alas - conecultachiapas.gob.mx
Transcript of alas - conecultachiapas.gob.mx
21b i b l i o t e c a c h i a p a s
las alasdel sueño3
Ejercicio de lo absurdopoesía reunida
Ejercicio de lo absurdopoesía reunida
Uvel Vázquez
— 2014 —
Rafael Tovar y de Teresapresidente del conaculta
Manuel Velasco Coellogobernador del estado de chiapas
Juan Carlos Cal y Mayor Francodirector general del coneculta-chiapas
Susana del Pilar Utrilla Gonzálezcoordinadora operativa técnica
Marco Antonio Orozco Zuarthdirector de publicaciones
© UVEl VáZqUEZ
D. R. 2014
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Paseo de la Reforma 175, Col. Cuauhtémoc, 06500, México, D.F.
Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas, Boulevard ángel Albino Corzo 2151, Fracc. San Roque, 29040, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
ISBN: 978-607-7855-92-7impreso y hecho en méxico
CH861.44V999E366 Vázquez, Uvel Ejercicio de lo absurdo / Uvel Vázquez . — Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México : CONACUlTA : CONECUlTA, 2014. 195 p.; 21 cm. (Biblioteca Chiapas. Serie las alas del sueño ; 21)
ISBN 978-607-7855-92-7 I. POESÍA CHIAPANECA — SIGlO XX
A Jesús Vázquez Argüello y María Elena Díaz Jiménez.A Bertha Luz, Luz Elena y
Liliana Guadalupe Vázquez Sánchez
g h
Plática inconclusa
Ejercicio de lo absurdo
13
Cuarto
llueve:
envejezco
sin calles
ventanas
cuerpos
la luz:
abandonada
en mi cuarto
Uvel Vázquez
14
Ejercicio de lo absurdo
15
Piecabeza
No tiene caso que yo esté tirado
con mis cinco sentidos
tapado piecabeza
hablando sin hablar
Mis dedos ya no me conocen
limpia está la tarde
dan ganas de salir y mirarse un rato
Salí de tus manos
El cuarto se fue pudriendo
calles atrás:
la brisa
ladridos
pegados a mi ropa
Uvel Vázquez
16
Ejercicio de lo absurdo
1717
Abandono
Cerca de mí
trapos olvidados colillas
alcohol en la sangre fresca
Un barco
juega en mis retinas
Noticia
Mamá ya se dio cuenta
que vivo con una mujer con marido
y tiene miedo de que me quede quieto
en el acto más sincero de los hombres
Mas no he conocido a nadie
que tenga los ojos profundos
de amor
como los niños
Ah me entrego rasurado
desnudo
amoroso
por sus labios ojos
Uvel Vázquez
18
Ejercicio de lo absurdo
19
A media hora
En el largo camino del silencio
quedaron atrapadas mis cartas
nunca se desprendió la luna
quizá el cartero
se perdió en los labios
de aquellos
que esperan de pie en el apartado
Es tan lento escribir
en media hora
horas a medias
quien nos ama
Sin querer nos acariciamos.Sin querernos acariciamos.
I
quien nos ama
se entrega como la tierra
se abre como pregunta
con grandes respuestas se cierra
moja sus labios con su nombre
satisfecho se entrega
a un engaño desnudo amoroso
no conoce nada del amor
y escribe
no me olvides
Sueña con hijos
ignora su desgarradura
platicando su amor
Uvel Vázquez
20
Ejercicio de lo absurdo
21
II
Cuando el engaño
nos agarra de la mano
una canción basta para llorar
un cabello para matarse
Flor quemada de luna
A Fernán Pavía Farrera
I
En los ojos de mi padre
un niño triste
me cuenta mi infancia
En la oreja de mi padre
un arrullo de música
de un recién nacido
vive sin encanecer
los labios de mamá en papá,
la tos apurada del niño
Con nalgaditas del tiempo
me poblé de vellos ocultos
Una milpa revienta un elote
temblando en su tallo
una flor quemada de luna
Uvel Vázquez
22
Ejercicio de lo absurdo
23
Se da cuenta que sufro
medita un poco
fumándose un cigarro
Me ve a los ojos escribiéndome
me ve lavar los ojos del cielo
con los párpados del mar
me ve dormir en la tierra
—la duda, la duda, hijo:
no vivas sin dudar.
lo aprenderás cuando
tus espermatozoides
se hagan hombres o mujeres
Anhelando su arruga
contemplé su rostro sudado
en el mismo mirar del cielo
—Bobo
no pintes nunca
lo que otros han pintado
busca la duda, la duda
Mi padre durmió
con los ojos abiertos
retina adentro lloraba
por alguien de su tiempo
Recordé su frase cuando
íbamos a sembrar el maíz:
—Por esta milpa desgranada vivirá el tordito.
la arruga es la mejor belleza
del hombre
¿Cuántas dudas vivirán
en mi padre?
Uvel Vázquez
24
Ejercicio de lo absurdo
25
II
Andar calles bar calles
que estúpida manera de vivir
dudando
las cervezas y las mujeres
desatan las dudas
Es mejor dejarse engordar
Tengo ganas de viajar
de llenarme de Sol
de hablar con los sordos
de enseñarles mis manos
a los ciegos
A veces la fruta
se pudre en el árbol
sin darnos tiempo
las maletas
me tiran de las ropas
la preñez de una lágrima
se dilata en mis ojos
A mi perro le creció la cola
Uvel Vázquez
26
Ejercicio de lo absurdo
27
III
Mi madre me sirve
café caliente
la sonriente mi madre
con los ojos deteniéndome
—Padre: háblame de dormir
Despertar de pronto
en otra tierra
armando cuentos
Recordando
enamorado de la tierra
que ventanas atrás
se apagaron
IV
Regresar es difícil
mataríamos
a quienes nos han amado
mil años de cárcel
hasta volverse mariposa
despertar acodando la luna
en la mejilla
despertar sin nadie
nadie sin despertar
despertar con un amor ahogado
Uvel Vázquez
28
Ejercicio de lo absurdo
29
V
Cansa
la misma camisa sudada
el nudo exacto que se destrenza
despertar con la mirada
Cansa
llevar adentro un río de silencio
sin más agua angustiosa
que la sangre magullada
Cansa
la belleza de los feos
el ronquido de la pobreza
Cansa
las calles en donde no avanzan
los pasos de una mujer
el brazo roto de la muerte
VI
Muchas veces te has cansado
admiro la alegría que llevas
en tu ceño ajado
Sólo un inútil admira a los demás
—Padre: ¿Ya te diste cuenta?
Amanecimos platicando
Uvel Vázquez
30
Ejercicio de lo absurdo
31
la espera
Mamá le madrugó
hoy a la mañana
costumbre del campo
tradición de familia
El fogón sudando la leña
el comal recién encalado
espera la hostia
la música de la milpa
hirviéndose
para nuestras bocas
Sus pasos
apurados
como ligero aletear
de paloma
saludan armoniosos
la faz de la Tierra
recuerdan
al hijo
que se fue a caballo
Uvel Vázquez
32
Ejercicio de lo absurdo
33
Hace más de cinco lunas
que le reza muy temprano
no quiere que le recuerden
Sabe piensa y tiene fe
la fe es mayor que la muerte
A la mitad del cuerpo
se quedó vacía
la humedad del tiempo
la consume
la agrieta
como a sus pies desnudos
A la mitad del cuerpo
se quedó vacía
Uvel Vázquez
34
Ejercicio de lo absurdo
35
—Está regañando la lumbre
le serviré su almuerzo
la alegría se le escurre
hasta la distancia
quebrándose en sus ojos
Apurada quema leña
necesita saber más
El hijo ha de estar
en algún baile
cuando a ella
se le queman los cabellos
Hormiguean los árboles
de pájaros
los arrea
son ahuizotes
A la mitad del cuerpo
del patio
de la casa
del tiempo fastidioso
se ha cubierto de música
Pero reza y reza
y se alegra
cuando regaña la lumbre
Uvel Vázquez
36
Ejercicio de lo absurdo
37
El trajín de la casa
le hace olvidar su pena
se llena de sol el alma
cortando rosas para el altar
El anhelo de su hijo
fortalece su reuma
Ella guarda su secreto
Nadie en la casa
ha notado su desgarramiento
Uvel Vázquez
38
Ejercicio de lo absurdo
39
Aún tiene fe en el pájaro
que canta en el naranjo
aún tiene fe en la leña
cuando regaña y suda llamas
Acaricia hasta el fondo la fotografía
piadosamente engañando el tiempo
piadosamente hablándole
la fe es mayor que la muerte
Uvel Vázquez
40
Ejercicio de lo absurdo
41
El fondo oscuro de la noche
derramado en su cuerpo
la desgasta
Valiente espera la muerte
desafiándola con la vigilia
amanece / oscurece
y ella al pie de la espera
la pobreza no deshonra
anima
aprieta
no mata
Fortalece
la belleza del anhelo
cuando se zurce
para la llegada del hijo
Uvel Vázquez
42
Ejercicio de lo absurdo
43
Tocan a la puerta
se escuchan risas
la música de los pájaros
blancos blancos
agigantan los deseos
humeantes
de la bienvenida
y sólo un vendedor de panes
les sonríe
El cansancio y la vigilia
ataron piecabeza a la madre
Uvel Vázquez
44
Ejercicio de lo absurdo
45
Sueña abrazándose con su hijo
imán del tiempo
la desesperación
de no verlo
le hace releer las cartas
hogareñas
El hijo se desespera
monta su caballo
y se aleja al galope
la madre despierta asustada
con el corazón afligido
Abre la puerta apuradamente
no ve nada
Hace por ver y
encuentra un trozo de pan
junto a la puerta
Paradigmas de un mismo paisaje
Uvel Vázquez
48
Ejercicio de lo absurdo
49
Vuelvo a mi vitrina
A Hernán León Velasco
Extiendo mi ocio a lo largo de mí
lo habito como un hombre agónico
y escribo con mis dedos sin uñas
jalo mis recuerdos como quien se jala las venas
y espera largamente en una sala de espera
donde el grito recorre los pasillos
envuelto en algodones
Desde mi estómago vengo caminando
eructando mis miedos y mis sueños
desde mis pies jalo mi camino
desde mis talones enciendo calles y veredas de sol
desde mis cabellos desciendo
como por un pozo
Jalo mis suspiros cuerpo adentro
camino por todas mis vértebras
el galope de mi corazón acalorado
el desmoronamiento de mi caída como Altazor
Heme aquí nuevamente sobre la nube
entre los cerros azules
donde la niebla corre como una muchacha desnuda
Entre un grupo de aves
y rebanadas de sol
Avanza el poema hacia su follaje frío
las ramificaciones de los caminos andados
desde la infancia
desde la juventud
Avanzan mis pies destrozados por la lucha
Avanzo cargando a una mujer
Avanzo cargando a Dios
Avanzo mientras el Sol
rueda entre las piedras
como el relámpago corre enloquecido
entre las calles entre las casas de adobe
y ladrillos rojos
Mi voz se dispersa en el viento
Uvel Vázquez
50
Ejercicio de lo absurdo
51
El viento hace figuras
con las nubes y las aves
te jalan a tu isla
Avanzo entre rocas antiguas
Conozco las veredas
que me llevan
de este lado
y del otro lado del sueño
Cruzo el río con arrugas
Sueña la sombra sobre la rama vacía
Hay tantos ojos
como tantas miradas en tus ojos
Del tallo de tu pintura brotan resinas mariposas
[aves
que se incendian
como la semántica del color más frío más cálido
Te buscas en los cuadros
pinceles se doblan con aire de parajes
Te busca la ansiedad de tus colores de insectos
tu paleta destrozada
por los tonos que se bifurcan en la retina más sola
hablas con la muerte
la mariposa del tiempo se petrifica
la nube es un ave detenida
en la perpetuidad del fruto negro que flota en el
[vacío
sostenida de la rama
Uvel Vázquez
52
Ejercicio de lo absurdo
53
las horas como un pleito de gallos
giran
y te agrietan
en esta carroña
en esta osamenta
con barco de sangre
que va a dar a la calle
a la frenética ciudad
pleito de aves
Tu angustia
con la memoria me llamas
ardo como la tierra
De tu pincel brota un potro desbocado
la cosmogonía del yo
la mitología del ego
Templando el cristal del tiempo
con sus veinticuatro gajos
¡Dulces! ¿Amargos?
