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OBLIGATORISK FORSIDEPrescribed front page
HJEMMEOPGAVER, PROJEKTER, SYNOPSER U/ MUNDTLIGT FORSVARHome Assignments, Project Reports, Synopses without oral defence
INSTITUT FOR ERHVERVSKOMMUNIKATIONDepartment of Business Communication
STUDIENUMMERStudent No.
201209582
HOLD NR.:Class No.Ex.: U02
FAGETS NAVN:Course/Exam Title
Bachelor AfhandlingInternational VirksomhedskommunikationSpansk/Engelsk
VEJLEDER:Name of Supervisor Helle Vrønning Dam
ANTAL TYPEENHEDER I DIN BESVARELSE (ekskl. blanktegn):Number of Characters in your Assignment(exclusive of blanks):
54.961
Ved skriftlige gruppeopgaver skal den enkelte deltagers bidrag tydeligt fremgå.
In written group exams, your individual contribution must be clearly identifiable.
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The Use of Lunfardo in ArgentinaBA - Tesis
Elaborado por,
Line Lundgaard Kristensen
Número de estudiante: 201209582Instructor/a: Helle Vrønning Dam
54.961 caracteres sin espacios
La Universidad de Aarhus
2015
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Índice0. Abstracto1. Introducción
1.1. Planteamiento de problema1.2. Limitaciones 1.3. Definiciones
2. Teoría2.1. Base histórico del lunfardo en Argentina2.2. La divulgación del lunfardo2.3. El uso de lunfardo hoy en día.
3. Metodología 3.1. El estudio de Bihan (2011)3.2. El cuestionario3.3. Procedimiento3.4. Colección de datos
4. Análisis y resultados.4.1. Resultados4.2. Discusión4.3. Limitaciones de los resultados.
5. Conclusión.
6. Referencias
7. Anexos
Abstract of “The use of Lunfardo in Argentina” by Line Lundgaard Kristensen, Aarhus University, 2015
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This present investigation is about the words of Italian origin used in the language of Argentina
today, which are known to be a part of the “lunfardo” words that they use in Argentina.
The phenomena of lunfardo started somewhere between the 1800’s and the 1900’s, when more
than two millions Italians arrived in Buenos Aires. By the year of 1895 almost 32 % of the
inhabitants of the city were Italians. In the process of learning Spanish the Italians could not
remove their accent and because of the difficulties they were having in learning a new language
the Italians ended up creating their own language mixing Spanish with Italian. This mixture of the
two languages was the predecessor of the “lunfardo” words that are still used in Argentina today.
It is commonly known that languages change over time, and especially languages that cover a wide
geographic area tend to change. However, a language can change in a variety of different ways, for
example in sound, grammar or semantics. In this project the type of language change analyzed, is
limited to lexical borrowing, which is defined as one language adapting or introducing entire words
or expressions from another one. The purpose is to investigate the introduction of Italian words
into the daily language of the Argentinian people by comparison of two questionnaires concerning
the “lunfardo” words with Italian origin.
Based on a questionnaire that was distributed in Buenos Aires in 2010, another questionnaire with
basically the same words was given to people from the city of Rosario, 300 kilometers northeast of
the capital. In these questionnaires people were asked to answer whether they knew the word,
what meaning they put into it, and lastly, choose between 4 possible frequencies to describe how
often they use the mentioned word. With these results from the two different cities the idea is to
compare the results to evaluate whether there is a difference in the use of these “lunfardo” words
depending on the location of the speaker.
The results of the study show that there is a difference in the use of “lunfardo” words between the
two cities. Some words are more used in Buenos Aires than in Rosario and vice versa. Also the
results indicate that even within the same city there are many different opinions on how often
certain words are used. This is in agreement with the theory stating that language is a dynamic
entity, also taking into consideration that the choice of words may depend on situation,
relationship between speakers as well as age and social status of the speaker.
This investigation, shows exclusively the results of the frequencies, that were chosen by the
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participants, in connection with the isolated words included in the questionnaire, but it does still
marc a difference between the two cities involved.
El uso de Lunfardo en ArgentinaUn trabajo sobre el uso de Lunfardo en Argentina comparándolo a través
de encuestas repartidas en Buenos Aires en 2010 y Rosario en 2015.
1.Introducción
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La presente investigación toma partida en una encuesta sobre el uso de lunfardo repartido en
Buenos Aires 2010 (Bihan 2011:66-72) en comparación con un cuestionario conteniendo las
mismas palabras repartido en Rosario para estudiar la frecuencia del uso de estas palabras. Este
estudio tiene como objeto investigar si se cambia el idioma (en este caso el uso de lunfardo)
dependiente de la ubicación geográfica.
La divulgación de la lengua española durante años ha sido muy amplia, y cada país
hispanoamericano ha agregado muchas palabras y expresiones a la lengua (Conde 2009:1).
Argentina es uno de los países que ha contribuido con muchas palabras y expresiones a la lengua
Española. En Argentina se habla castellano como su lengua materna, pero no un castellano básico,
se usa un castellano transformado, donde se encuentran muchos argentinismos (Conde 2009:1).
En Argentina se ven muchas palabras de origen italiano que ya están incorporadas definitivamente
al habla popular argentina (Bihan 2011:1). Estas palabas y expresiones son parte de los tales
argentinismos. Los argentinismos que se usan en Argentina se describen con la palabra lunfardo. El
lunfardo es cuando se mezcla el idioma castellano con palabras o expresiones de varios otros
orígenes como por ejemplo introduciendo palabras de origen italiano al castellano (Conde 2009:6)
La evolución del idioma y el despliegue del lunfardo tiene que ver con la inmigración europea que
llegó a Buenos Aires (Bs. As.). Buenos Aires pasó de tener 92.709 habitantes en 1855 a llegar a
contar con 1.576.597 habitantes en 1914 (Conde 2009:6). En 1895 el 32 % de la población de la
cuidad de Bs. As. eran italianos. (Conde 2009:6)
Un idioma que se extiende por un área amplia se cambia con el tiempo (Arlotto 1972:3). Un
idioma puede cambiarse en sonido, en gramática, en semántica o puede ocurrir préstamos de
expresiones y palabras (Arlotto 1972). Este tipo de préstamo, que puede llegar a ser un tipo de
mezcla entre los dos idiomas, existe de varios idiomas diferentes mezclado con el castellano. Por
ejemplo se ha encontrado textos escritos en una mezcla de castellano con portugués brasileño
(Conde 2009:10) además de que hay palabras con origen del Caló (una mezcla con romano) como
parte del lunfardo, junto a palabras que vienen del lusismo (del portugués) o del anglicismo (del
Ingles), hasta prestamos de idiomas afronegrismos se pueden encontrar en el lunfardo. (Conde
2009:5)
En este trabajo principalmente tendré enfocado el tema de préstamos lexicológicos que se explica
con “tomar a prestado” palabras enteras de un idioma introduciéndola y usándola en otro (Arlotto
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1972:184) y únicamente investigaré los préstamos de palabras con origen italiano usados en el
castellano que se habla en Argentina.
Bihan (2011:25) menciona el nacimiento de La Academia porteña del lunfardo en Buenos Aires en
1962, donde se estaba convirtiendo en algo generalmente aceptado hablar usando palabras
lunfardas, hasta en un ámbito académico. Zarza et al. (2001:6) describe el lunfardo como una jerga
característica de Bs.As. También habla de que muchas palabras del lunfardo ya son parte del habla
vernácula de Buenos Aires. (Zarza et al. 2001:18). En conexión con esto, Grayson (1964:66) en
concordancia con Conde (1998:19) hacen saber que desde hace mucho el lunfardo se ha
expandido a ser usado en todo el país en todas las diferentes capas sociales. Especialmente el
tango contribuyó a que se pudo expandir de manera decisiva el lunfardo (Conde 2009:22). El
desarrollo del lunfardo también tuvo lugar en el sainete, el grotesco criollo y en la literatura de
Argentina (Bihan 2011:22).
El idioma, y la elección de cada palabra usada varían mucho, y depende del contexto y la relación
entre los interlocutores. En Argentina el lunfardo se usa, sabiendo que hay equivalentes en el
castellano estándar, pero que esa manera de hablar español argentino, hablar con lunfardo
identifica a los argentinos (Conde 2001:21)
Zarza et al. (2001:2) explica que dentro de Argentina hay muchas variedades de dialectos.
Diferentes valores sociales son parcialmente la razón por la cual nazca una diferencia dialectal en
un idioma (Anderson 1973:172) Zarza et al. (2001:2) divide Argentina en seis zonas dialectales, de
las cuales Buenos Aires y Rosario quedan en la misma zona. Comparando el uso de lunfardo de dos
ciudades de la misma zona dialectal se puede minimizar o evitar la discusión de si es el dialecto
que cambia el uso de las palabras lunfardas.
