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    UNIVERSIDAD PEDAGGICA NACIONAL

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    Daro Betancourt Echeverry

    LOS CINCO FOCOS DE LA MAFIA COLOMBIANA (1968-1988)ELEMENTOS PARA UNA HISTORIA

    INTRODUCCIN

    En el contexto latinoamericano, Colombia es un pas de paradojas: tiene la guerrilla msantigua surgida antes de la revolucin cubana y la mafia ms sui generis: tienevocacin de poder poltico. En verdad que la coyuntura de violencia por la que atraviesaactualmente el pas, tiene un largo recorrido histrico, producto de una violencia recurrenteque se remonta a las guerras civiles del siglo pasado, pasando por la violencia liberal de1930, la violencia de los cincuenta (1945-1965), el surgimiento y consolidacin delmovimiento guerrillero (1960-1970), la bonanza marimbera de los setenta, el refinamiento y

    comercio de cocana, el paramilitarismo de los ochenta, hasta llegar al actual narco-paramilitarismo. Uno y otro procesos han venido acumulando una estela de odios ycontradicciones no resueltas, que le imprimen complejos acelerantes al momento actual, enel cual el Estado se diluye entre variadas fuerzas en conflicto que le disputan su hegemona:guerrilla, mafia, derecha (para-militar), narco (para-militarismo) y diversas formas dedelincuencia comn.

    ALGUNOS PROBLEMAS FRENTE AL TRMINO NARCO-TRFICO

    La informacin sobre la produccin, comercio, consumo y utilidades derivadas de lasdrogas ilegales est muy contaminada por los intereses norteamericanos y por la DEA. Losinformes de los organismos oficiales y de los periodistas reproducen sin juicio de inventario,anlisis parcializados, como veremos en seguida.

    El trmino narco-trfico esconde, en realidad, una intencionalidad poltica, econmica ycultural imperialista y pro-norteamericana; puesto que adems de no ser narcticos ni lamarihuana ni la cocana, dicha definicin no involucra a los consumidores ni a los lavadoresde dlares en Norteamrica, pretendiendo de este modo darle una calificacinlatinoamericana y racista a la produccin, comercializacin y consumo de psicotrpicos.

    Otro tanto acontece con el trmino cartel, que hace referencia ms a la asociacin deempresas, grupos polticos o sindicatos para llevar a efecto un bien comn, o para fijar unprecio, lo cual supone concertaciones con los compradores y banqueros norteamericanos, y

    Profesor de Historia de Colombia, U. P. N.El presente trabajo fue realizado con la colaboracin de Martha Luz Garca Bustos, coinvestigadora adjunta del proyectoActores y regiones de la violencia actual en Colombia del Instituto de Estudios Polticos y Relaciones Internacionales dela Universidad Nacional de Colombia.

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    no nicamente unos grupos sobredimensionados de latinoamericanos, como pretendenmostrarlos las informaciones pro-norteamericanas9.

    El consumo y la produccin de marihuana y cocana tienen una larga historia; elfenmeno que hoy se nos presenta deformado por los intereses geopolticos de la potenciaconsumidora, de la que han hecho eco sin ningn inventario crtico los medios decomunicacin y sectores de la sociedad y del Estado, se vio profundamente dinamizado a

    partir de las dcadas de los setenta y de los ochenta, cuando los EE. UU. se convirtieron enlos mayores consumidores de marihuana y cocana. La creciente terrorificacin ycriminalizacin de estas sustancias psicotrpicas, junto con sus productores, muestra no sloel grado de manipulacin y desinformacin que reinan alrededor de los dos productos, sino lavisin geopoltica de enemigo exterior, tan necesaria a los intereses del imperio10.

    La manera como se ha combatido a productores y comercializadores de dichassustancias, especialmente en nuestros pases, muestra el grado de subordinacin de estosgobiernos a los intereses norteamericanos en detrimento de los intereses nacionales, de laterrorificacin y criminalizacin del conflicto interno con sus funestas consecuencias para elaparato de justicia, la corrupcin y el deterioro de las instituciones gubernamentales ymilitares, lo mismo que los altsimos costos econmicos, sociales y polticos de la malllamada guerra contra la droga, costos que recaen doblemente sobre los sectores mspobres del pueblo colombiano.

    Sobre la marihuana y la cocana se ha tendido un manto de humo que pretende sesgartodos los juicios sobre su produccin, en particular cuando ellas estn en manos delatinoamericanos, ocultando el papel que desempean las mafias norteamericanas en elnegocio, el papel de la banca internacional en el lavado de dlares, el peso de losproductores de insumos qumicos, y el rol de los fabricantes de armas; el decir,desconociendo las caras ms jugosas del negocio internacional de drogas.

    POR QU MAFIA?

    Como se demostrar a lo largo de la presente investigacin, slo en torno a la cocana, seconfigura una mafia en Colombia; el hecho de que con la marihuana no se hubieraconsolidado una mafia se puede explicar por el control ejercido sobre el mercado por losamericanos, en razn de su gran volumen respecto al valor11. Puesto que

    el trmino mafia ha sido tomado en prstamo de la connotacin siciliana del mismo, sehace necesario caracterizar de manera genrica lo que entendemos por mafia (siciliana oclsica), antes de definir a la mafia colombiana (de la cocana, valga la pena insistir).

    9DEL OLMO, R. , Drogas: distorsiones y realidades. Revista Nueva Sociedad, nm. 102, Caracas, 1989.Narco Power Pakistans Parallel Government? Revista Newsline, diciembre de 1989.COCHET, H., Cannabis et pavot: essor des cultures illicites et specialisation regionale, un example en Sierra Madre del Sur(Mexique).ANNIMO. Caudillos de la droga, caudillos militares y las FF. AA. de Estados Unidos.

    10A este respecto se puede ver el excelente trabajo de: DEL OLMO, R., La otra cara de la droga, Bogot, Temis, 1988.11El control del mercado y de las rutas por parte de los americanos, el gran volumen de la hierba con relacin al valor, lapoca visin y la escasa proyeccin de los marimberos, junto con su derroche, les impidi consolidarse como mafia.

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    En su versin clsica, la mafia se ha entendido como una sociedad cohesionada porlazos de familia, que se remonta a varias generaciones, con normas, leyes e ideologa sincodificar, que se transmite de padres a hijos; es una hermandad para el crimen y al margende la ley. Representa, pues, una actitud general frente al Estado y frente al ordenamiento

    jurdico. La mafia tiende a formarse en sociedades en las cuales el orden pblico es ine ficazo en las que los ciudadanos consideran que el Estado y las autoridades son poco eficientes.

    Su poder se aglutina en torno a ncleos locales, mediante la proteccin paternalistadetentada por el magnate o el cacique.

    Ahora bien, aun cuando en la Guajira, como se ver posteriormente, haba lascondiciones favorables para el desarrollo de una mafia en torno a la marihuana, tanto elcontrol de la distribucin en manos de los americanos como el carcter efmero del negocio(menos de 10 aos), solamente posibilit el surgimiento de los marimberos y los capos, loscuales, aunque asumieron actitudes y actuaciones que los asimilaran a ciertoscomportamientos de la mafia, mostraron gran incapacidad para construir un poder paralelo alEstado. Adems de gastar la mayor parte de sus capitales y sus esfuerzos en el derroche yla ostentacin sin lograr constituir el ncleo de una familia, una organizacin alrededor delnegocio de la marihuana, el posterior traslado de sus cultivos a USA, y el decaimiento de labonanza cortaron en forma abrupta el negocio, inicindose as (salvo contados capitales quese trasladaron a la cocana) la desbandada de marimberos y capos 12.

    Todo lo contrario mostraran el negocio y las organizaciones configuradas en torno a laproduccin y comercializacin de cocana que, a pesar de haber irrumpido abiertamentecomo estructura paralela y organizada frente al Estado, en los ochenta consolidaron elproceso iniciado por lo menos 15 aos atrs, a travs de la construccin de redes para eltransporte de la pasta, principalmente sus propias redes de transporte y distribucin en los

    Estados Unidos. Es en este sentido en el que puede hablarse de mafia, una mafia que,como se mostrar posteriormente, se diferencia de la siciliana y de algunas organizacionesnorteamericanas del crimen entre otras cosas por su carcter abierto y democrtico.

