artículos sobre lewis carroll

24
http://www.margencero.com/Magazine/lumiere_carroll/entrada2.htm Lewis CARROLL por Carmen Lumière La mirada inocente Hoy puede resultar difícil imaginar lo que suponía hacer fotografías en 1860, menos de 40 años después de que la primera imagen fotográfica fuera obtenida tras varias horas de exposición. ...FROM his shoulder Hiawatha Took the camera of rosewood, Made of sliding, folding rosewood; Neatly put it all together. In its case it lay compactly, Folded into nearly nothing But he opened out the hinges, Pushed and pulled the joints and hinges, Till it looked all squares and oblongs, Like a complicated figure In the Second Book of Euclid. This he perched upon a tripod- Crouched beneath its dusky cover- Stretched his hand, enforcing silence- Said, "Be motionless, I beg you!" Mystic, awful was the process...

Transcript of artículos sobre lewis carroll

Page 1: artículos sobre lewis carroll

http://www.margencero.com/Magazine/lumiere_carroll/entrada2.htm

Lewis CARROLLpor

Carmen Lumière

La mirada inocente 

     Hoy puede resultar difícil imaginar lo que suponía hacer

fotografías en 1860, menos de 40 años después de que la

primera imagen fotográfica fuera obtenida tras varias horas

de exposición.

...FROM his shoulder Hiawatha

Took the camera of rosewood,

Made of sliding, folding rosewood;

Neatly put it all together.

In its case it lay compactly,

Folded into nearly nothing

But he opened out the hinges,

Pushed and pulled the joints and hinges,

Till it looked all squares and oblongs,

Like a complicated figure

In the Second Book of Euclid.

This he perched upon a tripod-

Crouched beneath its dusky cover-

Stretched his hand, enforcing silence-

Said, "Be motionless, I beg you!"

Mystic, awful was the process...

     ...El proceso era místico, terrible. Así lo describió Carroll

en «Hiawatha's Photographing», versión de «El canto de

Hiawatha», una pretenciosa (así lo creía Carroll) epopeya de

Longfellow, donde Carroll hace del irreducible y heróico

 

 

 

Page 2: artículos sobre lewis carroll

Hiawatha un fotógrafo incomprendido.

     Lewis Carroll amó la fotografía, amó la fantasía y tuvo

auténtica pasión por las niñas, con las que fantaseó y a las

que fotografió. Son fotografías de niñas serias, a veces se

hacen las dormidas o están dormidas, pero en muchas de

ellas las niñas miran al fotógrafo-espectador, sus miradas

son inteligentes, cómplices, no están perdidas en el infinito

donde los fotógrafos mandaban (y mandan) a sus modelos

«no mires a la cámara», como si el modelo hubiera

sido pillado en trance, privándonos de su mirada

directa solo para nuestros ojos.  Una de sus

fotografías mas interesantes, el retrato de perfil de

Alicia Lidell en actitud pensativa, continúa siendo

una foto cómplice, no transmite la idea de una foto

robada. Si tenemos en cuenta que, en aquella época, para

hacer una de éstas fotos era necesaria una exposición de

entre diez y treinta segundos, la complicidad del modelo

resultaba totalmente imprescindible. ¿Cómo conseguía

Carroll esa inmovilidad necesaria de sus pequeñas

modelos? ¿Inventaba cuentos y juegos para que ellas

estuvieran quietas?, cómo debía disfrutar de sus sesiones

de estudio, preparando su cámara «de suave, flexible palo

de rosa» y tirando de articulaciones y goznes hasta que el

resultado parecía «una complicada figura en el Segundo

Libro de Euclides» (tampoco debemos olvidar que su otra

gran pasión fueron las matemáticas).

