211924600 Barbara Dunlop Lucha de Intereses

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Transcript of 211924600 Barbara Dunlop Lucha de Intereses

  • Editado por HARLEQUIN IBRICA, S.A.

    Nez de Balboa, 56

    28001 Madrid

    2013 Harlequin Books S.A.

    2014 Harlequin Ibrica, S.A.

    Lucha de intereses, n. 101 - enero 2014

    Ttulo original: A Conflict of Interest

    Publicada originalmente por Harlequin Enterprises, Ltd.

    Publicada en espaol en 2014

    Todos los derechos estn reservados incluidos los de reproduccin, total o parcial. Esta edicin ha sido publicada con autorizacin de Harlequin Books S.A.

    Esta es una obra de ficcin. Nombres, caracteres, lugares, y situaciones son producto de la imaginacin del autor o son utilizados ficticiamente, y cualquier parecido con personas, vivas o muertas, establecimientos de negocios (comerciales), hechos o situaciones son pura coincidencia.

    Harlequin, Harlequin Deseo y logotipo Harlequin son marcas registradas propiedad de Harlequin Enterprises Limited.

    y son marcas registradas por Harlequin Enterprises Limited y sus filiales, utilizadas con licencia. Las marcas que lleven estn registradas en la Oficina Espaola de Patentes y Marcas y en otros pases.

  • Imagen de cubierta utilizada con permiso de Harlequin Enterprises Limited. Todos los derechos estn reservados.

    I.S.B.N.: 978-84-687-4046-1

    Editor responsable: Luis Pugni

    Conversin ebook: MT Color & Diseo

  • Captulo Uno

    Era noche de celebracin en Washington D.C., y Cara Cranshaw tena que elegir entre el presidente y su amante. Uno entraba triunfante en el saln de baile del hotel Worthington mientras sonaba el himno presidencial de Estados Unidos y ochocientas personas lo aclamaban. El otro la miraba con audacia desde la otra punta del saln, con un mechn de rebelde pelo oscuro sobre la frente, la pajarita ligeramente torcida y unos ojos que transmitan un claro mensaje: que la quera desnuda. En ese momento, era el periodista de investigacin Max Gray quien tena toda su atencin. A pesar de estar decidida a terminar con su relacin, no poda apartar la vista de la suya ni pudo evitar tocarse el abdomen en un acto reflejo. No obstante, no poda seguir con Max y Ted Morrow acababa de jurar su cargo como presidente. Seoras y caballeros anunci el maestro de ceremonias por encima de la msica y de los aplausos entusiasmados de los asistentes. El Presidente de los Estados Unidos de Amrica. El saln estall en vtores y el volumen de la msica aument. La multitud hizo un pasillo para dejar pasar al presidente Morrow. Cara se movi tambin automticamente, pero sigui sin poder apartar la mirada de la de Max, que tambin retrocedi un par de pasos. Cara intent transmitirle la firmeza de su decisin con la expresin de su rostro. No poda permitir que Max se diese cuenta de lo confundida y asustada que se senta despus de haber estado en el mdico esa tarde. Firmeza, se record a s misma, nada de dudas y mucho menos miedo. Llega tarde le grit Sandy Haniford al odo. Sandy era una de las personas ms jvenes y nuevas de la oficina de prensa de la Casa Blanca, donde Cara trabajaba como especialista en relaciones pblicas. Esa noche, Cara estaba acompaando al presidente y a su equipo de fiesta en fiesta, mientras que Sandy estaba all como enlace con el Servicio de Prensa Estadounidense. Solo un par de minutos respondi Cara sin apartar la vista de Max. Firmeza, se repiti. El inesperado embarazo le haba puesto la vida del revs, pero eso no cambiaba su trabajo all esa noche. Ni alteraba su responsabilidad ante el presidente. Tena la esperanza de que el presidente llegase pronto continu Sandy. Tenemos una incorporacin de ltima hora a los discursos.

  • Cara gir la cabeza. Las palabras de Sandy haban roto el bloqueo psicolgico que le causaba Max. Qu has dicho? Que tenemos otro orador ms. No es posible. Los oradores, en especial aquellos que intervenan en los eventos patrocinados por organizaciones que no simpatizaban con el presidente, eran vetados con semanas de antelacin. El Servicio de Prensa Estadounidense no era precisamente amigo del presidente Morrow, pero aquella fiesta era una tradicin y no le haba quedado ms remedio que asistir. La aparicin estaba estrictamente planeada y el presidente solo pasara treinta minutos en la sala de baile del Worthington. Llegara a las diez cuarenta y cinco, bueno, al final haba sido a las diez y cincuenta y dos, y se marchara a las once y cuarto en punto. Despus asistira a la fiesta de las fuerzas armadas y haba dejado claro que quera llegar a tiempo para saludar a las tropas. Qu quieres que haga? Le hago un placaje al tipo antes de que llegue al micrfono? le pregunt Sandy a Cara en tono sarcstico. Tenas que haber resuelto el problema antes respondi esta, sacando el telfono para llamar a su jefa, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Lynn Larson. Piensas que no lo he intentado? Es evidente que no lo suficiente. Cmo les has podido dar permiso para aadir un orador? No me han pedido permiso respondi Sandy con el ceo fruncido. El propio Graham Boyle ha apuntado a Mitch Davis en la agenda para que haga un brindis. Me ha asegurado que sern mximo dos minutos. Mitch Davis era uno de los reporteros estrella de la cadena ANS. Y Graham Boyle poda ser el dueo multimillonario de la cadena y el patrocinador de aquella fiesta, pero ni siquiera eso le daba derecho a imponerse al presidente. Cara no pudo evitar mirar a Max un instante. Era el periodista de investigacin ms popular de National Cable News, la cadena rival de ANS, y tambin era de los que movan los hilos. A lo mejor saba lo que estaba pasando all, pero ella no poda preguntarle aquello ni nada relacionado con su trabajo, ni entonces ni nunca. Cara marc el nmero de su jefa. Pero salt el contestador. Colg y volvi a intentarlo. Vio cmo el presidente llegaba a la mesa principal, situada delante del

  • escenario, y aceptaba las felicitaciones de los elegantes invitados. El maestro de ceremonias, David Batten, famoso presentador de la cadena ANS, volvi al micrfono para darle al presidente una breve pero clida bienvenida y la enhorabuena, y despus dio paso a Graham Boyle. Segn lo previsto, Graham tena tres minutos para hablar. Despus, el presidente bailara con la presidenta de un hospital benfico local y con Shelley Michaels, otra estrella de ANS. A continuacin, estara siete minutos en la mesa con la junta directiva de la cadena y, luego, se marchara. Cara guard el telfono y avanz hacia el escenario. Haba una escalera en cada extremo, as que tena un cincuenta por ciento de posibilidades de poder impedir que Mitch Davis llegase al micrfono. Era una pena que no fuese ms alta, ms fuerte y, tal vez, un poco ms masculina. Volvi a pensar en Max, que esquivaba las balas en ciudades arrasadas por la guerra, escalaba montaas para llegar a campamentos rebeldes y se abra camino entre cocodrilos e hipoptamos para informar acerca de la lucha por la supervivencia de los pueblos indgenas. Si Max Gray se propusiera evitar que alguien subiese al escenario, seguro que lo consegua. Era una pena que Cara no pudiese pedirle ayuda y tuviese que hacer aquello sola. Se decidi por las escaleras de la parte derecha del escenario y sigui avanzando entre la multitud. Graham Boyle se estaba emocionando al hablar del papel de ANS en las elecciones presidenciales. Haba lanzado un par de pullas al presidente Morrow, pero no haba dicho nada que pudiese considerarse ofensivo. Cara dese ser ms alta. Desde donde estaba, no vea las escaleras ni si Mitch estaba esperando para subir por la parte derecha del escenario. Tambin se arrepinti de haber optado por ir cmoda, con unos tacones bajos, en vez de haberse puesto los zapatos que su hermana Gillian le haba regalado por Navidad. En esos momentos, le habran venido muy bien unos centmetros ms. Adnde vas? le pregunt Max al odo. No es asunto tuyo respondi ella, intentando poner distancia entre ambos. Te veo muy decidida. Mrchate. l se acerc todava ms. A lo mejor puedo ayudarte. Ahora no, Max. Estaba trabajando. Por qu le haca Max aquello? Estoy seguro de que tu destino no es un secreto de Estado. Cara aminor el paso.

  • Intento llegar al escenario, de acuerdo? Ya ests contento? Sgueme le dijo l, ponindose delante. Max, que meda casi un metro noventa y era ancho de hombros, tena una figura imponente. Cara imagin que el hecho de ser famoso tambin influa. El mes anterior lo haban elegido como uno de los diez hombres ms sexys de la ciudad. El caso era que poda moverse entre la multitud mucho ms deprisa que ella, as que decidi resignarse y seguirlo. No obstante, despus de unos metros se quedaron parados entre la gente. Para qu quieres llegar al escenario? le pregunt Max, girndose hacia ella. Que sepas que no conozco ningn secreto de Estado contest Cara. Mi trabajo no es ese. Dado que yo no soy ningn espa extranjero, deberamos ser capaces de mantener esta conversacin sin poner en peligro la seguridad del pas. Buenas noches, seor presidente dijo la inconfundible voz de Mitch Davis a travs del micrfono. Un murmullo de sorpresa recorri el saln, ya que Mitch era un conocido detractor del presidente Morrow. Cara se tambale. No haba conseguido detenerlo. Para empezar, seor, permita que lo felicite en nombre del Servicio de Prensa Estadounidense por su eleccin como Presidente de los Estados Unidos de Amrica. La multitud aplaudi, aunque tal vez no fue un aplauso tan fuerte como los anteriores. Sus amigos continu Mitch sonriente, sus simpatizantes y sus padres deben de estar muy orgullosos. Cara intent ver la expresin del presidente para ver si estaba enfadado o simplemente molesto por el cambio de programa, pero no consigui encontrarlo entre la multitud. El presidente est sonriendo le dijo Max, consciente de su preocupacin. Aunque parece un poco tenso. Davis no estaba en el programa gru ella. No me digas coment l en tono sarcstico, como si solo un idiota pudiese pensar lo contrario. Cara lo fulmin con la mirada y se abri paso entre los asistentes a codazos. Lynn Larson iba a ponerse furiosa. En realidad, no era responsabilidad suya asegurarse de que todo saliese bien en aquella fiesta, pero haba trabajado en estrecha colaboracin con todos los coordinadores de cada una de las fiestas, as que, en parte, aquello era culpa suya.

