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Carlos MI. Villalobos V. La mo(n)stración abaddónica de Ernesto Sábato Summary: This paper ts taking into accolUll Rafael Angel Herra's concept 01 "the manstTOw". Thls proposal has been used as a IIIeorelicallrame in order to read Ernesto Sabalo's novels. We stud, how the personages, in an unsatis/ied context, se« themselves in the need 01pUlting the blame on monsters. Among which lhe most important is lhe monsters creation, which an masks tha: both show and hide the mentioned personages's identity. Resumen: Este art(culo parte del concepto de "lo monstruoso", esbozado por Rafael Angel Herra. Esta propuesta se utiliza como marco teó- rico para proponer una lectura de las novelas de Ernesto Sabato. Se estudia cómo los personajes, en un con- lUtO de insatisfacción. se ven en la necesidad de UIÜizQr recursos de desculpabilización. Dentro de los cuales el m4s imponante es el de la creación de mollSlTUOS. que a su vez son m4scaras que ocul- tan, muestran la identidDdde dichospersonajes. Introducción En su producción literaria Ernesto Sábalo le cobra al desarrollo racional. la deshumanización misma. Para este escrito' sudamericano el hombre ha sido reducido al simple estatus de "engranaje" dentro de un sistema de control sofisticado. De acuerdo con su texto Hombres, engra- najes. para Sábato este proceso se inició en el Renacimiento y propició tres grandes paradojas: l. Fue un lIlOYimientoindividualista que tennin6 en la muiflCaCi6a. 2. Fue un movimiento naturalitta que termin6 en la m'quina. 3. Fue un movimienlO humanilta que tennin6 en la deI- humaniuci6n. "1 La literatura sabatiana procura entonces dar cuenta de esta realidad. El héroe de las novelas, en este contexto, se manifiesta disconfcrme. Pero el mundo degradado en que vive lo determina ine- vitablemente. Así, pues, el tecnocratismo cons- tituye uno de los ejes temáticos más importantes en la narrativa sabatiana. Una terrible fuerza demoníaca guía a los personajes y en la última novela Abaddón el exterminador se convierte en un personaje más, necesario para que los demás personajes descarguen su insatisfacción y justifi- quen sus actuaciones. De un modo similar, el hombre contemponi- neo, programado ideológicamente, defiende la administración técnica que lo amenaza y le hace la vida insoportable. Esta ambivalencia exige de una estrategia de salvación y autoengafto. El dis- curso de lo monstruoso aparece entonces como uno de los más importantes recursos que posibili- tan al hombre soportar este maleslar. A partir de los aiterios teóricas esbozados por Rafael Angel Herra en su libro Lo monstru o- so , lo bello. este artículo esbldia cómo se mani- fiesta el discurso de lo monsttuoso en el contexto anteriormente descrito, y cómo se particulariza específicamente en el texto de las novelas de Ernesto Sábato. Lo monstruoso o el discurso que soporta lo Insoportable El discurso de lo monstruoso subordina lo siniestro a las reglamentaciones artísticas. Las Rev. FllolOfIa Univ. Colla Rica, XXXI (76), 203-209, 1993

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Carlos MI. Villalobos V.

La mo(n)stración abaddónica deErnesto Sábato

Summary: This paper ts taking intoaccolUll Rafael Angel Herra's concept 01 "themanstTOw". Thls proposal has been used as aIIIeorelicallrame in order to read ErnestoSabalo's novels. We stud, how the personages, inan unsatis/ied context, se« themselves in the need01pUlting the blame on monsters. Among whichlhe most important is lhe monsters creation,which an masks tha: both show and hide thementioned personages's identity.

Resumen: Este art(culo parte del conceptode "lo monstruoso", esbozado por Rafael AngelHerra. Esta propuesta se utiliza como marco teó-rico para proponer una lectura de las novelas deErnesto Sabato.

Se estudia cómo los personajes, en un con-lUtO de insatisfacción. se ven en la necesidad deUIÜizQr recursos de desculpabilización. Dentro delos cuales el m4s imponante es el de la creaciónde mollSlTUOS.que a su vez son m4scaras que ocul-tan, muestran la identidDdde dichospersonajes.

