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Tit.u lo d .el origina l.: A Survey of Old Test:a1nent J11trod uctio11, de Gleaso1l L. Archer, J r., 1964, 1974 por .Moody Bble Institute, Chi.cago, lllinois, 60610.Edicin en caste.Uano: Resea critica de iitta introd uccin al Antiguo Testarnento, 198.L por Moody Bible Iostitute, Chicago, fllinois, y pubHcad.o con permiso por Editorial Portavoz., filial de Kregel Publications, Grand Rapids, Michigan 4950l.Todos Los derechos reservados .Revisado, 1987.Traduccin: A. Ed\vin Sipowicz. y M. Francisco Livano R.Fotografia de la portada : Paul L. MaierEDITORIAL PORTAVOZP.O. Box 2607Grand Rapids, Mich igao 49501 USA Vi.itenos en: v1w,v.portavoz..com ISBN 978-0-8254-1033-86 7 8 9 10 edicin I aol3 121110 09I111preso en los Estados Unidos de A111.ricaPrinted in the Ut1ited States of Americn

8REsEA CRlTICA DE UNA INTRODUCCIN AL ANT CUO TESTAMENTO15.Gnesis (contin uacin)22016. Exod o24317. Levtico y N meros26418. Deuteronom io27719. Josu, Jueces y Ru t291

20. 1 y 2 Samuel , 1 y 2 Reyes21. Introd uccin a los profetas; Abd as, Joel y /ons22..Ams, Oseas yMiqu eas23.Isaas24. Isafas (continuacin)

312327350361380

25. Na h um, Sofon as y Habacuc389

26. Jerem as y Lamentaciones27. Ezequ iel

396405

28. Daniel41529. Daniel (continuacin)43330. Libros histr icos posteriores al exilio: 1y 2 Crnicas,Esdras, Neh emfas, Ester44431.Profetas posteriores al exilio: Hageo, Zacaras, Malaqu as46432.Introd uccin a la poesa hebrea47633,Salmos48334. Los libros de sabid ura : Job y Proverbios49935. Eclesiasts y El Can tar de los Ca ntares523Apnd ice 1: Cronologfa del Antiguo Testamento546Apnd ice 2:Anacronismos e inexactitudes en el Corn549Apnd ice 3: An acron ism os e i n exacti tu d es enlas Escritura s d e l os mormo.n5.3A pnd ice 4 : In ventario de los ma n u scri t os bbl i cos de l ascuevas del mar Muerto558Indice de textos bblicos564Ind ice de temas y nombres571

ILUSTRACIONESAntiguo equipo egipcio de escritura24Rollo de ls.aa"--------------------'1El profesor Baker corta un rollo de cobre44La piedra Roseta122Centro de operaciones de la A1nerica n School o[Oriental Resea rch (Escuela americana de investigacionesorientales) en Jerusaln183Fragmento de la epopeya babilnicade la creacin201IIn "Sello de la tentacin "221La undcima tablilla de la epopeya de Gilgams223

Estatuillas de soldados egipcios. encontradas en tumbasegipcias248

Cdigo de Hammurabi280

Dos de las cartas de Ama rna297

Toro tallado en piedra en el palacio de Sargn 11321

Relieve del palacio de Asurba nipal343

Prisma de arcilla del palacio de Senaq uerib376

Una de las cartas de Laquis402

Un len de ladrillo esmaltado, de Babilonia417

Capitel taurino del palacio de Susa460

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PREFACIOEJ propsito de esta Resea crtica de una in troduccin al A.ntigu o Teslan1ento es el de proveer un texto sencillo y til para estud iantes y seminaristas no i.r1iciaclos en la crtica a1 Antiguo Testau1euto. Adems brinda un panorama general del tema para pastores y estudiosos de la Biblia. Por razo11es de espacio, he desistido de co1nentar todos los ltimos Libros y artculos escritos sobre esta discipl ina y rne he reduci do a revelar los puntos de vista ms representativos e influyentes de las figuras reconocidas universalmente como autor idades indiscutibles en el estudio de la i11troduccin al Antiguo 1'estan1ento. Para una mayor claridad me ne lin1itado al tratan1ieuto de los puntos principaJes y a manejarlos de taJ man era que hasta los biso.os los pu edan enten der y apreciar.El lector hallar que este libro se adhiere a una postura netamente conservadora y evru1glica. Por esta posicin no pido disculpas, excep to para expresar mi convccin personal de que solau1ente la poshtra ortodoxa sobre el contenido de la Biblia le hace verd adera jus ticia al texto bblco en s y cuadra con la ev i.dencia aportada por tod os los datos importantes que hoy tenemos. Al mis.mo tiempo me be esforzado en todo momento por tratar con toda imparcial idad y honestidad los distintos puntos de vista y diversas teoras de los que se adhieren a una postura liberal o neoortodoxa , y axponer o presentar sus pren1isas y conclusiones de una manera que permita a] lector entenderlas y juzgar las fcilmente.

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ABREVIATURASACd ice AlejandrinoABArchoeology ond the Bi bl e (La arqueologa y la Biblia), G.A.BartonABH Archaeology 011d the Bi bJe History (La arqueologa y la his toria bblica), joseph P. FreeANE'fAncien tNeor Eostern rexts(Antiguostextos del Cercano Orient e), J. B. Pritchard (editor)A OT Archaeology and t11e Old Testam ent (La arqueologa y el Antiguo Testamento), M. F. UngerAOOTAncient Orien t and the Oldrestorn ent (El Antiguo Oriente yel An tigu o 'f estamen to), K. A . Kitchen1\P1'he Archoeology of Polestine (La arqu eologa de Palestina),W. F. AlbrightASOR.A1n ericru1 Schools of Orien tal Hesearch (Escu elas america nas de i11vestigaciones orienta les)ASVAm erican Stondcrrd Version (Versin standard a1nericana)BCdice VaticanoBAM Ou r Bible ond t11e Ancenl Manuscripls (Nuestra Biblia y los manuscritos antigu os). Frederic KenyonBASOR Bu .llet in of the .-"\m ercan Schools of Orien tal Research (Boletn de las escu elas atnericanas de investigaciones orientales)CSSCon1pa11ion to Scripture Studies (Gula al estudio de la Bi blia ), J. E. SteinmuellerCTChristion ity Today (Cristia1smo Hoy)CVSSThe ChristianView of Science and Scripf.ure (El punto devista cristiano sobre la ciencia y la Biblia), B. Ram.mDSSDeod Sea. Scrolls (Los manuscritos del 1nar Muerto), MillarBurrowsFBM rtie Five Books of Moses (Los cinco libros de Moiss) , O. T.AllisGi\'f EGrundriss f ri\ J ttes tamentlche Ein leit u ng, WilhelrnMoellerIBOT I11troduction fo th e Books of the Old 'J'eslam ent [Introduc cin a los libros del Antiguo '!'estamen to), W . O. E. Oesterley y 'f . H. Robinson.

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14RESENA CRCA DE UNA lN'TROOUCCIN AL ANTICUO TESTAMENTO

ICCInterna tion a.JCritica/Com mentary(Co1n entar io cr t ico in ternacional)IG01'Introduct ory Guidetothe OldTestrun ent(Gulapara u11aintrod uccin al Antiguo Testamento) , M. F. UngerILO'r lntroduction to the Literatu.re of the Old Testa1nent (Intro duccin a la literatura del Antl.guo Testa1nento), S. R. DriverIOTlntrod uction to the Old Testoment (Introduccin al Antigu.o Testamento)ISBElntern atonolSt.u ndardB.ble .Encyclopedia(Enciclopedia intern aciona1 stan dard de la Biblia)JBLJournal ofBiblical Litera tu.re (R.evista de literatura bblica)KJVKing Jan1es Version (Versin del rey Jacobo)LAPLight f i'o1n the An cient Past (Luz de Ja re1noto 11nligedad ),J. .Fin egcu1LXXSeptuagintVersionoftheOldTestan1en t(Versin Septuaginta del Antigu o Testarnento)MI.DSSMore Light onthe DeadSea Scrolls (Nuevas revelacionessobre los rnanuscritas del mar Muerto), Millar Burro\.vsNASBNewArnericanStcin dfiderugno para revelar la voltu1tad de Dios? Nos l1e1nas vuelto, acaso, al problema de .los libros que contienen tanto verdad es corno errores? De ninguna manera, pues hay una gran diferencia entte un documento que estuvo equi vocado desde un prtncipio y un documento que expre s la verdad en el original pe:ro que fue 1nal copiado. Al leer la carta de un amigo o de un tam.iliar podemos ballar los habituales errores de plu1ua, tales como pos en lugar de por o des por del y por un simple proceso de correccin, a la lu.z del contexto geueral, eu tend.er el sentido que quiso da.ele el rernitente. Sola1nente eu los casos en que los errores que se han filtrado en las copias son de ta l n1ag1tu d que cruubi au totalmente el sentido, podr malograrse el mensaje en su correcta co n1unicacn. Pero si la carta procediera de un remitente confun dido, equivocado o engaoso, en ese casolas equivocaciones ylas inf orma ciones errneas estaran vici adas de nulidad y perju dicarf a11 al destinatario.Esto i1os lleva al problema de la fidelidad en la transmisin deltexto bblico. liay numerosos tipos de errores de manuscritos que el crtico text11al puede descubrir en los primeros manuscrit os del Anti guo Testan1e11to. (A esto nos vamos a referir en el captulo 4.) Son estos errores de tal tn aguitud que pervierten el mensaje o imposibilitan tra ducir su verd adero si.gnificado? Si as fuera, los propsitos de Dios se habrta u frustrado; no podra transm.itir su revelacin de una manera que La entendiera n correctamente las generaciones futuras. Si no eje.r c tu1a .nJluencia restrictiva sobre los escribas que escribieron las copias normales y autorizadas de las Escrituras.entonces ellos corrom pieron y falsif icaron el rnensaje . Si el mensaje fue falso, el propsito de entregar una revelacin escrita ha te.rminado en un rotund o fracaso. ya que tal Escritura corru pta no pasarla de ser ui.1a mezcla de verdad y error, necesaria.m ente sujeta al juicio humano (en vez de juzgar ellaa.l hombre).Ten ernos alg11na evidencia objetiva de que Dios no permiti que errores de transmisin corrom pieran.o pervirtieran su revelacin? S.!, la tenemos, pu es un cuidadoso estudio de las variantes (diferentes copias o versiones) de los diversos manuscritos ms a:otiguos revela que nln gu11a de ellas afecta una sola doctrina de las Sagrad as Escrituras. Todo el sistema de verdades espirituales contenido en el texto hebreo norm al del Anti guo 'f estamen to no se ve alterad o ni cornproroct do en lo ms minimo por njnguna de las dversas copias o versiones halladas en los manuscritos hebreos ms antiguos que se encontraron en las cu evas del mar Mu erto o en otros sitios. Pa.ra veriJica:r la anterior afirmac.in es suficiente leer la lista de variantes en la edicin hebrea de la Biblia de Rudolf Kittel. Es evidente, a todas luces, que la irunensa tnayoria de.las misr.nas revisten tao poca ilnporta11cia que no afecta.u en lo m..s rr'nimo los principios doctrinarios.

