Comer Al Señor - Witness Lee

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    Cuando Dios creó al hombre, no le dijo que necesitaba vida o salvación, ni que debía

    obedecerle, ni que debía ser humilde o pacífico, sino que lo puso en un huerto frente alárbol de la vida, indicándole en efecto que debía comer, comer y comer. ¿De qué habla

    la Biblia? De comer. ¿Cuál es el tema de la Biblia? Comer.

    La Biblia es un libro profundo y misterioso. No nos aburre aun después de leerlarepetidas veces ni podemos agotar sus riquezas después de leerla cien, o mil, o d iez mil

    veces. Cada vez que leemos la Biblia hallamos algo nuevo. Hace unos treinta años yo yahabía gastado tres o cuatro Biblias de tanto leerlas, y pensaba que la entendía casi en sutotalidad. Pero llegué a comprender que todavía hay muchas verdades en la Biblia que

    no he visto. Si ahora me preguntan: “¿Hermano Lee, ¿qué ha descubierto en la Bibliaahora?” Les respondería: “Descubrí una sola palabra: comer”.  

    PARA LEER LA BIBLIA DEBEMOSDESECHAR NUESTRAS IDEAS

    Este tema se presenta claramente en la Biblia, pero no lo vemos ni siquiera después deleerla muchas veces. ¿Por qué no lo vemos? Porque las ideas obsoletas que tenemos son

    un velo que nos cubre los ojos. Es evidente que la palabra comer  se encuentra en laBiblia, mas nosotros no la vemos. Esto se debe a que tenemos ideas preconcebidas y

    viejas.

    Los versículos de Deuteronomio que citamos contienen un mandato que se repitemuchas veces: “Y comeréis allí ... vosotros y vuestras familias” (12:7). Aunque hemos

    leído esta expresión muchas veces, es posible que no veamos que está ahí. Sin embargo,la expresión de Josué 24 que d ice: “Yo y mi casa serviremos a Jehová” (v. 15), que sóloconsta una vez en los sesenta y seis libros de la Biblia, es conocida por todos los

    creyentes. ¿A qué se debe esto? A que en nuestros conceptos naturales, la idea de servira Dios cabe muy bien, pero no tenemos noción alguna de lo que es comer al Señor. Porlo tanto, aun después de leer los versículos que mencionan este tema, quizá todavía no

    veamos la palabra comer. Este verbo está en la Biblia, pero no es parte de nuestrosconceptos. Sin embargo, la noción de servir sí es parte de nuestra mentalidad. S iendo

    francos, inclusive sin leer el versículo de Josué 24, según nuestros conceptos, nosotrosdiríamos igualmente: “Yo y mi casa serviremos a Jehová”. Este versículo bíblicoconcuerda con nuestros conceptos. Por consiguiente, esta idea se fija fácilmente en

    nuestra mente al leer el versículo. Esto es ajustar la Biblia a nuestros conceptos, no

    nuestros conceptos a la Biblia. Este es el problema que tenemos a l leer la Biblia.

    Dios dice que Sus pensamientos no son nuestros pensamientos; con todo, nosotros no

    estamos dispuestos a desechar los nuestros. Cada vez que acudimos a la Palabra deDios, no leemos la Biblia, sino nuestros conceptos. Por ejemplo, tenemos el concepto

    común de que la esposa debe sujetarse al esposo y que e l esposo debe amar a la esposa.Así que, al leer Efesios 5 donde se mencionan estas cosas, las vemos inmediatamente.Pero hay muchos pasajes importantes de la Biblia que pasamos por alto aunque los

    leamos muchas veces.

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    GENESIS: EL DESEO DE DIOS ESQUE EL HOMBRE COMA DEL ARBOL DE LAVIDA

    ¿De qué habla la Biblia de principio a fin? Todos los estudiosos de la Biblia reconocenque hay un principio básico en la Biblia: cuando la Biblia menciona algo por primera

    vez, establece el significado inmutable de ese tema en su desarrollo posterior. Porconsiguiente, si deseamos conocer la debida relación entre Dios y e l hombre, debemos

    ver lo que Dios quería que él hiciera cuando lo creó. Cuando El creó a Adán, no le dijo:“Adán, te he creado para que me adores”. No notamos estas cosas en la Biblia, pues los

     pensamientos del hombre son religiosos. No digo con esto que tales conceptos sean

    malos, sino que son religiosos y provienen de la mentalidad del hombre caído; no son el pensamiento original. Cuando Adán fue creado, Dios lo puso frente al árbol de la vida y

    le dijo que podía comer gratuitamente del fruto de los árboles del huerto. Lo primero

    que Dios deseaba era que el hombre comiera, comiera y comiera. Por eso decimos quela Biblia es un libro que habla de comer. Pero ¿comer qué? Comer a Dios. Comer al

    Señor.

    Sin embargo, podemos ver que de inmediato el hombre cometió el error de comer lo queno debía, y cayó. Es terrible comer lo que no debemos. Adán cayó porque comió.

    Comer físicamente es un símbolo de esto. Lo que comamos, sea de la vida animal o dela vida vegetal, es nuestra provisión vital. Si comemos lo que no debemos, podemosintoxicarnos. En algunos casos, nos podemos enfermar, y en casos más serios, hasta

     podemos morir. Lo mismo se aplica al ámbito espiritual. Solamente Dios es laverdadera comida; debemos comerlo únicamente a El. Si comemos otro alimento,

    comemos lo que no debemos. No nos debe sorprender que todos los seres humanosestén intoxicados. La última oración del libro de Génesis dice, refiriéndose a José: “Loembalsamaron y lo pusieron en un ataúd en Egipto” (50:26). Tal fue el fin de José, y ése

    es precisamente el final del género humano. Este fue el resultado de que el hombre queDios creó se hubiera intoxicado. Después de que el hombre se envenenó, murió, luego

    fue puesto en un ataúd, y permaneció en Egipto.

    EXODO: EL DESEO DE DIOS ESQUE EL HOMBRE COMA EL CORDERO

    Después de Génesis, tenemos el Exodo, libro en el que Dios salva al hombre, quientodavía estaba en Egipto. ¿Cómo llevó a cabo Dios la salvación? En esta ocasión Diosse presentó en otra forma. En Génesis Dios se presentó como árbol de la vida, mas en

    Exodo se presenta como el Cordero.

    Primero, Dios se presenta como una planta; luego como un animal. Ambos son figurasmuy significativas. Un cordero es pequeño, y creo que el árbol de la vida no era un

    árbol grande ni alto, ya que estaba al alcance de Adán. De hecho, pienso que no era unárbol que crecía muy alto, sino que se extendía horizontalmente como la vid. Porconsiguiente, Dios no se nos presenta como algo enorme.

     No digo con esto que Dios no sea grande, s ino que cuando El se nos dio para que lo

    comiéramos, se hizo pequeño. Cuando Jesús vino, los judíos esperaban al Mesías. Para

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    ellos, éste tenía que ser un hombre grandioso. No obstante, cuando vino el Señor Jesús,

    a ellos les pareció muy débil y sin atractivo ni majestad; para ellos, El era un nazareno,de Galilea. Era verdaderamente insignificante.

    Un día este pequeño hombre Jesús hizo algo espectacular. Alimentó con cinco panes y

    dos peces a cinco mil personas, sin contar a las mujeres ni a los niños. Por eso los judíosdijeron: “Este verdaderamente es el Profeta”, y trataron de hacerle rey. El Señor se les

    escabulló cuando oyó tal cosa. Nosotros no lo necesitamos aplaudir, pues si lo hacemos,El no recibirá el homenaje, sino que se irá. Al día siguiente el Señor Jesús regresó, perono haciendo un despliegue de grandeza, sino en secreto, y les dijo: “Yo soy el pan de

    vida. Vine como alimento. No me interesa ser vuestro rey. No me adoréis, ya quecuanto más lo hacéis, más me desagrada. Pero si me coméis, me alegraré. Yo soy el pan

    de vida; el que me come vivirá por causa de Mí”.  

