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  • 92 MENTE Y CEREBRO 74 - 2015

    LIBROS

    La condicin humanaCuestiones centrales sobre la naturaleza y conducta del hombre

    BEING HUMAN. BRIDGING THE GAP BET-

    WEEN THE SCIENCES OF BODY AND MIND

    Por Gerhard Medicus. VWB-Verlag fr Wissens-

    chaft und Bildung, Berln, 2015.

    Qu es lo que nos hace huma-nos? En qu se distingue del resto de los organismos? Qu vinculacin existe entre el cuerpo

    y la mente? De qu modo se interrela-

    cionan las ciencias del cuerpo y las de la

    mente? Medio siglo atrs, el hiato entre

    la investigacin cientfica del hombre y la

    lucubracin psicolgica y filosfica pare-

    ca insalvable. Hasta que Konrad Lorenz

    introdujo la etologa humana que Niko

    Tinbergen asent en la senda firme de la

    ciencia. Hitos de ese camino fueron Hu-

    man ethology, de Irenus Eibl-Eibesfeldt,

    y On human nature y, sobre todo, Socio-

    biology, de Edward O. Wilson.

    Being human reelabora las clases im-

    partidas por Gerhard Medicus en la Uni-

    versidad de Innsbruck a lo largo del lti-

    mo cuarto de siglo. El autor ha trabajado

    en una estructura bsica, una matriz de

    la investigacin interdisciplinar sobre el

    hombre, que pudiera servir de platafor-

    ma para todas las ciencias humanas. Otros

    autores han empleado la expresin tabla

    peridica de las ciencias humanas para

    caracterizar esta epistemologa evolutiva

    e indicar que, lo mismo que la tabla pe-

    ridica de los elementos, es un modelo de

    arriba abajo que se despliega en conside-

    raciones terico-analticas. Medicus tuvo

    por maestro a Rupert Riedl, en el Institu-

    to de Zoologa de la Universidad de Viena.

    Colabor luego con Irenus Eibl-Eibesfeldt

    y Wulf Schiefenhvel en la Sociedad Max

    Planck en Andelech. A esos trabajos sum

    viajes de estudio sobre etologa humana a

    Nueva Guinea, Seram, Namibia, Burkina

    Faso y Vanuatu.

    Al abordar nuestra naturaleza, lo pri-

    mero que se advierte es el parentesco con

    los primates. Lo ratifican la primatologa,

    paleoantropologa y gentica. Esa afini-

    dad sistemtica se haba reconocido an-

    tes de que se desarrollara la teora de la

    evolucin. Linneo, por ejemplo, clasific

    en el mismo gnero que el hombre a los

    chimpancs (Homo troglodytes). La com-

    paracin entre animales y humanos cubre

    todos los niveles de la biologa: qumico,

    fisiolgico, celular, conductual, etctera.

    Sin eludir el dominio de las emociones y

    el pensamiento, incluida de manera muy

    particular la teora de la vinculacin. Re-

    curdese, a este respecto, que la investiga-

    cin farmacolgica extrapola los efectos

    esperados sobre los humanos a partir de

    lo observado en modelos animales. Por lo

    comn, la importancia de determinados

    descubrimientos para la medicina se incre-

    menta con el grado de parentesco entre las

    especies animales de experimentacin y el

    hombre; por ese motivo, los resultados de

    una investigacin realizada sobre monos

    son ms significativos que los resultados

    de otra investigacin realizada sobre ratas

    o palomas.

    Una regla similar se aplica en la compa-

    racin de la conducta, con una capa aadi-

    da de complejidad: para la interpretacin

    de las pautas de similaridad, resulta de

    gran utilidad, imprescindible a menudo,

    el conocimiento sobre homologas, ana-

    logas y filogenia conductual. Aunque, en

    rigor, la conducta desplegada por una es-

    pecie animal no puede atribuirse directa

    o indiscriminadamente a humanos. Ni es

    vlido inferir la funcionalidad de un ca-

    rcter de una especie animal a partir de

    otra, aun cuando ambas especies guarden

    estrecho parentesco. En el mejor de los ca-

    sos, la conducta observada debe ser consi-

    derada solo una sugerencia o una hiptesis

    de trabajo para ulteriores investigaciones

    sobre humanos.