  • Por suerte, Max no la sigui. Supongo que la ms orgullosa de todas ser su hija aadi Mitch justo en el momento en el que Cara llegaba a un lugar desde el que poda ver a Mitch en el escenario. El saln se qued en silencio. El presidente estaba soltero y no tena hijos. Confundida tambin por aquellas palabras, Cara se detuvo a tan solo un par de metros de Lynn, que estaba en la mesa del presidente. Lynn mir hacia las escaleras que haba al final del escenario, como si estuviese calculando el tiempo que iba a tardar Cara en llegar a ellas. Mitch hizo una breve pausa y despus continu: Su hija de la que hace tantos aos que no sabe nada, Ariella Winthrop, que est aqu esta noche para celebrarlo. La multitud tard medio segundo en reaccionar. Tal vez estuviese intentando averiguar si aquello era una broma de mal gusto. Pero Cara pronto se dio cuenta de que era algo mucho ms siniestro que una broma. La vista se le fue hacia un rincn del escenario, donde estaba su amiga Ariella. Esta tena una empresa de organizacin de eventos a la que haban contratado para preparar aquella fiesta. A Cara se le encogi el estmago al darse cuenta de repente del gran parecido que haba entre Ariella y el presidente. Adems, haca aos que Cara saba que Ariella era adoptada y que no conoca a sus padres biolgicos. El volumen de los murmullos aument y Cara imagin a ms de cien personas enviando mensajes de texto a travs de sus telfonos mviles. Dio un paso hacia donde estaba Ariella, pero esta se dio la media vuelta y desapareci detrs del escenario. Mitch levant su copa. Por el presidente. Nadie respondi. Cara fue hacia donde estaba Lynn mientras los asistentes empezaban a hacerse preguntas en voz alta y la prensa se volcaba sobre la mesa. Dirjanme a m las preguntas dijo Lynn, levantndose de la silla y llamando, al menos un momento, la atencin de los periodistas. El presidente Morrow pareca haberse quedado de piedra. Es evidente que vamos a tomarnos cualquier acusacin de este tipo muy en serio empez Lynn, hacindole un gesto a Cara con la cabeza para que se dirigiese hacia el escenario. Esta reaccion al instante rodeando la repentina rueda de prensa para ir a por el micrfono. Se dio cuenta de que el equipo de seguridad haba rodeado al presidente y se lo llevaba hacia la salida ms cercana. Las limusinas ya estaran

  • esperndolo all. Cara no tena ni idea de si la acusacin de Mitch Davis era cierta, o si este haba aprovechado el parecido fsico entre Ariella y el presidente, pero eso no importaba. La noticia habra llegado ya hasta la otra punta del pas, incluso hasta la otra punta del mundo. Subi las escaleras y, mirando fijamente a Mitch Davis, se acerc a quitarle el micrfono. l se lo cedi. Al parecer, haba cumplido con su cometido. Mitch mir hacia la multitud y su expresin cambi. Cara se dio cuenta de que Max lo miraba a l de manera amenazadora y se acercaba al escenario para esperarlo al final de las escaleras. Seoras y caballeros empez Cara, intentando improvisar un discurso. La Casa Blanca les agradece que hayan querido celebrar esta noche la eleccin del presidente y los invita a seguir disfrutando de la fiesta. Los miembros de la prensa podrn asistir maana a la habitual sesin informativa y hacer sus preguntas en ella. Cara se gir para aplaudir al grupo de msica. Les dejo con la maravillosa msica de Sea Shoals, que amenizar el resto de la velada. Y despus le hizo un gesto al lder del grupo que, afortunadamente, la entendi y unos segundos despus empezaron a sonar los primeros acordes de jazz. Cara baj rpidamente del escenario. Max estaba esperndola al final de las escaleras, pero ella consigui mantenerlo alejado con la mirada. Era la primera vez que lo consegua. No obstante, l articul las palabras ms tarde y Cara supo que aquello no haba terminado. Haba ocasiones en las que ser un personaje televisivo resultaba frustrante e inconveniente pero, para Max Gray, esa noche no era una de ellas. Solo haba estado en casa de Cara un par de veces, pero el portero del edificio lo conoca y permiti que llegase hasta el ascensor sin llamar antes a Cara para pedir su autorizacin. Una suerte, porque Max saba que lo ms probable era que Cara no quisiera que subiese. Y necesitaba verla. El desastre ocurrido en la fiesta de ANS haba sido un duro golpe para la Casa Blanca, en particular, para su oficina de prensa. Cara y Lynn haban reaccionado de manera muy profesional, pero Cara deba de estar disgustada. Y preocupada por lo que ocurrira despus. Era probable que aquel escndalo

  • hubiese desbaratado la agenda de la Casa Blanca para varios meses. Max necesitaba ver con sus propios ojos que Cara estaba bien. Sali del ascensor a un pequeo recibidor. El edificio haba sido un colegio que en esos momentos albergaba una docena de lofts, caracterizados por sus techos altos, grandes ventanales y espacios abiertos. El de Cara tena un recibidor pequeo del que salan unas escaleras de caracol que daban a un luminoso saln en el que tambin haba una cocina con encimeras de mrmol en un rincn. La zona del dormitorio estaba separada del resto por unos paneles de madera. A Max le haba encantado nada ms verlo. Le recordaba a la propia Cara, sin pretensiones, alegre, divertida. Era prctica y desprenda toda ella una belleza natural, desde el pelo moreno y corto a los intensos ojos azules, desde los carnosos labios a aquel cuerpo atltico y sano. Siempre estaba llena de energa y la vida no pareca impresionarla lo ms mnimo. El pequeo recibidor comn tena cuatro puertas. La ltima vez que Max haba estado all haba sido a mediados de diciembre. Cara haba mantenido las distancias desde que Ted Morrow haba ganado las elecciones en noviembre, pero despus le haba comprado a Cara un regalo durante un viaje a Australia, unos pendientes de diamantes rosas de la mina de Argyle. Haba escogido las piedras preciosas l mismo y haba pedido que las engarzasen en oro de dieciocho quilates, especialmente para ella. Esa noche, Cara lo haba dejado entrar y haban hecho el amor por lo que sera, probablemente, la ltima vez, al menos durante aquel mandato. Cara haba insistido en que deban guardar las distancias, ya que l era un conocido presentador de televisin y ella trabajaba para el presidente. Max se estremeci solo de pensarlo. No quera tener que esperar cuatro aos para volver a tenerla entre sus brazos. Llam a la puerta de Cara y esper a or sus pasos en las escaleras de caracol, que eran de hierro forjado. La oy detenerse frente a la puerta y supo que estaba mirando por la mirilla. Eran pocas las personas que podan atravesar la entrada del edificio sin que el portero las anunciase, as que Cara ya deba de saber que era l. El hecho de que hubiese bajado las escaleras era buena seal. Mrchate le pidi a travs de la puerta. De eso nada respondi l, apoyando el puo en la madera. No tengo nada que decirte. l se acerc ms a la puerta para no tener que levantar la voz y alertar as a los vecinos. Ests bien, Cara? Estupendamente.

  • Necesito hablar contigo. Ella no respondi. De verdad quieres que lo haga desde aqu? la ret Max. Lo que quiero es que te marches. No lo har hasta que me asegure de que ests bien. Ya soy mayorcita, Max. Puedo cuidarme sola. Ya lo s. Entonces, por qu has venido? breme la puerta y te lo dir. Buen intento. Cinco minutos le rog l. Cara no respondi. Diez si tengo que decrtelo desde aqu. Un par de segundos despus oy cmo Cara quitaba la llave. La puerta se abri y ella apareci vestida con una camiseta ancha de color gris y unos pantalones negros de gimnasia. Estaba descalza, despeinada e iba sin maquillar, por lo que se podan ver esas pecas que hacan que fuese todava ms linda. Hola le dijo Max en voz baja, resistiendo el impulso de tocarla. De verdad que estoy bien coment ella, apretando despus los labios, con la mandbula tensa y agarrando la puerta con fuerza. l asinti y entr. Cerr la puerta y mir hacia la escalera de caracol. Solo cinco minutos repiti Cara. Puedo tomarme un refresco en menos de cinco minutos. Ella sacudi la cabeza, pero fue hacia las escaleras. Max la sigui y volvi a hacer un esfuerzo para no tocarla. Haba habido un tiempo, aunque muy breve, en el que haba podido hacerlo con toda libertad. Quieres una Coca-Cola o prefieres una cerveza? le pregunt ella al llegar a lo alto de las escaleras, dirigindose hacia la cocina. Una cerveza decidi Max, quitndose la chaqueta del esmoquin y aflojndose la pajarita. Se acerc a la zona en la que haba dos sofs de cuero verde, un par de sillones a juego y varias mesas bajas con lmparas, todo acompaado por una bonita alfombra marrn y dorada. Las vistas de la ciudad eran muy amplias. La noche se haba aclarado con una capa recin cada de nieve, que cubra los edificios y los rboles, y reflejaba las luces del parque que haba al otro lado de la calle. Cara volvi con una lata de cerveza para l y otra de Coca-Cola para ella. Le tendi la de cerveza y despus se hizo un ovillo en uno de los sillones y abri el refresco.

  • Cuatro minutos le advirti. l abri su cerveza y se sent en un extremo de uno de los sofs. Se quit el reloj y lo dej encima de la mesa del caf para poder verlo. Se dio cuenta de que Cara sonrea involuntariamente. Ests bien? le pregunt Max en voz baja. Estoy bien le asegur ella una vez ms. Lo sabas? aadi l sin poder evitarlo. Sabes que no puedo responderte a eso. S. Contaba con poder leerte la expresin. Y lo has hecho? Es tan inescrutable como siempre. Gracias. Me ayuda en mi trabajo respondi Cara, dndole un sorbo a su lata. Sabes que tendr que investigar la noticia. Lo s. No quiero hacerte dao. Y respeto al presidente, pero una hija secreta? No es seguro que sea su hija. Max se qued inmvil. Le sorprendi que Ca-ra hubiese dicho aquello. Pronto lo sabremos. Cara asinti. Has hablado con Ariella? Max saba que eran amigas; Cara le haba presentado a la otra mujer en una fiesta benfica que haba tenido lugar antes de las elecciones. Cara dej la lata encima de una mesa que tena al lado. De verdad piensas que eso beneficiara a alguien? Eso no es ni un s ni un no. La expresin de Cara se mantuvo completamente neutra. Eres muy buena admiti Max. Ella se puso recta. S que tienes que investigarlo, Max, pero voy a pedirte que, al menos, seas justo al hacerlo. Por favor, ten en cuenta todos los hechos antes de contribuir a aumentar la histeria colectiva. Max se inclin hacia delante y aspir el olor a coco de su champ. Estaban tan cerca que tuvo que hacer un gran esfuerzo para no besarla. Siempre tengo en cuenta todos los hechos. Ya sabes lo que quiero decir. l alarg la mano para tomar la de Cara, pero esta se la apart. La cosa se va a poner fea. Max supo que se estaba quedando muy corta. La prensa, por no

  • mencionar a la oposicin, ya haba olido la sangre y estaba al acecho. Tienes que volver al trabajo esta noche? Lynn va a hacer el turno de noche. Yo ir maana a primera hora. La cosa va a durar tiempo coment l. Deseaba poder hacer algo para ayudarla, pero su trabajo era muy distinto del de Cara; de hecho, estaban reidos. S respondi ella, que ya pareca cansada. Yo ser justo, Cara. Gracias le dijo ella en tono un tanto melanclico. Por un momento, sus ojos azules se ablandaron y su expresin se volvi menos cauta. l volvi a intentar tomar su mano, en esa ocasin se la agarr antes de que le diese tiempo a apartarla. Cara mir sus manos unidas y dijo en un susurro: Ya sabes cules son los motivos. Pero no estoy de acuerdo con ellos. No puedo salir contigo, Max. Y yo no puedo dejar de desearte, Cara. Ella levant la mirada y clav en l sus ojos. Intntalo, Max. Eres un hombre fuerte, as que utiliza esa fuerza e intntalo. l no pudo evitar sonrer al or aquello. No estoy aqu para obtener informacin, sino porque estaba realmente preocupado por ti. Ya te he dicho... Que ests bien. Lo s. Cara no iba a decirle lo contrario. Tena la piel cremosa y aterciopelada, los labios oscuros y suaves, ligeramente separados. Max imagin su sabor, su olor, su suavidad y se dej llevar por el instinto. Inclin la cabeza y se ech hacia delante. Pero Cara retrocedi con brusquedad antes de que le diese tiempo a besarla. Tus cinco minutos se han terminado. Max suspir y le solt la mano. S, supongo que s. Max se haba dejado el reloj en su casa. Cara no saba si lo haba hecho a propsito. Era un Rolex platinum con esmeraldas talla baguette en la esfera. Ni siquiera poda imaginarse el precio. Era evidente que ser un personaje