Sueña la sombra
sobre la rama vacía
Un fruto de sol cae
con toda su mitología
El niño rojo crece
como la noche
la claridad de tus paisajes
resuman floridas sensaciones
como puertas transparentes
que van a dar otro vacío
Taciturnos colores
se filtran en los párpados
Cristo y su cruz en el agua
su sangre todavía palpitante
Rodeado de un atardecer insomne
Esbeltas siluetas danzan
rodeadas de hormigas
como espectros silenciosos
Se pelea la luz agrietada
con el claroscuro
Uvel Vázquez
54
Ejercicio de lo absurdo
55
El niño rojo crece mirándote desde tus sueños
viviéndote la segunda vida
la claridad de tus cuadros anuncia
la madrugada
con su desnudez de agua
comienza el zumbar de insectos
los pasos
el zumbar de motores
las calles con nostalgia de árboles
de aves que emigraron
nube adentro
El niño rojo recorre los páramos del sol
desata las estaciones
une a los desconsolados
el polvo te alumbra
atado a tu soledad
atado a la paciencia de piedra
la belleza es tortura
Se levanta oscuro
el vuelo diáfano de la mañana taciturna
El Sol abre su ojo en llamas
su apagada lumbre
Se dilatan las horas
de insectos y delirios
He aquí el tiempo tartamudo
infame con la vida
He aquí la sombra petrificada
llena del polvo de la vida
Uvel Vázquez
56
Ejercicio de lo absurdo
57
El galope oscuro del cielo
Se alza la tarde
con su abanico de incendios
el Sol entre nubes de lodo
nubes como parvadas blancas y aves negras
la nada con sus pasos de aire
En el balcón el arcoíris y la tenue lluvia
lenta como un cocodrilo ciego
El galope oscuro del cielo
Ventanas líquidas
y azules cerros amarillos
las cortinas grises
dispersas
tristes
Se disipa la luz
la soledad en las azoteas
El viento arrulla
a las sábanas lagrimeando
Vuelvo a mi sombra
tan honda como el río
Se desmorona la noche toda
y mi respiración fluye atada
a los iconos de la muerte
la esbelta frase recostada
con su cara pecosa
la soledad suena a gato mojado
y el tabaco
huye por la ventana como una boca triste
la calle con sus talones roídos
avanza detenida como el viento de las horas inmensas
de las inmensas horas
estirado en la pereza
Uvel Vázquez
58
Ejercicio de lo absurdo
59
El cocodrilo del tiempo devora la luz
destruida por la oscuridad
Hablo de la noche
Yo también hablo de la noche
con su pleito de gatos
El largo romance de la luna
con la ropa tendida
Brama la noche
danza el viento
Ebria te abandonas
a tu movimiento
Uvel Vázquez
60
Ejercicio de lo absurdo
61
Espejo
Bajo mis uñas huyen hormigas
con pedacitos de labios
de corazón
con unos ojos ¡Ay tan amados!
¡Oh dulce luz Elena mi niña amor!
¡Ah liliana Guadalupe mi niña suspiro!
Regresan mis pasos
a su tumba viva
la madrugada arrastra la humedad de los bosques
vuelvo hacia el páramo del sol
Canto a la Reina Roja
A Marco Antonio Orozco Zuarth
Voy hacia la vehemencia cantando:
los cedros y encinos crecen enjoyados en bejucos.
El estruendo de las guacamayas,
que surgen dentro de la selva como un relámpago,
jalan la nostalgia.
las ramas de la hermosura, pactan con el dulce
[viento
que gira acalorado, ebrio y frío, como un pensamiento
[herido.
los restos de la tarde
se abrazan a la fosforescencia cristalina de los lagos
alados, quietos en su fijeza.
Corre un viento de aroma,
fluye el dulce de la caña en la violencia del viento.
Cae el Sol de la frente del hombre que no descansa.
Uvel Vázquez
62
Ejercicio de lo absurdo
63
Escribo estos garabatos,
tomando un café caliente,
a la orilla de la canoa que a lo lejos cabecea lago adentro,
como un cocodrilo solitario y ciego.
Hay un ritmo en este paisaje:
se desmorona la hermosura toda
con el canto de los pájaros
que cambian de lugar en el cielo.
El aleteo de un quetzal abre
el ojo insomne del tiempo.
Se desprenden las horas atadas a las emociones
que arrullan la memoria más sola.
El quetzal petrificado en el ámbar.
El colibrí sobre la resina se resuma de colores.
Aquí habitan los señores de Tok Tan
y la sombra de la noche,
colgada de un sol, juega entre la maleza
con el jaguar-quetzal que danza con movimientos
[ardientes
en las largas crujías oscuras
por donde se cuela el espanto.
Templo de las inscripciones
la Tierra espiando la ofrenda del dios Sol jaguar.
Tendida a lo largo de mis huesos,
la belleza encalada ahogándome.
Montículos de huesos mondos,
pirámides que desnudan con su bello esplendor.
la cámara funeraria
buscando la máscara de jade: resplandor de la
[maldad.
De los dioses de barro, brota la sangre aún más fresca.
Asciendo al Templo de la Cruz para disfrutar
del juego de pelota.
Desde el lado sur,
ataviada de una sensación
que se disipa
al ascender y desandar
sobre la piedra donde está desnuda la luna en su
[charco azul,
aparece la diosa lunar vieja.
Aquí donde la milpa
es carne y un montón de niños lloran junto a la cañamaíz,
Uvel Vázquez
64
Ejercicio de lo absurdo
65
el padre se limpia los ojos llenos de aguate de la
[mazorca de oro
que antes de florecer está en manos del patrón.
Aquí donde la milpa desgranada
es celebración del hambre.
Aquí con mi mujer y mi hija vamos fatigados
disfrutando de la Señora Corazón de Maíz,
avanzamos y retrocedemos,
nos sentimos observados por esta diosa del alba
o del crepúsculo.
Desde lo más profundo de la selva,
brotan los aullidos de los monos
que enloquecidos por el hambre
y el miedo por la muerte,
saltan de abismo en abismo
hasta la claridad pensativa de la tarde.
Mi hija se dirige hacia la boca sedienta de la culebra
[de río
y navega sobre esta rivera de piedras como huevos
[prehistóricos.
las ruinas de Palenque están ahí
con ese misterio del Templo del Conde
que invariablemente es puro tiempo.
El tiempo se resquebraja pero no se quiebra.
Heme aquí afligido,
prisionero en la escalera de jeroglífico;
las crujías,
donde descansa la Reina Roja
y Pakal II, vigilan
de su dominio reunido en sus templos.
Aquí yacen los restos de la Reina Roja
rodeados de jade, en la Casa K.
A la izquierda sale un sol tímido
jugando en su tablero.
Ka Balam cruza a nado su vida,
su angustia de maleza y animal.
Balam
se detiene con la sangre magullada,
vestido con manta blanca;
su cabello largo negro, muy negro,
lame sus pies heridos,
su corazón de lagarto
se estrella contra el viento y con la lluvia.
Balam es polvo herido,
sin embargo, le brota sangre
de sus huellas de polvo que brillan
como ojos en la maleza.
Uvel Vázquez
66
Ejercicio de lo absurdo
67
la luna cruza con su desnudez de agua
frente a muchos ojos ávidos de preguntas.
la luna es un poco de agua
en los ojos vacíos.
Avanzo con esta sed de animal.
Cargo el sol, mula mi hambre.
En las piedras con nostalgia de hierba.
la luna enardecida en la Reina Roja,
que llora por la captura de Bolon Ch´ ok ah,
lleva atravesado un puñal en do sostenido
en su corazón lleno de rumor.
En su corazón de madre afligida,
en sus horas de soledad
y en las horas líquidas,
se acaricia con timidez su cuerpo voluptuoso,
dulce y frágil ante el dolor más oscuro
se desenvuelve a la caricia suprema de la muerte
con más esplendor.
He aquí a la luna como una osamenta.
Avanzo hacia la vehemencia,
avanzo hacia los montes azules
de tan verdes.
Heme aquí acurrucado
bajo la ceiba cósmica,
donde Pakal juega
a mi lado rodeado de un largo silencio.
En la resina más antigua brota un hombre:
Ox Yo Ts’ an,
en sus tres tronos,
donde el hermano menor de Balam,
come nucú y bebe pozol
en una jícara.
le queda el saborcito de árbol en sus labios
de soledad llenos.
Mirando a Palenque desde la altura de doce metros.
En la última escalera,
con la esperanza más quebradiza.
Miro los cuatro árboles del cielo,
las cuatro casas celestes,
las cuatro puntas del cielo
y las cuatro pezuñas celestes.
Uvel Vázquez
68
Ejercicio de lo absurdo
69
Soy espadañero
Celebro la mañana
cuando veo a mi padre que se levanta
como el buey, aunque fastidiado.
Mi padre, con voz sonora,
llama a mi madre que, desgreñada al alba,
está de pie junto al fogón
desde que abrió los párpados.
la espiga de sol se abre
lamiendo con urgencia las paredes de lodo.
Es abril, la fiesta grande comienza este veinticinco.
Todos nos preparamos para ir al cerro
a traer la espadaña sobre la espalda.
Uno escoge el mejor camino al cerro sagrado
y hay que recorrerlo descalzo;
es un sendero pedregoso donde abunda el escorpión
y la víbora de cascabel.