LA INSPIRACIN DF.L ANTIGUO TESTAMENTO27

A este respecto debe quedar clararnente sentado que el Antiguo Testa1nento difiere de toda otra obra literaria precristiana que conozca mos. En realidad no poseemos, por lo ord inario, semejante cantidad de clistintos manuscritos de origen pagano, provenientes de regiones tau dispares, como ocurre en el Antiguo Testamento. Pero en los casos en que s contamos con ellos, co1no por ejemplo en la obra egipcia El librode los muertos, las difere11cias son mu cho mayores, tanto en su cantidad como en su naturaleza. As, por ejemplo, es notoria la diferencia que existe entre el captulo 15 que figura en el papiro de Ani (escrito en la decimoctava dinasta) y el mismo captulo en el papiro de 'f urin (de la vigesimosexta dinasta o posterior). Se insertan o eliminan clasulas enteras, y el sentido en columnas para lelas del texto es, en algu nos casos, totalmente distinto.Aparte de la intervencin y direccin divina en la transmisin del texto hebreo, no hay razn algu na por la cual el m ismo fenmeno de discrepancia y de cambios no se produjera tambin en los manuscritos hebreos escritos con siglos de diferencia. No obstante que las dos copias de Isafas descubiertas en la cueva nmero 1de Qumram, en las proximidades del mar Muerto, en el ao 194.7, eran mil aos ms anti guas que el ms antiguo 1nanuscrito conocido hast.a el momen to (980 d. de J.C.) resultaron ser idnticamente iguales, palabra por palabra , con la Biblia hebrea normal , en ms de un 95 por cient.o del texto. El cinco por ciento de las variantes consisten principalment e en obvios errores del copista y diferencias de ortografa. Aun los fragmentos de Deu teron o mio y de Samuel, de los 1nanuscritos del mar Muerto, que indican pertenecer a un diferente grupo o fatnilia de manuscri tos del que fue tomado nuestro actual texto hebreo, no indican diferencias ni de doctri na ni de enseanza. No afectan, en lo ms mni 1n o, el mensaje de la revelacin.

LA DOCTRINA DE LA lNSP RAClN SOSTENIDA POR LA PROPIA ESCRJTURA

Sostiene la Biblia su infalibilidad? Se ha dicho a veces que las Sagra das Escrituras en ningn momento pretenden ser infalibles. Pero u.na cuidadosa investigacin per1nite deu1ostrar que toda vez que se menciona el te1na , resu lta que s, que afir1nan su absoluta autoridad como la infalible Palabra de Dios.Muteo 5:18: "Porque de cierto os digo [Cristo] que hasta que pasen el cielo y la tierra , ni u11a jota [la letra 1ns peque1a del alfabeto hebreo] ni una tilde [virgulilla que distingue ciertas letras del alfabeto hebreo] pasar de la ley [el Antigu o Testamento] , hasta que todo se haya cum plid o." Esto indica que no sola1nente los pensam entos trasmitidos por las Sagradas Escrituras sino tambin las palabras mism as, como vehcu los vlidos de aquellos pensamientos, letra por letra , llevai1 en si la

28 RESEA CRITICA DE UN A lNTRODUCCIN AL ANTIGUO TESTAt.lENTO

infalible verdad y con toda segurida d alcanzarn su cumplimiento y realizacin.Juan 10:35: ''La Escritura no pued e ser quebrantada;" implica lomismo que lo anterior.2 Ti1noteo 3:16: 'Toda la Escritura es inspirada por Dios,6 [theop neustos) y til para ensear." Segn el uso que le da el Nuevo Tes tamento, puede afirmarse que "escritura " (grophe) se ref iere a todo el canon de los 39 libros del Antigu o Testamento tal cual los tenemos hoy en da. 2 Pedro iiu pl ica que las epstolas de Pablo en el Nuevo l'es tamento, tambin gozan de la misma jerarqua de Escrituras inspiradas (graphai).Hebreos 1:1,2: "Dios, . . . habien do hablado . . . por los profetas . . . nos ha hablado por el Hijo." Esto sostiene la misma infa libil idad para los escritos de los profetas del Antigu o Testamento como la que asignaa los n1ensajes del mismo Seor Jesucristo en el Nuevo '!'estamento.1Pedro 1:10-11: "Los profetas [del Anti.guo Testamento] que pro f etizaron d e la gracia d est inada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvacin, escudriando qu persona y qu tiempo indicaba el Espritu de Cristo que estaba en eJlos, el cual anunciaba de antemano los sufrinlientos de Cristo, y las glorias que vendrian tras ellos." Se deduce de lo anterior que el Espritu Santo moraba en los autores del Ant iguo Testa1n ento y que dicho Espritu los dirigi para que escribieran palabras de infalible ver dad y seguro cum plimiento, si bien los propios autores humanos desconocan en toda su plenitud , el verdadero signif icado de esas palabras dirigid as di vinamente. Debid o a versculos como los que acabamos de anotar, al interpretar la Escritura debemos tratar de establecer no meramente la intencin del autor humano que escribi las palabras, sino tambin (lo cual es ms unportante an) la intencin del divino Autor que dirigi la escritura de esas palabras.2 Pedro 1:21: "Porque nunca la profeca [los escritos prof ticos del Antiguo 'f esta.mento] fue trada por voluntad humana, sil10 que los santos ho1n bres de Dios hablaron siendo inspira dos [impelid os, de la misma manera que el viento empuja un barco a vela) por el Espr itu Santo." En sus palabras (tal como fueron consigna das en el papel) , estos autores del Antigu o Testam ento que prof etizaron de Cristo fueron movidos en foru1a sobrenatu ral para expresar una infalible verda d, ver dad que no debe subordinarse a "interpreta cin privada" (verscu lo 20).Todos estos pasajes se suman como argum.ento en favor de esta doctrina de la inspiracin: que la exactitu d es inmanente a todo el texto

6. Esta palabra realm ente debera traducirse "espirada por Dios" y no "inspi rada por Dios". El hincapie correspond e al origen divino de la revelacin escrita propiamente dicha. y no a una cual idad especial incu lcada en las palabras de la Escritura.

LA INSPIRACIN DEL ANTICUO 'I'FSTAMENTO29

del Antiguo Testam ento, al igual que al del Nuevo Testamento , de modo tal que en su totaldad y en todas sus partes, la Biblia es infalible en cuanto a la verd ad y termin ante en cuanto a Slt autori dad. Esta exactitud y precisin se extiende tanto a temas histricos y cientficos como a teolgicos y moral es. Algunos eruditos, tales con10 Henry P. S1nith y Charles A. Briggs, han procura do establecer una diferencia entre ei'.tos dos tipos de verdades, y permiten un margen de error en asuntos referentes a la historia o a la ciencia. A esta posicin se oponen dos inevitables objeciones. En pritner lugar, el Nuevo Testam ento oo hace semejante distincin: la hjstoricida d literal de Adn y Eva va implcita en 1Tirnoteo 2:13-14 (de lo contrar io el co1n eutario de Pablo carecera totalm ente de valor); ta1nbiu el 1 Corintios 11:8-9 que sos tie11e claramente que Eva fue literalrnente formada de una parte del cuerpo de Ad n, ta.! como lo expresa el relato de Gnesis 2:22; la ex periencia literal de Jons, de perman ecer tres das en el vientre de un gran pez es absolu tainen te esencial si ha de servir de analogia de los tres dras de Cristo eo la tumba (Moteo 12:40.)Es imposibl e rechazar la historicidad de estos dos episodios tan discutidos, su1 rechazar la autorida d deJ Cristo de los Evangeos y del apstol Pablo en las epstolas. Respecto de la historicidad del diluvio y del arca de N o, veamos lo que el roisrno Seor Jesucristo dijo segtn Mateo 24:38-39: "Porque como en los dfas antes del diluvio estaba11 co11 endo y bebiendo . . . hasta el da en que No entr en el arca . y no entenmeron hasta que vino el dluvio y se los llev a todos." En Moteo 19:4-5, Jess sostuvo que las palabra s de Gnesis 2:24 fueron emitidas por el Creador de Adn y Eva, inmediatamen te despus de uu.irl.os como u1arid o y 1nujer . En Marcos 12:26 no deja lugar a dudas en el sentido de que Dios mismo habl al Moiss histr ico las rnism.as pala bras que figu ran en Exodo 3:6: "Yo soy . . .el Dios de Abraham. Dios deIsaac, y Dios de Jacob." Notemos tambin que en Lu cos 11:51, Jess coloca la h istoricidad del asesina.to de Abel. en un rnisn10 pla110 de igualdad con el asesinato de Zacaras.En segundo lugar, no siempre es posible establecer una precisa separacin entre teologa y tica e histori a y ciencia. Hay casos cru ciales que entra an a1nbos tipos de verdad, corno en el caso del literal e h.istrico Adn (sobre cuya paternid ad de toda la raza humana depende i.ntegran1ente el argumento teolgico de Roo1anos 5:14-19). Es impos ble adu.tir un error en historia y ciencia sin teru1i11ar tatnbin en errores de doclriJ1a.Esta Ligera resea de los puntos de vista de Cristo y sus apstoles sirve para indicar que ellos consid eraban el A.ntiguo l'estamento, en su totalidad, como el inf alible registro de la revelacin de Dios al hombre. Dicho en otras palabras, el argumento bsico para la total con.fiabilidad de las Escrituras es Ja conf iabilidad del propio Dios. Cuando habla la

30REsEA CRlTICA DE UNA INTRODUCCIN Al. ANTICUO l'sSTAMRNTO

Escritura, es Dios quien habla; a diferencia de todo otro libro ja111s escrito, la Palabra de Dios es "viva y eficaz" (Hebreos 4 :12 dice que el Jogos de Dios es zon y e11erges), y que penetra hasta lo ms recndito del hombre, y tiene la autoridad de juzgar a todas las den1s filosofias y razonan entos hlu11anos con absoluta y soberana autoridad. Semejante prerrogativa de juicio de la Biblia exige presuponer su absoluta infalibi lidad , pues si se deslizaran errores eu. el texto original de la Escritura, a cualquier nivel, esos errores seran ohjeto del criterio .bu.mano y la Escritu ra dejara de ser la autoridad que jtLzga al hombre.En ltima instancia, e.ntonces, todo hombre debe escoger entre una de dos alternativas: la iialibilidad de las Sagra das Escrituras, o la h1falibilida d de su criterio personal. Si la Biblia contlen.e errores eu su texto, se reqtriere entonces un crite.rio humano infalible para distinguir vlidamente entre lo falso y lo verdadero en la Escritura ; se hace n ece sario que toda aflrtnacin del texto sagrado sea end osada por 110 crtico humano antes de ser aceptada como verdadera. Y puesto que los hon1- bres discrepan en sus juicios crticos, se requiere una absoluta infalibi lidad ele parte de cada iudiviclno para establecer un criterio vlido en cada caso. Aun el agn.stico debe asegurarse semejante inf alibilidad de criterio, porque no puede lgicamente asumir una posicin agnstica amenos que pueda afirn1ar que na analiz do toda.s las evidencias existentes en favor de la autoridad de las Escrituras y ha llegado a un juicJovaledero en el sentido de que las evidencias son insuficientes para pr-0bar la autoridad divina de la Biblia como la Palabra de Dios. Estas son, pues, las nicas alternativas que se nos presentan aJ considerar las Escrituras : ellas son infalibles, o lo son1os nosotros.

CRITERIOS Sus.Breucos DE LA INSPIRACINLos que se inclinan a favor de una pos icin neo-ortodoxa con res pecto a la insplraciu de las Escrituras, recurren (con10 lo hace H. H. Rowley, de Mar1chester) a lo que han dado en llamar la 1n.eutaUd ad de Cristo como nor111a para uzgar entre ve.rdad doctriuaria y err-0r en la Biblia.Por ejen1plo, sostienen que cuando Josu y Jos israelitas mataron a tod os los habitantes de Jeric, lo lcieron 1.novdos por sus primitivas y salvajes ideas de justicia, y no por expreso mandamiento de Dios tal como lo registra Deu leron ornio 20:16-18. Las af irmacio11es o ju icios atribuidos a Dios en el Antigu o resta.mento, pero que parecieran ser de111asiado severos de acuerd o a las normas de 1nansechtn1bre, pacien cia y aJnor de Cristo tal cual estn conteitdas en el Nuevo 'f estamento, deben ser rechazadas co1n o meras invenciones hl1ma11as urcH da:s por Israel en sus primeras etapas de desarrollo religioso. El criterio para establecer la verdad es "la mentalidad de Cristo".