  • televisivo tena sus ventajas. Al irse a la cama, Cara haba dejado el reloj en su mesita de noche y haba utilizado su alarma como refuerzo porque tena que levantarse a las tres y media de la madrugada. Despus se lo haba metido en el bolso antes de dirigirse a su despacho, situado en el ala oeste de la Casa Blanca. Si Max la llamaba para preguntarle por l, se lo acercara antes de volver a casa. No iba a permitir que este lo utilizase para volver a ir a verla. Pas su tarjeta identificativa por el escner que haba en la entrada de la Casa Blanca y atraves el arco de seguridad antes de que amaneciese. Oy un aspirador y vio a varios repartidores en el vestbulo principal. La parte delantera estaba tranquila, pero el nivel de actividad aumentaba segn se iba acercando a la oficina de prensa. Se cruz con varias personas antes de llegar a su pequeo despacho. Buenos das, Cara la salud su jefa, Lynn, que haba salido a su encuentro. Ella se desabroch el abrigo y se quit la bufanda del cuello mientras segua andando. Has tenido oportunidad de hablar con el presidente? Lynn neg con la cabeza y se cambi de mano una carpeta. El Servicio Secreto ha estado una hora con l. Luego ha entrado Barry. Y, despus, se ha ido a su residencia. Es verdad? Una de las asistentes de comunicacin apareci y tom la bufanda y el bolso de Cara. Esta se quit el abrigo y se lo dio tambin. No lo sabemos respondi Lynn, empujando la puerta de su despacho. Ella la sigui dentro. No se lo ha preguntado Barry? El jefe de personal, Barry Westmore, conoca al presidente mejor que nadie. Por su parte, como secretaria de prensa, Lynn tena el despacho ms grande de la parte de comunicacin. En l haba un enorme escritorio de roble, un largo aparador, un sof color crema y tres pantallas de televisin situadas en una pared y en las que se vean los informativos de tres continentes distintos. Los periodistas estaban especulando en ingls, alemn y ruso acerca de la vida personal del presidente. Lynn se dej caer en su silln de cuero e hizo girar el anillo de topacio que llevaba en el dedo de la mano derecha. Las luces del jardn, que rompan la oscuridad de la noche, se vean a travs de la ventana que tena delante. Aunque sea verdad, el presidente no era consciente de que tena una

  • hija. Eso es bueno. Desde el punto de vista de las comunicaciones, era clave en aquella situacin. Lynn no pareca tan aliviada como Cara. Hay varias posibles mujeres. Cara arque las cejas. Barry y yo hemos hecho las cuentas continu Lynn. Teniendo en cuenta todas las variables del periodo de gestacin, ya que el beb pudo ser prematuro, hay tres posibles madres. Tres? pregunt Cara sonriendo, a pesar de la gravedad de la situacin. Vaya con el seor Presidente. Lynn frunci el ceo al or semejante impertinencia. Fue durante su ltimo ao de instituto. Era una estrella del ftbol. Lo siento aadi Cara enseguida, sentndose en una de las sillas que haba al otro lado del escritorio. Su jefa rechaz la disculpa con un gesto de la mano. Se niega a darnos los nombres. Para empezar, quiere saber si Ariella es realmente su hija. Solo si es cierto que es su hija permitir que investiguemos a sus exnovias. La prensa las encontrar antes le advirti Cara, sin poder evitar pensar en Max. Es verdad admiti Lynn, pero el presidente no quiere arruinar varias vidas inocentes. Cara pens que ya era demasiado tarde. Se sabran los nombres de todas las mujeres que hubiesen tenido la mala suerte de acostarse con el presidente Morrow en el instituto. Lynn volvi a hacer girar su anillo. Siempre surge algo inesperado. Y siempre se trata de sexo. La prxima vez, recurdame que apoye a algn cerebrito, que haya sido presidente de un club de ajedrez o algo as. Hoy en da, los cerebritos tambin tienen sus los coment Cara. Es porque pensamos que algn da sern ricos. Ese es el motivo por el que voy a ligar al Internet caf de mi barrio. Lynn sonri y su expresin cansada cobr algo de vida. Tena que haberme casado con un empolln del instituto. En vez de hacerlo con un atractivo capitn de navo? Lynn se encogi de hombros, pero no pudo evitar que le brillasen los ojos. Eran las vacaciones de primavera y estaba tan guapo con su traje

  • blanco... Ni siquiera te paraste a mirar dos veces a los empollones la acus Cara. Las hormonas no atienden a razones. Cara volvi a pensar en Max e hizo un esfuerzo por borrarlo de su mente. Has hablado con Ariella? Nadie sabe dnde est. No me extraa admiti Cara, que habra hecho lo mismo. Crees que podras encontrarla t? le pregunt Lynn. A Cara le habra encantado intentar encontrar a Ariella y asegurarse de que estaba bien, pero no iba a abandonar a Lynn para llevar a cabo una bsqueda infructuosa. Me necesitas aqu. Podemos vivir sin ti. Vaya, eso es justo lo que esperaba or. Vas a tener que dar una rueda de prensa hoy mismo. Y necesitas que la escriba. Tambin necesitas dormir. Ella tambin dese haber podido dormir ms de tres horas. Saba que, estando embarazada, tena que preocuparse ms por comer y dormir bien, pero eso era bastante complicado con su trabajo. En especial, durante aquella crisis. Me vendr bien dormir un rato admiti Lynn. Barry est preparando una declaracin, y no vamos a hablar con la prensa hasta por la tarde. Crees que podrs encontrar a Ariella? Cara se puso en pie. Tena que pensar que su embarazo ira bien durante las primeras semanas a pesar del caos que reinaba en su vida. Se dijo que algunas mujeres ni siquiera saban que estaban embarazadas a esas alturas. Puedo intentarlo le respondi a su jefa. Pues ve. Mrchate de aqu. Cara fue hacia su propio despacho despus de recuperar el bolso y el abrigo. Si daba con Ariella, al menos podra ofrecerle la proteccin del Servicio Secreto. Se enroll la bufanda al cuello antes de salir a la nieve. Si la historia era cierta, Ariella necesitara proteccin para el resto de su vida, y eso solo sera el principio. Ella misma solo trabajaba para la Casa Blanca, pero eso haba cambiado toda su vida. No poda ni imaginar cmo estara Ariella.

  • Captulo Dos

    Despus de recorrer la ciudad durante horas, buscando a Ariella en todos los lugares en los que pens que podra estar, Cara tir la toalla. Eran casi las nueve de la noche, haba dejado una docena de mensajes y haba preguntado a todas las personas que podan saber algo de ella. Cuando entr al ascensor que llevaba a su loft, estaba agotada. Tal vez Ariella se hubiese marchado del pas. Cara meti la llave en la cerradura y abri la slida puerta de roble. Nada ms entrar se dio cuenta de que algo no iba bien. Arriba haba una luz encendida y se oa msica. Se llev automticamente la mano al bolso, donde tena el reloj de Max. Si este lo haba utilizado como excusa para volver, si el portero lo haba dejado entrar en su casa, ambos lo iban a pagar muy caro. Tal vez Max fuese una estrella de televisin a la que admiraba media ciudad, pero eso no le daba derecho a entrar en su casa y ponerse cmodo. Cara dej el abrigo y la bufanda en un extremo del banco que haba en la entrada y se quit las botas sin molestarse siquiera en guardarlas en el armario. Subi las escaleras de caracol haciendo acopio de valor y dispuesta a atacar antes de que a Max le diese tiempo a camelarla. Entonces se dio cuenta de que la msica que sonaba era de Beyonc. Y que ola a algo en el horno. Lleg a lo alto de las escaleras y se qued de piedra. Ariella estaba en el centro de su cocina y haba harina por todas partes. Se haba puesto una de sus camisetas viejas encima de un vestido corto y llevaba unos guantes de horno rojos en las manos, en las que tena una bandeja con magdalenas de chocolate. Espero que no te importe le dijo. No saba adnde ir. Por supuesto que no me importa respondi Cara, cruzando rpidamente la habitacin. He estado buscndote por todas partes. Ariella dej la bandeja. Han rodeado mi casa y el club. No me he atrevido a ir a un hotel y me ha dado miedo ir al aeropuerto. Saba que tu portero me conoca y he fingido que haba perdido una llave que t me habas dado. Has hecho bien viniendo aqu le dijo Cara dndole un abrazo solo a medias para evitar mancharse de harina. Entonces mir las bonitas magdalenas de vainilla, chocolate y terciopelo rojo, con su cobertura de mantequilla. Ariella las haba adornado

  • con flores, arcoris y mariposas de mazapn. Tienes hambre? le pregunt en tono de broma. Es la energa que dan los nervios. Podramos llevarlos al despacho y venderlos. Haba por lo menos cinco docenas y no podan echarlos a perder. Ariella se quit los guantes y apag la msica. Tienes vino? Por supuesto. No tena mucha variedad, pero siempre haba algo. Fue a buscarlo. Merlot? Shiraz? Cabernet Sauvignon? Tambin tengo un Mondavi seleccin privada. No creo que sea el da de desperdiciar una buena botella de vino. Cara rio y sac la botella. Hoy prefiero cantidad a calidad coment Ariella. Te entiendo le dijo Cara, volviendo a la cocina y buscando un lugar entre tanto desorden para abrir la botella. Las copas estn encima de los fogones. Ariella las sac y las dos se fueron al saln. Una vez all, Ariella se quit la camiseta y se qued con un sencillo vestido de cctel gris. Se dej caer en un silln y se hizo un ovillo en l. Hay que dejar que se oree? En caso de emergencia, no es necesario respondi Cara, empezando a servir. Ariella se inclin hacia delante y tom la primera. Cara llen su copa y se sent en el sof. Entonces se acord de que estaba embarazada y la dej. Voy a dejar que mi vino se oree unos minutos aadi. Bueno, cmo lo llevas? T qu crees? Yo estara flipando. Estoy flipando. Podra ser cierto? le pregunt Cara. Sabes algo acerca de tus padres biolgicos? Ariella neg con la cabeza. No s nada en absoluto admiti, y luego rio. Salvo que eran de raza blanca. Pienso que estadounidenses. Y tal vez uno de ellos haya llegado a presidente. Siempre pens que tenas unos genes espectaculares. Ariella se puso en pie, se acerc a un espejo que haba al final de las

  • escaleras y se mir en l. Crees que me parezco a l? Un poco admiti Cara, levantndose para acercarse a su amiga. Bueno, la verdad es que te pareces bastante. Lo suficiente como para... S susurr Cara abrazndola. Ariella cerr los ojos un instante. Necesito marcharme a algn lugar en el que esto no sea tan importante. Deberas quedarte en Washington. Podemos protegerte. El Servicio Secreto... No respondi Ariella, volviendo a abrir los ojos. Sus miradas se cruzaron en el espejo. Vas a tener que hacerte una prueba de ADN le dijo Cara. Ariella neg con la cabeza. Todava no le respondi su amiga. Una cosa es sospecharlo y, otra, estar segura, lo entiendes? Cara crey entenderlo. Me har la prueba de ADN, pero todava no. No s si sera capaz de asimilarlo si el resultado fuese positivo aadi Ariella. Adnde vas a ir? No puedo decrtelo. Tienes que decir la verdad cuando te pregunten en el trabajo. Podra mentir. No, no puedes. Cara supo que tena razn. Cmo podr ponerme en contacto contigo? Te llamar yo le respondi su amiga con la voz quebrada. Nada de esto es culpa tuya coment Cara, volviendo a abrazarla por los hombros. Ariella asinti. Es un buen hombre. Seguro que s, pero es el presidente. Y eso significa... Ariella se interrumpi antes de terminar la fra-se. S dijo Cara. Eso significaba que el circo no haba hecho ms que empezar. Su telfono pit y Cara supo que se trataba de un mensaje de Lynn. Sac el aparato del bolso y ley el mensaje, que deca que pusiese la cadena ANS. Qu pasa? le pregunt Ariella al ver su expresin.

