Sentimiento y memoria urbanaHumberto Carrasco

Sentimiento y memoria urbana / Humberto CarrascoPrimera edición 2015

© Humberto Carrasco

© Instituto Zacatecano de Cultura "Ramón López Velarde” Lomas del Calvario 105, Colonia Díaz Ordaz, C.P. 98020, Zacatecas, Mexico.

© Museo Zacatecano Ignacio Hierro 307, Centro Histórico, C.P. 98000, Zacatecas, México.

© Texto Xabier F. Coronado

FotografíaMiguel Ángel Cid / Policromía, Servicios Editoriales.

DiseñoKarina García López

Coordinación Museo Zacatecano

Portada“Muerte de un Ángel”Calle Macedonio Alcalá, Oaxaca.Óleo sobre tela 45 x 60 cm.1992Humberto Carrasco

Las 26 obras del presente libro-catálogo han sido generosamente donadas por su autor, el maestro Humberto Carrasco al Museo Zacatecano.

A Luis Gámiz Fourzan

7

Presentación

La obra de Humberto Carrasco nos conduce a lugares llenos de recuerdos, de imaginación y sentimientos profundos. Su obra nos despierta recuerdos nostálgicos y la añoranza de aquellas ciudades, lugares y rincones que

conocimos y disfrutamos enormemente, son remembranzas que permanecen y quedan en nuestra mente y representan después una suerte de refugio el que podemos recrear a través de la evocación.

La exposición que nos ofrece ahora el Museo Zacatecano en el marco del XXIX Festival Cultural Zacatecas 2015, representa un recorrido por algunos lugares del México de ayer, así como una muestra del enorme talento y sensibilidad del maestro Humberto Carrasco, quien muy generosamente ha decidido donar las 26 obras que conforman esta exposición al Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde”, para que queden bajo el resguardo del Museo Zacatecano.

Agradecemos al maestro Humberto Carrasco, este gesto de cariño y admiración que tiene por Zacatecas. Nos complace que estas obras se sumen al rico patrimonio artístico de los zacatecanos, que con orgullo comparte con los visitantes nacionales y extranjeros. ¡Enhorabuena!

Lic. Gustavo Salinas ÍñiguezDirector General del Instituto Zacatecano de Cultura"Ramón López Velarde”

Cada nueva exposición representa para el Museo Zacatecano y su equipo de trabajo un proyecto que se asume con gran entusiasmo y compromiso. La presente exposición Sentimiento y memoria urbana del artista plástico

Humberto Carrasco, tiene además la motivación y el sincero agradecimiento porque las 26 obras que conforman esta muestra, debido al amor que el maestro Carrasco siente por nuestra entidad, han sido donadas al Museo de forma muy generosa y sentida.

Desde que conoció por vez primera nuestra ciudad y algunas poblaciones y antiguas haciendas de nuestro estado en los años 60's, descubrió la belleza arquitectónica de numerosos sitios que en diferentes épocas plasmó con el sello particular de sus cielos dramáticos y las atmósferas poéticas que confiere a sus obras. Fue tan bien apreciado su trabajo que fue adquirido casi en su totalidad por diversos coleccionistas en su mayoría zacatecanos.

En Zacatecas encontró además el afecto y cariño de valiosas amistades como las señoritas Josefina y Conchita Ruiseco. A través de ellas conoció la obra del pintor Manuel Pastrana y se tejieron bellas historias, largas de relatar en este espacio, relacionadas con la colección de almanaques antiguos, litografías, impresos y algunos pequeños objetos de la familia Pastrana que el maestro Carrasco custodió por varias décadas y de los cuales este Museo también ha sido depositario.

Los almanaques antiguos ya fueron expuestos con una cálida acogida por zacatecanos y visitantes y estamos seguros que la muestra de la obra del maestro Carrasco que ahora se presenta, tocará la parte sensible de cada espectador y entablará un diálogo personal e íntimo.

Tanto la exposición Sentimiento y memoria urbana como la edición de este libro-catálogo, tienen un significado muy especial porque constituyen un merecido homenaje y reconocimiento a la larga trayectoria artística del maestro Humberto Carrasco, tan estupendamente descrita en el texto escrito por Xabier F. Coronado.

Julieta Medina BrionesDirectora del Museo Zacatecano

9

Su amor a Zacatecas

omo muchos pintores, desde mi infancia tengo la necesidad de pintar, mis primeros recuerdos son de cuando tenía seis o siete años que me obsequiaron Cunos óleos y pinceles usados. Pinté un retrato de San Ignacio de Loyola que

copié de una revista; no sé cómo quedó, pero fue lo primero que pinté.En la primaria tuve de maestra a la “Madre Micaela” quien me motivaba a pintar. Me

enseñó a preparar las telas, hacer bastidores de madera, mezclar colores y me guiaba en copiar reproducciones de paisajes. Tuvo mucha influencia para que desarrollara mi vocación.

Recuerdo que a mí y a otro compañero nos mandaba a la calle de Bolívar, en el centro, a comprar óleos y pinceles a unas tiendas llamadas “El Renacimiento” y “Casa Serra”. Esta última es la más antigua pues fue fundada en 1906 y hasta la fecha sigue establecida en el mismo lugar.

Posteriormente, ya estando en secundaria con el maestro de dibujo Jorge Guevara, mejoré mi aprendizaje pues además de sus indicaciones en clase salíamos al campo a pintar paisaje al aire libre.

Como insistía en ser pintor y la familia decía que me moriría de hambre, opté por estudiar dibujo publicitario en la Escuela Libre de Arte y Publicidad, donde aprendí entre otras cosas perspectiva, que me ha servido mucho, ya que me permite hacer mis trazos y después crear mis cielos que aunque fantasiosos, se dan en la naturaleza.

Muy joven sentí el gusto por esta ciudad que empezaba a descubrir en su grandeza virreinal. Mis estudios de secundaria los realicé en pleno centro de la ciudad, en el Colegio Unión. Con mis padres y con un condiscípulo que era un gran amigo, disfruté mucho la majestuosidad de la zona.

Empecé mi carrera en el dibujo publicitario a principios de los años cincuenta. Tuve éxito pero no me encontraba totalmente satisfecho con esta actividad.

En la calle de José María Marroquí, cerca de mi despacho, se encontraba la Galería de Lolita Romano y cada vez que la visitaba me quedaba un sentimiento de malestar y frustración porque yo no me dedicaba a pintar.

A finales de los años sesenta empecé a pintar lo que podría llamar el inicio de mi carrera profesional. Me inspiró un sueño entre pesadilla y fantasía que me impactó, pues todavía lo recuerdo. Se trataba de una plaza de un barrio con arquitectura armoniosa pero indefinida y en primer plano un basurero donde dos hombres peleaban. De ahí me vino la idea de pintar plazas y calles imaginarias de una soledad

Apuntes sobre mi vida ...

11

poética utilizando el gouache para pintar esas primeras obras que no pasaron de diez. En un viaje a España conocí a Salvador Moreno. Ese encuentro cambió mi vida,

desconocía el personaje que era Salvador en el ámbito de la cultura catalana y mexicana. Con el correr del tiempo y de viajes mutuos México-España y España-México y de mantener correspondencia, nuestra amistad se consolidó hasta el final de sus días.

En uno de sus viajes le mostré los gouaches que había pintado y me dijo: “sigue pintando, define tu estilo y yo haré la presentación de tu exposición”. Desde ese momento cambié el gouache por el óleo y decidí reflejar lo inadvertido de la ciudad. Fui descubriendo diferentes barrios y decidí pintar la realidad de mi entorno de lugares como: Santa María la Redonda, El Barrio de los Ángeles, Santa Cruz Acatlán, Santa Cruz Atenco, Candelaria de los Patos, San Diego Ocoyoacán, Santa María Itznahualtongo, Popotla, Guerrero, etc.