     El verdadero nombre de Carroll era Charles Lutwidge

Dogson, tenía el título de «reverendo», pero no intentó

conseguir el de «ministro», el se consideraba

«prácticamente un laico». Permaneció soltero y parece ser

que respetó las costumbres puritanas de la Inglaterra

victoriana, su época, llevando una vida asexual. Es obvio

que estaba a gusto en compañía de las niñas. También es

evidente su amor por Alicia Lidell. No solo escribió a

petición de ella Alicia en el País de las Maravillas (cuando

quiso publicar el facsímile del manuscrito tuvo que

  

 

Page 3: artículos sobre lewis carroll

pedírselo, ella era la señora de Hargreaves y tenía hijos), su

foto de Alicia como «pequeña mendiga» es toda una

declaración de amor, con una concepción muy moderna de

la imagen, fascinante en cuanto a sus sugerencias y no

puedo dejar de insistir en la complicidad que existe en esta

fotografía entre fotógrafo y fotografiada. Sus retratos de

niñas presentan unas estudiadas composiciones, según el

gusto y las limitaciones fotográficas de la época, algunos

presentan escenas campestres, en muchas ocasiones las

niñas están disfrazadas.

     Podemos imaginar en aquella sociedad victoriana, tan

rígida, como las niñas entre siete y catorce años

representaban aire puro, frescura y espontaneidad (quizá

los chicos eran demasiado bruscos y competitivos para

llegar a fascinar al tímido Dogson). Podemos suponer como

a partir de los catorce años, las niñas se iban convirtiendo

en «señoritas», comenzaba la búsqueda de un marido y

Page 4: artículos sobre lewis carroll

          

Página de la autora: http://es.geocities.com/carmenlumiere

<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<

http://www.isabelmonzon.com.ar/alicia.htm

Publicado en Diario Página 12, sección Psicología, el 13 de mayo de 1999 con el título:

"Lewis Carroll entendido como abusador de niñas".

Alicia en el país de las pesadillas

Los especialistas en abuso sexual contra menores suelen afirmar que el ofensor no tiene una psicopatología específica, no pertenece a ninguna clase social en especial y hasta puede ser una persona absolutamente exitosa profesionalmente. Tampoco todos asesinan ni violan ni cometen sus crímenes estando alcoholizados. La mayoría de los abusadores hasta pertenecen al entorno social de las pequeñas víctimas.Algunos abusadores, tal vez los más peligrosos por la sutileza con la que cometen sus delitos, pueden parecerse a Lewis Carroll.

Retrato de un abusador

Charles Lutwidge Dodgson (1832-1898), un pastor anglicano nacido en Inglaterra, fue no solamente el autor de Alicia en el país de las maravillas sino un talentoso fotógrafo y matemático. Su apodo era Lewis Carroll. Algunas de las fotos que les sacó a sus pequeñas víctimas se conservan; otras, en las que ellas fueron fotografiadas desnudas, han sido, según parece, casi todas destruidas por su sobrino y albacea. En una de esas fotos, la niña está acostada en un diván, como una pequeña maja desnuda violentada por la conducta y la mirada obscena del artista. En casi todas las fotos, las criaturas tienen una expresión de suma tristeza o de enojo. A esas pequeñas, hijas de familias de clases distinguidas y pudientes de la sociedad inglesa, Lewis Carroll las vestía, en ocasiones, con andrajos o en camisón. Mientras los padres y la sociedad toda ¿qué veían? Más aún, ¿qué vemos? Los psicoanalistas no podemos quedarnos, en todas las ocasiones, deslumbrados frente a la estética de una foto o de un texto. No cuando esa foto o ese texto violentan y lastiman a una criatura. Por lo contrario, tenemos la obligación que nos exige nuestra profesión y nuestra ética: ir más allá de lo aparente para leer entre líneas. En esta tarea, solitaria, a veces debemos enfrentarnos con un mito - en este caso con el del maravilloso escritor que fue Lewis Carroll - y denunciarlo. Y si lo hacemos, cien años después, es porque hoy sabemos mucho más de la pornografía y de la prostitución infantil que en la época de Carroll. Hoy sabemos que esa pornografía navega impunemente por Internet, que da grandes ganancias económicas y que los pornógrafos se protegen entre sí, se ocultan y se justifican unos a otros. No