Introducción

En su producción literaria Ernesto Sábalo lecobra al desarrollo racional. la deshumanizaciónmisma. Para este escrito' sudamericano el hombreha sido reducido al simple estatus de "engranaje"dentro de un sistema de control sofisticado.

De acuerdo con su texto Hombres, engra-najes. para Sábato este proceso se inició en elRenacimiento y propició tres grandes paradojas:

l. Fue un lIlOYimientoindividualista que tennin6 en lamuiflCaCi6a.

2. Fue un movimiento naturalitta que termin6 en lam'quina.

3. Fue un movimienlO humanilta que tennin6 en la deI-humaniuci6n. "1

La literatura sabatiana procura entonces darcuenta de esta realidad. El héroe de las novelas,en este contexto, se manifiesta disconfcrme. Peroel mundo degradado en que vive lo determina ine-vitablemente. Así, pues, el tecnocratismo cons-tituye uno de los ejes temáticos más importantesen la narrativa sabatiana. Una terrible fuerzademoníaca guía a los personajes y en la últimanovela Abaddón el exterminador se convierte enun personaje más, necesario para que los demáspersonajes descarguen su insatisfacción y justifi-quen sus actuaciones.

De un modo similar, el hombre contemponi-neo, programado ideológicamente, defiende laadministración técnica que lo amenaza y le hacela vida insoportable. Esta ambivalencia exige deuna estrategia de salvación y autoengafto. El dis-curso de lo monstruoso aparece entonces comouno de los más importantes recursos que posibili-tan al hombre soportar este maleslar.

A partir de los aiterios teóricas esbozadospor Rafael Angel Herra en su libro Lo monstru o-so , lo bello. este artículo esbldia cómo se mani-fiesta el discurso de lo monsttuoso en el contextoanteriormente descrito, y cómo se particularizaespecíficamente en el texto de las novelas deErnesto Sábato.

Lo monstruoso o el discursoque soporta lo Insoportable

El discurso de lo monstruoso subordina losiniestro a las reglamentaciones artísticas. Las

Rev. FllolOfIa Univ. Colla Rica, XXXI (76), 203-209, 1993

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bellas artes se apropian de valoraciones estéticasy 6ticas que resultan inaceptables dentro de cier-tas leyes. El primer efecto de lo monstruoso esuna ruptura, una infracción.

Rafael Angel Herra ha reflexionado sobreeste tema. Su libro Los monstruoso y lo belloresulta indispensable como marco de referencia.Así en este punto, Herra considera que las artespermiten encarar una amenaza dándole un estatu-to de irrealidad. Lo horrendo, lo insoportable, lofeo, lo monstruoso que se experimenta en la reali-dad humana y el mundo se hacen soportables gra-cias a la ficcionalidad que supone el arte.'

1.0 monstruoso permite resistir lo pavorosode la sociedad moderna y la amenaza de la des-trucción total.

1.0 horrendo del mundo cotidiano es repre-sentado por la construcción de una imagen mons-truosa y a veces carnavalesca. El monstruo es fin-gido y al mismo tiempo es una parte que repre-senta al todo. Se cumple así una función metoní-mica, donde la sustitución procura evitar la cere-monia de la verdad,' es decir, canaliza el pánicohacia una producción teratogénica.

Además en relación con los efectos demonstruosidad que organizan este discurso,Rafael Angel Herra destaca el doble maldito queconsiste en presentarse como lo otro. "Pero no lootro en general, lo extraftamente hostil y sediciosocontra mí, sino mi doble".' De este modo la géne-sis del monstruo atribuido al otro es la mismidad.He aquí una paradoja: la bestia es mi doble y miantítesis, mi identidad y mi otredad. En ella sedescarga el odio, el miedo, el asco, la ira que pro-duce la existencia. La salvación es evidente, larespuesta agresiva se canaliza hacia el otro y laacusación asume una máscara de carnaval o seencauza como discurso.

"El monlWO flDlciona como chivo expiatorio del rencor queme profeso -enigm'ticamente, pues no lo resistiría de otramanera. Cada especie de esta imaginería zoológica del maltiene un efecto de duplicación tolerable. Dichosamente. porello, el monstruo es un doble. aunque repugne."'

Se logra aquí un efecto perverso de descul-pabilización. Un artificio de salvación en el quese descarga el mal, al que se le acusa del pecadopropio, mediante un efecto de transferencia, esdecir, se descarga o se proyecta en el otro lostemores o problemas propios.

