Blas Infante - Almanzor

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    BLAS INFANTE

    Ed. a cargo de Josep Esquerr i Nonell

    ALMANZOR

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    Publicado por

    Centro de Actividades LibertariasDrIlije Kolovia 12Kragujevac, Serbia

    Editor

    ore Savi

    Diseo grfico portada

    Neboja Radojkovi

    Copyright 2012, by Freedom Activities CentreAll rights reserved by Josep Esquerr i Nonell

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    BLAS INFANTE

    ALMANZOR Edicin texto, notas, introduccin y estudio deJosep Esquerr i Nonell

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    Yo, libertador de Andaluca, que vengo con poco tabaco y menosdinero y no puedo encender un cigarro si no me da fuego un amigo

    Blas Infante, Cdiz, 13 de julio de 1936.

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    La bandera andaluza por la brisa agitada,

    desde lejos parece un limonero en flor,

    una clsica reja de jazmines orlada,

    que promete el misterio de una noche de amor.

    De paz y de esperanza son sus bellos colores,

    poticos emblemas de algn Abderramn,

    que evocan el pasado de grandeza y honores,

    que debe Andaluca al tiempo musulmn.Condena de un presente de duelo y amargura

    donde la raza sufre la pena de vivir,

    promesa de un maana de paz y de cultura,

    espera de un grandioso, risueo porvenir.

    Levanta, Andaluca, tu bandera de gloria,

    con los bellos colores del limonero en flor,

    al airn que condujo de victoria en victoria

    la valerosa hueste del hagib Almanzor!"

    Poema escrito porel fervoroso nacionalista -en palabras de Blas Infante- DoctorToms Orellana, tituladoBlanca y Verde, y citado por Infante en su artculoLas insigniasde Andaluca en la revistaAndaluca el 31 de diciembre de 1919.

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    NDICE

    Proemio...........................................................................................................7

    Almanzor........................................................................................................11

    Appendix Almanzor.......................................................................................77

    Almanzor Ilustrado y Romntico....................................................................83

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    PROEMIO

    Dentro de la produccin dramtica de temtica andalus escrita por Don Blas InfantePrez de Vargas (1885-1936), Padre de la Patria Andaluza, segn queda establecido en

    el Prembulo del Estatuto de Autonoma de Andaluca, conocamos hasta ahora una obrasuya:Motamid, ltimo Rey de Sevilla, publicada en la Biblioteca Avante, Sevilla, 1920.

    No obstante, por razones difciles de explicar, una segunda obra suya qued relegada alolvido que la ha mantenido indita hasta el presente:Almanzor. Ciertamente, se trata deuna pieza teatral inacabada, puesto que solamente conservamos completa la Jornada 1 yuna parte escasa de la Jornada 2, siendo muchos los interrogantes que plantea. Se alegarque su asesinato en 1936, por parte de miembros pertenecientes a la Falange, impidi queBlas Infante pudiera terminar su obra, lo cual, si bien es absolutamente cierto, no deja de

    plantear enigmas; veamos por qu. En la edicin de su libro tituladoLa DictaduraPedaggica, Biblioteca Avante, Sevilla, 1921, encontramos al final un catlogo orepertorio de otras obras del autor publicadas hasta el momento en la misma coleccin; yotras que se anuncian prximas a publicarse, entre las que se halla, y cito textualmente,tal como inicialmente aparece, bajo su ttulo arabizado:Al-Mansur, obra que de habersido publicada lo hubiera hecho al precio de unas 4 pesetas, aproximadamente, teniendoen cuenta los precios que figuran de sus otros libros editados y, ms concretamente, de sutragediaMotamid, apenas publicada un ao antes. Esto nos lleva a considerar que enaquellos momentos el autor estaba trabajando o bien ultimando ya los detalles de su obra,que con tanto afn se pregonaba como inminente; mas lo cierto es que permaneci inditahasta nuestros das. Cabe pensar que con motivo del golpe de Estado del General MiguelPrimo de Rivera el 13 de septiembre de 1923, hecho que comport el cierre de los centrosandaluces, prohibindose adems todo acto poltico andalucista, Blas Infante tuviera que

    conformarse con archivar su pieza teatral y esperar a que vinieran mejores tiempos. Noobstante, dispuso de casi dos aos antes para haber terminado su obra y lo cierto es quems bien puede decirse que opt por abandonar su proyecto, dado que no slo no la

    public a partir de la primavera republicana de abril de 1931 que puso fin a la ominosaDictadura, sino que incluso no lleg a terminarla jams, o, al menos, eso es lo quecreemos, puesto que entre la serie de los manuscritos originales del autor que seconservan, no ha llegado hasta nosotros completa.Merced a la accin del Centro de Estudios Andaluces de Sevilla, se han digitalizadotodos los los documentos de la coleccin Manuscritos de Blas infante hallados en laCasa de Blas Infante en Coria del Ro en 2001. De esta manera, he podido acceder a laconsulta del documento digital en cuestin de 235 pginas que contiene elManuscrito

    Almanzor, del que el difunto Padre Enrique Iniesta nos dejara la siguiente descripcin:

    Serie de cuartillas de medida grafa, copia de un manuscrito-borrador (perdido); es eloriginal del drama "Almanzor". Est incompleto; incluye ntegra la "jornada I", seinterrumpe bruscamente la segunda jornada de la que slo aparecen las primeras

    pginas, en la 222 y siguientes. Debe advertirse que esa "primera jornada" tiene entidadpor s misma. Tema: Histrico, aunque no crtico, lo que no quiera que carezca dedocumentacin muy seria. Descripcin de la Crdoba de la etapa de Hixn II. Muyrelacionado con los manuscritos ABD, AEP, AD y ADO.

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    Si bien las pginas numeradas son 235, en realidad, como seala el Padre Iniesta, sereducen a 231 pginas, toda vez que no aparecen en el texto las pginas 150, 210, 226 y227, aunque esto no afecta al orden de su lectura, pues estn correlativamente vinculadasunas con otras, pese a los saltos de lectura que, en modo alguno podemos explicar, a noser que se trate de un descuido del autor, sin que debamos atribuirle a esto mayor

    transcendencia. Todava ms si tenemos en cuenta que lo que tenemos entre manos es unborrador y no una copia definitiva, y menos an preparada y lista para su publicacin.Otro de los manuscritos de indispensable lectura para la reconstruccin de la obra teatralque con no poco esfuerzo he llevado a cabo, partiendo de la descripcin hecha por elPadre Iniesta, es el conocido comoManuscrito Alegoras. Gnesis, del que se nos dice losiguiente:

    Cuaderno tamao cuartilla con las cubiertas en tela negra con la palabra "cuaderno"impresa en dorado en letra inglesa. En su primer interior de cubierta, un sello de"Librera Religiosa M. Maca. Sucesor de A. Bayo. Gallegos, 19. Sevilla". De sucomienzo, han sido arrancadas quince hojas manuscritas. De estas quince quedan restos

    en el ngulo inferior izquierda. De su final han sido arrancadas once hojas al parecer enblanco. Quedan restos en el ngulo inferior derecha. Despus de la 62 han sidoarrancadas 12 hojas que parecen en blanco. Quedan restos en el ngulo superiorderecha. Sin numerar en su origen, el manuscrito queda numerado en 67 pginas. Contiene: Parte de Cartas a Erina, p. 1-5; Parte del drama Almanzor y un texto literario

    titulado "Bocetos. El loco

    Gracias a esa parte del drama Almanzor conservada, he podido reconstruir lo que serael Prlogo de la obra, as como ofrecer al lector una idea aproximada sobre lo que debide constituir parte del Pasaje I de la Jornada 2; e incluso esbozado esquemticamente, talcomo lo dej el mismo Infante, el que sera Pasaje II o Cuadro Segundo, como lodenomina el autor en esta ocasin contraviniendo su propio criterio de divisin normal en

    pasajes; no obstante, tengamos en cuenta, necesario es repetirlo, de que se trata de unborrador y que, de entre esas hojas que forman parte del drama Almanzor, seencuentran en desordenado modo repetidos pasajes o bien ligeras alteraciones, variantesen ambos casos con respecto al texto que se encuentra ya recogido en elManuscrito

    Almanzor.Por lo que respecta a la edicin de la obra indita de Blas Infante que aqu presento a loslectores, creo imprescindible hacer algunas puntualizaciones: lo primero es que se tratade una labor de reconstruccin harto difcil a partir de un texto que se encuentra en unmanuscrito-borrador que ni tan siquiera podemos afirmar que fuese definitivo. Aadir a

    esto, que ambos textos, tanto el delManuscrito Almanzor, como el delManuscritoAlegoras. Gnesis, se encuentran plagados de tachones, a veces con letra minscula yotras con pasajes obscuros de muy difcil lectura e interpretacin, cuestiones que hacenmuy difcil su transcripcin, y que, en ocasiones, hacen tambin que resulte casi titnico

    proseguir sin desmayo, a no ser por el respeto y la admiracin que me producen lamemoria de su autor, a quien va dirigido este libro, en homenaje, motivo por el queadems se lleva a cabo esta edicin sin nimo de lucro. He modificado, cuando ha sidonecesario, algunas cuestiones de su ortografa arabizante, tanto la sustitucin de la kporc, alkazar, sin acento, poralczar, alkatifas poralcatifas y otrassimilares, al encontrarse

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    ya debidamente establecidas en el uso de nuestra lengua, como tambin algunasincorrecciones que he subsanado,g porj, as cogn porcojn, egrcito porejrcito,magestadpormajestad y otras del mismo tipo. Igualmente, por lo que respecta al uso dela h intercalada de la que hemos prescindido: exhonerados porexonerados; o bien de la n,indingente porindigente. Otro tanto, por lo que se refiere a cultismos en desuso, como

    monstrpormostr, si bien otros los he mantenido, caso de obscuro o inscriptos. Enalguna frase he escrito entre parntesis algn miembro omitido, como, por ejemplo,rompe (en) sollozos, as como restablecido en una ocasin una lnea tachada sin la cualla frase resultaba inconexa. Un aspecto significativo de la escritura de Blas Infante por loque respecta a la puntuacin, es el uso y a veces abuso del punto y guin, siendoinnecesario en algunos momentos e ir ralentizando la lectura, por lo que he introducido lasimple coma, cuando lo he considerado oportuno.Por lo que respecta a las fuentes de inspiracin que sirvieron al notario, escritor y polticomalagueo para la composicin y ambientacin de su drama histrico, estoy endisposicin de asegurar, tras una atenta y minuciosa lectura de ambos manuscritoscitados, que stas fueron, sin lugar a dudas, y, principalmente, dos excelentes obras

    decimonnicas: la clebre Historia de los musulmanes de Espaa hasta la conquista delos almorvides, del arabista holands Reinhart P. Dozy, y luego laPoesa y Arte de los

    rabes en Espaa y Sicilia, del alemn Adolfo Federico Schack, en la magnficatraduccin de Juan Valera.

    No es mi intencin aqu extenderme sobre aspectos importantes en torno a lacomposicin de la obra, ni tan siquiera ofrecer un anlisis riguroso de la misma, ni muchomenos entrar en detalles sobre el argumento, personajes, etc., pese a todo lo cual hedesplegado un considerable aparato crtico en forma de notas a pie de pgina que harnms comprensible su lectura. Estudios ulteriores, por lo dems, vendrn a llenar todasesas necesidades, indispensables para realizar investigaciones y monografias en torno asu produccin teatral, a fin de otorgarle el lugar que merece en la historia de nuestra Edadde Plata de la literatura. Mi finalidad presente no es otra que la de sacar a luz una versinacabada para su lectura, pues egia bat esateagatik alguno se incomoda, lo cierto es quelleva demasiado tiempo de silencio en nuestrapell de brau, tras una longa noite da pedra.Por ltimo aadir que tras elAppendix Almanzor, me ha parecido conveniente incluir unestudio dedicado a la figura del propio Almanzor y su recepcin en nuestra historiografay literatura, principalmente del siglo XVIII, pero tambin, en cierta medida, del sigloXIX, estudio que ofrezco bajo el ttulo deAlmanzor Ilustrado y Romntico, pues en elsiglo XVIII se inici una corriente muy favorable en torno a su persona y leyenda,corriente que habra de culminar en la obra de Dozy y su indudable influencia posterioren Blas Infante.

