Post on 22-Mar-2016
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Escondrijos del alma
Poemas astures. Libro 1º
Elvira Sierra
“Todo hombre no vive más
que por lo que espera.”
Giovanni Papini.
Mi amor
Lléname de ti, amor,
lléname de ti.
Lléname de amor, amor,
lléname de amor.
Lléname de ti, amor,
lléname de amor.
Lléname de amor, amor,
lléname de ti.
Abrázame
Abrázame fuerte, muy fuerte,
abrázame amor, abrázame fuerte.
Ahuyenta de mí el miedo que anido,
quiero renacer de ti y de mí;
germinar y estar latente.
Enredarme en tu amor,
enraizarme en tu cuerpo
y en primavera florecer en tus besos.
Abrázame fuerte, muy fuerte,
abrázame amor y nunca me sueltes.
Llamé al olvido
Amor soñado, ansiado, esperado, idílico,
cautivo, oculto, velado,
ausente, lejano, vacío,
loco, desesperado, extraño, secreto,
nocturno, astral, lunar,
sutil, engañoso, vil, insincero.
... Letanía evocadora de mi amor.
Te dejé ir, te liberé, abrí la rienda.
Con desesperación llamé al olvido;
necesitaba ya seguir viviendo.
Mi cobarde
Sin ti… ¿cómo vivir sin tu aliento?
No sé vivir sin ti, no quiero, no puedo.
Me rebelo… e intento hacerlo.
Odio al cobarde que vive en mi cuerpo,
anula mi mente y apaga mi anhelo,
me domino, me crezco… le venzo.
Le acompaño a la puerta, bien sujeto
le despido, respiro y cuando me vuelvo,
me sonríe de nuevo desde dentro.
Estrella de Blue
En dulce espera te anhelaba,
te extrañaba sin conocerte…
Al fin llegaste, amor,
era hoy el día,
¡mi día de suerte!
Inesperadamente
Apareciste de manera casual, inesperada,
tu fascinación, a modo de azar, me hechizó.
Ya de forma relajada, me explicabas en voz baja
que el camino más largo se recorre dando un paso
y que el más corto puede hacerse interminable,
que la distancia sólo se mide en encuentros,
charlas, caricias, besos y también algunas risas,
que el sentimiento se dibuja fielmente en la mirada.
El tiempo se detuvo en el momento mismo
que sin rozar mi cuerpo, entraste en mí,
quedando enlazada para siempre por dentro.
Mis ojos se eclipsaron con la intensidad
y el calor de tu mirada antes de verla.
Este es mi amor lejano, fulminante e imposible,
que cuando intento apagarlo sonríe, se burla,
y de forma inesperada, contra mi voluntad…
¡No se aleja, permanece!
Manos desnudas
Tiendo mis manos al aire, al vacío…
desnudas de todo anillo, desvestidas,
olvidadas de alianzas y de vínculos,
carentes de falsos compromisos.
Mis manos desamparadas te buscan,
tan tiernas, tan solas, vacías…
se han vuelto frías, casi yermas.
¡Ay amor, ayúdame a llenarlas!
¡Ay amor, llévame contigo!
Amor, amor, ¡no me dejes sentir frío!
Bodas del alma
Sin preocupación alguna
reía, jugaba, gozaba…
Tu mano tomó la mía
casando palma con palma,
entrelazando mis dedos
para que no me soltara.
Desacompasando el pulso
y el latido acelerando…
Con cinta de seda roja
las muñecas enlazaste,
los pulsos se detuvieron,
los latidos se afinaron.
Melodía encadenada
con nudos de seda roja,
eran de sangre las bodas,
eran las bodas del alma.
Te espero
Te espero; espero hoy, esperé ayer
y también esperaré mañana.
Enciendo mi luz, sutil llamada
que fugaz e ilusionada destella.
Faro nocturno de mis esperanzas,
acompañante fiel de mi deseo
y en mi desvelo testigo silencioso;
fulgor que en pensamiento
mil caminos nuevos te señala.
Enciendo mi luz, noche tras noche.
Enciendo mi luz, día tras día.
Enciendo mi luz, aunque me vaya.
No sea que tú ¡por fin regreses!
y no encuentres la luz en el camino.