  • Es Lynn. Est pasando algo. Est en las noticias. Cara fue hacia la zona de saln y apret un botn del mando de la televisin para poner la cadena ANS. Ariella se acerc a su lado. Tena un mal presentimiento coment. La periodista Angelica Pierce estaba especulando acerca de Ariella y de su relacin con el presidente, y estaba hablando de una mujer llamada Eleanor Albert que era del pueblo natal del presidente, Fields, Montana. Al otro lado de la pantalla apareci un viejo lbum de fotos en el que estaban el presidente y la tal Eleanor Albert. En medio brot una fotografa de Ariella. Cara se qued de piedra. Ariella tom aire y se agarr al sof. No gimi. Cara la sujet con fuerza. El parecido era tal que no iba a hacer falta ni la prueba de ADN. Max saba que la excusa de haberse olvidado el reloj para volver a casa de Cara era muy mala, pero no se le haba ocurrido nada mejor. Cara estaba en casa en esos momentos, las luces estaban encendidas. Acababa de ver las fotografas del presidente, Ariella y Eleanor en una web de noticias en su tablet. Se iba a armar una buena en la Casa Blanca y lo ms probable era que no pudiese volver a ver a Cara en las prximas semanas. Sali de su Mustang GT y se subi el cuello del abrigo para protegerse de la nieve. Volva a casa despus de cenar con uno de los jefazos de la cadena NCN y llevaba zapatos de vestir, as que intent cruzar la calle evitando los charcos. Al llegar a la marquesina del edificio se sacudi los copos de nieve de las mangas y vio aparecer ante l a Ariella Winthrop. Ambos se quedaron de piedra. Ariella? dijo Max, mirando a ambos lados de la calle para asegurarse de que no haba nadie. Hola, Max. Este se acerc y la agarr del brazo para alejarla de la farola. Qu ests haciendo? No puedes estar en la calle. Al parecer, no haba ningn otro periodista por all, pero no era seguro. Max solo la haba visto un par de veces, pero le caa bien. Era amiga de Cara y su instinto protector pareca despertarse con todo lo relacionado con ella. El portero me ha llamado un taxi. Un taxi? Es que no has visto las noticias? Has salido en todas partes.

  • Ya lo s. Deja que te lleve yo a casa. Max se dio cuenta de que aquello era ridculo. Te llevar a un hotel. O a donde t quieras, pero no puedes quedarte aqu sola esperando un taxi. Intent llevarla hacia su coche, pero Ariella se qued donde estaba. Max protest. l se gir para mirarla. T tambin eres periodista, recuerdas? No tienes por qu hablar. No digas nada le sugiri l. Puedo hacerte solo una pregunta? Ariella lo mir con impaciencia. Has sido t la que ha filtrado la informacin a ANS? Jams haba odo hablar de Eleanor Albert. Y las fotografas no demuestran nada. Adems, todava no s si es verdad. Todo el mundo lo sabe le dijo l en tono comprensivo, dndose cuenta de que Ariella no quera admitir la realidad. Deja que te lleve a la Casa Blanca. No! Has estado con Cara? le pregunt. Tal vez Cara no estuviese en casa. Eso son dos preguntas respondi Ariella. Est en casa? Te ha dejado marchar? Soy una mujer adulta, Max. Y tambin eres la hija del presidente. No hasta que se demuestre. A Max se le ocurri entonces otra idea. Vas a esconderte? El silencio de Ariella confirm sus sospechas. Puedo ayudarte. Te llevar a un lugar seguro. Ariella puso los ojos en blanco. Cmo voy a esconderme donde me diga un periodista de NCN? Estoy segura de que vas a hacer pblica esta conversacin. Max no poda mentir a sus jefes, pero s poda escoger qu contarles y cmo. Yo decidir cmo plantear la historia. Qu quieres que cuente? Ariella dud, y despus debi de decidir que no tena nada que perder. Que no tengo ni idea de quines son mis padres biolgicos y que me he marchado de Wa-shington. Hecho.

  • De verdad haras eso por m? S le contest Max con toda sinceridad. Despus de un momento, la expresin de Ariella se suaviz. Gracias, Max. Deja que te lleve por lo menos al aerdromo de Potomac. All podrs tomar un vuelo chrter adonde t quieras. Si necesitas dinero... Cmo vas a llevarme a Potomac y no informar de ello? Dir que fuentes cercanas a Ariella Winthrop nos han desvelado que se ha marchado de Washington, probablemente en un avin privado. Y que no se sabe nada del destino, ni del avin ni del piloto. Max volvi a mirar a ambos lados para asegurarse de que seguan solos. Podras recogerte el pelo, Ariella. Pararemos en alguna parte a comprar unos pantalones vaqueros, una gorra y unas gafas de sol. Toma un Learjet o alguno de esos vuelos en los que nadie hace preguntas. Ariella dud de nuevo y se mordi el labio inferior. Se te ocurre algo mejor? le pregunt Max. Qu ganas t con todo esto? Benevolencia. La tuya, la de la Casa Blanca y la del presidente. Adems, soy un buen tipo. Eres periodista. Pero sigo siendo un buen tipo. Y no me gusta ver a seoritas en apuros. Eso la hizo sonrer muy a su pesar. Tengo el coche al otro lado de la calle aadi Max. Si seguimos aqu, nos arriesgamos a que te reconozca alguien. En ese momento apareci un taxi. Ariella lo mir, pero luego le dijo a Max: Llvame al aerdromo de Potomac. Dos cosas le dijo Lynn a Cara desde detrs de su escritorio. Eran las diez de la maana y Lynn acababa de terminar de dirigirse a los periodistas en la sala de prensa. Era el segundo da que lo haca. Hasta el momento, el presidente Morrow haba permanecido lejos de los focos y solo haba participado en pequeos actos en los que la Casa Blanca poda controlar la lista de invitados. No obstante, Cara saba que eso estaba a punto de cambiar. Esa noche, el presidente tena que asistir a una representacin en el Kennedy Center. Evidentemente, Eleanor Albert es una de nuestras prioridades continu Lynn, contando con los dedos de la mano. Quin es? Dnde est?

  • Es la madre de Ariella? Qu va a decir pblicamente acerca del presidente? Despus, en Fields, Montana, hay mucha gente. Habr que ver qu saben, de qu se acuerdan y si quieren hacer declaraciones. Luego levant la vista y mir hacia la puerta que haba detrs de Cara. Aqu ests dijo, haciendo un gesto a la persona que haba en ella para que entrase. Pasa. Cara se gir y vio sorprendida que se trataba de Max. Iba vestido con unos vaqueros azules y botas, camisa blanca y americana oscura. Se acababa de afeitar. El hecho de ir siempre despeinado y de tener los hombros tan anchos y aquella imagen tan dura le daban un aura de poder, a pesar de que solo era un visitante en el ala oeste de la Casa Blanca. La mir a los ojos con expresin neutra. A Cara le cost un gran esfuerzo controlar su enojo a pesar de la presencia de Lynn. Max haba salido en televisin la noche anterior y haba contado lo que saba acerca del paradero de Ariella. Cara no saba cul era su fuente, pero Max la haba exprimido bien. Sintate le dijo Lynn, sealando el silln que haba al lado del de Cara. Ambos eran de piel marrn, de respaldo bajo y redondo, cmodos. Max se movi con cautela, pero hizo lo que Lynn le haba pedido. Quin es tu fuente? le pregunt esta sin prembulos. Sabes muy bien que no puedo revelar mis fuentes le respondi Max a Lynn, pero mir a Cara tambin. S puedes hacerlo si se trata de un asunto de seguridad nacional replic Lynn. Y este lo es. Max se apoy en el respaldo del silln. De verdad? Contina. Si la secuestran empez Lynn, haciendo girar su anillo, podramos tener un problema de seguridad nacional. Todava no sabes si es su hija. Estoy convencida solo con ver las fotogra-fas, y seguro que al resto del pas le ha pasado lo mismo. El presidente no va a correr ningn riesgo. Max se puso tenso. Entonces, me ests diciendo que el presidente se acost con Eleanor Albert? Lynn palideci. Yo no he dicho eso. Pero Max aprovech aquel tropiezo. Si no se hubiese acostado con ella, esto no sera un asunto de seguridad nacional.

  • Por un momento, Lynn se qued sin habla. Quin te dijo que Ariella iba a ir al aerdromo de Potomac? intervino Cara. Max gir la cabeza para mirarla. Su mirada era fra y, su expresin, perfectamente profesional. Venga, Max insisti ella. T tampoco quieres que nadie le haga dao a Ariella. Es inocente. Necesita la proteccin del Servicio Secreto. No me digas respondi Max. Y se lo dijiste anoche? Cara parpade y not que se le haca un nudo en el estmago. Le advertiste que necesitaba la proteccin del Servicio Secreto? insisti l. Cara supo que solo haba una manera de que Max supiese que Ariella haba estado en su casa. Por supuesto que s. Le rogu que me dejase ayudarla. Acabo de contrselo a Lynn. Max se gir hacia esta. Quieres saber mi fuente? La propia Ariella es mi fuente. Yo la llev al aerdromo de Potomac. Se ha marchado de Washington, Lynn. Lynn se puso muy recta. Y por qu demonios no se lo impediste? Porque no poda secuestrarla ni obligarla a quedarse aqu. Todava est en el pas? pregunt Cara. Me dijo que llevaba el pasaporte. Anoche no contaste nada de eso. Max se gir hacia ella; su expresin era de reproche. No, no lo hice. Y quieres ganar puntos con eso? inquiri Cara. Estara bien. Que se me reconozca un poco el mrito. Un poco de consideracin. Tal vez una exclusiva o dos. Me encontr con Ariella y le ofrec mi ayuda. Y antepuse su seguridad y el bien de mi pas a mis propios intereses. Estaba decidida a marcharse de Washington y pens que lo mejor que poda hacer era ayudarla. Cara asinti sin darse cuenta. Solo esperaba que Ariella volviese pronto. A todo el mundo le interesaba que se hiciese la prueba de ADN cuanto antes. La actitud de Lynn cambi. La Casa Blanca aprecia el esfuerzo que has realizado, Max le dijo. Eso pensaba respondi este, ponindose en pie. No soy el malo de la pelcula, pero tengo que hacer mi trabajo. Estaba saliendo del despacho cuando son el telfono de Lynn. Cara aprovech la oportunidad para levantarse y salir tras l.

