1, Oladis Troconis de Rincón1, Andrés Torres...
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Rev. Téc. Ing. Univ. Zulia. Vol. 34, Nº 2, 12 - 22, 2011
Ambient effect comparative performance between Zn and Al/Zn/In point anodes in reinforced concrete
Yolanda Hernández López1, Oladis Troconis de Rincón1, Andrés Torres Acosta2,
Angélica del Valle Moreno2, José Rodríguez Montero3, Freddy Berríos1 y Pablo
Montero1
1Centro de Estudios de Corrosión, Universidad del Zulia. Ciudad Universitaria, P.O. Box 10482, Maracaibo, Venezuela. [email protected],[email protected].
2Instituto Mexicano del Transporte. Km. 12 Carretera Querétaro-Galindo, 76700 Sanfandila, Querétaro, México. Ph. (52+442) 216-9777. [email protected], [email protected].
3Departamento de Ingeniería Civil, Universidad de Granada, ETS de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Campus Fuentenueva 18071. Granada, España. [email protected]
Abstract
This investigation presents the performance of zinc-based point anodes based on laboratory
results after a three years evaluation period. Twelve small reinforced concrete beams, six
60 × 10 × 15 cmand six 120 × 20 × 30 cm, were fabricated for this evaluation. Concrete
mixtures were prepared with and without chloride contamination. Chloride contamination
was achieved adding between 1% and 3.5 wt% chlorides by cement weight during mixing.
Beams were exposed to two different relative humidities, either constant ≈ 95% RH or
outdoor ≈ 77 % RH. The commercially available zinc-based point anodes were placed at one
end of the beams to determine how polarized the rebars get when interconnection between
the anode and the steel was achieved. Half cell potentials, current distribution, and
polarization decay due to the anode interconnection with the rebar were measured. On the
other hand, aluminium/zinc/indium anodes were evaluated at ≈ 77 % RH by using similar
beams. This investigation presents the anode polarization efficiency, which depends of the
environment humidity and, in turns, to the concrete resistivity. It was determined that
these anodes might protect steel in highly humid concrete, like parts of the structures exposed to splash and/or tidal zone.
Key words: Corrosion in reinforced concrete, cathodic protection, point anodes, zinc anodes, aluminum/zinc/indium anodes.
Estudio comparativo del efecto del ambiente entre ánodos localizados de Zn y
Al/Zn/In en concreto armado
Resumen
Esta investigación presenta el estudio de ánodos localizados de cinc evaluados en
laboratorio después de un período de tres años. Se fabricaron para su evaluación doce vigas
de concreto reforzado, seis de 60 × 10 × 15 cm y seis de 120 × 20 × 30 cm. Las mezclas
de concreto fueron preparadas con y sin contaminación de cloruros. La contaminación se
realizó adicionando al agua de la mezcla entre 1%p/p y 3,5%p/p de cloruros en base al
peso de cemento. Las vigas fueron expuestas a dos humedades relativas diferentes, una
constante de ≈ 95% y la externa del laboratorio de ≈ 77 %. Los ánodos localizados de cinc
disponibles comercialmente, se colocaron en uno de los extremos de la viga para
determinar la polarización alcanzada por la barra al conectar el ánodo y la barra de acero.
Se midieron los potenciales de media celda, la velocidad de corrosión, la distribución de
corriente y despolarización del acero. Así mismo, los ánodos de aluminio/cinc/indio fueron
evaluados a humedad relativa de ≈ 77%en vigas similares de 120 × 20 × 30 cm. En este
trabajo se muestra que la eficiencia del ánodo para lograr polarizar a la barra de refuerzo
depende de la humedad ambiental y por lo tanto de la resistividad del concreto;
determinándose que los ánodos de sacrificio sólo alcanzarían proteger zonas de alta humedad relativa, como es el caso de estructuras expuestas en zonas de oleaje y salpique.
Palabras clave: Corrosión en concreto armado, protección catódica, ánodos localizados, ánodos de cinc, ánodos de aluminio/cinc/indio.
