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Revista del Instituto Argentino del Petróleo y del Gas ı ISSN 0031-6598 - AÑO LI - FEBRERO 2010 1 10

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  • PB | Petrotecnia s febrero, 2009 3Petrotecnia s febrero 2010 |

    H ace 50 aos, se editaba el primer nmero de Petrotecnia. Por aquella poca, la industria se encontraba en plena evolu-cin: el Gobierno nacional, encabezado por el doctor Artu-ro Frondizi, haba lanzado un plan de desarrollo con la meta de lograr el autoabastecimiento de petrleo. Para ello, haba posibili-tado la operacin de empresas privadas apoyando las actividades de YPF.

    Tambin se encontraba en un incipiente crecimiento la explo-tacin de gas. En marzo de 1960, se inaugur el gasoducto norte, que una Campo Duran (en Salta) con la Ciudad de Buenos Ai-res, como complemento al ya existente que llegaba desde el sur.

    Gracias a esta poltica gubernamental, se incorporaron a la actividad nuevas compaas extranjeras y argentinas, que ayu-daron decididamente a lograr el objetivo del autoabastecimien-to y contribuyeron a consolidar la industria que hoy tenemos, de la cual todos sus miembros pueden estar orgullosos.

    La primera editorial comenzaba con el siguiente prrafo: Considerando los planes de desarrollo en ejecucin, no resul-taba exagerado vaticinar para un futuro inmediato la incorpora-cin de la Argentina a los pases con un slido potencial petro-lero, un pronstico que el tiempo convirti en realidad; ms adelante, expresaba: Petrotecnia est destinada a divulgar los objetivos de nuestra organizacin, objetivos estos que consultan los intere-ses de todos sus asociados, un compromiso que se ha mantenido y reforzado a travs de los aos.

    Petrotecnia ha sido, durante todo este tiempo, testigo de todas las alternativas por las que pas la industria del petrleo y del gas. En sus pginas, ha estado reflejado el constante desarrollo tcnico, la calidad profesional de los recursos humanos y el compromiso con la calidad, la seguridad y la pro-duccin de hidrocarburos para brindar la energa que el pas ha requerido para su crecimiento.

    Aprovecho esta ocasin para homenajear a todos aquellos que desinteresadamente han contri-buido con Petrotecnia y a todas las empresas que nos apoyaron y nos apoyan con su inversin publicitaria, lo que nos permite posicionarla como la revista tcnica ms importante y prestigiosa de la industria del petrleo y del gas en la Argentina y una de las ms importantes del mundo en idioma espaol.

    El compromiso del IAPG como institucin y de todos los que trabajan y colaboran en la edicin y produccin de la revista es redoblar los esfuerzos para seguir manteniendo el nivel de excelencia que hemos conseguido.

    Este nmero est dedicado a revisar, en las principales especialidades de nuestra industria, cules fueron los acontecimientos ms relevantes desde 1960 a la fecha. Tambin reproducimos algunas no-ticias de inters de la poca, que permiten ver cules eran los temas que importaban a la industria por entonces. Durante todos los nmeros de este ao, tendremos una seccin dedicada al cincuentenario.

    Durante este ao, se desarrollarn importantes eventos que, como es costumbre, contarn con una importante cobertura por parte de Petrotecnia. En mayo, se realizar en la ciudad de Salta el Congreso de Produccin del Bicentenario; en julio, en la localidad de Pilar (provincia de Buenos Aires), se llevar a cabo el Congreso sobre integridad en instalaciones de gas y petrleo. Por ltimo, en agosto y nuevamente en la ciudad de Salta, se desarrollar el Primer Congreso Latinoamericano y Tercer Congreso Nacional de seguridad, salud ocupacional y medio ambiente de la industria del petrleo y del gas.

    Hasta el prximo nmero.Ernesto A. Lpez Anadn

  • Introduccin Cincuenta aos de Petrotecnia en la vida del IAPG

    Por Ing. Eduardo Rocchi

    Tema de tapa Las firmas que enriquecieron a Petrotecnia Por Eugenia Stratta A lo largo de su historia, Petrotecnia se aliment con el aporte de profesionales ligados a la

    industria petrolera y, en la mayora de los casos, de activa participacin en diversas reas del IAPG. Aqu, se recuerda a quienes firmaron notas con mayor asiduidad y cules han sido los artculos ms solicitados en la Biblioteca.

    Resea. Cincuenta aos de refinacin en la Argentina Por Daniel Palomeque Breve resea histrica del refino de petrleo durante los ltimos cincuenta aos en nuestro pas.

    Recorre las caractersticas econmicas ms sobresalientes de cada dcada y destaca los proyectos y hechos ms importantes que han tenido efecto sobre la actividad.

    Cincuenta aos de perforacin: de la artesana a la tecnologa Por Gabino Velasco Un recorrido por los hitos de la historia reciente de la exploracin en nuestro pas.

    Historia de los ltimos 50 aos de perforacin Por Luis Rabanaque

    Nota que intenta dar un panorama de lo hecho hasta el momento y del extraordinario desarrollo de esta actividad.

    En las puertas de un nuevo ciclo histrico: 50 aos del gas Por Carlos Buccieri En materia de gas, no cabe ninguna duda de que se est iniciando una nueva etapa, a la que se

    ingresa con el aval de la experiencia recogida en el largo proceso cumplido en estos cincuenta fructferos aos, una etapa en la que seguramente habr que sortear dificultades y compromisos, una etapa donde la bsqueda de la excelencia seguir inalterable.

    Nuestras races Petrotecnia hace 50 aos En 1960, Petrotecnia iniciaba su labor comunicativa reflejando las actividades del sector Cules

    eran las noticias ms relevantes de aquel entonces?

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    Sumario

    Con motivo del 50 aniversario de Petrotecnia, se reproduce en el tapa de este nmero una composicin con la portada de la primer revista publicada en 1960.

    Tema de tapa | Petrotecnia 50 aos

    EstadsticasLos nmeros del petrleo y del gas. Suplemento estadstico

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    Nota tcnica Precios de combustibles y otros energticos para el consumo domstico Por Comisin de Transporte y Tratamiento de Gas del IAPG

    Precios de combustibles y otros energticos para el consumo domstico. Una visin comparativa de los precios relativos de los distintos tipos de combustibles que estn al

    alcance del uso domstico, por unidad de energa equivalente.

    Actividades Da del petrleo 2009

    Una vez ms, los principales representantes de la industria del petrleo y del gas se encontraron en el almuerzo que conmemora el descubrimiento del petrleo en nuestro pas.

    Medioambiente Principales conclusiones de la cumbre de Cambio Climtico de Copenhague

    La conferencia sobre cambio climtico de las Naciones Unidas represent una oportunidad histrica nica para dar un paso significativo en la estabilizacin de la emisin de gases de efecto invernadero y en la adaptacin de pases que ya han sufrido las consecuencias. En esta nota, se resumen las principales conclusiones del encuentro.

    Homenaje Vittorio Orsi: Retrato de un audaz Por Mariel Palomeque

    El sector energtico de nuestro pas est asociado con el recuerdo de personalidades que lo hicieron posible, algunos considerados lderes y, entre ellos, Vittorio Orsi supo destacarse. Cul es la receta alqumica para trascender en el tiempo como un referente indiscutido? Tal vez, un recorrido por la vida (y obra) de Orsi ilumine los medios.

    Entrevista La actualidad del gas natural en Colombia

    La idea de la integracin energtica en Amrica Latina se tradujo en la construccin de gasoductos regionales, lneas de transmisin elctrica y hubs energticos. Qu ha ocurrido en Colombia, uno de los mercados de gas natural ms desarrollados de la regin y el sptimo del mundo en el uso del gas natural como combustible vehicular, y cul es su actualidad.

    1Febrero2010

    Novedades

    Novedades de la industriaNovedades del IAPGEl programa de becas 2010 del IAPH HoustonNovedades desde Houston

    ndice de anunciantes

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  • Petrotecnia es el rgano de difusin del Instituto Argentino del Petrleo y del Gas

    Maip 639, (C1006ACG) - Buenos Aires, Argentina.

    Tel.: (54-11) 4325-8008. Fax: (54-11) 4393-5494

    [email protected] / www.petrotecnia.com.ar

    StaffDirector. Ernesto A. Lpez Anadn

    Editor. Martn L. KaindlRedaccin. Mariel Palomeque [email protected] del Departamento de Comunicaciones y Publicaciones. Mirta Gmez y Romina SchommerDepartamento Comercial. Daniela Calzetti y Mara Elena Ricciardi [email protected]

    Estadsticas. Roberto Lpez

    Comisin de PublicacionesPresidente. Enrique MainardiMiembros. Jorge Albano, Rubn Caligari, Vctor Casalotti, Carlos Casares, Carlos E. Cruz, Eduardo Fernndez, Vctor Fumbarg, Enrique Kreibohm, Martn L. Kaindl, Alberto Khatchikian, Estanislao E. Kozlowski, Jorge Ortino, Mariel Palomeque, Eduardo Rocchi, Fernando Romain, Romina Schommer, Eduardo Vilches, Gabino Velasco, Nicols Verini.

    Diseo, diagramacin y produccin grfica integralCruz Arcieri & Asoc. www.cruzarcieri.com.ar

    PETROTECNIA se edita los meses de febrero, abril, junio, agosto, octubre y diciembre, y se distribuye gratuitamente a las empresas relacionadas con las industrias del petrleo y del gas, asociadas alInstituto Argentino del Petrleo y del Gas y a sus asociados personales.

    Ao L N 1, ENERO de 2010Tirada de esta edicin: 3500 ejemplares.

