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ARQUEOLOGIA

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ARQUEOLOGIA

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BALANCE Y PERSPECTIVA DE LA ARQUEOLOGÍAEN LOS ESTADOS DE JALISCO. ZACATECAS Y DURANGO

Ma. Teresa Cabrero G-

ABSTRACT

When seeking for a balance of archaeological res€a¡ch caried outin the states of Jalisco, Zacatecas and Durango, it is clear that wehave a very poor general knowledge about its prehispanic peoples.

Because of this, pe$pectives for research ahould in th; fuiurebe aimed towa¡ds obtaining a complete archaeological inventory,which may then be used ás a stariing point for ihe explanationand understa¡ding of the cultu¡al dina¡nics of this region andthereby being able to evaluate its relationship to the ¡est of Meso-unenca,

Intrcducción

Este artlculo pretende mostrar el actual nivel de conocimiento alcan-zado a través de las investigaciones arqueológic.as llevadas a cabo enlos estados de Jalisco, Zacatecas y Durango. Estas revelan que lospobladores del territorio que hoy ocupan dichos estados, intervinie-ron activamente en la historia cultural de Mesoamérica. Jalisco y elsu¡oeste de Zacatecas forman parte del llamado Occidente de México;el no¡oeste de Zacal.ecas y la mayor parte de Durango representan la"expansión norteña" mesoamericana.

Esta región muestra una vinculación estrecha entre las culturasarqueológicas que la ocuparon, y comparten ¡asgos que indican uncontinuo contacto interregional, sin que signifique la pérdida de launidad cultural que las identifica.

Para la presentación de las investigaciones arqueológicas se siguióla siguiente metodologla.

l. Una división por regiones geográficas:en Jalisco: la costa; el centro-sur y Los Altosen Zacatecas: el suroeste y el notoesteen Durango: centfo-sur y nofte

2. Dent.o de cada región geográfica se trataron los estudios de

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ANALES DE ANTROPOLOGIAl4

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BALANCE Y PERSPECTIVA DE LA ARQUEOLOGíA I5

acuerdo con la fecha de su publicación, desde la más antigua a lamás reciente.

3. Presentación a manera de slntesis general (en que se trata la tü.talidad de la región analizada en forma paralela) de una secuen-cia cronológico-cultural, en la que se marcan los sucesos en cadaregión, lo que conduce a la proposición de diversas hipótesis,

4. Por último, se presentan las perspectivas de investigación arqueo-lógica para la región.

Debo aclarar que posiblemente se omitieron una o varias investiga-ciones; de ser asl, esto se debió a dificultades de acceso.

Inve stigaciones en Jalisco

El primer intento de clasificar las culturas arqueológicas delOccidente de México surgió durante la Illesa Redonda dedicada ala discusión de los problemas que presentaba esta subárea cultural(IV Mesa Redonda de la SMA 1948). La doctora Isabel Kelly definió14 "provincias cerámicas" para el noroeste de llIéxico, las que in-cluían parte del territorio de los eslados de Sinaloa, Jalisco, Nayarit,Colima y Michoacán (Kelly 1948:55;mapa l).

En la relatoría de dicha reunión, Pedro Armillas ( 1948:2 I I )sintetiza las diversas aportaciones y define l4 "provincias arqueologicas"; reúne algunas de las señaladas por Kelly al notar que compar-ten ciertos rasgos y añade otras ubicadas en los estados de lVichoacány Guerrero (mapa 2).

De esa época (1946) a la fecha se han logrado definir 29, ahoradenominadas subáreas (Schóndube 1980:123), de las cuales se tra-tarán sólo las que conciernen a Jalisco y al suroeste de Zacatecas,puesto que el norte de Zacatecas y Durango forman parte de unadistinta subárea mesoamericana (la llamada "expansión norteña",Braniff 1972:277).

Costa de Jalisco

En 1939, Kelly recorrió la costa norte de Jalisco e identificódos provincias; la primera la denomina Costa de Jalisco y abarcael Valle de Tomatlán, el área de Chamela y la desembocadura delrlo Cusmala. Ella cree que dicha provincia está ligada con el comple-jo Aztatlán de Sinaloa.

La segunda provincia se encuentra ubicada al sur de la anterioren el área de Cihuatlán, entre el rfo Purificación y la bahía de Manza-nillo. Para Kelly, dicha provincia está ligada a las provincias de

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t6 ANALES DE ANTROPOLOCIA

PROr'INCIAS CERAMICAS D€L NOROESTE IE MEXICO, t. KELIY 94€.

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BALANCE Y PERSPECTIVA DE LA ARQUEOLOGíA I7

Sayula-Zacoalco y Autlán-Tuxcacuesco del centro de Jalisco (Kelly1948:62\.

En 1960 se inició un estudio enfocado a la búsqueda de los post-bles contactos culturales entre Mesoamérica y la región Andina,comenzando la investigación en la región de la costa, parte de Naya-rit, Ylapa (situada al su¡ de Bahía de Banderas), el rlo Cihuatlán yla Bahla Chamela (Meighan y Nicholson 1974:15).

Durante el curso de la investigación se excavó un sitio en Barra deNavidad, Jalisco (Long y Wire 1966). Con base en fechas obtenidaspor hidratación de obsidiana se propusieron dos periodos de ocupa-ción; el más antiguo resultó entre 650 dC y 1 100 dC, y uno posteriorent¡e 1200 dC y 1550 dC; además se engontró semejanza con las

fases Tolimán y Coralillo delazona de Autlán situada en el centro de

Jaüsco.Long y Wire señalaton que el sitio pudo haber sido ocupado por

un grupo de recolectores cuya subsistencia dependÍa de la pesca (demariscos y pescados), del come¡cio de la sal, y del intercambio de és-

tos por otros productos (Long y Wre 1966:47\, y que el estudiode este gnrpo podrla ayudar a entende¡ el comportamiento de otrosgrupos concheros del Occidente con una subsistencia similar.