LA lNSPlRACIN DEL ANTIGUO TESTAMENTO31

Con todo, las investigaciones demostrarn que muchas de las afir maciones de Cristo, registrad as en el Nuevo Testa mento, ch ocan oon esta supuesta "mentalid ad de Cristo" de u11a man era notoria. Observe- 1nos, por ej emplo, Mateo 23:33: "Serpentes, generacin de viboras!Cmo escapareis de Ja condenacin del inf ierno?" Y tan1bin en Nioteo25:41: "Apartaos de m, 1nalditos, al fuego eterno preparad o para el diablo y sus ngeles." No contamos con ningn escrito acreditado sobre crno era la ineutalidad de Cristo, aparte de sus dich os registrados en los Evangelios. Es inconsecuente, desde todo punto de vista , establecer u.na noci.n filosfica sobre cules fueron J os puntos de vista de Crist o, en base a algunas de sus afirn1aciones registradas. y luego rechazar la auteuticidad de otras afirmaciones registrad as en Ja misma fuente. sim plemente porqu e entran en conflicto con preferencias personales. TaJ procedimiento no sign:ifca otra cosa que rnponer el criterio bun1ano por en cima de la Palabra Escrita de Dios, y considera.r como verdaderas solamente las partes de esa Palabra que la n1en te huu1ana rubri ca.Pero ya hemos visto que la razn huma11a es una herramienta inade cuada y desacreditada para alcanzar un verdad ero conocimiento re ligioso. 1.. Bibl ia debe ju zgar al ho1nbre; nunca el hon1bre pu ede juzg ar la Biblia. Sus facultades de razonarniento debe emplearlas en la tarea de interpretar de rnanora consecuente el mensaje de la Biblia. para poder con1prender qu es lo que Dios quiere decir con las palabras escritas en la Escritura . Pero jams debe emitir ju icios adversos contra claras e11sefianzas de la Escritura, como lo establece la exgesis; si Jo hace, rechaza , en for1na global, la autoridad de la Escritura.Ms tf pi ca1nente ueo-ortodoxo es el pu nto de vista que considera a la Biblia como algo menos que la escrita Palabra de Dios; la Biblia es meramente un testim onio de la PaJabra de Dios. De acuerdo a estaposicin, Ja Palabra de Dios es un principio dinmico que entra en acciu solan1ente cuando se prod uce un encu entro viviente o "existen cial" entre el creyente y Dios. Dios le habla con poder desde las pginas del Escrito Santo y esta blece una relacin personal , ms que u na u1era instilacin en su intelecto de una verd ad que revista el carcter de una proposicin . (Cuando hablamos aquf del car cter de una proposicin nos referim os al tipo de verd ad que puede establecerse como una pro posicin, tal con10: "Dios es un Espritu eterno." Las proposiciones pueden ser entendidas o captadas con10 1n eros objetos de c:oaocin1ien to, cou10 las frrnulas n1atemticas; pero la verdad divina, sostienen , nunca puede ser conocida a fondo por la mente humana. La verdad divina alcanza aJ hornbre en un e11cuen tro "Yo-T"; es co1no una co rriente elctrica con polo negativo y polo positivo corno condicin para su existencia.) Ya que el texto bbl.ico fue escrito por autores huma nos. y todos .los hombres son pecadores y est n sujet os a.l error, se des-

32RE:SEA CRITICA DE UNA INTRODUCCIN AL Al\'TIGUO TESTA}AE". -'TO

prende. segn ellos, que tiene que haber errores en el texto biblico propiamente dicho.Sin embargo, arguyen, el Dios viviente est capacitado para hablar aun desde ese texto parc ialment e errneo y llevar a los creyentes a una relacin vital con El en un encuentro salvador. Tal punto de vista sobre Ja Biblia da lugar a todo tipo de errores tanto cientf icos corno hist ricos, y a todos los ju icios adversos de la alta crtica racionalista contra la autenticidad de los escritos de Moiss, Isaas, Daniel y todos los dems. 'I'odos estos hallazgos pued en ser (y seguramente lo son) ver daderos en un detallado relato de cmo se origin la Biblia. Sin embar go, Dios ha escogido esta Escritu ra, tachonada de errores, para ser el testimonio autorizado y nico en su gnero, de su revelacin, y tiene Ja capacidad de utilizarla de una 1n anera din mica para "salvar" a los hombres.As, en su celo por evadir los asaltos de la ms alta critica racionalista sobre la conf iabilidad del relato biblico, y para rescatar la signi ficacin del mensaje cristiano ante las objeciones cientf icas contra lo sobrenatural, los telogos del .m ovimiento neo-ortod oxo han recurrid o a un criterio paradjico sobre la naturaleza de la revelacin. Sostienen la posicin de que, por su misma natu:raleza, la revelacin divina no puede ser registra da grf icamente. No bien queda aprisionada en pala bras, especialmente palabras que exponen proposiciones sobre Dios y verda des espiritu ales, se transforma en objeto d e la mente hurnana y sus pod eres cognoscitivos. Cae, por lo tanto , ba jo control hu1n ano, y queda aprisionada B'n el mbito de la palabra escri ta. La revelacin. por lo tanto, no ha de ser equiparada con doctrinas o proposiciones revela das sobre teologa; ms bien, consiste en un encuen tro directo entre Dios y el hombre, como un suj eto que se enfrenta a otro sujet o. La revelacin, por lo tanto, guarda una an aloga con un encuentro perso naJ entre dos seres huma.nos; llegan a conocerse n1u tuam ente como personalid ades y no como un juego de estadsticas o asuntos inf ormati vos, en una tarjeta de identif icacin .Desd e ese misrno punto de vista puede estimarse q ue no reviste 1na yores consecuencias el que los relatos registrados en la Escritura sean precisos y exactos. El relato del Evangelio sobre el nacimiento virginal, por eje mplo, o la resurrec cin corporal de Cristo, muy bien pued en ser no h istricos (puesto que las teoras cientf ficas inodernas no dejan lugar para sucesos rnilagrosos), pero no interesa mayormen te. Por medio de estas piadosas leyendas de la iglesia prim itiva, podemos encontra.r a Dios y las realidades suprahistricas a las cuales apuntan y sefiaJan estos relatos. El hecho de depend er de la infalible exactitud del registro escrito de la Biblia es considerado como un obstculo para la verda dera fe. El dogma de la infalibilidad de la Escritl1ra acta como una perniciosa muleta sobre la cual apoyarse ; la verdad era fe se remon-

LA 1 SPIRACION DEL MrICUO '[ESTAMENTO33

la por encima de los manif iestos errores de Ja Biblia a Ja verdad trascen dental hacia Ja cuaJ apun ta Ja Biblia , verdad asequible a los creyent es nicamente por medio de un encuentro personal con el Dios viviente. Pero a este punto de vista neo-ortodoxo se le opone una l egin de objeciones. Ed ifica la autoridad de Ja Escri tura sobre bases de fe que no pueden verificarse. Crno pode1nos esta r seguros de que Dios no nos habla desde las pginas del Cor n (qu e fcilrnente puede den1ostra rse que esllleno de errores y1nacronlsmos), o desde elLibro delos m uertos egipcio, o de Los Ved as, de la lndia? Por qu solamente desde la Biblia? La verificacin objetivano solamente es descartada con10 imposible, sino que el deseo de realiza rla es condenado como reprensi ble, terrenal y racionaJist a. Solamen te hay que creer ! En quin o en qu ? Pues en la Es.entu ra, por cierto. Pero, lamentablemente, la Escri tura es totalmente ajena a esta propuesta neo-ortodoxa para alcan za r el conocimi ento religioso. Por el contrario, est erizada de verd ades ex presadas en for1n a de proposicin sobre Dios, verdades que pueden ser reducidas a afiirnaciones de cred os o verosf miles, que la menle humana puede captar il1telectualmenle. '!'al vez esto pudiera expli ca rso corno una n1anif estaci.u de la falibili dad y fragilidad de los hocnbres peca dores que escribieron la Biblia. Pero cmo llegar ms all del texto de la Bblia para alcanzar esa verdad rns raricada, inefable, suprahist rica. del eocuentro persona l que se su pone yace en ese mbito? Pu es. por un encuentro directo con Dios, por supuest o! Bien. pero el en cuen tro d irecto de quin? De Barth? De Brunner? De Niebuhr? De Tillich? Estos gigantes deln1ovi n1iento neo-ortodoxo tienennotorios desacuerdos teolgicos entre olios. Algunos. talel caso de Barth, d iscre pa n con ellos n1is1n os, en forina su sta ncial, de dcada en dcada. Result a dificil entender de qu rr1an era el eterno e inmutable Dios pued e ser eficaz1nen te interpreta d o en el conocido Comrr1en lary of Ron1ons (Comentario de la Epstola a los Rorr1anos), cuando su s opiniones bansuf rido tan notables modificaciones de edicin en ed icin .E11 realidad de verdad , este punto de vista neo-ortodoxo sobre las Escrituras plantea d ificultades mucho ms serias que las que pretende resolver. Es virt ualmente imposible que los telogos de la crisis hagan af irmaciones sobre Dios o sobre la fe o sobre cualqu ier otro aspecto de la verdad religiosa , que en lti ma i nstan cia no se apoyen sobre proposi ciones de la escri ta Palabra de Dios. Por ejemplo, tenemos el aforsrn o de Willam Te1nple res pecto de las Sagradas Escr i turas: "No pod emos citar n i una sola frase que lleve el sello de autoridad de haber sido e1n itda por el santsim o .Di.os.' " Pero crno sabe el arzobispo Temple que hay un solo Dios y no una legin de dioses, como ensean las