    Este concepto no se basa en la moral ni en la religión; ya que es un concepto divino.Hasta el presente, nosotros tenemos conceptos religiosos y seguimos pensando que el

    Señor está lejos en los cielos y que es supremamente santo. No digo que esto sea erradoni que no sea bueno, sino que no concuerda con el co ncepto de Dios, e l cual consiste enque no hagamos un sinnúmero de actividades sino que le comamos.

    CRISTO VINO PARA QUE LE COMAMOS

    Los versículos que leímos en Deuteronomio 15 dicen que el primogénito del ganado nodebe ser puesto a trabajar, ni se debe esquilar al primogénito de las ovejas, sino quedeben comerse (vs. 19-20). ¿Qué significa esto en la tipología? Cuando muchos

    creyentes, y también incrédulos, hablan de Cristo, esperan que El labore para ellos o

    desean esquilarlo. Nadie piensa en comer a Cristo. Pedirle a Cristo que labre la tierrasignifica pedirle que haga algo para nosotros. ¿Ha notado que todos queremos que

    Cristo labre la tierra para nuestro beneficio todos los días? Si uno no puede resolveralgún desacuerdo con su esposa, ora así: “Señor, Tú sabes qué esposa me diste; ya no sé

    qué hacer. Por favor cámbiala”. Esto es pedirle al Señor que labre la tierra en favornuestro. Algunas hermanas oran así: “Señor, Tú sabes cuán terco es mi esposo. Porfavor cámbialo; s i no, no podré soportar más esta situación”. Cuando le pedimos al

    Señor que haga estas cosas para nosotros, le estamos pidiendo que labre la tierra.

    ¿Qué significa esquilar a las ovejas? Es quitarles la lana, la cual se usa para hacer ropa.Tal vez q ueramos que Cristo sea nuestro ornamento externo y tratemos de imitarlo. Son

     pocos los creyentes que escapan a esto. Los creyentes que no aman al Señor lo hacen aun lado sin siquiera notarlo. Pero los que le aman desean que El les labre la tierra o

    quieren esquilarlo.

    La Biblia no nos dice que debemos labrar la tierra sino que debemos comer. No le pidaa Cristo que haga algo en favor suyo; más bien coma a Cristo. No le pida que cambie asu cónyuge; más bien, coma a Cristo y vívalo a El. Tal vez su cónyuge no cambie nada,

     pero para usted, el vivir será Cristo. No le pida al Señor que discipline a su cónyuge, pues El nunca responde esa clase de oración. El Señor le dirá: “Mejor usaré mi vara

     para disciplinarte a ti”. Necesitamos comer al Señor. Cuando comemos al Señor,cualquier maltrato por parte de nuestro cónyuge nos será placentero. ¡Aleluya! Nonecesitamos que el Señor labre la tierra por nosotros ni necesitamos esquilarlo;

    sencillamente debemos comerlo.

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    Es como si el Señor nos dijera: “Yo soy el pan de vida. El que me come vivirá por causa

    de Mí. No esperéis que haga obras en vuestro favor, ni esperéis que yo sea vuestroornato. Debéis comprender que yo vine para daros vida, y vida en abundancia. Yo deseo

    entrar en vosotros y ser vuestra vida y vuestro todo. Si yo vivo en vosotros, no os preocuparéis por las circunstancias. Es bueno que vuestro cónyuge cambie, pero es aún

    mejor si no cambia. Es bueno que vuestra esposa sea sumisa, pero es mejor si no lo es.Es hermoso tener un esposo tierno y comprensivo; sin embargo, es más hermoso si estosco y áspero”.  

    Por consiguiente, lo que importa es tener vida en nosotros; no implorarle a Cristo que

    nos haga favores. Si Cristo entra en nosotros para ser nuestra vida y nuestro suministrovital, podemos hacer lo que otros no pueden, soportar lo que otros no pueden y llevar

    las cargas que otros no pueden. No labremos la tierra ni esquilemos las ovejas; más bien¡comamos al Señor! No esperemos que El sea nuestro Profeta ni nuestro Rey. El vino

     para ser nuestro pan de vida. Así que, comámosle.

    ¿De qué trata la Biblia? ¡De comer! ¿Para qué vino Jesús? Para que le comamos.Cuando un creyente tradicional habla de la Pascua, le da importancia suprema a lasangre, lo cual es válido; no lo niego. El hombre pecó y necesita la sangre. Sin embargo,

    en el huerto de Edén sólo estaba el árbol de la vida, y no se menciona la sangre, ya queésta sólo se hizo necesaria cuando el hombre pecó, pero el cordero no sólo tiene sangre,sino también carne. La sangre nos limpia de los pecados que cometimos por causa de la

    caída, y la carne nos suministra la vida del árbol de la vida. Por lo tanto, no sólotenemos la sangre, sino también la carne.

    Al leer Exodo 12 vemos dos cosas, la sangre y la carne. Aquélla fue rociada en los

     postes de la casa, por fuera, para que la casa estuviese cubierta por la sangre. ¿Quéhicieron los hijos de Israel que estaban cubiertos por la sangre? Comieron. Muchoscreyentes hablan claramente de la sangre, pero el centro de la Pascua no es la sangre,

    sino la carne. La sangre es necesaria para participar de la carne; la aspersión de lasangre conduce al hombre a comer la carne. La sangre trae redención, y ésta, a su vez,

    conduce el hombre a disfrutar a Cristo como vida.

    DEUTERONOMIO: EL DESEO DE DIOSES QUE EL HOMBRE COMAEL PRODUCTO DE LA TIERRA

    En el libro de Deuteronomio, vemos todo tipo de productos como diversas ofrendas que

    el pueblo de Israel traía a Dios. Estos productos tipifican a Cristo. Aunque las ofrendasse ofrecen a Dios, se convierten en nuestra comida. Ofrecemos a Dios estos productos,

     pero también llegan a ser nuestro alimento. Así que comemos lo que traemos como

    ofrenda.

    En esta etapa, lo que disfrutamos no es sólo el cordero sino también la fiesta, en la cualtenemos bueyes, ovejas, tórtolas, grano, vino fresco y una gran variedad de primicias.

    Tenemos un rico banquete que incluye plantas y animales. Además, comemos este banquete siete días, no uno solo. Comemos durante los siete d ías de la fiesta.

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    Hoy comemos a Cristo no sólo como el árbol de la vida y como el Cordero, sino

    también como la fiesta. Guardamos la fiesta de Cristo. En cada reunión de la iglesiaguardamos la fiesta y comemos a Cristo. ¡Venid y celebrad la fiesta! ¡Venid y comed a

    Cristo!

    APOCALIPSIS: EL DESEO DE DIOS SIGUESIENDOQUE EL HOMBRE COMA DEL ARBOL DE LAVIDA

    Por último, al final de Apocalipsis vemos la Nueva Jerusalén, la cual tiene un río y elárbol de vida que crece a ambos lados del río. Hay un versículo en el último capítulo de

    Apocalipsis que dice: “Bienaventurados los que lavan sus vestiduras, para tener derechoal árbol de la vida, y para entrar por la puertas en la ciudad” (v. 14). Vemos, entonces,

    que nuestro destino es comer y beber al Señor, ya que Dios así lo disp uso. El ordenónuestro destino. No debemos elegir lo que a nosotros nos parece.

    Aun antes de la fundación del mundo, Dios determinó que nuestro destino y nuestrofuturo sería comer al Señor diariamente. ¿Qué deben hacer los creyentes? ¡Comer al

    Señor! ¿Qué c lase de creyentes debemos ser? Debemos ser creyentes que comen alSeñor. ¿Qué clase de iglesia hemos de ser? Una iglesia que come al Señor. Loscreyentes son personas que comen al Señor. En esto consiste el recobro del Señor. ¿Qué

    está recobrando el Señor? El está recobrando la práctica de comerle. La cristiandad, engeneral, perdió esto, y dejó de ver el hecho de que los creyentes tienen derecho a comer

    al Señor. Esto es lo que el Señor está recobrando en la actualidad.