La construcción de la presa Cajón de Peña en 1975, dio lugar altrabqio de salvamento en el área de Tomatlán, ya que en breve se des-truirla todo vestigio p¡ehispánico. Mountjoy, en 1982, publicó losresultados de dicho tmbajo e indicó como objetivo del estudio cono-cer "...e1 contexto de desarrollo cultural prehispánico... e incorporara su estudio una investigación de los documentos históricos que t¡atande la cultura indlgena de la costa de Jaüsco" (Mountjoy 1982:84).

El área de investigación abarcó todo lo largo del rfo Tomatlánhasta su desembocadura en el Océano Paclfico, obteniéndose unasecuencia cronológica dividida en cinco fases. Cada fase está represen-tada por un complejo arqueológico.

La primera fase se inicia varias centurias antes de nuestra efa, conposibles relaciones con la fase Capacha-Opeño: 1390 aC y 1080 aC; elsegundo complejo (fase La Pintada) está situado entre 400 aC hasta300 dC; el tercero entre 300 dC y 600 dC (fase Guayacán); el cuartoentre 600 dC y 1000 dC, en el que se nota una fuerte influencia de lacultura Aztatlán de Sinaloa, y el último complejo (fase Nahuapa) vade 1000 dC hasta después de la Conquista española (Mountjoy 1982:32s-31\.

Centro y sur de faüsco

a. Valle de Atotonilco-Zacoalco-Sayula En el Valle de Atotonilco-Zacoalco'Sayula se enconüó en la superficie una punta acanalada del

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l8 ANALES DE ANTROFOLOGiA

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I SLIRES]E CE MYARIT| AMECAI SAYULA

3 CO'I¡ SUR D€ NAYAFIf

A T7 NÍZUNT?AN

t3 YEZTLA IIARANJO. I o) TELOLOAPAN

14 TAXCO- ZUMPANGo --- b) rEPEcoacult o

I c) MEZCALA

PRCÍVIÍC|AS ARoUEoI0GnASARMILLAS I948

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BALANCE Y PERSPECTIVA DE LA ARQUEOLOCíA I9

tipo Clovis, reportada por Lorenzo en 1963, Este hallazgo representala evidencia rnás antigua de la presencia del hombre en Jalisco, puestoque este tipo de puntas de proyectil fueron utilizadas por bandas decazadoregrecolectores en el norte de América va¡ios miles de añosantes de la era cristiana., b. Lago Chapala. Las márgenes del lago Chapala fue otro lugar ha-bitado por el hombre. Se han localizado varios asentamientos quetienen diferente temporalidad. El sitio Tizapán El Alto, ubicado en laregión sur del lago dejó ver dos épocas de ocupación tardfa; el Com-plejo Cojumatlán fechado (por radiocarbono) entre 900 y I 100 dC, yel Complejo Tizapán (fechado entre 1100 y 1250 dC, creyéndose quefue abandonado durante la primera mitad del siglo xItr (Meigüan

1968).El estudio se enfoca hacia la función que desempeñaron las vasiias

para la gente que las utilizó, proponiendo un esquema teórico consi-derando la adquisición de técnicas de manufactura en una secuenciacreciente de complejidad.

Sobre las márgenes del lado norte del lago se localizaron variossitios aldeanos agrlcolas que muestran tles fases de ocupación. La pri-mera (fase Pitallo) equivalente al Clásicd Temprano mesoamericano,fechado alrededor de 600 dC; la segunda (fase Puerta Nueva) equiva-lente al Clásico Tardfo, fechado alrededor de 900 dC, y una tercera(fase Santa Cruz) equivalente al Posclásico Temprano, fechado alre-dedor de I100 dC, Esta cultura muestra un desarrollo local que reci-bió la influencia de los grupos cercanosr como los de Cojumatlán yTizapán El Alto, asl como de Ixtlán del Río en Nayarit (Bond 1971).

c. Tamazula-Tuxpan-Zapoütón. Otto Schóndube estudió en 1973el área de Tamazula-Tuxpan-Zapotitlán, en donde se demuestra laexistencia de una cultura arqueológica de tipo aldeano agrlcola, queexhibe t¡es complejos ceriímicos: Nogales fechado entre 660 y 900dC; Laurel entre 900 y 1200 dC y Terla entre l2O0 y 1523 dC. Estacultura estuvo relacionada con las del lago de Chapala (Cojumatlán yTizapán El Alto), con la zona de Autlán-Tuxcacuesco y con el áreade Chanal en Colima.

d. Etzatlán-Ahualulco-San Marcos. A partir de 1971, Phil Weigandha publicado los resultados de zus investigaciones en el fuea de Etza-tlán-Ahualulco-San Marcos (Weigand 1971, 1974, 1976, 1977;Mountjoy y Weigand 1975:353-63). Weigand propone la distribuciónespacial y temporal de la tradición cultural del área, la cual abarcadesde las primeras centurias de la era cristiana hasta la Conquista es-pañola. Menciona la existencia de un patrón arquitectónico único enMesoamérica; la presencia de tumbas de tiro dentro de dicho patrón,y marca la evolución y el nivel cultu¡al alcanzado. Añade que el áreano muestra influencia olmeca ni teotihuacana, y es sólo dur¿nte el

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20 ANALES DE ANTROPOLOGIA

Posclásico mesoamericano cuando se nota una fuerte influencia pro-veniente del Altiplano Central de México (Weigand 1977:417).

e. Guadahjara. El sitio de El Ixtépete, situado en los alrededoresde la ciudad de Guadalajara fue excavado en 1966 por César Sáenz.Sáenz encontró la presencia de un complejo tolteca (Protocoyotlatel-co), y el tipo Mazapa (Sáenz 1966:+5).