7. Willia n) Temple, Norure, fon 011d God (La natu ra leza, e!hombre y Dios).(Lond res:Mcmillan, 1953], pg. 350.

34REsEA CRfTJCJ\ DE UNA OORODUCCIN AL ANTIGUO TESTAMENTO

religiones paganas, o ningn Dios, como lo ensea el marxismo? Solamente por la autoridad de Ja Biblia escrita, o de una iglesia pro fesante que ha confiado demostradamente en la autoridad infalible de la BibHa. Y, adems, cmo sabe l que el nico Dios verdadero es "san tlsimo "? Unicamente porque la Escritura af irma que ello es asr, es decir, esa es una proposicin afirmativa! Quitemos de la revelacin divina la autoridad del registro escrito, y las afirmaciones de Temple o de Brunner o de cualquier otro maestro religioso respecto de las ver dades religiosas, quedan reducidas al nivel de simples conjetu.ras, total mente desprovistas de autoridad, y apoyadas en las mismas bases cues tionables de cualquier otra opinin humana.Cmo podemos saber que la fe es un pri ncipio importante y salvador, como insisten los maestros neo-ortodoxos? Solamente porq ue as lo ensea la escrita Palabra de Dios.De otra manera ocurrira, como lo sostiene la mayora del mundo nocristiano, que la salvacin se logra solamente por las buen as obras. Aun la garanta sobre la posibilidad de un encuentro entre Dios y el hombre nos la da la Sagrada Escritura y sus numerosos relatos sobre tales en cuentros. De otra manera , toda Ja "experiencia" del encuentro divino humano pued e reducirse a simples alucinaciones o autosugestiones, desprovistas de toda realidad metafsica.Resulta, pues, que toda af irmacin religiosa de los adherentes deesta escuela depende, en ltima instancia, de la veracidad de la escrita Palabra de Dios, las Escrituras hebreo-cristianas. Si estas Escrituras son errn eas en alguna porcin , pueden serlo en otras; de ni ngun a manera podemos conf iar en ellas ni en ninguna af irmacin que los telogos neo-ortod oxos hayan derivado de las mismas, n.i de todas sus afirma ciones doctrinarias sobre Dios, encuentro y fe que deriven de ellas. En otras palabra, si no puede confiarse en la autoridad de la Biblia tal como est escrita, entonces ninguna opinin de la teol oga de la crisis tiene ms valor que una mera opinin humana, a menos que, por ven tura, el telogo disfrute, en su propia persona, justa mente de los atribu tos de infalibilida d que le niega a la Escritura.Esto nos lleva a la cuest in de Ja peculiaridad de la fe neo-ortodoxa, la fe que se remonta a Dios sin el concatenado dogma de la infalibidad escriturara .Qu es la fe. sino la conf ianza en algo o alguien que no sea uno mismo? En qu o en quin, entonces, descansa esta exaltada fe? Ostensiblemente en Dios, o en la comprensin derivada de experien cias religiosas a med ida que el creyente encuentra a Dios, ya sea en las pginas de las Sagra das Escrit uras o en otro contexto. Pero cmo j uz gar estas comprensiones en toda su validez? Ya que no pued en ser verificadas apelando a ningu na autoridad objetiva (ya sea la Escritura o un infaHble maestro human o o iglesia). el creyente no puede recurrir a ninguna autorida d fuera de la suya propia. Ni siquiera puede estar

LA INSPIRACIN DEL Ar-.'TIGUO TESTAMENTO35

seguro de que hay un Dios, si la Biblia deja de ser con.fiable como testigo objetivo; slo puede confiar en s rnismo.En otras palabras. este tipo neo-ort odoxo de fe debe ser, en ltimo anl isis, fe en el hou1bre, no en Dios; es declr , la fe del creyente descansa en si mismo. Puesto que no puede confiarse en la Biblia, y tampoco en ninguna autoridad hmnana (ya que hwnarlid ad implica falibilidad). se desprende, por lo tanto, que el creyente neo-ortodoxo no puede conocer nada excepto su propia opinin, y espera que sta resu lte correcta . De lo contrar io est irremediablen1ente perdido . No pasa de ser para l un poco de autode cepcin el suponer que su fe descansa en u.u Dios que est fuera de sr mismo; al faltarle toda autoridad objetiva, queda a merced de sus pro pias impresiones y opiniones subjetivas. Nunca pu ede estar seguro de que su.s revelaciones no pasan de ser meras alucinaciones.

CoMo ENCARAR CIERTAS D1F1cutTi\0Es QUE HAY e:N LA B1BLLA

Debe1nos adrnitir que el texto de las Escrituras, tal cual nos ha sido trasn1jtido , coutiene ocasiona les dif icultades que parecieran desafiar la doctrina de la infalibilidad bblica. Algunas de estas dificultades son remediadas rnediante la correcta aplicacin de Ja ciencia de la crtica textu al. Otras. tales corno discrepa11cias en estad sticas o en la grafia de ciertos nombres exigen una enmienda del texto que va 1ns all de los datos que se logran por la critica textual. Y otras m.s presentan dificu l tades lgicas. taJ como el aval dado en Jueces 11al aparento sacricio de la hija de J eft, cuando Deuteron ornio 12:31prohibe todo sacrfcio hun1ano eo Israel.Hay dos mtodos posibles de tratar estos problemas:1. Mantener en suspenso la pretensin de infallbilida d bblica en tanto oo qued e aclarada toda dif icultad individu al. Cada vez que se plantee un nuevo probl e1na, la Biblia queda reducida a una condici n de sospechosa hasta que dicho problema quede solucionado satisfac toriamente. Mientras tanto. el creyente queda ixu.nov lizado en doloroso suspenso y angustia hasta que la Bibl ia quede nuevrun ente libre de los cargos que se le imputaron .2. Retener la fe en la infalibilidad del registro bbl ico, a pesar de las aparentes discrepancias , y esperar con paciencia la reiv ind icacin que ulteriores investigaciones seguramen te garanti.zarn. Convencido de que sola.men te el origen divino explica el fenmeno de las Escrituras, toma partido con Jess de Nazaret en cuar1to a la inf alibilidad de la escrita Palabra de Dios, y espera que al f in haya una aclaracin de los proble1nas que surja1J.Los segu idores de este segu ndo mtod o pueden ser acusad os de un

36REsEA CRITICA DE UNA INTRODUCCIN AL ANTIGUO TESTAMENTO

sujetivismo ilgico, porque proceden sobre la base de una conviccin apriorstica. Pero esta acusacin no tiene mayor fundamento, porqu e la Biblia no puede estudiarse de ninguna manera , a no ser sobre la base de algn apriorismo. Debemos comenzar con la suposicin previa de que la Biblia es una crnica falible o una crnica infaJjbl e. No hay trmjno medio; es inadmjsible un estado de suspenso neutro e insistir en el aforismo de "Dejar que la Biblia hable por s mjsma". Primero tenemos que asegurarnos qu tipo de libro es esta Biblia que ha de hablar. Es la infalible Palabra de Dios, o es el prod ucto del hombre, propenso al error, que contiene elementos de verdad ruvina entremezclados con errores humanos? Si presenta elementos de juici o suficientes como para forzar a un reconocimiento de que slo puede ser de origen divino-y efectivamente presenta abundantemente tales elementos de ju icio-en ese caso el nico camino razonable es tomar en serio su propia afirmacin de infalibilid ad. Si las Escrituras constituyen una autorizada autorevelacin de Dios , todas las discrepancias que aparezcan deben ser tratadas como aparentes y no reales. Reunidos todos los hechos y antecedentes, podr probarse que las acusaciones de error son inconsecuentes.Creemos necesario sealar que tal proced imjento es segu ido habi tualmente en las relaciones humanas sin despertar crticas adversas. Por ejemplo, un esposo plena mente convencido de que su esposa es una mujer fiel y virtuosa , rehusar con toda firmeza sospechar de ella, aun cuand o haya sido vista salir con otro hombre. Sin apresurarse a sacar concl usiones adversas, sim plem ente esperar nuevas informa ciones que aclararn la situacin y explicarn satisfactoriamente su asociacin con el hombre en cu estin . Sera tonto e indign o de l que echara por la borda su conviccin sobre la integr idad de su mujer , antes de esperar su reivinrucacin. Solamen te una presuncin inicia l de que es inconstante e ind igna de su confianza justificara semejante reaccin de su parte.Asi es de tonto e indigno que uno que ha estado convencido de la divina autoridad de la Biblia cuestione su infalibil idad hasta dejar aclarado cada nuevo alegato que surja. Ms bien que un proced imiento cientfico y objetivo, como a veces se af irma, tal politice supone pasar de un elemento a priori a otro, con vacilante falta de conviccin. Una genuina y franca contradiccin en las Escrituras (especialmente si est en los autgraf os originales) sera razn ms que suficiente para perder la fe en la infalibilidad de las Escrituras; pero en tanto no se haya demostrado tal contradiccin, o mjentras no se haya demostrado, de acuerdo con las leyes de las evidencias legales, un franco error hist rico o cientilico, el creyente en la Escritura nunca debe sentirse emba razado por aferrarse a la presuncin de que es la infalible Palabra de Dios. Resulta altamente sign ificat ivo que nunca pudo probarse tal error,

LA L SPIRAClN DF.L ANTIGUO TESTAMEl'.'TO37

a entera satisf accin de un tribuna l lega l, a pesar de los esfuerzos que se han h echo en ese sentido.

8. Cf. 1-la.rry Rimmer.Thot Lowsult Agolnst the Bible (Esejuicio contra Ja Biblia), (Grand Rapids: Eerdmans, 1940). Por material adicional sobre el te.ma de las dificultades de Is Biblia, consultar la hispirada defensa de la autoridad e infalibilidad bfbllca en lo obra de\oV ick Broomal l, Bib/l c;ol Criticis1n (Crtica bblica), (Grand Rap.lds: Zondexvao, 1957),pgs._ 11-84. Por matral adiciona! sore la inspiraco del tiguo Tetamento, ver R. K. Ha.rrtsou, ln troductron of the Old 1estomenl (Introd uccin al Antiguo Testamento), (Grand Ra_e.tds: .Eerdmans, 1969). pgs. 462-75; J . \Vou dstra , "The lnspiratlon of the Old Testa.men t"(La inspiracin del Antiguo Tes tamento). en The Bibl.e:T.he Living .Yord of God (La Biblia: la palabrn viviente de Dios),ed . i\1.erril C. Tenney {Grand Rapids: Zondervan , 1968), pgs. 12342.

PRIMER.i\ pAR.TEINTRODUCCION GENERAL

CAPITULO 3LOS tv1ANUSCRITOS HEBREOS Y LAS PRIMERAS VERSIONESNo tenemos acceso a los originales inf alibles de los diversos libros que con1ponen las Escrituras Hebreas. Las ms antiguas copias que han llegado hasta nosotros estn distan ciadas, en algunos casos, no menos de mil anos de la poca de su cornposici611 original. No obstante, cons titu yen hoy en da nuestra principal autorid ad en cuanto a la inspirad a Palabra de Dios, y todas nuestras copias y traducciones de las Sagradas Escritu ras necesar iamente dependen de los ms antigu os y mejor dis pon ibles manuscritos de los originales hebreo y ararneo. Debe1n os, por lo tanto, resear las evidencias escritas sobre l.as cuales se basan nues tras mod ernas ediciones in1presas de la Biblia hebrea, y tomar conoci- 1niento de enorme y variado cuerpo de evidencias con las cuaJes tiene que l1abrselas la critica textual del Antiguo "!'estamen to.De ms est decir que los 1nanuscritos hebreos tienen un valor prioritario, dado que la revelacin de Dios lleg a 1.srael en el idioma hebreo, y hay menos probabiJidades de corrupcin al copiar manu scri tos al mismo idioma del cual se copian que cuando se traducen a otro idioma. Pero en los casos en que se han introducido en las copias h ebreas errores atribuidos a los copistas, es muy probable que las prim eras traducciones al griego, al arameo o al latn, nos den una clavea la palabra o a la frase original hebrea que fue pervertida o mutilada en los n1anuscritos hebreos. Por esta razn no debemos reducirnos a anaJi zar solamente los prim eros y mejores m anu scritos hebreos, sino tam bin las primeras y mejores copias de las antiguas badu ccion es o ver siones.

