Bioetica y Modernidad

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POSTGRADO ESPECIALIZACIÓN DE GESTION EN SALUD PÚBLICA Perspectivas, Vigencia y Críticas de la Bioética Integrantes: Rosa Yanira Aguirre Darcy Izarra María de las Nieves Rodríguez María Alejandra Ocio Ida Medrano Omelys Guzmán Magaly Maldonado Ronald Castillo Zoraida Núñez

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En la actualidad, las posibilidades científicas y tecnológicas en el campo de la vida sorprenden día a día con descubrimientos que hasta hace unos años se incluían en la ficción. Hoy es posible tanto evitar químicamente la concepción, como concebir en el laboratorio, transplantar órganos dentro de la especie y entre diferentes especies, manipular los genes, prolongar la vida artificialmente o acortarla discretamente. Reproducción asistida, clonación, eutanasia, terapia génica, transplantes, son palabras comunes en nuestro tiempo. Pero la pregunta que atraviesa cada una de estos procedimientos es ¿todo lo técnicamente posible es éticamente aceptable?

Transcript of Bioetica y Modernidad

Perspectivas de la Biotica

POSTGRADO ESPECIALIZACIN DE GESTION EN SALUD PBLICA

Perspectivas, Vigencia y Crticas

de la

Biotica Integrantes: Rosa Yanira Aguirre

Darcy Izarra Mara de las Nieves Rodrguez

Mara Alejandra Ocio Ida Medrano Omelys Guzmn Magaly Maldonado Ronald Castillo Zoraida Nez Valencia, Marzo 2009

INTRODUCCIN

En la actualidad, las posibilidades cientficas y tecnolgicas en el campo de la vida sorprenden da a da con descubrimientos que hasta hace unos aos se incluan en la ficcin. Hoy es posible tanto evitar qumicamente la concepcin, como concebir en el laboratorio, transplantar rganos dentro de la especie y entre diferentes especies, manipular los genes, prolongar la vida artificialmente o acortarla discretamente. Reproduccin asistida, clonacin, eutanasia, terapia gnica, transplantes, son palabras comunes en nuestro tiempo. Pero la pregunta que atraviesa cada una de estos procedimientos es todo lo tcnicamente posible es ticamente aceptable? Pareciera que los avances tecnolgicos corren por un camino cada vez ms distante del camino de la tica.Por otra parte, todos estos avances se dan en un momento de la humanidad singularmente caracterizado por un pluralismo moral, por un secularismo cada vez ms profundo y por un relativismo moral que justifica cualquier actitud en nombre de una libertad individualista, sin responsabilidad solidaria. Las consecuencias de esta actitud de indiferencia impactan en nuestra sociedad globalizada: el contraste entre la miseria ms indigna y la riqueza ms ostentosa, la violencia, el racismo, las guerras, la crisis ambiental.

Nunca antes se haban planteados tantos y tan complejos problemas morales al ser humano como en esta poca, y nunca como ahora se ha requerido una profunda y adecuada formacin tica de los profesionales en la salud.

Al mismo tiempo, se instala la preocupacin por los valores, Dnde est la dignidad del ser humano? Qu pasa con el sentido de responsabilidad? Existen valores absolutos? Estos cuestionamientos son las que dieron origen hace unas dcadas a la disciplina llamada Biotica, que etimolgicamente significa tica de la vida. Este trmino fue utilizado por primera vez en 1970 por el onclogo Van R. Potter, en un artculo titulado: Biotica, la ciencia de la supervivencia y luego en otro en 1971: Biotica, un puente hacia el futuro. En estos trabajos se marca el comienzo de una nueva rea de conocimiento, cuyo objetivo es la supervivencia humana en un mundo dominado por el poder tecnolgico que demanda la conexin y complementariedad entre la biologa y la tica. La reflexin biotica circunscribe el mbito de la vida y las consecuencias cientficas tecnolgicas. El anlisis biotico se realiza siguiendo una trada de principios orientativos: la autonoma, centrada en el derecho a decidir del paciente, la beneficencia, como deber del profesional de la salud a hacer el bien y la justicia como bsqueda de equidad.

En un mundo en el cual el avance tecnolgico rige la vida del hombre, tanto para su bienestar como en cuanto a los devastadores efectos que produce en el ambiente generando una nueva forma de vivir y una nueva forma de morir. Los ms pobres son las victimas principales de la adversidad del avance cientfico en tanto los ms ricos son los principales beneficiarios de este avance. BIOTICA

Perspectivas, Vigencia y Crticas de la Biotica

La evolucin ha adquirido un auge acelerado a ritmo exponencial con las tecnologas creadas por el homo sapiens. Esta invencin no es slo una herramienta; implica su registro como un "cdigo gentico" del proceso evolutivo de la tecnologa que motiva a la produccin de herramientas las cuales han contribuido a la continua evolucin del hombre por otros medios que le permiten avanzar sin tener que apelar a la evolucin biolgica y ascender en la escala evolutiva. En este sentido, se comprende que la perspectiva de la biotica va avanzando a travs de los tiempos por la incesante bsqueda del conocimiento en la investigacin humana donde no se pueden dejar a un lado las vertientes polticas, culturales, social, unidas en el compromiso de los derechos humanos la salud ambiental y colectiva. La tecnociencia exige altas decisiones estatales o privadas, utilizacin de expertos, masiva mano de obra y gran escala de inversiones. Como consecuencia, se llega a la comercializacin y a la bsqueda de mayores beneficios econmicos, y no slo el deseo de avanzar cientficamente para luchar contra las enfermedades y combatir el hambre.

