardiSecretaria de Redacción

Comité Académico

Jorge Osvaldo Morina (UNLu – Centro Humboldt)

Ana María Liberali (UBA – UNMDP – Centro Humboldt)

Zeno Soares Crocetti (UFILA – Brasil)

Oupavía
Texto tecleado
ISSN 2524 - 9819

Índice

Editorial BGE……………………………………………………………………………………………. 3

Omar Horacio Gejo

Algunas hipótesis sobre la evolución del sistema mundial………………………………5

Omar Horacio Gejo - Alan Rebottaro –Gustavo Keegan

A Arquitectura Da Crise Financeira……………………………………………………………..18

Zeno Soares Crocetti

La distancia geográfica de las capitales provinciales argentinas al Área

Metropolitana de Buenos Aires para el transporte de pasajeros…………………….40

Ana María Liberali

“Japón: la crisis de estancamiento”, de Joseph Halevi y Bill Lucarelli……………….50

Diego Solimeno – Alan Rebottaro

América Latina: las etapas del desarrollo económico – social…………………………56

Aníbal Gejo

Trabajadorxs de talleres clandestinos en Buenos Aires: Economía Política de la

trata de personas en un país periférico………………………………………………………..67

Jerónimo Montero Bressán – Eliana Ferradás Abalo

Hidrocarburos: Modelo Productivo Extractivista……………………………………………83

Graciela Patricia Cacace - Jorge Osvaldo Morina

Anexo……………………………………………………………………………………………………….. 91

I Congreso de Geografía Económica…………………………………………………………….. 91

La Nueva Geografía del Capitalismo………………………………………………………….. 95

Estadísticas de Comercio Internacional…………………………………………………………98

Omar Horacio Gejo – Ana Laura Berardi

Número 1 – Año 2016 – Versión digital

https://boletingeoecon.wordpress.com

3

BGE - Editorial

Hace ya más de una década, a comienzos del año 2005, surgió en Argentina

el Colectivo Geoecon, una reunión de cátedras y/o asignaturas universitarias directa o

indirectamente relacionadas con la Geografía Económica. El Colectivo Geoecon tuvo

como principales sostenes a un grupo de profesores asentados en las universidades

Nacionales de Mar del Plata, de Luján y de Buenos Aires, y que al mismo tiempo

eran copartícipes de la experiencia abierta por el Centro Humboldt desde mediados

de los años noventa.

Ese mismo año 2005 se llevaron a cabo las Primeras Jornadas de Geografía

Económica, punto de partida del Colectivo, y que constituyeron desde allí la

referencia anual de los cultores de nuestra especialidad en el país. Además se creó la

Red de Geografía Económica, Red Geoecon (RGE), un nexo permanente para los

interesados en nuestra especialidad, y que al cabo de once años de actividad cuenta

con más de 1500 miembros y ha realizado casi 10000 emisiones, transformándose en

un vehículo insustituible para la transmisión de una perspectiva geográfico-

económica, con una dimensión que excede, largamente, al mundo estrictamente

geográfico.

La aparición del Colectivo Geoecon y de las Jornadas de Geografía Económica

fue una demorada respuesta a la orfandad de manifestaciones visibles de una

especialidad tan determinante para la existencia de una perspectiva geográfica vital.

Es decir, las Jornadas y el Colectivo expresaron una respuesta consciente frente a la

palpable pérdida de análisis materialista por parte de la geografía y de los geógrafos.

Tras once años de desarrollo ininterrumpido de esta experiencia, el Colectivo

Geoecon decidió llamar al Primer Congreso de Geografía Económica en la ciudad de

Mar del Plata durante los día 22, 23 y 24 de junio de este año, generando un salto de

calidad en la convocatoria anual de las reuniones.

Junto a este acontecimiento también se produce ahora la aparición de este

Boletín Geoecon, un medio de difusión digital periódico que coadyuvará a la

necesaria vinculación de nuestros especialistas, abonando el terreno para impulsar y

Editorial

4

coordinar líneas de análisis e investigación en geografía económica. El Boletín

Geoecon (BGE) es generado por dos grupos de investigación, el GER (Grupos de

Estudios Regionales), de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP), y el

GECI (Grupos de Estudios de Geografía Económica y del Comercio Internacional), de

la Universidad Nacional de Luján (UNLu), integrante este último del Programa de

Estudios Geográficos (PROEG) y del Instituto de Investigaciones Geográficas (INIGEO)

de dicha universidad.

Omar H. Gejo

Luján, junio de 2016

Número 1 – Año 2016 – Versión digital

https://boletingeoecon.wordpress.com

5

Algunas hipótesis sobre la evolución del sistema mundial

Omar Gejo

Alan Rebottaro

Gustavo Keegan

(Universidad Nacional de Luján)

.

1) Asistimos a una crisis de arrastre. Su origen, casi diríamos que remoto, se halla

en la crisis de los años setenta. Allí es cuando se produce la oclusión de lo que fue la

vigorosa recuperación de la economía internacional luego de la Segunda Guerra

Mundial. Son esos 20, 25 o 30 años conocidos como los “gloriosos”. Ese movimiento

ascendente se produjo como fruto de las condiciones abonadas por la Segunda Guerra,

con la destrucción de gran parte de la sobreacumulación que aquejaba al sistema en los

centros imperialistas. La destrucción de Alemania y adyacencias y de Japón, liberó las

energías para una “recolonización” por parte del triunfante capital estadounidense, que

desde la Primera Guerra Mundial registraba signos de asfixia por haber agotado los

horizontes de expansión sostenidos, solamente, en su inconmensurable mercado interno1.

El Plan Marshall y la reconstrucción de Japón fueron las dos respuestas

estadounidenses que sirvieron a su propia expansión pero también resultaron

absolutamente funcionales a la reconstitución de la dominación burguesa en las

potencias derrotadas; reconstitución que, va de suyo, se asentó en el despegue económico

de esas economías “en ruinas”.

Esto estableció un mecanismo de enlace virtuoso entre estos tres soportes del

capitalismo mundial, y que llegó a describir la recuperación de Alemania y de Japón

como verdaderos “milagros”. Pero este enlace virtuoso comenzó a agotarse durante los

Gejo – Rebottaro – Keegan

6

años sesenta, en la medida que la notoria ventaja estadounidense se había perdido y sus

derrotados comenzaban a competirle en determinadas ramas de la economía

internacional.

La crisis se vivió fenoménicamente a partir de dos hechos fundamentalmente: la

ruptura del Acuerdo de Bretton Woods, primero (1971), y luego por la denominada “Crisis

del petróleo” (1973). Los dos hechos deben ser unidos pues forman parte de un mismo

proceso.

2) La respuesta estructural a la crisis por parte de los EE.UU. puede ser descripta a

partir del desarrollo de dos mecanismos que también van a estar unidos. El primero de

ellos es el que hará prevalecer una tendencia a la financierización de su economía; el

segundo, un mecanismo de transferencia de actividad industrial hacia el este de Asia,

preferentemente.

Estos dos hechos podríamos decir que caracterizaron tanto a la gestiones de

Reagan como a la de Clinton. Considerando que el gobierno de Reagan fue sucedido por

George H Bush, es decir que estamos hablando de 12 años ininterrumpidos de gobierno

republicano, a los que habría que agregar los ocho años de gobierno demócrata, está

claro que enfrentamos dos décadas de marcha en esa dirección, más allá de las lógicas

diferencias que pueden manifestarse entre turnos republicanos y demócratas.

Aquí debemos hacer una aclaración pertinente por la entidad, por la magnitud

del acontecimiento. Por supuesto que si afirmamos que EE.UU. asiste a una transferencia

de su parque industrial hacia el exterior, hecho del que puede decirse que en buena

medida consiste en un proceso de desindustrialización, esto no debe llevarnos a pensarlo

en términos absolutos; la base industrial estadounidense es de una magnitud histórica tal

que no podría soslayarse aún en el marco de un innegable retroceso como el que ha

atravesado en las últimas décadas (Craig Roberts, 2015; Baker, 2015).

Pero lo cierto es que una economía desarrollada, central o, para decirlo en

nuestro lenguaje, un país imperialista, el país imperialista por excelencia, rector del

último período, procede a generar un hecho inédito, a producir una disociación

manifiesta entre su oferta y su demanda. Hasta aquí un centro imperialista se

caracterizaba por una conjunción estrecha entre su oferta (industrial) y su demanda.

Esta transferencia de una parte de su producción industrial comporta un hecho

importante, decisivo, a la hora de comprender el carácter del período2.

Algunas Hipótesis sobre la evolución del sistema mundial

7

3) En términos generales estos acontecimientos se han definido como la

imposición de la “globalización” y el “neoliberalismo”.

Los dos fenómenos han ido de la mano, porque son coetáneos, desde ya, pero

también, sobre todo, porque fueron producto de una misma necesidad y con un mismo

destino. Conforman el binomio con el cual el capitalismo pretendió sobrellevar,

sobrepasar, los límites a los que había quedado expuesto en el período precedente a

partir de los años sesenta. En el fondo de esta situación se hallaba la necesidad de que el

capital tuviera una mayor “libertad”, una mayor “libertad de movimiento”, con el fin de

“combatir” su principal lastre, su propia acumulación, su exceso de acumulación.

La mentada “globalización” era la meta “cuantitativa” de dicha apuesta, la

máxima extensión geográfica para la acción “civilizadora” del capital. El

“neoliberalismo”, en tanto, era la meta “cualitativa”, implicaba liberarlo, en los espacios

existentes, de las cortapisas del período de posguerra, ahíto de las consabidas

imposiciones “keynesianas”, producto ellas de la crisis del treinta y de su resolución fáctica

a través de la Segunda Guerra Mundial.

De un tiempo de pesimismo para el capital, como lo fueron los años setenta, fue

emergiendo una respuesta que adquirió densidad conceptual y política primero, para

luego, tras la “Caída del Muro”, obtener la rotundidad del “Fin de la Historia”3.

Estas dos respuestas, que hacen en realidad una única, consistieron en darle

mayor extensión, volumen y velocidad de circulación al capital, que es lo que

habitualmente se conoce, en términos conceptuales clásicos, como rotación del capital,

una de las respuestas contra la caída de la tasa de ganancia. En resumidas cuentas, una

mayor libertad para la explotación del trabajo.

El reintegro de China y de la Unión Soviética (y de sus espacios periféricos) a la

plena explotación por parte del capital, devolvió entonces al capitalismo la primacía

absoluta de la que gozaba hasta la Primera Guerra Mundial.

Pero la llamada “globalización” tuvo como preludio el ascenso de la periferia

japonesa tras la crisis del petróleo. Esta fue una primera evidencia de cambio de las

condiciones internacionales, confirmando el inicio de un giro que el tiempo determinaría

como uno de los ejes de la reconfiguración del sistema mundial: la “asiatización” de la

economía internacional4.

La ruptura de Bretton Woods por parte de su creador, los Estados Unidos, supuso

tanto para Alemania como para Japón la necesidad de asumir el desafío de resistir

Gejo – Rebottaro – Keegan

8

la ofensiva norteamericana en pos de limitar sus desarrollos neo-mercantilistas de la

posguerra5. El quiebre del compromiso de Bretton Woods fue acompañado casi

inmediatamente por un acuerdo tácito de Estados Unidos con Arabia Saudita para ligar

el comercio de petróleo a la moneda estadounidense, dotándola a ésta de un volumen

de demanda que le aseguró una centralidad monetaria a pesar del repudio del acuerdo

de 1944 (Gowan, 2000). Esta maniobra le brindó previsibilidad al horizonte de la política

monetaria estadounidense, que sería el instrumento esencial de todo este tiempo6. Con el

comercio del petróleo bajo la férula del dólar, se creó el mecanismo que permitió la

absorción del creciente excedente petrolero de aquella década por parte del sistema

financiero occidental, fundamentalmente de la banca estadounidense, la City de Nueva

York, Wall Street, el corazón financiero del mundo.

4) La financierización de la economía mundial, sobre todo de sus eslabones

esenciales, los imperialistas, ha sido una característica central del período. Este proceso,

concomitante del otro, del desplazamiento del eje de la industrialización hacia Oriente,

hacia Asia, no puede ser disociado, aislado. Es que responderá a enfrentar precisamente

ese traslado, reemplazando las viejas cadenas industrializadas por una creciente

“valorización financiera” que permitiera una reproducción ampliada del capital, alejada

de la explotación directa, abierta, de la fuerza de trabajo, o de la creación de valor para

decirlo en términos más técnicos7.

La política monetaria adquirió, entonces, una importancia significativa en este

período. Dos hechos lo confirman: el monetarismo fue la corriente principal de la época y

los Bancos Centrales constituyeron la institución primordial del Estado como articuladores

de esas políticas económicas.

El período comenzó con un contexto de inflación y estancamiento (estanflación) y

la restricción monetaria fue proclamada como la pócima para abatirla. Pero en la

práctica la Reserva Federal de los Estados Unidos extendió la influencia de su política

monetaria al resto del planeta. Y mientras se declamaba la independencia de los Bancos

centrales como un punto de partida incontrastable para una buena política económica,

en los hechos la primacía de los Bancos Centrales y de las políticas monetarias no era

otra cosa que la representación de la hegemonía alcanzada por los sectores financieros

en general, y de Wall Street en particular (DeLong, 2015).

Más allá del discurso en superficie, la política monetaria ha sido la tendencia de

este período, como una forma inigualable para apoyar el “ciclo de los negocios”. La

Algunas Hipótesis sobre la evolución del sistema mundial

9

llegada de los setenta se hizo en el apogeo de las políticas keynesianas8, Y desde allí se

produjo la reacción monetarista. Pero hete aquí que eso que se han dado en llamar

monetarismo bien podría comprenderse como una nueva fase del keynesianismo, de

keynesianismo financiero; en él la política monetaria se pone enteramente al servicio del

sector financiero; propio de una fase de desindustrialización y de concentración

oligopólica en el acrecido sector servicios, comenzando por la banca y las finanzas en la

geografías imperialistas (Belfiore, 2015; Piketty, 2014).

5) El “neoliberalismo” ha implicado una intervención estructural del Estado, claro

que alejada del tipo de intervenciones características de la etapa keynesiana clásica.

Habiendo surgido de esos años inflacionarios de la década del setenta, vinculado a una

pretendida reducción drástica del gasto público, el “neoliberalismo” ha expresado un

gran esfuerzo por devolver bríos a la tasa de ganancia en condiciones desfavorables para

hacerlo, tanto por la maduración de las estructuras en las geografías imperialistas como

por la consolidación de la fuerza sindical en el período que le precedió. El

“neoliberalismo” representó el intento de lidiar con estas dos restricciones (la que

proviene del capital y la que proviene de la fuerza de trabajo), impulsando, a la vez, un

proceso de deflación salarial junto a una inducción de una inflación de activos. Uno y

otro han ido juntos y explican en gran medida lo sucedido en todo ese período: una

retahíla de crisis financieras (DeLong, 2015; Krugman, 2015), concentración del ingreso

(Piketty, 2014) y endeudamiento galopante (Eavis, 2015; Munchau, 2015; Reinhart y

Rogoff, 2011; Pérez, 2015; The New York Times, 2015), detrás de los cuales los Estados han

terminado por ser los verdaderos protagonistas de la llamada era “neoliberal”9.

6) El período “neoliberal” también fue pródigo en hechos que supuestamente

han apuntado a extender eso que se denomina “libre comercio”, algo tan exteriorizado

como esquivo, cuando no abiertamente desmentido, a la hora de hallarlo taxativamente

corroborado fácticamente por su expresión material en la geografía del comercio

mundial.

Han sido muy conocidas las iniciativas tendientes a generar “Áreas de Libre

Comercio”. Entre ellas, la más conocida ha sido el “Tratado de Libre Comercio de

América de Norte” (TLCAN), que hacia mediados de la década del noventa tuvo por

proponente a la primera economía del mundo. Pero no fue la única, claro. En el

Gejo – Rebottaro – Keegan

10

contexto europeo, durante todo el período se desarrolló la tendencia histórica (de la

posguerra) a la conformación de un gran espacio económico en el Viejo Continente,

llevado a cabo en diferentes movimientos, desde la extensión del Mercado Común

Europeo (años ochenta), pasando por el intento de conformar el Sistema Monetario

Europeo, hasta la creación del euro, a comienzos de este siglo (Vidal Foch, 2015).

También en Asia, para hablar de la otra región imperialista, la recuperación completa

de esa región estuvo signada por los desbordes, en clave regional, del capitalismo nipón

(Halevi y Lucarelli, 2014).

Y es aquí, en clave regional, en donde estriba la razón de ser la realidad

económica, social y política, es decir, geográfica, de la “globalización”. La supuesta

unificación absoluta del mundo no ha sido tal. Lo que hemos vivido es una

regionalización del comercio mundial, por ejemplo, que es un producto de la principal

propuesta de las geografías imperialistas, como consecuencia de una redefinición de la

división territorial del trabajo en las vecindades, en los alrededores de los tres corazones

(EE.UU., Alemania y Japón) de las grandes regiones del planeta (América del Norte,

Europa Occidental y el Este de Asia) (Gejo y Berardi, 2015).

Estos tres procesos de regionalización han estado muy lejos de las construcciones

“propositivas” que decían representar, es decir, como espacios amplios de

homogenerización (económica, social y política). Por el contrario, como ya hemos dicho,

han respondido a una adaptación de los imperialismos concretos a la exacerbación de la

puja interimperialista, en marcha tras la crisis de los años setenta y definitivamente

recrudecida luego de la disolución de la URSS (Unión Soviética).

En términos de esa división territorial del trabajo remodelada de la que

hablábamos, México, el entorno europeo-oriental y los Tigres (las economías de rápido

crecimiento de Asia del Este, a saber, entre las más importantes, Corea del Sur, Taiwán,

Singapur, Tailandia, Hong-Kong), han oficiado de pivotes para una desindustrialización

(relativa) en los centros imperialistas, forzada por la lucha en el espacio económico

mundial, que agudizó tanto la porfía internacional como la opresión social10.

7) Decididamente, y como no podría ser de otra manera, la disolución de la

Unión Soviética y la restauración del capitalismo en China fueron los dos hechos

fundamentales que tiñeron geopolíticamente la denominada “globalización”.

Como ya se dijo, la “globalización” produjo, ante todo, una ampliación del radio

geográfico de la explotación de los trabajadores por parte del capital (Altamira, 2004)..

Algunas Hipótesis sobre la evolución del sistema mundial

11

Esta abarcó desde la explotación directa de una cantidad importante de

trabajadores hasta entonces desvinculados del mercado mundial (por lo menos de una

explotación directa), hasta diversas formas de explotación y/o apropiación de los recursos

(naturales o construidos) de esos dos geografías constituidas a partir de las revoluciones

sucedidas en el contexto euroasiático, en el marco de las dos Guerras Mundiales.

Pero tras una década de aparente irrestricta adscripción al “sistema occidental”,

el liderado por los EE.UU., ya a fines de esa década del noventa se mostraron los

primeros signos de resistencia a la “unipolaridad”11.

La década había sido testigo, en sus comienzos, de la invasión de Panamá (1989),

apenas luego de la “Caída del Muro”, y después de la Primera Guerra del Golfo. Con

estos dos hechos, el primero de impronta regional, aunque portador de un mensaje de

indiscutible valor pedagógico, y el segundo, de inocultable trascendencia mundial, al ser

protagonizado en el epicentro de una de las regiones vitales del mundo12, la principal

potencia imperialista se arrogó el derecho a una libertad de intervención sin cortapisa

alguna, a la que consideraba como señera en cualquier caso, y por ende determinante

para el establecimiento del Nuevo Orden Internacional.

El estado de cosas comenzó a modificarse a partir del año 2001, tras el atentado

a Torres Gemelas en Nueva York. La posterior intervención en Afganistán y luego la

Segunda Guerra de Iraq, pusieron al desnudo el carácter imperialista del

intervencionismo estadounidense, que comenzó a tener algunos problemas de cohesión

en el frente occidental, y enfrentar la reticencia, primero, y resistencia, después, por parte

de Rusia y de China.

8) La crisis de los años 2007-2008 significó el golpe definitivo para la subjetividad

de aquel Nuevo Orden que George H. Bush creyó haber establecido por lo menos por

varias décadas.

Finalmente, la declaración oficial estadounidense, en 2011, de la confirmación de

una nueva directriz de política exterior, conocida como el “Pivote Asiático” (Panetta,

2013), ha permitido transparentar los principales trazos de una nueva geopolítica

estadounidense, menos meso-oriental, más oriental, centrada ahora en la contención del

ascenso chino.

La situación ha mutado severamente desde los momentos del apogeo de la

“globalización”. En aquellos tiempos se asistió a la fantasía de entender al capitalismo

como un mecanismo mercantil puro, abstracto, sin siquiera la necesidad de lo que

Gejo – Rebottaro – Keegan

12

después de las diferentes crisis económicas devino también en un nuevo cliché, el de la

necesidad de su regulación (política).

Por ello tampoco es azaroso el “retorno” de la política, como ha sucedido primero

en la periferia y luego en el mismísimo centro del sistema13. Ni que ese retorno se haga a

través de su forma más maciza, como enfrentamiento entre Estados, con la geopolítica

como trasfondo.

9) La crisis del año 2008 también parece haber sido un parteaguas al respecto. El

papel de estabilizador que jugó China en la década previa, desde la crisis de la periferia

asiática de 1997 alcanzó su límite, porque el mismo modelo chino alcanzó sus propios

límites. Es que el “modelo de acumulación” (por decirlo en los términos acomodados a

cierto lenguaje analítico sistémico, tan en boga hace un tiempo atrás en la academia)

que se generó alrededor de una “plataforma de exportación”, y que generó una

utilización intensiva de una franja del país, halló, en la crisis del año 2008, la frontera de

su expansión, modalidad con la que había crecido a un ritmo del 10 % anual

sostenidamente durante prácticamente tres décadas. Ese modelo, muy “ofertista”, de

demanda contenida, es el que ha alcanzado su techo al parecer, por lógica consecuencia

del freno de la economía mundial a partir de la crisis internacional estallada en el

corazón del sistema.

La modificación del rumbo chino ha dado pábulo a diversas interpretaciones,

entre ellas, las más difundidas, las que afirman que China virará hacia una forma de

crecimiento mercado-internista, algo parecido, a la distancia, a la experiencia

atravesada por América Latina luego de la crisis de 1930. Pero este tipo de ensayo, al

que se lo describe y piensa casi como un proceso técnico, es mucho más que ello. Implica

una gran transformación material, en última instancia, política, y que por su

envergadura no sólo involucra el trastrocamiento del conjunto de las condiciones

imperantes en China sino, también, en el conjunto de la región y hasta en el propio

sistema mundial como un todo14.

Algunas Hipótesis sobre la evolución del sistema mundial

13

Notas

1 Una de las mejores descripciones de la geografía económica de esos años nos la ha provisto AlbertDemangeon (1956). Este geógrafo francés realizó un minucioso análisis de la economía internacionalemergente tras la crisis de 1930. Hizo un preciso contrapunto de las principales potencias capitalistas,manifestando las fortalezas y debilidades intrínsecas de las tres principales geografías, EE.UU., GranBretaña y Alemania. Pero además, Demangeon propuso un abordaje incisivo de la crisis capitalista,comenzando por vincular orgánicamente la evolución de los sectores primario y secundario, recurrió a unnovedoso enfoque de oferta, amparado en una definición de la crisis como de carácter estructural, y unaperspectiva mundial (internacional), que bien podría ser aún válida para refutar la puerilidad de la“globalización”. En el caso del enfoque de oferta de la crisis, su planteo fue una crítica anticipada de lasrespuestas keynesianas posteriores (los enfoques de “demanda”), y en oposición tajante a lo que muchasdécadas después reapareció como economía “ofertista” o “vudú” por parte de los conservadores“neoliberales”.