    Como seal en 1962 Thomas Kuhn,

    mientras los defensores de una postura

    paradigmtica oficial se hallan instalados

    en el epicentro de la disciplina, las nuevas

    ideas llegan del exterior. Los planteamien-

    tos que estas sugieren se toman a menudo

    como violaciones de las fronteras legtimas

    y, por tanto, condenados; pero son necesa-

    rios para el progreso de la ciencia. La cien-

    cia del hombre recibe influencias de fuen-

    tes externas: biologa evolutiva, etologa

    humana, medicina, artes y humanidades.

    Los humanos somos animales que hemos

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    evolucionado a partir de antepasados que

    no eran humanos. Se llama sociedad fun-

    dadora, o grupo originario, a la constituida

    por los antepasados de todos los humanos

    modernos, que vivieron hace entre 100.000

    y 200.000 aos. Es hiptesis entre los et-

    logos que esos humanos primigenios des-

    plegaban todo el espectro de caracteres

    mentales y conductuales, que se designan

    como universales. Y, en cuanto tales, apare-

    cen encarnados en todos los grupos tnicos

    contemporneos.

    Nuestro diseo corporal, as como las ca-

    pacidades que dimanan del mismo, mues-

    tran que somos un tipo nico de animal,

    un tipo nico de primate, con caracteres

    distintivos. De entre estos destacan dos:

    la postura erecta y un cerebro grande. El

    bipedismo potestativo entre los primates

    fue una condicin filogentica previa para

    el bipedismo humano habitual. El sentido,

    bien desarrollado, del equilibrio de nues-

    tros antepasados arbreos constituy una

    condicin previa evolutiva ventajosa para

    un bipedismo incipiente. Somos la nica

    especie de vertebrados de marcha bpeda

    y postura erecta. Las aves son bpedas, pero

    su esqueleto es horizontal (con la excep-

    cin de los pinginos); el bipedismo de los

    canguros carece de postura erecta. Ambos,

    postura erecta y marcha bpeda, entraan

    otros cambios anatmicos (en el esqueleto,

    cadera, pies, etctera).

    En los mamferos, el volumen cerebral

    suele ser proporcional al tamao corpo-

    ral. Con relacin a la masa corporal, los

    humanos tienen el cerebro ms grande. El

    cerebro del chimpanc alcanza un volu-

    men aproximado de 300 centmetros cbi-

    cos; el de un gorila, ligeramente mayor. El

    humano triplica de lejos esa cifra, con un

    volumen entre 1300 cm3 y 1400 cm3, y es,

    adems, mucho ms complejo. La corteza

    cerebral, donde se procesan las funciones

    cognitivas, es, en los humanos, proporcio-

    nalmente mayor que el resto del cerebro.

    Otras diferencias anatmicas conspicuas

    comprenden la reduccin del tamao de la

    mandbula y los dientes, as como la remo-

    delacin del rostro, reduccin del vello en

    el cuerpo, cambios en la piel y glndulas

    de la dermis, modificacin del tracto vocal

    y laringe con implicaciones importantes

    para el lenguaje hablado, pulgar oponible

    que permite una manipulacin precisa de

    los objetos y ovulacin crptica. No menos

    importantes que las diferencias anatmi-

    cas entre el hombre y el resto del mundo

    animal son las disparidades en funciones y

    conducta, como individuos y como grupo

    social.

    Merced a sus poderosas facultades inte-

    lectuales, nicas, los humanos clasifican

    los objetos en grupos o tipos, piensan, ra-

    zonan y se forman imgenes de realida-

    des que no estn presentes. Se anticipan a

    acontecimientos futuros y planifican actos

    venideros. Rasgos funcionales distintivos

    son la consciencia de s mismo y la de la

    muerte. O los asociados a la cultura, que

    podemos entenderla como el conjunto de

    actividades y creaciones humanas no es-

    trictamente biolgicas. Abarca institucio-

    nes sociales y polticas, maneras de hacer

    las cosas, tradiciones ticas y religiosas,

    lenguaje, sentido comn y conocimiento

    cientfico, arte y literatura, tecnologa y, en

    general, todas las creaciones de la mente

    humana. La creacin de cultura trajo consi-

    go la evolucin cultural, un modo superor-

    gnico de evolucin superimpuesto sobre

    el modo orgnico, que se ha convertido, en

    los ltimos milenios, en el modo dominan-

    te de evolucin humana.