Cuánto te quiero
Amor, nunca sabrás cuánto te quiero,
te he esperado día y noche tanto tiempo…
¡Cuántas noches te he gozado, sentido,
amado y disfrutado en otro cuerpo!
…brazos amantes que me envolvían
en mil susurros y caricias tal vez fingidas.
Me voy amor, ya me voy...
es inútil esperarte más tiempo;
Adiós amor, hoy me voy…
y tú, amor, ¡tú, sin saberlo!
El jardín
Me adentré en mi jardín de madrugada,
oculta de otros ojos con azoro,
precisaba escrutar bien su desdoro
tras pasar muchos años alejada.
La luna con luz clara y plateada
alumbró sin pudor el deterioro,
el desastre era tal que brotó el lloro
y a Dios le supliqué desesperada.
No había aromas, sonidos, ni flores;
imperaba el silencio, estaba muerto.
Allí sola, me dieron los albores.
Pensé que un jardinero fiel, experto,
podría devolverle los verdores…
¡volver a hacer jardín de este desierto!
Caballo de luna
No sé si era negro o blanco
el caballo
que cada luna venía
a visitarme a mi casa…
Lo quería, si era el negro,
si era el blanco lo adoraba.
No me importaba el corcel,
tan sólo la algarabía
que producía en mi pecho
por la noche su llegada.
¡Sólo recuerdo al caballo;
a su dulce melodía!
Azul
¡Ay! mi caballo de luna,
yo no te olvido…
La galopada en mi playa
no se apacigua…
Y de nuevo se desboca
cada noche, cada luna…
Eras un caballo azul…
no eras blanco, ni azabache.
Azul, azul, azul…
Azul mi caballo…
Azul de luna, azul de mar…
¡Azul de luna y mar!
Querida amiga
Y tú me dices, amiga
y yo no quiero
y me rebelo.
Y lloro, amigo
y soy tu amiga
y lloro…
lloro
y te deseo.
Frialdad
A veces tu frialdad se hace tormenta
con un gesto soberbio y orgulloso
que en cada envite airado haces forzoso,
vuelve a la relación casi violenta.
Pero no fue hasta ayer el darme cuenta
de que queda de amor tan sólo un poso
desabrido o amargo, tumultuoso,
que se acibara en tu alma desatenta.
Asumo la verdad y ya no intento
el seguir compartiendo mascarada.
La ilusión de ese amor voló en el viento…
Poco supo de ti mi amor, ni el hada
igual que yo, alcanzó un presentimiento
que habla del mal de estar enamorada.
Amanecí sin ti
Amanecí sin ti otro nuevo día,
con temor, alargué el brazo, despacio...
encontrando tan sólo el cruel prefacio
que me hizo estremecer sin alegría.
Tu ausencia me dejó triste y sombría
rellenando los huecos de tu espacio,
me sentí la princesa de un palacio,
aislada del amor, sin compañía.
Besos de luna
Con mar sin horizontes ya ha soñado
la luna y por la playa se pasea...
acaricia, seduce a la marea;
danzarina sensual para su amado.
Hilos de plata lucen su estrellado
haz de luz, que en el agua azul flirtea,
y a caballo de su ola serpentea.
¡Hasta el sol aparece despechado!
No acepta el mar que nunca en nueva acuda
y en la oscuridad llora por su ausencia.
La nombra desde el agua a voz desnuda.
Revueltos en la espuma con su anuencia
se esconden cien mil besos. Les saluda
la luna y besa al mar con sugerencia.
Abrázame fuerte
Pégame a tu cuerpo, abrázame amor,
cuando tú no estás me entumece el frío.
Enciérrame en tus brazos, amor mío,
no te alejes de mí, dame calor.
Abrígame en tu pecho protector,
la ausencia me produce escalofrío
y en soledad me pierdo en el vacío.
¡Estréchame!, te pido por favor.
Acércame a ti y apriétame fuerte,
que la piel se me impregne con tu aroma;
fuera de tus brazos temo perderte.
En ti me vuelvo pequeña paloma,
no me dejes volar sola, a mi suerte.
Sujeta bien mi alma, ¡que se desploma!
Al amor…
Cantar quiero al amor con alegría,
dedicarle mi próximo soneto.
Que el amor de la vida es el sujeto
y no hay norte ni sur, tan solo él guía.