2 Disociar la oferta de la demanda no es un fenómeno extraño para la economía burguesa. De hecho, lasdos corrientes troncales, la “ortodoxa” y la “heterodoxa” (para decirlo de una forma gruesa, directa), lohan hecho, y lo siguen haciendo y proponiendo. El “ofertismo” fue la punta de lanza de la ofensivaconservadora, “neoliberal”. Y las posiciones keynesianas han hecho lo propio con la demanda o el enfoquede demanda. Esta separación conceptual no es una cuestión baladí, les ha permitido también olvidar laimposibilidad fáctica de dicha situación. Los “ortodoxos” han pensado en todos estos años en la posibilidadde una sociedad “posindustrial”, una sociedad de “servicios”, de servicios girando en el vacío. Los“heterodoxos”, los “progresistas”, que han hecho del “aislamiento” de la demanda también un culto, conello ocultan (o han pretendido hacerlo) la ligazón entre la oferta y la demanda. Y no sólo por restriccionescuantitativas, que es el planteo de los conservadores. Los planteos de demanda omiten la restricción social,la restricción política de la cual emergen. La llamada restricción externa como límite de un ensayo pro-demanda, pro-consumo, no es sino otra forma de elaborar técnicamente un problema, eludiendo lacontextualización de los marcos de opresión imperialista (internacional) y de clase (nacional).

3 La década del setenta fue un período en el que reinó el pesimismo sobre el futuro de los EE.UU. Laderrota en Vietnam (1975), las revoluciones en Irán y Nicaragua (1979) y la invasión soviética a Afganistán(1979), generaron una ambiente de derrota en la opinión pública estadounidense, que terminóconsumiendo al gobierno demócrata de James Earl Carter, el predecesor del gobierno republicano deRonald Reagan.

4 La participación de Asia en el comercio mundial se duplicó en poco más de tres décadas, desde los añosochenta, pasando de menos del 15 % a más del 30 % del movimiento mercantil internacional (Gejo yBerardi, 2013; Gejo y Lion, 2015).

5 El yen y el marco fueron los blancos dilectos de la salida del Acuerdo de Bretton Woods. Estas dosmonedas pasaron a apreciarse tendencial y ostensiblemente respecto de la moneda estadounidense. Lasconsecuencias quedarían marcadas, como no podría ser de otra forma, en la geografía económicainternacional.

6 La Reserva Federal ha sido el corazón de todo este período; fue la política monetaria la viga maestra dela estrategia estadounidense. Desde la temprana respuestas de Paul Volcker, al frente de la ReservaFederal bajo la administración Carter, que inició un ciclo largo de tasas altas para “aspirar” capitales yprecipitó la primera crisis de la periferia latinoamericana a comienzos de los ochenta, hasta el extenso“reinado” de Alan Greenspan que, con casi dos décadas al mando de ese organismo, signó la políticamonetaria internacional a través de los pulsos que le imprimió a la política monetaria de EE.UU..Greenspan fue el responsable de la “exuberancia irracional” de las “mercados” de los noventa, dando lugara una especulación en escala, accionaria, cambiaria e inmobiliaria. Es decir, lo que luego se consideró comoel período de las “burbujas”, y que bajo la regencia de Greenspan, en forma sedicente, se definió como elde la “Gran Moderación”.

7 Le ha correspondido a David Harvey (2003) el desarrollo de un concepto que ha tenido luego un ampliorecorrido. Nos referimos al de la “acumulación por desposesión”. Con él Harvey pretendió señalar lostiempos del “neoliberalismo” de una forma clara, contundente. La “acumulación por desposesión” tuvo

Gejo – Rebottaro – Keegan

14

varios aciertos. El primero de ellos precisamente el de estigmatizar al “neoliberalismo”. El segundo, elvincular los cambios en el capitalismo a ajustes geográficos; las crisis y sus resoluciones se geografizan. Unatercera cuestión, racionalizando la financierización de la economía capitalista. En cuarto lugar, la necesaria“solución” por la vía de una confiscación o saqueo. Y, finalmente, en quinto lugar, la imposibilidad de ladisociación de las esferas económica y política (Harvey, 2007); mucho menos en los momento de crisis.

8 Le cupo al presidente estadounidense Richard Nixon, justamente en el año 1971, dejar sentada una fraseque hizo historia: “Ahora somos todos keynesianos”. Un conservador acérrimo dando cuenta, con suspalabras, del dominio que para la época tenían las políticas keynesianas. En ese preciso momento, MiltonFriedman y los círculos intelectuales de la Universidad de Chicago “velaban las armas” de la reacción“neoliberal, que se haría presente tan pronto como se desarrollara la “crisis del petróleo” en 1973.

9 El “neoliberalismo” ha representado un período de fuerte intervención estatal, contra lo quehabitualmente se dice de él. Lo fue en sus orígenes, cuando hizo el debut en la periferia, en América delSur, de la mano de feroces dictaduras, como lo fue la pinochetista, en Chile, en 1973. Y lo fue tambiéncuando se desenvolvió en los países imperialistas. Las dos versiones más clásicas, la británica de Thatcher yla estadounidense de Reagan, acometieron una feroz embestida desde el Estado para lograr sus objetivos.Thatcher presidió una ofensiva antisindical en el marco de un proceso de desindustrialización del país,unido a una profundización de la financierización de la City. Reagan, mientras tanto, lanzó el programaconocido como la “Guerra de las Galaxias”, una versión acendrada del keynesianismo militar (Cypher,2006), acompañado por una política monetaria que le permitió absorber una gran cantidad de capitalesque sufragaron el acrecentado gasto público que generó por entonces un déficit fiscal pronunciado. Laversión tradicional que reduce el “neoliberalismo” a una realidad rehén del mercado es simplemente unafalacia. En una economía capitalista imperialista pretender hablar del mercado disociándolo del Estadoconstituye un verdadero disparate. Si con Lenin se planteó aquello de “la política como economíaconcentrada”, en el “neoliberalismo”, es decir, en el “keynesianismo financiero” (Belfiore, 2015), laeconomía es política concentrada.

10 Uno de estos ejemplos lo constituye la “maquila”, que responde a la experiencia de industrializaciónmexicana de las últimas décadas “a caballo” de la vecindad con el mercado estadounidense, reforzadapor el Tratado de Integración de América del Norte, puesto en marcha en 1994. La maquila no puede serconsiderada una nueva fase de industrialización del país, superadora de la tradicional fase de sustituciónde importaciones que México atravesó hasta los años 80, cuando detonó la crisis de su deuda externa (año1982). Sí permite la maquila, como ejemplo paradigmático, refutar las “teorías” en boga acerca de las“cadenas de valor agregado global”, una oferta antigeográfica del “desarrollismo tardío” o del siglo XXI(Para una muestra de este tipo de planteos, se puede consultar a Castro, 2015).

11 Por “unipolaridad” suele entenderse el período que va desde la desintegración de la Unión Soviética(1991) hasta la crisis del año 2008, aunque algunos lo reducen al año 2003, momento de la invasión deIraq. En este período el dominio estadounidense se habría encontrado indisputado y se correspondió con eldenominado “Nuevo Orden Internacional” y el vuelo que tomaron los conceptos de “ultraimperialismo” o“súper-imperialismo”.

12 El Medio Oriente es la región proveedora de petróleo por antonomasia. Es la única periferia cuyaproyección comercial ha crecido desde 1945 a la actualidad, a pesar del conocido “deterioro de los términosde intercambio”. También hemos dicho que ocupó un lugar de privilegio en el momento de la redefiniciónde Bretton Woods. No puede quedar al margen de esta mención el actual proceso de transformación de laecuación de poder en esa región. La aparente declinación de Arabia Saudita e Israel y el paralelo ascensode Irán bien puede ser un indicador fiable de “vuelta de página” en el sistema internacional, comocorrelato evidente del denominado “pivote asiático”.

13 Nos referimos a la ola de cambios generados en América Latina desde fines de los años 90, comenzandopor el ejemplo venezolano. La región ingresó a un período de recambio generalizado de gobiernos,ocupando la escena regímenes políticos Luego de la crisis de 2007/08 se abrió un segundo frente en lo quese conoció como la “Primavera árabe” y, finalmente, por efecto de esa misma crisis hemos visto ramalazosen el mismo centro del sistema, preferentemente en el sur de Europa, con Grecia y España en primeralínea.

Algunas Hipótesis sobre la evolución del sistema mundial

15

14 Qué mejor ejemplo de esto último que acabamos de decir que las dos propuestas de mega-acuerdoscomerciales intercontinentales (Transpacífico y Transatlántico) auspiciadas por EE.UU. Detrás de supresentación como grandes proyectos tendientes a generar las mayores regiones abiertas al “librecomercio” jamás existentes, lo que se mueve es una “vuelta de tuerca” más en dirección a establecer unchaleco de fuerza económico-político imperialista, tratando de cerrar el paso a una hipotética proyeccióneuroasiática china. Significa, más que nada, entonces, una provocación estadounidense, orientada tantohacia sus “socios comerciales” como a su contendiente en perspectiva, China (Bueno, 2105; Dinucci, 2015 a yb; Escobar, 2015; Jalife-Rahme, 2015 a y b; Navarro, 2015; Mc Coy, 2015).

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Número 1 – Año 2016 – Versión digital

https://boletingeoecon.wordpress.com

18

A Arquitetura Da Crise Financeira

Zeno Soares Crocetti

Universidade Federal da Integração Latino Americana/Foz do Iguaçu/Brasil

Professor/ILATIT/Geografia/ [email protected]

Introdução

O estudo sistemático das crises do sistema capitalista fez parte do projeto teórico

que Marx não pôde concluir. Não obstante, ao longo de sua principal obra, O Capital, é

possível recolher elementos que permitem uma aproximação consistente da explicação

sobre esse fenômeno próprio do modo de produção em questão. Esses elementos estão

distribuídos não apenas de modo esparso ao longo dos vários capítulos que compõem a

obra, mas também encadeados como o desenvolvimento lógico a partir dos momentos

fundamentais da economia capitalista, identificadas pelo autor desde o primeiro

parágrafo.

Para Marx a crise no sistema capitalista, ou as três modalidades de crises, são o

momento de reunificação dos polos contrários autonomizados. A concorrência é a forma

como a lei geral de funcionamento da acumulação capitalista se impõe aos capitais

individuais na concretude do sistema. Assim como a lei da queda da taxa de lucro, a lei

geral da acumulação está sempre operante, manifeste-se ou não. Isso nos levou a

compreender as crises a partir do elemento básico da produção capitalista, a

mercadoria. As crises representam apenas, ainda que de modo extremamente violento,

a irrupção dessa contradição entre produção e realização, desdobrada da contradição

básica entre valor de troca e valor de uso, decorrente da diferenciação entre trabalho

concreto e trabalho abstrato, característica central do modo de produção. As

modalidades de crises do capitalismo para Marx são;

A Arquitetura da crise financeira

19

1. As crises conjunturais cíclicas de superprodução,

2. A crise estrutural do capitalismo, intrínseca ao capitalismo e que

tenderia a ser cumulativa.

3. A crise final, onde aconteceria o colapso do capitalismo, que seria

substituído pelo socialismo através da "revolução do proletariado".

Esse trabalho pretende abordar a questão das crises a partir das pesquisas de

Marx, Schumpeter, Kondratiev, Piketty, Rangel, Mamigonian, Wood, Mandel,

Hobsbawm e Amin e associando-as com a lei geral de acumulação capitalista, cujo

fundamentalismo ocidental, é o consumo. Para explicar a conexão lógica que une o

fenômeno das crises à contradição básica do sistema, retomaremos as formas mais

abstratas dessa oposição para, em seguida, abordar seus desdobramentos ao longo do

desenvolvimento da teoria sobre o capital.

Considero esse tema complexo e excessivamente explorado. Sendo estas análises

provisórias no conjunto do conhecimento, uma vez que essa pesquisa encontrasse em sua

fase inicial e podem ser alteradas e aprofundadas posteriormente, com a continuidade

dos estudos no campo das relações da sociedade, do território, da economia e das

tecnologias. Este texto é ainda um esboço, portanto peço que o considerem com

generosidade nos debates.

Palavras-chave: Geografia econômica, economia política, globalização,

neoliberalismo e território usado.

Neoliberalismo a Gênese da crise

Poucos observadores, em 1849, poderiam ter predito que 1848 iria ser a

última revolução geral no ocidente. As reivindicações políticas do

liberalismo, radicalismo democrático e nacionalismo, apesar de excluírem

a "república social", viriam a ser gradualmente realizadas nos 70 anos

seguintes na maioria dos países desenvolvidos, sem maiores distúrbios

internos, e a estrutura social da parte desenvolvida do continente iria

provar a si mesma ser capaz de resistir às explosões catastróficas do século

XX, pelo menos até o presente (1974). A razão principal para isso reside na

Crocetti

20

transformação e expansão econômica extraordinárias dos anos entre 1848

e o início da década de 1870, que é o assunto principal deste capítulo. Foi o

período no qual o mundo tornou-se capitalista e uma minoria significativa

de países "desenvolvidos" transformou-se em economias industriais.

Esta era de desmedido avanço econômico começou com um boom que

viria a ser o mais espetacular ocorrido até então, e, sobretudo por ter sido

temporariamente impedido pelos eventos de 1848. As revoluções haviam

sido precipitadas pela última e talvez maior das crises econômicas do tipo

antigo. O novo mundo do "ciclo do comércio" que apenas os socialistas

haviam reconhecido como o ritmo básico e modo de operação da

economia capitalista tinham seu tipo próprio de flutuações econômicas e

suas próprias dificuldades. Porém, em meados da década de 1840, embora

a difusa e incerta era do desenvolvimento capitalista desse a impressão de

estar chegando a um fim, ao contrário, o grande salto para a frente

estava apenas por começar. 1847-48 viu um severo tropeço do ciclo do

comércio, provavelmente agravado por problemas remanescentes mais

antigos. De qualquer modo, de um ponto de vista puramente capitalista,

era apenas uma depressão aguda naquilo que já parecia uma

tumultuada economia de negócios. James de Rothschild, que olhava a

situação econômica de 1848 com bastante complacência, era um homem

de negócios sensível, mas profeta político bem pobre. O pior do "pânico"

parecia ter passado e as perspectivas em longo prazo eram mais róseas.

Porém, embora a produção industrial tivesse se recuperado bem

rapidamente, mesmo depois da virtual paralisia dos meses revolucionários,

a atmosfera geral permanecia incerta.

Hobsbawn, A Era do Capital, p. 9-14.

A fase atual do capitalismo, como sistema político hegemônico mundial, é na

realidade o neoimperialismo, que se alimenta da conquista de territórios, mas não mais

territórios extensões de terras como no passado, mas sim de territórios produtivos,

territórios de consumo, o “fundamentalismo Ocidental hoje é o Consumo”. O fim da

Guerra Fria, não significou, de maneira alguma, que o mundo tenha superado a

bipolaridade e reencontrado a estabilidade, sob a hegemonia dos Estados Unidos. Pois,

A Arquitetura da crise financeira

21

se há vencidos, é difícil nomear quem é o vencedor. Os Estados Unidos? A União

Europeia? O Japão? A tríade juntos?

A derrota do "império do mal" abre novos mercados, cuja conquista pode

provocar uma nova guerra mundial.

O globalitarismo, essa Nova Ordem Mundial, regrediu no tempo e no espaço, essa

estranha modernidade, que dá dois passos para frente, três para trás. Há primeira

década no novo milênio assemelha-se mais aos séculos bárbaros precedentes do que ao

futuro racional, descrito por tantos romances de ficção científica. Pois, centenas de países

e nações, riquezas e, sobretudo, uma imensa força de trabalho disponível aguardam seu

novo patrão. Única é a função de mestre do mundo, numerosos são os candidatos. Vem

ai uma nova guerra entre os que pretendem fazer parte do "império do bem".

Ela tem início logo após o fim da 2ª Guerra Mundial, na Europa, depois nos EUA,

onde o capitalismo imperava com maior vigor. Essa ordem surge como reação teórica e

política contra o Estado intervencionista e de bem estar social. Sua tese original é o texto

de Friedrich Hayek, O Caminho da Servidão, datado de 1944.

É um ataque velado e radical contra os mecanismos de controle do Estado,

imposto pelo Mercado. Prega liberdade total de comércio, sem limites, sem controles.

Sobrevivem de estratégias, orquestradas pelas mídias de aluguel, que em uni som vivem

denunciando, esbravejando que qualquer tentativa de barrar os avanços do

neoliberalismo globalizado é uma ameaça letal à liberdade, econômica e política. Sua

mensagem é drástica apesar de suas boas intenções, o projeto de administração do

Estado moderado, imposta via Consenso de Washington aos países da periferia do

sistema capitalista, poderá conduzir ao mesmo desastre que o Nazismo Alemão, ou seja,

a servidão moderna.

Hayek inconformado com o avanço do Estado de Bem-estar na Europa, em 1947

convocou alguns simpatizantes de sua orientação ideológica para uma reunião na Suíça.

Entre os participantes estavam também inimigos declarados do (novo programa – New

Dean, estadunidense). Nesse encontro se fundou a sociedade de Mont Pèlerin, uma

espécie de Franco-maçonaria Neoliberal, retamente organizada e dedicada. Seu

objetivo básico era combater o keynesianismo e o solidarismo reinantes e preparar as

bases do novo capitalismo, duro e livre de regras.

Crocetti

22

Quadro I os modelos Cíclicos de Kondratieff

CICLOS ECONÔMICOS DE KONDRATIEFFPrimeiro Ciclo Segundo Ciclo Terceiro Ciclo Quarto Ciclo

Fase(a)1790-1815

Fase(b)1815-1848

Fase (a)1848-1873

Fase (b)1873-1896

Fase (a)1896-1920

Fase (b)1920-1948

Fase(a)1948-1973

Fase(b)1973- (?)

FONTE: MAMIGONIAN: 1987, p. 63-71.

Nesse período, (1945-60), o mundo vivia sua idade do ouro, apresentado o

crescimento mais rápido da economia, ou seja, estávamos surfando na onda do ciclo

longo de Kondratieff em sua fase “A” expansiva. Por essa razão, a polêmica contra a

regulação social, tem uma receptividade maior, e Hayek e seus companheiros pregam

que o novo igualitarismo deste período, promovido pelo Estado, de Bem-estar, destruía

a liberdade dos cidadãos e a vitalidade da concorrência. Desafiando o consenso oficial da

época, eles argumentavam que a desigualdade era um valor positivo – Na realidade

imprescindível em si, pois disso precisavam as sociedades ocidentais. Essa tese

permaneceu na teoria Neoliberal por mais de 20 anos.

Crise Estrutural

Com a crise cíclica estrutural do Capitalismo, deflagrada com a primeira e

segunda crise do petróleo de 1973/74 e 1978-79, fase “B” do ciclo longo de Kondratieff,

que levou o mundo a uma bruta recessão, combinando com baixas taxas de crescimento

da economia aliada as altas taxas de inflação, pela primeira vez, abriu caminho para as

ideias Neoliberais, que passaram a ganhar maior visibilidade. As raízes da crise, afirmava

Hayek e seus companheiros, estavam localizados no poder excessivo e nefasto dos

sindicatos e, de maneira mais geral, do movimento social organizado, que corroeram as

bases da acumulação capitalista com suas pressões reivindicativas sobre os salários, e com

sua pressão parasitária para que o Estado aumentasse cada vez os gastos sociais.

Os salários e os encargos sociais segundo a análise neoliberal destruíram os níveis

necessários de lucros das empresas e desencadearam processos inflacionários que levaram

a uma crise geral das economias capitalistas, esses argumentos foram usados em rede

mundial articulados em comum acordo com a Mídia de Aluguel coorporativa mundial

para mascarar a crise Estrutural do Capitalismo, diagnosticada por Marx, e estudada por

A Arquitetura da crise financeira

23

Kondratiev e Schumpeter. O remédio era claro; manter o Estado forte; sim; mas só na

sua capacidade de romper e esmagar o poder dos sindicatos e o controle monetário, mas

sem ação e fraco para investimentos, intervenções econômicas e gastos sociais. Mas o

receituário só terá sucesso se vir associado à estabilidade monetária, controle

inflacionário, que irá garantir as bases do intervencionismo Neoliberal.

Cerca de 61% de todos os estadunidenses eram “classe média” em 1971,

enquanto, hoje (2015), o número caiu para 49%. A classe média está

envolvida em uma guerra até a morte nos Estados Unidos com os

agentes de Wall Street que pretendem privá-los do trabalho, tirar seus

ativos, executar a hipoteca de suas casas, e deixá-los sem nenhum

dinheiro para enfrentar a velhice. É apenas uma boa e velha luta de

classes – e como Warren Buffett opinou – a classe dele está ganhando.

Mike Whitney, Washington Post, 2015.

Sendo assim; uma nova a saudável desigualdade iria voltar a dinamizar as

economias avançadas, que naquele momento (1973-79), estavam às voltas com uma

estagflação, resultados das políticas de Keynes, ou seja, a intenção anticíclica de

redistribuição social, as outras haviam desgraçadas o mundo normal da acumulação e

do livre mercado. Anulavam pela força do controle da circulação das ideias, vide

controle da mídia de aluguel, e a compra de pesquisadores vassalos, na periferia do

Sistema Capitalista e no Centro do Império também (John Williamson, Milton Friedman,

etc.) para reafirmar e legitimar sua tese, Dessa maneira, o crescimento da economia

cresceria quando a estabilidade monetária (fim da Inflação) e os incentivos essenciais

para retomada do desenvolvimento e da modernidade.

O modelo neoliberal levou mais de uma década para ser implantado, pois a

maioria dos países europeus adotava a cartilha Keynesiana. O pioneiro do modelo foi o

Chile, sob a tutela militar de Pinochet, no início dos anos 1970, começou de modo

avassalador, desregulamentação econômica, profissional, desemprego em massa,

repressão sindical, concentração de renda em favor da elite, privatização de bens

públicos, tudo isso inspirado no modelo neoliberal estadunidense de Milton Friedman.

O crescimento da década de 1990 foi celebrado como a expressão de um triunfo

inexcedível da experiência capitalista dos Estados Unidos sobre o resto do mundo.

Crocetti

24

Avaliações peremptórias não hesitaram em apontá-la como superior não só à

experiência socialista, como também a de outros tipos de capitalismo, como o japonês e

os modelos europeus de sociedade e de economia.

Esse modelo estrutural do capitalismo cíclico foi diagnosticado estudado por

Schumpeter. Conforme demostraremos na figura I e no quadro II no final do texto. O

crescimento desse período teve início na segunda metade de 1992, foi lento até mais ou

menos 1995/1996 e, paradoxalmente, começou a se acelerar após as crises mexicana,

asiática e brasileira. Em boa medida a economia estadunidense se nutriu das crises na

periferia do sistema para ganhar nervos e musculatura. O período que vai do final dos

anos 1970 até esse salto, marca uma lenta recuperação do poderio econômico, militar e

financeiro dos Estados Unidos. Ele se fez não só com as transformações política e

econômica da URSS, mas também com a imposição do padrão capitalista de

financeirização estadunidense do país às demais nações.

Desde os anos 1970, os Estados Unidos já vinham abandonando certas referências

que marcaram seu crescimento no pós-guerra, bem como desmontando regras

prudenciais de gestão financeiras adotadas a partir dos anos 1930 e consolidadas durante

o esforço bélico. Tais características haviam contribuído significativamente para a

recuperação da Europa no pós-guerra, além de abrirem espaços para a industrialização

de países periféricos. A existência de um bloco socialista competindo com o capitalismo

foi igualmente decisiva na ampliação das oportunidades de desenvolvimento no

planeta.

É importante lembrar que a direção política do capitalismo estadunidense nesse

período era bem mais heterogênea do que a atual. Havia, por exemplo, dentro do

governo Roosevelt, uma fração muito importante do Partido Democrata que

preconizava um futuro salvaguardado pela aliança entre os Estados Unidos e a União

Soviética. O inimigo verdadeiro, desse ponto de vista, seria o velho imperialismo europeu,

o que explica, em parte, as dificuldades do representante inglês em Bretton Woods, John

Keynes, para viabilizar suas propostas de reforma do sistema monetário internacional.

Ao contrário do que ocorreu no final da I Guerra Mundial, porém, e que levou à

crise do capitalismo desregulado de então, cujo ápice foi a Depressão de 1929 e dos anos

1930 - em 1944 os EUA tomaram a decisão política de não repetir os erros do passado. O

Plano Marshall e o impulso dado à reconstrução europeia para a unificação econômica

foram decisivos para a economia alemã e a francesa se rearticular. Da mesma forma, o

A Arquitetura da crise financeira

25

financiamento estadunidense foi o divisor que permitiu a reconstrução econômica

japonesa.