Los MAS M'TIGUOS MANUSCRITOS HEBREOS LOS MANUSCRITOS PRECRISTLA;'IOSLos m anuscr itos precristianos consisten principaJm.ente en los que se hallaron en los n.otables descubrimi entos de las cuevas del rnar Muerto. rcn ica.inente estos m anuscritos se designa n como materiales

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40 REsEA CRITICA os UNA NTRODUCCIN AL AJ\'TIG UO TESTAMENTO

de Qurnran , porque las diversas cuevas en las cuales se en contraron los famosos manuscritos estn localizadas cerca del desfiJadero de la hon. donada de Quu1ran , a lo largo de la costa noroccidentaJ de n1ar Muerto. La identificacin tcnica de estos documen tos del 1nar Muerto consiste en ltn nmero que especifica cual de las cu evas fue el escenario del descubrimiento, seguldo de uua abreviatura del nom bre del libro pro pi"ta obra). En ninglma parte se nos dice en qu mo1n eoto fueron reunidas en una sola divisin princpal las tres secciones de los profetas (profetas anteriores, prof etas niayores y profetas menores). Si Malaqufas fue el ltin10 libro de este

19. Pfeiffe.r, pg. 15.

86 REsEA CRITICA DE UNA 11'TRODUCCIN A ,ANTIGUO'l'EsTAMENTO

grupo, la canonizacin de toda la seccin difcihnente hubiera podido ocurrir hasta alrededor del afio 400 a. de J.C. El criterio para establecer cules libros pertenecieron a los profetas pu do haber sido el de su paternid ad lit.eraria. Todos fu eron co1npu estos por los aut orizados in trpretes de la ley que pertenec!an a la orden de los profetas (de acu er do con Deuterono.ni.io 18) y trar1sm itieron sus 1neusajes directa1nente de Ilios o escribieron nn relato de la historia de Isra el con la perspectiva de Dios U ueces, Srun u eJ y Reyes).Respecto de la tercera divisin, los escritos. es obvio que todos los libros iJ1spirados que no perte.uecan a nJngw10 de los dos prim eros grupos, fueron incorporados all. Lo nico que tenan en co111n era que no .fueron escritos por autores hllIDanos que pertenecieran a la orden de los profetas. As, los rabin.os posteriores asignaron las mernorias de Daniel a los KeU1 bim , porque l era un fuuciona;rio civil y no per teneca a Ja orden de los prof etas. Cierto es que l, tanto con10 David y Salomn posean un don proftico, pero a ninguno de esos personajes Jehov los migi corno profetas. El mismo status no prof tico caracte riz a los annimos autores de Tob y Ester, y lo mismo cabe decir del gobernad or Nehern as y del escriba Esdras. (Ya vitnos que Lmnenta ciones, que fue escrito por Jerernos. originalmente estu vo Incluido eu tre los profetas.) Pero no puede plantearse cu estin algu na de orden cronolgico en lo que se refl.eie a los gru pos segundo y tercero. Gran parte del tna terial de los K.eLht1bim fue escrito antes de los primeros escritos de los profetas.Las un idades de cada divisin h.1eron forn1adas m.s o menos contemporneamente, y asignadas m.s ta.rde a cada grupo: los profetas y los escritos, sobre la base de la pater nidad literaria. Au nque actualrnente ignora.mas quines fueron los autores de Josu. Jueces, SrunueJ o Reyes, el punto de vista de los autores-como aun Jos crticos liberales lo aceptan-es un punto de vista conse cuenterner1te proftico.

CAPITULO 6HISTORIA DE LA TEORIA DOCUMENTAL DEL PENTATEUCOHasta el surgimiento de la filosof a desta en el siglo XVIll , la iglesia cristiana haba tomado al pie de la letra la pretensin del propio Pen tateuco de haber sido escrito por el histri.co Moiss del siglo XV a. deJ.C. Unos pocos eru ditos ju dos, entre los cuales cabe mencionar alpantesta jud o espaol Benedict o Spinoza, haban sugerido la posibili dad de una paternidad literaria posterior , por lo 1nenos de pa.rtes de la 'f ora, pero esas conjeturas habfan sido arnpliamente descartadas por la mayora de los eruditos europeos, hasta que el movimiento desta cre una actitud ms favorable para el escepticisrno h istrico y el rechaza n1ie11to de lo sobrenatural. (Spiuoza, en el ao 1670 expres la opinin, en su 'fracta tus Theologico-Politicus. de que el Pentateuco no pudo haber sido escrito por Moiss, puesto que sie1npre se lo u1enciona en tercera persona, l . y tlO en la pri1nera , yo; ni pudo haber relatado su propia u1uerte, tal co1u o est registrad a en Oeuteron on1io 34.' Spinoza, por lo tan to, propuso a Esdras como el autor final de la Tora . Si bien esa sugerenc ia fue casi totalmente pasada por alto durante su propia gen.e raciu, constitu y un notable anticipo de la formulacin final de la hiptesis docu1nental de Graf, Kuenen y Wellha usen, en la segun da mita d del siglo XIX.)

PRfll'.fEROS DESARROLLOS

La hiptesis docurnental -teora segn la cual el Pentateuco fue una com pilacin o seleccin de varios documentos escritos distintos. re dactados en diferentes Jugares y tiempos en un perodo de cinco siglos,

l. El argumento basado en el uso de 1.a tercera persona es muy dbil. Muchos autores bieu co11ocidos de la antigedad , tales corno Jenofonte y ju lo Csar, se refirieron a sf n1ismos en sus propias narraciones h istricas. exclusivamente en la tercera persona. Eu cuanto a la nota uecrolgica de Deuteronon1jo 34. no tiene Ja pretemin de ha ber sido escrita por Moiss y fue, sin duda alguna, agfegada por josu o algn otro de susallegados contemporneos. De nins\lua n1auera echa sombras de duda sobre J a palernldad literaria mosaica para el resto de Deur.eronoinio, que si pretende haber sido escrito por Moiss.

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88 RESEA CRl'r1CA DE UNA !NrR.ooucc1N AL ANT1cuo TBSTAMEl''.1'0

1n ucl10 despus de Moiss- se inici con Jean Astruc, Indico francs que se in teres en el anlisis Li terario del Gnesis. Le intrigaba que el primer captulo del Gnesismencionara a Dios solamente como Elohlm (Dios) y el segu.ndo mayormente con10 Jehov (o }ah weh). En sus Con jeturas respecto al relc1to origiJ1al que pareciera haber utlizado Moiss par a escribir el l i bro del Gn esis (1753), trat de explicar este feu111e110 suponiendo que Moiss utiliz dos dstintas fuentes escritas,y por ende dos relatos disti utos de la creacin. Sostuvo que a l co1n po ner estos dos captulos, Moiss cit un autor que conoca a Dios solamente por el nombre de Elohirn (presumiblemente el escritor 1ns antiguo) y otro autor que se refera a El solamente como Jel1ov.2 Si bien la propuesta de Astru c no obtuvo una i.I11n ediata respu esta favorable, expuso un criterio de d vi.sin de f'uentes que a poco andar hall la respuesta de un mundo erudito (ocu pado tambin en la diseccin de la epopeya de Homero, en numerosas y diversas fuentes) y elabor la primera su posicin sobre la hiptesis documen tal, basada en el criterio de los no1nbres divinos.La prxirua eta.pa lleg con el Ejnleitu ng (introdu ccn al Antiguorestamento) de Jobann Gottfried Eichhorn, publicado en 1780-1783. Divid i todo el libro del G nesis, tns los dos primeros captulos del Exodo (hasta la entrevista de Moiss con Dios en la zarza ardiente) en] oltvis:ta y Elollislo (J y E). Procur cotrelac.ion.ar los supuestamentedivergentes "relatos paralelos" y "pares " (p. ej., los "dos relatos" del diluvio) con estas dos "fuentes" y aislar los rasgos caracterf.sticos de ambos. i\l cornien.zo le atribuy a Moiss la tarea editoria.l de con1bin.ar estos n1ateriales escritos pre-moisaicos, pero en ediciones posteriores de su Einleitung cedi ante la popularizada opinin de que el Pen tateuco fue escrito despus de la poca de Moiss. As se extendi a la mayor parte del Pentateuco la divisin J-E.La tercera etapa se in.sta1u con la contribucin de \.Vilhelrn M. L. De Wette, respecto del Deuteronomio . En suDssertat;$ (1805) y suBeitra ege zur Einlelung (1806) expres su opinin de que .ninguna parte del Pentateuco es anterior a. la poca de David. Y en cu anto al Deuteronomio, tena seales inequvocas de ser el libro de la ley que hall el sum.o sacerdote HiJcfas en el ternpJo de Jerusaln, en. la poca de la reforma de Josfas, de acu erd o con 2 .Reyes 22.Tan to el rey co1no el

2. Esta explicacin pasa por alto. por supuesto. el hecho de que el prhner capitulo del Gnesis presenta a Dios como Creador y Soberano sobr-0 toda la oaturaJeza. de abJ que sol o Elohim era apropiado;e.u taulo que Gnesis, capft\110 z.lo pre.santa co.mo el Dios d el pacto para A.dn y Sva , de ah!lo apropiado del nombre de Jehov. excepto don.de ocurre el nombre compuesto Jehov-Elohim.3. La tmducci611 completa del tft\1.10 de la tsis de De V\lette, Doctor en FiJosofla, fue:"A dssertotion b1 wh ch it is s11own 11101 Deuteronomy. dlfferent froll1 the earlier books of the Pentoleuch, is the work of sorne lafllr ou t11ol'" (Una fisertacin en la ctial se muestra que Deuteronomio, a diferencia de los nu1s an tiguos Uuros del Pentat.ettco.es ob.ra de un autor posterior).

HISTORIA DE LA TEORJA DOCUMENTAL DEL PENTATEUCO89

sacerdote coincidan en su propsito de abolir todo tipo de adoracin y sacrificio a Jehov fuera de la ciudad capital. La centra lizacin del culto contribuira a una ms estrecha unif icacin polrtica de todas las partes del reino, y garantizarla que todas las donaciones de los ju dros piadosos ingresaran a las arcas del sacerdocio jerosolimitano. Por lo tanto, el libro de Deuteronomio fue confeccionado para servir a la cam paa guberna menta l, y su descubrimiento fue escenificado en el momento sicolgico oportuno. Esto seala la fecha de composicin del Libro, en forma precisa, como el ao 621a. de J .C. (fecha de la reforma de Josras) o poco tiempo antes. Asf naci el documento D (como lleg a llamrselo), totalmente separado en origen de J o E, y compuesto para apoyar la polrtica gubername ntal en base a sus referen cias (ver capf tulo12) a la "ciud ad que Jehov escogiere". Esto elev la nmina de "fuentes " para el Pentateuco a tres documen tos: E (la ms antigu a) , J, y el documento O de finales del siglo Vll a. de J.C.Sin embargo, estrictamente hablan do, De Wete no perteneci a la escuela documental, sino a los tericos fragmen tarios. La teorra frag mentaria sobre el origen del Penta teuco fue propuesta en el ao 1792 (ln trod uction to the Pentateuch and Josh ua-lntroduccin al Pen tateuco y a /osu) por un sacerdote catlico roma no, el escocs Alexan der Ged des. Ged des sost uvo qu e la Tora f ue com p uesta en la era salomnica a partir de varios fragmentos separad os, algunos de los cuales eran tan antiguos como Moiss y aun ms.Johann Vater hizo propia la opinin de Geddes (Kommentar ber den Pentateuch , -Comentario sobre el Penta teuco -, 1892) y analiz tan solo el libro del Gn esis en no menos de 39 fragmentos (lo cual, por supuesto, supona la divisin de E en diversos elementos]. En tanto que algunos fragmentos se remontaban a la poca de Moiss, la compagina cin y disposicin f inal no se realiz hasta la poca del exil io babilni co (587-538 a. de J.C.) De Wette se adhiri a este ti po de anlisis de las fuentes, alegando que los registros histricos de Ju eces, Samuel y Reyes no revelaban la existencia de una legislacin como la del Pentateuco (ya que las leyes de Moiss eran consecu entemente pasad as por alto como si no existieran).' Por lo tanto, no pudieron haber existido t ales leyes hasta la posterior mon arqu a ju da.No hubo mayores cambios en el desa rrollo d e l a h iptesis documental entre De Wate y Hupf eld. En el interrn ciertas teorras sobre la composicin del Pentateuco hallaron segu idores. La teora su plementaria, propugnada por Ewald , Bleeck y Del itzsch , presupuso la existencia de un documento bsico o cuerpo de tradicin (E) que sub yace bajo todo el resto y que se remonta hacia el 1050-950 a. de J.C. Pero el autor post erior de J sum ad itamentos y suplementos, y dej

4 . Cf . capitulo 12. g. 176, de esta obra, para u na refutacn de esta pretensn.