Para la biotica constituye un reto en cuanto a la responsabilidad y la dignidad de los seres vivientes. No podemos congelar la historia; las ideas sobre la naturaleza humana han cambiado en el pasado y seguirn cambiando en el futuro. La tecnologa ha transformado en parte los ideales en cada poca previa, y de acuerdo con su tecnologa contempornea las visiones acerca de la condicin humana. Uno de los grandes retos que se est afrontando en el siglo XXI es el de crear una cultura socio-poltica basada en los principios sancionados en la Declaracin Universal de Derechos Humanos (DDHH) como punto de encuentro comn y pluricultural que se alza como una meta a nivel Mundial la cual ha sido capaz de marcar a travs de la Organizacin de las Naciones Unidas (ONU) unas directrices de actuacin hacia la unidad y convergencia que se muestran esperanzadoras ante un mundo dividido por religiones, culturas, sistemas polticos e ideologas. Al explorar la contraposicin y/o complementacin de convicciones y responsabilidades desde el punto de vista de la tica del siglo XXI entendida como la teora de la razn prctica tal como lo expresa Javier Muguerza en un articulo publicado en la Revista Laguna, en dicho artculo, el autor, desarrolla tres perspectivas diferentes de la tica: la de su relacin con la poltica, con la tecnociencia y con la ontologa y sus respectivas racionalidades y razonabilidades. No es necesario arrogarse la estatura descomunal del sabio para poder afirmar que el futuro se nos presenta hoy con un diseo desmesuradamente abierto. Y seremos nosotros, los seres humanos, quienes habremos de ofrecer el perfil mximo y mnimo de la apertura propuesta. Como sostuvo a su tiempo Karl Popper, el futuro depende de lo que usted, yo y mucha gente, haga hoy, maana y pasado maana. Y lo que hagamos depende a su vez de nuestras ideas y deseos, de nuestras esperanzas y temores. Depende de cmo veamos el mundo y de cmo evaluemos las posibilidades abiertas del futuro. La biotica mantiene una pretensin de universalidad, la cual, en esta poca toma la figura de una biotica globalizante, con una validez que se extienda a toda la humanidad, independientemente de su pertenencia a culturas diferentes o sistemas sociales distintos. Las premisas de la biotica deben ser aplicables en cualquier entorno al que los seres humanos estn integrados donde se reincorporen o tengan acceso. En un dilogo global en trminos de biotica no se puede olvidar la importancia de los temas abordados y de la inmensidad de los problemas generados ante el desconocimiento de las diferentes corrientes filosficas. Hoy es posible tanto evitar qumicamente la concepcin, como concebir en el laboratorio, transplantar rganos dentro de la especie y entre diferentes especies, manipular los genes, prolongar la vida artificialmente o acortarla discretamente. Reproduccin asistida, clonacin, eutanasia, terapia gnica, transplantes, son palabras comunes en nuestro tiempo. Pero la pregunta que atraviesa cada una de estos procedimientos es todo lo tcnicamente posible es ticamente aceptable? Pareciera que los avances tecnolgicos corren por un camino cada vez ms distante del camino de la tica. En las perspectiva y vigencia de la Biotica la UNESCO formula tres declaraciones universales o internacionales con base en los Derechos Humanos (DDHH): en 1997 el Genoma Humano y los Derechos del Hombre. En 2003 los Datos Genticos Humanos; y en 2005 la Biotica y los Derechos del Hombre. La vigencia de la biotica en la actualidad, no es solo equivalente a la tica mdica, sino a la confluencia de varias disciplinas cientficas y humansticas que abarcan distintos campos del conocimiento. En el enfoque filosfico se conjuga con el de la medicina, biologa, derecho, antropologa, psicologa y medio ambiente; donde se observa una efectiva interdisciplina en la cual interactan las diversas perspectivas y metodologas disciplinarias. La tica articula dos realidades, una subjetiva y otra objetiva, forjada por esa fusin entre el sujeto y la accin. Al mismo tiempo, hay tambin un aspecto de descubrimiento que se revela en la accin propiamente dicha y sus consecuencias. El orden tico est presente, no como realidad visible sino como un apelo sensato que pide calma, prudencia y equilibrio.

El avance tecnolgico y cientfico de nuestros tiempos, sin lugar a dudas, le ha proporcionado al ser humano la posibilidad de intervenir sobre otros seres y sobre su medio, lo cual ha producido modificaciones esenciales, profundas y de un efecto an no conocido hasta el presente en el campo; de aqu, que desde la introduccin de la tecnologa en la asistencia mdica, en sentido general, se haya determinado el surgimiento de numerosos problemas jurdicos, ticos, morales y sociales que estimularon, en su momento, la creacin de Comits de tica interdisciplinarios encargados de introducir y hacer cumplir principios de moderacin y de prudencia en indicaciones ticas, en lugar de las morales juzgadas anticuadas; es decir, se convirtieron en motores impulsores del desarrollo indetenible de la biotica.

Es claro que no todo lo cientficamente posible es tico y lcito. La energa nuclear es bipolar: puede ayudar a detectar y curar enfermedades pero tambin puede servir para exterminar a la humanidad con bombas en la industria blica. Una gran inteligencia se puede emplear en crear un mundo de mafia, de extorsiones o de asesinatos. Hitler emple adelantos cientficos para los horrores de la muerte de los campos de exterminio.

El progreso cientfico est ordenado al progreso humano, no a la "superacin del hombre y de su tica". Por eso ser verdadera ciencia si le hace al hombre mejor y ms feliz. Una parte de esa felicidad es el conocimiento, otra el bien obrar, otra el equilibrio en sus afectos, a la reduccin del dolor. Pero no olvidemos que ese hombre es "transente", parte de su felicidad est en conexin con la solucin del problema de su muerte.

Sin embargo cada da el ser humano tendra que recordad que es persona en medio de un contexto, que su existencia es finita, y trascender debe ir ms all del simple hecho de crear o procrear artificiosamente la belleza perfecta, la inteligencia perfecta y la fuerza perfecta, reconocer que la sociedad del mudo feliz solamente es posible en medio del respeto y reconocimiento del otro en todo su esplendor. No engaarse pensando que la nica verdad es la que camina a su lado, la que ven sus ojos o escuchan sus odos.

El peligro latente de la superioridad como medio para justificar el dominio de las parcelas del genoma humano ha de tenerse presente como enemigo latente de la bsqueda del bienestar a travs del desarrollo de la tecnociencia. En el surgimiento y desarrollo de la biotica estn presentes, vigentes y palpitantes todas aquellas cuestiones que son tan graves como para que intervengan en la definicin y duracin de la vida de los individuos y las sociedades, como sucede con frecuencia en medicina; entonces, ms que nunca antes es preciso avivar la racionalidad al mximo y dedicar todo el tiempo necesario a los problemas de fundamentacin.

En biotica algunas posiciones se oponen a lo establecido y pueden leerse como crticas. Esta postura es fructfera, intil, o perjudicial? Por otra parte, es importante examinar el rol que cumple la crtica en el desarrollo del pensamiento y la cultura en general, as como las consecuencias de las posiciones crticas en la biotica.

