Carlos Donoso - Supervivencia2
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7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2
1/169
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-
J
--
s $*?"d\ ?4ElSr);S&",''r'
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sawffitrffiK
Lslr{1uLlot1*n+rc1
-
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-
7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2
3/169
SUPERVIVENCIA
-
7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2
4/169
Carlos
Donoso
SUPNRYIVENCIA
Cmo
equipafse,
fefugiafse,
orientafse
y amentarse
en
la
Naturalena
intHl
ecologa,
salud
y vida
natural
-
7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2
5/169
{
I
{
f
$
ri
it
.
f
Segunda
edicin,
verano
1989
SUPERVVENClA.Segunda
parte:
. Monogrfico
n." 6 de
la revista
lntegral.
Escrito
por
Corlos Donoso. Coordinocin y
revisin: lvoro
Alts
(bilogo).
Col obo rodo
res
:
Lo
renzo
Medion
o
(mdico),
Vctor Lahuerto
(ilustracin
portodo),
M. Vilarnou (dibujos) y
Dpto.
de Botnica
de
la Universidad
de Borcelono.
Fotogrofos:
Carlos Donoso,
Anton
Agelet,
A. Arenol y
archivo lntegroL Diseo
portado:
Montse
Vilornou.
Fotonecnica:
Tecfo
y
Jorf.
G)
by Oosrs
5.L.,
1989.
P.o Marogoll,
37 t
,
08032 Barcelona
lmpreso
por
Cayfosa,
Sto.
Perpetua
de Mogodo (Borcelono).
ISSN:
02l0-0134. D.Legol:
B-l 9468- I
989.
-
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6/169
las
plantos,
lVl
antiguos,
que crearon
las
especies
de
cultiuo
de
las
que
boy
nos
beneficiamos'
Los
pueblos
prebistricos
encontralon
alimento
en
ms
de
1
500
'especies
d,e
plantas
siluestres,
Pero
despus
de la
nbuotucin
Neoltica
no hemos
obtenido
plantas
alimenticias
o
animales
domsticos
de
la
importancia
decisiua
de
aqullos.
Esos
bombres
y muieres
ode
las
cat)ernas,
-en
el
fondo
nosotros
mismos-
aprendieron
a
cultiuar
los
cereales
y el
lino,
a
criar
inimales
para tra'nsporte,
lnna,
alimento
o
compaa
No
conocan
los
metales
y sus
bachas
y berramientas
eran
escasamente
meiores
que
tas
de
sus
nntepasados
cazad,ore
s-recolectore
s
d'el
P aleottico,
pobladore s
del
planeta un
milln
de
aos
antes,
No
saba
leer
ni
-escribir,
pero
si
sopesamos
lo
que
bicieron,
los
consideraramos
todaua,
despectiuamente,
como
extraos
que lindaban
con
el
saluaiismo?
Por
lo
menos
500
uegetales
irnportantes
fuerorl
cultiuados
en
Ia antiged,ad,
pero
boy
nos
seruimos
de
cad.a
uez
menos
plantas
y
animales
diferentes'
En
el
lapso
de
mil
aos,
la diuersidad
de
nuestra
alimentacin
uegetal
se
ba
reducido
a
200
especies,
cultiuadas
sto
por
los
que
aman
el
trabaio
de
la
tierra.
Los
horticuhores
comerciales
se
centran
en
apenas
80
especies,
d'e
las
cuales
slo
20 cultiuan
con
profusin, As,
el95%
de
la
alimentacin
humana
lo
'dan
no
ms
de
J0
plantas,
y
nicamente
8
de
ellas
forman
las
tres
cuartas
partes del
regalo
del
reino
uegetal
a la
uida
bumana,
a
mecanizacin
agrcola'
los
fertilizantes
sintticos
y
los
uenenos
estn
uniformizando
nuestro2.recursos
-uitales.
La
presin
d'e
las
empresas
de
semillas
sobre
los
desconcertados
agricultores
conduce
a
la
d.esaparicin
irreparabte
de
las
especies
adaptadas
al
tugir
tras
muchos
aos
de
cuidados.
Debemos
giardar
esas
plantas de
ayer,
pero
no
en
las
cpsulas
-d.e
tos
bancos de
semillas,
sino
uiuas
y
siruindonos'
Prcticamente
tod'as
las
ptantas seleccionadas
en
esta
obra
pueden
ser
obieto
de
cuidados.
Hay
que drselos,
aunque
slo
sea
porque
entre
ellas
estm
las
plantas
de
maana.
,T
odos
los
uegetales
pueden
utilizarse.
Unos
nos
I
alimentan
(rutas, semillas,
boias);
otros
ayudan
en
la
digestin
(tas hierbas
y
las
especias),
y
otros,
por
ucho
tenemos
que agradecer
a los
bombres
ltimo,
siruen
para
regularizar
nuestras
funciones
alteradas
en
la enfermedad
(las
plantas
medicinales)
En esta
obra
se
presentan
los
frutos
de
rboles
y
arbustos,
regalos
que
bacen
.las
planta;
a
los
otros
seres
uiuos
como
parte
de su
proceso
de
reproduccin;
tas
plantas
para'
ensaladas,
de las
que
se
conocen
centenares;
las
rctces,
los
bulbos
y
los
rizomas,
es
d,ecir
tos rganos
d'e
reserua
que
se
refugian
en
la
tierra
y
proporcionan
buen
alimento
durante
el
inuierno.
Todas
las
plantas
son
tiernas
cuando
brotan,
y
algunos
d'e
estos
rbtoos
de
las
prolficas
enredad.eras
se conxentan
en el
captulo
de esprragos
siluestres.
Tambin
se
incluye
un
recurso
conocido
y
no uegetal,
proueniente d,el
oculto
mundo
subtemneo,
que,
efmero,
se
manifiesta
en
la
superJicie
de
la
tierra:
las
setas,
Y una
fuente
tan
ignorada
como
excelente
de
minerales
y
uitaminas:
las
algas,
con
su
peculiar
sabor
a nxar.
Otro
captulo
son
las
plantas
condimentarias,
Aderezos
necesarios
pero
de
los
que
no
conuiene
abusar.
Y
por
ltimo,
esos
uegetales
que
aqu
llamamos
uenenosos
,
pero
onxnipresentes
en los
tiatados
de
ptantas
medicinales,
No
se
deben
comer,
aunque
en
osis
mucbo
ms
reducidas
tienen
diuersas
aplicaciones
medicinales.
Ms
que nada,
esperarnos
que estas
pginas os
animen
a dar
el
paso
de
alimentar
uuestro
conocimiento,
a
traus
de
los sentidos,
contempla'ndo
el
puro
mundo
uegetal
en
su
incesante
deuenir'
TNDICE
E
Segundo
tomo
J
-
7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2
7/169
tr
t0
AI.INNTARSX
D[
PTANTAS
SII,YDSTRNS
Es
posible?
Una
dieta
as,
es lo
suficientemente nutritiva? Es
ms
que
sobrevivir:
es
vivir.
DNDE?
En
pases
tropicales. La rica
fTora
de
la
Pennsula Ibrica
Las
estaciones
v
la
supervivencia,
ros
FRUTOS
D[ rOS
annOlns
11:
Pino pionero
(pinceas);
2:
Tejo (taxceas);
13:
Nogal
(juglandceas);
t4:
Avellano;
5:
Abedul
(betulceas);
16:
Encina;i:
Castao; 8:
Haya (fagceas);
r :
0lmo;r10:
Almez
(ulmceas);
11:
Chumbera
(cactceas);
r12:
Agracejo;
13:
Mahonia
(berberidceas);
14: Algarrobo; 15: Falsa acacia
(leguminosas);
16: Manzano
de
monte;
17: Peral
silvestre;
18:
Cerezo
silvestre; 19:
Endrino;d0;
Guillomo;
21: Nspero
comn;d2:
Serbal;
23: Serbal de
cazadores;
24: Mostajo; 25: Acerolo;d6: Espino
albar;27:
Espno
de fuego; 28: Espina de Cristo
(rosceas);
2 :
Espino
amarillo
(eleagnceas);
30:
Tilo
(tiliceas);
J1:
Cornejo macho
(cornceas);
32:
Madroo
(ericceas);
33:
kebuche;94: Fresno
(oleceas);
35:
Saco;
36:
Saco
rojo
(cprifoticeas);
37:
Palmito;
38:
Palmera
datilera
(palmceas),
33
los
FRUToS D[ ros
aRBusros
Y
INRDDADIRAS
39:
Grosellero; 40:
Uva espn;r41: Rosal
silvestre;*2: Zaruamora;
43: Zarza
de
rocas;
44:
Zarza
terrena; 45:
Frambueso;
46:
Fresa
silveste
(rosceas);
47:
Nindano;
48:
Gayuba
(ericcen);
49:
Mirto
(mirtceas);
50:
Alquejenje
(solanceas);
*5
1 :
Madreselva
(caprioli:ceag;
r52:
Jara
(cistceas)
t53:
Retama
(leguminosas).