A impressão dominante naquele momento era a de que o capitalismo estava

diante de um sólido e prolongado ciclo de expansão a salvo das flutuações cíclicas

violentas inerentes à sua dinâmica de crescimento. Novas formas de regulação e controle

do sistema haviam sido introduzidas sob o impulso de forças sociais que emergiram ao

final da Guerra, entre elas os partidos comunistas, que tiveram papel relevante na

definição das estratégias de reconstrução do capitalismo europeu. Entre as principais

características dessa nova institucionalidade estava a admissão de que o Estado,

obrigatoriamente, deveria promover a regulação do ciclo econômico.

Os Estados nacionais passaram então a se apropriar e a dispender uma fatia do

produto nacional muito superior àquela observada nos anos 1920. O maior controle

público sobre o excedente evitaria que as flutuações do ciclo econômico redundassem em

ajustes baseados na contração quase automática da renda e do emprego como ocorrera

até 1929. A segunda característica associada às coligações sociais e políticas que

emergiram nesse período foi o crescimento do salário real e dos benefícios sociais,

paralelamente ao aumento da produtividade do trabalho. Um terceiro pilar

fundamental de sustentação dessa arquitetura foi à instituição do controle dos

movimentos de capitais entre os países, sobretudo dos capitais de curto prazo.

Vale lembrar que a reforma que Keynes e Dexter White tentaram aprovar em

Breton Woods envolvia, grosso modo, as seguintes balizas: o dinheiro internacional seria

simplesmente uma moeda de conta, permitindo que os países trocassem mercadoria por

mercadoria. O dinheiro funcionaria assim apenas como referência de cálculo. Os países

que tivessem déficit registrariam num banco internacional, em sua conta, a dívida com

os demais. A compensação entre os déficits e superávits tornaria desnecessário saldar

dívidas através de movimentos de capitais de curto prazo. Keynes, a partir da

experiência nefasta dos anos 1920, estava convencido de que não era prudente delegar

aos mercados a regulação do fluxo monetário internacional. Tampouco eles deveriam

assumir a responsabilidade pelo fornecimento de liquidez aos países que porventura

registrassem déficit na balança de pagamentos.

Como se sabe esse sistema não foi aceito em sua totalidade nem pelos Estados

Unidos, nem pela Inglaterra. Mesmo assim o acordo de Bretton Woods permitiu que os

países controlassem suas contas de capital, proporcionando-lhes maior autonomia na

Crocetti

26

fixação das políticas monetária e fiscal. A prerrogativa de proibir a entrada e a saída de

capitais manteve-se até meados da década de 1980, inclusive no Brasil, garantindo certo

grau de proteção à política econômica contra ondas de volatilidade e movimento

especulativo no plano internacional. Ao contrário do que ocorre hoje, caso houvesse uma

crise na Bolsa de Nova York, os governos não tinham que elevar a taxa de juro –

dispunham de instrumentos para impedir que os efeitos da turbulência fossem

integralmente internalizados.

O que se verifica agora é exatamente o oposto. Capitais se movem livremente

pelo planeta apostando na desvalorização das moedas; promovendo chantagem

explícita contra políticas de juro baixo; ou ainda tomando posição nos mercados à vista,

ou de contratos futuros, contra economias supostamente dotadas de moedas frágeis. Se

esses mercados funcionam livremente, a especulação é inevitável - por definição, eles são

mercados especulativos. Falar em controle de capitais tornou-se um anátema a partir

dos anos 1970 – pelo menos foi assim até a emergência da nova crise acionada pelo

estouro da bolha imobiliária nos EUA. Na verdade, os grandes protagonistas do processo

econômico, a grande empresa internacional e os grandes bancos, frequentemente

ganham mais dinheiro no mercado financeiro do que na produção de mercadorias.

Quando uma empresa está localizada em vários mercados, como ocorre hoje,

poderá ter um ganho fenomenal se estiver bem posicionada diante de uma alteração

cambial – o que não é difícil considerando-se que têm acesso a boas informações e

relações estreitas com grandes bancos. Em caso de aposta equivocada, todavia, as

perdas, como estamos vendo, podem assumir contornos sistêmicos imprevisíveis.

Para os reformadores de Bretton Woods a estabilidade do câmbio e dos juros era

fundamental para a tomada de decisão na esfera produtiva do capitalismo. Uma

decisão de longo prazo, como é o caso de um grande investimento, requer um horizonte

razoável de segurança e para isso duas taxas devem oferecer certo grau de

previsibilidade: a taxa de juros e a taxa de câmbio. Esses são dois preços-chave da

economia que informam fundamentalmente a decisão capitalista: a taxa de juros indica

qual é a conveniência do detentor da riqueza mantê-la sob a forma de capital

monetário ou investi-la sob a forma produtiva, ou qualquer outra forma. Para isso a

estabilidade da taxa de juro em um patamar moderado é fundamental. No caso da

taxa de câmbio, o que se espera é que ela amplie o horizonte de paridade entre o

dinheiro particular – as moedas nacionais – e a moeda de referência mundial. Se esses

A Arquitetura da crise financeira

27

preços flutuam erraticamente, a decisão do capitalista torna-se totalmente

desordenada.

A lógica do controle dos capitais que prevaleceu nos anos 1950/60 permitiu que

as economias pudessem crescer de maneira mais ou menos equilibrada gerando, não por

acaso, aquilo que se convencionou chamar de milagre alemão, milagre japonês, milagre

italiano... Tudo ancorado na arquitetura de um capitalismo domesticado, quer dizer, do

capitalismo controlado politicamente pela intervenção do Estado em cada país. Essa

institucionalidade impediu que fossem reproduzidas as crises dos anos 1920, e mesmo as

crises do final do século XIX em boa parte do século XX.

A Arquitetura da Crise

Segundo os analistas da economia mundial, prêmios Nobel em economia a Crise

Financeira que estourou em 2007/08 caracteriza-se como a principal crise econômica e

financeira internacional desde 1929. Se não fosse a intervenção massiva e concertada dos

poderes públicos, que se tornaram o seguro dos bancos corruptos, a atual crise teria já

proporções muito mais amplas.

Também aqui, a interligação é impressionante. Entre 31 de Dezembro de 2007 e

fins de setembro de 2008, todas as bolsas do mundo sofreram uma baixa muito

significativa, entre 25 a 35% - por vezes mais - para as bolsas dos países mais

industrializados, até 60% como a China, passando por 50% para a Rússia e a Turquia. A

montagem colossal de dívidas privadas, criação pura de capital fictício (securitizações de

derivativos, sub-prime, ancoragem em fundos de opções hedge), acabou por explodir de

país em país industrializado, começando pelos EUA, a economia mais endividada do

mundo. Com efeito, a soma das suas dívidas pública e privada elevou-se, em 2008, a 50

trilhões de dólares, ou seja, 350% do PIB. Secundo cálculos otimistas feitos pelo BID, o

rombo mundial da pilantragem financeira chega a 1 quatrilhão de dólares, cifra só

pensada no Patinhas de Disney.

Esta crise econômica e financeira que já afetou todo o planeta afetará ainda

mais os países em desenvolvimento que se achavam protegidos. A mundialização

capitalista não soltou ou não desligou as economias. Pelo contrário, países como China,

Brasil, Índia ou Rússia não estão ao abrigo da crise e isto é só o início. Todos serão

afetados, cada qual dentro da sua realidade.

Crocetti

28

“o verdadeiro limite da produção capitalista é o próprio capital; é o fato

de que, nela, são o capital e a sua própria valorização que constituem o

ponto de partida e a meta, o motivo e o fim da produção. O meio

empregado - desenvolvimento incondicional das forças sociais produtivas -

choca constantemente com o fim perseguido, que é um fim limitado: a

valorização do capital existente”.

Marx, O Capital, Volume 3, 1988.

A primeira coisa que é preciso recordar é que a crise de 1929 se desenvolveu como

um processo que começou em 1929, mas cujo ponto culminante se deu bastante depois,

em 1933 e 1937-38, e que logo abriu caminho a uma longa fase de recessão. Digo isto

para sublinhar que vivemos hoje (2016) o ápice da crise, provavelmente chegamos ao

fundo do poço, não necessariamente ao seu fim, isso é somente um aspecto e talvez não

seja o aspecto mais importante - do que se deve interpretar como um processo histórico.

Mesmo assim tratasse de uma crise estrutural, não final do capital.

O verdadeiro limite da produção capitalista é o próprio capital; é o fato

de que, nela, são o capital e a sua própria valorização que constituem o

ponto de partida e a meta, o motivo e o fim da produção; o fato de que

aqui a produção é só produção para o capital e, inversamente, não são os

meios de produção simples meios para ampliar cada vez mais a estrutura

do processo de vida da sociedade dos produtores. Daí que os limites dentro

dos quais tem de mover-se a conservação e a valorização do valor-

capital, a qual descansa na expropriação e na depauperação das grandes

massas de produtores, choquem constantemente com os métodos de

produção que o capital se vê obrigado a empregar para conseguir os seus

fins e que tendem para o aumento ilimitado da produção, para a

produção pela própria produção, para o desenvolvimento incondicional

das forças produtivas do trabalho. O meio empregado - desenvolvimento

incondicional das forças sociais produtivas - choca constantemente com o

fim perseguido, que é um fim limitado: a valorização do capital existente.

Por conseguinte, se o regime capitalista de produção constitui um meio

histórico para desenvolver a capacidade produtiva material e criar o

A Arquitetura da crise financeira

29

mercado mundial correspondente, envolve ao mesmo tempo uma

contradição constante entre esta missão histórica e as condições sociais de

produção próprias deste regime.

Marx, Grundrisse, 2011, p. 517-48

Bom, certamente que há algumas palavras que hoje já não utilizamos, como

"missão histórica". Mas creio que o que vamos ver nos próximos anos vai dar-se

precisamente na base de já ter sido criado em toda a sua plenitude esse mercado

mundial intuído por Marx. Quer dizer, temos um mercado e uma situação mundial

diferente da de 1929, porque nessa altura países como a China e a Índia eram ainda

semicoloniais, agora já não têm esse caráter; são grandes países que, mais além de terem

um caráter combinado que requer uma análise cuidadosa, são agora participantes de

pleno direito dentro de uma economia mundial única, uma economia mundial unificada

num grau desconhecido até esta etapa da história. A citação pode ajudar-nos a

entender o momento atual, e a crise que se iniciou precisamente neste marco de um só

mundo.

Para interpretar esse quebra cabeças, vamos partir, por exemplo, dos cíclicos de

média duração, ou aqueles de tendências estruturais de longa duração. A economia-

mundo capitalista teve, durante vários séculos, formas de vai-e-vem cíclico. O que

iremos usar são os chamados ciclos de Kondratieff, que historicamente teriam uma

duração de 50-60 anos aproximadamente.

Marx ao analisar as crises do capitalismo dos séculos XVIII e XIX, além de fatores

conjunturais, formulou a tese da queda da taxa de lucro, como um fator determinante,

em suas reflexões;

Queda da taxa de lucro e acumulação acelerada são, nessa medida, apenas

expressões diferentes do mesmo processo, já que ambas representam o desenvolvimento

da força produtiva. A acumulação, por sua vez, acelera a queda da taxa de lucro, à

medida que com ela está dada a concentração dos trabalhos em larga escala e, com isso,

uma composição mais elevada do capital. Por outro lado, a queda da taxa de lucro

acelera novamente a concentração de capital e sua centralização (...) (Marx, 1988; L. III. t.

1, p. 183).

De acordo com a formulação de Kondratieff cada ciclo tem uma fase de ascensão

e declínio. A dinâmica interna dos ciclos (chamado de ciclo de Kondratieff depois dos

Crocetti

30

estudos dele) é baseada no princípio de flutuações, no mecanismo de acumulação,

concentração, dispersão e desvalorização do capital como um fator chave para o

desenvolvimento do mercado capitalista da economia.

Além disso, sua interpretação do desenvolvimento da crise do capitalismo indicou

que essa regularidade cíclica vai existir enquanto o modo de produção capitalista

percistir. "Cada nova fase do ciclo é pré-determinado com acúmulo de fatores da fase

anterior, e cada novo ciclo está seguindo o precedente tão naturalmente como uma fase

de cada ciclo após o outro. No entanto, ele tem que ser entendido separadamente, pois

cada novo ciclo surge com especiais e novas condições históricas, e se desenvolve num

novo nível das forças produtivas e, portanto, não é uma simples repetição do ciclo

anterior". Portanto não se trata de uma repetição simples de uma crise anterior, como

muitos pesquisadores vêm repetindo, mas, de novas condições históricas que o processo

capitalista criou. (KONDRATIEFF, 2010; p.12-17).

FIGURA 1 – Kondratieff

Fonte: Mamigonian: 1987 p. 63-71 e Rangel: 1990 p. 33-35. FMI, 2016. Elaboração Crocetti 2016.Obs. A linha do gráfico Kondratieff foi construída pelas médias trienais do crescimento econômico mundial,com base nos gráficos do Banco Mundial 2016 e das tabelas de Mamigonian: 1987 p. 63-71 e Rangel: 1990 p.

33-35.

Para fundamentar sua teoria, Kondratieff procurou examinar o comportamento

de variáveis econômicas e sua dinâmica, efetuando, ao longo dos anos, a análise do

movimento médio das séries e indicadores de preços e mercadorias. Tais como taxas de

juros, investimentos dos bancos, salários dos trabalhadores em atividades agrícolas e

industriais, alterações populacionais, importação e exportação, depósitos e poupanças

Ciclos Longos de Kondratieff 1815-2010

Fase

Fase "B"

Fase

Fase

Terceiro Quarto Kondratieff

Fase "B"

SegundoPrimeiro

Fase "B"

Fase "A"

A Arquitetura da crise financeira

31

bancárias, total de comércio exterior, consumo e produção de carvão e petróleo;

produção de ferro gusa; produção de cereais por acres e produção líder. Nestes ciclos a

fase de expansão é caracterizada por superinvestimentos em bens de capital e, na fase

de depressão, por um processo de depreciação. Ver teorização esboçada na Figura 1.

"Modificações nas técnicas têm sem dúvida um papel muito influente

sobre o curso do desenvolvimento do capitalismo. Mas ninguém provou

que elas têm uma origem acidental e externa. Modificações nas técnicas

de produção presume (1) que relevantes descobertas e invenções científicas

foram feitas, e (2) que é economicamente viável usá-las. Seria um erro

óbvio negar o elemento criativo das descobertas e invenções científico-

técnicas. Mas de um ponto de vista objetivo, ocorreria ainda um grande

erro se alguém acreditasse que a direção e a intensidade destas

descobertas e invenções fossem meramente acidentais; é muito mais

provável que a direção e a intensidade sejam uma função das

necessidades da vida real e do desenvolvimento precedente da ciência e

da técnica. Invenções científico-técnicas por si mesmas, portanto, são

insuficientes para trazer uma mudança real na técnica de produção. Elas

podem se manter inativas tanto quanto as condições econômicas

favoráveis de suas aplicação estiverem ausentes. Isto está revelado no

exemplo das invenções científico-técnicas do século XVII e XVIII que foram

usadas em larga escala somente durante a revolução industrial e início do

século XVIII. Se isto é verdade, então a suposição de que as modificações

técnicas são de caráter aleatório e não de fato a fonte nascente de

necessidades econômicas perde o seu peso. Nós vimos antes que o

desenvolvimento das técnicas em si é parte do ritmo das ondas longas."

KONDRATIEFF, 1984; 35-36).

Para a determinação dos anos de tais tendências, ele concluiu que os limites

destes ciclos podiam, todavia ser representados como sendo as variáveis de 40 a 60 anos

aproximadamente, e estabeleceu um gráfico provável dos ciclos. Ver figura 1 e quadro 1.

Ao examinar a natureza dos longos ciclos, do ponto de vista das modificações nas

técnicas de produção, Kondratieff observou que as regularidades do processo ajudam a

Crocetti

32

estabelecer algumas regras empíricas para o movimento das longas ondas. E dentro

desta perspectiva, em um curto, mas importante trecho, Kondratieff revelou o papel das

modificações nas técnicas nos longos ciclos:

Para (SCHUMPETER, 1984; p. 62-77) – economista e professor de Harvard –, que

desenvolveu a teoria da Inovação, interpretou que os longos ciclos resultam da

conjugação ou da combinação de inovações, e cria um setor líder na economia, ou um

novo paradigma, ou inovação tecnológica que impulsiona o crescimento rápido desta

economia. Este setor promove, antes de consolidar a sua hegemonia, uma avalanche de

transformações e de destruições criativas, para ele a crise geral do capitalismo é também

fruto do esgotamento tecnológico, ou seja;

"O Capitalismo, então, é, pela própria natureza, uma forma ou método de

mudança econômica, e ele nunca pode estar estacionário. E tal caráter evolutivo do

processo capitalista não se deve meramente ao fato de a vida econômica acontecer num

ambiente social que muda e, por sua mudança, altera os dados da ação econômica; isso

é importante e tais mudanças (guerra, revoluções e assim por diante) frequentemente

condicionam a mudança industrial, mas não são seus motores principais. Tampouco se

deve esse caráter evolutivo a um aumento quase automático da população e do

capital ou dos caprichos dos sistemas monetários, para os quais são verdadeiras

exatamente as mesmas coisas. O impulso fundamental que inicia e mantém o

movimento da máquina capitalista decorre de novos bens de consumo, dos novos

métodos de produção ou transporte, dos novos mercados, das novas formas de

organização industrial que a empresa capitalista cria (...). A abertura de novos mercados

-- estrangeiros ou domésticos -- e o desenvolvimento organizacional, da oficina artesanal

aos conglomerados (...), ilustram o mesmo processo de mutação industrial (...) que

incessantemente revoluciona a estrutura econômica a partir de dentro, incessantemente

destruindo a velha, incessantemente criando uma nova. Esse processo de Destruição

Criativa é o fato essencial do capitalismo. É nisso que consiste o capitalismo e é aí que

têm de viverem todas as empresas capitalistas." (SCHUMPETER, 1984; p.112-113).

A tese marxista do “lumpen proletariado”, proletariado esfarrapado, que não

consome e provoca a saturação do mercado dos mais ou menos ricos continua válida. A

diferença relativa ao Século XIX é que agora a situação é global, e são os ricos que estão

A Arquitetura da crise financeira

33

com os mercados mais saturados. Segue quadro esquemático adaptado da tese de

Schumpeter.

Quadro II: Longos Ciclos Adaptados de Schumpeter

FASES DECOLAGEM EXPANSÃO RECESSÃO DEPRESSÃO

CICLOS A B C D

1o 1770-1785 1786-1800 1801-1813 1814-1827

2o 1828-1842 1843-1857 1858-1869 1870-1885

3o 1886-1897 1898-1911 1912-1925 1926-1937

4o 1938-1974 1974-1998 1998-2007 2007...

Fontes: Baseado em, STOFFAES (2009: 337 e 362); GOLDSTEIN (1988: 94).

Hipocrisia do Capital

FIGURA 2: Participação no PIB mundial (Peso Em %) - Economias Emergentes eAvançadas - 2008 – 2015

FONTE: FMI E DEPEC 2014.

Ficou provado com as sucessivas Crises Estruturais do Capitalismo, que essa

história de que o mercado regula e o Estado é dispensável é um grande engodo, uma

bobagem. Em nenhuma economia existe o mercado exclusivamente ou o Estado

exclusivamente. Na União Soviética não era assim — existia o mercado e existia o Estado.

Nessa crise o capitalismo está se saindo razoavelmente bem. Isto é, eles estão sabendo

PROJEÇÕES PARTICIPAÇÃO NO PIB MUNDIAL - DESENVOLVIDOS X EMERGENTES - NOVA PPP -HIPÓTESES DEPEC - 2009-2017 - fonte depec e FMI

49.6%

53.1% 51.9%54.7%

50.3%

46.6%

49.7%

47.8%

45.3%

40.0%

43.0%

46.0%

49.0%

52.0%

55.0%

58.0%

2008

2009

2010

2011

2012

2013

2014

2015

HIPÓTESES: ALTERNATIVAS

Mundo Desenvolvidos Emergentes2009 -0.50% -3.30% 2.40%2010-2017 3.68% 2.50% 5.00%

DESENVOLVIDOS

EMERGENTES

Crocetti

34

que não podem deixar estourar o sistema bancário. Mas, o sistema bancário não pode

ser controlado pelos Estados. Há uma força de autonomia do sistema bancário no

capitalismo, diferentemente do socialismo. Na China não se pode imaginar um sistema

bancário, um sistema financeiro, que faça o que quiser. Isso não existe. O socialismo

controla os eixos principais das decisões econômicas, dos mecanismos econômicos. No

capitalismo isso não acontece. A grande vantagem, do socialismo sobre o capitalismo é

essa capacidade de juntar o poder do Estado com o poder do mercado. As figuras a 2 e

3, ondem aparecem cenários da participação do PIB mundial e o impacto da crise tanto

nas economias periféricas como centrais, bem como o papel da China.

FIGURA 3: Participação no PIB mundial (Peso Em %) – EUA e China Vançadas - 2008 –2021

FONTE: FMI E DEPEC 2014.

Uma análise das relações entre 43.000 empresas transnacionais concluiu que um

pequeno número delas - sobretudo bancos - tem um poder desproporcionalmente

elevado sobre a economia global. A conclusão é de três pesquisadores da área de

sistemas complexos do Instituto Federal de Tecnologia de Lausanne, na Suíça.

Refinando ainda mais os dados, o modelo final revelou um núcleo central de 1.318

grandes empresas com laços com duas ou mais outras empresas - na média, cada uma

delas tem 20 conexões com outras empresas.

PROJEÇÕES PARTICIPAÇÃO NO PIB MUNDIAL - CHINA E EUA - NOVA PPP - HIPÓTESES DEPEC -2008-2020 - fonte depec e FMI

17.8%

12.2%

16.7%15.2%

14.3%

13.0%

11.4%

17.2%17.6%

20.3%

18.0%18.7%

19.1%19.8%

20.9%

10.0%

13.0%

16.0%

19.0%

22.0%

2008

2009

2010

2011

2012

2013

2014

2015

2016

2017

2018

2019

2020

2021

chinaeua

HIPÓTESES:

Mundo EUA China2009 -0.5% -2.9 6.5%2010-2021 3.7% 2.5% 7.0%

China

EUA

A Arquitetura da crise financeira

35

Mais do que isso, embora este núcleo central de poder econômico concentre

apenas 20% das receitas globais de venda, as 1.318 empresas em conjunto detêm a

maioria das ações das principais empresas do mundo - as chamadas blue chipsnos

mercados de ações.

Em outras palavras, elas detêm um controle sobre a economia real que atinge

60% de todas as vendas realizadas no mundo todo. VITALI, GLATTFELDER e

BATTISTON, 2011.

Piketty o queridinho da mídia, tenta dissimular ser de "esquerda", mas não está

fora da confraria dos economistas ortodoxos, clássicos e neoclássicos, e digamos burgueses.

Afirma-nos: "A desigualdade não é necessariamente má em si: "a questão das

desigualdades depende das representações dos atores".

Para Piketty (O Capital no século XXI) a compra e a venda da força de trabalho

não existem. Mais ainda, ele assimila totalmente o capital ao patrimônio, ele chama-lhes

na pág. 84 "sinônimos perfeitos" e utiliza-os de modo intercambiável. Para ele, o capital

ou património representa o conjunto dos ativos não humanos que podem ser possuídos

ou trocados num mercado. Divide depois esse capital global em capital público e

privado. Esta confusão entre capital e patrimônio não é inocente. Constatamos ao ler a

obra que o autor joga astuciosamente com esta confusão patrimônio/capital utilizando

um ou outro dos dois termos (que ele acha permutáveis) para dar um sentido particular

à sua demonstração.

Na crise profunda do sistema capitalista, na luta encarniçada que o capital trava

para restabelecer as taxas de lucro, os ideólogos burgueses, conscientes da rejeição das

suas medidas políticas por uma parte crescente da população, estão à procura de um

compromisso social que lhes permita neutralizar a luta de classes ou desviá-la para que

in fine a dominação do capital permaneça. Nessa luta, é preciso a todo o custo mostrar

que não há outra saída senão aceitar a lei do capital. Assim, é necessário

sistematicamente desqualificar as análises apoiando-se na existência das classes sociais e

seu caráter antagônico no sistema capitalista, e substitui-lo por uma análise em termos

de grupos sociais. É também necessário "purificar" a economia da política e afastá-la de

uma análise global da sociedade e do seu movimento.