    Comisin directiva 2008-2010CARGO EMPRESA Titular Alterno

    Presidente Socio Personal Ing. Ernesto A. Lpez Anadn

    Vicepresidente 1 YPF S.A. Dr. Teodoro Enrique Kreckler Ing. Carlos A. Colo del Zotto

    Vicepresidente Downstream Petrleo ESSO PETROLERA ARGENTINA S.R.L. Ing. Luis Horacio Garca Ing. Andrs A. Chanes

    Vicepresidente Upstream Petrleo y Gas PAN AMERICAN ENERGY LLC. (PAE) Ing. Alberto Enrique Gil Ing. Alfredo Felipe Viola

    Vicepresidente Downstream Gas TRANSPORTADORA DE GAS DEL NORTE S.A. (TGN) Ing. Daniel Alejandro Ridelener Sr. Jos Montaldo

    Secretario TRANSPORTADORA DE GAS DEL SUR S.A. (TGS) Ing. Carlos Alberto Seijo Ing. Daniel Alberto Perrone

    Tesorero PETROBRAS ENERGA S.A. Dr. Carlos Alberto Da Costa Ing. Marcelo Gerardo Gmez

    Sr. Segundo Marenco

    Pro-Secretario METROGAS Ing. Andrs Cordero Lic. Jorge Hctor Montanari

    Lic. Hernn Maurette

    Pro-Tesorero CHEVRON ARGENTINA S.R.L. Ing. Ricardo Aguirre Sr. Javier Gutirrez

    Vocales Titulares TOTAL AUSTRAL S.A. Sr. Javier Rielo Sr. Jos Luis Fachal

    TECPETROL S.A. Cdor. Gabriel Alfredo Snchez Dr. Carlos Alberto Gaccio

    PLUSPETROL S.A. Ing. Juan Carlos Pisanu Sr. Nino D. A. Barone

    CAPSA/CAPEX - (Com. Asoc. Petroleras S.A.) Ing. Sergio Mario Raballo Ing. Jorge M. Buciak

    GAS NATURAL BAN S.A. Ing. Horacio Carlos Cristiani Ing. Jorge Doumanian

    OCCIDENTAL ARGENTINA EXPLORATION & PRODUCTION, INC. (OXY) Sr. Horacio Cester Ing. Horacio Rossignoli

    APACHE ENERGA ARGENTINA S.R.L. Ing. Daniel Nstor Rosato Sr. Fernando J. Araujo

    CAMUZZI GAS PAMPEANA S.A. Dr. Carlos Alberto de la Vega Lic. Gustavo Adrin Pedace

    Lic. Tirso I. Gmez Brumana

    DISTRIBUIDORA DE GAS CENTRO-CUYO S.A. - (ECOGAS) Ing. Eduardo Atilio Hurtado Ing. Donaldo Sloog

    COMPAA GENERAL DE COMBUSTIBLES S.A. - (CGC) Dr. Diego Garzn Duarte Cdor. Samuel Isidoro Szydlo

    SIDERCA S.A.I.C. Ing. Guillermo Hctor Noriega Ing. Daniel Blanco

    PETROQUMICA COMODORO RIVADAVIA S.A. - (PCR) Ing. Miguel ngel Torilo Lic. Emilio Penna

    SCHLUMBERGER ARGENTINA S.A. Sr. Richard Brown Ing. Hermes Humberto Ronzoni

    BOLLAND & CA. S.A. Ing. Adolfo Snchez Zinny Ing. Edelmiro Jos Franco

    REFINERA DEL NORTE - (REFINOR) Ing. Daniel Barbera

    DLS ARGENTINA LIMITED - Sucursal Argentina Ing. Eduardo Michieli Ing. Jorge Ismael Snchez Navarro

    Vocales Suplentes WINTERSHALL ENERGIA S.A. Sr. Heiko Meyer Lic. Patricio Ganduglia

    HALLIBURTON ARGENTINA S.A. Ing. Luis Gussoni Ing. Osvaldo Jos Hinojosa

    GASNOR S.A. Lic. Rodolfo H. Freyre Ing. Jaime Patricio Torregrosa Muoz

    BJ SERVICES S.R.L. Ing. Luis Alberto Mayor Romero Ing. Nstor Amilcar Gonzlez

    LITORAL GAS S.A. Ing. Ricardo Alberto Fraga Ing. Jos Mara Gonzlez

    Revisor de Cuentas Titular TECNA S.A. Ing. Gerardo Francisco Maioli

    BAKER HUGHES COMPANY ARG. S.R.L. - Div. Baker Atlas Ing. Eduardo Daniel Ramrez

    SOCIO PERSONAL Ing. Carlos Alberto Vallejos

    Revisor de Cuentas Suplente A - EVANGELISTA S.A. (AESA) Ing. Alberto Francisco Andrade Santello

    OLEODUCTOS DEL VALLE (OLDELVAL) Sr. Daniel Oscar Inchauspe Sr. Marcelo Omar Fernndez

    Adherida a la Asociacin de Prensa Tcnica Argentina.Registro de la Propiedad Intelectual N 041529 - ISSN 0031-6598. Hecho el depsito que marca la Ley 11.723Permitida su reproduccin parcial, citando a Petrotecnia.Suscripciones (no asociados al IAPG) Argentina: Precio anual - 6 nmeros: $ 180Pases limtrofes: Precio anual - 6 nmeros: USD 180Otros pases sudamericanos: Precio anual - 6 nmeros: USD 200Estados Unidos, Canad, Mxico, Europa: Precio anual - 6 nmeros: USD 220Resto del mundo: Precio anual - 6 nmeros: USD 250Enviar cheque a la orden del Instituto Argentino del Petrleo y del Gas.Informes: [email protected]

    Los trabajos cientficos o tcnicos publicados en Petrotecnia expresan exclusivamente la opinin de sus autores.Agradecemos a las empresas por las fotos suministradas para ilustrar el interior de la revista.

    ser0REMIOALAMEJORREVISTATCNICAYs!CCSITENELREADEPRODUCTOEDITORIALDEINSTITUCIONESs!CCSITENELREADEPRODUCTOEDITORIALDEINSTITUCIONESs!CCSITENELREADEDISEODETAPAser0REMIOALAMEJORREVISTADEINSTITUCIONESser0REMIOALAMEJORNOTATCNICAs-EJORNOTATCNICA).4)s!CCSITNOTAPERIODSTICAs!CCSITENELREADEPRODUCTOEDITORIALDEINSTITUCIONESs!CCSITENELREAPUBLICIDADs!CCSITNOTATCNICA

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    Produccin de petrleo vs. importacin y exportacin Produccin de gas natural vs. importacin y exportacin

    Ventas de los principales productos Precio del petrleo de referencia WTI

    Pozos perforados Cantidad de equipos en perforacin

    www.foroiapg.org.arIngrese al foro de la industria del petrleo y del gas!

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    E n la edicin de enerofebrero de 1960, aparece por primera vez el nombre de Petrotecnia para denomi-nar al rgano de difusin del, por entonces, Insti-tuto Argentino del Petrleo (IAP).

    Cuando se funda el Instituto Sudamericano del Petr-leo (ISP) y se constituye la Seccin Argentina, se toma la decisin de realizar una publicacin demostrativa de las actividades de la institucin. En julio de 1945, se publica el primer nmero del denominado rgano oficial de la Seccin Argentina del ISP. En 1957, poca en que la in-dustria se encontraba en una vivificante etapa evolutiva, se aprueba, en una asamblea ordinaria, la transformacin del ISP, Seccin Argentina, en el Instituto Argentino del

    Tem

    a de

    tapa

    Cincuenta aos de Petrotecnia en la vida del IAPG

    Por Ing. Eduardo Rocchi (*)

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    Petrleo (IAP). A partir de este cambio, la publicacin pasa a denominarse Boletn de informaciones del IAP, cuya edicin se realiza bajo responsabilidad de la Comisin de Publicaciones, presidida por el Dr. Aniceto Torrea.

    En enero de 1960, aparece el primer nmero de Petrotecnia y se convierte, desde ese momento, en rgano de difusin del IAP y del IAPG posteriormente. En esa poca, el editor es Vctor Sulimovich, su alma mter hasta diciembre de 1983.

    El ao 1992 llega con cambios para el IAP. Ya insta-lado en su sede actual, cuya biblioteca es considerada la ms importante en su gnero dentro del pas, la Co-misin Directiva establece un modelo de gestin futura del instituto denominado IAP Nueva Era a la luz de los profundos cambios que ocurran en la industria del petrleo y del gas. Dentro de este modelo, se establece el relanzamiento de Petrotecnia para adecuarla a la nueva realidad de la industria y se opta por una edicin interna de la revista. La Comisin de Publicaciones es presidi-da por el Ing. Alberto Katchikian y el recordado editor Carlos Albano, quien consigui varios premios APTA Rizzuto con los que la Asociacin de la Prensa Tcnica Argentina reconoca la calidad de los contenidos tcni-cos de Petrotecnia.

    En junio de 1996, en consonancia con la desregula-cin del down stream del gas, los distribuidores de gas natural deciden incorporarse al instituto. En respuesta a

    tan importante decisin, el instituto se convierte en el actual Instituto Argentino del Petrleo y del Gas (IAPG). Petrotecnia no es indiferente a este cambio; en su editorial IAPG Transformacin para su crecimiento, expresa: todo proceso debe necesariamente apoyarse en la dimen-sin pasadopresentefuturo, En los cuarenta aos de historia de nuestro instituto, hemos sabido conservar lo que consideramos til y esencial, as como tambin adquirir conocimientos y experiencia a fin de cimentar nuestro futuro y desarrollo en las puertas del siglo XXI y convertir el esfuerzo diario en un aporte para garantizar nuestro futuro.

    Estamos festejando el cincuentenario de Petrotecnia y quiero hacer hincapi en dos acontecimientos que fue-ron, en mi opinin, muy importantes:

    En primer lugar, me referir al Suplemento Estadsti-co. El primer ejemplar, editado en forma separada de la revista para que pueda ser coleccionado y utilizado, aparece con el nmero de Petrotecnia de junio de 1993 y se convierte en un importante elemento de consulta y de referencia. Anteriormente, la revista contaba con una seccin de estadsticas a cargo del Dr. Devizia, pero fue Carlos Albano quien toma la decisin de realizar un suplemento separado que acompae cada edicin en forma regular hasta la actualidad.

    Carlos Albano consigue generar una muy buena rela-cin con la Secretara de Energa de la Nacin para obte-

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    ner los datos estadsticos oficiales; con la ayuda del Ing. Roberto Lpez, actual Gerente de Estadsticas del IAPG, se logra enriquecer estas estadsticas oficiales y presen-tarlas ordenadas por operadores, provincias, yacimien-tos, productos, exportacin, importacin, etctera.

    En segundo lugar, quiero destacar el 13. Congreso Mundial del Petrleo (13th World Petroleum Congress), que se llev a cabo entre el 20 y el 25 de octubre de 1991. La ceremonia inaugural se realiz en el Luna Park de la ciu-dad de Buenos Aires. En dicha oportunidad, en mi con-

    dicin de presidente del IAP, hice uso de la palabra para dar la bienvenida a los asistentes argentinos y extranjeros. Luego, el presidente del WPC, Sr. Klaus, tom la palabra para agradecer la bienvenida y destacar el lema del Con-greso: Nuevos horizontes para la industria del petrleo, desafos tcnicos, econmicos y oportunidades. Como cierre, el presidente de la Nacin, Dr. Carlos Menem, pronunci un discurso para hacer alusin a las polticas que, por entonces, su Gobierno llevaba adelante a fin de promover inversiones en exploracin y produccin tanto on shore como off shore.

    Petrotecnia realiz una edicin especial en ingls en la cual importantes personalidades de la industria nacional

    daban su opinin sobre la importancia del Congreso y los cambios que empezaban a producirse en la industria a nivel nacional. Esta edicin se reparti a todos los concurrentes.

