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Objeciones de un historiador a la teoría de la dependencia en América Latina en el siglo XIX Author(s): D. C. M. Platt, Nora Titiunik, Alejandro Titiunik Source: Desarrollo Económico, Vol. 19, No. 76 (Jan. - Mar., 1980), pp. 435-451 Published by: Instituto de Desarrollo Económico y Social Stable URL: http://www.jstor.org/stable/3466560 Accessed: 15/06/2010 02:34 Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of JSTOR's Terms and Conditions of Use, available at http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp. JSTOR's Terms and Conditions of Use provides, in part, that unless you have obtained prior permission, you may not download an entire issue of a journal or multiple copies of articles, and you may use content in the JSTOR archive only for your personal, non-commercial use. Please contact the publisher regarding any further use of this work. Publisher contact information may be obtained at http://www.jstor.org/action/showPublisher?publisherCode=ides. Each copy of any part of a JSTOR transmission must contain the same copyright notice that appears on the screen or printed page of such transmission. JSTOR is a not-for-profit service that helps scholars, researchers, and students discover, use, and build upon a wide range of content in a trusted digital archive. We use information technology and tools to increase productivity and facilitate new forms of scholarship. For more information about JSTOR, please contact [email protected]. Instituto de Desarrollo Económico y Social is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Desarrollo Económico. http://www.jstor.org

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Objeciones de un historiador a la teoría de la dependencia en América Latina en el siglo XIXAuthor(s): D. C. M. Platt, Nora Titiunik, Alejandro TitiunikSource: Desarrollo Económico, Vol. 19, No. 76 (Jan. - Mar., 1980), pp. 435-451Published by: Instituto de Desarrollo Económico y SocialStable URL: http://www.jstor.org/stable/3466560Accessed: 15/06/2010 02:34

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OBJEiCIONES DE UN HISTORIADOR A LA TEORIA DE LA DEPENDENCIA EN AMERICA LATINA EN EL SIGLO XIX *

D. C. M. PLATEI

La teoria de la dependencia, ante la acometida de la izquierda y la dere- cha, resulta apenas sostenible. La impaciencia frente a la panacea de Prebisch, la industrializacion via sustitucion de importaciones, dio rienda suelta a la dependencia. La dependencia, en cambio, es casi reemplazada por la corpora- ci6n multinacional. Los historiadores pueden pretender averiguar incluso si la evidencia historica sobre la cual se baso la teoria de la dependencia es mas duradera que el uso de esta en la ciencia social moderna. El tema tiene mucha vigencia. Result6 muy poco tranquilizador leer recientemente que "los teoricos radicales de la dependencia se hallan comprometidos en una investigacion mas productiva y creadora" 1.

A los fines de esta discusion, puede resultar conveniente comenzar con lo que se ha convertido en la definicion clasica de dependencia, la familiar proposicion de Theotonio Dos Santos, por la cual "entendemos por depen- dencia una situacion en la que la economia de ciertos paises esta condicio- nada por el desarrollo y expansion de otra economia a la cual la primera se halla sometida". Continua Dos Santos: "La relacion de interdependencia entre dos o mas economias, y entre estas y el comercio mundial, adopta la forma de dependencia cuando algunos paises (los dominantes) pueden expandirse y ser autosuficientes, mientras otros paises (los dependientes) pueden hacerlo solamente como reflejo de esta expansion, la que puede tener un efecto tanto positivo como negativo en su desarrollo inmediato2.

La falta de autonomia es critica. "Las teorias de la dependencia -explica Philip O'Brien- tratan de demostrar que la dinamica interna de Ia sociedad latinoamericana y su subdesarrollo fueron y estan principalmente condicio- nados por la posicion de America Latina en la economia internacional y

* Derechos reservados por la Latin American Research Review, 1980, a la que se agradece la autorizaci6n para la aparicion simultanea de este trabajo. La versi6n original inglesa se publica en LARR, volume 15, number 1, 1980.

?* St. Antony's College, Oxford. 1 El subrayado pertenece al autor. C. Richard BArT y Dilmus D. JAMES: "ET ana-

lisis de la dependencia de America Latina", Latin American Research Review, XI:3 (1976), pAg. 33.

2 Esta definici6n aparece en varios de sus trabajos. La versi6n citada pertenece a su disertaci6n sobre "The Structure of Dependence", American Economic Review (diser- taciones y procedimientos), LX:2 (1970), pag. 231.

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por los lazos resultantes entre las estructuras internas y externas" 3. Podemos considerar estas proposiciones como definitivas.

Un elemento fundamental en la dependencia es la importancia de la economia internacional4. Incluso David Ray, en un ataque por lo demas denigratorio al "modelo" de dependencia, senala como uno de sus logros la demostracion "del fracaso de cualquier investigacion sobre America Latina que ignore el contexto internacional" 6. Las investigaciones de Andre Gunder Frank sobre la historia de Chile (le) sugieren que desde la conquista, Chile fue totalmente incorporado "al proceso de expansion y desarrollo del sistema mer- cantil mundial que luego se convertiria en capitalista industrial" 6. Osvaldo Sunkel considera que los paises de America Latina "se hallan atrapados en el sistema de relaciones internacionales del mundo capitalista... totalmente dependientes de sus relaciones econ6micas con el exterior" 7. Stanley y Bar- bara Stein seialan, despues de la expulsion de Espafia, una "herencia colonial de economias orientadas hacia afuera estrechamente vinculadas a las fuentes esenciales de la oferta y la demanda situadas fuera de las nuevas economias nacionales" .

Todo esto sugiere que, en este aspecto, como en otros, tuvo lugar una transici6n suave entre el periodo colonial y el nacional. El argumento que exponen S. y B. Stein en "Colonial Heritage of Latin America", es que existio una continuidad en la relaci6n de dependencia de America Latina con Europa, y que Inglaterra tom6 lo que Espafia habia perdido. Apenas Chile dejo de ser una colonia de Espafia, sostiene Hernan Ramirez, se convirtio en una posesion explotada por el capitalismo ingles 9. La hegemonia britanica fue heredada por los Estados Unidos, y para Fernando Henrique Cardoso y Enzo Faletto, "el predominio de la vinculacion con las metropolis peninsula- res -Espaina y Portugal- durante el periodo colonial, la dependencia luego de Inglaterra y finalmente de los Estados Unidos, no puede carecer de trascen- dencia" 10. Para otros teoricos de la dependencia la transicion no fue necesaria- mente tan suave, pero todos concuerdan en el caracter internacional de las

3 Philip O'BRIEN: "A Critique of Latin American Theories of Dependency", en Ivar OxAAL, Tony BARNETT y David BoioiT (compiladores), Beyond the Sociology of Development: Economy and Society in Latin America and Africa (Londres, 1975), pag. 13.