    Kragujevac, 15 de febrero de 2012.

    Dr. Josep Esquerr Nonell,

    Prof. Adjunto de Literatura Espaola

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    , 34000

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    FUENTES PARA LA DESCRIPCIN BIBLIOGRFICA:

    INIESTA COULLAUT-VALERA, Enrique: La documentacin escrita hallada en lacasa. Sus ltimas huellas, en Egea Montesinos, Alberto (Coord.) :La Casa de Blas

    Infante en Coria del Ro. Centro de Estudios Andaluces, Consejera de la Presidencia,Junta de Andaluca, Sevilla, 2004, captulo VI, pgs. 115-123. Cf. INIESTACOULLAUT-VALERA, Enrique:Los inditos de Blas Infante, Fundacin Blas Infante,Sevilla, 1989.

    Manuscrito Almanzor, digitalizado por el Centro de Estudios Andaluces de la coleccinde manuscritos de Blas Infante, de acuerdo al siguiente enlace permanente en Internet:http://maa.centrodeestudiosandaluces.es/biblio/imagendoc/00007001_00007500/00007347/00007347_090h0101.PDF , cuyo original se encuentra en el Archivo personal de laCasa Museo de Blas Infante.

    Manuscrito Alegoras. Gnesis, digitalizado por el Centro de Estudios Andaluces de lacoleccin de manuscritos de Blas Infante, de acuerdo al siguiente enlace permanente en

    Internet:http://centrodeestudiosandaluces.es/biblio/imagendoc/00006501_00007000/00006911/00006911_090h0101.PDF , cuyo original se encuentra en el Archivo personal de la CasaMuseo de Blas Infante.

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    ALMANZOR

    -Drama indito-

    Por Blas Infante

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    PRLOGO1

    La accin en Crdoba en el ltimo tercio del siglo X. Decorado de una estrecha sala delPalacio de Zahira. Un cojn en el proscenio, sobre el cual est sentado, a la manerarabe, el poeta Zaid de Bagdad2. Delante del cojn, una mesita de escribir; y sobre ellavarios pergaminos. [...]

    (A los espectadores). - Alah, Clemente, os inspire el deseo de prestar a mi cuentoatencin...Pues habis de saber que en un Castillejo de humilde traza, y de ningunafortaleza, en cuna casi plebeya, se meci el noble rey. Qu bromas nos juega muchasveces Alah! Hace nacer en cunas humildes y an en fros pesebres, a muchos reyesverdaderos, los cuales de vasallos se vienen a vestir; y deposita en las cunas reales de los

    palacios dorados a los plebeyos, que los hombres adornan con la clmide real. Para los

    1 La lectura de las diferentes hojas que contienen, de forma desordenada, partes del dramaAlmanzor, lascualesse encuentran en el interior del cuaderno o denominadoManuscrito Alegoras. Gnesis, conforme ala edicin digitalizada por el Centro de Estudios Andaluces:http://centrodeestudiosandaluces.es/biblio/imagendoc/00006501_00007000/00006911/00006911_090h0101.PDF [Fecha de consulta: 9.02.2012] , procedente del Archivo personal de la Casa-Museo de Blas Infante,nos permite reconstruir de manera sinptica -y prescindiendo de algunos fragmentos que luego el autorreintrodujo en la trama por boca de su personaje Zaid de Bagdad en el transcurso de laJornada Ide suobra y que, por tanto, resultan innecesarios aqu, respetando las modificaciones ulteriores de Infante- elprlogo de la obra, tal como lo tena esbozado su autor. Me refiero, ms concretamente, a las hojaspaginadas a lpiz n47, n51, n53 y n55. Los corchetes sirven para indicar al lector dnde tuvo lugar lasupresin de los fragmentos omitidos. Es interesante observar en este prlogo cmo Infante introduceelementos innovadores en su teatro, aun tratndose de un drama histrico de regusto romntico, dentro dela concepcin moderna que poco despus tendra lugar de manera absolutamente renovadora y vanguardistacon Luigi Pirandello. Me refiero, claro est, al hecho de producir esta interaccin entre el personaje Zaidde Bagdad- y los espectadores, a quienes van dirigidas las palabras del poeta.2 Abu al-Ala Said al-Bagdadi (c. 950 - c. 1026) o Said de Bagdad. Poeta rabe de origen bagdad, afincadoen Crdoba desde el ao 990, que perteneci al crculo ulico de Almanzor. Vid. DOZY, Reinhart P.Historia de los musulmanes de Espaa hasta la conquista de los almorvides, Tomo III, trad. del francspor Magdalena Fuentes, Col. Universal, Edit. Calpe, Madrid, 1920, 223-224 Los literatos hallaban enAlmanzor la acogida ms honrosa. Tena en su corte multitud de poetas pensionados, que a veces leacompaaban en sus campaas. Entre ellos, Said de Bagdad era, si no el ms ilustre, al menos el msnotable y divertido. No puede negarse aunque los andaluces siempre extremadamente celosos de losextranjeros, se complazcan en desmentirlo-, no puede negarse que fuera un poeta de talento, un buennovelista, un hbil improvisador; pero al mismo tiempo era el hombre menos respetuoso de la verdad, elimpostor ms atrevido que puede imaginarse. Una vez lanzado nada le detena; inventaba tantas cosas,que era un prodigio. Cuando se le peda que explicase el sentido de una palabra que no haba existidonunca, siempre tena alguna explicacin que dar y un verso de un antiguo poeta que repetir. A creerle, nohaba libro que no hubiese ledo. Queriendo desenmascararle, los literatos le ensearon un da, delante deAlmanzor, un libro en blanco, en cuya primera hoja haban escrito: Libro sobre los ingeniosospensamientos, por Abu-l-Gaut Sanani. Jams haban existido tal obra ni tal autor; sin embargo, encuanto ech una ojeada sobre el ttulo, exclam: Ah! Yo he ledo ese libro. Y besndolo con respetonombr la ciudad donde lo haba ledo y el profesor que se lo haba explicado. En ese casole dijo elministro, que se apresur a quitarle el libro por miedo a que lo abriera-, debes saber lo quecontiene.Ciertamente que lo s. Verdad que hace mucho tiempo que le esa obra, y que no s nada dememoria; pero recuerdo muy bien que slo contiene observaciones filolgicas y que no trae ningn versoni ninguna historia. Todos se echaron a rer a carcajadas.

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    hombres que se confundan con los vestidos reales es ms difcil encontrar al Rey deverdad, vestido de vasallo por entre la multitud, que era difcil a los sacerdotes egipciosencontrar los signos que descubran el Apis. Porque el lucero que brilla en la frente delRey, no lo perciben aqullos que esta misma seal vienen a descubrir, enseguida, en latestuz del toro.

    rase que se era un joven soberano, sin reino que heredar, de padres nobles, peroobscuros. Era Ben amir. Era Almanzor.La imaginacin, le consolaba, fingindole reinos fantsticos que, como realidad viva, larealeza natural del soberano, desposedo. La idea fija de su natural estirpe regia, nosatisfecha con el consuelo imaginativo, convirtise en tenaz anhelo de proyectar elfantstico imperio, sobre la realidad esquiva y rebelde...Un hombre que nace rey, siencuentra su trono usurpado por otro vasallo, para llegar hasta l, abre resuelto un caucede sangre...Y, esto hizo Almanzor, mi noble Rey. Si l hubiera aparecido en el lecho imperial dedonde naci llorando el imbcil Califa Hixem, su natural vasallo! Pero los hombresvistieron a ste la prpura imperial que naturalmente a aqul perteneca...Infringieron as

    la augusta ley; cometieron delito de lesa majestad. El delito, precedi, por esto, al castigode sangre por mi seor decretado! [...]Para ensear a los hombres a ser dioses, ofrezcmosles ilustres ejemplos. El amor y elcrimen hicieron Rey a Almanzor. El crimen me dijo un da- sirve para ganar y conservarlos tronos. Pero no ser por esto un crimen mayor de aqullos que nacen reyes, el dejarlos tronos a los usurpadores?Ahora, espectadores, ya que os hice la presentacin del hroe de mi drama, me retiro paraque sea l mismo, quien venga a contar su historia al desenvolver en la trama de la farsa,los hilos ntimos que desarrollaron su extraa vida.

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    JORNADA 1

    Escenario.

    Un saln en el Alczar.

    Saln bajo del Alczar de Crdoba. Una puerta lateral izquierda derrama sobre uncorredor que desemboca en solitario y pequeo jardn; al cual da acceso, desde elexterior, la denominada Puerta de Hierro, que es uno de los postigos del Palacio.Otra puerta lateral derecha muestra el principio de una escalera que comunica esteaposento con la parte alta de la construccin, cuyo nivel es entresuelo sobre el Paseonombrado El Arrecife, que se extiende ante el terrapln del Palacio, por la Ribera del

    Ro, y mirando, al cual Paseo, se alza la fachada principal de la edificacin. Los muros

    del saln constituyeron, seguramente, una antigua columnata de arcos de herradura,cegados por obra posterior. An se marcan las arcadas primitivas, al resaltar delparamento, las lneas curvas que separan el ataurique3 de la obra lisa de las paredes,embutidas en los vacos de antao; y los gruesos fustes de las columnas rematados porcompuestos y desiguales capiteles. Las columnas, desnudas de todo revestimiento,muestran sus cuerpos de mrmol de vario color. El ataurique es sobrio; inspirado4 en

    graciosos motivos de gusto heleno, policromado slo en los frisos, que se destacansuperpuestos, sobre los paramentos de los arcos.El techo cupular es de alfarje5 primoroso; afiligranado con incrustaciones de ncares yde metales finos; pero desvencijado, ya; roto, a trechos, el mocrabe o laceras que seentrecruzan para formar estrellas; y, carcomidos los adornos que resaltan como cenefas

    y broches en los tringulos, de cuyos lados mayores parten los arranques de la cpula.En el centro de cada entrepao del fondo, se abre un ajimez6, separados en dos susrespectivos vacos por humildes pero esbeltas columnas de slex que coronan sencilloscapiteles corintios; encuadradas las impostas en arrabs7 orlados por labores dealjecera8, y compuestos de minsculos azulejos cuadrados, blancos y verdes.