1.0 monstruoso es también una transgresiónque rompe con la homogeneidad de lo cotidiano.

Pero la ambigüedad todavía va más allá. La vio-lencia y las relaciones de poder monstrifican. Elmonstruo metonímico salva, pero lo monstruosoes el todo que martiriza y condena. es decir, el sis-tema a partir del cual se proyecta este proceso:Aquí se instalan dos ejes que se encuentran en elángulo de las ordenadas y las abscisas.' En el ver-tical se lee un paradigma que selecciona (y•..y):La guerra nuclear, la tortura, las enfermedades, lapobreza y el subdesarrollo, la contaminación, elcaos político, etc. En este sistema paradigmáticose construye la metáfora, es decir el rostro de lomonstruoso y sus comparaciones. En la raíz deesta máscara, la lucha por el poder organiza lamonstruosidad y amenaza con ella a quienesintentan disputárselo. El segundo eje, el horizon-tal, es un proceso que combina los elementos(0...0), estructura un síntagma, rostro del mons-truo, donde se pueden leer los signos que llevanhacia el eje opuesto.

Para Jakobson la función poética es poli-funcional. Propone que la metonimia es ligera-mente rnetaférica y la metáfora tiene un tinternetonímico.'

Lo monstruoso visto en esta perspectiva estambién una metáfora del paradigma. Se verá,siguiendo estos criterios, cómo el monstruo seajusta arquetípicamente al paradigma escatológicoque se ha leído en Abaddán el exterminador y almismo tiempo es una máscara que combina meto-nímicamente los elementos de este sistema apoca-líptico.

Los ejes sintagmático y paradigmático con-forman un discurso que expone uno de los puntos

~ del proyecto ideológico de Sabato. Las máscarasmonstruosas son parte, metonímicamente, de lacompetencia ideológica: la determinación discur-siva que ha programado el pensamiento logocen-trista. Es decir, el racionalismo, la ciencia, y otrosdiscursos del poder occidental tienen una estruc-tura ideológica que para Sábato es monstruosa.

La Mo(n)stración

"Defendamos al menos el derechode hacer novelas monstruosas"

Abaddón el exterminador

Natalicio Barragán, personaje de la novelaAbaddón el exterminador; es un alcóholico que veun dragón con siete cabezas. El discurso de

LA MO(N)STRACION ABADOONICA DE SABATO

Barragán asume los códigos de lo monstruoso.Para la "ratio" este sería un discurso de la locura.Por lo tanto, este personaje es presentado comoun deliranle drogado. Pero el "loco" crea mons-truos,y estos son símbolos que le permiten susti-tuirel horror irresistible.

Aquí lo monstruoso, entonces, asume sucarácterde artíñcio del salvación.

Los conocidos de Natalicio Barragán seburlan de él Y desacreditan su profecía. No soncapaces de ver la mostración que grita el "loco",sinohasta que esta empieza a ser más clara.

"Se detuvo, le daba quizá temor o vergüenza. Luego dijo, envozbaja:-Undragón colorado. Con siete cabezas. De las narices echabafuego.Se produjo un largo silencio". (p.446)

Esta cita se inscribe luego de un largo pro-ceso de incredulidad y burla de la paráfrasis delApocalipsis que propone Natalicio. Sin embargo,como este hombre había predicho la muerte demillares de obreros en la Plaza Mayo, finalmentela gente hace silencio cuando Barragán habla. Losmonstruos míticos se empiezan a desenmascarary muestran su rostro.

Se rescata así el sentido etimológico demonstruo (monstrare: mostrar). La bestia queecha fuego y/o Abaddón, son una mostración delCaos, de la crisis actual, de la violencia. .. Así undiscurso que muestre, mediante estos ambages dela máscara monstruosa, el resultado de la socie-dad moderna acusa aI racionalismo y a su conse-cuencia más importante: la ciencia y sus instru-mentos destructivos. Por eso, el discurso de lalocura es castigado y desacreditado.