    Bienaventurados los que lavan sus ropas, porque ellos tienen derecho al árbol de la vida. No dice que tienen derecho a adorar ni a servir, sino a comer. Ultimamente cuando sereúne la iglesia en Los Angeles, los asientos no están ordenados en hileras, sino en

    numerosos círculos pequeños. O í que planeaban tener muchas mesas, a fin de sentarse juntos y disfrutar el banquete. Esto tiene mucho significado. Miren cómo están

    organizadas las bancas en este salón. Cuando los hermanos y las hermanas se reúnenocupan las bancas, fila por fila, da la impresión de que estuvieran en “el culto dominicalde adoración”. Cuando ustedes se sientan de esta forma, reina la atmósfera de un “culto

    dominical de adoración”. No piensen que la distribución de los asientos no merece

    nuestra atención. Cuando todos se sientan tan ordenadamente, predomina el sabor de lareligión, y se pierde la atmósfera de banquete. Pero si d istribuimos los as ientos en pequeños c írculos de cinco o seis, tendremos un ambiente de banquete.

    LA MANERA DE COMER

    Si el Señor a quien comemos es el Espíritu, ¿qué órgano debemos utilizar para comerle?

    Debemos usar nuestro espíritu. El Señor es el Espíritu; así que debemos usar nuestroespíritu para comerle. ¿Cómo le comemos? Lo hacemos invocándole: “¡Oh, Señor! ¡Oh,

    Señor!” Invocar a l Señor equivale a comerle. La Biblia dice explícitamente que el Señores nuestro alimento y que debemos comerle. El, como Espíritu, es nuestra comida, y elórgano con el cual le ingerimos es nuestro espíritu. Además, la manera de comerle es

    invocar Su nombre. Invocar al Señor es comerle.

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    Algunos tal vez digan que nosotros no celebramos el culto dominical de adoración con

    aclamación e invocación. Tienen toda la razón. A nosotros no nos interesa ningún tipode culto dominical; nos reunimos para comer al Señor. ¿Cómo lo hacemos? Invocando

    Su nombre. Uno puede ser refinado en muchas reuniones, pero no cuando se trata decomer. Tal vez piensen que invocar al Señor no es algo muy refinado, pero yo sé que es

    agradable y dulce, pues lo he saboreado. Agradecemos y alabamos al Señor porque Elestá recobrando esto hoy. ¿Qué está recobrando el Señor en la actualidad? ¡Quedebemos comerle a El! ¡Aleluya!

    CAPITULO DOS

    EL SEÑOR VINOPARA QUE EL HOMBRE LECOMIERA

    Lectura bíblica: Mt. 15:21-28; Lc. 14:15-16; 15:22-24; 1 Co. 3:2; 1 P. 2:2

    LEEMOS LA BIBLIAPARA TOCAR LA VIDA QUE CONTIENE

    La Biblia es un libro extraordinario. Las ideas y los temas que recalca están, por logeneral, fuera de nuestro alcance y además son contrarios a nuestros conceptos. Por lo

    tanto, cuando leemos la Biblia, debemos hacerlo despojándonos de nuestros conceptos.Debemos decirle al Señor desde lo profundo de nuestro ser: “Señor, líbrame de mis

    conceptos; quita mis velos para poder ver la luz pura contenida en Tu Palabra y paratocar el sentir puro que Tú tienes”.  

    Muchos hemos leído el Nuevo Testamento varias veces. Creo que al hacerlo nos hemos percatado de muchas enseñanzas bíblicas, pero si las examinamos detenidamente,

    descubriremos que la mayoría son conceptos que nosotros ya teníamos y eran parte denuestra mentalidad. Podríamos decir que al leer la Biblia no adquirimos conceptos

    nuevos, salvo los que ya se encontraban en nuestra mente.

    ¿Por qué leemos la Biblia como si fuera un libro de ética o de moral? Porque nuestrosconceptos giran en torno a lo ético y lo moral. ¿Por qué cuando leemos la Biblia, loúnico que vemos es que debemos servir al Señor, laborar para El y tener celo por Sus

    asuntos o hacer obras para El? Esto se debe a que dichas nociones residen en nuestramente.

    Quisiera decir que si bien todos estos conceptos éticos y morales son válidos y constan

    en la Biblia, como por ejemplo, servir al Señor y trabajar para El, son en realidad elresultado de la vida que la Biblia contiene. Lo podemos comparar con un ramo de

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    flores, el cual tiene cierta apariencia, forma y color; sin embargo, estas características

    externas son la manifestación de la vida que contienen las flores. Cada especie de vidatiene su propia esencia, fuerza y forma. Si uno permite que cierta vida se desarrolle, ésta

    manifestará su forma externa y su apariencia. Por consiguiente, la apariencia que se ve por fuera es la expresión de la vida que lleva por dentro.

    Hoy en día cuando leemos la Biblia, es muy fácil ver la apariencia y la forma externa,

     pero no es fácil tocar la vida que está en lo interior. Esta es la dificultad fundamentalque tenemos al leer las Escrituras. ¿Cómo podemos ver la vida que la Biblia contiene?En palabras sencillas: podemos hacerlo comiendo.

    EL SEÑOR ES EL PAN DE LOS HIJOSY, POR ENDE, EL HOMBRE LE PUEDE COMER

    Usemos e l ejemplo de Mateo 15, donde se narra que el Señor se retiró de la tierra de

    Judea a la región gentil de Tiro y Sidón. Una mujer cananea se le acercó y clamó: “¡Tenmisericordia de mí, Señor, Hijo de David! Mi hija sufre mucho estando endemoniada”(v. 22). Aunque ella era gentil, llamó al Señor Jesús Hijo de David, según la tradición

     judía, pero el Señor le respondió: “No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos” (v. 26). La mujer usó el título religioso “Hijo de David”; la respuesta de Jesús

    se refería a pedazos de pan. ¡Qué enorme diferencia entre las palabras dichas por estasdos personas!

    El Hijo de David, un descendiente de la nobleza y heredero al trono era un hombre muy

    importante. En el concepto religioso del hombre, Cristo era un hombre increíblementegrandioso y era el Heredero de la familia real. Pero la respuesta de Jesús indica que Elera el pan para los hijos. ¿Quién es mayor, el Hijo de David o los hijos? Todos

    concordaríamos en que el Hijo de David es mayor. Ahora bien, ¿quién es mayor, loshijos o el pan de éstos? Sobra decir que los hijos son mayores que el pan que comen.Examinemos lo siguiente: ¿quién es mayor, nosotros o el Señor Jesús? Deberíamos

    decir confiadamente que nosotros somos mayores, porque nosotros somos los hijos y Eles el pan; sin embargo, no nos atrevemos a decirlo por la influencia de los conceptos

    religiosos y de las tradiciones. Decir que uno es mayor que el Señor no es una blasfemia para el Señor, sino una expresión genuina que es fruto de conocer al Señor. Con uncorazón sincero, podemos decir: “Señor, te agradezco y te alabo porque llegaste a ser mi

    alimento. El que come es mayor que la comida. Señor, Tú te hiciste suficientemente

     pequeño para llegar a ser el alimento que yo puedo comer”.  

    Cuando el Señor se retiró a las regiones de Tiro y de Sidón, se le acercó una mujer

    cananea que estaba en una condición lamentable, pobre y vil. Para ella el Señor era elHijo de David, un noble descendiente de la familia real. Pero el Señor fue sabio y le dio

    una formidable respuesta, la cual fue sencilla y profunda a la vez: “No está bien tomarel pan de los hijos, y echarlo a los perrillos”. El quería que la mujer cananeacomprendiera que si El adoptaba la posición de Hijo de David no podría venir a ella,

     pues estaría en el trono, no en Tiro ni en Sidón, y ella no tendría derecho a clamar a El.Ella debía saber que El era el pan de los hijos, y que ella tenía su propio lugar. Aun

    como pan de los hijos, ella no tenía derecho a comerle. Ella era un perro gentil. Es decir,

    no conocía bien al Señor, ni se conocía bien a sí misma.

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    El Señor fue verdaderamente sabio, y el significado de Su respuesta fue profundo.

    Además, en ese momento, el Espíritu Santo operó en aquella mujer e hizo que suentendimiento se abriera al oír las palabras del Señor. Ella no d iscutió ni se molestó.