    En entrevista concedida en Panam al diario El Tiempo, el da 29 de julio de 1984, a razde los dilogos con miembros del grupo de Medelln, en uno de sus apartes el expresidenteLpez expres:

    Ellos dijeron que representaban a unas cien personas que constituan la cpula de la organizacin de lacocana, una organizacin que segn ellos haba tomado 10 aos en formarse y que trabajaban en coordinacincon gentes del Brasil, Bolivia, Per, Ecuador y con cmplices en los Estados Unidos. Segn ellos, esaorganizacin se forj al imponerse el espritu empresarial antioqueo sobre el de otras regiones y otros pases,en un negocio que deja varios miles de millones de dlares al ao. Alguno de ellos afirm que uno de susrepresentados se haba ganado 90 millones de dlares durante el ltimo trimestre13.

    Se denomina mafia14a aquellos grupos constituidos por intereses econmicos, sociales,polticos y culturales que asumen una actitud frente al Estado y a su ordenamiento jurdico, y

    12Mientras que unos pocos capos que haban ahorrado capital se trasladaron al Meta y al Guaviare, un gran nmero desicarios y testaferros, producto de la bonanza, se dedicaron ahora a la delincuencia comn.13El Tiempo, Bogot, julio 29 de 1984.14HOBSBAWM, E., Rebeldes primitivos, Barcelona, Ariel, 1968.Mc-INTOSH, M., La organizacin del crimen, Mxico, SigloXXI, 1977.Vase para profundizar sobre la mafia a: SHORT, M., Mafia, la sociedad del crimen, Barcelona, Planeta, 1986.

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    que no recurren a los jueces ni a los entes estatales para resolver sus conflictos sino, por elcontrario, los dirimen directamente mediante las organizaciones de sicarios creadas con el finde aparecer como los duros, como los agentes locales que saben infundir respeto yaceptacin (en realidad ms por temor que por conviccin).

    La mafia colombiana no es, pues, un movimiento social puro; es ms bien una

    confluencia de mltiples fuerzas y tendencias que giran en torno a las aspiracionesindividuales de algunos de sus miembros por su vitalidad, tenacidad, necesidad, arrojo ocoyuntura social o poltica. Es ms una mezcla de la frustracin de las clases mediasmarcada por aspectos delictivos de algunos individuos; no presenta una organizacinplenamente jerarquizada, pues muchos de sus miembros funcionan apenas como apndiceso asociados (o desde fuera se les asocia como tales), y mltiples grupos menores ysubgrupos se mueven al margen de los grandes grupos de Medelln, Cali, Bogot, o la Costa.

    De todas maneras sus integrantes se reconocen por su porte, extraccin de clase,vestimenta, sus gustos, sus bienes y objetos de uso, su jerga y actuacin.

    Al no operar jerrquica y centralizadamente, la mafia colombiana se fue conformando poruna red de agentes locales, ubicados en un municipio, ciudad o regin; estos capos fueronlogrando popularidad y base social, mediante el compadrazgo, y las ayudas de donacionesofrecidas a los pobladores. Aun cuando los diferentes ncleos regionales de la mafiacolombiana tienen sus variantes, se aprecia con facilidad que aunque en su mayora hansurgido de sectores de clases media y baja, han logrado incrustarse rpidamente en lasclases altas de la sociedad; situacin que les ha posibilitado la ampliacin de sus lmites deactuacin e influencia. Al igual que la mafia clsica, la mafia colombiana se fue consolidandosobre el ncleo familiar (padres, hermanos, primos, tos, sobrinos, ahijados, etc.), hastapenetrar otros niveles sociales.

    El surgimiento de la mafia en Colombia estuvo ntimamente ligado con la crisis econmicay social de las lites regionales, hecho que adems de facilitar su ascenso contribuy, alagudizarse las contradicciones sociales locales (violencia, desempleo, etc.), al reclutamientode guarda-espaldas, testaferros y sicarios por parte de los primeros mafiosos.

    Todo lo anterior fue favorecido por la debilidad del Estado y su escasa presenciaregional, que dej en manos de los agentes particulares locales la solucin y mediacin delos conflictos.

    A este respecto debe anotarse que la debilidad relativa del Estado a nivel regional noexplica, por s sola, el surgimiento y existencia de la mafia, y aun cuando creemos que sposibilit su surgimiento y consolidacin, no podemos perder de vista que los dos focos msdinmicos de la mafia colombiana, el antioqueo y el valluno, surgieron y se desarrollaron en

    SONDERN, F., La mafia, Barcelona, Bruguera, 1975.PASLEY, F., Al Capone, Bogot, Circulo de Lectores, 1970.SCIACIA, I., El mar de color de vino, Barcelona, 1980; Todo modo, Barcelona, Bruguera, 1982.LAMOUR, C. y LAMBERTI, M., La Nueva guerra del opio, Barcelona, Barral, 1973.Puzzo, M., El Padrino, Barcelona, Grijalvo, 1970; SALVATORE GIULIANO, El siciliano, Barcelona, Grijalvo, 1984.

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    torno a las dos ciudades ms modernas del pas (Medelln y Cali, respectivamente), que secaracterizaban precisamente por una consistente presencia estatal.

    Para el propsito del presente trabajo, entonces, se entiende por mafia a aquel crimenorganizado que obtiene ganancias y beneficios y pretende alcanzar la inmunidad jurdicamediante la aplicacin sistemtica del terror, la corrupcin y el soborno. Como organizacin

    que opera al margen de las instituciones del Estado, tiene a su servicio un sinnmero depersonas que trabajan en complejas estructuras paralelas al Estado mismo. Por tanto, es enla actualidad el resultado de negocios lcitos e ilcitos realizados a lo largo de varios aos ycon sus acciones se ha propuesto ganar el control sobre amplios campos de las actividadeseconmica, poltica, cultural y social del pas.

    En comparacin con otros ncleos delictivos, indudablemente la mafia presenta un nivelorganizativo superior; en procura de sus propsitos involucra una mayor divisin del trabajo yuna mayor jerarquizacin entre sus integrantes. Aunque las formas organizativas del extremoinferior pueden aparecer independientes de las del extremo superior, muchas veces operancomo subsistemas, actan como organismos independientes y tambin como elementoscomponentes de sistemas ms complejos, segn el tipo de actividad que necesite llevarseadelante.

    Para Cressey Donald 15, se presentan seis variantes de organizacin criminal, teniendoen cuenta que las ms sofisticadas comprenden todos los niveles:

    a) Las superiores, se caracterizan por incluir el cargo de comisionado, es decir,hombres que se renen y construyen una confederacin o cartel para coordinar susactividades (ejemplos: la cosa nostra norteamericana y la mafia siciliana).

    b) Las que incluyen un ejecutor que es quien castiga tanto a los miembros de laorganizacin que se hallan en desacuerdo, como a aquellos que no cumplen con lasdecisiones de la misma (ejemplo: las familias de la cosa nostra).

    c) Las organizaciones de ladrones profesionales que utilizan a un corruptor, personajeque soborna y obtiene influencias mediante pagos a funcionarios pblicos.

    d) Las que presentan un planeador estratgico. individuo encargado de los asuntos delargo plazo, ya sea de seguridad o de nuevos contactos.

    e) Las que han incorporado a un organizador tctico, que tiene por funcin especficaplanear y dirigir las diferentes actividades de la organizacin.

    f) Las menos complejas: aquellas que slo presentan un gua de grupo o jefe para laconsumacin de cada delito.

    Ahora bien, en las sociedades ms simples, el conflicto del delincuente no es con elEstado, sino directamente con su vctima. Incluso, en muchas sociedades estatales laautoridad legtima del Estado resulta deficientemente constituida y precisa, por lo que se

    15 CRESSEY, D., Criminal organtzation: its elementary forms, Heinemann, Londres, 1972. Citado por MC-INTOSH, M.,La organizacin del crimen, Mxico, Siglo XXI, 1977, pgs. 10 a 12, 1977.