Recordar sus bondades cada día,
presumir que se tiene un amuleto,
evolucionar al son de un minueto
siguiendo el compás en compañía.
Así veo el amor en horas altas:
deleite, pasión, éxtasis, ternura…
henchida en su fulgor, todo lo exaltas.
Alguna vez también pasa factura
y entre duda y dolor, te sobresaltas,
recobrando al final la compostura.
Amor y locura
Más allá del amor te estoy queriendo,
hay momentos que rayo en la locura
aunque intento apelar a la mesura;
calmar al corazón que está latiendo.
Abanico de azul frenesí, estruendo
embriagador que priva de cordura.
Remansos de paz que irradian ternura
al vestir la pasión con dulce atuendo.
El amor es de mi locura alterno,
pasea por la entrada al paraíso
y se vuelve de pronto cruel infierno.
El amor se presenta de improviso,
convierte al delirio en sentir eterno
anudando por siempre un compromiso.
Deseo oculto
Está oculto el deseo de quererte,
razón y corazón se contraponen
a aceptar que eres mi vida y disponen
callar mi felicidad al tenerte.
Quiero enterrar mis miedos y ser fuerte
para que los secretos ya pregonen
la pasión escondida que componen
y a tu lado yacer cuando despierte.
Pensar en el mañana ilusionada,
comenzar a vivir, amar de nuevo.
Ir a ti, alegre, libre, enamorada.
Alejarme por siempre del erebo;
de tu mano avanzar firme y confiada.
¡Amarnos hasta más allá del evo!
El canto del cisne
Soñador de la luna obvia al destino
enfrentándose a él en forma abierta.
Agónico es su canto en el camino;
¡grande el cisne que vozna hasta en su enerta!
¿Sabe el cisne del fin? ¿Es adivino?
¿Prepara en su ritual heroica oferta?
Brinda al cielo su largo cuello albino,
danza y canta a la muerte que liberta.
Acepta su final de esta manera
y ofrece a pecho abierto el corazón
desplegando sus alas en la espera.
Valiente canta el cisne en esta acción
que saluda a la suerte venidera…
entona altivo su última canción.
El río de la vida
Nadie frenará al río de la vida,
desde que nace avanza sin parar,
encontrar pronto el mar es su destino
sin volver nunca al punto en que partía.
Fluye sin medida dentro del cauce,
a veces en su exceso se desborda;
libera sin control sus turbias aguas
arrasando de forma primitiva...
El tiempo le regresa ágil su esencia
volviendo al agua límpida y muy clara,
sin grandes remolinos; cristalina.
Recobra la quietud tan deseada,
su vehemencia causa grandes daños.
Yo me voy entre ese agua que no para...
Enamorada
Si al fin mi corazón pudiera hablarte,
decir algunas cosas él quisiera,
que a tu lado es feliz, hoy se sincera,
sólo vive pensando en adorarte.
Lo mejor de mi día es esperarte,
que asomes saludando a tu manera,
que te rías de forma zalamera.
Si no llegas, me ocupo en recordarte.
Yo deseo tu caricia encendida,
que me llena de amor con la mirada
y que calma mi sed tan desmedida.
En la noche hablamos en mi almohada
y me ofreces la esencia de tu vida,
te derramas en mi alma enamorada.
Un verso…
Un verso de esperanza te escribo cada amanecer,
un verso de esperanza que me inspira tu amor,
un verso de esperanza que me invita a querer,
un verso de esperanza que despierta el albor.
Un verso de esperanza que me burla en la noche,
un verso de esperanza que miente “sotto voce”,
un verso de esperanza, esperanza marchita
que en los días renace y en las noches obita.
Espuma de mar
Como la ola del mar que a la arena dignifica
deseo que regrese el amor que sobreaguas,
olor a salitre que la mente purifica
y la espuma que borda un encaje en las enaguas.
Tú, te acercas tanto a mí que la pasión salpica;
sutil, invitas a meterme entre tus aguas…
la resaca en la piel la caricia intensifica,
me acunas en brazos con arrullos que desaguas.
Sólo el mar aplaca la pena, la clarifica,
pleamar y bajamar, alegres vierteaguas.
Amor que entre verso y caracolas se edifica
con salinos cimientos que cristalinos fraguas.