4 O'BREN dice otro tanto en su conclusi6n, ob. cit., pag. 25. 5 David RAY: "The Dependency Model of Latin American Underdevelopment:

Three Basic Fallacies", Journal of Inter-American Studies, 15:1 (1973), pag. 6. 6 James D. COCKCROFT, Andr6 Gunder FRANK y Dale L. JOHNSON: Dependence

and Underdevelopment: Latin American Political Economy (Nueva York, 1972), pag. 7. 7 Osvaldo SUNXEL: "National Development Policy and External Dependency in

Latin America", Journal of Development Studies, 6:1 (1969), pags. 23, 30. 8 Stanley y Barbara STEIN: The Colonial Heritage of Latin America: Essays on

Economic Dependence in Perspective (Nueva York, 1970), pag. 135. 9 Hernmn RAMdIRz NECOCHEA, en la Historia del imperialismo en Chile (Santiago,

1960), tal como lo cita Andr6 Gunder FRANK en Capitalism and Underdevelopment in Latin America (Londres, 1971), pag. 97.

10 Fernando H. CARDOSO y Enzo FALETTO: "Dependencia y desarrollo en America Latina", en Jose MATOS MAR (comp.): La dominacion de America Latina (Buenos Aires, 1968), pag. 163.

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economias latinoamericanas despues de la Independencia. La "dependencia colonial" de Dos Santos, que incluia no solo la America Latina colonial sino tambien las primeras decadas de independencia politica, fue "exportadora por naturaleza" 1. Bergquist se refiere confiadamente a Colombia, luego de su independencia, como a "una naci6n mas allegada a la 6rbita del sistema capi- talista industrial" 12

Existe un consenso generalizado respecto de la existencia de una marcada interrelacion econ6mica entre la America Latina poscolonial y el mundo exterior. America Latina, tanto la colonial como la independiente, participo en la economia internacional como exportadora de productos alimenticios, materias primas y metales preciosos, y como importadora de productos manu- facturados y de bienes de capital. "En terminos generales -senala O'Brien- las decisiones relativas a inversiones en la infraestructura social y en la produc- ci6n directa dependian de la metropoli. De este modo los factores determinantes del crecimiento y de la estructura de las formaciones socioeconomicas de America Latina siguieron siendo en gran medida exogena. Al concentrarse en la exportacion de productos primarios, America Latina no pudo desarrollar una capacidad autonoma de crecimiento y transformacion" 3. Por lo tanto, en la America Latina del siglo xix se destruyo la oportunidad de un crecimiento autonomo autosuficiente. "El desarrollo del capitalismo industrial -seniala Gunder Frank- favorecio la apertura de America Latina hacia el libre comercio, y transformo la estructura economica, politica y social del continente para satisfacer las nuevas necesidades de la metropoli y la conveniencia de las burguesias locales" 14.

Todo esto suena muy familiar, y solo encaja netamente en una teoria de la dependencia estrechamente unida a la hegemonia econ6mica extranjera en America Latina. Indudablemente, las evidencias son fragmentarias y evasivas, pero la continuidad siempre ha resultado atractiva para los historiadores; por otra parte existe una gran simplicidad en la noci6n de "herencia colonial" comentada en forma tan fluida por Stanley y Barbara Stein.

Sin embargo, hasta el argumento mas coherente puede ilegar a ser falso. No seria correcto describir la economia de la America hispana colonial como orientada hacia las exportaciones. Los metales preciosos fueron un elemento central en la conquista. Una vez establecidas las minas, comenzo a exportarse su produccion. Pero en el caso de la plata y el oro, debido a su atractivo, fueron tan solo un elemento mas en economias mas amplias y orientadas hacia adentro, que se apoyaban casi totalmente en la demanda y produccion locales. Seria fantasioso suponer que "la herencia mas significativa del colonia- lismo iberico fue la tradici6n de un gran estado, que producia productos alimenticios y materias primas para el consumo local o para su exportacion

11 Dos SANTos, ob. cit., pig. 232. 12 Charles W. BERGQUIST: "On Paradigms and the Pursuit of the Practical", Latin

American Research Review, XII:2 (1978), pags. 247-248. 13 O'BR1 N, ob. cit., pag. 16. 14 COCKCROFT, FRANK y JOHNSON: Dependence and Underdevelopment, pag. 34.

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a Europa occidental" 5. El enfasis que se pone en la exportacion a Europa occidental es anacronico. Frank Safford explica refiriendose a Colombia, que 'solo una pequefia parte de la poblaci6n colonial se hallaba ocupada en la

economia de exportaci6n ya sea en forma directa en la producci6n de metales preciosos o bien indirectamente en la produccion textil o de alimentos que se consumian en las regiones mineras" 16. Cuando Safford senala que gran parte de la economia regional de Nueva Granada se hallaba dedicada funda- mentalmente a actividades de subsistencia, no se esta refiriendo solamente a Nueva Granada.

En la practica, la independencia de Espania no transform6 a America Latina en una regi6n exportadora importante de productos alimenticios y materias primas. Tampoco hizo que America Latina ingresara al mercado internacional como un gran importador de productos manufacturados. El por- que de todo esto fue muy simple. Europa occidental propiamente dicha, sus colonias, Europa meridional y oriental y los Estados Unidos se hallaban total- mente abastecidos con sus propios productos alimenticios y materias primas industriales. America Latina no consiguio venderle nada a Europa que le

permitiera a su vez comprar algo a cambio. Despues de esta primera y febril actividad que coincidio con la reapertura de los mercados que hasta el momento se encontraban bloqueados, America Latina se retiro del mercado mundial y per- maneci6 fuera de 1e durante los primeros 50 afios de su independencia politica.

Naturalmente, en una superficie tan grande como la de America Latina nos encontramos con ciertas excepciones. S. y B. Stein se muestran obviamente descontentos al aplicar a Mexico y la Argentina la nocion de "herencia colo- nial" y senialan que Brasil constituyo un ejemplo clasico del siglo xix respecto "de c6mo la herencia colonial de un sector agricola orientado hacia la expor- taci6n (azucar y algodon) basado en la mano de obra esclava marco las

pautas del cambio economico y social en el periodo poscolonial y genero una estructura neocolonial" 17. El ejemplo de Brasil tuvo sus ecos en Cuba, al igual que en Peru, despues de la apertura del comercio del guano. No obstante, seria dificil nombrar otra economia, en las primeras decadas de

independencia politica, para la que las exportaciones fueran importantes y que, por consiguiente, le hayan permitido obtener recursos para importar en

gran escala. Esto puede ilustrarse mejor analizando las estadisticas inglesas. Inglaterra fue evidentemente el pais que mayores exportaciones efectuo a America Latina en la primera mitad del siglo xix. Sus exportaciones (en valores declarados) a los principales mercados de la America hispana (Argen- tina, Chile, Colombia, Ecuador, Mexico, Peru, Uruguay y Venezuela) alcan- zaron un promedio anual aproximado de 2.490.000 libras esterlinas durante la decada 1831/40, ? 3.310.000 en 1841/50, y ? 5.450.000 en 1851/60 1.

15 S. y B. STEIN, ob. cit., pig. 137. 16 Frank SAFFORD: "Oni Paradigms and the Pursuit of the Practical: A response",

Latin American Research Review, XIII:2 (1978), pag. 255. 17 S. y B. STEN, ibid., pag. 147. Es probable que Stanley Stein, dado su consi-

derable conocimiento acerca del Brasil, haya tendido a parcializar los puntos de vista que expresa en The Colonial Heritage respecto del conjunto de paises de America Latina, tal vez en una proporci6n injustificable.