Page 5: artículos sobre lewis carroll

denunciarlos es hacernos cómplices, con nuestra desmentida, de sus delitos. El hermoso libro-objeto Niñas contiene algunas de las fotografías tomadas por Carroll y un estudio preliminar particularmente interesante en el que su autor, Brassaï, escribe reflexiones sumamente contradictorias: "Los trucos y la diplomacia desplegados por este tímido pastor anglicano son singularmente similares a los manejos de un seductor impenitente. Como un Landrú, contabilizaba meticulosamente la lista de sus 'conquistas'" . En marzo de 1863 eran ciento siete las niñas fotografiadas. Brasaï se pregunta "¿Cuál era la naturaleza de la extraña fascinación que ejercían sobre él estas niñas?". Según este autor, no era en realidad a ellas a las que Carroll amaba sino a "un cierto estado fugitivo, transitorio, ese breve instante del alba que despunta entre el día y la noche. Todas sus amigas- niñas no eran más que las médiums, las reveladoras de este estado, y, gracias a ellas, el poeta conservaba el espíritu de la infancia?". Pero nosotros podemos preguntarnos ¿hace falta desnudar cuerpos infantiles y fotografiarlos para conservar "el espíritu de la infancia"? ¿Acaso eran esas las motivaciones que incitaban a Landrú para cometer sus crímenes? A Carroll no le interesaban ni los niños varones ni las jovencitas púberes. Brassaï nos informa, en relación a las pequeñas, que "en cuanto sus sentidos se despertaban y sus senos crecían, era el fin y el honorable clérigo se veía condenado a reemprender la caza". De sus decepciones y malos tratos hacia las niñas dan testimonio una gran cantidad de cartas publicadas en Los libros de Alicia, con introducción de Eduardo Stilman y prólogo, a nuestro pesar, de Borges. Las niñas, entre otras cosas, son para Carroll, sus "preciosas", sus "tesoros", sus "queridas amigas". Como si un adulto pudiera entablar con un niño esa relación asimétrica llamada amistad. Como si un adulto, sépalo o no, quiéralo o no, no ocupara siempre para el niño el simbólico lugar de padre. Sabemos que Lewis Carroll dedicó sus textos a Alice Lidell, a quien conoció en 1862. Ella tenía diez años y Carroll treinta. También es conocido por todos que en 1865 los padres de Alice le prohibieron a Carroll que volviera a acercarse a ella y a sus hermanitas y a frecuentar su casa. Además, rompieron todas las cartas que el reverendo Dodgson le escribiera a Alice. Tanto Stilman como Brasaï, así como Cohen -un biógrafo del autor de Alicia en el país de las maravillas - niegan que el famoso escritor haya sido un abusador de niñas. Como ellos se dedican a la literatura, sus reflexiones tendrían ceñirse que a su especialidad.. Por otra parte, no hace falta ser psicoanalista para comprender, a través de esas cartas y de esas fotos, que Carroll abusaba sexualmente de sus pequeñas víctimas. Comprobamos, una vez más, que para ser un abusador de menores no hace falta vivir hacinados en una villa miseria. Se puede ser fotógrafo, clérigo, médico, ingeniero y hasta psicoanalista. Solamente hace falta "fabricar" a un ofensor. Todos ellos son fabricados socialmente. Pero esto ya es tema para otra nota.

<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<

http://laseleccioninutil.blogspot.com/2006/08/lewis-carroll-fotgrafo-de-nias.html

Lewis Carroll, fotógrafo de niñas

Page 6: artículos sobre lewis carroll

Fruta verde

"Ésto debe ser un secreto, y entre tu y yo debe quedar"

El conejo Blanco a Alicia

"En 1870 haría Carroll la última fotografía de quien era ya una joven mujer, que

acudió a la cita acompañada por su madre. Dos escuetos pasajes de los diarios de

vejez de Carroll registran los nostálgicos encuentros. Uno fue en 1888 con Mr.