Amor…
Es la flecha certera que te alcanza.
Es eternidad e instante en la vida.
Es locura en cordura contenida.
Es pasión, es ternura y es alianza.
Es la entrega total de la confianza.
Es navegar en calma decidida.
Es zozobrar sin causa conocida.
Es ahogo, es respiro, es añoranza.
Es amor del dolor la puñalada.
Amor es noche; amor, también es día.
…Y en soledad morir abandonada.
Es amor sonreír en la agonía.
Amor lo es todo, mas, amor no es nada.
¡Es amor ver tus ojos, vida mía!
Amor de mi vida
(A ese amor, del que fui “el amor de su vida”)
¿Cuántos son los amores de la vida,
el antiguo, el actual, el venidero…?
El amor de la mía es el que quiero,
al que amo sin control y sin medida.
Si el amor es de verdad, no tiene huida,
aunque a veces aflore el desespero
y parezca escarparse del sendero,
no deseas jamás buscar salida.
El amor de mi vida, vida mía
apareció de forma inesperada,
se adueñó de mi amor día tras día.
No recuerdo el ayer, cosa pasada.
Sólo quiero tu paz y tu alegría;
contigo envejecer enamorada.
La vida allá de mí
Se está yendo la vida allá de mí,
me asomo a la ventana y la despido,
no duele la renuncia, he consentido;
se aleja paso a paso tras de ti.
Dudo a veces si tú estarás allí
cuando emprenda ese nuevo recorrido,
recobrando los pulsos y el latido,
a vivir ese amor que prometí.
Me asalta una pregunta algo tirana...
si ese día no vuelve ya a mi vida,
o si no podré estar feliz mañana.
Si al entrar al jardín tendré cabida,
o solo era mi sueño, ilusión vana.
Si seré aún deseada y recibida.
¡Hasta mañana!
Le digo ¡hasta mañana!
Con cómplice sonrisa me despido,
cierro al día los ojos y me olvido
mientras la lluvia suena en la ventana.
La piel con el deseo se engalana.
Hoy desnuda te espero, bien querido;
susurrando el amor, leve quejido...
que espera a la mañana.
Llena de tu sabor
al cielo le agradezco y le bendigo…
el alba esconderá en luz a mi flor.
Cada noche te traigo aquí conmigo,
quiero dormirme pronto y amar, amor;
¡gozar al fin contigo!
En mi almohada
A mi almohada vienes cada noche
y me entregas tu amor de madrugada,
yo me siento feliz e idolatrada,
complacida a pesar de este trasnoche.
Cuando llegas, de amor haces derroche
y te seduce el verme sofocada,
prolonga el susurro la alborada;
allí todo es amable, no hay reproche…
Me embriagas de placer, recitas versos,
al oírte me rindes con tu encanto
y juntos recorremos universos.
Deseo que no llegue el desencanto,
estar en la pasión por siempre inmersos…
¡No pensaba volver a querer tanto!
Regálame cien lunas
Embrujo de luna llena,
hechizo de plenilunio
habitas mi corazón
desde una noche de julio.
Regálame amor, cien lunas
¡yo te lo pido por Dios!
Lunas azules y bellas,
todas llenas de pasión.
La voluntad me robaste
bajo la lunita clara,
y te regalé mi amor
entre cantos de cigarras
Espiral alado
Hace ya rato amor que te has marchado
y el deseo circula por las venas,
sutil siento espiral tenue y alado,
nubes de mariposas por decenas
que invitan a mi cuerpo ya olvidado
al gozo de caricias sarracenas.
Necesito aferrarme a la cordura,
¡Qué mujer se resiste a la ternura!
Crisol de amor
Te quiero
y a ti me entrego.
Te amo
y me desespero.
Yo te prometo
amor eterno,
sincero y fiel…
imperecedero
que no apagará el paso del tiempo,
porque yo sé muy bien
cómo
y cuánto te quiero.
Despertar…
Entra el sol de mañana, muy temprano,
saluda con un beso en la almohada.
Yo me vuelvo a mirarte enamorada,
disfruto contemplándote cercano.
Mis ojos, lo mejor, lo más humano
cuando espejan felices tu mirada,
sonríen en la entrega emocionada,
se refugian en ti desde un verano.