18 Porter's Tables y General Statistical Abstract (Reino Unido).

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Las exportaciones a America Latina constitufan una proporcion destacable en el total de las exportaciones inglesas en el mismo periodo, que alcanzaron un promedio anual de 43.530.000 libras esterlinas en 1851/60 19. Sin duda, las exportaciones inglesas a la America hispana, distribuidas a lo largo del continente, apenas lograron satisfacer una pequena parte de la demanda. Seria evidentemente incorrecto afirmar que "Inglaterra, pais tecnologica e industrialmente avanzado, fue tan importante para la economia de America Latina como para la region exportadora de algodon del sur de los Estados Unidos"20. El promedio anual de las importaciones inglesas (valores reales computados) provenientes de America Latina (incluyendo a Brasil) fue en 1856/60 de 14.860.000 de libras esterlinas. En el mismo periodo, el prome- dio anual de las importaciones provenientes de los Estados Unidos fue de ? 36.590.000 21.

Los politicos y funcionarios de la epoca dieron indudablemente prioridad al comercio con el exterior. Este suministr6, a traves de la aduana, la uinica fuente de ingresos segura del gobierno. Por esta raz6n, su importancia podria aparecer notablemente exagerada en la conciencia de los historiadores respecto de lo que legitimamente se podria esperar. Pero Safford esta en lo cierto al poner en duda las consecuencias de la dependencia economica en Nueva Granada despues del desprendimiento de Espafia. El periodo de depresion economica que atraveso esta region hasta mediados del siglo no tiene por que ser interpretado a traves de las relaciones con el mundo exterior:

"La economia se hallaba empobrecida y el gobierno habia sido castigado, en parte porque el pais tenia muy poca gravitacion como exportador, algo que podria ser explicado de manera mas conveniente en funcion de causas especificamente economicas y geograficas (estructura topografica, distribuci6n de la poblacion, costos de transporte, disponibilidad de los mercados, etcetera) que en funci6n de la facil abstracci6n de la dependencia" 22.

En circunstancias tan poco prometedoras para el comercio de la America hispana como las imperantes despues del derrumbe financiero de Londres de 1825/26, la reaccion que caracterizo a los comerciantes ingleses fue la de retirarse de America Latina, cerrar sus negocios y llevarse lo que quedaba de sus capitales a Inglaterra, a las colonias o a los Estados Unidos 23. El comer- cio estancado, las quiebras y las retiradas constituyeron un marcado contraste en relacion con los importantes beneficios que se habian obtenido; asi lo demuestran los comerciantes, productores manufactureros, banqueros y com- paiias maritimas durante la primera mitad del siglo xix, periodo en el cual se supone que "disfrutaron de una posici6n dominante en el comercio de la region": "Sus productos textiles y sus herrajes eran vendidos a precios menores que los de sus competidores; sus capitales facilitaron operaciones a

19 Ibid. 20 B. y S. STEIN, ob. cit., pag. 135. 21 Trade and Navigation Accounts (Reino Unido). 22 SAFFORD, ob. cit., pag. 256. El material perteneciente a Safford ha sido extraido

de su reciente libro The Ideal of the Practical: Colombia's struggle to form a Technical Elite (Austin, 1976).

23 He descripto detalladamente esta tendencia en mi libro Latin America and British Trade, 1806-1914 (Londres, 1972), pags. 47-61.

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largo plazo incluyendo el pago de altos derechos de importacion; concedieron creditos a los comerciantes de America Latina a la mitad de las tasas de interes que cobraban sus competidores; sus buques transportaban mas del 50 por ciento del volumen de las importaciones; Londres se habia constituido en el centro financiero que manejaba los pagos internacionales a los expor- tadores de Francia, de Alemania y de los Estados Unidos, quienes, a su vez, le vendian a America Latina" 24.

Es un cuadro resplandeciente. Pero, precisamente, co6mo se esperaba que America Latina pagara todo esto?

La independencia politica trajo consigo algunos cambios en la direccion del comercio. El foco del comercio con el exterior se traslado desde la peninsula Iberica al norte de Europa y a los Estados Unidos. La independencia de las colonias aument6 las presiones favorables a la importaci6n a fin de satisfacer las demandas de las "necesidades" recientemente descubiertas y de las modas del momento. A su vez, se abrieron amplios mercados para lo que todavia era un comercio de exportacion relativamente pequenio. Aun asi, con estas excepciones, el comercio exterior de America Latina, tanto en lo que respecta a sus importaciones como a sus exportaciones, permanecio fundamentalmente sin cambios al pasar del periodo colonial al nacional. No podia ser de otra manera en tanto que la demanda externa de productos latinoamericanos no era relevante. El comercio con el exterior era insignificante y estaba estancado. Mientras los mercados internacionales permanecian cerrados a la producci6n de America Latina, y mientras los apetitos europeos se satisfacian plenamente en otros lados, la America Latina "dependiente" fue, contra su voluntad, una y otra vez eliminada del mundo economico "independiente".

Acaso las operaciones financieras con el exterior tuvieron una influencia mayor? Gunder Frank no es el iunico en senialar que las inversiones extranjeras y las operaciones financieras con el exterior fueron durante siglos "una parte integral del desarrollo capitalista mundial" 25. No obstante, el impacto de las finanzas con el exterior en las nuevas republicas ha sido evidentemente exage- rado. Las operaciones financieras no podian tener exito alli donde el comercio habia fracasado. Es verdad que aquellas casas comerciales que sobrevivieron al periodo de depresion tuvieron una participacion muy importante en la financiaci6n del comercio. Los pagos anticipados, los descuentos, la aceptacion de documentos, la remisi6n de moneda metalica y las transacciones en divisas constitufan el acompaniamiento habitual de las operaciones mercantiles en America Latina, en un periodo que precedio a la aparici6n de los bancos comer- ciales26. Esta no fue una actividad siniestra, a no ser que se considere siniestros a los bancos comerciales, ni tampoco fue monopolizada necesaria- mente por los extranjeros. En el aiio 1849, una companiia de Londres solicito

24 B. y S. STEIN, ob. cit., pag. 154. 25 FRANx, Capitalism and Underdevelopment, pag. 309. 26 El desarrollo de la banca comercial inglesa en America Latina y su relaci6n

con los negocios locales y las economias nacionales es descripto por Charles JONES: "Commercial Banks and Mortgage Companies", en D. C. M. PLATT (comp.): Business Imperialism, 1840-1930: An Inquiry based on British experience in Latin America (Oxford, 1977), pags. 17-52.

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a Francis Falconnet que redactara un informe sobre la situacion de las compa- iias comerciales mas importantes de la Ciudad de Mexico. Su calculo mis conservador del total de las riquezas fue de $ 23.450.000, de los cuales corres- pondian a las compaiias mexicanas $ 18.400.000, a las alemanas $ 2.350.000, a las francesas $ 1.500.000 y a las inglesas $ 1.200.000 27.