Cada año volvemos al cerro
jalando nuestra hambre,
recordando los pechos que saciaron nuestra sed.
las mujeres cubiertas con su rebozo gris,
cantan una canción
aprendida desde los abuelos de mazorca.
En este bello día de la Santa Cruz
los de Suchiapa bebemos pozol
como aguardiente
y tejemos algarabías con la espadaña.
la marimba suena enlutada con su más alegre son.
Es hora de salir a pasear la cruz y jalar los sacrificios
y el mar brota en suspiros.
Uvel Vázquez
70
Ejercicio de lo absurdo
71
las primeras lluvias huelen a cosechas
a risas de niños y abuelos.
las mujeres con sus vestidos floreados
llevan una tinaja en la cabeza
con una gran sonrisa hacia el cielo.
El aguacero
A Juan Bañuelos y Óscar Oliva
Entre la maleza
el tableteo de las armas
movimientos
desplazamientos
sigilosos hablamos con señas
los balazos
nos enloquecen
despertamos a deshoras
llenos de sudor frío
Sobre la hierba
la lluvia y los chorros de sangre
brotan de las piedras
la lluvia ensombrece la selva
ennegrecida
Se desgarran los cerros verdinegros
¡Ah desmoronamiento de este aire
recién llovido!
Uvel Vázquez
72
Ejercicio de lo absurdo
73
Restos de lluvia
vuelan lejos
Rostros ensangrentados sobre la hojarasca
¡Ay de ti hermano
que sigues luchando a pesar de tu muerte!
¡Ah las hojas de un verde tiernísimo!
El bozal del llanto
se desata de la piedra
en este cielo de palomas
Nuestra sangre desbocada
como un potro ciego
la lluvia detenida
¡Ah qué contenida tristeza tiene este
mar cromado tan líquido!
El viento desmantela
los campamentos
los árboles taciturnos
enjoyados gritan desesperados por el fuego
la selva toda
llena de sudor
con el hambre en cada puño
Nuestras botas destrozadas
avanzan
nos llevan
nos conducen
hacia la nada
Callamos cuando queremos hablar
Para qué digo hambre
si lo estás viendo aquí a la vuelta del milperío
retorciéndose de sol
—para juntarnos con las masas
nos bastan pocas palabras
Uvel Vázquez
74
Ejercicio de lo absurdo
75
Nacayumba
A Roberto López Moreno
I
Nacayumba me llamo
y camino descalzo sobre la arena del mundo
mis pies gozan al caminar
y la memoria Nichim
se dispersa sobre el viento de marzo
que sopla con su aliento caliente
haciendo figuras con el polvo
II
Nací en Tzimol
cuando llovió octubre
y con paso de tortuga
comencé mi largo andar
por el sueño de la vida
Uvel Vázquez
76
Ejercicio de lo absurdo
77
III
las cascadas peinadas de luna
corren como aguas nocturnas
y sombras verdes
mojan este relámpago de octubre
que desciende
hacia el abismo de la vida
y de la muerte
IV
¿qué senderos de piedra y de sequía
me persiguen
desde que abrí la luz
y caminé con el Sol en la mano
para iluminar el mundo?
Ejercicio de lo absurdo
79
V
He aquí a Nacayumba
luchando con molinos de tormentos
molinos de fuego
Jalando su soledad
estirándola como la piel del mundo
a punto de ser carroña
Caminando entre las olas de las horas
andando y desandando
con sed en los pensamientos
VI
Esta soledad se parece a un río
tan grande como Tzimol
donde abundan los cafetales y los insectos de sol
me veo en las aguas cristalinas
¡Ah las ternuras de sol
envuelto de milagros!
En las aguas devastadas por el cielo
En las aguas de Chiflón
donde corren sedientas las miradas
el vértigo y el sueño
como una segunda vida
Brota de la nada el arrullo del olor
la armonía del cosmos
la propulsión del yo
Uvel Vázquez
80
Ejercicio de lo absurdo
81
VII
Aterriza la primavera
llena de viento y estrellas
Nacayumba me llamo y soy dueño de la luna
Y soy hermafrodito
a partir de hoy toda la mirada les costará
para ir con botellas al mar
desatar los cuerpos ávidos
y oír la música azul
que fluye
en completa orfandad de la suprema caricia
del universo
Voy con Ulises
hacia las catorce islas
a cerrar mi ciclo de agua
VIII
Entre follaje
se detiene el viento
mi ave
vuela jalando hacia arriba mis recuerdos
Uvel Vázquez
82
Ejercicio de lo absurdo
83
IX
Digo Tzimol y crece la noche
la Selva Negra
en la que el viento corre enloquecido
hora tras hora
Digo ahí al dar vuelta a la flor
Nació mi madre
mi mortal infancia
mi infancia contenida
hallada aquí en las casas de adobe y tejas musgosas
Digo en voz baja
para que mi corazón se abra como una tierra oscura
—Tzimol es mi tierra fiel
como mi hambre que no me deja
Me duele esta vereda
me recuerda a mi padre enamorado
de la milpa desgranada
Enamorado de la tierra crepuscular
Tzimol palabra plantada en la piedra
con tu lenguaje de sol
me haces retornar
cubierto de agua luminosa como un oleaje
Tzimol corre por mis venas como una palabra
[abandonada
Tzimol eres como una madre amorosa
como una madre que me espera con el sexo
[encanecido
lejos de la carreta
y los bueyes
lejos de los sueños
En Tzimol crecen mis pensamientos y galopan
galopan
galopan
mis recuerdos
Uvel Vázquez
84
Ejercicio de lo absurdo
85
X
Ahí sobre esa butaca de cuero de tigre
descansaba el viejo
fumando su nostalgia padre joven de muchos sueños
ahí me esperaba con su insomnio
y su cigarro
ahí estaba el viejo
con su tos y sus cuentos
contándome la vida
mientras el tiempo cerró su abanico
XI
Nacayumba baja al río
río de piedras y agua fría casi helada
Sobre esta tierra llorada por los ríos
y golpeada por el viento
allá sobre la piedra
una mujer de cabellos de agua
se desnuda
mientras los peces rodean sus pies cuarteados
Bajo su claro vientre
fluye mi canto
mi encanto
Dicen que ella es encantada
se roba a los hombres
los hombres que se sientan en esa piedra a un lado
[de ella
se desmemorian para siempre
Ella es Nacayumba
la mujer de la sombra
es ciega y duerme en el monte con sus ropas ebrias
Uvel Vázquez
86
Ejercicio de lo absurdo
87
quien la ve
nadie olvida su memoria
el tambor de mi corazón se estremece
al verla descender poco a poco por el río
y su soledad se aleja como en una embarcación
perdida en el horizonte lejano
donde al cerrar la luz
no hay blancura igual ni las ropas más blancas
ni la sal
Ni la espuma de mar
ni de la garza
ni de la cáscara más íntima de la cebolla
pueden competir con ese resplandor que ya se aleja
Tú que estás solo
trae el recuerdo de ese atardecer
Desnuda I
En el cielo fornican
el viento y la luna
El día se abre idéntico
con su misma espiga de sol
las horas atadas
al mismo barco del tiempo
¡Ah los tribunales de minutos!
¡la ira de las calles desbocadas!
Mi sombra se detiene sobre la desnuda
para cruzar el gran muro tan largo y bélico
Uvel Vázquez
88
Ejercicio de lo absurdo
89
la rabia de mi talón tenaz
sobre la nada
sobre la muerte
sobre el jamás
siempre
la llovizna del hambre como un cocodrilo ciego
me sigue y me persigue
bajo el agua tierna y azul del espacio en que me ahoga
[con su cal
Desnuda II
Tiendo un puente entre tu pensamiento y el mío
entre tu mirada y la mía
subo a tu cuerpo tan codiciado
como si te buscara de tan lejos
Tu boca tan bella es mi aire y es mi fuego
tu boca roja me enciende
me ahoga
me anuda más a ti
entre tu pensamiento y mi mirada
solamente existes tú
¡Más hermosa!
Uvel Vázquez
90
Ejercicio de lo absurdo
91
Desnuda III
las aves
jalan el mar todo
hacia arriba
restos de espuma
en nuestros cuerpos enarenados
Tus pies
amorosamente caídos
sobre mis rodillas
las aladas olas
danzan maravillosamente
al son del Sol
la noche aún no
e
m
p
i
e
z
a
Desnuda IV
Despiertas.
las nubes suspendidas te ven desde las montañas.
Amaneció nublado el ojo: río adentro se escuchaba
[el río
convulso de la madrugada.
la mañana
se alborota en tus ojos.
Vuelves,
la envuelves con tus brazos,
suspiras con ella.
¡qué hermosa mañana! No siempre tienes ánimo.
A veces tomas café y fumas pensativo acodado en
[tu tristeza;
haces tu testamento como todo empleado de la
[muerte.
Vas en el camión escuchando el suspiro redondo de
[los enamorados,
vas como en familia peleándote a cada rato,
abriéndote paso a empujones y codazos.
Uvel Vázquez
92
Ejercicio de lo absurdo
93
En el vehículo vamos empleados y desempleados,
mujeres escondidas en la belleza aparente.
—¡Ya ves
qué mañana tan honda que duele!
¡qué mujer,
qué pobreza,
qué ojos,
agua sobre agua,
qué sabor de pan y agua tiene la vida!
¡Tus bellos ojos profundos!