    Quiero recordar a quienes colaboraron en el Comi-t Organizador del Congreso: Carlos Bechelli, Aniceto Torrea y Carlos Cortizas. Adems, hubo muchas otras personas que, desde los comits de Prensa, Relaciones Pblicas, Finanzas, Logstica, etc., aportaron su esfuerzo para el xito del evento. Tambin quiero reconocer el importante apoyo que, en el inicio de esta aventura, en-contramos de parte del Gobierno del Dr. Ral Alfonsn y del Ing. Jorge La Pea.

    Junto con el Congreso, tuvo lugar una importante expo-sicin comercial y tcnica. Los visitantes descubrieron la ciu-dad por medio de diversas actividades tursticas y culturales.

    En octubre del ao pasado, el IAPG volvi a demos-trar su solvencia para realizar un evento de clase mun-dial con la exitosa organizacin, de la cual fui testigo, del 24. Congreso Mundial del Gas.

    Lejos parecen estos aos. As, el IAP se convirti en IAPG, el instituto se consolid y sigui creciendo en pres-tigio y solvencia tcnica, y Petrotecnia fue y es el reflejo de todo el camino.

    (*) El Ing. Eduardo Rocchi cuenta con una extensa actividad profesional en la industria del petrleo y del gas. Se desempe como presidente del IAPG entre 1984 y 1998 y tambin fue presidente de la Comisin de Publicaciones del Instituto.

    Petrotecnia: nmero extraordinario por el Da del Petrleo Nacional, noviembre-diciembre de 1960

    Ing. Eduardo Rocchi

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    A lo largo de su historia, Petrotecnia se aliment con el aporte de profesionales ligados a la industria petrolera y, en la mayora de los casos, de activa participacin en diversas reas del IAPG. Casi todos ellos integraron comisiones tcnicas, dictaron cursos de capaci-tacin o participaron en congresos y simposios.

    Los autores ms prolficos

    De una lista por cierto demasiado larga de autores, hemos buscado a aquellos que firmaron artculos en ms oportunidades y fueron publicados por nuestra revista.

    Tem

    a de

    tapa

    Las firmas que enriquecieron a PetrotecniaCon la base de datos bibliogrfica y una buena dosis de memoria como

    herramientas de consulta, hemos encontrado a los autores que con

    mayor asiduidad han firmado notas en Petrotecnia. Adems, tratamos de

    recordar los ttulos ms solicitados en la biblioteca y los nmeros de la

    revista que alcanzaron mayor repercusin

    Por Eugenia StrattaGerente de Biblioteca e Informacin Tcnica del IAPG

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    Durante la primera dcada (1960-1969), se destacaron los nombres de Enrique Cnepa y de Bernardo Rickles. El primero fue un adelantado que lleg a Plaza Huincul en 1915, se constituy miembro de la Academia Nacional de Ciencias Exactas y, a los 90 aos, recibi el premio Konex de Platino en Ciencia y Tecnologa.

    Rickles, en tanto, fue ex presidente del Instituto y editor de unas tablas de conversin de unidades publi-cadas por YPF que utilizaron varias generaciones de petroleros.

    Junto a ellos, aparecieron los nombres Alberto Landoni y Hctor Giordano, dos avezados perforadores y maestros de perforadores; Roberto Beltramino y Enrique Binggeli, ambos especialistas en industria petroqumica. Tambin, el investigador del Conicet Alberto Zanetta.

    Entre fines de los sesenta y principios de los setenta, comenzaron a verse con frecuencia las firmas de nuevas generaciones de profesionales que continuaron colabo-rando estrechamente con Petrotecnia durante las dcadas siguientes: Ildefonso lvarez, Antonio Barbato, Ricardo Bazzi, Carlos Bechelli, Susana Bidner. Tambin, Hugo Cmara, Lindor Carnino, Vladimir Edelberg, Ricardo Gru-neissen, Pedro Lesta. En esta lista tambin encontramos a Egon Pozdum, Jos Surez Lynch, Mario Tozzini, Miguel Uliana y Marcelo Yrigoyen, entre muchos otros.

    Durante los ltimos veinte aos, los autores ms prolficos han sido Gabriel Barcel, Rolando Bocanera, Osvaldo Calcagno, Ral Garca, Carlos Garibaldi, Salvador Gil, Mario Gonzlez, Toms Grigera. Asimismo, Daniel Kokogian, Santiago Martinucci Yriart, Natalio Numerosky, Daniel Palomeque, Daniel Ridelener; Eduardo Rocchi; Juan Rosbaco, Oscar Secco, Nicols Verini y Eduardo Zapata.

    El podio

    En el apretado listado anterior; no hemos incluido a los dos autores que ms veces estamparon su firma en

    Petrotecnia: Daniel Montamat y Roberto Cunningham lo hicieron en once oportunidades cada uno.

    Los artculos de Montamat, especialista en economa energtica, han analizado los problemas de planificacin energtica e integracin regional y los vaivenes del merca-do petrolero argentino e internacional.

    Roberto Cunningham es autor de varios estudios sobre la biomasa como fuente de energa y, en particular, del desarrollo de biocombustibles. Adems, escribi otros artculos que ofrecen una mirada mucho ms abarcativa de la ciencia y la tecnologa: uno es La energa, historia de sus fuentes y transformacin, ttulo que luego se traslad a uno de sus libros. Historias del vaco, la ingeniera y la nada fue publicado en el ltimo nmero de Petrotecnia, a un ao de su fallecimiento, donde plantea una relacin de los conceptos de nada, cero, silencio y vaco y su aplicacin en el campo cientfico.

    Los ttulos ms solicitados

    Una recorrida por los ttulos de los artculos publi-cados en Petrotecnia as como de los que ms inters despertaron constituye una buena muestra de los temas que ms ocuparon y preocuparon a la industria de los hidrocarburos en los ltimos cincuenta aos, especial-mente desde la economa y la tecnologa, los ms abor-dados por nuestra revista.

    No podemos establecer con justeza cules fueron los ttulos ms ledos; pero, con el auxilio de nuestros cat-logos digitales, hemos recordado a los ms solicitados en nuestra biblioteca.

    La memoria no nos puede retrotraer hasta 1960, pero s hasta la dcada del ochenta, cuando algunos de nosotros ya trabajbamos en el Instituto Argentino del Petrleo.

    Para esa poca, eran muy pedidos algunos artculos tc-nicos escritos en los veinte aos anteriores: Bases de crac-king cataltico fluido, de Ral Gonzlez (1964); Inyeccin de fuel oil en altos hornos, de Zaki Chehebar (1964); Programa-

    Notas con historia

    La historia del petrleo, a partir del pozo de Drake, en 1858 y del descubrimiento de petrleo en Comodoro Rivadavia en 1907 como hitos fundacionales para el mundo y la Argentina, es ampliamente conocida y difundida. Pero no ocurre lo mismo con los antecedentes a estos hechos.

    Dos notas de Petrotecnia contribuyeron al conocimiento de la prehistoria del petrleo y se convirtieron en clsicos de consulta permanente: El Petrleo en la Antigedad, traducida por Rosa Rodrguez, nuestra Gerente de Congresos, del original en francs publicado Petrle et Techniques en 1980; y Resea sobre los conocimientos y la explotacin de los hidrocarburos en Argentina antes de 1907, de Marcelo Yrigoyen, aparecida en 1983 y reeditada en 2007.

    El Petrleo en la Antigedad relata, entre otras cosas, que hace cuatro mil aos los sumerios usaban agua espesa como combustible domstico; que los caminos reales de los jardines colgantes de Babilonia estaban recubiertos de bitumen y que en el siglo III a. de C., los chinos de Chan-Si perforaban pozos para recoger el agua que se puede quemar.

    Con Marcelo Yrigoyen, nos enteramos que los asfaltos y petrleos salteos ya eran conocidos en el siglo XVIII; que, en 1875, se destilaba querosene en Jujuy o que, a fines del siglo XIX, un oleoducto llevaba petrleo desde Cacheuta a Mendoza.

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    cin por camino crtico, de Alberto Morn (1965) y Prediccin y control de la produccin, de Mario Tozzini (1974).

    Tambin tenan mucha demanda tres especialistas de la Universidad de Texas: Maurice Tixier, que en 1962 public Perfilaje snico; Paul Crawford, que en 1971 envi una serie de ocho artculos sobre Nuevos mtodos de recupe-racin de petrleo; y Joe Byrd, quien en 1979 pronunci en el IAP una conferencia sobre Geometra del aparato indivi-dual de bombeo.

    Las estrellas de ese perodo, que continuaron siendo ledos por muchos aos, son Aspectos econmicos del con-trol de la corrosin y otros ttulos de Ildefonso lvarez, un experto en corrosin, que firm decenas de artculos en publicaciones argentinas y extranjeras. El podio tambin fue compartido por los estudios sobre las cuencas sedi-mentarias de la plataforma continental argentina, reali-zados por el gelogo, ingeniero en Petrleo y doctor en Ciencias Naturales Jorge Juvenal Zambrano.

    Durante los aos ochenta, a las innovaciones propias de la tecnologa petrolera se sumaron las nuevas tecnolo-gas de la informacin.

    En 1977, Alberto Boccacci escribi La informtica indus-trial en el rea petrolera, una nota que despert mucho inte-rs al igual que Programa de cmputo para el diseo de tube-ras de revestimiento, de Jorge Pazmio (1980) e Introduccin a la informtica en actividades de planeamiento y control en el rea de perforacin, de Mara Susana Bustos (1983).

    Otras notas muy consultadas fueron Los combustibles sintticos en el futuro energtico argentino, de Alberto Fushi-mi (1983); El impacto de la ingeniera gentica, de Alan Mi-chaels (1985); Los transportes de gas en polietileno, de Didier Uscat (1985), publicado originalmente en francs por Gas de France; Hidrocarburos polinucleados, de Lilia Ventajas (1987) y Pozos horizontales, de Antonio Pocov (1988).

    Para los aos noventa, primaron artculos sobre el mer-cado petrolero en la Argentina y en el Mercosur, aunque tambin fueron muy ledas las obras sobre el desarrollo sustentable y los problemas ambientales.

    Algunos de los ms solicitados fueron: Las cartas de sen-sibilidad ecolgica, de Vctor Moreno (1994); Combustibles, motores y medio ambiente. Qu pasa en Amrica Latina?, de Hctor Frigerio (1997); Geopoltica del gas en los pases del Mercosur, de Eduardo Barreiro (1997); Consecuencias de la transformacin de YPF y de la desregulacin del mercado de los hidrocarburos, de Nells Len (1998) y El Protocolo de Kioto, de Ral Estrada Oyuela (1998). Durante esta dcada, continuaron en auge La Teora de los Juegos y su aplicacin en la exploracin de hidrocarburos, de Juan Rosbaco (1996) y Cuencas petrolferas argentinas, de Miguel Uliana (1999).