Rosario es la tercera ciudad más grande de Argentina, con 948.312 habitantes en 2010. Se ubica
300 kilómetros hacia el norte-oeste de Buenos Aires, en la provincia de Sante Fe (Fein 2015),
alejándose del rio de plata, en camino más hacia dentro del país. Bihan (2011:27) la menciona
como una de las ciudades con movimiento marítimo y fluvial y que por tal razón ha tenido muchos
inmigrantes y con ellos fue introducido el lunfardo en su habla cotidiana. Como anteriormente
mencionado, muchos de los autores en este tema están de acuerdo en que el lunfardo, y ante
esto, el cocoliche nacieron en la capital, Buenos Aires (ve Bihan 2011:23, Conde 1998:14-19 y
2009:22, Grayson 1964:66).
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Argumentando que el lunfardo no es un dialecto, ya que un dialecto es una variedad regional de
una lengua. También dado que el lunfardo tiene más aspectos que el léxico (Conde 2009:2). Con la
definición del lunfardo siendo palabras y expresiones importadas a la lengua española a través de
los inmigrantes (Conde 2009:4) se puede razonar que existe un hueco en la teoría sobre cómo se
cambió el idioma (primero la creación del cocoliche y después el lunfardo), y como se expandió el
lunfardo desde buenos aires hacia el resto del país, con enfoque en Rosario.
1.1 Planteamiento de problema. Un idioma siempre se cambia con el tiempo (Arlotto 1972:3) y cuando un idioma se expande a
hablar en un área geográficamente amplia es indeclinable que se cambie pero para investigar la
forma de cómo se cambia, es necesario tratar cada caso y cada idioma separadamente (Arlotto
1972:6). En el caso de lunfardo en Argentina hay estudios que investigan como llegó a Argentina, y
a Buenos Aires, además de que hay algunos estudios que mencionan como se expande el lunfardo
de la capital de Argentina hacía el resto del país (ve Bihan 2011:23, Conde 1998:14-19 y 2009:22 y
Grayson 1964:66) pero si se cambia el uso de las palabras en el proceso y cómo, es algo que no se
ha estudiado mucho.
El objeto de este trabajo será buscar diferencias en el uso, en concreto en la frecuencia del uso de
determinadas palabras comparando un estudio de la ciudad de Buenos Aires con un estudio
parecido en la ciudad de Rosario.
Bihan (2011:80) expresa que no cabe duda de que todo el comienzo de este cambio en el idioma,
empezó en el Rio de la plata [que es el mar que entra al puerto de Buenos Aires] y en particular en
Buenos Aires. Zarza et al. (2001:12) también nombra esta habla el léxico rioplatense, para describir
el lunfardo. Entonces, yendo hacia Rosario, y alejándose del rio de la plata, se podría argumentar
que el tipo y uso de lunfardo serían cambiados. Arlotto (1972:3) habla de que el idioma se cambia
cuando se extiende por un área amplia, pero no hay ninguna especificación de si 300 kilómetros
son bastantes para afectar que se cambie el idioma.
La presente investigación se basará en un estudio hecho por Bihan (2011:66-72) tomando partida
en la encuesta que fue repartida por las calles de Buenos Aires en 2010, y desde entonces
comparar los resultados que encontró Bihan (2011:66-72), con los resultados de una encuesta
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conteniendo las mismas palabras pero esta vez repartida entre rosarinos, para intentar comparar
la frecuencia de cada palabra incluida en el cuestionario.
1.2 Limitaciones.
El presente trabajo únicamente investigará el cambio del uso del lunfardo evaluado por la
frecuencia. La comparación de los resultados de las dos ciudades es el objeto de la encuesta. Los
resultados pueden revelar diferencias que no se deben a la distancia geográfica, ni el alejamiento
de donde empezó el lunfardo. Como el cuestionario se hizo en 2010 en Buenos Aires, se debería
calcular que puede haber unas diferencias que tiene que ver con los años que han pasado, pero
que es otro tipo de estudio que hace falta realizar para investigar cuales de los cambios, si es que
los hay, se deben al tiempo que ha pasado y no a la ubicación geográfica.
El presente estudio tiene enfocado las palabras lunfardas con origen italiano, pero sin evaluar
cuales de las palabras lunfardas vienen del italiano estándar y cuales de diferentes dialectos. El
hecho es que cuando entraron los inmigrantes italianos entraban varios dialectos del italiano con
ellos (Weinberg 1978:16) pero que esto no será el asunto principal de este estudio. (Ve Bihan
2011: 10-11 y 36-51)
El objeto de este trabajo tampoco será investigar la certeza de la definición de lunfardo. Hay
discusiones actuales para intentar definir el fenómeno de lunfardo correctamente, confrontando
definiciones como la de Conde (2009:4) que lo explica como palabras y expresiones con varios
diferentes orígenes, la de Bihan (2011:23) que lo define como todas las expresiones que no estén
en los diccionario corrientes de castellano y la de Zarza et al. (2001:18) que dice que lunfardo es el
habla vernácula de las clases obreras de Buenos Aires. Se ve que algún tipo de desconcordia existe
entre las tres definiciones aquí mencionadas, más el hecho de que existen muchas más
variaciones.
Cuando uno habla de un cambio en el idioma, se puede distinguir entre muchos cambios
diferentes. Italiano-Mcgreevy (2013: 9) menciona tres tipos de cambios que puede llegar a afectar
a un idioma, los cuales son: Intervención fonética, intervención léxica y la intervención de
morfemas. Este trabajo parcialmente tratará el tema de préstamos lexicales (aquí: palabras
enteras introducidas del italiano al usarlas en el castellano que se habla en Argentina) (Arlotto:
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1972:184 ; Anderson 1973:95), lo cual significa que los otros tipos de cambio que pueden tener
influencia en un idioma no serán discutidos en este contexto.
1.3. DefinicionesDurante este trabajo se usarán términos como lunfardo, cocoliche y préstamos lexicales por
ejemplo. Para evitar duda en la definición de tales términos aquí serán explicadas cuales son las
definiciones, y que entendimiento que he tenido en mente de tales expresiones durante este
trabajo. El lunfardo, cuando usado en la presente investigación se refiere a la definición general
del término que menciona Conde (2009:4): “Un repertorio léxico integrado por palabras y
expresiones de diverso origen, utilizadas en alternancia con las del español estándar”
Usando el término cocoliche, se le pone el significado que explica Italiano-Mcgreevy (2013:3): El
idioma transicional, que se creó con los inmigrantes italianos aprendiendo hablar el castellano.
En el caso de cocoliche, no hay tantas discusiones en cuanto a si es la verdadera definición, ya que
casi todos los teóricos están de acuerdo en esta definición de la expresión. Pero Walker (1987:50)
también habla de otro tipo de cocoliche que existe, siendo el cocoliche de burla, que era cuando
los argentinos se burlaban de los inmigrantes, imitando su manera de hablar, y caricaturizándolos.
Este fenómeno será mencionado brevemente en el trabajo, pero el termino cocoliche en general
será usado con el significado primeramente mencionado.
En el tema de préstamos lexicales es importante saber que hay más que un tipo de préstamos
lexicales. Arlotto (1972:95) habla de dos tipos diferentes. Una razón, por la cual un idioma adapta
o importa una palabra puede ser para parecer prestigioso usando “mejores” palabras. En este caso
la palabra introducida reemplaza una palabra nativa. Al otro lado hay el uso de una palabra que
introduce una nueva idea u objeto, en este caso se habla de la necesidad de importar la palabra o
expresión por falta de palabras nativas que explica este mismo objeto. Durante este trabajo,
hablando de préstamos lexicales solo se refiere al tipo de préstamos lexicales que sustituyen
palabras nativas.
2. TeoríaDurante la tesis se enfocarán las palabras y expresiones con origen italiano del lunfardo, que se
usan hoy en día en Argentina.
En las siguientes secciones serán explicados con mayor detalle los temas tratando el origen del
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lunfardo, la historia de la evolución del fenómeno además de ejemplos de cómo ha afectado al
idioma que se habla hoy en día en Buenos Aires y el resto de Argentina.
2.1. Base histórico del lunfardo en Argentina
A mitad del siglo XIX no hubo mucha gente viviendo en Argentina, y como se estaba convirtiendo
en un país productor y exportador de carne, lana y cereales, sobre el año 1850, se necesitaba
gente para seguir produciendo estos productos (Bihan 2011:4). En 1852, después de la caída de
Rosas [Rosas era caudillo y gobernador de Buenos aires (Shumway 2004:3)] el gobierno presentó
una nueva política que ofreció los mismos derechos a los inmigrantes que a los nativos, la cual se
conoce como “gobernar es poblar” (Bihan 2011:4). Esto afecto que en 1870 llegó un aluvión
inmigratorio que hizo que Buenos Aires creciera de 85.000 habitantes en 1852 a 500.000 en 1889
y hasta 1.224.000 en 1909 (Bihan 2011:5). Se estima que entre 1857 y 1873 inmigraron 175.726
italianos, lo cual equivale al 65 % de todos los europeos que llegaron al país (Bihan 2011:5).
En conexión con este tema, Conde (2009:6) menciona que en 1895 casi el 32 % de los habitantes
de Buenos Aires eran italianos y que antes del 1920 habían llegado más de dos millones de
italianos.
En 1914 Buenos Aires llegó a contar con 1.576.597 habitantes, es decir que dentro de sesenta
años el número de habitantes en Buenos Aires había crecido con más del 1.500 % (Conde 2001:6).
