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CICLOS DE TIEMPO EN LA CULTURA IBÉRICA: LA ORIENTACIÓN ASTRONÓMICA EN EL TEMPLO DEL TOSSAL DE SANT MIQUEL DE LLÍRIA CYCLES OF TIME IN THE IBERIAN CULTURE: THE ASTRONOMICAL ORIENTATION OF THE TEMPLE OF EL TOSSAL DE SANT MIQUEL DE LLÍRIA TRABAJOS DE PREHISTORIA 63, N o 1, Enero-Junio 2006, pp. 167-178, ISSN: 0082-5638 CÉSAR ESTEBAN (*) SORAYA MORET (**) RESUMEN Presentamos un estudio arqueoastronómico del templo del poblado ibérico del Tossal de Sant Miquel de Llíria (Valencia). Encontramos que el eje mayor del edificio se encuentra orientado casi paralelo al eje cardinal este-oeste, con su entrada apuntando hacia una montaña singular del horizonte oriental donde se produce el orto solar alrededor de los equinoccios. Por otra parte, la ausencia de construc- ciones justo enfrente de la entrada del templo parece apo- yar la intencionalidad de dicha relación astronómica, pues permitiría preservar la observación del fenómeno desde el edificio. La existencia de otros yacimientos ibéricos cerca- nos donde se han encontrado relaciones similares con los equinoccios (o una fecha muy cercana a éstos) apunta, cada vez más claramente, hacia la idea de un especial protagonis- mo del paso del sol por los equinoccios en el calendario ri- tual ibérico. ABSTRACT We present an archaeoastronomical study of the temple of the Iberian settlement of El Tossal de Sant Miquel de Llí- ria (València). We find that the major axis of the building is oriented very close to the east-west cardinal axis. The en- trance of the temple is pointing towards an outstanding mountain on the eastern horizon, where the sunrise around the equinoxes takes place. On the other hand, the absence of other constructions just in front of the cultic building see- ms to support the inference that the astronomical relation was intentional, because it would permit the observation of the sunrise from the temple. The existence of other nearby Iberian sanctuaries showing similar relations with the equi- noxes (or a date very close to them) strongly supports the importance of these solar dates in the Iberian ritual. Palabras clave: Arqueoastronomía. Cultura ibérica. Reli- gión. Santuarios. Key words: Archaeoastronomy. Iberian Culture. Religion. Sacred places. INTRODUCCIÓN La arqueoastronomía, o como se suele llamar actualmente: astronomía cultural, es una actividad científica multidisciplinar que ha demostrado ser una herramienta muy útil para el conocimiento de la cosmovisión de distintas culturas del pasado. Un caso paradigmático es el de las civilizaciones pre- hispánicas mesoamericanas, en donde antropólo- gos, arqueólogos y astrónomos están de acuerdo en la extraordinaria importancia que la observación astronómica tenía para la elaboración del calenda- rio y en el ritual religioso desde épocas muy tem- pranas (Aveni 1991, Broda et al. 1991, Galindo Trejo 1994). Otro ámbito de aplicación bien cono- cido es el de las culturas megalíticas, tanto en las Islas Británicas (Ruggles 1999) como en el Medi- terráneo occidental (Hoskin 2001). Sólo en los úl- timos años se han realizado estudios sistemáticos en España (ver Belmonte 1999; Belmonte y Hoskin 2002; Esteban 2003a). La cultura ibérica no ha sido *(*) Instituto de Astrofísica de Canarias. 38200 - La Laguna. Tenerife. Correo electrónico: [email protected] (**) Facultat de Geografía i Història. Universitat de Valèn- cia. Correo electrónico: somollo@alumni. uv.es Recibido: 19-VII-05; aceptado: 14-XI-05.

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CICLOS DE TIEMPO EN LA CULTURA IBÉRICA:LA ORIENTACIÓN ASTRONÓMICA EN EL TEMPLO DEL TOSSALDE SANT MIQUEL DE LLÍRIA

CYCLES OF TIME IN THE IBERIAN CULTURE: THE ASTRONOMICAL ORIENTATIONOF THE TEMPLE OF EL TOSSAL DE SANT MIQUEL DE LLÍRIA

TRABAJOS DE PREHISTORIA63, No 1, Enero-Junio 2006, pp. 167-178, ISSN: 0082-5638

CÉSAR ESTEBAN (*)SORAYA MORET (**)

RESUMEN

Presentamos un estudio arqueoastronómico del templodel poblado ibérico del Tossal de Sant Miquel de Llíria(Valencia). Encontramos que el eje mayor del edificio seencuentra orientado casi paralelo al eje cardinal este-oeste,con su entrada apuntando hacia una montaña singular delhorizonte oriental donde se produce el orto solar alrededorde los equinoccios. Por otra parte, la ausencia de construc-ciones justo enfrente de la entrada del templo parece apo-yar la intencionalidad de dicha relación astronómica, puespermitiría preservar la observación del fenómeno desde eledificio. La existencia de otros yacimientos ibéricos cerca-nos donde se han encontrado relaciones similares con losequinoccios (o una fecha muy cercana a éstos) apunta, cadavez más claramente, hacia la idea de un especial protagonis-mo del paso del sol por los equinoccios en el calendario ri-tual ibérico.

ABSTRACT

We present an archaeoastronomical study of the templeof the Iberian settlement of El Tossal de Sant Miquel de Llí-ria (València). We find that the major axis of the building isoriented very close to the east-west cardinal axis. The en-trance of the temple is pointing towards an outstandingmountain on the eastern horizon, where the sunrise aroundthe equinoxes takes place. On the other hand, the absenceof other constructions just in front of the cultic building see-

ms to support the inference that the astronomical relationwas intentional, because it would permit the observation ofthe sunrise from the temple. The existence of other nearbyIberian sanctuaries showing similar relations with the equi-noxes (or a date very close to them) strongly supports theimportance of these solar dates in the Iberian ritual.