Crocetti

36

Crise no Brasil

Armen Mamigonian (2011) faz sua Interpretação das consequências da crise no

Brasil que resumo e atualizo a seguir; Na crise de 1930 a revolução significou a ascensão

ao poder dos industriais, como um setor de inserção secundário no pacto de poder. O

setor principal eram os latifundiários, sobretudo os estancieiros gaúchos e Minas, que

recebeu apoio também do sertão do nordeste; então esse pacto de poder foi um pacto

desenvolvimentista. Pois havia interesse do próprio latifúndio. Porque ao latifúndio

interessava exportar mais, ao latifúndio interessava os investimentos na rodoviarização

do país, valorizaria as suas terras, mas por outro lado, não interessava nenhuma

proposta de reforma agrária, nesse ponto o pacto era sagrado: ninguém ia propor uma

reforma agrária que passasse por esse pacto de poder.

Mas como constatamos mais tarde, a Reforma Agrária não era condição

indispensável para um crescimento econômico; está provado hoje, não precisou. Com a

substituição das importações, e a consequente produção de tecidos, cigarros, sapatos etc.,

no lugar de importar, passaram a produzir internamente. Que em uma etapa seguinte,

foi estendida para; cimento, material de construção, tinta, azulejo, etc. Então a

urbanização exigia; mais pra frente por conta da rodoviarização, seria necessária a

criação e produção, de refinarias de petróleo, ia precisar de aço, e coisa parecida e assim

foi indo.

Chegou o momento em que esse pacto sofreu uma crise em 1990, e ocorreu um

rompimento desse pacto, por parte do imperialismo estadunidense, que impôs a saída

dos industriais brasileiros e a substituição por eles, eles já estavam no poder pelo lado, das

suas relações com os bancos brasileiros. Então em 1990 houve uma contrarrevolução

neoliberal imposta pelos Estados Unidos, Collor, depois Fernando Henrique e etc.

Os industriais que eram minoritários no pacto de 30, precisaram de um

latifundiário como o Getúlio Vargas para alavancar o setor industrial, ou seja, a

Companhia Siderúrgica Nacional saiu das mãos desse latifundiário. Isto é, Getúlio sabia

em 1930 que podia jogar de um lado com o Japão e Alemanha e do outro lado com os

Estados Unidos e Inglaterra então o Brasil, por exemplo, exportou algodão em grandes

proporções para o Japão e Alemanha, e isso aí os intelectuais brasileiros fazem questão

de esquecer. Também se esquecem de dizer que ele era um líder muito competente

para os interesses nacionais.

A Arquitetura da crise financeira

37

Quando começa a Segunda Guerra não havia praticamente outra opção, apenas

o Imperialismo Estadunidense, mas Getúlio sabia que podia jogar e nesse jogo mandou

em 1938-39 um general a percorrer a Inglaterra, Estados Unidos, a Alemanha para ver

quem iria financiar a siderurgia brasileira, então ele arrancou a Companhia Siderúrgica

Nacional. O que podemos concluir com isso? Que esses latifundiários nacionalistas

alavancaram a indústria brasileira. Os industriais eram os sócios secundários. Tanto que

em 1932, na revolução constitucionalista, os industriais aderiram.

Agiram como um bando de ignorantes. Eles não sabiam que a revolução

constitucionalista contra o Getúlio seria contra eles. Aí o Roberto Simonsen foi obrigado a

sair, mas logo voltou. E agora quando terminou o governo do Fernando Henrique,

houve um novo fato, digamos inusitado. Assim como em 1930 um latifundiário, um

estancieiro foi o pai da industrialização brasileira, agora, sem que os industriais tivessem

consciência disso, precisou de um Lula, que sai do movimento operário, para que eles

pudessem ser novamente alavancados.

Podemos afirmar que os industriais brasileiros são extremamente competentes e

extremamente agressivos do ponto de vista empresarial. Por isso de certa forma o Lula

acabou sendo o representante dos interesses nacionais, que interessam tanto à classe

operária quanto à burguesia industrial brasileira. Mas ele ganha as eleições e o sistema

está dominada pelo neoliberalismo. Então Lula é obrigado a engolir, por exemplo, o

Banco Central. Ele poderia ter pressionado o Banco Central, ter mudado suas políticas há

mais tempo, mas o Banco Central foi o imperialismo dentro do governo. Quer dizer, o

pacto de poder em 1990 eliminou a burguesia industrial. Então, neoliberalismo, abriu a

economia, destruiu uma série de empresas. Essa burguesia incompetente do ponto de

vista político precisava de um governo de esquerda, de centro-esquerda. E esse governo

tem desempenhado esse papel, mas não conseguiu durante a gestão Lula (2002-2010)

desalojar o imperialismo estadunidense do governo, que está dentro que é o Banco

Central.

O Banco Central não pode ser controlado pelo sistema financeiro. Ele tem de ser

controlado pelo Estado brasileiro, tendo em vista os interesses nacionais, os interesses dos

trabalhadores, da criação de emprego. E podem-se assegurar interesses também dos

bancos. Mas eles não podem mandar. Eles não podem dizer qual vai ser a taxa dos juros,

se vão aumentar tanto, o câmbio vai ser do jeito que está aí e coisas parecidas. Esse

câmbio, por exemplo, é um câmbio desastroso.

Crocetti

38

Considerações finais

Uma das razões pelas quais a crise do capitalismo não acabou foi que as novas

tecnologias continuam proporcionalmente atrasadas. Atrasadas porque a

financeirização foi prioridade para ter uma lucratividade imediata. O capitalismo está

atrasado do ponto de vista de revolução tecnológica. E só essa revolução tecnológica é

que vai permitir à economia mundial toda se recuperar. A atual crise da primeira

década dos 2000, essa crise vai acelerar a corrida tecnológica porque está demonstrado

que aqueles que ficarem esperando excessivamente vão ficar para trás.

A questão da revolução tecnológica é uma questão da qual não se escapa. Isso

não é uma coisa que se possa controlar ou deixar de controlar. São leis do capitalismo. O

capitalismo quando entra num período depressivo é obrigado a procurar novas fórmulas

de lucratividade. E uma delas são tecnologias novas. Nesse sentido, dá para dizer que o

fordismo já acabou, foi substituído pelo toyotismo. Dá pra dizer que a segunda

revolução industrial já acabou ela está sendo substituída pela terceira. Então, é um

fenômeno inexorável — não é coisa que dá pra ser a favor ou contra.

A relação produção/consumo para o capitalismo é fundamental. Não se pode

brincar. Consequentemente, o que vem por aí — num futuro relativamente próximo — é

uma diminuição da jornada de trabalho, como já houve nas outras revoluções

industriais. Porque para o capitalismo não interessa ter uma população desempregada

muito numerosa. Há uma margem de tolerância política. E, por outro lado, há uma

necessidade de que a relação entre produção que sobe verticalmente pela revolução

tecnológica seja acompanhada por uma capacidade de consumo. Essa capacidade de

consumo pode ser induzida pelos Estados, sob a forma de uma redução da jornada de

trabalho como aconteceu em todas as revoluções industriais.

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Número 1 – Año 2016 – Versión digital

https://boletingeoecon.wordpress.com

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La distancia geográfica de las capitales provinciales argentinas

al Área Metropolitana de Buenos Aires para el transporte de

pasajeros

Ana María Liberali

Sobre la distancia geográfica

Cuando en geografía hablamos de distancias, no lo hacemos solamente enkilómetros, que lógicamente se tienen en cuenta, pero que en última instancia sólohacen referencia a una primera aproximación. Una misma distancia matemáticapuede ser muy diferente desde el punto de vista geográfico, ergo, cien kilómetros detierra o ripio no son lo mismo que cien kilómetros de ruta asfaltada y señalizada. Talcual, si se tratara de un camino de llanura o uno de montaña, de lugares con grandesnevadas o lluvias torrenciales, de temperaturas extremas, de rutas con peajes, concontroles de frontera interprovincial o internacional, etc.

Nadie tiene demasiado claro qué cantidad de kilómetros separan a un sitio de otro,sino cuál es el esfuerzo necesario para unirlos. Es decir, que al kilometraje debenagregársele el tiempo y los costos de traslado. Y el tiempo estará definido por lastecnologías disponibles, no sólo de la existencia de vías de comunicación sino delfuncionamiento de los medios de transporte: estado, frecuencia, velocidad…

También debemos distinguir entre el tránsito de cargas y de pasajeros. Si las cargasson perecederas, de alto riesgo, de gran peso y volumen, etc. Y en cuanto a lospasajeros, que se comportan como carga perecedera, debemos considerar la edad, elsexo, el estado físico y sus pautas de comportamiento”. (Liberali y Redondo; 2013)

Cuando hablamos de costos, si se trata del transporte de pasajeros, no deben tenerseen cuenta tan sólo los económicos, sino también los orgánicos, psicológicos, sociales yculturales (Benítez, 1995).

En función de lo expresado, en este artículo analizaremos la distancia geográficaexistente entre las ciudades capitales de las provincias argentinas respecto de laCiudad Autónoma de Buenos Aires, capital del país. Y para ello se considerarán lasdistancias por vía terrestre en automotor y por vía aérea en las principales empresas,sólo para el transporte de pasajeros.

La distancia geográfica de las capitales argentinas

41

Sin duda, se tratará de un simple acercamiento a la problemática que se presenta enun país como lo es la Argentina, de grandes distancias y en situación periférica.

La heterogeneidad de las distancias

“Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires”, es una frase popular queen la Argentina representa la concentración de la oferta de bienes y servicios en laciudad más poblada, que además es la capital del país. Y verdaderamente es así, yaque los habitantes de las capitales provinciales deben trasladarse necesariamentehasta la Reina del Plata, tanto por razones de salud y de educación como por laadquisición de productos que por razones de escala y/o de poder adquisitivo no sonofertados en sus lugares de origen.

Justamente la localización de los centros de salud de mayor complejidad como ladiversidad educativa y la producción y distribución de mercancías requieren demercado, y éste tiene como principales requerimientos grandes aglomerados urbanosy/o elevado poder adquisitivo, y dichos ingredientes se encuentran en mayorconcentración en el Área Metropolitana de Buenos Aires.

Como muestra la Tabla Nro. 1, el Área Metropolitana de Buenos Aires y la ciudad de

La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires1, son diez veces más pobladas que lasegunda urbe del país, la capital de la provincia de Córdoba. Y esta macrocefalia nodebe ser despreciada. Tomando otra referencia, notaremos que el AMBA más LaPlata, con 13.279.000 habitantes cuentan con casi el doble de la cantidad depoblación que suman todo el resto de las capitales provinciales, que apenas llegan alas 7.443.359 almas, siendo las patagónicas unas de las más débilesdemográficamente hablando, con 556.784 sumando a Neuquén, Viedma, Rawson-

Trelew2, Río Gallegos y Ushuaia, número casi equivalente al total de la ciudad deSalta.

Tabla Nro. 1. Cantidad de población de las capitales provinciales argentinas,

incluyendo sus conurbanos – 2010

CIUDAD CAPITAL y SU CONURBANO Cantidad de habitantes

Buenos Aires + La Plata 12.548.000 + 731.000

Córdoba 1.317.298

Mendoza 894.000

Tucumán 800.000

1 Para este trabajo hemos incluido a la ciudad de La Plata junto con el Área Metropolitana deBuenos Aires debido a que los aeropuertos de referencia son los mismos debido a la proximidad entreambas.

2 Hemos incluido a la ciudad de Trelew debido a que se encuentra a sólo veintidós kilómetros deRawson, capital del Chubut, que no dispone de aeropuerto propio.

La distancia geográfica de las capitales argentinas

42

Salta 520.683

San Juan 461.000

Santa Fe 391.164

Corrientes 346.334

Resistencia 290.723

Posadas 275.028

Jujuy 257.970

Santiago del Estero 252.192

Paraná 247.139

Neuquén 231.198

Formosa 222.226

La Rioja 178.872

San Luis 169.947

Catamarca 159.139

Santa Rosa 102.860

Río Gallegos 95.796

Ushuaia 56.593

Viedma 52.789

Rawson

+ Trelew

22.493

+ 97.915

Fuente: Elaboración propia en base a datos del INDEC.Veamos ahora, entonces, cuál es la distancia entre cada una de las ciudades

mencionadas y el kilómetro 0 de las rutas nacionales ubicado en la plaza de los Dos

Congresos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para lo cual se han tomado las

indicaciones de Google Maps.

Las capitales más cercanas al binomio Buenos Aires-La Plata, las constituyen

Santa Fe-Paraná, alcanzando una distancia máxima de 500 km, lo que permite un

contacto relativamente sencillo. Luego las distancias van in crescendo desde Santa

Rosa con 612 km, seguida de Córdoba y San Luis que superan los 700 km, hasta la

mayor parte de las ciudades capitales que en general distan alrededor de 1000 km

de la Capital Federal.

Las más alejadas son Tucumán, Salta y Jujuy en el NOA, que van de 1249

hasta 1494 km; y sin duda las de la Patagonia más austral, desde Rawson a 1371 km, y

Río Gallegos a 2507 km hasta Ushuaia, que se encuentra a 3076 km, de los cuales

200 corresponden al sector chileno de la Tierra del Fuego, separados incluso por el

estrecho de Magallanes, implicando una complejidad extrema en cuanto a

accesibilidad.

La distancia geográfica de las capitales argentinas

43

Tabla Nro. 2: Distancia de las capitales argentinas al AMBA por las carreteras demejor estado en kilómetros – 2015

CIUDAD CAPITAL y SU CONURBANO Distancia al AMBA por carretera en km

Santa Fe 469

Paraná 500

Santa Rosa 612

Córdoba 701

San Luis 790

Corrientes 909

Viedma 914

Resistencia 936

Posadas 1001

Santiago del Estero 1048

Mendoza 1051

Formosa 1099

San Juan 1116

La Rioja 1131

Catamarca 1131

Neuquén 1139

Tucumán 1249

Rawson + Trelew 1371

Salta 1464

Jujuy 1494

Río Gallegos 2507

Ushuaia 2876 y 200 en Chile

+ ADUANAS

Y FERRY

Fuente: Elaboración propia en base a datos Google Maps.

Las distancias por vía terrestre

Si tomamos las distancias vía terrestre circulando en automóvil por las rutas

de mejor estado, sin duda, las ciudades de Santa Fe, Paraná, Santa Rosa y Córdoba,

se encuentran a menos de siete horas de conducción, lo que permite un

desplazamiento aceptable, aunque no ideal, hacia la capital del país.

Ya San Luis, Corrientes, Viedma, Resistencia, Posadas, Mendoza, Santiago del

Estero, Catamarca, La Rioja, Formosa, San Juan, Neuquén y Tucumán, presentando

entre 8 y 13 horas de conducción, requerirían de dos personas que se alternaran o

bien, más de una parada de descanso, llevando el trayecto a dos o tres horas más.

Y en el caso de Rawson-Trelew, Salta, Jujuy, Río Gallegos y Ushuaia, la

La distancia geográfica de las capitales argentinas

44

distancia terrestre se convierte en un gran obstáculo. Mucho más en el caso de las

ciudades patagónicas, cuando en período invernal las rutas se encuentran cubiertas

de nieve o hielo que las hace casi intransitables, llegando al límite de considerar a la

distancia geográfica como infinita.

Desde ya que, en ómnibus de larga distancia, si bien la cantidad de horas de

desplazamiento es algo mayor, según los servicios de que se disponga, puede tenerse

un mayor descanso corporal y mental, lo que puede redundar en tolerar una mayor

cantidad de horas a bordo. De todos modos, consideramos que el límite que la

mayoría de los pasajeros tolera es menor a doce horas, lo que nos muestra una gran

ventaja posicional para las ciudades de Santa Fe, Paraná, Santa Rosa, Córdoba, San

Luis, Corrientes y Resistencia.

Por otra parte, Santiago del Estero, Viedma Mendoza, Posadas, La Rioja,

Formosa, San Juan, Catamarca, Tucumán y Neuquén cuentan con servicios que

oscilan entre doce y dieciséis horas; teniendo la peor parte Rawson-Trelew, Salta y

Jujuy con recorridos con una duración de entre diecinueve y veintiuna horas.

Sin embargo, los destinos más críticos desde el punto de vista del trayecto

terrestre lo tienen las ciudades de Río Gallegos con treinta y seis horas de viaje, y

Ushuaia, que con trasbordo en la capital santacruceña y sin viento en el estrecho de

Magallanes, pueden considerarse cuarenta y ocho horas netas a bordo de un micro.

La distancia geográfica de las capitales argentinas

45

Tabla Nro. 3: Distancia de las capitales argentinas al AMBA por las carreteras demejor estado en horas de automóvil y en ómnibus - 2015

CIUDAD CAPITAL

y SU CONURBANO

Distancia al AMBA en

automóvil

por carretera en horas y

minutos

Distancia hacia

la terminal de ómnibus de

Retiro3 en horas y minutos

en el servicio más rápido

Santa Fe 4,58 5,45

Paraná 5,15 6,00

Santa Rosa 6,42 7,35

Córdoba 6,44 8,35

San Luis 8,45 9,50

Corrientes 9,27 10,40

Resistencia 10,10 11,50

Santiago del Estero 11,35 12,35

Viedma 10,03 12,40

Mendoza 11,11 13,00

Posadas 10,18 13,10

La Rioja 11,51 13,30

Formosa 11,57 13,30

San Juan 12,16 13,45

Catamarca 11,37 14,15

Tucumán 12,45 14,35

Neuquén 12,30 15,20

Salta 15,33 19,10

Rawson + Trelew 14,53 19,15

Jujuy 16,23 20,15

Río Gallegos 26,00 36,00

Ushuaia 33,00 48,00

Fuente: Elaboración propia en base a datos de Central de Pasajes.

Las distancias por vía aérea

En cambio, por vía aérea, si tomamos en cuenta no sólo las horas de vuelo,

sino también la espera mínima en el aeropuerto (una hora) y las frecuencias, la

distancia geográfica se aplana, modificando la situación considerablemente. Mientras

que en Santa Fe – Paraná se ahorran tres horas, en el caso de Río Gallegos, se

disminuyen veintidós horas de viaje, y en Ushuaia veintisiete.

3 La terminal de ómnibus de Retiro, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es la que ofrece mayorcantidad de servicios de larga distancia a todo el país.

La distancia geográfica de las capitales argentinas

46

Tabla Nro. 4: Distancia de las capitales argentinas al AMBA por vía aérea en horas devuelo más espera en aeropuerto - 2015

CIUDAD CAPITAL

y SU CONURBANO

Distancia al AMBA en horas de vuelo más

espera mínima en aeropuerto

Santa Fe 2,00

Paraná 2,00

Santa Rosa 2,20

Córdoba 2,20

San Luis 2,25

Corrientes 2,25

Viedma 2,30

Resistencia 2,35

Posadas 2,35

Mendoza 2,45

Santiago del Estero 2,45

Catamarca 2,50

La Rioja 2,50

Formosa 2,55

San Juan 2,55

Neuquén 2,55

Tucumán 2,55

Rawson + Trelew 3,00

Salta 3,00

Jujuy 3,15

Río Gallegos 4,10

Ushuaia 5,55

Fuente: Elaboración propia en base a datos Google Maps.

Sin embargo, hay otro factor muy importante a tener en cuenta,

imprescindible para medir las distancias desde un medio de transporte público, y son

las frecuencias.

Y para eso hemos tomado la cantidad de vuelos programados en las páginas

de Aerolíneas Argentinas y de LAN, que son las empresas que tienen frecuencias

permanentes a la mayoría de los destinos.

A partir de la Tabla Nro. 5, podremos observar que Córdoba Capital, la

segunda ciudad del país, es la que cuenta con mayor conectividad, con alrededor de

diecisiete vuelos diarios, seguida por Mendoza con catorce. Mientras tanto Salta,

Neuquén, Tucumán y Ushuaia mantienen una buena frecuencia con ocho vuelos al

La distancia geográfica de las capitales argentinas

47

día, llegando exactamente a la mitad las ciudades de Santa Fe, San Juan, Rawson-

Trelew y Río Gallegos.

Corrientes, Resistencia, Posadas y Jujuy tienen un promedio de tres vuelos

diarios; y San Luis, Santiago del Estero y Formosa solamente dos.

Pero la situación se presenta sumamente crítica en Catamarca y La Rioja en

que no hay vuelos diarios y sus distancias por carretera ascienden a más de once

horas. Algo similar ocurre con Viedma, capital de la provincia de Río Negro, que, con

diez horas de trayecto terrestre, cuenta con sólo tres vuelos semanales.

Santa Rosa y Paraná se encuentran en una situación similar, pero en el caso

de la primera está a menos de siete horas por tierra, y en el segundo, cuenta con el

aeropuerto de Santa Fe, a escasos 53 km.

Tabla Nro. 5: Frecuencia de vuelos mensuales desde el AMBA hasta las capitales

provinciales - 2015

CIUDAD CAPITAL y SU CONURBANO Cantidad de vuelos mensuales

Córdoba 510

Mendoza 420

Salta 300

Neuquén 270

Tucumán 240

Ushuaia 240

Santa Fe 120

San Juan 120

Rawson + Trelew 120

Río Gallegos 120

Corrientes 90

Resistencia 90

Posadas 90

Jujuy 90

San Luis 60

Santiago del Estero 60

Formosa 60

Catamarca 24

La Rioja 20

Paraná 16

Santa Rosa 16

Viedma 12

Fuente: Elaboración propia en base a datos de las empresas Aerolíneas Argentinas y LAN.

La distancia geográfica de las capitales argentinas

48

Conclusiones

Considerando que la distancia geográfica dependerá de la necesidad de

comunicación entre dos sitios, y que las capitales de las provincias argentinas

mantienen una gran dependencia política y económica con la Ciudad de Buenos

Aires y su conurbano, se han establecido parámetros que nos permitieron medir el

grado de accesibilidad de cada una de ellas para el transporte de pasajeros.

Para nuestro análisis hemos considerado tanto el kilometraje como el tiempo

de desplazamiento estimado en automóvil y ómnibus de larga distancia, y también

el referido a vuelos y su frecuencia.

Respecto de los traslados por vía terrestre, existe una relativa correlación,

aunque no idéntica, entre la distancia en kilómetros y el tiempo de viaje,

complejizada en algunos casos, por el estado de los caminos, el relieve o condiciones

meteorológicas; o bien como en el caso de Ushuaia, ante la necesidad de traspasar

doblemente la frontera con un país vecino, así como tener que cruzar un curso de

agua mediante una balsa en una zona inhóspita y de clima adverso.

No obstante, tomando como referencia el tráfico aéreo, tanto por tiempo de

vuelo y espera en aeropuertos, como por frecuencias, la situación se modifica

considerablemente, aplanándose las distancias, favoreciéndose especialmente, las

ciudades más alejadas.

Sin embargo, no todos los bolsillos están en condiciones de acceder al

transporte aéreo, amén de la escasa oferta en relación con las demandas de los sitios

más alejados del Área Metropolitana de Buenos Aires, por lo que, tomando en

cuenta el conjunto de modos de transporte, hemos establecido tres categorías en

cuanto a la distancia geográfica que separa a las capitales provinciales del sitio con el

cual les es necesario comunicarse.

Las ciudades que se encuentran a menor distancia geográfica de Buenos Aires,

según nuestro análisis, serían Santa Fe, Córdoba, Paraná, Corrientes, Santa Rosa, San

Luis, Mendoza y Resistencia.

En una situación intermedia, estarían Posadas, Viedma, Santiago del Estero,

San Juan, Neuquén, Tucumán y Formosa.

Y las que tendrían mayores dificultades de accesibilidad serían La Rioja, Salta,

Catamarca, Rawson-Trelew, Ushuaia, Río Gallegos y San Salvador de Jujuy.

Esta situación es dable de ser modificada tanto mediante la inversión en

infraestructura ferro-vial y aeroportuaria como por la modernización de la flota y

La distancia geográfica de las capitales argentinas

49

aumento de la frecuencia de los servicios.