  • Max? lo llam ya en el pasillo. l se gir y la esper. Ella seal con la cabeza hacia su despacho. Max entr en l y Cara cerr la puerta. Dnde te encontraste con Ariella? lo interrog inmediatamente. En Logan Circle. En mi casa. S. Estabas esperndola all. l se acerc y a Cara se le aceler el corazn. Por mucho que intentase mantenerse fra, no poda evitar sentirse atrada por Max Gray. De verdad es eso lo que piensas? le pregunt l. Que estaba esperando enfrente de tu casa por si Ariella sala de ella? Cara tuvo que admitir que aquello no tena sentido. Retrocedi un paso y se choc contra el borde del escritorio. A Max le brillaron los ojos mientras se acercaba ms. No se te ocurre ningn otro motivo? Ya te he dicho que no, Max. Fui a buscar mi reloj. Ambos sabemos que eso era una treta. S. Es verdad, pero no me has dejado eleccin, Cara. Tienes que mantenerte alejado. No puedo. Se oy un grito en el pasillo y el ruido de pisadas. No podemos hacer esto aqu le dijo ella. Dnde y cundo? Nunca, en ninguna parte. La respuesta no es correcta. Es la nica que puedo darte. Tengo que ponerme a trabajar, Max. Por si no has ledo los peridicos, tenemos una crisis. Lo siento mucho le dijo l en tono suave. De verdad. T tambin tienes que trabajar. S, ser mejor que me marche. Max le roz los nudillos con los suyos, haciendo que Cara se estremeciese y que se le encogiese el corazn y el abdomen. Antes de que le diese tiempo a protestar, se haba marchado. Cara rode el escritorio y se dej caer en su silln. Mir automticamente la pantalla del ordenador. Tena muchas cosas que hacer, pero no lograba concentrarse. Se llev la mano al estmago y la dej all. Acababa de quedarse

  • embarazada pero, si no fuese porque se haba hecho la prueba, todava no lo sabra. Sin embargo, lo saba. Y su embarazo iba a complicar las cosas todava ms. Max era sexy, divertido e inteligente. Y la deseaba, eso era evidente. Pero lo que no quera era formar una familia ni tener un hogar. Le haba contado que lo haba criado su madre, que su padre los haba abandonado y que l no tena planes de formar una familia. Tena xito en su trabajo y eso era todo lo que quera en la vida. Cara haba intentado evitarlo desde el principio. Teniendo en cuenta el trabajo de ambos, tener una relacin con l no le haba parecido sensato durante la campaa, le haba parecido una locura durante la votacin y un imposible despus del nombramiento del presidente. En ms de una ocasin haba pensado que Max solo la deseaba porque no la poda tener. A veces, en medio de la noche, haba fantaseado con la idea de dejarse llevar y pasar con l, en su cama, todo el tiempo que quisiese. Se haba preguntado cuntos das o semanas habra tardado Max en cansarse de ella. Para Max era solo una aventura ms, otra mujer de su larga lista, pero para Cara era diferente. Max le haba robado el corazn. Y en esos momentos estaba embarazada de l. Sonri con tristeza. Cuando fantaseaba en mitad de la noche solo pensaba en los das o las semanas que podra pasar con l, no en el momento en el que Max se marchaba y le rompa el corazn. Y algunos das incluso pensaba que poda merecer la pena.

  • Captulo Tres

    Las cosas que tena que hacer Max por su trabajo. Haba tenido que atravesar selvas, saltar cataratas, matar serpientes y escorpiones, y en una ocasin incluso haba tenido que luchar contra un cocodrilo. Pero nada lo haba preparado para aquello. Estaba en la montaa, en la ciudad natal del presidente, Fields, Montana, rodeado de unos quinientos nios que gritaban subidos a sus esques y tablas de snowboard. Durante la niez del presidente, Fields haba sido un pequeo pueblo rodeado de ranchos de ganado, pero con los aos se haba convertido en un lugar turstico al que ir a esquiar. Todava quedaban ranchos a ambos lados de la autopista, pero los duros vaqueros se codeaban con los turistas. Las zonas ms nuevas del pueblo eran muy tursticas, mientras que las antiguas eran una mezcla de casas nuevas y viejas. Su cmara, Jake Dobson, hizo girar la snowboard para detenerse a su lado. Haban empezado a trabajar juntos en una cadena de televisin pequea, en Maryland. Cuando haban llamado a Max para trabajar en NCN, este haba dejado claro que Jake iba en el mismo paquete. Jake era el hroe en la sombra de todas sus noticias. Echamos otra carrera? pregunt Jake. No respondi Max con el ceo fruncido, mirando a la multitud de nios que bajaba por la montaa. Ha sido horrible. Jake se ech a rer. Son inofensivos. Lo que me da miedo es llevarme a algn nio de ocho aos por delante. Podramos bajar por la pista negra. Todava faltaban un par de horas para que anocheciese. Claro. Seguro que ah solo atropello a chavales de doce y duermo mejor por la noche respondi l, agachndose para quitarse las sujeciones de la snowboard. Adems, tenemos que trabajar. Haban pasado la maana en la parte ms antigua de Fields, hablando con los rancheros. Haban hablado con varias personas que haban conocido al presidente de adolescente, pero, por desgracia, nadie quera hacer declaraciones ante la cmara. Tampoco haban querido contarles nada acerca de Eleanor.

  • A estas horas seguro que los rancheros estn ya en casa coment Jake. Se acuestan pronto y se levantan pronto. Tal vez, pero sus hijos y nietos estarn de fiesta, bailando con los turistas. Vas a fingir que eres un turista y mezclarte con la multitud? Por qu no? A Max le haba sorprendido muy gratamente lo respetuosos que parecan ser los habitantes de Fields. Era evidente que muchos lo haban reconocido por su programa After Dark, pero se haban limitado a sonrer y saludarlo. Haban sido pocos los que le haban pedido un autgrafo. En Washington, y tambin en Nueva York y en Los ngeles, la gente era mucho ms agresiva. No poda entrar en un restaurante, cafetera o bar de Washington sin que lo abordase una docena de personas. Se senta bien en Fields. Podemos tomarnos una hamburguesa antes? le pregunt Jake. Me muero de hambre. Buena idea le dijo Max, dirigindose hacia el hotel. Crees que va a haber nios por aqu toda la semana? Me temo que s respondi Jake. Es lo que me ha dicho uno de los monitores. Estupendo. A Max no le gustaban los nios. A algunas personas no les molestaban los ruidos, el desorden, el olor ni la irracionalidad de chiquillos. A Max los nios le daban pavor. Prefera la racionalidad. O, al menos, una irracionalidad predecible. Si haba aprendido algo de los adultos era que siempre actuaban de manera interesada. He pedido que nos cambien de habitacin le cont Jake. De verdad? pregunt Max sonriendo. Nos han cambiado a las casas que hay en lo alto de la colina. All solo hay adultos. Te quiero, to. Jake se ech a rer. Me he decidido al enterarme de que hay manantiales de agua caliente. Bueno, y tambin porque Jessica me dej la semana pasada. No quiero pasar mi primer viaje de trabajo soltero rodeado de colegiales. Que Jessica te ha dejado? Jake se quit un guante con los dientes. Volver, pero, hasta que lo haga, no tengo por qu guardarle la ausencia. Y ella est de acuerdo con eso?

  • Empezaron a subir las escaleras que llevaban hasta las taquillas en las que se guardaban los equipos. Los dos estamos solteros. Por m, como si quiere acostarse con medio Washington. Si dices eso es porque piensas que no es la mujer de tu vida. Eres un experto en la materia? replic Ja-ke. No, pero de eso estoy seguro. l ni siquiera era el novio de Cara y le costaba trabajo imaginrsela con otro. En teora, ambos estaban solteros, pero solo en teora. Guardaron el equipo, se cambiaron de botas y fueron al Alpine Grill, que estaba al otro lado de la calle. Max segua dndole vueltas al tema cuando una camarera les sirvi a cada uno una jarra de cerveza. Se haban sentado en una zona del restaurante que era solo para adultos, pero los gritos de los nios que haba al otro lado de la puerta se oan igualmente. Entonces un grupo de personas se puso a cantar el cumpleaos feliz a una tal Amy. Quieres que les cuente que tambin es tu cumpleaos? pregunt Jake. Por m, encantado respondi Max en tono seco. Luego le dio un sorbo a su cerveza. Acababa de cumplir treinta aos. A algunas personas les pareca todo un hito. Max no lo vea as. El da anterior haba tenido veintinueve aos y trescientos sesenta y cuatro das. Solo tena veinticuatro horas ms. No era para tanto. Jane gir la cabeza. Dios santo, si les han dado bengalas a los nios. Max se gir a mirar. Lo que llam su atencin no fueron las chispas, sino Cara. Estaba en la entrada del restaurante, muy guapa con una gruesa chaqueta azul turquesa, unos vaqueros y botas de tacn. Tena las mejillas sonrojadas por el fro, los labios brillantes y los ojos azules tan bonitos como siempre. A Max se le encogi el pecho. Empuj la silla hacia atrs y se levant de la mesa. No han quemado nada, Max coment Jake. Todava. Este no respondi. Tena la atencin puesta en Cara. Pas junto a las dems mesas ajeno a los gritos de los nios, el olor de las hamburguesas y el arcoris de ropa de abrigo. Hola, Cara dijo sonriendo. Ella lo mir sorprendida, se qued casi boquiabierta. Max consigui decir. Ests en Fields. S, estoy en Fields.

  • Ella sacudi la cabeza como si intentase despertar de un sueo, pero Max sigui all. La camarera apareci ante ellos. Mesa para dos? pregunt. Solo para una respondi Cara. Sintate con nosotros le ofreci Max. Jake est all. Cara ya conoca a Jake. Para este, no era ms que una conocida ms de Max. No obstante, dud mientras la camarera los miraba con gesto confundido. Est bien dijo Cara, pensando que si se sentaba sola Jake sospechara. Por qu no? Max le dio las gracias a la camarera y gui a Cara hasta su mesa. Al llegar all, se la present a su compaero. Te acuerdas de Cara Cranshaw? Jake se puso en pie, sonri y la mir con los ojos brillantes. Me alegro mucho de volver a verte. En ese instante, Max se dio cuenta de su error. Tanto Jake como Cara estaban solteros. Jake tambin estaba en el mundo de la televisin, pero entre las sombras, as que Cara poda salir con l sin preocuparse. Y, al parecer, Jake era un hombre que atraa a las mujeres. Era alto, de constitucin atltica y tena una actitud despreocupada que haca que tuviese mucho xito. Cara no sale con periodistas anunci Max con seriedad. Esta lo mir sorprendida. Pero Jake se ech a rer. Seguro que, en este caso, puede hacer una excepcin. En esa ocasin, Cara se puso plida y se agarr al respaldo de la silla. Y Max se dio cuenta de que haba entendido que Jake saba lo suyo. Jake se refiere a l le explic Max. Qu me dices? pregunt Jake con toda naturalidad. Mi novia acaba de dejarme. Estoy dolido y me siento muy solo. Cara se recuper rpidamente del golpe. Se sent y desdobl la servilleta. Luego mir a Jake. Me temo que no salgo con nadie por pena. Jake se llev las manos al corazn, como si acabase de romprselo. De todos modos, ser mejor que guardes las distancias con mujeres con cerebro brome Max. Eres un cnico le dijo Cara a l.