Salvador organizó y presentó mi primera exposición en 1972 en el Instituto Mexicano Norteamericano de Relaciones Culturales que contaba con una sala espléndida y reconocida. El me presentó al Doctor Felipe García Beraza, a la sazón Director de Cultura de ese Instituto. Me sentí muy satisfecho por la respuesta del público y la crítica.

Salvador Moreno y Felipe García Beraza son las personas más importantes en mi carrera, por su amistad, palabras de aliento, por sus relaciones y su apoyo total. Para ellos mi recuerdo y agradecimiento.

Me resulta muy interesante observar algunos de los cuadros de mis inicios y notar el cambio que se ha efectuado en los cuarenta y cinco años que me he dedicado a pintar profesionalmente. Aunque he tenido una evolución he seguido conservando mi esencia.

Ya se conocen los motivos de mi pintura, lo he comentado en entrevistas y los críticos lo han señalado muy atinadamente; desde mis inicios siempre quise encontrar una forma de expresión propia que creo haber logrado, pues mis temas, sus celajes, su colorido y los elementos imaginarios identifican mi autoría. Es el paisaje urbano mi fuente inspiradora, los lugares que están olvidados y muchos condenados a desaparecer por diferentes motivos y que a pesar de su hacinamiento y destrucción, conservan en sus muros, puertas y balcones, la nostalgia del pasado.

Pretendo dejar en mis cuadros un testimonio de esas construcciones con su poesía que aún vive en esos rincones. Pinto esas calles y casas con su sencilla y sobria arquitectura, con esa acumulación del tiempo, que es algo que se siente que flota en el espacio, que es vida y muerte a la vez.

Es por eso que quiero dejar en mi pintura lo que son o están dejando de ser aquellos sitios cargados de tristeza y poesía que vi en mi niñez y que han ido desapareciendo ante las avalanchas del progreso y del desarrollo, casas y edificios que siempre veo enmarcados poéticamente por el aire fantástico de sus elementos.

El barrio donde nací llenó mi infancia de imágenes y de estampas que me parecen leyenda; en fin, fue un manantial de elementos que proyecto con sinceridad, nostalgia y soledad vibrante. Un gran sentido tiene para mí la vida que día a día tiene algo que expresar, ansias por llegar a captar lo que flota en el ambiente que nos rodea y que por circunstancias de la vida citadina no percibimos, proyectar momentos y estados de ánimo en los cuales no exista el tiempo, ver materias de rara composición, forma y color.

12

Cuando estoy desarrollando mi trabajo, lo trazo, voy combinando el colorido y de repente surgen unos cielos impresionantes. Recuerdo que Salvador Moreno me decía cuando se presentaba la ocasión y veíamos el atardecer “ese es un cielo Carrasco”.

En algunos cuadros enriquezco el tema con elementos imaginarios como son peces, ángeles, niños, globos, espejos de agua, palomas, barquitos de papel, agua que se desborda; creo prestan un realismo mágico a mi obra. Sus detalles fueron inspirados por acontecimientos, recuerdos de mi infancia, sueños y fantasías que viví.

También he incursionado con éxito en el paisaje natural “al aire libre” (exposición individual exclusivamente con este tema en 1989). Admiro a la mayoría de esos artistas que han pintado nuestro paisaje, que es inconfundible y que se modifica en todo momento, según sea la hora o la luz del día.

Es en el campo mexicano, donde se siente el aire transparente y la pureza de la atmósfera, porque tiene infinitas posibilidades de expresar la naturaleza, buscando la armonía que debe existir en toda expresión artística.

He mencionado en repetidas ocasiones que un gran sentido tiene para mí la vida y que ese sentido es la pintura. Me siento muy afortunado de poder dedicarme a lo que amo y siempre estaré agradecido con todos los coleccionistas que a lo largo de mi vida han apreciado y adquirido mi obra.

También he conservado a lo largo del tiempo pinturas que decidí no vender, algunas de ellas por ser para mi muy significativas. Son éstas obras, 26 pinturas que van desde mis inicios hasta la fecha, las que ofrecí donar a Zacatecas y agradezco sinceramente al Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde” a través de su Director General el Lic. Gustavo Salinas Íñiguez, el consentimiento para hacer este legado al Museo Zacatecano.

Son varias las razones que me impulsaron a donar mi obra a Zacatecas, muchas de mis amistades son zacatecanas, amistades que han durado toda la viva, como el pintor Francisco Sánchez Castellanos “Paco”, quién fue el primero en mostrarme la ciudad a principios de los años sesenta y me presentó tiempo después a la Señora Irma Valerio. Gracias a ella mi obra se dio a conocer en esta Ciudad. A lo anterior le agregamos que mi pintura ha sido muy bien aceptada, en una entidad que se caracteriza por la modernidad y abstracto de la pintura, donde hay excelentes y famosos pintores, así como museos importantísimos. Que dentro de todo esto mi trabajo se reconozca y se identifique, estoy más que agradecido.

Me apasiona la belleza de su centro histórico con edificios majestuosos, calles, callejones, su historia, su pasado, la riqueza cultural, su arte y las haciendas que me han inspirado mucho.

Amo a Zacatecas por todo esto, su historia, la amabilidad de sus habitantes, su calidez, la belleza de la ciudad, las amistades que me han brindado todo y que algunas desafortunadamente se han ido.

13

Marzo 2015

Muerte de un Ángel Calle Macedonio Alcalá, Oaxaca.Óleo sobre tela|45 x 60 cm. | 1992

15

Humberto Carrasco:Sentimiento artístico y memoria

Xabier F. Coronado

Yo busco crear ambientes, proyectar estados de ánimo, evocaciones de nostalgia y silencio que son el sello de mi obra.

Humberto Carrasco

a historia de la pintura va unida a la historia de la humanidad. El ser humano trae en su propia naturaleza tanto la necesidad como la capacidad de reflejar, sobre Lcualquier soporte, su visión del mundo que le rodea. Ha sido un camino en

constante evolución de formas y técnicas, hecho por aquellos que sintieron esa capacidad artística y se aventuraron a desarrollarla.

A lo largo de la historia, la temática de los cuadros casi siempre ha buscado su modelo en la naturaleza, desde las escenas de caza de las pinturas rupestres hasta las imágenes hiperrealistas. En bodegones, composiciones florales o paisajes, lo natural ha sido objeto de la pintura. Pero no es hasta el siglo XIX, bajo la forma del naturalismo, cuando se impone como motivo para realizar una obra de arte.

Cézanne descubre en Gustave Courbet al maestro que abre las puertas de la pintura a las sensaciones de la naturaleza. "Su gran aporte es la entrada lírica de la naturaleza, en la pintura del siglo XIX, del olor de las hojas mojadas, el murmullo de la lluvia, la sombra del bosque, el caminar del sol tras los árboles, el mar y la nieve..." (Conversaciones con Cézanne).

El impresionismo apuesta por reflejar en el lienzo percepciones inmediatas. Enfoca la pintura en la naturaleza y le da todo el protagonismo. Se concentra en conjugar el paisaje con la luz, en cristalizar el agua y congelar la atmósfera que envuelve la visión del artista, en captar de manera real y metafórica, las impresiones que percibe del entorno.

Cuando el pintor toma como modelo la naturaleza, tiene que asumir una serie de retos. El primero es de carácter dimensional; mediante la técnica debe pasar al lienzo el volumen y la perspectiva, la luz y el color, las texturas de la imagen tridimensional. Un reto que representa la principal fascinación del pintor, como se recoge en estas palabras de Picasso:

"La diferencia de las texturas es una de las cosas que más nos sorprenden en la naturaleza: la transparencia del espacio en oposición a la opacidad del objeto en ese espacio [...] y todavía, la relación de la forma, del color y del volumen con la textura.”