40
pmnrm
PAna
vxRtxJRA
Y
DNSAI,AI{S
54:
Culantrillo
de
pozo (polipodiceas);
r55: Cola de
caballo
(equisetceas);
$6:
0rtiga mayor;
57:
Paetaila
(urticceas);
58:
Aleluya
(oxalid,ceas);
59:
keder
redonda;
60: Acedera
comn;
61:
Acederilla;
62:
Lengua
de
vaca
(poligonceas);
63:
Verdolaga
(portulacceas);
64: Acelgabrava;
65:
tumuelle66:
Cenizo;
67 : Zurcn;
68:
PazoIe;
6)
:'l
erdolaga
marina;
70 ;
Salicornia
(quenop
o
ditice
as)
;
71:
Bledo
(amarantceas);
7
2: Pamplina;J
I
:
Colleja
(cariofitceas);
t7 4:
Amapola
(papaaerceas)
;
75:
Berro;
76:
Mastuerzo
arrugado;
77:
krro de prado;
78:
Hierba
de
los
cantores;
79:
Rabanillo;r80:
Oruga;81:
Pan
y
quesillo;
Espina
de
Cristo
(Zizyphus
sp no-chrst
)
t6
o
-
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8/169
o
o
82:
0ruga
martima;
83:
Col
marina
(crucr,feras);
84:
Violeta
(uiolceas);
85:
Pimpinela
menor;
86:
Cariofilada
(rosceas);
87:
Alholva;
88:
Tetragonolobus
purpureus;
89:
Garbancera;
0:
Esparceta;r91:
Alfalfa;
r 2:
kveja
(leguminosas);
t93:
Malva;
94r
Malvavisco
(maluceas);
i95:
Hinojo;
96:
Hinoio
marino;
97:
APio
silvestre;
98:
Apio
caballa
:
Eringio
martimo;
100:
Meo;
101:
Angelica
silvestre
(umbelftras);
102:
Peralito
menot
(Pirolceas);
103:
Primavera
comn;
104:
Pamplina
de
agua
(primulceas);
i05:
Borrala;
106:
viborera;
107:
Consuelda
menor
(borr
agin
'ce
as)
;
108:
kcabunga
(escrofulariceas);
109:
Llantn
(Plantaginceas):
1 10:
Hierba
galera;
171
Ortiga
muerta;
112: Hiedra
terrstre;
113:
Betnica
(labiadas);
114: Amor
de
Hortelano
(rubiceas);
115:
Valerianela;
116:
Milamores
(ualrianceas);
117: Cardo;d18:
Cardo
mariano;
119:
Cardillo;
120: Cardo
de
pantano;
i21:
Carlina
angelica;
122: Chirivita;
123:
Tuslago;
124:
Milenrama;
125:
Dente
de
len;
126:
LamPazot
127:
Abremanos;d28:
Cerraja;
d2 :
Lechuga
de
montaa;
130:
Condrila;
131:
Maravilla
de
los
campos;
132:
khicoria;
1Jl:
Margarita
mayor;
134:
Carrizo
(comPuestas)'
Y
MUCHAS
S
tlirschfeldia
incana;
Lunaria
(uucferas);
Siempreviva
may or
(uasulce
as)
;
Saxifraga
dorada
(saxifrag
ceas);
Salicaria
(litrceas);
Hierba
de
San
Antonio
(enoterceas);
Capuchina
(
troPaeolaceqs)l
Cisca;
Heracleum
sphondylium;
Perifollo
(umbelferas);
Pulmonaria;
Lengua de buey
(borraginceas);
Cambronera
(solanceas);
Eufrasia;
P
aiarila
(escrofulariceas)
i
Hisopo;
Bgula
(abiadas);
Jopo
(orobancceas);
Lapsana
(comPuestas);
lunco
(uncceas).
Hierba
del
man
(gramneas)
MXNUS
CON
PTANTAS
SIIVISTNES
Ensaladas.
Escaldado
de
verduras.
Salteado
de
verduras.
Ensalamiento.
Verdura
de
guerra.
Verdura
conbinada.
Menestra
de
pastor,
Corazones de cardo
con
arveias
Verdura
silvestre
con
apio.
Zumos
silvestres.
A la
brasa
Pan
de
monte.
Leche
vegetal
silvestre
PARA
LLEVAR:
Tortillas
de
plantas.
Croquetas
Temporas.
Pizzas
con
Plantas
Bledo
(
Amor
anthus
r etr
ofl
exus)
"8
83
tr
0
INDICE
'
eguindo
tomo
I
-
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9/169
D
87
90
SOBRI
IIT
CAZA Y
tA
PDSCA
Las
protenas.
Admira los
animales.
tA
NUTRICIN
NT
SUPXRVIVDNCIA
Peligros
del
comer
silvestre.
Normas
generales
de
cocina.
Ensaladas.
Sopas
y
cocidos.
Varios.
Los
animales y
las
situaciones
lmite.
94
pmnrls
pAna
coNDmINTAR
r
136:
Laurel
(laurceas);
r
1
37:
Alcaparra
(caparidaceas);
138:
Mostazas:
139:
Hierba
ajen; 140:
Lepidios;
I
41
:
Coclearia
(cruciferas)
;
142:
Siemprevivas (crasulceas);
143:
Cilandro
(umbelftras);
144:
0rgano;d45:
Tomillo;146:
Menras;
147:
Toronjil
silvestre;
148:
Melisa;
1149:
Salvia
(labiadas);
r150:
Ajos
silvestres;d51:
puerros
silvestresl
152:
Cebollino;
153:
Cebolln
(tiliceas).
101
mfcns
Y
Rrzotras
154: Nenfar blanco (ninfeceas);
155:
Guija
tuberosa;
156:
Regaliz
(leguminosas);
157:
Castauela;
158:
Alcaravea;
159:
Chiriva;
1160: Zanahoria
silvestre;
j.6l:
Zanahoria
b
astaa
(
u m b
e
I
fe
r
a
s
;
i62:
Rapnchigo
(campanulceas);
r163:
Salsifi
blanco;
164:
f,scorzonera
(compuestas);
r165:
Espadaa
(ttfceas);
166:
Saeta
de
agua
(alismatceas);
167:
Junco
flordo
(butomceas)i
168:
Castaa
de agta
(bidrocarit.ceas);
116 :
Merenden;
170: Martagn;d7i:
Gamones
(liliaceas);
17
2
: Clamo
aromtico (iri
dceas)
;
173:
Chufa
(ciperceas);
174:
Grama
de las
boticas:1175:
Caa
comn
(gramneas);
11 76:
0rqudeas (orquiclceas);
177:
Arisaro
(arceas).
110
nspnRAcos srrvnsTRs
1
78: Lpulo
(cannabceas);
179:
Nueza
(cucurbitaceas);
r180:
Nueza
negra
(dioscctreceas);
181
: Zarzapanilla;
I 82 :
Brusco;
11
83:
Esprragos
silvestres;
184:
Leche
de
pjaro
(liliceas).
114
pmnras
vuN[Nosas
185:
Sabina (cupresceas);
186:
Murdago
(lorantceas)i
187:
Sello
de Salomn (pctligondceas);
188:
Neguilla
(cariofilceas);
189:
Hierba
carmn (fitolacceas);
1 0:
Lechetreznas;
191
: Ricino (euforbiceas);
1 2:
Boj
(bu.x,ceas);
193:
Helboros;i1 4:
Clemtide;
195:
Acniros;
1 6:
Adonis;
197:
Anmone;
1 8:
Hierba
centella;r1 :
Botn
de
0ro; 200:
Arauelar
0
-
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10/169
o
Armillaria
color
de
miel
(A.
meller)
201:
Albarraz;202:
Aguilea;
203:
Hierba
de
San
Cristbal
(ranuncukiceas
)t
204:
Adormidera:
205:
Celidonia
mavor
(Popu
uerceas):
206:
Nabo del diablo
(enterceas)',
207:
Dafnes
(limeleceas):
208:
Emborrachacabras
(cttriaririceus):
209: Castao
de
Indias
(biprrcastaacets).
210:
Zumaque
(anacordiceus),
21
l:
Acebo
(aquifolidceas):
212:
Bonetero
(
celaslrceas
),
213: Cicutal
274:
Berraza
(unbelileras)t
r215:
Hiedra
(aruliceus):
216: Corneio
sanguneo
(cornceas)
217:
Rododendro
(ericceas)t
218:
Murajes
(primulceus):
219:
Vencetsigo
(ascle1idaceas):
1220: Aligustre
(leceas)t
r221:
Adelfa
(aPrrcnuiceas);
222: Hierbamora, Dulcamara,
l'omatillos
del
diablo.