    Fue como si ella hubiera dicho: “Señor, tienes razón. Tú eres el pan de los hijos, y yosólo soy un perro pagano. No obstante, los perros tienen su porción, que es las migajas

    que caen de la mesa. Los perros no pueden comer el pan que se sirve sobre la mesa, pero ¿no podrán comer las migajas que caen de la mesa?” La respuesta de la mujercananea también estaba llena de significado. Es asombroso decir: “Señor, aunque Tú

    eres el pan de los hijos, éste ya no está en la mesa, pues los hijos lo arrojaron de lamesa. Como un perro pagano, yo estoy bajo la mesa, mas Tú también estás debajo de lamesa. Yo estoy en la región de Tiro y Sidón, y Tú no estás en Jerusalén; por lo tanto, Tú

    eres mi porción”.  

    EL SEÑOR SE HIZO TAN PEQUEÑOQUE PUEDE ENTRAR EN NOSOTROS

    Hermanos y hermanas, debemos ver lo significativo de este caso. Las personas sedirigen al Señor según sus propios conceptos religiosos y lo consideran un hombre

    grandioso, pero El nos revela claramente que eso no es acertado. No debemos conocerlesegún nuestros conceptos religiosos, sino según lo que nos revela Su Palabra. En laactualidad, la mayoría de las personas ven a Cristo como lo vio la mujer cananea. Por

    eso, algunos afirman que El era un maestro religioso, otros, que El fue el fundador deuna religión o que fue un hombre muy destacado. Eso es lo que dicen los incrédulos.

    Para los creyentes, Cristo es mayor y más elevado. No niego que el Señor sea grandiosoy altísimo, pero sí debemos comprender que tales conceptos concuerdan con las ideasreligiosas del hombre. Desde que Dios creó al hombre, se le ha revelado y se le presentó

    como árbol de vida. Sabemos que los árboles frutales no son muy altos. Por ejemplo, elmanzano y la vid no son árboles altos. Pero árboles como el abeto o el ciprés, cuya

    madera se usa para hacer postes, son bastante altos. Si los árboles frutales tuvieran unaaltura de cien metros, sería muy difícil comer su fruto. Por eso, estoy convencido de queel árbol de la vida presentado en la Biblia era pequeño y de baja altura. Algunos

    eruditos piensan que el árbol de la vida era una vid, porque el Señor declaró: “Yo soy lavid verdadera”. Aparte de este argumento, el árbol de la vida con seguridad no podía ser

    muy alto.

    ¡Aleluya! Cuando Dios apareció al hombre por primera vez, no se le presentó como un

    árbol enorme, sino como un árbol que estaba a su altura. Más tarde, cuando vino Jesús,el hombre lo consideró un gran líder religioso, pero El dijo: “Yo soy el pan de vida”. El

     pan es aún más pequeño que un árbol. Dios siempre se presenta al hombre como un seraccesible, y no como un ser enorme. Ello se debe a que solamente siendo pequeño

     puede entrar en el hombre. Cuando le ingerimos, El se deleita.

    Muchos conocemos las epístolas de Pablo. Permítanme preguntar: en dichas epístolas¿cuántas veces se nos exhorta a inclinar la cabeza y postrarnos ante Dios? Sólo en unoscuantos casos, pero con frecuencia Pablo usa las expresiones “Cristo en mí” y “Cristo

    en vosotros”. Por ejemplo, dijo: “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”; “agradó a Dios... revelar a Su Hijo en mí”; “Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto,

    hasta que Cristo sea formado en vosotros”; “Cristo en vosotros, la esperanza de gloria”;“para que Cristo haga Su hogar en vuestros corazones” (Gá. 2:20; 1:15-16; 4:19; Col.

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    1:27; Ef. 3:17). Cuando algo entra en uno, ¿qué es mayor: la persona o lo que ingirió?

    ¡Aleluya! La persona es mayor. Cuando alabe al Señor puede decirle confiadamente:“Señor, te alabo porque soy más grande que Tú. Señor, Tú eres más pequeño que yo”.

    Si uno no se atreve a alabar al Señor así, demuestra que lo detienen sus conceptosreligiosos. En la madrugada, trate de decirle al Señor con osadía: “Aleluya. Yo soy

    grande, y Tú eres pequeño”. S i lo hace, le garantizo que su espíritu brincará de gozo. ElSeñor le dirá: “He aquí un hombre que me conoce bien”.  

     No me entiendan mal. No digo que la persona del Señor Jesús sea menor que nosotros.El en Sí mismo es muy superior a nosotros. Sin embargo, El se hizo pequeño, el hombre

    Jesús, a fin de que le podamos comer y disfrutar. Además, cuando El salió de Jerusalény se retiró a la región de Tiro y Sidón, se convirtió en las migajas que caen de la mesa.

    El pan que está sobre la mesa es relativamente grande, comparado con las migajas quecaen, las cuales son muy pequeñas. “Jesús. Te alabo por ser las migajas que caen bajo lamesa. Ahora Tú no eres el Jesús entero, sino Jesús en migajas”.  

    Hace unos quince años en un adiestramiento que tuvimos aquí, me ded iqué a escudriñartoda la Biblia buscando todos los títulos adjudicados al Señor que pudiera encontrar. Eles Cristo, Emmanuel, el Hijo de Dios, y así sucesivamente. Encontramos unos

    doscientos setenta títulos, pero no incluí el título “migajas”. Esta maña na quisieraañadirlo. El Señor Jesús también es llamado migajas. El no sólo es el pan de vida, sinotambién las migajas.

    Repito que Jesús mismo es grandioso, pero a fin de que nosotros le pudiéramos comer,

    El estuvo dispuesto a humillarse y a tomar la forma de esclavo. El hombre, en sus ideasreligiosas, le llama Hijo de David, lo cual concuerda con la forma en que la tradición se

    dirige a El, pero el Señor Jesús dijo: “Yo soy el pan de los hijos; más aún, soy lasmigajas. No soy ni siquiera las migajas que quedan sobre la mesa, s ino las que caen

     bajo la mesa”. El Señor Jesús vino al mismo lugar donde nosotros estamos, a la

    condición caída de Tiro y Sidón. Estas dos ciudades no eran lugares de prestigio, pero elSeñor Jesús descendió allí. Aunque el es santo, se humilló y se solidarizó con nosotros,

     para acercarse a los pecadores y los injustos. Aunque es el gran Dios, se acerca a loshombres viles.

    NO LE PEDIMOS AL SEÑORQUE HAGA ALGO POR NOSOTROS,

    SINO QUE LE COMEMOSLa mujer cananea se le acercó al Señor y le pidió que le hiciera un favor; le pidió quesanara a su hija enferma. Pero la respuesta del Señor no le dio la menor esperanza deque fuera a hacerle favor alguno. Le dijo que El era el pan que la podía alimentar. Esto

    nos muestra que lo que necesitamos no es que el Señor Jesús haga obras en beneficionuestro, sino comerle. Hermana, ¿está enfermo su esposo? No le pida al Señor que lo

    sane. La razón por la cual su marido está enfermo es que usted pueda comer al SeñorJesús, y entonces su esposo sanará. ¿Está abatida por la desobediencia de sus hijos?Usted ora con frecuencia pidiéndole al Señor que haga el milagro de hacer que sus hijos

    sean obedientes. Pero cuanto más ora, menos eficaz parece la oración y peores sevuelven sus hijos. Ahora usted sabe lo que debe hacer: comer más al Señor. Coma bien

    al Señor, y su hijo sanará.

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    Cualquier neces idad que tengamos es una evidencia de que necesitamos comer al Señor

    Jesús. ¿Está desempleado? No le pida al Señor que le dé un trabajo; lo único que debehacer es comer al Señor Jesús, y el trabajo aparecerá. Cuando los incrédulos oyen estas

     palabras, piensan que esto es una necedad, pero los que tienen experiencia saben que eltrabajo viene como resultado de comer al Señor. No le pidamos al Señor que haga algo

    fuera de nosotros. Más bien, coma al Señor e ingiéralo.