Pero no sólo usamos la vista al percibir, todos los sentidos participan en ese acto supremo que es la percepción. En un paisaje hay sonidos, olores, posibilidades táctiles y gustativas. De este hecho se deriva otro reto para el artista, tener que reflejar esa

18

experiencia multisensorial en un plano exclusivamente visual, que va a ser donde se va a enmarcar el resultado de su creación.

La imposibilidad de plasmar la percepción total en un lienzo supone una de las mayores frustraciones del pintor y asumirla, es aceptar los límites que la pintura tiene. Como apunta Hegel en su Estética, "...el arte crea un reino de sombras, de formas, de tonalidades, de intuiciones, [...] no nos ofrece más que un aspecto superficial de lo sensible, una suerte de esquemas.”

El arte está atrapado en la fenomenología de las apariencias. En esas coordenadas perceptuales se enmarca la pintura y son ineludibles para los que quieran experimentar con una forma de arte que, a pesar de todo, tiene infinitas posibilidades de realización.

Una técnica refinada, como la que poseía Courbet, ayuda tanto a conseguir una imagen que se acerque a la visión tridimensional del espacio, como a provocar el recuerdo de esas otras sensaciones que se producen a la hora de percibir.

A pesar de la perfección y fidelidad que pueda tener con respecto al objeto, "el dibujo no es la forma, es la sensación que se tiene de ella y lo que nos motiva." Las palabras de Degas nos sirven para introducir otro reto que tiene que enfrentar el pintor, más allá de la materia y de los sentidos, en el plano donde habitan los sentimientos.

Curiosamente ahí, en ese espacio inmaterial, es donde el artista puede actuar con más libertad, porque es un creador de imágenes que poseen la capacidad de provocar sentimientos en quienes las contemplan. En esta posibilidad es donde radica la magia de la pintura, en la facultad de enlazar materia y espíritu. "Por la interiorización de lo que es conocido como materia y por la exteriorización de lo que es conocido como espíritu -hasta ahora demasiado separados- materia y espíritu se vuelven una unidad." (Piet Mondrian)

Este planteamiento introductorio, se hace necesario al escribir sobre la obra de Humberto Carrasco. Su pintura asume todos los retos que debe aceptar el artista y penetra en los planos subyacentes a ellos. En sus lienzos se aprecia el oficio del pintor que ha adquirido maestría y es capaz de trasladar imágenes al lienzo de forma impecable. Pero además, ha conseguido impregnar la materia física y pesada que es el cuadro, de sensibilidad y sentimiento, logrando dar a su obra la magia que el observador no puede dejar de percibir.

19

20

Candelaria de los Patos, D.F Óleo sobre tela |40 x 60 cm. |1974

“A mí me gusta buscar la belleza y la poesía en los barrios pobres. Me gusta despojarlos de lo superfluo y mostrar la sencillez de su misterio."

Humberto Carrasco

21

El barrio en que nací llenó mi infancia de imágenes mágicas, de estampas que me parecen leyendas, en fin: de un manantial

de visiones que hoy reaparecen sinceras, nostálgicas y desoladas.Humberto Carrasco

Vida y Obra

uchas veces, la infancia marca nuestra existencia de manera irreversible. Es el momento de nuestras vidas en que estamos más receptivos, cuando más Msusceptibles somos a que eventos de cualquier tipo, que incluso después

llegamos a olvidar, dejen huellas en nuestro comportamiento posterior y condicionen nuestro destino.

El entorno familiar es el factor más importante en esta etapa crucial. Humberto Carrasco nació en 1929 en la Ciudad de México, en el seno de una familia numerosa que, entre otras muchas cosas, le enseñó la importancia de aprender a compartir. La casa familiar se encontraba en la colonia Santa Julia que entonces estaba casi a las afueras de la ciudad.

La relación de Humberto con sus padres fue muy estrecha y marcó tanto su vida como su obra artística. Con ellos recorrió por primera vez las calles de la ciudad: el centro histórico, las colonias populares, los viejos rincones llenos de leyendas. Lugares que dejaron en su percepción infantil, recuerdos cargados de magia y misterio donde la vida parecía haberse detenido. La infancia le dio un gusto por lo antiguo, por lo tradicional, por aquellos espacios urbanos que conoció de la mano de su familia.

Existe un hecho concreto de esa época que quedó indeleble en su memoria, un recuerdo que marcó su vocación artística:“Recuerdo que era muy pequeño, de unos cinco a seis años, dormía la siesta. Recuerdo vagamente que desperté en pleno atardecer, a lo lejos se oía el vocerío de niños que jugaban; más allá se distinguía claramente el tañir de las campanas de la iglesia de la Ascención, la vieja iglesia de mi barrio, y como llegando de muy lejos se percibía el pitar del tren que llegaba a la estación de Santa Julia. Sentí la honda nostalgia del ambiente que me rodeaba, del declinar de la tarde, invadiéndome una extraña angustia por el inminente morir del día. Ese estado de ánimo se albergó en mi memoria durante mucho tiempo y parece que vuelve a mí cada vez que tomo los pinceles.”

La educación escolar es otro de los factores determinantes para el desarrollo posterior de nuestra existencia, casi tan importante como la familia ya que en la escuela pasamos la mayor parte de la infancia. Sin duda, en las primeras fases de la educación es importante tener los maestros apropiados. En el colegio, el niño Humberto tuvo una maestra que

22

descubrió cualidades artísticas en su alumno y que, como buena educadora, trató de incentivar. Le enseñó a preparar lienzos y hacer bastidores, guiando sus primeros pasos como pintor.

Esas tendencias personales de los alumnos, descubiertas en la escuela, necesitan una continuidad de atención que, a veces, no se produce. En nuestra historia, el joven Humberto mantuvo su inclinación artística y tuvo la suerte de encontrar otro educador sensible y receptivo a esas capacidades. En la secundaria, su profesor de dibujo completó esa educación artística que había comenzado en la escuela. De esta forma, el camino de la pintura estaba trazado para que Humberto pudiera continuarlo.

Pero en el desarrollo vocacional también influyen factores sociales y económicos, muchas veces más determinantes que los potenciales que puedan poseer las personas.

A Humberto Carrasco, el lugar en que vivió desde niño le predispuso a sentir la vida de una forma determinada, "el barrio en que nací llenó mi infancia de imágenes mágicas, de estampas que me parecen leyendas, en fin: de un manantial de visiones...". Por otra parte, la condición de pertenecer a una familia numerosa con pocos recursos, fue motivo para que a la hora de elegir una profesión pesara más el aporte de un sueldo asegurado a la economía familiar que la vocación artística que indudablemente poseía.

Por eso la educación profesional de Humberto se orientó hacia el diseño publicitario. Estudió en la Escuela Libre de Arte y Publicidad y se dedicó a ejercer la profesión de dibujante publicitario. Un trabajo que no satisfacía sus inclinaciones artísticas pero que, al reforzar su dominio del dibujo, fue muy importante para el desarrollo posterior de su obra.

El joven Humberto, a pesar de que le iba bien profesionalmente, no estaba satisfecho. En momentos que su trabajo se lo permitía, realizaba apuntes de imágenes que le llegaban a la memoria. Un día, buscando algún proyecto entre sus cosas, encontró uno de aquellos apuntes olvidados; contemplarlo le transportó a su infancia y le demostró su capacidad para transmitir sentimientos con la pintura. Recordó que poseía vocación artística y que pintar era una necesidad vital que no estaba satisfaciendo.

Humberto Carrasco sintió que aún estaba a tiempo. Con tranquilidad y madurez, decidió pensar una estrategia que le permitiera dedicarse a la pintura. Gracias a la experiencia profesional adquirida, creó su propia empresa de dibujo publicitario, un despacho de diseño con jóvenes aprendices de artes gráficas. El proyecto salió adelante y, poco a poco, fue delegando responsabilidades para poder ejercer su vocación artística.