Lo monstruoso será también un discursode la mostración -reprimida. De ahí el gestoambiguo de mostrar ocultando. Asimismo loshéroes, monstruos de la novela, conservan estaambigüedad. El mismo texto lo seftala en lasiguiente cita:

•...cuando sintió que esa mirada de intelectual delincuente ledespertaba ambiguos monstruos, que guían en la oscuridad yea el barro","

Pero no son solamente los personajes losque contribuyen a mostrar este discurso. Lamuestra de lo horrible de la sociedad que contex-tualiza el texto Abaddán el exterminador va másallá de la evocación de personajes monstruoscomo R., los alemanes y la bestia apocalíptica.

Construye, además, otros signos que ayudan aexponer el paradigma de la monstruosidad.

Tres hechos lo anuncian al inicio de estanovela. El primero está relacionado con la locurade Natalicio Barragán, el segundo con el incesto yla prostitución de Agustina Izaguirre, y el últimocon la tortura y muerte de Marcelo Carranza.

Locura, sexo y violencia alx'en el rostro deAbaddón, y los monstruos construidos aquí sonlas máscaras de estos hechos.

Estos tres ejes lemáticos han sido, además.constantes que cohesionan la litel8lUra sabatiana.principalmente las tres novelas: El túnel. Sobrehéroes y tumbas y Abaddón el exurminador.

Juan Pablo Castel, protagonista de Eltúnel. alrededor de un problema sexual, organizauna defensa para justificar el asesinato de Maríalribarne. Su propuesta es un delirio que lo salva.Pero a pesar de la coherencia racional de sudefensa, sus actos son irracionales. El túnel cons-truye una paradoja en la que se procura racionali-zar lo irracional.

Esta primera novela es la antesala queactiva la reflexión. El héroe problemático,demoníaco, enloquecido, inicia una búsqueda devalores auténticos en un mundo degradado',pero él también está degradado y se monstrificaa sí mismo, lo cual también quiere decir que semuestra. He aquí el doble del discurso de lomonstruoso.

En cada una de las tres novelas el protago-nista sufre una transformación monstruosa a nivelfísico. La metamorfosis en cada uno de los casossigue el proceso del personaje kafkiano GregorSamsa: se transforman en animal.

La monstrificación a nivel físico laadquiere mediante una transformación, que aun-que onírica, resulta aún más terrible que la pro-puesta de Kafka, pues en el caso de Castel ySábato nadie se da cuenta del cambio. JuanPablo Castel inicia el proceso transformándoseen un pájaro enorme:

·EI hombre aquc\ comenzó a transfonnarmc en p6jaro, en unp6jaro de tamaño humano. Empez.6 por 101 pies: vi cómo seconvenían poco a poco en UDU patas de Jallo o algo uf.Despu~s sigui6la transfonnaci6n de todo c\ WCtpO. hacia arri-ba, como sube el agua de un catanquc. Mi iWca cspcnnzaestaba ahora en los amigos, que inexplicablemente DO habíanllegado: Cuando por fin llegaron, auccdi6 al¡o que me horrori-zó: no notaron mi transfonnaci6n."-

El protagonista de El túnel. y el mWldo enel que se desenvuelve están degradados, y en su

CARLOS VlLLALOBOS V.

crisis se siente perseguido y es incapaz de comu-nicarse. ni siquiera a través de la pintura.

Su única estrategia salvadora es una confe-sión que justifique los móviles de su asesinato.

Juan Pablo reaparecerá en las siguientesnovelas. La última actuación ocurre en Abaddánel exterminador, donde se presenta evolucionadofisicamente. Ya es un anciano. Se enfrenta conBruno, uno de los personajes más importantes enla novela Sobre hiroes y tumbas. Pero no hablan.Es la conciencia de Bruno la que lo reconstruye.Aquí se une la degradación moral de Juan Pablo asu deterioro fisico. TIene forma de monstruo. Heaquí la descripción que se construye:

WPod(avede parte de la cara, una cara angulosa, como talladaen quebnc:ho, unas .maraas comisura. en loa IabiosW"Tendría unos .eJeIIla dos, caminaba encorvado, era alto yflaco. Su cara era durúima,'u ropa e.taba deahillChada·.D

Esta presentación caricaturesca pone enjuego lo carnavalesco y degrada al personaje.

La paranoia esquizoide que inicia JuanPablo evoluciona en "El informe sobre ciegos" deFernando Vidal Olmos. La complejidad de estanueva versión del delirio degradado frente almundo igualmente degradado conduce a nuevasconsecuencias. Ahora la monstruosidad en la quese desenvuelve desata el héroe problemático. selanza contra él mismo y lo destruye.