90REsEA CRITICA DE UNANTRODUCC N AL ANT GUO TESTAMENTO

elprim iti.vomaterialEprcticamente inalterado alincorpora rel suyo propio.Heinrich Ewald (de Gotinga y Tubinga) en Komposilion der Genesis (la composicin del Gnesis, 1823) insisti en que las bases esenciales del Gnesis eran muy antiguas, si bien no del todo mosaicas. Rest importanciaa la posicin de Eichhorn respecto aluso de las repeti ciones y ttu los en el texto hebreo para probar diversa paternidad lite raria , pues seal que las primitivas obras arbigas (la unidad de cuya paternidad literaria era incuestionable) empleaban las mismas tcnicas como rasgos caractersticos del estilo semita. En su Geschichte Jsra els (la historia de Israel, 1940), expres su opinin en el sentido de que Moiss persona lmente compuso el Declogo (Exodo 20) y algunas de las ms antiguas leyes. Gnesis14yNmeros33 tambinerande antiqusimo origen. Pero este primi tivo material se vio suplementado por un Libro de Pactos, compuesto por un annimo ju do en el perodo delos ju eces. Enlos das deSalomnapareci unlibrosobre los orgenes escrito por un levita annimo, que con tena mucho material del documen to E. Un tercer su plemento apareci en el siglo IX a. de J.C. (la poca de Elf as) en forma de una biograf a de Moiss. Ms tarde an apareci un narradorprof tico y por ltimo un ju do de la poca de Uzas(mitaddelsigloVTIIa. de J.C.)que introd ujoelnombre de "Yahv" ennumerosos sitios ycompagin todo el cuerpo literario com o editor final. Esta obra de Ewald del ao 1840 signific un ale jamiento de la teora suplementaria hacia la teora de la cristalizacin, mod ificacin que consideraba a cada sucesivo contribuyente al corpus mosaico como un revisor de todo el cuerpo de materiales, ms que un simple aadidor de contribu ciones aisladas aqu y all. As, por sucesi vas capas de mol cu las, se construa una especie de "cristal " literario. (Otrosdef ensoresdelateoradelacristalizacinfueronAugusto Knobel [1861) y Eberhard Schrades [1869] que simplificaron en algu na med ida el proceso de crecimiento, en su tratamien to del Pentateuco.) El segu ndo suplementari sta mencionado anteriormente fue Friede rick Bleek, qu ien en el ao 1822 se hizo presente con una extensin de anlisis literario de las fuentes a l libro de Josu , dando origen al trm i no de Hexateuch -Hexateuco- (6 volmenes) como la manera en que Ja trad icin Mosaica hall su forma escrita final, ms bien que en un mero Pentateuco de cinco volmenes. En el ao 1836 public su s observa ciones sobre el Gnesis, y segn ellas reconoci que algunos pasajes eran genuinamen te mosaicos. La primera suplementacin considerable apareci en la poca de la monarq ua unida (siglo X a. de J .C.) cuando un compilador annimo reuni la forma ms antigua del Gnesis. Una segunda redaccin importan te apareci en los das del rey J osfas (apro ximadamente en el 630 620 a. de J.C.), hecha por el annimo com pila dordell ibro de Deuteronom io, que incorpor tambina fosu para

HISTORIA DE- LA T"EORIA OCUMENTAL. DEL PENTATEUCO91

formar el Hexateuco.& Bleeck public ms adelante una completa Intro duccin al 1\ntiguo 1'estamen to, la segu nda edicin de la cual (apareci da en el afio 1865) fue rpidainente trad ucida al ingls (en el afto 1869). En esta obra adopt una actitu d con trar ia a algu.nos de los ms insos tenibles extremos de la crf.tica literaria entonces en boga; pero hizo1.n uchas i1n pru dentes e u j u stificad a s concesiones a l a teora documental.En cuanto a Franz Del itzscb, el tercer erud ito suplementario ya 1nencionado, era de tendencia mucho lns conservad ora que Ev.1ald y Bleeck. En su comentario del Gnesis, aparecid o en el afio 1852, ade lant su opinin de que todas las porciones del Pentateu co, cuyo texto le atribua a Moiss Ja paternidad literaria, eran genuina mente suyas. Las leyes restantes represen taban una autntica tradicin mosaica, pero no fueron codificadas por los sacerdotes hasta despus de la conquista de Canan. Las partes no .rnosaicas del documento E fueron compuestas probablemen te por Eleazar (el tercer hijo de Aarn). quien incorpor el Libro del Pacto (Exodo 20:23-23:33). Una mano, posterior an, com. plement esta obra , incluyendo el Deuteronom io. Delitzscb produjo una serie de excelentes comentarios sobre la mayorf a de los libros del Antiguo Testamento (algu nos de ellos en colaboracin con Karl Fried rch Keil, discpu lo de Hengstenberg.) En la ltima parte de su carrera (1880). Delit7.sch se inclin por una forma modificada de la reinan te hipt esis documental . (Aclaremos que no debemos confundir a F'ranz Dehtzsch con su hijo, Friedrich Delitzscb, que se distingui particular- 1neute en el campo de la asiriologa, y que sosten a opiniones sobre la cr tica del Antguo Testamento algo ms liberales que su pad re.)En el prra.fo anterior rnenci.onam os de paso el nombre de Ernst Will1ebn Hengstenberg, IIder del ala conserva dora de los eruditos bfbli cos alernanes. Fue un hbil defensor de la paternidad mosaica para los cinco libros de Moiss, y sagazmente refu t los argu111en tos establecidos eo favor de la diversidad de fuentes, propu estos por los crculos eruditos desde los das de Astruc y EicW1orn. Su obra rns influyente fue traducida al ingls en el ao 184 7 con el ttulo de 'f he Gen uineness of the Pentateuch (La autenticid ad del Pentateuco), e hizo mucho para reforzar la posicin conservad ora. Como ya lo 1n encionaroos, ejerciuna prof unda influencia sobre Friedrich Keil. que fue el princi pal erudjto conservador respecto del A,ntlguo Testamento en el mund o de habla germana duran te la segunda mitad del siglo XIX. En los Estad os Unidos de Amrica, los eruditos del Seminario de Princeton, Josepb y Willian.1 Henry Green sostuv ieron vigorosamen te el mismo punt o de vista, y sometieron a la escuela docu1nenta1a un.a crtica devastadora

5. Para el tratanento de las dificulta des que acosan a la teora del He.xa teuco, vor ol capitulo 19 de esta obra , pg. 293.

92 REsEA CRITICA DE UNA INTRODUCCIN A L ANTIG UO TESTAMENTO

que nunca pud o ser eficazmente refutada por los sostenedores de pos turas liberales.En el ao 1853 apareci la trascendental obra de Hermann Hupf eld, Die Quellen der Gen esis (Las fuentes del Gnesis). que marc toda una poca. Su contribucin al debate dio como resultado en lo que se di en llamar "La revolucin coper n icana en la h istoria de la teor{a documental." En primer lugar someti el documento E a un completo examen nuevo, y distinguj en l dos fuentes:una de ellas (E) formada por las considerables porciones de la fuente Elohista, que se parec{an notoriame nte a ] en estilo, vocabulario y lipo de asunto de que tratan, y que ocasiona lmente parecan contener alusiones a material tambinencontrado en (la fuente presumiblemente posterior) J. En realidad, de no ser por el divino nombre (Elohim), ser{a dificiHsi mo d i ferenciar tales pasajes de J. (Es conveniente notar que la admisin de la existencia de pasajes como stos, socav peligrosamente la integridad de utilizar los divinos nombres Elohim y Jehov como criterio para la divisin de fuentes.) De ah1 que Hupfeld separ ta les porciones (comenzando con Gnesis 20) del resto del cuerpo E, que luego ju zg que era la parte ms a.ntigua y a la cual dio el nombre de "Gru ndsch rift" (documento bsico) al que design como E. Este docu mento E correspon de, grosso modo, a lo que los crticos posteriores denominaron P o crugo sacer dotal. El E2 posterior (que ms tarde fue designado simplemente comoE) era aun algo ms antigu o que J (el documento Yahvista). D (el documento de Deuteronom io) fue, por supuesto, el l timo (data de los dias de Josas). Por lo tanto, el orden correcto de los "docu mentos" fue, para Hu pfeld , como sigue: PEJO.Debemos sealar que Hu pfeld no fue el primero que tuvo la idea dela divisin de E, sino que fue preced ido por Karl David llgen de Jena, que en el ao 1798 public una obra en la que plan te la tesis de que el Gnesis estaba compuesto por 17 distintos documentos , entre cuyos autores haba dos Elohlstas y un Jahvista. Sin embargo, esta obra fue producto de una escuela fragmen taria y no ejerci una inf luencia grande y duradera.Quellen , obra de Hupfeld, tambin destac la conlinujda d de lossu puestos documentos E. E' y ] , y procur demostrar que si se los separa, las secciones del Gnesis asignadas a cada una de las tres, ser{an inteligibles y podran considerarse como libros separados.' Pero lo ms digno de mencin fue el hlncapi que hizo Hupf eld sobre un hlpottico redactor (es decir, un editor final) que red ispuso y com plement ntegramen te el cuerpo literario desde el Gnesis a N meros y que explic todos los casos en que pasajes de J aparecan con palabras

6. Sin embargo. es fcil refutar este ingenioso int ento de veri ficacin. segn lo menciona mos en el capftu lo 9. pgs. 132-133. de este libro.

HISTORIA DE LA TEORIA DOCUMENTAL DEL PENTATEUCO93

o frases supu estamente caractersticas de E y viceversa. En otras pala bras, cuantas veces la teora se debilitaba ante los hechos, o entraba en conf licto con los datos ciertos surgidos del texto, la chapu cera mano de R (el redactor annim o) actuaba para salvar la situacin.La con tribucin de Hupfeld despert u n nuevo inters en la teora documental en tre los crcu los eruditos. La atencin se concen tr parti cularmente en el documento E, el Grundschrift de Hupfeld. En primer lugar apareci el aporte de Karl Heinrich Graf, en el ao 1866. Al igual que su maestro, Eduard Reuss, Graf crey que este cdigo sacerdotal con tena en el Pentateuco legislacin que era de un origen posterior al mismo Deuteronomio (621 a . de J.C.), en razn de que D no demuestra conocim iento de las porcines legales de P (el cdigo sacerdotal), aunque refleja las leyes de J y E.7 De ah que debe considerarse la legisla cin de P como de la poca del exilio (587-539 a. de J.C.). Sin embargo, las porciones histricas de P era n indudablemen te muy antiguas. El orden de los "documentos", segn Graf, fue el siguiente: P-histrico-,E, J. D, P-legal. Opin que E era complementado por J , y que en lostiempos de Josas, el docu mento E-J fue redactado por el autor de D. Pero P no estaba destinado a perm anecer mucho tiempo en la cond icin dividida en que lo dej Graf . Un erudito holan ds, Abraham Kuenen en su De Godsdienst van Israel (la religin de Israel, 1869),argument con mucha fuerza en favor de la unidad de P, e insisti en que las porciones histricas de este "docu mento" no pod an separarse, legtimam ente, de las porciones legales. Y pu esto que Graf haba pro bado que la legislacin sacerdotal se haba origina do en el exilio o despus de el. el documento P. ntegramente, deba ser posterior. Esto significaba que lo que Hu pfeld afirm ser la ms antigua porcin del Pentateu co (su Grundschrift) result ser totalmente lo opuesto, es decir la ltima porcin de todas, que recibi su forma f inal y definitiva cuando Esdras reuni (ntegramen te el cuerpo tota l del Pentateu co a tiempo para la ceremonia de la lectura bbl ica mencionada en el capt ulo 8 de Nehem as. Ahora el nuevo orden de los "documentos" era: J .E,D y P.J era el documento bsico de la Tora (en gran parte debido a su "antropomorfa" presentacin de Dios, que se pens reflejaba una etapa ms antigua ea la evolucin religiosa de Israel), y E fue incorporado ms adelante. A continuacin, en la poca de josias, se agreg O, pre cisamente antes del final de la monarquia ju da. Durante el ministerio de Ezequie l, en el perodo del exilio, fue formulado, como la ms anti gua porcin de P, el cdigo santo (H), constitu ido por Levtico 17-26; el resto de P se origin al finalizar el siglo VI a. de J.C., y en la primera mitad en el siglo V; casi mil aos despus de la muerte de Moiss!Luego de los trabajos de Hupfeld, Graf y Kuenen entr en escena la