Desnuda V
Es mejor
lo he dicho
lo digo
estar en discreto
detrás de cada uno
ir de tu mano
mover los labios
tirar tu soledad
por la ventana
verte crecer
buscar tu cabeza
ponerla a la moda
llamarte
estar diciendo tu nombre
no decirlo al fin
Uvel Vázquez
94
Ejercicio de lo absurdo
95
Desnuda VI
A mi lado
la noche extendida
y tu sexo claro
Habitas en mí
el mar de noche convulsa
gime
clava estrellas en la mirada
y las carboniza
la luna con sus medias negras
tu lengua amor mío
me desmemoria
Habitas en mí
la noche extendida
como la piel de este lagarto
llena de sal
de aguacero y de pantano
Desnudos espacios
Se mueren mis ojos
en tan grande espacio
en tan grande espacio
se mueren mis ojos
se muere de espacio
despacio se muere
se muere despacio
a luz distinta
Uvel Vázquez
96
Poética
la luna
es mi semen
que el viento se llevó
Relojería erótica
Ejercicio de lo absurdo
99
Hotel
Ahhh tu cuerpo custodiado por ángeles de piedras
y columnas de miradas
Me arrullas como toro
para morir en tu vientre
Te abrazo amorosamente
como si fuéramos a morir después
Ahhh la golfa luz que gira y se destruye con el peso
[de la soledad
tu saliva me anuda más a ti
Tus pechos sorprendidos entre mis labios
Uvel Vázquez
100
Ejercicio de lo absurdo
101
Un balcón de miradas:
tus nalgas
tus ojos
tus pechos
sobre tu cuello descansa mi deseo
como un collar de ojos
Tus poéticos ojos
tu boca de guanábana
tu vientre dulce como uva
tus pechos como pirámides egipcias
pecosos como pera
Tu ombligo como una larga calle de miradas
despiertas deseos
tus nalgas cántaros llenos de tiempo
lucen en la calle despiertas
y despiertan placer
que agiganta los deseos
esos de los que te imaginas
Ah tu cuerpo mujer
antoja
vaga
flota
fruta el aire
pides el suave frote del hombre
que no descansa
Avanzas suculenta
redondeando el espacio
Tu cuerpo todo
se oscurece
Vuelvo a tu cuerpo
con la sed despierta
Uvel Vázquez
102
Ejercicio de lo absurdo
103
Tu cuerpo de hojas
rebaño de claridades
telegrafía de humo
rumor de agua
luz dispersa
Ah la seda donde caprichosamente te guardas
tan atractivamente
donde reposa el tiempo
donde la contemplación
va y viene más desnuda
donde la palabra tiene dedos
y la piel del alba se levanta
Tus ojos abiertos de preguntas
me preguntan
te entregas como la tierra
Te abres como una pregunta
la luz de la luna nos lame
y la vemos pasar
El otoño sacude sus alas
A la mitad del goce
se nos arrodilla una lágrima
Me dueles menos
pero dueles siempre
Uvel Vázquez
104
Ejercicio de lo absurdo
105
Dentro de ti
Se agitan otros
Oscurecida de claridades
—Tu cuerpo es mi tumba amor mío
Me anuda tu boca
Tu cuello compasivo
oigo tus pensamientos alrededor mío
Sediento de ti estoy a cada instante
sediento como la tierra
contigo mi soledad no es para siempre
Atado a tu soledad
celebro tu adolescencia a mi lado
tus recuerdos absurdamente
en tu demolición
tu olvido me erosiona aún
Tu boca gira fácil sobre mi cuerpo
con pocas ropas me recorres con tus bellas uñas
después con movimientos lentísimos
o violentos según el caso
me tomas a tu capricho
nos abrazamos abandonados
en el espejo de los días
Uvel Vázquez
106
Ejercicio de lo absurdo
107
Después de salir de tu cuerpo
al pinche frío
los pájaros mueren en hojas
la ceniza reverdece
Desnuda en la niebla
me ama
Se desprenden a diario las horas
nuestro amor suena cursi
la noche se agita sobre las cortinas
Te beso con la lluvia de junio
desde tus pies a tu cabeza
Me abrazas como una raíz
me llenas de tus claridades
No hay más que llanto
hacia fuera y hacia adentro
El día se abre cargado de tus palabras
como un cesto de pan y de pescados
tus bellos ojos son mi altar
Mi secreta oración eres en mi silencio
la mañana desgranada
de polen y de insectos
Desentierro con mis manos
el incendio de tu cuerpo
Ahh el agua de tu cuerpo
como una biblioteca de raíces de plata líquida
que mi sed bebe
como un brebaje
ahh tan acalorada
Uvel Vázquez
108
Ejercicio de lo absurdo
109
las crines del alba revientan con vientre encendido
Soy un potro oscuro
que te galopa con el ansia
El sol polvoso se levanta de la hojarasca del tiempo
El viento es un potro desnudo
que galopa salvaje en la luna
Digo que vas a ser mía
porque estás a mi lado
porque tus labios descansan en mi oído
Hoy
en este día
en que el único hombre
sobre la Tierra
soy yo
Mujer columna de besos y palabras
la noche nos descubre en el hotel
Uvel Vázquez
110
Ejercicio de lo absurdo
111
Recomendaciones para matar la tristeza
Si está triste
le recomiendo tomarse unas cervezas
y buscar una chica de veinte
y pasarla bien
Enséñele (¿O que ella le enseñe?)
las poses que más le gusten
es necesario no bajar la guardia
pues a los cincuenta
la juventud de una chica de minifalda
nos embrutece
No hay que bajar la guardia
hay que defenderse
de las embestidas de sus deseos
hasta que ya no se le pare
Mujer
Te hice de lodo
y te hice de todo
Uvel Vázquez
112
Ejercicio de lo absurdo
113
Hay una hora
Hay una hora
cuando los perros duermen
en que voy a ti
Te beso
la luna se me ocurre nombrarla
el deseo nos mancha las ropas
se escuchan suspiros
Yo también hablo de una mujer
Es falso ya lo sé
que venga una mujer
a tirarse en mi cama
virgen o atea me da igual
Hablo de una mujer
no de cinco ni de diez
bienvenida sea no sé quién
Uvel Vázquez
114
Ejercicio de lo absurdo
115
los solitarios
En un principio Dios creó a la mujer
fue entonces
cuando apareció el hombre
Dios se puso triste
el hombre le robó su creatura
y la hizo suya
hasta nuestros días
Tuvieron un hijo
lo nombraron el mártir
y él a su vez
nos heredó el dolor
Espacios migratorios
I
El carpintero
ha sido empleado
de la muerte
II
Tribu de menudas hojas
leproso viento
tropel de piedras
III
Desgarra el viento las vestiduras de mi cuerpo
ando y desando el mundo
Sol: polen extendido
Uvel Vázquez
116
Ejercicio de lo absurdo
117
Pintura
Mujer mirada:
tu cabello enredado
en mi lengua
jala recuerdos
qué tal si me dejas plantado en tu memoria niña
para siempre
Soledad en círculo de sol
Cuando quieras llorar
no busques el silencio
llora
que ella sienta
que se moje
su piel dormida
—voy a llorar
necesito estar con alguien
que no seas tú
Uvel Vázquez
118
Ejercicio de lo absurdo
119
Mujer
En serio
me gusta pensar en ti
desde que te conozco
me gusta contar tus pasos
disfruto de la cadencia
hermosísima de tus nalgas de durazno
¡Tus nalgas me han enamorado!
Amo tus nalgas
dóciles al tacto
Te invito un café
un cigarro una copa
una cena
Te invito a hacer el amor
toda la noche
hasta que tu marido nos separe
o hasta que ya no se me pare
Gatita
No te quiero para toda la vida
pero por llamarte mía
por hacerte mía
con todo mi miedo
juro hacerte mi insomnio
toda la vida
juro sobre la cama
con sábanas arrugadas
donde te extiendes amorosa
juro darte mi brazo
juro darte mi esperma de oro
que sea tuyo
como un girasol
entre tus piernas
juro hacerte
lo que más te guste
Uvel Vázquez
120
Cuentecito de la pareja
Se casaron
y fueron felices
tuvieron hijos
y fueron más felices
cierto día discutieron
por equis o ye razón
y no se hablaban
pero estaban juntos
no hacían el amor
pero estaban juntos
despiertos al alba
se miraban
el uno al otro
sin tocarse
pero estaban juntos
se hicieron viejos
sin tocarse
pero estaban juntos
¿El poeta?
Ejercicio de lo absurdo
123
El nacimiento del poeta
A los siete días de haber nacido estuvo a punto de
[morirse.
Mi padre buscó a su hermana mayor para que fuera
[mi madrina de mortaja.
Me vistieron y me llevaron a la iglesia.
Ahí abrí los ojos ante la presencia del Señor, mi Dios
[y Salvador.
Mis padres se llenaron de júbilo.
Desde los tres años me gustaba cantar y bailar al
[ritmo de mis propias canciones.
Dormí entre las espigas del milperío retorciéndose
[de sol, entre las mazorcas, lleno de aguate.
Bajo el árbol de nambimbo,
en mi cuna de bejucos, el viento me mecía con ternura.
Comía mora, cinco negrito, jobo, anona,
jocote, chincuya, semillas, yo qué sé.
Comía tierra mojada, ¡ah qué delicia!
Bebía agua de los arroyos, así embrocándome.
Uvel Vázquez
124
Ejercicio de lo absurdo
125
Pensaba que a esa edad los abuelos no morían.
lloré cuando el abuelo murió porque era tan bueno como
[un árbol frutal,
como el agua del arroyo era él.
la tristeza me consoló desde entonces.
Crecí escuchando canciones que raspan el alma.
Entre caballos y bueyes.
Crecí con los ojos de Dios, entre mis ojos.
El poeta va a la escuela
Fui a la primaria a los seis años; era gordito y de
[actitud callada.
Acompañaba a mi padre a la milpa.
Aprendí a sembrar milpa, frijol, cacahuate y algodón.
Aprendí a manejar el machete, el arado, la cultivadora.
Aprendía a uncir los bueyes y a manejar la carreta.
Me alegraba de la cosecha y también me daba
profunda tristeza.
Todo lo que sembrábamos sólo servía para pagar
las fanegas que eran muchos costales de milpa
desgranada.
Con la lluvia que despedazaba nuestros rostros de
sol, caminaba con mi padre con hambre atroz y
comíamos ya sin sabor.
Un día le prendí fuego al montón de mazorcas blancas
[que estaban en el patio de mi casa
porque me sentía molesto que trabajamos todo el
santo día, aguantando hambre y que los ricos
Uvel Vázquez
126
Ejercicio de lo absurdo
127
se llevaran el fruto de nuestro trabajo.
Y todos los años era siempre lo mismo.
En el quinto año de primaria, unos ojos me cautivaron, me
encendieron, me motivaron a vivir una aventura en
otra parte. Salir despedazado de la tierra, enguatado,
roto de la familia. Golpeado por no querer alejarme de
la milpa, de los surcos llorados por mi hambre, triste
por dejar el arenal de mi esperanza. El niño que fui ma-
ñana, cuando nos volcamos con la carreta cargada con
mazorcas blancas. Mi padre y yo, hasta el fondo de las
lágrimas, tiritando de miedo, tirados sobre las piedras
del barranco de la desconsolación. Me aventuré a ser
otro. Me daba cuenta que los que estudiaban, cuando
llegaba a la fiesta grande de la virgen de Guadalupe,
las muchachas querían bailar con ellos. En cambio, los
que no estudiaban, los dejaban plantados. Y yo siempre
quise quedarme plantado en la memoria de las mucha-
chas, siempre. Partir es alejarse, irse como una mirada.
Alejarme. Mirando por la ventana las milpas agarradas
a su tierra. Yo quería agarrarme a la tierra como la se-
milla, pero corazón de carreta, de ave, cruzó la retina
del adiós. Y ya no habría regresos, a pesar del dolor de
dejarlo todo.
El poeta aprende a escribir
Al director de la escuela primaria Nicolás Bravo le
gustó el texto que le escribí a mi colonia.
Él era amigo de mi papá, al concluir la primaria, me
invitó a ir a su casa porque deseaba que yo apren-
diera a escribir a máquina.
Con mi certificado de primaria y sabiendo escribir,
pude ser secretario del algún secretario del secretario.