Los resultados de una segunda exploración efectuada por Galván yCastro Leal demuestran una ocupación anterior al Posclásico Tempra-no -señalado por Sáenz- con cierta influencia teotihuacana fechadaentre 600 y 900 dC (Galván y Castro Leal 1975, Castro Leal y Ochoa1976).

f . Aut kin-Tuxcacuesco. El área Autlán-Tuxcacuesco fue estudiadapor Kelly respectivamente en 1945 y 1949. Para la zona de A.utlán,identifica tres complejos cerámicos que denominó fases (para separarun periodo de ocupación del siguiente). La secuencia cronológicapropuesta pafie del Complejo Autlán como contempotáneo a la Con-quista; el Complejo Mylpa, inmediatamente anterior y tal vez enparte contemporáneo al Autlán, y por último, el Complejo Cofradía,colocado como el de mayor antigüedad, contemporáneo posiblemen-te al Azteca I y II de la Cuenca de México.

Kelly dice que la zona fue de alta cultura, rodeada por grupos demás bajo nivel; en el momento de la Conquista estaba densamentepoblada por aldeas sedentarias con agricultura de riego; usaban ropade algodón y hablaban otomí (Kelly 1945:24-?6).

En la zona de Tuxcacuesco-Zapotitlán (1949) Kelly identificatres complejos cerámicos, que en orden del más antiguo al más re-ciente son: Tuxcacuesco correlacionado con el Teotihuacan (II, III,IV y V), Coralillo al Azteca (I y II), y Tolimán al Azteca Tardío(III y IV) (Kelly 1949:194). Señala además que las culturas de Au-tlán-Tuxcacuesco muestran fuertes ¡elaciones con las cultu¡as deColima.

El estudio de esta á,rea representa un esfuerzo por actualizarfuentes históricas en la identificación de sitios arqueológicos, con elfin de que los datos históricos sobre pueblos más antiguos, permitanexplicar fenómenos culturales que no dilucidan los materiales arqueo-lógicos.

g. Tumbas de tiro. KelTy inicia la búsqueda de tumbas de tiro, rasgo cultural que identifica con el Occidente de México. Las tumbas detiro constituyen un enigrna en la arqueología americana; su origen es

aún desconocido. Se encuentran confinadas en una determinada por-ción geográfica que abarca parte de Nayarit, Jalisco, Michoacán yZacaf.ecas.

Esta costumbre funeraria encuentra zu homólogo en Amética delSur (Peru, Ecuador y Colombia), sin poder establecer hasta el mo

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BALANCI Y PIRSPECTTVA DI] LA ARQUEOLOGIA : I

mento la relación entre dichas regiones, puesto que las separan milesde kilómetros y diversas barreras naturales que a primera vista resul'tan infranqueables.

El atractivo que ejercen las tumbas de tiro y la naturaleza de su

contenido (diversos objetos de singular belleza y exquisita manu-factura depositados junto a los cuerpos muertos como ofrenda) han.provocado su estudio desde diversas orientaciones.

Hay quien clasificó las tumbas por su forma y dimensiones, com-parándolas con las de América del Sur (Long 1967)l se verificó su

temporalidad por técnicas de fechamiento (Long y Taylor 19ó6);se analizaron los objetos tratando de buscar su significado socialpensándose que reflejan la forma de vida y la ideología de sus creado-res (Furst 1965, 1966,1970:16U169, Long 1968, Taylor 1970:160,Meighan y Nicholson 1970, Von Winning 1971:2O, 1972, 1974,Toscano 1946, Kirchhoff 1946, Kan, Meighan y Nicholson l97O,Dela Fuente 197 4, Caley 1964:497, Delgado 1969).

Las tumbas de tiro han sido fuente de innumerables saqueos de

verdaderas obras de arte extraídas de su interior por manos de per-sonas extrañas a la profesión, quienes las han vendido a diversoscoleccionistas privados o a los museos de todo el mundo'

En Jalisco sólo se cuenta con una exploración arqueológica de

tumbas de tiro selladas. Éstas se encontraron por accidente cuandose urbanizaba un fraccionamiento en las afueras de la ciudad de

Guadalajara. El feliz hallazgo significó para este rasgo cultural la cer-feza de su conocimiento. Schóndube y Galván encontraron doscementerios: el primero, de tumbas de tiro (en Tabachines), se logrófechar entre 400 y 600 dC, con posibilidad de haberse iniciado al-rededor de 200 dC; y el segundo de tumbas de fosas rectangularescon paredes aplanadas de lodo (El Grillo), abarcó un periodo entre600 y 800 dC que presenta influencias del norte de Jalisco y Zaca-tecas (Schódube y Galván 1974:144-164).

El resto de las tumbas de tiro conocidas se encontraron total oparcialmente saqueadas; su ubicación se halla en el área de la cuencadel lago Magdalena, en el municipio de Etzatlán.

En 1955 se exploró la tumba de El A¡enal (Corona Núñez 1955)famosa por ser la más grande y elaborada hasta hoy conocida. Tieneun tiro de 16 m de profundidad y tres cámaras intercomunicadas'Se logró recuperar algunos fragmentos de varios esqueletos cuyoscráneos estaban orientados hacia la entrada del tftnel (Corona Núñez1955:18).

En San Sebastián, lugar cercano al anterior, se logró fotografiargran parte de las piezas de una tumba recién abierta por saqueadores,quienes informaron la disposición de los restos ós€os y la disposiciónde los objetos a los arqueólogos presentes (Nicholson, H. B y C' Mei-

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22 ANALES DD ANTROPOLoC ÍA

ghan 1974:13). Los objetos fueron analizados y clasificados poste-riormente por Stanley Long ( I 966).