Recibido el 30 de Junio de 2006 En forma revisada el 30 de Julio de 2007
Introducción
La corrosión del acero de refuerzo en concreto es una de las principales causas de deterioro
de las estructuras de concreto. La pasividad del acero puede afectarse por la presencia de
cloruros en el concreto y por la disminución del pH. La velocidad de corrosión de la barra de
acero aumentará al incrementarse el contenido de cloruros en el concreto [1]. Existe una
gran cantidad de estructuras ya edificadas con procesos de deterioro considerables donde la
única salida para lograr detener el proceso es la protección catódica [2, 3]. El cinc ha sido el
ánodo más evaluado y utilizado en estructuras de concreto, pero debido a su baja capacidad de protección en el tiempo se ha venido modificando la forma de colocarlo [2].
Los ánodos de cinc evaluados en esta investigación, son identificados como ánodos discretos
o puntuales [4]. Los fabricantes los describen como un nuevo sistema de protección
catódica, los cuales se colocan en parches de reparación, para proteger el acero de refuerzo
cercano a las zonas reparadas, donde la concentración de cloruros permanece alta [5, 6].
Están formados por un núcleo de cinc galvánico recubierto por un mortero poroso que
tienen en su interior una solución de hidróxido de litio monohidratado que evita que el cinc
se pasive y continúe actuando eficientemente debido a sus propiedades higroscópicas [5,
6]. Sus dimensiones son 63mm (2 ½") diámetro × 28mm (1 1/8") de alto. Una vez
instalados, el núcleo de cinc se corroe preferencialmente en lugar del refuerzo, protegiéndolo de la corrosión por protección galvánica.
De acuerdo al fabricante, entre las ventajas de los ánodos está que disminuyen la corrosión
de las barras, pueden usarse en ambientes corrosivos incluyendo concretos contaminados
con cloruros y carbonatados, su aplicación es muy simple, no requieren fuentes de energía,
requieren bajos costos de mantenimiento [5, 6], beneficioso donde todo el concreto está
contaminado con cloruro y no puede ser removido, etc. Este tipo de ánodos se instala para
proteger de la corrosión localizada a estructuras o edificios de concreto reforzado. Es
importante que todo el acero de refuerzo tenga una buena continuidad eléctrica para que la
protección catódica sea efectiva. Entre las desventajas está que tienen potencial limitado,
vida útil en función de la masa anódica, operación afectada por el medio según la
resistividad [3, 4], pueden ser una alternativa a corto plazo para controlar el efecto de
formación de nuevas celdas, producidos por las reparaciones localizadas. Solo son
adecuados para estructuras pequeñas ya que para grandes estructuras el costo sería
elevado [3, 4], y aunque el fabricante argumenta que existe una distancia efectiva entre los
ánodos para que el sistema funcione adecuadamente, no se tiene información experimental
que lo soporte, por lo que es necesario encontrar esa separación óptima mediante pruebas experimentales controladas.
Por lo explicado anteriormente, este trabajo tiene como objetivo determinar si los ánodos
discretos trabajan como un sistema de protección catódica en vigas de concreto
contaminadas con cloruros [7].
Procedimiento Experimental
Se realizaron probetas de estudio en Venezuela (Centro de Estudios de Corrosión-LUZ) y en
México (Instituto Mexicano del Transporte), con diseños estructurales diferentes y
expuestas a distintas condiciones de humedad relativa, utilizando para su reparación el
mismo tipo de ánodos de cinc (Figura 1a). Los ánodos puntuales de base aluminio fueron
evaluados solamente en Venezuela (Figura 1b).
1. Probetas realizadas en Venezuela
Fabricación de vigas
Se fabricaron 8 vigas de 120 × 20 × 30 cm con 4 barras de acero de 9,5mmde diámetro
unidas por medio de estribos de 6 mm de diámetro (Figura 2). Seis vigas se fabricaron
añadiendo sal común (1 %Cl–/base a cemento) en el agua de amasado. Se utilizaron
agregados de la región (arena de lago con MF=1,63 y piedra caliza con TMN de ¾"). El
diseño de mezcla se realizó según el método ACI 211.1 [8], con asentamiento de 10 cm y
relación a/c de 0,60 (Tabla 1). Al vaciar la viga se dejó el espacio destinado para la
colocación del ánodo (Figura 3). Se saturó esta área con agua durante 24 horas para
asegurar la adherencia de mortero nuevo con concreto contaminado. Después del período
de curado las vigas fueron monitoreadas por medio de pruebas electroquímicas hasta
mostrar activación de las barras antes de reparar. El mortero usado para la colocación de
los ánodos de Zn fue fabricado usando las mismas proporciones del concreto de las vigas
pero sin adicionar cloruros a la mezcla, como especifica el fabricante [5, 6]. En el caso de
los ánodos de Al/Zn/In el mortero se contaminó con 0,1%p/p de Cl–. Después de fraguado
el mortero de reparación, se instaló un interruptor eléctrico para conectar externamente el
ánodo de sacrificio con las barras de acero.