223:
Beleord24:
Estramonior
225:
Mandrgoral
226:rBelladona
(
stlanoceus),
1227
: Digifal
(
escrofula
r
iceas
)
:
228:
Coloquntida,
221):
Pepinillos
del diablo
(t'ucurbilaceas):
230:
Madreselvasr
231:
Yezgoi
232:
Viburnos
(caprt
ilitit'eas):
233:
Cachurrera
(smhn
siaceas
),
234:
rnica:
235:
Aienjo
(conpueslas),
236
:
lrlatacaballo
s
(
c
a m
p
a r
t
u I ac
e as
)
:
237:
Lirios
(irictceas)t
238:
Jva
de
raposa;
239:
Clquico
(liliceas):
240:
Verdegambr.e
(
uraliiiceas
):
241:
Aro
(ardceas).
134
ns
sDTAs
242:
Champin
(l.CA) 243: Rsula
(l,BN).
244:
Nscalo
(LBD).
245:
Seta
de
primavera
(LBN).
246:
Colmenilla
(S).
247:
Galamperna
(LBN).
248:
Seta
de chopo(l.CA).
249:
Platera
(LBD). 250: Negrilla
(LBN).
251: Cazoleta
(S)
252: Orellanes
(LBD)
253:
Cabrilla
(l.CS).
254:
Ninfa
(LBN)
255:
Hgado de buev
(T).
256: Calvatia
gigantea
(S).
257:
Armillaria
color
de
miel
(LCS).
258:
Higrforo de los
prados
(LBD).
259: Seta'del cardo
(LBD).
260:
Barbuda
(LCA).
261: Pie azul
(LCS).
262:
Lengua de
gato
(S).
263: Boleto
(T)
264:
Amanita
(l.BN)
2(r5:
Prfido
(LCS)
266:
Matasuegras
(LCS).
267: Hifoloma
de
iminas
verdes
(LCS).
268:
Trufas
(S)
.
lquenes:
26 : Tripa
de roca.
270:
Lquen
de
Islandia.
150
rm
atcas
naRINAs
r
Feoffceas
(algas
pardas).
2l
1 :
Pe\t'e\ia cartalit-tr|a|u
(sup):
272:
FLrcus;
273.
Asco1lt.l'llun
trrkxunt"
27
4:
Lau
rencia
Pianti
t'itlu
(ntetl.):
275: l.aminarias:
)16:
Aluriu
escttlcttlu:
27T:
,1ut'urLti:u
prt\.l'st'l.tides
(inf
.).
Rodofrceao
(algas
rojas).
278:
I\{usgo de
Irlanda; 2,'t):
(iigurtittrt
slcllttlu:
280
: \
tl.t'si
p
ltt
ttt i
tt,
281 : Gel
i
d
i
u
n
(ned
):
282:
Rl.ttxl.l'mettia.
283.
Dilsctt
ctluIis:
284:
Porfira
(inf,)
Cloroffceas
(algas
verdes).
2tl5:
l.echuga de
ntarr
J8(t:
,\Ittttslrrtntu
gre
ti I
lei
(nled.)r
2tl7:
E t
t
Ie
rr
tntr trpl.tu
(narisnlas).
117
couo
tos PJARos...
Cultivos
asilvestrados.
Rebtrsca.
Polen
v miel
silvestre,
161
Norcns
cENERAIES
I)lantas.
Hongos.
Algas
Abreviatures
n
setas
Y
algas
l,lll):
l,mins
lJlancs
f)ecurretltes
(qtle
corren
por el
pie)
l.BN: l,minas Bllncas No
deettrrentes
(srilo h;ritl
el
sonlbrero)
l,CA:
l.nrinas
Coloreadas
I'
con
Anilltr
l,CS:
Lminm
Colorettds
v Sin
lnilltr
'l':
l'bulos
(peqtterios
Poros)
S: Sin
lminas
ni
ttibulos
sl.lp:
crecen
en
el
lmite
superior
de
las
nlareas
nred: crecen
en nledio
inf:
baio
el
lnite
inferior
E]
CI
TNDICE
O
Segundo
tomo
t
-
7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2
11/169
Alirn
entat.se
de
plantas
silvestres
Para
los
que
dicen
"me
ecbara
al
rnonte",
pero
luega
se
echan
atrs
porque
lo
uen
lnposible
y
siguen
aguantando
mecba
en
desacuerdo
consigo
mismos,
esclauos
de
esa
conodidad
tan
incmoda
I
tan
rara;
para
que
quimes
ualt
unos
das
al
mlnte
no
necesiten
lleuar
el
bote
de
chipirones,
las
galletas
Mara
y
el
bocadillo
de
trtrtilla,
este
(manuab
quiere
ensear
a conocer
alimmtarse
de
los
numerosos
frutos
y
productos
qu
nos
olrece
gratuita
I
espontneamenle
la naturaleza,
en
mucba
ocasiones
llenos
de
propiedades
cualidades
alimenticias
y
lo
suficientemente
nutnerosos
con
o
par6
satisfacer
nustra.s
recesidades.
Pues
a
pesar
de
las talas,
las quemas
I
dems
barbaridades
que
benos
becbo
en
nupstro
palio,
todaua
es
posible
uiuir
m l
y
de
l
de
un
modo
libre
y
natural.,.
En su
a
nemtdo
triste
bistoria,
et
bombre
ba
dejado
de recoger
el
alimmto que
le
ofrece
la
lhturaleza
para
trabajar
todos
los
das
ocbo
boras
y
as
poder
comer
pagarse
una
serie
de
necesidades
innecesarias.
)nce
meses
esperando
agosto
para
ir al
campo
a
uer
de
lejos
parte
de
lo
que
queda
del
paraso
abandonado,
I
jugar
de
un
modo
infantil
y
caricaturesco
a
lo
que
fue
y
podra
baber
sido,
El
pecado
original
del
bombre
fue
comer
esa
ntanzana
roja
de
la
bbrida
uariedad
Starking
que
pintan
hs libros
de religin.
Conozcamos
pues,
ad,miremos
y
comamos
los
frutos
y
alimentos
siluestres
de
esa
gran
despensa
que
es
la
lgturaleza
y
que
ahora
iremos
uiendo,
Muchos
son
los
que
los
domingos
uan
al
monte,
bastantes
los
que
pasan
sus uacaciones
en
el
campo,
infinidad
los
que
gwtan
de la.
lhturaleza; pero
n
q)
pocos
saben
qu
pisa
en
realidad
su
bota
de siete
leguas,
qu
plantas
les
saludan
en
silencio
desde
un
lado
det
camino.,,
las
nismas
que
pueden al,iuiar tantos
enfermedades
y
swtituir
en
la
tartera
a las
latas
de
conseruas.
Con
esto
no
pretmdemos
solammte
que
se
utilicm
las
plantas
siluestres,
sino
sobre
todo que
se
sienta
inters
por
conocerlas.
Si
todas
estas
imgenes,
si
hs
largos
ratos
pasados
ante
el
piano
de
letras
ban
seruido
para
que
alguien
caninando
por
el
cantpo
se
detengd
ante
unaflor,
si
ban suuido
para
que
alguien
conozca
una
planta
ms,
para
que
alguna
persona
comprmda
que
no
bay
por
qu
morirse
de
hambre,
para.
quc
un
montauo
lleue
una
lata
nmu
al
rnonte,
para
que
nos
aborremu
ueinte
duros
en
el nercado
o
para
que
a
alguno
se
le
encienda
la
sangre
cuando
escucbe
la
notosiena
en el
bayedo...
este
trabajo
estas
"agujetas,,
aqui
sobre
esta
silla,
babrn
nerecido
la
pena.
I fl
ALTMENTARSE
DE PLANTAS
y
FRUTOS
STLVESTRES
I
Y Prdposiro
de lo
obro
-
7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2
12/169
-Pcro
oe
pucdc
uno
llncnter
dc
plentes
sllvestrcc,
no cs
un
llo-
co nrsoqulcte
y
rburrldo?
-No,
no
es
montono
ni aburrido ali-
mentarse de
plantas
silvestres.
Cono-
cindolas
puedes
preparar
las
ms
va-
riadas
ensaldas,
todo
tipo de
verduras,
sopas
vegetales,
postres
de
los ms
dis-
pares gustos
y
contenido.
las
plantas
es-
pontneas
nos
dan incluso
harina
para
hacer
pan,
ajos
silvestres, cebolletas
co-
mo
las de
los
nazarenos,
"patatas"
co-
mo
los tubrculos
de
las orqudeas,
de
los
gamones,
de
la
bistorta,
de
l
con-
suelda,
de
la espadaia,
etc; e
incluso
una
variada cantidad
de
nutritivos
fru-
tos
secos, como
la
caslafia
de agua,
la de
tierra,
los
hayucos
(con
los
que
pode-
mos
hacer aceite)...