Por todo lo anterior se plantea a la Biotica como una interdisciplina que permite redescubrir al ser-para-la-vida, as como un ser-para-el encuentro consigo mismo y con su mundo. Adems permite al ser humano, establecer una visin ms amplia y holstica de las situaciones en torno al ser humano, la calidad de vida, la verdad cientfica, el ambiente y el ecosistema, todo lo cual le permite establecer nuevos lmites y posibilidades en su contexto, con miras de hacer una transdisciplina de la vida, la salud, el ambiente y la ciencia.

Es en el siglo XVII, nace el concepto de intelectual; pensadores seculares que reemplazaron a sacerdotes y escribas. Los intelectuales podan penetrar las estructuras sociales e individuales del momento con un compromiso por encima del inters parcial por la profesin en s misma o del gnero artstico, y comprometerse con un cuestionamiento global sobre la verdad. Noam Chomsky escribi sobre los intelectuales cercanos al poder y observ que algunos intelectuales ponan la inteligencia al servicio del poder y seal que ellos influyeron en la decisin para que Estados Unidos entrara en la Primera Guerra Mundial. Ellos no critican o proponen cambios sino que mantienen ciertas estructuras. Un caso claro durante la Segunda Guerra Mundial fue el de Charles Mauras (filosofo), que estuvo fuertemente ligado al gobierno. Chomsky dice que si uno fuera a mantener su integridad, seguramente sera crtico, ya que muchas cosas que suceden merecen ser criticadas. Es muy difcil ser crtico si uno es parte del crculo del poder.

As mismo, Zygmunt Bauman habla de dos clases de intelectuales: el legislador que asumi que haba maneras en que la verdad de las creencias poda ser determinada expresada en afirmaciones en forma autoritaria, arbitrar en controversias de opinin y seleccionar aquellas opiniones que, al ser seleccionadas, se convierten en correctas y obligatorias, y el intrprete, que mantiene diferentes puntos de vista para orientarnos hacia la eleccin de un mejor orden social. Esta estrategia trata de facilitar la comunicacin entre los participantes, preparar a los individuos para que hablen con la gente y no para que luchen contra ellos; para comprenderlos y no para rechazarlos como si fueran mutantes; para fortalecer sus propias tradiciones con la libertad de recurrir a la experiencia de los otros en vez de cerrar al pblico el trfico de ideas.

Segn Rodolfo Vsquez, la filosofa desempea un papel fundamental en la argumentacin Biotica. Donde la posicin del filsofo es quien realiza el anlisis de la tarea. Es decir, el filosofo modesto, utiliza su formacin profesional para distinguir entre lo bueno y lo malo, argumentos sin formular principios morales que imposibilitan el consenso al respecto. El Ambicioso que adopta una teora moral que resuelva los problemas ticos: el Ambicioso Generalista que adopta una posicin Metatica absolutista, el cual considera los principios no exceptales y funcionales con los cuales excluye la posibilidad de un cuestionamiento racional, por otro lado esta el Ambicioso Particularista que se apoya en una Metatica Subjetivista que centra su atencin en el caso concreto aunque puede ofrecer criterios importantes para resolver la situacin lmite, pero igual sigue siendo insuficiente porque requiere principios morales independientes. El Filosofo de tercera va, con una posicin intermedia segn la cual los principios morales son obligatorios, mientras no entren en conflicto entre si, pero no son absolutos incluye un mtodo reflexivo para obtener juicio razonable que eviten el problema del reductivismo y el distanciamiento de la moralidad comn. El problema principal de la Biotica es pasar del nivel de los principios al de las reglas, y es aqu donde Vsquez define el papel de la filosofa como es contribuir con un razonamiento crtico que permite hacer el transito entre un equilibrio que lleve a propuesta y normativas razonables.

Es por ello que la diversidad de las conductas a travs de los siglos y actualmente en numerosos pases, deja abierto un debate donde la participacin debe ser multidisciplinara y aun as en el tiempo no han podido dilucidar:

Para que exista la muerte debe existir la vida, pero...

Es posible desdoblar esa unin indisoluble por medios que la moral, la tica, la religin y las disposiciones legales han condenado?

Acaso, el hambre, la pobreza, la sumisin del hombre por el hombre, las economas asfixiantes, las humillaciones, la discriminacin, la sectorizacin, la ignorancia, las guerras, la venta de drogas txicas y de armas, la corrupcin y las persecuciones de todo tipo; no son una forma socialmente aceptada de la que los poderosos se apropian para realizar una "seleccin eutansica" en su beneficio ("los sanos") en perjuicio de todos los dems que solo pretenden vivir una vida digna ("los enfermos")?.

Por poner un ejemplo de ello, es la Eutanasia:

Debemos siempre prolongar la vida por cualquier medio?

Al contrario de los que estn en Pro de la eutanasia, la Iglesia Catlica nunca ha enseado que debamos prolongarle la vida a todo enfermo terminal hasta el ltimo momento utilizando para ello todo medio posible. "La Iglesia ensea que Dios es Quien determina el momento de la muerte de toda persona, y que por lo tanto es tan ilcito el intentar extender dicho momento como abreviarlo"

Pero, qu es lo que constituye una prolongacin ilcita de la vida y qu es lo que constituye una abreviacin ilcita de la misma? En otras palabras, cmo podemos distinguir entre, la eutanasia y la distanasia, y, el dejar morir en paz y dignidad?

La respuesta est en la distincin entre "medios proporcionados" aquellos tiles para conservar la vida del paciente o para curarlo y los "medios desproporcionados" que son intiles para conservar la vida del paciente o para curarlo y que constituyen una carga demasiado grave, en trminos de dolor y sufrimiento, para el enfermo y cuya carga es mayor que los beneficios que reportan. En cada caso, hay que valorar bien los medios poniendo en comparacin el tipo de terapia, el grado de dificultad y de riesgo que comporta, los gastos necesarios y las posibilidades de aplicacin con el resultado que se puede esperar de todo ello, teniendo en cuenta las condiciones del enfermo, sus fuerzas fsicas y morales.

Ante la inminencia de una muerte inevitable, a pesar de los medios empleados, es lcito en conciencia tomar la decisin de renunciar a unos tratamientos que procuraran nicamente una prolongacin precaria y penosa de la existencia, sin interrumpir sin embargo las curas normales debidas al enfermo en casos similares.