Medidas electroquímicas
Se realizaron mediciones de potencial vs. tiempo utilizando un electrodo de
Cu/CuSO4 saturado, según la Norma ASTM C 876-95 [9], dos veces por semana, y
comenzando a los 3 días de elaboradas las vigas. Los valores de potencial se midieron a
cada una de las probetas, a lo largo de las 4 barras de acero, tomando 6 medidas sobre
cada una de las barras, como se indica en la Figura 2. Como segunda técnica para evaluar
el sistema de protección catódica, se monitoreó la corriente drenada entre el ánodo y el
cátodo (barra), desconectándolos previamente. Y como tercera medida se midió la velocidad
de corrosión a través del equipo GECORR6. Esta evaluación se realizó una vez al mes, en 3 puntos a lo largo de las barras.
2. Probetas realizadas en México
Fabricación de vigas
Se prepararon seis vigas de concreto reforzado de dimensiones 60 × 10 × 15cm y cuatro
cilindros de 10 × 20 cm para las pruebas de resistencia a la compresión a los 90 días de
vaciados [10]. Todas las probetas se prepararon con una relación agua/cemento de 0,50. La
geometría de las vigas se muestra en la Figura 4. Cada viga fue fabricada con una barra de
refuerzo de acero convencional del #3 (9,5 mm de diámetro) de 70 cm de largo como
contra-electrodo; cinco secciones de varilla #3 de 10 cm de largo cada una, unidas
mecánicamente, pero aisladas eléctricamente mediante tubos de acrílico. Las vigas fueron
construidas con un electrodo de referencia de Ti/TiO2 colocado en el centro de la viga. El
ánodo se colocó en la viga en forma similar al procedimiento usado en LUZ. Cada sección de
la varilla, el contra-electrodo y el electrodo de referencia, fueron fabricados con una
conexión eléctrica hacia el exterior de las cámaras de humedad controlada para realizar las
pruebas electroquímicas. Se prepararon dos mezclas de concreto, una sin cloruros y otra
con cloruros al 3% en peso de cemento. Las probetas se colaron sin el ánodo discreto, el
cual se colocó y conectó 28 días después de fabricadas las vigas como sistema de
reparación como protección catódica, según se muestra en la Figura 4. El mortero usado
para colocar el ánodo se realizó con relación a/c igual a 0,50. Las vigas fabricadas con
concreto sin cloruros fueron reparadas con mortero sin cloruros como lo especifica el
fabricante [5, 6]. Se prepararon conexiones eléctricas externas para cada electrodo con alambres de cobre.
Cámaras de humedad controlada
Poco después de fabricar las vigas se prepararon dos cámaras de plástico cerradas que se
utilizaron como cámaras de humedad controlada. En cada cámara se colocaron tres vigas. A
éstas se le colocaron en las tapas de plástico orificios para que los cables de conexión de
cada barra o electrodo de las vigas se pudieran tener disponibles para conectar los aparatos
de medición por fuera y no tener que abrir las cámaras cada vez que una serie de
mediciones se realizara. Un poco de agua en el fondo de la cámara mantuvo una humedad interna de 90±5%.