    El pavimento es de almorrefas9 pintadas de verde y de rojo, combinando pequeoscuadrados inscriptos en centros de estrellas; pero, deslustradas ya, mostrando en los

    3Arq. n. masc. Del r. hisp. attawrq, y ste del r. cls. tawrq, echar ramas. Es la decoracin vegetalinspirada en el acanto clsico, estilizada y muy utilizada en el arte califal cordobs.4los dibujos, anotacin de Infante superpuesta por encima de la lnea.5Arq. n. masc. Del r. hisp. alfr, y este del r. cls.far, lecho o tapiz que lo suple.Techo con maderaslabradas y entrelazadas artsticamente, dispuesto o no para pisar encima.6Arq.n. masc. Del r. hisp.sams, ventana arqueada, dividida en el centro por una columna.7Arq.n. masc.Arrabs: arrhba, caja cuadrada (r. hispnico rahbah, explanada: moldura rectangular deestilo rabe que circunscribe el arco de una puerta o ventana ).8Arq. n. fem. Yesera.9 Este trmino tcnico procede de la arquitectura y albailera sevillana: Cierto modo de enladrillar lossuelos con azulejos enlazados, el qual no tiene ya uso, y por la misma razn no le tiene la voz, enRUHSTALLER, Stefan Tecnicismos arcicos de difusin regional recopilados en elDiccionario deAutoridades y su pervivencia en elDRAE, vid. Caminos Actuales de la Historiografa Lingstica,Actas V

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    puntos, en donde ms se intensific el desgaste, como los mendigos las carnes, entrerotos harapos, ellas, el color del barro primitivo, entre los cortados y desvahidosrevestimientos de la pintura.Colgados sobre la parte media inferior de los muros, penden, a manera de zcalos,anchas bandas de tela azul, con laterales grecas blancas, a manera de cimacios10 y

    plintos11

    ; cruzndose, en sus centros, para formar geomtricos dibujos, cintas de variocolor. Un cojn, enfundado en tela roja, se extiende a lo largo de las aristas bajas de lasparedes.En los dos ngulos del fondo, se alzan sobre tallados basamentos de madera, dosalmenares12 o tubos de metal ataujiado13, para ajustar, en ellos, los cabos de lasantorchas. Y, a la derecha de la puerta, por donde se inicia la escalera de comunicacinde este aposento con el resto del Palacio, aparece una pequea mesa, tambin de

    preciosa atauja conteniendo, sobre su tablero, un tintero y varias plumas; as comotambin algunas hojas de la pasta-papel, usado ya, en esta era, por los andaluces. Elescaso mueblaje de la vieja estancia, dirase recin transportado a su recinto. Loscolores de las telas, de bandas y cojines, estn flamantes; y las ataujas, de la mesa y

    almenares, son de metales preciosos; de trabajo delicado: de elegante traza, y de nuevafacturacin.Extrao saln, cuyos contrasentidos desconciertan! La suntuosidad del alfarje y laelegancia de los frisos, contrastan con la modestia de los arrabs y columnitas quedividen los vacos y con la tosca sencillez de los fustes de la antigua arcada La vetustezdel techo, pavimento y atauriques, con la riqueza y novedad de los muebles y telas decojines y de zcalos!Un criterio simplista vendra a resolver el primero de los citados contrastes, diciendoque los habitadores primitivos de este viejo compartimento del Alczar, no habranacostumbrado a mirar jams hacia el suelo o hacia los frentes; sino, siempre, hacia laaltura y, para solucionar el segundo de los indicados contrasentidos, el que ofrece unlujo regio y gusto actual, en materia y traza de muebles de reciente hechura, con elarcasmo deteriorado y con el abandono al cual debe haber sido relegado, desde hamuchos aos, este Saln; el mismo criterio simplista habra llegado a establecer uno deestos dos supuestos: o esta estancia ha venido a ser habitada por algn aficionado a lareconstruccin de almas extintas, amigo de interpretar el lenguaje que es hlito de lascosas pretritas, y a hablar calladamente, con la palabra de estas cosas, perfume de la

    flor de lo pasado para educir14 del espritu de lo que fue, goces estticos o secretoshistricos, o este departamento ha sido convertido en morada o estacin de algnhombre opulento, de repente enriquecido, cuyo espritu no correspondiese a su riqueza, y

    Congreso SEHL, 7-11 Noviembre 2005, Tomo I, Universidad de Murcia, 2006, pg.1396.Arq. n. fem.almuharrfa, la que hace zcalo (r. hispnico): cinta o hilera de baldosas (desuso).10Arq. n. masc. Del latn cymatum, y ste del gr. , dim. de , onda. Moldura cuyo perfil tienela forma de unas, esto es, una concavidad en la parte superior, y una convexidad en la inferior.11Arq. n. masc. Del latnplinthus y a su vez del griego = ladrillo; o pedestal. Parte cuadradainferior de la basa. Por lo general es una pieza prismtica de planta cuadrada de poco espesor.12 Almenar, de Almenara (del r. hispnico almanra, y ste del r. cls. manrah, lugar donde hay luz,faro). Candelero sobre el cual se ponan candiles de muchas mechas para alumbrar todo el aposento.13 Atauja,Arq. n. fem. Del r. hisp. attawsiyya y ste del r. cls. tawsiyah; obra moruna de taracea demetales finos y esmaltes.14 Del latn educere. Sacar algo de otra cosa, deducir.

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    el cual pretendiera que estos vestigios de grandeza pasada viniesen a proyectar unasombra de grandeza que cobijase su vulgar mediocridad. Lo primero no es probable,porque para un aficionado a la evocacin del alma de lo pretrito, el mueblaje nuevo,vendra a imposibilitar sus conjuros de resurreccin. Ms verosmil es el segundo

    supuesto. Y as, el criterio simplista llegara a afirmar que la estancia misteriosa, debe

    haber sido convertida en alojamiento, tal vez de algn extico guerrero o poeta nacionalde humilde origen y fortuna improvisada, enriquecido por las prdigas liberalidades delmagnfico Carim15, Mohamed ben Amir el Almansur Billah16, ante quien los guerreros dela brbara Europa, como lebratos acobardados, tiemblan; o quizs haya sido cedida porel Prncipe Mohamed ben Hixem ben Moawia17, cuya influencia, durante las ltimas

    semanas, ha aumentado de un modo intenso, en Palacio, a alguno de los menestrales deCrdoba, erigido en jefe de fuerzas populares, al perorar ante las multitudes,defendiendo la nivelacin social de todas las clases del Estado; y ganado con

    satisfacciones de ddivas por el referido prncipe Mohamed, bienquistocon aquellasfuerzas, las cuales ya, por esta poca, han comenzado a agitarse en la capital delCalifato, pidiendo abolicin de ancestrales privilegios y participacin de los

    trabajadores en el poder social de la poderosa nacin andaluza.Solamente, un habitador de esa ndole, en estos aos luminosos en que Crdoba ostenta,ante el mundo asombrado, las suntuosas galas de innmeras edificaciones maravillosas,

    pudiera acomodarse a tener alojamiento, en un vetusto y casi subterrneo Saln, sin otrapuerta abierta, al recreo de los sentidos, que aqulla que derrama sobre el obscuropasadizo, el cual desemboca en un trozo de viejo y abandonado jardn. Solamente unhombre de cuna indigente y de presente opulento, llegara a sentirse halagado uorgulloso de morar aqu, entre estas ruinas de pasadas realezas que forzadamenteconviven, sin posible coordinacin, con tambin pretritas y presentes expresiones dearquitectnicas humildades. A una de aquellas clases, debe pertenecer el afortunado

    poseedor del rico, aunque escaso mueblaje, colocado recientemente en la paradjicaestancia

    HABLA EL SALN

    Pero el Saln viene a hablar desvaneciendo los fundamentos de temerarias o simplistasinducciones. Porque, el Saln, habla lo primero, para contar tristemente su olvidadahistoria. Y la palabradel Saln es el hlito sutil de las cosas inertes, por cuyos detalles,

    15 Carim oKarim. Nombre masc. de origen rabe con el significado de el honorable, el generoso. En elao 991, y para celebrar su fama, Almanzor adopt el ttulo real deMalik Karim, esto es, Rey Noble.16Abu Amir Muhammad ben Abi Amir al-Maafir , llamado Al-Manr billah , el

    Victorioso por Al, ms conocido como Almanzor (Algeciras c. 938 - Medinaceli (?), 11 de agosto de1002). A la muerte del Califa Alhakn o al-Hakam II, Muhammad ibn Ab Amir, futuro Almanzor, cadperteneciente al gobierno califal, logr imponer, aliado al visir Mozaf, al hijo de al-Hakam II, Hixem II(965-1013) como nuevo Califa, en medio de las intrigas por el trono, ya que muchos preferan como califaal hermano de al-Hakam II, Moghira, quien fue asesinado por Almanzor para afianzar a Hixem II en eltrono.17Prncipe Mohamed ben Hixem ben Moawia primo sobrino del Califa Hixem II y jefe de la conspiracioncontra Almanzor en la trama de nuestra obra.

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    su alma florece en ptalos de calladas sugerencias, las cuales vienen a matizar o aperfumar, con particular color o especial aroma, la idntica expresin integral de todoslos fondos del igual silencio.- Fui una sencilla columnata adosada al palacio primitivo de los emires. Fui un prtico dela Fortaleza Real, la cual, por este prtico, se destacaba avanzando sobre el pueblo, y

    vena a abrirse a la caricia o al mpetu franco de los vientos que volaban a travs de lallanura. Sus fustes de sencillo pulimento, y de dimetros amplios, y sus capiteles,desiguales y sobrios, fueron arrancados a las ruinas de lo antiguo, y llegaron, hasta aqu,desde distintos lugares, transportados por las carretas de forzudos bueyes; y, nuevamenteenhiestos, vinieron a constituir la columnata. El techo de sta era entonces el cncavo deuna cpula enjalbegada18: como el de una tienda de blancor pursimo, plantada por la

    justicia vigilante en ausencia de campamentos, alzados por los guerreros.- Fui kubba19, cuando la columnata era cerrada por frreo cancel, ante el cual, el pueblo,

    presenciaba los juicios, o los ciudadanos aguardaban impacientes el momento depresentar sus querellas, ante el noble Seor que dictaba, hiertico, sus fallos ecunimes.Despus, la gran planicie, sobre la cual se levantaba la fortaleza, fue convertida en

    esplndido jardn; y, aislada de la urbe, por un alto tapial. Desapareci el cancel; yalarifes andaluces revistieron los pavimentos, sobre los arcos, de ataurique, queaprendieran de sus colegas venidos del Oriente con las tropas rabes llegadas para

    proteger el espritu de rebelin e independencia de Andaluca, contra los brbarosgermanos y su jerarca, Rodrigo. Pero aquellos atauriques compuestos fueron con detallescuyo conjunto vinieron a expresar la sencillez y la gracia ornamentales helenas.Era el gusto apasionado del pas, el cual, fiel a su tradicin ancestral, vena a conservar,intensificndolo, el espritu de la Hlade, en la animacin de sus construcciones de estaEra, designada, por un amigo muerto, con el nombre de drico andaluz. Y msentusiasmo lleg en ello a mostrar el ndalus, fiel siempre a su genio, que Bizanciomisma, la continuadora, por entonces, del pueblo interiormente esclarecido, escogido porlos dioses para que, en ese interior, tuviese lmpida morada la Sabidura Guerrera, diosadel trnsito; imperativo brotado del cerebro del Padre, condensado en la verdad de la

    poderosa gida20, armada de punta en blanco y de penetrantes ojos verdes como el primerMisterio; Palas, ilustre diosa del trnsito, que bebe leche nutricia en los pechos de lasoberana diosa que ser divina definitivamente: la Diosa del Fin, Armozein21.Y, aquel hecho del apasionamiento andaluz por la inspiracin que encarn en elarchipilago luminoso, expresando la gracia en la vida sagrada que infundi a las piedrasde las moradas de sus sabios, de sus leyes, de sus reyes y de sus dioses, tena unaexplicacin: la cual, interpretando una ininterrumpida sucesin de hechos arquitectnicosandaluces, de igual espritu, a travs de todas las Eras, desde el dolmen cupuliforme o

    micnico, que ya en el Neoltico, se encuentra desde Almera a Portugal, vena a perderseen el misterio de remotos y obscuros orgenes, ya hoy esclarecidos, con el conocimiento

    18 Del lat. vulg. *exalbicre, blanquear. Blanquear las paredes con cal, yeso o tierra blanca.19Arq. n. fem. Sala cuadrada cubierta con cpula.20Mitol. Piel de la cabra Amaltea, adornada con la cabeza de Medusa, que es atributo de Zeus y de su hijaPalas Atenea. Atributo que adems otorga una defensa mgica capaz de proteger de cualquier peligro,(Etim. Del lat. aegis, -dis, y este del gr. , -, escudo o coraza de piel de cabra) Proteccin, defensa.21 Armona; etimolgicamente procede de armozein, verbo griego que significa conectar, unir, o estar deacuerdo, por lo que significa proporcin, equilibrio y acuerdo entre las partes.