Hargreaves (el marido de Alicia Liddell, que, casualmente, había sido alumno de

Carroll).

Un pasaje menciona el postrer encuentro en 1891 del ya casi sexagenario,

inmovilizado en su domicilio por un derrame sinovial, con Alicia Liddell en

persona: “me resulta difícil admitir que fuese el marido de alguien que, aun hoy,

me represento como una niña de apenas siete años”.

En 1892 Carroll escribe una misiva a Alicia para agradecer una de sus visitas

realizadas y no pierde la oportunidad para sugerirle que sus dos hijas quizás

pudiesen hacer lo mismo. El tono de la carta es petulante e irónico: “Cruda como

es, señora, usted suponía que yo tenia una interés lujurioso en sus hijas, o que

me guiaba el deseo de elegir a una en matrimonio. Pero se equivoca”.

(Fragmento. En revista Oiga, enero 26 2001)

<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<

http://captchafobia.blogspot.com/2008/10/nias-sin-alma.html

Page 7: artículos sobre lewis carroll

OCT27

Niñas sin alma

Últimamente está de moda Lewis Carroll. Para dentro de añito y medio, a comienzos de 2010, está previsto el estreno de dos producciones cinematográficas: una adaptación de Alicia en el País de las Maravillas de la mano de Tim Burton y una película sobre el autor titulada Phantasmagoria: The Visions of Lewis Carroll, dirigida y protagonizada por Marilyn Manson.

Mucho se conoce popularmente sobre el creador de Alicia, pero menos conocida, aunque no por ello menos interesante, es su faceta como fotógrafo. Existe gran controversia acerca de las opiniones sobre su trabajo, cuya mayor parte responde a fotografías de niñas menores de dieciséis años. Una porción de estas fotografías, muestran a las niñas desnudas, como se puede apreciar en esta pequeña colección de placas coloreadas. Sin embargo, se dice que la mayoría de las fotografías de este tipo fueron ordenadas destruir por su autor antes de su muerte. En opinión de algunos, lo hizo para salvaguardar la inocencia de las niñas ante los ojos impuros de posibles pederastas que accediesen a ellas; para otros, el propio Lewis era pervertidor de las menores, a quienes retrataba conchabado con sus parientes.

Dejando a un lado la controversia, me parecen dignas de mención aquellas fotografías que muestran a las pequeñas ninfas victorianas tapadas. La mirada directa de estas niñas, cuando no están fotografiadas dormidas, suscita temor e inquietud. Parece que a través de la imagen las niñas sean capaces de leer el corazón de quien las observa. Cuando uno las examina detenidamente no halla rastro de inocencia, la cual es normalmente desbaratada debido a la estudiada pose, pero que tampoco se presenta en la expresión de estas infantas desalmadas.

Esta es una pequeña muestra de lo que he podido ir recopilando por la red. En algunas de ellas se muestra a Alice Liddell, la auténtica Alicia, por la que Carroll mostraba verdadera predilección. El resto es una sucesión de lo que parecen ser muñecas poseídas.

Alice y Carroll besándose

Page 13: artículos sobre lewis carroll

¿Pero fue Carroll un pedófilo? Según puede verse en la exposición ''Reflections in a Looking Glass: A Lewis

Carroll Centenary Exhibition,'' organizada [...] en el centenario de su muerte acaecida en 1898 [...], la

cuestión es irrelevante. Lo más sorprendente y atractivo de sus retratos de niñas no es qué veía él en ellas

sino qué veían ellas en él.

''Lewis Carroll . . . vino a nuestra casa de campo para fotografiarnos a los niños,'' escribió Dymphna Ellis, una

de las niñas que Carroll fotografiara. Y añade: "Estoy segura de que fui su 'favorita'. Él hacía a cada niño

sentirse así. Revelaba las fotografías en el sótano...Recuerdo la mezcla de desorden y misterio...Nos echamos

a llorar cuando se marchó...no le teníamos ningún miedo. Sentimos que él era uno de nosotros, que estaba

de nuestro lado, no en el de los adultos."

