Caimi La Metafisica de Kant

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  • 8/4/2019 Caimi La Metafisica de Kant

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    Cairni, Mario Pedro MiguelL ~ Imctaffsica de Kant / Mar io Pedro Miguel

    Caimi.-1 3 ed.- Buenos Aires: Eudeba, 1989.200p.Incluye bibliografia.

    ISBN 950-23-0488-8

    L A M E T A F I S I C AD E K A N T

    oSistema de Bibliotecas y de Informaci6n -SISBI- DBA

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    L A M E T A F I SD E K A N I

    Reconstrucci6n de la argurnentacion del escrito de Kant"Los progresos de la metafisica desde la epoca de Leibniz

    y de Wolff'.

    Mario Caimi

    E d ito ria l U n iv er sita ria d e B u en o s A ire s

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    Ta pa : C a rl osP~rez Villamil A DV E RT E NC IA P RE LIM IN A R

    EUDEBA S.E.M.

    Fundada por la Universidad de Buenos Aires

    Mlembro de la Asociaci6n de Edltorlale. Unlversltllrtude America Latinay el Caribe EULAC

    El presente trabajo se realize con el apoyo del Consejo Nacional d~Investigaciones Cientfficas y Tecnicas (CONICET) y del DeutscherAkademischer Austauschdienst (DAAD), de la Republica Federal d~Alemania. La Fundacion Antorchas, de Buenos Aires, se hizo cargo d~todos los gastos de publicacion, Deseo expresar aqul mi agradecimien.to a estas instituciones, asl como al Philosophisches Seminar de I"Universidad Johannes Gutenberg, de Mainz, Alemania Federal, dondese llevo a cabo una parte importante de la investigacion. Agradezcotarnbien especialmente a los senores Prof. Dr. A Carpio y Prof. Dr. J.E. Dotti (de la Universidad de Buenos Aires), Prof. Dr. G. Funke,Prof. Dr. R. Malter y Prof. Dr. T. Seebohm (de la Universidad d~Mainz) por su ayuda en la elaboracion del manuscrito. Aunque es im,

    posible mencionarlas a todas, deseo expresar aqul mi gratitud tambiena las muchas personas que de los modos mas variados me apoyaron ~me ayudaron en este trabajo.

    Este libro fue concebido como un comentario al texto de Kant so.bre los "Progresos de la metaffsica", y originalmente debia acompanaja la traducci6n de ese texto. Esta se publica por separado; y como u< )siempre ha sido posible citar completos, en el comentario, los pasaje,

    7

    Cl1989

    EDITORIAL UNIVERSITARIA DE BUENOS AIRESSociedad de E co no mi a M ix taRivadavia 1571n3

    Hecho el deposito que marca la ley 11.723ISBN 950-23-0488-8IMPRESO EN LA ARGENTINA

    E st a e dic i6 n s e p ub lic a me rc ed a u n s ub sl dio o to rg ad opor la FuNDACJ6N ANToRCHAS

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    a los que se bacia referencia, se ha conservado, en los titulos de losparagrafos, la indicaci6n de los lugares de la obra kantiana tratados enestes.

    Las citas de obras de Kant se hacen can Ia sola mencion del titulo,sin el nombre del autor. La Critica de la razon pura se cita, como esusual, segun A y B;los demas escritos de Kant se citan indicando el to-rna (en cifras romanas) y la pagina (en cifras arabigas) de Ia edicion dela Academia Prusiana de las Ciencias, de Berlin. Ocasionales excepcio-

    nes a este proceder seexplicaran de manera suficiente en las notas.

    I N T R O D U C C I O N

    En el escrito de Kant que vamos a estudiar se presenta un concepto

    de metaflsica segun el cual esta no es s610una elaboracion de la razonpractica, y no es tampoco, en 10teorico, tan s610el sistema de los pri-meros principios a priori de la posibilidad de la experiencia (no es laHamada "metaflsica inmanente"). Esto parece contradecir muchasconceptos firmemente establecidos, acerca de la actitud de Kant res-pecto de la metaffsica, y acerca del lugar que esta ciencia ocupa, y de lafuncion que cumpie, dentro de la filosofia transcendental. Se puedenhacer esfuerzos para resolver este conflicto;' nosotros procuraremospresentar el texto can toda su intencion de transcendencia, como unintento de efectuar el transite de 10sensible a 10suprasensible. Ya enlos Prolegomenos habia ofrecido Kant un intento de elaborar una me-taflsica cientif ica que no se reducia a buscar el acceso a los objetos de

    1 Mediante e l recurso de presentar e l concepto de metaffs ica aquf desar ro llado comouna hip6tesis de trabajo que luego resultara refutada (J. Kopper); 0 integrando este con-cepto en el contexto de una evoluci6n del pensamiento kantiano (M. Wundt); 0 interpre-tando la metaffsica aqul expuesta como una metatlsica de las costumbres (H. J. de Vlees-chauwer, F. Duque); 0, finalmente, al reducir la metaffsica de los Progresose lasola dis-posici6n natural (F. Holz).

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    las ideas por la via practica (de la que en los Proleg6n: en?s casi no ha!menci6n) y que no se limitaba tampoco a una metafisica inmanente, SI-no que procuraba un acceso a 10 suprasensible por la analogia, conayuda del conceptode limite. Este rumboes el que retoma el pensa-miento de Kant en los Progresos de la metaf is ica, incorporando losavances que la Crlti ca de la razon practica y sobre todo la Critica delJuicio habian hecho en esa direcci6n. Con elementos aportados por lastres criticas, y por otras obras: con la deducci6n transcendental de las

    ideas, con los conceptos de conformidad a fines, ?~analogi~, de fe ra-cional, etc., se elabora en los Progresos una metaffsica que, Sl~retroce-der a una posicion pre-critica, tiene todas las partes que c~nflguran ~s-ta ciencia segun Baumgart en: una ontolog ia y tres metafls icas especia-les: la teologia, la cosmologia y la psico logia racional.. .

    Si bien se encuentran con frecuencia, en las exposiciones del pensa-mien to de Kant, citas y aun interpretaciones de pasajes de los Progre-sos de la metafisica, no son muchas las obras que toman e~te texto portema. De estas hay que mencionar en primer termi~o el hbro de MaxWundt: Kant als Metaphysiker. Ein Bei trag zur Gescnichte der deutschenPhilosophie im 18. Jahrhundert, Stuttgart, 1924, cap. 8, obra a la qu~ de-bemos mas de 10 que hemos po d ido reconocer en las notas (se c~tara:

    Kant als Metaphysiker). Hermann Jean de Vleeschauwer ha dedicadovarios trabajos a los Progresos: La deduction transcendantale dansI'oeuvre de Kant, Amberes, Paris, Gravenhage, 1937, tomo III, pp. 444 -490 (se citara como La deduction); "La Cindere~la dans l'~euvre Kan-tienne" en: Actas del4to. Congreso Kant Intemacional, Berl in , 1974, t~-mo I, pp. 297-310 (se citara como "La Cinderella"); y "La Compos~-tion du Preisschrift d'Immanuel Kan t sur les progres de la. metaphysi-que" en: Journal of the History of Philosophy, XVII (Apnl 1979) pp.143 - 196 (se citara como "~ composit~on"). ,~oachim. ~~pper .estudlalos Progresos de Lametafisica en su articulo Der Kritizismus: Apot-heose und Scheitern der reinen Vernunft" en: Kopper, J. y Marx, W.

    (editores): 200 Jahre Kri tik der reinen Vernunft, Hildesheim, 1981, pp.129-168. Friedbart Holz comenta brevemente nuestro texto en su libroKant et L 'Academie de Berlin, Frankfurt-Bern-Cirencester, 1981, pp. 46-65. Algunos de los editores del texto se refieren a el en las int~oduccio-nes 0 en los prologos de sus ediciones. Asi 10 hace K. Vo~land~r e_n:Immanuel Kants Kleinere Schriften zur Logik und Metaphysik, Leipzig,1905, pp. IX-XVII. Igualmente G. Lehmann en su edici6n de los Pro-

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    gresos de Lametafisica en: Kant's gesammelte Schriften, edici6n de laAcademia Prusiana de las ciencias, tomo XX, Berlin, 1942, pp. 479-483. La mismo hace P. Manganaro: "Introduzione" en: I. Kant: I Pro-gressi della Metafisica, a cura di Paolo Manganaro, Napoli, 1977, pp.11-59. La mismo T. Humphrey: "Translator's introduction" en: Imma-nuel Kant: What ReaL Progress Has Metaphysics Made in Germany sincethe Time of Leibniz and Wolff? Translation and introduction by TedHumphrey, New York, 1983, pp. 11-43. Un lugar destacado merece el

    "Estudio preliminar" de Felix Duque en: Immanuel Kant: Sobre el Te-ma del Concurso para el aiio de 1791 propuesto por LaAcademia ReaL deCiencias de Berlin: I .CufIles son los efect ivos progresos que la Metafisicaha hecho en Alemania desde los tiempos de Leibniz y Wolff?, estudiopreliminar y traducci6n de Felix Duque, Madrid, 1987, pp. XI-CCXXX. A esta lista habria que agregar las obras mas generales quedesarrollan interpretaciones metafisicas del pensamiento de Kant sintomar a.1os Progresos por tema. No las mencionaremos aqul; ellectorlas encontrara comentadas en los trabajos de G. Funke: "Die Diskus-sion urn die metaphysische Kantinterpretation" en: Kant-Studien, 67,1976, pp. 409-424, Y "Die Wendung zur Metaphysik im Neukantianis-mus des 20. Jahrhunderts" en: Laberge, P. , Duchesneau, F., Morrisey,B. (editores): Actes du congres d'Ottawa sur Kant dans les tradi tions An-glo-Americaine et Continentale tenu du 10 au 14 Oetobre 1974, Ottawa,.Canada, 1976, pp. 36-76, Y en el articulo de R. Malter : "Main currentsin the german interpretation of the Cri tique of Pure Reason since thebeginnings of neo-kantianism" en: JournaL of the History of Ideas , vol.XLII, nO3, July-September 1981, pp. 531-551.

    1. Historia del texto.

    Los manuscritos de los Progresos de Lametafisica no fueron redacta-dos antes de 1788, y con probabilidad se puede decir que 1 0 fueron al-

    rededor de 1793. La primera fecha corresponde ala propuesta de Ni-colas de Beguelin (24 de enero de 1788) ante la Real Academia Prusia-na de las Ciencias, del t ema de concurso: QueLs sont Lesprogres reels deLa Metaphysique en Allemagne depuis le temps de Leibnitz et de Wolff?Este tema no sedio a conocer al publico hasta 1790; el 6 de octubre de1791 se repiti6 el llama do a concurso, poniendo como plazo para laentrega de manuscritos el1 de enero de 1793; plazo prorrogado luego

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    hasta cl l? de junio de 1795. En la semana que sigui6 al25 de septiem-brc de 1795 (cumpleanos del rey) se entregaron los premios. La me-moria de Kant no fue presentada al concurso.2 Una de las hojas suel-las en las que Kant anot6 un esbozo de laestructura de los Progresosesla cscrita en el papel de una carta dirigida a Kant, fechada el5 de no-viembre de 1793. Por ello, y por una carta de Kant a Kastner de mayode 1793, se ha supuesto ~ue fue este el afio en el que comenz6 la ela-boraci6n del manuscrito.