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    hace difcil determinar si las actividades de un grupo dado pueden catalogarse comodelictivas o, por el contrario, como luchas de fracciones por el poder o por el reconocimientode sus derechos. Dicha distincin tiene sentido, bien cuando la sociedad involucradareconoce plenamente el carcter delictivo de dichos grupos o cuando el Estado se hallainstituido como tal16.

    Siempre que se d la competencia de fracciones por el poder, stas logran invocar elrespaldo de grupos que en otras circunstancias se consideraran simple y llanamente comocriminales; tales son los casos ilustrados por Hobsbawm para las aldeas moscovitas del sigloXVII, o para los pueblos sicilianos de los aos cuarenta 17, o el apoyo recibido por muchosncleos bandoleros italianos entre 1799 y 1815 por parte de los borbones y los britnicos.

    Hobsbawn18ha ilustrado profusamente cmo en las sociedades campesinas, en donde laaccin del Estado es cosa remota y extraa, las acciones de los bandidos y otras fuerzasproscritas pueden ser vistas en s mismas y por la poblacin local (de quienes recibencolaboracin y respaldo) como luchadores populares por la justicia y la equidad social, contrala Nobleza, el Clero y las dems fuerzas opresoras.

    De igual manera, en los asuntos internacionales no es muy clara la distincin entre loenemigo y le criminal: as como los corsarios, respaldados por los sultanes de la costaberberisca en el siglo XVII, eran enemigos de los mercaderes europeos porque operaban enlos mares britnicos, as tambin fue difcil, durante mucho tiempo, distinguir entre un piratay un corsario.

    En el siglo XX abundaron las alianzas de la CIA con traficantes de herona en el ExtremoOriente, en la medida en que ellas sirvieron para financiar a quienes se oponan a la guerrillacomunista de Vietnam, Tailandia, Birmania y Pakistn. En igual sentido operaron lasasociaciones de la DEA con la contra nicaragense, pero quizs los casos msrepresentativos de la falta de claridad en la diferenciacin entre lo enemigo y lo criminal, sonlos acontecidos entre el gobierno norteamericano y el general Noriega de Panam, y el casoen Colombia de confusas y oscuras alianzas entre sectores de las Fuerzas Armadas del pasy la DEA, con los traficantes en algunos casos, y con el paramilitarismo y el sicariato, enotros.

    As pues, en los actuales momentos la diferenciacin de los delitos internacionales dedrogas sigue siendo difcil ya que el Derecho Internacional recibe escaso y variado respaldosegn la conveniencia y aplicacin en cada pas, mxime si se tiene en cuenta que noexisten mecanismos permanentes para su puesta en prctica. Teniendo en cuenta quehablar de crimen organizado, en el sentido estricto de la palabra, slo es posible enaquellas sociedades en donde las actividades delictivas se encuentran perfectamentediferenciadas de las dems, tanto de manera conceptual, como respecto de los mecanismosrepresivos con que son tratadas, para el caso de la sociedad colombiana, donde haymanifiestas debilidades del Estado y confusos e indefinidos mecanismos de aplicacin de la

    16Mc-Intosh, M., La organizacin del crimen, Mxico, Siglo XXI, 1977, Pg. 21.Esto pasa incluso en muchas regiones de nuestro pas, en donde la ley y el orden han sido ancestralmente administrados porgrupos distintos a los agentes del Estado.17HOBSBAWM, E., Rebeldes primitivos, Barcelona, Ariel, 1969, pgs. 28-36.18HOBSBAWM, E., Rebeldes primitivos, Barcelona, Ariel, 1969, pg. ; Bandidos, Barcelona, Ariel, 1970, pg. 39.

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    ley, es muy apresurado asimilar narcotrfico a crimen organizado, comopermanentemente se pretende e insiste.

    La distincin social, a su vez, depende de la existencia de un sistema jurdico-poltico enel cual la posicin y el poder del gobierno le permitan atribuirse efectivamente la potestad decalificar determinadas actividades como antisociales, de manera tan abierta y

    consensualmente que incluso el propio delincuente acepte dicha determinacin. Peroadems de la anterior distincin del poder, se hace necesario tambin que exista unadistribucin desigual de la propiedad de manera que resulte factible, para ciertos grupos,ganarse la vida por medio del delito 19.

    La anterior consideracin muestra la insuficiencia de argumentacin en la declaratoria deguerra al narco-trfico por parte de nuestro gobierno, y la complejidad de la lucha contrauna modalidad delincuencial, tan sutilmente entrelazada con ancestrales grupos al margende la ley, con ncleos sociales, econmicos y polticos abiertamente legales de la sociedadcolombiana, todo lo cual sugiere la necesidad de desarrollos tericos ms elaborados queincorporen variables jurdicas, econmicas, sociales, culturales, y dems.

    LA DCADA DE LOS SESENTA

    A pesar de que desde tiempos ancestrales en territorio colombiano se vena sembrandococana y posteriormente marihuana, su consumo se restringa a comunidades aborgenes, aalgunos sectores de jornaleros rurales y a pequeos grupos marginales urbanos ligados a losburdeles y a ciertas labores artesanales, como los zapateros y carpinteros, fue a partir de losaos sesenta cuando los cuerpos de paz que se adentraron en nuestro territorio con clarasorientaciones ideolgicas, a fin de desviar a nuestra juventud de los efectos de la revolucincubana, se encontraron con las delicias de la marihuana colombiana a la que bautizaron conlos sugestivos nombres de Colombian Gold y Santa Marta Golden20, se volvieron adictos y sefueron convirtiendo en traficantes al detal, difundindola entre sus parientes y conocidos alregresar a Norteamrica. Fue as como se iniciaron las primeras redes de distribucinmanejadas por ncleos norteamericanos.

    La llamada bonanza marimbera de la dcada de los setenta, con base en el Foco UNO dela Costa opac, en un principio, el desarrollo del Foco Dos antioqueo, con base enmarihuana y posteriormente en cocaina, ya que para este momento fue el foco costeo el demayor desarrollo por las expectativas de consumo de marihuana generadas por los grupospacifistas que protestaban contra la guerra de Vietnam, el movimiento hippie, mayo del 68, yen general los grandes cambios sociales y culturales del momento. A este respecto, es

    19MC-INTOSH, M., La organizacin del crimen, Mxico, Siglo XXI, 1977, pgs. 22 -27.

    20Ver: PREZ GMEZ, A., Historia de la drogadiccin en Colombia, Bogot, Tercer Mundo, 1988, pgs. 52-55.SAULOY, M., Historia del narcotrfico colombiano a travs de sus relaciones con el poder, V Congreso de historia deColombia, Armenia, ICFES, 1985, pgs. 532 y 533.ARANGO, M., y Child , J., Narcotrfico, imperio de la cocana, Mxico, Diana, 1987, pgs. 124-126.CAMACHO, G. A., Droga y sociedad en Colombia, el poder y el estigma, Bogota, Cerec, 1988.TOKATLIAN, J. y BAGLEY, B., compiladores. Economa y poltica del narcotrfico, Bogot, Uniandes, CEI y CEREC,1990.

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    bueno anotar que estos jvenes norteamericanos con edades que oscilaban entre los 16 ylos 20 aos y que entre 1965 y 1978 demandaban marihuana para fumarla en un ritualcontemplativo, de retorno a la madre naturaleza, como rechazo a una sociedad industrial,deshumanizada e individualista, seran 105 que en los ochenta, ya con edades que fluctanentre los 25 y los 35 aos, ahora como prsperos ejecutivos, artistas y empresarios,demandaran desesperadamente cocana, pues ya plenamente absorbidos por la estresante

    dinmica del ritmo y la produccin capitalistas, no requieren ms un psicotrpico de la paz yla contemplacin, sino uno del acelere y la eficiencia. Necesitan cocana para prolongar sujornada de trabajo y para rendir al ritmo que las empresas les exigen; de all, la grandemanda de cocana a partir de los ochenta. El trfico de marihuana, en las dcadas de lossesenta y los setenta, por su volumen y por sus redes de distribucin en los EE. UU., fuemanejado por norteamericanos. A continuacin se detallar la forma como se conform cadauno de los focos de la marihuana.