    Hermanos y hermanas, ya vimos que el Señor Jesús verdaderamente se hizo alimento para nosotros. Nuestra mentalidad necesita un cambio. Los ancianos de todas laslocalidades administran fielmente las iglesias, las llevan en sus corazones y desean

    ardientemente que avancen. Pero estar ansiosos por el progreso de las iglesias, aunquesea una preocupación genuina, no ayuda. No le pidamos al Señor que nos ayude a

    cuidar bien a las iglesias; lo que debemos hacer es comer algunas migajas del SeñorJesús. Cuando comemos más de El, las iglesias son avivadas.

    Esta es la perspectiva primordial del Nuevo Testamento. El Señor no vino a hacer obras

    en favor nuestro, sino a alimentarnos. Es una equivocación pedirle al Señor que, como primogénito del ganado, labre la tierra para nosotros, y también es un error despojarlode su lana para embellecernos nosotros. Cuando la mujer cananea mencionada en Mateo

    15 le pidió al Señor Jesús que sanara a su hija enferma, El le contestó algo así: “No me pidas que sea como los bueyes para labrar tu tierra; soy las migajas que puedes comer. No te preocupes si tu hija está enferma o sana, sólo ¡cómeme! Cómeme, y tu hija

    sanará”.  

    Tenemos problemas en nuestra vida familiar porque no comemos a Jesús. Cuando laesposa come a Jesús, el esposo cambia para bien, y cuando el esposo come a Jesús, es

    ella la que cambia. Cuando los hijos comen a Jesús, los padres dejan de ser un problema. Cuando los padres comen al Señor Jesús, los hijos se vuelven a Dios. Necesitamos ingerir al Señor y dejar que sea nuestra vida, nuestro alimento y nuestro

    todo; sólo entonces las circunstancias cambiarán.

    De hecho, ni siquiera nos preocupa si las circunstancias cambian; sólo nos interesacomer y disfrutar al Señor. El es comestible. Primero comemos las migajas que caen de

    la mesa; después de cierto tiempo, comemos lo que está sobre la mesa. Cuando los perros gentiles comen a Cristo, llegan a ser hijos de Dios. Después de que los hijoscomen más de Cristo, llegan a ser piedras preciosas. En Apocalipsis 2, el Señor le dice

    al mensajero de la iglesia en Pérgamo: “Al que venza, daré a comer del maná

    escondido, y le daré una piedrecita blanca” (v. 17). La piedrecita blanca es e l que vence.El que come el maná escondido llega a ser una piedra blanca en el edificio de Dios.

    EL CONCEPTO BIBLICO ES COMER

    Cuando el hijo pródigo regresó a casa, fue cubierto por fuera con el mejor vestido, elcual su padre tenía preparado, pero interiormente todavía tenía hambre. Por lo tanto, el

    Padre dijo: “Traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y regocijémonos” (Lc.15:23). Este es el concepto neotestamentario, el cual se ve en toda la Biblia.

    El Señor Jesús dijo que la predicación del evangelio es semejante a un hombre que

     preparó un gran banquete. Cuando nosotros predicamos el evangelio, por lo generalinstamos a las personas a arrepentirse y les hablamos del pecado. Pero en esta parábola

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    el Señor Jesús dijo: “Id y traed a los convidados a la cena, pues todo está preparado”.

    ¿Traedlos para qué? ¡Traedlos para que coman! No nos preocupemos si los incrédulosno confiesan sus pecados ni se arrepienten. Cuando coman al Señor, se regocijarán.

    Luego, cuando comprendan que son pecadores, llorarán. Este llanto y la confesión de pecados que conlleva son mejores que lo que hubieran hecho si los hubiésemos

    convencido de que eran pecadores. Por lo tanto, cuando prediquemos el evangelio,debemos instarles a comer. El hombre necesita comer al Señor, ingerirlo.

    Pablo dice en sus epístolas que él alimentaba a los creyentes con leche. Pablo tambiénafirma que los recién nacidos anhelan la leche pura y no adulterada. La leche no sólo se

     puede beber sino también comer. La leche es un alimento nutritivo. Por lo tanto, elconcepto bíblico radica en comer. La Biblia es un libro que habla de comer. ¡Comer,

    comer y comer! ¡Necesitamos comer al Señor Jesús!

    CAPITULO TRES

    VAMOS AL BANQUETEY CELEBRAMOS LA FIESTA

    Lectura bíblica: Mt. 22:2-4; 1 Co. 10:17-21; 11:23; 5:7-8; Ap. 3:20-21; 19:7-9

    RECIBIR EL EVANGELIOES COMO IR A UN BANQUETE

    En el Nuevo Testamento vemos que cuando el Señor salva al hombre, dirige la atención

    al asunto de comer. Los versículos citados nos muestran que el evangelio es un gran banquete. Ser convidado a este banquete es ser invitado a disfrutar. De veras quisiera

    que leyésemos y orásemos con estos versículos reiteradas veces. Entonces veremos quesi comer no fuera importante, no se repetiría tanto en el Nuevo Testamento. Semenciona en Mateo, luego en 1 Corintios y por último en Apocalipsis. Desde el punto

    de vista de Dios, Su evangelio no se centra en pedirle al hombre que se arrepienta ycrea, y mucho menos en pedirle que se una a cierta religión. El evangelio consiste en

    invitar a las personas a un banquete. Asistir al banquete significa estar ahí para disfrutaral Señor Jesús.

     No obstante, nuestros conceptos naturales están demasiado lejos de este hecho. Si nofuera por el hecho de que este asunto consta en la Biblia, jamás lo aceptaríamos como

     parte de nuestra mentalidad. Pensaríamos que recibir el evangelio equivale a creer yrecibir la verdad. En realidad, estas cosas, no son recibir el evangelio. Recibir el

    evangelio es recibir al Señor para poder comerle, beberle y disfrutarle.

    LA VIDA CRISTIANA

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    En el Nuevo Testamento la palabra fiesta usada en 1 Corintios 5:8, que dice:

    “Celebremos la fiesta”, tiene la misma connotación que en el Antiguo Testamento, en elcual Dios deseaba que Su pueblo le celebrara ciertas fiestas. Ese era solamente el tipo, y

    su cumplimiento se halla en el Nuevo Testamento. El cumplimiento consiste en quedisfrutamos a l Señor Jesús. Toda la vida cristiana consiste en celebrar la fiesta. Cada día

    celebramos la fiesta. Cuando nos reunimos, celebramos la fiesta. Cada vez que nos juntamos para cantar, para orar-leer, para compartir del Señor en mutualidad, seguimosel principio básico de celebrar fiesta.

    En el evangelio de Mateo el Señor dice que el reino de los cielos es semejante a un rey

    que preparó una fiesta de bodas para su hijo y envió a los siervos a traer los invitados ala fiesta (22:2-4). Más adelante, al final de Apocalipsis, dice: “Han llegado las bodas del

    Cordero ... Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero”(19:7, 9). Vemos que el Nuevo Testamento comienza con una fiesta y también terminacon una fiesta. ¿Qué hacemos hoy en la vida cristiana? Si decimos que asistimos a

    conferencias o a servicios religiosos, eso no es una buena respuesta. Estamos aquí para

    celebrar una fiesta. ¿Qué fiesta? La fiesta de bodas del Cordero. No estamos solamenteen una fiesta sino en una fiesta de bodas. Esta fiesta de gran gozo es la fiesta de las

     bodas de Cristo. ¿Cuándo empezó esta fiesta? En el día de Pentecostés, poco después deque el Señor Jesús ascendió a los cielos. La fiesta de bodas no dura dos horas ni dos

    días. Empezó en Pentecostés y continúa en la actualidad.

    El mensaje que escuchábamos cuando estábamos en la cristiandad era producto de losconceptos naturales. Piensen en lo primero que les vino a la mente cuando fueron

    salvos. Inmediatamente, algunos tuvimos la idea de que debíamos ir a más reuniones,aprender más verdades, prestar más atención a la Biblia y otras exigencias de estaíndole. ¿Alguno de nosotros, cuando fue salvo, declaró gozoso que estaba invitado a

    una fiesta y que asistiría a la fiesta de bodas del Cordero? Yo creo que nadie tiene talreacción. Pero el Señor nos d ice claramente que ser salvos equivale a ser invitados a una

    fiesta. Dios preparó una gran fiesta de bodas universal, una fiesta para Su Hijo. Diosdijo: “Venid, porque todo está preparado”.  