—la vida del campo era muy dura —me decía.
Me gustaban mis manos encallecidas y duras por el
[trabajo.
Acepté sin tapujos y me encantaba escribir.
Una vez que sentí el saborcito de la confianza
le dije que tenía el deseo de estudiar la secundaria y
[si se podía, la prepa.
—Puedes ser maestro también —me decía.
Un día me animé y le dije a mi padre: —Me voy a
[estudiar a Tuxtla Gutiérrez.
Uvel Vázquez
128
Ejercicio de lo absurdo
129
Al rato, mi padre fue a vender dos costales de milpa
y me dio sus zapatos terrosos.
—Si vas a la ciudad, allá no puedes andar descalzo; aquí
la tierra te conoce y no te hace daño.
la ciudad es como un sepulcro.
Fue en ese momento que vi mis pies endurecidos,
[rajados, lastimados por el sol, acostumbrados
de andar y desandar sobre las piedras.
llenos del polvo de todos los caminos.
A mis doce años usé mis primeros zapatos tristes.
—Me voy, padres —les dije. Y caminé a pie a Jiquipilas
porque ahí pasaban los autobuses que iban a Tuxtla.
El poeta llega a la capital
llegué a la ciudad muy contento, contemplando los
carros, los edificios, las casas bonitas como caras de
muchachas. Aquí vivía mi tía, que estaba casada con
un maestro de educación primaria.
Preguntando llegué a su casa. Ella me dijo que no po-
día quedarme debido a que era yo hijo de campesino
y que sólo servía para trabajar en el campo. que si
mis primos estudiaban era gracias a que su papá tra-
bajaba como profesor, no de campesino. Amoroso y
triste, me largué de ahí.
Como no conocía la ciudad, me perdí. llorando en
silencio me perdí. Me topé con un señor, de nom-
bre Aureliano, que era talabartero. llevaba colgado
de su hombro un montón de caites. le pregunté si
podía ayudarme con la dirección para que regresa-
ra a Jiquipilas. Él me ofreció darme mis estudios a
cambio de que lo ayudara en el taller de talabartería.
Sentí una inmensa felicidad.
Mi viaje no fue en vano.
Uvel Vázquez
130
Ejercicio de lo absurdo
131
El poeta duerme entre cueros curtidos
En el taller de talabartería me sentí feliz. Don Aureliano,
su esposa y sus dos hijos, se portaron muy buenos con-
migo. Me atendían muy bien. la hija de Don Aureliano
se ilusionaba conmigo; no estaba dispuesto a pagarle
mal a quien me ofrecía la oportunidad de salir adelante.
Dormía en el corredor, entre las pieles de cuero curti-
do, gamuzas, llantas, tacones y zapatos viejos. Un ga-
tito gris me acompañaba con sus ojitos brillosos en la
oscuridad.
El poeta se va a estudiar a Chiapa de Corzo
los ojos azules: las güeras me persiguieron.
la poesía me abrió los ojos.
Mi boca cantaba la soledad de las paredes.
Mi tinta se disipaba como aves.
Dios se anidaba en mi corazón.
Mis ojos contemplaban la grandeza del Señor: mi Dios.
Me acostumbré a comer con aceite
porque en el campo comíamos con manteca de cerdo.
Corriendo iba a Chiapa de Corzo
todos los días a estudiar.
qué maravilla era disfrutar de la Pila, del Museo de
[la laca,
de la iglesia, de los jocotes, de los nuégados, del
[chimbo, del dulce de leche
del pozol.
En la escuela vendía versos a mis compañeros y es-
cribía cartas por un peso. Toda la vida trabajé. No
Uvel Vázquez
132
Ejercicio de lo absurdo
133
tengo nada porque siempre ayudé a mis hermanos. No
tengo nada porque siempre ayudé a quien pude. Hoy
sólo te tengo a ti, Señor y te agradezco mis pasos des-
trozados por el cansancio de tantos caminos, mis pies
destrozados por la lucha cotidiana, mis manos heridas
por el trabajo. Pero en mi corazón, tú Señor mío, eres
el bálsamo ardiente que me hace tan feliz. Yo te amo
Dios mío y no me arrepiento de hacerlo todos los días,
a cada instante, hasta que yo me muera. Y aun estando
muerto te seguiré, si es tu santa voluntad Señor mío,
Dios mío.
El poeta declama su primer poema
Me dueles menos pero me dueles siempre. Tus ojos
abiertos me preguntan. Mi perro con su cola con-
tenta. Mamá le madrugó hoy a la mañana, costum-
bre del campo, tradición de familia; el comal recién
encalado, la música de la milpa hirviéndose para
nuestras bocas. Mis padres enamorados de la tierra
tan arada. los abuelos que se fueron cargando sus
anhelos de viajar solos. las calles por donde arras-
tré los ojos buscando a mis hermanos que se ha-
bían ido. Aquellos ojos recordados. ¡Ah el parque de
quintana! ¡la escuela primaria con su olor a lápices,
a cuadernos, a llanto, a juegos, a risas! ¡El molino de
nixtamal comiéndose la milpa! las aves recogiendo
el atardecer entre las ramas del tiempo. la carreta
vieja, retorciéndose de sed, entre los rayos del Sol.
En la Secundaria del Estado obtuve el quinto lugar
declamando el poema “Mi gran quintana Roo”.
De ese texto sólo quedó el nombre porque se lo llevó
[el río la Junta.
Gracias a los poemas conocí muchos ojos ávidos de
[mi boca,
Uvel Vázquez
134
Ejercicio de lo absurdo
135
me envolví con piel blanca y con piel morena.
Disfruté y canté a las estrellas enamorado de la dulzura
[de la vida.
la fe es mayor que la muerte. Siempre tuve fe. En medio
de mi gran desesperación, de mi desconsuelo, ahí esta-
bas tú Señor mío, Dios mío. Con fe todo lo pude. Con fe
nunca tuve miedo a nada, ni a nadie. la fe es mi lám-
para. la fe me alumbra con tranquilidad como una vela
en medio de la adversidad… de la oscuridad. Si tu vida
está llena de oscuridad, llénala de fe de Dios, con amor
de Dios. El amor de Dios no destroza, no destruye, no
produce melancolía. El amor de Dios es sólo amor. No
busques en sitios equivocados. Te puedes perder más.
Busca a Dios, totalmente arrepentido. Dios no te va en-
gañar, ni te pedirá dinero, ni flores, ni ofrendas. Dios
sólo te quiere a ti. Dios sólo quiere que seas inmensa-
mente feliz: que vivas contento con todo lo que tienes.
quiere lo que puedes. No ambiciones lo que no puedes.
Dios sabrá por qué no te da lo que tanto deseas. No te
equivoques: la fe en mi vida es mi primer poema. Si ten-
go fe, todo lo puedo. Si tengo fe, no tengo miedo.
No te equivoques. Duele aprender. Elige a Dios como
centro de tu vida. Dios te mueve, te conmueve. Todo
se mueve en torno a ti, Señor mío. Gracias por ser mi
amigo.
El poeta se arrodilla ante el Santísimo
Fortalecido con los Evangelios, lleno de fe, pringado
[de sol,
entra al Santísimo y dobla las rodillas
con la boca llena de Dios. Padre nuestro que estás en
[los cielos.
Dios te salve María.
Santo, santo, santo, eres padre mío, Dios mío.
Ayúdame, consuélame, dame fuerzas para seguir
[luchando.
lléname de tu infinita misericordia, de tu enorme
paciencia de árbol, de piedra.
Ya no quiero pecar, ya no quiero mas sufrimiento,
[más soledad.
Sólo quiero que tú Señor mío, no me faltes nunca.
que estés siempre conmigo en las buenas y en las
[malas.
Auxíliame. Reconforta a mi alma de niño, a mis ojos
[sin lágrimas.
Uvel Vázquez
136
Ejercicio de lo absurdo
137
Me abandono a tus fuerzas, a tus santas bendiciones.
Padre mío ya no quiero pecar ni con mis pensamientos.
líbrame de la maldad.
A ti acudo afligido, marchito, mortalmente triste.
Sólo tú reconfortas mi vida. Me enderezas el camino.
Sólo tú me libras de las perturbaciones.
Ayúdame Padre mío, Dios mío.
Bendice mis pasos, mi boca, mis pensamientos, mis
[actos;
consérvame pulcro, blanco,
porque lo blanco se nota mucho.
Déjame seguirte. Déjame arrepentirme, llorar, llamarte
[a gritos.
Déjame cantarte. Amanecer rezándote. Ir con mi
[sangre enamorado de tu inmensa gloria.
Tú eres mi tesoro.
No te olvides de mí. Pobremente te amo.
Vengo del campo, traigo la milpa con el mecapal de mi
[sangre.
No dejes, Dios mío, que nadie vuelva a trastornarme.
No permitas que el enemigo triunfe.
Tú no permitas que tus hijitos lloren.
Tú nos salvas. Tú nos llenas de poder, de honor, de
[paz, de amor.
Yo no me canso de alabar tu bendito y santo nombre.
Tú eres el Rey de Reyes.
Mi corazón te necesita tanto. quiero envejecer, ena-
morado de ti, como si hoy mismo te acabara de co-
nocer, de sentir, de palpar, de saborear.
Dios mío: sólo en ti descansan mis labios, mis sueños,
[mis esperanzas.
No me interesa nada de lo mundano.
Durante muchos años estuve perdido pero nunca
[tuve una migaja de felicidad;
sólo tú me llenas el corazón de infinito amor y de
[gloria.
Duermo pensando en ti y en el sueño, me encomiendo
a ti. Te veo con los ojos cerrados; yo sé que tú estás
conmigo y si tú estás nada me hace falta.
Es un honor, es una larga dicha, pertenecer a tu familia.
Me siento feliz porque tú me amas.
Me alumbras en los abismos y en cada segundo, tú
[me abres los brazos y me abrazas
Uvel Vázquez
138
Ejercicio de lo absurdo
139
y lloras conmigo y me llenas de amor y de ganas de
volver a empezar. No hay fracaso que duela.
No hay dolor que sangre contigo.
¿A quién puedo temerle? Ya no le temo a la noche,
ni a los espantos. En el desierto de mi vida, tú te apareciste
y me llamaste para seguirte.
Heme aquí pidiéndote perdón y dándote gracias por la vida.
Yo ya no puedo vivir sin ti. Me haces tanta falta.
Necesito estar en la santa misa, comulgar y llorar.
Arrepentirme, cantar, gritar que Dios es mi amigo, es
mi hermano, es mi padre, es mi madre, es mi cielo, es
mi tierra, es mi cama, es mi sueño.
Dios me cuenta un cuento largo. A veces me canta una
canción con el sonido del viento que corre entre los
árboles.
Me lava los pies con la lluvia.
Me fortalece con sus relámpagos.