    En el ltimo decenio, muchas cosas cambiaron. Ya no es necesario acercarse a la biblioteca para consultar Petrotecnia, que puede consultarse a travs de Internet.

    De todos modos, an se solicitan notas. Algunas de las ms requeridas han sido Hidrgeno cul es su realidad?,

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    de Albert Andino (2003); Argentina tiene investigacin, pero no ciencia, conferencia de cierre de Innotec 2004 pronun-ciada por Marcelino Cereijido; Proyeccin de la demanda de gas para mediano y largo plazo, de Salvador Gil (2007); Historia y futuro de la refinacin de petrleo, de Eduardo Carosio (2008); Modelos de pronstico de corto plazo para precios del petrleo WTI spot, de Claudio Araya Sassi, edita-do en tres entregas en 2008 y La exploracin en el margen continental y sus perspectivas, de Mateo Turic (2009).

    Nmeros muy especiales

    Algunos eventos importantes para el mundo petrolero ameritaron la publicacin de nmeros especiales que tu-vieron gran repercusin, no slo porque se distribuyeron ms ejemplares, sino porque sus contenidos provocaron un inters que trascendi al mbito de los lectores habi-tuales de Petrotecnia.

    En 1991, cuando Buenos Aires fue sede del XIII World Petroleum Congress (WPC), se public un nmero espe-cial en ingls. El evento mundial coincida con un mo-mento de profunda transformacin en la industria petro-lera, que se vio reflejado en los contenidos de la revista. Las firmas de funcionarios o de presidentes de empresas, ms la informacin sobre las nuevas reglas de juego de la industria petrolera argentina, lo convirtieron en un nmero codiciado. Similar repercusin alcanz, en 1994,

    el nmero bilinge editado para el XIV WPC realizado en Stavanger, Noruega.

    Esta costumbre de publicar ediciones especiales no era nueva. En 1979, con motivo del X World Petroleum Congress, realizado en Bucarest, se haba publicado un nmero para dar a conocer al mundo la industria petrolera argentina. Fueron tantas las consultas que se decidi hacer una reedicin ms completa y actualizada en 1980. Eran tiempos en que la informacin no era tan abundante ni su acceso, tan inmediato. Las tablas esta-dsticas, los grficos y los mapas que all se publicaron fueron copiados cientos de veces en nuestra biblioteca en los aos siguientes.

    Algo similar ocurri en 1997 y en 2000, cuando el gas pas al estrellato por ser la llave de la integracin energ-tica regional.

    Dos nmeros bilinges viajaron al exterior. Argen-tina y el gas natural: el desafo de la globalizacin fue distribuido en la XX World Gas Conference (WGC) de Copenhague y Petrleo y Gas en la Argentina, su proyec-cin regional viaj a la XXI WGC de Niza y al XVI WPC de Calgary.

    Finalmente, en 2001, un nmero especial de Petrotecnia dio la bienvenida a Amrica Latina al XVIII World Energy Congress, que se realiz en Buenos Aires. En todos los casos, se trat de nmeros que se convirtieron en material obligado de consulta porque presentaban firmas reconoci-das y recopilaban informacin interesante.

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    P ara realizar una breve resea histrica del refino de petrleo durante los ltimos cincuenta aos en nuestro pas, es menester referirse de un modo somero a las caractersticas econmicas ms sobresalien-tes de cada dcada y destacar los proyectos y hechos ms importantes que han tenido efecto sobre la actividad. Un detalle de todo lo acontecido en materia de proyectos y transformaciones de procesos escapara a las posibilidades de alcance de esta nota.

    Podra decirse que, aun desde su origen, la transforma-cin de la actividad ha estado demarcada por elementos comunes: la disponibilidad y el tipo de crudos, la deman-da de productos, la evolucin tecnolgica con impacto en los procesos y sistemas de control, y los costos operativos, particularmente los energticos.

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    Resea:

    Cincuenta aos de refinacin en la Argentina

    Por Daniel Palomeque

    Presidente de la Seccional La Plata del IAPG

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    La influencia de los factores sociales y polticos constituye un aspecto que, con creciente nitidez, repercute sobre los an-teriores factores operacionales, lo que induce la permanente transformacin de los procesos y de sus productos.

    Caracterizada por una demanda que se origina a raz del crecimiento econmico sostenido que tuvo lugar durante los aos sesenta, la dcada se inici con un alto desarrollo de las cuencas petrolferas, en parte como re-sultado de los contratos petroleros de 1958.

    Impulsadas por ese desarrollo econmico, las refineras continuaron incrementando sus capacidades y compleji-dades, incluso en destilacin, pues sus residuos de Topping encontraban destino en un mercado elctrico, abastecido, en su mayora, por centrales trmicas, que, por entonces, operaban con fueloil.

    En esta poca, las refineras elevaron su complejidad sobre la base de procesos como el cracking cataltico y el cracking trmico (coker). Tal es el caso del gran proyecto de ampliacin acometido por la compaa Shell, que, a su vez, comprendi unidades de reformado, hidrorefinado de naftas y gasolina de aviacin, adems de la primera unidad de tratamiento de gas y recuperacin de azufre mediante el proceso Claus.

    YPF (entonces Yacimientos Petrolferos Fiscales) poten-ci el descubrimiento del yacimiento de NRN, hecho que impactara de manera trascendental en la realidad energ-tica del pas al posibilitar la sustitucin de crudos impor-tados, como Arabian Light. Progresivamente, se alcanza-ra el autoabastecimiento de las refineras argentinas.

    El crudo NRN, parafnico, de alto rendimiento en destila-dos y bajo en contaminantes metlicos, posibilit inversio-nes para el incremento en la produccin y calidad de lubri-cantes argentinos y dio sentido a la instalacin de los pro-cesos de Reforming, para aprovechar el buen rendimiento de naftas que ofrece este crudo. Estas naftas se convertan en gasolinas con destino a un parque automotor tambin cre-ciente y de mayor exigencia en cuanto a calidad.

    Las capacidades de destilacin fueron sucesivamente incrementadas durante esta dcada de manera consistente con los mayores volmenes requeridos por el mercado.

    Durante esta dcada, YPF inici la construccin del sistema logstico de ductos que atraviesa nuestro pas y que permiti la planificacin integral de sus refineras, merced a la flexibilidad que este sistema otorga para sus respectivos hinterlands.

    En 1962, inici sus operaciones la Refinera de Campo Durn, que, en un principio, se dedicaba al procesamien-to de condensado procedente de los yacimientos de gas de la regin norte.

    Los sistemas de control de las plantas en los aos se-senta eran bsicamente neumticos. En consecuencia, la optimizacin de las operaciones quedaba restringida.

    En esa poca, el equipamiento mecnico careca de sistemas de prediccin de fallas, y la gestin del manteni-miento insuma la principal cantidad de mano de obra.

    Durante los aos setenta, se produjo la conocida crisis energtica internacional; su impacto tendra notables efectos sobre el diseo de los procesos, en los que el costo energtico y la eficiencia operativa comenzaban a resultar factores indispensables.

    Por otra parte, nuestro pas presentaba un escenario de inestabilidad poltica y econmica que desalent el

    ritmo de las inversiones privadas que caracteriz a la dcada anterior.

    Merced a las condiciones polticas de entonces, en las que el Estado Nacional todava desempeaba un papel principal como inversor, y a la disponibilidad de materias primas, se concret el mayor proyecto de integracin con la industria petroqumica. Se puso en marcha la Petroqu-mica General Mosconi ( PGM), hoy parte del Complejo Industrial Ensenada.

    La alta produccin de nafta virgen continuaba ofre-ciendo a las refineras la oportunidad de incrementar su produccin de gasolina mediante el empleo de cortes pe-troqumicos excedentarios a su mercado y la ampliacin e instalacin de nuevas unidades de reformado.

    En el ao 1976, YPF dio inicio a la actual Refinera de Plaza Huincul, dedicada bsicamente al abastecimiento de la demanda de la regin patagnica y abastecida por el crudo local Medanito. Tambin en ese ao, se increment la capacidad de la Refinera de Campo Durn para procesa-miento del crudo producido por el Yacimiento Caimancito.

    Durante esta dcada, los esquemas de las refineras continuaban siendo limitados en su capacidad de conver-sin y upgrading, merced incluso a la facilidad que otor-gaba el empleo de plomo (TEL) como mejorador octnico para las gasolinas (situacin que perdurara hasta los aos noventa) y a la flexibilidad de las regulaciones ambienta-les para la calidad del gasoil.

    Con el objeto de aumentar la produccin de gasoil de alta calidad mediante la conversin de cortes parafnicos procedentes de crudos de la cuenca Mendoza Sur-Neuqun, la refinera de Lujn de Cuyo puso en marcha el proceso de Isomax, el primer proceso de hidrocracking del pas.

    Durante esta dcada, se manifest el empleo creciente de la electrnica aplicada a los sistemas de control y de pro-teccin mecnica, sistemas que, si bien continuaban siendo analgicos, aportaron una notable mejora a la eficiencia operativa y disponibilidad mecnica de las instalaciones.

    Por los aos ochenta, operaba la actividad de refino del pas, que satisfaca la demanda local de combustibles, una demanda supuestamente en crecimiento, en especial en gasolinas.

    La disponibilidad de gas natural, procedente de las cuencas locales, potenci su empleo como combustible para automotores e industrias, sobre todo en centrales trmicas, lo que daba lugar a un importante excedente de fueloil, que pona en evidencia la limitada conversin de fondos del sistema de refino.

    Para hacer frente al crecimiento del mercado y sostener los mrgenes econmicos, resultaba imperioso aumentar la conversin de las refineras.

    YPF, an como empresa estatal, encar la construccin de los Proyectos de Mayor Conversin en sus refineras de La Plata y Mendoza.

    La economa compleja de aquellos aos se combinaba con un mercado caracterizado por un fuerte aumento del consumo de gasoil; la logstica de transporte del pas conti-nuaba aumentando la dependencia del consumo de com-bustible disel frente, entre otras cosas, a un sistema ferro-viario cada vez ms debilitado. El consumo de gasoil creci enormemente, las gasolinas se volvieron excedentarias.

    Los refinadores modificaron nuevamente sus proce-

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    sos. Eso responde al aumento de la demanda de disel, en volumen y calidad, con la puesta en marcha, en 1988, de una unidad de hidrotratamiento. Por ende, se duplic la produccin de gasoil automotor de su refine-ra. Durante esta dcada, las refineras continuaron el fortalecimiento de su margen operativo con proyectos de integracin petroqumica.