Long establece cuatro tipos de figuras huecas: dos se asocian conel Valle de Ahuacatlán y con el sur de Nayarit,. y los otros dos per-tenecen al lipo Jalisco. Este autor cree que las tumbas fueron reusa-das periódicamente a manera de criptas familiares, dentro de unperiodo entre 100 aC y 200 dC (Nicholson y Meighan l9?4: l3). AIaño siguiente Long estudió algunas piezas provenientes de dos cemen-terios descubiertos en San Marcos, situado al suroeste del lago Magda-lena (Long 1968: l8).

La descripción de los trabajos arqueológicos efectuados en el cen-tro de Jalisco, en 1959, señalan la exploración de un entierro en lapoblación de Tuxpan. El entierro se halló bajo el piso de una casadel pueblo al realizar ciertas obras en el drenaje; se trataba de unbulto mortuorio con pintura roja alrededor, depositado bajo tierra(Corona Olea 1959: l8) que se cree pertenece al mismo tipo de entie-rros descritos en los códices nahuas.

Altos de Jalisco

Cerca del pueblo de Teocaltiche, situado en la frontera suroeste deZacatecas, se localizó un sitio arqueológico en el que se encontrarondurante la excavación dos figuras huecas asociadas a un entierro. Lasfiguras huecas son del tipo denominado "cornudo" (por la presenciade dos protuberancias a manera de cuernos en la cabeza) conocidasa través de saqueos en el terfitorio de Zacalecas.

Este tipo de figu¡as ha sido asociado a la tradición de tumbas de tiro;sin embargo en Cerro Encantado, como se llamó al sitio excavado, nose hallaron dentro del contexto mencionado.

Betty Bell señala la ausencia de tumbas de tiro en Cerro Encanta-do; establece la antigüedad del sitio, mediante técnicas de fecha-miento absoluto, entre 100 y 250 dC, e indica que el lugar fueocupado por gente sedentaria (Bell 1974:147-65).

Suroeste de Zacatecas y zona Cazcana

Esta región ha sido muy poco estudiada. Hrdlicka recorrió la zonaen 1903, localizando algunos de los sitios más importantes (HrdlickaI 903:385).

En la actualidad se lleva a cabo una investigación que sigue elcurso del rlo Bolaños desde su nacimiento en el Valle de Valparaísoen Zacatecas, y penetra en Jalisco a través del cañón que lleva sunomb¡e (Cab¡ero y Jaramillo 1983). Hasta el momento se han loca-lizado varios sitios en los valles de Valparafso y Mezqultic. El an¿ili-

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BALANCE Y }ERSPECTIVA DE LA ARQUEOLOCíA 23

sis de los datos recuperados indica la existencia de una culturaarqueológica que demuestra un desarrollo local con influencia delas culturas de Chalchihuites al norte (Kelly l97l), Etzatlán al sur-oeste (Weigand 1977), y probablemente de La Quemada al sur. Elárea pertenece a la t¡adición de tumbas de tiro a causa de su pre-sencia err el V¿lle de Valparalso (Cabrero 1985).

En la zona Cazcana, se está llevando a cabo una investigación en elcañón de Juchipila, desconociéndose hasta ahora sus resultados; sinembargo, de esta área se conoce gran cantidad de piezas productodel saqueo, ahora en manos de coleccionistas privados.

Pa¡¿ finalizar debemos mencionar algunos de los estudios realiza-dos, cuyo propósito esencial es la slntesis histórico-cultural delOccidente, con énfasis en Jalisco, como los realizados por OttoSchóndube (1969, 1975, 1980), el de Betty Bell (1972), y algunosotros reportes de aportación original (Brambila 1977,Cabrcra 1972,Delgado 1969, Lister l955).

Zacatecas y Durango

En los estados de Zacatecas y Durango se han llevado a caboestudios arqueológicos que abarcan ambos territorios, por lo que seránecesario refe¡i¡se a uno y a otro de acuerdo con la investigación deque se ¡rate.

Las culturas arqueológicas presentes en ambos estados representanla s¡bárea denominada "expansión norteña" (Schóndube 1980:115),y de la que Beatriz Braniff ha tratado en diversas ocasiones (1972,1974), refiriéndose a ella como un área de culturas marginales deMesoamérica.

Son dos las principales culturas arqueológicas que dominaron estaregión geográfica: la cultura de Malpaso, con el sitio de La Quebrada,y la cultura Chalchüuites con el sitio de Alta Vista, como centrorector (Kelly t 971 a:768-801).

Durante el siglo pasado, La Quebrada fue visitada por varios intere-sados en conocer vestigios de culturas prehispánicas. Algunos publica-ron sus impresiones con la respectiva descripción de las ruinas; perootros dibujaron los primeros planos generales del sitio que sirvieronde base a los trabajos arqueológicos de principios de este siglo (Lyon1826, Berghes 183l, Burkart 1836, Tarayre 1869, Nebel 1839).

En 1903, Ales Hrdlicka pubücó el resultado de un estudio antro-pológico llevado a cabo en el suroeste de Zacatecas (el área de Bola-ños y de Juchipila) y Los Altos de Jalisco, dedicando una parte de suartlculo a la descripción de La Quemada (1903:385440). El escritoes de sumo interés pues representa el primer reconocimiento ar-queológico de esa región; además da a conocer la etnograffa de los

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1,1 ANALT S Dh ANTROPOLOGíA

tepccanos asentados en el norte de Jalisco, grupo indígena hoy casidcsaparccido.