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    del comn origen pelasgo de griegos y de andaluces22. Porque el ndalus, asiento fueprimitivo de aquella raza creadora de la civilizacin grecolatina y solar venerable es delos padres de esta raza, quienes en tiempos primitivos, recientemente iluminados por laantorcha de la Historia, vinieron a desarrollar maravillosas civilizaciones de igual nervio,y antecesoras de aquella civilizacin, madre del genio occidental. Y, por esto, el ndalus,

    an antes de que Cronos llegare a ser sustituido por la tirana reciente de Zeus; Io23

    ,convertida en vaca, y encadenado Prometeo en la spera roca del Monte Ida; an antes deque las naves griegas de velas cuadradas y de doradas proras24, cruzasen las aguasmediterrneas, fletadas por el anhelo de nuevos horizontes y de ganancias nuevas,

    prendido en el espritu de los hijos de la Hlade; antes de que Jasn y sus compaerosheroicos, se aventurasen a atravesar por entre las Simplgadas25, para ir a buscar en elnavo Argo el peligroso vellocino; y antes y despus que el templo de la gran Diosa detodos los amores fecundos, la siempre virgen Naturaleza, anunciara en el delta del granro Betis, al maravillado navegante masaliota26, el imperio de la armona, la adoracin alritmo, en la tierra riente del dulce Abidis27, liberal y humano; en la argentina Tartesos,que muerta por extraos guerreros mercaderes de genio sombro, bajo desoladas arenas,

    en tumba milenaria, enterrada yace; antes, y despus de la fecha de cualquier invasinhistrica, el ndalus haba puesto su complacencia en el florecer de su propio genio, que,

    por acaso vino a esplender28 al otro lado de mar Interior; transportados, all, por losinmigrantes de raza andaluza o pelasga, que un da partieran de su antiguo solar, jardn delas Hesprides, eternamente rejuvenecido, por los misteriosos conjuros de sus nochesazules, y que caminando por el Norte de frica, llegaran hasta el Asia Menor; y, desdeall, emigraran al Archipilago, para encender en Creta los esplendores de Minos29.El techo del Saln fue, tambin, reformado por aquellos alarifes. La cpula hubo deconservarse. Pero ya la lnea limpia del cncavo blanqueado; la pureza de la curvasugerente, plena de suaves emotividades; mantenedora de relaciones de armona y de

    22 Blas Infante expuso en su obraEl Ideal Andaluz (1915), la teora de que Andaluca era la creadora de lacultura cretense. En ella deba buscarse el misteriosostockde la raza pelsgica. El nombre pelasgos (delgriego antiguo Pelasgo, singular ,Pelasgs) fue usado por algunos escritores de laantigua Grecia para aludir a los pueblos predecesores de los helenos como habitantes de Grecia.23Mitol. Io: sacerdotisa de Hera, amante de Zeus y transformada en vaca para evadir la furia de su esposa.24 Cultismo: proa procede etimolgicamente del latn prora, y ste a su vez del griegoprora, utilizado yapor Homero en la Odisea (XII, 230): Entonces yo revest mis armas famosas y, tomando en mis manosdos lanzas, avanc hacia el puerto del navo en la proa.25Mitol. Las Simplgades ,Planctai o Cianeas, rocas cerca de Escila y Caribdis, envueltas en una nieblaespesa y defendiendo la entrada del Bsforo haciendo de l un lugar intransitable; simblicamente imagendel paso peligroso y de la iniciacin; Vid. Apolonio de Rodas,Argonuticas II, 317-340, 549-610; IV, 795-979. Geogr. entrada sur del Estrecho del Bsforo.26 Procedente del establecimiento comercial o emporion deMassalia gr., importante centroirradiador de la cultura griega en Occidente y rival principal de Tartessos en el trfico comercial del estaopor su acceso a las fuentes del estao en la Bretaa francesa, que hasta entonces haba monopolizadoTartessos; fundado, segn cuentan las crnicas de Tucdides, por griegos de Focea hacia el ao 600 a. C.27 Abidis o Habidis,Mitol. Rey de Tartesia. Fue amamantado por una leona y una zorra. Vivi su infanciaentre las fieras, cuyo lenguaje entenda. Le adoraron los celtberos por su accin civilizadora. Grgoris yAbidis vienen a representar como avatares del mismo mito, el del hroe solar.28Pot. Resplandecer, relucir una cosa con la luz. Infante escribe explender.29Mitol. Minos (en griego antiguo ,Mns) era un rey semilegendario de Creta y las islas del marEgeo tres generaciones antes de la Guerra de Troya, hijo de Zeus y Europa. La civilizacin minoica recibeel nombre de Minos.

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    igualdad en las distancias; expresiva de la intuicin arquitectnica y de conjunto de laNaturaleza, manifestada en la maravillosa curva lmpida de los cielos; fue un tantoalterada por el detalle regularista inerte, ms o menos bellamente regularista, que traduceen rectas y en ngulos ideales, los avances civilizadores de un Ideal, por definir an, elcual los hombres vienen a realizar; y las rigideces excluyentes que cada uno de estos

    avances llega a implicar en las divisiones entre s, cada vez ms excluyentes, en clases ocastas, coetneas con aquellos avances, que los humanos verifican. Y, as, sobre laarmadura del marbate30, radiado de alfardas31, la cpula fue revestida de alfarje

    primoroso; ahora vetusto.Y durante los das del sol, en el invierno, y cuando los atardeceres augustos en el esto,sedeas alcatifas32, cubrieron las humildes almorrefas del pavimento de la kubba, ahora

    prtico de deleites; y polymitos33 tapices, engalanaron la columnata cubriendo a vecessus vacos, y otras recogidos hacia los fustes por alzapaos de oro. Sobre esplndidolecho de prpura, reposaba, ahora el Seor de Andaluca; ora durmiente en silenciosasoledad, arrullada por los rumores de las fuentes, y perfumada por las flores y frutos del

    jardn; o ya, en placentera vigilia, animada por los donaires de la Corte, ennoblecida en

    los torneos de expresiones bellas o sabias; o ya, siguiendo con los ojos adormecidos elarmonioso movimiento de las lneas marcadas por las damas de las doncellas que a

    plasmar venan traducidos en meldicos movimientos de los cuerpos, o en meldicasvibraciones de sonido, los motivos rtmicos, hondos y callados, determinantes desilenciosos movimientos o vibraciones de las almas; o ya, por ltimo, arrobndose en losamores de las sultanas preferidas de cuyos ojos venan a esplender iluminaciones de

    paraso, y cuyas bocas trmulas y sangrientas se le ofrecan como crteres rebosantes dedulcedumbres sin fin, para ser apuradas en xtasis de supremos rendimientos.El Prtico preferido de los Emires! Con cunto respeto y veneracin vinieron antao losvisitantes del alczar a contemplar este lugar, en que el Seor de los ms grandes

    poderos, gozaba del vivir, o en el cual, elaborando leyes de vida, vena a expresar laarmona del ambiente, mediante sabios imperativos para la vida de su oracin, animados

    por el espritu de aquel pueblo culto, libre y feliz!Pero despusEl ndalus, engrandecido, mediante el libre desarrollo de su antigua vidaoriginal y esplendorosa, vino por los emperadores moawitas, a expresar su mxima

    potencia fundida con el espectculo sin par, antes ni despus en la Historia del mundo, deuna nacin jardn, exornada con monumentos grandiosos, donde todos los hombres, libresy cultos, se esforzaban por acariciar la tierra, adornndola con galas de vergel, y donde latierra retribua esplndidamente a los hombres, con la abundancia generosa de sus frutoshermosos. Nacin potente, presidida por la alegra de vivir, manifestada en hechos de

    30

    Arq. n.masc. Del r. hisp. al-marbat, cinturn, y este del r. cls. mirbat, traba. Madero cuadrado delalfarje, que une los pares o alfardas.31Arq.n.fem. Del r. hisp. alfrda, y este del r. cls.fardah, uno de un par. Viga o cuartn ensambladocon varias piezas formando labores de figuras geomtricas, que sirve de travesao en los templos y salones.Est colocada en lo alto, donde empieza la armadura o artesonado de los techos, y atraviesa de un lado aotro por el ancho. En su origen alfarda significa la sola, la singular, la suelta, viga al aire.32 Del r. hisp. alqafa, y este del r. cls. qafah. Alfombra fina.33 Cultismo. En la Vulgata de San Jernimo encontramos la locucin opere polymito, que es labor obordado hecho con hilos de diversos colores y en ocasin con hilos brillantes de oro y plata, gnero debordado que es en verdad un recamado viso (lat. bysso, lino), porque hiere la vista con tornasoles ycambiantes.

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    soberano rumbo, en la cual los hombres trabajaban por alumbrar las aguas quereverdecieran y aumentaran el rea de sus jardines; y por revelar una ciencia cuyosdeslumbradores destellos cegaban al mundo occidental, sumido, por entonces, en la

    barbarie cristiana medieval o feudalista. En el Oriente lejano, eclipsados por losresplandores de esta nacin, se apagaban los focos de Damasco y de Bagdad. El Mahd,

    el Enviado para la redencin, exista ya sobre la Tierra; pero no era un hombre; era unpueblo: Andaluca.Las seales profetizadas por los imanes, de alguna secta muslmica, habanse realizado,anunciando la llegada del Salvador . Y los poetas, asombrados ante el milagro delndalus que esplenda como un Sol, alegra de vivir, ciencia, riqueza y poder, cantaronall en la tierra que primero viene a gozar la estrella cegadora del daGracias a Alah,que ha hecho salir el Sol por Occidente!- y, en el lejano Septentrin, envuelto en nieblahmeda, y pasmado de fro; al percibir los resplandores de este Sol, que hasta las heladasestepas alcanzaban ardientes, Hoswrita, la monja asctica del claustro sajn, mirandonostlgica hacia Crdoba, en donde las mujeres presididas por Aixa y Walada seengrandecan por la libertad, la poesa y la ciencia, al Oriente haca coro, cantando

    nostlgica desde su blanca soledadSalve, ndalus, antorcha del Mundo!34-. Y,entonces, los emperadores que habitaban la enorme ciudad, limpia y sabia, desparramada

    por el campo, contemplando rebosantes las arcas de los tesoros del Estado; repletas devolmenes, ingentes bibliotecas; construidos a centenares los baos pblicos; y atendidastodas las necesidades espirituales y materiales de su pueblo, con aquella prolijidad,seguridad y delicadeza que a los viajeros de otras tierras, asombraba; dijeron por boca delgran Abderramn35: Edificacin grandiosa:

    El rey que ame la gloriaLevantar con amor.