    No faItan indicios de que por ese tiempo buscaba Kant la oportuni-dad de formular con precisi6n algunos aspectos de su doctrina en con-traposici6n con la "escolastica" de los leibnizianos y de los wolffianos,en particular en vista de la actitud polemica de Eberhard en el Philo-sophisches Magazin yen el Philosophisches Archiv.4 Kant rcspondio aaquellos ataques con el escrito Ueber eine Entdeckung, nach der alleneue Critik der reinen Vernunft durch cine altere entbehrlich gemachtwerden sol! (1790); en el, al volverse contra Eberhard, sometia a crfticaindirectamente la filosofia de Leibniz, a la que reinterpretaba para ha-ceria concordar con la suya propia. En los Progresos esta discusi6n selorna mas franca, y la criti ca a Leibniz es directa. 5

    Es diflcil encontrar una explicacion de por que el trabajo qued6 in-concluso. Se ha dicho que Kant se habra sentido agobiado ante la pers-pcctiva de tener que repetir una buena parte de la argumentaci6n de laCri tica de la razon pura. Se ha sugerido que temi6 la humillaci6n queresultaria si la Academia no 10 favoreciese con el premio. Se ha afir-rna d o tambien que es improbable que Kant tuviese intenci6n de parti-cipar siquiera en el concurso, y que debemos considerar los Progresoscomo un ensayo independiente, vinculado s610 exteriormente al certa-

    men de la Academia. EI exceso de trabajo, el temor a la censura, lasmolestias de la edad avanzada, el disgusto por su propio texto, sonotros tantos motivos probables, considerados como posibles razonesdel abandono de la redacci6n. Pero no se puede alcanzar certeza en es-to.6

    La l?ubJicaci6n tuvo lugar en 1804, poco despues de la muerte deKant. Este Ie habia encargado a Rink en 1799 la edici6n de algunos desus escritos; probablemente se refiera precisamente a los Progresos defa metafisica la anotaci6n suya (quiza de 1802) que dice: "Revisar yclasificar el saco de mi manuscrito, en la gaveta, prof. Rink".

    2. Caracterfs tlcas del texto.2 La historia del concurso la refieren con detalle F. Duque en el " Estudio Preliminar" ci-tado, y P. Manganaro en la introducci6n a su traducci6n italiana de los Progresos, pp. 19 a27; tambien trata el tema H. J. de Vleeschauwer: "La Cin de re ll a" , p . 2 97 Y ss . Vea se t am -bien F. Holz: Kant et l 'Academie de Berlin, F ran kf ur t- Ber n- Ci re nce st er, 1 98 1, p p. 4 6 ss .

    3 Vease la introducci6n de Lehmann a su edici6n de los Progresos de la metafisica en:K a nt 's g e sa m m el te S ch r if te n,edici6n de la Academia Prusiana de las Ciencias, Berlin,1 94 2, to mo XX p p. 4 80 Y 4 8 1; v er t arn bi en d e Vl ee sc hau wer : La deduc tion, tomo III, p.447 nota. A partir de fines de 1795 dej6 Kant (segun Duque, op. cit. p. LXXXIII) de tra-bajar en los Progresos, p ar a c om en za r el Opus pos tumum.

    ~ Vease de Vleeschauwer: La deduc tion, III, p. 447 Y "La Composition" p. 145.Lehmann, en la introducci6n citada, p. 480, afirma que "el escrito, por su intenci6n y

    por su disposici6n, per tenece al contexto de aquella contienda de Kant con Eberhard, noaprcciada aun con suficiente profundidad", De Vleeschauwer dice que " no son sino uno"

    cl e sc ri to p re par ad o p ar a e l c on cu rso y el citado Uebereine Entdeckung ("La Cinderella",p. 303); en el mismo sentido se pronuncia este autor en "La Composition", p. 145 Yp .1 66 , h ac icn do n ot ar q ue en a mb os t ex to s d e Ka nt l a c rit ica d e l os p ri nci pio s l eib ni cia no sBe basa e n el m is mo f un da me nto , q ue e s l a d i st in ci 6n es ped fi ca e nt re i nt uic i6 n y concep-to. Por el contrario, Ted Humphrey hace notar las diferencias de objeto y de contenidoe nt re am bo s tr ab ajo s e n: " Tr an sl at or 's i ntr od uc tio n" e n: I mm an ue l Ka nt: What R e al P r o-g re ss li as M eta ph ys ic s M ad e i n G er ma ny s in ce th e T im e o f L ei bn iz a nd Wolff ?,New York,1983, pp. 16 s.

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    EI texto cuyo estudio emprendemos aqui se ofreci6 a su primer edi-tor, Friedrich Theodor Rink, en la forma de tres manuscritos inde-pendientes e incornpletos, dotados de algunas notas marginales. Nin-guno de estos manuscritos se ha conservado, de modo que tenemosque conformarnos con una primera edici6n 7 en Ia que no se explicamucho acerca de las caracteristicas del original; ni siquiera nos ha de-jado Rink indicaci6n alguna acerca dellugar en el que se deben inser-

    EI e st ud io d efi ni ti vo d e l a c ue st io n e s e l r ea li zad o p or F. Du qu e; e st e h a e st ud iad o cu id a-d osam e~t e la s r el aci on es i ~t er nas d e Ueber c ineEntdeckung con los Progresos, as! como

    la s r el a~l On es? ,e a qu el ~ ~c nto c on lo s a ru cu lo s d el Philosophisches Magazin, en su "Estu-dio preliminar a su edicion de Lo s Progresos d e l a Metafisica, pp. XXII-XLVII.

    6 De V le esch au we r: " La Ci nd er el la" p . 3 05 e xam in a l as r az on es m en ci on ad as. Ta mb ie n10 hace F. Duque, op. cit. p. XL, LXXII Y LXXXIII, agregando otros motivos posibles: ela ug e d e l as f il oso ff as " hi pe rcr lt ic as " d e Fi ch te , Be ck y Sc he ll in g y l as i nsu pe rab le s te nsi o-n es i nt er na s d el p ro yec to d e Ka nt.

    7 Re ed it ad a co mo I ac si rn il e n la s er ie " Ae tas Kan ti an a" n ro . 2 16 , Br ux el les , 1 98 1.

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    Ia! las notas marginates, que el puso a continuaci6n del texto princi-pal.

    La rcdacc ion cs muy descuidada y presenta numerosas lagunas y re-pcticioncs, de 10 que se infiere que ninguno de los manuscritos hablasufrido una revision definitiva cuando los publicaron.f Los motivospor los que Rink prefirio no modificar los textos los explica el mismocn su pr610go. 9

    La forma en la que se nos presenta el texto en la edici6n de Rink esI

    .. 10a siguiente:

    1) Pr610go de Rink (Ed. Acad. X X, pp. 257 Y258).2) Un primer manuscrito (Ed. Acad. XX , 259 a 286) dividido por

    Rink en dos partes, la segunda de las cuales aparecera como anexo II.3) Un segundo manuscrito (Ed. Acad. XX , 286 a 311).4) Los anexos:

    a) EI tercer manuscrito (anexo I, Ed. Acad. X X, 315 a 326).b) EI final del primer manuscrito (anexo II, Ed. Acad. XX , 326 a329).c) Las notas marginales (anexo III, Ed. Acad. XX, 329 a 332).

    5) La s hojas sueltas (Ed. Acad. XX, 335 a 351).Existen adem as en el tomo XXIII de la Ed. Acad. algunos borrado-

    res que se refieren a los Progresos de Lametafi sica .La obra propiamente dicha, organizada (dentro de los Ilmites que

    senalamos) en una argumentacion continuada, abarca 10 que hemoscolocado en los lugares 2) y 3), es decir, la mayor parte del primer ma-nuscr ito y todo el segundo.

    I 3. La organlzaclon interna del texto principal.

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    A grandes rasgos, y simplificando muchas idas y venidas , se podnadescribir el contenido de los dos primeros manuscritos de la siguientemanera:

    1) In troducc ion (Ed. Acad. XX , 259 a 264): discusi6n del conceptode metaflsica; primera exposici6n de la historia de la filosoffa en tresestadios. (Esta int roducci6n se repite, con variantes, en el 3er. manus-cri to , Ed. Acad. X X, 314 a 320).

    2 ) E x po s ic io n d e L af il os of ia c ru ic a.2 a) "Seccion primera" I (Ed. Acad. X X, 265 a 273): posibil idadde los juicios sinteticos a priori; la intuicion pura; la sintesis; de-ducci6n metafisica.2 b) "Secci6n primera" II (Ed. Acad. X X, 273 a 280): posibilidaddel conocimiento a priori; deducci6n transcendental de los con-ceptos puros del entendimiento ; deducci6n transcendental de losconceptos de l a razon,

    3) Exposicion historica: los estadios de Ia metaffsica. (Ed. Acad. X X,281 a 301).

    3 a) EI primer estadio, dogmatico (Ed. Acad. XX , 281 a 286):

    discusi6n de la f ilosoffa de Leibniz.3 b) EI segundo estadio, esceptico (Ed. Acad. X X, 286 a 292): Iaantinomia de la razon pura. (Se repetira en el anexo II, Ed. Acad.XX, 326 a 329).3 c) EI tercer estadio, crltico 0 pract ico-dogmatico (Ed. Acad.X X, 293 a 301): transite al conocimiento de 10 suprasensible; losconceptos de fin final y de fe; alcances y limites de Ia metafisica.

    4) Expos ic ion cr it ica(Ed. Acad. XX, 301 a 310): relacion del trans i-to de la metaflsica a 10 suprasensible en las disciplinas de la metaflsicaespecial.

    4 a) La teologla (Ed. Acad. XX , 301 a 306).4 b) La cosmologfa (Ed. Acad. X X, 306 a 308).4 c) La psicologia (Ed. Acad. X X, 308 a 309).

    5 ) C on sid er ac io ne s g en er ale sy apendice para una apreciacion delconjunto (Ed. Acad. XX , 310 Y311).

    Probablemente la organizaci6n del texto este regida por dos planesdiferentes, unificados s610 exteriormente en la edici6n de Rink: se ad-vierte, por una parte, Ia intenci6n de ofrecer una exposici6n (hist6r ica,

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    8 De Vleeschauwer advierte que no estamos ante una obra acabada, pero tampoco anteun conjunto de hojas sueltas, sino ante algo intermedio: frente a una obra en gestaci6nque guarda una manifiesta unidad pese a las repet ic iones y a los defectos de redacci6n("La Composition", p. 147 ss.).

    9 Segun de Vleeschauwer, "La Composition", pp. 147 Y 154, Rink advirti6 probable-mente muy bien el estado de los manuscritos, pero por respeto y piedad por Kant prefi-ri6 fingirque cornpartla la convicci6n de este, de que el texto estaba casil isto para su pu-blicaci6n.

    10 La sigla "Ed. Acad." slgnifica Ia edici6n de las obras de Kant por la Academia Prusia-na de lasCiencias: Kant's Gesammelte Schriften, Berlin, (desde 1902). En 10 sucesivo estaedici6n se c itara con esa s ig la , seguida del numero de tomo (en c if ras romanas) , y delndmero de pagina (en cifras arabigasj.

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    o historico-ideal) de la evolucion de la metafisica en tres estadios. Enel desarrollo de este plan, a la filosofia critica Ie corresponderia el ter-cer estadio. Pero porotra parte se nota el proposito de ofrecer, con losProgresos, un sistema completo de la metaflsica. Para ello, la filosoflatranscendental deberfa exponerse antes de las otras partes, ocupandoellugar de una ontologfa (como efectivamente oeurre).u

    L A IN T R O D UC C I O N

    4. Plan de nuestro trabajo.

    Examinaremos ahora el texto principal de los Progresos. En ello nosguiara un doble proposito: por una parte trataremos de reconstruir elcurso general de la argumentaci6n (proponiendo la hipotesis de queesta argumentacion existe 12 y de que no estamos ante una agrupacionarbitraria de paginas inconexas); por otra parte procuraremos clarifi-car los pasajes que, por su redaccion especialmente complicada 0 im-perfecta, presenten dificultades de comprension. Con esto queda dichoa la vez 10 que no haremos, que es tratar los problemas doctrinales,salvo en el caso de que sean cuestiones que aparezcan s610 en nuestrotexto y que no hayan sido estudiadas por los comentaristas de las obrasmayores de Kant. 5. La introduccion (Ed. Acad. XX, 259-264 Y314-320) .

    Trataremos a continuacion la introduccion de los manuscritos pri-mero y tercero.' La introduccion del primer manuscrito tiene dos te-mas: la explicaci6n del concepto de metafisica, y la "historia ideal" deesta ciencia. La introducci6n del tercer manuscrito incluye, en el pri-mer tema, una descripci6n del asunto de la metafisica; a la exposicionde los tres estadios se alude en el manuscrito tercero s610 indirecta-mente; en cambio se trata all i de modo mas explicito el problema de lavalidez objetiva de los conceptos de 10suprasensible.