Los políticos, que habían abierto las puertas al mundo e invitado inmigrantes al país, estaban
buscando entrar un elemento de civilización europea (Walker 1987:38). Argentina llegó a ser
”europatizado” pero fue sin los beneficios de la esperada “civilización” (Walker 1987:51). No
llegaron los laboriosos obreros ingleses, que habían esperado los gobernantes, sino llegaron
campesinos y obreros italianos y españoles (Bihan 2011:13).
Con tantos inmigrantes entrando al país, entraban varios idiomas también, lo cual significó que los
inmigrantes necesitaban aprender a comunicarse (Italiano-Mcgreevy 2013:2). Haciendo un
esfuerzo para aprender castellano los inmigrantes no podrían evitar conservar el sonido del
italiano. Esto resultó en la formación del cocoliche (Italiano-Mcgreevy 2013:3).
El cocoliche se hizo una lengua de transición para los inmigrantes italianos en el intento de
aprender castellano como lo hablaban en Argentina (Conde 2009: 9). El tiempo que tarda para un
grupo aprender otro idioma depende de la percepción de superioridad del idioma que están
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aprendiendo, junto al grado de probabilidad de éxito social sabiendo este idioma (Italiano-
Mcgreevy 2013:6). Weinberg (1978:8) argumenta que el idioma que deberían aprender los
inmigrantes era castellano, no solo por ser el idioma oficial en el país, pero también por ser el que
hablaba la mayoría de los habitantes. En el caso de Buenos Aires los inmigrantes necesitaban
saber castellano y poder expresarse usándolo para poder avanzar políticamente, socialmente y
económicamente (Italiano-Mcgreevy 2013:6).
Anderson (1973:95), como Italiano-Mcgreevy (2013:6) habla de la superioridad y el prestigio de
idiomas en contacto. Específicamente habla del caso de préstamos lexicales. Cuando dos o más
idiomas entran en contacto surge el fenómeno de préstamos lexicales que consisten en que un
idioma importa expresiones y palabras del otro idioma que figura más prestigiosos. Esto puede ser
una manera de expresar superioridad ante su propio grupo, para parecer el que aprendió
rápidamente o fácilmente el nuevo idioma (Anderson 1973:95). Un ejemplo de esto podría ser
cuando los inmigrantes italianos en Buenos Aires después de poco tiempo estaban usando
palabras castellanas para parecer mejores que los demás italianos. Esto también tuvo influencia en
la creación del cocoliche, la mezcla entre los dos idiomas arriba mencionado.
Bihan (2011: 14) habla de que la mayoría de los inmigrantes italianos tenían nula escolarización lo
cual causó más necesidad para una lengua de contacto.
Weinberg (1978:15) en esta conexión menciona que el hecho de que los diferentes dialectos
italianos que eran tan diferentes que no se entendían entre sí ayudaba a afectar a los inmigrantes
para aprender castellano. Esto, junto a la concordancia de religión entre los argentinos y los
inmigrantes italianos, ayudaron a hacerlo posible y más probable el matrimonio entre ellos.
También la proximidad entre el italiano y el castellano ayudó a facilitar el proceso de asimilación
lingüística para los inmigrantes italianos (Weinberg 1978:15). Esta asimilación era el objeto para
los italianos, y el cocoliche era el camino para llegar.
Walker (1987:50) también habla del cocoliche burla, que era la manera de la cual los argentinos se
burlaron de los inmigrantes, especialmente de los italianos. Mientras que los italianos intentaban
aprender castellano, llegaban a hablar cocoliche, como una mezcla a mitad de camino mientras
que los argentinos hablaban esta misma mezcla como insulto o burla de los italianos.
Primeramente llegaron los adultos italianos que al aprender castellano construyeron el cocoliche
como lengua de transición. En la segunda generación, siendo los hijos de los italianos, que fueron
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a la escuela pública en Argentina, aprendían el castellano desde el principio, y de ahí se produjo el
lunfardo (Conde 2009:9). Entonces, el cocoliche tuvo la tendencia de desaparecer en la segunda
generación de inmigrantes (Bihan 2011:17) ya que se evolucionó al lunfardo.
2.2. La divulgación del lunfardo
La divulgación del lunfardo es una parte importante para llegar a saber la importancia que tiene el
lunfardo hoy en día para el idioma que se habla en Argentina. Como anteriormente mencionado
se ha escrito mucho sobre la divulgación del lunfardo, de cómo llegó a expandirse y como hoy es
parte del argot argentino (Bihan 2011:24).
Zarza et al. (2001:18) explica que el cocoliche se desarrolló en las clases marginadas de Buenos
Aires y que las letras de tango han jugado un papel fundamental en la expansión del lunfardo
hacia el habla cotidiana de las clases medias de Buenos Aires.
Conde (2009:22) también menciona el tango como el motor fundamental para que el lunfardo
llegue a ser usado en todas las clases sociales, mientras que Bihan (2011:22) da un mayor número
de ejemplos de cómo el lunfardo llegó a expandirse, mencionando: la literatura, el sainete, y el
grotesco criollo que todos han funcionado como vías importantes para el desarrollo del lunfardo
junto con el tango, el teatro, la radiotelefonía y la televisión como vías para expandirse.
Grayson (1964:66) en concordancia con los demás aquí mencionados, explica que por ser usado en
el tango se difundió afuera de la cuna del lunfardo, que era el puerto de Buenos Aires, hacia el
resto del país hasta llegar más allá que las fronteras. Conde (1998:11) añade que últimamente
también se encuentra el lunfardo en el rock nacional de Argentina.
Las explicaciones del porqué llegó a expandirse no las mencionan todos. En concreto solo Bihan
(2011:23) explica que por la crisis económica mundial de los 30 la filosofía pesimista se hizo
popular, y por tal razón habían varios autores que usaban el lunfardo para expresar su crítica
social.
La imagen que tenían los criollos de los inmigrantes italianos, que era una imagen negativa
también sale a la superficie durante esta crisis (Bihan 2011:13), ya que los escritores populares se
burlaron de la manera de hablar de los italianos, publicando sus textos usando el cocoliche y
palabras lunfardas (Walker 1987:57). Bihan (2011:13) da ejemplos de escritores que
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anteriormente habían ayudado a construir esta imagen negativa de los italianos. Un ejemplo es
José Hernández que escribiendo “Martín Fierro” en 1872 que retrató el “papolitano” [que son los
inmigrantes de Nápoles (Hernandez 1967:64)] como una persona que se identificaba por su
egoísmo, cálculo y su bellaquería.
Hasta la mitad del siglo XX la mayoría de los gramáticos y profesores de castellano no percibían el
lunfardo como algo positivo, ya que se veía como el lenguaje de la delincuencia y de los mal
educados (Bihan 2011:22). Como pasaron los años se iba aceptando e implementando el lunfardo
en el habla de todas las clases sociales, hasta en el ámbito académico. En 1962 nació la Academia
Porteña del Lunfardo en Buenos Aires (Bihan 2011:25).
Zarza et al (2001:18) también habla de que el lunfardo empezó en las clases obreras de Buenos
Aires, pero que con los años se iba expandiendo hasta ser aceptado en un ámbito académico y
usado en las clases medias de toda la nación.
2.3. El uso de lunfardo hoy en día.En la sección de arriba se menciona como palabras lunfardas hoy en día son parte del habla
vernácula y del habla cotidiana de todas las capas sociales de Argentina (Conde 1998:19). La
presente sección se tratará el tema de los estudios de idioma además de la investigación actual del
lunfardo en Argentina.
La selección de palabras, que hace cada persona hablando, depende de muchas variables, por
ejemplo el ámbito, el momento, la situación y la relación entre los interlocutores. Cuando uno
habla usando lunfardo puede ser una manera de expresar cierta intimidad o confianza con el otro
participante de la conversación. Como anteriormente mencionado, las palabras lunfardas se usan
en pleno conocimiento de que existen equivalentes en español estándar. Pero estas palabras
lunfardas son parte de la identificación argentina. (Conde 2001:21)
Cuando se trata del estudio de idioma y la selección de palabras los resultados siempre se podrán
considerar inconclusos (Bihan 2011:14), tiene que ver con el hecho de que no se puede aislar un
hablante en un laboratorio para estudiar qué palabras elegiría usar en diferentes contextos
(Arlotto 1972:1). El idioma es una creación dinámica, lo cual significa que siempre hay palabras
nuevas surgiendo y palabras antiguas que desaparecen del uso (Zarza et al. 2001:11).
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La tarea de la Academia de Letras en cooperación con la Real Academia Española es intentar
actualizar los diccionarios para relatar el cambio en el idioma, y para que todas las diferentes
expresiones estén públicamente aceptadas. Esto por ejemplo lo hacen en el diccionario de la
lengua Española (DRAE) y el futuro gran diccionario de americanismos (GDA) (Zarza et al. 2001:11).