Palabras clave: Arqueoastronomía. Cultura ibérica. Reli-gión. Santuarios.

Key words: Archaeoastronomy. Iberian Culture. Religion.Sacred places.

INTRODUCCIÓN

La arqueoastronomía, o como se suele llamaractualmente: astronomía cultural, es una actividadcientífica multidisciplinar que ha demostrado seruna herramienta muy útil para el conocimiento dela cosmovisión de distintas culturas del pasado. Uncaso paradigmático es el de las civilizaciones pre-hispánicas mesoamericanas, en donde antropólo-gos, arqueólogos y astrónomos están de acuerdo enla extraordinaria importancia que la observaciónastronómica tenía para la elaboración del calenda-rio y en el ritual religioso desde épocas muy tem-pranas (Aveni 1991, Broda et al. 1991, GalindoTrejo 1994). Otro ámbito de aplicación bien cono-cido es el de las culturas megalíticas, tanto en lasIslas Británicas (Ruggles 1999) como en el Medi-terráneo occidental (Hoskin 2001). Sólo en los úl-timos años se han realizado estudios sistemáticos enEspaña (ver Belmonte 1999; Belmonte y Hoskin2002; Esteban 2003a). La cultura ibérica no ha sido

*(*) Instituto de Astrofísica de Canarias. 38200 - La Laguna.Tenerife. Correo electrónico: [email protected]

(**) Facultat de Geografía i Història. Universitat de Valèn-cia. Correo electrónico: somollo@alumni. uv.es

Recibido: 19-VII-05; aceptado: 14-XI-05.

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ajena a estos estudios y disponemos de varios tra-bajos de campo dedicados al análisis de orientacio-nes y del horizonte astronómico en diversos santua-rios y necrópolis ibéricas (Esteban y Cortell Pérez1997; Esteban 2001; Esteban 2002; Pérez Balles-ter y Borredá Mejías 2004) e incluso necrópolisceltibéricas (Cerdeño et al. 2001-2002).

El yacimiento del Tossal de Sant Miquel de Llí-ria se halla sobre una pequeña montaña que alcan-za los 273 m.s.n.m. situada al sur de la actual pobla-ción de Llíria, en la provincia de Valencia (Fig. 1).Fue el asentamiento ibérico más importante del te-rritorio denominado actualmente como Camp delTúria (Bernabeu et al. 1987) y se le identifica conla antigua Edeta de las fuentes literarias, capital delpueblo prerromano de los edetanos. Se excavó en-tre 1933 y 1953, periodo durante el cual se sacaron

a la luz unos 131 departamentos, apenas una peque-ña parte de la extensión total que se le estima alpoblado. En una de las áreas excavadas, la denomi-nada manzana 4 del sector I (Fig. 2), se ha identifi-cado un templo y una serie de departamentosanexos gracias al estudio de los diarios de las exca-vaciones y a la revisión de los materiales encontra-dos en cada uno de los departamentos (Bonet 1992y 1995). El templo fue cubierto de tierra de nuevotras las excavaciones, pero la parte superior de al-gunos de sus muros todavía se mantiene visible, porlo que la situación del edificio puede identificarsesobre el terreno así como determinarse la orienta-ción de sus principales elementos arquitectónicos.

El templo está formado por los departamentos12, 13 y 14 (Fig. 3), que se encuentran integradosen la trama urbanística del poblado. Tiene otrasdependencias adosadas (dpts. 6, 7, 8 y 10), posible-mente relacionadas con el templo. La pendiente delterreno desciende hacia el este-sureste. Los tresdepartamentos del templo ocupan unos 70 metroscuadrados. Se accede a su interior por medio de unapequeña escalera situada en la fachada oriental deldepartamento 13. Dicho recinto se encontraba acielo abierto, tratándose posiblemente de un teme-nos. En la esquina suroeste de la estancia 13 se en-cuentra un pequeño pozo de unos dos metros deprofundidad (denominado departamento 12) que seinterpreta como una favissa o pozo votivo debidoa las cenizas y los distintos materiales encontradosen su interior (entre ellos algunas de las más famo-sas piezas de cerámica decorada encontradas eneste yacimiento). Entre los departamentos 13 y 14

Fig. 1. Plano de localización del yacimiento del Tossal deSant Miquel de Llíria.

Fig. 2. Plano del denominado sector I del Tossal de Sant Mi-quel de Llíria. Adaptado de Bonet (1992).

Fig. 3. Zona del templo del Tossal de Sant Miquel de Llí-ria (departamentos 12, 13 y 14). El aspa gris muestra laposición del teodolito durante las medidas. Adaptado deBonet (1992).

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se encontraba una escalera de cuatro peldaños don-de se encontraría el pórtico de entrada. El departa-mento 14 se trata de una gran sala en cuyo centro seemplazaba un pilar apuntado y de planta cuadradade unos 57 centímetros de altura, que se ha interpre-tado como un betilo (Bonet 1992, 1995) o como unaltar (Moneo 2003). La estancia 14 corresponde-ría al sancta sanctorum o capilla del templo. Lacronología del yacimiento del poblado ibérico seextiende desde el siglo V y el II a.C. (Bonet 1992).Aunque la del templo en particular no se conocecon precisión, su final se situaría a principios delsiglo II a.C., momento en el que aparece un estra-to de destrucción.