Comienza entonces una nueva etapa en su vida. Un camino hacia adelante y hacia adentro, un recorrido existencial durante el que realizará toda su obra. Su primera exposición tuvo lugar en 1972, en la Galería del Instituto Mexicano Norteamericano de Relaciones Culturales (México D.F.) donde presentó una serie de lienzos bajo el título: "Una visión de los barrios antiguos de la Ciudad de México”.

En esta primera colección de cuadros, ya quedaba reflejado el universo pictórico que desarrollará a lo largo de su obra posterior.

Callejón de Girón, D. F. Óleo sobre tela | 70 x 90 m. | 1973

23

"Relator de la poesía de las calles de México”Rafael Solana

24

También se apreciaba la calidad técnica del artista y el planteamiento de una expresión propia que iría evolucionando y perfeccionándose con los años.

La exposición sorprendió por la madurez que mostraban sus cuadros, tanto a nivel técnico como creativo, a pesar de tratarse de un artista neófito. En ellos se percibía una esmerada elaboración técnica que dejaba entrever horas de trabajo y dedicación. Pero lo que más atrajo a los visitantes y observadores de la obra presentada por Humberto Carrasco, fue su temática. El comentario general del público y las reseñas críticas recogidas en la prensa, eran unánimes al destacar la originalidad de los cuadros y su indudable calidad. Esa buena acogida quedó confirmada por las numerosas ventas que se produjeron.

Entre las reseñas, se transcribe este párrafo de Jorge Crespo de la Serna, publicado en El Heraldo de México (27-11-1972): "Carrasco, espléndido dibujante, conocedor de la línea, de lo espacial, reúne la pericia del ingeniero a la visión fiel del pintor. Sus paisajes son "reales" y sin embargo flota en ellos un velo formado por el color diluido rico en matices que convierten cualquier "vista" familiar citadina en un mundo arrancado a viejos álbumes en que la simbiosis de lo óptico y lo interpretado y envuelto en poesía tienen un gran encanto...”

El reconocimiento de crítica y público le supuso un incentivo para continuar firme en su decisión de dedicarse profesionalmente a la pintura, un camino siempre difícil para los creadores artísticos. Humberto renovó sus esfuerzos y otros lienzos pasaron a engrosar una obra que ya definía su identidad como pintor.

La segunda exposición individual se hizo esperar casi dos años. Tuvo lugar en 1974, esta vez en la Galería Danilo Ongay, de México D. F. Los cuadros se presentaron bajo el título "Paisaje urbano”, una denominación que se haría habitual al clasificar la temática de la pintura de Humberto Carrasco.

La acogida de crítica y público estuvo en la línea de su primera exposición. Se vendieron la práctica totalidad de los cuadros expuestos y de nuevo, los periódicos y revistas de la ciudad se hicieron eco del evento. Berta Taracena, escribía sobre su obra en la revista Tiempo: "Todo es paradójico en su pintura que aún no llega a simbólica, que se sorprende todavía en una etapa cautivante de pureza. Conservar esta cualidad, a la vez que profundizar el enigma de su inconsciente es la tarea futura de este pintor fino y cautivante." ("El sueño latente", febrero 1975).

La carrera de Humberto Carrasco como pintor estaba encaminada, entonces le surge la oportunidad de exponer en Barcelona invitado por el historiador y músico Salvador Moreno, un hombre fundamental en el desarrollo de su faceta artística como reconoce el propio autor. Cuando ya existía una galería interesada en mostrar sus lienzos, una serie de circunstancias, sobre todo de carácter familiar, impidieron el salto a Europa de su obra.

La proyección internacional de su trabajo se produjo al año siguiente, cuando expuso en Guatemala, en la Galería Dzunun de la ciudad capital. En esta ocasión,

25

Humberto Carrasco presentó una colección de cuadros bajo el nombre genérico de "Imagen del antiguo México”. La exposición tuvo amplia repercusión en los medios, se publicaron notas en periódicos y una extensa entrevista, realizada por Irma Flaquer, en la revista Semana (1976).

De regreso en México, Humberto Carrasco continúa su avance por el camino que se había marcado. Su obra evoluciona, una serie de elementos que acompañaban al paisaje urbano en sus primeros lienzos se hacen más evidentes, infundiéndoles una atractiva atmósfera de misterio. Este ambiente da a sus cuadros un toque surrealista muy personal, que se acopla con naturalidad al entorno que se muestra en ellos. Es una fusión entre lo real y lo mágico, una visión artística personal que dota a su pintura de poesía y sentimiento.

A propósito de este realismo mágico en la pintura de Humberto Carrasco y su posible clasificación dentro del movimiento surrealista, es oportuno recordar las palabras que escribió Salvador Moreno sobre la incidencia en México de esa propuesta artística: "El movimiento surrealista -intelectual e inconstante- no tuvo en México, como es sabido, verdadera importancia, por la sencilla razón de que, como a flor de piel, existe en el mexicano un sentimiento fantástico natural, que tiñe sus actos, aun los más simples, de la realidad en que vive.”

El ambiente que se muestra en los cuadros da título a la siguiente exposición, "Misterios urbanos" (Galería Danilo Ongay, 1977). A partir de entonces, la obra de Humberto Carrasco adquiere definitivamente un aura de misterio. Años después, se vuelve a incidir sobre el mismo concepto en otra exposición titulada “Nuevos misterios de la Ciudad de México” (Galerías Liverpool, México, D. F. 1983).

Los cuadros de Humberto Carrasco tienen un atractivo para el público, basado sobre todo en su calidad y originalidad. Hay un público que gusta de ellos y eso va a ser una constante a lo largo de su vida artística.

Exposiciones de su obra se siguieron presentando cada dos o tres años en diferentes galerías de la capital mexicana, su ciudad, hasta ese momento protagonista de la mayoría de sus cuadros. En 1987, el Instituto Mexicano Norteamericano de Relaciones Culturales, acoge su primera "Retrospectiva".

En la exposición del año 1989, titulada "Y ahora paisaje” (Galerías Liverpool), se produce una variación en la temática de sus lienzos. El ambiente urbano cede su sitio a un paisaje campestre con elementos arquitectónicos aislados, casi siempre en forma de edificios religiosos o viejas haciendas, que nos muestran de nuevo el dominio de la técnica y el exquisito gusto estético que Humberto Carrasco posee. Esta variante temática llega a su obra para quedarse, el propio autor manifiesta: "me gusta pintar también paisaje diferente de lo urbano, porque tiene infinitas posibilidades de expresar la naturaleza buscando la armonía que debe existir en toda expresión artística".

Esta nueva fase de su pintura también es reseñada por los críticos y resulta interesante leer las reflexiones que, al respecto, escribe Berta Taracena:“Artista destacado por su sensibilidad y capacidad de reflexión, que lo llevan a la

veracidad de la imagen, Carrasco hace ahora visible lo fantástico, simplemente enfocando la poesía que hay en las formas de la naturaleza y de las antiguas construcciones.”

De los rincones olvidados de la ciudad de México, Humberto Carrasco pasó a registrar los de otras ciudades, entre ellas Puebla, Morelia, Querétaro y, sobre todo, Zacatecas. La hermosa arquitectura colonial, el ambiente misterioso de sus callejones antiguos y plazas, donde el tiempo parece haberse detenido, seducen al pintor. Los paisajes urbanos y las haciendas de Zacatecas pasan a ser habituales modelos de sus lienzos. A partir de entonces, realiza varias exposiciones en la capital zacatecana donde su círculo de amistades y querencias artísticas se amplía.

La obra de Humberto Carrasco ha seguido desarrollándose de manera natural hasta la actualidad, con una frecuencia y resonancia propias. Las exposiciones de su obra, ahora menos habituales, son una oportunidad de tener la apasionante experiencia de contemplar juntos los lienzos del artista.