    6. La metafisica (Ed. Acad. XX, 259 ss: y 315 ss.),

    El concepto de metaffsica desarrollado en los Progresos esta lejos dereducir esta ciencia a un saber acerca de las condiciones a priori de la

    11 A esto nos referi remos en el 12 titulado "La exposici6n de la filosoffa crnica y lacornposicion del texto de los Progresos. Advertencia previa."

    12En favor de esta hip6tesis se pronuncia tambien de Vleeschauwer: "La Composition",p. 144Yp. 153.

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    1 De Vleeschauwer: "La Composition", pp. 162-164 ofrece una comparaci6n cuidadosade las dos introducciones.

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    "Entre 10sensible contamos no s610aquello cuya representaci6n seconsidera en relacion con los sentidos, sino tambien aquello cuya re-presentaci6n se considera en relacion con el entendimiento, siempre .que los conceptos puros de este ultimo sean pensados en su aplicaci6na objetos de los sentidos; siempre, por tanto , que sean pensados enatenci6n a una experiencia posible; por consiguiente, se puede decirque 10 n o sensible, p. ej. el concepto de causa, que tiene su sede y suorigen en el entendimiento, sin embargo, por 10 que concierne al co-nocimiento de un objeto por su intermedio, pertenece tambien al cam-po de 10sen sible, es decir, al campo de los objetos de los senndos'v'

    Las definiciones del concepto de metafisica ofrecidas en 1aintro-ducci6n se pueden ordenar en dos grupos:" metaflsica es la "cienciadel transite del conocimiento de 10sensible al de 10suprasensible" y esel "sistema de todos los principios del conocimiento racional purotcorico pOl'conceptos". Pero antes de examinar estas definiciones con-sideremos 1adescripci6n metaf6rica de la metaffsica que se ofrece enla introducci6n. Se compara aqui a Ia metafisica con un mar; con-vcndra interpretar esta metafora, porque es muy rica y .nos dara mu-chas informaciones acerca del concepto al que se refiere 5.

    7. La metafisica y el mar (Ed. Acad. xx, 259)."Pero esta ciencia es la metafisica, y esto cambia enteramente la co-

    sa. Esta es un mar sin orillas, en el cual el progreso no deja huella al-guna, y cuyo horizonte no contiene ninguna meta visible con respectoa la cual se pueda percibir cuanto se ha acercado uno a ella. Con res-pecto a esta ciencia, la cual casi siempre ha existido tan s610en la idea,la tarea propuesta es muy diflcil, casi como para desesperar de la posi-bilidad misma de resolverla; y aunque se pudiera llevarla a buen termi-no, esta dificultad aumenta todavia por la condici6n prescripta, de po-ncr a la vista en un discurso breve los progresos que ha hecho, Pues lamctaffsica es, por su esencia y por su intenci6n ultima, una totalidadacabada: 0 nada, 0 todo."

    posibil idad de la experiencia.r Explicitamente se declara en el textoque el esfuerzo se dirigira a 10suprasensible, y que por tal se entenderaaquello que nada tenga que ver -ni aun como condicion de posibili-dad- con la experiencia. Conceptos que tienen "su sede y su origen enel entendimiento", como el concepto de causa, se contaran, para losprop6sitos de la metafisica que aqui buscamos, como pertenecientes aldominio de 10sensible, en la medida en que son conceptos que se re-fieren a una experiencia posible:

    No se trata, en la metafisica tal como se la entiende en los Progre-sos, de los conceptos puros del entendimiento , ni de sus principios,por mas que estes sean a priori. No se trata de una metafisica de la ex-periencia; y si tomamos en todo su rigor la definici6n de 10sensible ala que acabamos de aludir, tampoco podremos conformarnos aqui conuna metafisica en la que las ideas de Iaraz6n sirvan s610 para sistema-tizar el conocimiento de Ia experiencia.

    En primer lugar se llama a la metaflsica- "un mar sin oril las"; cono-ccmos la costa de nuestro lado; podemos trazar el limite de Ia tierra

    2.Sobre las i~terpretaciones de la metaffsica kantiana, y en especial sobre la interpreta-cion metaffsica de la fi losoffa de Kant vea se Fun ke, G.: "Di e Diskussi on um die me -taphysische Kantinterpretation" en: Kant-Studien 67,1976, pp. 409-424; Funke, G.: "DieWendung zur Metaphysik im Neukantianismus des 20. Jahrhunderts" en: Laberge, P.,Duchesneau, F., Morrisey, B. (editores): P ro ce ed in gs o fth e O tt aw a C on gr es s o n K an t int he A ng lo -A m er ic an a nd C on ti ne nt al T ra di ti on s h el d O ct ob er 1 0- 141974 Ot ta wa 1 976pp. 36-76 ;~al te r, R: "~ai~ cur rent s in the german interpretat ion; of th~ Crit ique' ofPu~r e R ea s on Since the beginnings of Neo-Kantianism" en: Jo ur na l o f th e H is to ry o f Id ea sXLII, nro. 3, 1981, pp. 531-551. '3 Progresos, Ed. Acad. XX, 260.

    18

    4 Igualmente Oeste~eich: K an t u nd d ie M e ta ph ys ik ,1959, p. 57 s. Comparese Baumgar-ten, A;G.: Metap~YSlca(7~~. ed., Ha~le, 1779, reimpresi6n Hildesheim 1963) 3: "Me-t aphys ica na tu ra li sest cogmno rerum In metaphysica occurrentium solo usu acquisita, cuiaccedere artificialem 1. definitam utile est . .." etc. Vease tambien Kant: Logica,Intro-ducci6n, III , Ed. Acad. IX, 23 ss.; C ri ti ca d e l a r az on p u raA 838 = B 866.En Prolegome-no s 5 (Ed . Aca d. IV, 27 9 s .) y lueg o e n l a C rft ic a d e la r aw n p ur a(B 21 s.) e st os do sgru~s reciben .los .nombres clasicos de "metaflsica como disposici6n natural" y "me-

    taffsica como ciencia", Segun R Mal le r ("Der Ursprung der Metaphysik in der reinenVernunft. Systematische Ueberlegungen zu Kants Idcenlehre" en: Kopper, J. y Marx, W.(cditorcs): 2 00 J ah re IV:it i~ ~ r ei ne n Vem un ft,Hildesheim, 1981, pp. 169-210, aqul p.172) el onge~ de esta distincion, en los textos kantianos, ha de buscarse en E l u ni co fu n-damcnto p os ib le p ar a u na d em os tr ac io n d e l a e xi st en ci a d e D io s.

    :'I Ed. Acad. XX, 259: "Bsta es un mar sin orillas. . ." . Comparese C nt ic a d e l a r az on p u ra ,A235s. = B 294 s .

    19

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    habitable para nosotros (el dominio accesible a nuestro entendimien-to), y esto 10 hemos hecho efectivamente con la critica; pero Ia exten-sion que queda al otro Iado de este limite (la extension de 10suprasen-sible) no pod cmos alcanzarla nunca, y aun menos podemos medirla nideterminar sus llrnites exteriores. Esta declaracion sobre 10 ilimitadodel territorio de la metaffsica esta en una oposicion extrafia con 10 q uese expresa al final de este mismo parrafo, como despues veremos.

    En este mar Ia metaflsica no deja huella alguna. Se alude aqui a undefecto del que Kant se habia quejado ya en otras oportunidades: lametaffsica no ha podido hasta ahora "to mar el camino seguro de laciencia";" si no fuese asi, no se tendrla que empezar siempre de nuevola exploracion de este mar, sino que se podnan aprovechar los resulta-dos de los trabajos de quienes se hubiesen aventurado antes en el; y deeste modo serla posible Ia colaboracion para promover el interescomun, tal como 10 reclarna el eptgrafe de la Critica de fa raz6n pura,Pero para esto se requiere un metodo universal mente valido, basadoen la razon pura.

    Finalmente.el horizonte de este mar no tiene ninguna meta visible,nada respecto de 10 cual pudiesemos medir una aproximacion 0 un ale- ,jamiento. Con esta imagen se toea el problema de la validez objetiva

    de los conceptos puros del entendimiento y de la razon: no nos es dadoobjeto alguno respecto del cual pudiesemos medir (juzgar) si nuestrosconceptos de 10 suprasensible son correctos; por ello, aunque nuestrosconceptos esten enteramente lib r es de contradiccion, no se puede de-cidir si en la metafisica tenemos realmente un conocimiento, 0 si solonos ocupamos en invenciones de nuestra fantasia. 7

    La metafora describe, pues, la metaflsica atendiendo a su extensioninconmensurable; atendiendo a su metodo, y atendiendo a la validezobjetiva de sus expresiones y conceptos. Todos estos aspectos del con-cepto de metaffsica daran Iugar a problemas que se trataran detallada-mente en el curso de la investigacion. Si se consideran de cerca estosproblemas, se advierte que "la tarea propuesta es muy dificil, casi co-

    mo para desesperar de la posibilidad de cumplirla".En el mismo parrafo en el que se ha desarrollado la metafora se ha-

    cen algunas otras declaraciones acerca de la metafisica. Se dice alli que

    csta ciencia "casi siempre ha existido tan solo en la i~~a". Sob, r~ el sen-tido de la expresion 'ciencia en la idea' nos da noucia la Critica de far az on p u ra : la idea de una ciencia "yace en la razon como un germenen el cual las partes todas ~stan ?cultas ~ m,~~envuel~as, ~ apenas ~onrcconociblcs por observacion microscopica". Una ciencia que eX.lsteen la idea no lIega a ser au n un objeto, sino solo un esquema qu~ slf~esola mente para reprcscntarsc mdi rectamente las partes de.la cienciaen su unidad sistematica.') La m c ta fl si ca e xi st esolo en la Idea, en.lamcdida en que no ha nkanzado todavla una connguracion sistemauca(por la llue habrla lIegado a scr una denc~a) si_no que no ~s mas queun a disposid6n natural que provoca rc pc tid os tn tc nto s f alli do sde 10-gnu nqucl rungo de saber ctcnutlco.

    Mas importunrc cs la caracterizacio~ .de la mctaflsica qu~ tiene lu-gar ul final del parraro: "Pucs la metaflsica cs, por su esencia y por suintcncion ult ima, una total idad acabada: 0 nada, 0 todo; 10 que se re-quicrc para su fin ultimo no puede ser t~ata?o frag~entariamente, co-1110 ocurrc con la matcrnatica 0 con la ciencia empinca de la naturale-za, que avanzan sin cesar". Esto presenta una notable. incongruenciacon el comicnzo del parrafo, en el que se hablaba precisamente de un

    oceano infinito de la metafisica, mientras que ahora se la presenta co-mo una totalidad acabada. Es cierto que can esta totalidad acabada sealudc ala metaphysica artificialis y no a la mera ~isposicion natural; escierto que esta metafisica cientifica se caracten~, formal mente, porser un sistema. Pero esto no es fundamento suficiente para la preten-sion de integridad absoluta que se expresa aqui (nadie afirmaria que lamatcmatica es un mero agregado de conocimientos carente de toda e~-tructura sistematica; y sin embargo esta ciencia puede progre~ar sinterrnino nunca se considera completa). "Que es 10 q ue ha ocurndo e~-trc cl principio y el final del parrafo, entre la metafisica como dlsposi-cion natural y la metafisica como ciencia, para q~e se ha.y~ ?asad~ dela infinitud de aquel mar sin orillas, a esta integndad definitiva y ngu-

    20

    8 Critica de Larazon pura, A 8 34 = B 862.

    9 Critica de L a r az on p u ra , A 670 = B 698. Comparese A 838 = B 8 66: 1 a fi lo so ff a e s " larnera idea de una ciencia posible, que en ningun lado esta dada en co~creto, y a la cuale mp er o i nte nt am os a pro xi mar no s p or m uc ho s c ami no s" . Vea se t am bi en Prolegomenos, 4 0, E d. Ac ad . I V, 3 27 n ot a, y Logica, I ntr od . I II , Ed . Ac ad . I X, 2 4.

    21

    6 Cr it ica de Larazon pura, B XV Ypassim.7

    Progresos, Ed. Acad. XX, 318 ss.

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    En el sistema de Baumgarten el transite de una metafisica a la otrase efectua, como vemos, s in fractura.