Mediciones electroquímicas
Se utilizaron las mismas técnicas y procedimientos usados en LUZ. La única variación fue el
procedimiento usado para medir potenciales de media celda, Esta medición se realizó con
un multímetro de alta impedancia interna a cada sección de la barra, contra el electrodo de
referencia interno de Ti/TiO2. Este valor fue convertido a potencial contra un electrodo de
Cu/CuSO4 externo mediante mediciones periódica del electrodo de referencia interno contra
el de Cu/CuSO4 siguiendo el procedimiento de la ASTM C-876. La medición de corriente
catódica se realizó diariamente en cada sección de barra de refuerzo utilizando un
amperímetro digital de resistencia interna baja (<5 Ω) para observar la cantidad de
corriente drenada por el ánodo a cada sección de la barra dependiendo de la distancia a la que se encontrara.
Medición de despolarización
En ambos países se midió la despolarización de las barras, desconectando la barra del
ánodo, y midiendo los potenciales de media celda durante la desconexión en 4 y 24 horas.
Resultados y Discusión
1. Resultados obtenidos en LUZ
La Figura 5 muestra los valores de potencial con respecto a Cu/CuSO4 de los ánodos
embebidos dentro del mortero de reparación en función del tiempo. En la misma figura se
presentan los datos de precipitación como función del tiempo en mm de agua. Es
importante observar que durante los primeros 220 días de prueba, las probetas cúbicas
estuvieron en el ambiente del laboratorio (a 22°C y ~60% de HR), donde el potencial del
ánodo alcanzó valores de 500 mV vs. Cu/CuSO4. Luego, las probetas se sacaron al ambiente
fuera de laboratorio, mostrando variaciones de potencial cuando el ambiente cambiaba de
húmedo a seco. Durante la etapa seca (bajas precipitaciones) el ánodo alcanzó potenciales
de –600 mV vs. Cu/CuSO4 y épocas de lluvia alcanzó valores tan bajos como –1100 mV vs.
Cu/CuSO4. Después de 600 días de exposición los potenciales fluctuaron entre –500 a –700
mV vs. Cu/CuSO4 aunque la resistividad del concreto disminuyó debido al alto contenido de
agua en los poros (alta precipitación). Los valores observados después de los 600 días dan
una idea que después de cierto período de tiempo, la polarización que el ánodo le provee a
la barra podría no ser suficiente para la protección del acero (menos negativos que –798
mV vs. Cu/CuSO4). La misma figura muestra las medidas de potencial del ánodo de
Al/Zn/In, después de una exposición de 550 días. Inicialmente los potenciales fueron muy
negativos (–1200 mV. vs. Cu/CuSO4), pero después de 300 días, el potencial alcanzó
valores más positivos (–600 mV vs. Cu/CuSO4), los cuales no cambiaron significativamente con las precipitaciones, como el ánodo de cinc.
La Figura 6 muestra la variación del potencial promedio, durante el tiempo de exposición, de
la barra superior derecha de las vigas reparadas con ánodos de Zn. Como se observa, los
potenciales muestran valores entre –400 y –450 mV vs. Cu/CuSO4 durante el curado.
Cuando las vigas comienzan a secarse, los valores de los potenciales de las barras se
vuelven más positivos ~ –200 mV (vs. Cu/CuSO4). A los 137 días de fabricación del
concreto, se realizó la reparación y los ánodos fueron instalados y conectados a las barras.
En el punto 5 (zona más cercana al ánodo), las barras superiores alcanzaron potenciales
más negativos que los mostrados antes de la conexión con el ánodo (–550 mV vs.
Cu/CuSO4). En los puntos 4-6 y 1-3 se midieron valores de potencial menos negativos (–
500 mV y entre –400 y –300 mV vs. Cu/CuSO4, respectivamente); lo cual demuestra que el ánodo sólo logra polarizar la barra en las zonas muy cercanas a él.
A los 200 días aproximadamente, los potenciales se mantuvieron constantes entre –200 y –
400 mV. Cerca de los 360 días, se observaron potenciales más negativos, cercanos a los –
550 mV. Este cambio de potencial coincidió con los valores observados en el mismo tiempo
en las probetas de mortero con el ánodo embebido (Figura 5) y con las precipitaciones.