  • Porque no pienso que Jake pueda salir con una mujer con un cociente intelectual superior a cien? Porque cualquiera dira que piensas que hay un montn de mujeres poco inteligentes entre las que podra elegir. Vaya coment Jake. No pretenda ofender al sexo femenino en general dijo Max. Eso empeora las cosas todava ms le contest ella. T no des tu brazo a torcer le dijo Jake a Max, y luego mir a Cara. Te pido algo de beber? Max se maldijo por no haberse adelantado l. Gracias. Un ginger ale. Jake atraves el pub en busca de la camarera, pero termin por dirigirse a la barra. Es todo un caballero coment Cara. Quiere ligar contigo. Ella puso los ojos en blanco. Gracias por aclarrmelo, Max, porque, como a tantas otras mujeres, me falta inteligencia y jams me habra dado cuenta yo sola. Max apret los dientes e hizo un esfuerzo para mantener la boca cerrada y no intentar defenderse. En lugar de eso, mir a Cara en los ojos y sinti una punzada de deseo. Cara fue la primera en romper aquel momen-to. Qu ests haciendo en Fields? Lo mismo que t. Lo dudo. Ambos estamos buscando la noticia. No, t ests buscando la noticia. Yo busco la verdad. No te hagas la mojigata conmigo, no te pones nada atractiva. Y piensas que quiero resultarte atractiva? inquiri ella inclinndose hacia delante. A ti? l se inclin tambin y baj la voz. No puedes evitarlo, cario. La llegada de Jake rompi el momento. Su ginger ale, seorita. Cara lo mir y sonri. Gracias, seor. Ha sido un placer. Max agarr su jarra de cerveza con fuerza. Ya vale. Sabas que es el cumpleaos de Max? le pregunt Jake a Cara en

  • tono malicioso. No respondi ella, sonriendo a Max con dulzura. Felicidades. Deberamos pedir a los camareros que le cantasen. Max fulmin a Jake con la mirada. Me temo que los puetazos que te dara despus no daran una buena imagen de nuestra cadena. Jake se ech a rer. Dios santo murmur Max. Esto es un infierno. Cara lo mir de manera extraa, pero entonces le son el telfono y baj la vista al bolso. Lo siento se disculp antes de llevarse el aparato al odo. Hola, Lynn. Luego jug con el hielo de su bebida mientras escuchaba. De acuerdo dijo por fin. Lo har. Maana? Est bien. Gracias. Colg y volvi a guardar el telfono en su bolso. Nos cuentas qu te ha dicho? pregunt Max. Ella sonri de tal manera que a Max se le encogi el estmago. Ya te gustara. Me temo que nos lleva la delantera brome Jake. Max estaba seguro. Cara le haba llevado la delantera desde el momento en el que se haban conocido. Un rato despus, Cara empez su investigacin con el anuario del instituto. No le cost encontrar a los compaeros de clase del presidente y de Eleanor. Aunque los que haba localizado por el momento no recordaban lo suficiente como para ayudar a la prensa con la noticia. Eso la tranquiliz. Mientras continuasen diciendo que no saban nada, y mientras Eleanor no apareciese, no habra mucho ms que contar. A pesar de la buena noticia, esa primera noche Cara lleg a su hotel agotada. Le preocupaba volver a encontrarse a Max y saba que habra otros periodistas en el pueblo, as que decidi llamar al servicio de habitaciones. Pidi para cenar un plato que incluyese verduras, protenas e hidratos de carbono, y un vaso de leche. Le habra encantado tomarse un trozo de tarta de chocolate de postre, pero en su lugar se decant por helado de yogur con fresas. Tambin haba empezado a tomarse un complejo vitamnico y haba pedido cita con el gineclogo unos das despus. Todava no iba a ponerse a leer libros acerca de bebs, pero s haba buscado algo de informacin en Internet. No poda pensar en ponerse a dieta y en los cambios que

  • experimentara su cuerpo sin sentir pnico, pero si se imaginaba un beb de verdad, se senta aturdida y sin aliento. Necesitaba poder confiar en alguien, y solo haba una persona en el mundo en la que poda hacerlo. Busc su nmero en el telfono mvil. Despus de un par de tonos, oy la voz de su hermana Gillian. Hola, Cara. Hola respondi ella, esforzndose por parecer contenta. Qu tal todo por Washington? Revuelto. Y en Seattle? Igual. La semana que viene abrimos una oficia de ventas en Beijing. No te imaginas todo el papeleo que tenemos que hacer. Cara dej de or a su hermana unos segundos. Perdona le dijo Gillian poco despus. Todava ests en el trabajo? Aqu son solo las siete. T ests en casa? Ests...? Cara dud. Quiero decir, que siempre ests muy ocupada, pero... tienes ms trabajo del habitual? No. Eh, Sam, diles que firmen, pero solo si lo hacen por menos de un milln... Lo siento otra vez. Cara no pudo evitar sonrer. Su hermana era la directora ejecutiva de su propia empresa tecnolgica, que tres aos antes haba irrumpido en el mercado sanitario con dispositivos GPS que lo rastreaban todo. No pasa nada le contest. Soy yo la que siente molestarte. No me molestas. Dime, cmo ests? Cara no supo qu responder. Gillian se le adelant. He ledo lo de la hija secreta del presidente y todo eso. Supongo que tienes mucho trabajo. S. Lo saba? Bueno... ya s que esta lnea no es segura, y que no puedes darle a tu hermana informacin confidencial acerca del presidente. As que si nos estis escuchando los del FBI, podis relajaros. Cara se ech a rer. El FBI no escuchaba sus llamadas. Qu te pasa, hermanita? aadi Gillian en tono carioso. Aunque solo se llevaban catorce meses, Gillian siempre la haba llamado as. Existe alguna posibilidad de que vengas a Montana? A Montana? Para qu voy a querer ir a Montana? A Fields, en Montana.

  • Ahhhh. All fue donde empez todo, no? Qu ocurre? Necesitas que investigue a alguien? O que le soborne? Si el FBI estuviese escuchando, terminaras con mi carrera en una sola llamada. He dicho sobornar? Quera decir encontrar. Quieres que encuentre a alguien? Quiero que vengas a verme. Hubo un breve silencio. Ests en Montana. S. Ahora? Ahora. Se tarda menos de una hora. Puedo tener el avin preparado a las ocho. Puedes venir? le pregunt Cara. Te pasa algo? No. No mucho. Gillian dud un instante. Ests enferma? No. Has hecho algo ilegal? Gillian... Necesitas dinero? Te has vuelto ludpata? Te busca la mafia? No. De acuerdo. Entonces, qu es? Ests embarazada? Cara se qued callada. Supo que deba decir algo para que Gillian no se diese cuenta de la realidad, pero no fue capaz. Cara? Por favor, ven. Salgo ahora mismo. Cara era la ltima persona a la que Max haba esperado encontrarse en el pequeo aeropuerto de Fields a aquellas horas de la noche. Se levant de donde estaba sentado y se acerc a ella. Cara se gir al or sus pasos. Al igual que en el Alpine Grill, pareci sorprenderse al verlo, pero no se alegr. Me ests siguiendo lo acus, mirando a su alrededor en busca de Jake y su cmara. Lo mismo iba a decirte yo respondi Max.

  • He venido a buscar a alguien le dijo Cara. A esta hora no hay vuelos. Viene en un jet privado. Ah. Y t? Yo tambin he venido a buscar a alguien. A quin? inquiri Cara. l sacudi la cabeza. Ah. Cara se cruz de brazos. No te creo. Puedes creer lo que quieras. Me prometiste que no te aprovecharas de nuestra relacin. Qu relacin? pregunt Max. Si tenan una relacin, quera ser el primero en saberlo. Ya sabes a qu me refiero. No puedes... dijo Cara, mirando a su alrededor. No es justo... Luego se qued pensativa antes de continuar. Puedes marcharte? Te prometo que no va a pasar nada. Tengo que recordarte que estamos en un aeropuerto pblico y en un pas libre? Max sinti curiosidad. Si Cara no lo haba seguido era posible que estuviese ocultndole algo. Cara! grit una mujer desde el otro lado del vestbulo. Cara se apart inmediatamente de Max y fue hacia la mujer que acababa de salir por la puerta. Ambas se encontraron a medio camino. La otra mujer dej caer la bolsa de viaje que llevaba en la mano y se abrazaron. Fue entonces cuando Max se dio cuenta de lo mucho que se parecan. Tenan un corte de pelo parecido, el mismo color castao, y sus ojos, narices y bocas eran casi idnticas. La otra mujer era un poco ms alta que Cara, y esta algo ms delgada. Max se acerc a ellas. Max Gray se present, tendiendo la mano a la otra mujer. De verdad? dijo esta, soltando a Cara. En ese caso debes de ser... Es solo un periodista, Gillian la interrumpi Cara. Ten mucho cuidado con lo que dices delante de l. Presento un nuevo programa de noticias en NCN la corrigi Max. Yo soy Gillian Cranshaw, la hermana de Ca-ra. Os parecis mucho. Nos tenemos que marchar dijo Cara, agarrando a su hermana del

  • brazo y tomando la bolsa de viaje. Permteme que te ayude le dijo Max. No hace falta respondi Cara, echando a andar hacia la salida. Era evidente que estaba nerviosa. Hasta luego se despidi Gillian, mirando a Max por encima del hombro. Antes de que a este le diese tiempo a pensar en el extrao comportamiento de Cara, un hombre sali por la misma puerta por la que haba salido Gillian. Cara lo mir un instante, pero casi no le prest atencin. Era evidente que Cara deba de tener algn problema familiar, si no, se habra quedado a ver a quin estaba esperando Max casi a las diez de la noche. Liam Fisher? le pregunt Max al hombre. Hola, Max. Te conozco de tu programa. Ambos hombres se dieron la mano. Desde que haba llegado a Fields, Max se haba enterado de dos cosas. En primer lugar, de que el pueblo le era fiel a su presidente. Despus, de que Eleanor Albert no haba dejado huella en el pueblo. Eran pocas las personas que la recordaban y todava menos las que la relacionaban con Ted Morrow. Lo que significaba que la historia de Ariella se haba obtenido por medios poco convencionales, posiblemente ilegales. Liam Fisher haba trabajado en la cadena ANS, de la que se haba marchado bajo un velo de secretismo y enfrentado al dueo, Graham Boyle. Max tena la sensacin de que la noticia no era Eleanor Albert, sino ANS y cmo haba averiguado la cadena la existencia de Eleanor Albert.

  • Captulo Cuatro

    Cara llev a su hermana hacia el aparcamiento. Por un momento, he pensado que l era el padre dijo Gillian mientras salan, girndose una vez ms hacia Max y mirando despus su telfono mvil. Es periodista respondi Cara, negndose a dar explicaciones en ese momento. Y creo que me sigue. Yo creo que ha venido a recoger al tipo que viajaba en el Cessna respondi Gillian. Han aterrizado detrs de nosotros. Refuerzos dijo Cara. Este lugar est atestado de prensa. Algo he ledo. Conoces a la tal Ariella en persona, no? Es la que organiz la fiesta del Da de Accin de Gracias en la que la cantante se cay en el pastel? Esa es. Bajaron una rampa que llevaba hasta el aparcamiento casi desierto en el que Cara haba dejado su todoterreno de alquiler. Parece que tiene buen sentido del humor coment Gillian. Y el presidente tambin. Entonces, piensas que es verdad? pregunt Gillian. Qu quieres decir? Acabas de comparar el sentido del humor de Ariella con el del presidente. Debes de pensar que es su hija. O sabes que es su hija? No estoy segura de nada admiti Cara, abriendo el coche con el mando a distancia, pero supongo que has visto las fotografas en televisin. No. Bueno, pues Ariella se parece mucho a ellos. Es decir, no solo a Eleanor Albert, sino tambin al presidente. Es una combinacin perfecta de genes. Cara abri el maletero y meti en l la bolsa de viaje de su hermana. Entonces, debe de ser verdad. Si tuviese que apostar, yo apostara que s admiti Cara. Pero van a hacer la prueba de ADN. S. Seguro que el presidente quiere que se haga lo antes posible. Cara fue hacia el asiento del conductor. No ves mucho la televisin, verdad? El telfono de su hermana son en ese momento.