El enorme progreso de la tecnologa sanitaria que ha ocurrido en los ltimos treinta aos. La puesta en marcha de distintos procedimientos que sustituyen las funciones orgnicas consideradas vitales, ( la dilisis y el trasplante de rin, la respiracin asistida, las tcnicas de reanimacin, desfibrilacin en el caso de la funcin cardiaca, as como la alimentacin por va parenteral en caso de falla en la funcin digestiva, etc.) ha permitido al profesional de la salud una intervencin hasta ahora insospechada en el perodo final de la vida de las personas, que ha conducido incluso a replantear la propia definicin de muerte. As tenemos que el nuevo concepto de muerte cerebral, permite hoy diagnosticar como muertas a personas cuyo corazn an late y que por ello, y de acuerdo a la definicin clsica estn vivas.

La espectacularidad tecnolgica que envuelve a las ciencias mdicas que intervienen al final de la vida, slo es superada por aquellas otras que permiten manipular su comienzo: ingeniera gentica, inseminacin artificial, fecundacin in vitro, transferencia de embriones, diagnstico prenatal, etc.

Qu principios ticos deben regir la actividad del mdico en estas reas?, Cmo establecer la diferencia entre lo moral y lo inmoral en una sociedad tan plural? Quin debe tomar las decisiones para los diferentes dilemas ticos que se presenten: el mdico?, el paciente?, la familia? El estado?

La lista de dilemas pudiera ser muy extensa.

La tica mdica clsica se bas en el principio de que la enfermedad no slo altera el equilibrio somtico o corporal del hombre, sino tambin el psquico y moral. El dolor transforma de tal modo la capacidad de juicio del ser humano, deca Aristteles, que le impide tomar decisiones prudentes. Por eso la virtud primaria y casi nica del enfermo deba ser la obediencia. La relacin mdicopaciente era por naturaleza asimtrica, vertical, ya que la funcin del mdico consista en mandar y la del enfermo en obedecer. El estereotipo clsico de buen enfermo ha sido siempre el de un ser pasivo, que no pregunta ni protesta y que establece con su mdico relaciones muy parecidas a las de un nio con su padre. De ah que la actitud mdica tradicional fuera paternalista. En esta relacin el mdico asuma el papel de padre autoritario, que busca el mayor bien del paciente pero sin contar con su voluntad. Esto explica que a lo largo de la historia de la medicina sea posible encontrar una enorme profusin de cdigos ticos de los mdicos pero ninguno de los enfermos. Estos han surgido hace escasamente 20 aos. Slo a principios de la dcada de los setenta comenz a interpretarse la relacin sanitario-paciente como un proceso de negociacin entre personas adultas, ambas autnomas y responsables.

De una relacin mdico-paciente, basada en la obediencia ciega donde se vea al mdico como una figura paternal autoritaria y vertical, se evoluciona a una relacin ms horizontal de entendimiento respeto y acuerdos, pero en contradiccin con esto la medicina socializada, medicina de grandes centros hospitalarios conduce a la despersonalizacin de la relacin mdico paciente y la aparicin de nuevos dilemas ticos en cuya resolucin el mdico debe considerar el beneficio que brinde a la colectividad.

Otro aspecto tico que tiene que ver con el acceso igualitario a todos los servicios de salud y la distribucin equitativa de unos recursos econmicos limitados y escasos. Nuestra poca es la primera de la historia que ha intentado universalizar el acceso de todos los ciudadanos a la asistencia sanitaria. Parece que la propia idea de justicia exige asegurar que todos los hombres tengan cubiertas unas necesidades tan bsicas como las de mantener la salud. Ahora bien, Qu son necesidades de salud?, Cmo diferenciar en el mbito de la salud lo necesario de lo superfluo? Los economistas aseguran que en el campo de la salud toda oferta crea su propia demanda, con lo cual el consumo de bienes de salud es, en teora, prcticamente ilimitado. Hay obligacin moral de cubrir esas necesidades crecientes en virtud del principio de justicia?, Cmo establecer unos lmites racionales? Dado que en el rea de la salud las necesidades sern siempre superiores a los recursos, Qu criterios utilizar para la distribucin de recursos escasos?

DEFICIENCIAS DE LA AUTONOMA COMO GUA.

Es obvia la importancia de la atencin prestada a la autonoma por razones sociopolticas, legales y morales a la hora de proteger el derecho de autodeterminacin del paciente. Sin embargo; el concepto de autonoma tiene de por s ciertas limitaciones que pueden impedir la expresin plena del respeto a las personas que la autonoma debe fomentar.

Por un lado, la autonoma ha llegado a tener una acentuada cualidad legalista, centrada con demasiada frecuencia en las leyes generales relativas a la invasin de la intimidad, el asalto, la agresin y los agravios. Estas concepciones conducen a un mnimo moral, es decir, al cumplimiento exclusivo de lo especficamente prescrito. Este enfoque promueve la frecuente nocin de la relacin del mdico y el paciente como un contrato, ms que como una relacin o un acuerdo. Se fomenta la ficcin de que puede existir un contrato en una relacin en la que una parte est enferma, la cual es vulnerable y explotable, y la otra tiene los conocimientos y el poder necesario.

Por otro lado, la gran importancia dada a la autodeterminacin tambin minimiza las obligaciones del mdico respecto a la beneficencia a la renuncia al propio inters. La autonoma, cuando se considera un derecho legal e incluso moral, puede restringir mucho la gama de decisiones discrecionales, aquellas opciones imprevistas que un mdico puede verse obligado a elegir ante una determinada situacin clnica.

Por ltimo, el inters predominante en la autonoma genera un culto de atomismo e individualismo insensible al hecho de que los seres humanos son miembros de una comunidad. Cuando la autonoma se convierte en algo absoluto, cada persona llega a ser un tomo moral que determina sus derechos independientemente e incluso contra las exigencias de la entidad social a la que pertenecen.

Muchas de las deficiencias morales del concepto y principio de la autonoma mejoran cuando consideramos el concepto ms fundamental de integridad de las personas, del que la autonoma es una expresin parcial e incompleta.

La integridad pertenece a todas las personas como seres humanos, pero no todos son personas de integridad. La integridad de una persona se expresa en una relacin equilibrada entre los elementos corporales, psicosociales e intelectuales de su vida. En este sentido la integridad es sinnimo de salud. La enfermedad entonces, es igual a des-integracin, a ruptura de la unidad de la persona.

La enfermedad, la vulnerabilidad del cuerpo, la psique y los valores del paciente genera la obligacin de restaurar y mejorar la capacidad autnoma del paciente para tomar decisiones. Por tanto, en ltima instancia, la autonoma se basa en la integridad de la persona. Usurpar la capacidad humana de autogobierno del paciente es violar esa integridad. Ignorar, menospreciar, repudiar o ridiculizar los valores del paciente es agredir su propia humanidad. Esta afrenta agrava la des-integracin de la persona que ya est en esa situacin como resultado de la enfermedad.LIMITACIONES EN EL PRINCIPIO DE BENEFICENCIA.