    Los humanos viven en grupos social-

    mente organizados. Tambin viven as

    otros primates. Pero sus sociedades no al-

    canzan la complejidad de la organizacin

    social humana. En The descent of man,

    and selection in relation to sex, publicado

    en 1871, declaraba Charles Darwin su ad-

    hesin a la tesis de que la diferencia ms

    importante entre el hombre y los animales

    era la presencia de sentido moral o cons-

    ciencia.

    Segn Lorenz, los humanos estn espe-

    cializados en no ser especializados. Pueden

    recorrer kilmetros sin ayuda tcnica con

    carga de transporte, reptar por cuevas, na-

    dar durante horas, sumergirse a 10 metros

    de profundidad, trepar por rboles y pare-

    des rocosas. Ningn animal puede igualar

    ese conjunto de actividades a un tiempo.

    Mucho menos puede igualarse a su capaci-

    dad para el lenguaje y la reflexin.

    Lorenz y Tinbergen avanzaron un mo-

    delo terico conocido por las cuatro cues-

    tiones centrales de la investigacin biol-

    gica. Se trata de cuatro categoras clave

    de referencia para un marco integrador:

    causalidad, ontogenia, valor adaptativo y

    filogenia, cuyos dominios se encuentran

    estrechamente entrelazados. En el lenguaje

    de la biologa, la causalidad y la ontogenia

    son causas prximas, porque afectan de

    forma directa al individuo. El valor adap-

    tativo y la filogenia fueron denominados

    causas ltimas porque pueden explicar

    de qu modo entraron en accin las venta-

    jas adaptativas y qu invenciones adaptati-

    vas se han reunido en nuestro organismo.

    Visto desde esta perspectiva, la biologa es

    una ciencia histrica: el presente se explica

    a travs del pasado. Esas cuestiones revis-

    ten una importancia crucial para la vida

    de todos los organismos.

    El concepto de causalidad remite a la

    maquinaria biopsicolgica y explora las

    relaciones de causa a efecto en los organis-

    mos. La investigacin etolgica se ocupa de

    la causalidad para estudiar las secuencias

    de la conducta. Qu procesos fisiolgicos

    y endocrinos provocan la ira y qu centros

    del cerebro intervienen? Qu constelacio-

    nes (en trminos psicolgicos) dan origen

    a esa emocin, qu seales emitimos a

    los dems y, en un sentido ms amplio

    de causalidad, qu bucles sociales retroa-

    limentados se activan en interaccin con

    los dems? Por ltimo, qu consecuencias

    comportan esa conducta? La relacin cau-

    sal entre hormonas y conducta ofrece a

    menudo explicaciones tiles.

    El concepto de ontogenia concierne a las

    etapas que jalonan el proceso de madura-

    cin durante la infancia. El foco se pone

    sobre las relaciones de causa a efecto del

    desarrollo del organismo, desde el cigoto

    hasta la muerte. La cuestin sobre el ori-

    gen ontognico de la conducta cubre las

    fases de desarrollo interno y el impacto

    de las condiciones ambientales sobre el

    desarrollo. El hecho de que determinadas

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    LIBROS

    conductas humanas emerjan casi siempre

    o maduren por la misma etapa de la vida

    se explica por determinantes genticos.

    El concepto de valor adaptativo apare-

    ce en planteamientos como el siguiente:

    Con qu fin se encuentran una conducta

    particular, una percepcin o un proce-

    samiento emocional y mental involucra-

    dos en nuestro yo biopsicosocial? Con qu

    objetivo se transmiten genticamente y se

    conforman epigenticamente los mecanis-

    mos de regulacin interna estimulados y

    modificados por los procesos de aprendi-

    zaje? La respuesta, avanzada por Darwin,

    seala que tales caractersticas son ms

    adaptativas, o menos adaptativas, y, por

    consiguiente, determinan la capacidad de

    supervivencia del individuo. Esa es la mo-

    neda de cambio de la vida, que se expresa

    en la eficacia biolgica.

    El concepto de filogenia nos revela que

    los rasgos de las formas complejas de vida

    no aparecen prcticamente nunca de novo.