Aquí es más clara la máscara del monstruoque se interpone y al mismo tiempo muestra loespantoso detrás de sí misma.

Fernando Vidal Olmos. en Sobre héroes ytumbas es un aristócrata, cuyo estatus social hacaído. Escribe un informe que supone una investi-gación policíaca sobre los ciegos.

Ya Juan Pablo Castel había iniciado dichareflexión. cuando describe la mano zoomorfa delesposo invidente de María lribarne. Este hechollama poderosamente la atención de Fernando.quien empieza a organizar una serie de conjeturassobre los ciegos.

·EI rKiI imaginar el inaerá que tuve por conocer a Caste1,pero tambiál es f'cil presumir q.x me impidió hacedo, puesequivalfa meterae en la boca del lobo. ¿Qu6 otro recurso mequecbba que el de leer, d estudiar minuciosamente IUc:r6nica?.Siempre tuve prevención por los ciegOl·, c:cnfiesa. Cuandopor primera vez Id aqud documenlO, liaeralmente me asus~,pues ta.bIaba de la piel fría, de las manos aawaas y de otrascaracterútic:u de la raza que yo tambi6n había observado yque obIeIianaban, como la tendencia a vivir en cuevas o IUla·n:a OICUI'OI.-.

Según las conclusiones de Fernando. losciegos estaban organizados alrededor de una sectaque respondía a fuerzas ocultas.

El discurso esotérico y la explicación deciertas claves de lo oculto. construyen un sistemade códigos manejados por una especie subhumanaque carece de la vista. Los ciegos constiblyen \Dlgrupo asociado a fuerzas diabólicas.

Es claro aquí el miedo a las diferencias. Losciegos, al carecer de la vista son para los videntes."lo otro diferente". Se conforma así una condiciónarquetípica en la creación del monstruo. Másterrible aún es para el racionalista la carencia dela visión. puesto que el sentido privilegiado paraadquirir la verdad del conocimiento es la vista.Un invidente que conozca y razone resulta unacontradicción con este código epistemológico delos positivistas.

Fernando Vidallleva hasta sus últimas con-secuencias la investigación. Los ciegos son suotredad. Y esta relación se problematiza. Los vecomo una variedad zoológica. Los persigue Y sesiente perseguido.

No obstante. la mostración de esta máscaraoculta algo más tenebroso: la monstruosidadmisma. El delirio fantástico de Fernando es artifi-cio salvador. pues la ciega que él viola es su pro-pia hija. Alejandra. El nunca acepta esta realidad,la evade mediante chivos expiatorios: lo zoologíade los ciegos y el viaje mítico hasta el vientte-bimba. En medio de su locura, a pesar de IOdo.sabe que se prepara un castigo inevitable.

El reino de las tinieblas es subterráneo.Bajando por alcantarillados de Buenos Aires.Fernando cree ir en persecución de los ciegos.Desciendepor un laberinto y encuentta al fmal unadeidad, un monsttuo que lo devora: el omphallUmflico de la madre eurobórica. Pero puede regresary mágicamente aparece teniendo relaciones sexua-les con una ciega. El monstruo, el atto. también seconvierte aquí en objeto de su deseo.

Al final de su informe Fernando Vidal anotalo siguiente:

"La astucia, el deseo de vivir, la desespenci6n, me han bec:hoimaginar mil fugas, mil fonnas de escapar • la f.widad. Pero¿C6mo nadie puede escapar a IU propia fataliAd?Aquí aermino, pues, mi Infonne, que loardo en lID Iupr enque la Seda no Pleda hallado.Son la. doce de la noche. Vf7f hacia alli.S6 que ella estan espednd<me.· ••

Después sabremos que quien está esperán-dolo para asesinarlo es su propia hija.

cia distintas estrategias en procura de encontraruna respuesta. En esta empresa misteriosos perso-najes se oponen y lo persiguen.

Lo abadd6nico acentúa la oposici6n quevive Sabato, héroe novelesco y el mundo. Y estogenera una gran ambigüedad.