    34 Hoswrita, o mejor Howsrita, ms comnmente conocida como Rosvita de Gandersheim (Hrotsvit, 935-973) fue una monja sajona autora de un conjunto de poemas hagiogrficos e iniciadora de un teatrocristiano en el que la lascivia de las mujeres paganas fuera transformada en un elogio a la castidad de lasvrgenes, desterrando as la perniciosa influencia que ejercan entre los clrigos catlicos de su tiempo lascomedias de Terencio. Compuso adems dos poemas histricos, uno sobre el emperador Otn II (GestaOttonis) y otro sobre los orgenes de su monasterio (Primordia Coenobii Gandershemensis). A dicha monjase refiere Infante en otra ocasin y con palabras similares, vid. INFANTE, Blas:Andaluca. Teora yFundamento Poltico, Manuel pimentel y Antonio Manuel (eds.), col. Andaluca, serie PensamientoAndaluz, edit. Almuzara, S.L., Crdoba, 2008, pg. 93, en donde a propsito de Al-ndalus bajo lasoberana califal cordobesa manifest lo siguiente, segn nos transmie Infante: Lmpara nica encendidaen la noche del Medievo, al decir de la lejana poetisa sajona Howsrita!, Cf. PRS, Henri: Esplendor deAl-ndalus. La poesa andaluza en rabe clsico en el siglo XI. Sus aspectos generales, sus principalestemas y su valor documental. Trad. de Mercedes Garca-Arenal. Edic. Hiperin, S.L., Madrid, 1983, pg.127: Crdoba ya haba difundido los destellos de su fama hasta Alemania; la religiosa sajona Hroswitha,en el siglo X, deca de ella: Joya brillante del mundo, ciudad nueva y magnfica, orgullosa de su fuerza,celebrada por sus delicias, resplandeciente por la plena posesin de todos los bienes.35 Abd ar-Rahman ibn Muhammad (en rabe:: ) Crdoba (Qurduba), 7 de enero de 891-Medina Azahara, 15 de octubre de 961,2 ms conocido como Abderramn o Abd al-Rahman III, fue eloctavo emir independiente (912-929) y primer califa omeya de Crdoba (929-961), con el sobrenombre deAn-Nir li-dn Allah ,( ) aquel que hace triunfar la religin de Dios (de Al). Se atribuyeal Califa la composicin del siguiente dstico compuesto en rima ani, metro kamil, vid. PRS, Henri, ibid.pg. 126: 1. Cuando los reyes quieren perpetuar para la posteridad el recuerdo de sus ms altospensamientos, lo hacen por medio del lenguaje de las [bellas] construcciones. 2. Un edificio, cuando es degrandes proporciones, indica la majestad del rango [del constructor].

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    Pasaron Reyes y Reyes,Las pirmides se alzanAn sobre sus cimientosY, an el desierto miran

    Edificacin grandiosa,

    A travs de muertos siglos,Dir que grandes alientosSus fundadores tenan

    El recinto del Alczar fue ampliado ms an sobre el terreno, a la espalda de la antiguafortaleza y construido con edificaciones independientes. Ya, el Alczar no fue un Palacio,sino una ciudad de palacios: ciudad real en la capital de la natural realeza de los altos

    pensamientos. Dentro del inmenso tapial, cada Califa edific un Palacio; y a cada cual seados un jardn, alegrado por aquel supremo amor de los andaluces; el agua, que corra

    por atarjeas36; y reposaba en albercas y pilones y que surga bullidora de fuente, y tacasde mrmoles griegos, brotando de los ojos y de las bocas de estatuas de plata; de bronce y

    de oro...Y, as, fueron alzados los palacios que Jaldn37, el historiador, exalta; a saber: El del

    jardn, el del Favorito; el de la Corona, el de la Alegra38Y, entonces, la construccin de la Residencia Real Antigua se destac solamente por lahumildad y la adustez de su fbrica, entre las dems edificaciones de elegante y rica trazaque el Alczar compusieron. Y, as, como un viejo avergonzado, o tal vez envidioso anteel florecer de la generacin reciente, as vino a ser la antigua fortaleza venerable ante laciudad imperial de los palacios nuevos. La abandon el Califa; yendo a estos palacios aresplandecer la realeza andaluza y su refinada corte. Y, he aqu, cmo, la primitivakubba, columnata o templete de la Justicia Vieja, sencilla, enrgica y sobria; ms tarde,durante los primeros Emires Ommiadas39, luminoso prtico exornado con alfarjes yatauriques, fue abandonada para siempre por los ltimos emires y primeros emperadoresde aquella dinasta y de aquel reino engrandecidos.La energa y la sobriedad antiguas afirmaron al seor del Estado feliz, el cual, si en lakubba decidi hiertico en fallos concretos, en el prtico vino a dictar sabias leyesnacionales, desamparando, por ltimo, aquel lugar, cuando merced a aquellos fallos y aestas leyes animadas por el espritu de vida de su pueblo, contemplronse a s mismos,elevados al rango de excelsos reyes.Entonces los tapices de la Kubba primitiva, despus Prtico y, ahora Saln, fuerondescolgados de los paramentos: levantadas las alcatifas y retirados los suntuosos lechos y

    36Arq. n. fem. Del r. hisp. attasyi, y este del r. cls. tasyi, acompaamiento; conducto o encaado pordonde las aguas de la casa van al sumidero.37 Ibn Jaldn (r. , cast. Muhammad ben Jaldn ) historiador tunecino de origen andalus ,ms concretamente sevillano (1332-1406). Es fundamentalmente conocido por su obraMuqqadima oProlegmenos a su vastaHistoria de los rabes.38 No deja de ser significativo que el propio Blas Infante bautizase precisamente a su esplndida residenciade Coria del Ro bajo el nombre deDar al-Farah, la Casa de la Alegra. l propio Infante la levant sinplanos, ejerciendo de arquitecto, decorador, maestro de obras y contratando l mismo a albailes yartesanos. La inspiracin andalus es bien patente.39 Ommiadas por Omeyas, linaje rabe que ejerci el poder califal, primero en Oriente, con capital enDamasco, y luego en Al-ndalus, con capital en Crdoba.

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    cojines. El Prtico vino, as, a quedar desnudo enfrentando el espacioso jardn. Pero mstarde tambin ste fue cortado para agregar su parte ms grande y ms bella a un palacionuevo. La columnata encontrse de este modo mirando slo a un pequeo trozo de jardnabandonado, cuyo alto muro sobre aqulla proyect en sombra, hasta que, por ltimo, unda, vinieron nuevos alarifes. Embutieron, en los vacos de las arcadas, tapiales de

    paredes limpias, en el centro de las cuales dejaron modelados ajimeces, encuadrados enarrabs humildes. Edificaron, adems, por delante del Prtico, as transformado en Saln,levantando un muro entre el antiguo frente de aqul, en el cual dejaron el vaco de la

    puerta lateral izquierda, y la muralla que separaba el Alczar de la ciudad en la parte dedicha muralla que abra la denominada Puerta de Hierro. Y, de este modo, fue labrado el

    pasadizo, nica comunicacin del Saln con el trozo de sombro jardn. Era precisoaprovechar todos los espacios inservibles; cerrar patios y soportales del Palacio antiguo

    para alojar a los numerosos servidores nuevos del Alczar. Y, la fortaleza primitiva, porser la menos bella, entre las nuevas construcciones, y estar frontera a la ciudad, fuedestinada al alojamiento de la guardia negra del Califa.Enormes soldados exticos irrumpieron en el prtico recin convertido en cuadra para

    que de morada les sirviera. Y, de esta manera, en el recinto del Saln, vinieron adesarrollar, en expresiones groseras, la tosquedad de su barbarie. Y, ora atronaban susmbitos con feroces gritos, o ya pisoteaban el pavimento, saltando sobre l, en juegossalvajes que deslustraban o rompan las almorrefas; o ya, por ltimo, venan a reposartendidos o estirados sobre colchonetas en el suelo, mirando antes de dormir, con losgrandes ojos, muy abiertos, las magnificencias del alfarje que en los remotos fondos de su

    primitivista ingenuidad, llegaban a evocar el surgimiento de vagos fantasmas dorados onegros, cortejados por atvicas sombras de ancestrales supersticiones.El Saln se sinti profanado. Y, as fue, entonces, la expresin de su alma.

    EL ALMA DEL SALN

    Extraa semejanza, entre el alma de un Saln, el espritu de un pueblo y la psiquis de unhombre!

    Primeramente, manifestacin sencilla y sobria de un enrgico anhelo, pleno depotencialidades fecundas, que viene a plasmar y a corroborarse en un estado mejor;despus liberacin de un deseo que en lo ntimo de aquel anhelo, preludiaba, desde

    siempre, una msica compuesta con ritmos de placeres y de glorias, cortada a veces suexpresin musitante, por los alaridos del combate endurecedor: adormecimiento,consiguiente, de la energa y de la sobriedad; por ltimo, soberbia que quiere suplirlas

    para evitar los decaimientos; y decaimientos que siguen a la soberbia...Entonces, un

    resquemor: una envidia, queriendo suplir en vano, para la ascensin, aquellas alas quese dejaron adormecer; fuego de brasa que jams en llama habr de elevarse,consumiendo los combustibles que an pudieran nutrir el fuego vital, despertador de lasalas aquellas, y ansiando devorar las ajenas fuerzas de otros nuevos creadores...Al fin, lamaldad en la sombra que fragua enloquecida la soberbia impotente...Y as viene a hablar el alma del Saln...- Fui albergue augusto de la ingenuidad noble yde la realeza fuerte, y, ahora, me profana la servidumbre...Fantasmas de regioshabitadores se destacan al vagar por mi recinto, surgiendo, en mi seno, reproducida por laminiatura palpitante de un instante astral, su ininterrumpida procesin sucedida a travs

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    de largas centurias. Cuerpos de soldados negros, incapaces de percibir la sagradalatencia de estas sombras; ms vivas an, por esta causa, que vosotros mismos, noobstante que filamentos de sangre, como canales hinchados, quieren reventar inundandovuestras blancas esclerticas, y que sucia espuma arrojan como lava, los crteres que envuestras bocas feroces, abren al blasfemar vuestros rojos labios! Mi hlito es, ahora, un

    resquemor...Mi hlito invita ardiente al complot silencioso que entre las tinieblas pare elcrimen.Y, parece, como si el contraste entre la escasa pero suntuosa y flamante mueblera, y lavetustez de la estancia misteriosa, llegara a expresar en una callada risa sarcstica, elalma vieja y dolorida del Saln...

    PASAJE I

    Un Faqu40 inoportuno

    (Es de noche y el Saln est solitario. La luz de las estrellas que ungen el abandonadojardn, viene, penetrando por los vacos del fondo, a investigar, medrosamente, susmbitos obscuros.

    A poco, rechina la cerradura de alguna puerta interior oculta en el fondo de la escalera,cuyo principio se ofrece sobre el aposento, flanqueada por el jambaje41 de la puertalateral derecha; y una luz roja, indecisa y tenue, se derrama, por sta, hacia el centro delSaln.

    Inmediatamente despus, se oye el ruido de la puerta interior que, por dentro, se cierracon llave; y los pasos de alguien quien los peldaos desciende.

    Ben Okba, aparece en el dintel alumbrndose con un gran candil de barro vidriado deverde, el cual sujeta con los dedos medio e ndice, enroscados alrededor del anillo oamplia asa circular que remata el extremo posterior de la lucerna.

    Ben Okba trae calada la capucha de su albornoz, hasta casi cubrirle el rostro. Vienemalhumorado; rezongando palabras ininteligibles. Desciende hasta el pavimento de laSala; avanza hacia el cojn del fondo, y, despus de colocar el candil en el suelo, se

    sienta, con las piernas cruzadas, por delante de la luz).

    BEN OKBA: Maldito Faqu! Le vi desde la ventana de mi alcoba salir del oratorio delpatio, y venir hacia la fortaleza, acucioso de aturdirme con su sempiterna charla...En lasnoches sealadas como sta, he de bajar a sepultarme aqu, antes de tiempo, paraocultarme de ese hablador terrible...

    Uf! Todava huele este Saln a carnaza de la guardia negra del Califa! Ya fue caprichoel del Prncipe Mohamed al ordenar habilitar, para las tenidas, esta pieza, mandandoexpulsar de ella a los hijos del desierto!

    40 Faqu o alfaqu (del rabefaqh, con adicin del artculo determinado al-) es un experto en elfiqh,o jurisprudencia islmica. Segn la RAE, alfaqu significa, entre los musulmanes, doctor o sabio de la ley.41Arq. n. m.Conjunto de las dos jambas y el dintel que forman el marco de una puerta o ventana.