    La cuestin de la filogenia se ocupa de la

    especificidad de los caracteres que han

    evolucionado. Para Darwin, la evolucin de

    las especies durante la historia filogentica

    acontece durante los procesos de mutacin

    y seleccin. Darwin hablaba de variacin y

    seleccin. Los variantes, o mutantes, se

    crean como resultado de mutaciones alea-

    torias y recombinacin. La seleccin prima

    o rechaza los variantes a travs del nmero

    de descendientes. Numerosos caracteres

    que surgieron de tales procesos persistie-

    ron en el curso de la historia filogentica.

    En sentido filogentico, cada organismo

    consta de muchos caracteres adquiridos

    con anterioridad. Enunciado que lo mismo

    se aplica a los caracteres anatmicos que a

    las facultades conductuales. Cada especie

    posee un nmero increblemente grande

    de elementos fsicos, qumicos, fisiolgicos

    y biolgicos, as como cadenas reguladoras

    que se desarrollaron ya en formas de vida

    filogenticamente ms antiguas. Los hu-

    manos poseen un nmero sorprendente de

    esos elementos singulares en comn con

    formas primitivas de vida. Existen bloques

    de construccin antiguos para nuestra

    capacidad de hablar, una capacidad que

    durante largo tiempo fue considerada un

    rasgo exclusivamente humano sin precur-

    sores en el reino animal. La huella de tales

    precursores constituye un reto fascinante

    en biologa evolutiva comparada.

    Los descubrimientos de los primatlo-

    gos aportan nuevas perspectivas para la

    reconstruccin de la historia evolutiva del

    lenguaje, la cognicin compleja y otras

    facultades humanas. Baste con recordar

    la inteligencia prctica de los cuervos de

    Nueva Caledonia (Corvus moneduloides),

    que no solo se sirven de tiles, sino que

    los fabrican: doblan un alambre y forman

    un gancho para extraer alimento que se

    encuentra dentro de un tubo de cristal.

    Delfines, ballenas y otros mamferos nos

    ayudan a entender de qu modo, en el

    proceso de filogenia, los humanos fueron

    adquiriendo capacidades cognitivas.

    Luis Alonso

    Sentimientos y emocionesModelo homeosttico de conciencia

    Los sentimientos, en la tesis central de How do you feel?, representan pau- tas de actividad cerebral que indi-can emociones, intenciones y pensamien-

    tos. La integracin de esos patrones viene

    instada por las necesidades energticas

    del cerebro homnido. Ocupa un papel

    esencial la corteza insular, el lugar donde

    la interocepcin, o el procesamiento de

    los estmulos corporales, genera los sen-

    timientos. El autor afirma inspirarse en la

    lejana filosofa de William James. (En 1884,

    James public su trabajo original sobre las

    emociones. Carl Lange abund en la mis-

    ma orientacin. El ncleo central de esa

    concepcin es que nuestros sentimientos

    emocionales son generados por la conduc-

    ta emocional y el programa autnomo que

    se inicia en el cerebro y el cuerpo en res-

    puesta a una percepcin. Sentimos mie-

    do cuando el oso se nos acerca porque

    nuestro corazn late aceleradamente, sus

    pupilas se dilatan y queremos poner tie-

    rra por medio. Pero la tesis no explicaba

    los sentimientos emocionales generados

    cognitivamente.)

    Para sostener ese modelo, Craig no

    ahorra pruebas empricas, extradas del

    mbito de la neurociencia, la psicologa y

    HOW DO YOU FEEL?

    AN INTEROCEPTIVE MOMENT

    WITH YOUR NEUROBIOLOGICAL SELF

    Por A. D. (Bud) Craig. Princeton University

    Press; Princeton, 2015.

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    la psiquiatra, muchas de ellas recabadas

    en sus propias investigaciones. Hace unos

    200 millones de aos empez la evolucin

    de los mamferos; hace unos 53 millones

    aparecieron los primates. En el tiempo

    transcurrido se fueron creando vas ner-

    viosas finamente organizadas que mante-

    nan de manera fiable la salud del cuerpo

    y facilitaban la supervivencia y el progreso

    del individuo y de la especie. Esas vas neu-

    rales se reproducen en el cerebro de cada

    individuo en el curso de su desarrollo.

    Nuestro cerebro es como nuestro rostro.