En 1930, Eduardo Noguera realiza la primera inspección de lasruinas y recomienda su limpieza y cuidado (Noguera 1930). Señalaque La Quemada "es el eslabón cntre las civilizaciones del norte conlas del sur de México" (1930:67) y asigna a los tarascos como loscreadores de La Quemada.

En I 910. I'{anuel Ganrio recorrió el Valle de Chalchihuites des-crLhrienclo señales de ocupación humana en los alrededores de AltaVista y en el irrterior cle varias cuevas (1910:469-92).

Nogucra en 1930. después de su inspección a La Quemada, se

dirigió a Chalchihuitesl recorre los sitios ya señalados por Gamio ylocaliza algunos más. Excava el srtio de Alta Vista y llega a la con-clusión de que Alta Vista y La Quemada pertenecen a una mismacultura: " cxiste un¿ estrecha relación, si no es que completaidcntidad, entre esos vestigios arquitectónicos (se refiere a AltaVista) con los de La Quemada" (1930:105), y añade que ambossitios son de "filiación tarasca".

En 1937, A. iíason efectuó un recorrido que abarcó desde el áreatle Chalcl.rihuites hasta el Valle de El Zape en el norte de Durango(Mason 1937). El autor creyó ver "una forma atenuada de la culturadel i.,{éxico Central" debido a la similitud existente en toda el área

recorrida.D. Brand en 1939 llevó a cabo un segundo recorrido restringido al

área de El Zape. Después de presentar una slntesis histórica del árearecor¡ida desde los primeros visitantes en el siglo xvl hasta el recGrrido anterior, apuntando las condiciones ecológicas, la situacióueconómica y social de sus pobladores actuales, describe el tipo deasentamientos prehispánicos localizados por é1:

l, Los ubicados en cuevas, que parecen ser los más antiguos, peroque se extienden en el tiempo hasta ser contemporáneos con losposteriores.

2. Los ubicados en lo alto de los cerros que parecen ser puestosdefensivos.

3. Los ubicados en colinas y lomas del valle, ocupados pot gente

agrícola.

El análisis y la descripción de cada uno de los tipos de asentamien-tos lo llevan ¿ la rnisma conclusiÓn antes apuntada por Mason,añadiendo la posibilidad de que el área fuera una expansión de la cul-tura tolteca-tarasca que vino desde las tie¡ras bajas del P¿cífico haciael margen este de la Sierra Madre Occidental, o bien sea una extensiÓnde las culturas de las tierras bajas de Sinaloa y Nayarit que subió

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llAI-ANCti Y PIIRSPLCTIVA DL LA ^RQt

llol o(;l^ - l

por los ríos San Pedro, San Lorenzo y Culi¿crin hasf:t las tierrasaltls cle Durango (Brand 1939:105),

En 1943 se llevó a cabo la III Mesa Redonda de la Sociedad}{exic¿na de Antropología dedicada a la discusión de los ¡rroblerllasarqueológicos y ctnohistóricos del Norte de México. La participrcit\ny las contribuciones de Kirchhoff, Jiménez Moreno, Noguera, Beals,Brand y otros, sentó las bases del conocimiento antropológico dc

esta v¿sta reglon.Por otra parte, en I946 se exploró un sitio arqueológico ubicado

dentro dc una cueva (Rubln de l¿ Borbolla 1946, tomo VIII) en ElMezquital. situado en el centro de Durango. La cueva fue ocupadaconstuyéndose cuartos de varas y lodo muy semejantes a los cliffdwellings del suroeste de Estados Unidos y a los hallados en El Zapepor Brand en 1939.

En 195 I se llevó a cabo el primer recorrido por el Valle de Malpasoy se excavó el sitio de Pilarillos, cercano a La Quemada (A¡millas1963).

A partir de 1953, Charles Kelley y su grupo de asociados empren-dieron una serie de estudios que abarcó el suroeste de Zacatecasl clValle de lfalpaso, el área de Chalchihuites y el centro y sur dcDurango (Kelley 1953: 172-76). Du¡ante el estudio del sitio Weicke¡situado en Durango (Kelley y Shackelford 1954), se encontrÓ en srF

perficie una punt¿ acanalada del tipo Clovis (Lorenzo 1953), sinninguna otra evidencia que señalara una ocupaciÓn humana txnantigua. En la temporada de 1953 aba¡có el área del río Tunal y clrÍo Conchos, donde localizaron varios sitios con evidencias de latradición Cochise de Norte América (grupos agrícolas); otros sitiosprecerámicos situados a lo largo del ¡Ío Florido y el sitio Loma SanGabriel (Kelley 1953).

En 1954 se excavan 1os sitios Schroeder (Kelley 1954, Informe al

INAII) y Navacoyan (Howard 1957:l8l-89) situados en el centrode Durango. Éstos pertenecen a la cultura Chalchihuites en su fase

Tardía.Poi otro lado en 1955, Corona Núñez reconstruyó la pirámide

votiva de La Quemada y consolidó algunos otros edificios. Losresultados no se publicaron.

Los estudios de Kelley y su grupo continuaron por varios añosmás, en los que excavaron, recorrieron y analizaron los elementos

reunidos por toda el rá¡ea (Abbott 1960, Kelley 1956: 128-39.196O: 566-73, 1963, 1966: 95-110, 196ó:325-44, Kelley y Riley1969, Brooks y Brooks 1976: 83-95), hasta que en 1971, Kelley da

a conocer la slntesis completa de los estados de Zacatecas y Du-rango, producto de los estudios anteriores (Kelley l97l a: ?68-801).