Este trmino es a menudo comprendido como un acto de bondad o caridad que va ms all de la estricta obligacin. El punto de partida de este principio es la compasin que un ser humano debe tener por otro de su especie. Tener compasin significa compartir tanto conceptual como sentimentalmente la vivencia patolgica del paciente. Significa sentir con el otro su sentimiento, asumir su padecimiento, apropiarse de su experiencia vital implicada en su necesidad de sanacin, evitando siempre mutuas transferencias psicolgicas que hagan perder la libertad de ambos-Es importante sealar que en el principio de beneficencia no basta slo con entender al paciente y compadecerlo, el mdico est en la obligacin como profesional de brindarle ticamente pericia cientfica. Su competencia profesional es fundamental y sta debe ir ms all, del slo hecho de restablecer la salud corporal, debe tambin saber colaborar para que el paciente descubra o redescubra el sentido de la vida que se puede haber perdido por la enfermedad. El bienestar logrado en el paciente ser tambin un bienestar para el terapeuta, puesto que a ambos los une la compasin ante el sufrimiento. JUSTICIA Y EQUIDAD EN MEDIO DE LA TECNOCIENCIA

El principio de justicia fue definido por los jurisconsultos romanos como Suum cuique tribuere (Dar a cada uno lo suyo), pero cmo se interpreta este concepto. La justicia distributiva, es interpretada por Aristteles como aquella que rige las relaciones del gobernante con los sbditos. Pero para los griegos la desigualdad es natural, y por lo tanto la distribucin debe ser desigual. La equidad o justicia se pierde cuando se niega un beneficio a una persona que tiene derecho al mismo, sin ningn motivo razonable, o cuando se impone indebidamente una carga. Qu puede justificar el desvo de la distribucin por igual? El mdico debe preservar el principio de beneficencia articulndolo con la autonoma y la justicia. En la relacin mdico paciente participan tres elementos: el paciente, el mdico y la sociedad. Para el mdico es ineludible la responsabilidad de actuar en beneficio del enfermo y de la sociedad en base a la justicia, que va ms all de la simple utilizacin racional de los recursos.

Cuando hablamos de salud, siempre estaremos hablando de justicia distributiva, esta justicia regula la reparticin de bienes entre los miembros de una sociedad.

UNA MIRADA HACIA EL ENTORNO: DONDE EST LA TICA?

La preocupacin por las cualidades humansticas de los mdicos y por la tica mdica es independiente del tiempo. Durante muchos siglos se ha reflexionado y debatido acerca de la conducta apropiada del mdico en el ejercicio de sus actividades. La santidad de la relacin mdico-paciente nace del carcter sacerdotal de la profesin la cual est asegurada por la tica de la confidencialidad. La relacin estrecha e intensamente personal con el paciente permite una interaccin respetuosa sobre la cual se basa la tradicional legitimidad de la profesin mdica.

La medicina tiene el significado moral de una vocacin. De ah, que los que la practican deben ganar continuamente el respeto de la sociedad. Se ha dicho que el acto de mayor compasin de un mdico es un diagnstico correcto; el conocimiento y su capacidad para emplearlo son esenciales pero incompletos si no se aplican con genuino inters por las necesidades del paciente, otro ser humano. Un buen comportamiento humanstico complementa el conocimiento mdico experto y el razonamiento clnico en los encuentros exitosos con los pacientes y sus familiares.

EL MODELO SOCIAL ACTUAL: UNA AMENAZA PARA LAS CUALIDADES HUMANSTICAS Las modificaciones de las realidades social y econmica contemporneas en lo que se refiere a la atencin mdica, pueden tornar ms tensa la relacin entre los pacientes y sus mdicos. La mayora de los mdicos ya no estn destinados a ejercer una prctica mdica autnoma. La atencin mdica se ha hecho cada vez ms organizada. La regulacin, los fenmenos de reembolso, la corporativizacin y la subespecializacin amenazan y corroen el compromiso del mdico con la dimensin humana de la atencin al paciente. Hoy ms que nunca los mdicos deben ser flexibles, adaptables y estar dispuestos a compartir la autoridad y la toma de decisiones.

Los medios de comunicacin alimentan el apetito insaciable de un pblico vido de informacin cada vez ms amplia, lo que da como resultado una mayor determinacin por parte de los pacientes a participar en las decisiones clnicas que afectan su cuidado. El avance tecnolgico, junto al proceso y resultados de las pruebas de laboratorio parecen ms fascinante que la persona que est en estudio. Esto no significa que los adelantos en el conocimiento cientfico y en la tecnologa destruyan la compasin, ya que muchos de ellos reducen el dolor y el sufrimiento. Sin embargo la atencin centrada en un equipo puede diluir el sentido de responsabilidad percibido por el paciente. La subespecializacin engendra autoderivacin y derivaciones por otros mdicos, es una fragmentacin no slo del conocimiento sino tambin de la visin integral que debe existir hacia el paciente, y si no es bien manejado, a menudo se confunde y se frustra. El progreso no debe ser tomado como excusa para dedicar menor tiempo del necesario al paciente.

Por otra parte la socializacin de la medicina ha modificado el ejercicio profesional, la atencin al paciente se depersonaliza, ocurriendo una dispersin de la responsabilidad entre diferentes galenos que pueden participar de la atencin mdica, esto modifica la relacin mdico paciente, tambin cambia el modo de afrontar la muerte, el sitio de la muerte se modifica, ocurre la muerte en una sala de hospital y el paciente puede fallecer sen entrar en contacto con sus familiares.

LA BIOTECNOLOGA: EL PROGRESO Y EL PRINCIPIO DE EQUIDAD

Diariamente confrontamos los cambios tecnolgicos y cientficos que consideramos expresin tangible del progreso, este progreso se considera que se traduce en progreso econmico, pero pocas veces nos detenemos a pensar en el costo que este progreso ha tenido: costo humano, devastacin ecolgica y prdida de principios ticos fundamentales. Adems este progreso no beneficia por igual a toda la humanidad, y tampoco es absolutamente cierto que las personas que gozan del mismo vean incrementada su felicidad, considerada esta como el goce de vivir, como una actitud positiva ante el quehacer diario de la existencia. El hombre intenta con el avance tecnolgico y cientfico crear, a modo de dios con pies de barro, un mundo que sea expresin de su razn, un mundo sometido enteramente a su voluntad, donde ejerza control absoluto de sobre la naturaleza, sobre la vida, la enfermedad, la producin de alimentos, la generacin de nuevas especies, la produccin y distribucin de la riqueza y por ltimo sobre la muerte. Este es un mundo muy exigente. Producto de la aplicacin del avance cientfico, tecnolgico y econmico se resuelven problemas que generan nuevos problemas, tal vez de mayor magnitud, por lo cual exige tambin la generacin de nuevas tecnologas, con ms costo humano, energtico, econmico y ambiental.