Los
rboles sil-
vestres, con sus
bayas,
frutas
y
semillas,
llevan
nuestras
posibilidades hasta el
si-
baritismo.
Podemos aad
a
nuestro
men
setas,
algas,
el
polen
recogido di-
rectamente
de las
flores,
algo
de
miel de
las
colmenas
salvajes,
etc,
Como veremos
en
estas pginas,
en
la vasla
despensa
de
la
Naturaleza
hay
dnde
escoger
y
de
qu
alimentarse.
Es
muy bonito,
nada
montono
y
sobre
to-
do realmente
sano
y
natural,
librarnos
de
los
gustos
y
las costumbres
impues-
tas de
comer
"cantidad"
y
no
"cali-
dad".
-Y
unr dlet
sllvestre
puede
ser
lo
suclcntemente
nutrltlve?
-En
principio
no se
Puede
soar
con
el
zorzal
y
de
la
nocbe
a la
maana
ecbar
a
uolar,
pues
tambin
existe
el
riesgo
de darse
un
trompazo
con un
en-
venenamiento,
una
gastroenteritis
o
una
debilidad.
Pero
todo
el mundo
puede
ir
introduciendo
plantas
silvestres
en
sus ensaladas
y
verduras, ir
recogien-
do
y
aprendiendo...
y
as
utilizar cada
vez ms
y
con
mejor criterio
las
plantas
silvestres,
El
problema ms influyente
alakon
de
la verdad
estriba
en
que
en buena
parte
no comemos
slo
para
alimentar'
nos.
Hoy
ms
que
nunca, tragar
no es
slo
echarle
lea al
fogn, sino un
for-
ma de
paliar
la ansiedad,
de
querer
lle-
nar
con comida
un
hueco
interior
que
no est
en
el estmago..,
Con el
actual
glacer
de comer)
compensamos
las in-
satisfacciones
existenciales
de
nuestro
desvirtuado
modo de
vida.
Es mucho
ms
difcil
descubrir
la
falsedad
del arti-
ficial
y
quiz
ficticio
placer
de
nuestros
platos
cotidianos,
que
renunciar a su ali-
mento
real,
S10 aqu
hace aguas
el
ali-
'mentarse
de
plantas y frutos
silvestres,
y
no
en sus
posibilidades
nutritiuas,
que
como
veremos
son
ms
que
sufi-
cientes
y
diversas.
De todos modos, masticar
muchas de
estas
pla0tas
no
supone
ninguna
peni-
tencia;
en muchas ocasiones
es muy
agradable,
y
lodllt
ms
que por
el
pa-
ladar,
por
ese
cosquilleo
del sentir-
un
poco
ms
la
energa viva
de lo natural.
Primero hay
que
aprender
a
conocer
y
a
encontrar
la
planla
silvestre
comestible... iuego
a
hallarle
su peculiar
gusto.
Sobre
gustos
no
hay normas,
pero
s
podemos
decir
que
la lengua
y
el est-
mago se
amoldan
como
el
agua
al
reci-
piente.
Cuando
empezamos
a
comer
plantas
silvestres,
si
estamos
acos-
tumbrados
a
productos
degenerados,
a
gustos
inspidos,
a
comer
pocos
vegeta-
les
y
a
platos
recalentados,
muchas
de
estas
plantas
nos
pueden
resultar
fuer-
tes,
amargas,
inaptitosas
o
desagra-
dables;
pero
todo es cuestin
de
"enten-
derlas".
El
estmago
se
va adptando
a
estos
nuevos alimentos
y
al
paladar
le
acabu
gustando.
Por otra
parte,
las
plantas
silvestres suelen
ser
mucho
ms
ricas en
vitaminas,
sales
minerales
y
oli-
goelementos
que
las cultivadas.
Es ms
que
sobrevivir:
es
vivir.
Es
ese
tipo
de
"yoga"
que
no se
hace
en
un
gimnasio,
ese sueo
que
no se
tiene
sobre la almohada,
ese
encuentro
en
la
primera
dimensin
que
no
se da
ni
en
el cielo
ni en el infierno.
Y tampoco en el
"purgatorio".
:i:*.
*3.,.,
. n*.
-
arl:.
1..$.:
'*
*
r
.t.-
lx
--t"
rtr
AL|MENTARSE
DE
pLANrAs
y
FRUros
t::,E;L[il
I
I
-
7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2
13/169
Xs
mlis
quc
sobrcvlvir:
es
vlvir
,
Volver
alatierra,
volver
al
bosque,
a
Ia
Naturaleza,
es hacer
algo
que
nos
rea_
liza,
que
nos
satisface.
Es
eliminar
nece-
sidades
superfluas,
y
las
reales
obte,
nerlas
con
agrado
en una
actividad
di-
recta
que
no
es
trabajo
sino
salud,
alegra,
deporte,
aficin,
ilusin
y
vida,
La
tierra
y
el
bosque,
adems
de
mante-
nernos
vivos
y
proporcionarnos
la
co_
mida
sin
enfermarnos
ni
esclavizarnos.
nos
dan
ese
alimento
espiritual,
senso-
rial
y
humano
que
tanto
falta
en
las
grandes
ciudades.
Con
esta
amplia
relacin
de frutos,
glantas,
setas
y
algas
silvestres,
y
apren-
diendo
sobre
la
marcha
algunas-ms
puedes
alimentarte
pricticamente
de
productos
silvestres,
lo
cual
es excelente
si
pasas
temporadas
en
el campo.
Pelando
un hayuco,
sacando
unas
castaas
de
sus
erizos,
cascando
unos
piones
o simplemente
recogiendo
mo-
ras
en
un
espinoso
zarzal,
comprende_
mos
que
nuestra
constitucin
est
per_
fectamente
adaptadapara
eso
y
que
si el
guila
tiene
fuertes garras
y
el leopardo
zarpu
ripidu,
uno
tiene
estas
hbiles
manos para
coger
y
pelar
cualquier
tipo
de
fruto.
Una
actividad
en
la
que
cuil-
quier
otro
animal,
exceptuando
al
mo-
no,
tiene
mayores
dificultades.
Con
las
brasas
se
pueden
preparar
humildes
pero
exquisitos
alimentoi
sil-
vestes,
asados
o tostados.
Algunas
races
ganan
mucho
despus
de
un ra-
to
entemadas
bajo
las
rojizas
ascuas.
Las
bellotas
as
asadas
o
unts
setas
en
la
Ante
tal diversidad,
cul
escogerl
punta
de
una
ramila
son
parte
de
place-
res
inimitables
ni
por
el
ms
estrellado
hotel,
y
es
que
las
brasas
y
las pavesas
son
condimentos
que
hacen
graio
cual-
quier
alimento.
El
fuego
en
el
campo
templa
las
vela_
das
y
con
sus
formas
abstractas,
es
nuestra
televisin.
En
un pequeo
y
apartado
pueblo
de
las
sierrs
castella-
nas,
donde
todava
podemos
ver
la
si-
lueta
del
guila
real y
se
pasea
el
lobo,
donde
todava
se
cosecha
a
trillo
v
se
vielda
al
viento,
y
lo
que
an
es
ms
difcil:
donde todava
no
ha
llegado
Ia
televisin,
por
las
noches
todos
los
paisanos
se
renen
en
un gran
coro
en_
torno
a
una
hoguera
que
ilumina
noti_
cias
sencillas,
aconteceres,
episodios
y
una
cultura.
Una
cultura popular
que
sb
caldeacada
noche
en
ese
fuego.
-
En
una
escapada,
mientras
comamos
unas
moras,
una
amiga
con
sueos
de
nio
demasiado
adulto
coment:
,,Qu
bonito
sea
vivir
as,
de
nada',.
No,
no
sera,
para
quienes
lo
deseen
es y
puede
ser
muy
real
alimentarse
de lo
que
para
la
gente
es
nada:
zarzas,
montibrivo,
todo
eso que
lucha
para
sobrevivir
al
desprecio
humano
y
que
nos
ofrece
sus
tiutos.
Cuando
recogemos
fruto's
al rbol
no
le
ocasionamos
ningn
da0,
sino
todo
lo
contrario.
El
rbol
produce
frutos
atractivos
y
gustosos
para
que
al
co-
merlos
llevemos
sus
semillas
otros
lu-
gares.
Lo
ms
importante
es no
romper
ramas.