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26 ANALIS DE ANTROPOLOGIA

Kelley identifica cuatro culturas:

La cultura de Malpaso, situada en el centro de Zacatecas, que abar-ca el Valle de Malpaso con La Quemada como centro principal. Conbase en las muestras de carbono 14 que obtuvo Armillas en 1951,propone un lapso tentativo de ocupación para La Quemada de unmilenio de años, destacando una concentración de población mayorentre 900 y l000 dC.

La cultura Bolaños-Juchipila, situada en el suroeste de Zacatecas,donde excavó el sitio de Totuate, ubicado al sur del Valle de Mezqui-tic, Jalisco, del cual reporta dos épocas de ocupación; la primera ymás antigua entrq 51 aC y 82 aC y una segunda entre 460 dC y 505dC. Las fechas se obtuvieron por muestras de carbono 14.

La cultura de Chalcltihuites, que abarca el norte de Zacatecas ¡e-presentada en la Rama Suchil y se extiende hacia Durango enla RamaGuadiana. La Rama Suchil constituye el periodo más antiguo de lacultura y tiene como sitio rector a Alta Vista. La Rama Guadiana seinicia colateralmente a la Rama Suchil, y sólo en sus fases tardlasse extiende la cultura Chalchihuites penetrando en ella. Los sitiosmás sobresalientes en la Rama Guadiana son Schroeder, Navacoyan yAntonio Amaro.

La cultura Loma San Gabriel esl.á situada al norte de Durango;mántiene un largo desarrollo iniciado con la penetración de la tradición del Desierto de Norteamérica, y en cierto periodo recibe la in-fluencia de la Rama Cuadiana de lá cultura Chalchihuites.

Kelley propone una secuencia cronológica para ambas Ramas:Rama Suchil: fase Canutillo 200-300 dC, fase Alta Vista 300-500 dCy fase Vesubio 500-950 dC.

Rama Guadiana: fase Calichal 500-650 dC" fase Ayala 55G700 dC,fase Retoño 65G750 dC, fase Las Joyas 700-950 dC, fase Río Tunal95G1150 dC y fase Calera 1150-1350 dC.

En sucesivos artículos, Kelley trata de explicar las relaciones quesostuvo la cultura Chalchihuites con Mesoamérica, mismas que justi.fican el desarrollo cultural de esa región (Kelley 1972, 1974,1976).

En forma colateral a los estudios de Kelley, se realizaron otros, €n-focados a la solución de un problema específico; por ejemplo la cla-sificación de materiales cerámicos y líticos (Brand 1935, Johnson1958, Abbott 1960, Kelley l97l b, Brooks 1971, Spence l97l),demateriales óseos (Pickering 1974, Brooks y Brooks 1978), localiza-ción y análisis de minas (Weigand 1968, Hedrick 1940), análisis ar-quitectónico (Kelley l9?8).

Surgieron también estudios que tratan problemas cronológico-culturales (Ekhdlm 1940, Kelley 1974, Weigand 1978) de área;algunos más tratan de explicar la situación de la región como frontera

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BALANCE Y PERSPECTIVA Dtr LA ARQUEOLOGíA 27

cultural con Mesoamérica (Armillas I 969, Brand 1943, Kelly 1969,1972, Hedrick l97l), y el enfoque más reciente ha sido el descubri-miento de un posible observatorio aslronómico con implicacioncscalendáricas en el sitio de Alta Vista (Kelley 1977 , Aveni et al. 1982).

En 1974 se llevó a cabo un estudio arqueológico en el Valle deMalpaso, enfocado hacia la llamada "arqueología espacial" en que lossitios localizados se jerarquizan de acuerdo con su función, con basecn la extensión del sitio y la clensidad de pobhción posible (Trom-bold 197ó: 149-182, 1985:205-39).

Síntesis general

La evidencia más antigua de la presencia del holnbre en Jalisco(márgenes del lago Chapala) y Durango (sitio Weicker, en el centro deDurango), es el hallazgo de una punta de proyectil en cada lugar,de tipo acanalada. Cada punta se encontró en superficie sin ningunaasociación de actividad humana.

El tipo de punta de proyectil acanalada, reconocida como tipo Clo-vis, se identifica con la tradición de cazadores-recolectores de Norte-américa; sus constructores y usuarios fueron grupos nÓmadas que vi-vieron de la caza de anirnales pleistocénicos, ahora extintos. La seme-

'janza de dichas puntas de proyectil con las de los grupos cazadores deNorteamérica hace suponer que pertenencen a la misma tradición,por lo cual se calcula una antigüedad entre 6 000 y 2 000 años.

Mirntras que en Jalisco se pierde la continuidad de los gruposcazadores-¡ecolectores, cn Durango se reconoce la cultura LomaSan Gabriel (ubicada en el centro de Dr:rango) como descendiente dela cultura Caracoles, que a su vez forma parte de la cultura del De-sierto de Norteamérica. La cerámica más antigua de los sitios Loma

.San Gabriel, es rnuy semejante a la Mogollón, cultura del suroeste deEstados Unidos. Se cree que la cultura Loma de San Gabriel recibióinfluencicias de Mesoamérica en los últimos siglos antes de la etacristiana, al adoptar la agricultura.

Alrededor de las primeras centurias de la era, en el centro-nortede Jalisco, en la región de Ameca, vivieron grupos aldeanos cultiva-dores que desarrollan un complejo funerario manifiesto en la cons-trucción de tumbas de tiro. Esta costumbre debió de representar unaspecto muy importante para ellos, ya que las tumbas son verdade-ras expresiones que conjuntan el conocimiento constructivo, el t¡aba-jo en grupo y un extraordinario testimonio del culto a los muertos,manifiesto en el repertorio que acompaña al o a los individuos paraquienes se construyeron.