La distribuci6n de los recursos en Mexico, a mediados del siglo pasado, pone de relieve un punto que tal vez no fue apreciado suficientemente. Antes del periodo de construccion de los ferrocarriles, que requirio grandes capitales, los mercados financieros internos fueron suficientes para satisfacer las necesi- dades de los individuos y de los Estados. En America Latina, antes de la decada de 1860, los ferrocarriles estaban escasamente desarrollados. Los gobier- nos, que eran otros destinatarios en gran escala de los prestamos, no tenian salida para grandes cantidades de capital, tanto extranjero como de origen domestico. El gasto publico era modesto y los presupuestos reducidos. Los ingre- sos de la provincia de Buenos Aires en el anio 1843 alcanzaron aproximada- mente a ? 400.000, algo menos que en el anio 1822 8. Los ingresos del Gobierno Federal de M6xico en el anio 1836 se estimaban en $ 13 millones (? 2.600.000), de los cuales $ 3.000.000 se repartian entre la justicia y la administracion; el resto, menos $ 1.000.000 que percibia la armada, corres- pondia al ejercito29. A los gobiernos siempre les faltaba dinero, pero preten- dian recibir prestamos de ? 200/300.000 de una sola vez y en efectivo. En America Latina estas necesidades fueron satisfechas c6modamente a nivel local. La tasa de interes era del quince por ciento o mas elevada, pero no habia ni tiempo ni oportunidad de tomar como referencia a Londres, plaza para la que de todos modos tales prestamos eran demasiado pequenios y con pocos resguardos como para ser cotizados en la bolsa de valores.

Tal vez sea poco razonable suponer que los decepcionantes financistas de los primeros afos de las nuevas republicas hayan mostrado una gran preocupaci6n por la competitividad de las tasas de interes que obtenian por prestamos a corto plazo. El Ministerio de Finanzas de M6xico fue dirigido sucesivamente por no menos de 112 personas entre 1830 y 1863. Pero aun cuando la intenci6n de los gobiernos hubiera sido la de obtener prestamos internacionales importantes, no lo hubieran logrado. Durante un corto periodo en el que habia gran abundancia de dinero, en los primeros anios de la decada de 1820, los capitales ingleses y holandeses fueron atraidos por las tasas de interes que abonaban los gobiernos latinoamericanos por los prestamos que obtenian. Si bien las tasas eran competitivas, no llegaban a ser desmesu- radamente elevadas. Los gobiernos inexpertos y aquellos que aun no habian sido reconocidos, no podian disfrutar del credito de los que ya se encontraban establecidos (de hecho tampoco lo consiguieron). El gobierno ingles pudo obtener un prestamo al 2 1/2 por ciento; Francia, Austria y Rusia pagaron el 5/6 por ciento; y el 7/9 por ciento ofrecido por los prestamos a America

27 Informe fechado en Nueva Orleans, el 26 de julio de 1849, en la Biblioteca Guildhall, Londres (Archivos Baring, H. C. 4.5.25). El tipo de cambio se hallaba justo por debajo de los cinco d6lares de plata (mexicanos) por una libra esterlina.

28 Biblioteca Guildhall, Londres (Archivos Baring, carta del 24 de diciembre de 1843, H. C. 4.1.14.).

29 The Times, 8 de setiembre de 1836.

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Latina estaba de acuerdo con las tasas de otros tomadores de prestamos en un mercado competitivo30. El colapso financiero de Londres a mediados de la decada puso fin a toda esperanza de que se concedieran nuevos prestamos con posterioridad a diciembre de 1825. Posteriormente y debido a la insolven- cia de todos los gobiernos de America Latina, con excepcion de Brasil, se cerraron los mercados financieros externos para los gobiernos de Hispanoame- rica hasta fines de la decada de 1850.

La conclusion es evidente. La America hispana, durante los primeros 50 anfos de su independencia politica, se mantuvo ajena a las corrientes del comercio y las finanzas mundiales. Los paises europeos comerciaban entre si, con sus colonias ya existentes, con sus proveedores tradicionales y con los Estados Unidos. El capital europeo se hallaba totalmente comprometido con las finanzas de Inglaterra y del resto de Europa, principalmente en lo que respecta a los ferrocarriles; cuando atraveso el Atlantico, encontr6 una nueva morada en los Estados Unidos. Resulta dificil comprender en que pensaban S. y B. Stein al referirse a que en America Latina, despues de la Indepen- dencia, se mantuvo la vigencia de "economias orientadas hacia afuera, estre- chamente vinculadas a las fuentes esenciales de la oferta y la demanda situada fuera de las nuevas economias nacionales" 3l.

El considerar la economia internacional de las nuevas repuiblicas desde la perspectiva de la dependencia es evidentemente un error; este error se deriva de lo que se supone ha sucedido posteriormente en el siglo XIX cuando "la influencia economica inglesa se arraigo en America Latina" 32. La econo- mia internacional adquirio cierta importancia, a partir de mediados del siglo, para ciertas naciones y en ciertos momentos pero su influencia fue mucho menor en las decadas precedentes.

,Que fue entonces lo que llevo finalmente a America Latina a entrar en contacto con la economia mundial? S. y B. Stein creen que en 1840 los comerciantes ingleses que operaban en America Latina reconocieron que la demanda de esta de productos manufacturados ingleses se hallaba saturada, y que "el problema consistia en incrementar las ventas de acuerdo con el desarrollo de recursos no utilizados o mal utilizados a nivel local mediante la construccion de las vias ferreas" 33. La secuencia es incorrecta. Unos pocos

30 Los rendimientos de los valores (y en consecuencia el inter6s) fueron publicados. Puede haber surgido alguna confusion debido a la costumbre de efectuar prstamos a tasas nominales de interes bastante mas bajas que las tasas de mercado actuales. Si, por ejemplo, un gobierno hubiera resuelto emitir bonos publicos con el 3 por ciento de rendimiento mientras su credito no le alcanzara mas que para el 6 por ciento, se habrian colocado los valores en el mercado a la mitad de su valor nominal. El primer prestamo mexicano, el prestamo Goldschmidt de 1824, fue caro; el nuevo gobiemo vendi6 el prestamo nominal de ? 3.200.000 al 5 por ciento a 58. El segundo fue emitido por Barclay, Herring, Richardson & Co. en 1825, tambien por ? 3.200.000 nominales. Esta vez el prestamo que era al 6 por ciento se vendi6 a 85,75; era relati- vamente barato. Ambos se hallaban dentro de los valores corrientes del mercado de aquel entonces. Jan BAZANT es uno de los pocos historiadores que parece comprender los mecanismos iniciales de los prestamos en America Latina. Vease su Historia de la deuda exterior de Mexico, 1823-1946 (Mexico, 1968), pags. 32-37.

31 B. y S. STEIN, ob. cit., pag. 135. 32 Ibid., pag. 154. 33 Ibid., pag. 155.

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comerciantes, para ese entonces cr6nicamente empobrecidos, no pudieron crear en Europa una demanda para los productos latinoamericanos, no deseados simplemente porque ellos querian incrementar sus importaciones de productos manufacturados. Resulta comprensible que la iniciativa haya sido tomada por la propia Europa. Esta estaba desarrollando notoriamente sus fuentes tradicio- nales de abastecimiento de azucar, cafe, fertilizantes, cereales y, mas tarde, de metales, carnes y caucho. La demanda excesiva, la presi6n ejercida por la Europa superpoblada en favor de la emigracion y el agotamiento de salidas atractivas para la inversi6n despertaron finalmente el interes de la metropoli en la descuidada periferia.