7. Para una refu tacin a esta pretensi n. ver el ca pitu lo 12. pgs. 173-181, de este lbro.

94RESEA CRITICA DE UNA INTRODUCCIN AL ANTIGUO TESTAMENTO

formulacin definiti va de la nu eva teora doct1men taJ de Julius Well hausen. cu yas contribuciones ms importantes fueron Die Komposition des Hexa teuch s (Composicin del Hexateuco), que apareci en eJ ao 1876, y Prolegomena zur Geschichte lsrael s (Introd uccin a la historia de Israel) , publicadaen el ao 1878 (Berln; Druck &Verlag von G. Reimer}. Si bienWellhausen uo contr ibuy con n111gu1u1 innovacin digna de 1nencio11ar , reafinn la teora docuo1ental con gran habilidad persuasiva. apoyando el orden JEDP sobre bases evolutivas. Corran losaos en que la obra de Char]es Da.rwin, Origin of Species (.El origen delas especies) cautivaba el entusiasmo y lograba la adhesin del 1nun doerudito y cientf ico, y la teorf.a del desarrollo del priJniti vo auimisrno al elaborado 1nonote(s1no tal como lo expusieron Wellbausen y sus segui dores, encajaba admirablemente en la dialctica h egelru1a (escuela predominan te en la filosofa conteuipornea) y en el evolucionismo dar\.v inia110. El 1nomento estaba mad111:0 para La teora docwnenta l , y el nombre de Wellhause.n lleg estar unido a ella como su clsico ex ponente. El im pacto de sus escritos se hizo sentir muy pronto en toda Alemanja (a travs de luminarias tales como Kautzsch.. S1ne11d, Budde, Stade y Cornil! y hall creciente aceptacin tanto en Gran Bretaa como en Norteamrica.En Inglaterra fue William Robertson Smith {The Old Testrunen t .il the Jewish Church , 1881 -el Antiguo 'l'estatnento en la iglesia ju da-) quien primero interpret la posicin de Wellha usen para el pblico. Sarouel R. Driver le dio su clsica formulacin para el mun do de liablainglesa (lntrod uction to t11e Literatura of the Old Testament. 1891-Introduccin a la Literatura del Antiguo 1'estau1ento-), si bien en lo teolgico l e:ra de convicciones personales ms conservadoras que los arquetipos de la teora documental. Lo mismo cabe decir de George 1\dam Smith, que se consideraba un evanglico en teologa, pero de dic su habilf sima plum a a la popularizacin del enfoque documental en la interpretacin de los profetas del Antiguo Testamento (principal mente Isui11s y los profetas nlenores, para los cuales escribi la exposi cin en el Expositor's Bible -El expositor bblico-, edtado por W. R..N icoll) . En los Estados Unidos de Amrica el ms notable carupen de la nu eva escuela fue Charles Augustus Brggs del Seminario Union (7'he H.igher Crticisrn of t11e Hexa teuch -la Alta Critica del Hexa teuco-, Nueva York: Scrbner, 1.893), secundado por s11 hbil cola borador Henry Preserved Smith.l'aJ corno verernos en el prximo captulo , el siglo XX ha presen ciado una vigorosa reaccin contra Wellbausen y la h iptesis docun1ental, y la confianza que antes se depositaba en ella se ha visto delibitad a, en alguna cnedjd a, auu en ctrcuJos libera.les. Sin embargo, todava no se ha forrnulado ninguna explicacin sobre el origen y des arrollo del Pentateuco e11 forrna tan lcida y convincente como para

fiJSTOR!A DE LA TEORlA DOCUMENTAL DEL PENTATEUCO95

lograr la adhesin general del mundo eru dito. Por ello, a falta de una teora mejor, la mayora de la instituciones no conservadoras continan enseando la teora de Wellha usen, al n1enos en sus lin eamientos generales, como si nada hubiera ocurrido en el conocimiento del Anti guo Testamen to, desde el ao 1880. En Inglaterra, W. O. E. Oesterley yr. H. Robinson, en su obra In troduction to the Books of the Old Testoment -In trodu ccin a los libros del Antiguo Testamen to- (Londres:SPCK , 1934) , se mostraron bsicamente partidarios de \.Yellhausen, si bien expresan ciertas incertidumbres respecto al fechado comparativo de los "documentos" U-E pudo haber sido con temporneo con D, y H pudo haber sido ligerarnente anterior a D). En los Estados Unidos de Amrica, Julius A . Bewer (Literature of the Old Testamen t -Literatura del Antiguo Testamento- (N ueva York: Longmans, 192 2), y Robert Pfeiffer (In troduction lo the Old 'f esta.m ent -In troduccin al Antiguo Testamento- (1948), se adhirieron lealmente a la clsica posicin de Wellbausen (si bien Pfefer aisl un nuevo documento, S, una h1ente edomita pesu1ista, y asign a los Diez Mandamientos una antigedad posterior a D y separada de E).En la misma Alemania, la influencia de Ja crtica formal (qu e ser tratada en el prximo captulo) dio como resultado un intento de sinte tizar el eroque crtico formal de Gunkel y Greessman con el enJoque documental de Wellhausen. Esta sntesis aparece ms vigorosamente en la obra de Otto Eissfeldt (einJeilung in das Alte Testam ent, 1934, edicin inglesa, The Ol dresta rnent, an Introd uction -El Antiguo Testamento: una introduccin-, Nu eva York: Harper & Ro\-v, 1965) . E:n Escandinavia , Aage Bentzen, de Copenhague (Jntroduction to the Old 1'estarn ent -Introd uccin al A.ntiguo Testamento- 1948) , se ajusta en lo esencial, al tipo de sntesis que intent Eissfeldt; pero anterior mente su compatriota Johannes Pedersen, con10 as ta1nbin Sigm und Movinckel de Oslo, e Ivn EngnelJ de Uppsa la, Suecia , se inclinan ms definidamente hacia una critica formal o tradicin histrica y no a la crtica de las fuentes de Wellhausen. No obstante, en Inglaterra y los Estados Unidos de Amrica, la regla de Wellhausen se mantiene 1ns o menos suprema en la rnayora de las escuelas no conservadoras, y hace sentir su influencia en muchas de las escuelas ms o n1enos conservadoras de la antiguas denornina ciones. Por lo tanto, debemos considerar que la teora documental an est en vigencia y estamos

8. flustrativa de esta actitud es la cita de uno de los ms fan1osos eruditos britnicos,H. H. Rawley: "Que ha sido la teorla Graf-WeUhau sen ampliamen t e rechazad a en su totalidad o en parte es absolutam.ente cierto, pero uo hay otro criterio que pud iera reeru plazarla que a su vez no serf a rechazado ms aniplia y enfticamente . . .El parecer de Graf -\i\lellha usen es solo una hiptesis tentativa, que puede ser abandonada coll presteza cuando se encuentra otra opin in n1s satisfactoria, pero que no puede ser benefi, ciosamente abandonada hasta ese momento" (The Growth of the Old Testoment -E.I crecimiento del Antiguo Testamento-), Nueva York: Longmans, 1950, pg. 46.

96 REsEA CRfTtCA DE UNA INTRODUCCIN AL ANTICUO TESTAMENTO

obligados a tratar la como tal, a pesar de que los eruditos liberales del continente europeo le han aplicado golpes poco menos que fatales a casi todos sus fundamentos.

DESCRIPCIN DE LOS CUATRO DOCUMENTOS DE LA HIPTESIS DOCUMENTAL

}, escrito alrededor del ao 850 a. de J.C., 9 por un autor desconoci do enJud, ReinodelSur. Interesado especialmente en biograf fas person ales, caracterizadasporvvidasdescripciones delcarcter,a menudo describe aDios o se refiere aElentrminos antropomr ficos (es decir, como si poseyera cuerpo, partes y pasiones como un serhumano). ' Demostrabatambinu ninters tipoprofticoen re flexiones ticas y teolgicas, pero poco inters en sacrificios o rituales. E, escrito alrededor del ao 750 a. de J.C. por un escritor desconocido del Reino de Israel del Norte. Fue ms objetivo que J en su estilo narrativo y menos matizado de consideraciones ticas y teolgicas. Tenda ms bien a detenerse en hechos part iculares concretos (o los orgenes de nombres o costumbres de particular importancia para la cultura israelita). En el Gnesis, E demuestra inters en el ritual y el cu lto, y representa a Dios comun icndose por medio de sueos y visiones (y no tanto por contacto an tropomrf ico directo, al estilo de n. Desde Exodo a N meros, E exalta a Moiss, como un obrador de mila gros njco en su gnero, con qujen Dios pod a comunicarse de manera antropomrfica.Alrededor del ao 650 a. de J.C. un redactor desconocido combin ] y E en un solo documento: J-E.D, compuesto posiblemente bajo la d ireccin del sumo sacerdote Hilcas, como program a oficial para el partido reform ista patrocinadopor el rey Josas en el avivamien to del ao 621 a. d. J.C. Tuvo por objetivo obligar a todos los sbd itos de Jud a hacer aban dono de sus santuarios locales en los "lugares altos" y traer todos sus sacr if icios y contribuciones rel igiosas al templo de jer usaln. Este documento estaba sometido a la vigorosa influencia del movimiento proftico, particularmente el que encabezaba Jeremas. Miembros de esta escuela deuteron mca efectuaron una revisin histrica de los hechos registra dos en Josu, Jueces, Samuel y Reyes.P, compuesto en varias etapas de un largo camino que va desde Ezequiel, con su cdjgo de santidad (Levf tico 17-26) alrededor del ao 570 a. de J.C. (conocid o como H), a Esdras, "escr iba diligente en Ja ley de Moiss" (Esdras 7:6), b.ajo cuya direccin fueron aadidas a la Tora

9. Las fechas propuestas son las sugeridas por S. R. Driver. en !LOT. pgs. 111-123.10. Para mayor abundam iento sobre el antropomorfismo del documento P. ver K. A. Kitchen, AOOT, pg. 118.