    Durante los aos ochenta, el uso industrial de los mi-croprocesadores dara lugar a un nuevo salto tecnolgico. La instalacin de sistemas integrados de control que apli-can tecnologa digital permitieron un gran avance en la optimizacin de las operaciones y el monitoreo del fun-cionamiento mecnico de los equipos rotativos.

    El empleo creciente de las computadoras digitales y el desarrollo de modelizacin de procesos, juntamente con la aplicacin de modelos de programacin lineal ms sofisticados, aportaron herramientas que potenciaron la funcin de Ingeniera de Procesos y de Planificacin Ope-rativa, dos reas que mantienen un papel preponderante en la gestin econmica de una refinera.

    La dcada de los noventa deparara, en nuestro pas, otro cambio drstico en el negocio del refino: sera el derivado de la privatizacin de YPF, que, liberada de la obligacin primaria de abastecer a organismos y empre-sas estatales, pas de ser una entidad estatal deficitaria a ocupar un lugar competitivo, tanto en lo concerniente al desarrollo tecnolgico como en su modelo de gestin.

    Como consecuencia de este proceso, naci tambin la empresa Refinor, consorcio que realiz inversiones que potenciaron la funcin de esta refinera y mejoraron su eficiencia energtica y operativa.

    El pas elimin el uso de plomo como mejorador de octanos, y las refineras integraron a su esquema unidades de upgrading de gasolinas, tales como Isomerizacin, Alki-lacin, MTBE y TAME.

    Gracias a estos procesos, las empresas comenzaron a elaborar sus lneas de gasolinas Premium.

    El mercado argentino continu siendo excedentario en gasolinas, mientras que los EE. UU. mantuvieron su deman-da en un contexto de precios que favoreca la exportacin.

    Los mrgenes de refino, fortalecidos por la funcio-nalidad de los procesos mencionados y por el buen rendimiento de los crudos locales, permitieron elevar la utilizacin de las refineras. Se dispona, adems, de excedentes de gasoil exportados a pases limtrofes y, ocasionalmente, al Golfo.

    Las condiciones operativas y los precios de los aos noventa no solo hicieron posible la exportacin de exce-dentes, sino tambin las importaciones de combustibles. Esta situacin alent el establecimiento de estaciones de servicio blancas o no abanderadas, abastecidas por las refineras locales o por compaas de importadores.

    En el aspecto tecnolgico, el continuo desarrollo de aplicaciones y microprocesadores posibilit avanzar con el reemplazo de sistemas analgicos de proteccin de equipos rotativos y de sistemas de control. Se incorpora-ron estrategias de control avanzado que contribuyeron a una mejora adicional de la economa y del rendimiento de los procesos.

    La mayor profesionalizacin de los cuadros operativos fue otra consecuencia surgida de este crecimiento tec-nolgico que trasform la cultura en todas las empresas refinadoras de la Argentina.

    El cuidado por el medio ambiente y la seguridad se tor-naron muy visibles en esta dcada y, con ello, crecieron las necesidades de inversin en tecnologa de tratamien-tos de efluentes y sistemas de proteccin de instalaciones. Shell instal la primera unidad SCOT del pas y, al igual que otras compaas petroleras, realiz inversiones desti-nadas a la recuperacin de gases y vapores orgnicos.

    Las compaas petroleras elaboraron e implementa-ron en sus refineras polticas de seguridad y cuidado del medio ambiente que adquieren prevalencia sobre los factores productivos.

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    Los aos del nuevo siglo XXI aportaron dos hechos trascendentes: uno derivado de la poltica local de precios y gravmenes; y el otro, de la crisis econmica internacional. Sern estos factores los que, combinados, habrn de determinar el mayor impacto sobre la activi-dad en esta ltima dcada.

    La poltica local de precios dej sin sentido econmico a la importacin de combustibles, lo que determin la des-aparicin casi completa del mercado de las redes blancas.

    En este escenario, las empresas refinadoras, segn sus posibilidades operativas, su grado de integracin vertical y sus capacidades logsticas, operaron segn la estrategia particular de sus sistemas comerciales y, de acuerdo con ello, determina-ron un respectivo grado de utilizacin de sus refineras.

    Con la visin estratgica de un escenario compuesto por un mercado local que vuelve a crecer en gasolinas de alta calidad y por un mer-cado externo que no valora en precio cortes de gasolinas de bajo octano, las empresas refinadoras realizaron nuevos proyectos de optimizacin de sus unidades de conversin e hidrorefinado.

    El mayor proyecto logs-tico de la dcada, acometido por Esso, ha sido la puesta en marcha del oleoducto que uni una nueva estacin de bombeo, ubicada en Brand-sen (BA), con su Refinera de Campana. Esto posibilit la optimizacin de su abasteci-miento, al par de una efectiva eliminacin de riesgos am-bientales derivados de las ope-raciones portuarias.

    Las mayores inversiones es-tarn impulsadas por regulacio-nes de calidad referidas, sobre todo, a reduccin de azufre en combustibles que entrarn en plena vigencia para mediados de la segunda dcada. Estos proyectos consisten bsica-mente en un aumento de la capacidad de hidrotratamiento de las refineras.

    En la actualidad, por dispo-siciones regulatorias, se comen-z con el agregado de cortes de biocombustibles (FAME y Etanol) a gasoil y gasolinas, respectivamente.

    Con la madurez de los yaci-mientos locales y la creciente influencia de los factores polti-cos y comunitarios, que impul-

    sarn proyectos ambientales referidos a procesos y calidad de productos, el refino enfrenta a futuro un nuevo desafo.

    No caben dudas de que la actividad de refino tendr un protagonismo fundamental dentro de la industria petrolera argentina en los aos prximos.

    Los esquemas y procesos de las refineras debern adaptarse gradualmente para el procesamiento sostenible de crudos de caractersticas diferentes.

    En ese futuro, no demasiado lejano, el fortalecimien-to tecnolgico, la preservacin y el desarrollo del cono-cimiento resultarn, al igual que en anteriores transfor-maciones de esta compleja industria, factores imprescin-dibles, acaso tan importantes como los financieros.

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    Etapa inicial

    Hasta la firma en 1958 de los contratos de explota-cin con compaas internacionales, la actividad de perforacin para extraer petrleo y gas en el pas haba estado efectuada exclusivamente por YPF, salvo contadas excepciones, con equipos y personal propios. Se haca con servicio de lodo y control geolgico incluidos y asis-tidos, asimismo, por equipos de WO, de cementacin, de perfilaje y de punzado, operados por la empresa estatal. Adems, el mantenimiento y la reparacin de todos los equipos y herramientas involucrados en esta actividad era realizado en talleres de YPF.

    La perforacin en la etapa previa a estos contratos, cuyo funcionamiento fue definido por el ingeniero Igna-cio Carro como 50% artesana ms 50% tecnologa ya haba superado, a partir de 1956, el importante desafo

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    Cincuenta aos de perforacin: de la artesana a la tecnologa Por Gabino Velasco

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    que signific la perforacin de pozos profundos para el desarrollo de Campo Durn y Madrejones, en el Yaci-miento Norte.

    Esta caracterstica de artesanal tecnolgica de la per-foracin argentina se nutri de su instinto de superviven-cia, desarrollado en el largo perodo de desabastecimiento originado por la II Guerra Mundial. Si bien la oferta de equipos, herramientas y tecnologa se fue reestableciendo paulatinamente en la posguerra, los presupuestos de YPF como empresa estatal estaban sujetos a los recortes peri-dicos que sufran todas las dependencias del Estado, con lo cual la modernizacin de su parque de equipos y herra-mientas se iba realizando con suma lentitud.

    El aporte artesanal tena su origen en la transmisin de los conocimientos de los perforadores alemanes, aus-tracos y polacos, contratados en un principio por la Di-reccin de Minas e Hidrologa y posteriormente reforzada por YPF en los aos cuarenta con el Pozo Escuela puesto en marcha con gran visin de futuro por YPF en Como-doro Rivadavia, donde se formaron tcnicos que luego tuvieron un destacado desempeo en la empresa. Ms tarde, en los aos setenta, por la Escuela de Perforacin Mximo Pico, impulsada por el ingeniero Hctor Gior-dano, que funcion en las instalaciones del laboratorio de YPF de Florencio Varela.

    Por otro lado, el aporte tecnolgico surgi principal-mente entre los profesionales egresados del Curso de Pos-grado en Petrleo del Instituto del Petrleo de la Univer-sidad de Buenos Aires. En lo relativo a tecnologa de los lodos de perforacin, fue importante el apoyo cientfico brindado por el laboratorio de YPF en Florencio Varela. Para la cementacin de pozos, el aporte fundamental provino del laboratorio de la Universidad de la Patagonia San Juan Bosco, de Comodoro Rivadavia.

    Quiero ilustrar este recordatorio con dos ancdotas que viv y que reafirman la teora del funcionamiento entre lo artesanal y lo tecnolgico de la perforacin ypefiana.

    Artesana

    Don Luis Piazzoni, viejo perforador (gringo-cordobs, oriundo de Colonia Caroya) misteriosamente haba logra-do solucionar un problema que se presentaba en la perfo-racin de los pozos del Yacimiento Medianera, despus de algunos das de seguimiento. El inconveniente era moti-vado por una acufera surgente que sola atravesarse a una profundidad de aproximadamente 300 mbbp, que toda vez que se descontrolaba causaba demoras y trastornos en la perforacin.

    En mi deseo de aprender, le ped que me explicara cmo evitaba que el pozo entrara en surgencia: cuando vio, por las novedades, que el equipo haba terminado la carrera del trpano y, por consiguiente, iba a sacar el sondeo para el cambio de trpano, orden al encargado de turno que lo esperaran. El pozo estaba cerca del Cam-pamento Catriel. Vamos al pozo, me invit.

    En cuanto llegamos, dio la orden de sacar el sondeo y se par al lado de la zaranda para observar el tee de salida, mientras la cuadrilla del equipo realizaba la maniobra.

    Durante esta operacin, normalmente si no hay ni entrada ni prdida de fluidos el nivel del lodo dentro

    del pozo desciende en relacin directa con el volumen de sondeo que se ha sacado del pozo.

    Como Piazzoni era consciente del comportamiento de la capa acufera, haca llenar el pozo despus de cada tiro de sondeo que se sacaba, con lo cual se aseguraba de man-tener la presin hidrosttica de control sobre la acufera y verificaba personalmente de que no saliera lodo por el tee durante la extraccin del sondeo.

    Una dcada despus, nos enteramos de que haba en-trado a formar parte del Sistema de Control de Surgencias de los equipos de perforacin un dispositivo llamado Trip Tank que, sofisticaciones aparte, cumpla exactamente las mismas funciones que yo haba visto hacer en forma per-sonal a Don Luis en Medianera, con un mtodo emprico dictado por su experiencia.