Aparte de la Academia de Letras también está la Academia Porteña del Lunfardo en Buenos Aires,
que también estudia el lunfardo, su expansión y el desarrollo de tal. Oscar Conde es uno de los
académicos que trabaja para la Academia Porteña del Lunfardo, donde investiga y escribe sobre el
lunfardo y su desarrollo, un ejemplo de ese trabajo podría ser su Diccionario Etimológico del
Lunfardo (Conde 1998). (Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires 2015)
3. MetodologíaEn esta sección será tratada la posición filosófica para el trabajo junto a una evaluación del
significado de esta misma para la selección y la evaluación de datos. También se evalúa y comenta
la utilidad del estudio de Bihan (2011), ya que se usa este mismo para comparar los resultados.
Adicionalmente se explica el cuestionario específico que se ha usado para la presente
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investigación, acompañado por el procedimiento y los diferentes métodos de buscar
interlocutores para responder el cuestionario.
Esta investigación se hace con un procedimiento de la posición filosófica del positivismo. El
positivismo se caracteriza por estudiar objetivamente lo que existe. Es decir estudiar lo que se
puede percibir con los sentidos. El positivismo adquiere datos empíricos de manera sistemática y
solo usando datos así obtenidos se puede hablar de datos científicos. La inducción y la búsqueda
de resultados cuantitativos también son palabras claves en conexión con el positivismo (Holm
2011:28).
Para esta investigación la posición filosófica significa que los datos se han recogido y trabajado de
manera objetiva sin ningún tipo de hipótesis ni expectaciones. La posición del positivismo también
se nota en la manera de adquirir datos para este trabajo, que ha sido repartiendo cuestionarios y
con eso colocado resultados cuantitativos. Repartiendo cuestionarios se juntan datos empíricos de
manera sistemática como dice el positivismo es la única manera científica de colocar datos. La
inducción, como arriba mencionado, también es parte de trabajar con esta posición filosófica. Se
nota que este trabajo está hecho trabajando con inducción por cómo empieza con los resultados
de las encuestas y después se puede concluir generalizaciones y de ahí se puede formar teorías, en
este caso sobre la frecuencia con la que se usan palabras específicas.
3.1. El estudio de Bihan (2011)El cuestionario hecho para el presente estudio se basa en la encuesta que repartió Bihan (2011) en
Buenos Aires en 2010. El trabajo que hizo Bihan (2011) cubre de manera satisfactoria el tema del
lunfardo, conteniendo el lado histórico, clasificaciones de palabras lunfardas por diferentes
orígenes italianos y la repartición de encuestas sobre palabras lunfardas en las calles de Buenos
Aires para investigar el significado y la frecuencia con la que se usan estas palabras.
Específicamente el presente estudio tomara partido en el cuestionario que repartió Bihan
(2011:66-72) en las calles de Buenos Aires en 2010. En el anexo número dos se encuentra el
estudio de Bihan (2011:66-72) en su totalidad.
En el cuestionario, Bihan (2011) ha juntado diferentes palabras lunfardas que vienen del italiano.
Estas han sido encontradas por varios teóricos, como Meo Zilio, José Gobello junto a otros (Bihan
2011:66). Cada palabra que incluye en sus resultados contiene un comentario sobre que teórico
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que ha escrito sobre esta palabra. El hecho que Bihan (2011) incluye un teórico para cada palabra
ayuda a obtener una orientación general sobre cada palabra y la variación entre los diferentes
autores que menciona. Además de que comprueba que ha estudiado profundamente la historia de
cada palabra que ha incluido en sus resultados.
En la encuesta de Bihan (2011:66) los interlocutores tenían que responder tres preguntas por cada
palabra incluida. Primeramente tenían que responder si conocen la palabra. Segundo se les
pregunta sobre en qué ocasión la usa y finalmente, deben evaluar con qué frecuencia usan esta
palabra mencionada. Bihan (2011:66-72) no tiene incluidas las respuestas que obtuvo repartiendo
su cuestionario en Buenos Aires, pero por su manera de explicar los resultados en su trabajo
parece que ha preguntado abiertamente al interlocutor para que se explique. En la introducción
de la encuesta explica que los resultados contienen el significado de cada palabra que ha
encontrado en la literatura más el entendimiento que han explicado los interlocutores.
De esa manera termina teniendo los resultados cualitativos donde cada interlocutor ha podido
expresar lo que entiende de la palabra y como la usaría.
Bihan (2011) no publica las cuentas corrientes de su estudio, sino que solo publica los resultados
que encontró. Esto significa que no es posible saber si ha preguntado a diez personas o a 50
personas, lo cual afecta la utilidad de los resultados de manera negativa y como no menciona
directamente si su idea era obtener resultados cualitativos o resultados cuantitativos uno solo
puede suponer que los debe leer como resultados cualitativos.
Leyendo los resultados que pública Bihan (2011) de cada palabra uno también se da cuenta que no
es insistente en mencionar todos los resultados de cada palabra. Es decir que hay palabras donde
elige no mencionar la frecuencia. En conexión con la frecuencia de las palabras, cambia entre
mencionar cuatro grupos de frecuencia. Menciona “se usa mucho”, “se usa”, “a veces se usa” y “se
usa poco” en la mayoría de las palabras. Hay algunas de ellas donde explica más detalladamente
que ya no se usa o que antes se usaba pero ahora es una palabra tanguera. También hay palabras
donde no se ha mencionado la frecuencia, y no se puede saber si es porque ya no se usa esta
palabra, o si es que los interlocutores no estaban de acuerdo, o si no sabían. Es un detalle
importante para los resultados y la utilidad de ellos, saber porque no se ha incluido la frecuencia
de algunas palabras.
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En el apéndice incluye una lista de 557 palabras como su base de la encuesta. No incluye ninguna
explicación ni en los resultados que son parte del estudio, ni en el apéndice con la lista de
palabras. No obstante, solo hay 54 palabras en los resultados que publica. Entonces uno debe
suponer que las palabras que tiene incluidas en sus resultados, son las palabras que los
interlocutores de Buenos Aires han dicho que sí conocen. Entonces sin explicaciones
suplementarias, la suposición lógica sería que ha elegido incluir las palabras que conoce la gente
participando en la encuesta.
3.2 El cuestionarioAl hacer el cuestionario para el presente trabajo para investigar la frecuencia de uso de las
palabras lunfardas en Rosario, la intención era usar las mismas palabras que tiene en su estudio
Bihan (2011) para poder comparar los resultados entre Buenos Aires y Rosario.
Sin embargo, la encuesta que se ha hecho aquí tiene unas palabras de menos, las cuales Bihan
encontró que tenían su lugar en el ambiente tanguero, dado que este no es el propósito ni el
interés del presente estudio no las he incluido en este cuestionario. Específicamente se ha sacado
las expresiones: A dormir pelandrún, ¡Atenti!, Berretín y descangallado/a de la encuesta que
repartió Bihan (2011).
Además de esto, por la razón de tiempo y espacio limitado, el presente estudio ha limitado las
preguntas en conexión con cada palabra, sacando el tema de la ocasión en la que se usa la
palabra, que estudia Bihan (2011). Esto significa que el presente cuestionario pregunta al
interlocutor por si conoce la palabra, el significado que le pone y la frecuencia con la que se usa.
Para la primera pregunta de cada palabra el interlocutor tiene dos opciones, puede responder que
sí conoce la palabra mencionada o no, no la conoce. La segunda pregunta le da espacio para
completar con sus propias palabras que significado entiende de la palabra. Últimamente, para la
pregunta sobre frecuencia también se le da opciones de respuestas, dándole la opción de elegir
entre: se usa mucho, se usa, a veces se usa o se usa poco.
Se podría argumentar que sólo la primera pregunta, con las respuestas sí o no, y la última con la
elección entre cuatro respuestas hechas valen como preguntas cuantitativas y que la entre medio
con la posibilidad de escribir su propia respuesta sería una pregunta cualitativa.
Sin embargo, todas las preguntas y todas las respuestas de esta encuesta serán evaluadas como
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preguntas cuantitativas, ya que las respuestas sobre el significado no están pensadas para evaluar
el significado ni analizar la coherencia entre los diferentes significados que le ponen los diferentes
interlocutores. Sino para asegurar o por lo menos poder analizar las palabras, teniendo en cuenta
que la frecuencia elegida tiene que ver con el significado que le pone el interlocutor a la palabra
lunfarda. Para evaluar la frecuencia de cada palabra es importante que los interlocutores
entienden o piensan en el mismo significado de la palabra mencionada en el cuestionario.
Por ejemplo la palabra 16 del presente cuestionario “Campana”. Es una palabra lunfarda que
significa el ayudante del ladrón, que avisa en caso de peligro (Bihan 2010:68) pero también es una
palabra castellana “normal” que significa el objeto colgado en la iglesia que hace el sonido cada
cierta hora. Entonces para evaluar la frecuencia del uso de la palabra lunfarda “campana” es
importante poder ver si el interlocutor está pensando en el significado del ayudante del ladrón y
no en el objeto colgado en la iglesia.
Para investigar las diferentes opiniones sobre el significado de las palabras, y los diferentes
entendimientos de las mismas palabras requiere un estudio completo con enfoque en este tema.
Para tal estudio se necesita tiempo y preferiblemente más encuestas o más preguntas cualitativas
sobre el significado y las variaciones entre sí. Este tema es interesante, pero no es la idea detrás de
la pregunta tocante al tema de significado en este caso.