26

Calle de Soto y Sol Colonia Guerrero, D.F.Óleo sobre tela |35 x 60 cm. |1975

27

"En su lenguaje hay símbolos de sueños manifiestos y sueños latentes, que asociados producen una impresión peculiarmente delicada y poética."

Berta Taracena

Convento de Culhuacán, D.F.Óleo, sobre tela | 60 x 80 cm. | 1979

28

“Inspirado, indudablemente, por el romanticismo y el naturalismo académico, Carrasco pone de manifiesto la soltura y el tratamiento de la luz; los planos adquieren fuerza y son acentuados por los diversos matices y texturas que la tierra misma presenta [. . .] contrastándose con los cielos atormentados por acerados nubarrones.”

Ignacio Hernández García

29

Realidad, recuerdo y sentimiento

as imágenes que aparecen en los cuadros de Humberto Carrasco son paisajes urbanos y naturales. Aunque sacados de la realidad, a veces contienen visiones Lque escapan a la lógica de la razón. En sus lienzos se abren fisuras en la rígida

pátina de lo real, por donde se filtran elementos y objetos que dan a su obra el halo de misterio que es una de sus señas de identidad. El autor explica con estas palabras la cualidad de las imágenes que pinta, "creo que mis paisajes parten de un realismo académico para adentrarse en mundos más bien mágicos, surrealistas."

Sus lienzos muestran un paisaje fiel a lo real que se complementa con elementos que parecen estar fuera de lugar. Ángeles, peces y palomas, globos, papalotes y barquitos de papel, confieren al conjunto de la obra de Humberto Carrasco una atmósfera de realismo mágico. Esos elementos son, "detalles que fueron inspirados por acontecimientos, recuerdos de mi infancia, sueños y fantasías que viví.”

El tema de la muerte también está implícito en la pintura de Humberto Carrasco. Sus cuadros, donde se siente la presencia de lo que ya no está vivo, son como un recordatorio de aquello que se fue, un espectro que tiene la oportunidad de asomarse de nuevo a la existencia, rescatado por el pintor. En sus obras se palpa la atmósfera velada de las cosas que sólo están en el recuerdo, y nos dejan una sensación de vida y muerte a la vez.

Sus lienzos parecen recrear escenas en diferido. El pintor muestra paisajes que habitan su memoria desde la infancia, una galería de imágenes que son ventanas abiertas a su interior. Al observarlas, se tiene la certeza de contemplar algo íntimo, que cruza la frontera del ensueño.

Lo que vemos pintado en el cuadro es el reflejo de un recuerdo, una imagen detenida de ese espacio en aquel tiempo, cuando Humberto la guardó en su memoria. Es como mirar aquella realidad en un espejo retrovisor. Una escena en diferido que por un doble truco, efectuado con maestría por la memoria y la técnica del artista, se queda fija en el lienzo.

La obra de Humberto Carrasco tiene como modelo la arquitectura urbana, pintada con enfoque real, pero inmersa en un mundo onírico. Una visión que destila tristeza y añoranza, que atrae a quien la contempla porque toca fibras que están en la misma

Dentro de la realidad que nos rodea siempre se esconden innumerables irrealidades . . . irrealidades que intuimos,

percibimos de una manera más o menos intensa.Humberto Carrasco

30

naturaleza humana y vibran con un eco de nostalgia.Ahí está la magia de sus lienzos, en su poder comunicativo, en su capacidad de

establecer relación con el observador, de hacerle sentir que entiende la imagen expuesta. El pintor lo atrae por medio de un lenguaje que va más allá de la estética porque se libera de la prisión de los sentidos y abre la puerta al mundo de los sentimientos.

Los cuadros de Humberto Carrasco, plantean en un mismo espacio la dualidad de los contrarios, producen una sensación melancólica, ambivalente, de sentimientos encontrados, que se decanta según nuestro estado de ánimo: “Lo que pretendo con mi pintura es hacer sentir la vida y la muerte, la luz y la oscuridad, la nostalgia de lo que ya no volverá y de los que ya no volverán, de aquello que fue y ya no es, pero que lo sentimos.”

Su obra plantea un realismo mágico, cargado de poesía y tradición, donde el recuerdo se desarrolla en un escenario que ya es historia. Los rincones que quedaron fuera de la realidad ciudadana, lugares olvidados, borrados por la voracidad autodestructiva de la arquitectura, son las imágenes que Humberto Carrasco rescata para mostrarnos cómo eran en el pasado:“Los barrios, iglesias, pequeñas capillas, calles y callejones más olvidados me he dedicado a pintar, tratando de sentir el pasado, de captar ese algo que flota en el ambiente, porque todo, aunque intangible, está ahí, viviendo, agonizando, saturado de poesía, nostalgia y olvido."

31

Iglesia de Regina, D.F.Óleo sobre tela |70 x 100 cm. |1982

"Humberto Carrasco realiza en pintura lo que en literatura hicieron José María Marroquí, Luis González Obregón, Artemio de Valle Arizpe y Salvador Novo. Arte de amplio sentido humanista y espiritual, además de su inmenso aliento poético."

Alfonso de Neuvillate

32

Las diferentes luces que he probado me han exigido más esfuerzo para lograr la luz espiritual de la que hablo, nacida de

todas las luces que he absorbido.Henri Matisse

La Luz

a luz es un fenómeno físico que al incidir sobre la materia puede producir tres resultados diferentes: ser reflejada, con lo que produce fenómenos de brillo; ser Labsorbida, lo que da a los objetos matices y texturas; o puede atravesarla y

producir transparencias.En sí, el espacio pintado está sujeto a dos luces: una, que podemos llamar real, es

externa al cuadro; la otra, es la que el propio cuadro tiene, creada por el pintor gracias al dominio de reglas y técnicas.

En la pintura se integra la luz en el corazón mismo del cuadro, una luz totalmente aparente, imaginada desde la luz real. El intento de conseguir una luz pictórica que sea reflejo fiel de la luz solar, es una constante en la historia, desde los grandes maestros como Durero, George de La Tour, John Constable o Turner, hasta los impresionistas que se empeñaron en atraparla para fijarla en sus obras. Los efectos de las variaciones de la luz y las condiciones atmosféricas sobre la naturaleza, aún son en la actualidad minuciosamente estudiados y puestos en un lienzo.

Por otra parte, la luz también es apreciada bajo un doble aspecto, material e inmaterial, porque la luz tiene una dimensión interna invisible, evanescente, netamente espiritual. Matisse nos explica el dualismo lumínico en el arte: "La mayor parte de los pintores tienen necesidad del contacto directo con los objetos para sentir que existen [...] Buscan una luz exterior para ver claro ellos mismos. Mientras que el artista o el poeta posee una luz interior." (Escritos)

El trabajo sobre la luz y el color es otro de los distintivos de la obra de Humberto Carrasco. El artista es muy preciso al distinguir las tonalidades que emplea en el enfoque lumínico de sus cuadros. Por un lado, la claridad de la luz solar que ilumina sus paisajes naturales; árboles, montañas y cielos, son tratados con la riqueza y variedad de tonos que se visualizan en la atmósfera de los espacios abiertos del campo mexicano. Por otro, el ambiente urbano, donde la luz solar crea sombras y matices que son el resultado de su paso por el filtro arquitectónico que rodea las calles y plazas, los rincones de la ciudad.

En la pintura de Humberto Carrasco la luz es un fenómeno físico que se comporta como tal, que se adapta perfectamente al mundo del lienzo encerrado en un marco de madera. Allí el artista crea una simulación de luz que ilumina y da vida a su universo pictórico.

33

Pero la luz que se aprecia en su obra, también se comporta con esa evanescencia que produce fenómenos de irrealidad y matiza ambientes que sugieren algo mágico y misterioso en los objetos que ilumina. Es una luz que se nos muestra muchas veces metafórica, recreada por el espíritu, que nos descubre lo real y lo mágico, lo material y lo inmaterial, la dualidad que se manifiesta sin cesar, revelada por la luz interior que el artista posee.