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Número 1 – Año 2016 – Versión digital

https://boletingeoecon.wordpress.com

50

“Japón: la crisis de estancamiento”, de Joseph Halevi y Bill

Lucarelli

Diego Solimeno (UNMP)

[email protected]

Alan Rebottaro (UNLu)

[email protected]

Una primera aproximación geográfica

La geografía permite pensar y entender el capitalismo. Así, la realidad,

materializada en los procesos económicos y financieros que se desarrollan dentro de los

Estados, se puede explicar en clave geográfica. En este sentido, "Japón: la crisis de

estancamiento", de Joseph Halevi y Bill Lucarelli, publicado primero en ingles en Monthly

Review y posteriormente en la Revista Globalización en el año 2002, toma ese rumbo.

Japón es uno de los países en donde el capitalismo se desarrolló con más potencia

luego de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, este desarrollo conllevó ciertos

límites, propios del sistema, que se geografizan en forma de crisis y estancamientos

económicos. Estos procesos fueron detalladamente analizados por los autores

mencionados hace casi veinte años y hoy en día continúan teniendo vigencia. Al mismo

tiempo consideramos que el análisis propuesto para el caso nipón es un gran aporte para

la geografía económica. De esta manera este trabajo se propone realizar un comentario

sobre el artículo mencionado, poniéndolo en el contexto de la crisis económica capitalista

Japón: la crisis de estancamiento

51

actual, resaltando procesos que ayuden a comprender la crisis económica en clave

geográfica.

En función de este análisis, la crisis del Japón es producto de factores internos y

externos a éste. Entre los factores internos se destacan su envejecimiento progresivo y la

pérdida relativa de demanda efectiva de su mercado interno. Por otro lado entre los

factores externos se destaca la pérdida de competitividad que se produjo (sobre todo en

los años 80 y 90) debido a la sobrevaluación del yen respecto al dólar. Este fenómeno

quitó competitividad a las manufacturas de exportación niponas, motor de su desarrollo

y entre otros factores impulsó la salida de capitales industriales que buscaron ventajas

competitivas en diferentes partes del mundo, pero sobre todo en el sudeste asiático. Es

decir, que el papel que cumple como hegemón en la región significó que la respuesta a

la crisis de sobreacumulación sea el traslado geográfico de parte de su industria hacia los

llamados "tigres asiáticos".

Japón y la industria de posguerra

Luego de la Segunda Guerra Mundial, la progresiva y destacada participación de

Japón en el comercio internacional a través de la exportación de manufacturas no fue

casualidad. Todo sucede en un contexto histórico y, en este caso, el contexto está

marcado por la geopolítica. Las guerras de Corea (1950-1953) y Vietnam (1965-1975)

desarrolladas en el seno de la confrontación política entre Estados Unidos y la Unión de

las Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S), convirtieron a Japón en un aliado de la

potencia norteamericana en Asia del Este.

Este acuerdo no solo fue militar sino también, y fundamentalmente, económico.

Así, Japón experimentó un crecimiento industrial significativo, conducido por el aparato

del Estado, los principales bancos estatales y privados y un puñado de conglomerados de

empresas, significativamente poderosas y dedicadas a la industria pesada: acero,

petroquímica, automóviles, maquinaria industrial, y maquinaria eléctrica. Las

manufacturas con alto valor agregado fueron el eje del desarrollo de la economía

japonesa. Este sector industrial, impulsado y protegido por el contexto político externo e

Solimeno – Rebottaro

52

interno, produjo excedentes y productividad que generaron un círculo virtuoso que dio

impulso a la economía local.

También es de destacar la gran influencia que tuvo el Estado en este particular

crecimiento económico. El gobierno japonés, a través de sus ministerios, se propuso

desarrollar sectores clave de la economía que implicaran cierta complejidad industrial. Es

decir que el Estado, como motor político y burocrático de este crecimiento, cumplió un rol

fundamental orientando las inversiones hacia la construcción de infraestructuras como

caminos y puertos, para beneficiar a los oligopolios económicos y desarrollar sus

plataformas de exportación.

Por otra parte, la alta productividad de los trabajadores se debía, en parte, a la

explotación laboral de los mismos, ya que los salarios no fueron prioridad de las clases

dirigentes japonesas, por lo tanto, las ganancias tenían posibilidad de ser reinvertidas en

busca de más productividad. Halevi y Lucarelli nombran a este desarrollo como

"egoísta". Tal denominación expresa un exceso de sutileza. Lo que sucede no es más que

el desarrollo de la industria capitalista japonesa y, por tanto, como ocurre en todos los

países capitalistas, no hace otra cosa que beneficiar al capital perjudicando las

condiciones laborales, y en último término, la vida de los trabajadores.

El resultado de esto fue la emergencia de una estructura industrial ampliamente

oligopólica, dominada por unos cuantos "keiretzu", como Mitsui, Mitsubishi y Sumitomo.

Estos grandes conglomerados mostraban una pauta altamente jerárquica a través de sus

sistemas de subcontratación con las empresas pequeñas y medianas (SMEs) o chusho-

kigyo.

Del “milagro” a la retracción, el estancamiento y la crisis

El desarrollo económico de Japón luego de la Segunda Guerra Mundial se había

caracterizado por la acumulación de grandes reservas de divisas, a partir de excedentes

comerciales, lo que condujo a la apreciación de su moneda, el yen. Este proceso, a simple

vista conduciría a la pérdida de competitividad, pero en este caso fue contrarrestado por

una estrategia basada de exportación de capitales, a través de inversión extranjera

directa (IED), hacia la zona geográfica e histórica de influencia japonesa, es decir el

Japón: la crisis de estancamiento

53

Sudeste Asiático. Al mismo tiempo, la pérdida de competitividad del yen y la posible

pérdida del mercado norteamericano, fue combatida entablando una relación reciproca

con EE.UU, en base a acuerdos económicos y financieros.

Desde hace décadas el país norteamericano ha tenido una balanza comercial

deficitaria y Japón funcionó como el principal prestamista para acomodar dichos

desbalances. A cambio de esto, Japón aseguraba su acceso al mercado doméstico de

EE.UU, que proporcionaría un crecimiento expansivo de la economía guiada por las

exportaciones, no solo de mercancías sino, fundamentalmente, de capital.

Las estrategias mencionadas fueron efectivas parcialmente ya que el

estancamiento que acompaña a la madurez económica se hizo insalvable. En palabras

de Halevi y Lucarelli, la crisis japonesa tiene que ver con un exceso de liquidez y un

proceso de sobreacumulación.

Las políticas monetarias expansionistas que se dieron desde los ´70 apreciaron el

yen en relación al dólar pero al no equilibrarse la relación económica EE.UU./Japón

condujo a que este último acumulara gran cantidad de dólares norteamericanos,

posicionándose como uno de los principales financistas del déficit comercial

norteamericano.

La continua acumulación de reservas en divisas, el aumento de la capacidad

productiva y una demanda efectiva estancada, finalmente desembocaron en una crisis

de sobreacumulación. Esta situación de crisis condujo a que las empresas japonesas

aceleraran la deslocalización industrial hacia el sudeste asiático como la principal

estrategia para mantener las ganancias.1

De esta manera, las corporaciones japonesas, comenzaron a apropiarse de

beneficios muy significativos al producir a bajos costos para luego exportar los bienes

terminados desde estos países hacia Europa y EE.UU.2

Los autores destacan esta situación de la siguiente manera: “El mercado

doméstico japonés no podía él mismo actuar como la máquina propulsora del

crecimiento mientras los salarios reales se arrastraban detrás del crecimiento productivo.

La IED proveía sitios con bajos costos de producción en el Asia del Este que permitían a

las corporaciones japonesas exportar hacia los mercados con altos salarios en Europa y los

Estados Unidos. En esencia, el Japón buscó "mantener su estrategia exportadora,

Solimeno – Rebottaro

54

‘regionalizándola". A través de la IED se buscaban sitios de producción con bajos costos

que sirvieran como plataformas de exportación hacia los mercados de consumo

extraregionales.

Conclusiones

En síntesis, la relocalización de la actividad industrial japonesa (no de los sectores

estratégicos y de alta tecnología sino de manufacturas de consumo) hacia su entorno

más próximo, hacia los países de la región, los llamados “tigres asiáticos” incluida China,

fue la “salida geográfica” a su crisis de sobreacumulación, y con esto estamos diciendo:

sobrecapacidad productiva, caída de la tasa de ganancias, pérdida de competitividad

internacional, sobrevaluación de la moneda, estancamiento del mercado interno y

exportación de la crisis3. Todas consecuencias inherentes, como dicen los autores, de su

madurez económica capitalista que lo hará pasar de ser una nación exportadora de

capital a otra de carácter rentista.

Más allá del caso japonés, lo importante es destacar que estos procesos no son

acontecimientos aislados sino que, como vaticinaron los autores hace casi quince años,

estamos frente a un nuevo episodio en la crisis del régimen capitalista de posguerra.

Notas

1 A estas alturas, no podemos dejar de lado el reordenamiento de la división internacional del trabajo en

las últimas cuatro décadas. Sin esta aclaración sería imposible dimensionar el despliegue que han tenido,

por un lado, las inversiones japonesas en la región y, por otro, sus mercados de ultramar.

El esquema clásico de la división internacional del trabajo (DIT), se basaba, en pocas palabras, en la

especialización productiva de los países, una diferenciación de las exportaciones impuesta por los países

centrales, imperialistas, a los países periféricos. Los países centrales se encargaban, fundamentalmente, de

producir bienes terminados y complejos (barcos, locomotoras) que, aparte de introducirlos en sus propias

geografías, vendían a los países periféricos, cuya función era exportar materias primas.

Japón: la crisis de estancamiento

55

Así estaba constituido este círculo vicioso capitalista. Un sistema impuesto por los países imperialistas con el

fin de hacerse del control de los recursos naturales, mercados y mano de obra de un gran número de países

subordinados.

La creciente competitividad de los Estados en la economía mundial, el aumento del costo de la mano de

obra y, entre otras cosas, el encarecimiento de ciertas materias primas (por ejemplo durante el desarrollo

de la Crisis del Petróleo de 1973) trastocó este esquema, reduciendo considerablemente las tasas de

ganancias que se obtenían.

Si observamos el desarrollo económico japonés de posguerra vemos que para 1948, las exportaciones

japonesas representaban 0,4% del total mundial (vale aclarar la destrucción generada por la segunda

guerra mundial). Con el correr de los años y las décadas, tras el “milagro” japonés se produjo el crecimiento

de esta participación hasta alcanzar en el año 1993 9,9% de las exportaciones mundiales, situándolo como

la tercer economía mundial teniendo en cuenta esta variable. Los datos siguientes muestran como el

proceso de deslocalización industrial mencionado anteriormente provoco, entre otros factores, una caída

rotunda de la participación japonesa llegando a 2013 con 3,9% de participación. Es decir, que en veinte

años la participación japonesa en las exportaciones mundiales descendió casi tres veces. Al mismo tiempo,

muchos países del Sudeste Asiático aumentaron considerablemente su participación en las exportaciones

mundiales.2 Al mismo tiempo, Japón colocó parte de sus beneficios productivos en la compra de acciones y bienes

inmuebles. Este proceso, como tal, consolidó la posición japonesa en la región, ubicándolo como el principal

inversor, colaborando con el desarrollo industrial de la misma y aumentando los flujos comerciales

bilaterales.3 Como afirman Halevi y Lucarelli, los únicos componentes de demanda efectiva que todavía mantienen a

flote a la economía japonesa son el gasto del gobierno y las exportaciones.

Para acceder al artículo:

https://ar.groups.yahoo.com/neo/groups/redgeoecon/conversations/messages/8203

Número 1 – Año 2016 – Versión digital

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56

América Latina: las etapas del desarrollo económico–social

Aníbal Gejo

América Latina y su inserción en el mundo

A pesar de conformar un conjunto heterogéneo y variopinto las naciones

latinoamericanas recorren –a partir de la independencia- trayectorias paralelas.

En primer lugar comienza para las naciones recién emancipadas lo que el

historiador Tulio Halperín Donghi ha denominado la “larga espera”, durante la cual el

derrumbe de los imperios iberoamericanos no permite la instauración de un nuevo

orden: es un período caracterizado por las permanentes luchas intestinas entre caudillos y

“señores de la guerra” surgidos de las guerras de independencia.

Entre 1850 y 1880 las economías latinoamericanas se integran al mercado

internacional. Producen y exportan materias primas agropecuarias y minerales e

importan bienes manufacturados. Mecanismo esencial de la división internacional del

trabajo estructurada alrededor de Gran Bretaña “el taller del mundo.”

Entre 1880 y 1930 el orden neocolonial alcanza su maduración. Los países

latinoamericanos viven un vertiginoso crecimiento extravertido que la crisis de 1929 pone

fin al desorganizar las corrientes comerciales internacionales. El derrumbe del mundo

liberal es también el de la hegemonía británica y el definitivo ascenso de Estados Unidos,

ya dominante en el espacio caribeño.

Entre 1930 y 1970 la industrialización latinoamericana sienta las bases del

desarrollo hacia adentro. Sin embargo, los limitados espacios de autonomía económica

creados durante el período de entreguerras se desvanecen ante el arrollador avance de

América Latina: Las etapas del desarrollo económico – social

57

los intereses estadounidenses. Tras la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos se

convierten en la metrópoli exclusiva de toda la región.

Entre 1970 y 2000 los acalorados debates en torno al desarrollo nacional y la

narrativa de la industrialización se desvanecen. El endeudamiento externo arruina las

economías de la región. Las sucesivas políticas de apertura de la economía, desregulación

y privatizaciones transfieren el control de lo que resta de los mercados internos a

empresas transnacionales. Incluso los incipientes procesos de integración regional

(Mercosur) son crecientemente controlados por firmas extranjeras principalmente

estadounidenses.

A partir del 2000 parece abrirse un nuevo ciclo: en un momento en que los

Estados Unidos se muestran más preocupados por lo que sucede en otros lugares del

mundo (Oriente Medio y Europa), el ascenso asiático (chino y en menor medida indio)

permite un ciclo expansivo con base en la exportación de materias primas agropecuarias

y minerales. La influencia china en América Latina se proyecta más allá de lo comercial:

sus inversiones en infraestructura, energía y manufacturas le aseguran estrechos lazos con

las experiencias políticas surgidas del derrumbe neoliberal de 1999-2003. ¿Sustituirá el

gigante asiático a la gran potencia del norte? ¿Cumplirá China a comienzos del siglo XXI

un papel semejante al cumplido por Gran Bretaña a fines del siglo XIX como observan

algunos analistas?1 Tras la “industrialización trunca” ¿Se encamina América Latina hacia

un proceso de reprimarización?

La apertura al mundo (1860-1930)

Entre la sexta década del siglo XIX y la Gran Depresión las naciones

latinoamericanas sufren una radical transformación. El eje del proceso es la plena

incorporación de las economías de la región al mercado mundial a través del crecimiento

vertiginoso de las exportaciones agropecuarias y minerales, a las que el rápido progreso

de los transportes marítimos permiten ahora encontrar fácilmente el camino de una

Europa ávida de alimentos y materias primas a bajo precio.

Los sectores económicos dominantes encuentran en la nueva coyuntura un

terreno propicio para la homogeneización de sus intereses y la superación definitiva de

las endémicas guerras civiles entre las distintas facciones regionales. El “pacto de

1 Escudé, Carlos, China, una oportunidad histórica, en La Nación, Buenos Aires, 26/07/11.

Gejo

58

dominación oligárquica”2 se expresa en la definitiva consolidación de los estados

nacionales que, a través de un conjunto de nuevos instrumentos (militares,

administrativos, crediticios, etc.), comienzan a canalizar recursos para favorecer el

proceso de acumulación primario-exportadora. En primer lugar, fuerzas militares

profesionales someten vastos territorios indígenas y aplastan los últimos levantamientos

de los caudillos que han quedado al margen del pacto oligárquico. En segundo lugar, un

funcionariado de nuevo tipo impone la nueva legislación liberal que regula los contratos

entre privados (es la época del lanzamiento de los Códigos nacionales). En tercer lugar,

los nuevos estados, apuntalados por empréstitos externos, llevan a cabo importantes

obras de infraestructura –caminos, puentes, ferrocarriles, puertos, sistemas de

comunicación postales y telegráficos- que favorecen los diferentes booms económicos

regionales: el petróleo mexicano, el cacao ecuatoriano, el salitre chileno, el café paulista,

las carnes y los cereales rioplatenses, etc.

La prosperidad tiene en principio una estrecha base primaria: son los sectores

terratenientes y mineros los que ascienden en esta formidable coyuntura económica

beneficiados por la pax oligárquica, las inversiones en infraestructura y el incremento de

las exportaciones primarias. Estos sectores, enriquecidos por la extraordinaria valorización

de la tierra y la especulación comercial, consideran la propiedad de la tierra como un

refugio y un símbolo de posición social. Sin embargo, se muestran muy activos e incluso

comienzan a realizar inversiones considerables: los ganaderos rioplatenses alambran los

campos, refinan sus ganados y construyen en las ciudades residencias espectaculares,

palacios o petits hotels… Las inversiones actualizan un esquema de distribución de tareas

que viene de atrás: la comercialización, el transporte marítimo y ferroviario quedan a

cargo de los capitales extranjeros, principalmente británicos; las clases dominantes locales

se reservan las actividades primarias. Este esquema comienza, sin embargo, a ser

superado en el sentido de una mayor penetración de los capitales extranjeros; es el caso

de la minería y fundamentalmente el de la explotación petrolera que rápidamente es

controlada por manos extranjeras3.

Sin bien, el núcleo de esa prosperidad primaria-exportadora recae en las clases

terratenientes y mineras, su extraordinario dinamismo permite el surgimiento de una

2 Oszlack, Oscar, Formación histórica del Estado en América Latina: elementos teórico-metodológicos parasu estudio.3 Halperín Donghi, Tulio, Historia Contemporánea de América Latina, Buenos Aires, Alianza, 1993, pág. 221.

América Latina: Las etapas del desarrollo económico – social

59

clase media urbana, y en menor medida rural. En los países grandes (México, Brasil,

Argentina) la expansión primaria habilita abundantes tierras a los cultivos de

exportación. En México el avance sobre las tierras de las comunidades indígenas

consolida a nuevos terratenientes pero también permite que modestos comerciantes de

las ciudades de provincias se apoderen de tierras antes indígenas. En Brasil y

Argentina el avance sobre vastas áreas vacías promueve una amplia corriente

inmigratoria proveniente de Europa que alimenta un limitado pero sólido proceso de

colonización agrícola. En las pampas rioplatenses y las planicies paulistas, pequeños

propietarios y arrendatarios, en gran parte de origen inmigratorio, acceden a tierras

hasta entonces marginales pero no logran quebrar la hegemonía de las poderosas clases

terratenientes locales y las casas comerciales extranjeras. La crisis de 1890 pone fin al

proceso de colonización y el flujo inmigratorio –rápidamente recuperado tras la crisis-

encuentra refugio en las ciudades del litoral atlántico alimentando un vigoroso proceso

de urbanización. Las ciudades (Buenos Aires, Rosario, San Pablo y Montevideo)

crecen; en ellas los extranjeros encuentran empleo en un amplio abanico de actividades

comerciales, administrativas y manufactureras, que van dando forma a una numerosa y

próspera clase media urbana y también a una incipiente clase obrera que va ensayando

sus primeras formas organizativas (sociedades mutuales y gremiales), alentadas y

sostenidas por una minoría de militantes anarquistas y socialistas.

Fuertemente dependientes de la economía primaria-exportadora, las clases

medias pronto impugnan el pacto de dominación oligárquica pero, en la mayor parte

de los casos, carecen de programa económico alternativo. Su temprana movilización

política, en las últimas décadas del siglo XIX, busca romper el exclusivismo oligárquico

mediante la democratización del sistema político, hasta entonces monopolio de las clases

terratenientes y mineras. En las primeras décadas del siglo XX, desde la vía

revolucionaria en México (donde el alzamiento maderista cuenta con el apoyo de

sectores medios rurales y urbanos) hasta la democratización pacífica en Argentina

(donde el radicalismo triunfante se apoya en las clases medias urbanas y rurales del

Litoral) se consolidan un conjunto de experiencias políticas sostenidas en gran parte por

las capas medias y en menor medida asalariadas.

Gejo

60

Mirando hacia adentro (1930-1970)

La crisis mundial abierta en 1929 provoca un efecto devastador sobre América

Latina: la contracción del volumen físico de las exportaciones, la aún más drástica caída

de los precios de los productos agropecuarios y minerales y la correlativa disminución de

la capacidad importadora sacuden los cimientos de las economías de la región.

La brutal contracción de la producción y el comercio ocasiona el inmediato

derrumbe, entre 1930 y 1933, de la mayor parte de las experiencias políticas que se han

consolidado durante la pasada prosperidad: entre otras el derrocamiento del radicalismo

yrigoyenista en Argentina (1930), la destitución de Carlos Ibáñez en Chile (1931) y la

instalación de la dictadura de Gabriel Terra en Uruguay (1933). Si bien en muchos casos

se abre camino a una restauración de la hegemonía de los tradicionales sectores

terratenientes y mineros, las urgentes medidas implementadas orientadas a paliar los

desequilibrios generados por la crisis, van desplegando, poco a poco, las bases de un

nuevo modelo económico en el cual la industrialización se convierte en elemento

esencial de la reactivación económica.

Desde México hasta el Río de la Plata, los estados asumen nuevas funciones que

se traducen en un complejo aparato económico y financiero (control de cambios, juntas

reguladoras, bancos centrales, etc.). Esta expansión de las funciones del estado crea un

clima más favorable para la diversificación de la economía: es en estos años cuando la

industrialización sustitutiva de importaciones realiza avances significativos en el

sector de bienes de consumo para el mercado interno: alimentos y bebidas, textiles y

comienza a extenderse hacia la metalurgia liviana.

Esa industrialización todavía parcial tiende a acentuar los desequilibrios

regionales surgidos durante la economía primaria exportadora. La industrialización

avanza en las grandes concentraciones urbanas donde un mercado interno en expansión

es engrosado con las migraciones internas resultado del estancamiento de las actividades

agropecuarias y mineras. Es el período del crecimiento de los arrabales de la ciudad de

México, del cinturón industrial de Sao Paulo y del Gran Buenos Aires, etc.

La industrialización promueve una complejidad social mayor. Si bien una fracción

de los sectores tradicionales se vuelca a la actividad industrial, son sectores sociales

vinculados directamente a la industrialización los que ganan protagonismo: pequeños y

América Latina: Las etapas del desarrollo económico – social

61

medianos industriales y especialmente una clase obrera, amplificada por las

migraciones internas, que se integra en un ya denso mundo fabril constituido por

algunos grandes establecimientos y una multitud de pequeños talleres.

Esta constelación de fuerzas sociales es la base de sustentación de los populismos

clásicos4 que se consolidan fundamentalmente tras la Segunda Guerra Mundial en el

marco de una pequeña pero fugaz bonanza de precios internacionales debida a la

reconstrucción europea. El cardenismo en México, el varguismo en Brasil y el

peronismo en Argentina expresan, aunque de manera compleja y contradictoria, la

transitoria alianza/convergencia de intereses entre la burguesía industrial y las clases

trabajadoras y campesinas, marco favorable para la profundización de la

industrialización y la ampliación del mercado interno.

Las experiencias populistas satisfacen las expectativas de trabajadores y

consumidores urbanos y rurales a costa del sector primario-exportador. En México, una

reforma agraria que afecta a veinte millones de hectáreas distribuidas entre campesinos

comunitarios y la nacionalización de los pozos petroleros (1938) provoca una oleada de

solidaridad nacional que convierte al gobierno de Cárdenas en “el gobierno de todos los

mexicanos”5. En Argentina, la nacionalización del comercio exterior (1946), impulsada

por el peronismo, permite el financiamiento de un abanico de políticas sociales que, junto

con el control político de los sindicatos, buscan la integración/subordinación de unas clases

trabajadoras demasiado numerosas y muy movilizadas.