Me pinta un cielo de colores. Me hace una linda fiesta
con las estrellas y la luna y las nubes en formas de aves.
Cuando veo el amanecer tan azul, tiritando de frío y se
ven las estrellas tímidas, la luna tan agua, tan llama,
tan brillosa
me haces suspirar y estar muy agradecido con todas
tus maravillas.
Yo vivo feliz contigo, Padre santo.
Mi Dios amado, mi Dios consentido.
No en vano dedicaré mis días a seguirte.
No en vano envejecen los sacerdotes guiando a sus
[ovejas.
No en vano las religiosas abandonan a sus familias
[para servirte.
No en vano se llora a solas contigo.
No en vano se te pide.
No en vano se te agradece padre mío, Señor mío.
No en vano los laicos comprometidos, luchan por
[estar contigo en la fe y en el amor.
Nada es en vano. Tú te alegras cuando me acerco a ti.
Tus manos, destrozadas por mis pecados, me acarician
[hasta el fondo de mi corazón.
Con tus ojitos tiernos, amorosos y sin rencor me con-
templan fijamente tan llenos de amor y de ternura.
Coronada de espinas tu cabecita sabia, divina.
Tus pies agujereados por mis pecados, por mi culpa,
por mi grande culpa, avanzan sangrando de amor
hacia mí.
Uvel Vázquez
140
Ejercicio de lo absurdo
141
Dulcemente me abrazas como en un sueño, como en
[un largo viaje.
De tu costado palpitante cae tu sangre interminable
[como una lluvia inmensa de amor.
Yo te adoro clavado en la cruz y me da no sé qué tristeza.
Yo te alabo por tu inmensa y eterna gloria.
Yo quisiera curarte todas tus heridas.
¡Ay qué ironía: tú curas todas mis heridas y me consuelas
[siempre!
Durante cuarenta y nueve años estuve ciego, sin fe, sin
tu luz.
Aunque no del todo porque existía un rayita de cuaderno
[de fe que tenía.
Esa delgada línea me salvó, me ayudó, como un granito
[de mostaza.
Ahora te siento tan mío.
Mi fe es enorme. Yo siento Jesús mío que estás en mi
[corazón, en el aire que respiro, en el
insomnio, entre las paredes de mi angustia.
Tú habitas mi vida. Tú me alimentas. Tú me deleitas.
Tú eres mi buen pastor y yo soy tu oveja perdida, tu
[oveja negra, tu hijo prodigo: el joven rico,
el leproso, el paralítico; yo tengo el corazón de niño.
Perdóname Señor y protégeme con el manto de tu
[inmensa bendición.
Uvel Vázquez
142
Ejercicio de lo absurdo
143
El poeta ante la enfermedad
Arrodillado, profundamente triste, reza
reconociéndose pecador y enfermo.
la enfermedad es la madre de toda sabiduría y de toda
[paciencia.
No hay salida, solamente reconciliación, perdón,
fortaleza y resignación.
Proclama la misericordia de Dios,
ante el altar. En la situación más adversa de su vida
exclama con clamor: piedad y misericordia, Señor.
Sólo en la enfermedad pudo sentir la compañía de Dios,
sanando su cuerpo golpeado por la ira, la lujuria y el
[pecado.
Postrado y tragando su propia saliva, pide auxilio al Padre,
al Hijo y al Espíritu Santo, para levantarse agradecido
[de la bondad
y misericordia de Dios.
Una y otra vez vuelve a las alabanzas,
a la oración. Entre suspiros brota una plegaria infinita
[de amor.
Sueña que alguien lo abraza con mortal ternura con
[las alas llenas de ojos
y con las manos de fuego, lo salvan del abismo.
Cuando despierta todo lo sufrido, todo el dolor guardado
[desaparece.
Ahora solamente respira pausadamente feliz,
contemplando con inmensa alegría la dulzura del
[nuevo día
nuevamente nuevo.
Agradece con todo su corazón a Dios por todo
lo que ha pasado para encontrarlo en todas partes.
Uvel Vázquez
144
Ejercicio de lo absurdo
145
El poeta ante la necesidad
Estoy pero ya no estoy aquí.
Me sentí destrozado, como monosílabo abandonado.
Una voz me llamó diciendo que no debo sentirme menos.
Porque lo mucho se hace poquito
y lo poquito se hace mucho. Salí de esta sílaba tan paciente
y amorosa. Me retiré con el resplandor de mi alma que
brotaba agua de fuego. Fluye atada a mi cuerpo incandes-
cente, una corona de Santos.
En la corta y leve embarcación de mi sangre: soy
[constelación de monosílabos.
Soy la oscuridad brillando como un leño ardiendo. Fui
[bautizado a los cuarenta días.
Mi bautizo es sagrado y no lo cambio por ninguna oferta.
Soy digno de Dios. Mi bautizo es el perfume de Dios, mi
[Padre misericordioso.
Por este sacramento tengo a Juan y a Jesús en mí.
Me urge salir de mis aprietos. Me aflige la pobreza, es
cierto, pero al sentarte a la mesa conmigo y darte gracias
porque estás a mi lado, compartiendo mi escaza
[comida,
se torna en suculento manjar por tu santa bendición.
¡No sabes Dios mío lo feliz que me siento!
Pongo en tus benditas manos todas mis esperanzas,
mis angustias y cavilaciones.
Ven en mi auxilio pronto, Padre mío, Señor mío,
[Jesucristo.
Úngeme de tu bendita y eterna gloria.
Desde ahora quedaron resueltas mis preocupaciones.
Gracias por no abandonarme nunca.
Por iluminar mi cráneo y cubrirme con tu manto de
[miradas piadosas y benditas.
Uvel Vázquez
146
Ejercicio de lo absurdo
147
El poeta despierta a deshoras
la gotera de las horas en la mollera de mi sangre me
oprime fatalmente. Me peino con los relámpagos. Me
trago a la funesta lluvia. El Sol orea mi cuerpo húmedo,
agrietado por los rebaños de recuerdos. la golfa noche
me cobija. El cielo enamorado de mí, me remira. Me
distrae la belleza de los cuerpos que cruzan avenidas de
miradas. los colores de las ropas femeninas agitándose,
moviéndose llenas de viento, contoneándose.
los olores de las ropas agitadas. El sudor perfumado
que se disuelve.
las caras pintadas tratando de esconder la tristeza o
la verdadera preocupación a la luz del maquillaje. los
jóvenes cuerpos pasan sin rumbo fijo.
Ante la gente soy orgulloso, prepotente, despiadado. En
[mi casa,
completamente solo, me siento deprimido. Me abrazo
[a mi almohada,
mortalmente triste. Y entonces pienso en ti.
El poeta siente la presencia de Dios
Despertarme con tu arrullo como ave en la montaña.
qué fastidio es despertar y encontrar sólo tus olores,
tus silencios, tus agrios gestos; solo en la cama, con
toda tu soberbia estirándote. Reclamándote.
A poco te da orgullo que estés sólo, que no tengas ni
un gato a esta hora tan sola.
Ya lo ves, no tienes a quién reclamarle tu abandono.
Escribes, hablas solito. Respiras como furioso animal.
Te rascas la esperanza como desesperado. quisieras
sentir la tibieza de unas manos amorosas, la sonrisa
de unos niños, pero no tienes más que tu soberbia
soledad hinchada.
No es lo mismo que tengas la ilusión de que alguien
está a tu lado, acompañándote.
Soportando tus quejas, amorosamente cambiándote
los pesares por panes de sonrisas.
Este remordimiento de depresión que te carcome,
sólo te lo aguantas si tienes a alguien en tu corazón.
Pero odias al otro porque no te tienes respeto ni a
Uvel Vázquez
148
Ejercicio de lo absurdo
149
ti mismo; te desvalorizas provocándote desesperación
porque vives sin esperanzas.
El poeta camina con Dios por delante
Oh Señor mío, Dios mío,
nada puede pasarme
[si no es tu voluntad.
Ningún peligro puede alcanzarme
[si no es tu voluntad.
Ningún hechizo puede tocarme
[si no es tu voluntad.
Ningún vicio puede seducirme
[si no es tu voluntad.
Ninguna maldad del enemigo puede pasarme
[si no es tu voluntad.
Ningún problema puede atormentarme
[si no es tu voluntad.
Ningún miedo puede infiltrarse en mis párpados, en
mi mente, en mis ideas, en mis pensamientos
[si no es tu voluntad.
Ninguna pesadilla puede atormentarme
[si no es tu voluntad.
Ningún vecino, ningún familiar puede hacerme daño
[si no es tu voluntad.
Uvel Vázquez
150
Ejercicio de lo absurdo
151
Ningún compañero de trabajo puede mal informar sobre
mi persona si no es tu voluntad.
Ninguna maldad potente podrá tocarme porque yo soy
tu admirador secreto, yo soy tu siervo a diario;
yo te amo por sobre todas las cosas del mundo.
Yo creo que estás conmigo, que te llevo adentro de mi
cuerpo y que ocupas el lugar más precioso de mi alma.
Yo creo, Señor de la Misericordia, que no hay poder
sobre la Tierra más grande y más potente y universal
que TÚ.
Al sentirme confiado contigo tengo toda la esperanza
de que no podrá pasarme absolutamente nada malo.
Por el contrario, estoy plenamente seguro de que lo me-
jor de la vida eres TÚ y las cosas que darás serán las
mejores para mí y mi familia.
¡qué dicha es sentirme acompañado, protegido, amado
por ti y por mi madre Santísima Virgen María de Gua-
dalupe!
El poeta vuelve a casa
Ah, qué dicha es regresar a casa y encontrarse con
[la familia.
Respirar el aire de tranquilidad, mirar por la ventana
[carcomida y rota por el tiempo.
Acostarme en mi sillón viejo.
Oír los ronquidos del refrigerador a todas horas.
Mirar a mis hijas felices por la casa.
Mi esposa haciendo una suculenta comida.
Jugar los vellos de mi nariz.
Entrar y salir del baño.
Volver a la ventana y contemplar la belleza de las
[nubes.
Nada de lo que gocé afuera por breves días vale la pena.
la comida de los hoteles de cinco estrellas no me gusta.
Me gusta el calor del hogar.
Nada como estar con la familia.
Gracias Dios mío por regresarme completo.
Uvel Vázquez
152
Ejercicio de lo absurdo
153
¡Bendito seas señor mío por todo lo que me das!
¡Gracias madre Santa, mi amada Virgen María,
por cuidarme siempre! ¡Gracias Reina del cielo, estrella
[de la mañana, divina madre mía!
El poeta habla con el viento
Ay de aquél que blasfeme contra ti porque más le
valdría no haber nacido. Ay de aquél que ensucie tu
nombre Santo.
Ay de aquéllos que enlodan la fe; esos charlatanes
que engañan y roban la fe de Dios, más les valdría
no haber nacido.
Ay de esos malvados que les hacen daño a las personas,
más les valdría no haber nacido.