Anndo
aprovechemos
plantas
silvestres,
si
son
escasas,
tomaremos
de
cada
plmta
unas
hojas,
y
as
obtendre-
mos
la
misma
cantidad
que
necesitba-
mos
sin
destruirlas.
No
se
puede
decir
lo
mismo
cuando
cogemos
las
races
o bulbos
de
un
vege-
tal.
Procuraremos
pues
no
abrcarhe
stas.
Con
las
setas
muchos
tienen
la
mana
de
rastrillr
y
affanc?r
todo
lo
que
ven,
estropeando
los
micelios (raicillas).
De_
bemos
cortar,rdlo
las que necesitamos
y
dejar
algunas
de
las
ms
grandes
y
me-
nos
tiernas para
que
se extiendan
sus
es_
poras.
Conocer
las. plantas
y
utilizarlas
es
Aprender avalorurlu,
a
mirarlas
y
res_
petarlas.
DNDD?
El
bosque
autctono,
el
monte
origi-
nario,
las
tiemas
incultas,
son
especial-
mente
generosas
y
ricas
en
alimentos
sin
due0.
El
expolio
desmesurado
y
salvaje del
hombre
de
los
recursos
de
la
Natwaleza,
el
avance
de
una
agricultura
y'
ganadera
urasadoru,
las
ialas,
los
incendios,
las
urbanizaciones,
etc.
han
reducido
en los
ltimos
siglos
este
co-
medero
silvestre.
Ese
espontneo
huerto
inmenso
y
sin plaguicidas
que
es el
bos_
que
natural
ha
sido
reducido
a
los,mon_
tes y
zonas
inaccesibles,
a
los
setos
y
cunetas,
a los
nuevos
baldos.
y
a
pesar
de
todo,
4n
es
posible
lim:ntarie
de
productos
silvestres.
En
las
montau
cantbras
v leone_
sas,
en los
Picos
de
Europa,
nos
compla-
cemos
en
contemplar
los
hermosos
ha_
yedos
que
alimentan
con
sus frutos
a
r-
dillas.
corzos,
lirones y
al
hombre
de
bosque.
All
tambin
comemos
con
gus-
to
y
abundancia
mostaios,
agraceos,
castaas,
nueces
y
avellanas
silvestres.
En
otoo
estas
tierras
son
para
la
palo-
ma
torcaz
que
posa
en
ellas
su vuelo
un
paraso
inolvidable,
un
edn
del que
s_
lo
el
rigor
dei invierno
nos
puedeixpul-
sar.
Los
Piineos,
sus
estribaciones
v
sus
bosques
tienen
un
componente
preci-
do.
De
ellos
guardamos
el
recueido
en
los ojos
y
en el
paladar de sus
serbales
encarnados,
de
sus
raroE
sacos
rojos,
de
sus
praderas
donde
nos
embriagamos
de
arndanos,
de
sus
grosellas,
sus
ha-
yucos,
sus
merenderas,
sus
arroyos
ju_
guetones,
donde
la
llamada
hidroterapia
es
una
fiesta,
una
alegra
al
medioda.
Tambin
vimos
en
ellos
muchas
tuchas
-
bravas,
truchas.del
pas
asalmonadas,
en
la
salida
de
cada
corrientilla,
tas
ca-
l2
i:'I5*t^RSE
DE
PLANTAS
Y FRUros
SILVESTRES
-
7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2
14/169
da
piedra;
aquellos
riachuelos
putecan
viveros de truchas... Pero no
cogimos
ninguna.
Es
demasiado fcil echar unas
hojas
de
gordolobo
machacado, o lo
que
es
peor:
leja
o
dinamita,
extender
el
trasmllo,
meter
la mano en
las
cuevas
o engaar
su
brutal apetito con un
cebo.
Da
pena
matar
a
un
animal
as,
cuya vi-
libre en
semejante
lugar
casi suscita
envidia.
Talyez,
algunos
se
sientan contentos
jugando a Daniel Boone.
Estas
truchas,
el
pescado,
la
caza..,
pueden
suponer
una
importante
ayuda
para
sobrevivir
en el bosque
en
caso
de
extrema
necesi-
dad,
pero
tambin hay
que
ser
conscien-
te de
que
si se les mata
-como
hace to-
da esa
pandilla
de domingueros
malhu-
morados
que
van
nevadirse,
con una
escopeta
o una caa-,
pronto
remata-
remos
la agnica fauna
de nuestros
campos
y
ros.
Contemplar
una
trucha
saltando a los mosquitos, la
pirueta
cir-
cense de un
rebeco
brincando
por
los
peascos,
el blanco raboneo de
un
cone-
jo, la
danza de
un
corzo
huyendo,
el
cascabeleo de
una
perdiz
en
levante
o
la
esfinge de un ciervo entre el matoral,
alimenta ms,
mucho ms,
que
ma-
tarlos
y
comrselos..,
En
la
Meseta,
en
esas
impresionantes
estepas cerealistas donde la vista
se
pier-
de
montona
en
kilmetros
y
kil-
metros
de
tienas
de
labor, donde resulta
difcil alimentarse sin abrir el monedero,
all
quizi puedan
veranear
las
gallince-
as, codornices, sisones
y
perdices; pero
si
nosotros
buscamos
plantas
silvestres
y frutos
comestibles tendremos que
tirar
al
monte,
buscar
las
sierras
y
los
bos-
ques,
salir
de ese
desierto artificial.
Es-
tornudn
los campos
por
los
herbicidas
y
no hay en l
setos
ni
bosquetes
donde
se
guarezcan
los
nimales
y las
plantas
beneficiosas
que
atraigan la humedad.
El
sur, tal como saben
muchas
aves,
es buena tienapara
invernar.
Su acoge-
dor
clima facilita mucho
la
vlda
al aire
libre
en
los meses de los chuzos
y
los
charcos
duros. En las
proximidades
de
la costa se
pasan
mejor
las noches,
por-
que
es muy difcil
que
hiele.
En
el
sur
podemos
comer las
dulces
algarrobas, mirtilos, borrajas,
palmitos,
la anedera
redonda
y
muchas otras
plan-
tas comunes en toda
la
Pennsula.
Tras
las
primeras
lluvias
otoales
son
muy
abundntes
los
championes
de
campo,
que
no
tienen comparacin
con
los
de
bodega.
Hacia
el sur
enconramos
los
mejores
pinares
de
pino pionero,
don-
de
uno
puede
roer
piones
al
lado de
las
ardillas.
Allncntrrc
dc
fruto llvctrc
cn
pdrcr
tloplcdcr
En
este trabaio nos hemos
limitdo
a
las
plantas
de nuestras
proximidades,
a
los frutos de
l
Penfnsula. Mencin
aparte
podramos
hacer de los extraordi-
narios frutos
subtropicales
y
tropicales.
En
esas
clidas tienas, donde
las
plan-
tas,
los frutos
y
las
semillas
alcanzan di-
mensiones impresionantes,
existen
muchas ms
posibilidades
de
alimentar-
se de
lo
silvestre.
"En
Ganbia no existe el bambre. Lo
que
aqu tenis
nno
un lujo all es
gratis.
La
selua
da
mucbsirnos
frutos,
muy
ricos,
y
durante
todo
el a0,
por-
que
no bay inuierno. Debes ir
a
ni
: *^-'
[:r'1:
:
]
,,
l ,1**r,;
ALTMENTARSE
"",'#Jff
:,51y1:;,::,tYfiI)5,]
I
3
-
7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2
15/169
pas",
me
deca
un
amigo
negro.
Segn
cuenta
la prehistoria
(y
segn
quien
la
cuenta)
el
hombre
viva
en
cli-
mas
muy
benignos,
y
fue
a
partir
de
las
glaciaciones
(hace
15.000
aos)
cuando
se
tiene
que
refugiar,
vestir
y
cazat
parz
sobrevivir.
Hoy
los
climas
clidos y
los
tenenos
tropicales
son
ms
aptos para
la vida
silvestre
del
hombe.
Algunas person6,
cansadas
por
di-
versos
motivos
de
la
sociedad
civilizada,
del
modo
de
vida
del
hombre
moderno,
fueron
a
buscar
la vitalidad
de
esas
leja-
nas
tierras.
Y
es
en esas
latitudes
donde
encontramos
los
ltimos
seres
huma-
nos,
las
ltimas
tribus
que
viven
an
de
frutos
silvestres.
Ciertmente,
la.s
latitudes
ms
clidas
resultan.ms
fciles para
la vida
silvestre
del hombre.
Las
condiciones
ms
duras
de
los
pases
fros
fuerzan
a
la
agricultu-
ray
laganadera.Enla
pennsula
es
po-
sible
vivir
de
las
plantas
y
frutos
sil
vestres, pero
sin
la
agricultura
stos
quedan
ms
bien
como
un recurso
para-
lelo
que puede
ser ms
o
menos
impor-
tante.