    EL CONTRABANDO, EL GRAN ANTECEDENTE

    Todos los relatos y estudios coinciden en afirmar que los primeros traficantes, que hacia1968-70 entablaron contactos con los traficantes y compradores norteamericanos para losprimeros embarques de marihuana de la Sierra Nevada, fueron antiguos contrabandistas deelectrodomsticos, cigarrillos y whisky, profesin muy comn y legendaria en dicha regin21,que se caracterizaban por conocer a la perfeccin las rutas y caletas del Caribe y las Antillas.Palestinos y judos del puerto libre de Coln eran los habituales surtidores de loscontrabandistas costeos; y sobre las sutilezas de este mundo ilegal se construyeron lasprimeras redes de comercio y transporte de marihuana y cocana.

    Segn relata Juan Gossan en su novela:

    el cacique decidi viajar personalmente a Panam a comprar la mercanca de contrabando que hastaentonces reciba en consignacin gracias a la generosidad de los mayoristas. Ahorrando centavo a centavo, consu descomunal capacidad para el trabajo, haba logrado adquirir a plazos una pequea goleta de madera, conmotor de segunda mano, y se embarc en ella 22

    Para nadie es un secreto que bajo el Frente Nacional la corrupcin administrativa sedesarrollo vertiginosamente en todas las direcciones, pues el acuerdo formal de repartirseadecuada y equitativamente los cargos pblicos y dems arandelas del Estado, dej a losdos partidos libres de cualquier fiscalizacin y control por parte de la oposicin, pues losgrupos oponentes, al ser catalogados como subversivos fueron excluidos de laadministracin pblica. Entonces, los aos de gobiernos compartidos fueron tambin la

    institucionalizacin compartida del peculado, la mordida, el serrucho y el contrabando.En Colombia la corrupcin administrativa fue abarcando cada vez ms un radio mayor.

    Tanto en retenes de polica, aduanas, oficinas de trnsito, construccin de obras pblicas,adjudicacin de licitaciones, contratos oficiales, como en lujosos despachos ministeriales oinstituciones descentralizadas, siempre est de por medio la propina o la tajada. Un

    21Relatos y charlas con testigos; CERVANTES, J., La noche de las lucirnagas; GOSSAN, J., La mala hierba; revistaAlternativa; nms. 12, 20, 27, 42, 44, 49 y 138; peridicos varios.22GOSSAIN, J., idem., pg. 48.

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    resumen de peculados, irregularidades, contrabando y trfico de drogas durante los cuatroaos de la administracin Pastrana puede verse en la revista Alternativa, nmero doce 23. Enla dcada de los setenta lleg a tal grado la corrupcin administrativa en las aduanas y lapolica, que en un detallado reportaje concedido en 1977 a la revista Alternativa nmero 138,el Mayor Germn Flrez Franco, excomandante del F-2, sostuvo:

    En octubre de 1972 pas al Atlntico, tambin como jefe del F-2, donde viv otras experiencias cruciales enmi vida. All me di cabal cuenta de que el problema del contrabando y la droga era con los peces gordos y queel grado de inmoralidad dentro de la polica era tremendo. Fue cuando por primera vez me ofrecieron 300 milpesos de soborno cuando cog a Daro Meja, presidente del Club de Caza y Tiro, con cinco kilos de cocana. lera amigo ntimo del comandante de la polica que se movilizaba en su carro e iba a fiestas en su casa. Meja,claro est, se saf por el trfico de influencias.

    Ms tarde captur en Puerto Colombia a Pablo Lafaurie, hermano del vice-ministro de Justicia y de la reinadel carnaval de Barranquilla, con un cargamento multimillonario de marihuana, pistas de aterrizaje y 25 tanquesde gasolina. Con l cayeron otras personalidades de la alta sociedad, de apellidos De Castro y Carb, esteltimo hijo del gerente del Banco de la Repblica, junto con cinco gringos. Me ofrecieron un milln de pesospara sobornarme. Despus, captur a otra gran figura de Barranquilla, Naseres Daes, contrabandista derenombre, a quien le cog un cargamento de marihuana y documentacin que demostraba que l trabajaba parala CIA 24.

    Como se puede apreciar, entre la corrupcin y el contrabando se fue consolidando el ciclode la marihuana, y casi simultneamente el de la cocana25. Unas y otro fueron muy intensosdurante las administraciones Lpez y Turbay, as: en 1975, el dlar negro se situprcticamente a la par con el dlar oficial, producto del gran ingreso de dlares negros porconcepto de trfico y comercializacin de marihuana y cocana, lo mismo que porcontrabando tanto hacia afuera (azcar, cemento, caf, ganado, esmeraldas, etc.), comohacia adentro (cigarrillos, whisky, electrodomsticos y alimentos procesados).

    Pero contrariamente a lo que podra pensarse, la consolidacin y desarrollo de unaeconoma ilegal presupone la existencia de poderosas organizaciones criminales que lasustentan y le dan vida, no es tan slo la manifestacin de simples fenmenos pasajeros de

    corrupcin oficial o privada. Para el caso colombiano es, en los ltimos aos, la presencia yconsolidacin de una gigantesca y compleja red del crimen organizado, con ramificacionesen todos los rdenes de la vida poltica y econmica del pas. Profundizar en el estudio de lamafia colombiana es adentrarse en el conocimiento de una red intocable que se hallaentrelazada con la estructura econmica, la organizacin poltica y el aparato estatal.

    Mientras se consolidaba la produccin de marihuana (foco costeo), al tiempo que laprensa iniciaba el registro de noticias alusivas al ilcito, durante la administracin Lpez ymediante la llamada ventanilla siniestra del Banco de la Repblica, se dio respaldo indirectoa las mafias de tal forma que stas pudieron lavar sus dlares y legalizar sus fortunas. Y sinque nadie se diera cuenta, lentamente se fueron fortaleciendo otros ncleos de

    comercializacin de drogas (focos antioqueo y valluno), basados en el refinamiento ypenetracin de cocana a los EE. UU.

    23Revista Alternativa, nm. 12, Bogot, julio de 1974,24Revista Alternativa, nm. 118, Bogot, junio de 1977, pg. 17. Este reportaje con el ttulo de La podredumbre viene dearriba, es profundo en nombres, casos y situaciones en casi todas las regiones del pas.Ver tambin los tres informes sobre contrabando y mafia publicados por la revista Alternativa, nms. 42, 43 y 44 de 1975.25En el siglo XIX, la economa colombiana se caracteriz por ciclos o perodos de bonanza de tabaco, algodn, ndigo,quina, hasta estabilizarse con el caf. En el siglo XX, entre 1974 y 1978 se dio la bonanza marimbera, posteriormente entre1980 y 1986 la cocainera.

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    Como ya se dijo, el auge de la marihuana, el contrabando y la cocana fue muy intensodurante las administraciones de Lpez y Turbay; la gran especulacin con el dinero, elsurgimiento de entidades financieras hasta en los garajes de las casas, y el desestmulo a lainversin industrial, estuvieron ntimamente ligados con el gran flujo de dlares producto delos negocios de las mafias y del contrabando. Vase un resumen de las acciones delictivasdurante los primeros meses de 1975, en la revista Alternativa, nm. 27 26:

    En el cuatrenio 74-78, durante el cual continu en ascenso el contrabando, en slo exportaciones ilegalesde ganado para Venezuela el pas perda anualmente 2. 175 millones de pesos, un promedio de 800 resesdiarias; pero lo ms sorprendente era que dicho contrabando se haca con expertos funcionarios del lCA y delDAS rural, cotizados como los mejores conocedores de las trochas de la Guajira y el Arauca.