    Muy diferente es 10 que encontramos en la filosofla de Kant. Aquila re laci6n entre la metaffsica como disposici6n na tural y la me taffsicacomo ciencia esta establecida por una previa crltica de la razon, Estacritica no se dirige a aquel mar sin orillas para encerrarlo en la linea deuna costa; sino que se vuelve a la facultad humana de hacer metaffsica,la delimit a y mide todo su alcance y su extension, La crltica, at conside-rar la razon pura, puede estar segura de no perder de vista nada de 10que pertenece a la metaflsica, pues esta ciencia tiene lugar dentro de larazon pura misma, sin requerir datos empiricos, y sin que Ie puedanser suministrados datos de 10 suprasensible.Y Por consiguiente, en lamedida en que, en la metaffsica, dejamos de regirnos por el objeto ytomamos la facultad cognoscitiva por criterio y por fundamento parala investigacion del objeto (esto es, en Ia medida en que realizamos Iarevolucion copernicanaj+' se nos presenta la posibilidad de contem-plar el sistema de la metaffsica en su totalidad: como un circulo cerra-do, "cuyo limite se cierra sobre sl mismo y encierra asl una totalidad deconocimientos de 10suprasensible, fuera de la cual no hay nada mas de

    esta especie".14 La revolucion copernicana es, pues, 10que transformaen metafisi ca cientifica a la metaffsica producida por la disposicion na-tural; la tacita suposicion de esta inversion del modo de pensar es laexplicaci6n de la ext rafia incoherencia que habiamos observado, entreel comienzo y el final del par rafo que estamos considerando.

    En este parrafo introductorio estan contenidos, como se ve, casi to-dos los elementos que sirven para determinar el concepto de metaflsi-ca en los Progresos.Estudiaremos ahora cada uno de estos elementosen su desarrollo, tal como se van presentando en el texto. En primer

    termino, consideraremos las definiciones del concepto de metaffsica,Se las pucdc ordcnar, como ya hemos dicho, en dos grupos, de los cua-lc s no fal tan indicios en este parrafo introductorio que acabamos deest udiar,

    rosa mente delimitada? i.C6mo tenemos que definir, en general, la re-laci6n entre estas dos especies de metaffsica?10

    Para Baumgarten esto era comparativamente facil: la metaphysicanaturalis se dis tingue, segun ~1,de la artificialis tan s610 porque la pri-mera se adquiere con el uso ( so lo u s u ), mientras que la segunda debeestudiarse sistematicamente, La metaf is ica art if ic ia l se suma (accedit)a la natural sin dificultad, con el mero estudio cientifico, para 10 cualno hace falta mas que desarrollar los conceptos de la m e ta p h ys ic a n a tu -

    ralis, def inir sus principios y dar cer teza y rigor a sus demostracionesY

    10 Sobre este tema vease el ya citado trabajo de R. Ma lte r: " De c U rsp ru ng d ec M et ap hy-sik in der r einen Vernunft. Systematische Ueberlegungen zu Kants Ideenlehre" en: Ko p-per, J. y Marx, W. (editores): 2 00 J ah re K ri ti k d er r ei ne n Vem un ft ,Hildesheim, 1981, pp.169210.

    11 Baumgarten, A G.: Metaphysica. 3.

    12 Cr lt icade l a r a zo n p u ra ,B XVIII XIX nota.

    13 Cru ica de l a r a zo n p u ra , B XVI.

    2 2

    H . Lus dclinicioncs de la metuffslca, I (Ed. Acad. XX, 260 Y316).Tanto en el primer manuscrito como en el tercero, encontramos un

    primer grupo de definiciones en el que se caracteriza a la metaflsicapor el fin que se pcrsigue con ella: metaffsica es "la ciencia de progre-sar mediante la raz6n, del conocimiento de 10 sensible al de 10 supra-sensible".15

    Lo que se pretende alcanzar con la metaffsica es un genero de cono-cimicntos: el conocimiento de 10 q ue esta fuera de la experiencia y nopucdc ser objeto de ~sta.16 Pero si la ciencia metaflsica busca, comoacabarnos de vcr, el conocimiento de 10 que esta fuera de Ia experien-cia, l.no deberiamos decir directamente que la metaffsica es la cienciade 1 0 suprasensible? (dejando para una ulterior reflexion critica lacucstion de la leg itimidad de tal ciencia), i.Por qu e dice Kant que es lacicncia del transite del conocimiento de 10 sensib le al de 10 suprasensi-hie?

    Una vez trazados, por la crftica, los limites del conocimiento, sabe-mas que 10 q ue queda fuera de ellos (10 que queda fuera de los limitesde la cxpcriencia) no puede ser conocido por la raz6n; por mas que la

    mctaflsica, como ciencia racionai, aspire al conocimiento de 10 supra -

    14 Progresos, Ed. Acad. XX, 300. Sobre la relacion entre la revoluci6n copernicana y laIntegridad de la metaffs ica vease Crftica de l a r az on p u ra , B XXII ss.

    15 Ed. Acad. XX, 260 Y 316. Vease tarnbien Uebereine Entdeckung: Ed. Acad. VIII, W7.

    16 Vease Progresos, (Hojas sueltas), Ed. Acad. XX, 335.

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    sensible, el mundo inteligible es para ella terreno vedado. No por elloqueda encerrada, sin embargo, la razon en el dominio de 10 ernpirico;sino que ya por el solo hecho de haber sido capaz de establec~r I~sIirnites del conocimiento ha mostrado que es algo mas que expenencia(la cualno puede ponerse limites a st misma, sino que se mantienesiempre dentro de sus lindes, pasando sin cesar de uncondicionado aotro).17 De tal modo, aunque Ia razon no pueda alca.nzar nunca el co-nocimiento de 10 i nteligible, no debe por ello renuncrar enteramente aesa vocacion suya que la empuja a algo que yano es 10 s ensible. La me-tafisica, como ciencia, no tiene su lugar en el mundo inteligible (al quecon ninguna ciencia se puede llegar) ni en el reino de la experie?cia;sino en la linea divisoria, en el llmite mismo entre 10 s ensible y 10 mte-ligible. 18 Aqui es posible un conocimiento positive; pero no de los ob-[etos inteligibles mismos, sino de las relaciones de 10 sensible conellos. Por estar situadas en el limite mismo entre los dos mundos, lasrelaciones pertenecen a ambos; y aSI la razon, al proponerselas por ob-jeto, no infringira la prohibicion de divagar en el terre~o de 10 supr~-sensible. EI estudio de estas relaciones comprende tambien una doctri-na del metodo: de la analogta, de la suposicion relativa, y, sobre todo,de la fe. 19 Esta situacion fronteriza de Ia metafisica es Ia que viene a

    ser expresada con aquella definicion que ca~a~teriza a esta di~ciplinacomo la ciencia del "transite" entre el conocimiento de 10 sensible y elde 10 inteligible.

    17 Prolegomenos, 59, Ed. Acad. IV, p. 360.

    18 Profeg6menos, 59, Ed. Acad. IV, 361: "Puesto que, sin embargo, un limite es algop osi ti vo q ue p er te nec e t an to a 1 0 qu e e st a d en tr o d e ~I ~c omo al e sp aci _D.q ue q ued a f uer ade un conjunto dado: par consiguiente, es un conocirniento rea~ y posiuvo ~q~el ~e1 quese hace partfcipe la razon ya 0010 con ampJiarse hasta este ljrnite ( ... ). La hmltacI~n delcampo de la experiencia mediante algo que por otra parte a ella Ie es d~co~oc~dO, es

    efectivamente un conocimiento que Ie queda todavta a la raz6n en esta situacion; y conello no queda ella encerrada dentro del mundo sensible" ni. d ivaga. ta~poco fuera. de ~I,sino que, tal como corresponde a un conocimiento del.hmlte, se hmlta,~ la relacl6n.deaquello que yace fuera del limite, con 10 q ue esta contemdo dentro de ~I . Vease tambien

    Critica de fa razon pura, A 761 = B 789.19 Todo esto se vera expuesto en la ultima parte de la obra, Ed. Acad. XX, p. 293 en ade-

    larue.

    La metaf ls ica de los Progresos sera aSI un desarrollo de aquella con-cepcion expresada en los Prolegomenos: sera la explicitacion de un co-nocimiento cuyo lugar es el limite de la experiencia, y cuyo objeto es Iarelacion de 10 sensible con 10 que esta fuera de ese limite. EI auxilioque csta mctaffsica reeibe po r parte de l a r az on p ra ct ic a no debe en-gafiarnos rcspccto de su verdadero caracter de ciencia teorica. EI re-curso a los postulados, 0 mejor, a la postulacion con fundamentospracticos (el recurso a la fe) sirve s610 para apuntar, desde el limitemismo, hacia el "otro lado" inalcanzable. Pero esta metafisica teoricano ha de confundirse tam poco con la filosofia transcendental. Expre-samcnte Ia distingue Kant de esta ultima, que es s610 una propedeuti-ca, "Ia antesala 0 el atrio de la metafisica propiamente dicha".20 Que-da ast caracterizada una metafisica teorica que no podemos identificarcon la metallsica inmanente (u ontologia), que contiene "las condicio-nes v los primeros elementos de to do nuestro conocimiento a prio-ri".21

    9. Las deflnlclones de la metaflslca, II (Ed. Acad. XX, 261 y 317).

    Dentro del segundo grupo de definiciones de la metafisica se pue-den distinguir algunas diferencias entre el primer manuscrito de los

    Progresos y el tercero. En Ia introduccion del primer manuscrito se tra-za con firmeza la linea divisoria entre la disciplina metafisica que aho-ra nos ocupa, yel acceso a 10 suprasensible por la via practica. En laintroduccion del tercer manuscrito parece buscarse, en cambio, unadel imitacion de la metafis ica con respecto a la matematica,

    Veamos en primer lugar el texto del manuscrito primero. En el seofrecen tres formulaciones de una definicion de la metaffsica_22 SegtinIa primera de ellas, se entiende por metafisica una ciencia escolastica yun sistema de eiertos conocimientos teoricos a priori en los cuales seocupa uno inmediatamente. En esta definicion advertimos que los co-noeimientos en los que consiste la metaflsica estan vinculados entre si

    24

    20 Progresos, Ed. Acad. XX, 260. En esa misma pagina se expresa que los conceptos yprincipios puros, en la medida en que se refieren a una experiencia posible, han de con-tarse entre 10 que pertenece al conocimiento de 10 sensible, y no forman parte del cono-cimicnto de 10 suprasensible que estamos buscando.

    21 Progresos, loc. cit.

    22 E d. A ca d. XX , 2 61 : " ; .I a m et att si ca, p or l a c u al se en ti en de una ciencla escotastica ...",2 5

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    formando un sistema. Sobre estos conocimientos mismos no se dicemucho en esta primera definicion: son conocimientos te6ricos (y por

    23 .. ( ,. )24tanto no pertenecen a la etica) y son a pnon; no son e~p~ncos .La importante parece ser aqui no tanto la especie de conocimientos deque se trata, sino la vinculacion sistematica de eUos, y e~ ~e.cho de queuno se ocupe en eUos inmediatamen te. Po~ eUo ~sta def~mcl6n es exte-rior y escolastica: en eUa se a tiende a la ~mdad.SIStematlca tan solo co-mo coherencia l6gica, sin tomar en consideracion el fundamento de launidad del s is tema. 25 La unidad aqui mencionada, lejos de ser un me-

    dio para algun fin de la raz6n, es buscada por sl misma, de manera "in-mediata".

    A esta definicion siguen, en el mismo parrafo, otras dos; segun eUasla metafisica "es el sistema de todos los principios del conocimientopuro teorico de la razon por conceptos; 0, dicho brevemente: es el sis-tema de la fllosofia pura teorica ".