     No somos librados del mundo por hacer un gran esfuerzo ni por oír sermones ni por serexhortados ni por ser corregidos; sino por alimentarnos de Cristo. Cuando le hemos

    gustado y le hemos comido, perdemos el interés por el mundo y sus cosas, y no lotomamos ni aunque nos lo ofrezcan. Si otros se enredan en el mundo, no es problema

    nuestro. Nuestro único interés es celebrar la fiesta cada día, comer a Cristo y disfrutarle

    continuamente. Por eso Pablo dice que debemos celebrar la fies ta.

    ¿Cómo celebramos la fiesta? Lo hacemos comiendo el pan sin levadura de sinceridad yverdad. En dicho pan, hay muchos ingredientes, como por ejemplo, amor, verdad,

    iluminación, santidad, poder y paciencia. El pan sin levadura, un pan de sinceridad yverdad, es Cristo. Nosotros celebramos la fiesta no estudiando las verdades ni oyendo

    mensajes, s ino comiendo a Cristo. Cuanto más comemos a Cristo, más tenemos Suselementos.

    Dios no desea que nosotros laboremos ni luchemos ni nos esforcemos. Es cierto que la

    Biblia dice: “El reino de los cielos es tomado con violencia, y los violentos lo

    arrebatan” (Mt. 11:12), pero estas palabras indican la necesidad de disfrutar a Cristo ennuestro espíritu. La era neotestamentaria no es una era de labor sino de fiesta. Te ngamos

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     presente que en el tipo del Antiguo Testamento no estaba permitido trabajar durante las

    fiestas. En los demás días del año se debía trabajar, pero durante la fiesta no era permitido trabajar; más bien, se instaba a todo el pueblo a comer, beber y disfrutar.

    Además, durante las fiestas no comían poco, sino que comían manjares y celebraban.

    LA REUNION DEL PARTIMIENTO DEL PANES LA FIESTA DEL SEÑOR

    ¿Por qué celebramos con frecuencia la reunión en la que partimos el pan? ¿Y quésignifica partir el pan? Nótese la expresión de 1 Corintios 10:21, la mesa del Señor. Lareunión de la fracción del pan es lo que llamamos la mesa del Señor, la fiesta del Señor.

    En la mesa, en esta fiesta, comemos el cuerpo del Señor y bebemos Su sangre. Es decir,comemos y bebemos al Señor. Al mismo tiempo, cuando partimos el pan, declaramos y

    atestiguamos ante el universo que somos un grupo de creyentes que viven festejando aCristo, comiéndole y disfrutándole diariamente. Cuando partimos el pan, exhibimos

    nuestra vida diaria. En nuestra vida normal comemos al Señor, le bebemos y ledisfrutamos. En consecuencia, el domingo nos reunimos para exhibirle ante todos y antetoda la creación, declarando que nuestra vida es sustentada por disfrutar al Señor.

    En la mesa del Señor que celebrábamos anteriormente, retuvimos algunos conceptos de

    la tradición de adorar, ya que prestábamos atención a la manera de alabar al Hijo y deadorar al Padre, lo cual aprendimos de la Asamblea de los Hermanos. Aunque dichas

     prácticas no son incorrectas, no pasan de ser una tradición. En realidad, lo importante en

    la mesa del Señor no es si alabamos o no, sino si abrimos nuestro espíritu y exhibimosuna vez más para que los ángeles y Satanás vean que nosotros ingerimos a Cristo. Ante

    tal exhibición, tal vez alabemos al Señor, o tal vez no.

    Creo que los Hermanos tuvieron mucha luz, pero ésta fue limitada debido a susconceptos humanos y naturales. Por consiguiente, no podemos seguir en ese viejocamino. Si lo hiciéramos, nuestro espíritu quedaría paralizado. As í que, e l énfasis de la

    mesa del Señor es que nos abramos al Señor para recibirle y disfrutarle.

    Por ejemplo, dos hermanos vienen a la mesa del Señor. Uno de ellos tiene una conductaexcelente y lo consideramos un buen hermano. Antes de entrar en la reunió n, se

    examina a sí mismo para ver si ha ofendido a alguien o si ha cometido algún pecado.Después de sentarse en la reunión se comporta con rectitud y rigidez. Cuando otro

    canta, él canta a la par; si otros oran, él dice amén; cuando pasan el pan, é l toma un pedacito, y cuando pasan la copa, bebe un poco. El alaba al Señor y adora a l Padre. Aúnasí, no hay cambio alguno en él. Al salir de la reunión está en la misma condición que

    cuando entró. Tal vez no suceda lo mismo con el segundo hermano. Este tal vez sea bastante inquieto y travieso; quizá haya discutido con alguien el día anterior. Con todo,

    cuando asiste a la reunión del partimiento del pan, tal vez toque al Espíritu y se abra alSeñor de par en par. No está consciente de si alaba o no, pero en la re unión de la mesarecibe al Señor en su interior. Al recibir al Señor, su ser cambia, y exclama ¡Aleluya!.

    En ese momento se remonta a las nubes. No es necesario que le hablemos de los pecados ni de las cosas de la tierra. No hay nada nublado en él. Si le decimos que no se

    enoje contra otros, de inmediato lo derribamos y lo bajamos de la experiencia que está

    teniendo. Cuando él se abre desde lo profundo de su ser y recibe al Señor, se eleva porlos c ielos. Por otro lado, el hermano que es recto es como un insecto que se arrastra por

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    la tierra y no escala las montañas. Esta es la diferencia entre uno que disfruta a Cristo y

    uno que no lo hace.

    Perdónenme si soy muy franco. Algunos posiblemente hayamos venido a la mesa delSeñor todos los domingos por dieciocho años y seamos un “insecto que se arrastra sobre

    la tierra” y que se porta muy bien. Tal vez hayamos sido creyentes durante dieciochoaños y siempre nos hayamos conducido rectamente. Nuestra esposa nos dice que somos

     buenos y nuestros amigos nos elogian. Nadie nos critica, y seguimos siendo insectosque se arrastran sobre la tierra. Todos caen, pero nosotros nunca. Sencillamenteseguimos arrastrándonos lentamente y con paso seguro.

    Tal vez un hermano ha dado problema antes, pero en la reunión toca al Señor. Después

    de esto, regresa cada domingo a tocar al Señor. Dicho hermano no viene a recibir la“Sagrada Comunión” ni a conducirse rectamente ni a adorar al Padre. El viene sólo a

    tocar al Señor y es como un enorme avión que desciende a llenar el tanque decombustible. La mesa del Señor es el aeropuerto donde llena el tanque para toda la

    semana, y así regresa la semana siguiente.

    Por lo tanto, asistir a la mesa del Señor es asistir a un banquete, y también es volver a

    cargar combustible. No se trata de recibir enseñanzas, ni corrección, ni exhortaciones,sino de reunirnos con el Señor interiormente. Es por eso que nuestra reunión no necesita

    ningún precepto. ¿Para qué sirven los preceptos? ¿Qué mérito tienen? Basta con quetoquemos al Señor interiormente. En tanto que llenemos nuestro interior decombustible, si nos conducimos rectamente, si gritamos o s i rodamos por el piso o si

    saltamos; todo ello estará bien.

    Sin embargo, no animo a nadie a inventar algún tipo de ardid, ya que eso carecería desentido. Ser astuto es una cosa, pero tocar al Señor es completamente otra. No deseamos

    establecer preceptos porque no queremos limitar a los santos ni impedirles que toquen alSeñor.

    Puesto que la mesa del Señor es una declaración, ésta debe estar respaldada por la vida.

    Si nuestra vida privada no es la misma que declaramos, entonces la reunión deja de seruna declaración y se convierte en una actuación, un espectáculo. Si en nuestra vida

     privada no disfrutamos a Cristo y asistimos a la reunión sólo para dar la impresión de

    que lo hacemos, eso será una falsedad. La reunión de la mesa del Señor que celebramosno es un simulacro ni una actuación, sino un testimonio y una declaración, que anuncia

    a todo el universo que vivimos por comer al Señor, por beberle y por disfrutarle; por lotanto, nos reunimos para dar testimonio ante todo el universo de que somos personasque comemos, bebemos y disfrutamos al Señor.