OBTENCIÓN DE LAS MEDIDAS

El trabajo de campo en el yacimiento se llevó acabo en dos visitas. En la primera (23 de junio de2003) se obtuvieron medidas de la orientación delas paredes del templo ibérico y del horizonte querodea al yacimiento. En la segunda visita (21 demarzo de 2004) se realizaron fotografías del ortosolar para obtener testimonio documental de laorientación astronómica del templo y de la fiabili-dad de nuestros cálculos.

En la primera visita, el instrumental utilizado fueuna brújula de precisión, un teodolito portátil, unaparato de posicionamiento global (GPS) y una

Fig. 4. Vista parcial del horizonte oriental que se divisa desde el templo del Tossal de Sant Miquel de Llíria. Los puntosmarcados con flechas corresponden a las diferentes cotas medidas con el teodolito y cuyas coordenadas se incluyen en laTabla 1. Se han distribuido en orden alfabético desde el punto más al Sur (a) hasta el punto más septentrional (r). El ortosolar en los equinoccios se produce sobre la cota a.

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cámara fotográfica reflex convencional cuyas fotosse digitalizaron posteriormente. La metodología dela toma de datos se describe de forma exhaustiva enEsteban y Delgado Cabrera (2005), aunque descri-biremos los aspectos más importantes a continua-ción.

Nuestro interés arqueoastronómico sobre el tem-plo apareció al notar que la planta del edificio pa-recía presentar una clara la orientación este-oeste enel plano del poblado publicado en Bonet (1992) ymostrado en la figura 2. Nos pareció interesanteque, aunque el resto de los edificios excavados delyacimiento mostrasen orientaciones diferentes fue-se, precisamente, el complejo interpretado comotemplo, el que presentase una orientación más ajus-tada a los ejes cardinales. Al visitar el yacimientopudimos confirmar la precisión de la orientación ycomprobar que el horizonte oriental del templo (ha-cia donde apunta la entrada del edificio) está com-pletamente despejado, alcanzando prácticamentehasta la costa en la mitad sureste debido a la ausen-cia de montañas de cierta altura en esa dirección(Fig. 4). Hacia el norte y el oeste el horizonte seencuentra obstaculizado por la montaña donde seextiende el propio yacimiento. En la figura 4 pode-mos ver que el horizonte oriental es plano en sumitad sur, aunque aparecen ciertas montañas des-de el este geográfico (alrededor de la cota a de lafigura 4) hacia el norte, donde, en un determinadopunto, la misma ladera del Tossal de Sant Miqueloculta el horizonte lejano.

El sistema de posicionamiento global (GPS) uti-lizado fue un modelo GPS II PLUS de Garmin. Conél obtuvimos la longitud y latitud del yacimiento asícomo el denominado tiempo universal (1), que esnecesario para la corrección del nivel de cero de losángulos horizontales, como veremos más adelante.

En nuestra primera visita hicimos uso del teodo-lito para determinar las coordenadas horizontales(acimut y altura) de distintos puntos llamativos yfácilmente distinguibles del horizonte oriental querodea al templo (cumbres de montañas, interseccio-nes entre dos montañas a distinta distancia, ver fi-gura 4). El modelo de teodolito utilizado fue elTEO-3, de medida analógica. La unidad mínima delectura (precisión) para ambos ejes es de 0,045°sexagesimales (unos 2,7 minutos de arco, aproxi-

madamente 1/10 del diámetro solar), aunque pue-de llegar a ser del orden de la mitad a este valorporque podemos estimar fracciones aproximadas aesa unidad mínima con el sistema óptico de medi-da. La altura se define como el ángulo formadoentre el horizonte astronómico plano (definidocomo el valor °0 y calibrado con la burbuja flotantedel teodolito) y el punto que estemos midiendo. Alcenit le corresponde una altura de 90o. La altura me-dida de un objeto, h′, está afectada por la denomi-nada refracción atmosférica. Este efecto óptico, re-lacionado con el diferente índice de refracción quetienen las distintas capas de la atmósfera, hace quela altura a la que vemos los objetos sea mayor a laque tienen en la realidad. En nuestro caso hemosutilizado la expresión que nos proporciona Schae-fer (2000) y que es válida para cualquier valor de laaltura:

donde R es la corrección (en grados sexagesimales)que debemos aplicar a la altura medida. Este efec-to es muy importante para objetos cercanos al ho-rizonte (donde alcanza valores del orden de 0,5°) ycasi despreciable (excepto para medidas muy pre-

(1) El UT es un tiempo estándar internacional con el que sesuelen cronometrar los fenómenos y las efemérides astronómicas.Se define como el tiempo civil sobre el meridiano que pasa por lalocalidad británica de Greenwich. El tiempo oficial en el territo-rio español peninsular adelanta en una o dos horas al UT según laépoca del año en que nos encontremos.

Fig. 5. Esfera celeste mostrando la relación entre ángulo ho-rizontal medido con el teodolito y acimut. O representa lasituación del observador (teodolito), N corresponde al puntocardinal norte, P es el polo norte celeste y Z es el cenit delobservador. El eje horizontal del teodolito es, en principio,arbitrario y supondremos que tiene su origen de ángulos enel punto N′. Cuando medimos la posición del centro deldisco solar con el teodolito obtenemos el ángulo horizon-tal A′, que se diferencia de su acimut, A, en un ángulo d. Lacoordenada h corresponde a la altura.