Página siguiente: Gouache sobre cartulina |37 x 28 cm. |1976Paisaje urbano

35

Hay cosas, manchas, masas, contornos, volúmenes, que no tienen una existencia de hecho: ellas no son más que percibidas por nosotros [...] No tienen otra cualidad que ocupar una región del espacio. Decir que son cosas informes, no es decir que no tengan un punto de forma, sino que sus formas no encuentran en nosotros nada que

permita reemplazarlas por un acto de trascendencia o de reconocimiento netos.Paul Valéry

El espacio y la forma

n la obra de Humberto Carrasco destaca, a primera vista, la calidad técnica. El dominio del dibujo y la perspectiva, la búsqueda y desarrollo de tonalidades que Ese adapten perfectamente a su enfoque temático. Nos muestran que detrás de

cada lienzo existe un trabajo de investigación profundo, coherente con su propuesta pictórica. La destreza técnica caracteriza la pintura de Humberto Carrasco y es uno de sus valores más sólidos; aporta a su indudable sensibilidad artística, el conocimiento necesario para poder materializarla con maestría y soltura.

Dentro de los cuadros de Humberto Carrasco se muestra un espacio urbano o natural, con formas ornamentales propias. Un espacio idóneo para que aparezca la figura humana, pero que casi siempre permanece vacío o se puebla de cuerpos etéreos. Elementos ornamentales discretos se adueñan de casas donde nadie vive, de calles y jardines donde no hay encuentros y la soledad vaga sin forma, donde sólo se escucha un eco de pasos perdidos, donde reflejos de leyendas, que se borraron de la memoria, brillan en un papalote que se soltó de la mano infantil que lo aferraba, vuelan en las plumas de una parvada de palomas o se ocultan en el interior de una barca anclada en la plaza.

Esos espacios también están ocupados por sombras de ellos mismos, por manchas de formas indefinidas que con el tiempo se convierten en líquenes y musgos, en plantas que nacen para llenar huecos vacíos.

Trazos y veladuras, fragmentos, arena y polvo, granos y máculas, tramas; formas que pueblan el mundo que Humberto Carrasco recrea dentro de sus cuadros, iluminadas por luces errantes, por gamas de colores aislados o yuxtapuestos, grises y ocres, verdes y amarillos, rojos y azules. Se adueñan del espacio vacío porque el pintor, no busca plasmar la figura humana, lo que pretende mostrar en sus cuadros es un escenario poblado de cosas etéreas, de ideas, de sentimientos.

"Quiero expresar ideas que se acumulan, plasmar las ansias de asir algo que flota en el ambiente que nos rodea, proyectar momentos y estados de ánimo en los cuales no exista el tiempo, ver materias de rara composición, forma y color..."

36

Fuente con palomas Gouache cobre cartulina | 29 x 57 cm. | 1967

37

Pero la ciudad no dice su pasado, lo contiene como las líneas de una mano, escrito en los ángulos de las calles, en las rejas de las ventanas, en los pasamanos

de las escaleras, en las antenas de los pararrayos, en las astas de las banderas, surcado a su vez cada segmento por raspaduras, muescas, incisiones...

Ítalo Calvino, Las ciudades invisibles

La memoria urbana

ctualmente, artistas de vanguardia trabajan sobre las paredes y edificios de las ciudades teniendo en cuenta su historia concreta, el color y la materia de sus Amuros, los olores y sabores que hacen de ellas entidades únicas. Entre ellos

destaca Ernest Pignon-Ernest (1942), que ha trabajado en ciudades como París, Aviñón o Niza. Sobre las paredes de casas de barrios populares de Nápoles, el pintor ha plasmado rostros inspirados en Ribera o Caravaggio, y declara haber usado la lava del suelo y de los muros, porque en ella está la memoria de la muerte, tan familiar para los napolitanos, porque le evoca realidades materiales y mentales, de cuerpos y lugares, de momentos precisos de la historia de la ciudad.

En este planteamiento del artista francés hay similitud con los postulados artísticos de la pintura de Humberto Carrasco. El pintor mexicano se propone parecidos objetivos con los paisajes urbanos de ciudades de México, donde el tezontle de los edificios mantiene viva la memoria. La felicidad y el sufrimiento se quedaron en las paredes de las casas, en los muros de iglesias, en los portones de las haciendas, incrustados, como si fueran líquenes alimentados por lágrimas, risas y silencios.

"Es el paisaje urbano mi fuente inspiradora, haciendo referencia a casas, barrios, calles y callejones que están olvidados y muchos condenados a desaparecer por diferentes motivos y que a pesar de su hacinamiento y destrucción, conservan en sus muros, puertas y balcones, la nostalgia del pasado. [...] Pinto estas calles con sinceridad y cariño, limpias de toda aspereza de la vida actual, con su sencilla y sobria arquitectura pero envueltas en el lienzo que el tiempo ha acumulado en paredes, ventanas, nichos y balcones. Busco su esencia, el alma con la que fueron concebidos."

38

Callejón de San Juan de Dios, D.F.Óleo sobre tela | 45 x 60 cm. | 2000

"Se trata de una ciudad captada por una gran visión, no solo por un ojo y un espíritu sino por un corazón. Los colores degradados con fina delicadeza en rica gama de medios tonos, integran en cada cuadro plena y noble armonía."

Berta Taracena

39

Un gran sentido tiene para mí la vida y ese sentido es la pintura.Humberto Carrasco

El camino del arte: la pintura como razón de ser

a producción artística de Humberto Carrasco no es mucha. El propio artista afirma: "en los cuarenta y cinco años que llevo pintando profesionalmente sólo Lhe tenido doce exposiciones importantes y mi producción no es abundante.”

Su depurada técnica, la precisión en el dibujo, la búsqueda incansable de los colores y las tonalidades adecuadas, hacen de cada cuadro una obra elaborada y compleja, que requiere tiempo para poder estar terminada, lista para enmarcarse. "A veces tardo más de un mes en realizar un cuadro, pues soy muy detallista, manejo mucho las veladuras y las luces, buscar qué elementos puedan armonizar con la arquitectura de la calle me lleva más tiempo del que yo desearía.”

Humberto Carrasco nunca se ha dejado llevar por el ansia de exponer y vender, tampoco por las presiones del público o las galerías; siempre ha mantenido un ritmo propio, invariable, sujeto tan sólo a decisiones o avatares personales. Por eso tiene una obra que puede parecer escasa, pero que es exquisita.

A pesar de poseer excelente calidad técnica y artística, de tener una temática y una estética cercanas para la mayoría, la pintura de Humberto Carrasco no se ha hecho popular. Lo primero que cabe pensar es que tal vez al propio autor no le ha interesado, o simplemente no le ha preocupado conseguir una popularidad que, en muchas ocasiones, reporta inconvenientes. En definitiva, su obra se ha quedado en un nivel reservado a un círculo amplio de conocedores y expertos que la valoran en toda su dimensión e importancia.

Al preguntarle al autor sobre las razones de esta falta de popularidad nos contesta: "Lo atribuyo a mi carácter, no soy muy dado a buscar relaciones y hacerme promoción ni tocar puertas ni buscar contactos. Me dedico a pintar y afortunadamente todo se fue dando favorablemente.”

Humberto Carrasco nunca descuida la excelencia de su trabajo. En su obra no existe otra motivación que su vínculo con el arte, consigo mismo, y con los demás. Un triple compromiso que el artista asume desde el principio, cuando decide dedicarse a pintar para trasmitir una visión personal y compartir el resultado de su trabajo. En el conjunto de su obra lo primero que destaca es la uniformidad, resulta evidente que posee una unidad más allá de la simple identificación con un estilo propio. Llama la atención la

40

pátina de coherencia que cubre la totalidad de su obra y que se puede ver en cada lienzo, no como una firma sino como una característica implícita.