Mas el sol juguetea con las luces,
me acaricia; el deseo se despierta,
de nuevo amartelada me seduces.
Despertar a tu lado me liberta
al gozar de sensuales contraluces,
esperando tu boca mi alma abierta.
Mil besos
Mil besos te mandaba, enamorada,
cuando de ti, al marchar, me despedía
y mil más tu mensaje devolvía
sin sentirme por nada amenazada.
Algunos te los di con la mirada
y al jugar con tus labios sonreía,
mi boca destilaba la alegría
de beber en la tuya apasionada.
Dicen que “el azar es caprichoso”
y sin saber por qué, de mí te fuiste…
se convirtió en dolor lo más dichoso.
Vuelve amor, vuelve, ¡no te despediste!
Vuelve a mí pronto amor, sé generoso…
¡se me acaban los besos que me diste!
Nadie lo sabe
A nadie le digo como te nombro…
que anhelo tu risa, que extraño tus besos.
No le digo a nadie cuanto te añoro;
al amanecer, al mar lo confieso.
A nadie le cuento que en tu ventana
todas las noches te escribo unos versos.
No lo cuento a nadie, ni mi gesto habla…
solo el mar y el aire saben lo que siento.
A nadie le digo, no le cuento a nadie,
en la noche sola al viento murmullo
y al aire le pido que no te distancie…
mi sentimiento al aire no oculto.
Sólo el mar y el aire saben el secreto
y también anoche el viento lo supo.
El viento y el mar saben bien que pienso
y noche tras noche con ellos comento
unas en susurros y otras en lamentos.
oo0oo
No por mi amor
No llores amor, no por mi amor,
porque abre mi muralla tu dolor,
tu voz, tu llanto desvanece
dudas, celos, desengaños…
No llores amor, no por mi amor.
No por mí, que te quiero tanto.
Nana para mi luna
¿Y qué le pasa a la luna
que últimamente no canta,
que noche tras noche alumbra
con su luz semiapagada…?
¿Es qué la luna no duerme
ni cuándo llegan las claras?
¿Esconderá algún secreto,
o, tal vez una añoranza?
¡Ay!, lunita de mi vida,
compañera de mis ansias,
quisiera contarte un cuento
y arrullarte con mis nanas.
Duérmete, cielito mío
que ya pronto llega el alba
y has de cerrar los ojitos
para lucir bien mañana.
Cuéntamelo a mí, lunita,
cuéntame lo que te pasa,
que a ti todos te lo cuentan
y tú nunca cuentas nada…
¡Ay!, mi luna plateada,
sé muy bien cuál es la pena
que te tiene desvelada.
No revelaré el secreto…
no diré ni una palabra.
¡La luna tiene un secreto,
la luna está enamorada!
A solas contigo
Si alguna vez a solas nos quedamos
al oído te diré "yo te quiero"
seduciendo tu cuerpo con esmero,
tentando al corazón con mil reclamos.
Contaré mi verdad mientras hablamos
olvidando el vocablo lisonjero,
hablaré de mi amor, amor sincero;
te diré que nosotros nos amamos.
Una vez ya, las cartas descubiertas,
te amaré hasta el confín de la locura
con nuestras ilusiones ya libertas.
Yo quiero compartir esta ternura,
disfrutar de los sueños que despiertas,
amanecer feliz, sin amargura.
Reflejo de luna
Nuestro amor de la luna es fiel reflejo
que en ciclos toma fases diferentes,
después de opacar en nuevas y ausentes
torna a su esplendor, llena en su festejo.
Alumbra de nuevo en dulce cortejo
rodeada de estrellas refulgentes
y envía su flecha en astros ardientes
brillando en mi balcón su azul espejo.
Después de estar feliz en plenilunio,
va la fase menguante y descendente
que camina despacio al infortunio.
Mas la llama de amor es trascendente
y se aviva tenaz en interlunio
para arder animada y ascendente.
Plaza del olvido
Tu ausencia me saluda,
me abraza,
me besa, me corteja en mi desvelo;
alumbra el alba de luna enamorada.
Refulge en mi presencia. Seductora
ciega mis días con los dulces ayeres
que me apartan del hoy y del mañana.
Tu ausencia me retiene,
me encandila,
me acompaña fiel en todo instante.