LA MO(N)STRACION ABADOONlCA DE SABATO

En este proceso monstruoso tambiénFernando se transforma en animal. El discursocorporalque se estructura aquí, sin embargo, esdiferente de la metamorfosis de Castel y deSábato. Fernando se convierte en pez, pero elefeclOde esta transformación no genera la angus-tia incomunicacional de la incomprensi6n porparte de los demás. A Fernando lo único que leinteresaes entrar al útr!<>de la Madre Eurobórica.

•AIaoauoz •• aucedi6 a medida que ascendía por aquel res-bIIadUJo,CRcicnte, dlido Y ldocanlC níneI: mi cuerpo se ibaconviJticndoen el cuerpo de \DI pez. Mi. extremidades se tras-fonnablD repupllllCmente en aleta. y scntí que mi piel secubríade duras ctcaII\••. "M

Finalmente el monstruo materno lo devoray Fernando pierde la noci6n de su conocimientodepez.

Asesinato, incesto, y transformacionesmonstruosas evolucionan aún más en Sobrehiroes J 1UIftbas. En el inicio mismo de Abadd6nel eXlerminador estas constantes se presentan entres hechos que serán retornados a lo largo de lanovela.

Las visiones apocalípticas de Barragán, elincestode los hermanos lzaguirre y la tortura porcausas de poder político retoman la visi6n de unmundo degradado. Se propicia así una reflexi6nque expresa el malestar social. Ernesto SábalO,elhéroe más importante de la última novela, tam-biénasume la condici6n de héroe problemático.

Abadd6n se conviene en la fuerza de ladegradación. Aunque Sabato no es un loco o unantisocial, a diferencia de otros personajes demo-níacos, su aventura es típica del personaje queentra en contradicci6n con el mundo en el quevive.'

Sabato, el personaje, es perseguido porfuerzasocultas (demoníacas) que lo determinan.

"Qu6 fuerzas obraron sobre mí, no se lo puedo explicar cone.xKtiIud: pero sin duda provenientes de e.te terrnorio quelobiernan los CicIOl, Yque dUl'lllteestos diez años convinie-ron mi existencia en \DI infierno, al que tuve que enlrelanneatado de pies Y mano., cada día, al de'pertar, como en unapesadi1Iaal rev&, sentida y lIuantada con la lucidez del que_ plenamente dcspicltO y con la dcscspel1lci60del que sabequc JIIdapuede hacer para evitado.·1I

Este infierno existencial es generado porfuerzas malignas que gobiernan el mundo y quehacen actuar a los personajes. Asi Sabató partici-pa en ritos y desconoce qué lo guía; su búsquedaes determinar en qué consiste dicha fuerza, e ini-

"Si, ahí lo lCnÍan:el rostro con que el alma de Sabato observa-ba y .ufría el Universo, como un condenado a"muerte porentre las rejas"" (p. 54) .

Esta actitud de crisis frente al Universo sevuelca también sobre sí mismo: Sabato siente quese trasforma en una rata alada. El discurso corpo-ral es sinónimo al sufrido por Juan Pablo Castel.

Véase cómo se produce esta metamorfosis.

·S'balO observ6 c6mo .us pies se iban transformando en pata.de murciélago, No sentía dolor, ni .iguiera el cotquillco quepodía esperarse a causa del mcogirnicnlo y rcsecamicnlOde lapiel, pero sí una repugnancia que se fue acentuando a medidaque la tl'lllsfonnación Prolresaba: primero 10. pies, lUCIOlaspierna., poco a poco el IOrso. Su asco se hizo máa inten.oaJando se le formaron la. ala., acaso por ser sólo de carne yno llevar plumas. Por flR la cabeza. Hasta ese momenlO, habíaseguido el proceso con su vista, y aunque no se alrevi6 a tocarcon sus manos, todavía humana., las patas murciilalo, nopudo dejar de ver con horrenda fa.cinación 1.. larras degigantesca rata, amgada la piel como la de un anciano mile-nario. Pero luelo, <XlIllOya se ha dicho, 10que más lo impre-.ion6 fue el .ur¡imicnto de las enorme. al•• cartilaginosu.Pero cuando el proceso alcanzó la cabeza Y empez6 a lCIIIircómo se alar¡aba su hocico y c6mo le crecían los 1ar¡0I pe10ssobre la nariz husmeante, su horror alcanzó la múima eindescriptible intensidad.""