    En 1975, en ocho das salieron contrabandeados del pas 23 .657 bultos de cemento y 103.954 bultos deazcar hacia la vecina Venezuela, por rutas que tenan ms de 15 retenes aduaneros, lo que implicaba queadems de la complicidad de las aduanas, los guardias departamentales y la polica, detrs de las operacionesestaban los grandes productores nacionales de los mencionados productos, al igual que intermediarios de lasaltas jerarquas de los dos partidos polticos y los altos jefes militares. Unos y otros movan sus fichas einfluencias ya para garantizar el buen xito de las operaciones, ya para desviar una investigacin que se habainiciado. Sin embargo, la accin ms grave de este complejo estaba en la proyeccin y desenvolvimiento delmismo, pues las rutas de salida de productos agropecuarios eran tambin rutas de salida de marihuana y

    cocana, y a la vez rutas de entrada de contrabando y dlares negros e insumos qumicos para el refinamientode cocana.

    Entre 1968 y 1988, el contrabando y las mafias en Colombia crecieron de manera vertiginosa,estructurndose una verdadera pirmide econmica y social de la ilegalidad con una base muy grande, puesuna gran cantidad de colombianos haban venido subsistiendo por los jornales generados por la produccin ycomercio de marihuana, cocana, esmeraldas y todas las formas de contrabando que han contribuido a lageneralizacin de la economa informal, mientras que Su cspide se estrechaba no solo por el gigantescocapital de los grandes caporines, sino por lo invisible y sutil de sus gestores, ya que salvo algunasexcepciones, de 1988 a esta parte, la represin, la crcel y las recriminaciones sociales y morales han sido parala base, es decir, para el pueblo, no para los grandes jefes.

    Es apenas obvio, pues, que la accin de las autoridades se dirige fundamentalmente contra la base de la

    pirmide, es decir, contra ese inmenso sub-proletariado que vive del trfico ilcito de drogas o de vacas. Estoexplica tambin que por ms personas que capturen a este nivel y cada da capturan ms, el negocio siguecreciendo y creciendo. Es que al gran patrn, el que sostiene el crimeny recibe sus mayores utilidades, nada ninadie lo tocan.

    A este respecto, los medios de informacin del sistema suelen proyectar la figura de valerosos funcionariosque luchancontra la mafia criminal en medio de una misteriosa telaraa de intrigas e intereses que no los dejafuncionar, pero que la prensa nunca se preocupar por identificar, El hroe del momento es, en este sentido, elgeneral Matallana, jefe del DAS, cuyas crticas a los jueces que liberan traficantes son desplegadas por radio,prensa y TV 27.

    En efecto, por cada contrabandista o negociante de drogas capturado surgirn tres ocuatro listos a sustituirlo, debido a que la estructura social es una gran generadora delproblema y a que los grandes beneficiarios del negocio nunca son investigados o detenidos.Cuando el gobierno ha emprendido campaas contra el contrabando, donde se anidan lasms peligrosas mafias y bandas criminales han cado acribillados por la polica humildesvendedores ambulantes, mientras que los sanandresitos, y sobre todo los grandes combos,nunca son tocados.

    26Revista Alternativa, nm. 27, Bogot, febrero-marzo de 1975.27Ibdem

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    Hacia 1975, en la zona Franca de Coln (Panam), permanecan almacenados unos 200millones de dlares de mercancas en transito, sin destino aparentemente especifico. Noobstante, todo el mundo saba que una buena parte tema como destino a Colombia; de igualmanera la red de transportadores contaba con una flota de enormes lanchas con capacidadde ms de 80 toneladas. En cada viaje podan traer tres o cuatro millones de pesos enmercancas, televisores, grabadoras, licuadoras, cigarrillos, whisky, telas y otros artculos; de

    regreso cargaban caf, azcar y posiblemente marihuana y cocana. El resguardo deaduanas haba llegado a la cnica y descarada prctica de fijar tarifas de 15 a 30 mil pesospor embarcacin; de igual manera, a cada resguardo se le fijaba su cuota mensual, cuotaque se reparta sagradamente entre los funcionarios de la aduana segn su jerarqua.

    El siguiente informe de la revistaAlternativa no puede describir mejor la forma de operarde las mafias del contrabando; pero lo que ms interesa destacar aqu es la manera comofueron trasladadas la mayora de las prcticas para el transporte y embarque de marihuana,cuando prendi la bonanza.

    Pagadas las tarifas, las lanchas descargan en Barranquilla, en Cementos del Caribe, Gracetales, SantaVernica o en el cao Ahuyama... Las entradas en grande para Santa Marta se realizan por Platanera, Pozos

    Colorados, Los Cocos, El Puente de la Barra y Bonda. A Cartagena llegan por Galerazamba, Mamonl, Canaldel Dique

    Las caravanas de camiones contratadas por la mafia avanzan con una vanguardia de unos 15 hombres conbuenas armas y mucha plata Son los famosos moscas, Esto sucede por la carretera y en vagones de cargadel ferrocarril, aunque la red area para cargamentos valiosos opera con mayor rapidez y descaro Pero losaeropuertos de novela son los clandestinos, que por la noche se iluminan con mechones a lo largo de la pista yuna camioneta en el terminal con las luces encendidas. En general aterrizajes y decolajes se realizan sinnovedad.

    Las naves areas se posan como murcilagos inofensivos a todo lo largo y ancho del pas. Son sitiospreferidos los aeropuertos cercanos a Fundacin, El Copey, Bosconia, Valencia, Aguas Blancas, Villanueva,Barrancas, Valledupar, en la costa; y en el interior en los alrededores de Tulu, Zarzal, Flandes, Chicoral, El

    Guamo, Mariquita, Prado, Puerto Perales, Guaimaral e inclusive en el aeropuerto de la Texas PetroleumCompany situado en Caldern (Puerto Boyac) 28

    Ntese la actuacin de los llamados moscas en las caravanas de camionescontrabandistas, o la iluminacin de pistas de aterrizaje con mechones encendidos; ambosmtodos se trasladaran a la produccin y comercio de marihuana, lo mismo que la posteriorutilizacin de una serie de pistas y aeropuertos para el trfico de drogas.

    LOS CINCO GRANDES FOCOS DE LA MAFIA

    En este marco de ideas, la produccin y comercializacin inicial de psicotrpicos(marihuana y cocana), va a ser llevada adelante por ncleos de contrabandistas de laGuajira y otros departamentos de la Costa, Antioquia, Valle, Santanderes y la zonaesmeraldfera (vase mapa, pg. 30). Unos y otros tenan, desde tiempo atrs, montada unared de transporte, caletas y sobornos, siendo por tanto los ms indicados para emprender untrfico, al fin y al cabo, ilegal como sus actividades. Posteriormente emergera, comoapndice del grupo antioqueo, el foco central de El Mexicano, y como puente entre el

    28Revista Alternativa, nm. 42, Bogot, julio de 1975; revista Alternativa, nm. 138, Bogot, octubre -noviembre de 1977.

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    ncleo caleo y el antioqueo, el subncleo quindiano de Carlos Lehder; ms tarde, y a lasombra de la radicalizacin que por parte del Gobierno se diera a la lucha contra el grupoantioqueo, se fortaleceran o apareceran otros ncleos (el oriental)29, lo mismo que losmafiosos sueltos o independientes.

    Los cinco focos de la mafia colombiana presentan caractersticas comunes en su

    configuracin desde el punto de vista histrico, ya que se consolidaron sobre la crisis de losproductos bsicos de la agroindustria, la minera o el comercio de las burguesas locales, ylos consiguientes traumatismos econmicos, sociales, culturales y de orden pblico muycontundentes hacia 1970 en las cinco regiones analizadas.

    Crisis en los cultivos de algodn en la Costa Atlntica (Guajira, Cesar y Magdalena). Crisis de la industria textil antioquea por la preponderancia de las fibras sintticas, en

    detrimento de las fibras naturales (algodn). Cada de los precios internacionales del azcar, circunstancia que afect la industria

    azucarera del Valle del Cauca. Crisis en la regin esmeraldera (Cundinamarca y Boyac), por problemas de

    explotacin, comercializacin y violencia, lo que origin la ocupacin militar de la zona. Crisis econmica y social en la regin nororiental (Bucaramanga-Ccuta), por la cada

    del bolvar y sus consecuentes problemas con el contrabando de extraccin y elcomercio fronterizo.