    Creo que cuando volvamos a la mesa del Señor, nuestro concepto será otro. No

    estaremos allí con ningún precepto. De hecho, no es necesario guardar ninguna norma.Abriremos nuestro espíritu y tocaremos al Señor en nuestro espíritu. No tenemos

    normas ni restricciones. Es así como debemos vivir cada día, sin ritos ni preceptos, sinoabiertos a l Señor en nuestro espíritu comiéndole y bebiéndole continuamente. Entonces,al llegar el domingo, nos reunimos y declaramos una vez más que ésta es la manera en

    que vivimos. Celebramos la fiesta todos los días. ¿Hasta cuándo celebraremos la fiesta?

    El Señor Jesús nos dijo que lo hiciér amos “hasta aquel día en que lo beba nuevo convosotros” (Mt. 26:29). Un día ce lebraremos la fiesta con El cara a cara. En la actualidad,

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    comer al recoger la cosecha. La siembra inicial es relativamente fácil, pero recoger la

    cosecha al final, no es tan fácil. Después de sembrar las semillas, no sabemos concerteza si obtendremos una cosecha. Hasta ese momento, lo que comemos del Señor se

    halla en la etapa inicial, la etapa de la siembra.

    Debo dejar b ien en claro que nosotros no debemos detenernos en el deleite queexperimentamos al sembrar, sino que debemos avanzar al deleite que tenemos al

    cosechar. Cuando sembramos, lo único que hacemos es depositar la semilla en la tierra.En lo sucesivo, debemos velar por que brote, crezca y lleve fruto. Solamente entoncestenemos el deleite de la cosecha. Al disfrutar en sembrar, recibimos algo del Señor en

    nuestro interior. Cuando invocamos al Señor y oramos- leemos Su Palabra, recibimosuna porción del Señor como una semilla en nosotros. Esto puede producir una cosecha

    si estamos dispuestos a permitir que la semilla crezca. Si lo hacemos, habrá unacosecha, si no, no habrá cosecha alguna.

    DEBEMOS LABORAR PARA OBTENERUNA BUENA COSECHA

    Según lo que he observado, el deleite que los hermanos y las hermanas tienen esmayormente el deleite de sembrar. Muchas de las semillas sembradas en nosotros no

     producen mucho resultado. ¿A qué se debe esto? A que después de comer, beber ydisfrutar al Señor, no le permitimos crecer ni madurar ni llevar fruto en nosotros.

    Supongamos que digo: “Oh, Señor Jesús”. Creo que invocar a l Señor tiene efectos

    evidentes en nosotros, ya que no podemos invocar al Señor sin que esto traigarepercusiones. Cuando le invocamos, El viene a nosotros. Por un lado, El viene areconfortarnos y, por otro, tal vez venga a incomodarnos. Si un esposo invoca al Señor,

    es posible que el Señor le toque el corazón y le diga: “¿Te diste cuenta de que ofendistea tu esposa?” El esposo dice: “Señor, límpiame con Tu sangre preciosa”. Pero el Señorañade: “En verdad la sangre te puede limpiar, pero no puede confesar tus pecados por ti.

    Ve y confiésale esto a tu esposa”. ¿Qué debe hacer este esposo? Algunos hermanos pueden endurecer su corazón y no obedecer. Si se rehúsan a cambiar de actitud, es

     posible que el Señor los abandone. Si nos hallamos en esa situación y tratamos deinvocar al Señor, no obtendremos el mismo resultado que antes. El Señor Jesús conocenuestra situación. Así que, cuando le invoquemos de nuevo, El no actuará. Todos hemos

    tenido experiencias de esta índole. Anteriormente el Señor venía cuando le invocábamos

    diciendo: “Oh, Señor”, pero ya no viene. Cuanto más le invocamos, menos resultadosobtenemos y más desanimados nos hallamos. Es posible que empecemos a preguntarnossi la práctica de invocar al Señor en verdad trae resultados y lleguemos a dejar deinvocar. ¿No es esto lamentable? Solamente sembramos la semilla en la tierra, pero no

    la dejamos crecer hasta culminar en una cosecha. Con el tiempo, el deleite que teníamosde la semilla también se esfumará.

    Leemos en Isaías 55:10: “Da semilla al que siembra, y pan al que come”. Yo siembro la 

    semilla en la tierra, y produce treinta granos; entonces consumo quince, y me quedanquince para sembrar el año siguiente. ¿Cuál es nuestra situación? La semilla que

    sembramos se nos acabó porque no se reprodujo. Así que, nos quedamos sin semilla.

    ¿Por qué se nos acaba la semilla? Porque no la dejamos crecer.

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    Cuando invocamos al Señor y El nos indica que ofendimos a nuestra esposa, si

    confesamos de inmediato nuestro agravio ante el Señor y ante nuestra esposa,reconocemos que cometimos una falta y pedimos perdón, entonces la semilla crece con

    rapidez. Cuando volvemos a invocar al Señor, el sabor será completamente nuevo. Aúnasí, el Señor sigue incomodándonos. Cuando le invocamos de nuevo, El viene y nos

    muestra que nuestro cabello no tiene un corte decoroso y que debemos cortarlo como esdebido. Si le obedecemos al instante y vamos a cortarnos el cabello, tendremos muchogozo. Cuando esto sucede, el resultado es sorprendente. Nuestro ser viene a ser un

    campo, un huerto enorme del cual se obtendrá una abundante cosecha todos los días.Esto cumple en verdad lo dicho por Isaías, de dar semilla al que siembra y pan al quecome. Quisiera que nos examinemos y nos preguntemos si como sembradores tenemos

    semilla y si como comensales tenemos pan. Es posible que sólo tengamos medio platode arroz, que no alcanza ni para una persona. Si uno no puede alimentarse a sí mismo

    debidamente, ¿cómo espera alimentar a otros? ¿A qué se debe esta escasez? A quesembramos las semillas, pero no laboramos para que crezcan.

    Cuando un agricultor labra la tierra, tiene que quitar las piedras, arrancar la maleza,regar el plantío, añadir abono al suelo y, en ocasiones, aplicar pesticidas. ¿Qué hacemosnosotros? Comer al Señor orando- leyendo Su palabra, lo cual está bien, pero si noquitamos las piedras ni arrancamos la maleza ni regamos la tierra ni la abonamos ni

    aplicamos pesticidas, al final será como si no hubiésemos sembrado nada. Si nosembramos la semilla, la podemos retener, pero si la sembramos, la perdemos. Algunas

     personas se reservan una pequeña porción del Señor, pero después de ganar de El alorar-leer la Palabra, no obedecen puesto que no laboran; de este modo, pierden la

     presencia del Señor, y El se aleja de ellos.

    COMPARACION ENTRE EL MANAY EL PRODUCTO DE LA TIERRA

    En Deuteronomio vemos que laborar para cultivar y extraer el producto de la tierra es

    muy diferente a recoger el maná en el desierto. En verdad, la tierra de Canaán fue dada por Dios, lo mismo que la semilla y todo lo necesario para su crecimiento, como porejemplo, el aire, el sol y la lluvia. No obstante, además de estos elementos gratuitos, el

     pueblo tenía que laborar. Si no labraban los campos, el Señor no haría nada más. En latipología, el Señor mismo era la semilla, la luz del sol, la lluvia y aun la fuerza física

     para que el pueblo sembrara y labrara la tierra. Aún así, se requería que el pueblo

    cooperara con El. Ellos no podían recoger el producto de la tierra, a menos quecooperaran con el Señor. El producto de la tierra era diferente al maná, ya que éste les

    caía del cielo. El hombre no tenía que sembrar ni recoger el producto de la tierra encooperación con Dios, aunque se sobreentiende que para comer el maná había que

    madrugar y recogerlo. Si alguno era perezoso y se levantaba tarde, ya no hallaba quérecoger. Podría decirse que sa lir de la tienda en la madrugada era cooperar, pero estacooperación era mínima en comparación con la labor necesaria para obtener el producto

    de la tierra, ya que para esto se requería la cooperación del hombre de principio a fin.Dios daba el agua, la luz del sol, el aire y la semilla, pero no laboraba por ellos, ya que

    esto era lo que le correspondía al pueblo.