L
rlc flole
de la Penlnsula
Ibrlca
No
tenemos
cocoteros.
En
nuestros
suelos
apenas
pueden
recogerse
dtiles.
En
nuestros
campos
no
medra
la
selva
tropical
de
ananls,
de
pasifloras
y
otros
frutos.
Pero
en la Pennsula
gozamos
de
una de
las
ms ricas
y
variadas
floras
del mundo.
Las
condiciones
climticas
y
geogrficas
de
este
puente
entre
frica
y
[uropa
anan en poco
espacio
una
flora
ms diversa que
la
europea.
No
son
muchas
las
plantas
que
existen
en
otros
lugares
de
Europa
y
no
crecen
aqu,
sin
embargo
muchas
especies
que
en la
Pennsula
son comunes
no
existen
en
Escandinavia,
Alemania,
Suiza,
Holan-
da, etc. Disponemos pues
de una
intere-
sante
y poco
conocida
vegetacin
sil-
vestre
que
nos
brinda
una
amplia gama
de
posibilidades.
Tenemos
unos
cam-
pos
y
una
Naturaleza
ciertamente
muy
mallratada pero
que
se
puede
considerar
en
oclsiones
como
una
de las
ltimas
reservr
de
Europa
Nos
hemos
ceido
al
marco
de
la
Pennsul
lbrica paru
no
complicar
al
lector.
Porque
hablar
de
una
seta
que
sa-
le
en los
bosques
alemanes
o de
un
ape-
titoso fruto
de
las
selvas
africanas
slo
dificultar
el
conocimiento
de las
plan-
tas
que
podemos
ver
cualquier
da. Nos
hemos
ceido
a
la
Pennsula,
pero
en
verdad
la
faja
nos
queda
todava
algo
ancha por
la diversidad
de su
flora
antes
apuntada.
Ni que
decir
tiene
que
empleamos
la
denominacin
nPennsula,
para
incluir
a Portugal, pues
la
Naturaleza
n0
conoce
fronteras
de
alambre.
Las
Baleares
pueden
considerarse
tambin
dentro
del
mismo
clima
mediterneo
y
con
plan-
tas
similares.
De
tods
formas,
esta
gua
de
los
alimentos
silvestres
es
utilizable
en
gran parte
del resto
de Europa,
Las
Canarias
an
poseen
restos
de la
impenetrable
laurisilva
que
en
ciertas
pocas
lleg
a cubrir
la Pennsula.
Tienen algunas plantas distintas,
pero
en
los
cultivos y por
los
caminos
halla-
remos
bastntes
"malas
hierbas"
v
"malezas",
eternos
acompanantes
del
hombre,
que
aqu
describiremos
en
buena
parte.
Ls
estcloncs y
le
supervlvencla
Aunque
cada estacin
tiene sus
in-
convenientes
y
sus ventaias,
en
todas
las
pocas
del o
se
pueden
encontrar
alimentos
silvestres.
Slo
hay
que
conO-
cerlos
y
buscarlos.
Si no
es as,
que
se l0
pregunten
al
tordo.
En
el
ototo,
tan
generoso
en frutos
y
bayu,
el alimento
abunda
en el bos-
que.
Las
semillas
y
los frutos
han
madu-
rado;
es la
culminacin
de
todo
un ciclo
de increble potencia
vital.
Por
estos das
podemos
recoger
mostaios,
jerbas,
nsperos,
nueces
y
avellanas
silvestres,
infinidad
de setas,
los
primeros
madro-
os
y
las
moras
ms
retrasadas,
arnda-
nos,
escaramujos,
bellotas,
castaas,
etc.
Como
las
ardillas, podemos
guardar
algn
fruto
para
el
invierno
y
la
prima-
vera.
En
el
otoo
uno
no
slo puede
sobrevivir,
sino
tambin
echar,
como
los
osos,
mantillo
para
el invierno.
El
Jnolcmn
en
el bosque
puede
pa-
recer
a
muchos
muy
duro,
pero
no
es
para
tanto.
Si
el fro
arrecia
se
puedego-
londrinear
hacia
el sur,
o como
el zoiro
echar
buen'pelo
y
abrigo.
Sea
donde
sea,
conociendo las plantas
y
sus posibilida-
des
no
hay por
qu
pasar
hambre,
En
invierno
se
pueden
comer
madroos,
escaramujos,
mirtilos,
palmitos,
drago-
nera,
merendera
y
otros
tubrculos.
Todava
se
pueden
encontrar
muchos
de
los
fiutos
otoales,
como
los
del
serbal
de
cazadores,
bellotas,
avellanas
sil-
vestres,
castaas,
majuelas,
endrinas,
higos
chumbos,
almendas
de rboles
ci-
marrones,
etc;
algunas
verduras
peren-
nes,
como
acederu
redonda,
ortiga,
pim-
pinela...
las
primeras
primaveras
y
algu-
nas
setas
como
la
oellana y
la
negrilla
(segn venga
el
tiempo). En las
tierras
menos
fas
es la
mejor
poca
para
sabo-
rear
los
nutritivos
piones.
La
pmaocra
es la
poca
de
la.s
ensaladas
y
las
verduras
silvestres.
Una
gran
cantidad
de
plantas
nos
ofiecen
sus
tiernos
brotes,
sus
hojas
y
sus races
co-
mestibles,
su
polen
y
su
nctar.
En-
contramos
las
delicadas
setas de
prima-
vera,
como
las
de
San
Jorge,
la
rsula
dorada,
la
tricoloma
cnista,
el boleto
elegnte,
etc.
ln
primavera
podemos
comer
los
es-
prragos
de
nueza,
rusco y
lpulo.
Ver-
duras de
milamores,
bolsa de
pastor,
consuelda,
valeriana,
apio
caballar, pri-
maveta,
violeta,
llantn,
malva,
lechu-
gilla,
cardo,
aliafia,
atmuelle,
salsif,
marayilla,
campnuLa,
vernica...
con
las
patatitas
de
las
orqudeas,
las
races
del
clamo
y
del
salsif.
Ensaladas
de
mi-
lenrama,
hinojo,
berro,
pamplina,
ajos
silvestres,
flores
de
manguitos
yborraia.
acederas,
diente
de
len...
y
de
postre
castauelas.
En
ocraflo
tenemos
tambin
una
gran
vuiedad,
porque
lo
mismo pode-
mos
comer las
ms
diverss
ensaladas,
verduas
y
tubrculos, que
los
primeros
frutos
y
bayas
y
una gran
diversidad
de
setas,
sobre
todo
a finales
de la
estacin.
La
gama
de los
regalos
de la Naturaleza
es
amplia:
grosellas,
uva-espinas,
fram-
buesas,
moras,
saco,
castaa
de tierra
o blunio,
los panecillos
de la
malva,
ce-
nizo,
esparceta,
alholva, guija
tuberosa,
flores
de
madreselva,
zanahoria
sil-
vestre,
alcachofas
y
fresas
silvestres,
etc.
l ILIMFNI4RSE
DE
PLANTAS
y
FRUros
stLVESTREs
a
a
Lo
fentnsula
lberco.
Los
Estociones
-
7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2
16/169
ALTMENTARSE DE
PLANTAS
Y
FRUroS
t:r,".:::l*
I 5
-
7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2
17/169
6,
o^
Los
ftutos
de
los
irboles
pro
por.eno
Pnus
pinea,
del
griego pinos:pino,
g
pinea,
como llamaba
Plinio
a los
piones.
Cataln:
pi
pinyer.
Euske-
ra:
belorita. Gallego:
pino
manso.
El
pin
es un
fruto
del
bosque
que
se
puede
considerar
semisil-
vestre.
puesto
que
muchos
pinos
pi-
oneros
son
plantados;
pero
otros
muchos
han nacido
y
crecido
solos
de
un
modo
espontneo.
El
pino
pionero
es
nativo
de
las
regiones
costeras del Mediterrneo
y
ha
formado
por
s solo
hermosos
bos-
quetes.
Dado
el
inters
que presenta
el
pino pionero por
su madera
y
sus
frutos, se
han realizado
plantaciones
sobre
todo
en
terrenos
muy
areno-
srs,
donde otros
rboles no
prospe-
ran.
Aunque
ciertas
personas
son
dueas
de ellos
y
la
actual legalidad
impuesta
los
reconoce
como
una
propiedad
privada,
no hemos
de
de-
jar
de
comer
piones.
La
accin
del hombre
se
limita
a
quitar
las ramas
bajas
del tronco
y
s-
io
en determinadas
ocasiones.