    Tecnologa

    A fines de los cincuenta, aparecen los trpanos jet, provistos de boquillas de carburo tungsteno cambiables, diseados para optimizar la penetracin del impacto en las rocas.

    Este empleo del lodo como transmisor de potencia agre-g otra tarea tan importante como las que ya tena asig-nadas: acarrear hasta la superficie los recortes del trpano (cuttings), mantener la estabilidad de las paredes del pozo, controlar el ingreso de fluidos al pozo, permitir la admi-sin en capas de alta permeabilidad, entre otras tareas.

    Esta innovacin tecnolgica oblig a los fabricantes de trpanos a recurrir a los servicios de especialistas en la hi-drulica de la perforacin, quienes desarrollaron sistemas de clculo para obtener la mxima potencia en el fondo del pozo para el perforador, quien era, en ltima instan-cia, el que decida los dimetros de boquilla que se utiliza-ran y administrara, asimismo, la potencia de las bombas de las que dispona el equipo. Adems, deba encontrar una solucin de equilibrio al determinar las propiedades del lodo a emplear.

    Esta utilizacin de la hidrulica para la transmisin de potencia hasta el fondo del pozo promovi una im-portante repotenciacin de los equipos perforadores, al obligarlos a incrementar los HP hidrulicos disponibles y llevar la potencia de bombeo de, por ejemplo, 200 HHP a 800 HHP para los equipos con capacidad perforante de hasta 2000 m; o por poner otro caso, de 1000 HHP a 3000 HHP para los equipos con capacidad perforante hasta 5000 m.

    Las bombas de lodo de cuales estaban provistos los equipos eran dplex, cuyo diseo, para las elevadas po-tencias requeridas en la era jet, tena las desventajas de ser ms costoso y con unas dimensiones que las haca difcil de transportar. Por esta razn, todos los equipos, poco a poco, fueron cambiando sus bombas dplex por triplex, ms compactas, de menor costo y accionadas por motores ms potentes.

    A principios de los sesenta, la Roy Bobo Engineering ide para la compaa Reed (fabricante de trpanos) una regla de clculo, para obtener, por medio del lodo, la mxima potencia en el fondo del pozo.

    Hago un parntesis exclusivo para los lectores de la generacin de las computadoras para aclarar que esta era

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    la nica calculadora de bolsillo que utilizaba la ingeniera, cuando no exista ni la calculadora electrnica porttil, ni la notebook ni el software.

    Con esta regla de clculo ms algunos datos, se podan obtener muchos resultados.

    As, a partir de los siguientes factores: 1) dimetro y profundidad del pozo estimada alcanzar en la carrera, ms 2) el tipo de circuito de superficie de bombeo del lodo; 3) las dimensiones de las barras de sondeo; 4) el dimetro; presin admisible; emboladas por minuto; carrera de las camisas y potencia de la bomba de lodo; 5) definicin del tipo de lodo en uso en el grfico viscosidad plstica frente a densidad del lodo; 6) definicin del tipo de lodo en uso en el grfico punto de fluencia frente a densidad del lodo, se lograba obtener: A) caudal de bombeo (ajustado con la verificacin de las EPM reales); B) velocidad de retorno en el espacio anular; C) prdidas de carga en el sistema circu-latorio; D) prdida de carga (presin) disponible en las bo-quillas; E) medida de boquillas de acuerdo con la presin disponible en la profundidad por alcanzar; F) reclculo de la prdida de carga para las boquillas elegidas; G) veloci-dad del lodo en las boquillas; H) HP hidrulicos erogados por la bomba; I) prdida de potencia en las boquillas.

    De la descripcin precedente, se desprende la comple-jidad del procedimiento que deba enfrentar el ingeniero Hctor Marvaldi para poner en prctica la nueva hidru-lica de la perforacin con la mencionada regla en una de sus primeras experiencias de campo en el Yacimiento Plaza Huincul.

    As, al estudiar la forma de hacer accesible para los per-foradores esta herramienta fundamental para obtener el rendimiento adecuado de los trpanos jet, Marvaldi ide grficos para rocas de distintas dureza y en sus ejes pozos-tipo (creados variando los parmetros de perforacin den-tro de los lmites de los equipos) frente a la profundidad; el especialista traz sobre ellos curvas que denomin equi-boquillas, dentro de las cuales el perforador encontraba, en la interseccin de la profundidad por alcanzar con el pozo-tipo, las boquillas que le iban a dar la mxima potencia hidrulica en el fondo.

    Reed hizo propios estos grficos equiboquillas y exten-di su uso a los perforadores e ingenieros de perforacin de todos los pases donde eran utilizados sus trpanos.

    Contratos de 1958

    Los contratos firmados en 1958 se dividieron bsica-mente en tres tipos (ver mapa en pgina siguiente):A) Contratos para perforacin en yacimientos de YPF

    en el flanco sur de la Cuenca del Golfo San Jorge: Transworld Drilling, por 1000 pozos; Southeastern Drilling, por 600 pozos y Saipem (del Grupo ENI), por 300 pozos.

    B ) Contratos de explotacin: Pan American Argentina, para el Yacimiento Cerro Dragn; Banca Loeb, para el Yacimiento La Ventana; Tennesee, para el Yacimiento Ro Grande.

    C) Contratos de exploracin: Esso, en la Cuenca Neuquina (Neuqun); Shell en la Cuenca Neuquina (Ro Negro).

    A su vez, cada compaa operadora adjudicataria de reas de explotacin trajo al pas su propio contratista de

    perforacin. De hecho, Pan American Argentina trajo a Loffland Brothers; la Banca LOEB, a Kerr McGee; Tenne-see, a Laughlin & Porter. Cada uno se instal con equipos flamantes ad hoc, con sus sondeos, herramientas, camio-nes petroleros, gras, trailers vivienda, repuestos, etctera.

    Esta inusitada actividad de perforacin provoc un giro copernicano en la actividad de perforacin en el pas, esto es, un antes y un despus de los contratos de 1958. Tambin promovi la venida al pas de las compaas proveedoras de servicios auxiliares necesarios, como Ha-lliburton, Dowell y BJ, de cementacin y estimulacin. Schlumberger, que ya estaba en el pas, increment su operacin. Vinieron Dresser, Atlas y Welex para perfilaje y punzado; Hughes y Reed en el suministro de trpanos y varios ms.

    En 1960, ao del nmero cero de Petrotecnia, el flanco sur de la Cuenca del Golfo San Jorge ya haba dejado de lado las pautas exclusivamente estatales que imperaban en esta actividad desde el legendario descubrimiento de petrleo, el 13 de diciembre de 1907 en Comodoro Ri-vadavia. Aquel hito haba sido realizado con un equipo perforador de la Direccin de Minas e Hidrologa y se haba incorporado rpidamente en las pautas que regan la actividad en el resto del mundo occidental.

    En el perodo 1959-1962, los trabajos de explotacin se concentraron en la Cuenca del Golfo San Jorge ya ex-plorada por YPF, donde se perforaron ms de 3000 pozos, de los cuales 2876 fueron perforados en Santa Cruz Norte. La produccin fiscal total del pas se triplic de 1958 a 1962 y pas de 4.963.624 metros cbicos a 15.126.432, coment Horacio Salas en una publicacin del IAPG (ver nota al pie).

    Anulacin de los contratos

    En 1963, llegamos al decreto 744/63, que anul todos los contratos de exploracin y explotacin de petrleo firmados por YPF en 1958. Esa norma trajo aparejada la paralizacin de toda la actividad privada de perforacin de pozos para petrleo.

    Las empresas adjudicatarias de los contratos de perfo-racin, explotacin y exploracin de 1958 haban impor-tado, en forma temporaria, toda la maquinaria, vehculos, repuestos e insumos necesarios para alcanzar los objetivos fijados contractualmente.

    A excepcin de Esso y Shell, que operaron con sus pro-pios equipos, pero luego quedaron para YPF con todo el material afectado a la operacin, como lo estableca el acuer-do de indemnizacin, el resto de las compaas decidieron abandonar el pas, pero sin reexportar sus equipos, vehcu-los, trailers vivienda, por el alto costo de la desmovilizacin frente al valor remanente en el mercado estadounidense por el desgaste acumulado en cinco aos de trabajo intensivo, agravado por la desactualizacin de su diseo.

    Aparicin de las compaas perforadoras privadas

    Por las razones expuestas, los equipos perforadores de Transworld, Southeastern y Loffland quedaron arrumba-

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    dos en diferentes playas cerradas, en los alrededores de Comodoro Rivadavia. Los de Laughling & Porter, en Ro Grande (Tierra del Fuego).

    El caso de SAIPEM fue diferente, dado que en el mo-mento de la anulacin de los contratos la compaa se encontraba abocada a la construccin del Gasoducto Pico Truncado Buenos Aires. (Los ductos son otra de las acti-vidades de esta empresa perteneciente al Grupo ENI del Estado Italiano).

    Por lo tanto, la empresa par los equipos perforadores, ordenadamente, en su base de Pico Truncado, a la espera de tiempos mejores.

    En 1967, se aprob la Ley 17.319, de Hidrocarburos, que facultaba al Poder Ejecutivo Nacional a otorgar per-misos de exploracin y concesiones temporales de explo-tacin y transporte a compaas privadas.

    Con el amparo de esta norma, se renegociaron dos de los contratos anulados: el de Pan American Argentina y el de Argentina Cities Services.

    Se otorgaron numerosos permisos de exploracin y se firmaron nuevos contratos de servicios de explotacin, que crearon un demanda de equipos de perforacin que no poda ser satisfecha, ya que los nicos equipos operativos en el pas eran los que YPF tena afectados al desarrollo de sus propios programas de exploracin y explotacin.

    Ante tal panorama, las compaas privadas que tenan adjudicadas reas y tenan programada la perforacin de

    pozos, no les qued otra alternativa que convocar contra-tistas de perforacin del exterior.

    En esta ocasin, las empresas no arribaron en condi-cin de contratistas sino como socios de compaias pe-troleras o de servicio argentinas. Tal fue el caso de Bridas/Cactus Drilling (despus, Bridas); de Delta Drilling/Qui-tralco (despus, Quitralco), Astra/Forenco (despus, Astra-for) y Tecnicagua/Kerr McGee (despus, Tecnicagua).

    En el desarrollo del Yacimiento entre Lomas del con-sorcio APCO/Prez Companc, las necesidades de perforar fueron cubiertas con la decisin de Prez Companc de adquirir equipos perforadores en los Estados Unidos e incorporarlos al parque de equipos de Pulling y WO que ya se encontraban operando.