El desarrollo de las industrias básicas (acero y energía) iniciado en los cuarenta en

parte por preocupaciones militares e ideológicas, coincide con el agotamiento del sector

primario que se muestra incapaz de seguir sosteniendo los esfuerzos de industrialización y

el resquebrajamiento definitivo de la alianza populista.

A mediados de los cincuenta la entrada masiva de inversiones provenientes del

extranjero coincide con el ascenso del desarrollismo iniciado con la administración de

Juscelino Kubitschek en Brasil y Arturo Frondizi en Argentina. El núcleo de la

propuesta desarrollista busca canalizar la inversión extranjera hacia el sector industrial

4 Zanatta, Loris, Historia de América Latina. De la Colonia al siglo XXI, Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores,2012.5 Halperín Donghi, Tulio, Historia Contemporánea de América Latina, Buenos Aires, Alianza, 1993, pág. 423-424.

Gejo

62

que produce bienes de consumo duraderos, y en particular la industria del automóvil,

mediante la instalación de filiales de empresas productoras estadounidenses y europeas;

busca también atenuar los desequilibrios regionales arrastrados desde la expansión

primaria-exportadora: en Brasil este salto en la industrialización se complementa con el

traslado de la capital a un desierto rincón del interior; en Argentina, las inversiones

automotrices, metalmecánicas y petroleras constituyen la base del despegue industrial

cordobés y de otras ciudades del interior.

No obstante, el impacto social de la industrialización desarrollista es en

muchos aspectos diferente del de la etapa previa. En primer lugar, si las industrias

livianas utilizan bienes y equipos relativamente sencillos contribuyen a una ampliación

significativa del empleo industrial; las nuevas industrias -en cambio- se insertan en ramas

capital-intensivas que amplían las filas de la una clase obrera más calificada y mejor

pagada pero con escaso impacto en el nivel de empleo. En segundo lugar, las industrias

livianas producen bienes de consumo masivo (alimentos, textiles, etc.) para amplios

mercados constituidos por las clases populares; en cambio, las nuevas industrias vuelcan

su producción de bienes de consumo duradero (automóviles) sobre los sectores medios

altos de la sociedad.

El desarrollismo encuentra sus apoyos más sólidos en las clases medias y altas.

En la cima de la sociedad comienza a consolidarse una burguesía

transnacionalizada que ocupa posiciones en detrimento del viejo empresariado

urbano mercado-internista. Más abajo, la mayor complejidad de la economía se expresa

en unas clases medias más sofisticadas y diferenciadas que han aceptado de

manera entusiasta los nuevos patrones de consumo introducidos por la industrialización

desarrollista y se lanzan de lleno en la era del automóvil, los grandes paseos de compras

y las zonas residenciales y recreativas situadas en la periferia de las grandes ciudades6.

Los descontentos con la industrialización desarrollista no son pocos. Su tumultuosa

entrada en escena, hacia fines de los sesenta, coincide con un nuevo clima de ideas que

irrumpe a escala mundial. Si los sucesos de Paris, Praga y México conmueven a los

jóvenes latinoamericanos y de todo el mundo, las vastas repercusiones de la revolución

cubana y sus sucesivos llamamientos a la “exportación de la revolución” movilizan a

miles de ellos y desatan una oleada de rebelión continental. Es así como hacia 1969 una

6 Halperín Donghi, Tulio, La larga agonía de la Argentina peronista, Buenos Aires, Ariel, 1994, pág.136-137.

América Latina: Las etapas del desarrollo económico – social

63

sucesión de revueltas urbanas iniciadas por los trabajadores de la industria del

automóvil y los estudiantes universitarios conmueven a las ciudades industriales

del interior argentino y el cinturón paulista. Los revoltosos rechazan el autoritarismo en

las grandes fábricas y en las universidades y sus demandas se vinculan a la lucha contra

el creciente autoritarismo en la sociedad. Es evidente en estos sucesos el avance de una

nueva izquierda que observa con admiración la experiencia cubana y la contempla

como un modelo de desarrollo alternativo a los avatares del capitalismo

latinoamericano.

América Latina a la deriva (1970-2000)

Ya desde mediados de los años sesenta una larga cadena de intervenciones

militares busca frenar lo que parece una incontenible oleada revolucionaria. La ideología

oficial de estas nuevas experiencias políticas es la Doctrina de Seguridad Nacional

(DSN) un cuerpo de ideas elaborado en el marco de Guerra Fría por el ejército

estadounidense y difundido entre las fuerzas armadas latinoamericanas. Ante las

posibilidades del surgimiento de una “nueva Cuba”, las fuerzas armadas

latinoamericanas se erigen en custodios del orden capitalista y la paz social. Es así como

en los tempranos setenta los militares brasileños, bolivianos, chilenos, uruguayos y

argentinos recurren a la clausura de la los parlamentos y la vida política, la censura a la

prensa, el control de los sindicatos y cada vez más a una masiva represión de opositores

que incluye el secuestro, la tortura, el asesinato y la cada vez más utilizada desaparición

de personas.

Es claro que este nuevo autoritarismo militar busca instalar un nuevo orden

económico y social muy distinto al surgido en la segunda posguerra. Si en los sesenta los

regímenes militares mantienen ciertas premisas de la propuesta desarrollista, los que se

instalan en los setenta apuntan a desmantelar la política económica de los populismos

basada en la industria y el mercado interno. Una serie de políticas económicas que van

desde la apertura económica hasta la liberalización financiera pasando por la

privatización de bienes públicos buscan desarmar el tejido industrial que había

crecido al amparo del proteccionismo y promueven la producción de materias primas

para el mercado mundial dando nuevo aliento a la teoría de las ventajas comparativas.

Gejo

64

A principios de los ochenta sólo en América Central y el Caribe se mantiene el

impulso revolucionario con el triunfo sandinista (1979), la lucha político-militar en

Guatemala, El Salvador y el intervencionismo estadounidense en Granada (1983) y

Panamá (1989).

En América Meridional, el retroceso revolucionario abre las puertas hacia una

transición democrática caracterizada por pactos entre las fuerzas armadas y los

partidos políticos. Débiles en lo político, las jóvenes democracias son acosadas por un

poder militar que se niega a retirarse de la escena política, como sucede particularmente

en Argentina y Chile.

La pésima coyuntura económica vuelve aún más complejos los primeros pasos de

esta transición democrática. Fuertemente condicionadas en lo económico

(endeudamiento externo, expansión de la pobreza, alta inflación, etc.), muchas de estas

experiencias políticas se muestran incapaces de satisfacer las acrecidas expectativas y

demandas populares. Sin embargo, la quiebra de la industria mercado-internista ha

erosionado las bases de los trabajadores fabriles que no muestran el mismo ímpetu

combativo de los sesenta. En cambio, desesperadas por el alza de los alimentos,

comienzan a manifestarse las capas populares más empobrecidas. Hacia 1989,

desde Caracas hasta Buenos Aires, una sucesión de tumultos y saqueos a grandes tiendas

y supermercados protagonizados por pobres y marginales urbanos son aplastados a

sangre y fuego…

En paralelo a estas explosiones populares comienza la implementación de una

serie de recetas económicas recomendadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI),

el Banco Mundial (BM) y el Tesoro de los Estados Unidos, conocidas como el “Consenso

de Washington”. Las recomendaciones no son nuevas: la apertura de la economía, la

desregulación y la privatización de empresas públicas buscan restablecer el equilibrio

macroeconómico e incrementar el rol de la iniciativa privada a expensas del papel del

estado. Fundamentalmente los ambiciosos programas de privatización atraen

voluminosos flujos financieros del exterior y permiten establecer una sólida alianza

entre grandes grupos económicos locales, financistas internacionales y

empresas transnacionales. Una vez acabadas las privatizaciones y detenido el flujo

financiero, se pone en evidencia la vulnerabilidad externa de las economías

latinoamericanas, como lo demuestran las sucesivas crisis financieras comenzando por la

América Latina: Las etapas del desarrollo económico – social

65

mexicana en 1994 y culminando por la crisis argentina de 2001.

En un panorama social devastado por las reformas de los noventa surgen y se

desarrollan diversos movimientos sociales, algunos duraderos, otros más efímeros, unas

veces espontáneos y autónomos, y otras vinculados a sujetos tradicionales como

sindicatos e iglesias7. Los movimientos sociales nacen en estos años dando respuestas a

una gran variedad de problemáticas: los desempleados argentinos que van del

reclamo de ayuda estatal a la auto-organización de los barrios periféricos; los cocaleros

bolivianos, productores de hoja de coca contrarios a los planes de erradicación; los sem

terra brasileños que denuncian el avance del agronegocios y organizan la ocupación

de grandes propiedades…

Hacia fines del siglo XX y comienzos del XX, el derrumbe de los viejos partidos

políticos tradicionales comprometidos con la implementación de las reformas económicas

neoliberales permite el vertiginoso ascenso de nuevas experiencias políticas

(Venezuela en 1999; Brasil en 2003; Argentina en 2003; Bolivia en 2003; Ecuador en

2007).

Pese a sus diferencias, todas ellas comparten ciertas características: en primer

lugar, surgen en un ciclo expansivo con base en la exportación de materias primas hacia

los mercados asiáticos; en segundo lugar, ante el derrumbe de las fuerzas políticas

tradicionales, intentan una tambaleante legitimidad apoyándose y buscando controlar

los poderosos movimientos sociales surgidos en esos años; y en tercer lugar, canalizan

ingresos provenientes del sector primario exportador hacia sus vastas clientelas políticas.

¿Nuevos populismos? ¿Populismos del siglo XXI? ¿Estará la suerte de estas experiencias

políticas atada al ciclo económico expansivo? ¿Estará América Latina condenada a la

“maldición de las materias primas? Es un debate actual y todavía pendiente.

7 Zanatta, Loris, Historia de América Latina. De la colonia al siglo XXI, Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores,

2012, pág. 238.

Gejo

66

Bibliografía

Azpiazu, D., Basualdo, E., Khavisse, M., El nuevo poder económico en la Argentina

de los años 80, Buenos Aires, Siglo XXI Editores Argentina, 2004.

Halperín Donghi, Tulio, Historia contemporánea de América Latina, Buenos Aires,

Alianza, 1993.

Halperín Donghi, Tulio, La larga agonía de la Argentina peronista, Buenos Aires,

Ariel, 1994.

Oszlak, Oscar, Formación del Estado en América Latina: elementos teórico-

metodológicos para su estudio.

Portantiero, Juan Carlos, Economía y política en la crisis argentina: 1958-1973 en

Revista Mexicana de Sociología, Número 2, 1977.

Rouquié, Alain, América Latina, Introducción al extremo occidente, México, Siglo

veintiuno editores, 1989.

Zanatta, Loris, Historia de América Latina. De la colonia al siglo XXI, Buenos Aires,

Siglo Veintiuno Editores, 2012.

Número 1 – Año 2016 – Versión digital

https://boletingeoecon.wordpress.com

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Trabajadorxs de talleres clandestinos en Buenos Aires: EconomíaPolítica de la Trata de Personas en un País Periférico*

Jerónimo Montero BressánFacultad Latinoamericana de Ciencias Sociales / CONICET

[email protected]

Eliana Ferradás AbaloUniversidad de Buenos Aires

[email protected]

Resumen

En este artículo utilizamos los argumentos de Jamie Peck (1996) para analizarel origen y evolución del sistema de talleres clandestinos de costura de Buenos Airesen función de los cambios en el proceso de trabajo y en el marco institucional delmercado local de trabajo. En el análisis del rol del estado en la regulación y combatea la trata de personas con fines de explotación laboral durante los gobiernoskirchneristas, surgen signos contradictorios. Por un lado se introdujeron la ley demigraciones, que considera a la migración como un derecho humano, y la decombate a la trata de personas, sobre todo como respuesta a presiones por parte deorganizaciones de migrantes y anti-trata. Por el otro, existe un muy alto nivel detolerancia estatal hacia las prácticas de las empresas. En resumen, acá nosproponemos demostrar que la legislación pro-migrantes debe ser apoyada porpolíticas más integrales que contribuyan a evitar la explotación de mano de obramigrante, y que ello solo ocurrirá si las organizaciones y movimientos socialesdesarrollan estrategias exitosas para presionar a los gobiernos a hacer cumplir losderechos de los y las migrantes.

Introducción

El 30 de marzo de 2006 se produjo un incendio en un taller de costura de tamaño

mediano en el barrio de Caballito en Buenos Aires, Argentina. En el incendio murieron una

trabajadora y cinco chicos. Vivían ahí en el taller con otras 60 personas (casi la mitad de

ellos eran niños). No pudieron escaparse del fuego porque las ventanas del primer piso

* Versión en español de Montero Bressán, J. y Ferradás Abalo, E. 2015. “Sweatshop workers in Buenos Aires:The political economy of human trafficking in a peripheral country”. En G. Craig, L. Waite, H. Lewis y K.Skrivankova (Eds) Vulnerability, exploitation and migrants: Insecure work in a globalised economy. Londres,Palgrave MacMillan.

Montero Bressán – Ferradás Abalo

68

tenían rejas. La tragedia mostró la existencia de miles de talleres clandestinos de costura

que trabajan como subcontratistas de marcas pequeñas, medianas y grandes, nacionales e

internacionales. En 2010, la Subsecretaría de Trabajo de la Ciudad de Buenos Aires calculó

que solo en la ciudad de Buenos Aires había 5 mil talleres informales (Lieutier, 2010),

mientras que aquellos ubicados en el Gran Buenos Aires al menos doblarían esa cifra.1

La gran mayoría de los trabajadores de estos talleres son migrantes de origen

boliviano. Declaraciones de estas trabajadoras2 ante la Defensoría del Pueblo de la Ciudad

de Buenos Aires y en casos judiciales, demuestran que el proceso migratorio se inicia

generalmente cuando se les acerca alguien en sus ciudades de origen y les ofrece un trabajo

en Buenos Aires. Cuando arriban tienen una deuda, deben vivir en el lugar de trabajo y su

salario es significativamente menor al ofrecido. Este movimiento de trabajadores que

muchas veces involucra engaño, servidumbre por deuda y pagos muy por debajo de los

salarios de convenio, refiere claramente a los mecanismos de la trata de personas con fines

de explotación laboral. Además, las condiciones de trabajo son análogas a las que la OIT

identifica como elementos de trabajo forzoso, es decir, “todo trabajo o servicio exigido a un

individuo bajo la amenaza de una pena cualquiera y para el cual dicho individuo no se

ofrece voluntariamente” (OIT, 2005:5).

Este sistema de talleres clandestinos de costura surgió en Buenos Aires desde

mediados de los ochentas, pero no es una exclusividad de esta ciudad. Lugares de trabajo

como estos han surgido en grandes ciudades en países periféricos y centrales desde fines de

los años setentas (Montero, 2012; Morokvasic y otros, 1986; Phizacklea, 1990; Ross, 2004).

Este fenómeno está relacionado con cambios en el proceso productivo de la industria de la

vestimenta a nivel mundial, así como también a cambios en la economía política

internacional (el giro del Fordismo al neoliberalismo).

Este artículo presenta los resultados de una serie de investigaciones realizadas en

Buenos Aires entre 2007 y 2011 (Ferradás Abalo, 2011; Montero, 2011, 2014). Se realizaron

más de 75 entrevistas semi-estructuradas. Este artículo se basa además en nuestra

experiencia de militancia contra estos talleres en un movimiento social (La Alameda) de

2008 a 2013. Comenzamos por una descripción de los talleres y de los mecanismos de

reclutamiento de mano de obra. En las secciones 3 y 4 analizamos el origen y evolución del

amplio sistema de talleres clandestinos de Buenos Aires. Para ello seguimos los argumentos

de Peck (1996) cuando asegura que para comprender la flexibilización y precariedad

laboral es necesario considerar tanto los cambios en los procesos productivos como en las

1 Estas son las únicas estimaciones oficiales disponibles.2 En este artículo se utilizan los géneros de manera indistinta para evitar las generalizaciones en masculino.

Trabajadorxs de talleres clandestinos en Buenos Aires

69

condiciones institucionales de los mercados locales de trabajo. En la quinta sección

trabajamos la aparentemente contradictoria expansión del sistema de talleres clandestinos

en tiempos de acelerado crecimiento económico (2003-2009). Luego analizamos la

combinación de avances y retrocesos en la regulación estatal de los talleres, y las respuestas

desde el estado a las presiones políticas de organizaciones de base. En la sexta sección

destacamos la naturaleza atípica del caso argentino, pues se trata de un país con una ley

de migraciones claramente progresista pero que falla a la hora de hacer cumplir los

derechos de los trabajadores migrantes. En las conclusiones destacamos que la falta de

decisión política firme del anterior gobierno nacional en defensa de los derechos de las

trabajadoras migrantes puede haber llevado a que la (bienvenida) legislación pro-

migraciones se haya convertido en un mecanismo institucional que terminó facilitando la

trata de personas.

Talleres clandestinos de costura en Buenos Aires

Los talleres clandestinos en Buenos Aires operan generalmente en casas particulares

de barrios de clase media-baja que son alquiladas con ese propósito, y emplean al dueño

del taller y su familia, sumando a entre 4 y 20 trabajadores (Lieutier, 2010). Trabajan bajo

las órdenes de marcas grandes y medianas, sean nacionales o internacionales, abasteciendo

sus mercados locales. La enorme mayoría de las trabajadoras y dueños de los talleres son

migrantes, generalmente de Bolivia. Los talleristas muchas veces llevan varios años de

residencia en el país, mientras que los trabajadores en muchos casos son recién llegados

(sobre todo aquellos que sufren las condiciones que se describen acá). En total, en 2006 el

INDEC reconoció la existencia de unas 30 mil migrantes bolivianas víctimas de trabajo

forzoso en estos talleres escondidos en el paisaje de la ciudad.

En su estudio sobre la industria internacional de la vestimenta, Collins (2003) explica

que las colectividades migrantes en muchos casos se encuentran en una posición favorable

para cubrir la demanda de trabajadoras informales para la indumentaria, ya que

los empresarios que buscan abrir una fábrica de ropa solo han necesitado

alquilar un espacio y comprar unas máquinas de coser (…) Esto ha hecho que

esta industria haya sido especialmente atractiva para empresarios migrantes,

que pudieron empezar con pequeños préstamos de dinero y redes sociales de

migrantes para reclutar trabajadores (Collins, 2003:7).

Montero Bressán – Ferradás Abalo

70

En algunos períodos, las altas tasas de desempleo, subempleo y pobreza en Bolivia

han llevado a la emigración hacia países como Chile, Argentina y Brasil. Durante los

noventas, la sobrevaluación de la moneda argentina les permitió a los migrantes bolivianos

(y de otros países limítrofes) enviar substanciales remesas a sus familias, lo cual atrajo –

junto a otros factores como la existencia de redes sociales – una nueva ola de migración

desde países limítrofes. El Censo 1991 reveló la existencia de 143.735 ciudadanas bolivianas.

Diez años después el número había llegado a 233.464, representando un incremento del

62,4% mientras Argentina se consolidaba como principal destino de los emigrantes

bolivianos (INDEC, 2003). En la actualidad los migrantes de Bolivia se concentran en dos

actividades económicas principales: agricultura intensiva y producción de ropa.

Lieutier (2010) cita declaraciones de ex trabajadores de talleres clandestinos a la

Defensoría del Pueblo que muestran el mecanismo más usual de reclutamiento de quienes

son víctimas de trata: los trabajadores van a “agencias de empleo” informales o

directamente son contactados por talleristas o por empleados de estos en ciudades como La

Paz o Cochabamba. Se les ofrece un trabajo en Buenos Aires por un salario conveniente,

incluyendo casa y comida. Su transporte es pagado por el tallerista y una vez que llegan a

Buenos Aires son llevados a los talleres. A veces los talleristas también retienen sus

pasaportes y les dicen a los trabajadores que no salgan del taller porque la policía los

puede deportar, si bien ello es cada vez menos común.

Declaraciones de trabajadoras citadas por Lieutier (2010), el caso de cuatro de los

ex trabajadores de talleres entrevistados para esta investigación, y los resultados de las

audiencias en un juicio clave por talleres clandestinos (el caso Luis Viale), indican que

mientras que las condiciones de vida y trabajo varían de un taller a otro, la situación más

típica sería la siguiente: los trabajadores viven hacinados en los talleres, con poca

ventilación y una sistemática violación de las reglas de higiene y seguridad fabril. Trabajan

aproximadamente desde las 8am hasta las 22 o 23 horas, de lunes a viernes, y media

jornada los sábados. Se les da alojamiento y comida, se les paga recién al tercer o cuarto

mes de iniciada la relación laboral (porque les aplican descuentos por el alojamiento, la

comida y, sobre todo, el transporte desde Bolivia) y cuando cobran, sus salarios son de entre

un 30 y un 40% del salario de convenio que correspondería a las horas trabajadas. En los

peores casos, las puertas de los talleres están cerradas con llave todo el tiempo. Aislados de

la sociedad, estas trabajadoras no tienen acceso a información acerca de sus derechos (ver

abajo).

Trabajadorxs de talleres clandestinos en Buenos Aires

71

De igual modo que en los sistemas de talleres clandestinos de costura en grandes

ciudades del centro y la periferia mundial, el surgimiento de este fenómeno en Buenos Aires

está relacionado no solo con los cambios en el proceso productivo en la industria de la

indumentaria a nivel internacional y sus repercusiones en el contexto local, sino además con

la creciente adopción de políticas neoliberales en el país. En las próximas secciones

analizamos estas cuestiones.

Del Fordismo al neoliberalismo en la industria de la vestimenta

La industria de la indumentaria es un ejemplo de manual de las estrategias

desarrolladas por el capital para salir de la crisis del Fordismo a comienzos de los setentas.

Los fabricantes se vieron fuertemente afectados por la creciente presión competitiva, el

estancamiento económico y la inestabilidad causados por la financierización, dada la alta

elasticidad demanda de la vestimenta. Viéndose obligadas a “racionalizar” la producción,

las principales firmas del sector, en especial las casas de alta moda, adoptaron una

estrategia previamente desarrollada por las compañías de indumentaria deportiva:

convertirse en marcas. Al hacerlo, fomentaron un retorno al amplio uso de la

subcontratación, con el objeto de recortar costos laborales y trasladar los riesgos a sus

subcontratistas. La deslocalización internacional fue una consecuencia de esta estrategia,

mientras que la incorporación de mano de obra migrante a través de la subcontratación

de talleres informales localizados en las proximidades de las casas matrices de estas

empresas, les permitió “mantener un pie en casa” a muy bajos costos.

Además de la subcontratación, estas firmas invirtieron más recursos en el marketing

y el diseño, con el objeto de ampliar sus mercados. Hacia mediados de los ochentas, la

expansión de la publicidad de la moda ya había creado una creciente demanda de ropa

adaptada a la moda, pero a precios más accesibles que los de las casas de alta moda. Este

nuevo mercado de ropa de moda se volvió masivo rápidamente, dando lugar al

surgimiento de muchas empresas sin fábricas que cubrieron ese floreciente mercado. Es

precisamente el tipo de producción desarrollado para este mercado lo que llevó al

surgimiento de vastos sistemas de talleres informales de costura en grandes

ciudades/mercados, pues este segmento del mercado se rige por la demanda de pequeñas

órdenes de trabajo, rápida respuesta a los cambios en la demanda, y bajos costos.

Más allá de ciertas especificidades locales, estos desarrollos se pueden ver en

Argentina desde mediados de los ochentas, cuando numerosas fábricas de ropa cerraron sus

Montero Bressán – Ferradás Abalo

72

portones y los talleres informales comenzaron a poblar los barrios de clase media-baja de

Buenos Aires y del Gran Buenos Aires. Estos efectos locales de los cambios en la economía

política internacional, sumados a una deliberada política de desindustrialización desde 1976

hasta 2001 (Basualdo, 2006; Schorr, 2005), afectaron fuertemente a la producción de ropa

en fábricas. Este proceso se agudizó en los noventas con la sobrevaluación de la moneda y

la liberalización comercial. Como consecuencia del cierre de miles de fábricas, entre 1984 y

1993 el empleo formal en el sector cayó un 72% (Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad

Social, 2006), tendencia que continuó hasta 2003. El legado de semejante experiencia

tiene un impacto de larga data en la industria: el miedo al retorno a una crisis como

aquella es usado por los empresarios en las negociaciones paritarias para mantener los

bajos salarios bajo la amenaza de la imposibilidad de competir con “precios asiáticos” si se

pagan salarios altos. De hecho el principal sindicato del sector (SOIVA), que sufrió una

aguda disminución de su membresía en aquellos años, comparte este miedo con las

empresas (entrevista con Ramiro3 [15/2/08]).