    Cada uno es diferente, pero presenta nu-

    merosas estructuras constantes. Muchos

    de los fenmenos psicolgicos que reputa-

    mos independientes y separados (metabo-

    lismo, emocin, estrs, dolor o percepcin

    del tiempo) se hallan unidos en la va de

    la consciencia interoceptiva que origina

    en los humanos el sentimiento de hallarse

    vivo, sentimientos perceptivos muy inten-

    sos y una imagen subjetiva del yo sentiente

    a travs del tiempo. Resulta significativo

    que donde otros autores ponen correlato

    neural, Craig prefiera emplear la expresin

    sustrato neural.

    Cuando miramos introspectivamente

    en nuestro interior, en nuestra mente, po-

    demos preguntarnos de dnde proceden

    los propios sentimientos. Podemos ex-

    plicar el sentimiento de mirar una man-

    zana que hay en la mesa? Si se nos pide

    que movamos el dedo ndice, podemos

    describir el flujo de sentimientos a medida

    que observamos el movimiento del dedo?

    Podemos afirmar quin est moviendo el

    dedo y quin lo est mirando? A la frase de

    Descartes, pienso, luego existo, el autor la

    sustituye por siento, luego existo o ms

    propiamente siento que existo. Somos

    criaturas cuya conducta est guiada por

    emociones que van acompaadas de sen-

    timientos que son los que me dan la autn-

    tica referencia de mi yo.

    Todos compartimos una misma nocin

    de sentimiento, basada en buena medida

    en lo aprendido. Lo mismo que sabemos

    a qu color pertenece el trmino rojo,

    asociamos la palabra caliente con una

    sensacin procedente de nuestros dedos.

    La palabra colrico la asociamos con un

    comportamiento airado. Cada individuo

    posee un acceso exclusivo a sus propios

    sentimientos subjetivos, pero todos com-

    partimos una comn interpretacin de los

    sentimientos que se basa en el lenguaje,

    la cultura y la empata. En el ncleo de

    nuestra interpretacin comn de los sen-

    timientos y las emociones encontramos

    un conjunto de conductas especficas y

    expresiones faciales que son transcultu-

    rales y biolgicamente caractersticas de

    nuestra especie.

    Pero no existe una definicin unvoca de

    sentimiento. Existen sensaciones vincula-

    das a los rganos de los sentidos: el del tac-

    to, cun suave o spero es un objeto (sen-

    saciones tctiles). El sentimiento es algo

    ms hondo y complejo. Los sentimientos

    emocionales son menos tangibles y ms

    efmeros. Al preguntar cmo nos sentimos,

    nos estamos refiriendo a un doble signifi-

    cado. En primer lugar, los sentimientos que

    proceden de nuestro cuerpo (me duele el

    brazo o mi pierna siente fro). En segun-

    do lugar, hay sentimientos afectivos que

    relacionan nuestro talante, disposiciones

    y emociones (me siento alegre o me

    siento triste). A los sentimientos afectivos

    solemos recurrir para contestar cmo nos

    sentimos (me siento angustiado o me

    siento bien hoy).

    Los sentimientos que experimenta-

    mos en nuestro cuerpo (calor, fro, dolor

    muscular, hambre, etctera) son elementos

    de una representacin neural de la condi-

    cin fisiolgica de nuestro cuerpo. Esa ac-

    tividad sensorial es necesaria, en primer

    lugar, para la homeostasis, el proceso que

    mantiene la salud. De ah la conveniencia

    de emplear el trmino interocepcin para

    designar la representacin sensorial de la

    condicin del cuerpo, extendindolo para

    abarcar todos los tejidos del cuerpo. Craig

    ha demostrado que se basan directamente

    en la integracin interoceptiva en la corte-

    za insular, estructura de la que en 2013 ya

    se haban publicado ms de 35.000 artcu-

    los. Los sustratos neurales que sustancia-

    lizan los sentimientos corporales aportan

    tambin la base de nuestra consciencia

    subjetiva de los sentimientos emociona-

    les y sociales (placer, ansiedad, confianza

    y enojo). Tomados en su conjunto, estos

    resultados suministran un fundamento

    slido para las ideas ya conocidas sobre la

    incorporacin de la consciencia emocional;

    en particular, prestan respaldo a la teora

    de la emocin formulada por James-Lange

    y sus refinamientos contemporneos (la

    hiptesis del marcador somtico y la teora

    de la autopercepcin). Por otro lado, el con-

    cepto y principios de la homeostasis son

    esenciales para la tesis de Craig.