El hecho resulta más trágico aún cuandollega gente a visitarlo y no notan la transforma-ci6n. Entonces Sabato decide guardar su secreto.Ser incapaz de comunicar la propia monstruosi-dad es parte del problema existencial que sufre elprotagonista. El nivel de la tolerancia de este ser-otro del cuerpo posibilita a Sabato, sin embargo,aceptar el fenómeno, Vivirá cotidianamente den-tro de este terrible monstruo.

Sabato es contradictorio, se siente deprimi-do Y culpable de hacer cosas o no hacerlas. El esen la ficción un escritor que inicia una búsqueda através de la literatura. Su producci6n, una novelaen proceso, le permite mirarse desde distintosángulos, incluso desde el monstruoso (rata alada),recoge sus angustias, sus dudas, su crisis, lavisión de un mundo caótico. El valor que persiguees la verdad, pero en esta búsqueda del absolutola degradaci6n del mundo evita siempre una res-puesta. La novela es su única salvaci6n.

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minador, Ernesto Sábato renuncia a la ciencia yexplica los móviles de su decisión mediante elargumento de una persecución abaddónica.

Entra en juego, en cada una de las etapas deeste texto, el efecto metonímico del monstruo.Las caricaturas humanas que construyen la burlacarnavalesca, Alejandra V1dalencendida, los de-gos, la ciega con ojo vaginal, los Nazis. Daniel elchico que sufría convulsiones mientras algo semovía en su vientre, Schneider con su rostto deinfierno y la metamorfosis de Sabato en rata aJadason algunas de las construcciones monsttuosas.Pero estas imágenes son signos seleccionados,partes que representan un todo. La mostraciónmayor es una crisis generalizada en la sociedadcontemporánea y un miedo existencial provocadopor el absurdo de la guerra.

Principalmente después de la SegundaGuerra Mundial, la violencia, la inminente des-trucción de todo rastro de vida en la tierra, la pér-dida de valores, la caída de los absolutos, fmnanparte de un paradigma. Este paradigma formaparte de un discurso que se ubica en el eje va:ti-cal. Se encuentra estructurado mediante el sistemaarquetípico de lo monstruoso. Las diferentes com-binaciones monstruosas que se crean a partir deeste sistema arquetípico foonan parte del eje hori-zontal de la selección.

CARLOS vn.LALOBOS V.

Abaddón es una fuerza que persigue, des-truye y habita en el héroe, pero en su arquetipotambién es la esperanza de la muerte del mons-ttuo. Quizá esta muerte se logre cuando Sábato(autor) logre comunicárse y los personajes logrencomJX'Clldera Sabato.

El discurso de lo monstruoso invade denuevo al personaje en esta otra versión. Castel-Femando-Sabato construye máscaras horribles yse salva del horror. Estas máscaras, metáforas delparadigma logocéntrico, pueden ser enunciadascomo la zoología del pájaro-pez-murciélago (rataalada). V~ también el ámbito espacial que pri-vilegia en cada caso esta metamorfosis:

Penonaje CaI1el Femando SabalO

1IIimal. p6jaro pez nla aladaque_lnDl' (murci6l1.o)r_

&p.cio Hno aaI'lico aublerñneo

El espacio de estas metamorfosis zoológicases diferente del espacio terrestre en el que actúa elser humano. Esto constituye otro nivel de diferen-cia y por lo tanto conservar esta dualidad entre el·yo-propio-aquí": Castel-Fernando-Sabato terres-tre y el ·yo-otro-a1I'· de las transformaciones,acentúa aún más una paradoja sumamente mons-truosa que se explica mediante una fuerza abad-dónica.

De un modo similar el doble de la relaciónautor-personaje está también determinada por lafuerza abadd6nica, que tambiál resulta un enfren-tamiento consigo mismo. De este modo el héroenovelesco constituye una ironía: la libertad delesaitor ante Dios, una avenbJra de autoliberaciónde la subjetividad y un desafio luciferino. El pro-ceso es una estrategia de salvación que lograahondar en la totalidad de los posibles acerca-mientos a la autocomprensión, y por lo tanto a lacom¡xcnsi6n del hombre.