Su obra, que parte de un planteamiento artístico global que dota a la pintura de poesía, está marcada por una visión particular, en la que cree y con la que se compromete. Humberto Carrasco cree en la belleza de los sentimientos y utiliza la pintura para transmitirlos. Ese vínculo trasciende el arte mismo y se convierte en el sentido de su vida, en su razón de ser.

El camino vital que recorre Humberto Carrasco discurre nutriéndose de las raíces de su tierra mexicana, recorre terrenos familiares, comarcas conocidas desde la infancia, rincones memorizados en el recuerdo. El artista vive con ellos desde entonces, para que le sirvan de guía en su camino, y los recrea con la certeza de que van desapareciendo.

Ante esa realidad sólo queda una alternativa: apostar por la memoria, usar el arma del recuerdo con todas sus prestaciones y plasmarlo, para hacerlo imperecedero, en cuadros que se forjan en la fragua del corazón, a golpes de latido; que se convierten en archivo vivo, en cápsulas del tiempo, indestructibles en la medida que puede serlo una obra de arte. Un trabajo que exige entrega absoluta, incondicional y desinteresada, no cabe albergar espíritu de provecho ante algo que irremediablemente deja de existir.

De esta entrega se deriva otra de las características de su obra: la continuidad. El autor es consecuente con sus pretensiones. A lo largo de su vida artística no hay saltos al vacío, dudas o insatisfacciones. Su pintura evoluciona al ritmo del mundo que pinta en sus cuadros, ajeno a la frenética realidad de los tiempos, incompatible con ella.

Humberto Carrasco lucha por lo que cree. Sabe que el único compromiso posible es personal y que cuando, a base de coherencia, se logra cumplir, repercute a nuestro alrededor. El mensaje contenido en su obra es consecuente con su filosofía de vida, con su visión personal del mundo. El conjunto es un todo cabal, congruente a todos los niveles: estético, técnico, profesional, comercial, cultural y artístico.

41

Casa de San Pedro de los Pinos, D.F.Óleo sobre tela | 60 x 80 cm.| 1992

“Humberto Carrasco configura el retrato de lo que se antoja pura imaginación y la no realidad. He ahí la clave de su quehacer y sus respuestas poéticas."

Alfonso de Neuvillate

42

Quiero dejar en mis cuadros un testimonio de los viejos barrios de la ciudad, con su poesía ahogada que aún vive en esos rincones que día a día desaparecen o son mutilados.

Esas calles que aún conservan la arquitectura y el sabor del México de ayer.Humberto Carrasco

Un legado histórico

a conclusión que se desprende de todo lo expuesto es que la obra de Humberto Carrasco nunca pierde su pureza ni olvida sus retos y compromisos originales; Ltampoco evoluciona desfavorablemente, ni se sofistica; mantiene su esencia

hasta el final porque es un artista que tiene memoria y claridad de objetivos. Por eso nunca se aventuró por la senda laberíntica del que busca, por encima de

todo, el reconocimiento y la fama. Evitó siempre el culto a sí mismo que es donde se pierden muchos artistas; por eso su obra huye del efectismo, de las modas, de los gustos impuestos por quienes manejan desde afuera las tendencias del arte y condicionan el reconocimiento oficial y los laureles públicos.

La obra de Humberto Carrasco supone un compromiso que se cumple con estricta precisión a lo largo de toda su vida. Una apuesta por lo entrañable, por lo auténtico, por la conservación de la memoria histórica frente al olvido y la destrucción, por la academia frente a la improvisación, por el sentimiento profundo frente a la frivolidad, por el corazón frente a la mente racional especulativa, por el espíritu frente a la materia.

Una obra que tiene un valor añadido a su evidente calidad artística, pues gracias a la constancia y amor que su autor le ha dedicado, se ha ido formando a lo largo de los años un registro de la memoria de esos rincones olvidados que Humberto Carrasco ha rescatado con maestría y generosidad sin límites. De esta forma, su obra se convierte en archivo histórico del paisaje urbano y natural de México, porque la mayoría de esos espacios, han sido devorados por la trasformación arquitectónica del medio.

El conjunto de sus cuadros forma un mapa de lugares perdidos. Es el servicio personal que la obra de Humberto Carrasco hace a la memoria histórica y sentimental de México, realizado a base de talento y trabajo, pero sobre todo de amor por sus raíces.

Por eso su obra es un regalo, una herencia que nos deja a todos; un legado histórico que rescata lo que el hombre, en su ceguera depredadora, destruye de sí mismo.

El camino de toda una vida se completa en momentos especiales como éste, cuando Humberto Carrasco da un importante paso con la donación de sus lienzos al Museo Zacatecano.

43

Ahora corresponde al Instituto Zacatecano de Cultura "Ramón López Velarde", al convertirse en depositario de su obra, asumir el compromiso con el arte y la memoria al que siempre ha sido fiel Humberto Carrasco. La institución adquiere la responsabilidad de preservar esta invaluable obra, de cuidarla y mantenerla expuesta para mostrarla a los ojos de México y el mundo.

Xabier F. Coronado

44

Callejón de Santa Cruz Atenco, Tacuba, D.F.Óleo sobre tela | 60 x 80 cm. | 1972

"Los lienzos cobran bajo su elaborada estructuración de paisajes, de barrios, una dimensión evocativa que nunca llega a ser lúgubre sino que más bien está cargada de recuerdos."

Irma Flaquer

46

Casa del Pueblo de Tacuba, D.F.Óleo sobre tela | 32 x 100 cm. | 1975

47

“Poeta del pincel " Elisa García Barragan

48

Atardecer Gouche sobre cartulina | 33 x 57 cm. | 1965

49

Calle de Saturno, Col. Guerrero, D.F.Óleo sobre tela | 60 x 80 cm. | 1970

"Dentro de su serenidad imperturbable Humberto Carrasco es un pintor sensible y romántico . . . pintor de infancias idas . . .”

Irma Flaquer

50

Rinconada de los Ángeles y Calle Félix U. Gómez, Col. Guerrero, D.F. Óleo sobre tela | 70 x 90 cm. | 1970

"En su lenguaje hay símbolos de sueños manifiestos y sueños latentes, que asociados producen una impresión peculiarmente delicada y poética."

Berta Taracena

51

Santa Cruz Acatlán, D.F.Óleo sobre tela | 60 x 90 cm. | 1971

"Me gustan y me inspiran los barrios, las calles, las fachadas de esas casas o esas iglesias antiguas, esa soledad que las invade y la vida que gravita sobre ellas con resistencia, negándose a morir".

Humberto Carrasco

52

Calle del Nopal, D.F. Óleo sobre tela | 50 x 80 cm. | 1973

"Al recrear el espíritu mágico de las barriadas, detiene el tiempo para mostrarnos una parte de la existencia de sus moradores, quienes se vislumbran a través de atinados detalles que comprueban que aún existen, que habitan esos lares donde la luz se configura como parte de un drama, donde las nubes se hacen parte de un ambiente con sus formas atormentadas; donde los niños asoman -diminutos- . . . "

Mireya Folch

53

Calle de Pedro Moreno y GaleanaCol. Guerrero, D.F.Óleo sobre tela | 70 x 100 cm. | 1975

". . . Humberto Carrasaco trata de recoger (. . ) un mundo que se borra ante sus ojos, trozos de ciudad a punto de ser asesinados, barrios de la ciudad de México que mueren en manos de sus habitantes; paisaje urbano que desaparece."