    Qu es la homeostasis? El fisilogo Wal-

    ter Cannon acu dicho trmino y elabor

    el concepto con inteligentes experimentos

    que recoge su obra The wisdom of body

    (1932). Para Craig, la homeostasis es un

    proceso continuo que comprende un con-

    junto de funciones organizadas, dinmi-

    camente interactivas, que mantienen un

    equilibrio ptimo en el cuerpo a travs de

    todas las condiciones y en todo momento.

    Los efectores de homeostasis comprenden

    funciones neurales, endocrinas y conduc-

    tuales que son cumplidas por mecanismos

    interactivos y distribuidos por todo el cuer-

    po y diversas zonas del cerebro.

    Los sentimientos del cuerpo son los

    primordiales. Representan aspectos de

    su naturaleza fsica: hambre, sed, calor,

    agotamiento, etctera. Tales sentimientos

    que indican una condicin corporal son la

    base de lo que podemos denominar el yo

    material, lo que en la bibliografa alemana

    del siglo xix se denominaba Gemeingefhl

    (sensacin comn). Existe una maravillo-

    sa revisin de esa bibliografa escrita por el

    neurofisilogo Charles S. Sherrington, titu-

    lada Cutaneous sensations, en Schffers

    textbook of physiology (1900). En su anli-

    sis final, Sherrington, que haba recibido

    el premio Nobel de 1932 por sus trabajos

    sobre el sistema motor y la espina dorsal,

    descart, sin embargo, la realidad de una

    sensacin comn.

    Fue el mismo Sherrington quien acu

    el trmino interocepcin. Se refera a las

    sensaciones procedentes del interior del

    cuerpo, en particular de las vsceras. Dis-

    tingua conceptualmente entre interocep-

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    LIBROS

    cin y exterocepcin (inputs sensoriales

    activados desde el exterior del cuerpo),

    propiocepcin (inputs sensoriales que se

    relacionan con la posicin de las extremi-

    dades), telorrecepcin (inputs sensoriales

    activados desde la distancia; por ejem-

    plo, visin y audicin), quimiorrecepcin

    (gusto y olfato), termorrecepcin (tempe-

    ratura) y nocicepcin (inputs sensoriales

    activados por estmulos fsicamente le-

    sivos y amenazadores, que causan refle-

    jos motores especficos que Sherrington

    midi). Categoriz la nocicepcin y la

    ter morrecepcin junto con el sentido del

    tacto como aspectos de la exterocepcin.

    A esas tres las consideraba sensaciones

    cutneas discriminantes.

    Como Sherrington, la mayora de los

    autores que le precedieron supusieron que

    las sensaciones procedentes de la piel eran

    inputs sensoriales exteroceptivos, activa-

    dos desde el exterior del cuerpo. Para Craig,

    sin embargo, la mayora de los receptores

    sensoriales de la piel que tienen fibras de

    pequeo dimetro (o axones) y los cuerpos

    celulares sealan la condicin del propio

    tejido. La piel constituye el rgano mayor

    del cuerpo; cumple funciones de inters

    para la homeostasis, el proceso continuo

    que mantiene la salud del cuerpo. As, la

    piel resulta determinante para el agua y el

    equilibrio electroltico, termorregulacin

    y produccin de vitamina D. En idntica

    onda, la actividad sensorial de pequeo

    tamao procedente del msculo seala la

    carga de trabajo (el consumo de energa),

    las concentraciones de metabolitos y la di-

    mensin vascular, adems de condiciones

    fsicas como la distorsin mecnica y la

    temperatura.