    Permítanme preguntar: ¿qué es mejor y más elevado: el maná o el producto de la buenatierra de Canaán? Obviamente, el producto de la tierra es superior. ¿En qué aspecto es

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    (Cnt. 4:16). En vez de pedirle al Señor que cambie al esposo, pídale más bien que

    crezca en usted. Dígale: “Señor, quiero estar dispuesta a aceptar lo que Tú estáshaciendo. Señor, subyúgame desde mi interior. Haz que me someta a Tu mano y acepte

    el quebrantamiento”. Más tarde, usted agradecerá y alabará al Señor, ya que por estardispuesta a ser quebrantada, la vida divina creció en usted.

    Usted empieza a aceptar el quebrantamiento que le sobreviene cuando la vida que está

    en su interior crece un poco hoy, y un poco más al día siguiente. Sin embargo, el tercerdía sus hijos tal vez estén del lado de su esposo y la quebranten a usted aún más. ¿Quédebe hacer en tal caso? Una vez más es el viento del norte que sopla para quebrantarla.

    Aprenda a aceptarlo. ¿Sabía que cuando aceptamos el quebrantamiento e invocamos denuevo al Señor, el sabor es maravilloso? Cuando invocamos al Señor, El viene, y

    entonces, tenemos la cosecha. De este modo tenemos un suministro abundante desemilla para sembrar y de pan para comer. Al mismo tiempo, podemos traer a la reuniónesa décima parte que es nuestra mejor porción, las primicias de nuestros productos, a fin

    de comer y disfrutar con los santos. Nuestra adoración consiste en comer así. Esto es lo

    que falta en el cristianismo y también en nuestro medio, y es esto lo que el Señor desearecobrar. Sin este elemento, es muy difícil que la iglesia madure, que la novia se preparey que el Señor regrese; por eso es tan decisivo.

    LABORAMOS EN CRISTOY EN LA VIDA DE IGLESIA

    Hermanos y hermanas, tengo la certeza de que el Señor está recuperando estas cosas enla actualidad. El no está recobrando nuestras virtudes ni nuestra victoria ni nuestra

    santidad. Lo que El desea es un grupo de personas que entren en Su Palabra y en Su plan eterno. No es asunto de controlar nuestro mal genio ni de ser victoriosos ni detratar de ser santos, sino de tocar al Señor verdaderamente y de permitirle que crezca y

    madure en nosotros. Cuando tenemos una cosecha abundante, tenemos suficiente paracomer nosotros y para invitar a los hermanos y hermanas a comer con nosotros.

    Además, tendremos la mejor porción, la cual podremos traer a las reuniones paraofrecerla a Dios. Esta es la vida auténtica de iglesia. En la reunión todos damostestimonio de Cristo. Ofrecemos este Cristo a Dios, y le disfrutamos junto con los

    hermanos y las hermanas después de satisfacer a Dios. Esta es la reunión normal de laiglesia; es su adoración, su vida práctica y su testimonio.

    Tengo el claro sentir de que en lo que habíamos visto acerca del testimonio de la iglesiay acerca de que ésta es la expresión de Cristo, había elementos naturales, y no veíamosclaramente los aspectos de comer y crecer. Hace veinte años, cuando yo observabahermanos que tenían un buen carácter, una conducta recta y que daban la impresión de

    estar bien, los valoraba mucho. Pero ahora, al mirar atrás, aunque estos hermanos teníantodas estas virtudes, no llevaban fruto. Por el contrario, eran algunos hermanos que eran

    descuidados y desaliñados los que traían personas a la salvación. La vida de iglesia y eltestimonio de la iglesia no depende de la conducta ni de ser personas impecables, sinode comer al Señor como la semilla y de permitirle crecer en nosotros. Igual que el

    agricultor, debemos quitar las piedras, arrancar la maleza, regar el plantío, abonarlo yecharle pesticidas para que el Cristo que está en nosotros cre zca gradualmente hasta

     producir una cosecha. Eso no está determinado por el comportamiento, el cual está en elámbito del bien y el mal, sino que se halla en una esfera completamente diferente. Nos

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    referimos a la esfera de Cristo. Estamos llenos de Cristo y traemos nuestra mejor

     porción ante Dios para disfrutarla con los santos en la reunión. Esta es la manera en quenos reunimos. El énfasis de la reunión no es cantar, orar, alabar, hablar en lenguas ni

    funcionar, sino traer nuestra mejor porción del Cristo que hemos producido. Yo traigomi porción, y usted la suya, y presentamos a Cristo sin ninguna formalidad.

    TENGAMOS CUIDADODE LA MANERA EN QUE LABORAMOS

    Tengo el sentir de que la gran necesidad que tenemos hoy de traer a Cristo a lasreuniones obedece a que nuestra cosecha es demasiado pequeña. Es por eso que cuando

    tratamos de dar un testimonio, utilizamos los recursos que tenemos a mano. No sugierocon esto que debemos dejar de usar todo tipo de método, sino que temo que éstos

    carezcan de contenido. Los recursos se utilizan para adornar, pero no son el contenido.Prefiero no tener recursos ni usar métodos, siempre y cuando lo que diga tenga

    contenido. No podemos obtener algo de peso para nuestros testimonios en unos cuantosdías; es necesario que laboremos por un tiempo considerable.

    Hermanos y hermanas, necesitamos volvernos al Señor para obtener una cosecha.Debemos laborar y cultivar para producir algo. Algunas veces el Señor es como un

    grano sembrado en nosotros, y otras es como un arbusto, el cual puede ser un olivo, unavid, una higuera o un granado. Debemos cultivarlo para que crezca y lleve fruto.Después, al ir a las reuniones, tenemos frutos para ofrecer a Dios.

    El problema más común hoy es que cuando vamos a las reuniones, sólo sabemos liberarel espíritu e invocar e l nombre del Señor, pero no podemos presentar nada de peso paratraer deleite a los demás. Esto se puede comparar con ir a un banquete sin traer nada, o

    ir sólo con una tórtola, que sólo alcanza para una pequeña comida. Ya que carecemos de productos para presentar, tenemos que recurrir a alguna actividad que entretenga a losasistentes. Lamentablemente, todos los oyentes quedan vacíos.

    Si tenemos una cosecha rica, grano en abundancia, vino fresco, toros, ovejas y tórtolas, podemos traer nuestros productos en grandes cantidades. Podemos presentar nuestrostoros, nuestras ovejas, nuestras tórtolas y nuestras frutas. Esto será muy rico. Todos

    recibirán su provisión y desearán volver.

    Espero no invertir energía en ardides, y más bien esforzarme por producir algo quetenga contenido. Debemos sembrar nuestra parcela, cultivar los árboles frutales,

    apacentar el ganado y cuidar las tórtolas. Con el tiempo, la tierra rendirá su cosecha, losárboles darán fruto, y el ganado, las ovejas y las tórtolas crecerán. De este modo,seremos r icos porque todo esto crecerá continuamente. Así, el sembrador tiene semilla

     para sembrar y pan para comer, y el oferente tiene algo que presentar. Cuando cada unotrae sus riquezas a las reuniones, las reuniones estarán libres de los viejos caminos.

    Sólo quisiera añadir que ya aprendimos a comer; aprendimos que hay dos niveles de

    comer. Uno es comer sembrando, y el otro es comer en la cosecha. Comer al sembrar no produce material para adorar a Dios; para esto necesitamos comer al recoger la cosecha.

    Cuando traemos a la reunión lo que comemos en la cosecha, ello constituirá laverdadera adoración y la vida genuina de iglesia. La iglesia necesita esto en la

  • 8/20/2019 Comer Al Señor - Witness Lee

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    actualidad. Tenemos que acudir al Señor y abrirnos a El para aprender a ejercitarnos en

    comer.