    Gran migracin de antioqueos y habitantes del occidente hacia EE. UU. En todos se manifiestan las contradicciones regionales (crisis de las lites, violencias

    ancestrales, culturales, tnicas, etc.). En unos y otros se manifiesta la recomposicin y el ascenso de fracciones de clase30

    No obstante lo anterior, los cinco ncleos presentan caractersticas diferenciadoras,que les imprimieron desde su configuracin variantes significativas, ahondadas o modificadascon su insercin en las sociedades locales.

    1. El ncleo costeo: se configur tempranamente 1965-68, en torno a la produccin demarihuana, sembrada inicialmente en los alrededores de la Sierra Nevada de Santa Marta yluego en las antiguas tierras dedicadas al algodn. A pesar de esto, no logr consolidarsecomo mafia, pues nunca alcanz el control de las rutas de distribucin en USA (estas semantuvieron bajo el control de la mafia gringa), se form, entonces, en torno a la produccin(siembra, recoleccin y transporte local) de marihuana, una variante criolla del mafioso: sinuna visin clara de empresa que lo llev a malgastar su capital, muy limitado, en susrelaciones con la banca y el comercio internacional, etc., se le denominar marimbero,bullicioso, extrovertido y parrandero, el capo tropical de este perodo, impuso la camionetaBlazer, el magnum, los herrajes o enchapes (cadenas, anillos y costosos relojes de marca),lo mismo que a los grupos vallenatos, que constantemente los mencionaban en suscanciones31. Estaba constituido por sectores de clase media y baja, que segn versiones y

    29Tanto el grupo oriental (Bucaramanga -Ccuta), como los mafiosos sueltos han venido creciendo a la sombra de la luchaentre los grupos antioqueo y caleo, y la lucha entre el gobierno y el ncleo antioqueo.30Sectores medios de la sociedad ante las cris is regionales y al amparo de la droga, en su proceso de reinsercin, no solohan generado y recreado las viejas violencias locales y ancestrales, sino que han recreado y readaptado manifestacionesculturales, incluso anti-imperialistas.31Ver revista Alternativa, nms. 12, 22, 24, 27, 42, 43, 44, 59, 74, 109 y 138.

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    comentarios de las gentes de la regin, acumularon capitales de ms de ochocientosmillones de pesos. Algunos exponentes tpicos de esta versin del mafioso tropical fueron:

    Luis Prez Quesada Lucho BarranquillaRafael Arn Manjarrs MaracasJos Manuel Molina

    N. N. El Gaviln MayorN. N. Barros MonchiN. N. Cotes LuckyN. N. Capi BlackEmiro de Jess Meja RomeroJorge Daro Gmez Van GriekenLucas Gmez Van Grieken32

    2. El ncleo antioqueo: configurado hacia 1970 por antiguos contrabandistas entreColn, Panam y Turbo; inicialmente se dedic a la marihuana sembrada en la zona deUrab33; con conexiones e inversiones iniciales en las siembras de marihuana de la Costa,casi simultneamente se dedic a la cocana impulsado por la insistencia de contrabandistasy comerciantes norteamericanos residentes en Panam, quienes la requeran con insistencia.Dichos ncleos iniciales logran las conexiones con las zonas productoras de pasta en Per yBolivia, especializndose desde muy temprano en el refinamiento y en la propia distribucinen los Estados Unidos, pues aprovecharon el gran afluente de latinos y sobre todo deantioqueos hacia USA, muy intenso a partir de 1965. Es precisamente la anteriorcircunstancia la que favorece la constitucin de sus propias redes de distribucin en lasprincipales ciudades norteamericanas, lo que a su vez facilita su consolidacin como mafiapor sus conexiones con los diferentes frentes del mercado y por su vinculacin con la bancainternacional. Por sus tempranas conexiones internacionales, su visin de futuro y de granempresa se proyecta desde un comienzo como verdadera mafia; es precisamente por loanterior por lo que logra imponer a las dems regiones del pas y aun a otros paseslatinoamericanos, el espritu empresarial paisa34.

    El declive del mercado de la marihuana, conmucha fuerza hacia 1978-1979, cuando lasmafias norteamericanas empezaron a producir su propia hierba en los Estados de California,Hawai, Alaska y Ohio, la calidad y los predios de la marihuana gringa, y el alto costo de laintroduccin de la colombiana, contribuyeron a la crisis de la bonanza marimbera enColombia. El vaco en el mercado de la droga fue llenado inicialmente por un ncleo deantioqueos35.

    Dicho grupo estaba conformado por sectores de clase media y baja, que fue ascendiendocon dificultad en una sociedad racista y conservadora yque no se resignaba dcilmente a

    32DAZA, G. J., Marihuana, sociedad y estado en la Guajira. Tesis de grado, Bogot, Departamento de Sociologa,Universidad Nacional, 1988.33SAULOY, M., Historia del narcotrfico colombiano a travs de sus relaciones con el poder. V Congreso de historia deColombia, Armenia, 1985, ICFES, pgs. 532 y 533.ARANGO, M. y CHLLD, J., Narcotrfico, imperio de la cocana, Mxico, Diana, 1987, pgs. 124 -126.CAMACHO, G. A., Droga y sociedad en Colombia, el poder y el estigma, Bogot, Cerec, 1988.34El Tiempo, Bogot, julio 29 de 1984.35AMACHO, G. A., y GUZMN, B. A., Colombia: ciudad y violencia, Bogot, Ediciones Foro Nacional, 1990, pg. 159.

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    perder su tradicional hegemona; las circunstancias le obligaron a irrumpir en forma violenta yconflictiva. A pesar de ello, ante la crisis econmica de las lites tradicionales y mostradoprincipalmente por el culto al dinero y por el ser alguien en la vida, dos premisas de lasociedad paisa, se fueron abriendo espacio en el complejo tejido social antioqueo, hastaconformar una bien sincronizada red de complicidades y lealtades manejadas bien medianteel dinero o bien mediante la fuerza de las armas36.

    Estos ncleos mafiosos han revivido, dinamizado, importado y readaptado viejascostumbres, sentires y afectos de la sociedad antioquea como la llamada msica decarrilera, el carriel, los buses escalera, los autos viejos, los caballos, el sombrero, la madre,el culto religioso, las grandes casas (mansiones), etc.

    EL SICARIATO

    Desde un comienzo y en parte por el origen de algunos de sus miembros, sus lealtadesse fueron construyendo en las deprimidas comunas de Medelln y en los municipios del reametropolitana, de donde posteriormente se reclutaran los guardaespaldas, testaferros ysicarios, aun cuando muchos grupos surgieran tambin de antiguas milicias de la guerrilla ydefensas de la poblacin contra la delincuencia comn y el lumpen37.

    Aunque hacia 1980 la mayora de las bandas sicariales enmarcaban sus actos delictivosdentro de las vendettas propias del negocio de las drogas, paulatinamente fueronincorporando a jueces, periodistas, sindicalistas y lderes campesinos, aprovechando unasveces la complacencia y otras la impotencia del Estado y de la sociedad. El fenmenovicarial se generaliz a partir de la ruptura de la alianza no declarada entre la mafia y elEstado, despus del asesinato del Ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla, el 30 de abril de1984, segn un relato:

    En 1985, los habitantes de los barrios Doce de Octubre y Santander, conocieron de las osadas de un grupode jvenes, que retomaron el nombre de la serie de televisin Los Magnficos, y sembraron el terror en estazona de la comuna noroccidental.

    En poco tiempo muchas bandas, del estilo de Los Magnficos, surgieron en diversos puntos de Medelln ylos municipios vecinos. En el barrio Bellavista de Bello aparecieron los ms clebres de esta primera poca: LosMonjes. El peridico El Mundo report sus andanzas, como un aviso premonitorio al que nadie le prestoatencin.

    Los Monjes celebraron, con Chamberlain y mucha marihuana, cuando su nombre apareci por primeravez en las pginas de los peridicos. Claro que ya haban hecho mritos como para merecer un artculo deprensa.