    Tambien aqul se poena pensar que la unidad sistematica a la que sehace referencia es la interconexi6n meramente logica de las partes dela ciencia: que es la unidad sistematica necesaria para exponer los co-nocimientos,o para aprenderlos. Pero puesto que se habla d~ un siste-ma de la filosofla, podemos considerar que la unidad del sistema noesta dada aqui por un fin contingente cualquiera, sino que responde alas leyes de la razon: es unidad fundada en una idea_26 Asi fundado, elsistema goza de la propiedad de la integridad formal: cada parte de eltiene un lugar determinado, y no ad mite que le sea sustralda parte al-guna, ni que se te agregue ningun elemento que no concuerde con la

    legal idad propia del s is tema. 27 Esta integridad formal del sistema, enel caso de la metaflsica, resulta absoluta cuando se ha efectuado pre-viamente una crltica de la raz6n . 28 Asi le corresponde a la metafisica la"rara fortuna,,29 de formar un sistema perfecto, que no tolera incre-mento ni mengua/'" pues todas sus partes son necesarias, y cada unode sus principios conduce necesariamente a todos los restantes_31 Enla introducci6n del tercer manuscri t0 32 se ve claramente que esta pro-piedad de la integridad esta impHcita en las definiciones de metafisicaque estamos estudiando.

    Para terminar este examcn de las definiciones del segundo grupoconsideremos ot ro c1emento que aparece en ellas; se 10advierte mejor

    . en el tercer manuscrito: alll dice que la metaflsica es "el conjunto delos conocimientos racionales a priori por conceptos (sin la construe-clon de estos) ''. : n AI tener lugar por conceptos, el conocimien to me-taDsleo se distingue de todo eonocimiento que se realice mediante laintulclon. Pero muy especialmente se alude aqul al eonocimiento ma-

    23 La preocupaci6n. por distinguir ~ainvestig~.ci.6n~e la ~etaflsica llevada a ~bo en,!osProgresos, de las indagaciones propias de una crencia racional enteramente dlferen.te ,asaber de la metaffsica de las costumbres, se manifestara luego con mayor extension alcomi~nzo de la exposici6n del tercer estadio, Ed. Acad. XX, 293.

    24 Por 10que se ha dicho hasta aquf, podrtan pertenece~ a la maternatica. Todavla no seha efectuado la distinci6n entre esta ciencia y la metaffsica; se la llevara a cabo mas ade-lante.

    25 Crltica de l a r az 6 n p u ra ,B 866.

    26 En rigor, el solo concepto de sistema exige ya que la uni~ad del sist~~a este fu~dadaen una idea; por sistema se entiende "la unidad de los multiples conocimtentos bajo unaidea." (Crltica de l a r a zo n p u ra ,A 832 = B 860).2 6

    27 La idea que funda l a unida d del siste ma "es el conc epto de l a ra z6n de la forma deuna total idad"; median te este concepto "se determina a prior i t an to la extensi6n de lamultiplicidad, como la posici6n relativa de las partes" (Crltica de L a razon pura, A 832 =B 860); "Ia totalidad esta entonces organizada ( 0 0 ' )y no acumulada ( 0 0 ' ) ;puede crecerdesde adentro ( 0 0 ' )pero no exteriormente (per appositionem), como un cuerpo animal,que con elcrecimiento no adquiere ningun miembro nuevo, sino que, sin cambiar la pro-porci6n, vuelve mas fuerte cada miembro y mas apto para sus fines" (Crltica de L a raWnpura, A 833 = B 861).

    28 La metaffsica es autarquica: no recibe datos empfricos (pues no los necesita para sufin, que es conocer 10supraempfrico); ni recibe tampoco datos de 10suprasensible (queIesenan utiles, pero que no pueden serle dados), De modo que todo 10que la metaffsicapueda decir acerca de su objeto estara contenido enteramente en la naturaleza de la fa-cultad cognoscitiva de la raz6n, tal como la establece la crltica (Progresos, Ed. Acad. XX,321).

    2 9 C r lt ic ade la razon pura, B XXIII ss .30 Progresos, Ed. Acad. XX, 310. O:lmplireseProlegamenos, Ed. Acad. IV, 381 s.31 Progresos, Ed. Acad. XX, 311.32 Progresos, Ed. Acad. XX, 321.

    33 Progresos, Ed. Acad. XX, 317. La diferenciaci6n respecto de Ia matem4tica aparecetarnbien en el primer manuscrito, pero menos desilrrollada.

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    tcmatico, que es el que procede por construccion de los conceptos.f" yque queda as t excluido de la metaflsica.

    Concluimos as t nuestro examen de las definiciones de la metafisica,que forman el primer tema de la introducci6n. 35 Tanto el manuscritoprimero como el tercero tienen ademas, en sus introducciones, un se-gundo tema que consideraremos enseguida.

    10. EI segundo tema de la introducci6n en el primer manuscrito: lostres estadios (Ed. Acad. XX, 261-264).

    nologico en el que se presentaron las dist intas teorlas y escuelas, sinoque sigue un orden fundado en la naturaleza de la razon humana mis-rna y en la de la metaffsica_37 Ast se presentan los tres estadios de laevolucion de la metaffsica: el estadio teorico-dogmatico, llama do tam-bien el del dogmatismo de la razon pura; el estadio del escepticismo; yel estadio practico-dogmatico, llamado del criticismo de Ia razon pura,en el que se produce el buscado transite a 10suprasensible. No nos ex-tenderemos en el examen de estos textos, que se encontrara desarrolla-do mas adelante. 38

    En el primer manuscrito se traza a continuaciorrf una historiaideal de la metafisica; esto es, una historia que no sigue el orden cro-

    11. EI segundo tern a de la introducci6n en el tercer manuscrito (Ed.Acad. Xx, 318 s.).

    3 4 C r ft ic a de 1 0 r a zo n p u ra ,A 713 = B 741. Es ta d iferenciac i6n del metodo de la me-taffsica y el de la matematica se encuentra ya establecida como doctrina en el escri to de1 76 3 : I nv es ti ga ci on s ob re 1 0 n i ti de zde los principios de 1 0 t eo lo g ia n a tu ra ly de 10 mora l(Ed. Acad. II, passim). Sobre esto vease Garda Belsunce, E.: "EI pensamiento de Kanten 1762-63" en: Cuademos de filosofta, Buenos Aires, 1973, pp. 357-369, YMalter, R.:"L'analyse comme precede de la metaphysique. L'opposition :i la methodologie wolffien-nedans la Preisschrift de Kant en 1763 (1764)" en: Archives de Philosophie, 42, 1979, pp.575 - 591.

    35 Para tener una noci6n milscompleta de 10que ha de entenderse por metaffsica, y delas partes de esta ciencia, convendra tomar en cuenta el extenso pasaje de Cruica de lar az 6 n p u ra A 845 ss. = B 873 ss. . La metaffsica se divide allf en metaffsica de las costum-bra y metaffs ica de la naturaleza. Esta u lt ima consi ste en la filosoffa transcendental uontologfa (que se refiere a objetos en general , sin atender a objetos dados) y en la fisio-logfade la raz6n pura (que serefiere a lanaturaleza como conjunto de los objetos dados;vease Pr imeros pr inc ip ios meta f is icosde 10 ciencia de 10 naturaleza, Ed. Acad. IV, 469 s.) .La fisiologfa racional puede ser inmanente 0 transcendente. La fisiologla inmanente con-s idera la naturaleza en la medida en que sta nos puede ser dada a nosot ros; t iene dosobjetos: la naturaleza corporea (objeto de los sentidos extemos) y la naturaleza pensante(objeto del sentido interno); la metaffsica de la naturaleza corporea se llama P hy si ca r a-tionalis; l a de la naturaleza pensante es la Psycho log ia ra tiona l is .La fisiologla racionaltranscendente, por su parte, considera ya laconexi6n interna de la totalidad de los obje-tos de laexperiencia (yes entonces el conocimiento transcendental del mundo), ya la co-nexi6n externa de la totalidad de la naturaleza con un ser sobrenatural (yes entonces elconocimiento transcendental de Dios), "Segun esto, el sistema entero de la metaffsicaconsiste en cuatro partes: 1) la Ontologia; 2) la Fisio log ia raciona l ;3) la C os mo lo gi a r a-cional; 4) la Teologia raciona l. La segunda parte (. ..) contiene dos secciones, la Physicorationalis y la Psycho log ia ra tiona li s .Es laidea originaria de una filosoffa de la raz6n purala que prescribe estas divisiones." (Cruica de l a r az 6 n p u ro ,A 846 s . = B 874 s.)36 Progresos, Ed. Acad. XX 261: "Para tener un patron ...".

    En el manuscrito tercero, despues de hacer notar que Ia metafisicaque en otro lado habia llamado dogmatica no alcanzo a acercarse en 10mas minima al fin que se proponla, resume Kant los resultados de estaprim~r~ aproximaci6n al problema; aproximacion que hasta aqut hacon~lstldo en una explicacion de los conocimientos que la metafisicaaspua a pos~er: En este resumen insiste Kant en distinguir el conoci-miento a pnon que puede encontrar en Ia experiencia sus objetos (yque s610 pertenece ala metaffsica como medio), del conocimiento apriori en el que cifra su ambicion la metafisica, y que tiene sus objetosfuera del alcance de cualquier experiencia. Los nombres de Aristotelesy de.P~at6n qued?n ~sociados respectivamente a estos dos tipos de co-nocirruentos a pnon.

    Al comienzo de esta introduccion el autor habfa subrayado, en lapregunta propuesta por la Academia, la caracterizaci6n de "reales" re-ferida a los progresos de la metaflsica. Ahora se dispone 39 a desarro-llar este aspecto de la cuesti6n:

    "En efecto, la segunda exigencia contenida tacitamente en el pro-blema de Ia Real Academia quiere que se demuestre: que los progre-sos que la metafisica pueda jactarse de haber realizado sean reales.

    Una exigencia severa...".

    37 Vease Ed. Acad.XX, 3 40 - 3 43 .

    38 Sobre los tres estadios vease Progresos, Ed. Acad. XX, 281 IS. Ynuestro comentario.Comparese Critica de l a r az on p u ra ,A 761 .. B 7 89.39 Ed. Acad. XX, 318.

    28 29

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    Kant senala la necesidad de una deducci6n 0 demostraci6n de lava-lidez objetiva (realidad) de los conceptos puros referidos a 10supra-sensible. A esta cuesti6n se atiende al hacer referencia, en este pasaje,

    I flsi 40 La .. da la forma 0 al metodo de a meta isica. expenencia no pue e ser-vir para la verificaci6n de la va1idez objetiva de estos conceptos, puespor definici6n se hallan fuera de toda experiencia posible. EI principiode contradicci6n sirve, si, para establecer su posibilidad Iogica, pero noalcanza a garantizar que tales conceptos no sean vacios, y que no sean,por consiguiente, err6neas las proposiciones que toman por efectiva-mente existentes los objetos de tales conceptos. 41 EI ejemplo del con-cepto de 10suprasensible sirve para ver claramente este problema. Nohay en el contradicci6n, y por tanto es 16gicamente posible; pero nohay modo de determinar si no sera acaso mera invenci6n, 0 si por elcontrario correspondera a algo real. Y de ello depende, sin embargo,que el transite de 10sensible a 10suprasensible, en 10cual consiste lametaflsica, sea real, 0 sea s610una quimera.

    Hasta aqut se ha expuesto en general el tema de la metaflsica, suconcepto y su metodo, Sigue una exposici6n que equivale, por su con-tenido, a Ia reIaci6n hist6rica de los tres estadios de Ia metaffsica, ofre-cida en Ia introducci6n del primer manuscrito:

    Ala dificultad de encontrar un criterio que permita decidir acercade esta validez objetiva de los conceptos de la raz6n se suma la confu-si6n surgida de no haber diferenciado entre los conceptos del entendi-miento (cuyo origen es a priori, pero que se ap1ican a objetos de Iaex-periencia) y las ideas (cuyo origen es tambien a priori, pero que s610pueden tener por objeto 10suprasensible), Puesto que ni unos ni otrasse obtienen por la experiencia, ingenuamente se los tiene por concep-tos de la misma especie, y se cae en el error de buscar con las ideas unaampliaci6n dogmatica del conocimiento a pr iori, semejante a la am-pliaci6n que se logr6 efectiva y legitimamente con los conceptos purosdel entendimiento. 42

    La aparente ampliacion del saber a priori as! obtenida, tropieza conun fen6meno que muestra su endeblez. Este fen6meno es el conflictoentre las proposicioncs a priori que transpasan los limites de la expe-riencia (la antinomia de la raz6n pura). Por el pierde la razon pura to-da credibil idad, y se introduce el escepticismo, que encuentra en el sujustificacion.Y' La unica salida de tal situaci6n es someter la razon auna crttica, de manera que se establezca con seguridad basta d6nde lle-ga su facultad de conocer a priori. 44 La critica, segun se sefiala aqul, esncccsaria, 110 para fundamentar los conocimientos de la matematica nilos de la cicncia de la naturaleza, sino para estabIecer con certeza eI al-cancc y la legitimidad de la metaflsica como ciencia. 45

    40 Cornparese Ed. Acad. XX, 279 S S . :EI modo de procurar val idez objet iva a los concep-tos puros de la raz6n.

    41 Comparese con Ed. Acad. XX, 325s., y 2 79 s ..

    42 Co mp ar ese la i nt ro du cci 6n d el p ri me r m an us cr it o, E d. Ac ad . xx, 262.

    30

    43Ed. Acad. XX, 320.