Durante los 380 días, se observó un cambio de potencial hacia valores más positivos,
coincidiendo con los períodos de baja precipitación. Después de los 500 días, los potenciales
variaron en un rango entre –250 y –350 mV, con pequeñas diferencias entre los puntos más
cercanos y los más alejados del ánodo, notándose los cambios con las precipitaciones (518
y 697 días). Por otro lado, se observó menor variación del potencial en los valores medidos
en las barras inferiores con respecto a las barras superiores de las vigas, lo cual se
esperaba por estar el ánodo más cercano a las barras superiores. Los potenciales variaron
entre –300 y –400mV, y no se observaron cambios en el potencial debido a la distancia del
ánodo a las barras y a cambios en la precipitación. Al medir el potencial "Instant Off" en la
zona más cercana al ánodo (punto 5 en la Figura 6), no se observaron cambios significativos con respecto a los potenciales "On".
La Figura 7 muestra las medidas de potencial de la barra superior derecha de las vigas
reparadas con ánodos de Al/Zn/In, por casi dos años. Se observa un comportamiento
similar a las vigas con ánodos de Zn. Después de realizada la reparación (260 días), las
barras alcanzaron potenciales de –630 mV en el área cercana al ánodo. Pero las medidas
permanecieron en un rango entre –250 y –500 mV. Actualmente, todos los potenciales de
las barras (superiores e inferiores) fluctúan entre –200 y –380mV, incluyendo el área más
cercana al ánodo.
La Figura 8 muestra la salida de corriente del ánodo de las diferentes vigas reparadas con
ánodos de Zn y de Al/Zn/In. En esta figura se observa que el flujo de corriente aumenta
después de periodos de lluvia, coincidiendo con los potenciales más negativos de las barras
más cercanas al ánodo (–550 mV vs. Cu/CuSO4 de la Figura 5), pero sin alcanzar los niveles
de protección requeridos (< –798 mV vs. Cu/CuSO4). Estas corrientes variaron alrededor de
0,42 mA/m2, alcanzando valores puntuales de 32 mA/m2, después de varios días de fuertes
lluvias. Sin embargo, durante los últimos días de prueba, el promedio de las corrientes de
salida fue muy bajo (entre 3,54 mA/m2 y 5,90 mA/m2), a pesar de que hubo días de lluvias.
El ánodo no polarizó a la barra de acero lo suficiente como para alcanzar niveles de
protección, ni siquiera en las zonas cercanas al ánodo. Esto puede ser por la alta resistencia
del mortero alrededor del ánodo (mortero de reparación), el cual no se contaminó con
cloruros en el momento de su fabricación e instalación como lo sugiere el fabricante. En la
misma figura se observa un comportamiento similar con el flujo de corriente de los ánodos
de Al/Zn/In. Las corrientes variaron entre 0,80mA/m2 y 30mA/m2. Igual a los ánodos de
cinc, el promedio de la corriente de salida fue muy baja, cercana a 5 mA/m2 al final del
periodo de experimentación, a pesar de que hubo días con precipitación. La polarización de
este ánodo tampoco fue suficiente como para polarizar al acero, ni siquiera en las zonas cercanas al ánodo.
La Figura 9 muestra la variación de la velocidad de corrosión de las barras superiores de las
vigas reparadas con ánodos de cinc durante el periodo de evaluación usando el equipo
Gecor6. Se observó una disminución de la velocidad de corrosión con el tiempo antes de la
reparación de 3,5 µA/cm2 (40,6 m/año) a 0,22 µA/cm2 (2,55 m/año). Sin embargo, estos
valores indican que el acero está activo (icorr > 0,1 ìA/cm2). Estas velocidades de corrosión
no mejoraron al conectar el refuerzo al ánodo, fluctuando entre 3,36 µA/cm2 (38,9 m/año) y
0,11 µA/cm2 (1,27 m/año), siguiendo una tendencia similar a las medidas de potencial: se
miden bajas velocidades de corrosión cuando hay bajas precipitaciones y viceversa. Esto
indica, que los cambios observados se deben a los cambios en las precipitaciones y no a la reparación con el ánodo.
Al evaluar la despolarización de la barra de la viga reparada con el ánodo de Zn (Figura 10),
se observó que el potencial "Instant Off" alcanzó un valor similar al medido sin desconectar
el ánodo, independientemente de la barra analizada. La despolarización después de 4 horas
fue tan baja como 63 mV (requiriéndose un mínimo de 100 mV para alcanzar la polarización).