Aquí se ve como ejemplo, la primera pregunta del cuestionario:
Abacanado.
¿Conoces la palabra? Si/No
¿Qué significa? ___________
¿Con qué frecuencia se usa? Se usa mucho/Se usa/ A veces se usa/ Se usa poco
Este orden de preguntas se repite en cada una de las palabras incluidas en el cuestionario, las
cuales se mencionan aquí: Abacanado, altoparlante, amurar, bacán, bagayero, bagayo, barludo,
baratieri, berretín, bulín, busarda, biaba, bochar, birra, camorra, campana, capo, cazóte, coso/a,
crepar, cucuza, chau, chantapufi, chapar, cocoliche, cucha, cumparsa, chantar, deschavar,
descuajeringado/a, emberretinado/a, encastrar, facha, festichola, fiaca, gamba, ¡guarda!, laburar,
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linyera, lungo, malandra, matina, morfar, mufa, napia, naso, pibe/a, piantar, pillar, punga, urso,
yeta, xeneise y yirar.
3.3. Procedimiento
La idea es, para investigar la frecuencia de estas palabras lunfardas, repartir un cuestionario, como
lo hizo Bihan (2010:66-72) en 2010 en Buenos Aires, pero esta vez repartiéndolo en Rosario para
poder comparar los resultados, y con ellos analizar si hay diferencias entre la frecuencia que eligen
los Rosarinos y la que eligieron los porteños de Buenos Aires.
Hay muchas diferentes posibilidades para repartir encuestas. Bihan (2010:66) la repartió por la
calle de Buenos Aires. Dado que la presente investigación tiene como intención comparar los
resultados con los de Buenos Aires sería preferible imitar este método del total.
Desgraciadamente ese procedimiento no ha sido posible, por limitaciones de tiempo y recursos
para viajar a Rosario a completar la investigación de tal manera. Por la cual razón otras
alternativas han sido usadas. Estas mismas serán explicadas a continuación.
Principalmente, fue la intención contactarme con amistades personales que son de Rosario y que
viven ahí hoy en día. Les mandé mensajes explicando el tema del trabajo junto al propósito y la
importancia del cuestionario en este tema. Les pedía la ayuda de completarlo y preguntando por
la posibilidad de que lo podrían pasar a amigos y conocidos suyos. De esta manera ellos mismos
podrían completar el cuestionario y luego repartirlo entre sus amigos y amistades. Este
procedimiento se conoce como “la bola de nieve” porque usándolo un cuestionario puede llegar a
muchas personas, sin que sea necesario tener muchos contactos personalmente, ya que se trata
de aprovechar los contactos de cada persona involucrada. La ambición es que cubre un grupo de
personas amplio de manera relativamente fácil.
El cuestionario se hizo en un documento de Word. Esta decisión se basa en una sospecha de que
en Argentina no son muy acostumbrados a usar la tecnología para cosas como esta. Con una
presunción de que conocen bien el correo electrónico, la encuesta fue mandada por este canal,
para no perder resultados por la razón de la tecnología usada, o la falta de conocimiento a tal.
Después de aproximadamente tres semanas, y el recibimiento de solo algunos cuestionarios
completados la evaluación era que el cuestionario no llegó a tantas personas como lo había
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esperado y que el efecto “bola de nieve” se había parado. En consecuencia, para mejorar la
calidad de los resultados, el cuestionario necesitaba llegar a un grupo de rosarinos más amplio
todavía.
El siguiente paso fue hacer el cuestionario electrónicamente ya que no quedaban muchas otras
oportunidades, que tienen la función de pasarme directamente los resultados a mí ni dela
posibilidad de pasarle el cuestionario a personas desconocidas.
El cuestionario fue introducido en Documentos Google, para que se pudiera completarlo online, y
no tener que devolvérmelo por correo electrónico, para que obtenga los resultados, sino que de
esta manera los interlocutores solo tienen que llenarlo y cerrarlo, y que yo después puedo acceder
los resultados por Documentos Google.
Habiendo hecho el cuestionario por este canal, solo faltaban más personas para completarlo.
Entonces, como hoy en día mucha gente usa Facebook, y que Facebook ofrece la función de
buscar gente que viva en lugares específicos, busqué a personas viviendo en Rosario, y de esta
lista mandé 165 mensajes privados a personas casualmente elegidas. Facebook en este tema se
vio muy útil, pero hay que tener en cuenta que cuando yo, como persona privada mando mensajes
a personas, a las que no tengo conexión en Facebook, les llega su carpeta de “otros mensajes”, lo
cual quiere decir que no necesariamente se den cuenta de que les llegó un mensaje. Lo cual puede
tener un efecto negativo para la cantidad de respuestas que se puede juntar usando este método
de repartir el cuestionario.
Aunque teniendo unos cuestionarios ya completados, seguía intentando conseguir aún más
respuestas, y para buscar gente que podría llenar el cuestionario me contacté con las
universidades ubicadas en Rosario. En la búsqueda de universidades en Rosario, busqué en
Google, donde pude encontrar diferentes páginas web que ofrecen los emails de las diferentes
facultades de Rosario.
Entonces usando el correo electrónico les mandé el cuestionario junto a un mensaje
mencionándoles el tema y el propósito de la tesis, tal como lo hice explicándolo a las personas
privadas viviendo en Rosario.
De este tipo de mensaje mandé 21 emails a diferentes facultades en Rosario, pero dentro de poco
tiempo me llegaron 7 correos electrónicos con notificaciones diciendo que no se pudo entregar
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este correo, que yo les había mandado. No se ha podido tomar precauciones de este tipo de
errores. Controlar que el correo electrónico se había copiado correctamente es lo único que he
podido controlar en el tema. De estos correos electrónicos que mandé a las facultades de Rosario
no me respondieron ninguna, no llenaron el cuestionario, ni me respondieron el mensaje.
Mi último intento fue buscar estas mismas universidades que había encontrado en google, pero
esta vez buscándolas en Facebook. Quedaba una posibilidad de que podría mandarles mensajes
por Facebook, que sí les podrían llegar.
Cuando las estaba buscando en Facebook, llegue a encontrar diferentes grupos de estudiantes de
estas universidades y facultades en Rosario y otro más general para rosarinos con cualquier
comentario o pregunta de la vida diaria.
Mande solicitudes para hacerme miembro de tres de estos grupos. Dos de los cuales me
aceptaron como miembro.
Una vez miembro de los grupos podía publicar un mensaje pidiendo la ayuda de la gente de
Rosario y contándoles un poco sobre mi investigación y el prepósito de tal, para que completaran
el cuestionario. En grupos así podría llegar a comunicarme con muchos rosarinos de diferentes
grupos sociales y estudiantes de diferentes carreas. Ha habido mucha gente que llenó la encuesta
a través del grupo de estudiantes del profesorado de la UCA en Rosario y en este grupo también
ha habido muchas personas preguntando por el tema, y mi investigación de tal.
El otro grupo mencionado, que es el grupo con un tema más general, veían a mi publicación como
si estaba haciendo propaganda y por tal razón me eliminaron del grupo al publicar el cuestionario.
El riesgo de que pase algo así es parte de intentar comunicarse con personas desconocidas de esta
manera, y aunque me hubiese ayudado aún más si las personas de este grupo hubieran
completado el cuestionario también, llegue a tener bastantes respuestas por el grupo de
estudiantes, que sí les interesaban completarlo.
3.4. Colección de datos
Como detalladamente explicado en la sección 3.2., ha habido tres partes de la búsqueda de
personas para completar el cuestionario. La primera parte, siendo en conexión con los conocidos
que tengo personalmente en Rosario. Este método me resultó en siete encuestas completadas. La
segunda parte, siendo los 165 mensajes privados mandados por Facebook a personas viviendo en
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Rosario resultó en cuatro encuestas completadas en total. La tercer y última parte que era usando
los grupos estudiantiles en Facebook, resultó en el mayor número de respuestas y en más
discusión del tema. De esta parte de la búsqueda obtuve 22 cuestionarios completados.
Lo cual da un total de 33 cuestionarios rellenados.
Es importante tener en cuenta que de los 33 cuestionarios completados varios de ellos tienen
huecos en las respuestas. Quiere decir que han saltado algunas preguntas, o que no han
terminado el cuestionario del total.
Una posible razón por la cual algunos de los interlocutores no completaron el cuestionario del
total puede ser por su largura. 54 preguntas son muchas, y se necesita un poco de tiempo para
responderlas todas. En consecuencia, la presunción es que los interlocutores pueden perder el
interés y por eso saltan algunas palabras o directamente no lo terminan.
Otra posibilidad de por qué les faltaban palabras para responder puede ser por errores en la
electrónica. El primer cuestionario mandado, lo recibí de vuelta con la ausencia de cuatro de las
palabras incluidas. Al preguntar por las palabras faltando, llegó al sabido que estas cuatro palabras
no le habían llegado en el correo electrónico que le mandé, aunque se veían en el correo
electrónico mandado de mi email. Entonces es posible que se hayan perdido palabras por este
lado también en los primeros cuestionarios mandados por correo electrónico.
4. Análisis y resultados.
En esta sección se discutirá el tema de los resultados del cuestionario. Primeramente se presentan
los resultados en un cuadro seguido por comentarios de como se entiende este cuadro y qué se
puede ver en los resultados en el cuadro.