En fin, todo esto ha llevado a sealar que este progreso y sus desequilibrios ha sido la resultante del buen o mal uso, producto del abuso que el hombre ha hecho de este desarrollo. Pero en ningn caso esto ha sido responsabilidad de la ciencia y la tcnica. La razn fundamental que se da es que las aplicaciones tecnolgicas han sido responsabilidad de los poderes econmicos, polticos y sociales ajenos a la ciencia y a la tcnica, pues stas son ticamente neutrales. El ejercicio de la medicina se beneficia, y padece, los efectos del progreso que ha alcanzado la humanidad: el conocimiento alcanzado en la inmunologa y la gentica han conducido a cambios profundos en la concepcin y el tratamiento de las enfermedades, y ms an se avecinan cambios en las caractersticas mismas del ser humano como tal, cuando se plantea la posibilidad de planificar la concepcin por medio de la manipulacin gentica de seres humanos perfectos, sin enfermedades, inteligentes, hermosos y fuertes. Lo ms importante es el hecho de que estos progresos de la ciencia afectan a las actitudes con respecto a la vida, la muerte, la salud. El progreso cientfico y tcnico, juntamente con el gigantesco crecimiento de la industria de la salud, han conseguido que hoy est disponible una gama inusitada de medios diagnsticos y teraputicos que permiten satisfacer la generalidad de las necesidades asistenciales y tambin crear nuevas necesidades, muchas de ellas espurias, y de satisfacer deseos y preferencias individuales con relacin al cuerpo y a la salud, o vinculadas a la prctica asistencial profesional.

Boccardo, P que la tarea tica pendiente de la ciencia est en relacin con los pobres. Asistimos al advenimiento de una poca que registra acelerados cambios y enormes avances a nivel cientfico y tecnolgico, pero creo que stos no se ponen al servicio de los pobres. Ms bien, coinciden con la emergencia de nuevos factores de precariedad vital que revelan la falta de tica con la que operan los propietarios de las nuevas tecnologas.

En el rea mdica esto se traduce en que los pueblos ms pobres son tambin los ms vulnerables y ven limitada su autonoma al tener limitado el acceso a los recursos tecnolgicos: Medicamentos cuya produccin depende del progreso cientfico, como es el caso de la manipulacin gentica, equipos altamente sofisticados, etc. Tienen un elevado costo que hace imposible su distribucin hacia esta poblacin que es ms susceptible de padecer un sin nmero de enfermedades.

Una de la inequidades ms tangibles y terribles que aquejan a la humanidad es la desigualdad observada en la distribucin de la salud, los pueblos ms pobres padecen mayor y ms variadas enfermedades, las cuales muchas veces son prevenibles con la aplicacin de polticas de saneamiento que conduzcan a mejorar la calidad de vida. Esta falta de equidad tambin se ve agravada por el alto costo de los medicamentos, las grandes empresas que poseen la patente de los frmacos requeridos para restablecer la salud ejercen esta posesin sin restricciones que permitan facilitar a los pases ms pobres el acceso de estos frmacos a precios ms bajos. As tenemos que la economa intenta imponer sus leyes al ejercicio de la medicina y Venezuela no escapa de esta situacin.

LA EQUIDAD COMO RESPONSABILIDAD SOCIAL DEL MEDICO

El "acto mdico", no solamente se refiere a la actuacin del galeno junto a la cabecera del enfermo, va ms all del hacer clnico o quirrgico ante un paciente determinado, su alcance incluye la actuacin del mdico en el mbito de otras actividades profesionales. El mdico participa en otras actividades como son las atinentes a la salud pblica, la educacin mdica, la medicina legal, la investigacin, etc. Estos aspectos del ejercicio de la medicina deben ser incluidos como parte del objeto de la tica, la cual as traspasa los lmites del quirfano o del lecho del enfermo.

Una de las fallas de la tica tradicional, la hipocrtica, est en realizar un juicio moral del mdico solamente en el campo de lo que este hiciera al junto a la cabecera del enfermo o en el quirfano. La medicina ejercida desde un escritorio o desde un laboratorio, quedaba excluida, dejaba de lado el compromiso social del mdico.

El mdico ejerce su accin en el entorno de una comunidad, la cual es aquejada no solamente por patologas biolgicas, sino que tambin sufre el efecto de los hechos sociales, econmicos, polticos, etc. que acontecen en dicha comunidad, y hoy con el fenmeno de la globalizacin, tambin de hechos que ocurren ms all de las fronteras de esa comunidad.

El compromiso social del mdico rebasa la tica individualista preconizada por Kant. De ah que J. F. Drane sostenga que el pecado capital de Kant fue ignorar que los seres humanos estn estrechamente interrelacionados, lo que una persona hace aade -, tiene antecedentes sociales e inevitablemente tendr efectos sociales. Es fcil entender entonces por qu el principio tico de beneficencia, de carcter individualista, hubo de ser complementado con el principio de justicia, de alcance social. Los actos mdicos estn orientados a cuidar la salud con la mxima meta de preservar la vida, siempre dentro del ms alto concepto de calidad y dignidad. El ejercicio de la medicina est dirigido a preservar los valores fundamentales de la salud y la vida, quienes se dedican este noble ejercicio debieran ser las personas ms capacitadas, las ms correctas a toda prueba y al mismo tiempo las de mayor sensibilidad humana, con espritu de cooperacin y de servicio a la colectividad.

El principio fundamental del acto mdico dirigido a un paciente particular: curar algunas veces, aliviar con frecuencia, consolar siempre, que es base de la deontologa mdica, ha de ser complementado con la bsqueda del bienestar de la comunidad, el mdico tiene la responsabilidad social de ejercer la medicina con equidad. Esto cobra particular importancia dentro de la medicina socializada donde se plantean nuevos dilemas ticos: Cmo lograr la distribucin equitativa de los limitados recursos disponibles? Cmo mantener el respeto a la persona cuando se presta asistencia sanitaria en base al beneficio de la colectividad?