Las causas y efectos de este movimiento podrian ser descriptos de muchas maneras diferentes. La primera forma historica de la dependencia, a la que se refiere Dos Santos, fue la "dependencia colonial", o sea la relaci6n de America Latina con el mundo exterior hasta los ultimos anfos del siglo xix. La segunda forma fue la "dependencia financiero-industrial", un producto de fin del siglo. La dependencia financiero-industrial se "caracterizo por la dominaci6n del gran capital en los centros hegemonicos, y su expansion hacia afuera a traves de inversiones en la produccion de materias primas y productos agricolas para el consumo de los centros hegemonicos"; de este modo, los paises dependientes desarrollaron una estructura productiva dedicada a la exportaci6n de esas materias primas y productos agricolas 34.

Por cierto que la Argentina se dedico a abastecer de lana, cereales, came ovina y vacuna a los "centros hegemonicos", y se volvio rica gracias a estos productos. Hubiera podido ser de otra manera? H. S. Ferns sugiere una respuesta. En la Argentina la industrializacion fue retrasada en favor de la especializacion extrema en la agricultura y la ganaderia, debido simplemente a que "en el aiio 1896 los terminos del intercambio comenzaron a alterarse ,en favor de los productores de alimentos, y estos terminos del intercambio se tornaron progresiva e inclusive fantasticamente favorables a la Argentina hasta 1929, exceptuando un periodo despues de la Primera Guerra Mundial entre 1920 y 1924". El capital fluy6 tanto hacia la agricultura y la gaenaderia, como hacia el comercio y la industria, con los cuales aquellas estaban asocia- das. Ferns agrega que:

"Fue tan ventajoso economicamente para la Argentina hacer lo que real- mente hizo que pareceria una perdida de tiempo y un ejercicio inutil buscar alguna otra explicacion de lo que sucedio. La Argentina se convirtio en un productor altamente especializado porque le result6 beneficioso, y aquellos que mas se beneficiaron no tenian motivo alguno para buscar otras medidas alter- nativas de politica econ6mica" 35.

S. y B. Stein tienen una conclusi6n preparada: "Los ingleses fueron el factor mas importante en la destrucci6n del imperialismo iberico; sobre sus ruinas levantaron el imperialismo informal del libre comercio y la inversi6n" 36.

34 DOS SANTOS, ob. cit., pag. 232. 35 H. S. FERNS: Argentina (Londres, 1967), pag. 125. 36 B. y S. STEIN, ob. cit., pag. 155. S. y B. Stein se basan sin criticarlo, en el

articulo clasico de J. GALLAGHER y R. ROBINSON: "The Imperialism of Free Trade", Economic History Review, 2a ser. VI:1 (1953), 1-15. Esto es discutible. He tratado de mostrar algunas de las dificultades inherentes a este tema en dos articulos: "The

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Todo esto resulta muy ingenuo y nada historico. Pudo realmente Inglaterra moldear las economias de America Latina conforme a sus propias necesidades?

Acaso en esa epoca existia algun mecanismo que hubiera permitido planificar esto y llevarlo a cabo? ,0 bien estas economias se formaron a si mismas siguiendo lineas determinadas, siguiendo la tradici6n del autoabastecimiento provocado por el aislamiento de los mercados mundiales por el que atravesa- ron durante la primera mitad del siglo xix?

La teoria de la dependencia siempre ha puesto de relieve la influencia dominante de la economia internacional, a tal punto que el significado del mercado interno a menudo se pasa por alto. A mediados del siglo xix las ciudades de Rio de Janeiro y Buenos Aires ya eran considerablemente impor- tantes. En 1855, Buenos Aires tenia una poblacion de 91.000. En 1869, habia aumentado a 178.000, a 438.000 en 1887, a 678.000 en 1895 y a 1.576.00 en 1914 37. Las primeras vias ferreas, incluyendo algunas de las mas extensas, fueron construidas para servir a los mercados domesticos en expansion.

El factor cronologico es muy importante. Los teoricos de la dependencia suponen que los ferrocarriles latinoamericanos, que eran de propiedad extran- jera, simplemente alimentaron a los mercados externos, y que la pauta de desarrollo que siguio el ferrocarril argentino -que se desplegaba en forma de abanico desde Buenos Aires- tenia la intencion de acelerar el desarrollo de la Argentina como pais exportador. Por el contrario, el interes principal fue de indole interno. Buenos Aires era una gran ciudad, la unica gran ciudad de la Argentina, cuyos servicios de transporte hacia el interior eran muy deficien- tes. El gobierno argentino, como todos los gobiernos que se hallaban anailo- gamente ubicados en Europa y en otras partes, estaba preparado para garantizar el 7 por ciento de interes sobre el capital invertido en los ferrocarriles, destinados tanto a servir al mercado de la ciudad como a promover el objetivo politico de la unificacion. Cuando (en la decada de 1860) los inversores extranjeros compraron las primeras acciones de las principales lineas argenti- nas, el Ferrocarril Central y el Gran Sud, bien pueden haber deseado (o haber sido Ilevados a desear, guiados por un excesivo optimismo), que el future de los ferrocarriles incluiria el desarrollo de la Argentina como pais exporta- dor. Pero los promotores de las nuevas lineas comprendieron que el exito financiero debia depender de la medida en que los ferrocarriles servirian a las necesidades de los argentinos y de su ciudad capital. Pasaron una o mas decadas antes que cualquiera de las lineas haya alcanzado alguna importancia para el comercio exterior; las importaciones inglesas provenientes de la Argen-

Imperialism of Free Trade: Some Reservations", Economic History Review, 29 ser. XXI:2 (1968), pags. 296-306, y"Further Objections to an 'Imperiailism of Free Trade', 1830-60", Economic History Review, 29 ser. XXVI: (1937), pags. 77-91. W. M. MATHEW hizo una sintesis del caso peruano, en su valioso articulo "The Imperialism of Free Trade: Peru, 1820-70", Economic History Review, 29 ser. XXI:4 (1968), pags. 562-579.

37 Las ultimas cifras corresponden a la ciudad propiamente dicha y no al Gran Buenos Aires. Han sido reproducidas por Nathan LAKE: "Argentina", en Richard MORSE (comp.): The Urban Development of Latin America, 1750-1920 (Stanford, 1971), pag. 23.

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tina en una fecha tan avanzada como 1883, fueron valuadas en menos de ? 1.000.000 (? 945.708).

No es necesario que el argumento se limite a los ferrocarriles. La Ar- gentina paso a ser un gran productor de cereales para abastecer su mercado interno y para sustituir las importaciones de Chile y de los Estados Unidos. En la decada de 1860 la Argentina fue importadora de cereales, y solo en forma erratica comenzo a exportar sus excedentes en la decada de 1890. Asimismo mejoro la calidad de su ganado nativo y crio uno nuevo para alimentar a los habitantes de Buenos Aires; no exporto ganado en pie hasta la decada de 1890, y el verdadero auge de las exportaciones de came vacuna tuvo que aguardar hasta 1901, fecha de los primeros embarques en cantidades comerciales de came vacuna enfriada. Eventualmente, la Argentina se encon- tr6 con un excedente de cereales y carnes para la exportacion, pero en otros productos provenientes del oeste y noroeste, como el vino y el azucar, el consumo interno siempre mantuvo el mismo nivel que la produccion y no hubo saldos exportables.