(1)

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cisas) a alturas elevadas. La altura corregida que-da entonces:

h = h′ – R (2)

El teodolito mide también ángulos horizontales,A′, respecto a un origen arbitrario cuya posición va-ría cada vez que cambiamos de posición el teodo-lito. Sin embargo, para realizar el estudio necesita-mos obtener acimutes (2), A, referidos al nortegeográfico, por lo que debemos conocer el ángulodefinido entre el norte geográfico y el origen deángulos horizontales del teodolito en la posiciónparticular utilizada (magnitud que designamoscomo d). La determinación de este ángulo la reali-zamos con observaciones de la posición del Sol entres momentos sucesivos y separados temporal-mente a lo largo de la visita al yacimiento (ver Fig.5). Como el Sol describe un movimiento diurno, suposición sobre el cielo cambia con el tiempo. Encada una de estas medidas, se coloca el centro deldisco solar sobre la retícula del visor del teodolitoy se anota el tiempo universal, UT (suministradopor el GPS), se embraga la posición del teodolito yse mide el ángulo horizontal y la altura indicadospor el aparato. Conocida la latitud del lugar, φ (de-terminada con el GPS), calculamos el acimut delSol en ese momento aplicando la relación:

(3)

Donde h es la altura del centro del disco solarcorregida de refracción y d su declinación. Las co-ordenadas ecuatoriales del centro del Sol (ascen-sión recta y declinación) se interpolaron a partir delas tablas publicadas en el Almanaque Náutico delObservatorio de San Fernando. Estas tablas propor-cionan las coordenadas ecuatoriales del Sol paracada hora y para todos los días del año, aunque ennuestro caso sólo necesitamos los valores de la de-clinación. El ángulo d se establece entonces comoel valor medio de la diferencia entre el ángulo ho-rizontal medido y el acimut del centro del discosolar (determinado a partir de la ecuación 3) en cadauno de los tres instantes en que se realizaron las

medidas solares, aplicando a cada medida indivi-dual la siguiente relación:

A = A′ – d (4)

Con esta metodología podemos determinar conprecisión las coordenadas horizontales: acimut yaltura (A, h) asociadas a cualquier astro cuyo ortou ocaso coincida con un punto medido sobre el ho-rizonte con el teodolito.

La orientación de los muros del templo se deter-minó con una brújula (con un error de la medida delorden de 1o), pues el estado de conservación deledificio hacía carente de sentido el uso de un apa-rato de alta precisión como el teodolito. Los ángu-los horizontales que proporciona una brújula estánreferidos al norte magnético, por lo que también fuenecesario obtener el ángulo d que, en este caso, nospasaba las medidas de la brújula a acimutes (mag-nitud que se denomina declinación magnética).Este parámetro se obtuvo a partir de comparar el án-gulo horizontal medido con la brújula para variascotas topográficas (como campanarios de poblacio-nes cercanas y cumbres de montañas) con los aci-mutes proporcionados por las líneas que unían ellugar de observación y dichas cotas trazadas sobremapas detallados del Servicio Geográfico del Ejér-cito. Las medidas de la orientación del templo serestringieron a las dos paredes mejor conservadasy de mayor longitud del conjunto: las paredes nor-te y sur del departamento 14.

A partir de las coordenadas horizontales (A, h)de un punto cualquiera del horizonte podemos cal-cular la declinación celeste, d, del astro que tiene suorto u ocaso por dicho punto a través de una ecua-ción de transformación de coordenadas:

d = arcsen(senh · sen φ + cos h · cos φ · cos A)

(5)

El rango de valores de la declinación va de – 90o

a + 90o. Cuando un astro tiene d = 0o se encuentrasobre el ecuador celeste, mientras que cuando d =+90o significa que el objeto se encuentra en el PoloNorte celeste. Las coordenadas ecuatoriales de unastro son independientes de la posición del obser-vador sobre la superficie de la Tierra (a diferenciade lo que ocurre con las coordenadas horizontales:acimut y altura), pues están referidas al centro de laTierra y son las que suelen proporcionar los catálo-gos astronómicos.

(2) El acimut de un astro es el arco de horizonte comprendi-do entre el punto cardinal norte y la intersección de la vertical delastro (círculo máximo que pasa por el cenit del observador y porel astro) con el horizonte. Se mide en sentido de norte a este y surango de variación es de 0o a 360o.

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RESULTADOS

La orientación de los muros norte y sur del de-partamento 14 proporciona un acimut de 87o y 85o

respectivamente. Hemos elegido el sentido de oes-te a este debido a que la entrada del templo se sitúaen la pared oriental del departamento 14 y la partedespejada del horizonte se encuentra en esta direc-ción. El valor promedio de la orientación lo estima-mos como (86 + 2)o, la incertidumbre asociada in-cluye la precisión de las medidas, la dispersión delpromedio y el error en la determinación de la decli-nación magnética. Este valor de la orientación nosindica que la entrada del templo se encuentra apun-tando a un punto ligeramente al norte del este geo-gráfico (situado a 90o, ver figura 4).

Durante nuestra primera visita al lugar pudimoscomprobar que la posición del este geográfico co-incide con la de una pequeña montaña (Fig. 6). Unhecho curioso es que hacia el sur de dicha monta-ña el resto del horizonte oriental es prácticamenteplano y hacia el norte se encuentra plagado de mon-tañas en toda su extensión (Sierra Calderona, verfigura 4). Esta pequeña elevación la identificamoscomo cabeç Bord, alcanza una altura máxima de238 m.s.n.m. y se halla situada en el punto de con-fluencia de los términos municipales de Albalatdels Tarongers, Sagunto, Náquera y Puçol, todosellos en la provincia de Valencia. Tanto en la biblio-grafía consultada como en la prospección realiza-da en la zona por C. Mata y H. Bonet dentro del pro-yecto “El territorio de Edeta en época ibérica”(1985-1990) no se han encontrado evidencias deocupación ibérica de ningún tipo sobre esta monta-ña. En la figura 6 mostramos una fotografía del ho-rizonte oriental tomada desde el extremo oeste dela pared norte del departamento 14. Puede compro-barse como, en efecto, la impresión visual es que lapared está orientada hacia la montaña o un puntomuy cercano ligeramente al norte de ella.