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    Faqu de los demonios! La noche de la anterior tenida42, me retuvo hasta una hora en queya, muchos de los leales se impacientaban aguardando; y tal vez a punto de alarmar laatencin de inopinados transentes, en la calleja de la Puerta de Hierro. Y cmo bajar aabrirles habiendo de dejar al Faqu con la palabra en los labios? Primeramenteimpedamelo sta mi excesiva sumisin a la fuerza de la cortesa; y, en segundo lugar, la

    consideracin de que el Faqu llegara a sospechar de mi retirada en esas horasalarmantes; vendra, entonces, a husmear como un zorro; investigara hasta descubrir, porltimo; y...Adis importantes secretos de Estado! Al Muezzin43 de la Mezquita Grandeira a ensear lo averiguado para que con la oracin del alba lo lanzara, desde el altoalminar, a los cuatro vientos.He aqu porqu he de huir para que no llegue a atraparme en noches como sta...Quhombre! Por satisfacer su vicio de chismografa, y por estar charlando continuamente,hasta al lado de mi mujer ira a buscarme...Pero aqu...Oh, lo que es aqu, estoy seguro,al fondo de este subterrneo no puede desfondar su lengua!...(En la puerta interior que cerr al entrar Ben Okba, redoblan unos fuertes golpes.

    Nuestro personaje interrumpe su soliloquio, ms bien que sorprendido, alarmado,

    intensamente).Quin podr ser?...Quin ha podido circular, a estas horas, por el laberinto decorredores que hasta esa puerta conducen? (Los golpes vuelven a sonar ms fuertemente).(Ben Okba est perplejo).Indudablemente quien as llama busca a quien aqu se ha ocultado...que soy yo...Y cmolleg a averiguar?...Y cmo mostrar a alguien extrao a estos asuntos, el secreto actualde esta Sala?...(Ahora el golpeador desarrolla la fuerza de sus puos contra las maderas de la puerta deun modo decisivo, como queriendo anunciar que, o la puerta se abre por quien tiene lallave y puede hacerlo, o que aqulla ser derribada irremisiblemente por quien aguardadesde fuera. Ben Okba est asustado).Habrn descubierto...? (Ben Okba se levanta y, azorado, mira hacia la puerta que da al

    pasadizo del jardn, como buscando una salida liberadora. Pero enseguida se tranquilizaun tanto. El redoblar de los golpes sobre la puerta, sigue).Cada golpe es una orden...Ser el Prncipe?...Pero, esto, no puede ser. El Prncipe tienela otra llave...(Nuestro cuitado amigo, llega a aturdirse. Pero un nuevo esfuerzo del que llama como siestuviese empujando la puerta proponindose desprender los goznes de sus jambas,deciden, al fin, al apurado guardin).He de abrir...escandalizaran, sino, todo el Alczar...matar al importuno si no esiniciado...

    (Okba desaparece por la escalera. Rechina otra vez la puerta interior al abrirse. Seescuchan, casi simultneamente, una blasfemia de Okba y una carcajada del recinllegado).

    42 Reunin. El nombre tenida se aplica comnmente a la sesin de una logia masnica. Sera interesantellevar a cabo un estudio sereno y sin estridencias acerca de las relaciones de Blas Infante con la Masonera.43 Muezzin o almuecn (Del fr. muez[z]in, este del turco mezzin, y este del r. cls. mu'ain, cast.gritador). Musulmn que desde el alminar convoca en voz alta al pueblo para que acuda a la oracin oadhn cinco veces al da. Sera mejor la voz almudano, dado que procede del rabe andalus.

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    UNA VOZ: (Desde dentro). Conque as te ocultabas, buen Alcaide?BEN OKBA: (Apareciendo de nuevo en el Saln, seguido por un hombrecillo vivaracho,cuya cabeza remata, en un alto turbante).S, Doctor...(El Sacerdote re su triunfo, a grandes carcajadas. El Alcaide est a punto de estallar de

    indignacin).EL FAQU: Con la gran nueva que he de comunicarte!(Elrecin llegado mira sorprendido el extrao saln; yendo de ac para all,investigando, sobre todo, los ricos muebles, con aire de socarronera).BEN OKBA: (Esforzndose por contenerse). No estoy para noticias, Faqu.FAQU: Supongo que, sta, habr de interesarte...El Amir...BEN OKBA: (Prestando atencin). Di, Doctor.FAQU: Pero...infrmame, primeramente. De quin son esas ricas ataujas? (Sealandola mesa y los almenares).BEN OKBA: (Aparte). Maldito! (En voz alta). De quien han de ser! Estn en esteSaln desde los antiguos tiempos!

    FAQU: (Irnico). Pero si son de hechura reciente, buen Alcaide!BEN OKBA: (Malhumorado). Pues bien, son mas!...Yo, las traje aqu!FAQU: T? Y desde cundo el humilde Alcaide de un departamento del Alczar

    puede venir a usar tan rico mueblaje que envidiara el Emir de los Creyentes?BEN OKBA: Son mas, Doctor. Me las regal...mi padre!FAQU: (Riendo a carcajadas). Basta, pobre Ben Okba! Soy adivino. Escucha. Estemueblaje es de un Prncipe...BEN OKBA: (Aparte). En efecto...del Prncipe Mohamed. Pero quin llegara adecrtelo, odioso charlatn?FAQU: Qu rezongas, cuitado Alcaide? Lo acert, eh?...Escucha, ahora, hasta el fin,y admira mi adivinacin...Este Saln est destinado a escena de amores ilegales.BEN OKBA: (Percibiendo como una luz de salvacin en aquella sospecha del Faqu;confirmando la cual, vendr a ocultar su secreto). Qu dices, Faqu? (Fingiendoasombro).FAQU: Y t, Ben Okba, Alcaide de esta parte antigua del Alczar, a los amantes vienesa abrir la misteriosa Puerta de Hierro sobre la solitaria calleja...BEN OKBA: (Abrazando al Faqu).Oh Prodigio!...Pero Doctor, por tu vida, no dirsnada.FAQU: Te lo prometo; pero en tanto en cuanto, t me reveles el nombre de esePrncipe...BEN OKBA: (Desdeoso). Yo, mediador, nada ms que de un prncipe! (Con

    solemnidad cmica). Me ofendes Faqu! Slo en un caso, el alcahuetaje honra...cuandoconspira a perpetuar la realeza.FAQU: Entonces, el amante...BEN OKBA: (Bajando la voz). Es el mismo Califa!FAQU: Y...ella? Y, ella?BEN OKBA: Ella...! Pues no lo s! Llega, envelada, y slo puedo verla durante lasnoches; al entrar o salir por la Puerta de Hierro...FAQU: Torpe!

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    BEN OKBA: No lo s: Te lo juro! Pero ya t conoces mi secreto, el cual es el misteriode esta sala. Ahora, comuncame la gran noticia que venas a participarme; y, mrchate,

    porque...FAQU: Voy a complacerte; pero sentndonos, primero.BEN OKBA: (Con gesto resignado). Por Alah, Faqu, habla de una vez!

    (Ambos interlocutores van a sentarse en el centro del cojn del fondo, y por delante delcandil colocado sobre el suelo).FAQU: Te acuerdas de cunto hubimos de conspirar porque nuestra vieja amigaOmmalisam44 negase al Amir la venta de sus terrenos prximos a la Mezquita Grande?BEN OKBA: S, me acuerdo.FAQU: Ese Ben Amir es el ms grande zorro!...Es impo: y gracias que no es hereje.Despus de todo mejor es que sea, como es, ateo. Nosotros, hubimos, con nuestras

    propagandas, de conseguir que lo mirasen mal, por su impiedad, entre las viejas y losnobles, los faques y los africanos. Sobre todo, la Sultana Sobeya45, quien al venir deBasconia, su pas, y renegar del Cristianismo para convertirse al Islam, a fin de podercasarse con el emperador Alakn46, se convirti en la ms clebre defensora de nuestra

    Ley. La Reina, le ech en cara sus contubernios con los filsofos, y el permitir la entradaen la Biblioteca Grande del Califa, de libros que aqullos y los poetastros (Dios losconfunda), los fsicos y los mdicos, sobre los que ya existan, escribandesenfrenadamente para exaltar la verdad de la Naturaleza, contraria a la Ley de Alah;sobre todo, en los ltimos tiempos en que esos malditos no se contentaban ni se contentancon blasfemar indirectamente escribiendo esas cosas; sino que audazmente acometen con

    burlas impas, de un modo directo, la ingenuidad de los creyentes antiguos, cada vez msescasos...BEN OKBA: Vlgame Alah! Faqu: Por tu vida; concluye pronto!FAQU: T sabes cunto trabajamos entonces por poner al Amir en entredicho de laSultana y de las Mezquitas...BEN OKBA: Pero, hombre, si lo has dicho ya!FAQU: Y no ignoras que sali de nuestras redes, mandando quemar unos cuantos librosde malos versos y de historias falsas. Aunque, segn dicen, todava de esto se justificabaante sus ntimos, asegurando que mandaba quemar aquellos libros de burlas impas

    porque no eran de burla verdadera; porque slo puede ser objeto de burla lo que tienealgn aspecto de seriedad, y que haba destruido los libros de historias falsas, porquela nica verdadera historia, es la que el Mundo, los pueblos y los individuos vienen aexpresar en el resumen de su presente. Pero los libros de fsica; los de medicina; los deagronoma, y los de filosofa y matemticas, sos los declar intangibles; con lo cual nosvino a complacer burlndose de nosotros; pues, precisamente, los libros quemados, eran

    44 Ommalisam, que al parecer en rabe significa "la de los lindos collares".45 Sobeya (tambin llamada Zohbeya y Aurora, a quien su marido Alhakn dio el nombre masculino deChafar) o Subh umm Walad. (Subh es aurora, amanecer u oracin de antes de la salida del sol; umm Walades la madre de los hijos del seor) De origen vasco, esta mujer fue esclava, luego favorita del segundoCalifa cordobs Alhakn II y madre del tercer Califa Hixem II. Naci probablemente en la dcada de 940 ymuri hacia 999. Fue la mujer ms influyente en los ltimos aos del siglo X. Aurora protegi la vida y elreinado de su hijo controlando internamente las rencillas que ocurran en Crdoba para destronarle. Paraello se vali de su protegido y aliado Almanzor, al que contribuy a aupar al mando superior del califato.46 Alhakn o Alhaqun II (en rabe, al-akam ibn Abd al-Ramn; Crdoba, 13 de enero de 915 - Id., 16de octubre de 976) segundo califa omeya de Crdoba, desde el 16 de octubre de 961 hasta su muerte.

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    los que nosotros hubiramos querido conservar; pero la destruccin de estos libros lesirvi para fingir piedad; y para combar esta mentira, quiso ampliar la Mezquita Grande.Entonces, nosotros, impulsamos a la vieja Ommalisam, sugirindole la resolucin de noceder al Amir los terrenos que necesitaba para realizar la obra, los cuales son de la vieja...BEN OKBA: Pero, por compasin, Faqu, si ya conozco toda esa relacin! Que siempre

    has de venir a empezar por la creacin del Mundo! Dime lo que ocurra, ahora, y termina;mira buen Faqu...(Ben Okba alude al prximo uso que habrn de hacer del Saln losamantes a quienes poco antes hubo de referirse).FAQU: Pues ocurre que la maldita vieja ha sido comprada! Que su beatera no ha

    podido resistir al brillo del oro de Almanzor; y que ha cedido al Estado esos sagradosterrenos; y que, ahora, el Carim, podr hacer sus obras de engrandecimiento de lamezquita; restando enemigos entre los creyentes y llegando a adquirir incontrastable y

    perenne fama de piadoso.BEN OKBA: Pero es eso cierto?FAQU: Esta tarde se ha firmado la escritura. El muy zorro, ahora va a resultar unfervoroso creyente, para todos los beatos! ...