  • Presto ms atencin a las noticias relacionadas con el sector tecnolgico procedente de China e India respondi esta, llevndose el telfono a la oreja. Dgame? Con la mano libre abri la puerta y subi al coche. Cara la imit, se abroch el cinturn y arranc. Mientras Gillian hablaba de trabajo ella dio marcha atrs y fue hacia la salida del aparcamiento. Su hermana atendi otra llamada ms y cuando por fin colg ya casi haban llegado al pueblo. Habra sido una lotera desde el punto de vista gentico anunci mientras se guardaba el telfono. Para Ariella? pregunt Cara, apartando un instante la vista de la carretera nevada para mirar a su hermana. No, me refera a ese tal Max, el periodista. Es alto, guapo, de constitucin atltica. Y tiene que ser rpido de mente para presentar un programa de televisin. As que debe de tener cerebro. Parte del trabajo que hace tambin es peligroso. Va a la selva, a zonas en guerra, sube montaas... As que tambin es valiente, no? Lo que quera decir es que su testosterona desplaza a su intelecto. Nos tomamos algo? Sin pensarlo, Cara se meti en el aparcamiento del Pine Tree Lounge. Era un edificio ms bien nuevo situado a las afueras de Fields. Claro dijo Gillian. Me vendr bien una co-pa de vino. Cerraron el coche y entraron en el bar, donde sonaba msica country; haba mesas de madera y sillones de cuero rojos. Cara busc una mesa tranquila en el fondo del local donde no pudiese orlas nadie. La camarera no tard en llegar con dos vasos de agua con hielo y Gillian pidi una copa de vino. Por fin se quedaron solas. Cara no estaba conduciendo y Gillian no tena que atender el telfono. Entonces... dijo Gillian, respirando hondo y alargando la mano hacia el cuenco de frutos secos que haba en el centro de la mesa. Entonces dijo Cara, es l. Gillian mir a ambos lados. Quin es l? Max. Es el padre. Gillian apoy la mano en la mesa. Entonces, por qu...? No lo sabe. No puede saberlo. Es periodista y yo trabajo en la oficina

  • de prensa de la Casa Blanca. Pero te has acostado con l de todas formas, no? Fue antes de las elecciones se defendi Cara. Y, bueno, tambin una vez despus, pero antes de la toma de posesin. Y fue un error. No tena que haber ocurrido. Vaya coment Gillian. Eso pienso yo tambin. Y l... Yo... Entonces... Bueno, ya sabes lo que quiero decir. Gillian contuvo una sonrisa. Sabra lo que quieres decir si terminases alguna frase. Cara baj la cabeza y neg con ella. Quiero decir que estoy perdida. Gillian esper a que Cara levantase la vista. Vio que le brillaban los ojos y pareca ser de felicidad. No ests perdida. Vas a tener un beb. Vamos a tener un beb le dijo, tomando su mano. No te preocupes por nada. Cmo ha ocurrido no importa. Es realmente estupendo. Un beb nunca es una mala noticia. En especial, si es tuyo. l no quiere tener hijos le cont Cara. Nunca ha querido. Quiere viajar a lugares peligrosos de todo el mundo y no tener que preocuparse por nadie. Que le den. Y aunque quisiera, no podramos tener una relacin normal. Es un conflicto de intereses horrible. Hace menos de una semana que han nombrado al presidente y yo tengo que cargar con esta cruz. Quieres decir que no te interesa contrselo a Max? le pregunt Gillian. No. Gillian inclin la cabeza y baraj sus posibilidades mientras tomaba otro puado de frutos secos. Entonces lo que necesitas es acostarte con otro. Qu? No hace falta que lo hagas, pero s que le dejes claro a Max que no has estado solo con l. As, cuando se entere de que ests embarazada, a lo mejor no insiste en que le hagas al beb una prueba de ADN. Cara digiri las palabras de su hermana. Eres una cnica. Luego intent imaginarse a s misma contndole a Max que se haba acostado con otros hombres. He vivido mucho ms que t contest Gillian.

  • Catorce meses? Siempre he tenido ms mundo que t. La camarera lleg y le sirvi a Gillian una copa de vino. Cara pidi un chocolate caliente. Entonces, te parece bien que se lo oculte? Te parece tico? Gillian se encogi de hombros. Por qu no? Cara se puso cmoda en su silln. No es lo que esperaba que me dijeras. Creas que iba a decirte que fueses corriendo a hablar con l y que intentases convencerlo para formar una familia? Cara odi admitirlo, pero eso era lo que haba pensado que iba a ocurrir. Oh, Cara le dijo Gillian, mirndola con compasin. Eso no est nada bien. No, no era eso lo que pensaba minti Cara. Y no es eso lo que quiero. No quiero a mi lado a un hombre infeliz, que vague por mi casa y se dedique a cortar los setos del jardn, limpiar la barbacoa y a acusarme de haber arruinado su carrera. Gracias, pero no. Gillian guard silencio unos segundos. Bueno, casi me has convencido, pero vas a tener que mejorar la tcnica. Qu? Que has protestado demasiado. Cara tuvo que admitir que Gillian tena razn. Saba que Max jams querra formar una familia, pero no poda evitar tener momentos en los que ella s que la quera. Max y Jake escucharon atentamente mientras Liam Fisher les contaba la forma de trabajar en ANS para conseguir noticias importantes. Los tres estaban en la cafetera Apex, situada en la parte alta de los telesillas. Era la hora de la comida y el local se estaba llenando de familias y nios. La cosa empeor con la llegada de la productora Marnie Salloway les dijo Liam. Esa mujer no tiene conciencia y me sorprendera que tuviese alma. Puedes ponernos un ejemplo? le pregunt Max. Marnie tambin haba sido su jefa y estaba seguro de que no tramaba nada bueno. Iba ms all de la manipulacin dijo Liam. Utilizaba la coaccin. Nunca vi sobres con dinero, pero invitaba a cenar a la gente, a pasar un fin de

  • semana en un hotel de lujo, y luego haca las preguntas necesarias para obtener las respuestas que quera. Eso no es ilegal seal Max. Un nio grit y pas corriendo al lado de su mesa con tres amigos, y todos golpearon a Max en el codo. Este levant la vista en busca de los padres, o de un adulto que estuviese supervisndolos, pero nadie pareca prestarles atencin. Max jur entre dientes. Eso fue lo que agot mi paciencia dijo Liam. Por un instante, Max pens que se refera a los nios. Marnie quiso que ocultase un micrfono en casa de un chico adolescente al que le estaba acosando todo un equipo deportivo. Marnie estaba segura de que el chico exageraba el problema y quiso sacar a la luz lo que ella consideraba que era una conspiracin contra un conocido entrenador. Tiene que ser una broma dijo Max, completamente sorprendido. Fue entonces cuando dimit. O cuando me despidieron por insubordinacin. Todo depende de la historia que quieras creer. Se oyeron gritos y risas procedentes de la terraza. Max levant la vista y vio a un grupo de nios all reunidos recogiendo sus tablas, dndose empujones y tirando los gorros y los guantes al aire. Cmo es posible? pregunt. Jake se ech a rer. Reljate, Max. Solo se estn divirtiendo le dijo, y luego mir a Liam de nuevo. Tienes alguna prueba de todo eso? Max tambin lo mir. Es mi palabra contra la suya respondi este, pero no haba ahondado en el tema hasta ahora. No s qu podramos averiguar si investigsemos un poco. Todava no hemos terminado en Fields le dijo Max, pero podemos vernos cuando hayamos vuelto a Washington. Liam asinti. Vais a bajar esquiando o en el telesilla? pregunt despus. Yo voy a bajar esquiando dijo Max, que necesitaba hacer algo de ejercicio y aclararse la mente. Mir a Jake a pesar de saber cul sera su respuesta. Jake nunca tomaba el camino ms f-cil. Nos veremos abajo le dijo Jake a Liam con una sonrisa. Max pag y se puso la cazadora antes de salir. Por suerte, la mayor parte de los nios haba desaparecido de la terraza. Supuso que estaban bajando la montaa y esper que le llevasen mucha

  • ventaja. Mientras Liam esperaba al siguiente telesilla, Max y Jake fueron a recoger sus tablas. Max no pudo sacar la suya porque haba un nio de unos once aos delante que no consegua aclararse con las sujeciones. Max se maldijo, pero se agach hacia el chico. Necesitas ayuda? No pudo evitar preguntarse dnde estaran sus padres o por qu no haba un adulto ayudndolo. Se ha quedado atascado gimote el chico. Max lo mir a la cara y se dio cuenta de que estaba conteniendo las lgrimas. No te preocupes intent tranquilizarlo. Lo arreglaremos. Se quit un guante y ayud al nio. Qu tal as? le pregunt cuando hubo terminado. Bien respondi este. Max se puso recto y tom su tabla, pero entonces se dio cuenta de que el nio miraba a su alrededor con preocupacin. Ests con tus padres? No, con amigos. Ah. Y sabes dnde estn? Se han marchado dijo el nio, sealando hacia la montaa. Por all. Max se apart un par de pasos para ajustarse las botas y fijarlas a la tabla. Jake ya estaba preparado. En realidad, aquello no era asunto suyo, pero pens que no podan dejar al nio solo. Cmo te llamas? le pregunt. Ethan. Bueno, Ethan dijo l, ponindose los guantes. Lo mejor ser que vengas con nosotros. El chico sonri de oreja a oreja. Yo soy Max y este es Jake. Seguro que encontramos a tus amigos abajo. Nada ms empezar el descenso, Max se dio cuenta de que Ethan no saba esquiar bien, as que aminor la velocidad y permaneci a su lado en sus numerosas cadas. Dobla las rodillas le aconsej despus de un rato. Y pon los brazos as. Para su asombro, Ethan lo observ con atencin y sigui sus consejos. Y as fueron descendiendo la montaa poco a poco hasta llegar a una zona de descanso que haba en mitad de la montaa, donde Ethan dio un impresionante salto y aterriz de pie.

  • Max no pudo evitar gritar de alegra y Ethan sonri de oreja a oreja. Detrs de ellos, un grupo de seis chicos grit para felicitarlo. Cmo has aprendido a hacer eso en la ltima hora? pregunt uno de los muchachos. Ethan seal a Max. Este tipo s que sabe esquiar. Otro de los chicos lo reconoci. No eres el que lucha con un cocodrilo en televisin? Todo el grupo se interes por Max. El mismo admiti l, quitndose un guante para darles la mano. Max Gray. Increble susurr alguien. Uno de los chicos le dio un codazo a Ethan. Cmo es que conoces a Max Gray? Ethan pareca haberse quedado sin habla. Nos hemos conocido en la cumbre respondi Max en su lugar. Y luego hemos bajado juntos. El chico recuper por fin la voz. Nos puedes ensear ms? pregunt. Max mir a Jake, que estaba haciendo un esfuerzo para no echarse a rer. Por supuesto contest Max, que saba que ser agradable con el pblico formaba parte de su trabajo. Baj el resto de la montaa detenindose de vez en cuando, con siete chicos detrs, todos intentando seguir sus instrucciones. Y tuvo que admitir que no haba estado tan mal. Los muchachos eran simpticos y educados, y la mayora aprendi algo en el descenso. Al llegar al final se reunieron con un grupo ms grande de chicos y alguien sac un rotulador y le pidieron que firmase los cascos. Jake, cmo no, lo grab todo. Y Max supo que tendran historia para rato. He odo a unos nios hablando de l esta maana en el vestbulo coment Gillian mientras andaba con Cara por una acera limpia de nieve. Era poco ms del medio da y estaban buscando un restaurante en el que comer. Han dicho que ayer les ense a hacer snowboard. Lo consideran un hroe. Ests segura de que eran nios? S, s diferenciar a chicos de diez aos de los de veinte. Les firm los