Dos Santos desarrollo una estructura imaginativa del gran capital extran- jero, proveniente de los "centros hegemonicos", que se hallaba especifica- mente invertido en la produccion de materias primas y alimentos para el consumo de las metropolis extranjeras. Lo que sostiene Dos Santos puede ser pertinente a las plantaciones de banana en America Central, o en las minas de cobre en Chile y Peru. Pero en el desarrollo de las exportaciones de America Latina fue mucho mas comuin transitar en una progresion natural que iba desde el reemplazo gradual de las importaciones hasta la completa satisfaccion del mercado interno, para luego llegar, finalmente, a la utiliza- cion del excedente (si lo hubiera) para la exportacion. Esto es simplemente una cuestion de sentido comun. Un desarrollo segun etapas naturales debe ser mas razonable que un desarrollo forzado a satisfacer las necesidades metropolitanas, muy en particular cuando las operaciones no planeadas, altamente competitivas y casi anarquicas de los empresarios e inversores del siglo xIx son suficien- temente conocidas.

En el analisis de la dependencia existe, obviamente, cierta confusion al referirse a la secuencia seguida por el desarrollo de la economia latinoamerica- na en el siglo xix. Es de notar cierta irrealidad en el criterio, tantas veces repetido en la literatura, por el cual una alternativa, una ruta mas atractiva hacia el desarrollo de una economia aut6noma, a la industrializacion y al equilibrio economico se hallaba bloqueada por una integracion forzada a la economia mundial como regi6n exportadora de alimentos y materias primas a cambio de productos manufacturados. &Existia alguna otra alternativa auten- tica? 4Podemos estar de acuerdo con S. y B. Stein y lamentar "que en Ame- rica Latina los movimientos en favor de la independencia hayan fracasado en sus intentos por edificar las bases de un crecimiento economico sostenido a traves de una diversificacion equilibrada de los sectores agricola, gana- dero e industrial?" 38

Es evidente que en el caso de la diversificaci6n y del crecimiento del

38 B. y S. STEN, ob. cit., pag. 135.

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sector industrial se he exagerado el impacto de los productos importados sobre los flamantes paises independientes de America Latina. Durante los primeros 50 aios de autonomia politica, la incapacidad de America Latina para hacer frente al pago de los articulos importados dio un mayor empuje a las industrias artesanales y manufactureras domesticas. El hecho de que las industrias pri- mitivas hayan fracasado en sus intentos por alcanzar un desarrollo autonomo, con posterioridad a la decada de 1860, no puede ser explicado por la importa- cion de gran cantidad de productos manufacturados baratos. ,Acaso America Latina, una vez liberada de la hegemonia de la metropoli, hubiera podido desarrollar una economia independiente y equilibrada que incluyera un sector manufacturero local suficientemente importante?

Los obstaculos para el crecimiento industrial autonomo fueron enormes. A America Latina le falto mano de obra calificada; esta si podia ser impor- tada, pero solo a un costo muy elevado y nada competitivo. America Latina padeci6 de una escasez endemica de combustibles industriales: hasta fines del siglo xix no se extrajo petroleo; el abastecimiento de madera fue insuficiente; el carbon (que escaseaba en cantidades utilizables a nivel industrial) se impor- taba a precios que, incluyendo el transporte, ascendian a cuatro veces el costo en las minas de Gales. Los mercados internos eran pequenios y sumamente desparramados, demasiado pequenios por otra parte para la produccion en gran escala; los ferrocarriles (despues de la decada de 1860) abrieron gradualmente mercados de un tamanio suficiente como para absorber la producci6n local de los bienes de consumo, pero la demanda nunca fue lo bastante importante para justificar la fabricacion de bienes de capital. El abastecimiento de materias primas, en particular de hierro, fue deficiente. El capital era escaso, si no para las pequeiias plantas industriales al menos para aquellas de produc- cion en gran escala. En regiones en las cuales la poblacion se hallaba relati- vamente mal distribuida, como en el caso de la Argentina y Chile, habia una escasez absoluta de mano de obra, tanto calificada como no calificada, lo que restringia permanentemente las oportunidades para el desarrollo industrial. Con tales desventajas, el proceso de industrializaci6n en America Latina fue lento, tanto teniendo en cuenta las maquinaciones de la metropoli como dejan- dolas de lado.

Podria ser util comparar a America Latina con aquellos paises que alcan- zaron la industrializacion con facilidad y rapidez. Inglaterra, al final del siglo xvIII, y Japon, despues de la decada de 1860, compartieron ciertas caracteristicas. Ninguno de los dos paises fue un gran productor de materias primas. Inglaterra exportaba lana y Japon seda, pero ninguno de estos produc- tos era tan competitivo para distraer la atencion del crecimiento autonomo equilibrado como la enorme produccion de carnes y cereales de la Argentina. Inglaterra y Jap6n quedaron librados a su suerte; si deseaban lograr el desarro- llo no tenian otra alternativa que la produccion manufacturera. Ademas, ambos paises tenian acceso al capital comercial y agricola para lanzarse a la produccion manufacturera. Ambos tenian grandes comunidades urbanas que servian como mercados para sus productos. Ademas, posefan un tipo de siste- ma bancario por el que tanto el capital comercial como el industrial poseian movilidad y se hallaban utilizados a pleno. Ambos paises tenian comunica- ciones adecuadas por agua y, luego, redes ferroviarias que les permitian

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trasladar las materias primas industriales, los combustibles y los productos terminados desde las minas a las fabricas y desde estas al mercado. Ambos poseian ademas carb6n y hierro.

Si en la America Latina del siglo xix se hubieran dado condiciones simi- lares, el crecimiento autonomo equilibrado habria sido alcanzado. Pero no se dieron y el camino que debi6 recorrer America Latina hacia la industrializa- ci6n fue necesariamente el de la creacion de riquezas agricolas, ganaderas o minerales y el de la provision del tipo de planta requerida para los mercados tanto internos como externos -elevadores de granos, fabricas de harina, enva- sado de carnes y alimentos preparados, bodegas, ingenios azucareros, fundi- ciones, fabricas de algod6n, curtiembres y fabricas de calzado-. Este, o alguno semejante, fue el camino natural para el desarrollo de este tipo de economias.

Es probable entonces que en el siglo xix las caracteristicas de las econo- mias de America Latina hayan sido determinadas mas por las circunstancias internas que por los requerimientos de una metr6poli distante. Sabemos que la Argentina con el andar del tiempo evoluciono y se convirtio en un gran productor de materias primas para los mercados mundiales; resulta tentador extraer como conclusi6n que el desarrollo argentino fue deliberadamente planeado por una generaci6n de capitalistas con sede en la Casa del Rio de la Plata (con sede en Londres). Pero puede sostenerse con mas razon, que en circunstancias normales la produccion destinada a la exportacion fue un elemen- to secundario derivado de la produccion originalmente destinada a abastecer el mercado interno de America Latina. El principal incentivo para el desarro- llo inicial de paises como la Argentina (o mas aun de Mexico) como produc- tores de cereales y carnes vacunas fue el abastecimiento del mercado interno y en este mercado interno fue que se edifico la estructura total de los ferro- carriles, las instalaciones publicas y la modernizaci6n de las ciudades.