De to-
das
formas,
debajo
de
un
pino
pio-
nero no tienes
por
qu ponerte
a di-
vagar
sobre su origen:
empieza a abrir
l
ilP,""'
piones,
sobre todo
si
crece en
una
de
esas
inmensas
extensiones
de
un
terrateniente.
Un banquete
de
piones
resulta
muy
nutritivo y
agradable,
y
ms
cuando tu
comensal
es
la
ardil[a.
Por
su alto
porcentaje
de
protenas
y
calor'ns
el
pin
es un valioso
ali-
mento
para
crudvoros.
Los
piones
maduran
en invierno
y
se
recogen
cuando las
pias
estn marrones
y
brillantes.
Cuando estn
cerradas
se
ponen
un
poco
al
fuego.
En verano
las
pias
ya
se han
abierto,
pero
puedes
encontrar
piones
a
la
sombra
de esos
grandes
pinos
cuya
silueta
les
diferencia
desde lejos
de
los
dems tipos
de
pino
por
su
caracterstica
forma
de
parasol.
Los otros
pinos
tambin
suelen dar
piones.
pero
mucho ms
pequeos.
Con
paciencia tambin
se
pueden co-
mer
pues
son muy
sabrosos,
y
las
aves
como las
palomas
los
saben
aprovechar
muy
bien. Por
ejemplo,
el
pino
silvestre
da
unos
pioncitos
como
pipas
con
una
membrana
ala-
da. tambin
son
un
pequeo
pero
delicado bocadito.
TEJO
Toxus baccoto,
de
foxis:
hilera,
por
sus ho.jas
en lnea.
C:
teix.
Todas
las
partes son
muy
oeneno-
sos,
excepto.
ese recubrimiento
rojo
tan
llamativo
que
nos
muestran
sus
frutos,
que
no
contiene
nada
de
loxi-
no
y
es
comestible.
Adems,
este ali-
mento
es
bueno
para
el catarro.
Pero
hay
que
tener
cuidado de
no
comer
nada
que
no
sea
esa
parte
carnosa
encarnada
del fruto,
pues
la
semilla
es
venenosa,
abortiva
y
narctica.
NOGAL
Juglans
regia,
de Jouis
glons;
se-
milla de
Jpiter,
y
por
una
excelente
raza
de
nogales importada de-Per-
sia.
C:
noguera.
E:
intzaur.
G:
no-
gueira.
En
el norte
de
la
Pennsula
los
no-
gales
son muy
abundantes.
Por
ejemplo en las
vallonadas
que
des-
cienden
a
las
Ruta del
Cares,
en
los
Picos
de
Europa,
hay
muchos
e
incluso
forman
manchones
de bos-
que.
Evidentemente, esos
nogales
de
tan inhspitos
lugares nacieron
solos,
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7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2
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7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2
19/169
procedentes
de las
semillas
de
ohos
nogales
asilvestrados.
"De
qun
es
aquella
cantidad
de nueces?"
Los
ve-
cinos
contestaban:
"esas
nueces
son
de
quien
las
recoge;
si
viene
buen
ao
vas t mismo y
enseguida
apaas
un
saco".
Los nogales
silvestres
tambin
son
frecuentes
en
las
riberas,
en
esos
terrenos
de nadie
y
de
todos.
Las
nueces
cadas
al agua
y procedentes
de
otros rboles,
dada
su
forma y
re-
cubrimiento,
flotan
y pueden
navegar
hasta
muy
lejos.
Luego,
tras
el
invier-
no,
cuando
el
ro
baja,
con la
hume-
dad
de la ribera la
nuez
germina
rpi-
da
y
engendra
un
hermoso
nogal
que
puede
adquirir
un enorme
porte
y
durar
muchos
aos.
En Navarra
tam-
bin
podemos
ver muchos
nogales
en
las
cunetas, las
orillas
de los
caminos
y
los
setos.
Unos
nacidos
silveshe-
mente
y
ohos
plantados
por
la
Dipu-
tacin.
Pero
en
ambos
casos nos
ofrecen
sus
nutritivas
semillas.
Por
la
calidad
de la
madera
de no-
gal para
la talla
artstica,
y
sobre todo
por
su
uso incontrolado
para
muebles,
puertas, etc.,
en
las
ltimas
dcadas
se
han
talado
numerosos
e
impresionantes
nogales,
de
sos
que
uno
no
los
abarca con los
brazos.
El nogal
silvestre
viene
a ser
similar
al
cultivado,
porque
es dificilillo
de
in-
jertar.
Los nogales
injertos
y
cultiva-
dos
suelen fructificar
antes
y
dan
una
clase
preseleccionada
de
nueces.
AVELLANO
SILVESTRE
Corylus
ouellono,
del
griego
corys:
casco,
por
las
hojas que
rodean
al
fruto.
Otro nombre:
nochizo.
Aparte
del
avellano de
las planta-
ciones
y
las huertas,
existen
avellanos
silveshes
de donde
proceden
todas
las
variedades
existentes
que
crecen
y
se reproducen
espontneamente
y
no
necesitan
para
nada
los
abonos,
ni
los
plaguicidas,
ni
los
cuidados
del
hombre.
En ciertos
lugares
se
les
puede
encontrar
formando
pequeos
bosques,
donde las
ardillas
tienen
su
paraso.
Son
ms
o menos
iguales
que
el avellano
cultivado y
no
es
ne-
cesaio
describirlos.
Sus
avellanas
suelen
ser ms
pe-
queas
y
saben mejor,
pero
es
po-
sible
que
esto sea
algo subjetivo.
Nor-
malmente
dan
en
menor
cantidad,
aunque
por
septiembre,
que
es cuan-
do
maduran,
hemos
encontrado
avellanos
silvestres
a
bastante
altitud
cargados
de
fruto incluso
ms
que
los
cultivados.
La
Naturaleza,
por
medio
de
sus
mecanismos
realiza
una
seleccin
magistral,
puesto
que
solamente
las
avellanas
ms
sanas
y
mejor
dotadas
18 l:,""'*
consiguen
germinar
y
crecer en
un
medio
tan
difcil
como
es
el
monte.
Por
este
sistema
todas
las
plantas
sil-
veshes
tienen garantizada
la
supervi-
vencia
de
ejemplares
y
variedades
muy
rsticos, y por
ello
en
fruticultu-
ra
est
muy
generalizado
injertar
sobre
un
pie
t'ranco
o borde
-un
an-
tepasado
silvestre
de stos-
para
conseguir
plantas
ms
resistentes y
adaptadas
al
lugar.
Los
avellanos
silvestres todava
nos
pueden
ofrecer
hoy
un alimento muy
nuhitivo
y
sano,
rico en
calor'ras
y
protenas,
y
abundante
incluso...
si
sabemos
buscarlo.
Es
una
pena
la
re-
duccin
a ese
carcter
testimonial
al
que
han quedado
relegados.
Espere-
mos
que
al menos los
que
quedan
no
los
corten ni
se vean
debilitados lo
su-
ficiente
para
que
las
enfermedades
que
estn teniendo
su
caldo
de culti-
vo
en las
plantaciones
intensivas
les
afecten.
Los
avellanos
silvestres
se
encuentran
en
las
zonas
de
clima
templado
e
incluso
fro, en las
monta-
as hasta
a
1.400
metros.
ABEDUL
Betula
pendulo
o
B.
pubescens,
de
beu, nombre
celta
del rbol,
y
pen-
dulo,
por
las
ramillas
colgantes
o
pe-
ludas.
Tambin
llamado
bezo
o
bieso.
C: bedoll.
E:
urki.
G: bido-
eiro,
abeduzo,
bidro,
bidado.
El abedul
es
ese
hermoso
rbol
de
corteza
resplandeciente,
como
papel
de
plata,
hojas
de
envs inmaculado
y
amentos
colgantes
a modo
de
ador-
no.
El abedul,
con
sus inmensos
bos-
ques
en
el
Canad,
es
la
base
de
ali-
mento
y
de
vida
para
los ihcrebles
castores.
Aqu
en
nuestras
tierras
tambin
nos
digna
con
su
presencia,
para
ofrecernos
su
abundante
savia
llena
de
alimento
y
de
dulzor,
sus ho-
jas
que
constituyen
uno de los
mejo-
res
diurticos,
y
su
caracterstica
ma-
dera,
materia
base
de
la
artesana
pastoril
vasca
para
hacet
kaikuak,
abatzak
y
dems
recipientes
de ma-
dera
para
ordear
y
hacer
queso.
En los
albores
de la
primavera,
cuando
la
savia
remonta,
se
hace
una
incisin
al
abedul
y
por
ella emana
gran
cantidad
de
savia
que
se
puede
tomar
a
pasto,
e
incluso
hay
quien
con
ella hace
"vino"
de abedul.