  • cascos. No creo que odie tanto a los nios. No parece obra de Max. Tal vez ests equivocada con l sugiri Gillian. Fue l mismo quien me dijo que no le gustaban los nios respondi Cara. Gillian se detuvo de repente y seal la puerta del restaurante Big Sky. Aqu? Era un local familiar que anunciaba deliciosas hamburguesas y Cara estaba muerta de hambre. Me parece bien. Entraron, se sentaron a una mesa y tomaron la carta rpidamente. Debe de ser el aire de la montaa coment Cara. Gillian le sonri. Eh, t tambin tienes hambre protest Ca-ra. No tanta como t. Cara no se molest en discutrselo y se centr en las fotografas de hamburguesas y patatas fritas. Despus de esta noche vais a tener un nuevo club de fans. Cara levant la vista sorprendida y vio a Jake. Cara la salud este sonriente, mir a Gillian y sonri todava ms. Y compaa. Os importa si os acompaamos? En absoluto respondi Gillian antes de que a Cara le diese tiempo a abrir la boca. Hola, Cara la salud Max. Un nuevo club de fans? pregunt Gillian mientras Jake se sentaba a su lado. Un grupo de jvenes esquiadores respondi Jake antes de ofrecerle la mano a Gillian. Jake Dobson, el cmara de Max. Gillian Cranshaw, la hermana de Cara. Es evidente que sois familia coment Jake mirndolas a las dos. Max se sent al lado de Cara, al parecer, a regaadientes. Seguro que no te importa? le pregunt. No. Cara pens que poda hacerlo, solo tena que comportarse framente. Volvi a clavar la vista en la carta. Creo que me voy a tomar un batido coment. De chocolate. Cara siempre se desata a la hora de la comida dijo Gillian riendo. Y t? le pregunt Jake a Gillian. Te desatas alguna vez? Cara se fij en el tono ntimo de Jake y en que este miraba a su hermana con apreciacin.

  • Gillian siempre haba tenido mucho xito con los hombres. Ambas se parecan mucho, pero su hermana siempre iba un poco ms elegante, un poco ms maquillada, con alguna joya ms, con mechas en el pelo y con ropa de diseo. Gillian puso los ojos en blanco y luego mir a Max. Me alegra volver a verte, Max. He odo a unos nios hablando de ti esta maana en el hotel. Ninguna buena obra queda impune coment Max. Qu ha pasado? pregunt Cara mirando a ambos hombres. Que Max ha estado ocupado dando clases de esqu a unos nios les cont Jake. Tienes hijos, Max? pregunt Gillian en tono inocente. Cara pens que su hermana se haba vuelto loca. Jake se ech a rer. Max, no. Al menos, que l sepa. Cara sinti que se mareaba. No tengo hijos le respondi Max a Gillian. Y t? Tampoco dijo esta. Ni marido. Ni novio. No? pregunt Jake girndose hacia ella. Reljate, chico le advirti Gillian, volviendo a mirar la carta. Yo me voy a tomar un batido de fresa. Yo tambin estoy soltero desde hace poco le cont Jake. Deja de tirarle los tejos a la hermana de Cara le dijo Max. No pasa nada le asegur Gillian a Max. Piensas que esto es tirarle los tejos? pregunt Jake en tono divertido. Es evidente que no me has visto en accin. Te he visto en accin en seis continentes respondi Max. Me gusta Cara y no quiero que te metas con su familia. Gillian mir a su hermana y le dijo: Le gustas, con la mirada. Y esta respondi: Eso no cambia nada. Sus caminos eran opuestos, ya vivan en dos mundos opuestos, y eso no iba a cambiar por mucho que se gustasen.

  • Captulo Cinco

    Tuvieron que comer rpidamente. Se haba corrido la voz de que Max estaba en el pueblo y cada vez reciba ms atencin. Cara se dio cuenta de que eso lo molestaba bastante. Despus de firmar diez autgrafos, decidieron terminar de comer en otra parte. Deberamos ir a una de las habitaciones de hotel sugiri Jake ya en la calle. La ma es minscula respondi Cara. Yo tengo una suite en el piso ms alto dijo Gillian. Supongo que nos estamos escondiendo, no? Yo veo difcil encontrar un sitio en el que estar en paz coment Max frunciendo el ceo, pero vosotros haced lo que queris. No vamos a abandonarte le asegur Gillian. Cara dese que su hermana no hubiese dicho eso. Estar con Max era como subirse a una montaa rusa emocional. Vamos a casa de Max sugiri Jake. Es ms grande que la ma, la ms alta de la montaa. Tiene unas vistas increbles y si os apetece quemar los batidos, hay un paseo que lleva a las fuentes termales. A m me parece bien dijo Gillian tan contenta. Cara la fulmin con la mirada. Pens que ojal no estuviese intentando que ella pasase ms tiempo con Max y que surgiese algo entre ambos, porque saba que eso no iba a ocurrir. El todoterreno de los chicos estaba ms cerca, en el aparcamiento del hospital. Como estaba empezando a nevar y la carretera que llevaba a las casas era resbaladiza y empinada, se subieron al coche y Max se sent al volante. En la radio anunciaban quince centmetros de nieve en polvo nueva. Maana pienso volver a esquiar dijo Jake desde el asiento trasero. Si es que podemos hacerlo solos aadi Max. Luego mir a Cara, que estaba sentada a su lado. No es ningn secreto que no estamos obteniendo mucha informacin. Lo ms interesante que he grabado esta semana ha sido la clase de esqu de Max a esos chicos dijo Jake. Todo lo dems ha sido una prdida de energa y de tiempo. No os han contado nada interesante? le pregunt Cara a Max. Desde su punto de vista, todo iba estupendamente. No haba desenterrado ninguna bomba que pudiese hacerle dao al presidente.

  • Que un montn de personas agradables digan que el presidente era un chico estupendo no es precisamente noticia. Lo que imaginaba coment Cara sin poder ocultar su satisfaccin. Lo que queris es sangre. Las ruedas del coche resbalaron y Max agarr el volante con fuerza para volver a controlarlo. Eso no es justo. Lo que quieres es audiencia, Max. Todo el mundo saba cmo funcionaban los medios de comunicacin. Mi productor quiere audiencia respondi l. Yo quiero averiguar ms cosas acerca de Eleanor Albert. En tu bsqueda del conocimiento, seguro ironiz. Hombre, lo que es evidente es que yo no voy a ocultar nada. Aquellas palabras molestaron a Cara. Insinas que yo s? El todoterreno redujo de marcha l solo y los empuj a los cuatro contra los asientos. Lo que insino es que le eres leal al presidente respondi Max mirndola a los ojos. En eso tienes razn. Cara apret la mandbula. Pasar tiempo con Max le estaba resultando todava ms difcil de lo que haba imaginado. Deberas llevarnos de vuelta al hotel. No. Perdona? Las hamburguesas ya estn fras y los batidos, calientes. Y ya estamos aqu dijo Max, maniobrando para aparcar. Por qu no declaramos una tregua? sugiri Gillian desde el asiento trasero. Este hombre es insufrible gru Cara, exasperada. Solo est haciendo su trabajo respondi Gi-llian. Cara la mir mal. Cmo se atreva a ponerse de parte de Max? Abri la boca para replicar, pero se contuvo. Max estaba haciendo su trabajo y ella, el suyo. El conflicto entre ambos no tena solucin y Gillian no tardara en darse cuenta. De acuerdo accedi. Que haya una tregua. Max no respondi, pero baj del vehculo y tom la bolsa con las hamburguesas. Gillian se puso al lado de Cara mientras suban las escaleras de piedra de la casa y le murmur al odo:

  • No te pongas as. Es un buen tipo. Es un periodista que odia a los nios afirm. Solo te estoy pidiendo que seas agradable con el hroe, al menos mientras se come la hamburguesa. Podrs hacerlo? Cara poda hacerlo. Deba hacerlo. Era una profesional. Entonces proces lo que le haba dicho su hermana. Qu quieres decir con eso de que no me ponga as? Pero Gillian subi de un salto los dos ltimos escalones, atraves la puerta que Max les estaba sujetando y ella la sigui. La casa era preciosa. Estaba situada en lo alto de la colina, y el saln-comedor, de dos alturas, tena unos ventanales que iban del suelo al techo. A un lado haba un arco que daba a la cocina. En el extremo contrario haba una habitacin para guardar los equipos de esqu y all colgaron los abrigos. Una escalera llevaba al segundo piso, donde Cara supuso que estara el dormitorio. Y debajo del dormitorio, detrs del saln, haba un saln multimedia y una biblioteca. Ahora no se ve porque est nevando coment Jake, pero el pueblo est ah abajo. Seal. Y luego continu: Y el lago, al sur. Se ve cmo se pierde la autopista entre las montaas. Y si salimos al balcn... Paso lo interrumpi Gillian. Jake sonri. Desde el balcn, si miras hacia el norte, se ven las luces de las pistas de esqu por la noche. Esto no se paga con el dinero de los contribuyentes murmur Cara. Te he odo, Cara dijo Max, mientras que Jake y Gillian se ponan a dar una vuelta por la casa. Lo siento se disculp ella. Gillian tena razn. Estaba ms irritable de lo habitual. Vamos a comer propuso Max en tono seco, acercndose a la mesa de comedor. Cuntas habitaciones tiene la casa? le pregunt Cara, obligndose a ser agradable. Lo sigui y se sent en una silla frente a la ventana. Solo una respondi Max. Las casas son solo para adultos. Vienen parejas de luna de miel y a pasar fines de semana romnticos. Jake consigui que nos las dieran cuando descubrimos el jaleo que haba en el hotel. Cara quiso decirle que los nios no eran tan malos, pero en su lugar

  • desempaquet la hamburguesa. Max le dio un bocado a la suya y mastic. Luego se limpi la boca con una servilleta de papel. Qu buena est. Cara prob la suya y asinti. Caliente o no, estaba deliciosa. Despus bebi batido de chocolate y su estmago rugi complacido. Si Max lo oy, no hizo ningn comentario. Vas a volver pronto a Washington? le pregunt. Probablemente maana respondi ella entre bocado y bocado. Nosotros tambin. No creo que podamos encontrar nada en Fields, y tenemos que ponernos a trabajar para lo de Sudamrica. Sudamrica? pregunt Cara antes de meterse un par de patatas fritas en la boca. Vamos a subir a los Andes para analizar el impacto de los precios de los minerales en los pueblos indgenas y en la prospeccin. El color verde de los ojos de Max se volvi ms intenso segn iba hablando. Me interesa particularmente la influencia de China en los gobiernos locales, en los estndares laborales y en la inmigracin. A Cara le sorprendi una vez ms lo mucho que Max profundizaba en sus historias. Era un periodista comprometido y tico. Volvi a sentirse culpable por haberle hecho determinadas acusaciones. Eres un hombre muy inteligente, no? coment. Lo que me falta de inteligencia lo compenso con curiosidad. Me encantan los puzles. Cara no pensaba que a Max le faltase inteligencia. Estaba empezando a estar de acuerdo con su hermana. Era posible que a su beb le hubiese tocado la lotera siendo hijo de Max. Y el misterio de la paternidad del presidente? le pregunt. Despierta tu curiosidad? Para su sorpresa, Max se encogi de hombros. Luego dio un sorbo a su batido antes de responder. La verdad es que no. Hay dos opciones, que Ariella sea su hija o que no. Que l lo supiera o que no. Y nada de eso va a cambiar de manera fundamental la poltica nacional. Si te soy sincero, no cr