Ay de ésos que usan la Santa Cruz sin clavos para
engañar a los incautos, más les valdría no haber nacido.
No existe, ni existirá sobre la Tierra poder más grande
Dios.
Dios no se oculta en recintos. Dios es luz de luz.
Dios no causa daño a nadie. Dios no hace amarres.
Dios te hace libre.
El ser humano se amarra a lo prohibido por ambicioso.
El ser humano es el único que padece de sus mismos
[encierros.
Uvel Vázquez
154
Dios es luz, su brillo enamora. Dios no busca la oscuridad
[para sanarte.
Dios te cura a plena luz del día,
a plena luz de la noche.
Dios no justifica a los malvados.
Dios sólo quiere estar conmigo por los siglos de los siglos.
[Amén.
El Cañón del Sumidero
Ejercicio de lo absurdo
157
El Cañón del Sumidero
I
Borra lo que pienso
esta sombra se vuelve aire brisa relámpago
agua detenida
claridad carnívora
polvo de resurrección
Uvel Vázquez
158
Ejercicio de lo absurdo
159
II
Desde el fondo del Sumidero
asciende bélica la contemplación
algarabías de pájaros
bosques de miradas
países de zopilotes exiliados
luz oscura como hormigas inmensidades
aves se deslizan como bailarinas
en ese espacio eléctrico fascinante
ramas del paisaje
cuerpo de alas
sol entre niebla
niebla de sol
en la retina el sol detenido
se dilata
se desparrama el perfume
se desata
como suspiros de enamorados
III
Sol disperso entre la niebla
destrozado sobre los verdes cerros
dormidos lloran el golpe del hacha
el golpe del viento
el galope de la guerra
el ejército de sombras
que deambulan de día
y de noche
la niebla se desliza
por las ralas raíces del alba
largo vuelo que no regresa
el cielo desteñido hondo se levanta
salta la niebla
las horas
la oscura mirada de la luna
Uvel Vázquez
160
Ejercicio de lo absurdo
161
IV
avanza un jardín de nubes delgadas / gordas
oscuro de tanta niebla
la hermosura plantada en la memoria
la vegetación verbal
y su santo olor que nos transpira
transpiran los árboles
la arquitectura del Sumidero
la dialéctica del río inmenso
con lanchas que abren zanjas de espuma y vértigo
las lanchas hablan
con un país de seres pequeñísimos
tan hermosamente fascinantes
las aves se despiden de los despeñaderos
de los nidos de miradas
el jaguar devora al Sol
las cotorras a cada rato trazan adioses
los únicos que olvidan son las personas
ninguna mirada quiere irse
ningún árbol quiere marcharse
de su congregación tan grande
los oscuros
realizan piruetas
en el enorme avión del cielo
aterrizan sobre la carroña humana
Hombres y mujeres sobre el gran río
tendidos bocabajo / tendidos
fluye la sangre con olor a gasolina
fluye el abismo más verde
fluye el miedo / que nos atrae
cae la emoción hasta lo más hondo
cae la emoción más sola
cae la emoción más pensativa
dentro de mí avanza
como un animal jadeante
desaparece cuando la miro
me espera en sitios que no sé
me espera como una piedra echada bajo un árbol
me espera como árbol despedazado
ladrándole a mi sombra
no duda estar y no estar conmigo
callada amorosa blanda
Uvel Vázquez
162
Ejercicio de lo absurdo
163
tirado en la cama
exclama con mi sudor
transita los corredores del miedo
de la orfandad
mi pensamiento con su mecapal
se pone de pie avanza
avanza mi pie con su camino con su luz distinta
el Sol se bifurca en la arena de la luna
entro de golpe al vacío
por senderos de raíces líquidas de plata voy
el Sol devorado por la noche carnívora
hay helechos agarrados
con todos sus dedos al abismo
el agua nombra oye canta arrulla
el agua le habla al hombre
el agua es cólera secreta
agua de barro / vegetal
que forma espectros
manto de miradas
como enredadera el pensamiento
una sombra de agua es
sensación de vida que se va
lo que se va no retorna
lo que se va
se incendia con el tiempo
el tiempo es el filtro de las grandes emociones
ha de irse la vida
no el paisaje
ahhh de irse
frotar hojas verdes
frotar flores blancas rojas amarillas
frotar el espejo de agua
con la sangre palpitante
el huevo filtra las pasiones
lujurias
oscuridades
edades oscuras
oscuras edades
el agua es memoria
cuerpo de agua el Sol en llama perpetua
calcinada emoción
calcinada
la madrugada
cambia con la luz
se derrumba
fugitiva ella toda
cubierta de miradas de pétalos
cubierta de sombra
avanza de puntillas la fascinación
más hermosa con la frescura de la luz
Uvel Vázquez
164
Ejercicio de lo absurdo
165
su desnudez de sombra
de umbría sombra
se bifurca la mañana se abre como un fruto
como una mujer
se desgaja
cae con su rumor de vida nueva
el cielo como el mar negro o verde
verdinegro
el viento con su oleaje
sacude al tiempo que se va
que regresa siempre cambiante
rueda vida aprisionada
ruge la sangre
se corona de triunfo el fracaso
se yergue la sombra
jala su mar convulso
su barro golpeado por el viento
se extiende el plumaje del sol derramado
V
Cielo erizado
nubes congregadas
se repliegan trozos de sol
—El dolor es tu propia metamorfosis
las ramas del día
se desvanecen a lo lejos de la sombra
A diario ir con el Sol
levantarlo
con un buen ejército de lucha
Se desvanece el hambre
con el sembradío
Semillas mitológicas
producen eternas alegrías
A diario jalas a tu familia con hambre
por las calles sin nadie
por un país de sordos
Uvel Vázquez
166
Ejercicio de lo absurdo
167
Estiran los cerros
con estacas tóxicas
retornan las eternidades
de las piedras como líquidas palomas
la violencia del viento
en el follaje
Se levanta como una gran serpiente el tiempo
la hojarasca calcinada
hago una pausa en el camino de mi vida
senderos de espejos
escucho el bambú
como un mono herido
el tallo amarillo se acuesta sobre la roca incandescente
las nubes son peces
huyendo enloquecidos
por la voracidad
Se yergue la respiración
al mirar hacia abajo
vertiginosamente
hacia al fondo
Sol desgajado marchito
eco que vuelve
orilla de luz
lodo que habla
Atónita la tierra no te extraña
tú eres quien regresa
la vida transcurre no se detiene pasa
divaga con tu sombra pensativa
errabundamente te lleva a todas partes
estás hecho para el sufrimiento
para el trabajo
para la muerte
corre la niebla como una muchacha sola
rueda el sol entre las piedras
entre los peñascos florece la infancia
como un tesoro perdido
avanza el día hacia su follaje de incendios
avanzan mis pies destrozados
mi talón tenaz
en el viento
las piedras blancas
son un grupo de aves dispersas
Sobre la hojarasca los enamorados sueñan
rodeados de maldad /
se abrazan como si fueran a morir después
Memorias de un viejo adolescente
Ejercicio de lo absurdo
171
Chiapa de Corzo
1
Aquí en esta sagrada tierra habita el espanto
el combate naval
la cocha enfrenada
el traguito curado
parachico y chiapaneca eternos enamorados
que van zapateando con algarabía
¡Hembra mi dolor muchachos!
¡Mujer o mi amor muchachos!
Traguito curado para el enamorado
el zarape sudado gira dispersando
sus bellos colores en la retina
faldeando las chiapanecas al compás
del tambor y pito agitando las caderas
sobre el pavimento ebrio de tanto jocote curtido
el avispero borracho de tanta miel
los niños en los juegos mecánicos que se elevan al
cielo entre gritos y risas
Uvel Vázquez
172
Ejercicio de lo absurdo
173
2
El plas
plas
volando lejos
la lluvia como menudas hojas filosas
disipándose
los ebrios parachicos tirados sobre la nada
enamorados de su chiapaneca
esperando que amanezca
nuevamente nuevos
3
Salgo a jugar como antes alrededor de la ceiba
[cósmica
arriba de las ramas del Sol
Juego a las escondidas
con mi soledad en esta iglesia tan grande
[de Santo Domingo
líquida tarde vienen a visitarme borregos
[de recuerdos
Pasa el amor como algodones de azúcar frente a mí
la soledad me clava sobre la ventana como
[calcomanía
Uvel Vázquez
174
Ejercicio de lo absurdo
175
4
El Sol
se congrega con su follaje de incendios
aparecen las maravillas
la Pila de Chiapa de Corzo
congregación de miradas
congregación de voces
congregación de pasos sobre rojo ladrido barroco
labrado mudéjar
sitio de la ceiba custodiada por duendes
ladridos
pegados a mi ropa
un barco juega en mi retina
licor contra mi herida
5
Vengo a Chiapa de Corzo
no porque me gusten los parques
o los mercados
no porque sea un desempleado
no porque esté fastidiado
simplemente vengo a mirar
el ex Convento de Santo Domingo
la Pila
el reloj
los cañones de la batalla del veintiuno de octubre
la ceiba custodiada por duendes
simplemente vengo a mirar el malecón
y esta tarde dispersa en los últimos pájaros.