    Empezaron atracando con cuchillo las tiendas y a los transentes, despus consiguieron fierros. LosMonjes usaban un tatuaje en el brazo con sus iniciales, cargaban un cristo al revs, se cortaban las palmas de

    36VELOZA, G., La guerra de los carteles de la cocana G. S. Editores.BED0YA, J.,Los carteles de la mafia. Sin pie de imprenta.Revista Semana, nms. 106, 329, 332, 378, 419 y 429.37Salazar, A., No nacimos pa semilla , Corporacin Regin y CINEP, Bogot, 1990. En este excelente trabajo, se corroboraen varias entrevistas a los actores de las comunas nor-orientales de Medelln, cmo muchas de las bandas surgieron deantiguas milicias de la guerrilla, de algunos de los miembros de los antiguos campamentos del M-1 9 y de las defensas,creadas por los habitantes de dichos barrios para defenderse del crimen comn y la delincuencia.

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    las manos y las estrechaban para sellar el ingreso de un nuevo integrante. Realizaban fiestas que para el restode los mortales eran macabras, con msica pesada y un baile brusco, que n el lenguaje punk se conoce comopogueo.

    El juego adolescente termin en homicidios, en enfrentamientos con la polica y en una sangrienta guerracon tras bandas que surgieron en los barrios vecinos. Los Nevados, Los Plasmas, Los Maquinistas, LosPunkeritos, Los Podridos una primera generacin de bandas unidas por la msica rock, el punk, el heavymetal. Pero enemigos irreconciliables entre s. Las pginas de los peridicos tambin registraron sus

    sangrientos enfrentamientos, que incluyeron desde peleas con pual y revlver hasta atentados con granadas.

    En la comuna nororiental surgieron Los Nachos, Los Calvos, Los Montaeros, la del loco Uribe La bola dela muerte empez a rodar por los barrios altos de la ciudad y fue dejando su huella desoladora. Las nuevasbandas fueron en bsqueda del modelo que la mafia haba introducido en los barrios 38

    En estos sectores son contactados por la mafia muchachos entre los 15 y los 25 aos, lamayora de los cuales se debaten entre las drogas, el desempleo, el rebusque y losproblemas familiares39. Sumidos en la crisis econmica, la violencia urbana y familiar, lasdrogas y el alcohol, pierden todo temor a la muerte al tomarla como un ritual, como unamisin que hay que cumplir; de barrios como Aranjuez, Manrique, Popular, Villa Tina y de lascomunas nororientales y noroccidental, surgen quienes han de conformar las bandas desicarios.

    Las mejores escuelas son la realidad misma: entre el raponeo, el atraco, la pandilla, elmanejo de la moto, el parrilleo y el vicio, inician sus primeros pasos para luegoperfeccionarse en conduccin de vehculos, manejo de armas, tcnicas de escape, etc.

    El trabajo se cobra segn la condicin poltica y social de la vctima, as como el grado dedificultad y riesgo que conlleve el operativo. Las bandas de sicarios de mayor resonancia hansido las de Los Nachos, Los Priscos, Los Magnficos, Los Monjes, Los Nevados, LosPlasmas, Los Escorpiones, Los Narcisos, Los Calvos, Los Montaeros, Los Maquinistas, LosPunkeritos, Los Podridos, etc.40Tienen sus propios territorios y cobran impuestos o vacunas

    por su seguridad a los dueos de comercios y almacenes. De igual manera colocan retenes ypeajes en las vas de acceso a los barrios para cobrar impuestos de circulacin.

    38SALAZAR, A., La bola de nieve. El proceso de las bandas juveniles en Medelln, mimeo, Corporacin Regin.39Relatos orales:Los nios sicarios,El Tiempo , Lecturas Dominicales, Bogot, abril 15 de 1990.La conexin militar, Andrs Gtitirrez, el nio sicario que asesino a Jaramillo, Voz, Bogot, abril 5 de 1990.Todo empez as: Sicariato, La Prensa , Bogot, abril 30 de 1989.El muerto de prueba,La Prensa , Bogot, noviembre 13 de 1988.

    Un viaje al universo del sicario,El Tiempo , Bogot, abril 9 de 1989.El sicariato siembra el terror en Antioquia,El Siglo , Bogot, septiembre 13 de 1988.Matriarcado y sicarios,El Tiempo , Bogot, mayo 27 de 1990.Revista Semana, nms. 260, 310, 313 y 426.SALAZAR, A.,No nacimos pa semilla, Bogot, Corporacin Regin y CINEP, 1990.40VELOZA, G.,La guerra de los carteles de la cocana,G. S. Editores.Revista Semana, nms. 260, 313 y 428.El juicio a Los Nachos,El Espectador, Bogot, agosto 22 de 1988.Culmin juicio a Los Nachos,El Tiempo, Bogot, agosto 28 de 1988.SALAZAR, A., op. cit.

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    cundinamarqus, que se haban iniciado corno rebuscadores y matones en la zonaesmeraldera, es decir, conformaba una mafia rural, violenta no slo por sus antecedentes,sino por si, fuerte y contradictoria inclusin en la sociedad.

    Todo el mundoque ha triunfado en la vida le ha tocado muy duro. Ahora yo le digo una cosa: usted sabeque si esta plata la tuvieran las cinco familias ricas de este pas, no la miraran mal, pero canto la tiene uncampesino, un muchacho que no tiene buena familia por ser hijo de una familia humilde, entonces es una plata

    mal conquistada y es una plata mala45

    .

    Con un profundo arraigo por lo rural y por la tierra, el ncleo central se especializ en lacompra de tierras, generando una especie de narcoreforrna agraria; su exponente mscaracterstico, Rodrguez Gacha, El Mexicano, fue un profundo amante de las propiedadesterritoriales, los caballos y las rancheras. Seria interesante decodificar los mensajespopulares expresados en rancheras como Jalisco y Juan Charrasqueado, ParAdesentraar, a pesar de toda su actuacin final, la profunda raigambre social y la aceptacinpopular de las acciones de El Mexicano, las cuales o convertiran en un mafioso social46.

    En las minas de esmeraIdas de Muzo, Borbur y Otanche, adquiri fama de buen matn,

    circunstancia que le vali una recomendacin de los barones de las gemas para don Pabloen 1980. El Mexicano pas a ser el lugarteniente de mayor confianza de Escobar, y fuedurante mucho tiempo el encargado de barrerle la espalda, de realizar los trabajos mspeligrosos y de manejar el aparato militar del grupo antioqueo, hasta que en 1981 surgicomo un capo con fuerza propia. Invirti en bienes races, al igual que en grandes propie-dades agrcolas tales como las fincas La Albania, Sortilegio, Las Nutrias y La Fe, en losalrededores de Puerto Boyac; de igual manera se hizo a propiedades en Melgar, Villeta,Sasaima, Ubat y Cajic. En septiembre de 1988, las autoridades informaron sobre eldescubrimiento de una oficina computarizada que manejaba 77 empresas de El Mexicanoentre las que sobresalan haciendas, empresas agroindustriales, ganaderas y constructoras,al igual que inversiones en equipos de ftbol.

    EL PARAMILITARISMO

    Sus grandes inversiones en propiedades rurales (producto en parte del viejo arraigo a latierra) en zonas controladas por la guerrilla, los llev a aliarse con sectores terratenienteslocales y con comandantes de brigada para la conformacin de autodefensas y grupos para-militares; slo en Puerto Boyac, en donde han sido conocidas las actividades de un ncleo

    45Entrevista concedida ocho das antes de su muerte por El Mexicano, a un periodista colombiano, publicada por la revista

    intervi en Espaa y reproducida en algunos de sus apartes por la revista Semana, Num. 398.46El Mexicano, al igual que otros mafiosos, logr consolidar una amplia base social de apoyo, entre los habitantes de laszonas de influencia. Estos apoyos del pueblo, se inscriben en las frustraciones de las amplias masas que sumidas en lamiseria y la explotacin, ven en quien es capaz de sobresalir, de ponerse por encima de ellos, a un realizado, un hombrehecho, a un fiel exponente de su clase y su condicin y por tanto objeto de la admiracin, el respeto y la proteccin, sinimportar o entender que est al margen de la ley.A este respecto ver:VELOZA G., La guerra de los carteles de la cocanaRINCN, F.,Leyenda y verdad de El Mexicano.Revista Semana,Nums. 106, 378 y 398.