La bilogía de Sábado es un solo texto queacusa al racionalismo. Cada novela es una varia-ción sobre el tema. Juan Pablo comete un crimeny se justifica, Fernando Vidal viola a su hija yprocura esquivar su realidad mediante la persecu-ciÓDa los ciegos y el invento de una visión míti-ea. y rmalmente en la novela Abaddón el exur-

Conclusiones

La propuesta de Rafael Angel Herra, a JI'O-pósito de las estrategias de autoengafto, constituyeun instrumento teórico sumamente apropiado paraentender el discurso de lo monstruoso. Así, pues,frente a la narrativa sabatiana se establecen lassiguientes conclusiones.

Tanto El tlÚlelcomo Sobre Mroes y tumbasy Abadd6n el exterminador presentan una descul-pabilizaciÓlldel protagonista.

El ·collage· de monstruos de esta trilogfasabatiana converge en la gran bestia abaddónicade la última novela, síntesis de la degmdación delos valores y la pulsioo de muerte.

La reflexión que se establece pone enentredicho el mito de la tecnocracia y subvierteel estatus de los discursos racionales. En estesentido el discurso ~ lo monstruoso manifiestauna performancia ideológica, producto de unaformación discursiva que se inscribe en la pos-modernidad.

LA MO(N)S11tACON ABADDONICA DE SABATO

El discurso de lo monstruoso en Abaddóllocuba YmuesInlla ideología del poca en sus dimen-simes racionaJes Y mcnIes. Y lambibl coostituycuna )I'Ofeda que apunta hacia la civilizaciOO~tua1.bacía el monsttuo eurobáic:o que nos amenaza.

Notas

1. Emato Stbato. Hombres J era,riJNJjes.Heterodoxia.(M8drid: AlilllZaeditorial. 1973) p. 17.

2. Rafael Anae1 HerrL Lo IIIOIUtTIIOSO J lobello. (S. JoÑ: EdiIcrial de la Universidad de CostaRica, 1989) P. 83

3. lbid. pp. 36-37.4. lbid. p. 29.S. lbid. p. 30.6 El concepto de las onten.du Y las abscisu

carJapolde a la SeomelrÍapIma. Se trata de dos lfneas,11I& venical(la ordmada) Y la ocraborizonlal (la abIcisa).AmboIejes. encuenInIl en un punIO y forman un qu..10 rec:to. Este diasr.ma 8Il¡ular posibilita localiza unpunro de encuenIIO entre Wl sistema y el conjunro deposjbilidadeaCIOIJlbinaI.ori.La Ifnea vertical representael eje plnldism'lico y la horizonlal. el eje sinta¡rMlico.

7. Maria Amoreui DiccioNuio ÍIIID1wlUJliZiJ-dode tbmino6 Socioaflicos. p. 9S.

8. Ernesto S~. AbtIddmael DCIUIIIÍNJIJor. 3aedición. (Barcelona: Editorial Seix Bural, S.A., 1978)p.3S.

9. Geor¡ Lubca dintin¡ue la epopeya de lanovela a partir de la c:arac:terizac:i6n del h6roe.Considera que la novela posee Wl háoe desracbdo,que 61 denomina demoníllCO.Este h6roe diverse delpersonaje heroic:o de la 6pic:L En la novela tanto elháoe c:omo el mundo estm desradadoa y la oposi-c:i6nentr.moo. se debe a que la naturaleza de la opo-lic:i6n difiere en c:ada uno. Es una epopeya de WlmWldo lin dioses donde la paic:olosía del h6roe esdemoníac:L En ate sentido, la novela es la historia deuna bósqueda de valores autáltic:oa, pero en el proc:e-lO, el h6roe y el mundo estút determinlldol por ladesracbci6n.

Geors Luc:bca. TeorÚJ tU la IIOWla. Trlld. JuanJos6 Sebreli. Buenos Aires: Bdic:iones liSio XX,1974.

10. ~. El 1_1. 189edici6n. (Buenoa Airea:Editorial Sudmleric:ana, 1975) p. 86.

11. Ernesto S~. Abaddóra el UlermiNldor.3a ed. (Barcelona: ~torial Seix Banal. S.A., 1978) p.167.

21.

12. tsu. pp. 324-325.13. !bid. p. 368.14. Ibid. p. 360;IS. Ernesto~. Abaddóra el utenrtÜllMJor. p.

16. Ibid. p. S4.17. 1bid .•p. 447.

CadoI MI. Villalobot VillalobotApdo. 385-4250 Su! Ram6a