De
esta
savia
tambin
se
puede
obtener
una
especie
de
azcar.
En el centro
y
norte
de
Europa,
donde el abedul
es
ms
frecuente y
conocido,
a su
savia
se
le
ahibuyen
propiedades
medici-
nales
conha
las
inflamaciones
renales
y
de
la
vejiga,
as
como
para purificar
la
sangre.
Esas
polainas
de nylon
que
hoy
lle-
van los
montaeros
es
algo
ya
muy
viejo
que
los
pastores
se
hacan
con
corteza
de abedul.
Tambin con la
corteza
de
este
generoso
rbol
hacen
canoas los
nativos
del
Canad.
Abedules
puedes
encontrar
en
to-
do
el
norte
de
la
Pennsula
y
en
cier-
tas
sierras,
donde
aguanta alturas
de
hasta
2.000
m.
En Euskadi es rela-
tivamente
abundante y
ha
dado
lugar
a
numerosos
topnimos y
apellidos
(Urkiola,
Urkimendi,
Urkiza)
.
A
veces
tambin
nos
lo
encontramos
en los
jardines
de
las
ciudades,
donde
con
su corteza blanca
da una
buena
nota
de contraste.
El
abedul
no
puede
confundirse
con
el lamo
blanco,
porque
aunque
de
lejos
por
el
color de la
corteza nos
pueda
engaar,
enseguida
podremos
observar
que
el lamo no
tiene
esas
hendiduras
caractersticas
(lenticelas).
Sus flores
-los
amentos-
le
brotan
antes
que
las
hojas,
las
cuales
estn
irregularmente
aserradas
y
tambin
ayudan
a distinguirlo.
Los amentos
femeninos permanecen
all
colgados
largo
tiempo,
trayndonos
un vago
recuerdo
del
aliso
o
del avellano.
ENCINA
Quercus
ilex,
del
celta
quer:
bello
y
cuez:
rbol,
e i/ex, denominacin
la-
tina.
Carrasca.
C:
alsina.
E:
arta.
G:
azinheira.
S,
la
bellota
es
una semilla de
gran
alimento
e inters,
que
mucha
gente
desprecia
por
esa
mentalidad
del ho-
mo
"orgullosus"
que
dice
que
"el
hombre,
como
es
superior, no
puede
comer lo
mismo
que
los
animales".
Pero a la
vista
de
los
resultados
y
la
di{erencia
de
salud
entre
la
especie
humana y
las
dems,
podramos
em-
pezar
a
pensar
en
imitar
sus
cos-
tumbres
El hombre
y
su
"sapiens" le
da
las
bellotas
a
los
cerdos
pensando
que
son
malas
y
despus
se
come
al
cerdo
pensando
que
es
de
los
mejo-
res
alimentos.
La
gente
se
re
de
uno
cuando
come
bellotas,
tapaculos
o
pienso
(harina
integral
de
cebada
y
dems)
y
qu
decir
si te ven
pacien-
Abedul
-
7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2
20/169
5.
Abedul
8.
Haya
(arriba'
haYucos)
9. Olmo
^TP|T
19
-
7/21/2019 Carlos Donoso - Supervivencia2
21/169
do
diente
de len
en
un
prado
La
bellota,
como
bien
saben
los
jabales,
Ias
palomas
y
otros
muchos
animales,
es
un
excelente
alimento.
Las
de
encina
(sobre
todo
las
de
la
subespecie
que
los
botnicos
llaman
rotundifolia)
son
dulces,
con
un
sabor
incluso
mejor
que
el de
las
castaas.
Las
dems,
las
de roble y
las
de
alcor-
noque
tambin
se
pueden
comer,
aunque
resultan
un
poco
amargas.
La humilde
bellota, que
es
muy
nutritiva
y
abunda
en hidratos
de
car-
bono
y
grasas,
fue un alimento
bsico
del
hombre
prehistrico
y
hasta
no
hace
mucho
de
pueblos
fuertes
como
el
vasco, que
la
denominan
ezkurra.
Hoy todava
se
la
puede
encontrar
en
Ia
mesa
de
muchas
familias
de los Pi-
rineos y
de
otros
lugares
donde
los
prejuicios
no la
han
discriminado.
La
bellota
ofrece
adems
ciertas pro-
piedades
medicinales,
es
astringente
y
antidiarreica.
Messegu
las
aconse-
ja
para
los
clicos.
A
pesar
de las
talas
todava
es abundantsima
en toda
la
Pennsula;
si te
tiras
al monte
con
bellotas,
al menos
no
pasars
hambre
en
otoo
e invierno.
Si
las
quieres
conservar ponlas
en un sitio muy
se-
co
porque
germinan
y
se
pudren
con
facilidad.
CASTAO
Castonea
satiuo,
de
Costaneo,
ciudad
de
Tesalia
clebre
por
sus
castaos, y
sotiuus:
cultivado.
Tam-
bin
se
llema
regoldo.
C: castanyer.
E:
ga2ainondo.
G: castieiro.
La
castaa
es
otro
interesante
fruio
que puedes
recoger
con
sobrada
abundancia
en nuestros
bosques,
en
los terrenos
no
calcreos (grnticos,
pizarrosos,
etc.),
lluviosos
y
altos,
sobre
todo
de las
zonas
norteas,
aunque
tambin
en latitudes
ms
ha-
cia el
sur,
hasta
Sierra
Nevada
(como
por
ejemplo
en el
valle
de
Hervas
en
Cceres,
en
vila,
etc.).
Los
bosques
de castaos
cultivados
y
asilvestrados
fueron
muy
abundan-
tes
por
estas tierras
no hace
muchas
dcadas.
Hoy,
su
majestuosa
presen-
cia
se
ha
visto
desterrada
del
suelo
mullido y
rico,
sus
poticos
coloridos
y
su
nuhitivo
y
copioso
fruto
alejado
de
lo
que
durante
siglos fue
su
reino y
el hogar
de muchos
animales.
Sus
terrenos
han sido
colonizados
fre-
cuentemente
por
la
montona,
de-
vastadora
y
estril
silueta
de
ejrcitos
de Pinus
insignr's
o
Eucalyptus.
La
causa
de
este descomunal
e incons-
ciente
ahopello
ecolgico
la
en-
contramos
no
slo
en las
talas
o en
los
intereses
ciegos
de
la
industria
extractora
de
materias
tnicas y
colo-
rantes,
sino tambin
en Ia nefasta
epi-
demia
de Ia
tinta
del
castao, que
ha-
ce
unas
dcadas
asol
nuestros
bos-
ques
como
anteriormente
lo
hiciera
la
filoxera
con
las
vias.
El
noble
castao,
al igual que
el ha-
ya,
la
encina,
el roble y
todos
los
r-
boles
del
bosque
autctono
en
gene-
ral,
aparte
de lo
interesante
d
sus
futos,
tiene
un
enorme peso
en
[a
delicada
balanza
del
equiiibrio
natu-
ral.
A
pesar
de
todas
las
devastaciones,
an
hoy
puedes
encontrar
muchos
bosques
de
castao.
Son
esencial-
mente
de
dos
tipos:
injertados
o
sil-
vestres.
En
ambos
casos
sirven
de
ali-
mento
sus
castaas;
adems
en
muchas
ocasiones
quedan
sin reco-
ger
en
el
suelo.
Las
castaas
silveskes,
de las que
hacen
su manjar
los
animales
salvaes
como
el
;abal,
antes
eran
muy
utiliia-
das
para
la
alimentacin
-de
los
enclaustrados
cerdos
de hoy.
En
el
otoo
empieza
a
caer
ese
man
con
forma
de
corazn
lleno
de
alimento
que
es la
castaa;
aunque
sea
sil-
vestre.
menos
grande
y
dulce. y
lleve
la
fina
piel
pilosa
muy
adheria,
no
deja
de
ser
estupena.
La castaa
tiene
una
composicin
parecida
al tri_
go
y
algunos
con
su
harina
hacen
pan,
siendo
se
el
alimento
esencial
de
la
poblacin
corsa
hasta
este
siglo.
Es
generosa
en
glcidos
y
en
vitami-
na
C
y
B,
contiene
tambin prtidos,
lpidos
y
celulosa,
as
como
oligoele-
mentos
importantes:
potasio,
fsforo,
hierro,
magnesio,
cinc,
cobre y
calcio
(ver
el
artculo
de
Integral
n."-
28).
HAYA
Fogu.s
syluotica,
de
t'ogo:
comer, porsus
frutos,
y
del
latn sluestre
pot
formar
bosques.
C: faig.
E:
pagoa.
El
haya
es
un
rbol
hermoso
de
gran
porte,longevidad
y
espeso
folla-
je.
Pasear
enhe
ellas,
comer
sus
ha-
yucos
y
tumbarse
en