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    de traficantes amparados en ACDEGAM47, y con la asesora de mercenarios israelitas eingleses, sino tambin en Antioquia, Crdoba, Santander, Meta, Cundinamarca y Boyac. Sehan comprobado alianzas entre terratenientes, traficantes y militares en las masacres deUrab y Crdoba. En este sentido, antes de abandonar el pas, la juez segunda de ordenpblico Martha Luca Gonzlez, profiri auto de detencin contra Pablo Escobar, GonzaloRodrguez Gacha, tres militares y doce particulares, entre quienes figuraban Fidel Castao y

    Luis Rubio, para aquel entonces alcalde de Puerto Boyac, al igual que contra elcomandante de la polica de la misma poblacin, dos mayores, dos oficiales de inteligencia yun cabo del Batalln Voltgeros48.

    Desde un primer momento El Mexicano fue asociado con los grupos paramilitares, y seconstituy en enemigo acrrimo de las FARC. Como ferviente anticomunista y bajo suiniciativa se inici el exterminio de dirigentes campesinos, sindicalistas y simpatizantes deizquierda de sectores de Antioquia, Magdalena Medio, Santander, Boyac, Cundinamarca yMeta; todo lo que huela a izquierdistas, a comunistas hay que eliminarlo, deca, borracho,en una cantina de Puerto Boyac.

    El sicariato y el paramilitarismo se nutrieron de dos viejos ncleos de matonesconformados desde la violencia de los cincuenta:

    Lo s pjaro s d el Occ ident e.

    Aunque surgieron en el departamento del Valle, se desplazaron hacia el norte, el sur yotros departamentos para hacer trabajos sucios a los terratenientes y hacendados que losenfrentaron al creciente movimiento campesino en los setenta. Ms tarde, con el auge de lasmafias de la marihuana y la cocana, la modalidad pajaril fue redescubierta y revitalizada en

    Antioquia y Valle. Desde los setenta se produjo en el occidente colombiano una dinmicasocial de ascenso econmico de fracciones de clase, acompaada de violencia sutil que tuvocomo epicentro a Cartago, el norte del Valle, Quindo y Risaralda, y que fue liderada, por unlado, por el ncleo Medelln-Urab, y por otro, por el de Cali-Buenaventura. Estos dosncleos fueron los que a su vez dieron origen a dos grandes y bien conocidos focos derefinamiento, procesamiento y comercializacin de cocana: el ncleo antioqueo y el ncleovalluno. Ambos revivieron e imprimieron nueva fuerza al antiguo pjaro que se habamantenido en los pueblos del occidente colombiano de manera latente, prestando susservicios a fracciones conservadoras, proyectndolo hacia los actuales grupos de limpieza yel moderno sicariato. Poblaciones del Valle, Quindo, Caldas, Risaralda y Antioquiaprofundamente afectadas por las violencias de los cincuenta, constituyen hoy importantesfocos de generacin de sicarios que para las nuevas y modernas empresas de la muerte enocasiones han contado con el adiestramiento y asesoria de viejos pjaros locales.

    47MEDINA, C., Narcotraficantes y paramilitares, el caso de Puerto Boyac. Documentos periodsticos, Bogot, 1990.VALENZUELA Ruiz, A., Con las manos atadas, Bogot, Ediciones Morena, 1989.Informe del DAS, de noviembre 30 de 1988.Revista Semana, num. 313.RevistaForo, num. 6.REMENTERA, I., La violencia en el Magdalena Medio, CERFC, Pasado y presente de la violencia en Colombia, Bo gota,1988.Los ejrcitos de la mafia,El Tiempo, Bogot, junio 31 de 1988.48VELOZA, G., La guerra de los carteles de la cocana, revista Semana, nums. 106, 313, 329 y 429.

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    Los maton es del Oriente.

    Al centro-oriente del pas sobre los focos de la anterior violencia en Boyac y a partir delos matones de la zona esmeraldera, el foco central de la mafia de la cocana consoliddesde Puerto Boyac uno de los ms violentos ncleos de paramllitarismo que se desplaza yse fusiona con los de Antioquia, Crdoba, Santanderes y Meta. En alianza con sectores

    abiertamente de derecha, el ncleo de Boyac, resultante de la fusin de dos mafias, la delas esmeraldas con la de la cocana, no slo ha presionado contra los simpatizantes de laguerrilla, la izquierda y los sindicalistas, sino que ha servido de soporte para la compra detierras por parte de fracciones de los traficantes de los dos productos, situacin que haproducido una verdadera mafio-reforma agraria en estos territorios49.

    MAFIA Y MAGIA

    El origen popular, el aislamiento y la paranoia que impone la vida clandestina y azarosade los mafiosos, ha llevado a algunos de estos ncleos a buscar refugio espiritual enprcticas y rituales de magia y brujera, a las que no han escapado cierta sofisticacin eimportacin de nuevos rituales (ej.: Castillo Marroqun).

    Muchas de estas prcticas rituales hacen parte de un proceso histrico de tradicionespopulares que otros sectores sociales al margen de la ley han utilizado (bandoleros),mostrando en cierta forma el desarrollo de una ideologa ancestral y contestataria, ligada alos antepasados y a la costumbre. En este sentido, en muchos pueblos y regiones del passe han revitalizado los rezanderos, curanderos y brujos populares, as como una serie deoraciones y creencias que sobrevivan muy tmidamente los embates de la ciencia y lamodernidad. En los ltimos aos han cobrado fuerza los cultos y las oraciones a la ManoPoderosa, al nima Sola, a San Cipriano, a San Judas Tadeo, y se han incrementado lareligiosidad y el culto popular por una serie de santos y santas del santoral de la IglesiaCatlica, a muchos de los cuales numerosos mafiosos han elegido como sus benefactores50.

    5. El ncleo oriental: hermtico y discreto, fue construido a la sombra de la lucha de losotros cuatro primeros51 Este ncleo ha sido desarrollado sobre el eje contrabandstico deBucaramanga, Ccuta y San Antonio y lo conforman sectores de las capas medias de losdos Santanderes y por migrantes de otros sectores del pas. Se caracteriza por su grandinamismo, particularmente en los sectores de la construccin y en el comercio.

    49Para profundizar sobre el origen de estos dos focos ver:BETANCOURT, D. y GARCA M., Matones y cuadrilleros, orgenes y desarrollos de la violencia en el occidentecolombiano, Bogota, Tercer Mundo. Instituto de Estudios Polticos de la Universidad Nacional, 1990.

    50Ver los informes de prensa sobre los rituales del -Castillo Marroqun.51Este ncleo ha sido hasta ahora muy cerrado; slo se conoce su gran auge y dinmica en finca raz, comercio y ventas decarros de esta regin en los ltimos cinco anos.

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    CUADRO EXPLICATIVODEL MAPA DE LA PGINA SIGUIENTE

    Ncleos al margen. Conformados por mafiosos individuales o pequeos grupos al margen delos cinco grandes ncleos.

    NUCLEOS MAFIOSOS DEPARTAMENTOS IMPLICADOS

    1. CosteoGuajira, Cesar, Magdalena,

    Atlntico y Bolvar.

    2. Antioqueo

    Antioquia, Crdoba y sectores delMagdalena Medio (Santander,Boyac, Tolima y Cundinamarca).

    3. CaleoValle, Cauca, Nario, Putumayo y

    Amazonas.

    4. Central

    Cundinamarca, Boyac, Tolima,Meta, Caquet y sectores delMagdalena Medio.

    5. Oriental Santanderes, Casanare Y Arauca.

    *. Quindiano

    Este subncleo, con base en CarlosLehder, sirvi de puente ytransporte tanto al ncleo de

    Antioquia como al del Valle.

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