    44 La introducci6n del ter cer manu scrito anticipa as! el desarrollo de los tres estadios.De V le esc ha uwe r n eg ab a, e n La deduction, tomo III, p. 451 , que hubiese en la introduc-ci 6n d el te rc er m an usc rit o r ef er en ci a a lg un a a la d oc tr in a d e l os e st ad io s. P ost er io rme n-t e, en "La Composition ", p. 161, adrnite que el lema esta presente en este pasaje, peroadvierte que tal como esta presentado aqut no forma la espina dorsal de la memoria deKant; este habria notado l a c on ve ni en ci a d e o rg an iz ar s u texto segnn los estadios, y porello habrfa aband onad o esta primera r edacci6n d e la introducci6 n sustituyendola por laque f igura en el primer manuscr ito.45 cr. Prolegomcnos, 4 0, E d. Ac ad . I V, 3 27 .

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    LAEXPOSICION DE LAFILOSOFIA CRITICA I

    12. La exposlclon de la f ilosofia erf tlca y la compos ici6n de l texto delos Progresos. Advertencia previa.

    La introduccion del primer manuscrito termina en Ed. Acad. 264 ydeja paso a una larga exposici6n de la filosofla cri tica. La funci6n deesta parte de la obra puede interprctarse de divcrsas maneras. Era na-tural que al ponerse Kant a responder la pregunta de la Academia 10hiciese de tal modo que la filosoffa critica apareciese precisamente co-mo el real progreso de la metaffsica. Pero el plan trazado en la intro-ducci6n y confirmado en otraspartes del escri to indicaba que el crit i-cismo debta aparecer como el tercer estadio del desenvolvimiento de lametaffsica. Se podria decir que la funci6n de este capitulo es la de ade-lantar alguna explicaci6n acerca del metoda que se iba a seguir en laexposici6n; pero para ello habrla basta do una explicaci6n mucho masbreve que la efectivamente ofrecida, que va desde la pag, 265 de la Ed.Acad. hasta la 280. lCual es el motivo por el que se adelanta aqut estalarga exposici6n de la filosofla transcendental? lQue funci6n cumpieaqui esta exposici6n?

    El intento de responder a esta pregunta nos conduce a la compro-

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    bacion de que 1acomposicion de los Progresos presenta trazas de dosintenciones 0 de dos planes de elaboraci6n. Por una parte, e1texto seorganiza como una relacion de las etapas de la metaffsica, relacion en1acual el1ugar del criticismo es e1estadio tercero. Por otra parte, e1es-crito toma la configuraci6n de un sistema de metafisica; para este senecesita anteponer una ontologia, y esta esta representada, en los Pro-gresos, por la exposici6n de la estetica y de 1a analitica transcendenta-les.

    Anora bien, si la intencion queguio la composici6n del texto de losProgresos hubiese sido la de ofrecer una exposici6n sistematica de lametansica crltica, de 1arelaci6n de la evolucion de 1a metaffsicaen tresestadios s610 habria quedado la discusi6n de Ia filosofia de Leibniz(discusi6n que era inevitable por el planteo mismo del terna de la Aca-demia). Por ello, el hecho de que los estadios segundo y tercero ten-gan, efectivamente, un desarrollo deficiente en el escrito par~c~ unaconfirmaci6n de nuestra hipotesis: como si su pleno desenvolvlmlent?hubiese estado impedido por la existencia de otro plan de C~~pOSl-cion, que estaba guiado por el prop6sito de ofrecer. ~na exposlc16n dela metafisica crltica en la forma de un sistema tradicional, con su me -taphysica genera li sy su metaphys ica spec ia li s.

    13. La exposlcion de la I llosoffa cri tic a (Ed. Acad. XX, 265-280).

    En un parrafo introductorio se distinguen, dentro de la exposici6ndela metaflsica, partes formales, referidas s610al metoda que la raz6nsigue en la elaboraci6n de la metafisica, y partes materiales en las quese encontrara el eontenido propio de esta ciencia. Las partes formalesdel sistema estan Intimamente ligadas a las materiales: los progresosde Ia metaflsica (respecto de 10"material" de ella) derivan del metodoque ha seguido la raz6n para elaborarla como ciencia; la crttica de laraz6n es condici6n previa a toda determinacion segura del contenidoreal de la metaflsica; y una determinaci6n segura de ese contenido seraimprescindible para poder evaluar los progresos y distinguir los apa-rentes de los reales. Precisamente es este metodo el que ha servido pa-ra poner a la metafisica en el camino seguro de la ciencia, disipandolas vaguedades originadas en tanteos y en apreciaciones probabilisti-cas. 1

    1 Sobre la apreciaci6n probabilfstica en la metafisica vease mas adelante, el capitulo re-f er id o a l a f e r aci on al ( 7 2) .

    34

    Se trata (10 dice Kant expresamente en este pasaje) de una cienciateorica; es decir, que no tomaremos en consideraci6n aqui a la me-tafisica de las costumbres, sino s610a aquella filosofia espeeulativa quese vale unicamente de conceptos a priori, i que en otro lado Kanthabia llamado "metafisica de la naturaleza". Esla eiencia te6rica es laque en sentido estricto lleva el nombre de "metaflsica". Consiste enuna parte formal (que se identifica con la filosofla transcendental uontologia) y en una parte material: la "fisiologla racional".3 Las dospartes del texto que llevan el titulo "secci6n primera" estaran dedica-das a la exposici6n de la parte formal de la metafisica; a la filosofiatranscendental." En una segunda parte se expondran los contenidos dela metaffsica: aquellos eonocimientos que ella trata de alcanzar, y lamedida en la que se ha acercado a ellos.

    14.. La "secci6n prlmera",

    El titulo "secci6n primera" aparece dos veces en el primer manus-crito; pero no se trata de dos versiones independientes de un mismotexto; la eomparaci6n con las seeciones primera y segunda del tercermanuscritof nos haee pensar mas bien que hay un error en los tltulos,

    pero que la argumentacion sigue un desarrollo eontinuado en las dos"secei6n primera" que configuran asf, entre ambas, la "primera parte"de Ia solucion del problema de ta Academia (la parte dedicada a la ex-posicion de la filosofia transcendental). La exposici6n se desarrollarasegun el metodo analit ico, y guardara, en esto yen otras cosas, ciertoparalelo con la argumentaci6n de los Proleg6menos. A partir de la pre-gunta cntica fundamental: lc6mo son posibles los juicios sinteticos a

    2 Critica de l a r az on p u ra , A 845 = B 873. Una interpretaci6n divergente en de Vlees-chauwer: La deduction, III, p. 460; en "La Co mp os it io n" , p . 1 49 , e l m is mo d e Vl ees ch au -w er id en tif ic a la ex po sic io n d e " 10 m at er ia l" c on e l t ex io d e Ed. Acad. XX, 281-311.

    3 Cruica de l a r az on p u ra , loc. cit.

    4 Sobre las relaciones de la filosoffa transcendental con la metaffsica vease Kopper, J.:" De r Kr iti zis mu s: Ap ot heo se u nd Sc hei ter n d er r ei nen Ver nu nf t" e n: K op per, J. y Marx,W. (editores): 200 Jah re Kr it ikde r re inen Vemunf t,H il de sh eim , 1 98 1, p . 1 38 s s.

    S De Vleeschauwer (La deduction, I ll, p . 4 62 , n ot a 1 ) d ice q ue l as d os se cc io ne s p ri me ra sforman un desarrollo continuo, en el que la una estudia la posibilidad de intuiciones yeonccptos a prior i, y l a o t ra e st ud ia l a r ea lid ad o bj eti va d e e ll os.

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    priori?, se alcanzaran las condiciones de la posibilidad de este conoci-miento a priori: la intuicion pura y los conceptos puros. Luego, en lasegunda "secci6n primera", la argumentacion seguira el caminosintetico para demostrar (en una deduccion transcendental) la validezobjetiva del conocimiento puro a priori. La deducci6n culminara conun examen del modo de establecer la validez objetiva de los conceptosde 10suprasensible: culminara en una deducci6n transcendental de lasideas de la razon mediante la simbolizacion y la analogia,

    se proposiciones sinteticas a priori, no reposarian sobre el principio decontradiccion, y con respeeto a ellas surgirla la pregunta (.. .) : lC6moson posibles las proposiciones sinteticas a priori?" 9 Pero efeetivamen-te ha y tales proposiciones: asl 10prueban, presentandose como he'i~osindiseutibles, la matematica pura y la eiencia pura de la naturaleza.

    La cuestion que en los Prolegomenos ( 5) yen la Cruica de la razonpura (B 19) se planteaba con Ia pregunta: lC6mo son posibles los jui-cios sinteticos a priori?, contenia en realidad dos preguntas: una refe-rida a la posibilidad de laformulacion de tales juicios (como es posiblela conexi6n de los elementos componentes de un juicio sintetico), yotra referida a la va lidez ob je tivadel juicio sintetico (como es posibleque un juicio tal exprese autentico conocimiento de un objeto), Nues-tro texto hace expllcito este doble contenido+' y formula ambaspre-guntas en dos pasos separados.

    Si bien la continuacion del texto estara dedicada a desarro llar ladoetrina de la intuici6n a priori -y por consiguiente a responder laprimera de las dos preguntas-, la argumentacion toma por punto departida la segunda, que en el texto se formula: "lC6mo es posible unconocimiento a priori a partir de juicios sinteticos?". Ya en el concep-to de "conocimiento" esta contenida la propiedad de valer objetiva-.mente, esto es, de referirse a objetos empiricos: "El conocimiento es

    un juicio del eual s.urgeun concepto (una nocion, 0 una concepcion)que tiene realidad objetiva, esto es, al eualle puede ser dado un objetocorrespondiente en la experiencia".12 Ha de ser, entonces, el conoci-miento empirico, la experiencia, el heeho que se tomara por punto departida del analisis. EI analisis de la experiencia nos lleva a distinguir

    15. La "secci6n prlmera" I (Ed. Acad. xx , 265 ss.),El primer paso en el examen crftico de la razon es la diferenciaci6n

    de los juicios en analiticos y sinteticos. Los Progresos no traen noveda-des con respeeto a la doetrina expuesta en otras obras sobre aquelladistinci6n; pero sf la formulan de manera especialmente clara. 6

    Anallticos son los juicios euyo predicado representa expllcitamentetan s610aquello que estaba pensado de manera impllcita en el COncep-to del sujeto. "Todos los juicios analiticos son juicios a priori, y valen,por consiguiente, con estrieta universalidad y con neeesidad absoluta,porque se fundan enteramente en el principio de eontradieci6n.,,7 Losjuicios sinteticos son aquellos euyo predicado eontiene algo que no es-

    taba pensado en el concepto del sujeto. "Aqui no se pregunta si el pre-dieado esta siempre enlazado con el eoncepto del sujeto, 0 si no 10esta, sino solamente se dice que el predicado no esta pensado en esteconcepto, aunque deba afiadirsele neeesariamente." Si hubiese propo-siciones sinteticas que valiesen con estricta universalidad y con necesi-dad absoluta, no podria explicarse esta necesidad ni esta universalidad-aduciendo el principio de contradiccion, el cual no es el fundamentode los juicios sinteticos (aunque si 10sea de los analiticos). 8 "Si hubie-

    6 E n el p ri me r ma nu scr it o n o se o fr ec e mu ch a a cl ar aci 6n s ob re e st os j ui ci os ; se gu ir em osla exposici6n de la secci6n primera del tercer manuscr ito (Ed. Acad. XX. 322 Y 323). quetrae una explicaci6n detal lada y s umi ni st ra e je mp lo s. EI t em a d e l a d if er en cia ci6 n e ntr ejuicios analfticos y s in te ti co s a pa ~e ce e sp ec ial m en te t ra ta do e n P ro le go me no s, ~2 . E d.