Mientras que la ropa “commodity” producida en masa en grandes fábricas (ropa

interior, remeras y jeans básicos, etc.) fue sustituida lentamente por vestimenta importada

barata, las empresas locales cerraron sus fábricas y se convirtieron en marcas,

subcontratando la producción a trabajadoras domiciliarias y a talleres informales urbanos.

Como consecuencia, a pesar de la destrucción de cerca de 29 mil puestos de trabajo

formales durante los noventas (INDEC, 2001), se crearon miles de empleos en talleres

informales durante el mismo período, en lo que constituyó un proceso de informalización de

la mano de obra (Montero, 2012; Monzón, 2001).

El crecimiento económico de la primera mitad de los noventas tuvo un impacto

positivo para las ventas de las marcas, con lo cual se expandió la demanda de

trabajadoras. Con sus lazos sociales, los migrantes se encontraban en una situación

inmejorable para cubrir esa demanda. Sin embargo, cuando la oferta superó a la

demanda de trabajadores en medio de la crisis de 1998-2001, se dio una competencia

ruinosa entre talleristas, otorgando a las marcas el control total sobre las tarifas de

subcontratación. En apenas una década, una estrategia adoptada por las firmas como

respuesta a cambios estructurales había generado un vasto sistema de talleres clandestinos.

3 Los nombres son pseudónimos.

Trabajadorxs de talleres clandestinos en Buenos Aires

73

En nuestros días, estos talleres también trabajan para comerciantes que venden en

circuitos informales y semi-formales. Precisamente, el mercado callejero informal más

grande de América Latina, llamado La Salada, funciona en el Gran Buenos Aires. Surgido

como una estrategia de supervivencia de unas pocas familias de bolivianos en 1987

(Libchaber y Pogliaghi, 2008), el mercado explotó durante la crisis de 1998-2001 y continúa

creciendo hasta hoy. Es decir que creció tanto en tiempos de crisis como de crecimiento

económico. En la actualidad, el mercado es abastecido por miles de talleres clandestinos

que funcionan bajo el apoyo tácito –o incluso explícito– de autoridades municipales.

Precariedad generalizada como preludio para el trabajo forzoso

El surgimiento de un sistema de talleres clandestinos en Buenos Aires debe ser

entendido en un contexto general de desindustrialización, creciente desempleo e

informalidad laboral, desregulación del mercado de trabajo y políticas sociales regresivas

(ver Arceo y Basualdo, 2006; Basualdo, 2006; Schorr, 2000, 2005). El proceso se inició en

1976, cuando una dictadura militar tomó el poder e impuso “un nuevo régimen social de

acumulación basado en la valorización financiera” que duró hasta 2002 (Basualdo,

2006:138). Durante esos años (1976-1983), la represión a sindicatos mediante el terrorismo

de estado, y más adelante la cooptación de líderes sindicales, facilitaron el camino para la

implementación de un “patrón de redistribución de la riqueza crecientemente desigual y

regresivo” (Schorr, 2000:156). Los cuerpos de inspecciones laborales fueron desmantelados

(en parte mediante la transferencia de nación a las provincias), mientras que hubo fallos

de la Corte Suprema favorables a la subcontratación irresponsable. La generalización de la

subcontratación en un contexto de acelerado desempleo y sindicatos debilitados llevó a

altos niveles de informalidad. Así, entre 1989 y 2002 el empleo informal pasó del 27,7% al

43,9% (OIT, 2013).

La combinación de estos fenómenos con la crisis hacia fines de los noventas llevó a

un alto nivel de tolerancia a las pobres condiciones de trabajo enfrentadas por millones de

trabajadoras, arrastrando hacia abajo los estándares laborales socialmente aceptables. Un

abogado de la Asociación Obrera Textil (Roberto, entrevistado el 19/10/09) aseguró que “en

Argentina la informalidad laboral es una consecuencia directa del desempleo”. Sus

palabras recuerdan a un informe de la OIT llamado “Mundo del Trabajo” (2008), que

concluye que la flexibilidad y precariedad laborales en los países periféricos se expresa como

informalidad laboral. Dada la presión que ejerce la creciente amenaza de desempleo sobre

los trabajadores, la flexibilización se ejerce de facto, sin importar lo que establece la

legislación. Más aun, cuando el estado no combate la explotación laboral, se abre una

Montero Bressán – Ferradás Abalo

74

puerta para la generalización de prácticas ilegales más profundamente abusivas. Es en este

contexto que se desarrolló un nicho económico que abastece las demandas de la economía

formal e informal basándose en la explotación de trabajadores víctimas de trata y trabajo

forzoso.

Con la recuperación económica desde 2003 hubo mejoras sustanciales en varios

indicadores de empleo (Palomino, 2008). Sin embargo, el empleo informal continúa en un

muy alto nivel que alcanza al 33,6% de las trabajadoras (SSPTyEL-MTEySS, 2015). Para

estos, los avances han sido en general poco visibles y la brecha salarial con los trabajadores

formales es de nada menos que el 43,1% (SSPTyEL-MTEySS, 2014). Más aun, hay sectores

económicos críticos en los que el trabajo forzoso es común. Si bien los gobiernos kirchneristas

tomaron medidas para proteger a las trabajadoras rurales y domésticas, aquellas que

trabajan en talleres de costura no recibieron atención alguna.

Cabe destacar que en el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el

desmantelamiento de las inspecciones laborales fue notable desde que asumió el ex alcalde

y actual presidente Mauricio Macri. En este caso existen claros signos de complicidad, ya

que la familia de su propia esposa –hoy primera dama– ha sido denunciada por la

subcontratación de talleres informales para la producción de su ropa de la marca con

mayores ventas del país: Cheeky.

Antes de la asunción de Macri en la Ciudad, el referido incendio en una fábrica en

2006 generó una rápida reacción del gobierno de la Ciudad, que en apenas diez días

clausuró 130 talleres. Una fuerte presión de la sociedad civil, en especial la militancia de un

movimiento social llamado La Alameda y su alianza estratégica con el entonces

Subsecretario de Trabajo de la Ciudad, puso una mayor presión sobre el estado para el

combate a la explotación laboral en talleres clandestinos. Junto a ello, el renombrado caso

de Marita Verón al año siguiente (quien fue secuestrada con fines de explotación sexual)

finalmente llevó al bloque con mayoría absoluta en el congreso (Frente Para la Victoria, el

partido en el gobierno) a tratar y aprobar la primera ley anti trata en 2008, seis años

después de haber ratificado el Protocolo de la ONU para Prevenir, Reprimir y Sancionar la

Trata (2000), y como respuesta a la fuerte demanda popular.

Progresos y retrocesos: El estado y la lucha contra la trata

La política del gobierno de Cristina Kirchner hacia los talleres clandestinos muestra

señales contradictorias. La aprobación de la ley anti trata en 2008 dio lugar a avances

Trabajadorxs de talleres clandestinos en Buenos Aires

75

significativos y creó una serie de agencias encargadas de asistir a las víctimas y a diseñar

instrumentos legales para apoyar a fiscales en casos de trata en todo el país. Sin embargo,

todos los avances han sido principalmente un resultado de presiones desde organizaciones

sociales. Por ejemplo, la ley anti-trata fue aprobada en 2008 y modificada en 2012 debido,

en ambos casos, a la presión desde movimientos sociales. La ley de 2008 implicó un

progreso muy limitado en el tratamiento judicial de la trata, especialmente porque en ésta

se consideraba que si originalmente había habido consentimiento de la víctima, no había

delito (lo cual iba en contra del Protocolo de la ONU ya mencionado). Es por eso que

varias organizaciones anti-trata generaron una propuesta de modificación de la ley. El

bloque del partido gobernante, con mayoría absoluta en el congreso, se negó a tratar esa

modificación. Sin embargo, tras la indignación generalizada y la fuerte reacción de las

organizaciones anti-trata al sobreseimiento en primera instancia de los 13 imputados en el

caso Marita Verón en diciembre de 2012, la modificación de la ley fue tratada y aprobada

en tiempo récord, apenas una semana antes de caducar.

En una visita realizada en 2010, la Relatora Especial de las Naciones Unidas para la

Trata de Personas remarcó una serie de “desafíos” que el estado nacional debía afrontar

para combatir la trata de manera efectiva y proteger a las víctimas:

Estos desafíos incluyen, entre otros, la falta de información de calidad sobre la

trata de personas; la débil coordinación de las actividades de combate a la

trata; la falta de mecanismos de identificación y derivación de las víctimas; y la

insuficiente disponibilidad de asilos y servicios de designados para asistir de

manera directa a las víctimas (OHCHR, 2010:1).

En su informe, la Relatora también hizo referencia a la débil capacidad de las

inspecciones laborales para detectar y controlar la explotación laboral en talleres de

costura y a la corrupción como la principal causa de ello (OHCHR, 2010:5).

Los esfuerzos por controlar la explotación en talleres de costura parecen ser más bien

esfuerzos aislados de funcionarios seriamente comprometidos con el tema, que reaccionan

ante la presión social. De hecho, la informalidad en el sector continúa prácticamente en su

máximo histórico, alcanzando cerca del 70%. La evidencia sugiere que, en el largo plazo, la

política de los gobiernos kirchneristas fue la de dejar que estos negocios tan redituables

basados en la explotación de mano de obra migrante perduren hasta que el costo político

Montero Bressán – Ferradás Abalo

76

fuese insostenible. En particular es necesario señalar dos medidas tomadas por el gobierno

de Cristina Fernández que apuntan en esa dirección. En primer lugar, en 2008 el Ministerio

de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTEySS) propuso una modificación de la Ley de

Trabajo a Domicilio que regula la subcontratación en esta industria. El principal cambio

que se proponía era el de desligar a las marcas de toda responsabilidad por lo que

sucediera en las instalaciones de sus subcontratistas. Esa modificación fracasó debido en

parte a la presión de uno de los sindicatos del sector y de La Alameda, pero la propuesta

había sido redactada originalmente por una de las cámaras del sector (Sanguinetto, 2014).

Es decir que el MTEySS había tomado como propio un proyecto de ley desarrollado por

una cámara que representa a empresas que violan sistemáticamente la legislación laboral.

En segundo lugar, en 2012 el Ministerio de Economía invitó al empresario Jorge

Castillo (líder de la principal feria del mercado informal de La Salada) a una misión

comercial oficial en Angola y el sudeste asiático.4 Según Daniel (ex funcionario del

Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología de la Provincia de Buenos Aires,

entrevistado el 15/5/12), el plan consistía en explorar la posibilidad de abrir un mercado

como el de La Salada en Luanda. A cambio Castillo aceptaría negociar un plan para

tender hacia la progresiva formalización de la principal feria del mercado de La Salada.

Esta política deliberada de tolerancia hacia las prácticas laborales de las empresas

es una forma de apoyar económicamente al sector. Ese apoyo se debe en parte a que los

empresarios han logrado presentarse como una de las principales víctimas de la era

neoliberal, cuando las políticas de desindustrialización llevaron al cierre de miles de fábricas

y la pérdida de miles de puestos de trabajo. Más aun, los miembros de La Alameda

aseguran que existe una razón más que explicaría esto: que los partidos gobernantes (en los

distintos niveles estatales) brindan esa tolerancia a cambio de apoyo financiero durante las

campañas electorales.

Fronteras abiertas, trabajadores aislados: el caso atípico de la legislación

argentina de avanzada en materia de migraciones

Existe una creciente cantidad de bibliografía que aborda los vínculos entre el estatus

socio-legal y la vulnerabilidad de los migrantes frente al trabajo forzoso (Anderson y

Rogaly, 2005; Dwyer et al, 2011; Gordolan y Lalani, 2009; Skrivankova, 2006; van den

Anker, 2009). La Argentina constituye un caso atípico para explorar esta temática.

4 Véase http://www.lanacion.com.ar/1664576-la-salada-el-negocio-al-filo-de-la-ilegalidad-que-se-beneficia-con-la-inflacion. Esto fue reconocido públicamente por el mismo Castillo (véasehttps://www.youtube.com/watch?v=8NpZCaQVf5U).

Trabajadorxs de talleres clandestinos en Buenos Aires

77

Aunque la legislación ha cambiado a lo largo del tiempo, en la práctica el país ha

mantenido históricamente una política de “puertas abiertas”. La ley de migraciones vigente

desde 2004 es considerada como un “ejemplo a nivel mundial” por la OIM, en especial

porque reconoce a la migración como un derecho humano. Según se establece en la ley, los

migrantes tienen derecho a gozar de la salud, la educación, las prestaciones sociales y la

vivienda, sin importar su estatus migratorio. Además, cuando se descubre que una persona

está en situación migratoria irregular, las autoridades no están autorizadas a deportarla,

sino que deben ofrecerle información sobre cómo regularizar su estatus y conminarla a

tomar los pasos necesarios.

Sin embargo, como hemos demostrado en este artículo, existe una considerable

distancia entre la ley y la realidad, ya que los migrantes son víctimas de severas condiciones

de explotación en el trabajo. Al respecto, el caso de Argentina ilustra que, como señalan

Dwyer y otros (2011:27), la vulnerabilidad de los migrantes frente al trabajo abusivo no está

vinculada exclusivamente con su estatus socio-legal, el cual constituye, en realidad, sólo

“otro factor más de vulnerabilidad”. En efecto, tras revisar un gran número de casos

judiciales, Pacceca (2011) concluye que puede encontrarse una amplia variedad de estatus

migratorios en los talleres clandestinos. En sus propias palabras, “se [encuentran] personas

con residencia permanente o temporaria vigente; personas con visa de turista vencida;

personas con visa de turista vigente, pero trabajando; y personas con residencia precaria”

(:164). Dwyer y otros (2011) señalan una serie de factores que tienen una influencia

determinante en la forma que toman las experiencias laborales de los migrantes. Entre

éstos se destacan: “falta de conocimiento de sus derechos; falta de acceso a la información;

aislamiento de la sociedad; múltiples dependencias de su empleador; pérdida, o cambio,

del trabajo; deuda acumulada en la migración; presiones para enviar remesas; y ‘pérdida

de prestigio’ en su país de origen” debido al fracaso de la decisión de migrar (:26). Es

precisamente en relación con estos puntos que la política migratoria de nuestro país está

fallando en hacer cumplir los derechos humanos de las migrantes.

En este contexto, una política migratoria permisiva que no esté acompañada por

una política integral orientada a hacer respetar los derechos de los migrantes puede de

hecho tener consecuencias negativas. En varios puntos de ingreso, la política de fronteras

abiertas se ha traducido en una falta de controles adecuados por parte de las autoridades

de frontera, facilitando así la trata de personas en lugar de contribuir a detectarla.

En resumen, como ha sido señalado por la OIM (2008), el Estado argentino debe

tomar

Montero Bressán – Ferradás Abalo

78

decisiones que, excediendo estrictamente lo migratorio, se orienten a la creación

y consolidación de condiciones apropiadas para que los inmigrantes se integren

al país, asegurándoles tanto para ellos como para sus familiares el acceso a los

bienes y servicios necesarios para satisfacer niveles de vida dignos y saludables

(:42).

Conclusiones

Durante el período neoliberal, el crecimiento económico limitado y la inestabilidad,

por un lado, y la creciente ‘dominación económica’ del Estado (Jessop, 2002), por el otro,

favorecieron un elevado nivel de tolerancia hacia la informalidad y otras violaciones de los

derechos laborales, especialmente cuando hay migrantes involucrados. El argumento de

que los Estados deben asegurar oportunidades de acumulación y crear ambientes de

negocios propicios alcanzó tal nivel que los estados permiten la violación sistemática de los

derechos de las trabajadoras con el objeto de no interferir en la acumulación de capital. En

efecto, el crecimiento de la trata de personas y el trabajo forzoso sucede con frecuencia a la

vista de los estados, no sólo en países periféricos como Argentina y Brasil, sino también en

Italia, España y Estados Unidos (El País, 23/6/09; Kwong, 2001; Bernhardt, McGrath y

DeFilippis, 2008; Montero, 2011). En este contexto, la emergencia de los sistemas de talleres

clandestinos puede llegar a ser en algunos casos considerada como una bendición para las

economías regionales o locales que experimentan problemas económicos (ver Montero,

2012).

En Argentina, los pequeños talleres urbanos de costura surgieron desde mediados de

los años ochentas como una respuesta a la creciente demanda de trabajadores

domiciliarios por parte de reconocidas empresas de indumentaria. La implementación de

políticas neoliberales durante los noventas creó, hacia fines de esa década, un contexto de

expansión del desempleo y de crecimiento de la informalidad laboral. En medio de la crisis

más profunda en la historia del país (1998-2001), el trabajo forzoso y la trata de personas se

generalizaron en la industria de la vestimenta. Sin embargo, la aguda recuperación

económica que comenzó hacia 2003 no significó el fin de la explotación en talleres. Por el

contrario, la demanda creciente de ropa fue abastecida por talleres de costura en los que

las condiciones de trabajo no mejoraron tras la crisis, en parte debido a la competencia

ruinosa entre numerosos subcontratistas. La falta de control estatal en este área permitió a

las marcas de ropa mantener los costos laborales al mínimo.

El caso argentino demuestra entonces que una legislación migratoria permisiva es

necesaria, pero no suficiente, para asegurar una vida digna a los y las migrantes. Desde el

año 2008 se realizaron avances para eliminar la trata de personas y el trabajo forzoso,

Trabajadorxs de talleres clandestinos en Buenos Aires

79

pero la elevada tolerancia estatal hacia la explotación en talleres clandestinos convierte

esos progresos en acciones importantes pero aisladas, tomadas para responder a la

creciente presión social. En última instancia, posibilitar que los migrantes accedan a un

estatus legal abre una inmensa puerta al progreso en materia de migraciones, siempre y

cuando los movimientos sociales que militan este tema triunfen en forzar al Estado a hacer

cumplir los derechos de los migrantes.

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Hidrocarburos: Modelo Productivo Extractivista

Graciela Patricia Cacace; Jorge Osvaldo Morina

Universidad Nacional de Luján, Pcia de Buenos [email protected]; [email protected]

1. Introducción y marco de referencia

En la Argentina, el neoliberalismo produjo importantes transformaciones

económicas y sociales. Se inició con el Rodrigazo de 19751, punto de inflexión en la

evolución de la economía nacional definida hasta entonces como mercado–internista

(Gejo; Morina; Velázquez, 2000). Finalizó en diciembre de 2001 con la crisis de la

Convertibilidad que condujo a un marasmo sin precedentes: desocupación, pobreza e

indigencia, resultados inseparables del plan agotado. Con la enorme devaluación estas

variables llegaron a valores inéditos en 2002 y 2003. Comenzaron así a perfilarse nuevas

tendencias que, con el correr de los años, se tornarían características de un nuevo

“modelo” económico llamado neo-desarrollismo (Katz, 2007). Sin embargo, la dinámica

económica “exitosa” en Argentina a partir de 2002 planteó una serie de restricciones. El

límite más importante que enfrenta el desarrollo capitalista en Argentina es la

consolidación de un patrón de acumulación de carácter dependiente y periférico basado

en el saqueo de las riquezas naturales (extractivismo) en el marco de una economía

transnacionalizada. Esta situación conforma un obstáculo significativo a las posibilidades

de avanzar en un proyecto de cambio social pues supone la conformación de una sólida

correlación de fuerzas sociales a favor del bloque dominante burgués y –dentro de éste–

1 Conjunto de medidas puestas en marcha por el Ministerio de Economía a cargo de Celestino Rodrigodurante la presidencia de M. E. Martínez de Perón tendientes al deterioro del salario real con unadevaluación del 160 %.

Cacace – Morina

84

de su fracción transnacional. Este rasgo de continuidad es el que da cuenta del carácter

postneoliberal de la etapa actual (Féliz y López, 2010). Pero con un detalle distinto:

incorpora, por necesidad, a parte del pueblo trabajador como socio subordinado sin

poder garantizar trabajo no precario. En este “detalle” están sus límites (Féliz; López, op.

cit.).

La Argentina, como otros países de América Latina en el presente siglo, ha venido

transitando de un “modelo” anclado en la valorización financiera hacia otro asentado

en la producción y exportación a gran escala de bienes primarios (commodities): metales

y minerales, productos agrarios, biocombustibles e hidrocarburos. Perfiles productivos

exportadores que consolidan una matriz extractivista funcional a la globalización

comercial y a la integración subordinada de nuestro país al sistema económico mundial.

Es el pasaje del Consenso de Washington al Consenso de los Commodities (Svampa,

2013).

Los gobiernos buscan justificar el modelo de desposesión (Harvey, 2004)

afirmando que es la vía que permite generar las divisas que luego son reorientadas a la

redistribución del ingreso y al consumo interno, o a la generación de actividades con

mayor contenido de valor agregado.

Estos procesos tienen estrecha relación con las políticas orientadas a la atracción

de inversiones extranjeras- IED- especializadas en la explotación de recursos naturales y

en las primeras etapas de su procesamiento dentro de las Cadenas Globales de Valor. En

los últimos años, las exportaciones de los países de la región y los altos precios de varias

materias primas (incluso con caídas en 2014, 2015 y en lo que va del 2016), favorecieron

recurrentes balanzas comerciales superavitarias. De esa manera, el “modelo” fomentado

por la IED consolidó formas de producción que implicaron la sobreexplotación de la

capacidad de carga de los ecosistemas y una transferencia de riqueza encubierta (agua,

nutrientes) en las transacciones internacionales. Son nuevos mecanismos de expropiación

de recursos naturales que violan los derechos, tanto humanos como naturales: Una

verdadera extrahección2 (Gudynas, 2013). Estos procesos generan profundas

repercusiones sociales, políticas, económicas, ambientales y científicas. “La expulsión de los

2 La extrahección es el caso más agudo del extractivismo. La palabra tiene su origen en el vocablo latino“extrahere”, donde “ex” significa fuera, y “trahere” alude a quitar y arrastrar hacía sí. Por lo tanto,extraher es el acto de tomar o quitar con violencia, “arrancar” los recursos naturales, sea de lascomunidades como de la naturaleza.

Hidrocarburos: modelo productivo extractivista

85

más pobres de la tierra, la afectación de los ecosistemas y de los hábitats humanos, los

cambios en las condiciones de trabajo, la fragmentación social y territorial son parte de la

dinámica principal y global que afianza una inserción económica internacional de la

mano del capital financiero y las transnacionales” (Fernández Equiza, 2013).

El modelo extractivista nacional se apoya en la expansión sojera, como fenómeno

paradigmático de la imposición de la agricultura industrial transgénica, en la gran

minería a cielo abierto y la gestión de los hidrocarburos convencionales y no

convencionales. En esta presentación sólo se desarrolla una aproximación sintética de la

situación hidrocarburífera.

2. La gestión de los hidrocarburos

En Argentina, el neoliberalismo produjo importantes transformaciones

económicas y sociales en el sector hidrocarburífero. En los ‘90 la desregulación de las

actividades económicas y la privatización de empresas estatales constituyeron los pilares

de las reformas del mercado y de la reestructuración del Estado. En ese contexto, se

privatizó la petrolera estatal YPF3 modificando radicalmente el modelo energético

nacional. Al mismo tiempo, se entregó a las empresas privadas la totalidad de las áreas

marginales y centrales por el lapso de 25 años4. YPF fue un caso emblemático de la

desnacionalización (Gavaldá, 2004).

En esa nueva etapa se intensificó la extracción de petróleo y gas, y se

incrementaron las exportaciones a niveles impensables (hasta el 2006). Mientras la

extracción creció un 48 % entre 1988 y 2005, las exportaciones se multiplicaron por 12,

llegando a multiplicarse por 28 en 1997. De exportarse el 2,58 % del petróleo producido

en 1989, se pasó a exportar el 25 % en 2004. La máxima exportación se alcanza en 1996,

con el 41 % de la extracción nacional (Mansilla, 2007). Las retenciones a la exportación de

3 En 1922 se creó Yacimientos Petrolíferos Fiscales- YPF. El presidente M. T. de Alvear designó al frente deYPF al coronel e ingeniero Enrique Mosconi quien aplicó un plan para desarrollar una empresa estatalque estuviera en condiciones de apropiarse del mercado de los combustibles. El Estado adquirió así uncarácter de empresario considerando al petróleo como un bien estratégico.