Al atardecer, en la hora del ocaso
me acaricia sonriente y se aleja…
La luz se apaga, se esfuma el hechizo
y estoy de nuevo sola, sola en mi derrota,
sola en mi rincón,
¡olvidada en la plaza del olvido!
Silencios…
¡Esos silencios…! dices; y te quejas,
siempre que callo, ¿no oyes?, es que grito,
grito en silencio, ¿puedes tú no oírlo?…
es mi aullido, es dolor ¿y no te enteras?
¡Esos silencios…! Tú nunca me escuchas,
susurran sin un llanto, se te entregan,
quieren que sepas, dicen y te cuentan
los secretos que albergan tantas dudas.
¡Esos silencios…! que en el día callan,
envueltos en rutina, uso y trasiego,
al atardecer de nuevo me asaltan.
¡Esos silencios…! que en las noches hablan,
clamor que oculto esconde en él mis miedos,
se encubren escuchando tus palabras.
Llena de ausencia
En la noche me llega gris tu ausencia.
Pongo freno al recuerdo, no lo esquivo,
mas saluda y convida muy altivo,
llevando al corazón una carencia.
Me acompaña algún tiempo la vivencia
que vaga por mi cuerpo y te percibo
situando tus caricias, persuasivo,
allí donde perturbas mi existencia.
No te tengo ya a mi lado y me tienta
tu voz, amor… colmada de ternura,
te llamo con ardor sin darme cuenta.
Mis ojos ven cerrados tu figura,
mas al abrirlos veo descontenta
dolor, manos vacías, ¡mi amargura…!
Desengaño
Poco a poco se acerca fatal la hora
en que salga a la luz mi desventura,
aunque no lo parezca, me tortura
comprobar la verdad ya sin demora.
Triste y desventurada estaba ahora
teniendo al corazón sin compostura,
deseando salvar ego y cordura
pero no de esa forma destructora…
Difícil aceptar tantos engaños;
peor aún saber que te han burlado…
¡no curto el sentimiento ni en mil años!
Olvidar cada día que has amado,
ilusionarte en cada cumpleaños
y esperar al AMOR tan deseado.
Zambras de luna
Cuando en la noche tú sientas
una sonrisa en la almohada,
una caricia en tu pelo,
un suspiro en la ventana,
o un besito desde lejos…
no se lo digas a nadie,
¡que es la luna enamorada
que viene a velar tu sueño,
que viene a cantarte nanas!
¡Qué noche tras noche viene,
aunque la luna no salga!
Si del sueño te despierta
el susurro de una ola,
el tañer de la guitarra,
un rumor de caracolas,
o el vuelo de una paloma…
no se lo digas a nadie,
¡que es la luna enamorada
que viene a velar tu sueño,
que viene a cantarte nanas!
¡Qué noche tras noche viene,
y alguna vez baila zambras!
oo0oo
Luna, luna… ¡Ay, luna!
¿Por qué no te muestras,
por qué ya no alumbras…?
oo0oo
Recuerdos
Hoy, de paseo en el recuerdo,
me preguntaba…
cuándo fue la primera vez
que yo te amé, que te extrañé,
o, la primera vez que te lloré…
y el primer desencanto ¿cuándo fue?
¿Las primeras ausencias...? ni lo sé,
¿dónde guardo el recuerdo…?
Este cruel desvarío
que me impide el olvido,
¿enterrarlo podré?
Vacíos
Me gusta recordarte en positivo
y a menudo me embarga el desconsuelo,
me vacío, me abandono; entro en duelo,
no alcanzo a comprender por qué motivo.
Deseo ser feliz en lo afectivo,
volver a suspirar, sentir anhelo,
cada noche tocar de nuevo el cielo,
fundirme en un amor superlativo.
Adentrarme al otoño de la vida,
dar mi mano al amor maravilloso,
recorrer esa senda tan querida.
Si el recuerdo me vacía envidioso
de la felicidad recién venida,
¡lléname de amor, nuevo y jubiloso!
Vana esperanza
Un día y otro, y otro tras otro, pasan.
Amor, pasan los días y nada ...
¡nada pasa!