Además, para estas condiciones ambientales, el acero no se protegió cuando se conectó al
ánodo usado, independientemente de la distancia al ánodo. La pérdida de protección de la
barra se manifestó en todas las vigas por agrietamiento del concreto (Figura 10), después de 1,5 años de exposición.
Se observó un comportamiento similar al evaluar los ánodos de Al/Zn/In (Figura 11). La
única diferencia fue que el agrietamiento ocurrió en el área donde estaba localizado el
ánodo y no encima de las barras. Esto se debió a la presencia de Mg en la aleación usada en
estos ánodos, como se demostró al analizar el ánodo por EDS, donde se muestra que está en concentraciones tan pequeñas que se enmascara por el alto contenido de aluminio [11].
2. Resultados obtenidos en el IMT
Potenciales de media celda
La Figura 12 muestra los potenciales con respecto al tiempo de la sección 1 (la más cercana
al ánodo) en dos de las vigas: una sin contaminación con cloruros (SC) y otra con cloruros
(CC). Se observó que las barras embebidas en concreto libre de cloruro presentaron
comportamiento pasivo (–200 mV vs. CuSO4). Cuando se comparó con los resultados
obtenidos en el concreto contaminado el acero mostró potenciales activos (< –350 mV vs.
CuSO4). Una vez que el ánodo se conectó, el potencial de la barra de la Sección 1 cambió
drásticamente a valores más negativos (potencial "ON"), similares a potenciales típicos del
Zn en concreto, independientemente del contenido de cloruros. Esta alta polarización en la
Sección 1 se mantuvo debido a la cercanía de esta sección de la barra al ánodo, la alta
humedad del concreto disminuyó su resistividad permitiendola alta polarización de la barra.
Al evaluar la despolarización de la barra (Figura 13) se observó que el potencial "Instant
OFF" alcanzó valores de –979 mV vs. CuSO4 para concreto con cloruros y –900 mV vs.
CuSO4 para concreto libre de cloruro. Para estas condiciones de alta humedad, el acero se
protegió al conectarse al ánodo, independientemente del contenido de cloruro en el
concreto, contrario a lo observado en las condiciones atmosféricas probadas en LUZ.
Después de 400 días de comenzar la evaluación, en la Sección 1 de las seis vigas probadas
en el IMT, se observó efluorescencia en la parte superior de la reparación con mortero
(Figura 14). Al detectar estos productos de lixiviación se realizó un análisis de Difracción de
Rayos X (XRD) pocas semanas después de que los productos de lixiviación se acumularan
en la superficie del mortero. Al analizar el ensayo (Figura 14) se encontró presencia de
hidróxidos y óxidos de bromuro de litio e hidróxidos de cinc en los productos lixiviados, independientemente del contenido o no de cloruros.
Con los resultados obtenidos hasta la fecha, los ánodos probados podrían proteger a la
barra en el concreto, con o sin contenido de cloruro, si el concreto está en altas humedades
como en estructuras localizadas en zonas marinas, y podrían no ser eficientes en zonas
atmosféricas donde la humedad del concreto no es suficiente para disminuir la resistividad
del concreto. Se deberá considerar que cuando los ánodos de Zn son usados en
concreto/mortero con altas humedades, los componentes activos dentro del mortero del
ánodo lixivian y pueden disminuir su eficiencia durante el período de trabajo (tiempo de vida > 400 días).
Conclusiones
Los ánodos probados de Zn y Al/Zn/In, no protegieron al acero en las vigas expuestas a
bajas humedades ambientales y altas temperaturas (77% de humedad relativa anual, 28oC
de temperatura promedio anual).
Para las vigas expuestas a altas humedades ambientales (90±5% de humedad relativa), los
resultados mostraron que el ánodo de Zn protegió a las secciones de barras cercanas al
ánodo, indiferentemente del contenido de cloruros en el concreto.
En altas humedades ambientales (90±5% de humedad relativa), los componentes químicos
usados para activar el ánodo de Zn lixiviaron del mortero.
Reconocimientos
Los autores agradecen al CONDES por el apoyo económico para la realización de este
proyecto y al Instituto Mexicano del Transporte, Querétaro, México por su apoyo económico para la realización de esta investigación mediante convenio IMT-Q-CC-26-03/CE-01.
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