    El principio homeosttico de utiliza-

    cin ptima de la energa est en la base

    de la integracin neural que produce

    sentimientos interoceptivos, conscien-

    cia subjetiva y asimetra prosenceflica

    de la emocin. El xito evolutivo de cada

    organismo viviente depende de la utili-

    zacin eficiente de la energa. La presin

    evolutiva hacia una optimizacin neural

    interoceptiva se reforz con el incremen-

    to en la proporcin de gasto energtico

    del cerebro (aproximadamente un 25 por

    ciento en los adultos y un 60 por ciento en

    los infantes). En este modelo, la integra-

    cin progresiva de toda la actividad neu-

    ral para alcanzar la eficiencia energtica

    ptima en el control de las emociones y

    la conducta culmina en una represen-

    tacin completa de proyeccin homeos-

    ttica como sentimientos intensos que

    cambian sin cesar a cada instante. Con

    el paso del tiempo se van incorporando

    nuevas unidades de almacenamiento; se

    genera una representacin cinemascpica

    del yo sentiente, del yo material. Este

    constructo revela unas caractersticas

    emergentes notables. Ofrece explicacio-

    nes de instancias psicolgicas (momento

    perceptivo, por ejemplo), conceptos filos-

    ficos (subjetividad) y sndromes clnicos

    (trastorno de ansiedad).

    Si me detengo un momento y reflexiono

    sobre los sentimientos que experimento

    en este instante, reparo en que me embar-

    gan multitud de sentimientos: interaccio-

    nes recientes con los dems, el paseo por

    la colina y los planes para el fin de semana,

    sentimientos recurrentes sobre mis obje-

    tivos actuales, sobre las ideas que quiero

    compartir con los amigos. Experimento

    sentimientos que no guardan relacin

    con el pasado ni con el futuro, sino con el

    presente inmediato. Tengo sentimientos

    sobre esta habitacin y su iluminacin,

    sentimientos que proceden de diferentes

    partes de mi cuerpo, sentimientos afec-

    tivos o emocionales, sentimientos de hu-

    mor, en cambio constante y que lo colo-

    rean todo. Los sentimientos emocionales

    se extienden a lo largo de diversas escalas

    temporales y pueden ser ocasionales, in-

    tensos o abrumadores.

    Igual que el input sensorial procedente

    de las vsceras, los de pequeo tamao pro-

    cedentes de la piel y del msculo (y de to-

    dos los dems tejidos del cuerpo, incluidos

    los huesos) aportan el flujo constante de in-

    formacin sensorial requerida para el con-

    trol homeosttico de los cambios continuos

    en flujo sanguneo y respiracin, es decir, el

    control de la musculatura lisa. Por el con-

    trario, las fibras sensoriales procedentes de

    la piel que tienen axones grandes y cuer-

    pos celulares indican el contacto mecnico

    con estmulos externos (presin, velocidad,

    extensin, vibracin y frecuencia). Las fi-

    bras sensoriales procedentes del msculo

    y articulaciones sealan cambios en fuerza,

    longitud y posicin, cambios importantes

    todos ellos para guiar los movimientos pro-

    ducidos por la musculatura estriada. Esa

    distincin fundamental explica la presen-

    cia de dos vas anatmicas completamente

    separadas de ascenso en la actividad senso-

    rial: la va columna dorsal, lemnisca-medial

    y la va espinotalmica. Tambin explica

    la presencia de dos regiones morfolgica-

    mente separables que procesan de manera

    dispar los inputs sensoriales de pequeo

    tamao y los sensoriales de gran tamao.

    En ambos casos, la primera sirve para la

    exterocepcin y la segunda para la intero-

    cepcin.

    Para Craig, la ampliacin del trmino

    interocepcin para abarcar el input senso-

    rial de pequeo tamao, procedente del

    cuerpo entero comprende la idea de sen-

    sacin comn. Y en este marco conceptual,

    la nocicepcin y la termorrecepcin son

    aspectos de la interocepcin, no de la ex-

    terocepcin, porque reflejan aspectos de

    la condicin fisiolgica del cuerpo trans-

    portada por fibras sensoriales pequeas

    y la va espinotalmica hasta la corteza

    interoceptiva. Los procesos corticales que

    nos permiten sentir los sentimientos inte-

    roceptivos de la condicin corporal apor-

    tan tambin la base de nuestra percepcin

    de los sentimientos emocionales, sociales

    y otros. La corteza insular anterior es el

    lugar esencial de nuestra consciencia de

    sentimientos. La va sensorial de la inte-

    roceptiva aporta el sustrato de los senti-

    mientos afectivos y de las emociones que

    experimentamos. A la consciencia corporal

    se le denomina interoceptiva. En breve, un

    sentimiento es un constructo interocepti-

    vo que el cerebro emplea para representar

    los costes y beneficios energticos globales

    de cualquier conducta emocional, real o

    potencial. Se trata de la expresin mxima

    de una evaluacin homeosttica.

    Luis Alonso