Como lágrimas
que abandonadas en la cara se deslizan
como el árbol que en otoño
al dar fruto se desgrana,
como las hojas del calendario
caducas y vividas.
como gotas de lluvia en la ventana,
así queda cada noche mi esperanza;
apagada, muerta y sepultada...
descendiendo lentamente hacia la nada.
No sabrás
No sabrás nunca amor lo que yo te amo,
no es posible contar hasta ese punto,
me entristece sentirme en contrapunto,
quiero ser dueto, a Dios se lo reclamo.
En los versos que escribo te proclamo,
¿me amarás algún día...? me pregunto.
Guardar sola el secreto es mal asunto,
ya ni sé cuantas lágrimas derramo.
Si algún día tu amor me corresponde,
acudiré muy rauda a la llamada
y a tu lado estaré, no importa el donde…
Es triunfo de la lucha ilusionada
pregonar este amor que no se esconde.
Es la dicha de estar enamorada.
Olvidar…
Yo me pregunto sola en la noche
si de mi amor te habrás olvidado
si has superado el dolor de ausencia,
si otros besos no te hieren los labios.
Acaricio el recuerdo y los sueños
que se diluyeron sin cumplir.
Desando mil veces el camino
que no recorrí y otras mil veces
sueño con peregrinar de nuevo
opacando el color de tu risa.
Mi recuerdo porfía en el tiempo;
se reafirma cuando despierto.
Olvidaré tu amor
Si tus ojos me anuncian ¡no te quiero!
me iré sin escucharlo de tu boca,
no podría sufrir lo que provoca
el desamor de amor perecedero.
Yo deseo querer, es lo primero,
a quien hoy me enamora y vuelve loca,
pero no el persistir si se trastoca
y ver agonizar mi amor sincero.
Callada partiré en la negra noche
sin esperar la excusa lastimera
que me haría sentir como un fantoche.
Cuando tu corazón ya no me quiera
yo olvidaré tu amor sin un reproche,
¡yo olvidaré tu amor aunque me muera!
No sé rogar
No sé rogar, amor,
que amor no se ruega.
¡Pero a Dios sí rogaría
que me quisieras,
que dieras media vuelta,
que volvieras…!
Y si tú no vuelves
por no rogarte,
seguiré a Dios rogando
y por ti esperando…
Otoño
Llega un aire otoñal con el final de la tarde,
hasta hace un rato reinaba el calor del verano…
ya mañana caerá el fruto del avellano
desprendiéndose su cáliz en liviano alarde.
De día, con el calor del sol, el suelo aún arde
y hojas doradas esparce tranquilo el solano,
marrones y amarillos alfombran todo el llano.
Con rojo y ocre tostado se viste en retarde.
Acuarela en colores lucen como crisoles,
suben a los árboles vistiéndolos de gala,
dejando en las copas sus reflejos tornasoles.
Cuadro impresionista que la vista nos regala,
contentos al sol pían, trinan los verderoles,
hasta que entre el invierno, gorjean su antesala.
Relicario de qués
Que el amor es peregrino,
que todo es pasajero,
que no debí quererte,
que todo fue quimera…
Y yo te dejo estos versos
escritos de madrugada,
un relicario de qués
que no encuentran su por qué…
Amigo…
¡Ay, amigo! Sé que te hago daño cuando de él te hablo
que yo le quiero, que aún le añoro y sin él ya no vivo
tú no comprendes el porqué de mis noches en blanco,
me enseñas muchos caminos y no hallo el del olvido.
Mas, cuando el mar de mis ojos se revuelve y agita,
el agua salada en tus manos se esfuma y sosiega.
Quisieras borrar mis recuerdos, cerrar mis heridas,
liberar la ilusión de mi alma, cautiva en la pena.
Llenar mi oído de requiebros, poesía y canto…
mi piel, de suaves caricias; nuevas, desconocidas,
mi corazón de nuevos amores; fieles, cercanos
y, juntos de la mano, avanzar por la senda amiga.
Cuánto lo deseo amigo, cómo me gustaría
poder olvidar mi amor. ¡Volver contigo a la vida!
Por encima de todo…
Necesito encontrarte de una vez
y acabar esta eterna travesía,
descansar en tus brazos, vida mía,
de tu mano alcanzar la madurez.
Me seduce tu encanto y sencillez,
contigo todo suena a melodía,
yo confundo la noche con el día
y entre risas regreso a la niñez.