    BEN OKBA: Y, era esa la gran noticia?FAQU: Te parece pequea? Pero, otras hay; vers...(El Faqu interrumpe su charla para escuchar un instante doblando la cabeza hacia el

    suelo, y mirar, despus, alarmado al Alcaide).No oyes? Parecen ruidos subterrneos!BEN OKBA: (Incrdulo, y en tono de chanza). No te importe. Ser tal vez el diabloguardin de Almanzor, que nuestra conversacin escucha...Pero...qu es esto?(sorprendido).(El cojn sobre el que estn sentados los dos amigos, se mueve hacia arriba. Faqu y

    Alcaide saltan, asustados, y corren hacia la puerta de la escalera, mirando desde ah,con estupor).FAQU: Ese cojn, anda!BEN OKBA: Anda! Cmo puede ser esto? (El cojn deja de moverse).FAQU: (Mirando receloso a Ben Okba, de hito en hito; y como iluminado por una idea

    sbita). Ah, ya comprendo! T no te ocultabas aqu para servir de alcahuete a regiosamantes; sino porque este Saln subterrneo es el templo de tus infernales alquimias. T,lo mismo que ese ingeniero que ha compuesto una nave de grandes alas que por los airesvuela, y que Abul Kasim y sus discpulos que despedazan los muertos buscando secretosen los cuerpos desgarrados de los cadveres, y que los fsicos que construyen artefactosque andan; y que les sirven para medir grandes extensiones de terreno y para encenderextraas luces; t, Ben Okba, eres un brujo; un impo, como ellos. Y, sta, es la sala de

    tus abominaciones. Por eso, te ocultabas! Por eso...!(Se oye un golpe sordo; como de una piqueta o martillo en un subterrneo, debajo delcojn, el cual,casi simultneamente es levantado con parte del pavimento, e impulsadohacia adelante; al mismo tiempo que se escucha un rechinar como de viejos goznes. El

    plano del pavimento levantado cae con el cojn, sobre el candil cuya luz se apaga, siendoalumbrado entonces el Saln, por un extrao resplandor rojo que surge del fondo de lamina, la cual viene a sustituir el trozo rectangular del suelo removido. El Faqu,aterrado, huye hacia la escalera. Ben Okba, no menos asustado, forcejea con l por

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    ganar antes el vaco de la estrecha puerta. Al fin el primero, se escurre, escalera arriba,siguindole el Alcaide).FAQU: (Desde dentro, gritando trmulo mientras que huye). Siglo perverso!...ndalus corrompido! Maldicin; maldicin, en nombre de Alah!BEN OKBA: (Tambin desde dentro, y gritando con voz temblorosa). Yo te juro,

    Faqu!...(El Saln queda unos instantes solitario. Su mbito parece una boca negra que resarcsticamente, y la sima roja, semeja su garganta).

    PASAJE II

    Los pellejos.

    (A poco, Ben Okba, con las piernas temblorosas, peldao por peldao, muy lenta ytmidamente, aparece descendiendo la escalera).

    BEN OKBA: Yo...no podr irme...Necesito ver qu es esto. nimo, Ben Okba; Si ahoraabandonara este Saln, y de este suceso, la conspiracin, resultare descubierta, elPrncipe, creyndome traidor, me mandara matar...El Faqu se fug asustado...Por pocoy no se rompe la cabeza contra una pared! Maana, todo el mundo en el Alczar sabrque yo soy brujo...As lo cree el Doctor!...Yo, brujo! Y estoy ms espantado que elFaqu, al escuchar esos golpes y presenciar estas brujeras! A, nimo, Ben...! (El Alcaideasoma tmidamente la cabeza por la jamba lateral de la entrada de la escalera, y se ponea mirar hacia el fondo. Pero, al mismo tiempo, se oye un rumor en el fondo de la sima, yde la boca surge una temible cabeza negra, cual la de Lucifer, que enseguida vuelve adesaparecer en el seno de aquella boca. El Alcaide, vuelve prestamente, y temblando lacabeza).Alah!...

    (Ben Okba, ante tal visin, vuelve a creer en el Infierno. Ser este negro el encargadode despanchurrar infieles, con la maza frrea en cualquier negro pas de ultratumba? Yano puede fijar sus ideas ni, menos, la verticalidad firme de sus piernas, cuyas rtulaschocan, entre s, como pndulos de corto radio, en el temblante azoramiento. El terror havenido a embaucar el juego de la mecnica de su pensamiento; y ste, poco gil, apenas

    si puede llegar a plasmar en torpes ideas pasmadas, que surgen paralticas, como gotasde agua aisladas; concluida la fluidez de la fuente. Quisiera huir; pero ya no puede.Como si los dinteles se hubieran ido aproximando, y Ben Okba, como una navetemeraria, cogida entre las Simplgadas, se encontrase, por todos ellos oprimido;

    encuadrado, estrechamente, entre ellos, sin posiblidad alguna de moverse. Mientrastanto, el alma del Saln parece proseguir su risa...Enseguida, la boca del abismo escupe o arroja un objeto extrao impulsado desde elfondo, vigorosamente, a manera de obscuro pellejo de aceite; o sea un gran envoltorio,de piel no curtida; otro le sigue inmediatamente. Y, despus, otro; y otro...siendo lo ms

    particular que los pellejos, al rodar, producen un misterioso ruido metlico...Luego deescupidos los pellejos, la sima pone un temible negrazo, gigante forzudo, descubierta lacrespa cabeza, enfundado el torso en un perpunte gris, o fuerte jubn, acolchado yrecosido, con los muslos cubiertos por rojos calzones manchados; desnudas las piernas y

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    descalzos los pies. De un tahal47 mugriento, cuelga, a guisa de alfanje, ancho y corto, unespantable chafarote48. Y, a manera de los caestus49 que usaban los gladiadores, para

    sus brbaras luchas, brazales o armaduras de gruesa piel de buey, amparan las muecasy antebrazos de este titn del Averno, quien en musculatura y presencia terrorficaaventajara al negro ms corpulento de la guardia del Emir de los creyentes

    occidentales. Inmediatamente despus, aquella temible boca rojiza, vomita otro negro,ms gigante y fuerte an que el anterior, y de no menos feroz aspecto. Usa igualesvestidos y armas que el precedente; del cual slo se diferencia en los calzones; verdes,los del ltimamente surgido, y desgarrados. Los ojos de ambos monstruos lanzanchispas; y sus labios se arremangan, en gesto de morder con sus poderosos y blancosdientes de asno salvaje).BEN OKBA: (Mirando imbecilizado la escena, repite con voz pasmada).Alah!(El negro segundo, apenas surgido, va a inclinar su robusto torso sobre el vaco delagujero, en el cual llega a hundir su brazo poderoso, y con igual rapidez con que elhuracn arrebata la hoja seca, el gigante extrae desde el fondo del escotilln, primero a

    un caballero; despus una antorcha de luz rojiza, la cual entrega a su compaero, quienva a ajustarla a uno de los almenares; enseguida a dos damas; y, por ltimo, a doshombres ms, los unos tras de los otros.

    El caballero cubre la aljuba o gabn con un rico manto de seda; y oculta el rostro conuna almocela50 o capucha, prendida en la parte posterosuperior del manto. ste, alalzarse, por virtud de los movimientos de su dueo, deja ver una rica espada dorada, y la

    pierna cubierta por una prolongacin del rojo calzado de piel flexible, rematado en eltaln por espuelas de oro. Las damas cubren la cabeza con ricos turbantes dealbengala51y ocultan el semblante con alfaremes52 o prolongaciones de velos de sedaque caen hasta envolverles el busto, sobre las holgadas tnicas de alepn 53. Por ltimo,los dos hombres, al final surgidos, visten lujosos caftanes blancos ceidos por tahales,

    47 Del r. hisp. tahll, y este del r. cls. tahll, exclamacin de la profesin de fe islmica, que dio nombre ala caja en que se llevaba escrito y, posteriormente, a su sujecin. Tira de cuero, ante, lienzo u otra materia,que cruza desde el hombro derecho por el lado izquierdo hasta la cintura, donde se juntan los dos cabos y sepone la espada.48 Del r. hisp.fra ofra, y ste del r. cls.afrah, cuchillo; cf. port. Chifarote. Alfanje corto y ancho,que suele ser corvo hacia la punta.49Caestus o cestus es una antiguo guante de batalla que a veces se utilizaba en el /pankrtion,cast. Pancracio, uno de los varios deportes que componan los Juegos Olmpicos en la antigedad. El efectosera equivalente al actual puo de acero. La palabra caestus (plural: caests) proviene del latino que derivadel verbo caedere, que significa "pegar" o "golpear". La primera versin del cestus de batalla estaba hechocon serie de tiras de cuero atadas a la mano. Los griegos las usaron en las competiciones cuerpo a cuerpo,donde slo importaba noquear al adversario. Posteriormente, los romanos realizaron ciertas modificacionesmediante la adicin de piezas metlicas, incluyendo pinchos y placas de hierro. Los caestus fueronutilizados con frecuencia en los combates de gladiadores romanos, donde los combatientes desarmados porsus contrincantes - en su mayora esclavos - deban lucharon hasta la muerte con lo que podan.50Del lat. almucla, y ste del alemn mtze, gorro, bonete, capuz. Especie de capucha o cobertura decabeza, del que se usaba antiguamente.51 Del port. bengala, y ste del persa bangle, Bengala, provincia del Indostn. Tejido muy delgado que,por adorno, usaban los moros espaoles en los turbantes.52 Del r. hisp. alarm, y ste del r. cls. irm. Toca semejante al almaizar, usada por los rabes paracubrir la cabeza.53Del fr. alpine, y ste del r. cls. alab, de Alepo, ciudad de Siria. Tela muy fina de lana.

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    de los cuales penden lujosos alfanjes; calzan sandalias de doradas cintas, y cubren lascabezas con verdes gorros, y, los rostros, con pauelos de seda de abiertas ojeras, a

    guisa de antifaces).BEN OKBA: (Tranquilizndose, un tanto, al ver aparecer estos dos hombres).sos son eunucos del Califa...Esto no es cosa infernal. Qu podr ser entonces?

    EL CABALLERO: (Sealando los pellejos, y hablando en tono imperativo a los negros,quienes, rgidos, escuchan).Estn listas las mulas para el camino?