    Acad. IV, 266 ss; en Crltica de la TaWn pura ,in tr od uc ci 6n , A 6 ss ., B 1 0 S8.; en L og ic a ~36;en U e be r e in e E n td ec ku n g: . .Ed. Acad. Vlll, 228 ss . etc. Vease sobre esto Torretti, R.:"Juicios sinteticos a p riori" en: Cuademos de filosofta, Buenos Aires. 1973. XI. 20. pp.297-320. Vease tambien Duqu e. F.: su edici6n de los Progresos, p. 55. nota 2.

    7 E d. A ca d. X X. 3 23 . Re cu er de se Crltica de fa r azon pura, A 150 ss . B 189 ss.

    8 Recuerdese Crltica de l a r az on p u ra .A 154 = B 193.

    9 Ed. Acad. XX. 323.

    10 Ed. Acad. XX. 266. La misma afirmaci6n del hecho de la matematica en Ed. Acad.XX, 323. Comparese Prolegomenos, Ed . Acad . IV. 279 . s . y passim.

    11 En su comentario a este pasaje de los Progresos, Vaihinger llama "psicoI6gica" a laprimera preg unta, aclaran do que no q uiere referirse con ello a la psico logfa empfrica, si-

    no a una " psicologf a transcendental"; la pregu nta se refiere a nuestra facultad sub jetiv ade formular tales juicios; mientras que la segund a pregunta atiende a la posib ilidad gno-seol6gica de estos juicios, esto es, a c6mo resulta de ellos conocimiento de un objeto:Vaihinger, H.: C om m en ta r z u K an is K ri ti kde r re inen Vernunft (2da. ed., Stuttgart , 1922,r eim pr esi 6n Aa le n, 1 97 0) ( en 10 sucesivo se citara: Kommentary; tomo I, p. 323 s.

    1 2 E d. A cad . X X, 2 66 . Co mp ar ese Crltica de l a r az on p u ra , B 147.

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    17. Vacllaclones (Ed. Acad. xx, 268-269).En la continuacion del texto pareciera que el plan de la exposici6n

    fuese vacilante. EI tema de la intuici6n interna, introducido en cone-xi6n con el precedente tratamiento del tiempo, queda apenas esboza-do,19 para dejar lugar enseguida a la teorta de la idealidad del espacioy del tiempo; esta a su vez introduce nuevamente/" el problema de laintuici6n del yo. En compensaci6n por estas idas y venidas, en el textose pasa, en transicion natural (y no abrupta), de la exposici6n de la

    doctrina de la sensibilidad a la exposici6n de la doctrina del en tendi-mien to y de sus elementos;21 ello ocurre con auxilio del concepto de 10compuesto. 22 Con esto termina esta primera "secci6n primera".

    (debido a que estes no son mas que formas subjetivas de nuestra intui-cion sensible, y no determinaciones de las cosas en sf) podemos enun-ciar juicios sinteticos a priori acerca de nuestras intuiciones puras deltiempo y del espacio (como 10 hacemos en la geometrfa). A estos jui-cios sinteticos los enunciamos a priori, esto es, les damos el valor deuniversales y necesarios sin necesidad de verificar previamente el esta-do de cosas al que se refieren, porque todoobjeto real al que puedanreferirse debera adecuarse a las formas de nuestra sensibili dad, yestosjuicios se refieren a una materia (a las intuiciones puras del espacio y

    del tiempo) que tiene tambien la forma de nuestra sensibi lidad. A estaenunciaci6n de juicios acerca de intuiciones puras la llama Kant en eltexto "determinacion de las intuiciones".25

    18. La ideal idad del t iempo y del espacio (Ed. Acad. xx , 268).En 10 precedente ha quedado demostrado que el espacio y el tiem-

    po son formas de la sensibilidad, y que pertenecen tambien al objeto,pero s610 en la medida en que este ingresa en el ambito de la subjetivi-dad (es decir, en la medida en que es fenomeno). No podemos atribuirel espacio y el tiempo a las cosas consideradas tal como son en sf mis-mas, independientemente del sujeto: el tiempo y el espacio no existen

    como propiedades de las cosas en sf, ni existen en sf mismos inde-pendientemente; sino que son formas de nuestra intuici6n sensible.Esta es la doctrina de la idea lid ad transcendental del tiempo y del es-pacio, formulada ya en 1770 23 y desarrollada extensamente en la Crui-ca d e la r az on p ur a.24 Debido a esta ideaIidad del espacio y del tiempo

    19. Certeza de esta doctrina de la idealidad transcendental deltiempo y del espacio (Ed. Acad, XX , 268).

    19 En Ed. Acad. XX,268: "Deseo advertir todavfa que, con respecto al sentido interno,el doble yo en la eo ncienciade mf mismo ... ". En la Crlticade la raWn pura, B 68, apareceeste tema en un contexte semejante. F. Duque sugiere que este parrafo de Ed. Acad.XX, 2 68 esta fuera de su contex te prop io ; que deberfa ir a continuaci6n d el p ar ra fo s i-guiente (Duque, F.: su edici6n de lo s Progresos, p. 59, nota 15).

    20 Ed. Acad. xx, 269, al f inal .

    21 Cf. de VIeeschauwer: L a d e du c ti on , III, 467: "La estetica y la anaUtica ya n o f or m an[en los Progresos) sino un solo y unlco problema epistemoI6gico".

    22 Ed. Acad. XX, 271.23 En De m un di s en si bil is a tq ue i ntc ll ig ib il islonna et principi is , 1 4, n ilm er os 5 y 6, Y 15,DyE.

    24 Crlticade la raWn pura,A 34 ss. = B 51 ~.4 0

    El fundamento de la doctrina de la idealidad transcendental deltiempo y del espacio se indica en el texto diciendo que "precisamentes610 por ello podemos determinar a pr iori estas intuiciones nuestras" .Conviene tener en cuenta aqul la expresi6n "precisamente s610". Ella

    indica que la s condiciones de posibilidad aqul hall adas y expresadas noson construcciones hipotetica s para explica r la pos ibilidad del conoci-miento sintetico a priori, y tales, que pudieran ser sustituidas por otraship6tesis diferentes e igualmente admisibles. Sino que son las unicascondiciones que puedan hallarse, de la posibilidad de aquel conoci-miento. 26 La misma firme convicci6n de que as t y s610 as l puede expli-carse el hecho del conocimiento sintetico a priori, lleva a Kant a afir-mar en el parrafo siguiente que no se trata de una mera hip6tesis, sinode una verdad firmemente establecida. 27

    25 Ed. Acad. xx, 268: "determinar significa juzgar sinteticamente".

    26 Con esto se adelanta Kant a una objeci6n que mas de un siglo despues expresani ARiehl: para que el metodo regresivo 0 a na lf ti co se a le gf ti mam en te c on du ye nt e s e r eq ui e-re, entre otras 008aR, que los fundamentos del hecho tomado por punto de partida seanlos nnicos fundamentos concebibles (Riehl, A: Der philosophische Kritizismus. Geschi-chte und System Tomo I, Leipzig, 1924 (3 8 e d.) , p p. 4 41 ss.).

    27 La misma afirmaci6n se encuentra, referida tambien a esta doctrina, en Critica de lar az o n p u ra , B X XII nota, A 46 = B 6 3 YA 48 s. = B 6 6. A I p as aj e ci ta do e n l ilt im o te rm i-

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    Pero el argumento segun el cual las condiciones me~cionada~ sonlas unicas posibles no es el unico de que seval~ Kant ~q~Ipara afirmarel caracter definitivo de su doctrina. Hay tambien un indicio de una ar-gumentaci6n de caracter formal: el rechazo de esta doctrina. d~ la idea-lidad del t iempo y del espacio (el rechazo del caracter subjetivo de 1acondicion formal suprema de la intuicion a priori) acarrearla u~~ con-tradicci6n; los juicios sinteticos a prior~erian, en tal caso, empmco~ ycontingentes, 10que es contradietorio. No es, pues, .tan s610 la eXIS-tencia efectiva (empirieamente comprobada, 0 capnchosamente su-

    puesta) de tales juicios sinteticos a priori el pu~t.o de arranq~e .~e lareflexion, a partir del cual llegamos a las condiciones de posibilidadque acabamos de hallar (esa experiencia podria pon.erse en duda, yaquella suposicion caprichosa pod.ri~ desechar~e): Sino q~e para laconcebibil idad misma de un conocimtento a pnon se reqUIere, .comocondicion, la forma subjetiva de la sensibilidad que hemos est_udiado;yde esta subjetividad se desprende inevitablemente la doctnna de laidealidad transcendental del espacio y del tiempo.

    20. La realidad empirica del tlempo y del espacio. EI fen6meno (Ed.Acad. xx, 268-269).

    mente dadas esta determinada por la forma a priori de la receptividad,y sin considerar las "cualidades secundarias" que dependen, como ma-teria, de la complexion contingente de los organos sensoriales de cadacual. En contraste con la mera subjetividad de la sensacion (subjetivi-dad material), la subjetividad formal de los fenomenos no es obstaculopara que las representaciones cognoscitivas referentes a ellos tenganvalidez universal (intersubjetiva). Muy al contrario, precisamente porestar fundado en principios a priori de la intuicion pura, el conoci-miento de los fen6menos puede llegar a convertirse en ciencia demos-trativa cierta?9

    21. Fen6meno y mera aparlencla, Refutaci6n del idealismo (Ed.Acad. XX, 269).

    Esta doctrina de la idealidad transcendental del t iempo y del espa-cio va indisolublemente unida a la de la realidad empirica de ellos: alexponer esta ult ima, el texto ofrece una explicaclon ~lara de 10que h.ade entenderse por fen6meno. Fenomenos son.los objetos d~ los senti-dos considerados como intuiciones --es decir, en la medida en queestan dados en la sensibilidad- pero teniendo en cuenta s610 la de-pendencia de su forma respecto de la naturaleza s~bje~i~adel senti.do;esto es, teniendo en cuenta que la forma de estas intuiciones efectiva-

    EI contraste entre la subjetividad transcendental del fenomeno y lasubjetividad de la imagen material sensorial constituida por la sensa-cion (0, desde otro punto de vista, el equlvoco al que podr ia llevar lapalabra alemana con que se expresa el concepto "fen6meno") hace ne-cesario diferenciar el fenomeno aqut definido, de la mera apanencta.f"Esta es la tarea que emprende el parrafo siguiente 31 para llegar final-mente a una formulacion de la realidad empfrica del espacio y deltiempo que Rermite disipar toda sospecha de idealismo en el sentidode Berkeley. 2 Pero antes de alcanzar esta conclusion, se toea la cues-

    29 Ed . Acad. XX, 268 s. Recuerdese ladoctrina de losjuicios de experiencia y losjuiciosde percepci6n en Prolegomenos 18 Y 19, Ed . Acad. IV , 297ss.

    30 Fue preci samente la neces idad de considera r esta mera apariencia por s f, y de darcuenta de ella, 10 que lIev6 a Kant (segun Prauss, G.: Erscheinung be i K a nt : E in P r ob le mde r "Kritik de r reinen Vemunft", Berlin, 1971, 9 ,esp .pp . 145 ss. ) a e labora r la teorfa delosjuicios de percepci6n expuesta en el pasaje citado de Prolegomenos ( 18).Vease Du-que: suedici6n de los Progresos, p.60,notas 17y 18.

    31Ed. Acad. XX, 269.