    A su vez, para SAIPEM lleg la oportunidad que estaba esperando para poner a trabajar a los equipos perforado-res estacionados en su base de Pico Truncado.

    Paralelamente, YPF no poda cumplimentar sus programas de perforacin con las mquinas operativas de las que dispo-na. As, decidi recurrir a las compaas independientes.

    Esta posibilidad de una fuente de trabajo con cierta continuidad despert el inters de estas nuevas compa-as perforadoras de crecer, de poner ms equipos en un mercado que, sin duda alguna, iba a tener que expandirse, teniendo en cuenta que la produccin anual de petrleo haba descendido desde 15,4 millones de metros cbicos en 1963 hasta 5,6 millones en 1965, en relacin directa

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    con la disminucin de pozos perforados en el perodo.Los equipos que faltaban estaban ah noms, detrs

    del alambrado del las playas, donde haban quedado depositados. Los de Transworld y Loffland fueron adqui-ridos por Bridas/Cactus. Los equipos de Southeastern ya haban pasado a manos de YPF. Finalmente, y recurriendo a la tradicional artesana que nos caracteriza, se fueron reconstruyendo todos los equipos parados posibles, que pasaron a engrosar el parque de equipamiento disponible.

    Cuando se produjo la transformacin de YPF en socie-dad annima, la perforacin fue considerada una activi-dad no estratgica para la empresa, razn por la cual y de acuerdo con el sindicato se organiz una compaa per-foradora con equipos cedidos por YPF y gerenciada por el gremio, con las tarifas que regan en el mercado y trabajo garantizado para todas sus mquinas. Lamentablemente, no pudo sobrevivir.

    El parque total de equipos en el pas lleg a un mximo de 108 mquinas en condiciones de operar. No obstante, afectado por los altibajos de la demanda ligada a los pre-cios del crudo, alcanz un mximo de 87 mquinas en actividad en abril de 2008 y baj a 46 en junio de 2009.

    En la actualidad, las compaas perforadoras que per-manecen en actividad en el mercado argentino despus del arribo de nuevas empresas perforadoras, las compras, las ventas y las fusiones habidas a lo largo del tiempo son: San Antonio, DLS; Key Energy; Helmerich & Payne; En-

    sign; Nabors; Well Pro; Estrella; Petreven y Venver.La novedad ms notable en el servicio de perforacin

    de pozos de los ltimos tiempos ha sido la contratacin, por parte de Petrobras, de equipos perforadores hidrulicos robotizados, que emplean menos personal (razn por la que encuentran la oposicin del gremio), aceleran los tiempos operativos y producen menos accidentes del personal.

    Como un retorno a las fuentes, una de las ltimas incorpora-ciones al parque de equipos perforadores est protagonizada por YPF, que adquiri cinco equipos perforadores hidrulicos roboti-zados Drilmec de ltima generacin, que ha dispuesto poner en marcha mediante su operacin con terceros.

    Algunos adelantos de la tecnologa de la perforacin en este ltimo medio siglo:ULos equipos perforadores de accionamiento elctrico

    CC CC.ULa inspeccin no destructiva de los tubulares.ULa perforacin con trpanos jet y la hidrulica de la

    mxima potencia en el fondo.ULos lodos con lignosulfonatos como fluidificantes y

    para control del filtrado.ULa perforacin con aire.ULa perforacin con lodos aireados.ULas coronas sacatestigos con herramienta de corte

    impregnada con diamantes.ULos lodos de emulsin inversa para inhibicin de

    las arcillas.

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    ULa cementacin de pozos con colchones lavadores y el bombeo del desplazamiento que provoca flujo turbulento.ULas tcnicas y el equipamiento para el control de surgencias.UEl uso del exponente D para la deteccin de capas

    anormalmente presurizadas.USubestructuras ms altas. Como parte de las tcnicas

    del control de surgencias, se increment el nmero de vlvulas BOP y carreteles en boca de pozo, lo que motiv la elevacin de la altura de las subestructuras de los mstiles y caus que dejara de usarse la subestructura box on box que est compuesta por dos estructuras construidas con perfiles de acero cuya geometra es la de un paraleleppedo de seccin rectangular y que van posicionadas una sobre la otra. Sobre ambas, va montado el mstil del equipo de perforacin y la mesa rotary. Una vez montada, la subestructura formada por los dos boxes tendr, en la seccin donde apoya el mstil, la misma capacidad que la mxima carga esttica en el gancho del mstil ms su peso. En la seccin de apoyo de la mesa rotary, tendr la misma capacidad que la mxima carga esttica en el gancho del mstil. La altura mxima y los tiempos de montaje de las subestructuras box on box no pudieron competir con los de las subestructuras que se elevaban en forma simultnea con el mstil, que fue desplazada por los mstiles provistos de subestructura autoelevable.

    ULos equipos perforadores de accionamiento elctrico ACCC con sistema SCR de distribucin de potencia.ULa perforacin direccional con motores de fondo.ULa zaranda del lodo de movimiento lineal (linear

    motion).UEl instrumento MWD para la medicin de la

    inclinacin y el rumbo del pozo en tiempo real.UEl estudio ergonomtrico de las tareas en boca de pozo.ULos trpanos PDC.UEl top drive.ULa inspeccin de tubulares para deteccin de fisuras

    por fatiga Norma API DS-1TM (T. H. Hill).ULa perforacin en surgencia (underbalance).UEl lodo de bajos slidos a base de polmeros (PHPA).ULa perforacin con la tubera revestidora (casing drilling).UEl control mecnico de la verticalidad de la

    perforacin (rotary steerable system).ULa locacin seca (closed loop).ULos equipos perforadores hidrulicos robotizados.

    Notas 1. Salas, Horacio. Centenario del Petrleo Argentino,

    Tomo II, p. 15, IAPG.

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    Perforacin offshore

    Las cuencas sedimentarias de la Repblica Argentina suman cerca de dos millones de kilmetros cuadrados. Cerca de un tercio de esa superficie corresponde a reas marinas en una plataforma continental que, incluyendo el talud, tiene una superficie de alrededor de tres millones de kilmetros cuadrados.

    Slo se han perforado, hasta la fecha, alrededor de 180 pozos en el mar, en comparacin con decenas de miles en las cuencas terrestres. No cabe duda de que las posibi-lidades para la exploracin y perforacin costa afuera en nuestro pas son mltiples. Casi podra decirse que est todo por hacer.

    En esta nota, trataremos de dar un panorama de lo hecho hasta ahora, as como tambin del extraordinario desarrollo de esta actividad en los ltimos cincuenta aos.

    En nuestro pas, la perforacin costa afuera (offshore) pre-senta, desde nuestro punto de vista, cuatro etapas diferentes.

    La primera no pertenece, en realidad, a estos ltimos 50 aos, sino que corresponde a la perforacin de los pozos en la restinga de la costa frente a Comodoro Rivadavia.

    Tem

    a de

    tapa

    Historia de los ltimos 50 aos de perforacin

    Por Luis Rabanaque

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    All fueron perforados desde plataformas, construidas al aprovechar la gran amplitud de mareas de esa zona y el suave declive del fondo marino, ya que esto permita armar las plataformas en los intervalos en que el mar se retiraba lo suficiente para poder trabajar sobre suelo libre de agua. Las plataformas se conectaban a playa seca mediante pasarelas que eran, todo el tiempo, aptas para el trnsito de personas y pertrechos.

    All se perforaron los primeros pozos dirigidos, que per-mitan drenar las formaciones desde una mayor distancia de tierra firme. Mediante este ingenioso procedimiento se obtuvo la primera produccin offshore del pas. De hecho, durante varias dcadas, la Argentina figur en las estads-ticas mundiales con un porcentaje de su produccin, muy pequea, proveniente de costa afuera. Pero esto sucedi hace ms de medio siglo.

    Las otras tres etapas corresponden a los finales de la dcada del sesenta la primera; a las dcadas del setenta y ochenta la segunda y de los noventa hasta la fecha la tercera.

    Durante la segunda mitad de los aos sesenta, por un diferente enfoque en las polticas petroleras, se otorgaron concesiones de reas offshore, y se realizaron perforaciones exploratorias en las cuencas del Salado, del Colorado y del Golfo San Jorge. En esta ltima, se encontr la presencia de hidrocarburos, pero en cantidades no comerciales.

    La tercera etapa, a partir de un nuevo cambio en la pol-tica petrolera, comprendi un plan generado en la empresa estatal YPF llamado YPF en el mar, que se desarroll con el apoyo de las autoridades nacionales de ese momento.

    Este programa comenz con la compra, en los Estados Unidos, de una plataforma autoelevable, que operaba usualmente en el Golfo de Mxico, llamada Ranger II. La plataforma era de pequeo porte y estaba destinada a operar en el Golfo San Sebastin (Tierra del Fuego) y cos-tas adyacentes.

    No fue un buen comienzo: la plataforma, renombrada Liberacin, nunca lleg al pas. En su viaje a remolque desde el puerto de Galveston (EE.UU.) se hundi en el Mar Caribe, 100 millas al norte de la isla de Aruba.

    Segn los marinos avezados, es mala suerte cambiar de nombre a un barco. Aunque, en rigor, una plataforma de perforacin no es estrictamente un barco sino un artefac-to flotante, este viejo mito de los marinos se hizo realidad en esta ocasin.

    Se frustr as el primer y tmido esfuerzo de YPF para participar de la carrera offshore que en ese momento cre-ca vertiginosamente en todo el mundo. Pero YPF no se amilan; es ms, puede decirse que redobl la apuesta. En 1975, decidi adquirir una plataforma semisumergible, nueva esta vez, tras decidirse por un modelo pentgono de fabricacin francesa, que fue bautizado como General Enrique Mosconi.

    Esta unidad era un diseo de ltima generacin. Poda perforar en profundidades de agua de hasta 200 m, tal como haba salido de los astilleros de CFEM en Dunker-que, pero poda ampliar su capacidad a prcticamente el doble de esa cifra.

    Por lo tanto, poda operar en casi toda la plataforma continental argentina. El diseo era del mismo CFEM, con el Instituto Francs del Petrleo. Estaba equipada con un poderoso equipo perforador con capacidad de alrede-

    dor de 7000 m. Contaba, entre otras caractersticas des-tacables, con propulsin propia, un equipamiento para buceo hiperbrico y todo el conjunto de herramientas necesarias para la perforacin.

    La plataforma se construy durante 1976 y lleg a aguas argentinas en enero de 1977.

    El plan original YPF en el mar contemplaba operar en la exploracin de la extensa plataforma continental argentina. Dentro de los lineamientos de este plan, se perfor en las cuencas del Colorado, Golfo San Jorge y Austral. El ltimo pozo perforado fue en la cuenca aus-tral (cicln x-1). Luego, la plataforma fue alquilada por la compaa ESSO, que complet el programa previsto (alrededor de una decena de pozos) en las dos reas de-nominadas Malvina 1 y 2.