En esta sección también serán analizados los resultados con el objeto de compararlos con los que
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encontró Bihan (2010:66-72) en Buenos Aires.
Últimamente se considerarán las limitaciones que tiene la presente encuesta. Con estas se intenta
excluir lo que no se puede evaluar de los resultados para llegar a lo que realmente se puede
aprender del presente estudio.
4.1. Resultados
Resultados: Los que sí: Buenos Aires 2010
Palabra: Sí: No: Total:100 %
Sí, en %
M1 S2 A3 P4 Frecuencia:
1. Abacanado 13 19 32 40,62 2 2 92. Altoparlante 28 5 33 84,84 5 9 8 63. Amurar 25 7 32 78,12 4 9 6 64. Apoliyar 34 0 34 100 10 13 11 Se usa 5. Bacán 29 5 34 85,29 5 14 5 36. Bagayero 26 6 32 81,25 7 9 7 37. Bagayo 30 3 33 90,90 9 13 8 Se usa8. Barludo/a 15 15 30 50 1 5 2 89. Baratieri 14 16 30 46,66 3 2 5 410. Bulin 27 5 32 84,37 12 8 611. Busarda 30 2 32 93,75 14 7 8 1 Se usa12. Biaba 28 3 31 90,32 10 12 5 1 A veces13. Bochar 30 1 31 96,77 17 10 3 Mucho14. Birra 31 0 31 100 26 5 Mucho15. Camorra 26 4 30 86,66 5 7 11 316. Campana 30 1 31 96,77 9 13 4 4 Se usa17. Capo 31 0 31 100 25 4 2 Mucho18. Cazóte 20 12 32 62,5 5 7 4 419. Coso/a 28 3 31 90,32 25 1 1 1 Se usa20. Crepar 14 16 30 46,66 4 5 3 221. Cucuza 19 12 31 61,29 1 8 7 322. Chau 31 0 31 100 29 2 Mucho23. Chantapufi 14 17 31 45,16 2 7 524. Chapar 32 0 32 100 11 11 7 3 Se usa25. Cocoliche 25 6 31 80,64 2 7 6 726. Cucha 31 1 32 96,87 17 7 6 Se usa
1 Se usa mucho2 Se usa3 A veces se usa4 Se usa poco
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27. Cumparsa 16 14 30 53,33 4 6 3 328. Chantar 18 12 30 60 6 6 4 229. Deschavar 30 1 31 96,77 16 12 2 1 Se usa30. Descuajeringado/
a29 1 30 96,66 7 13 3 6 Se usa
31. Emberretinado/a 17 12 29 58,62 3 5 4 532. Enchastrar 29 1 30 96,66 15 9 3 2 Se usa33. Facha 29 0 29 100 18 8 2 1 Mucho34. Festichola 29 2 31 93,54 11 13 1 3 Mucho35. Fiaca 31 0 31 100 21 9 1 Se usa36. Gamba 31 0 31 100 19 8 3 1 Se usa37. ¡Guarda! 29 2 31 93,54 23 638. Laburar 30 0 30 100 29 1 Mucho39. Linyera 30 0 30 100 17 8 3 1 Se usa40. Lungo 30 0 30 100 10 7 3 3 Se usa41. Malandra 26 4 30 96,66 7 6 7 6 Se usa42. Matina 29 1 30 96,66 11 9 3 6 A veces43. Morfar 30 0 30 100 22 6 Se usa44. Mufa 30 0 30 100 14 13 3 A veces45. Napia 24 6 30 80 9 7 5 446. Naso 30 0 30 100 14 13 1 2 Se usa47. Pibe/a 30 0 30 100 25 5 Mucho48. Piantar 24 5 29 82,75 7 9 5 349. Pillar 25 3 28 89,28 5 11 4 550. Punga 24 5 29 82,75 9 6 5 451. Urso 19 9 28 67,85 6 7 4 252. Yeta 28 0 28 100 17 8 2 1 Se usa53. Xeneise 23 7 30 76,66 10 7 2 254. Yirar 25 1 26 96,15 13 7 2 2
En el cuadro se ven todas las palabras incluidas en el cuestionario, con los resultados que dieron
los interlocutores respondiendo a las preguntas. (Todos los resultados incluyendo la pregunta
sobre significado se encuentran en el anexo número uno).
Como anteriormente mencionado el cuestionario contiene 54 palabras, las cuales se ven
numeradas en el cuadro.
La primera columna con el nombre “sí” marca el número de interlocutores que han dicho que si
conocen esta palabra, mientras que la columna “no” marca el número que han dicho que no la
conocen. Por ejemplo se ve en la primera columna, la palabra número seis: Bagayero que 26
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personas han dicho que si conocen la palabra, mientras que en la segunda columna se ha marcado
que seis personas han dicho que no la conocen.
La siguiente columna suma el número de interlocutores que han completada esta primera
pregunta de cada palabra, con un sí o un no y entonces marca el 100 % de las personas que han
completado esta palabra. En el mismo ejemplo de la palabra número seis se ve que sumando las
26 que han dicho que sí y las seis que han dicho que no, se llega a un total de 31 personas que han
completada esta palabra.
Subsiguiente se encuentra la columna que calcula el porcentaje de los interlocutores que sí
conocen la palabra. O sea cuantos porcentajes de los 100 por cientos realmente conocen la
palabra. Siguiendo el ejemplo de “Bagayero” el cálculo aquí sería que 26 personas de un total de
32 han dicho que sí, que sería 81,25 % de los interlocutores que han completado esta palabra.
Las siguientes cuatro columnas explican la frecuencia con la que los interlocutores usan esta
palabra, pero solo los que han dicho que sí conocen la palabra. La primera columna es el número
de cuantos interlocutores han dicho que se usa mucho, la segunda de los que han dicho que se
usa, la tercera de los que han dicho que a veces se usa, y la cuarta y última columna es el número
de los que han dicho que se usa poco esta palabra.
La última columna es el resultado que encontró Bihan (2011:66-72) en Buenos Aires en 2010 para
poder comparar los resultados del estudio de Buenos Aires con el de Rosario. Las palabras que
tienen menos que el 90 % de concordancia en conocimiento de la palabra, es decir, las palabras
donde más que el 10 % de los interlocutores han dicho que no conocen la palabra, no las estaré
comparando con el estudio de Buenos Aires. Todas las palabras que tienen una concordancia de
más de 90 % están marcadas con el color piel o marrón claro: ...
En estas palabras marcadas con color piel, se marca la frecuencia que ha elegido la mayoría de los
interlocutores que si conocen esta palabra. Se marca con el color azul en las columnas de
frecuencia (las columnas M, S, A y P): …
En las demás palabras, que no superan el 90 % de concordancia, la mayoría está marcada con el
color amarillo: …
En los dos tipos de palabras, las que superen el 90 % de concordancia y las que no, hay casos
donde no hay una mayoría eligiendo una de las frecuencias posibles sino que hay el mismo
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número de personas eligiendo una frecuencia que otra. En este caso no está marcado ninguna de
las columnas de frecuencia.
Un ejemplo de esto podría ser la palabra 24. Chapar. Chapar tiene una concordancia de
conocimiento del 100 % de los interlocutores que han respondido esta palabra, pero los
interlocutores no están de acuerdo entre sí, si se usa mucho o se usa, ya que hay 11 interlocutores
eligiendo cada una de estas dos frecuencias.
La última columna se ha marcada con dos colores diferentes, el color rojo: … que marca una
diferencia entre lo que encontró Bihan (2011) en Buenos Aires y la mayoría que eligieron los
rosarinos. El otro color marcado es el verde: … que marca concordancia entre el resultado del
presente estudio en comparación con el de Buenos Aires.
Las dos palabras que tienen marcado esta última columna en negro son las que Bihan (2011:66-72)
en su estudio no aclara con qué frecuencia encontró que se usa esta palabra, como ha sido
explicado más detalladamente en la sección 3.1.
4.2. DiscusiónEn la comparación entre los resultados de Buenos Aires y los de Rosario solo serán usadas las
palabras donde más que el 90 % de los interlocutores han respondido que si conocen la palabra.
Dado que este es un estudio que sigue la mayoría es importante que la mayoría consista de un
gran porcentaje del total. Si los interlocutores de Rosario no están de acuerdo entre sí, no vale
comparar los resultados con lo que se encontró en Buenos Aires.
De un total de 54 palabras las 31 de ellas llegan a tener una concordancia superando el 90 %. Es
decir que solo en un poco más que la mitad de las palabras los rosarinos están de acuerdo en que
se conoce y que se usa esta palabra.
Empezando por los que no superan el 90 % de concordancia entre los rosarinos se encuentran 23
palabras. Estas palabras se pueden dividir en diferentes grupos para estudiar si hay palabras que
algunos rosarinos dicen que las usan mucho y que otros ni las conocen, o si el tema es que algunos
rosarinos conocen la palabra pero dirían que se usa poco y por eso no las conocen todos.
Primero agruparé las palabras que la mayoría responde que no la conoce, para ver si las personas
que si las conocen las usan mucho.