Ha sido precisamente el repertorio que acompañó a los muertos,pl r)unto de Dartida Dara el conocimiento de la forma de vida de

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28 ANALDS DE ANTROPOLOGIA

aquellos grupos, y sus interpretaciones se han dirigido hacia losaspectos artísticos, ideológicos, económicos y sociales. La tradiciónde tumbas de tiro se extendió a través de Nayarit, Colima y el suro-este de Zacatecas, desapareciendo alrededor del 600 dC.

Hacia el primer siglo de la era cristiana, en el centro-sur de Jaliscoflorece la cultura arqueológica de Tuxcacuesco, sin compartir, al pa-

recer, la costumbre de enterramientos en tumbas de tiro.Por esa misma época (100 dC), se inició la cultura de Chalchi-

huites en el noroeste de Zacatecas; fueron gftpos agricultores quetenían posiblemente una organización sin estratificación social,ya que no se han encontrado evidencias de arquitectura cívica oreligiosa especializada (fase Canutillo). Es durante este desarrolloinicial cuando se empieza la explotación de los recursos minerales enla región, que en las siguientes etapas se convertirán en uno de losfactores determinantes para el florecimiento de la cultura Chalchi-huites, con Alta Vista como el centro rector más importante (fase

Alta Vista).A partir de la segunda mitad del siglo V, Alta Vista adquiere un

gran desarrollo que llega a su cllmax alrededor del 750 dC' expli-cándose por el control comercial que ejercla Teotihuacan. Parece serque la sociedad teotihuacana habla establecido una colonia en AltaVista, con el propósito de controlar la ruta comercial que llegabahasta el suroeste de Estados Unidos, de donde se extraía la turquesa.Chalchihuites proporcionaba otros minerales arrancados de las minasexistentes en la región, entre ellas piedra verde, que probablementedieron origen a su nombre (chalchíhuitl:piedra preciosa).

El suroeste de Zacatecas se encontraba ocupado por grupos al-

deanos que mantenlan un contacto directo y continuo con losgrupos de la región de Ameca en Jalisco, a través del cañón delrío Bolaños, y con la cultura de Chalchihuites al norte (durantela fase Canutillo); es probable que estos grupos subsistieran g¡acias almovimiento de caravanas comerciales procedentes del Occidente(desde Jalisco hacia La Quemada y Chalchihuites) y del AltiplanoCentral (Teotihuacan).

En Jalisco, la cuenca del lago Magdalena se encontraba ocupadapor grupos que desarrollaron un patrón arquitectónico muy particu-lar de edificios rectangulares alrededor de un patio circula¡ hundido.Dicho patrón se extiende hacia los grupos asentados a lo largo delrío Bolaños, hacia el noreste, hasta su nacimiento en el Valle deValparaf so, en Zacatecas.

La cultura arqueológica de la cuenca del lago Magdalena mantieneel mi$no patrón hasta el siglo xvl, observándose cambios tendientesa una mayor complejidad (crecimiento en tamaño y número de losedificios).

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BALANCI Y Pl]RSPIICTIVA Dt LA ARQUTiOLOCIA

Paralelamente, las márgenes del lado norte del lago Chapala se

encontraban ocup¿das por grupos agrícolas aldeanos que manteníancontacto con la cultura de Tuxcacuesco. situada al sur; y en los

alrededores de la ciudad actual de Guadalajara, floreció otra culturaarqueológica, denominada El lxtépete.

El Ixtépete muestra una ocupación temprana relacionada con Teo-tihuacan, y probablemente a este sitio pertenecen dos cementeriosdescubiertos en los al¡ededores: uno con tumbas de tiro, fechadas

alrededor de 400 dC y el segundo con tumbas de fosas rectangulares,fechado alrededor de 600 dC (Tabachines y El Grillo).

Volviendo a la cultura de Chalchihuites, el centro de Alta Vista se

encontraba en plena actividad hacia el 550 dC, aproximadamente,y en el centro de Durango algunos asentamientos (Schroeder y Nava-

coyan) desarrollaban su propia cultura apoyados en 1¿ cultura de

Chalchihuites de la cual recibían fuertes influencias. Esta zona ade-

más mantenía ¡elaciones con las culturas de Sinaloa (de Chametla pri-mero y más tardíamente el Complejo Aztatlán). Mientras que el área

de El Zape, en el norte de Durango, se nutría culturalmente de sus

vecinas en el sur.El desplome de Teotihuacan repercute en Alta Vista, que ahede-

dor de 900 a 950 dC es destruido y abandonado. Se cree que algu-

nos grupos emigran hacia el centro de Durango incorporándose a

las poblaciones de esa región; la producción minera decae también, yen el área de Chalchihuites sólo permanecen algunos grupos aldeanos.Hacia 1350 dC no quedan vestigios ni de la cultura Chalchihuites nide la del centro de Durango.

Es después de la calda de Teotihuacan y posterior a Alta Vista,cuando La Quemada adquiere la posición de centro defensivo cont¡alas continuas intrusiones de grupos chichimecas. La Quemada funcionaba como centro principal durante el apogeo de Alta Vista, pero a

su desaparición, representó el puerto de entrada septentrional haciaMesoamérica baio el cont¡ol del poderío tolteca, porque se suponeque los toltecas trataron de mantener la ¡uta comercial ya estable-cida.

A partir del siglo xI, en Jalisco, se reconoce la penetración de in-fluencias p¡ocedentes del Altiplano, incluyendo Puebla y Oaxa-ca, influencia que se muestra en la decoración de la cerámica yprobablemente en la introducción del uso del cobre.

A la calda de Tula, La Quemada es destruida y abandonada, mar-cando el final de las culturas avanzadas en el noroeste de México. I"avasta región se convierte en asiento de núcleos humanos nómadas ydepredadores que incursionaban en Los Altos de Jalisco, penetrandoa través del cañón de Bolaños, hacia Mesoamérica.