HISTORIA DE LA TEOR!A OCUMENTAL DEL PENTATEUCO97

las ltimas secciones sacerdotales. P relata en forma sistemtica los orf gen es e institucion es de la democracia israelita. Demuestra un in ters partic ular en los orgenes. en listas genealgicas y en detalles de los sacrificios y del ritual

REsuMEN DEL DESARROLLO D1ALcr1co DE LA HIP6TEs1s DocuMENTAL

l. Astruc sostuvo que diferentes nombres d ivinos indican d_isti ntas fuentes, divisin J y E; esta idea la elabor ms prolijame nte Eichhorn (E antes que J).2 De Wette defini a D como una elaboracin de la poca de J osf as (ao 621 a. de J.C.).3. Hupfeld dividi E en un documento anterior E1 (o P) y unoposterior E2 (qu e se parece ms a J). Seg n l , el ord en de l os docu mentos era PEJD.4. Gral opin que las porciones legales de P correspon dan al exilio, el ltimo documento de todos, si bien ciertas porciones histricas podan ser anteriores. Para l el orden de los docu mentos era P1EJDP25. Ku enen pens que las porciones histricas de P tenan que ser tan antiguas como la porcin lega l y sostuvo que el orden de losdocumentos fue JEDP.6. Wellhausen dio a la teor a documental su expresin clsica, tratand o el orden JEDP sobre u na base sistemticamente evolucionista .Observemos las contrad icciones y las marchas y contram archas que caracterizan la evolucin y desarrollo de esta teora docu mental . 1) Diferentes nombres d ivinos indican diferentes autores (Astruc, Eichhorn), cada uno con su propio circulo de intereses, estilo y vocabu lario. 2) Igual nombre d ivino (Elohim), si n embargo, d istintos autores (Hupf eld); con lo cual algunos pasajes de E en real idad no d ifieren mayormente de J en cuanto a tema de inters, estilo y vocabulario. 3) El documento Elohista (P) que ms se diferencia de J en su temtica y en su estilo, debe ser el ms antigu o (puesto que Jahweh es, como nombre de Dios, posterior a EJohim). 4) Por el contrario, este documento debe ser posterior y no anterior (puesto que ello encaja mejor en la teor aevolucionista de la religin hebrea, desde el primitivo politesmo al monotesmo sacerdota l. 5) J. por supuesto, ms antiguo que E (todos los crticos hasta Gral); pero no, J es realmen te anterior a E (Kuenen yWellhausen).La ms cabal refutacin a la hiptesis de Wellhausen fue plantea da en los Estados Un idos de Amrica, a fines del siglo XIX, por Wi ll iam Henry Green, de Princeton, en su Unity of the Book of Genesis -Unidad del libro del Gnesis-, (Nueva York: Scribner, 1895) y en Higher Criti cism of the Pentateuch -A lta crtica del Pentateuco-, Nueva York: Scribner , 1896). Con gran erudicin y habilidad demostr lo mal que

98RESEA CR1TICA DE UNA INTRODUCCIN AL ANTIGUO TAJ\1ENTO

dicha hiptesis explicaba los datos reales deltexto bblico, y sobrecules bases ilgicas y contradictorias descansaba el criterio crtico.En el capitulo 8 uarernos tu1repaso general de las falacias de la teora documental que la hace lgicamente insostenible. Los diversos criterios utilizados por los documenlalistas para probar la di versa paternidad literaria, sern tratados con mayor detalle en los cap(tu los 9 y 10. La refu tacin de los arglllllentos especficos que tratan sobre los libros del Pentateuco en particular, ser considerad a en los captulos 14-18, que se refier en a dichos libros.

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100REsEA CRITICA DE UNA INTRODUCCIN AL ANTICUO TESTAMENTO

ciones posteriores (redactadas entre 600 y 400 a. de J.C.) compusieron un S2 As, como resultado de la laboriosidad de los crticos posteriores a Wellha usen, tenemos las letras adicionales K, L y S, en gran parte extradas de J o E.Sin embargo, y en su mayor parte, la tend encia de los eruditos del siglo XX se ha inclinado hacia el repudio a la teoria de Graf Wellhausen, ya sea en todo o en parte. Para clasif icar estos ataques 'Y disponerlos de una manera sistemtica, pod emos imaginar la hiptesis documen tal en la forma de un hermoso prtico griego apoyad o en ciqco pilares: 1) el criterio de los nom bres divinos Oahweh y Elohim) comoindicador de diversa paternidad literaria; 2) el origen de J, e y P comodocumen tos escritos separados, com puestos en diferentes periodos de tiempo; 3) la prioridad de J sobre E en cuanto al momento de la com posicin ; 4) el origen separado de E, d istinto al de ] ; 5) el origen de D enel reinado de Josf as (621a. de J.C.). Consideremos las crticas dirigidas a cada uno de estos pilares en el orden ya mencionado.

CONTRA LA VALIDEZ DE LOS NOMBRES DIVINOS COMO CRITERIO DE FUENTE

Ya en el ao 1893, August Klostermann (Der Pentoteuch) rechaz la infalibilidad del texto masortico hebreo en la transm isin de los d i vinos nombres, y critic su utilizacin como med io para identifica r fuentes docu mentales. Pero el primer erudito que investig minu ciosamente la relacin entre el TM y la LXX fue Johannes Dahse en su "Textkrit ische Beden ken gegen den Ausgangspunkt der Pentateuchkri tic" (Dudas critico-textuales sobre la premisa inicial de la crtica del Pentateuco, publicado en un nmero del Archiv fr Religionswissens chaft en 1903. Demostr que la LXX, en no menos de 180 casos, tena nombres que no correspond an (p. ej ., theos por / ahweh o kyrios por Eloh im). Esto significa que el TM no es suf icientem ente infalible en su transmisin textual de los nom bres como para servir de base a una divisin de fuentes tan suti l y precisa como lo intentan los documenta listas. (Esta apelacin a la LXX fue especialmen te lapidaria debido al alto prestigio de que gozaba, por encima del TM, en todo lo concer n.iente a enmiendas textuales. En razn de que los documen talistas la babf an uti lizado libremen te para las correcciones aJ texto hebreo, resu l t para ellos altamente embarazoso el ser expuestos como cndidos al asumir la inf alibiLidad de la transmisin de los nombres divinos en la Tora hebrea.)En Ing laterra, un abogado j udo de nombre Harold M. Wiener, comenz en el ao 1909 una serie de estud ios que trataban sobre esa misma pert urbad ora discrepancia entre la LXX y el TM. Sostuvo que esta incertidumbre en cuanto a los nom bres correctos, en tantos pasajes diferentes, haca que el uso de los nom bres fuera imprctico e inseguro

A LTA CRITICA DEL PENTATEUCO EN EL S GLO XX101

como base para la divisin de fuentes. Wiener tambin ventil el tema de las pretendidas discrepancias entre las diversas leyes de la legisla cin del Pentateuco, y seal que las denominadas d iscrepancias eran fcilmente reconciliables y no exigan diversa pater nidad literaria. Si bien concedi la presencia de algunos elementos mosaicos, insisti en la paternidad mosaica esencial del Pentateuco.El eminente sucesor de Kuenen en la Uni versidad de Leiden, B. O.Eerdman, tambin admiti que la fuerza de este argumento derivaba de los datos de la Septuagi nta, y af irm terminantemente la imposibilidad de usar los nombres divinos como una clave para documentos sepa rados (Altestamentliche Studien , vol. 1, Die Komposition der Gen esis, 1908). En esa m isma obra atac la divisin de fuentes, de Wellhausen, pero desde el ngu lo tota lmente diferente: el de las religiones compara das. Crey poder rastrear un trasfondo politesta pr imitivo tras muchas de las sagas que figuran en el Gnesis, lo cual indicaba una antigedadmuchsim o mayor en origen que la de 850 a. de J.C. para J o 750 a. deJ.C. para E. Aun los elementos ritua les encarnados en P eran ms anti guos que la cod ificacin final de las leyes propiamente dichas, porque ref lejaban ideas que pertenecan a una etapa muy anterior al del desa rrollo religioso. Los sacerdotes codificadores incluyeron ciertas pro videncias de taJ an tigedad que ni ellos mismos la entendan en todo su significado.La era mosaica deba ser reconocida corno la poca en que se origin gran parte del ritual levtico y no en la era del exili o o posteriormente (como lo su ponen los docu mentalist as). Ms an, desde el punto de vista de la crt ica literaria, la unidad fundamental de las sagas del Gnesis fue flagrantemente violada por la artificial d ivisin en fuentes practicada por la escu ela de Graf-Wellhausen. Por ello, Eerdmans se apart totalmente de la escuela documental y neg la validez de la teora de Graf-Kuenen-Wellhausen , en el prefacio de la obra antes mencionada.2 Pens que la ms antigua unidad que se escribi del

1. En relacin con las pretend idas conlrad icciones entre las leyes del Pentateuco. ind ica tivas de una diversidad de patern idad es litera rias. com pa remos la situacin en el Cdigo de Hammurabi. K. A. Kitchen comen ta: "As! es fcil agru par leyes socia les y normas de cu lto en pequeas colecciones sobre In base de su contenido o de su forma. y postular su acrecenta miento gradua l en los presentes libros con la eliminacin prctica de Moiss. Lo mismo puede hacerse con las leyes de Hammurabi (sobre su contenido), y postular all! u n proceso h ipottico de acrecentami ento de leyes en grupos sobre temas antes de producir el denominado 'cdigo' de Hammurabi. Pero esto no le elimina a Hamm urabi la pa terni dad lite.raria de su cd igo. Conocemos sus leyes en base a u n mon umento de su propia poca. en su propio nombre: por lo tanto. todo agregado de leyes en su coleccin se hizo antes de su obra. Adems, hay aparentes con tradicciones a discrepancias en el 'codigo' de Hammu rabi que no son men os notorios que los que sirven como bose poro ana liza r los estra tos de Jo Biblio (M. Greenberg, Yehezkel Koufmonn /u bilee Volu me- Yehezkel Kaufmann, Volumen del jubileo, 1960, pag. 6). Estas, obviamente, no tienen influ encia alguna en el hecho histrico de que Hammu rabi las baya incorporado a su colecc.in" (AOOT. pg. 134:ver tambin pg. 148}.2. Ver tambin sus Altestomen r liche Studien (Estudios sobre el Antiguo Testamento), vols. 2-4, 1908-14.

102REsEA CRITICA DE UNA INTRODUCCIN A L ANTIGUO l'ESTAMENTO

Pentateuco fue una obra politesta, el Libro de Adn (que conenza e11 Gnesis 5:1), originado en algn momento antes del a.no 700 a. de J.C. (si bien,porsupuesto, la 1radicnol'aJsobrela cualse basle antecedaen variossiglos). M.s adelante se agreg a lotra obra politesta que denomin una revisin de Israel. Pero l.uego del "des.cu briJniento" del Deuteronom io, estos prhuiti vos escritos fueron reedita. dos de acuerdo con una reinterpretacin monotesta, y .luego del exilio, toda l.a obra recibi nuevos aportes. En esta alternativa a la leorla de Graf -Wellhausenvernosunrea vivamientode la a:utig11atesis su plementaria, combi nada con una exagerada dependencia de las tcni cas de las religones comparadas. Pero por lo menos Eerdma.ns dej ver lo endelebles que eran los "seguros resultados" del saber deWell hausen bajo el irnpacto de una novfsirna.uvestigacin de los datosaportados por el texto hebreo. La reverenciada trada J, E y P ya noestaba tan. firme sobre su pedestal .El ataque de Slginun d Mowinckel , erudito noruego, contra la divi sin de las fuentes en J-E. fue desde un ngu lo distinto, el ngulo de la critica forrnal (ver la prxima seccin). En dos artculos publi cados enel Zeitschrift fr Alterhirnswissenscl1af t (1930), neg la interdependen cia de las tradiciones J y E, y n eg asirnisrno qu e E se hubiera orlgillado en lsrael del Norte. Afirm que E no era .cns que una sin1ple adaptacin de J desde el pun to de vista de una escuela ju daica. Los relatos de tie1n pos antiguos contenidos en E siempre dependin de narraciones contenidas en J y a menudo E utiliza el vocablo fahweh para designar a 'Dios. A este respecto neuu5HLUuLJIJ9ISO!l.LJ370_371"-l.11.374

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