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Palabra: Sí: No: Total:100 %
Sí, en %
Mucho Se usa A veces Poco
1. Abacanado 13 19 32 40,62 2 2 99. Baratieri 14 16 30 46,66 3 2 5 420. Crepar 14 16 30 46,66 4 5 3 223. Chantapufi 14 17 31 45,16 2 7 5
Estas cuatro palabras son las que la mayoría de los interlocutores han dicho que no las conocen.
Entre sí se dividen en dos grupos cuando se mira hacia la frecuencia. Se puede hablar de Abacando
y Baratieri donde las que si las conocen dicen que no se usan mucho, o que a veces se usan. Al
otro lade tenemos Crepar y Chantapufi, que entran las dos en la categoría de “se usa” clasificadas
por las que si las conocen.
Esto significa que aunque la mayoría de las personas respondiendo las preguntas sobre Crepar y
Chantapufi han dicho que no conocen las palabras, las 16 y 17 personas respectivamente, que han
dicho que si las conocen dicen que son palabras que se usan.
Sería una suposición lógica imaginarse que las palabras que se usan poco, las conoce menos gente,
o al revés, que las palabras que poca gente conoce se usarían menos. Mirando los resultados del
cuestionario y los números de los interlocutores respondiendo las preguntas en Rosario la
estadística revela que aunque las palabras con la mayoría respondiendo que no las conocen, dos
de tales palabras se usan, conforme a los que han dicho que sí las conocen.
Segundo se podría agrupar las palabras, donde más que el 50 % de los interlocutores han dicho
que sí las conocen. Esta agrupación podría valer para concluir cuales son las palabras que la
mayoría usarían mucho pero que algunas personas no conocen, y cuales no se usarían tanto y que
probablemente por eso no la conocen todos los interlocutores.
Palabra: Sí: No: Total:100 %
Sí, en % Mucho Se usa
A veces
Poco
2.Altoparlante 28 5 33 84,84 5 9 8 63.Amurar 25 7 32 78,12 4 9 6 65.Bacán 29 5 34 85,29 5 14 5 36.Bagayero 26 6 32 81,25 7 9 7 310.Bulin 27 5 32 84,37 12 8 615.Camorra 26 4 30 86,66 5 7 11 318.Cazóte 20 12 32 62,5 5 7 4 421.Cucuza 19 12 31 61,29 1 8 7 3
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25.Cocoliche 25 6 31 80,64 2 7 6 727.Cumparsa 16 14 30 53,33 4 6 3 328.Chantar 18 12 30 60 6 6 4 231.Emberretinado/a 17 12 29 58,62 3 5 4 545.Napia 24 6 30 80 9 7 5 448.Piantar 24 5 29 82,75 7 9 5 349.Pillar 25 3 28 89,28 5 11 4 550.Punga 24 5 29 82,75 9 6 5 451.Urso 19 9 28 67,85 6 7 4 255. Xeneise 23 7 30 76,66 10 7 2 2
Agrupándolas por frecuencia tenemos el grupo de grupo sería el de “se usa mucho” donde se
encuentran las palabras: Bulin, Napia, Punga y Xeneise.
Otro grupo sería “se usa”, conteniendo: Altoparlante, Amurar, Bacán, Bagayero, Cazóte, Cucuza,
Cumparsa, Piantar, Pillar y Urso.
Camorra tiene su propio grupo, ya que es la única palabra de este grupo que tiene la mayoría
diciendo que a veces se usa.
Últimamente se puede hacer un grupo de estas palabras con más del 50 % diciendo que si
conocen la palabra, que no tienen concordancia para llegar a hacer una mayoría en elegir una
frecuencia. En ese grupo se podría poner las palabras: Cocoliche, Chantar y Emberretinado/a.
Se ve que hay diferentes grupos de frecuencia mirando estas palabras, donde algunas se usan
mucho, pero que al mismo tiempo hay personas que no las conocen. Como Napia, donde el 80 %
de los que han respondido sobre esta palabra dicen que si la conocen, y que la mayoría de ellos la
usan mucho, mientras que sigue habiendo un 20 % que no conoce la palabra.
Al otro lado, si miramos la palabra Cocoliche, donde también hay un 80 % aproximadamente que
dicen que sí conocen la palabra, pero que estas 25 personas no están de acuerdo de si se usa la
palabra o si se usa poco.
El último grupo compuesto por las palabras que no superan los 90 % de concordancia es el grupo
donde el mismo número de personas han dicho que sí conocen la palabra como los que no.
Palabra: Sí: No: Total: Sí, en % M5 S6 A7 P8
5 Se usa mucho6 Se usa7 A veces se usa8 Se usa poco
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100 %8.Barludo/a 15 15 30 50 1 5 2 8
Este grupo solo contiene la palabra Barludo/a, y se ve que los interlocutores que han dicho que sí
la conocen, están de acuerdo en que se usa poco. Esto también puede ser parte de la razón por la
cual no la conocen la mitad de los interlocutores, pero esta investigación no lo investiga, sino que
sería una suposición lógica que habría que comprobar.
Lo siguiente después de mirar las palabras que no superan el 90 % de concordancia en conocer las
palabras, es mirar las palabras que sí los interlocutores concuerdan en conocer. Las palabras que
superen el 90 % de concordancia en decir que sí conocen la palabra, que son las que se puede
comparar con los resultados que encontró Bihan (2011) en Buenos Aires.
Entonces en este grupo se puede agregar todas las palabras que no se mencionaron en la parte
anterior, las cuales serán divididas en dos grupos, que son de dos de las diferentes frecuencias
mencionadas en el cuestionario. Un grupo de palabras que se usan mucho, y un grupo de palabras
que los interlocutores han dicho que se usan. Fuera de eso hay unas palabras que se juntan en un
grupo donde no hay concordancia entre los interlocutores para llegar a una mayoría, eligiendo la
frecuencia. Solo se hacen grupos de las primeras dos frecuencias porque entre las palabras que
tienen más que el 90 % de concordancia, solo han sido elegidas estas dos frecuencias.
El primer grupo es el de palabras que tienen marcado que se usa mucho:
Palabra: Sí: No: Total:100 %
Sí, en %
M5 S6 A7 P8 Frecuencia en Bs.As.:
11.Busarda 30 2 32 93,75 14 7 8 1 Se usa13.Bochar 30 1 31 96,77 17 10 3 Mucho14.Birra 31 0 31 100 26 5 Mucho17.Capo 31 0 31 100 25 4 2 Mucho19.Coso/a 28 3 31 90,32 25 1 1 1 Se usa22.Chau 31 0 31 100 29 2 Mucho26.Cucha 31 1 32 96,87 17 7 6 Se usa29.Deschavar 30 1 31 96,77 16 12 2 1 Se usa32.Enchastrar 29 1 30 96,66 15 9 3 2 Se usa33.Facha 29 0 29 100 18 8 2 1 Mucho35.Fiaca 31 0 31 100 21 9 1 Se usa36.Gamba 31 0 31 100 19 8 3 1 Se usa37.¡Guarda! 29 2 31 93,54 23 6
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38.Laburar 30 0 30 100 29 1 Mucho39.Linyera 30 0 30 100 17 8 3 1 Se usa40.Lungo 30 0 30 100 10 7 3 3 Se usa42.Matina 29 1 30 96,66 11 9 3 6 A veces43.Morfar 30 0 30 100 22 6 Se usa44.Mufa 30 0 30 100 14 13 3 A veces46.Naso 30 0 30 100 14 13 1 2 Se usa47.Pibe/a 30 0 30 100 25 5 Mucho52.Yeta 28 0 28 100 17 8 2 1 Se usa54.Yirar 25 1 26 96,15 13 7 2 2
En el cuadro se ven las palabras, con las frecuencias marcadas que han dicho los interlocutores de
Rosario, comparadas con las frecuencias que encontró Bihan (2011) en Buenos Aires en 2010
marcadas en la última columna. El color verde marca que están de acuerdo los interlocutores de
Buenos Aires con los de Rosario mientras que el color rojo marca que hay una diferencia.
De las 23 palabras que se marcaron con la frecuencia “se usa mucho”, 14 de ellas los porteños
marcaron otra frecuencia. Entonces en la mayoría de las palabras no están de acuerdo sobre el
tema de frecuencia.
En el cuadro también se ven los dos ejemplos donde no hay resultados en el estudio de Buenos
Aires. Estos son los ejemplos donde no menciona ninguna frecuencia Bihan (2011) en sus
resultados, como ha sido mencionada anteriormente en sección 3.1.
Los resultados pueden dar una imagen de cuales son las palabras que se usan un poco más en
Rosario que en Buenos Aires, como Busarda, Coso y Cucha.
Comparando estas palabras con los ejemplos de Matina y Mufa, que hasta dicen que solo a veces
se usan en Buenos Aires pero que se usan mucho en Rosario es un mayor grado de diferencia. En
este cuadro solo hay estos dos ejemplos, que son los que tienen más diferencia entre sí.