    Descubri dos acumulaciones de HCS, consideradas, en ese momento, no econmicas y, al igual que Shell en Magallanes, paraliz las operaciones a causa de la guerra de Malvinas. La plataforma fue llevada a Puerto Madryn.

    Este intervalo de inactividad fue interrumpido por un perodo intermedio durante el cual fue alquilada a la em-presa Oxy para operar en exploraciones de esa compaa en rea del litoral argentino. Dos de las perforaciones fueron exitosas, pero lamentablemente no haba inters comercial por la posible produccin frente al costo de explotacin. Finalmente, varios aos despus, fue vendida a un broker y trasladada fuera del pas para utilizarla como plataforma de produccin temprana (early production).

    La cuarta etapa de nuestra actividad de perforacin offshore, que llega hasta nuestros das, comprende perfora-ciones de exploracin y tambin de desarrollo en diversas reas concesionadas a empresas operadoras, todas priva-das, tras la privatizacin de la empresa estatal YPF en 1992.

    Durante este perodo, se perforan los primeros pozos de desarrollo en las plataformas Hydra I e Hydra II, de la empresa Total Austral.

    Tambin la empresa Shell perfor en la misma cuenca austral, en la desembocadura del Estrecho de Magallanes, pozos productivos y econmicamente explotables. Du-rante este perodo, tambin se perforaron otros pozos de exploracin en las cuencas del Salado, del Colorado, en Rawson, en Puerto San Julin y en las Malvinas. En los ltimos diez aos, la actividad exploratoria offshore de-creci sustancialmente, lo que tambin ha ocurrido en la perforacin onshore. Equipamiento

    Respecto del equipamiento para perforar en el mar, los ltimos cincuenta aos han sido escenario de un vertiginoso desarrollo tecnolgico. Cuando se habla de perforar offshore, se puede observar que el dato ms relevante lo constituye, sobre todo, la mxima profundi-dad de agua a la cual la unidad puede operar con mayor relevancia que las caractersticas del equipo perforador en s mismo. Los avances producidos en la perforacin marina durante este medio siglo estn referidos funda-mentalmente a este aspecto.

    En 1960, las unidades de perforacin offshore apenas podan operar en profundidades del orden de los 100 m de agua. Se trataba, en general, de barcazas, plataformas fijas, sumergibles o autoelevables (jackup). Hacia 1970, ya existan equipos con capacidades del orden de alrededor

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    de 400 m y comenzaban a aparecer plataformas semisu-mergibles y buques perforadores.

    De 1970 a 1980, se produjo un salto significativo en las capacidades de perforacin relativas a la profundidad de agua. A partir de mediados de esa dcada, comenz la perforacin en aguas profundas (por encima de los 1000 m) y, hacia el final, se operaba en profundidades de alrededor de 1500 m.

    Entre mediados de los ochenta hasta casi el ao 2000, las profundidades de agua de la perforacin exploratoria llegaron a los 2300 m, pero adems se produjo un gran desarrollo en la perforacin con unidades flotantes y en la produccin con cabezales submarinos. De este modo, para el ao 2000, ya se perforaba y se produca de pozos en 1800 m bajo el agua.

    En la actualidad, la mxima cota de agua para una perfo-racin exploratoria (record) corresponde al Golfo de Mxico, en 3051 metros. Fue operada por el buque perforador Dis-covered Deep Seas de Transocean para Chevron. El cabezal submarino, colocado a mayor profundidad, tambin est en el Golfo de Mxico, a 2853 m, para la empresa Shell.

    La pregunta ahora es: Qu pasa con los equipos per-foradores? Porque hasta ahora slo hemos hablado de profundidades marinas.

    Lo que sucede, en realidad, es que bsicamente la per-foracin a partir del lecho marino no presenta diferencias sustanciales con la perforacin en tierra firme.

    De hecho, se utilizaron desde el comienzo de la perfo-racin costa afuera los mismos equipos usados en tierra, montados sobre un soporte que les permiti movilizarse en el agua, ya fuera ese soporte una barcaza, una platafor-ma o un buque.

    Sin embargo, debe considerarse que en la medida en que las profundidades marinas aumentaron, los equipos debieron afrontar una mayor longitud total por cubrir. Un pozo de 4000 m en tierra, en el mar con 1500 m de pelo de agua, se convierte en un pozo de 5500 m. Por lo tanto, los equipos perforadores montados sobre unidades offshore tuvieron que ser de mayor potencia y con mayo-res capacidades de carga.

    Por otra parte, puesto que existe un lmite constructi-vo de profundidad de agua para usar plataformas que se apoyen en el lecho marino, se debi recurrir a unidades flotantes o, en general, no rgidamente vinculadas al fon-do marino. Establecer la conexin de este fondo con la plataforma para grandes longitudes de tubera no rgida constituy un gran desafo para la ingeniera.

    Durante los aos setenta y en ocasin de uno de los simposios que organiz YPF, nos visit el ingeniero Levin-do Carneiro, de Petrobrs.

    Brasil haba comenzado a desarrollar la actividad costa afuera y le pedimos al especialista que nos diera una char-la sobre el tema.

    En general, la exposicin fue muy interesante, aunque

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    no recuerdo muy especialmente como la inici. No obs-tante, Carneiro asegur: Cuando se quiere comenzar a hablar de trabajar offshore, lo primero que hay que hacer es poner una gran bolsa de dlares sobre la mesa.

    Nada ms cierto. Las operaciones en el mar son de costo altsimo. A pesar de la limitacin que esto significa, tuvo tambin un aspecto positivo, el de alentar el desa-rrollo de herramientas y tecnologas que no seran econ-micamente aplicables en la perforacin en tierra.

    En offshore, el costo diario de una unidad perforadora puede ser de 200.000 o 300.000 dlares; la utilizacin de un equipamiento, de 10.000 dlares, lo que representa un porcentaje menor, totalmente asumible. En una per-foracin onshore, este valor puede representar un 50% del costo del equipo perforador.

    Esta diferente relacin ha alentado, sin duda, la apli-cacin de nuevas herramientas y tecnologas en la per-foracin marina. Por otra parte, el hecho de aplicarse extensamente en estas operaciones la perforacin dirigida dio un gran impulso a los nuevos sistemas e instrumental tendientes a optimizar este tipo de trabajos.

    Otro aspecto del desarrollo tecnolgico que se ha visto fa-cilitado por la perforacin offshore es la automatizacin de las operaciones. Esta es una tendencia general en la actividad, pero nuevamente los elevados costos de la perforacin mari-na han propiciado e incentivado su desarrollo y aplicacin.

    En los ltimos cincuenta aos, la perforacin costa afuera ejecutada en nuestro pas cont, en cada etapa, con la ltima tecnologa y equipamiento vigentes al mo-mento de su utilizacin. Sin embargo, hasta el momento no se han realizado operaciones en aguas profundas, por lo que no ha habido oportunidad de aplicar sistemas para esta condicin en nuestras aguas territoriales.

    Nuestro vecino Brasil encar este desafo y, hoy da, es un lder mundial en las tecnologas petroleras en aguas profundas. Ese desarrollo es el fruto justamente de cin-cuenta aos de trabajar en la misma direccin, con planes a largo plazo y continuidad en el esfuerzo. Este esfuerzo fue manejado por Petrobras, la hoy octava empresa del mundo, que fue creada en 1953, segn el modelo marca-do treinta aos antes por YPF. Los ltimos descubrimien-tos de yacimientos gigantes en grandes profundidades son un merecido premio al empeo puesto en la tarea.

    La Argentina tiene, todava, el gran desafo de la per-foracin en aguas profundas, que en algn momento deber encarar.

    Los equipos, las herramientas e instrumental, la tecno-loga para hacerlo estn disponibles hoy en el mundo. Quizs, el principal problema sea la bolsa de dlares de la que hablaba el amigo Levindo Carneiro, pero quin sabe? Puede que ms importante que los dlares sea la voluntad de hacer.

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    Los primeros tiempos

    Cuando, en 1960, Petrotecnia comenz a publicar en forma sistemtica todo lo que era necesario conocer para estar al da con los avances tecnolgicos y de gestin que en el mundo estaba experimentando la industria de los hidrocarburos, el pas pona en servicio el Gasoducto del Norte. Esta obra constituy un acontecimiento de gran trascendencia, pues consolid el ciclo de gasifica-cin iniciado a fines de la dcada del cuarenta con la construccin del legendario Gasoducto Comodoro Riva-davia Buenos Aires. Se intua, con sobrado fundamen-to, que la inauguracin de este nuevo gran Gasoducto pasara muy rpidamente a constituirse en un factor de-cisivo de integracin regional, desarrollo industrial y con-solidacin demogrfica de las regiones centro y norte del

    Tem

    a de

    tapa

    En las puertas de un nuevo ciclo histrico: 50 aos del gas

    Por Carlos Buccieri

    En esta nota, el autor recorre la trayectoria del combustible en la Argentina,

    desde las construcciones de los primeros gasoductos hasta nuestros das

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    pas. A esta conclusin se llegaba respecto del dimetro de la caera utilizada, la importancia del volumen que estaba en condiciones de transportar, las caractersticas particulares de su trazado y las novedades tecnolgicas introducidas, que eran muy avanzadas para aquella poca.

    Este conducto, de casi 1800 km de longitud, no segua una lnea recta porque as lo estableca su diseo, sino que, con gran visin de futuro y para atender la necesi-dad de desarrollar toda su rea de influencia, se desplaza-ba y acercaba lo ms posible a las ciudades capitales de las provincias involucradas.

    Esto permiti que una parte importante de los 6 mi-llones de metros cbicos diarios que se le inyectaban en cabecera quedaran en forma inmediata en la regin, lo que generaba actividad y brindaba mejores condiciones de vida a sus habitantes. El resto del caudal inyectado segua hasta Buenos Aires, que tambin lo requera con urgencia.

    El correr de los aos demostr que las predicciones realizadas fueron acertadas. El crecimiento del consumo zonal no dej de aumentar e hizo necesarias sucesivas ampliaciones, que llevaron su capacidad de transporte al valor actual, que cuadriplica el original. Fue tambin acer-tado utilizar caera de 24 pulg. en casi todo el recorrido, pues facilit la repotenciacin que an se sigue realizan-do. Por su vinculacin con Bolivia, el Gasoducto del Nor-te cumple todava un papel protagnico en el desempeo operativo de todo el sistema nacional.

    En su anlisis histrico, esta obra, pensada en su mo-mento para dar sustento al programa ambiciosamente trazado diez aos antes de extender la provisin de gas a todo el pa