Estas no parecen las palabras de una víctima de seducción hacia niños. Pero todavía hay algo en ellas que

nos parece alarmante: sótano, desorden, misterio, falta de miedo. Estas palabras te hacen pensar que no

importa lo que Carroll y sus pequeñas modelos hicieran, era excitante y seductor a todas luces. Ellos eran co-

conspiradores.

<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<

http://www.elmundo.es/papel/2003/06/28/cultura/1427573.html

CULTURA

GALERIA DE RETRATOS / El recorrido evita los fantasmas de la pedofilia y las interpretaciones freudianas de una obra singular / Alice Liddell, la futura Alicia, no llegaba a los seis años cuando posó para Carroll por primera vez

Una mirada limpia a las 'niñas' de Lewis Carroll

Una exposición en Nueva York muestra 72 fotografías infantiles del autor de 'Alicia en el país de las maravillas'

CARLOS FRESNEDA. Corresponsal

NUEVA YORK.- Su ideal de belleza era una niña de no más de 12 años, «y no veo la razón por la que sus formas preciosas deban ser cubiertas»... Alice Liddell, la futura Alicia, no llegaba a los seis años cuando posó para él, descalza, ligeramente cubierta con harapos, con una mirada entre la inocencia y la insolencia.

Charles Lutwidge Dodgson ya se había desdoblado en Lewis Carroll cuando retrató a Alice como la «pordiosera», pero ni en el más disparatado de sus sueños se veía aún como un afamado escritor o como un consumado fotógrafo. No era más que un melancólico, solterón y aburrido profesor de matemáticas en el Christ Church de Oxford; la literatura, la fotografía y las niñas fueron la vía de escape a las rigideces

Page 14: artículos sobre lewis carroll

victorianas del lugar y de la época.

Con la mirada limpia, evitando el fantasma de la pedofilia y las interpretaciones freudianas de su singular obra, el Centro Internacional de Fotografía de Nueva York recoge 72 instantáneas de la faceta menos conocida, pero igualmente admirada, del autor de Alicia en el país de las maravillas.

Los ojos se detienen, inevitablemente, en ese retrato onírico de Alice Liddell, como recién escapada de ese mundo subterráneo y delirante que el profesor Dodgson acababa de crear para ella.«Nos sentábamos a su lado en el sofá, y se ponía a imaginar historias y a dibujarlas con su pluma», recordaría Alice, con el paso del tiempo. «Cuando estábamos contentos y felices, hacía que posáramos y disparaba con la cámara. Todos esperábamos con ansiedad las horas felices en la habitación del tutor de matemáticas».

Según varios biógrafos, el solitario y célibe profesor de Oxford mostró seguramente más interés por la madre que por la propia Alice, pero la leyenda literaria se ha nutrido desde hace más un siglo de la otra versión de la historia.

Ni Alice ni ninguno de las decenas de niñas (y niños) que posaron para Lewis Carroll hablaron nunca de un comportamiento «inapropiado» del fotógrafo. La doble pasión de Dodgson se consumó con una colección particular de niños y niñas desnudos, de las que sólo han sobrevivido cuatro instantáneas.

Pese a la condescendencia victoriana -el desnudo infantil tenía entonces unas connotaciones artísticas que muchos no sabrían apreciar hoy-, Carroll no pudo evitar el escándalo y claudicó ante los rumores de sus vecinos de Oxford. Devolvió las instantáneas a los padres, que nunca cuestionaron sus intenciones, y no volvió a fotografiar a un niño.

Sus fotos, sin embargo, han resistido implacables el paso del tiempo. De su cámara salieron «algunos de los ejemplos más remarcables del arte fotográfico del siglo XIX» (en opinión del biógrafo Morton Cohen). Douglas Nickel, comisario de la exposición que estará abierta en Nueva York hasta el 31 de agosto, le considera como «un auténtico innovador, comprometido hasta la médula con la fotografía».