En la figura 4 mostramos la posición de los di-ferentes puntos o cotas que se midieron con el teo-dolito sobre el perfil del horizonte oriental del tem-plo y que se obtuvieron colocando el aparato demedida en la posición indicada en la figura 3. En latabla 1 mostramos los valores de acimut y altura

Fig. 6. Vista del horizonte oriental del templo del Tossalde Sant Miquel de Llíria desde el extremo oeste de lapared norte del departamento 14. La fotografía ilustra laclara orientación del edificio hacia el cabeç Bord, señala-do con una flecha y sobre el que se produce el orto solar delos equinoccios. Bord viene señalado con las cotas a y b enla figura 4.

Tab. 1. Cotas medidas en el horizonte oriental del temploibérico.

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correspondientes a cada una de las cotas, así comola declinación celeste del astro que tendría su ortosobre esos puntos. La zona del horizonte hacia laque apuntan las paredes del templo se encuentraentre las cotas b y e, aproximadamente.

El resultado más importante de nuestro estudioes que el rango de declinaciones celestes de los as-tros que tienen su orto sobre cabeç Bord contienenla posición del Sol en los equinoccios (la declina-ción celeste del Sol en dichos instantes es d = 0o).Teniendo en cuenta que el diámetro solar prome-dio es del orden 0,5o, podemos decir que, a efectosprácticos, la posición del Sol en los equinoccios co-incide con el punto a del horizonte, el extremo surde Bord. Esta relación astronómica la pudimoscomprobar observando el orto solar el día 21 demarzo de 2004, el día posterior al equinoccio deprimavera de aquel año (Fig. 7). Otro posible puntode interés astronómico del horizonte oriental po-

dría ser el punto p (d ≈ 23o), pues 0,7o al norte deél (es decir, algo más de un diámetro solar) se pro-duce el orto solar en el solsticio de verano. El sols-ticio de verano es el momento en que la salida delSol alcanza su extremo septentrional anual, es de-cir, nunca lo veremos salir más al norte de dichopunto. La declinación solar en el solsticio de vera-no en la época en que se usó el templo era d = 23,7o

(en la actualidad es d = 23,5o). De cualquier forma,esta posible relación astronómica con la cota p nonos parece que deba considerarse como bien esta-blecida, pues dicho punto no es especialmente lla-mativo y la relación astronómica no es precisa. Loque sí es necesario recalcar es que, durante la tota-lidad de la primavera y el verano, el Sol saldrá porla parte montañosa del horizonte (desde a hastaalgo más al norte de p) mientras que durante oto-ño e invierno saldrá por una zona plana y carentede rasgos topográficos significativos. De hecho, elorto solar en el otro solsticio, el de invierno (el pun-to más austral por donde podemos observar ortossolares), se encuentra sobre la zona plana del ho-rizonte.

Como vemos, hay dos resultados relevantes quepodrían estar relacionados:

a) el templo se encuentra orientado hacia cabeçBord, el primer rasgo topográfico llamativo delhorizonte si nos movemos de sur a norte sobre elhorizonte oriental; b) el orto del Sol en los equinoc-cios (o en una fecha muy cercana a éstos) se produ-ce justo sobre dicha montaña.

Un tercer dato que nos sugiere la posible inten-cionalidad de la orientación es que el templo care-cía de otras construcciones justo en la línea de vi-sión hacia el orto de los equinoccios (Fig. 2).Durante las excavaciones no se encontraron restosde ninguna edificación enfrente al templo que pu-diera dificultar la visión del fenómeno (H. Bonet,comunicación personal). Parecería como si se hu-biese prohibido la construcción en el área con la in-tención de dejar libre el campo de visión justo enesa dirección para, quizás, preservar la observacióndel fenómeno equinoccial desde el propio templo.Estos tres motivos nos hacen pensar que la relaciónastronómica encontrada en el templo fue intencio-nada y no producto de la mera casualidad.

DISCUSIÓN

En Esteban (2002) se recoge la existencia de, almenos, otros tres santuarios ibéricos donde el orto

Fig. 7. Dos instantáneas del orto solar el día 23 de marzo de2004, en el que el centro del disco solar se encontraba en unaposición δ = +0,38o. Corresponde a la mañana del día pos-terior al equinoccio de primavera de aquel año. La posicióndel Sol durante el denominado “día mitad” (ver texto) puedeproducirse en cualquier punto de la zona superior de lamontaña, por lo que la posición fotografiada es representa-tiva del día mitad. El orto solar en el día del equinoccio seproduciría ligeramente más a la derecha (sur), justo sobrela ladera de la montaña. La instantánea superior correspon-de a las 6h 04m UT (7h 04m hora oficial) y la inferior a corres-ponde a las 6h 08m UT (7h 08m hora oficial).

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solar de los equinoccios se produce sobre elemen-tos conspicuos del horizonte: El Amarejo (Bonete,Albacete), La Serreta (Alcoy, Alacant) y La Carra-posa (Rotglà i Corbera-Llanera de Ranes, Valen-cia). Estos tres yacimientos se encuentran en el áreade confluencia de las tres provincias actuales de Al-bacete, Alicante y Valencia, entre 70 y 110 kilóme-tros al sur de Llíria. En los tres casos, las zonas don-de se producen los ortos equinocciales coincidencon cumbres de montañas donde es muy fácil seguirvisualmente la variación diaria de la posición delSol. El caso más llamativo es El Amarejo, donde laespectacularidad del fenómeno hace poco probableque la selección del emplazamiento del lugar fuesesimplemente casual. Como vemos, la relación equi-noccial encontrada en el templo de Sant Miquel deLlíria no es un hecho aislado y es compartida porotros yacimientos similares cercanos y práctica-mente contemporáneos, por lo que parece exis-tir una corroboración estadística de que estamosante un elemento real y relativamente común delritual ibérico en, al menos, esta zona del levante pe-ninsular.