4 En junio de 2000, se extendió la concesión del yacimiento gasífero Loma de La Lata, Neuquén, hasta2017, a favor de Repsol. En 2007, fue prorrogado el control de Cerro Dragón (en Golfo San Jorge, sur deChubut y norte de Santa Cruz), en beneficio de Pan American Energy, hasta 2027, con opción a seguirexplotando el yacimiento hasta 2047. Esta última es una de las concesiones más controvertidas.

Cacace – Morina

86

crudo5 tuvieron un papel importante. El escenario también favorecía a las provincias,

pese al magro 12 % de las regalías petroleras6.Pero la recaudación de aquellos años se

transformó en un grave problema actual: la Argentina dejó de autoabastecerse. La

producción de petróleo y de gas descendió al igual que las reservas7.

El siglo XXI encuentra a la Argentina en una compleja problemática energética

que impacta directamente en el desarrollo del país y en la pérdida de autonomía

respecto de la energía. Los hidrocarburos son la fuente de energía más representativa en

la matriz energética y, hasta tanto no se diversifique, el petróleo y el gas deben ser

considerados bienes estratégicos.

A principios de 2012, el gobierno nacional estatizó el 51% de Repsol YPF como una

forma de dar respuesta al fracaso de las privatizaciones petroleras y al vaciamiento de

las reservas hidrocarburíferas. La recuperación de una parte de YPF despertó ilusiones y

una fuerte adhesión en amplios sectores de la sociedad. Repsol reclamaba 10.500

millones de dólares por las acciones expropiadas ante el Centro Internacional de Arreglo

de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), del Banco Mundial. Tras dos años de

complejas negociaciones, la Argentina reconoció como indemnización U$S 5.000 millones

que fueron cancelados con un paquete de títulos públicos (bonos del Tesoro)8.

5 La retención a la exportación de petróleo se estableció en 25 % con un gravamen extra dependiente de lacotización del crudo WTI (West Texas Intermediate). Si el barril supera los U$S 32., se llega al 28 %; sialcanza los U$S 35. es del 31 %, aumentando al 45 % para valores superiores a los U$S 45. Pero convieneaclarar que, de acuerdo a la Ley 21.453, los importes realmente pagados son menores a lo indicado por laalícuota. Se considera que el valor F.O.B. de las exportaciones incluye las retenciones. De ese modo, paraun valor F.O.B. de U$S 100., las exportaciones declaradas son de U$S 69.-. Es sobre ese importe que seaplica el 45 %, pagándose U$S 31 en concepto de retención. Es entonces un 31 % menos de lo que se sueleestimar (Mansilla, 2007).

6 Las regalías hidrocarburíferas son el importe que pagan las empresas petroleras al Estado provincial porel derecho a la extracción de petróleo y gas. Al deducir costos de traslado y otros gastos, sobredeclaraciones juradas de las mismas empresas, en muchos casos sólo pagan un 8 % de regalías. Ya elporcentaje pautado por ley es de los más bajos a nivel mundial.

7 En el año 2005, las reservas eran inferiores a las que el país tenía en 1988, y mucho menores a las de 1973.

8 La Argentina pagó a Repsol un paquete fijo por un valor nominal de 5.000 millones de dólarescompuesto por: Bonar X (U$S 500 millones), Discount 33 (U$S 1.250 millones) y Bonar 2024 (U$S 3.250millones). Y un paquete complementario de 1.000 millones de dólares compuesto por: Boden 2015 (U$S400 millones), Bonar X (U$S 300 millones), Bonar 2024 (U$S 300 millones). En mayo de 2014, Repsol yahabía vendido toda la cartera de bonos argentinos quedando extinguida la deuda de 5.000 millones dedólares reconocida por Argentina. Ahora esos bonos argentinos están en otras manos. Los Boden 2015fueron vendidos a JP Morgan en mayo de 2014.

Hidrocarburos: modelo productivo extractivista

87

Luego de la estatización parcial, la producción continuó en descenso. En 2015, la

producción de petróleo9 fue 30.894.027 m3, en 2014, de 30.881.427 m3, en 2013 llegó a

31.327.461 m3, por debajo de los 32.997.883 m3 del año anterior, según datos del Ministerio

de Energía y Minería de la Nación. En el caso del gas, la producción en 2015 fue de

42.901.588 miles de m3, en 2014 fue de 41.484.024 miles de m3, en 2013, 41.708.300 miles

de m3, por debajo de los 44.123.065 miles de m3 de 2012.

Varios programas de incentivación a la producción llevados adelante desde el

Estado Nacional en los últimos años desacoplaron los precios de la energía local de los

mercados internacionales. A pesar del descenso del precio internacional de los

hidrocarburos, en Argentina mejoraron las condiciones de los productores ya que se llevó

el precio del gas por millón de BTU, de 2,8 dólares a 7,5 dólares, es decir casi tres veces

más, lo que representó un incentivo para las empresas privadas. Lo mismo sucedió con el

petróleo que paso de 42 dólares el barril interno (2007) a alrededor de 70 dólares (2014).

Según el gobierno, este incentivo permite garantizar el empleo. En este contexto,

Argentina es uno de los pocos países del mundo donde las compañías ampliaron sus

operaciones en 2016. Incluso se está produciendo una paradoja: en el primer trimestre del

año 2016 se registra superabundancia de crudo sin embargo el Ministro de Energía

convino importar cargamentos de crudo desde Nigeria a precios inferiores a los que se

comercializa en el mercado interno.

La escasez de gas natural durante los últimos años es un problema que obligó a

importar volúmenes crecientes y costosos de gas, natural y licuado. Pasamos de importar

en el año 2010 3.612.263 miles de m3 a 11.809.593 miles de m3 en 2013 (Ministerio de

Energía y Minería de la Nación, 2015) y 11.929.699 miles m3 en 2014 (ENARGAS). La

Argentina recibe gas extranjero por dos vías: desde Bolivia, a través de gasoductos, y

desde ultramar, en la forma de gas natural licuado (GNL), que llega por barco a los

puertos de Bahía Blanca y de Escobar donde se encuentran las plantas regasificadoras.

Los precios varían de acuerdo al momento de la operación, modo contractual y el origen

del gas natural. Por millón de BTU, las compañías que extraen gas nacional reciben unos

2,8 dólares para pozos en función y 7,5 dólares para la producción que surja de nuevas

9 Los precios del petróleo, que en el primer semestre del año 2008 superaron los 145 dólares el barril, amediados de 2014 rondaban los 100 dólares. En julio de 2015 el petróleo crudo estaba a menos de 60dólares el barril. En enero 2016 bajó a 26,50 U$S el barril. En abril 2016 registra una leve alza con 43 U$S(OPEP)

Cacace – Morina

88

inversiones. Pero las importaciones de gas de Bolivia se pagaban unos 11 dólares MBTU en

2014 y en marzo 2016 se pagan 5,4 dólares como consecuencia del derrumbe del valor de

los hidrocarburos en los mercados internacionales. El GNL se llegó a pagar 20 dólares el

MBTU en marzo 2014 y se paga 5,04 dólares en marzo 201610. Chile suministrará 5,5

millones de metros cúbicos diarios de gas a Argentina entre los meses de mayo y

septiembre de 2016 que representarán cerca del 20 % del total de las importaciones

argentinas de esta energía. Chile recibe el gas desde el sudeste asiático que exporta a la

Argentina para consumo industrial y residencial en Bs As.

Desde distintas posiciones políticas, se declama que la recuperación del

autoabastecimiento energético pasa por la explotación del megayacimiento neuquino

de Vaca Muerta con hidrocarburos no convencionales que deben extraerse a través del

fracking o fractura hidráulica. En Zapala es donde se hizo el primer pozo de fracking del

país; un territorio árido, donde la empresa estadounidense Apache trabaja sin

autorización de las comunidades indígenas Gelay Ko. No hubo consulta ni estudios

previos de impacto ambiental. Apache está extrayendo agua del acuífero Zapala,

mientras las comunidades carecen de acceso al agua. Cerca de Las Heras, Golfo San

Jorge, provincia de Santa Cruz, YPF perforó tres pozos con técnicas de fracking. Allí se

registró el primer movimiento sísmico que podría estar ligado a esta actividad (2013).

YPF lidera en América Latina proyectos exploratorios y de producción en recursos no

convencionales. Loma Campana, en sólo dos años, se convirtió en el primer yacimiento

de shale en el mundo fuera de América del Norte y el segundo en producción de

petróleo de la Argentina, con 40.000 barriles diarios y más de 300 pozos perforados. En

un sector de El Orejano, el proyecto insignia de gas de esquisto de YPF y de

Schlumberger Ltd. SLB, el gigante de servicios petroleros de Houston, llama la atención el

paisaje con tuberías azules de fracturación hidráulica entrecruzándose sobre el terreno.

Ante la necesidad de fuentes de financiamiento, YPF firmó un acuerdo con la

estadounidense ecocida Chevron, con una inversión que superaría los U$S 15.000

millones, en el plazo extendido11 y con la empresa china Sinopec.

10 Instituto Argentino de la Energía “General Mosconi” www.iae.org.ar

11 El acuerdo, firmado el 16/07/13, es por la explotación sobre 30.000 Km .2. La inversión inicial sería de U$S1.240.- millones para trabajar 100 pozos en 20 Km.2. En 2017 debe haber 1500 pozos en perforación, en 395Km.2. Cabe acotar que el acuerdo, además de Chevron, incluye a Gas Medanito, Exxon, PAE, Petronas,Dow y CGC (Compañía General de Combustibles).

Hidrocarburos: modelo productivo extractivista

89

La técnica extractiva está hoy muy cuestionada, tanto en la Argentina como en

otros países debido a sus efectos nocivos. Varias de las sustancias que se inyectan son

altamente contaminantes e incluso cancerígenas (D’Elía, Ochandio y Observatorio

Petrolero Sur, 2014). En nuestro país la búsqueda de estos hidrocarburos está

extendiendo la frontera extractiva a todo el territorio nacional, como por ejemplo Entre

Ríos, Chaco, Santiago del Estero y Buenos Aires; norte de Neuquén y sur de Mendoza, y

la cuenca del río Paraná, bajo la cual se encuentra el acuífero guaraní, una de las

reservas de agua dulce más importantes de todo el planeta. La difundida confianza en

recuperar el autoabastecimiento explotando el petróleo y el gas no convencional, con

técnicas cuestionadas a escala internacional, demuestra que los riesgos sociales y

ambientales siguen siendo minimizados o directamente ignorados.

3. Consideraciones finales

La Argentina deberá seguir importando gas durante los próximos 20 años y

necesitará millones de dólares de inversión para acompañar el crecimiento de la

demanda interna de energía. Este es el resultado de la política de privatización,

desregulación, desnacionalización del sector energético y del vaciamiento de YPF. La

apuesta por la explotación de gas y petróleo no convencionales significa consolidar una

matriz energética dependiente de los hidrocarburos (cada vez más escasos, y con

mayores riesgos ambientales), cuando se debería apostar a la diversificación, en pos de

modelos alternativos y realmente sustentables. Se estima que la producción de Vaca

Muerta y otras formaciones no convencionales no alcanzarán volúmenes significativos

hasta el 2020/25. Otro de los problemas radica en que el 70% de la actividad petrolera

que actualmente se desarrolla fuera de YPF se rige aún por gravosos contratos suscriptos

que vencen en muchos años (algunos en 2047) y que poseen la libre disponibilidad del

crudo con el poder discrecional de los gobernadores de las provincias petroleras para

manejar estos recursos. La expropiación de recursos naturales continúa muy vigente.

La crisis energética implica una pésima gestión de los hidrocarburos y una grave

debilidad estratégica de Argentina. Un país sin un buen abastecimiento energético, sin

reservas estratégicas suficientes, y sin el pleno dominio y propiedad de las fuentes

energéticas, resulta muy vulnerable. Es fundamental que los ingresos derivados de la

propiedad de los yacimientos sean captados por el conjunto de la sociedad, que en su

forma político-jurídica es el Estado.

Cacace – Morina

90

4. Referencias Bibliográficas

CEPAL. “La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe 2014”. 2015.Santiago de Chile. http://www.eclac.org/publicaciones/xml/9/43289/2011-322-2010-WEB_ultimo.pdf (julio 2015).

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GAVALDÁ, Marc (2004). La recolonización. Repsol en América Latina: invasión yresistencias. Barcelona, Icaria editorial.

GEJO, Omar.; MORINA, Jorge O.; VELÁZQUEZ, Guillermo (2000). “Economía yterritorio en Argentina 1975-2000. La violencia de los de arriba”. En Estudios Socioterritoriales, Revista de Geografía, Año I, N°1. Tandil, CIG-FCH-UNCPBA.

GUDYNAS, E. (2013). Extracciones, extractivismos y Extrahecciones. Un marcoconceptual sobre la apropiación de recursos naturales. Observatorio del Desarrollo,Centro Latino Americano de Ecología Social (CLAES), Nro. 18, pp.1-18.

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Diplomatique- Edición Cono Sur, Año XIV, Nº 168, junio 2013. SVAMPA, M.y VIALE, E. (2014). Maldesarrollo. La Argentina del extractivismo y el

despojo. Katz Editores, Buenos Aires.

Número 1 – Año 2016 – Versión digital

https://boletingeoecon.wordpress.com

91

Anexo

I Congreso de Geografía Económica

Mar del Plata, Argentina 22, 23 y 24 de junio de 2016

"La nueva geografía del capitalismo”

Hace diez años atrás, en 2005, se conformó el Colectivo Geoecon, producto de la

decisión de varias cátedras universitarias directa o indirectamente involucradas en el

dictado de Geografía Económica. De él surgieron las Jornadas de Geografía Económica,

una cita anual que se ha desarrollado desde ese momento en la Argentina (2005-2015).

Al cabo de una década de esa experiencia, el Colectivo Geoecon ha planteado la

realización del Primer Congreso de Geografía Económica, en junio de 2016, en la ciudad

de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, Argentina. Éste se llevará a cabo bajo el

lema de "La nueva geografía del capitalismo" y presidido por dos grandes ejes

conceptuales: a) "el capitalismo como geografía"; y b) "Crisis y geografía".

La creación del Colectivo Geoecon fue concebida como una herramienta para el

desarrollo de un trabajo coordinado en pos del fortalecimiento de nuestra especialidad,

la geografía económica, por considerarlo una necesidad para su apuntalamiento en el

ámbito universitario. Sin embargo, este no fue el único objetivo. Entendimos también la

prioridad de desarrollar esta especialidad como un hecho estratégico frente al vuelco

Anexo

92

conservador que había primado en la evolución de nuestra disciplina, circunstancia que

no difiere de lo que ha ocurrido en otras disciplinas en los últimos treinta años, y que ha

respondido a la expansión de distintas expresiones de eso que se ha denominado

Posmodernidad. Y que en el campo de la geografía se ha verificado por la multiplicación

de las vertientes culturalistas.

En nuestra disciplina, la geografía económica es la llave para el reingreso del

materialismo histórico; es decir, para enfrentar a las orientaciones conservadoras. El

colectivo Geoecon, las Jornadas de Geografía Económica y, ahora, el Congreso de

Geografía Económica se enmarcan en ese norte estratégico. De allí la elección del lema;

de allí también la elección de los ejes conceptuales. Ambos expresan la voluntad de

tomar la iniciativa para enarbolar a la geografía económica como un instrumento

esencial para acompañar la contraofensiva materialista en, y desde, nuestra disciplina.

"A nova geografia do capitalismo"

Há dez anos, em 2005, foi criado o coletivo Geoecon, motivado por uma ação de

vários departamentos universitários Argentinos, que direta ou indiretamente estavam

envolvidos com pesquisa de Geografia Econômica. Esse coletivo criou As Jornadas de

Geografia Econômica, um evento anual que tem sido organizado desde então, na

Argentina (2005-2015).

Após uma década de experiência, o Coletivo Geoecon idealizou a realização do

Primeiro Congresso de Geografia Econômica, em junho de 2016, na cidade de Mar del

Plata, Buenos Aires, Argentina. O evento será realizado com o lema "A nova geografia

do capitalismo" e se estrutura por dois eixos conceituais: a) "capitalismo e geografia" e b)

"Crise e geografia."

A criação do Coletivo Geoecon foi pensado como uma ferramenta para o

desenvolvimento de uma abordagem coordenada para fortalecer nossa área do

conhecimento, geografia econômica, estruturando uma articulação entre universidades.

No entanto, este não foi o único objetivo. Também entendíamos como prioridade o

I Congreso de Geografía Económica

93

fortalecimento e o desenvolvimento dessa especialidade como estratégia para enfrentar

o avanço da onda conservadora que vinha ganhando terreno, bem como o

fortalecimento de nossa disciplina, que não foi diferente do que aconteceu em outras

disciplinas nos últimos trinta anos, e tem respondido à altura a expansão dos diferentes

modelos, os quais genericamente são chamados de pós-modernismo. E no campo da

geografia, tivemos também uma multiplicação de intervenções culturalistas.

Nossa disciplina, geografia econômica é a chave para a reentrada do materialismo

histórico; isto é, para confrontar a orientação conservadora. O Geoecon, As Jornadas de

Geografia Econômica e agora o Congresso de Geografia Econômica fazem parte das

ações do norte estratégico. Daí a escolha do tema e dos seus eixos conceituais.

Ambos expressaram a vontade de tornar a geografia econômica um instrumento

essencial para acompanhar essa contraofensiva materialista em nossa área do

conhecimento.

The New Geography of Capitalism"

Ten years ago, in 2005, the Geoecon Collective was formed in Argentina. It was

born from a decision made by several groups of lecturers teaching economic geography

and related issues in a number of universities, and it gave birth to the Economic

Geography Symposiums held once a year since 2005.

After one decade, the Collective is now calling for the First Economic Geography

Conference, to be held in Mar del Plata (Argentina) in June 2016. The leading theme of

the EGC is “The new geography of Capitalism”, and the main tracks are “Capitalism as

geography” and “crisis and geography”.

The Geoecon Collective was conceived as a tool for developing a coordinated

agenda to strengthen economic geography. We believe that reinforcing economic

geography is a key strategic objective to counter the conservative shift in our discipline, a

shift that has been common to many academic disciplines for the last 25 years. A shift

that can be identified in the varied expressions of the so-called Posmodernity, and that in

the field of geography has been articulated through the growth of culturalist and

Anexo

94

particularist trends.

Economic geography is the key to bring back in historical materialism. The

Geoecon Collective, the Economic Geography Symposiums and, now, the First Economic

Geography Conference, follow this objective.The theme and the tracks are also framed

within this goal. They illustrate the will to strengthen economic geography as a critical

tool for driving the materialist counteroffensive in and from our discipline.

Número 1 – Año 2016 – Versión digital

https://boletingeoecon.wordpress.com

95

La Nueva Geografía del Capitalismo

Los puertos más transitados del mundo

Anexo

96

Brasil y China en números

Fuente:http://lat.wsj.com/articles/SB11923416391621384233104581617713728698874?tesla=y

La Nueva Geografía del Capitalismo

97

La nueva Ruta de la Seda

Fuente: http://www.odiario.info/b2-img/PLANO2020CHINAPEPEESCOBARPOR.pdf

98

Número 1 – Año 2016 – Versión digital. Edición Cuatrimestral

https://boletingeoecon.wordpress.com/

Estadísticas Comercio Internacional

Omar Horacio Gejo

(GECI – UNLu / GER – UNMDP)

Ana Laura Berardi

(GER – UNMDP/ GECI – UNLu)

Anexo – estadísticas comercio internacional

99

Principales exportadores mundiales de mercancías, 2014Países Valor Porcentaje Porcentaje Acumulado

1 China 2.342 12.3 12.32 EEUU 1.621 8.5 20.83 Alemania 1.508 7.9 28.74 Japón 684 3.6 32.35 Países Bajos 672 3.5 35.86 Francia 583 3.1 38.97 Corea del Sur 573 3.0 41.98 Italia 529 2.8 44.79 Hong Kong 524 2.8 47.5

10 Reino Unido 506 2.7 50.211 Rusia 498 2.6 52.812 Canadá 475 2.5 55.313 Bélgica 471 2.5 57.814 Singapur 410 2.2 60.015 México 398 2.1 62.116 Emiratos Árabes 360 1.9 64.017 Arabia Saudita 354 1.9 65.918 España 325 1.7 67.619 India 322 1.7 69.320 Taiwán 314 1.7 71.021 Suiza 311 1.6 72.622 Australia 241 1.3 73.923 Malasia 234 1.2 75.124 Tailandia 228 1.2 76.325 Brasil 225 1.2 77.526 Polonia 217 1.1 78.627 Austria 178 0.9 79.528 Indonesia 176 0.9 80.429 República Checa 174 0.9 81.330 Suecia 164 0.9 82.231 Turquía 158 0.8 83.032 Vietnam 150 0.8 83.833 Noruega 144 0.8 84.634 Qatar 132 0.7 85.335 Irlanda 118 0.6 85.936 Dinamarca 111 0.6 86.537 Hungría 111 0.6 87.138 Kuwait 104 0.5 87.639 Nigeria 97 0.5 88.140 Sudáfrica 91 0.5 88.641 Irán 89 0.5 89.142 República Eslovaca 87 0.5 89.643 Irak 85 0.4 90.044 Venezuela 80 0.4 90.445 Kazajstán 78 0.4 90.846 Chile 76 0.4 91.247 Finlandia 74 0.4 91.648 Argentina 72 0.4 92.049 Rumania 70 0.4 92.450 Israel 68 0.4 92.8

Total 50 Países 17.612 92.8 92.8Total Mundial 18.494 100.0 100.0

Gejo – Berardi

100

Comercio mundial por regiones- Países exportadores – 2014

Regiones

Posiciones

EuropaOccidenta

l

AsiaPacífico

América delNorte

Centro ySudamérica

EuropaOriental

MedioOriente

ÁfricaTotal

1 - 10 5Alemania (3) PaísesBajos(5)

Francia(6)Italia (8)

Reino Unido(10)

4China (1)Japón (4)Corea (7)

Hong Kong(9)

1EEUU (2)

--- --- --- --- 10

11 – 20 2Bélgica

(13)España

(18)

3Singapur (14)

India (19)Taiwán (20)

2Canadá (12)México (15)

--- 1Rusia(11)

2Emiratos

Árabes (16)Arabia

Saudita (17)

--- 10

21 – 30 3Suiza(21)

Austria(27)

Suecia(30)

4Australia (22)Malasia (23)

Tailandia (24)Indonesia

(28)

--- 1Brasil (25)

2Polonia

(26)RepúblicaCheca (29)

--- --- 10

31 – 40 4Turquía

(31)Noruega

(33)Irlanda

(35)Dinamarca

(36)

1

Vietnam (32)

--- --- 1Hungría

(37)

2Qatar (34)Kuwait (38)

2Nigeria

(39)Sudáfrica

(40)

10

41 – 50 1Finlandia(

47)

--- --- 3Venezuela

(44)Chile (46)Argentina

(48)

3RepúblicaEslovaca

(42)Kazajstán

(45)Rumania

(49)

3Irán (41)Irak (43)

Israel (50)

--- 10

Total 15 12 3 4 7 7 2 50

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la OMC

Anexo – estadísticas comercio internacional

101

Comercio mundial por regiones - % de exportaciones en términos relativos porregión- (2014)

Regiones

Posiciones

EuropaOccidenta

l

AsiaPacífic

o

América delNorte

Centro ySudaméric

a

EuropaOrienta

l

MedioOrient

e

África Tota

l

1 – 10 20.0 21.7 8.5 ... … ... ... 50.211 – 20 4.2 5.6 4.6 … 2.6 3.8 ... 20.821 – 30 3.4 4.6 --- 1.2 2.0 … … 11.231 – 40 2.8 0.8 --- --- 0.6 1.2 1.0 6.441 – 50 0.4 --- --- 1.2 1.3 1.3

…4.2

Total 30.8 32.7 13.1 2.4 6.5 6.3 1.0 92.8

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la OMC