Las palabras que los interlocutores de Rosario han respondido que se usan se ven juntas aquí:
Palabra: Sí: No: Total:100 %
Sí, en %
M9 S10 A11 P12 Frecuencia:
4.Apoliyar 34 0 34 100 10 13 11 Se usa 7.Bagayo 30 3 33 90,90 9 13 8 Se usa
9 Se usa mucho10 Se usa11 A veces se usa12 Se usa poco
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12. Biaba 28 3 31 90,32 10 12 5 1 A veces16.Campana 30 1 31 96,77 9 13 4 4 Se usa30.Descuajeringado/a 29 1 30 96,66 7 13 3 6 Se usa34.Festichola 29 2 31 93,54 11 13 1 3 Mucho
En este grupo se encuentran seis palabras, de las cuales tres tienen el mismo resultado que
encontró Bihan (2011) en Buenos Aires. Aquí por ejemplo se ve que los rosarinos usan Biaba en
mayor grado que los porteños, y al revés los porteños usan más la palabra Festichola que los
rosarinos.
El último grupo por hacer es el de las palabras que superan los 90 % en concordancia pero que los
interlocutores no llegan a un acuerdo con la frecuencia. Las cuales son:
Palabra: Sí: No: Total:100 %
Sí, en %
M9 S10 A11 P12 Frecuencia:
24.Chapar 32 0 32 100 11 11 7 3 Se usa41.Malandra 26 4 30 96,66 7 6 7 6 Se usa
Chapar y Malandra son dos ejemplos diferentes donde los interlocutores no pueden llegar a un
acuerdo eligiendo la frecuencia. En el primer caso están de acuerdo en un término medio con lo
que se encontró en Buenos Aires, ya que hay los dos grupos con el mismo número de personas.
Como se ve hay 11 personas diciendo que se usa mucho y 11 personas diciendo que se usa.
Un argumento en este caso podría ser que la palabra queda en el mismo lado de las variaciones de
frecuencia que hay para elegir y que por lo menos están de acuerdo en que es una palabra que se
suele usar. En la palabra Malandra han sido elegidas dos frecuencias del mayor número de
interlocutores, pero estas dos frecuencias no están en el mismo lado de las diferentes frecuencias
posibles, ni están una al lado de la otra. Se ve que siete personas dicen que la usan mucho,
mientras que también hay siete diciendo que solo a veces la usan. La diferencia entre si se usa
mucho y si se usa a veces debe ser más grande que la diferencia entre si se usa mucho y se usa. Sin
embargo, otro hecho es que la diferencia entre los dos grupos que hacen la mayoría y el número
de las últimas frecuencias no varía mucho en tamaño. No hay mucha diferencia entre si son seis o
siete personas que lo opinan, comparado con 11 a siete o 11 a tres como en el ejemplo de chapar.
De eso se puede entender que hay palabras que ni entre los rosarinos pueden decidir con qué
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frecuencia se usan, lo cual lo hace más complicado compararlas con la frecuencia que ha elegido
los porteños.
4.3. Limitaciones de los resultados.Hay unas limitaciones que uno debe tener en cuenta al evaluar los resultados de la presente
investigación.
Por ejemplo no muestra si los interlocutores sí conocen alguna de las palabras incluidas, pero que
tiene la concepción de que ya no se usa esta palabra. Para cubrir este tema uno podría haber
incluido otra opción de respuesta, para ofrecer la opción de elegir que “(ya) no se usa” al
responder sobre la frecuencia de esta palabra.
Si uno lo piensa de esta manera un argumento también podría ser que siempre faltarán opciones
para elegir, o que para cubrir exhaustivamente el tema había que hacer entrevistas cualitativas
para investigar realmente con qué frecuencia se usa la palabra. Al usar el procedimiento
cualitativo uno también podría preguntar por profundizaciones de como cada persona entiende
las diferentes frecuencias que se pueden elegir. Gran parte de este tipo de estudio tiene que ver
con lo que piensa cada uno de los interlocutores, como no se ha contado el número de veces que
los interlocutores han usado tal palabra, sino que se les pide una “estimación” de si la usan mucho
o poco, lo cual hace que sea un avalúo que hace cada interlocutor.
Al responder un cuestionario como el aquí presentado, tampoco se les ofrece la opción de evaluar
en qué ambiente o contexto los interlocutores usarían la palabra mencionada. Ni el contexto de
los interlocutores, es decir la edad, su profesión o su clase social.
La manera de hablar puede variar mucho de persona a persona, y siempre tiene que ver con
contexto (Conde 2011:21), entonces es probable que limitando los interlocutores a ser de un
grupo social especialmente elegido, un grupo de personas de la misma edad o personas de la
misma profesión, que se podría encontrar que la gente de los mismos grupos están más de
acuerdo en su selección de palabras o que la gente suele elegir las mismas palabras en las mismas
situaciones, en un ámbito académico o hablando con sus amigos.
Estudiar los diferentes usos de palabras y los diferentes contextos sería un estudio más extenso
con más trabajo en encontrar y seleccionar participantes.
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Como fue brevemente mencionado en la parte de los resultados, uno podría argumentar que no
hay mucha diferencia entre las diferentes frecuencias que los interlocutores pueden elegir en este
cuestionario. Aunque no necesariamente hay mucha diferencia de usar la palabra mucho o usar la
palabra, en este tipo de estudio este cambio igualmente afectará que se les dan la marca de “no
concordancia” comparando los resultados.
En la sección 3.1. se ha descrito como la pregunta que tiene que ver con el significado es
importante para poder evaluar si los interlocutores están pensando en la misma palabra. Aunque
el interlocutor ha comentado que significado le pone a la palabra, o que es lo que entiende de esta
palabra lunfarda, no hay manera de controlar si piensa en el significado deseado al responder las
preguntas sobre frecuencia. Es decir, aunque esta la pregunta del significado incluida uno no
puedo estar seguro de que todos los interlocutores responden la pregunta sobre frecuencia
pensando en el mismo significado de las palabras, ni que sea el que he pensado al incluirla (ya que
no se les ofrece ningún contexto ni explicación de que significado se les ponen a las palabras en los
diccionarios que son base de las definiciones)
5. Conclusión. El idioma es un fenómeno dinámico, lo cual significa que el estudio de tal, siempre se puede
considerar inconcluso. En conexión con palabras siempre hay algunas surgiendo y algunas saliendo
de uso. Divulgándose el idioma se va cambiando con el tiempo y hay varias maneras de cómo se
puede cambiar un idioma por ejemplo en sonido o gramática. Otro tipo de cambio es cuando un
idioma elige usar palabras o expresiones que vienen de otro idioma, como fue el caso en
Argentina. Hay varias razones por las cuales sucede este tipo de préstamos lexicales, una es que en
el contexto uno de los dos idiomas en contacto se ven con mayor prestigio y por eso el otro adapta
palabras. Lo que paso en Argentina era que cuando entraron los inmigrantes italianos, de los
cuales inmigraron muchos, tenían que aprender a hablar el castellano y al aprenderlo se esperaba
mayor éxito tanto socialmente como profesionalmente, sin embargo, por su acento italiano y
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dificultad en aprenderlo llegaban a hablar una mezcla entre los dos idiomas. En el caso específico
de Argentina esta mezcla resultó en la creación del cocoliche, que después de unas décadas se
transformó en el lunfardo, que todavía se usa en Argentina hoy en día.
Un idioma se cambia cuando se expande por un área amplia, y para estudiar como se ha cambiado
el uso de lunfardo y si es que se ha cambiado, la idea era comparar cuestionarios completados en
Buenos Aires y Rosario. Los teóricos están de acuerdo en que el lunfardo nació en Buenos Aires y
entonces la ubicación de Rosario, 300 kilómetros hacia el noroeste, sería alejarse de la cuna del
fenómeno.
Comparando las frecuencias marcadas de las 54 palabras de los dos estudios, se han revelado
diferentes tipos de concordancia y discordancia.
Han habido palabras que no se han podido comparar por desacuerdo entre los rosarinos. Solo se
han comparado las palabras con una concordancia de conocimiento de más del 90 %, por la cual
razón 23 de las 54 palabras no se han podido comparar con el estudio de Buenos Aires.
De las palabras que sí están de acuerdo los rosarinos, se han encontrado grupos de palabras que
se usan con la misma frecuencia en Buenos Aires que en Rosario, por ejemplo las palabras:
Apoliyar, Bagayo, Bochar y Capo. Un total de 12 de las palabras incluidas en el cuestionario
estaban en concordancias las frecuencias marcadas por los porteños de Buenos Aires y los
rosarinos.
Otras palabras, como: Busarda, Biaba, Coso/a y Deschavar son algunos de los ejemplos donde se
han encontrado diferencias entre las frecuencias de uso de Buenos Aires y Rosario. De este tipo se
ha encontrado un total de 17 palabras.
Entonces hay palabras que sí están de acuerdo al marcar la frecuencia de uso en Rosario y Buenos
Aires, hay palabras que no están de acuerdo, y hay palabras que ni están de acuerdo entre sí los
rosarinos. Se ve que sí hay una diferencia entre el uso de lunfardo en Buenos Aires y el uso en
Rosario, y que el cambio puede deberse a la ubicación geográfica pero que también puede ser por
el cambio que ha pasado desde los 2010 que se hizo el estudio en Buenos Aires y este año en
Rosario.
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6. Bibliografía:
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