Según Bonet y Mata (1997) el templo de SantMiquel estaría dedicado a una deidad femenina decarácter agrícola y en él se llevarían a cabo ritoscolectivos relacionados con la fecundidad del terri-torio. Una interpretación similar se le ha dado alsantuario de La Serreta: Visedo (1959: 65) sugiereque el culto estaba destinado a una diosa femeninaprotectora de la agricultura, mientras que Llobregat(1972: 57) nos habla de una Gran Diosa de la tierra.En La Carraposa, Pérez Ballester y Borredá Mejías(2004), encuentran un santuario al aire libre que,debido a la tipología de los exvotos, estaría dedica-do a una divinidad femenina protectora de los ani-males y de la fertilidad de la tierra, quizás entronca-da con la Tanit/Deméter mediterránea. Finalmente,en El Amarejo donde, como en el caso del templodel Tossal de Sant Miquel, también se encontró ungran pozo votivo o favissa situado en la parte orien-tal del edificio, el santuario estaría dedicado a unadivinidad protectora o relacionada con las activida-des femeninas (Broncano y Blánquez, 1985) a laque se ofrecerían las primicias de la tierra anual-mente, a principios del otoño. Aranegui (1997) des-taca el gran paralelismo entre los pozos votivos deSant Miquel y El Amarejo, con una cronología coin-cidente y restos arqueológicos similares. Comovemos, los cuatro santuarios mencionados tienenelementos comunes que sugieren el culto a una di-vinidad femenina de la fecundidad con algún aspec-

to específico según la dedicación particular de cadasantuario (protección a los animales, las actividadesfemeninas, la fertilidad de la Tierra). Esta divinidadtendría un importante componente astral reflejadoen las relaciones astronómicas encontradas en losyacimientos. Un momento importante en el ritualcelebrado en honor a esta diosa serían los equinoc-cios o una fecha muy cercana a éstos.

Un aspecto que quizás pudiera estar relaciona-do con el aspecto astral del culto ibérico que propo-nemos, es el de la decoración de los platos encon-trados tanto en distintos departamentos del Tossalde Sant Miquel (Bonet 1995) como en el santuariode El Amarejo (Broncano 1989). La mayoría deestos platos presentan un motivo central que podríaser perfectamente interpretado como solar, aunquehabitualmente se denomina como “rosetón”. Uncaso especialmente ilustrativo es el del conocidocomo “plato de los peces” encontrado en el depar-tamento 14 del templo de Sant Miquel (Bonet 1995:102) cuyo elemento central nos recuerda una repre-sentación esquemática moderna del Sol.

En Esteban (2002), así como en Esteban y Del-gado Cabrera (2005) para el caso de los aborígenescanarios) se concluye que, para las culturas primi-tivas, el equinoccio astronómico quizás fuese unconcepto demasiado abstracto y carente de utilidadpráctica y que el fenómeno astronómico que se in-tentaba reflejar realmente en las orientaciones astro-nómicas podría ser el denominado “punto mediotemporal entre ambos solsticios” (de ahora en ade-lante lo denominaremos simplemente como “díamitad” para abreviar) . Este concepto se definecomo el día situado a la mitad del periodo de tiem-po que se extiende entre ambos solsticios, de vera-no a invierno o viceversa. Una vez hemos determi-nado observacionalmente la diferencia en días entredos solsticios consecutivos (entre 182 ó 183 días),podemos definir el punto medio temporal entreambos como el día 91 ó 92 después de un solsticiodado (tendríamos una precisión de ±1 día, pues elaño solar o trópico tiene una duración de 365,25días, es decir, no contiene un número de días ente-ro). De esta forma, podemos dividir el año en cua-tro periodos de igual duración, que se corresponde-rían casi perfectamente, con las cuatro estacionesastronómicas: primavera, verano, otoño e invierno.La posición del Sol en este día mitad se encuentraligeramente al norte de la que ocupa en los equinoc-cios astronómicos y depende de la forma particularen que lo definamos (ver discusión en Esteban yDelgado Cabrera 2005). Estimamos que la declina-

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ción del Sol en ese día mitad está contenida dentrodel rango de d = (0,7 + 0,5)o, aproximadamente (ycuriosamente) el rango de declinaciones celestesque cubre el perfil de cabeç Bord. En este sentido,nuestra conclusión es que la pequeña montaña pudohaber sido utilizada para indicar la ocurrencia deldía mitad entre solsticios, que correspondería con lafecha en que se observara la salida del Sol más cer-cana a la cumbre de Bord. Por otra parte, es posibleque la luz solar durante el orto de esas fechas pudierapenetrar por la entrada o cualquier abertura de lafachada oriental e iluminar su interior, el altar obetilo, recreando una epifanía luminosa con un fuer-te simbolismo, aunque para comprobar esta hipóte-sis se debería realizar la reconstrucción tridimensio-nal computerizada del templo, nunca perfectadebido a la falta de la información sobre el alzadocompleto del templo. La posibilidad de una ilumi-nación interior equinoccial también se ha sugeridopara el caso del templo ibérico de La Alcudia (Es-teban 2002). El templo del Cerro de los Santos y elposible edificio de culto de El Chorrillo, ambos ais-lados y situados sobre lugares altos, también mues-tran una orientación a lo largo del eje cardinal este-oeste (Esteban 2002).