Tambien el desarrollo interno fue responsable de las primeras etapas de la introduccion del capital extranjero, no solo ingles, sino tambien frances, belga, holandes, aleman e incluso italiano. El capital fluyo hacia America Latina durante y despues de la decada de 1860, los aios del "imperialismo informal del libre comercio y la inversion" 39. Los teoricos de la dependencia estan convencidos de que el capital se hallaba destinado a convertir a los paises de America Latina en economias exportadoras, o sea, en meros satelites abastecedores de productos alimenticios y de materias primas y consumidores de productos manufacturados extranjeros. Pero esto resulta nuevamente anacr6- nico. El capital extranjero llego a America Latina varias decadas antes de que el continente se convirtiera en un verdadero exportador. Fue atraido por America Latina en momentos en que la oferta de capitales era abundante y las oportunidades para invertir en los sectores tradicionales eran pocas y distantes entre si. Se afinco en los ferrocarriles de America Latina porque las lineas ferreas en paises con poblaciones en aumento, ciudades en expansion y mercados internos incrementados constituian algo sumamente conocido y de gran interes para el inversor. Para ese entonces, las redes ferroviarias de Inglaterra y Francia se hallaban virtualmente terminadas; aparecieron nuevaa

39 La frase es de B. y S. STEIN, ibid., pag. 155.

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oportunidades para la construccion de ferrocarriles en Austria, Rusia, Italia, Espana, Portugal, Estados Unidos, Canada y la India, y tambien en Ame- rica Latina.

Los inversores y promotores de los ferrocarriles por supuesto que no consi- deraron fundamental el armado de una economia exportadora. La demanda interna todavia no habia sido satisfecha. El 5 6 6 por ciento sobre el capital invertido, que se consideraba como un rendimiento razonable, ya no podia ser obtenido mediante inversiones en los ferrocarriles del norte y centro de Europa, y los inversores contaron con obtenerlo como resultado de una de las mejores inversiones, a saber, la construccion de ferrocarriles en regiones donde las ciudades todavia utilizaban carros tirados por bueyes y mulas. Los principios econ6micos que guiaban la construcci6n de los ferrocarriles, garantizada por el gobierno, fueron los mismos en America Latina y en Europa, con la diferencia de que en America Latina existia, al igual que en los Estados Unidos, el incentivo de una migraci6n europea generosa, lo que prometia que una numerosa pobla- cion se estableceria en las tierras desocupadas incrementando el trafico ferro- viario. En un sentido simplemente cronologico, es evidente que la intenci6n del primer gran sistema de ferrocarriles de America Latina fue la de servir (y beneficiarse) de sus necesidades internas.

La secuencia de prestamos externos obtenidos por la Argentina nos ilustra acerca de las pautas seguidas por otros grandes prestatarios de los mercados internacionales. A partir del primer caso de insolvencia ocurrido en el Pr6stamo Baring de 1824 (que tuvo lugar en enero de 1828) hasta que se saldaron totalmente las deudas en Buenos Aires en octubre de 1857, el gobierno argen- tino no pudo obtener ningun prestamo del mercado financiero de Londres. La Argentina, como los demas paises de America Latina, fue apartada de hecho de los mercados mundiales de capitales hasta fines de la decada de 1850. Fue entonces cuando recien recobro su prestigio, y de no haber sido por el estallido de la Guerra de la Triple Alianza en abril de 1865, no se hubiera visto en la necesidad de obtener mas prestamos del exterior; en el periodo 1864/66 los ingresos y gastos ordinarios de la Confederacion dejaron un- impor- tante saldo favorable de ? 569.931 40. Mientras tanto, la Argentina pudo econo- mizar parte de sus ingresos por exportaciones para hacer frente a los servicios de su deuda externa y para ofrecer un 7 por ciento garantizado al capital invertido en las nuevas redes de ferrocarriles. En realidad, la Argentina podia pedir prestamos, y de hecho asi lo hizo, al igual que Italia, Austria, Rusia o los Estados Unidos.

Algo semejante puede decirse de los prestamos pedidos por la Argentina posteriormente en la epoca de las enormes inversiones extranjeras registradas a fines de 1880 y nuevamente entre 1904 y 1913 (momento en el que la Argentina se habia convertido en un importante pais exportador). Estas inver- siones en instalaciones publicas, en el embellecimiento de la ciudad y en obras

publicas de una u otra clase, muy poco o nada tenian que ver con el rol de la Argentina como pais exportador de productos primarios. Las nuevas inver- siones en ferrocarriles se destinaron a la construccion de lineas secundarias y para la extension de las lineas principales a fin de que Ilegaran a las provincias

40 Fenn on the Funds (Londres, 1876), pig. 242.

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mas remotas del pais, a menudo por razones politicas y economicas de indole interna. Naturalmente, en esa epoca las principales lineas ferroviarias transpor- taban productos a granel para la exportacion, principalmente granos. Pero los prestamos del exterior destinados a extender y equipar los ferrocarriles pudie- ron ser facilmente cubiertos con las ganancias de las lineas ferreas, con presta- mos pedidos posteriormente (a partir de los primeros anfos del siglo xx) y con las divisas que entraron en la Argentina en pago de sus cuantiosas expor- taciones: aproximadamente 15 millones de quintales de trigo a Inglaterra en 1913, cerca de 40 millones de quintales de maiz, mas de 7 millones de quinta- les de carne vacuna fria y congelada y un millon de quintales de carne ovina 1. Mientras la Argentina pudiera hacer frente a los servicios de su deuda externa, mientras obtuviera un saldo favorable y cada vez mayor de su balance comercial con su principal cliente (el Reino Unido), mientras pudiera conseguir presta- mos facilmente a tasas competitivas aun cuando la tasa de interes en Buenos Aires fuese apenas mas alta que en Europa, se requiere una gran imaginacion creadora y, tal vez, una "investigacion creadora", para establecer una relacion de cliente entre la Argentina, rica localmente y afuera, e Inglaterra que, en la decada anterior a la Primera Guerra Mundial, vendia a la Argentina mucho menos de lo que compraba. La etiqueta de dependencia se aplica cada vez con mayor frecuencia, y casi todos los paises pueden ser calificados de "dependien- tes" en alguna de las etapas de su desarrollo. El peligro reside en que el termino "dependencia" pierda el significado que alguna vez se le atribuyo. No obstante, la experiencia de la Argentina sugiere que existen ciertos grados de autonomia politica y economica para los cuales la clasificacion resulta inapropiada. A menudo la Argentina es elegida como el mejor ejemplo de una economia neocolonial, atrapada por el desarrollo dependiente y orientada hacia la expor- tacion por el capital monopolico de la Inglaterra hegemonica y metropolitana. Una gran parte del capital ingles fue invertido en la Argentina. Las inversiones publicas inglesas alcanzaron en 1910 a ? 269,8 millones de los cuales ? 186 mi-

llones se destinaron a los ferrocarriles; 42 esta cifra global no incluye las inver- siones privadas, principalmente en tierras y en actividades comerciales e industriales, las que si bien comparativamente eran pequenas en volumen, posefan una gran importancia en cuanto a sus efectos. Pero toda esta inversion, que en terminos generales se destinaba a fines productivos y que se autofinan- ci6 a traves del desarrollo alcanzado por la economia argentina tanto en lo interno como en lo externo, les dio muy poca sensacion de "dependencia" a los argentinos de ese tiempo, o de "hegemonia" a los ingleses. Una vez que las deudas fueron saldadas, result6 bastante facil obtener prestamos en los merca- dos extranjeros, que eran siempre competitivos y se hallaban normalmente saturados. La solvencia crediticia argentina era tan elevada en la primera deca- da del siglo xx que hubiera podido obtener fondos en cualquier momento (probablemente en Londres) para financiar todo el sistema de ferrocarriles ingleses, los tranvias, las instalaciones de gas o cualquier otra cosa que hubiera