Por encima del intenso inters por el conocimiento cientfico el principal elemento de la vocacin mdica es dirigir todo este saber al aprovechamiento para bien de la humanidad mediante el ejercicio tico de la profesin y el hbito investigativo, una disposicin constante de servicio dirigido al bienestar de la colectividad.

Entre los germanos Paracelso preconizaba la virtud como una de las cuatro columnas de la medicina. Deca: "Experiencia es ciencia; sin duda es propio del mdico devolver la salud; al maestro y al doctor los hace su obra; el trabajo del mdico no es en busca de fortuna, ni de gloria sino del saber de la verdad y de la cooperacin con la humanidad para procurar su salud". JUSTICIA SANITARIA: Las bases de la tica mdica son las diversas leyes que formulan con mayor o menor precisin los deberes profesionales del mdico y su debida interpretacin la proporcionan sus principios y definiciones. Las leyes que regulan el ejercicio de la medicina son: la ley natural, dictada por Dios, promulgada por la sana razn e interpretada por la autoridad competente y doctrinalmente por los moralistas; la ley civil, para los mdicos catlicos, o para todos los de otras creencias cuando se interpreta el derecho natural. Para hablar de justicia sanitaria debe establecerse este primer lmite: ella estar referida, en el marco de una teora de la justicia ms amplia, a todo aquello que no se consiga mediante medios ms apropiados, tales como la eliminacin de las grandes desigualdades sociales, y la prevencin de la enfermedad. En este contexto, la justicia sanitaria estar referida a las necesarias -y debidas- intervenciones a posteriori, una vez que la enfermedad ha hecho aparicin, o una vez que se ha detectado una situacin individual de riesgo.Cuando se habla de justicia sanitaria, se parte de que existe un derecho a la asistencia sanitaria expresado en una norma jurdica vlida. Muchos pases, como Venezuela, tienen leyes dirigidas a preservar y asegurar la consecucin del bien preciado que constituye la salud, pero la sola reglamentacin jurdica no es garante de que la salud est realmente a alcance de toda la poblacin.

El principio de beneficencia se aplica al papel de estado, al asegurar la distribucin justa de los determinantes de la salud relacionados con el desarrollo. Varios pases que buscan equilibrar la necesidad de una distribucin justa de los determinantes de la salud se ven confrontados a este dilema tico importante, en particular cuando se trata de brindar asistencia en salud apropiada para muchos, frente a las demandas corrientes de unos pocos de una asistencia de calidad, definida como el acceso a todos los avances impulsados por los nuevos imperativos tecnolgicos. Tal vez, el tema de la tica y de la provisin y distribucin de bienes pblicos de salud no se pueda resolver con los mecanismos corrientes disponibles.Cuando observamos la inmensa diferencia en la atencin mdica ofrecida por los servicios pblicos en relacin a los servicios privados, diferencia que va ms all de la distinta disposicin de recursos entre estas instituciones, sino que involucra el hacer individual del mdico, quien a motu propio ejerce de una manera desigual su acto mdico, prestndose a transformar al paciente de las instituciones pblicas en un caso ms que engrosar la lista epidemiolgica de la institucin, o actuando de manera ms diligente en las instituciones privadas donde el seor o la seora tal pasan a engrosar la lista de honorarios correspondientes. Lo ms lamentable es que ambas conductas constituyen expresin de una prdida grave en la vocacin mdica: la prdida del sentido humanitario y de justicia que deben ser rectores del espritu de servicio.

El doctor Otto Lima Gmez, con 40 aos de prctica privada y pblica, disert sobre el tema Es la medicina actual un negocio? Para l, los pacientes privados son iguales a los pacientes del hospital, pues la nica diferencia reside en las condiciones socioeconmicas de las personas a quienes se atiende. 'Lo he repetido mil veces, cuando un paciente est frente al mdico no importa quin es, puede ser un homosexual, un traidor, un terrorista poltico o filosfico, un hombre rico o un hombre pobre. La relacin siempre ha de ser la misma y el mdico debe colocarse siempre, ms all de cualquier otro inters, en disposicin de ayuda. Finalmente, el acadmico reconfirm su opinin: Los actos que realiza el mdico son o deberan ser siempre iguales por encima de cualquier otra consideracin.Pero el desigual estado de salud y enfermedad en una poblacin por lo general reconoce su origen en desigualdades sociales ms amplias y ms profundamente enraizadas.

Las divisiones sociales configuran todas las relaciones sociales humanas y constituyen el marco en el que se desarrollan los procesos sociales y luego biolgicos que conducen a la enfermedad y la muerte. Las diferencias socio-econmicas, como determinantes de morbilidad y de muerte son distintas de factores tales como el peso al nacer, el sexo, la edad, el grado de nutricin, el hbito de fumar o la calidad del agua. (...) La distribucin de las clases sociales es, en s misma, una determinacin de los niveles de mortalidad (...) por lo tanto, se pueden lograr cambios en las tasas de salud y de mortalidad no slo mediante medidas sanitarias (...) sino tambin a travs de cambios en la estructura de clases y, en particular, mejorando las condiciones de vida de los grupos ms pobres y ms desheredados.

No es suficiente garantizar por igual a todos los individuos de una sociedad el acceso al sistema sanitario, esto constituye una medida que busca paliar la desigualdad existente entre los miembros de una sociedad, ya que salud, de acuerdo a la definicin de la Organizacin Mundial de la Salud es el bienestar fsico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedad. Es decir alcanzar la salud implica alcanzar tambin un bienestar socioeconmico, por lo que el concepto de salud va ms all de los lmites de la individualidad para ubicarse el concepto de salud integral de la sociedad. Se propone entonces que es necesario dar un vuelco a la orientacin curativa de la medicina, producto de la trascendencia hasta nuestros das del culto a Asclepio, hacia el desarrollo de la medicina preventiva y rescatar del olvido del culto a Higeia, guardiana de la salud. Es decir el pensamiento de William Beveridge (1879-1963), el autor del clebre Informe de 1949 que dio lugar a la creacin del National Health System Britnico: para lograr un adecuado nivel de salud en una sociedad es necesario erradicar la ignorancia, la falta de higiene, la indigencia, el desempleo y la enfermedad, en ese orden. La erradicacin de las cuatro primeras lleva a minimizar la necesidad de luchar contra la enfermedad.