Características análogas a las del templo delTossal de Sant Miquel (como la orientación haciael este del edificio y la existencia de una montañadonde se produce el orto solar en el día mitad) sehan encontrado en otros lugares arqueológicos delMediterráneo, como el templo de Apolo en Máctar(Túnez), antiguo lugar de culto libio-púnico a BaalHamon y reutilizado en época romana con dedica-ción al dios solar Apolo (Esteban et al. 2001, Este-ban 2003b) o el templo C de la ciudad greco-púni-ca de Selinunte, donde Belmonte y Hoskin (2002)encuentran que el edificio apunta hacia una monta-ña cónica muy llamativa del horizonte. Este últimotemplo también pudo haber estado dedicado a Apo-lo en época romana.

Uno de los principales aspectos que nos quedapor dilucidar es cuál sería el momento importante enel ritual llevado a cabo en el templo de Sant Miquel:¿el equinoccio (o el día mitad) relacionado con elprincipio de la primavera o del otoño? ¿o quizásambos? Para el único lugar donde parece existir unarespuesta clara es en el caso de El Amarejo, dondeBroncano (1989) afirma que el grado de desarrollode los restos vegetales encontrados en el depósitovotivo indican que las ofrendas se realizaban a co-mienzos del otoño. Este es un hallazgo de especialinterés, pues confirma de forma independiente

nuestra hipótesis astronómica e indica que el equi-noccio de otoño podría ser el importante en el ritualibérico.

Parece claro que los ritos celebrados en el tem-plo de Sant Miquel de Llíria y en el resto de santua-rios ibéricos donde se han encontrado relacionescon los equinoccios o el día mitad estarían relacio-nados con los ciclos de la naturaleza y la estaciona-lidad. Aunque se dispone de un conocimiento muylimitado sobre las divinidades ibéricas, uno de losaspectos más aceptados por la mayoría de los inves-tigadores es que una de las diosas más importantesdel panteón estaría relacionada con la fertilidad, porlo que no resultaría extraña la presencia de aspec-tos astronómicos explícitos en su ritual. Festivida-des agrarias relacionadas con la fecundidad fueronmuy comunes en el Mediterráneo antiguo, como,por ejemplo las de la “resurrección” o egersis deMelkart que se celebraban en Tiro (y quizás tam-bién en Gades) que posiblemente tenían lugar en laLuna nueva más cercana al equinoccio de primave-ra (Cohen 1993:401; Moneo 2003: 369, 442). Muyfamosas fueron las relacionadas con la diosa grie-ga Deméter, cuyos Grandes Misterios se represen-taban en Eleusis a comienzos del otoño (EspejoMuriel 1995: 95). Estos misterios representaban elciclo vegetativo anual mediante el mito del descen-so y salida de Koré del inframundo. Una narraciónmítica similar, donde el protagonista sería un posi-ble dios-héroe de la vegetación, también podríaestar representada en los relieves del monumentofunerario de Pozo Moro (Moneo 2003:416). RamosFernández (1995: 147-182) también considera elciclo anual de fertilidad como elemento primordialdel ritual ibérico llevado a cabo en el templo de LaAlcudia. Este autor propone que los iberos desarro-llaron una religión de tipo agrario donde se venera-ba a dos dioses encargados de mantener la fertili-dad, uno femenino y otro masculino, su paredro,representado por la figura del toro y con un carác-ter solar. La muerte y la resurrección cíclica y anualde este dios, producida en los equinoccios, repre-sentaría el sacrificio para la renovación de la natu-raleza. Este toro podría ser la personificación de undios asimilable al púnico Baal Hamon, que entresus símbolos más frecuentes en territorio español secuenta el de una cabeza radiada a modo de discosolar con cara humana (Moneo 2003: 442, 443). Enel Norte de África, Baal Hamon, y su heredero deépoca romana: Saturno Africano, fueron unos dio-ses con un marcado carácter solar, de hecho, sussímbolos fundamentales fueron el disco solar, el

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creciente y la estrella (Xella 1991: 111; Leglay1966: 173 ss).

La simbología del ciclo de muerte y resurrecciónnatural y divina tiene una clara inspiración en elmovimiento anuo solar sobre la esfera celeste. A lolargo del año, el Sol cambia su posición de orto yocaso sobre el horizonte así como la máxima altu-ra que puede alcanzar al mediodía. Este hecho reper-cute en la distinta duración del ciclo día-noche. Enprimavera y verano el Sol sale y se pone sobre lamitad norte del horizonte (llegando a su posiciónmás septentrional durante el solsticio de verano),culmina a mayor altura y la duración del día es ma-yor que el de la noche. Durante el otoño e invierno,el sol sale y se pone sobre la mitad sur del horizon-te (alcanza el punto más austral en el solsticio deinvierno), su culminación alcanza baja altura y lanoche es más larga que el día. Es en los equinoccioscuando se alcanza el equilibrio: el día tiene igualduración que la noche, el orto y ocaso se producenen los puntos cardinales este y oeste (si el horizon-te es plano) y su posición temporal es prácticamenteequidistante a los solsticios. Estos momentos astro-nómicos definen, por tanto, dos momentos singula-res claves en la posición anual del Sol y en la dura-ción relativa del periodo día/noche que podríanrepresentar simbólicamente los momentos de lamuerte y caída al inframundo del dios paredro so-lar (equinoccio de otoño) y su posterior renacimien-to o vuelta a la tierra (equinoccio de primavera). Ennuestro caso, como ya hemos argumentado ante-riormente, creemos que serían, más probablemen-te, los días mitad cercanos a cada uno de los dosequinoccios los momentos realmente significativos.