    NEGRO I: Kador qued con ellas aguardando junto a la Puerta de Hierro.EL CABALLERO: Pues, cargad!DAMA I: (Al Caballero) No sorprendern la expedicin?EL CABALLERO: Tranquilzate, gran Seora. Kador, disfrazado de arriero, conducirlas mulas cargadas con la mercancia...de aceite. Separadamente, aunque a poca dsitancia,detrs de Kador, ir yo; pronto a caer sobre quienes intentaran atacarle, con mis fielesnegros. Como sabes t, mi castillo se alza flanqueado por las peas de su nido de rocas,

    junto a Tarifa, sobre el mar. Y, cuando lleguemos al trmino del viaje, un buque,

    aguardar el cargamento.HOMBRE I: Nadie se ha apercibido de la empresa. Slo conoce este asunto el PrncipeMohamed, quien nos mostr el secreto de esa galera subterrnea, que desde el Palacio dela Alegra conduce hasta este aposento.BEN OKBA: Ah...el Palacio de la Alegra; el que habita el Califa, actualmente!...(Vuelven a entrar los dos negros, quienes, despus de cargar un pellejo, cada uno,tornan a repasar la puerta del corredor).DAMA I: (Con voz dura y firme; al Caballero). Vuela, Abu Berk! Repasa elEstrecho...Ve a Ziri54. Le entregars nuestros pliegos; y le ordenars, de palabra, ennuestro nombre, que, sin perder una hora, venga con el ejrcito de frica a lanzar alusurpador! (La Dama arrebata de manos de una compaera, un bolso de piel, del cualextrae unos pergaminos). -Toma nuestras cartas! (Entregando los pergaminos alCaballero).ABU BERK: Juro defenderlas con mi vida! Mandas algo ms, Seora?DAMA I: Rapidez, mucha rapidez. Dile a Ziri que le envo sobradamente el dinero que

    pueda necesitar (Sealando los pellejos).(En este instante, los hombres negros, penetran en el Saln, con nimo de cargar los dosltimos pellejos misteriosos. El ms forzudo y temible, el de las piernas cubiertas por losverdes calzones desgarrados, al entrar, de frente, reprase, un poco sorprendido, apenasavanzado de sobre el dintel de la puerta y, una rpida mirada hacia el interior de laescalera, que se ofrece al pie del vaco de la puerta abierta en el muro opuesto, le

    convence sobre la existencia de alguna circunstancia atrayente. Lo cierto es que en vezde dirigirse hacia el pellejo que le toca en suerte llevar ahora; mientras los circunstantescallan y su compaero llega a inclinarse para cargar el otro de aquellos bultos; el de los

    54 Ziri-ben-Atia, Virrey de Mauritania, vid. DOZY, Reinhart P. :Historia de los musulmanes de Espaahasta la conquista de los almorvides, Tomo III, trad. del francs por Magdalena Fuentes, Col. Universal,Edit. Calpe, Madrid, 1920, pg. 200: Ziri era el nico hombre a quien tema Almanzor, o, ms bien, elnico a quien temi en su vida: porque de ordinario despreciaba demasiado a sus enemigos para temerlos.Este jefe semibrbaro haba conservado en los desiertos africanos el vigor, la espontaneidad y el orgullode raza caractersticos de otra poca, y Almanzor, a pesar suyo, haba sufrido el ascendiente de aquelespritu, a la vez impetuoso, penetrante y custico.

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    calzones verdes, avanza de frente, con paso firme y enigmtica sonrisa, hacia el lugar endonde algo hay que su curiosidad excita.

    Ben Okba, quien aterrado, ve dirigirse al negro sobre la escalera, suavemente, con levepaso, como de zorro que pretende escapar sin hacer ruido, de la jaura, por entre losespesos matorrales, despus de erguir su cuerpo encorvado en su actitud de escucha

    penosa, hundiendo durante un momento fugaz, el torso hacia arriba, de modo que ya,desde el Saln, slo se ven las piernas afirmadas sobre los peldaos primeros, pretendehuir y empieza a adentrarse en la escalera, en cuyo interior desaparece. El negro, siguetras del fugitivo; y a poco, reaparece con el pobre Alcaide, que alzado en triunfo, comoun leve mueco de paja, es conducido por el gigante, prendido del cogote, con lacapucha del manto cada sobre la espalda, y en los labios, pasmada, una imbcil

    sonrisa).EL NEGRO II: (Presentando a Ben Okba, de la expresada guisa, como respuesta viva, ala muda interrogante que vino a expresar ante su extraa actitud el concurso).ste, escuchaba!EL CABALLERO: (Interrogando adems con la mirada a la Dama I). Qu hacemos

    con el espa?DAMA I: Matarlo! (Al ver que el negro, con la mano libre va a desenfundar elchafarote para degollar al prendido Ben Okba, como si se tratase de un conejo). Peroaqu no! (Rpidamente, y ocultndose el rostro con las manos, en un gesto derepugnancia).EL CABALLERO: (Al atleta). ntralo en el subterrneo y estranglalo, all!(El negro se dirige rpidamente hacia el escotilln. La estpida sonrisa de Ben Okba

    sigue contrayendo sus labios, inmovilizados por el pavor. Se ve descender por la boca dela sima el cuerpo del Alcaide, hasta venir a quedar su cuello rozando la superficie la

    puerta de la trampa, doblada sobre el pavimento. Una suprema reaccin viene, entonces,a desplegar los labios del cuitado espa, desdibujando la sonrisa pasmada, con la cual sedespide del mundo).BEN OKBA: (Tartamudeando). Per...per...dn!(Mientras tanto, uno de los dos eunucos ha hablado rpidamente con el otro; y amboshan venido a prevenir algo a la Dama I. sta, despus de escucharles, asiente a lo quelos dos hombres dicen).EUNUCO I: (Yendo hasta el negro que se propone ya bajar al subterrneo, tras delcuerpo de Ben Okba casi hundido). Detente! Detente! Trae ac a ese hombre!(El negro vuelve la cabeza, interrogando con los ojos a su amo, el caballero Abu Berk; y,

    previo un signo de aprobacin de ste, vuelve a alzar al desventurado Alcaide,extrayendo su cuerpo del seno de la sima; desarrollando, para este fin, igual leve

    esfuerzo que hubiera necesitado para levantar en alto un chafarote).EUNUCO I: Desrmalo y chalo en tierra!(As lo verifica, rpidamente, el coloso; quien abrazando el cuerpo del Alcaide, saca elalfanje que pende del tahal de su prisionero; lanzando el arma, a travs de la puerta,hacia el pasadizo. Despus arroja a Ben Okba en tierra, con igual dulzura que usan losarrieros al descargar los fardos que sus acmilas conducen).EUNUCO II: (Dirigindose a Abu Berk y en tono de explicacin al concurso). Leinterrogaremos, antes de matarle!

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    EUNUCO I: (Ante una muda interrogacin de la Dama I; y dirigindose al Caballero).T puedes ya partir, vazir55 Abu Berk. Nosotros concluiremos con el espa. (El eunucodesnuda su alfanje; su compaero le imita, y ambos alzan las armas amenazadoras,

    sobre el cuerpo derribado del Alcaide).DAMA I: S, no te detengas, Abu Berk!

    ABU BERK: (A los negros). Cargad!(Los dos criados cargan cada uno su pellejo y salen por la puerta del corredor)Gurdete Alah, gran Seora! (El Caballero se inclina profundamente, con los brazosextendidos, y sale tras de los dos negros gigantes).

    PASAJE III

    El Condiscpulo.

    EUNUCO I: (A Ben Okba, en tierra, an). T eres el Alcaide del Palacio Viejo.

    BEN OKBA: (Reanimndose un tanto al percibirse conocido). Me conoces, t?EUNUCO I: (Con acento severo, sin responder a la pregunta del Alcaide). Por quescuchabas, desde all? (Sealando la escalera).BEN OKBA: Seor, yo estaba aqu en el Saln, con el Faqu de la Mezquita del Patio,cuando se abri esa boca de infierno, por donde vosotros aparecsteis.EUNUCO II: El Faqu! Tambin escuch?BEN OKBA: No, Seor. El Faqu huy al aparecer el resplandor rojo de la sima,maldicindome por creer que en este Saln subterrneo yo tengo montado un laboratoriode brujeras.EUNUCO I: Y t, por qu te quedaste? Y, sobre todo, por qu bajaste a este lugar atales horas?BEN OKBA: (Aparte). Si digo la verdad, me matar el Prncipe; y si no la digo, estosfantasmas darn cuenta de m. Es bello el dilema!EUNUCO II: Matmosle, Fayic!EUNUCO I: Es preciso que hable, Chaudar!BEN OKBA: (Aparte). Fayic y Chaudar56! Los dos eunucos ms amigos de la Sultana ylos ms poderosos de la Corte! No es posible! (En voz alta). La Sultana protege aAlmanzor! Estos nombres son fingidos..Alah, Clemente, tenga piedad de m!

    55 Vazir o Visir (del rabe, wazr) es, en un contexto histrico islmico, un cargo equivalente al deprimer ministro, ayudante o valido de un monarca.56 Fayic y Chaudar, aunque Infante transcribe tambin de diversas maneras sus nombres: Fayir y Chandar,por lo que hemos mantenido sus nombres originales, si bien la edicin de Dozy que, sin duda, fue la fuenteprincipal de que se sirvi nuestro autor para ambientar la trama, incurre en idntica vacilacin de nombresen su versin castellana, vid. DOZY, Reinhart P. :Historia de los musulmanes de Espaa hasta laconquista de los almorvides, Tomo III, op. cit., pgs. 123-125: Alhaken haba expirado en brazos de susdos principales eunucos, Fayic y Chandar. Excepto ellos, todo el mundo ignoraba an que el califa habadejado de existir. Resolvieron guardar secreto sobre su muerte y se consultaron sobre el partido quedeban adoptar.Aunque esclavos, estos dos eunucos uno de los cuales tena el ttulo de maestro guardarropa y el otro elde gran halconero- eran grandes seores, hombres poderosos. Tenan a sus rdenes multitud de servidoresarmados, pagados por ellos, y que no eran esclavos ni eunucos. Adems, tenan a su servicio un cuerpo demil eunucos esclavos, esclavos todos del califa, pero al mismo tiempo muy ricos, pues posean extensos

  • 8/2/2019 Blas Infante - Almanzor

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    FAYIC: (Dulcificando la voz y como si hablase iluminado por una idea repentina). Detodos modos, el hombre que ha osado descubrir nuestro secreto habr de morir...(Aparte).Tal vez este hombre sea un conspirador de los que preside el Prncipe...(En voz alta). Ano ser que este hombre...sea un conjurado.BEN OKBA: Cmo, Seor?

    FAYIC: Sabemos que en esta Sala se congrega un concilibulo que fragua la perdicindel Carim...(El Alcaide no sabe si alegrarse o lamentarse de este conocimiento. Ignora si ser

    favorable o no a los conjurados, y si estos aparecidos que se muestran en publico,grandes amigos del Carim, sern sus enemigos encubiertos. Para salir de dudas, inventaun recurso salvador que enseguida pone en prctica. Conocern estos dos poderososcortesanos, el santo y sea de la conspiracin?).BEN OKBA: (Con expresin recelosa y a media voz). Omeya!FAYIC: (En el mismo tono). Estrella...BEN OKBA: ndalus...FAYIC: Se pondr!

    BEN OKBA: Sin Carim...FAYIC: Omeya...BEN OKBA: Estrella...FAYIC: ndalus.BEN OKBA: Brillar!FAYIC: Al pueblo.BEN OKBA: Libertad!FAYIC: Qu oficio? (Como siguiendo la consigna).BEN OKBA: Portero!...Imn57 ausente- Ley presente-Conciencia Alcorn...FAYIC: No s ms! (Aparte). La orden es ms amplia! (Ben Okba, sin aguardar ordenalguna, se levanta irguindose).BEN OKBA: Me obedecers, entonces! Soy grado superior! A qu vinisteis aqu?Contestad!DAMA I: (Con altivez). Contesta, t!BEN OKBA: A quin?DAMA I: (Levantando el velo). Mira!BEN OKBA: (Cayendo de rodillas y humillando contra el suelo la frente). La Sultana!...SOBEYA: Levanta! Odias al Carim? No temas contestar. Es un malvado!

    terrenos y palacios. Este cuerpo, que pasaba por ser el mejor ornato de la corte, gozaba de enormesprivilegios. Sus individuos opriman y maltrataban a los cordobeses de todas las maneras, y el califa, apesar de su amor a la justicia, haba siempre cerrado los ojos sobresus delitos y hasta sobre sus crmenes.A los que llamaban su atencin sobre las violencias que cometan, contestaba invariablemente: Estoshombres son los guardas de mi harn, tienen toda mi confianza y no puedo estarles reprendiendocontinuamente; pero estoy seguro de que si mis sbditos los trataran con amabilidad y respeto, como era sudeber, no tendran por qu quejarse de ellos. Se consideraban como el cuerpo ms poderoso del Estado, ysus jefes, Fayic y Chandar, se imaginaban que slo dependa de ellos la eleccin del nuevo califa [...]Resolvieron , en se