Un reto para el profesional de la medicina es realizar su ejercicio asistencial en medio de instituciones que posean escasos recursos, ya que esto le impone actuar de manera simultnea como administrador que debe durante el acto mdico administrar de manera eficiente, eficaz y equitativa estos recursos a fin de lograr el mximo beneficio para los pacientes a su cargo. Es decir debe pensar en una distribucin de la asistencia sanitaria que sea compatible con el igual derecho que cada individuo tendra a ella. Indudablemente existe un vnculo entre salud, tica y desarrollo. Hace 22 aos el mundo se plante una meta Salud para todos en el ao 2000, expresin de la necesidad de justicia social en el campo de la salud, meta que no se ha logrado, y que adems parece alejarse, dada la grave situacin mundial de empobrecimiento y distribucin desigual de las riquezas de la humanidad.

La nocin de equidad en la salud es particularmente importante en Amrica Latina, donde hay una acentuada distribucin desigual del ingreso que es un determinante importante para la salud. El tema crtico es la injusticia de la situacin de la salud, diferencias que son evitables, que estn fuera de la voluntad del individuo o del grupo.

No se puede hablar de salud y de crecimiento econmico sin mencionar la otra cara de la moneda, que es la pobreza, y el mayor impulso en todos los esfuerzos de desarrollo se dirigen hoy en da a aliviar la pobreza. La salud contribuye a aliviar la pobreza mediante el aumento del desarrollo econmico, pero en la medida en que la pobreza es vista actualmente no slo en trminos econmicos reduccionistas, sino como la falta de las capacidades fundamentales para el desarrollo humano, podemos decir que el mejoramiento de la salud contribuir directamente y por derecho propio a la reduccin de la pobreza. En una familia marginal la repercusin econmica de una enfermedad puede ser de tal magnitud que se constituya en un crculo vicioso que acente la pobreza y empeore las condiciones de salud tanto del individuo, como de la familia en que est inserto, siendo muy difcil escapar de esta condicin. En pocas situaciones se ve tan claramente la vulnerabilidad que caracteriza a la pobreza como en el campo de la salud. La asistencia de la salud es importante para mantener la autonoma de un pueblo, uno de los principios ticos fundamentales al que ya aludimos, y su ausencia es la marca distintiva de la pobreza.

Es un lugar comn la observacin del deterioro del ejercicio de la medicina determinado por factores econmicos, incumplimiento de las normas legales y la prdida de principios ticos fundamentales. En este deterioro la formacin del mdico juega un papel relevante. Las universidades de hoy no pueden eximirse de la formacin en valores de sus alumnos, si pretenden ser exitosas en la formacin de lderes sociales, de personas capaces de anticipar el futuro y de comprometerse con el desarrollo del pas y de su propia disciplina. La idea de la universidad como institucin educativa destinada no solo a elaborar y transmitir conocimientos acadmicos, sino sobre todo a formar personas, hombres y mujeres buenos. En el caso del mdico, su educacin no puede estar sometida por una neutralidad simplista vaca de valores y colmada de cientificismo y metas exclusivamente medibles, visibles y cuantificables, en la enseanza de la medicina no puede haber relativismo moral. J. Aragoneses, sostiene que la falta de unidad de criterios para afirmar que la universidad -en cuanto tal- tenga como meta la formacin integral de las personas (esto es, no solo la formacin intelectual, sino tambin la formacin afectiva, social y moral). A ello se suma que, en algunas de las universidades en las que la formacin moral aparece como uno de sus objetivos primordiales, puede apreciarse una falta de coherencia entre su declaracin de principios y lo que constituyen las polticas de docencia, los currculos y los programas de cursos, en los que estos objetivos de formacin no se concretan o explicitan adecuadamente. Hay que estimular el desarrollo de mdicos ms humansticos. Por definicin se afirma que las cualidades humansticas esenciales que un mdico debe poseer son: integridad, respeto y compasin. Las cualidades humansticas demuestran respeto por los valores humanos y toman como punto de referencia algo ms que los simples atributos de una persona.

La calidad humanstica de un encuentro clnico afecta la evolucin del problema del paciente, aumentando su sentido de autoestima, integridad y respeto propio, as como el mejor cumplimiento de los planes de manejo. Tambin es importante sealar la conducta humanstica que debe existir entre los mdicos y dems profesionales de la salud. La reputacin, su efectividad en cuanto a los resultados obtenidos, incluyendo la satisfaccin del paciente y las condiciones armoniosas de trabajo resultan beneficiosas.

Es importante que nuestras universidades hagan hincapi y promocionen los estudios ticos como requisito para la formacin de los diferentes profesionales, no slo en el rea mdica, sino tambin en todas las dems carreras, con la finalidad de formar profesionales que se correspondan y encajen con los perfiles que exige el entorno social.

Es indispensable promover la creacin de los comits de tica en las reas hospitalarias, para as enfrentar los mltiples dilemas ticos que continuamente se presentan en el ejercicio mdico.

Los estudios macroeconmicos demuestran que la inversin en salud puede acelerar el crecimiento econmico, aunque con un intervalo de demora. Los factores que intervienen no han sido todava bien dilucidados, pero aparte de que obviamente una persona saludable tiene mayor capacidad, lo que le permite ser ms productiva, es posible que la salud juegue un papel de facilitador o instrumentador acrecentando al mximo la inversin en educacin, por ejemplo. En verdad, se ha sugerido que es posible que el mejoramiento de la salud intervenga en buena medida en el impacto que la inversin en educacin tiene sobre el crecimiento. La justicia debera solicitar el acceso universal a los servicios de salud, pero tal vez sera ms importante que postulara una distribucin justa de los dems determinantes de la salud. CONCLUSION Como La Salud Pblica tiene la funcin de Proteger la Salud de las poblaciones humanas, por medio de medidas preventivas contra el sufrimiento evitable. Hay muchos temas dentro de la Biologa que pueden contribuir a las mejoras de las condiciones humanas, y es all donde la Biotica juega un papel importante, ya que debe de haber un anlisis racional e imparcial de todos los argumentos presentes por un equipo tico multidisciplinario, prescribiendo las actitudes capaces de llevar a cabo polticas sanitarias pragmticamente efectivas y moralmente aceptables, protegiendo la salud y en consecuencia favoreciendo la calidad de vida de cada uno y de todos.

Es por ello que la responsabilidad es igual por acciones u omisiones y, por ende, debemos hacer una evaluacin exhaustiva del tema en discusin para el bien comn, es decir, el bien de cada uno y del colectivo, donde todos estamos inmersos.

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