La elección del símbolo del toro como represen-tación de los grandes dioses masculinos del mun-do antiguo pudo originarse en el Próximo Oriente,entre los milenios IV y II a.C., cuando el equinoc-cio de primavera ocurría con el Sol en la constela-ción de Tauro (Ramos Fernández 1995: 164), unaconstelación de extraordinaria antigüedad que po-siblemente se originó en Mesopotamia. Una ideasimilar fue también planteada con anterioridad porUlansey (1989) en su interesantísima hipótesis as-tronómica de la iconografía mitraica y por Hartner(1969) en su interpretación del símbolo del combateentre el león y el toro que aparece asiduamente re-presentado en el arte mesopotámico del milenio IVa.C. Un resultado interesante de la posible relaciónentre el toro y el equinoccio en el mundo ibéricopodría ser el de la Necrópolis de Cabezo Lucero, enGuardamar del Segura (Alicante). En esta necrópo-

lis son muy abundantes las esculturas de toros, queposiblemente ocuparon los remates de pilares-es-tela y las tumbas muestran una orientación generaleste-oeste muy precisa. Además, a lo largo de esadirección, el ocaso solar de los equinoccios se pro-duce sobre un cerro que domina el horizonte occi-dental (Esteban 2002).

La celebración de una festividad en un momentodeterminado del año plantea la existencia de uncalendario y, obviamente, de algún personaje quelo elaborara. Posiblemente, esta labor era una de laspropias del personal encargado del santuario, qui-zás de los sacerdotes o sacerdotisas del templo. Elque hayamos encontrado marcadores del equinoc-cio en el Tossal de Sant Miquel (y en otros lugares)sobre montañas del horizonte, nos inclina a pensarque quizás el calendario ibérico se elaboraba a par-tir del seguimiento de la posición del disco solarrespecto al relieve montañoso durante los ortos yocasos, llevando a cabo un seguimiento constantedurante muchos años. Por otra parte, según indicaMoneo (2003: 448ss) en el siglo III a.C., los cam-bios socio-ideológicos que se producen en la Cul-tura Ibérica hacen aparecer nuevos ritos relaciona-dos con el agua y la fertilidad y el desarrollo decultos públicos y populares, que sirvieron de apo-yo para las elites aristocráticas como garantes delbienestar de la colectividad. En este sentido, esposible que los fenómenos de ortos u ocasos sola-res sobre elementos llamativos del horizonte (espe-cialmente en El Amarejo) sirvieran como parte deun ritual público o como hierofanías para impresio-nar a los fieles y escenificar así el control de la clasedirigente sobre las fuerzas de la naturaleza: unademostración del poder divino. En el caso del tem-plo del Tossal de Sant Miquel, al contrario de lo queocurre en el Amarejo, el orto equinoccial sobrecabeç Bord no reviste especial espectacularidad,por lo que no pensamos que fuera un fenómenomuy apropiado para escenificar un ritual público.Al contrario, creemos que sería un elemento “téc-nicamente” útil para la fijación del calendario porparte de los encargados del ritual.

CONCLUSIONES Y PERSPECTIVAS

El eje mayor del templo ibérico del Tossal deSant Miquel de Llíria se encuentra alineado casiparalelamente con el eje cardinal este-oeste, al con-trario del resto de construcciones que lo rodeandentro del poblado. La entrada del edificio apunta

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hacia el oriente, justo hacia la primera montaña queaparece en el horizonte (cabeç Bord), cuando nosdesplazamos de sur a norte. El orto solar alrededorde los equinoccios se producen sobre dicha monta-ña, hecho que pudimos comprobar visitando el lu-gar en las fechas apropiadas. Relaciones similarescon los equinoccios o fechas muy cercanas a éstosse han encontrado en otros santuarios ibéricos cer-canos como El Amarejo, La Serreta y La Carrapo-sa, por lo que nuestros resultados para el Tossal deSan Miquel no vienen sino a confirmar, una vezmás, la importancia que estos momentos del añotuvieron en el ritual ibérico. Creemos que el ortosobre cabeç Bord pudo haber sido utilizado comomojón calendárico para determinar el momentoexacto de un día importante en el culto a la diosaque se adoraba en el templo. Está claro que la fecun-didad y la estacionalidad de la naturaleza están re-lacionadas, por lo que no debe resultar extraña laexistencia de elementos solares en el ritual que sellevara a cabo en el templo.

Pensamos que un estudio estadístico más am-plio podría indicar de una forma mucho más escla-recedora la magnitud del conocimiento astronómi-co en los cultos desarrollados por las culturasprerromanas de la Península Ibérica, así como apor-tar nuevos datos que ayuden a profundizar en lasdistintas hipótesis que hemos planteado. A pesar delo poco que conocemos acerca de la religión ibéri-ca, el hecho de que todas las orientaciones encon-tradas hasta el momento correspondan a contextosde culto y funerarios, sugiere una vinculación en-tre religión y astronomía. ¿Hasta qué punto fueimportante el conocimiento astronómico en elmundo ibérico? ¿Fue simplemente una herramientapara medir el tiempo o tuvo mayores implicacio-nes? ¿Cuáles son los orígenes de ese saber: autóc-tonos o foráneos? La comparación con patrones deorientación e iconografía en distintos ámbitos delmediterráneo antiguo son algunos de los métodosque planteamos para profundizar en el estudio delconocimiento astronómico y sus posibles implica-ciones en la cultura Ibérica.

AGRADECIMIENTOS

Los autores desean agradecer especialmente lacolaboración y comprensión de Consuelo Mata yHelena Bonet, sin cuya ayuda el presente estudiono hubiera sido posible. Parte del trabajo de cam-po fue financiado por el proyecto “Arqueoastrono-

mía” (código 7/93) del Instituto de Astrofísica deCanarias.

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