41 Trade and Navigation Accounts (Reino Unido). 42 George PAISH: "Great Britain's Capital Investments in Individual Colonial and

Foreign Countries", Journal of the Royal Statistical Society, LXXIV (1911), pag. 182. Las conclusiones de Paish fueron confirmadas mediante la subsiguiente investigaci6n (J. F. Rippy, Irving Stone).

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deseado. Entonces, es la dependencia una descripcion apropiada para una relacion como la que mantenia la Argentina con el sistema comercial y finan- ciero mundial? Si es asi, 4que pais ha sido alguna vez "independiente"?

Es probable que las teorias de la dependencia, aun considerando que la Argentina, Brasil, Chile y M6xico no pudieron encajar en ninguin patr6n identificable, constituyan una aproximacion a los problemas de algunas de las repuiblicas latinoamericanas mis pequeinas durante el siglo xix. Dejando de lado las "repuiblicas bananeras", hubo momentos en que era bastante apropiado hablar de dependencia -el auge de la quinina en Colombia, las minas de estanio en Bolivia, el caucho en el Amazonas-. Pero en general, las teorias de la dependencia confunden mas de lo que clarifican. Las economias de las pequenas repuiblicas eran notoriamente independientes del comercio mundial, debido a la escasez de exportaciones. Podian sin embargo atraer al capital extranjero siempre que obtuvieran algo de divisas gracias a la venta al exterior de algunos de sus productos agricolas tal vez un poco de cafe, azuicar, tabaco, cacao o caucho. Un nuevo analisis de las economias de America Latina durante las ultimas decadas del siglo xix mostraria la existencia de unas pocas econo- mias fuertes, reforzadas en gran medida (en los mercados comnetitivos de la epoca) por su capacidad para exportar sus excedentes de produccion respecto del consumo. Ademas de este grupo existia un conjunto mas numeroso integra- do por paises de economias debiles, que generalmente poseian uno o dos produc- tos de exportacion requeridos para financiar un nivel modesto de imnortaciones y de prestamos del exterior, pero que, en otros aspectos, no diferian de las restantes economias de la America hispana colonial durante por lo menos los primeros 60 afnos del siglo xix. Esto determino que se hallaran fuera de las pautas generales del mundo comercial y financiero. En las estadisticas de las importaciones inglesas provenientes de America Latina durante el periodo de maximo intercambio, entre 1880 y 1913, se reflej6 la diferencia entre las ponderaciones relativas de las repfiblicas y su impacto sobre el comercio mundial. Las importaciones inglesas provenientes de America Latina se elevaron de ? 17.620.000 en 1880 a ? 61.080.000 en 1913. Esta diferencia debe atribuirse casi en su totalidad al incremento de las importaciones desde la Argentina. En 1880, el total de las importaciones de la Argentina provenientes del Reino Unido solo alcanzaron a ? 890.000; en 1913 Ilegaron a ? 40.730.000. En otras

partes el aumento fue mucho menos importante. Las importaciones inglesas de America Latina (exceptuando a la Argentina y Brasil), que en 1880 Ilega- ban un total de ? 10.870.000, no superaban en 1913 las ? 15.760.000 43

43 Trade and Navigation Accounts (Reino Unido). Estas son las cifras comparables relativas a exportaciones: las exportaciones inglesas (en valores declarados) al conjunto de paises de America Latina pasaron de 17.230.000 libras esterlinas en 1880 a 52.990.000 en 1913. Las exportaciones inglesas a America Latina, excluidos la Argentina y Brasil, que alcanzaban a ? 8.100.000 en 1880, se elevaron a ? 17.880.000 en 1913. Las exportaciones inglesas totales alcanzaban en 1880 a ? 223.060.000; en 1913 se habian incrementado a ? 525.250.000. Las cifras de exportaciones de 1880 y 1913 no son estrictamente comparables dado que, entre otras cosas, los datos correspondientes a 1913 incluyen una proporci6n relativamente pequefia de reexportaciones "a paises extranjeros y a las colonias".

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En definitiva, es evidente que la ruptura con Espaina, lejos de confirmar la integraci6n de America Latina como un socio dependiente del sistema econo- mico mundial, dio comienzo a un periodo inoportuno de 50 ainos de "dependen- cia" del comercio exterior y las finanzas externas. El desarrollo subsiguiente (que dejo muchos paises de lado) se debio en parte al interes de Europa en nuevas fuentes de productos alimenticios y de materias primas, y en nuevas salidas para sus capitales excedentes. Sin embargo, si se excluyen a las econo- mias de plantacion y a los enclaves mineros, las pautas del desarrollo economico fueron determinadas en sus comienzos y durante su evolucion por las necesida- des y prioridades internas, aun en el caso de un pais como la Argentina que se hallaba tan estrechamente ligado a la economia internacional. Es obvio que hubo una superposicion de presiones internas y externas que influyeron sobre el crecimiento, especialmente en la Argentina. Pero seria incorrecto seiia- lar que los paises de America Latina en el siglo xix s6lo podian expandirse y ser autosuficientes como reflejo de la expansion de los paises dominantes (Dos Santos), o que "la dinamica interna de la sociedad de America Latina y su subdesarrollo fueron condicionadas fundamentalmente por la posicion de Ameri- ca Latina en la economia internacional" (O'Brien). Hemos comenzado con estas definiciones y con ellas hemos de concluir el presente trabajo.

En la teoria de la dependencia es importante adoptar una "perspectiva historica". Gunder Frank se intereso especialmente en la investigacion "cienti- fica" y en la "profundizacion hist6rica". Philip O'Brien explica que gran parte de lo que se ha escrito sobre la dependencia utiliza a la historia para explicar de que manera los cambios en el capitalismo generaron cambios en America Latina: "El interes en la teoria de la dependencia reside en este analisis hist6rico y en el analisis actual de los problemas de America Latina" 44. Tal vez el analisi actual resulte mas prometedor, pero ,en que exactamente estan pensando G. Frank y P. O'Brien cuando se refieren al analisis hist6rico?

Traduccion: Nora Titiunik

Revision tecnica: Alejandro Titiunik

44 O'BRIN, ob. cit., pag. 13.

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