No te escondas de mí, estoy decidida
a llegar hasta ti de cualquier modo…
deseo compartir pasión y vida.
Al final aceptar que no hay recodo;
no hubo engaño, traición, ni gran herida…
amarte ¡por encima y sobre todo!
Un poema
(Tu soneto)
La noche que aroma un halo de luna,
melodías de Schumann... recordarte
sin cuartilla ni pluma; con pensarte
se armarán estos versos con fortuna.
Leo en tus ojos verdes o aceituna…
la mirada se alegra al alcanzarte,
busco rauda ese folio en que plasmarte
escribiendo las rimas una a una.
La pluma es pincelada en el papel
que el poeta utiliza en su boceto
para al pintar grabar con un cincel.
Poema escrito en mi alma por completo
suena en el pecho como un cascabel,
solo tu corazón lee el soneto.
Sola
¡Ay!, mi amor, que de nuevo te me ausentas
y navego en el mar del abandono,
entierro a la ilusión y me obsesiono.
El corazón zozobra entre tormentas.
Al extender la mano busco a tientas;
encontrando el vacío me emociono...
el proyecto de olvido ahí traiciono
y al fondo del dolor te me aposentas.
Hoy me faltan tus cálidos abrazos
y al notarlo el amor se descontrola
porque ve desatarse nuestros lazos.
¿No ves amor qué me acaricio sola,
qué no tengo el abrigo de tus brazos?
Sola, sola, estoy sola amor… ¡qué sola!
Sueño de papel
Barquita de papel hecha de un sueño,
a merced de las olas se traslada;
en llegar a su tierra tiene empeño.
Surca el mar muy feliz y enamorada
anhelando gozar del sol isleño…
por el viento del rumbo es alejada.
La lluvia empapa y hunde a mi barquito,
guarda el mar para sí el anhelo escrito.
Tengo…
Tengo en mis ojos
todo el mar del mundo.
Y también
una estrella en el cielo,
que es mi lucero.
Tengo a la tierra…
al aire y al viento.
Pero a ti, mi amor,
¡a ti no te tengo!
Y sola en la noche
¡de pena me muero!
Ven a besar mi boca
Ven a besar mi boca, vida mía,
que me muero de sed en el desierto
de la ausencia que trae el desconcierto
y ni el agua me calma en mi agonía.
Son besos que me llenan de alegría,
con ellos el amor se vuelve cierto
y el corazón no quiere ser liberto.
¡Ven a besar mi boca cada día!
¡Bésame amor! Tan sólo con tus besos
se cerrará por siempre nuestra herida,
volviendo los deseos inconfesos.
Me alimenta el besarte sin medida,
cada segundo, en dulces embelesos.
¡Bésame cada instante de mi vida!
No llores luna
Quiero cantarte una nana,
pequeña luna azulada.
Porque no llores y duermas
yo te cantaré mil nanas.
Y llamaré a las estrellas…
y hasta al lucero del alba.
También vendrán las perseidas
que con su lluvia te bañan.
Juntos daremos consuelo
hasta que el sueño te envuelva…
una cuna hecha con soles
sostenida por las hadas
al compás te balancea...
y una coral de luceros
enamorados te canta…
porque no llores y duermas
yo te cantaré mil nanas.
Mas, recuerda que la luna
¡Tiene que acostarse al alba!
Una hora menos en Gran Canaria
Nuestro amor tiene una hora que es colgante
y se pierde en el tiempo y la distancia,
los relojes no tienen concordancia,
mas, vivimos el momento, el instante.
Cuando me hablas de ti no estás distante,
te entregas con pasión, con elegancia,
correspondo al igual, en abundancia,
estás pegado a mí, tú eres mi amante.
Nos besamos a tus dos, son mis tres,
nos amamos a mis tres, son tus dos,
a la hora le robamos los clichés.
Es la hora que se pierde en el adiós,
es la hora que le gana el interés,
de tejer con amor un entredós.
Escondrijos del alma es el primer poemario de Elvira
Sierra. Una mujer. Donde nos regala su despertar a
la poesía, a la madurez de la vida y de sus sueños,
abriéndonos la ventana del alma que esconde en
poemas y en la arena negra de su playa. Una playa
al sur del sur.
© Elvira Sierra. 2010