El empeño de Nickel ha sido romper el tópico de Lewis Carroll como simple aficionado al incipiente arte de la fotografía. «La fotografía, como también la literatura, fue más que un hobby para el adusto profesor, en cuyos diarios hay muchas más referencias a sus instantáneas que a sus escritos»,explica Nickel. «El éxito de Alicia vino después, casi por accidente. Y su holgada posición económica a partir de entonces le permitió explorar nuevos caminos en la fotografía, sin ningún tipo de ataduras».

Las niñas de Lewis Carroll están siempre haciendo equilibrios entre la ensoñación y el misterio. Ahí vemos de nuevo a Alice Liddell, algo más crecidita, a punto de entornar los ojos. Agnes Grace Weld frunce el ceño como Caperucita Roja, Florence Maude Terry posa como Cenicienta y

Page 15: artículos sobre lewis carroll

Beatrice Henley, sombrero en mano, parece escapada de un capítulo prematuro de Mujercitas. Aunque el retrato más sugerente, casi un cuadro, es sin duda el de Xie Kitchin, hija de otro colega de Oxford, el historiador George William Kitchin, y su modelo predilecta durante casi cinco años.

Xie no es ni mucho menos la niña que fotografió por primera vez en un diván en 1869; la muchacha se acerca peligrosamente a la pubertad, y en la ondulación del pelo, en el tirante caído y en la expresión de su rostro mientras duerme se vislumbra ya la mujer en ciernes.

Ninguna otra foto se acerca más al ideal de belleza perfecta y simple, infantil y pura, que tenía Lewis Carroll o Charles Lutwidge Dodgson, tanto da.

Nabokov y Carroll, dos coleccionistas

NUEVA YORK.- «Siempre he sido un gran admirador de Lewis Carroll», dijo Vladimir Nabokov, que mucho antes de escribir 'Lolita' había traducido y adaptado al ruso las primeras aventuras de 'Alicia'.

Nabokov llegó a decir que Carroll guardaba una «patética afinidad» con el pedófilo Humbert Humbert. «Pero Carroll salió adelante, de la misma manera que tantísimos otros victorianos pudieron compaginar sus vidas con la pederastia y con la ninfolepsia», añadió el escritor.

Douglas Nickel, comisario de la exposición fotográfica de Carroll, sale ahora en defensa de éste y aclara que, pese a las afinidades entre Humbert y Carroll, aquel era un pedófilo patológico y éste un artista «distorsionado por un diagnóstico posmoderno que reduce su biografía a pura desviación y su creatividad a meros síntomas».

Nickel le da vuelta a la historia y habla de la tremenda afinidad entre Carroll y Nabokov: a uno le dio por la niñas, al otro por las mariposas. «En ambos su afán coleccionista fue mucho más que un 'hobby', una auténtica pasión», escribe Nickel.

<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<

http://photographyoflewiscarroll.googlepages.com/

The Photography of Lewis Carroll

 

Page 16: artículos sobre lewis carroll

"I always call him Lewis Carroll Carroll, because he was the first Humbert Humbert. Have you seen those

photographs of him with little girls? He would make arrangements with aunts and mothers to take the children out.

He was never caught, except by one girl who wrote about him when she was much older."

 

 -- V.V. Nabokov, interview, Dec. 1966 Vogue

 

Page 21: artículos sobre lewis carroll

annie and frances henderson, ages 7 and 8

 

 

Further reading: 

Helmut Gernsheim. Lewis Carroll, photographer. Dover, 1969.

Lewis Carroll: photos and letters to his child friends. Ed. G. Almansi. FMR, 1975.

Morton Cohen. Lewis Carroll's photographs of nude children. Man., 1978.

Copyright Statement: 

Images herein fall within 

the public domain and may be  

reproduced sans referent.

<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<

http://infoshare1.princeton.edu/rbsc2/portfolio/lc-all-list.html