Uvel Vázquez
176
Ejercicio de lo absurdo
177
Memorias de un viejo adolescente
Mi primer amor fue como mantequilla
mi primer beso fue como paleta
en mi primer orgasmo sentí cosquillas
con tan solo bajarle la pantaleta
A esa edad no sabía qué era hacerse una puñeta
lo supe cuando tuve en la cama
a una bella y decente dama
que con su boca bajaba y subía mi bragueta
Caballo de palo
Mi caballo de palo
del tamaño del mundo
relinchando abismos
se bifurcaba por senderos
cruzaba el espacio
de mi soledad lleno de cal
relinchando al horizonte
galopaba contra el viento
cruzando muros de mi indecisión
soportando mis espuelas de sol
le hacía mandados a mi padre
comprándole cervezas y cigarros
el vicio de su sed era mi desesperación
con mi caballo de palo
paseaba por muchos lugares
hasta que fue devorado por la edad
Uvel Vázquez
178
Ejercicio de lo absurdo
179
El niño
Pateé la luna
en el gran campo de la ilusión
en el circo de mis emociones
se desmoronaron
mis alegrías que aún vibran
en la vitrina del tiempo
en el país de la vida
ruedo a la luna quemada de Sol
Al lomo del viento galopo sin cesar
con mi chiapaneca en anca
El trompo
lo hago vibrar
En el centro del mundo
gira insomne girasol
como el agua que soy
Al ritmo de la tierra
se arrastra como niebla
Mi trompo girador
desentierra sentimientos
carboniza deseos
en la claridad de las emociones
El trompo sobre la palma
de mi sangre vidente
me deja huérfano
como cada palabra sobre el papel
Uvel Vázquez
180
Ejercicio de lo absurdo
181
El tejo
En el fondo de mí se extiende
la tarde como una tumba
conjetura de mis miedos
mi infancia memorable
con su palabra de lodo
palabra de niño
que estoy viejo
Calles
En esa rotación humana
perdí o gané yo no lo sé
Arrastré mis ojos por calles
buscando con quién jugar
Ahh el dulce sueño de ayer
que me despertó mañana
Uvel Vázquez
182
Ejercicio de lo absurdo
183
Teorema de Pitágoras
A Jorge Alejandro Sánchez
El cuadrado de tus deseos es igual
al cuadrado de nuestros sueños
proporcionalmente tu amor es mi delirio
Mi mano arrugada
por el agua de los años
por mi mano vidente escala el sol
Mido mi temple
con la alegría de algún dolor
Voy siempre en movimiento
como el árbol en su templo
como cuerpo despierto
No descansa la tierra
el mar con el viento
el agua angustiada que llevo dentro
ni lo vivo ni lo muerto
Nocturno
las manos del viento
desatan la falda del vicio
El Sol de tierra entra vibrante
a tu desnudez de agua
Sobre tus pechos
descansa mi deseo tan niño
Giro mi boca hacia a ti
Te habito obstinado
Te abres como el horizonte
Te desvisto como la fiebre
Eres el verbo que me levanta
El yo que me erosiona siempre
Uvel Vázquez
184
Ejercicio de lo absurdo
185
Canción de luna
Duérmete mi hambre
duérmete ya
duérmete contento
duérmete feliz
porque no sabes
si amanecerás
Retrato de un campesino
Con mi padre paseaba
con el avispero de la desesperación
Con mi padre comíamos ya sin sabor
Caminaba excomulgando mis miedos
cargando la carreta a pie
Dormía en una cama de mazorcas blancas
Me tapaba con el totomoxtle
lleno de hormigas con alas
Uvel Vázquez
186
Ejercicio de lo absurdo
187
Sube y baja
Mi yo y mi tú
en el sube y baja del lenguaje
como dos enamorados
se miran en cada extremo de mi vida
como el día y la noche
En el sube y baja del insomnio
mi memoria sube y mi sombra baja
geografía de miradas
somos tú y yo
Palote
Para Enrique Hidalgo Mellanes
Palote
en las cuatro casas del cielo
con el hilo de mi sangre
lo paseo como un ciego
Como mi hermano menor
llorando por algún regreso
en el caramelo de la vida
¿En qué espejo se escondió mi infancia
para no buscarme nunca?
Uvel Vázquez
188
Ejercicio de lo absurdo
189
Uno dos tres
Uno dos tres
Para mi hija liliana Guadalupe
que va en las capas rojísimas de mi corazón
enamorada
Uno dos tres
para luz Elena mi hija que está en mis retinas
buscándome
Uno dos tres
Para la amargura que ya me abandona después de
[tanto siempre
Uno dos tres
Para los empleados / desempleados que le rayaran la
[espalda al poder
Uno dos tres
Para todas las mujeres que fueron mías alguna vez
Uno dos tres
para tus hermosas nalgas que despiertan deseos
[ah a cada rato
Uno dos tres
para mis dolores que hacen que me acuerde de
[Dios
Uno dos tres
para los usurpadores del poder
por las cuatros esquinas de la Tierra que se romperá
Uno dos tres
para todos los cargadores y obreros que junto con
ellos ya no
podemos vivir en la Tierra
Uno dos tres
para el que duerme soñando que es feliz
a pesar del hambre en que vivimos
Uno dos tres
para los amigos
de aquellas edades tan añoradas
y que viven tres metros bajo tierra
Uno dos tres
para mi juventud
que está en mi retrato
Uno dos tres
para mi infancia
que se escondió
en los zapatos del payaso
Uno dos tres
Uvel Vázquez
190
Ejercicio de lo absurdo
191
para mi vejez
que está a la vuelta de los días
Uno dos tres
para el rostro que acabo de ver esta tarde y que
[perseguí hasta que
me regaló un beso en esta camisa que me queda grande
Uno dos tres
para todos mis temores que se escondieron
por la presencia de Dios
Uno dos tres
para todos los campesinos que siguen sembrando
milpa a pesar de la
falta de amor que padecen siempre
Uno dos tres
para todas mis deudas
que se los regalé al gobierno
como distinguido empresario
Uno dos tres
Para todos mis dolores
que me dejó el sexo
Uno dos tres
para mi soledad que la engaño con cualquiera
Uno dos tres
para todas las maestras que me enseñaron
[cómo besar
cómo olvidarlas y cómo hacerme del arrepentido
Uno dos tres
por esta noche que voy a estar con alguien
y para qué te lo cuento
Uno dos tres
para todos mis amores imposibles
que en su momento fueron posibles
Uno dos tres
para tus labios ojos
que se esconden en el maquillaje de la seducción
Uno dos tres
para la coja
que entre más coja mejor
Uno dos tres
porque naciste para que yo te encontrara
dulce y amargamente
Uno dos tres
para que me olvides
como la primera vez
Uno dos tres
por el deseo que tuvimos en la oscurana
al croar de las horas
Uno dos tres
a todas con las que me acosté y que
[se casaron bien
Uno dos tres
Uvel Vázquez
192
Ejercicio de lo absurdo
193
a mis chicas que me invitaron a beber
por alguna soledad
o alguna comezón
Uno dos tres
por verte otra vez
con nervios con miedo con valor
mirándonos sin que nadie nos mire
Uno dos tres
porque después de esta noche
nos perdamos en algún antro
o en algún hotel
Uno dos tres
Para que bailemos enamorados
oliendo a vino
y abrazándonos en lo oscurito
Uno dos tres
porque te fuiste de mi vida
y me perdiste para siempre
Uno dos tres
porque no vas a encontrar otro
que te haga tus deseos
y vaya por tu cuerpo a cada rato
Uno dos tres
para los que se escondieron cuando les pedí trabajo
y no me ayudaron nunca
Uno dos tres
para que Dios los bendiga
y mañana puedan servir de corazón a los amigos
y a los enemigos
¿Si no que de extraordinarios tienen?
Uno dos tres
para que no existan desamores
para que el amor dure toda la vida
y no cambie de dirección
Uvel Vázquez
194
Ejercicio de lo absurdo
195
El ángel
En abril recibió el regalo del cielo
El hombre de cincuenta años
que fue preso de la ambición
y abandonó a Dios
creyendo en falsos pronósticos
pensaba apurar su futuro
adelantándose de lo que todavía tenía que pasar
le aseguraron éxitos fortuna
a cambio de su fe
embrutecido y perdido dijo que sí
a la maldad
Un granito de fe / una pequeña línea delgada de Dios
lo salvó / le hizo saber de que no estaba bien
a lo que se había comprometido
Un hombre de Dios / un ángel / el padre Enrique Alfaro/
sacerdote santo / que expulsa lo negro /
lo purificó ante el santísimo
lo libró de los amarres invisibles de la maldad
la lucha fue larga / desgastante / desesperada /
el agotamiento físico lo dejó rendido /
apenas podía caminar / su hermana monja /
lo llevaba caminando como hombre herido /
agotado sí / pero renovado /
El hombre regresó
con alma de niño
con corazón perdonado
Sintió dulcemente esa profunda paz /
que sólo lo da Dios y la madre santísima
en el bello país de la vida
qué dulce dicha siente ahora dar pasos sobre las
[piedras
saberse libre sin amarras / Dios nos hace libres /
pero por ambición de poder /
el mismo hombre se pone amarras / y se vuelve
esclavo de sí mismo
Ahora que está libre / vive una inmensa felicidad /
sintiendo la paz del Espíritu Santo /
No quisiera recordar toda la terrible maldad
[que vivió /
A veces llegan a su cabeza la perversidad del enemigo
pero no se esconde ni en las llagas de Jesús Bendito /
enfrenta los escalofríos / los miedos / las inseguridades /
rezando / comulgando /
Contenido
Platica inconclusa
Cuarto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Piecabeza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
Salí de tus manos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Abandono . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16
Noticia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
A media hora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
quien nos ama . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
Flor quemada de luna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
la espera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
Paradigmas de un mismo paisaje
Vuelvo a mi vitrina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
Sueña la sombra sobre la rama vacía . . . . . . . . . . . . . . 51
la belleza es tortura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
El galope oscuro del cielo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56
la soledad en las azoteas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
Hablo de la noche . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
Espejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
Canto a la Reina Roja . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
Soy espadañero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
El aguacero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
Nacayumba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
Desnuda I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
Desnuda II . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
Desnuda III . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
Desnuda IV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
Desnuda V . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
Desnuda VI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
Desnudos espacios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
Poética . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
Relojería erótica
Hotel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
Recomendaciones para matar la tristeza . . . . . . . . . . 110
Mujer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
Hay una hora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112
Yo también hablo de una mujer . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
los solitarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114
Espacios migratorios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
Pintura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 116
Soledad en círculo de sol . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
Mujer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118
Gatita . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
Cuentecito de la pareja . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
¿El poeta?
El nacimiento del poeta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
El poeta va a la escuela . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125
El poeta aprende a escribir . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127
El poeta llega a la capital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
El poeta duerme entre cueros curtidos . . . . . . . . . . . . 130
El poeta se va a estudiar a Chiapa de Corzo . . . . . . . 131
El poeta declama su primer poema . . . . . . . . . . . . . . 133
El poeta se arrodilla ante el santísimo . . . . . . . . . . . . 135
El poeta ante la enfermedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142
El poeta ante la necesidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144
El poeta despierta a deshoras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146
El poeta siente la presencia de Dios . . . . . . . . . . . . . . 147
El poeta camina con Dios por delante . . . . . . . . . . . . 149
El poeta vuelve a casa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151
El poeta habla con el viento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
El Cañón del Sumidero
El Cañón del Sumidero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157
Memorias de un viejo adolescente
Chiapa de Corzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
Memorias de un viejo adolescente . . . . . . . . . . . . . . . 176
Caballo de palo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177
El niño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178
El trompo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179
El tejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 180
Calles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181
Teorema de Pitágoras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182
Nocturno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183
Canción de luna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 184
Retrato de un campesino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185
Sube y baja . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 186
Palote . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187
Uno dos tres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188
El ángel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 194
la edición estuvo a cargo
de la Dirección de Publicaciones del CONECUlTA-Chiapas
Corrección de estilo / liliana Velásquez / Juan Bernavé Olivares
Diseño y formación electrónica / Mónica Trujillo ley
Ejercicio de lo absurdo. Poesía reunida
se terminó de imprimir en septiembre de 2014 en Talleres Gráficos
de Chiapas, en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez.
los interiores se tiraron sobre papel cultural de 90 kg
y la portada sobre cartulina couché de 169 kg. En su composición
tipografica se utilizó la familia ITC Usherwood.
Se imprimieron mil ejemplares.