En el siglo xvl, los españoles encontraron en Zacatecas y Durango,

29

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30 ANALES DD ANTROPOLOGIA

algunas aldeas agrlcolas diseminadas y hasta cierto punto aisladas porlos nómadas chichimecas.

En Jalisco la situación era diferente, la densidad de poblaciónparece ser muy ¿lta, los poblados agrícolas se encontraban disemi-nados por todo el estado. Se conocen varios núcleos poblacionalesen la costa (Valle de Tomatlán) y algunos concheros (Barra de Navi-dad); en el centro habitaban aldeas ag¡ícolas (Autlán y Tuxcacuesco;Tuxpan, Zapotitlán, Chapala), y en el norte continuaba el desarrollocultural de la cuenca del lago Magdalena. Esta población mantenlarelaciones con el Centro de México y con la región tarasca.

Perspectivas

Al analiza¡ el conocimiento que se tiene de la arqueología de Ja-lisco, Zacatecas y Durango, se observa que el contenido de los estu-dios se limita a:

1. Un nivel descriptivo de los elementos materiales de la cultr:ra encuestión.

2. La observación de la distribución témporo-espacial de determi-nados rasgos expresados en los mate¡iales culturales.

3. El señalamiento de influencias ¡ecibidas de otras fueas o expor-tadas a otras áreas.

La región presenta dos problemas fundamentales sin tesolver:

l. El desconocimiento de la continuidad cultural, en ambas dimen-siones: sincrónica y diacrónica, a pesar de las p¡opuestas de al-gunos esquemas y la formulación de hipótesis de causas y efectospara explicar dicha continuidad.

2. Falta definir la relación de esta región con el resto de Mesoarné-rica a través de cada periodo cronológico.

Respecto a este problema surgen las pteguntas: ¿El Noroeste y elOccidente son marginados o son parte de Mesoamérica? Si son marginados, ¿qué causó dicha marginación: factores ecológicos, sociales,lingüísticos, económicos, políticos o algún otro no contemplado? Sison parte de Mesoamérica, ¿desde qué momento?, ¿durante todo eldesarrollo cultural mesoamericano? Y por últirno, siendo o no partede Mesoamérica, ¿cuál fue su origen?

Existen relaciones con los grupos de América del Sur, al encontrar-se rasgos similares en ambas regiones: tumbas de tiro, estilos y formascerámicas, uso de metales, ¿se trata de paralelismo o de difusión?

Estas incógnitas fundamentales señalan la necesidad de intensifi-car las investigaciones cuyos objetivos se orienten hacia el pluralismo

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BALANCE Y PTRSPICTIVA DE LA ARQUEOLOGíA 3I

antropológico, con el propósito de entender los procesos culturalesen términos regionales, para a su vez entender su vinculación conMesoamérica.

La prioridad inmediata es la obtención del inventario arqueoló-gico, mediante la intensificación de recorridos de superficie que

cubran la totalidad geográfica del territorio; recorridos enfocadoshacia la localización de sitios y la recolección de materiales' con locual se adquirirá un conocimiento integral de los asentamientosprehispánicos.

Los estudios de área permitirán conocer:

a) Tipo de asentamientos: rurales (rancherlas), centros ceremonia-les aislados de áreas habitacionales, centros civico-religiosos en

asociación a áreas habitacionales, cementerios, etcétera;b) desarrollo local y regional;c) contactos con las áreas vecinas:d) ubicación temporal;e) cambio cultural;f) relaciones con Mesoamérica.

Dentro de una segunda etapa, deberá considerarse la selección de

sitios para:

a) Su excavación, cuyo propósito es profundizar el conocimientode la cultura arqueológica que se estudia; siendo ésta un complemen-to a la información obtenida con los recorridos de superficie.

b) Reconstrucción y consolidación del sitio o sitios que lo ameri-ten con fines de:

l. Salvaguardar el patrimonio cultural2. r ecabar información arqueológica3. captación turística

Este último aspecto es muy importante de tomar en cuent4 pues-

to que cumpliría varios propÓsitos:

L Difundir la historia de nuestros antepasados, mediante el conGcimiento de los restos materiales de la cultura que desarrollaron'con lo cual se incrementa la educación de nuestros semejantes.

2. Cambiar la impresión que se tiene de los pueblos prehispánicosde los que se espera encontrar siempre construcciones monu-mentales- Al mostrar la presencia de otras fomas de vida, refle-jadas en construcciones y objetos distintos a los ya esperadospor acreditados, se revela la diversidad cultural coexistente en el

México prehispánico.

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32 ANALES DE ANTROPOLOGIA

3. Por último, 1a apertura de sitios no monumentales sería fuentede ingresos con propósitos revolventes; es decir, la captura eco-nómica sería utilizable en nuevas investigaciones arqueológicascon fines similares, iniciando una cadena social, cultural y cien-tlfica.

En ese sentido, al mismo tiempo que se cumple una responsabili-dad social, se obtiene para los estudiosos un banco de datos lozuficientemente completo y confiable como para proponer modelosde desarrollo que permitan la reconstrucción verldica, lo más ce¡canaa la realidad de la historia cultural prehispánica de la región.

Las perspectivas de investigación arqueológica antes p¡opuestasjustifican la multiplicación de trabajo de campo como factor esencialpara alcanzar los objetivos de esta disciplina.

El trabajo de campo así enfocado no requiere de una erogacióninaceptable, dadas las condiciones de crisis económica por la queatraviesa nuestro pafs, y en cambio sería fuente de trabajo para losprofesionales marginados que a su vez colaborarían con el programade descentralización de colegas cuya misión es el campo y no laciu dad.

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