    32 La verdadera refutaci6n del idealismo no esta, sin embargo, en la afirmaci6n de la re-alidad emplrica del fen6meno; sino que fue ofrecida antes, a saber, cuando se reconoci6la incapacidad de nuestra facultad cognoscitiva para alcanzar las condiciones ultimas denuestro conocimiento de objetos. Pues entonces, al establecer un Ifmite al progreso denuestro conocimiento, se denunci6 la i1egitimidad de todo enunciado referente a 10 quequeda del otro lado de ese lfmite: tambien la i1egitimidaddel enunciado idealista que di-ce que mas all~de ~I no hay nada.

    no se refiere Paton para comentar: "No se puede decir que laposici6n de Kant, tal comoesta expresada aq~f, t enga la cer teza demost ra tiva que pre tende tener" (Pa ton, H. J::K a nt 's M e ta p hy s ic o f E xp e ri en ce ,London/New Yor~, 1970 (58 ed ) t omo I, p. 18~). RI-chard Kroner observa (en coincidencia con las reflexlone~ de A Riehl que .h~moscitado)que el argumento que determina que intuici6~ y ent~ndlmle~to s~n condlc.lOnes.de unaexperlencia posible es concluyente; pero que siguen siendo hipotetlcas la.exlstencla~f~c-tiva y la legitimidad del conocimiento empfrico (Kroner, R.: Von K an t b is H eg el ,Tubm-gen, 1977 (3 8 edici6n), tomo I, 74 ss.).

    28Ed. Acad. XX, 268.

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    tion de la "eosa en sf en sentido empirico", que habia sido tratada en laCr iuca de la razon pura~3

    En el lenguaje de la experieneia empleamos el par de expresiones'apariencia' y 'cosa en si' para distinguir respeetivam~~te entre el as-pecto meramente subjetivo de un fen6meno (el arco ms y sus color~s,o el aspecto abovedado del cielo) y aquello que es el fundame~to obje-t ivo de estos fenomenos s610 subjetivos (en los ejemplos mencionados,respectivamente las gotas de lluvia y la refraccion de la luz, y.el cielocon todas sus estrellas). En sentido transcendental, en cambio (yenconformidad con la doctrina de la idealidad transcendental del espa-cio), aun aquello que eft sentido emptrico 0 en "sentido ffsico:'llamabamos una cosa en sf, es un mero tenomeno, quedando el termi-no 'cosa en sl' reservado para el fundamento incognoscible de este , Pe-ro esto que en sentido. transce?~ental llamamo~, fen6meno. no. ~identico a 10 que eli sentido empinco llamabamos mera apa.nen~la ,sino que tambien aquel fund amen to objetivo de la mera apanencla, ~Ique denominabamos (en sentido empirico) "cosa en si:', ~e:a, en sent~-do transcendental, fen6meno, sin menoscabo de su objetividad 0 reali-dad empirica.

    22. Transici6n al examen del entendimiento. El sentido interno (Ed.Acad. XX, 269).

    En la continuacion del text0 34 se emprendera el examen del sentidointerno, como ampliaci6n del tema de la sensibil idad. La di.stinci6n en-tre sentido interno y apereepci6n se aprovechara para realizar el pas~-je al examen del entendimiento, pasaje que en los Progresos es mas di-recto que en la Cr it ica de la razon pura,Ia cual presentaba un abrupto

    . I An I " 35corte entre la Estetica y a a inca.

    EI examen del sentido interno tendra por tema la autoconciencia yla paradoja que esta lleva consigo. Este tema se habia anunciado ~a an-tes que se comenzase a explicar la idealidad transcendental del nempo

    - y del espacio;36 su desarrollo en el pasaje que vamos a examinar severa interrumpido por un tema subsidiario, intento de determinacionmas precisa de 10subjetivo de la forma de la sensibilidad. Esto subjeti-vo se explicara como "forma de representacion": como aquella formade representacion de acuerdo con la cual nuestro sentido es afectado, yque es el fundamento del caracter fenomenico de los objetos del cono-cimiento (inclusive el objeto interno, el alma). Mas adelante, en la sec-cion que lleva el titulo "De los conceptos a priori", se retomara el exa-men de esta forma subjetiva de la sensibilidad, para mostrar su estre-cha asociacion con la act ividad sintetica del entendimiento. 37

    23. La paradoja del sentido interno 38 (Ed. Acad. xx, 269-271).

    La paradoja consiste en que yo (el yo que piensa, el yo que es siem-pre sujeto) soy para ml mismo un objeto de la intuicion, distin-guiendome asf de mi mismo. Serfa contradictorio, dice Kant, que hu-biera un doble yo;39 y sin embargo parece desdoblarse el yo en sujeto yobjeto: en sujeto pensante logico, apercepcion pura, por un lado, y enobjeto de la percepcion, objeto del sentido interno, por otro lado.

    l.Es esta verdaderamente la paradoja? Si asl fuera, Kant 10 resol-

    veria todo muy facilmente, con s610 decir, como en efecto 10 h ace en Iamisma pagina que estamos leyendo: no hay tal doble personalidad; si-no que la persona (el sujeto) cognoscente (el yo que piensa y que intu-ye) es uno, y el yo intuido es un objeto como cualquier otro. La para-doja s610 empieza aqut, Porque este objeto intuido por ml no es un

    33 Crlticade fa razonpura,A 45 = B 63.

    34 Ed. Acad, XX, 269: "Pero en la teona de todos 101 objetos de 101 sentidos como me-ros fen6menos . .. ".

    35 De Vleeschauwer, La deduction,III, 467.

    36 E d. Ac ad , XX , 2 68 : " S61 0 d es eo o bse rv ar .. ." .

    37 De VIeeschauwer (La deduction, I II , p . 470 s.) hace notar que el pasaje que comienza"1..0subjetivo e n l a f orm a d e la se nsi bi li dad .; ." ( Ed . Ac ad . X X, 269) interrumpe la conca-tenaci6n l6gica de la argumentaci6n; pero no puede encontrarle en el texto otro lugarmas satisfactorio.

    38 La paradoja del sentido interno esta tratada en la segunda edici6n de la Critica de fa

    r az on p u ra , B 67 ss., y luego especialmente en B 152 ss. En la misma obra aparece consi-d er ad a en am ba s ed ic io ne s d el c ap it ul o d e l os P ar alo gi sm os, A 3 41 s s. , B 3 99 s s. , e sp eci al-mente en A 398 ss., y en B 428-430. Tarnbien t oe a el l em a laAntropologfa en los 4,7, Y24. En conexi6n con ella hay que ver tambien los Pr imeros pr inc ip ios meto f is icosde laciencia de l a na tura leza , Ed. A ca d. I V, 471. Vease tarnbien el curioso paralelo de Me -tafisica de las costumbres,Doctr ina de lavirtud, 13 , E d. Ac ad . VI , 439, nota.39Antropologia, 4, Ed. Acad. VII , 134, nota.

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    objeto cualquiera, sino que es mi propio yo; y con respecto a esta si-tuacion se plantea la pregunta propuesta en la Critica de fa razon pura:iC6mo puede un sujeto intuirse a sl mismo, por dentro?40

    La solucion dada a este problema toma en cuenta algunos elemen-tos establecidos previamente: la pasividad d~la intuici6n requ~ere quepara una autointuicion haya una autoafeccion. Se o~onen a~l, en unprimer momento, un sujet? activ~, afecta.nt e, y un sujeto pasivo, afec-tado. Pero a su vez es el rmsmo sujeto activo afectante el enearga~o dereunir las representaciones que la afecci6~ efectuada _por. ~l rrusmoprovoeara en el suj~to pasivo, pa~a que c?nflguren una intuicion (s61?mediante esta reunion del matenal sensible dado se produce conoci-miento). Por otra parte, es impropio ha?lar, como 10 e s~a~os haci~n-do, de dos sujetos, uno activo y otro paslVo (en eso,cons~stlfi~ precisa-mente la .contradiccion senalada en la Antropologiay: Sl hubiese algoast como un sujeto pasivo, no seria necesario el recoger y .unifiear lasafecciones para obtener un autoconocimiento del sujeto, .Sl~? que esaautointuicion se darla ya con la sola afeccion, Pero la sensl~lhdad sol~,10 sabemos, es ciega; no puede ser consciente de sus propios contem-dos,41 y no alcanza entonces nunea la posibilida~. de llamarse yo , estoes, de ser sujeto. 42 S610 el entendimiento la unifica de modo que las

    representaciones de mi sensibilidad puedan llamarse "mfas", esto es,pertenezean a un sujeto. 43 ~ ind.ispensable la interve~ci6~ del e,nte.n-dimiento para que haya conciencia, en general, y conciencia de si nus-mo en particular.

    iNo serta entonces de esperar que el yo transcendental, el yo pen-sante tuviera inmediata conciencia de sf mismo; sin necesitar dar elrOde~ por la sensibilidad? El que no ocurra .asf es otra d~ las manerasen que se nos manifiesta la paradoja; en reahdad, es la pnmera maneraen que se ha manifestado ya en el parrafo pre~dent~: n~da es mas ex-trafio que el que yo, como objeto de mi proplO sentido mterno; ~engaque conocerme tan s610 como fen6meno; igualm~nte, en la Critica deia r az on p ur a se plantea 1a p aradoja en estos terminos: c6mo es que e1

    40 Cntica de l a r a zo n p u ra ,B 68.

    41 So br e e st a i nte rp re ta ci6 n d e la ce gu er a de l a se nsi bil id ad , v eas e L6gica, V, Ed . Aca d.IX, 33, YAntropologia, 5, Ed . A ca d. VI I, 135.

    42 La misma formulacion de los Progresos en Antropolog ia , 1, E d. Ac ad . VI I, 127.

    43 Cr ft icade l a r a zo n p u ra ,B 160 s., nota. Cr. de Vleeschauwer, L a d e du c ti on , III,468.

    sentido interno nos hace conocernos tan s610 como nos aparecemos a. 44nosotros rmsmos,y no como somos.

    Lo mas que me da la apercepci6n es la conciencia de q u e e xi st o;nome hace conocer como soy, ni tam poco como m e a p ar ez co :esta repre-sentaci6n de que existo en un pensamiento y no un conocimiento.PPor eso nuestro texto dice que no podemos conocer absolutamente na-da acerea de la naturaleza del yo l6gico, sujeto de la apercepcion, pormas que sea una representaci6n a priori (de la que podria esperarse unconocimiento independiente de todo dato sensible); no podemos co-

    nocer nada, mientras nos falte la afecci6n. 46Cuando, en cambio, la actividad espontanea del yo Iogico se dirige a

    una multiplicidad dada, para sintetizarla, entonces se dirige a1 sentidointerno y 10 afecta (porque aquella multiplicidad dada estara dada enel sentido interno). Esta afeccion se produce al "poner" el entendi-mien to sus representaciones 47 (al recogerlas, reeorrerlas y reproducir-las en la slntesis); equivale a una determinacion del sentido interno porparte del sujeto de la sintesis. 48 AI reeoger el entedimiento las repre-sentaciones provenientes del sentido externo (que vienen a ser la ma-teria propia del sentido interno), al sintetizarlas e ineorporarlas a launidad de la conciencia, ejerce aeciones sobre el sentido interno, yasf10 afccta a este, haciendose de este modo fenomeno el mismo; 10 quetcngo entonees es un fcn6meno psicologico: el yo percipiente. Como a

    4 4 C r ft ic a de l a r az on p u ra , B 152 s. Vease Paton, H.: K an t's M et ap h ys ic o f E xp er ie nc e,London/New York, 1970, II, 398.

    45 Cr it ica de l a r az on p u ra ,B 158.

    46 cr. Paton, H. J.: K a nt 's M e ta p h ys ic o f E xp e ri en c e,II, 404: " Pa ra co no ce rn os a n os ot ro smismos no s610 debemos pensar y ser conscientes de ese pensar: nuestro pensamientod eb e, ad em as , 'a fec tar ' el se nt id o in te rn o m ed ia nte l a s in te si s t ras ce nd en ta l d e l a i mag i-naci6n".

    47 Cr f ti cade l a r az o n p u ra , B 67 s.

    48 De "determinaci6n" se habla aquf porque al unificarse el tiempo en un tiempo tinicopor la intervenci6n del entendimiento (como se ve en Critica de l a r az on p u ra B 160/161n ot a, y co mo 1 0 r