Salvador Moreno

54

Calle de Mesones y Aldaco, D.F. Óleo sobre tela | 50 x 60 cm. | 1983

"Al recrear el espíritu mágico de las barriadas, detiene el tiempo para mostrarnos una parte de la existencia de sus moradores, quienes se vislumbran a través de atinados detalles que comprueban que aún existen, que habitan esos lares donde la luz se configura como parte de un drama, donde las nubes se hacen parte de un ambiente con sus formas atormentadas; . . . "

Mireya Folch

55

1a. Calle de San Antonio Tomatlán y Plaza de Loreto, D.F. Óleo sobre tela | 40 x 50 cm. | 1988

"Los paisajes de Carrasco son auténticos. En ellos están las calles exactas con sus edificios cabalmente dibujados, pero bien mirado son construcciones más soñadas que vividas, de poéticas y misteriosas alegorías de una perpetua nostalgia. Es la ciudad de Humberto Carrasco, la de sus estados de ánimo, la de la tristeza contagiosa."

Elisa García Barragán

56

Calle Macedonio Alcalá, Oaxaca.Óleo sobre tela | 44 x 59 cm. | 1990

57

El Fantasma, Mexico D.F.Óleo sobre tela | 60 x 80 cm. | 2007

Humberto Carrasco ha cultivado el amor por los espacios públicos, en ellos ha encontrado una fuente de inspiración inagotable durante toda su vida. Las piezas de esta colección son producto de un largo proceso de investigación

del paisaje urbano y de un arduo trabajo por parte del artista durante más de 50 años. Imaginar, recrear y dibujar imágenes con los ojos cerrados mientras se sueña ha sido

un ejercicio constante en su búsqueda por construir escenarios aparentemente apacibles pero llenos de dramatismo.

La soledad y la nostalgia de sus pinturas nos muestran esa eterna pasión por el retorno a un estado primigenio de bienestar humano. Decía Kandinsky que “Cualquier creación artística es hija de su tiempo y, la mayoría de las veces, madre de nuestros propios sentimientos”, nada más alejado de lo que este pintor ha hecho durante su vida profesional.

Carrasco puebla sus cuadros de recuerdos infantiles porque ha cultivado también la capacidad de ver con los ojos inocentes de niño los rincones de las ciudades por las que ha transitado. Y ahí, donde la soledad es más latente, donde la frialdad de la piedra, el silencio y el olvido son más fuertes, un personaje onírico aparece en el escenario: un ángel, un globo aerostático, una barcaza, un fantasma, nubes saliendo por la puerta de una casa, velas encendidas… todos estos elementos son los que intervienen una realidad y la transforman en un poema visual resonante, alejado por completo de una simple versión inmediata de lo material.

Los cielos, sus cielos, son tan crueles como aquellos de los que Ramón López Velarde hablaba; son el elemento sobrecogedor e inigualable de toda su obra. El manejo efectista de la luz y la sensación del movimiento producidos por el trazo libre de este artista logran lo que quizá sea uno de los propósitos más difíciles de conseguir para un pintor: la armonía.

Humberto Carrasco nos comparte con esta colección parte de su historia, de sus visiones, de sus sueños; en cada una de sus obras está la huella de un hombre que ha pasado por épocas diversas tratando de iluminar los lugares más sombríos, incluso por los que ha pasado la muerte. No es por temor a la oscuridad ni a la ausencia de vida; es por esa voluntad suya de encender una luz para que el que no vea pueda caminar sin miedo y de poner alas al que no camina para que vuele. En libertad.

Jánea Estrada Lazarín

59

Armonía y luz

“Viajero que ha recorrido con mirada alerta los cuatro puntos cardinales, se ha dejado dominar esta vez por la belleza de Zacatecas, noble tierra. De esto es lo que dicen sus cuadros: su amor a este lugar tan lleno de belleza."

Felipe García Beraza

61

San Agustín, Zacatecas.Óleo sobre tela | 58 x 78 cm. | 2008

62

Troje de la Hacienda “El Cuidado”, Tepetongo, Zacatecas.Óleo sobre tela | 60 x 80 cm. | 2014

63

Interior del Ex-Convento de San Francisco, Zacatecas.Óleo sobre tela | 60 x 80 cm. | 2014

64

Callejón de Osuna, Zacatecas.En memoria de las Srtas. Josefina y Conchita RuisecoÓleo sobre tela | 60 x 80 cm. | 2012

63

64

67

Exposiciones individuales

1972 "Una Visión de los barrios antiguos de la ciudad de México”Galería del Instituto Mexicano Norteamericano de Relaciones Culturales, México. D.F.

1974 "Paisaje Urbano”Galería Danilo Ongay, México, D.F.

1975 "Imagen del antiguo México”Galería Dzunun, Guatemala.

1977 "Misterios Urbanos”Galería Danilo Ongay, México, D.F.

1979 "Los barrios de México" Galería del Instituto Mexicano Norteamericano de Relaciones Culturales, México. D.F.

1983 "Nuevos misterios de la ciudad de México”Galerías Liverpool, México D.F.

1987 "Retrospectiva”Galería del Instituto Mexicano Norteamericano de Relaciones Culturales, México. D.F.

1989 Sin títuloGalería de la Dirección General de Prevención y Readaptación Social, México, D.F.

1989 "Y ahora paisaje”Galerías Liverpool, México, D.F.

1992 "Entre la pintura y la poesía”Galerías Liverpool, México, D.F.

1994 Sin TítuloIrma Valerio Galerías, Zacatecas, Zac.

2001 "Retrospectiva”Galería Domingo Pérez Pina del Instituto de Cultura de Campeche, Camp.

2006 Sin títuloIrma Valerio Galerías, Zacatecas, Zac.

Exposiciones colectivas

1976 Galerías Nabor Carrillo, Instituto Mexicano Norteamericano de Relaciones Culturales, México, D.F.

1981 "Muestra Banamex de Pintura”Fomento Cultural Banamex. México, D.F.

1982 "Exposición de artes plásticas de pago en especie, 1976-1982"Galería de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, México, D.F.

1984 "Aniversario", Galerías Liverpool, México, D.F.

1985 "Aniversario", Galerías Liverpool, México, D.F.

1986 "Aniversario", Galerías Liverpool, México, D.F.

1987 "Aniversario", Galerías Liverpool, México, D.F.

1987 Galería Lanai, México, D.F.

1988 "Aniversario", Galerías Liverpool, México, D.F.

1988 Galería Lanai, México, D.F.

1989 "Aniversario", Galerías Liverpool, México, D.F.

1990 "Exposición del Árbol”Instituto Nacional de Bellas Artes, México, D.F.

1996 "La Ciudad de México, Arquitectura, Tradición y Modernidad”Museo Nacional de San Carlos, México, D.F.

2007 "Grupo Expo-Arte”Casa de la Cultura Carlos Pellicer, México, D.F.

2007 "Nuevas Visiones”Museo Dolores Olmedo, México, D.F.

Humberto Carrasco, ciudad de México, 25 de Marzo de 1929.

Directorio

Lic. Miguel Alonso Reyes

Gobernador Constitucional del Estado de Zacatecas

Lic. Gustavo Salinas Íñiguez

Director General del Instituto Zacatecano

de Cultura

Ing. Héctor Galaviz Castañeda

Coordinador Administrativo del Instituto Zacatecano

de Cultura “Ramón López Velarde”

Arq. Adela Bañuelos Acevedo

Subdirectora del Sistema Estatal de Museos

del

“Ramón López Velarde”

Instituto Zacatecano de Cultura

“ Ramón López Velarde”

Lic. Julieta Medina Briones

Directora del Museo Zacatecano

Sentimiento y memoria urbana de Humberto Carrasco, se terminóde imprimir el mes de marzo de 2015 en Policromía Servicios Editoriales

S. de R. L. de C. V. Calle Esteban Castorena #102-9, Colonia Sierra de Álica, Zacatecas, Zacatecas, México C. P. 98050.

La edición constó de 500 ejemplares.